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de ellas?
Perfiles de madres tóxicas y soluciones
Los hijos representan una parte importante en la vida de sus madres. Sin
embargo, todas las madres no son capaces de expresar ese amor y
preocupación de la mejor manera. De hecho, algunas adoptan
comportamientos demasiado sobreprotectores o controladores. De esta
forma, aunque su objetivo es cuidar y proteger a sus hijos, terminan
limitando sus potencialidades y su desarrollo. En esos casos
podemos hablar de “madres tóxicas” ya que en vez de estimular el
crecimiento de sus hijos, afectan su equilibrio emocional.
4. Competitiva
Son madres que mantienen una relación superficial con sus hijos porque
están demasiado centradas en sí mismas. No se enfocan en las necesidades de sus
pequeños ni le brindan la confianza y el cariño que necesitan para crecer y
sentirse seguros. Una madre competitiva demandará mucha atención para sí
misma, pero por mucho que su hijo se esfuerce, nunca podrá
complacerla. Estos pequeños terminan desarrollando una personalidad retraída
porque tienen miedo a equivocarse y a menudo se imponen estándares demasiado
altos y difíciles de conseguir.
5. Envidiosa
Se trata de madres hipercríticas que denigran a sus hijos por cualquier
motivo ya que sienten celos de sus logros. Estas madres ven a sus hijos como
rivales y a menudo generan en ellos culpa y vergüenza para mantenerlos
controlados. Su estrategia consiste en minimizar sus victorias y logros,
haciéndoles sentir mal o culpándoles por su propio fracaso. Evidentemente, estos
niños terminan desarrollando una autoestima muy baja y se culpabilizan
constantemente.
Tres consejos para evitar convertirte en una madre
tóxica
1. Identifica los comportamientos tóxicos
En realidad, todos somos, en mayor o menor medida, personas tóxicas ya que
podemos comportarnos de forma controladora, competitiva o distante sin darnos
cuenta. Por eso, el primer paso, y probablemente el más importante, es
percatarse de que tú también puedes ser una madre tóxica o, al menos,
poner en práctica actitudes que pueden ser dañinas para tu hijo. Por
consiguiente, reflexiona sobre el tipo de relación que mantienes con tus hijos y
piensa si algunos de tus comportamientos, en vez de ayudarles a desarrollar todo
su potencial, se convierten en un lastre para su desarrollo.
2. Rompe el ciclo de toxicidad
Si tu problema es que eres demasiado controladora o competitiva, debes tener en
cuenta que tu hijo no es una extensión de ti, tiene derecho a tomar sus propias
decisiones y a cometer sus propios errores. Por tanto, evita anteponer
continuamente tus necesidades a las suyas e intenta darle más libertad para que
aprenda a ser autónomo. Si tu problema es que no sabes cómo expresar tus
sentimientos, bastará que te abras poco a poco y que comiences a decirle a tu hijo
cuán importante es para ti. Considera que a veces un abrazo, una caricia o una
mirada valen más que mil palabras y transmiten muchísima emoción.
3. Estimula la comunicación
Fomentar la comunicación con tu hijo es clave para mantener a raya los
comportamientos tóxicos. Si tu hijo tiene confianza para expresar lo que necesita,
será el mismo quien te indique cuándo te estás pasando de la raya. Por eso, es
fundamental que desde pequeño le des libertad para expresar sus emociones
e ideas. A la vez, es conveniente que hables con él y le cuentes tus expectativas
ya que es importante que los niños sepan qué se espera de ellos. Por último, ante
un conflicto, no impongas tu voluntad, intenta negociar de manera que ambos
salgáis ganando.
Jennifer Delgado