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A mediados del siglo XIX comienza a consolidarse una relación económica entre
Inglaterra, otros centros industriales europeos y las sociedades latinoamericanas. Los
primeros demandaban nuevas materias primas y alimentos, a su vez realizaban
inversiones de capital en América Latina. Esto provoco la reorganización de las economías
y las sociedades latinoamericanas, por lo que se llevaron a cabo de las reformas liberales,
estas tenían como objetivo garantizar el libre acceso de los capitales, la compra de tierras
y la libre contratación de mano de obra.
La mayoría de las tierras pertenecían a la Iglesia Católica y los indígenas, y no podían ser
explotadas. A través de las reformas liberales estas fueron expropiadas y los indígenas
expulsados fueron contratados como mano de obra. Esto ocurrió, particularmente, en
México y Perú.
Entre 1850 y 1880 se fijo un pacto colonial entre los países latinoamericanos y los centros
industrializados europeos, los cuales intercambiaban sus principales productos. Este orden
colonial impactó en la sociedad.
En el mismo período de tiempo, en nuestro país comenzó la instalación del ferrocarril para
unir la ciudad puerto de Rosario y Córdoba. Con la implementación de este medio de
transporte y la mano de obra necesaria para la agricultura comenzaron a formarse núcleos
urbanos en las que antes eran zonas despobladas. Uno de estos núcleos urbanos
finalmente constituyó lo que hoy es nuestra ciudad, Pérez.
En las regiones que no poseían dichos recursos, los capitalistas extranjeros optaron por
producir a las materias primas que les eran necesarias en tierras latinoamericanas, ya que
les era más barato y poseían los recursos necesarios. Estos estaban a cargo del sector
productivo-exportados, y debían, también, pagarle impuestos al Estado.
En toda América Latina existió una diferencia entre los propietarios y los trabajadores. En
Chile, Bolivia, México y Venezuela los obreros de los enclaves mineros se diferenciaban de
los demás grupos sociales.
En Brasil se mantuvo la esclavitud por lo que limito el crecimiento del mercado interno. En
Argentina la necesidad de desarrollar industrias favoreció de un grupo social integrado por
obreros urbanos, trabajadores y empleados relacionados con el comercio.
Por la presencia de este país Gran Bretaña impulso a la firma de un tratado, el cual
declaraba neutral a la zona del istmo y prohibía a alas potencias contratantes adquirir
territorios.
Una empresa francesa llevo a cabo el proceso de creación del canal, pero esta quebró y el
proyecto fue llevado a cabo por el Ejército estadounidense quien pago todos los gastos.
Esto le facilito extender su influencia en la región.
A finales del siglo XIX Estados Unidos se veía amenazado por la competencia imperial, por
lo que se consideraba imponer su dominio en América Central y El Caribe.