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 se caracteriza por su gran variedad de platillos y recetas, así
como de complejidad para su elaboración; es famosa por sus sabores fuertes y
sofisticados sumamente condimentada.

Reúne tradiciones gastronómicas indígenas y europeas, entre otras muchas. Baste con
señalar que la comida mexicana no es ajena a la cocina africana, cocina del Oriente
Medio y asiática.

Existen ciertas obras de la gastronomía local que se han extendido por regiones más
extensas o incluso a nivel nacional. Este es el caso de platillos como la cochinita pibil
(yucateca), el mole poblano, el pozole (identificado con Sinaloa, Jalisco y Guerrero), el
cabrito (coahuilense de origen y atribuido a orígenes nuevoleoneses) y así por el
estilo, con una lista inacabable.

Este conjunto inmenso de cocinas regionales bien diferenciadas se caracterizan todas


ellas por un componente indígena básico en sus ingredientes y formas de preparación
de los alimentos. Con mucho jitomate y cebolla morada

Pero la comida mexicana no sólo está constituida por sus platillos tradicionales. En las
últimas décadas ha florecido un movimiento que se ha dado en llamar Nueva cocina
mexicana, que retoma las recetas, técnicas e ingredientes nacionales y las combina con
los propios de la alta cocina internacional.

Durante la época prehispánica, los pueblos indígenas que habitaron el territorio


tuvieron una dieta basada principalmente en vegetales. De ellos hay que señalar que
hay una especie de trinidad que fue común a muchos de ellos desde por lo menos el
año 3000 a.c: se trata del maíz, el fríjol y el chile.

Grandes culturas (las mesoamericanas, y en menor medida, las oasis americanas)


fueron alimentadas materialmente con estos tres frutos de la tierra. Al chile, fríjol y
maíz se asociaban otras especies de no menor importancia, algunas de las cuales han
trascendido su nativo nicho ecológico para convertirse en insumos de las más
variadas cocinas.

Cabe mencionar al jitomate, el cacao, el aguacate, la calabaza, el nopal, divinizados


todos ellos en la figura de Chicomecóatl, nombre nahua de la diosa mesoamericana de
los mantenimientos.

Los chinicuiles Ȅantes comida de pobresȄ se han convertido en una delicadeza de la


comida mexicana. Para complementar su alimentación, que ya se ve, fue pobre en
proteínas y grasas, los antiguos pobladores de México acudieron a dos estrategias: por
un lado, la crianza (en Meso América) de guajolotes (pavos) y xoloitzcuintles (perros);
o bien, la caza y recolección de todo tipo de animales, y esto vale para todos los
pueblos de América Septentrional. Por ello, en aquellos tiempos cabe buscar los
orígenes de ciertos hábitos alimenticios que perduran en la actualidad.

Es el caso del consumo de insectos y gusanos (chinicuiles, chapulines, escamoles,


jumiles...); reptiles (iguanas, serpientes...); batracios (ranas, axolotes...); peces
(boquerones, charales, pescado blanco...); mamíferos (ardillas, ratas, tejones,
venados...) y aves (chichicuilotas, patos, codornices...). De aquí que en buena parte de
México sea frecuente escuchar que «Todo lo que corre, nada, se arrastra o vuela, va a
la cazuela».

De igual antigüedad son algunas de las técnicas y utensilios más característicos de las
cocinas mexicanas. Citemos por ejemplo, la nixtamalización del maíz, desconocida en
todo el mundo, salvo en México y ciertos países de América Central, como Guatemala.

La molienda del maíz y otros alimentos en morteros de piedra volcánica, llamados


molcajetes y metates es una costumbre que persiste, aunque cada vez va perdiendo
más presencia ante lo práctico que resulta el empleo de la licuadora y el molino
industrial, en comparación con el cansancio producido por el empleo de los utensilios
tradicionales.

También conocidos por los pueblos prehispánicos son las técnicas de cocción al vapor
Ȅempleada, por ejemplo, en la confección del tamalȄ, o el horno de tierra cuya
fuente de poder son piedras calentadas durante horas a la leña Ȅcon la que se
preparan, por ejemplo, la barbacoa, la cochinita y el zacahuil.

Es el caso del mole, el atole, el tesgüino, el papadzul, el uchepo y toda una


constelación. Caso aparte es el de la tortilla, que tomó prestado su nombre de la
española, con la que nada tiene que ver.

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Plato de enchiladas de mole poblano, acompañadas de arroz a la mexicana, frijoles y


una ensalada fresca. Mucho deben las gastronomías mexicanas a la llegada de los
europeos, principalmente españoles. Buena parte de lo que come un mexicano en la
actualidad tomó su forma a partir de de la ocupación del actual territorio de México
por los españoles.

Así como América Ȅque no sólo MéxicoȄ aportó nuevos ingredientes al «mapamundi
gastronómico», el resto del mundo también participó el intercambio de ingredientes
sin los que, en nuestros días, sería impensable la comida mexicana. Señalemos, por
ejemplo, la importancia del cerdo.

Su manteca fue durante mucho tiempo el aceite preferido para sazonar las comidas. Su
carne se consume bajo innumerables formas, destacando entre ellas la carne por
antonomasia en México: las carnitas. Su cuero se convierte en chicharrón, y sus
vísceras pueden parar en un cazo de menudo. Ni sus pezuñas ni su cerebro tienen
desperdicio: las primeras se convierten en «manitas» y se consumen a la vinagreta, y
el segundo sirve de relleno para unas crujientes quesadillas de sesos Ȅfritas en
manteca de puerco, desde luego.

Además del cerdo, la vaca (y todos sus derivados), las ovejas y todos los animales que
se incorporaron al que se considera «repertorio gastronómico mexicano» en la época
de la Conquista; con los españoles llegaron cereales Ȅcomo el arroz y el trigoȄ,
frutos Ȅespecialmente cítricos, y hasta la sandía, que los mexicanos consideran de
buena fe ser nativosȄ; y desde luego, las especias, mítico motivo de los afanes de
Colón. Ni qué decir de productos básicos como el pan, que en México se multiplicó en
cientos de formas, algunas de las cuales son identificadas con sus localidades de
origen (el pan grande de Acámbaro, el pan de yema de Oaxaca).

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A partir de la independencia de México, las gastronomías mexicanas fueron


consolidando las características que hoy las identifican. Muchos de los sucesos
históricos que ocurrieron en México en el siglo XIX dejaron su impronta en la cocina
de los mexicanos.

También en el Porfiriato las clases altas comenzaron a mostrar preferencia por las
cocinas europeas. Ello trajo como consecuencia el relajamiento de la comida mexicana
más sofisticada a los ámbitos de la comida casera, pero no implicó el abandono total
de costumbres antiquísimas como la ingesta de tortillas de maíz. Al concluir la
Revolución Mexicana, la gastronomía nacional fue ensalzada nuevamente como parte
del programa nacionalista de los gobiernos emanados de esa guerra civil. El tema de la
gastronomía apareció recurrentemente en el cine de la Época de Oro (años cuarenta y
cincuenta), acompañando otros estereotipos de lo mexicano.

A partir de la última década del siglo XX se ha desarrollado un movimiento


gastronómico conocido como «alta cocina mexicana». La nueva cocina mexicana Ȅ
como también se le conoceȄ retoma una parte importante del repertorio de
ingredientes de la cocina mexicana tradicional.

Para principios del siglo XXI, en varias ciudades de México es posible encontrar
restaurantes de las más diversas especialidades. Existen numerosos establecimientos
de comida rápida, principalmente de origen estadounidense, que conviven con
establecimientos que expenden la tradicional «garnachería» o lo mejor de la cocina de
todo el mundo. Sea como sea, la cocina mexicana popular y aquella derivada de la
intervención de profesionales de la cocina en su manufactura siguen gozando de una
gran vitalidad.

    

Nos sentimos orgullosos de la cocina mexicana y queremos compartirla con ustedes.

Nuestra Cocina es algo más que un recetario, en ella hay que definir sus técnicas,
características e ingredientes exclusivos de México.

Ninguna otra Cocina tiene "Antojitos" parecidos a los mexicanos, las salsas que se
hacen todavía en el tradicional molcajete, sus moles en toda su gran variedad con el
toque único del arte culinario mexicano.
Las maneras de utilizar maíz, chiles y cactus son exclusivas de nuestra cocina, de todo
esto deriva que para cocinar al estilo mexicano se necesita algo más que un recetario.

La mujer mexicana, es la que ha creado la variedad y la riqueza infinitas de la historia


de nuestra cocina. Como también han sido principalmente las mujeres las que han
recuperado la tradición y la buena etiqueta en la mesa.

   

Por su posición geográfica el estado de Puebla ocupa un lugar especial en la historia
de nuestro país. Desde tiempos inmemoriales fue la ruta obligada entre el centro de
México y la costa del golfo. Por su territorio pasaron los hombres de Moctezuma en
busca de conquistas, con el objetivo de extender su influencia política y económica. En
él encontraron los productos más diversos por estar enclavado en una región donde
conviven diferentes climas y una gran diversidad de grupos étnicos.

En su entorno, el paisaje se va modificando según se trate de la región, ya sea mixteca,


huasteca o serrana, o los extensos valles productores de pulque y de maíz.

Nace así la mesa poblana, expresada en la tradición y las costumbres de la ciudad de


Puebla de los Ángeles, en la que además de los platillos existe el singular ambiente de
la famosa Dzcocinadz poblana, donde no pueden faltar los objetos de madera y de barro,
así como las elegantes vajillas de Talavera.

Por eso cuando la fortuna nos ha llevado hasta el lugar donde se reúne la magia de la
comida poblana y probamos el sabor de sus exquisitos bocados, como chalupas,
pellizcadas, esquites, peneques, picadas, quesadillas, tamales, tacos, tamaletes,
tlacoyos, tostadas, totopos, chilaquiles, enfrijoladas, garnachas, gorditas, memelas,
mole de olla, chilemole, budín de elote con rajas, molotes, flautas, enchiladas,
ponteduros, pozole, elotes asados o cocidos, atoles, frituras y hojuelas, todos ellos
elaborados teniendo como base el maíz, confirmamos que efectivamente se trata de
un menú envidiable en cualquier parte del mundo. Si agregamos a todo esto los chiles
rellenos capones, los chiles en nogada, el mole de convento, el mancha mantel, el
pipián, el cuitlacoche, el rompope, las lágrimas de obispo, las pastas de almendra, las
tortitas de Santa Clara y los famosos camotes poblanos, no podemos dejar de
reconocer que en México y en el mundo entero hablar de comida mexicana es
sinónimo de comida poblana.
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-  .- Se entenderá por actividades empresariales las siguientes:

Las comerciales que son las que de conformidad con las leyes federales tienen ese
carácter y no están comprendidas en las fracciones siguientes.

Las industriales entendidas como la extracción, conservación o transformación


de materias primas, acabado de productos y la elaboración de satisfactores.

Las agrícolas que comprenden las actividades de siembra, cultivo, cosecha y la


primera enajenación de los productos obtenidos, que no hayan sido objeto de
transformación industrial.
 Las ganaderas que son las consistentes en la cría y engorda de ganado, aves de
corral y animales, así como la primera enajenación de sus productos, que no hayan
sido objeto de transformación industrial.

 Las de pesca que incluyen la cría, cultivo, fomento y cuidado de la reproducción


de toda clase de especies marinas y de agua dulce, incluida la acuacultura, así como la
captura y extracción de las mismas y la primera enajenación de esos productos, que
no hayan sido objeto de transformación industrial.

 Las silvícolas que son las de cultivo de los bosques o montes, así como la cría,
conservación, restauración, fomento y aprovechamiento de la vegetación de los
mismos y la primera enajenación de sus productos, que no hayan sido objeto de
transformación industrial.

Se considera empresa la persona física o moral que realice las actividades a que se
refiere este artículo, ya sea directamente, a través de fideicomiso o por conducto de
terceros; por establecimiento se entenderá cualquier lugar de negocios en que se
desarrollen, parcial o totalmente, las citadas actividades empresariales.

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-    Se reputan en derecho comerciantes:

 Las personas que teniendo capacidad legal para ejercer el comercio, hacen de él
su ocupación ordinaria;

 Las sociedades constituidas con arreglo a las leyes mercantiles;

 Las sociedades extranjeras o las agencias y sucursales de éstas, que dentro del
territorio nacional ejerzan actos de comercio.
  
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-    Todos los comerciantes, por el hecho de serlo, están obligados.

 A la publicación, por medio de la prensa, de la calidad mercantil; con sus


circunstancias esenciales, y en su oportunidad, de las modificaciones que se adopten;

 A la inscripción en el Registro público de comercio, de los documentos cuyo


tenor y autenticidad deben hacerse notorios;

 A mantener un sistema de Contabilidad conforme al artículo 33.

  A la conservación de la correspondencia que tenga relación con el giro del


comerciante.

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Objetivo general

Al finalizar nuestra investigación habremos establecido un negocio de comida rápida


cerca en _____________________________________-

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

ë? Proporcionar servicio al cliente de alta calidad y a bajo costo.


ë? Conocer la preferencia de los clientes.

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