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Diálogo de preparación para el

sacramento del Matrimonio:

El matrimonio es “la vocación de la mayoría del


pueblo de Dios”1. Iniciemos nuestra reflexión con algunas
preguntas que nos acerquen a la realidad del matrimonio:

1- ¿Qué opinas de la Indisolubilidad del matrimonio cristiano?


2- ¿Qué piensas de los anticonceptivos?
3- ¿Qué crees de la Infidelidad?

La Preparación al matrimonio, a la vida conyugal y


familiar, es de suma importancia para el bien de la Iglesia. De
hecho, el sacramento posee gran valor para la entera
comunidad cristiana y en primer lugar para los esposos. Por
eso, la preparación para el Matrimonio resulta hoy en la Iglesia
de importancia pastoral. La explicación se encuentra en el
fuerte e inesperado cambio de visión común sobre la validez
decisiva de la institución matrimonial para la pareja, para los
hijos y para la sociedad; este veloz cambio ha producido
debates sobre esta verdad fundamental. En numerosas
sociedades se ha introducido la idea de otras formas de
convivencia, de unión consensual libre, con un valor
semejante al que se reconoce al matrimonio. En muchos
casos se cuestionan o no se consideran necesarias la
estabilidad y la responsabilidad de la comunión de vida y amor
entre los cónyuges. Pero este “itinerario de fe no termina
con el matrimonio, sino que continua en toda la vida
familiar” (Cf. CONSEJO PONTIFICIO PARA LA FAMILIA, Preparación al Sacramento
del Matrimonio, 16)

Sentido bíblico:

El punto de partida ha de ser la convicción de que el


pacto conyugal ha sido asumido y elevado por el Señor
Jesucristo, con la fuerza del Espíritu Santo, a Sacramento de
la Nueva Alianza. Asocia así, a los cónyuges al amor de Cristo

1
Cf. CONSEJO PONTIFICIO PARA LA FAMILIA, Preparación al Sacramento del
Matrimonio, Palabra, Madrid 1996, 77.
Esposo a la Iglesia, su Esposa (cf. Ef. 5,25-32). Haciéndolos
imagen y participación de este amor, los convierte en
alabanza del Señor y santifica la unión conyugal y la vida de
los cristianos que lo celebran, dando origen a la familia
cristiana, Iglesia doméstica y “primera y vital célula de la
sociedad” (Apostolicam actuositatem, 11) y “santuario de la
vida” (Evangelio de la vida, 92).

El matrimonio es un bien que tiene su origen la


creación y por ello hunde sus raíces en la naturaleza humana.
“¿No han leído que el Creador desde el comienzo los hizo
varón y hembra y que dijo: Por eso dejará el hombre a su
padre y a su madre y se unirá a la mujer, y los dos harán una
sola carne?” (Mt 19,4-5).

Sentido Canónico:

 La Alianza matrimonial es un consorcio de


Vida (C. 1055,1)
 Entre bautizados es sacramento. (C. 1055,2)
 El matrimonio lo produce el consentimiento de
las partes legítimamente manifestado. (C.
1057,1)
 Pueden contraer matrimonio todos aquellos a
quienes el derecho no se lo prohíbe. (C. 1058)
Los padrinos y testigos no sólo son garantes de un
acto jurídico, sino representantes de la comunidad, ya que por
su esencial carácter social, el matrimonio exige la participación
de la sociedad y esta se expresa en la presencia de los
testigos (cf. PSM, 55).

Sentido Actual:

Como fundamento de la familia, el matrimonio


derrama sobre la sociedad, además de los valores religiosos,
abundantes bienes y valores que aseguran la solidaridad, el
respeto, la justicia y el perdón en las relaciones personales y
colectivas.

Temas primordiales para el matrimonio hoy2:

2
Cf. CONSEJO PONTIFICIO PARA LA FAMILIA, Op. Cit, 35.

2
 La libertad del consentimiento como fundamento de su
unión.
 La unidad e indisolubilidad de matrimonio.
 La recta concepción de la paternidad-maternidad
responsable.
 Los aspectos humanos de la sexualidad conyugal.
 El acto conyugal con sus exigencias y finalidades.
 La educación sana de los hijos e hijas.

Notas esenciales del matrimonio cristiano son:


 Unidad.
 Fidelidad.
 Indisolubilidad.
 Fecundidad.

Sentido Sacramental:

Para los cristianos el matrimonio implica una vocación


a un estado y vida de gracia, una vocación que supone una
respuesta a Dios y la aceptación de la misión de ser signo del
amor de Dios para todos los miembros de la familia humana 3.
Los ministros del sacramento en la Iglesia Latina son
los esposos, como entrega de uno a otro hasta la muerte.
En el Rito Oriental se reserva al sacerdote el papel de
ministro.

Conviene que los futuros esposos se dispongan a la


celebración del matrimonio recibiendo el sacramento de la
penitencia o de la reconciliación ( PSM, 53 y 50c).

Debe procurarse que “el estilo de la celebración sea


sobrio y digno”, y “evitar cualquier apariencia de lujo”,
cuidando que la celebración se caracterice “por la sobriedad,
sencillez y autenticidad. De ningún modo se alterará el tono de
la fiesta por el derroche excesivo”4.

Partes del Sacramento:


 Entrada y saludos.
 Palabra de Dios.

3
Cf. CONSEJO PONTIFICIO PARA LA FAMILIA, Op. Cit, pp. 26 y 33.
4
Cf. Ibíd., 71.

3
 Consentimiento mutuo ratificado.
 Bendición de los signos que representan el
matrimonio (anillos, arras, etc.)
 Bendición solemne de los Esposos.
 Firma de las actas matrimoniales.

La alianza matrimonial es:


“La íntima comunidad de vida y amor conyugal”
(Gaudium et spes, 48)

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