Sunteți pe pagina 1din 5

Lo Tulku

Sin dudas, los misterios de la Sabiduría Hiperbórea sólo podrán ser desentrañados por aquellos
espíritus entre los viryas, que ya hayan liberado su mirada gnóstica de la cárcel de la Mente creada,
de la cárcel de la Razón y de lo puramente fenomenológico-ilusorio y sensorial. Es decir, que “sólo
para lo fantástico y magnífico puede deben ser usados los conocimientos de la SH”, y, en igual
medida, sólo aquellos, en donde lo fantástico y lo magnífico habiten, aquellos se han visto liberados
de la falsedad total y circundante de Maya, la Ilusión, serán los que comprendan y acepten tales
conocimientos. Esto viene a la sazón de dejar en claro que, para los verdaderos fieles gnósticos de
la SH, realidades remotas, increíbles y fantásticas para los ojos profanos y dormidos, no son tales.
Entonces, elucidaciones como el fenómeno ovni y extraterrestre, lo paranormal, lo metafísico, lo
imposible, la Conspiración, etc., no son más que aspectos lógicos y substanciales de una realidad
más allá de la Matrix, zoológico en donde moran y defecan las bestias humanas.

Ahora bien, aclarado esto, hablemos un poco sobre la cuestión de los tulkus, de “lo Tulku” más
propiamente, puesto que aquella definición condice con una situación o sistema, más que con una
individualidad. Tulku es la palabra de se utiliza mayormente en la cosmogonía del budismo tibetano
(shambállico) para designar a “aquella persona o gurú que ha dominado la muerte y puede
direccionar su reencarnación, y saber específicamente el lugar y la fecha para ella”, por supuesto
debemos desechar tal concepto. Por el contrario, a nosotros nos interesará la concepción que la SH
tiene sobre dicho fenómeno sobrehumano. Para esto debemos pasar revista a lo que la Novela
Mágica dice al respecto.

En primera instancia, vemos que los iniciados Kaula denominan al joven Kurt Von Subermann como
un “Sivatulku” o una MANIFESTACIÓN DE SIVA, es decir, una “expresión directa de Siva”. Luego, el
Guru Kaulica, corrige al joven Kurt sobre la naturaleza de dicha manifestación, al revelarle que el
tulku es la “reencarnación MULTIPLE del Dios”. Estos tulkus, que habría sido varios, existiendo en el
mismo macrocontexto (la Alemania NS), presentarían señales distintivas que sólo pueden ser
“leídas” por iniciados y que también tendrían diversos “poderes especiales” que sólo poseerían los
tulkus, merced a su naturaleza “divina”, y como función principal, tenderían a desarrollar misiones
específicas y principales en la Guerra Esencial. Ahora bien, lo siguiente deberá ser interpretar estas
palabras. Nosotros sabemos que Siva es el Dios indoario idolatrado en la India védica y prevédica
como la representación del Espíritu Liberado por excelencia, aquél que danza sobre la creación del
Demiurgo Brahma y va destruyéndolo paso a paso. Siva es entonces, Kristos-Lucifer. Los Kaulicas se
refieren claramente a que el tulku es una manifestación de las potencias luciféricas, “del Dios”, es
decir, que es una expresión DIRECTA de las fuerzas del Espíritu, representante directo de Agartha.
Además, estas expresiones son “MULTIPLES”, es decir, elementos plurales de una misma fuente o
GÉNESIS. Estos tulkus, que son expresiones directas de las fuerzas leales al Espíritu de “Siva”, fungen
eminentemente como agentes o enviados, siendo un poco coloquiales, como mercenarios o fuerzas
especiales de élite, para determinados actos en pleno campo de operaciones. Estos agentes,
llevarían así, una MARCA, una “identificación” especial que los acredita, los reconoce como enviados
de la mismísima Agartha. Es decir, signados por el Signo del Origen, prueba máxima de su pureza y
aristocracia. El término reencarnación debe ser entendido aquí con total simpleza, es decir, la
“encarnación” de Siva, un cuerpo humano “manejado por Siva”. Además, como se desprende de la
lectura de dichas revelaciones, el tulku “individual” sería una de las manifestaciones PLUARALES del
mismo “Dios”, o Espíritu, pudiendo, en este caso, haber más manifestaciones SIMULTÁNEAS de
dicho Espíritu, y del cual, el tulku particular es una esencia parcial.

Avancemos. Luego, las siguientes referencias sobre la cuestión tulku se nos ofrecen en la
conversación entre Konrad Tarstein y el aún joven Kurt Von Subermann, desarrollada en la casa
mágica luego de los últimos momentos terrenales (materiales, culturales, etc.) de la estrategia del
Tercer Reich. Allí, el Pontífice Tarstein zarandea verbalmente a Kurt sobre su incomprensión para
las cosas fabulosas, que ya bien debería comprenderlas en esas instancias. Lo mejor, a efectos de la
claridad, será trascribir totalmente las partes que nos interesan:

“–Entonces debí entregársela a él personalmente, cuando pasé por el bunker hace unas horas –
reflexioné tontamente.
–¡No, Lupus! Esta Piedra será entregada al Führer en el Oasis Antártico donde ahora se encuentra.
El Führer del bunker es posible que a estas horas haya muerto.
–No comprendo –confesé, aún sabiendo que mis palabras irritarían a Konrad Tarstein.
–¡Pues debería comprender! –reclamó con previsible enojo– ¡Al fin y al cabo Ud. también es un
Tulku! Los Tulkus, mi estimado Lupus, poseen varios cuerpos. Y nadie sabe ni cuántos ni dónde.
Como le dijeron con acierto en el Tíbet, en el Tercer Reich se ha dado el extraño fenómeno de que
existen muchos “Dioses reencarnados”; muchos Tulkus, Kurt Von Sübermann. El Führer es un Tulku
y no tiene nada de extraño que él muera en Berlín y, simultáneamente, viva en la Antártida. A ese
Führer, poderoso y fuerte como él era a los veinticinco o treinta años, le haremos llegar la Piedra
del Pacto de Sangre con Agartha.
Fue más fuerte que Yo y tuve que inquirir:
–Pero ¿el Führer era consciente de que disponía de esa extraordinaria facultad?
–Ud. “Shivatulku” ¿sabe dónde están ocurriendo sus otras, necesarias, existencias?
–De cierto que no.
–Pues allí está la respuesta que busca. Si Ud., tan luego Ud., es incapaz de responder ¿cómo quiere
que conozca Yo el proceso de un Tulku?
Sin embargo le daré una idea –concedió–. Es así como Yo imagino el proceso de los Tulkus: un caso
especial de metamorfosis. Establezcamos una relación de analogía entre los Tulkus y los insectos
lepidópteros, y supongamos que toda la vida de un ejemplar Tulku, tal como el Führer, Ud., o
Rudolph Hess, es análoga a una mariposa lepidóptera. Supongamos también que existe un conjunto
de larvas gemelas que, por una ley particular de los Tulkus, permanecen en estado de vida latente
mientras la mariposa desarrolla su vida activa. Y, por último, supongamos que las especiales leyes
de los Tulkus determinan que al morir la mariposa, automáticamente una de las larvas retoma el
proceso de metamorfosis y se transforma en crisálida, generando una nueva vida activa y una nueva
realidad. Claro, porque la vida larval es vida latente, y la vida activa, de las mariposas y los Tulkus,
es vida real: la realidad de la vida le
corresponde pues, a las mariposas-Tulkus; las larvas-Tulkus viven en un plano de existencia no real,
pero sí posible: tal existencia no es del mismo grado que la que demuestran las mariposas-Tulkus.
Sólo si muere una mariposa-Tulku, o si actúa una ley de los Tulkus que exija la existencia de
dos o más mariposas-Tulkus, una larva-Tulku se transformará en real. Pero, mi estimado Lupus,
¿quién conoce las leyes de los Tulkus? ¿quién sabe cuantos hombres-Tulkus pueden existir en
estado larval? Un hombre común puede tomar una sola decisión para realizar en un tiempo y
espacio determinado: si las alternativas son dos debe decir sin dudas “voy a hacer esto” o “voy a
hacer lo otro”. El Tulku, por el contrario, puede optar por realizar ambas posibilidades, aunque para
ello necesite, lógicamente, disponer de dos realidades simultáneas. El Tulku puede, por ejemplo,
decir “voy a quedarme en Berlin, y voy a morir allí si el Tercer Reich pierde la guerra” y decir también
“voy a retirarme a los Oasis Antárticos, junto con la Elite de la, para preparar la
Batalla Final contra la Sinarquía Universal”, y cumplir ambos enunciados. Para una persona común
sería imposible realizar las dos sentencias, pero para un Führertulku ello es perfectamente posible.
Naturalmente, Lupus, que las dos o tres realidades del Tulku sólo habrán de coincidir en el Tulku
mismo, en el contexto que le confiere significado y que él significa. Fuera del Tulku, las realidades
de los Tulkus vivientes pueden no coincidir, el Tiempo contraerse o expandirse, las cosas dislocarse,
la Historia contradecirse. Lo que esté en la realidad de un Tulku viviente, es decir, de un Tulku real,
ejemplar, de una mariposa-Tulku, más allá de lo Tulku, puede no estar en la realidad de otro Tulku
real pero distinto del primero; o, inversamente, puede estar sobradamente en su contexto. Le aclaro
esto para advertirle que, desde ahora, los partidarios de la Sabiduría Hiperbórea deberán definir a
cual realidad se refieren: si a la realidad del Führer muerto
en la Cancillería-bunker de Berlín o a la realidad del Führer vivo, siempre joven en su Refugio Mágico,
donde aguarda los tiempos históricos de la Batalla Final. Y le anticipo desde ya que los que elijan
vivir en la primera realidad, serán considerados traidores, por más que se proclamen
“nacionalsocialistas” o “nazis”.
Con los ojos brillantes, Konrad Tarstein se detuvo un segundo para servirse más té.
–¿Rudolph Hess...?
–Sí, Rudolph Hess también es un Tulku y por eso ahora se encuentra junto al Führer, en el Refugio
Secreto: está tal cual Ud. lo conoce; no ha cambiado nada. Y porque es un Tulku, puede estar con el
Führer y, además, estar prisionero de los ingleses.”

Tenemos ya una descripción más precisa sobre las características y naturaleza de los tulkus. En
primer lugar, los tulkus son varios cuerpos, o versiones IDÉNTICAS, de un solo Ser, que tienen como
posibilidad “estar y existir” en distintos y determinados sitios a la vez, e, inclusive, manteniendo
pudiendo mantener diferente edad. El proceso de los tulkus, dice Tarstein, se asemeja al desarrollo
de los lepidópteros, por ejemplo, la mariposa, donde el tulku sería solamente uno solo de los seres
que habitan dentro de una pluralidad de seres en estado LARVAL que hacen al conjunto gemelo, o
IDÉNTICO, de la esencia única del Dios o Espíritu, que, a su vez, está difuminado en las larvas tulku.
Además, una mariposa-tulku, es decir, aquella que ha “eclosionado de la larva”, se ha desarrollado
como crisálida y, finalmente, ha emergido como mariposa, se caracteriza por existir en la “realidad”
o vida real, es decir, que ha sido integrado al mundo de los humanos. Por el contrario, las larvas
tulku permanecen en potencialidad latente, en un “lugar” que NO ES, o no se encuentra afectado,
determinado, por la ilusión de Maya (¿Agartha?, la ¿Antártida?). Luego, se nos da una explicación
“significativa”, de los planos de existencia o macrocontextos significativos, de “topología”
existencial, sobre la existencia simultánea de dos o más ejemplares tulku, haciéndonos pensar que
pueden existir tulkus de una misma camada (del mismo “Dios” reencarnado en una pluralidad de
seres), existiendo determinadamente en distintos sitios, macrocontextos, tiempos y contextos
significativos, que pueden coincidir o no en la Superestructura del hecho cultural, y que pudieran
realizar diferentes acciones en pro de su específico objetivo. Posteriormente se nos revela que
Federico II Hohenstaufen fuera también un tulku, el cual, una vez agotada su misión, se retiró
nuevamente de donde provenía, es decir, a Agartha.

Ya tenemos la suficiente información para aventurarnos a construir una particular visión o teoría
sobre la cuestión “Tulku”, y así lo haremos a continuación: Para mí, en mi determinada y propia
opinión, los tulkus son CLONES. Sí, clones que se desarrollan, o “fabrican”, en Agartha o en los
laboratorios extraterrestres o nacionalsocialistas de Nueva Suabia; clones que se encontrarían
“durmiendo en sus botellas o cilindros de líquido amniótico” (larvas latentes), así me los imagino,
esperando a ser activados y lanzados al mundo (mariposas). Merced a qué procedimiento o
tecnología inentendible se hace esto, o cómo se procede para “ponerlos en las barrigas de las
mujeres de donde nacerán”, es imposible para nosotros responder. Pero estos clones existieron
desde siempre, “recién salidos del horno”, como enviados directos de las fuerzas del Espíritu (Siva)
para cumplir con determinados objetivos y misiones específicas DENTRO DE LA REALIDAD CULTURAL
del Hombre, en su HISTÓRIA; para desarrollar las tácticas proyectadas y dibujadas por los Siddhas
en su planificación de la Estrategia Hiperbórea. La realidad lo demuestra. Los tulkus, como los
mencionados en la Novela, son aquellos sujetos CLAVE que ponen en marcha las fuerzas del Destino,
las “fuerzan” y gobiernan, para el bien de la Estrategia. Además, estos tulkus, o clones, son la
expresión genética y biológica de la aristocracia de la Raza Hiperbórea, por eso se les adosa tal
pureza genética (no siempre) y, sobre todo, MINNÉICA, es decir, presentan el Símbolo del Origen “a
flor de piel”, como se dice. Esto se haría específicamente con la intención de que desarrollaran
misiones especiales y de suma importancia, como evidenciamos en los casos de Federico II, Kurt,
Rudolf Hess y hasta el mismo “Führertulku”. Otra cuestión que no podemos responder con claridad
ni seguridad sería QUÉ SE ENCUENTRA DETRÁS DEL TULKU, o sea, cómo se debe entender lo de
“reencarnación de un Dios”, qué o quién insufla el espíritu (Yo) al Tulku. En la Novela se menciona
que el joven Kurt podía, “remontando su Sangre”, llegar ante la presencia del general Kiev. Nosotros
podemos colegir de esto en nuestra teorización, que Kiev es el espíritu detrás de TODOS LOS
TULKUS, o clones, de Kurt Von Subermann. ¿Cómo se hace esto, mediante qué tecnología, qué “otra
ciencia” o práctica esotérico-mágica? No sabemos ni podemos imaginárnoslo con toda sinceridad.
Pero, podemos adivinar o imaginar con la mente, de manera general, como es el mecanismo o
sistema del Tulku, la utilización de clones para injerir activamente en el mundo por parte de los
Siddhas Leales.

Todo esto no es nuevo. Miguel Serrano, ente otros autores, ya menciona en su obra la existencia de
clones de Rudolf Hess y del propio Hitler, dando información cierta sobre este aspecto, como cuando
se encuentran varios “hitlers” carbonizados en cercanías del Bunker, obligando a reconocer a Stalin,
y a las potencias de la Sinarquía, que el Hitler original nunca murió y continuaba con vida, y que
habría huido a paradero incierto. Paradigma que continúa hoy en día. Además, Serrano relata la
situación del Rudolf Hess de Spandau. Un mero clon, “confeccionado” específicamente para dicha
misión en Inglaterra, como, a su vez, sucedió hipotéticamente con Kurt en el Tibet. La existencia de
la clonación no debe sonar tan fantabulosa para la gente de la edad moderna o Kaliyuga, puesto
que ya es un procedimiento “descubierto” y posible para la ciencia moderna, PERO SÓLO EN
ANIMALES. No resulta, entonces, risible ni inverosímil, máxime para nosotros, pensar que los
señores extraterrestres posean una tecnología mayor a nuestra comprensión limitada, y que su uso
efectivo fuera para nuestros ancestros, cosa de magia celeste, misterio sagrado o manifestación de
la Divinidad.

S-ar putea să vă placă și