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PENSAR HISTÓRICAMENTE

POR NOEMI S. HERVITZ


y LUIS ALBERTO DE LA GARZA

El peso muerto de generaciones desap arecidas de tas manifestaciones del sent ido de este tipo de ense-
histori adore s, amanuenses y croni stas, ha determi - ñanza de la historia.
nado sin posibilidad de apelación nuestra idea del ,
A guisa de ejemplo podemos señalar el problema
pasado .
E. H. Carr, ¿Qué es la hist oria? de los santorales laicos que se ofrecen en casi todos
los sistemas de educación con respecto a la histo-
ria. Aquí se involucra el pap el que ju egan los hé-
roes en las historias na cion ales: héroes mora lizan-
La posibilidad de proponer una enseñanza que I\e- tes, semidioses perfectos e inmaculados cuyas vi-
ve al sujeto a pensar históricamente, es decir, a vi- das estuvieron destinadas de prin cipio a fin a pen-
vir su propia historicidad, implica analizar tres mo- sar, actuar y luchar por el bienest ar común y la
mentos en la propia historia de este quehacer. El grandeza de la patria. Ma niqueísmo y mitificación,
presente artículo intenta criticar los dos momentos cuyo cuIto erige a los gob ernantes y sus ideólogos
existentes y plantear un tercero que se está desarro- en supremos sacerdotes de la religión a la historia.
llando y que debe superar dialécticamente los ante- Héroes que sirven como ejemplo a la niñez ya la
riores en la enseñanza de la historia. juventud que debe emularlos y que son impensa-
El primer momento al que alude la mencionada bles como hombres reales; héro es que se encarnan
cita de E. H. Carr es la historia moralizante, la his- sucesivamente en la figur a del gobern ante en tur-
toria patria, la historia política en tanto historia no; héroes que desde sus pedestales observan satis-
fáctica a través de la cual los curricula oficiales fechos como sus premoniciones sobre el futuro es-
transmiten la ideología de la clase dominante y con tan plasmadas en el presente oficializado.
el\a una falsa conciencia del quehacer histórico. Pero, ¿quién elige a los héroes? Aquí, la política
Esta educación histórica que se repite en todos educativa como parte de la ideolog ía po lítica de un
los niveles condiciona, en un segundo momento, país determinado decidirá quiénes son los " bue-
actitudes y mentalidades no solo de rechazo a la nos" y quiénes los " malos" . De esta manera ten-
disciplina histórica que aburre de tantas fechas y dremos a veces dos o más historias que representan
batal\as; sino que impide al alumno pensarse histó- diversas concepciones historiográficas y tra ducen
ricamente, entender su presente y posibilitar su su postura política respec to a un proceso histórico
propia transformación. determinado que sirve para ju stificar las luchas
De ahí que como profesores de historia aboga- presentes. Pero también encontramos historias ú-
mos por retomar la enseñanza de la historia, en un nicas, donde la historia se presenta como una su-
tercer momento que plantee el sentido de enseñar matoria de acrobacias y malabar ismos fantásticos
historia -como señalábamos en un artículo ante- en donde todos los " héro es" se amalgaman en su
rior (Cfr. Del historicismo y los historicistas)- para mismo estrato, borrándose las contradicciones, las
dar cuenta de nuestra propia historicidad, como rivalidades, las luchas y las diferencias del proyecto
una forma de concebir problemas, desde la cual sea histórico que cada uno de ellos rep resentó en un
posible "transformar conciencias para que piensen momento; y por supuesto, presentando los asesina-
y practiquen transformando a su vez su propia his- tos y las muertes entre ellos como un proceso 'nor-
toricidad libremente". mal' de la 'revolución que acaba devorando a sus
¿Cómo aprendimos historia? Aquí podemos propios hijos' , tan cara a esta concepc ión lineal de
enumerar una serie de axiomas que representarían la historia.
nuestra captación y por ende lo que nos transmitie- Este tipo de discurso histórico es ta mbién un ins-
ron sobre la historia, a la que I\amaremos "la polí- trumento político en lo que se refiere a los gra ndes
tica de la historiografia." temas y acontecimientos que deben recobrarse del
No profundizaremos por ahora la discusión pasado. Nuevamente ¿quién , cómo, por qué se eli-
-por otra parte ya abundante- del significado de gen los temas y los acontecimiento s dignos de men-
la historia patria moralizante cuyas razones de ser ción histórica?
se encontrarían, más dentro de la explicación del La exaltación de algunos de ellos o de ciertas fe-
proceso político que propiamente del rigor históri- chas, no son ni acumulativas ni invariables en la
co. En este sentido, la falsificación y la mitificación historia; no son siempre parte del acervo histórico
de los hechos corresponde a un proceso de control nacional, sino que van cambiando en tanto cam-
de la historia (como pasado) por parte de las clases bian las condiciones históricas de esa nación. Las
y grupos dominantes que tiene como fin la legiti- fechas son emblemas nacionales relativamente per-
mación de su presente, al mismo tiempo que es ve- manentes que indican el triunfo de un país sobre
hículo de transmisión de su ideología. otro, el fin de una opresión extranjer a o la victoria
El culto a los héroes, la conmemoración de las de un grupo, social sobre otro; pero si el tiempo
grandes fechas, el descubrimiento de los hilos con- pasa y las condiciones internacionales o nacionales
ductores del proceso histórico que se plasma y jus- de esos entonces enemigos, se modifican tornándo-
tifica en el hoy y el aquí, el control de las interpreta- los en aliados en una nueva coyuntura histórica,
ciones a partir de los 'libros de texto' y de los 'pro- esas fechas se olvidarán, dado que ya no sirve re-
gramas vigentes y autorizados' son unas de las tan- cordarlas ni para el propio país, ni para el hasta en-

28 Lu is Alberto de laGarza y Noemí S. Hervitz , son investigado-


res y catedrático s de la Facultad de Ciencias Polít icas y Sociales
delaUNAM .
tonces ex-enemigo y desaparecen del calendario del estudiante hacia el conocimiento de la historia .
histórico. La mayor parte de los sistemas educativos inclu-
De la misma manera secambia en forma arbitra- yen en su curricula la asignatura de historia en sus
ria, por decreto, la importancia o el sentido de de- diferentes niveles. El estudiante se enfrenta a ésta
terminadas luchas, cuando éstas ya no cumplen como a un obstáculo que hay que superar , como una
con las necesidades del poder, o cuando pierden su carga deinutilidad que hay que sobrellevar para con-
identificación con las causas populares mediante la tinuar en la escuela.
elaboración de los grandes espectáculos patrios. Los condicionamientos negativos a que hacía-
Esto permite igualmente realizar una historia de- mos referenciason de diversa índole, pero tienen en
terminada a posteriori donde los aparatos de domi- común el impedir la comprensión de la historia
nación deciden atribuir a un personaje el hecho rea- como un elemento de conocimiento de la realidad .
lizado por otro, para hacer coherente su visión de Son negativos, en tanto que la historia ha sido pre-
un proceso uniforme, o de suprimir y falsificar los sentada como una "ciencia" de tipo positivista,
acontecimientos que ponen en peligro -por ser rea- donde la enseñanza de los hechos se presenta de
les y contradictorios- esta uniformidad. En este - una forma imparcial, tal y como lo señalara la céle-
sentido resulta relativamente sencilla la función de bre posición de Ranke en la que sostenía que la his-
la historia en la praxis de los grupos dominantes, toria "es lo que realmente ha sucedido... Ia verdad
en cuanto que ésta se encuentra determinada por el escueta, sin ningun adorno, sin nada de fantasía;
interés político y no por la objetividad científica nada de imaginación" . (sub. nuestro)
aunque esta objetividad -por supuesto- no es ne- El resultado de ello ha sido el de concebir la ense-
cesariamente contraria a los intereses de las clases y ñanza de la historia sin problema histórico, trans-
grupos dominantes. formada en una cronología en la que se suman di-
De acuerdo a lo que señalábamos, la interpreta- nastías, reinados, gobernantes, guerras, batal1as,
ción de la historia en la praxis social de las clases acuerdos y tratados. .. cuyo resultado es La
dirigentes la convierte en una disciplina al servicio HISTORIA. No es pues el conocimiento de la his-
de éstas, lo cual se refleja necesariamente en las for- toria, sino la descripción de una realidad fija y está-
mas de enseñanza que conducen, en términos gene- tica, que se concibe como muerta (el pasado) lo que
rales, a una serie de condicionamientos negativos se enseña y por tanto, lo que crea esta actitud nega-
tiva, además de que el propio método positivista
que recurre a la cronología para enseñar la suce-
sión de los hechos implica a nivel pedagógico, la re-
currencia a una historia memorizadora, historizan-
te, en donde no se trata de la necesidad de<íefinirel
pasado para entrelazarlo al futuro sino de congelar
el presente como J!leta -la historia como civis-
mo.
Es a partir de esta visión última que la historia
pierde su lógica interna, que impide al estudiante
razonarla en el sentido de comprenderla y asir las
ligazones del proceso, y en donde, por el contrario
el conocimiento se transforma en un mero cuadro
caótico de cuestiones sin sentido o armonizadas, a
fuerza de suprimir y deformar sus componentes.
En ella prevalece el asífue antes que los por qués.la
incoherencia sumatoria sobre la reflexión-y el aná-
lisis, la descripción de los acontecimientos eviden-
tes en lugar de pensar históricamente.
Desde la misma perspectiva puede analizarse la
falta de sentido que aparece en la enseñanza de la
historia con respecto a sus interrelaciones. El
aprendizaje de lo particular a lo general, de lo local
'a lo nacional y de éste a lo universal, adolecen de la
misma deformación aritmética que ya habíamos
mencionado antes: una comunidad mas una inva-
sión externa igual a un país colonial; un estado co-
lonial menos un grupo dominante extranjero igual
a un estado independiente; un estado independien-
te dividido entre muchos personajes ambiciosos
igual a un período de anarquía...

29· DIBUJOS DE MANUEL MIRANDA


La imposibilidad de explicar científicamente el necesario revalu ar. El primero y fundamental es la
proceso histórico en sus par ticul a ridad es y sus ge- dife rencia y coinc idencia entre "escribir historia" y
nera lidades , en sus elementos de continuidad y de "hacer la historia."
cambio, de contradicción y transformación, pr e- Estos postulados que parecen tan clar os, han
senta un obstáculo infranquea ble al conocimiento sido sistemáticamente confundido s por un planteo
y comprensión de sus múltiples interrelaciones idea lista de la historia que hace coin cidir ambos, ya
para situarlo como un todo determinante y deter- que los grandes hombres hacen la histo ria y entre
minado a la vez. En la práctica generalizada por el ello s surgen "naturalmente" los qu e la escriben .
contrario, los procesos se manifiestan como estruc- Pero revisemos sus postulados: ¿Quiénes escriben la
turas aisladas e inamovibles que en el mejor de los historia? Los historiadores profesio nales, aquellos
casos llevan paréntesis de interrelación o crean de científicos sociale s cu yo trabajo es estudiar un pe-
nueva cuenta un falso discurso aritmético de la his- ríodo histórico, describirlo, explicarlo (en el mejor
toria uni versal. de los casos) par a entender cómo pensaron los
Resulta entonces necesaria la discusión so bre el hombres de ese momento, cómo interp reta ron su
sentido de la enseñanza de la historia, incluso como propia coyuntura histórica , cu áles fuero n las alter-
profesión para que deje de ser ese pesado fardo que nati vas que tu vieron respecto de su prop io futuro y
hay que soportar en el proceso de educación prima- cuál fue el camino que se dio, asi co mo los inten-
ria y med ia y para mostrar que no constituye una tos que quedaron a la vera del mismo , pero no por
pérdida de tiempo ni algo alejado de la enseñanza ello fuera de la historia. Esto s mismos profesiona-
de otras profesiones, sino que por el contrario, re- les usualmente reflexionaron y reflexionan sobre su
sulta la vía natural de conocimiento de la realidad propio quehacer, sobre los prin cip ios de causali-
en cuanto su historicidad y de la comprensión de la dad, sobre sus prob lemas metodológicos o sobre el
sociedad y del hombre como prod uctor y producto marco teórico , y cad a uno dio una respuesta a la
de sus circunstancias. pregunta básic a y clásic a de qué es la historia.
Este tercer momento que se plantea como un Respuestas que dependen tanto de las diversas
nuevo combate po r la historia, combate para plan - posiciones teóricas como de las nuevas preocupa-
tear una enseñanza que recupere nuestra propia ciones que sobre la propia cienci a histórica se han
historicidad, revela una serie de parámetros que es desarrollado en los últimos años . Señalaremos en-
tre las corrientes más difundid as hoy día, aquellas
que nos pa recen significa tivas para ejemp lificar el
sentido de este queh acer tanto por su concepción
tradiciona l como por las nue vas posibilidades que
se abren:
F . Suárez: "La historia son los hechos verdade-
ro s, pertenecientes al pas ad o, de cierta relevan-
cia."
E. Ravignani: " Histo ria es la ram a del saber que
revive, estudia y representa el progreso de la cul -
t ura humana en forma especializad a."
J. Huizinga: "Historia es la form a espiri tual en
que una cultura se rinde cuentas de su pasado. "
H. Collingwood: "La historia es la recreación
del pensamiento pasado en la mente del historia-
dor. "
Foustel de Coulanges: " La historia no es la acu -
mu lación de acontecim ientos de todo tipo que
oc urrieron en el pasado, sino que es la ciencia de
las sociedades hum anas ."
M. Bloch: " La histo ria es la ciencia de los hom-

..
\

bres en el tiempo y en el espacio."


H. 1. Marro u: "La historia es él conocimiento
de l pasado humano" .
') E. H. Carr: "La historia es el diálogo entre los
_ . r--
aco ntec imientos del pasado y las metas del fut u-
ro que emer gen progresivamente."
J. Che snaux: "La relación dialéctica entre pasa-
do y fut uro, hecha a la vez de continuidad y de
ruptura, de cohes ión y lucha es la trama misma
de la histor ia."

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E. Hobsbawm: "La historia de la sociedad (es) Durante un largo período se entendió la historia
una colaboración entre los modelos generales de como el estudio del pasado . En este siglo se ha plan-
la estructura y del cambio sociales, y el conjunto teado que es la interacción entre el pasado y presen-
de fenómenos específicos que de hecho ocurrie- te. que es el presente el que formula las preguntas al
ron." pasado, y más recientemente, las definiciones in-
P. Vilar: "Pensar todo históricamente, he ahí el cluyen el futuro. La historia formula las preguntas
marxismo, que sea o no después de ésto, un 'his- al pasado para entender el presente y transformar-
toricismo' es... querella de palabras... la historia lo en función de un proyecto futuro .
se piensa en el espacio como en el tiempo." Otro punto de acuerdo en las diversas concep-
ciones sobre la historia, es el del hombre como su-
Aunque este quehacer pareciera, y de hecho pro- jeto fundamental de estudio. Todas las corrientes
fesionalmente es, una actividad en la mayoría de aceptan el hecho de que es el hombre el que hace la
los casos individual, desde una perspectiva global historia, mas sin embargo no queda claro a qué
del conocimiento es un quehacer colectivo, en tan- hombres se refiere cada una de ellas; lo héroes o las
to acumulativo, ya que cada uno desde su perspec- masas, entre quienes existe una polarización de
tiva, desde su trabajo y desde su posición teórica, comprensiones. Quienes "hacen la historia" son
aportó un mayor conocimiento del pasado para en- los hombres todos, Juan y María, burgueses y pro-
tender mejor el presente. letarios, Cario magno y Fidel Castro, masas y líde-
Releyendo las definiciones se verá que el común res, campesinos y maestros, artistas y desocupados.
denominador de todas ellas es el tiempo. Este es el Si aceptamos con Gramsci que el hombre es el con-
parámetro propio de la historia ya que al historia- junto de las relaciones sociales más devenir, o sea
dor no le interesa fundamentalmente los hechos del libertad, es el hombre entendido en estos términos
pasado sino cómo fue pasando, no le interesa la el que está haciendo la historia y toda teoría de la
cosa en sí, sino cómo deviene. Pero esto tampoco es historia tiene así la determinación correctiva de la
inamovible, su dimensión va variando en función práctica, que no es común a todas las clases y gru-
de una mayor praxis política, y el propio compo- pos de la sociedad. Por el contrario, los distintos
nente tiempo se modifica según las épocas, enri- actores de la historia, desde su propia práxis ten-
queciendo la interpretación de la historia. drán su punto de vista sobre la historia y de este
quehacer colectivo, activo y contradictorio sur-
girán las diversas interpretaciones.
Los distintos grupos y clases en tanto que son ac-
tores de la historia reflexionan sobre su propio que-
hacer. Reflexión que deriva del sentido común que
da la memoria histórica, o de una teorización que
está mediada por los intelectuales orgánicos de las
mismas. La reflexión teórica en su unidad y diversi-
dad es producto social de los hombres que partici-
pan de las mismas condiciones históricas. .
Si el movimiento obrero por ejemplo, estudia su
propia historia, encontrará en su pasado las suble-
vaciones, huelgas o revoluciones que legitimicen su
lucha presente en función de su propia transforma-
ción . Lo mismo es válido para cualquier otro grupo
que no se reconoce en las versiones oficiales, en las
que se han eliminado determinadas coyunturas o
, en donde se han considerado secundarias sus accio-
\ . nes porque ello estorba a la comprensión histórica
de los grupos dominantes . En este sentido, incluso
aquellos profesionales de la historia vinculados a la
historiografía oficial aportan elementos para el co-
nocimiento de nuestro pasado, porque si en algu-
nos casos sus postulados son falsos también ello es
fuente de estudio, pues como diría M . Bloch, la
mentira en sí misma es un testimonio.
Volviendo a la definición del hombre que men-
cionamos anteriormente, marcábamos el término
devenir-libertad. Este es un punto crucial en el sis-
tema de enseñanza de la historia, ya que el estu-
diante toma naturalmente el pasado como un tiem-

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po fósil y determinado, en el que las cosas fueron sob re el queh acer histórico - que es una reflexión
fatalmente así. Una historia enseñada en la pers- que viene después del quehacer mismo - la historia
pectiva que estamos planteando implica que el es- no es más que lo que una época piensa sobre sí mis-
tudi ante comprenda que en cualquier tiempo pasa - ma y traduce dicha reflexión a todo su pasado . Es
do esos hombres no estaban totalmente determina- por ello que la historia se escribe tant as veces y de
dos, sino que tuvieron alternativas y que polí tica- maneras tan distintas; por que cad a época o cada
mente eligieron entre ellas. Si es así entenderán su sociedad, se piensa distint a y le hace preguntas dis-
propia historicid ad para comprender su condicio- tintas a su propio pasado .
namiento social, pero también sus alternativas pre- La comprensión de nue stros con ceptos teóricos
sentes respecto a su propio fut uro . Como diría La- sobre la realidad es válida para nosotros en cuanto
brousse sobre las leyes históricas, "éstas no tienen que éstas son fundamentalmente ca tegorías históri-
el car ácter relativamente inexorable de las leyes fí- cas. Esto implica reconocer que contin uamente se
sicas. Lo que caracteriza a la ley en las ciencias hu- transforma la organizació n de los hom bres, sus
man as es precisamente su caracter de pluralidad . formas productivas, su s mani festaciones cultura-
La ley no es una necesidad, es una probabilidad les, concepciones científicas creen cias modas,
'mayoritar ia' , y a veces de una grado bastante bajo. etc .r y que paralelamente se modifica su ambiente
La ley no permite tanto prever cuanto apostar". natural, sus espacio s geo gr áficos en su explotación
Concebida la historia en estos términos -escri- y utilización, así como la imagen que el hombre tie-
hir y hacer- , la enseñanza de la historia de be ser ne de su mundo. Entender que el mundo se trans-
expresión de ambos para que el estudiante, como forma dialéctic amente - a pesar de los fenómenos
señalábamos, entienda que su historicidad es el es- de larga duración- en procesos de continuidad y
tudio del pasado como vía de conocimiento de su de ruptura desde el pun to de vista del hom bre y de
realidad presente para así poder transformarla. Lu- la sociedad nos posibilita hacer una historia misma
cien Febvre decía que una historia pro blemática es y diferente a la vez. Es aq uí do nde apa recen tam-
una forma de conciencia que "permitirá a sus con- bién los mom ento s de qu iebra, las coyunt uras que
temporáneos, a sus conciudadanos, comprender hacen posible s los desfasajes en el proceso histó ri-
mejor los dramas de que van a ser, de que ya son, co, momentos especiales do nde se da la conjunción
todos juntos, actores y espectadores". de elementos presentes pero no siempre interrela-
A pesar de los distintos conceptosy definiciones cionados, que posibilitan las transformacio nes
cualitativas de la histo ria.
De ahí que la enseñ an za de la histo ria debería re-
cuperar una dimensión fun da mental: que la histo-
ricidad no es propia de la historia como una disci-
plina autónoma, sino qu e la histo ria impregna el
quehacer científico en su totalidad. Queremos decir
q ue no podemos diferenciar entre socio logía, filo-
~ / sofía, antropología, cienc ia política, historia, etc.
~ "
como disciplin as independientes con su propio ob -
I
I jeto de estudio. Esta parcialización es pro ducto de
la especialidad y complej idad de las áreas de estu-
dio, pero la comprensión de los procesos sólo pue-
de darse es su totalidad.
Desde este punto de vist a la historia puede recu -
perar la categoría de totalidad, que el proc eso del
quehacer histórico como el de la comprensión mis-
ma de la realidad en sus múltiples faceta s segmen-
tó, pero cuya última alternativa es volver a esa uni-
dad dialéctica como principio intelectual en toda
investigación y docencia.
La historia debe plantear aquella categoría que
le es propia, el tiempo, para ubicar los procesos y
así entender que las ideas se gestaron histó ricamen-
te y no se puede por tanto trasponer actitudes me-
canicistas, po rque entender el tiempo de otros
ho mbres y otras épocas es ayudar a diferenciar el
nuestro. Una enseñanza de esta índole no sólo re-
cupera la historia en su verdadera perspectiva sino
que da sentido a la posibilidad de enseñ ar a pensar
históricamente.

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