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INTRODUCCIÓN
La historieta ha sido tradicionalmente considerada un género "menor" frente a
las diversas formas de escritura e incluso frente a las imágenes en movimiento
del cine. Luis Gasca, en el prólogo a El lenguaje de los cómics de Román Gubern,
lo expresa claramente: los cómics han sido "(...) ignorados durante años y
viéndose por tanto confinados en las estrechas posibilidades de un medio de
consumo rápido (cómics igual a producto envasado, es decir, al diario que se
tiraba el lunes tras su uso a lo largo del domingo) (...)".
También para Oscar Steimberg la historieta tiene sus "vergüenzas": "Recortada
sobre la letra seria de los diarios populares de fines del siglo XIX, la historieta
moderna surgió como el recurso bajo destinado a ganar lectores al competidor
(...)" (Steimberg, 1977).
Un género humilde, menor, de poca importancia, por lo menos hasta los años
60, en los que aparece cierto interés, un acercamiento a la historieta por parte
de las universidades y centros de investigación.
Por su parte, Jorge Rivera plantea que "(...) las canteras de creatividad, onirismo,
humor, lirismo salvaje y riqueza imaginaria (...)" de las historietas de los años
'20 pasaron desapercibidas para las vanguardias y cenáculos culturales de la
época. Recién entre los años 50 y 60, "El viejo y leal público de `patanes ágrafos'
de los `20 comenzaba a ser reemplazado por una élite de semiólogos nostálgicos
(...) " (Rivera, 1994).
Sin embargo, resulta evidente que los "patanes ágrafos" -denominación que
expresa claramente el lugar ocupado por el género en sus orígenes -, más allá
de su original desprecio y posterior reconocimiento, tienen una serie de códigos
propios que funcionaron casi masivamente en su época de auge, y todavía siguen
haciéndolo.
Partiendo de la idea de que todo género -"menor" o "mayor", pero género al fin-
puede ser tan rico y expresivo como cualquier otro, esta tesina propone como
objeto de análisis y reflexión una revista argentina de historietas: FIERRO, de
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Ediciones de La Urraca, publicada a lo largo de 100 meses, desde septiembre de
1984 hasta diciembre de 1992.
Oscar Steimberg sostiene -unos años antes de la salida de FIERRO, en un clima
político, social y cultural muy diferente- que en la Argentina, " (...) la historieta
y el cartoon han crecido más que otros géneros de la comunicación masiva.
Dibujantes y guionistas argentinos o formados aquí ocupan un lugar, en la
realidad actual del género en el mundo, seguramente desproporcionado en
relación con el lugar que en otros órdenes ocupa su país;; y esto tampoco debe
ser ajeno a las posibilidades de operación cultural que brinda el contexto. En la
historieta y el cartoon confluyen la complejidad de una historia estilística de
actualización y ruptura constante (...) y la comparativa sencillez y accesibilidad
de un género `humilde' que requiere una inversión tecnológica mucho menor
que la de la televisión o el cine." (Steimberg, 1977)
En esa misma línea, la hipótesis de esta tesina plantea que FIERRO surgió como
un espacio abierto, un "hervidero" de distintas manifestaciones que pugnaban
por expresar, en formas creativas e incluso alternativas, todo aquello que debió
callarse por un largo tiempo. Esta tendencia atraviesa los 100 números de la
revista, aunque va modificándose desde el eufórico regreso de la democracia
hasta diciembre de 1992, fecha de la última FIERRO.
Sostiene también que esta "explosión" se da fundamentalmente a lo largo de los
primeros nueve números de la revista, período de fuerte experimentación frente
a un perfil más afirmado que comienza con el número 10. Sin embargo, la
preocupación por los orígenes y destinos de la Argentina no desaparecen del
todo: se integran -tal vez en un modo más sutil- en una temática que va
creciendo y ampliándose. Sin embargo debe aclararse que hacia el final, la revista
va perdiendo esa inquietud, ese llamado a la reflexión que marca sus primeros
50 números.
Es por ello que aquí se plantea -fundamentalmente con fines de sistematización,
ya que la revista fue creciendo a través de un proceso, de una evolución- que
FIERRO tuvo varias etapas. La primera, desde septiembre de 1984 (número 1)
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hasta mayo de 1985 (número 9), en la que la revista "se fue haciendo" en cada
número, ensayando distintas formas de participación y buscando cierta identidad
propia;; la segunda, desde el número 10 hasta agosto de 1987 (número 36),
durante la cual FIERRO ensaya nuevos diseños, con temáticas y una primera
identidad más definida, que incluye una sub-etapa (alrededor del número 30) en
donde el sexo y el erotismo tienen gran protagonismo, desde las ilustraciones
hasta las temáticas tratadas;; una tercera que comienza con el número 37, que
enriquece y amplía el perfil de la revista desarrollado en la etapa anterior;; la
cuarta se insinúa sigilosamente cuando Marcelo Figueras reemplaza a Juan
Sasturain como Jefe de Redacción (números 48-49), estableciéndose más
claramente a partir del número 51, etapa en la que FIERRO comienza a dar más
protagonismo a las notas, y ya no sólo a las historietas;; y una quinta y última en
la que FIERRO incorpora mayor cantidad historietas extranjeras, las tiras -
unitarias o en capítulos- son más largas, y la revista busca definir un perfil de
espacio cultural amplio, profundizando la tendencia del período anterior.
Los temas y sus tratamientos varían, pero hay fuertes puntos de cruce que tal
vez estén condensados en el subtítulo de la revista: "historietas para
sobrevivientes". Frase que contiene el eco del constante homenaje a Héctor
Oesterheld, creador del casi excluyente "sobreviviente" de la historia(eta)
argentina: El Eternauta.
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LA HISTORIETA EN LA ARGENTINA
Viejos antecedentes
El domingo 24 de mayo de 1863 aparece el que se considera el antecedente
directo de las publicaciones ilustradas: El Mosquito, que se autodefinía como
"periódico satírico-burlesco". Una incitación con reminiscencias patrióticas
apelaba a los lectores potenciales: "¡Oíd Mortales!¡Suscribíos al Mosquito". Esta
publicación contó con la valiosa colaboración de Enrique Stein, quien fue su
director durante 18 años. Stein publicó geniales caricaturas políticas, algunas de
ellas en secuencias de "cuadritos", que prefigurarían la historieta moderna. El
Mosquito cerró el 16 de julio de 1893, con la publicación del número 1580.
En 1898, los españoles Pellicer y Manuel Mayol fundaron Caras y Caretas, un
"semanario festivo, literario, artístico y de actualidades". Esta revista demostró
desde el principio un profundo interés por desarrollar la caricatura y la tira política
en viñetas y secuencias, tanto en blanco y negro como en color.
El nuevo siglo
Caras y Caretas se convirtió rápidamente en un espacio para las caricaturas y
luego, para las historietas. Las planchas de Acquarone en 1901 y la sutileza de
José María Cao en 1902 van marcando un camino de expansión y crecimiento
para los cuadros y tiras dibujadas. Sus temas y estilos también se amplían y
diversifican, incluyendo la observación costumbrista, la crítica social, la parodia,
etc.
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En 1904 aparece P.B.T., revista "para niños de 6 a 80 años", que cuenta con
Rojas, un dibujante que exploró el nuevo universo urbano cercano al Centenario,
creando así una documentación satírica de las costumbres porteñas.
En ambas publicaciones se destaca el talento de los dibujantes que colaboran en
ellas: Mayol, Ribas, Zavattaro, Sirio, Redondo y Alonso, entre otros.
La primera tira con personajes fijos, uso sistemático del "globo" y finalmente del
color, aparece en Caras y Caretas hacia 1912. Se trata de Viruta y Chicharrón,
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una historieta de inspiración norteamericana creada por el español Manuel
Redondo. Esta tira se mantendrá prácticamente en forma ininterrumpida hasta
la década del '30.
Algunos autores consideran a don Goyo Sarrasqueta como el primer personaje
del humor realmente nacional, a través del desarrollo de temas locales con
mirada crítica.
Sarrasqueta -un personaje de carácter agrio- aparece por primera vez dibujado
por Alonso, ilustrando un texto de 1912. Luego sería recreado en historieta por
Redondo, para las páginas de Caras y Caretas, en 1913. Se publicó hasta 1929,
sin usar globos en sus tiras, sino con texto al pie de cada cuadro.
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La familia en cuadritos
Durante las décadas de 1920 y 1930 existió una fuerte influencia de la escuela
norteamericana sobre las producciones autóctonas, especialmente de las "tiras
familiares", tales como Trifón y Sisebuta, de McManus, Pollie, de Cliff Sterret o
Tilie the Toiler, de Russ Westover.
Por su parte, las familias locales se vieron reflejadas en Las aventuras de Pancho
Talero (publicadas en la revista El Hogar desde 1925 hasta 1943), la creación
más famosa de Arturo Lanteri, quien ya había realizado en 1916 y para la misma
revista El Negro Raúl (historieta de sátira social), y Tijerita, en 1918, para Mundo
Argentino.
Las aventuras de Pancho Talero ejemplifican el humor costumbrista sobre el
matrimonio dominado por la matrona absorbente y agria.
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En la misma línea -aunque tal vez con una factura más ácida- puede ubicarse a
La familia de Don Sofanor, de Arístides Rechain, publicada en 1925 en La Novela
Semanal.
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Don Fermín, de Dante Quinterno (Mundo Argentino, 1925) propondrá en cambio
un padre autoritario, en un marco más tranquilizador y menos conflictivo que los
planteados por Lanteri y Rechain.
En esta época, Quinterno también diseñó la figura de un indio que apareció por
primera vez en la tira Don Gil Contento (Crítica, 1928) bajo el nombre de Curuga
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Curiguagüigua, y en Don Julián de Montepío (La Razón, 1928) ya como Patoruzú,
y que a partir de 1936 tendría su propia revista.
Otra iniciativa que de alguna manera marcaría el recorrido de la historieta en la
Argentina hasta nuestros días es Páginas de Columba, creada por Ramón
Columba en 1922, quien caricaturizaba a las figuras de la política nacional. Allí
también se publicó Jimmi y su pupilo (1924), que satirizaba al boxeador Luis
Angel Firpo y a su entrenador norteamericano. La "herencia" de la revista radica
en que su suplemento infantil, El Tony, derivó en una publicación independiente.
Esto significó el origen de la Editorial Columba, que luego editaría Intervalo,
Fantasía y D'Artagnan, revistas que atraviesan casi todo el siglo XX.
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A fines de la década del '30 surge quien sería considerado el primer guionista
profesional de historietas: Leonardo Wadel, responsable, entre otras, de las
historias de Vito Nervio.
En 1939 la Editorial Tor lanza Pif Paf, Caras y Caretas cierra su ciclo y aparece
Figuritas, con historietas nacionales, para competir con Billiken.
Los años 40: guerra y Rico Tipo
En 1941 apareció Cascabel, dirigida por Emilio Villalba Welsh, una revista que
incluyó las ácidas caricaturas de Flax sobre la Segunda Guerra Mundial, y el
notable trabajo de Oski. Hasta 1947, año de su desaparición, Cascabel recibió
medidas de censura por sus comentarios políticos.
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El "cambio" de esta década llegaría en 1944 con Guillermo Divito, fundador y
director de la revista Rico Tipo: un humor costumbrista y una acertada definición
de tipos humanos, sumado a sus famosas Chicas.
Además, Rico Tipo contó con el talento de Oski, Cal‚ Ianiro, Mazzone, entre
muchos otros. Esta revista logró una difusión verdaderamente masiva (más de
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250.000 ejemplares), lo que la ha convertido en un éxito del periodismo
argentino.
En 1947 aparece Salgari, una revista de Editorial Abril que publica versiones
dibujadas en Italia de las obras de ese autor;; allí aparecerían además As de
Espada de Hugo Pratt, y Misterix de Campani.
Aventuras surge en 1948. En esta revista comenzaría a descollar un dibujante
excepcional, que continuaría creando a lo largo de las décadas siguientes:
Alberto Breccia.
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Los 50: Landrú y Oesterheld
Editorial Abril publicó en esta década dos revistas del género: Cinemisterio
apareció en 1950, con una fórmula que combinaba la fotonovela y la historieta;;
en 1954 -continuando la línea de Salgari- salió Rayo Rojo, la pequeña revista de
grandes historietas, que medía 17 por 7 cms.
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En 1950, la Editorial Muchnick comenzó a publicar las sagas de los superhéroes
norteamericanos. En 1952, en las páginas de Superhombre, aparece Capiango,
de Alberto Salinas.
La Editorial Codex publicó Pimpinela en 1951, en la que dibujaron Freixas,
Roume, Rapela y Zanotto. Otros títulos de esta editorial fueron Peter Pan (con
historietas inglesas y El Superconejo Marvel, de Mordillo) y Pancho López,
publicación infantil, con el personaje desarrollado por Alberto Breccia.
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1957 es un año con grandes novedades: por un lado, Juan Carlos Colombres
(Landrú) inicia el proyecto de Tía Vicenta, un semanario político-humorístico, que
innovaría y establecería tendencias con sus parodias de publicaciones,
fotomontajes y ediciones "bilingües". Alrededor del mismo se agrupan
humoristas como César Bruto, Carlos del Peral, Brascó, Copi, Oski, Quino y
Garaycochea.
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mayores capitales creativos de la historieta: Pratt, Breccia, Solano López, García,
Del Castillo...
Oesterheld crearía verdaderos clásicos, tales como El Sargento Kirk,
Ticonderoga, Sherlock Time y un gran hito: El Eternauta, que tendría dos
versiones: la primera, ilustrada por Solano López, y la segunda, por Alberto
Breccia.
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Los 60: la profundización de la mirada
En esta etapa, los contenidos temáticos de la historieta abandonan el simple
"chiste" y ahondan en lo existencial y lo político, intentando proponer una mirada
más compleja y profunda de la realidad.
Entre abril y agosto de 1960 apareció 4 patas, revista creada por los "disidentes"
que habían abandonado Tía Vicenta: Kalondi, Copi, Brascó y Catú.
En 1961 se inicia una nueva época para Misterix, en la que Eugenio Zappietro
surgiría como guionista de policiales;; la Editorial Frontera desaparece en 1962,
por dificultades financieras.
En 1966, una tapa que anunciaba la llegada de "La Era de la Morsa" provocó la
clausura de Tía Vicenta por parte del gobierno de Juan Carlos Onganía. La revista
fue suplantada por María Belén.
Hacia 1967 el gobierno financia la salida -y la corta vida- de La Hipotenusa,
revista en la que aparecen historietas de Copi.
LD (Literatura Dibujada), revista de análisis que dirigía Oscar Masotta, surgió de
la exposición que el Instituto Di Tella realizó en 1968. Landrú publicaría Tío
Landrú, definida como "la revista que anda bien cuando las cosas andan mal".
En 1969 fallece Guillermo Divito y se cierra Rico Tipo. Es también en esta época
cuando Hermenegildo Sábat comienza a publicar sus caricaturas en La Opinión,
que continúan hasta la actualidad en Clarín.
Joaquín Salvador Lavado (Quino) es sin duda otro de los grandes creadores de
esta década. Sus dibujos reflejan una serie de temáticas contemporáneas, que
aún hoy tienen plena vigencia: críticas a la burocracia y a las diferencias sociales,
las pesadillas del confort doméstico, el deterioro económico de la clase media...
y más allá de la insatisfacción que exprese por haber sido conocido por ella,
Mafalda es tal vez una de las más brillantes creaciones de la historieta argentina,
que apareció originalmente en el diario El Mundo y en la revista Primera Plana,
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y que se ha vuelto a publicar -incluso hasta la actualidad- en diferentes diarios y
revistas del mundo.
Sin embargo, el mercado de revistas humorísticas y de historietas sufría una
considerable reducción. Los guionistas y dibujantes se "refugiarían" en
semanarios políticos y diarios hasta la década siguiente.
Los 70 y la dictadura militar
En 1972 aparece una revista cordobesa que marcaría el regreso de las
importantes publicaciones humorísticas: Hortensia, dirigida por Alberto Cognini.
Entre sus principales colaboradores estuvieron Fontanarrosa, Parroti,
Amuchástegui, Bravo, Cuel, Marino, Peiró y Crist.
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Una óptica costumbrista y una aguda observación del mundo cotidiano, que
excedía lo meramente localista, convirtieron a Hortensia en un éxito editorial: de
5.000 tímidas revistas a 100.000 ejemplares en el mercado nacional.
A fines de ese mismo año, en Buenos Aires, hizo su aparición Satiricón. Estaba
dirigida por Oscar Blotta (hijo), la est‚tica estaba a cargo de Andrés Cascioli y su
jefe de redacción era Carlos Ulanovsky. Jorge Rivera plantea que en un clima de
apertura y euforia política, "Satiricón supera en audacia temática a anteriores
proyectos editoriales, y cultiva un humor desprejuiciado, agresivo, pletórico de
desenfado, que aborda con soltura una amplia franja relacionada con las
tradiciones del género y con la actualidad política, social y cultural de la Argentina
de los 70" (Ford, Rivera y Romano, 1985). Con una clausura sobre sus espaldas,
Satiricón es obligada a cerrar definitivamente en 1976.
Desde 1973, el diario Clarín va incorporando autores nacionales a sus historietas
de última página.
En 1974, una cooperativa de humoristas y dibujantes produce Mengano, junto
con la Editorial Julio Korn. También aparece Skorpio, en donde nuevas series
acompañan al Corto Maltés de Pratt.
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El recorrido de la historieta en la Argentina -como tantas otras cosas- se vio
súbita y brutalmente modificado por la dictadura militar de 1976.
Ante la persecución de todo intento creativo por parte de los militares, sólo
surgen algunos proyectos como Chaupinela y El Ratón de Occidente. Sin
embargo, pese a la escasa producción en el área, hubo por lo menos dos títulos
importantes: Humor (1978), que se presentó con el lema "Humor es nunca tener
que pedir perdón" y Superhumor (1980), revista originalmente de historietas,
transformada en periodística antes de desaparecer, cuya experiencia sería
retomada por FIERRO en 1984. Pero no sólo en Superhumor estaría su simiente:
Héctor Germán Oesterheld y su obra se convertirían - más allá de la forzada
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desaparición física del genial guionista- en una "musa inspiradora" para la revista
de historietas que marcó los años 80: FIERRO, historietas para sobrevivientes.
De los 80 a la actualidad: democracia y nuevas propuestas
Además de la irrupción de FIERRO en 1984, hubo varios intentos y publicaciones
durante las dos últimas décadas.
En 1983 se editan Feriado Nacional, Tiras de Cuero -dirigida por Oscar
Steimberg- y Skorpio Plus, de Editorial Récord. También reaparece Satiricón
durante un breve período.
Desde 1987 surgen varios intentos importantes, aunque efímeros. Entre ellos se
destacan Puertitas, editada por Carlos Trillo, con material originalmente
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destinado al mercado italiano;; País caníbal (1990), de Ediciones de la Urraca;; y
El Tajo (1993), de Editorial Récord.
Javier Doeyo edita varios títulos desde 1991: la revista Cóctel, la tira El loro
Sebastián, de Podetti, varios libros y una revista de análisis sobre la historieta,
Cómic Magazine.
A fines de 1991 Furor Ediciones publica Tres Historias, con historietas de Sanyú,
Sol Rac y Lucas, introduciendo así el formato comic book en la producción local.
Luego aparecerían Voltacto y Animal Urbano.
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Con respecto a los últimos cinco años, en 1993 aparece El Lápiz Japonés, la
revista experimental de Bianchi y Langer. Cazador, un personaje creado por
Lucas en 1990, origina un comic-book y una revista que causó fuertes
conmociones, Cazador Comix, de Ediciones de la Urraca. Esta editorial publicó
en 1998 un cómic para chicos, en un formato más grande que el de las revistas
de historietas convencionales: Charly Bizarro, que no tuvo demasiado éxito.
LA HISTORIETA Y SUS CÓDIGOS
Primera aproximación: algunas definiciones y observaciones sobre la
historieta
Eduardo Romano define a la historieta como "un mensaje habitualmente mixto,
compuesto por dibujo y palabra" (Ford, Rivera y Romano, 1990). Plantea una
clasificación que la diferencia del dibujo humorístico y de la caricatura, y afirma
que la inserción del lenguaje enriquece al género, añadiéndole una nueva
dimensión, que a su vez se diversifica en distintas relaciones entre texto e
imagen. Reconoce al esquematismo como un principio básico de la historieta,
que consiste en la identificación r pida o global de ciertos aspectos no
argumentales (Ford, Rivera y Romano, 1990). Observa que es injusto condenar
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el género a priori, ya que debe reconocerse su especificidad, y que cualquier
juicio ideológico sobre la historieta debe tomar en cuenta las variables
individuales.
Romano reconoce así la existencia de la historieta como género autónomo y le
otorga un importante papel, planteando que "nadie puede negar que la historieta
ha colaborado a través de su imagen-palabra a nuestra inserción (formativa o
deformativa) en el marco de la sociedad real" (Ford, Rivera y Romano, 1990).
Una definición más "técnica" de la palabra cómics (aquí como tiras cómicas)
puede encontrarse en Understanding comics, de Scott McCloud: "Juxtaposed
pictorial and other images in deliberate sequence, intended to convey
information and/or to produce an aesthetic response in the viewer" (McCloud,
1993). Este autor también reconoce cierto esquematismo como algo específico
en los cartoons (como caricaturas o tiras dibujadas): "Defining the cartoon would
take up as much space as defining comics, but for now, I'm going to define
cartooning as a form of amplification through simplification" (McCloud, 1993).
Sobre la misma idea, Oscar Masotta plantea que "una enumeración completa de
las reglas del género, de las reglas de su presentación visual no exigiría precisar
demasiados ítems. Pocos elementos y reglas sencillas para su combinación: tales
parecen ser las propiedades básicas de la 'estructura historieta', los fundamentos
visuales del género. Dicho de otra manera: no es que el dibujante de historietas
trate de expresarse mediante efectos y fórmulas directas, es que efectos y
fórmulas directas están en la base del género. Se podría decir entonces que la
propiedad distintiva que caracteriza a la historieta como tal es el esquematismo.
Pero casualmente, no se trata de un defecto, es de ese esquematismo de donde
la tira dibujada extrae todo su interés y su valor estético" (Masotta, 1990).
Will Eisner -autor de uno de los pocos libros sobre realización de la historieta, El
cómic y el arte secuencial- relaciona las técnicas y el lenguaje de las tiras
dibujadas con el arte secuencial que, según este autor, ha sido considerado como
disciplina autónoma con el advenimiento del cine, cuando en realidad debería
considerarse su precursor. Eisner define a este tipo de arte como "medio de
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expresión creativa, materia de estudio diferente, forma artística y literaria que
trata de la disposición de dibujos (o imágenes) y palabras para contar una
historia o escenificar una idea" (Eisner, 1996).
Un breve listado de elementos básicos
Si bien existen pequeñas diferencias con respecto a la "estandarización" de un
conjunto de elementos y unidades básicas de las historietas -y teniendo en
cuenta la observación de Romano sobre las especificidades de cada caso
particular-, se tomará básicamente la que desarrolla Eisner, que ser ampliada
con algunos conceptos de otros autores.
Las tiras dibujadas en occidente -ciertos códigos de la historieta japonesa nos
resultan aún poco comprensibles- plantean una experiencia de lectura que se
relaciona con la dirección de izquierda a derecha en la que leemos normalmente.
Eisner, Will. El cómic y el arte secuencial, Norma, Barcelona, segunda edición en castellano,
1996.
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La experiencia del tiempo de la historieta se rige según esta dirección: se asume
que lo que está a la izquierda es "pasado", la viñeta que se está leyendo
representa al "presente", y el "futuro" se va develando hacia la derecha, aunque
el acto de la lectura sea siempre un presente, un "ahora" eterno1. Aunque varios
dibujantes han probado romper con esta fórmula, en general esa ruptura es la
que produce la sorpresa o efecto de humor, ya que las formas de lectura que se
desvíen de la "tradicional", aún causan confusión.
Román Gubern propone una definición de los cómics como "estructura narrativa
formada por la secuencia progresiva de pictogramas, en los cuales pueden
integrarse elementos de escritura fonética" (Gubern, 1972), a partir de la cual
analiza el funcionamiento de la historieta. Según este autor, una estructura
narrativa presupone la secuencia, o discurso sintagmático;; en el caso de los
cómics, los elementos que componen esa estructura narrativa (guiada por la
lectura derecha izquierda/arriba abajo) son los "pictogramas" -que en este caso
serán las viñetas-;; la escritura fonética -en el caso de que aparezca como
elemento de la historieta en cuestión-, que debe estar integrada en el
pictograma. Gubern sostiene que como cualquier estructura narrativa, la
historieta puede dividirse en unidades mínimas de sentido para efectuar un
análisis lingüístico. Si bien en este trabajo no se analizarán pormenorizadamente
cada una de las historias que aparecen en FIERRO, los tres niveles que plantea
Gubern funcionan en los diferentes casos, aunque haya muchos cruces y los
estilos sean diversos. Estos niveles son: las macrounidades significativas -formas
de definición estética global, que se refieren a la totalidad del objeto estético, y
1
- Scott McCloud plantea una diferencia específica de la historieta frente a otros
medios que también privilegian el presente, como la televisión o el cine: en éstos -
considerando el momento de la emisión-, el pasado y el futuro son meras posibilidades,
mientras que en los cómics, son visibles y el lector puede consultarlos en cualquier
momento.
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por lo tanto son sintéticas: modo de publicación, color, estilo-;; las unidades
significativas -viñetas-;; y las microunidades significativas -elementos que
componen la viñeta -encuadre, angulación e iluminación, el globo, las
onomatopeyas y las figuras cinéticas-. Gran parte de las historietas que aparecen
en FIERRO llevan al límite las convenciones que rigen estos elementos:
diferentes formas de viñetas, angulaciones y encuadres insólitos, claroscuros
muy sugerentes...
El "tiempo" -el fenómeno de la duración y su experiencia- es una dimensión
esencial en el arte secuencial: para comunicarla, en la historieta se utiliza una
serie de símbolos. Además, el lenguaje de los cómics es meramente visual. Por
ello, deben valerse de distintos recursos para "reproducir" las sensaciones de los
demás sentidos, además de crear ilusiones de tiempo y espacio.
El globo logra hacer visible un elemento etéreo: el sonido. La posición que tenga
con respecto al hablante, a otros globos, o con respecto a la acción, también
contribuye a la medición del tiempo. El lector debe leerlos "en orden" para
comprender quién habló primero, siguiendo las mismas reglas convencionales
del texto (izquierda a derecha en occidente, arriba/abajo en oriente).
Con la extensión de su uso, el globo fue estableciendo ciertas pautas propias:
Eisner, Will. El cómic y el arte secuencial, Norma, Barcelona, segunda edición en castellano,
1996.
Según Eisner, la viñeta es el elemento fundamental para establecer el paso del
tiempo en la historieta actual. Actúa como contención de la acción y tiene como
función -entre otras- la de analizar o separar el enunciado total. En este sentido,
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también se define como unidad mínima de significación, como lo plantea Gubern.
Los tipos de planos que puede representar la viñeta coinciden con los del cine, y
básicamente se utilizan de un modo similar.
La forma de la viñeta también es importante: puede ser usada como parte del
lenguaje no verbal del arte secuencial.
Eisner, Will. El cómic y el arte secuencial, Norma, Barcelona, segunda edición en castellano,
1996.
A menos que el texto indique lo contrario, la viñeta de líneas rectas (A) muestra
una acción que transcurre en el presente. El recuadro ondulado (B) o festoneado
(C) suele indicar el pasado. El sonido estridente o la emoción fuerte puede
expresarse en una viñeta como (D). De todos modos, la función del contorno de
la viñeta está al servicio de la historia, de la acción determinada por el guionista
y el dibujante.
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También los textos pueden estar "dibujados" para aumentar la expresividad de
las palabras, en un caso especial de conjunción entre éstas y la imagen.
Eisner, Will. El cómic y el arte secuencial, Norma, Barcelona, segunda edición en castellano,
1996.
La composición -entendida como el establecimiento de una perspectiva y una
disposición de los elementos- es fundamental para crear ilusión de volumen y
espacio, y debe estar en función de la narrativa, del mismo modo que en una
obra de teatro o en una pintura. Está destinada a orientar al lector y suscitar
emoción.
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Profundizando un poco más, Eisner plantea además que la primera página de
una historieta funciona como una introducción, y crea un clima para la historia
que se desarrollar a continuación.
Hay casos en los que la página entera funciona como superviñeta, lo que permite
quebrar y jugar con los límites rígidos (viñetas de diferentes tamaños, hechos
que están relacionados aunque no sean sucesivos, mayor plasticidad con los
contrastes en blanco y negro, etc.)
De todos modos, cabe aclarar que esta sencilla compilación de elementos básicos
debe ser matizada: hay creaciones -y son muchas en el caso de FIERRO- que la
desbordan ampliamente. No se trata de definir un "diccionario" que provea todas
las claves para la "interpretación correcta" (!) del género, sino de enumerar
ciertos parámetros que sean útiles para la descripción del corpus.
Oscar Steimberg hace una aguda observación al respecto, que es especialmente
válida en el caso de la revista FIERRO: "(...) no está claro que la evolución de la
historieta comporte el síntoma de una búsqueda nostalgiosa del componente
representativo en la escritura. Atentan contra esa posibilidad, por ejemplo, la
introducción de fragmentaciones y oscuridades deliberadas en el encuadre (p.
ej. en Guido Crepax), el avance de los cuadros "abstractos" o de representación
muy distorsionada (p. ej. en Breccia) y aún en la creación de historietas que
enfatizan la opacidad de la escritura occidental, convirtiéndola en productora de
un significado estético particular." (Steimberg, 1977)
La innovación de FIERRO
Como ya se postula en la introducción, la primera época de FIERRO -
característica que tiene distintos matices a lo largo de sus 100 números- juega
en los límites de las pautas establecidas, sobre todo con los nuevos dibujantes,
que plantean fuertes diferencias con respecto a los estilos de "invitados"
extranjeros, y a los trabajos de argentinos realizados originalmente para otros
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mercados (los casos de Horacio Altuna y Carlos Trillo, por ejemplo). Sin embargo,
aquí resulta útil retomar otra característica o pauta del lenguaje de la historieta,
también planteada por Eisner: la anatomía expresiva. Ésta consiste en el efecto
que logra el dibujante a través de su trabajo con la figura humana. "En los
cómics, la figura corporal y la gesticulación ocupan una posición preponderante
con respecto al texto. La manera de emplear las imágenes modifica y define el
significado de las palabras. Las imágenes pueden, dirigiéndose a la experiencia
del lector, sugerir una cierta emoción y dar modulación auditiva a la voz del
hablante" (Eisner, 1996). Estas pautas son válidas también para los gestos -más
pequeños, que no necesariamente involucran todo el cuerpo- y las expresiones
de la cara.
En el caso de FIERRO, la expresividad se extiende a los demás elementos de las
viñetas: a diferencia de dibujantes más "puristas" en el trazo, como Landrú o
Quino, gran parte de los creadores de FIERRO exageran las líneas, crean con el
claroscuro (hay toda una generación de dibujantes influidos por Alberto Breccia),
desgarran el espacio a través de un uso muy personal de la composición y la
perspectiva.
FIERRO incluye también historietas más "tradicionales" en cuanto a su "respeto"
por las viñetas y trazos, pero siempre acompañadas de dibujantes que exploran
los límites (un caso que sirve como ejemplo es el de Max Cachimba, que si bien
no juega con el efecto de "realismo", crea climas extraños con dibujos claramente
bidimensionales).
Durante los primeros 50 números de la revista, abundan los ejemplos de
experimentaciones con el género. Los últimos 50 números van perdiendo ese
clima original, aunque algunos excelentes historietistas -Fontanarrosa, Nine, El
Tomi- sigan publicando en ellos.
33
"Finalmente, hicimos una revista de historietas como queríamos. Quiero decir
que la hicimos como queríamos aunque por ahí el resultado no sea exactamente
el deseado. El proceso sí lo fue: vino mucha de la gente que uno quiere ver en
una revista de historietas, hizo sus cosas como sabe y nos dimos la mayoría de
los gustos;; casi todos, bah. Aunque nos faltó ese espacio para los nuevos-nuevos
que nos prometimos y comprometemos para la próxima: hay toda una
generación que está pidiendo páginas y en FIERRO las podrá dibujar.
Porque FIERRO es de los que la hacen. Materialmente hablando, creadoramente
hablando, página por página, desde el diseño hasta el adjetivo justo. Ahora hay
que terminarla en el quiosco y en casa: "Hora Cero" era de Oesterheld y de Pratt
y de Solano López y de Del Castillo pero además era nuestra, pibes de entonces
y grandotes de hoy, a oleadas semanales de fervor, lectores críticos, fanáticos
puteadores. Ojal reviente la sección-augurio Lectores de FIERRO.
FIERRO es de los que la hacen, libremente. Y no es fácil ponerse de acuerdo. El
que supone que para hacer La Batalla de las Malvinas hubo muchas discusiones,
supone bien. Si cree que no nos pusimos de acuerdo, acierta también. Y no es
el único caso: sobre gustos, política, est‚tica y la realidad argentina hay mucho
escrito. Y va a haber. Una escritura no tacha a la otra -un dibujo, a otro-. Se
suman, mejor.
FIERRO es un gusto pero no un placer solitario. Si hay una sección de Continuará
que evoca el clima de "Patoruzito" del `50, los contenidos son otros en una forma
"vieja". Si hay oscuridades literarias en el brillante blanco y negro de Sudor
Sudaca o el clima denso de un Moebius que juega con lo onírico en Torta de
Manzanas, también hay quienes parodian a Crumb y a Chester Gould en páginas
contiguas para hablar rastreramente de la realidad más cotidiana. Eso es: un
gusto, pero para todos.
La última: hay importados de lujo -Moebius- que se justifican solos. Hay
repatriados -y habrá más, como Solano López- que vuelven en el momento
justo;; hay pibes que llegan con todo -el tapista Chichoni, Marcelo Pérez, el riojano
Flores, Spósito, los que esperan y esperamos- y hay unas ganas casi palpables
de hacer lo mejor. Ojalá se note, sobreviviente amigo. Ojalá."
Sasturain
(Editorial de FIERRO número 1, septiembre de 1984)
34
LA REVISTA
FIERRO fue una revista que intentó elevar el status de la historieta y de las
publicaciones de ese género. Surgió en 1984, como un espacio en el que bullían
búsquedas de identidad(es), las ansias de participación de quienes tenían mucho
que decir -y dibujar-, y no habían podido hacerlo durante demasiado tiempo.
Como afirma el editorial de FIERRO número 2 (octubre de 1984), el lugar del
género era pequeño y casi olvidado: " (...) `Historieta' es a `historia' lo que
`camiseta' es a `camisa', `camioneta' y `motoneta' a sus respectivas palabras-
madre. Esta terminación entre diminutiva y cariñosa, casi paternalista, hace de
la historieta algo menor y no demasiado importante, cosa de pibes... Y así ha
sido. Sin embargo, las relaciones entre historia-madre e historieta-hija suelen ser
mucho más complejas. En algunos casos, como en la actualidad, la piba debe
apurar el paso para emular las violentas hazañas cotidianas de la madre (ver los
diarios de setiembre, por favor...), la ficción "realista" no alcanza la dimensión
del espanto cotidiano del mismo modo que sus intuiciones suelen revelar
horrores o sueños por venir en la realidad-realidad.
Tal vez se trate, eso creemos, de darle a la historieta -en fin, bautizada está...-
definitiva carta de adultez. Que la piba haga su vida..."
Este deseo se tradujo en una revista conformada por historietas argentinas, con
algún "invitado especial", y el constante llamado a la participación de los lectores
desde espacios exclusivamente dedicados a escucharlos, y concursos para los
dibujantes y guionistas ignotos.
Además, esta profunda observación de lo cotidiano (o incluso la "búsqueda" de
un cierto "ser" o "destino" nacional -plural, fragmentado, discontinuo-) desbordó
los cuadritos y las viñetas: el flexible espacio de los suplementos y
presentaciones especiales dio cabida a historias de escritores, adaptaciones de
grandes obras literarias, homenajes a "viejos" dibujantes y guionistas y hasta a
ladrones y asesinos argentinos de renombre. Columnas y secciones a cargo de
periodistas y colaboradores ampliaron la temática de FIERRO, que hacia sus
35
últimos números podría definirse como una revista cultural -en un sentido amplio,
abarcartivo de esta palabra-, que excede el ámbito de las historietas, aunque -
según se detallará a lo largo de este trabajo- en su última etapa lo que promete
la revista es más "rico" que lo que efectivamente lleva a cabo.
Las distintas secciones que conformaron la revista fueron modificándose,
cambiando de diseño y de nombre a lo largo de sus ocho años de vida. Eran los
espacios en donde FIERRO daba cabida a la literatura, la música, el cine... Dichas
secciones serán descriptas y tratadas en cada una de las etapas de la revista que
se desarrollan a continuación.
Para tratar las historietas, se elegirán por lo menos dos de cada etapa -por
considerarlas las más representativas de la misma-, y se comentará en general
el tratamiento temático e icónico de dicha etapa.
Los diversos espacios de los lectores, los suplementos y el subtemento serán
abordados aparte, ya que atraviesan las distintas etapas de FIERRO.
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DE SEPTIEMBRE A MAYO: UNA FUERTE EBULLICION
Descripción: una primera mirada
FIERRO aparece por primera vez en septiembre de 1984. El radical Raúl Alfonsín
había asumido la Presidencia de la Nación hacía menos de un año, el 10 de
octubre de 1983, después de siete oscuros años de gobierno militar.
En este primer momento, los problemas económicos parecían menos importantes
-o por lo menos, menos urgentes- que los políticos: lo fundamental era eliminar
el autoritarismo, y encontrar modos de participación ciudadana eficaces y
auténticos.
La política cultural y la educación fueron dos reas privilegiadas por el gobierno
en ese sentido. Se buscó una modernización cultural, pluralismo, amplia
participación y rechazo de dogmatismos. Otro de los sucesos fundamentales de
esta etapa fue el juicio público a las Juntas Militares, que comenzó en abril de
1985.
En algún grado, este espíritu de apertura y participación a todo nivel, con una
clara conciencia de revisar y recordar la historia reciente, favoreció la concreción
de proyectos como el de la revista FIERRO. Preguntas y búsquedas semejantes
a las que se daban por aquellos años en la sociedad, atraviesan de una manera
fuerte esta publicación durante este primer período.
En estas páginas se analizar la primera etapa planteada en la introducción, que
se extiende desde el número 1 hasta el número 9 (mayo de 1985). El staff
original de FIERRO -presentada en ese primer momento por otra revista de
Ediciones de la Urraca, Humor- era el siguiente: Director editorial: Andrés
Cascioli;; Jefe de Redacción: Juan Sasturain;; Diseño: Juan Manuel Lima. Para que
ninguno de los colaboradores (que variaban de número en número) quedara
afuera, la columna del staff agregaba: "Escriben y dibujan todos los que están
en el índice".
37
El título completo de la revista era "FIERRO a fierro/Historietas para
sobrevivientes", y en estos nueve números aparecía sobre una banda de fierro
(!), que atravesaba el extremo superior de la tapa. Su formato era de 28 por 21
centímetros, con una cantidad inicial de 92 páginas, que llegaron a sermásde
100 en los últimos números.
La revista comenzaba en la tapa -espacio que siempre iba firmado y con su
correspondiente referencia en el índice-, y finalizaba en la contratapa. Las
páginas editadas a todo color eran las que abrían y cerraban la revista, que
podían ampliarse hasta tres o cuatro pliegos. Salvo algunas contadas
excepciones en números posteriores, estas páginas no incluían publicidad.
El uso del color en el interior de la revista es mínimo en esta primera etapa: sólo
algo de rojo opaco acompaña al blanco y negro del índice. El editorial y alguna
historieta "privilegiada" tenían también toques de rojo, y un color diferente
(naranja o amarillo) aparecía en el borde de un pequeño suplemento central -
que duró unos pocos números-, y que se desdoblaba para ofrecer un póster del
dibujante en cuestión.
La presentación de las historietas -ya que excedía ampliamente el simple nombre
de las tiras- ocupaba media página, con letras blancas sobre un fondo negro. El
título de la historieta, en letra mayúscula de imprenta;; debajo, el del capitulo,
con minúscula. Una viñeta o imagen de la historia y un resumen de lo publicado
acompañaban la completa introducción.
En algunos casos, la presentación del primer capitulo ocupaba una página entera
-como aparece en la clasificación de Eisner-, aunque en general, acompañadas
por un texto bastante amplio.2
2
- Un ejemplo claro de esto puede hallarse en el primer capítulo de "El Sueñero"
de Enrique Breccia, FIERRO nro. 5, enero de 1985, pág. 14.
38
La temática y su tratamiento
Los temas sociales y políticos de una Argentina que volvía -por lo menos
formalmente- al sistema democrático aparecen con lucidez e ironía en el
despliegue temático, gráfico e ideológico de FIERRO. Observaciones y opiniones
surgen claras y desafiantes en los trazos y palabras de los distintos artistas que
participaron en esta revista.
Las principales historias relacionadas directamente con los temas de la Argentina
reciente (de ese momento) son: La Batalla de las Malvinas, de Ricardo Barreiro
(guión), Alberto Macagno y Marcelo Pérez (dibujos), con continuidad hasta el
número 7 y la creación de Sampayo y Muñoz, Sudor Sudaca.
La Batalla de Malvinas se presenta en el número 1 afirmando esa "identidad
nacional" sobre la que FIERRO se pregunta: "Si la historieta suele ir a buscar la
Aventura lejos, a otras tierras y a otros tiempos, hay veces en que la Historia
misma -sin diminutivos- viene a golpear las puertas de nuestra casa, a patearla
con énfasis, con énfasis británico exactamente. Porque en este caso se juntan,
al sudeste dolorido de la patria, la Historia, la Aventura y la Historieta. Tratar de
contar La Batalla de las Malvinas ahora es un desafío que vale la pena intentar
aunque caminemos por el borde de la polémica y haya heridas abiertas que no
permitan ningún tipo de especulaciones ni cálculos ni frías evaluaciones. Aquí
están Galtieri, Haig, los chicos de la guerra, todos nosotros y alguno más -mítico-
que no esperábamos..." Y aquí cabe observar que lo "mítico" atraviesa y "da
vueltas" por toda la revista: lo mítico como forma de memoria, y como posibilidad
de pensar las cosas de otros modos. En la misma página en que se presenta la
historieta sobre las islas, aparecen dos textos inéditos de Héctor Germán
39
Oesterheld: Huerta y Ejecución (una maravillosa síntesis de lo que puede pasar
si no se conoce la propia historia) 3 .
La batalla de Malvinas es una interesante conjunción de datos históricos,
personajes legendarios del género historieta (un viejo Ernie Pike, -creación de
Oesterheld y Pratt- aparece mezclado en la historia, y su voz se hace oír a través
de su cuaderno de apuntes) y una fuerte opinión que se ve en el tratamiento
pictórico: la guerra aparece en páginas enteras, salpicadas con viñetas
conectadas, pero no sucesivas (de nuevo, en el sentido propuesto por Eisner).
Por su parte, ciertos personajes involucrados en la guerra real -Thatcher, Galtieri,
Astiz- tienen un tratamiento más cercano al fotomontaje, lo que aumenta la
sensación de "realismo" y se acerca así a las complejas relaciones entre la historia
e historieta, entre la ficción y la realidad planteada por Sasturain en los primeros
editoriales.
3
- El texto de Oesterheld es el siguiente: "Año 2068, en Buenos Aires. Aniceto
Lara se gana la vida en Balvanera, una Reserva Urbana dedicada a preservar las
pintorescas costumbres del Buenos Aires del 1900. Aniceto es cuarteador, ayuda a los
tranvías de caballos que deben repechar una cuesta. Gana poco, lo mismo les pasa a los
otros que trabajan de compadritos, de organilleros, etc. Empujado por el deseo de sacar
a su mujer, Laura, del conventillo en que viven, Aniceto decide cometer un crimen: se
ha enterado de que en San Isidro vive un supermillonario completamente solo.
Consigue entrar en la casona; asiste, escondido, a las fantásticas
reconstrucciones históricas que son el hobby del millionario: robots que parecen seres
de carne y hueso, teleguiados por computadoras, reviven escenas culminantes del
pasado histórico. Aniceto asesina al millonario y ya escapa cuando pone en marcha, sin
querer, una reconstrucción histórica: es después de Caseros, los robots-soldados de
Urquiza están cazando mazorqueros, lo acorralan, le preguntan qué color prefiere, el
desdichado Aniceto no sabe historia, grita que rojo, lo degüellan." (FIERRO nro. 1,
septiembre de 1984, pág.30)
40
Los textos subrayan la opinión, y además ciertos comentarios de los personajes
("...y encima de todo soñar una pesadilla como la de anoche... justo con el
Titanic!", piensa un soldado a bordo del crucero General Belgrano, unos días
antes de ser hundido) 4, aumentan la desazón de conocer el final que les espera
a los personajes...
Títulos de películas -por ejemplo, El imperio contraataca-, fragmentos de frases
conocidas -ojo por ojo...-, personajes y hechos reales "mezclados" con otros de
ficción, apelan a un lector competente y conocedor del género y de la realidad
reciente. La Batalla de Malvinas propone una lectura interesante sobre el
fenómeno de la guerra y a la vez, sobre esa guerra en particular. El último
capítulo publicado en FIERRO de esta saga es el número 7, cuyo final (aquí, a
continuación) dibuja claramente lo que pretende la historia oficial (podría
imaginarse un cuadro extra, con el presidente Menem dejando flores celestes y
blancas al monumento a los ingleses caídos en las "Falklands"), frente a la
historieta, que por ser considerada menor, justamente, puede disparar otra
posibilidad de sentido, de distintas lecturas.
4
- Capítulo 5 de La Batalla de las Malvinas, FIERRO nro. 5, enero de 1985, pág.
71.
41
42
La Batalla de las Malvinas, de Ricardo Barreiro, Alberto Macagno y Marcelo Pérez.
43
Sudor Sudaca es una historia de este lado del mundo, vista desde "allá ", desde
Europa. Muñoz y Sampayo comenzaron a trabajar juntos en España, en 1974, y
su primera creación fue el detective Alack Sinner, que aparecerá en números
posteriores de FIERRO.
Pero la primera historieta que aparece en esta revista es Sudor Sudaca, que trata
los temas del exilio, de la identidad, de la distancia... La primera entrega
(FIERRO número 1) viene con una extensa entrevista a los autores, y Sasturain
explica que "sudaca" "es en el lenguaje popular español, el equivalente -como
apócope de `sudamericano'- a nuestros `paragua' o `bolita', que lindan con el
desdén, a veces." 5
Un clima pegajoso, asfixiante, logrado por el juego entre el blanco y negro, y
algunas acotaciones en tipografía de vieja Remington, enmarcan una situación
en donde la paranoia y el temor crean una trama de la que el protagonista no
puede salir. Perseguidores y perseguidos delinean una red de rumores, sin
asidero real, que termina como tantas historias reales: un "sudaca" que decide
quedarse solo para siempre, porque un solo -y falso- comentario suyo había
desencadenado ese desenlace...
5
- Introducción de Juan Sasturain a la entrevista a Sampayo y Muñoz, FIERRO
nro. 1, septiembre de 1984, pág. 62.
44
Sudor Sudaca, de Sampayo y Muñoz.
45
En otras historias se cruzan los mismos temas, con distintas ópticas y propuestas.
Hay historietas que los tratan en una sola entrega, como en el caso de La última
del corresponsal de guerra (de nuevo, con Ernie Pike como símbolo).
46
Una ácida mirada a la propia identidad -inserta en un ambiente de ciencia ficción-
puede apreciarse en Resistencia, de Emilio Balcarce y Marcelo Pérez (FIERRO
número 7). Dos personajes en una colonia minera, a más de diez meses de la
Tierra, necesitan trabajo y aceptan cualquier cosa, porque "son argentinos".
Resistencia, de Emilio Balcarce y Marcelo Pérez
47
Roberto Fontanarrosa propone una mirada reflexiva sobre la realidad argentina
y la condición humana a través de sus Semblanzas Deportivas y otras historias,
en general unitarios. Tiempo después creará un personaje para la revista:
Sperman, el hombre del sexo de hierro, héroe que parodia a Superman, y intenta
solucionar los más alocados problemas sexuales y de concepción que azotan a
remotos pueblos y regiones. Su doble identidad (es Nicholas W. Colbert cuando
no lo requiere una misión), su pura novia Lara -cuya virtud pretende conservar
el héroe hasta el día en que se casen-, y el espermatozoide Germinal, agregan
ingredientes que juegan con la parodia y el absurdo, con el brillante estilo de
Fontanarrosa. Más adelante uno de sus personajes clásicos también incursionar
en FIERRO: Boogie, el aceitoso.
Por supuesto, hay otras temáticas que aparecen en esta etapa de FIERRO.
Moebius -un dibujante excepcional, nacido en Francia- ilustra historias
fantásticas, sobre mundos y universos extraños, en las páginas en color de la
revista.
El Ficcionario de Altuna -que transcurre en una ciudad ultracapitalista,
posiblemente después de una guerra, en donde un personaje "del sur", Beto
Benedetti, trata de sobrevivir- y El último recreo -historia de lo que puede pasar
después de la hecatombe nuclear-, de Altuna y Trillo, originalmente dirigidos al
público español, son reeditados en FIERRO, sobre un inquietante fondo negro.
Estas historias se incluyen sin duda debido a su excelente calidad gráfica e
incluso literaria, además de constituir una "deuda pendiente" con el público
argentino. Un caso similar es el de Husmeante -un héroe detectivesco insertado
en la Edad Media-, de Trillo y Mandrafina.
Evaristo es un comisario/investigador morocho y argentino, inspirado en un
personaje real -Evaristo Meneses-, que llega a FIERRO de la mano de Sampayo
y Solano López, quien lo creó con su trazo legendario, sin haberlo visto nunca.
48
El cazador del Tiempo de Enrique Breccia y D. Márquez retoma la historia del
personaje libre que se va "tropezando" con la aventura, en un clima creado por
los sugerentes claroscuros de Breccia hijo.
49
El Sueñero extiende el límite de lo posible. Enrique Breccia imagina una tarea
desafiante para su protagonista: alimentar la fantasía y enriquecer lo imaginario.
50
Todas estas historias, aparentemente diversas, tienen sin embargo varios puntos
en común: proponen una lectura abierta, cercana al concepto de viaje de Renato
Ortiz (Ortiz, 1996): "El viajero se comporta como alguien que aproxima unidades
heterogéneas, su itinerario interliga puntos desconexos (...)"
En esta primera etapa, FIERRO invita a conectar creaciones diversas, a integrar
distintas voces en una experiencia de lectura que requiere gran participación y
actividad del lector. Probablemente, sobre su amplia competencia resida la
justificación del esquematismo como característica del género. "Regla del
etcétera" que acompaña al lector avizado, para posibilitar distintos procesos de
producción/construcción de sentido a partir de indicios y huellas.
A la vez, esa "ebullición" de preguntas, intereses, alivio, rabia, propuestas, que
corresponden a los primeros 9 números de la revista, está buceando en la
historia, a través del lenguaje más "flexible" de la historieta, para preguntar(se)
sobre cierta "identidad nacional". Renato Ortiz plantea que la identidad nacional
es "el resultado de un doble movimiento, la desterritorialización de los hombres
y su reterritorialización en el ámbito de otra dimensión. Su existencia es, por lo
tanto, precaria, y debe ser reelaborada constantemente por las fuerzas sociales.
Lejos de ser algo acabado, definitivo, la identidad nacional exige un esfuerzo
permanente de reconstrucción" (Ortiz, 1996). Tal vez en esa fragmentada guerra
de Malvinas, al calor de un sudor sudaca, mezclados entre los sueños y
esperanzas de una etapa histórica que prometía grandes y positivos cambios,
haya algunas pistas para entender a esa Argentina que volvía a la democracia.
El lugar de la palabra
51
El espacio puramente textual de FIERRO incluyó desde el principio propuestas
interesantes y que experimentaban distintas formas y contenidos número a
número. Algunas de ellas atravesaron casi toda la existencia de FIERRO. Otras
desaparecieron, y algunas fueron incluyéndose en otras superficies. La primera
etapa de la revista contaba con una nutrida variedad de ellas.
Con un fierro era la interesante sección de crítica de películas (y rara vez, libros),
a cargo de Angel Faretta, en alguna ocasión acompañado por Elvio Gandolfo,
que enriquecía el área temática de las revistas más tradicionales del género. Se
trataba de una revisión meticulosa y crítica de la obra en cuestión, en la que la
opinión del redactor también era una protagonista importante. Este espacio
comienza en el número 1 y se publica hasta el número 45 (mayo de 1988),
aunque no en todos los ejemplares.
El hombre ilustrado estaba a cargo de distintos colaboradores, de acuerdo con
los temas específicos -Faretta, Sendrós, Mophett, entre otros- también se
constituye en un espacio novedoso para la crítica cultural. Historias sobre cómics,
libros y cine "ilustraban" a quien los leyera. Esta sección existió desde el número
5 (enero de 1985) hasta el 32 (abril de 1987), e incluso realizó dos
presentaciones especiales, en formato de suplemento: Variaciones en negro
(FIERRO número 17, diciembre de 1985) y América Latina en historieta (FIERRO
número 25, septiembre de 1986).
Tinta Vieja se dedicaba a recordar grandes hitos en la historia del cómic, pero
no llegó a sobrevivir más allá de los tres primeros números. Misterix, Patoruzito
y Hora Cero fueron las revistas homenajeadas, junto con un extenso tratamiento
de sus creadores y personajes.
Una sección que sería compilada en libro, y que logra una exquisita combinación
de la literatura con el dibujo es La Argentina en pedazos, que contaba con una
introducción de Ricardo Piglia (sobre un tema nodal y polémico que tratara el
52
texto en cuestión), y su adaptación en historieta. En la elección de éstos también
se refleja la impronta de la línea editorial de la revista: el primer "invitado" es El
Matadero, de Esteban Echeverría, en una excelente adaptación de Enrique
Breccia (FIERRO número 1). A lo largo de esta etapa, la sección adaptaría a Los
dueños de la tierra, de David Viñas (FIERRO número 2), Mustafá de Armando
Discépolo (FIERRO número 3), Las puertas del cielo, de Julio Cortázar (FIERRO
número 6), Un fenómeno inexplicable, de Leopoldo Lugones (FIERRO número
7), La gallina degollada, de Horacio Quiroga (FIERRO número 8) y La Gayola, de
Tuegols y Taggini (FIERRO número 9). Además, las adaptaciones literarias de las
obras estaban a cargo de Norberto Buscaglia, Carlos Trillo y Otto Miller, entre
otros.
53
El matadero, en la versión de Enrique Breccia.
Entre las escasas notas "sueltas" que aparecen en estos números, y que siguen
la línea de los temas planteados hasta aquí, se destacan la ya citada Oesterheld
inédito (FIERRO número 1), Oesterheld Releído, por Martín García (FIERRO
número 2), que tal vez pretendieran iniciar una sección, que no llegó a
concretarse.
54
IDENTIDAD PROPIA: UN LARGO CAMINO
La segunda etapa propuesta en este trabajo se desarrolla a partir del número 10
(mayo de 1985) hasta el número 36 (agosto de 1987), cuando FIERRO cumplió
3 años.
Se trata de un periodo bastante extenso, que efectivamente contiene "sub-
etapas" y reformulaciones parciales de las secciones y diseño de la revista, pero
que está atravesada por una línea editorial y ciertas temáticas con fuertes puntos
en común, razón por la cual los cambios que se registran a lo largo de estos
números no son tan fuertes como para fragmentarlos en etapas rígidas: el
movimiento que se da en FIERRO de mayo del 85 a agosto del 87 se asemeja a
un flujo continuo de ideas puestas en práctica sobre la superficie de la revista
(aunque de una manera bastante más pautada que en los primeros nueve
números). Además, la lectura que intenta hacer esta tesina pretende no limitarse
a los cambios en el diseño, sino preguntarse y plantear algunas reflexiones sobre
las representaciones y tratamiento de determinados temas a través del lenguaje
de la historieta. Probablemente, ésta sea la época en la ebullición de los primeros
números decante y se consolide en una identidad más definida, con el punto
nodal en la calidad de los historietistas, y no sólo en los temas, ya que incorpora
una temática más amplia.
Evidentemente, esto está en estrecha relación con lo que sucedía en la sociedad:
el entusiasmo original por el regreso de la democracia iba enfrentándose con una
realidad que en diferentes aspectos, seguía siendo difícil. A principios de 1985,
los problemas económicos evidenciaron crudamente su urgencia e importancia:
la tasa de inflación llegó al 30% mensual, y amenazaba con desbordar en una
hiperinflación. Es por ello que el 14 de mayo de ese año se anunció un nuevo
plan económico, el Plan Austral, con cambio de la moneda, congelamiento de
precios y salarios, y la firme promesa de no emitir billetes (!).
Las Leyes de Punto Final y de Obediencia Debida agudizaronmásla división entre
las fuerzas políticas, agitando la situación social.
55
En este clima, el primero de los levantamientos militares durante ese período
democrático, en la Semana Santa de 1987, expresaba autoritariamente el
descontento militar con el gobierno. En lo económico, la casa tampoco estaba en
orden: a medida que las reservas fueron disminuyendo, el fracaso del Plan
Austral fue un hecho.
Como sucedía en la realidad, nuevos temas, ya no exclusivamente referidos a la
dictadura militar y sus terribles consecuencias, también empiezan a tener lugar
en las páginas de FIERRO. Sin embargo, la opinión y el tono ácido -tanto en la
redacción como en la elección de las historietas- sigue vigente.
En líneas generales, la revista continúa con su excelente calidad gráfica y con
colaboradores de primera línea. El staff sigue siendo el mismo, con Cascioli y
Sasturain a la cabeza.
La tapa de FIERRO número 10 impacta con un personaje famoso de la historieta
mundial: Corto Maltés saluda con su irónica sonrisa, cargada de humo. "(...)
hablar del periodo entreguerras, es hablar de una de las series que por sí solas
llenaría una Historia del Cómic, nos estamos refiriendo a la magna obra de Hugo
Pratt: Corto Maltés (1967).", afirma Sergi Vich en La Historia en los cómics (Vich,
1997). Este autor sostiene que "Con un grafismo muy expresivo en el que refleja
una ideología de corte individualista y con un fuerte ramalazo anarquizante, Pratt
ha creado su propio universo literario, con personajes como Nino Yaroslav,
Marianne, Wermer Saxon o Pandora Groosvenore, son unos pocos entre cientos,
que se autodefinen en un mundo complicado y lleno de locuras, y que vienen a
representar los arquetipos de los distintos tipos humanos que la Primera Guerra
Mundial truncó para siempre, y que se encuentran desplazados en unos años
veinte de los que, muy a pesar suyo, forman parte, y entre los que el protagonista
homónimo de la serie actúa como un ser omnisciente que se convierte en una
especie de antihéroe cuando se pone de manifiesto que siente las mismas
necesidades que los demás, y que incluso ‚l carece de la capacidad de torcer un
destino que parece estar ya escrito" (Vich, 1997).
56
Tapa de FIERRO nro. 10.
No es casual que Corto Maltés sea quien inaugura una nueva etapa de FIERRO.
El tratamiento que recibe -que por supuesto, se extiende a su creador, Hugo
Pratt- es el de un verdadero invitado especial. La entrevista con Pratt que
57
introduce el primer capítulo de la saga tiene un título más que sugerente: Pratt
en casa, debido a su propia historia y a que el Corto finalmente visitaría nuestro
país en sus aventuras.
Todos los episodios del Corto tendrán ese tratamiento privilegiado: distintos
admiradores-especialistas-fanáticos, le brindan una introducción o algún
homenaje. Incluso cuando sólo lo acompaña una breve introducción, es mucho
más rica que un simple resumen de lo publicado: "Como en las novelas clásicas
de aventuras o el final de una historia de cowboys, el héroe y el villano luchan,
aislados del resto, junto a precipicios o en parajes inaccesibles. Aquí, la pareja
Rasputín-Corto va a paso de mula hacia el tesoro y el final de la historia, mientras
el `malo de la película', ese otro yo del Corto que es Chevket, el turco traidor,
no anda lejos y sigue el mismo camino. Tanta peripecia -desde la lejana Rodas
a este lugar en el corazón de Asia- para llegar a esto: mano a mano y cara a
cara." (FIERRO número 28)
Una presentación que desborda de lectura previa, de interpretación gozosa de
las aventuras de Corto Maltés. Esta introducción corresponde al capítulo 19 de
La casa dorada de Samarcanda, que fue el último episodio que se publicó en esta
etapa de FIERRO. Sin embargo, un "continuar " al final de la última viñeta
invitaba al lector a esperar un reencuentro con el Corto en algún momento.
Esta serie fue sin duda, parte de esa "deuda" con el público argentino que
FIERRO se propuso ir saldando desde el primer número. Además, la revista
considera a Pratt como un "invento argentino", y de alguna manera restituye a
un lugar muy merecido a quien considera un prócer de la historieta "nacional",
a pesar de su sangre y origen italianos.
En esta etapa empieza a hacerse especialmente notoria una característica que
seguramente amenaza a todas las revistas de historietas, debido a la cantidad
de pliegos de las diferentes historias: la numeración de las páginas no coincide
con las indicadas en el índice. Además, hacia el número 20 el índice puede estar
en la página 10 o 12. Tal vez esto no sea muy importante: a la manera de las
antiguas mayúsculas ilustradas, o las Biblias iluminadas, quizá el trazo
58
inequívoco del autor preferido funcione como índice. De alguna manera, el
personal "orden" que FIERRO propone comienza al sumergirse en sus páginas.
El logotipo de la revista sufre un pequeño cambio a partir del número 13: la placa
de fierro se achica, aunque la tipografía oxidada sigue siendo la misma, ubicada
en el centro de la franja superior de la tapa. En el número 35, el logo se desplaza
hacia el margen superior izquierdo. Su lugar rotaría entre ambas posiciones en
los números siguientes, respetando las ilustraciones de tapa.
En el número 11 (julio de 1985), la portada anuncia casi tímidamente un primer
logro internacional de esta innovadora revista: "Esta publicación fue distinguida
con el premio a la mejor revista de historietas en el Salón del cómic y la
ilustración, Barcelona, 1985."
En este periodo, FIERRO define una forma de convergencia fuerte entre el texto,
la opinión y el dibujo. En el número 10 de la revista, aparece Editorieta, sección
que hasta el número 25 (septiembre de 1986) expresar -a través de las voces
de distintos personajes de la publicación- el contenido y la opinión que sobre ‚l
tiene el protagonista de la sección. Originalmente ocupaba la entrada de tapa de
la revista, debido a lo cual se publicaba en color. La primera estuvo a cargo del
comisario Evaristo, y es un ejemplo rico en contenido de lo que sería este
espacio.
La Editorieta iría sufriendo algunos cambios, aunque no demasiado sustanciales.
A partir del número 13, abandona el color -aunque mantiene el mismo diseño- y
se edita a continuación del índice.
FIERRO extendió una vez más los límites: creó un "espacio plástico", quebrando
las rígidas fronteras entre la sección editorial y el dibujo, o incluso el humor.
Aunque hoy se considere que ciertas superficies pueden funcionar como
"editoriales" (concretamente, la viñeta de Rudy y Paz o el "pirulo" de tapa en
Página 12;; el caso de la fuerte caricatura de Alfredo Astiz en la tapa de
trespuntos, creada por Alfredo Sábat en 1998), FIERRO juega con ellas en 1985.
Y sin duda, constituye un antecedente -proponiendo, a la vez, una "vuelta" a las
59
caricaturas políticas de principios de siglo-, y un modo creativo de opinar desde
varios lenguajes. Parodia a los mismos personajes, tal vez como estereotipos de
lo que ellos representan (la Editorieta de Evaristo no será la misma que la de
Ernie Pike, ni que la de Sperman), invitando a una reflexión desde la sonrisa, la
sorpresa, la memoria o el asombro.
Las páginas en color dejan de ser exclusivamente para Moebius a partir de
FIERRO número 10. Altuna con su Ficcionario, algunas historias que firma con
Trillo, Carlos Nine y otros ubican sus creaciones en este espacio privilegiado.
60
Las historietas
En la introducción de este trabajo se plantea que FIERRO no abandona la
preocupación por ciertas temáticas de la Argentina de los años previos a su
publicación. Se sostiene también que el tratamiento va variando y la temática
ampliándose. Es en esta línea que se inserta una de las historietas claves de este
período, cuya primera parte fue publicada entre los números 11 (agosto de 1985)
y 18 de FIERRO (febrero de 1986): Perramus, de Juan Sasturain y Alberto
Breccia.
Las creaciones inigualables del Viejo Breccia se suman a la historia de Sasturain,
en la que un personaje traiciona a su grupo guerrillero, escapándose del ataque
de los Mariscales, personajes funestos que han instaurado un régimen de terror
en Santa María, una ciudad al sur de los mapas. Toda coincidencia con la realidad
es intencional y premeditada.
La necesidad de dejar atrás lo que ha hecho lo guía hacia El Aleph, un cabaret
que promete un nuevo punto de partida, a través del olvido absoluto,
proporcionado por el cuerpo de una mujer. Pero la memoria -consciente o no-
golpea, y Perramus -nombre adquirido a través de un viejo impermeable-
comienza a buscar su origen y a la vez, su destino, en una historia que mezclará
personajes que resuenan en la memoria reciente de los latinoamericanos.
Metrocarguero, de Trillo y Mandrafina, si bien comienza en el número 9, tiene su
pleno desarrollo en esta etapa. Un mundo subterráneo, en el que un tren avanza
a través de diferentes niveles, y con un conductor -Rengo- que desafía las reglas,
tal vez hasta llegar a provocar una guerra, sólo para ver algo que únicamente
los más viejos recuerdan: el sol. El sol -o "Gran padre amarillo"- como símbolo
de todo lo que fue el mundo de sus abuelos y padres, también conductores de
transportes de carga, pero en un mundo que emergía en la superficie. Rengo
aporta un ingrediente humano -tiene dudas, preguntas, está "quebrado"- a un
universo "cerrado" en el que se obedecen órdenes sin ninguna réplica.
61
Esta historia retoma el clima posterior a alguna guerra nuclear que aparecía en
series anteriores. Diferentes tamaños de viñetas que llevan al extremo los
contrastes entre blanco y negro, una expresividad que habla sin necesidad de
palabras, sumados a un texto que estructura la narración a través de indicios,
conforman un clima extraño, húmedo y subterráneo.
Esta desazón post-guerra -cualquier guerra, desde la del Corto Maltés a la de
Perramus- atraviesa gran parte de las historietas de FIERRO (por lo menos hasta
los números 50-51, en donde comienza otra concepción de la revista). Una
desazón que habla de un profundo descreimiento frente a todo, pero detrás del
cual siempre hay alguna esperanza, que podrá ser conquistada si se sortean
diferentes pruebas. En este sentido, las sagas que aparecen en FIERRO rescatan
al héroe clásico de la tragedia y la literatura, que llegar a un logro final (aunque
el triunfo consista solamente en dejar testimonio, o incluso en el cumplimiento
de su destino trágico, del que no puede escaparse).
Piñón Fijo -otra vez, Trillo y Mandrafina- es otra saga de esta etapa, que
comienza en FIERRO número 14 (octubre de 1985), y finaliza en el número 21
(mayo de 1986). Un hidalgo -Piñón Fijo- en bicicleta -Silver, émulo del caballo
del Llanero Solitario- debe recuperar el cofre con el blanco polvo del poder (!)
que le han robado a su monarca. En esa travesía, se encuentra con diversos
personajes y situaciones, a las que enfrenta confundiéndolas y recreándolas, al
estilo de Don Quijote de La Mancha.
Piñón Fijo también tiene la estructura de la aventura del héroe, aunque el tono
tal vez sea más delirante que dramático. Incluso toma un elemento claro de la
tragedia: en esta historieta no hay texto en recuadros que aclare lo que está
sucediendo, sino que aparecen viñetas con una banda de tres personas, que
cantan la historia del caballero, con instrumentos y en verso, retomando al coro
griego. Además, cada entrega se denomina "Canto".
62
El sentido de Piñón Fijo desborda ampliamente el argumento que narra, y ofrece
innumerables huellas a partir de las cuales originar lecturas.
Las historietas descritas hasta aquí fueron elegidas como las más representativas
de este período, de acuerdo con el punto de vista planteado en la hipótesis.
Sin embargo, otras historias de excelente calidad acompañan a las ya detalladas.
A continuación, se recorrerán algunas de ellas, que tienen fuerte presencia en
esta etapa de FIERRO.
El Sueñero sigue navegando a través de las páginas de FIERRO, jugando con
personajes de la literatura y la historia.
Fontanarrosa trae a Sperman y continúa con sus Semblanzas Deportivas.
Un homenaje de Milo Manara a Federico Fellini engalana FIERRO número 20
(mayo 1986).
Los expresivos trazos y el guión de Peiró mantienen fresca la memoria con Las
semillas (FIERRO número 20, mayo de 1986), una historia de los años 70, vista
desde una realidad más directa, menos metafórica que la que propone Perramus.
63
Las semillas, de Peiró.
64
Ministerio, de Solano López y Barreiro se extiende desde el número 21 hasta el
31 (marzo de 1987), y narra la historia de un cadete -Carlos Pibe- en un
Ministerio/Mundo sin exterior, que logra liberar a sus compañeros de vida/trabajo
de la tiranía de la Jerarquía, quienes -literalmente- "chupan la sangre" de los
subalternos. Los dibujos tal vez sean más tradicionales que los de otros
colaboradores, pero eso no les hace perder su expresividad, ni limita las
posibilidades de metáforas y significación.
65
En la Editorieta del número 22, un detective "a lo Filip Marlou", dibujado por el
Marinero Turco, anuncia que en la redacción de FIERRO tomaron para trabajar
a "una piba", Custer. Los personajes que hacían fila en la puerta de la redacción
de FIERRO buscando trabajo, resignados, deciden ir a probar suerte a El Tony.
Custer es una detective -dibujada por Bernet con guión de Trillo-, que inaugura
en FIERRO una serie protagonizada por una mujer. Son historias que juegan con
las aventuras clásicas del detective y con el protagonismo de Custer,
característica a la que los personajes aluden, entrando y saliendo de la diégesis
sin ningún reparo. Jugando en el límite con lo cinematográfico -el texto en los
recuadros hace alusiones a ese lenguaje continuamente-, la expresividad del
trazo de Bernet radica más en los encuadres y en el movimiento de las viñetas
en conjunto que en una anatomía detallada. Bernet es catalán, y quizás por eso
su estilo difiera del de la mayoría de los colaboradores de FIERRO. A continuación
se incluye el interesante final de “Confidencia en Fat City” (FIERRO número 24),
que constituye un buen ejemplo de lo observado.
66
Custer, de Trillo y Bernet
67
Custer, de Trillo y Bernet
68
Patricia Breccia comienza a publicar sus historias en FIERRO número 22, en
principio con el nombre de Sin novedad en el frente. Sus dibujos son muy
detallistas, lo que podría acentuar su carácter fijo;; sin embargo, en su conjunto,
la historieta otorga sensación de movimiento. Los recursos principales para
lograrlo son la tipografía y las líneas de las viñetas, ambas irregulares, al igual
que los globos.
Los argumentos son tratados en un modo un tanto extraño;; sin embargo, el hilo
conductor son personajes agobiados por la realidad que les toca vivir, que
terminan deprimidos o al borde del suicidio.
69
Julio de 1986. Campeones Mundiales de Fútbol. La tapa de FIERRO número 23
propone un Diego Maradona con piernas (¡y brazo izquierdo!) de acero, corriendo
más rápido que un tren, y con una pelota celeste y blanca entre las piernas. La
Editorieta está a cargo de Rep, que le dio el formato de sus excelentes Postales.
Estas "salpicarían" algunos números de FIERRO a partir de entonces, siempre
con su mirada irónica y reflexiva.
70
Time Out, de Horacio Altuna, sigue perteneciendo al material editado en España
que FIERRO publica para nuestro país. "Carlos y el Zurdo andan por el tiempo.
Sería lo de menos: todos lo hacemos. Lo grave es que la máquina wellesiana que
manejan el profesor Rodríguez y la atolondrada Angelinés no funciona bien: van
y vienen sin rumbo y sin cambio chico en el bolsillo por los más insólitos parajes
del espacio tiempo (la revolución mejicana, Nueva York) en una serie de
equívocas peripecias en las que Altuna -después de mucho tiempo- se ríe sin
muecas amargas. El Zurdo y Carlos son historietistas..." 6
Un personaje conocido para los lectores de historietas también aparece en el
número 25: Ernie Pike, de Oesterheld, con dibujos de Juan Giménez. Ernie -
dibujado por Pratt- también protagoniza un homenaje en forma de Editorieta.
Con el número 26 de FIERRO (octubre de 1986) se abre una de las sub-etapas
de las que se hablaba al principio. Hay un replanteo gráfico integral de la revista
(aunque no de la tapa), en la que Diego Fierro -un payador o cantor bien criollo-
, inaugura De Décima, espacio para un poema-editorial que reemplaza a la
Editorieta, y que aparecerá hasta el número 36. Se agregan algunos colores a
las páginas interiores, y la sección de lectores también sufre modificaciones, que
serán tratadas en el capítulo que habla sobre ellos.
En estos primeros versos, Diego Fierro le canta el adiós a las páginas a todo
color, enfatizando las diferencias de FIERRO con respecto a las revistas europeas
del género.
De alguna manera, este payador expresa la posible relación entre el nombre de
la revista y el libro-memoria de la pretendida identidad nacional, Martín Fierro.
La revista se postula desde el nombre y el logo como un fierro oxidado, en
6
- Introducción a Time Out/4, FIERRO número 25, septiembre de 1986.
71
extremo diferente a un ser nacional sin fisuras. La presencia de Diego Fierro
parodia al gaucho aceptado como bueno, puro y adaptado. Incluso es casi irónico
que la única medida de censura (por lo menos, la única de esta etapa de la que
queda memoria en las páginas de la revista) que sufrió FIERRO, haya sido sobre
esta sección. Pero aún sin la presencia de Diego Fierro, las voces se hicieron oír,
y hasta incluyeron las contraindicaciones para leer FIERRO. En la misma línea, la
tapa cambió su subtítulo: "Historietas contra el apriete".
Navarrito es una serie de Ricardo Barreiro y Alberto Dose que comienza en el
número 27. En la Argentina de principio de los `30, un cronista de noticias
policiales se mueve en el clima posterior a la belle epoque y a la vez denso del
Buenos Aires de Crítica y tranvías.
Carlos Nine comienza a publicar Keko, el mago en FIERRO número 26. Los
inconfundibles trazos de Nine que casi rozan lo naïve, se combinan con una
composición que logra la profundidad y el movimiento en las historias. El juego
con las formas de la viñeta y lo que los textos narran, es otro elemento constante
en Keko.
Un lenguaje formal y otro que dice sin rodeos lo que sucede, se combinan para
producir un efecto humorístico: las distintas entregas de Keko... siempre
terminan con alguna aventura sexual.
Otro aspecto que aparece hacia el número 30, es la fuerte presencia de temáticas
e imágenes eróticas y sexuales en gran parte de las historietas. De Evaristo a las
tapas, de Keko... a las historietas unitarias, todos parecen estar "destapándose".
Una carta de lectores que aparece publicada en FIERRO número 32 (abril de
1987) monitorea agudamente los cambios de los últimos números de la revista,
también en cuanto al aumento de historietas extranjeras: "En cuanto al destape,
bienvenidas las curvas femeninas, pero que no se agoten en eso. Destapemos
72
un poquito las ideas y pongámoslas sobre el papel. A ver si más de unoestá
desnudo y con un frío bárbaro (...) Juan S., vos sabés y mucho de este asunto.
Plegate a la onda de los diarios y vamos a ganarle espacio a los sindicatos
extranjeros de la historieta. Un poco de afuera, sí, pero mejor conocer lo de acá
(...) Juan S., contá tu tanguedia vos también. No nos dejes caer en esta ola de
tecnócratas tibios, de bajadas de pantalones y puntos finales con olor a entrega.
Los que estamos acorralados por la realidad caputista, queremos sobrevivir un
poco más, y FIERRO puede ser un faro (...)" 7
La respuesta de Juan S. no se hizo esperar: "El debate, por lo visto, continuar.
Reiteramos que una historieta puede considerarse `nacional' no sólo por tema,
sino por enfoque implícito (...) Acá no hay censuras ni agachadas, pero tampoco
directivas: cada colaborador aporta lo que puede y quiere, sin recetarios previos,
aunque sujeto sí a cierto control de calidad. Abrazotes de Juan S." 8
En esta respuesta radica una de las razonas fundamentales por las que esta
tesina sostiene que FIERRO consolida en este período una identidad propia y
más definida que en sus primeros números: hay una idea editorial que se
mantiene, pero que se abre para enriquecer las páginas de la revista, sin que el
hecho de ser argentino se convierta un límite para los historietistas. FIERRO
puede ser un faro, pero sin por ello reducir sus temas ni caer en el olvido de la
historia reciente: una mayor sutileza y un esfuerzo de lectura más intenso
aparecen a partir de ahora como elementos fundamentales para una
interpretación densa, amplia, que no se limite al argumento básico de las
historias. "(...) una historieta puede considerarse `nacional' no sólo por tema,
7
- Carta de Osvaldo Croce y Miriam Montoni, publicada en la sección Lectores
de Fierro, FIERRO número 32, abril de 1987.
8
- Nota de la redacción en respuesta a la carta de Osvaldo Croce y Miriam
Montoni, publicada en la sección Lectores de Fierro, FIERRO número 32, abril de
1987.
73
sino por enfoque implícito (...)" afirma Sasturain, y eso es lo que rige esta etapa
de la revista, que sin ninguna duda se enriqueció con aportes de grandes artistas
de todo el mundo. Afirmar que un enfoque implícito, una opinión, un punto de
vista son lo verdaderamente sustancial, es reconocer que lo "nacional" tiene
múltiples entradas y que se construye y deconstruye continuamente. Es elegir a
Diego Fierro (o a cualquiera de los personajes de la revista) antes que a Martín
Fierro. Y ésta fue una apuesta clara de la revista desde sus inicios, que ahora
trasciende los temas y los autores de sus primeros números.
Más allá de las definiciones cerradas y puras de un supuesto "ser nacional",
Néstor García Canclini reflexiona sobre los complejos procesos que lo conforman:
"La reflexión sobre la identidad y la ciudadanía se va situando en relación con
varios soportes culturales, no sólo en el folclor o la discursividad política, como
ocurrió en los nacionalismos del siglo XIX y principios del XX. Debe tomar en
cuenta la diversidad de repertorios artísticos y medios comunicacionales que
contribuyen a reelaborar las identidades (...) La identidad, dinamizada por este
proceso, no ser sólo una narración ritualizada, la repetición monótona
pretendida por los fundamentalismos. Al ser un relato que reconstruimos
incesantemente, que reconstruimos con los otros, la identidad es también una
coproducción." (García Canclini, 1996)
En este sentido, FIERRO constituye una propuesta revolucionaria: la historieta
es un lugar tan válido como cualquier otro para la construcción de identidades,
para la representación de los problemas y cuestiones nacionales/
internacionales/ transnacionales.
Y esto también se ve en las secciones escritas y "combinadas", como la Editorieta
o la excelente La Argentina en pedazos.
La participación y la interacción con los lectores -que se analizan aparte-
configuran otro espacio donde se reafirma todo lo expuesto hasta aquí.
Las Postales de Rep -a las que ya se ha aludido- son un excelente ejemplo del
tránsito por la memoria, los nuevos y viejos temas, la óptica de este lado del
74
mundo... Además, llevan al extremo la idea de "superviñeta" que conecta
cuadros aparentemente desconexos. Un ejemplo notable, que tal vez
ejemplifique el proceso de FIERRO en esta etapa (y su línea editorial) son las
Postales en color del número 32 (abril de 1987).
75
Más palabras
Algunas de las secciones escritas que nacieron con FIERRO se mantienen en
estos números: El hombre ilustrado (hasta el número 32, abril de 1987), Con un
fierro, y La Argentina en pedazos (hasta el número 37, aunque no en todos los
ejemplares). Entre los números 10 y 36, estos textos fueron adaptados para la
sección: La historia del guerrero y la cautiva, de Jorge Luis Borges (número 22,
junio de 1986);; Boquitas pintadas, de Manuel Puig (número 23, julio de 1986);;
La agonía de Haffner, el rufián melancólico, de Roberto Arlt (número 28,
diciembre de 1986).
Disparos en la Biblioteca es una sección que apareció por primera vez en el
número 9 (mayo de 1985), pero que se desarrolló a lo largo de los números
siguientes, por lo que se la engloba en esta etapa. Se publicó hasta el número
45 (mayo de 1988) y, como su nombre lo adelanta, era una sección dedicada a
la literatura. Tuvo distintos autores (Elvio Gandolfo y Daniel Croci, entre ellos),
pera luego quedar en manos de Angel Faretta. Esta sección no aparecía en todos
los ejemplares, y no se ocupaba de "novedades" literarias, sino que tomaba
temas, libros y autores para brindar información -matizada con lecturas
personales y algunas preguntas (o disparos)- sobre ellos.
La primera aparición de La Ferretería de Spataro y Cía. anunciaba en su cartel:
"Tornillos-historietas-noticias-canje-tuercas-publicaciones-caños-coleccionistas-
clavos-autores" (FIERRO número 10, mayo de 1985). Esta sección se ocupó -en
un primer momento- de las novedades internacionales en el área de las
historietas, y de pequeños clasificados gratuitos que se publicaban en una
columna llamada Anzuelos y plomadas.
El número 24 de la revista incluyó algunos cambios en esta sección. Distinta
tipografía y un diseño más moderno y ordenado fueron las marcas distintivas de
La Ferretería desde ese momento.
76
El número 26 incorporó toques de color al mismo diseño, lo que destacó más las
tuercas delineadas detrás del texto. A partir del número 31 (marzo de 1987),
estas tuercas dejan lugar a herramientas, de un color más intenso. Sin embargo,
a veces se publicaba en blanco y negro.
El señor de los Tornillos (!) se ocupaba de libros y temas de ciencia ficción, y
estaba a cargo de Daniel Croci. Se publicó en pocos números, a partir de FIERRO
número 17 (enero de 1986).
Otra breve participación -que comenzó en el número 30, febrero de 1987)- la
constituyó la sección a cargo de Berni Dangutto, Historietas para... El nombre de
la sección iba variando de acuerdo a la temática que se tratara. El número 30
publicó Historietas para progresar, con el formato de un texto que "bordeaba"
una historieta de Rep.
Otros títulos de la sección fueron: Historietas para vestir, Historietas al aire libre,
Historietas para redundar.
Los habitantes del cuadrito trataba sobre los diferentes personajes que ocuparon
los "cuadritos" de la historieta mundial.
Marcelo Birmajer recorría las "biografías" de los personajes, desde un tono digno
de verdadero conocedor (y fanático) del género. Esta sección se publicó desde
el número 24 (agosto de 1986) hasta el 36 (agosto de 1987).
Tres nuevas secciones se suman a las páginas de FIERRO desde el número 34
(junio de 1987): Cumple cómic -a cargo de Germán Cáceres, y dedicado a los
aniversarios recordables de la historieta universal-, Kiosco -que comenzó como
un "Esquema Enciclopédico de la Historieta Argentina", a cargo de Andrés
Ferreiro y Rodríguez Van Russel-, y Caras de Fierro, Etc. -sección que iba
presentando a los integrantes y colaboradores de la revista (las caras) y "todo lo
77
que a usted no le interesa saber sobre los colaboradores de FIERRO pero que
nosotros sí queremos divulgar" (el etc.)-.
TERCERA ETAPA: UNA PROPUESTA QUE CRECE
Con los sucesos de la Pascua de 1987 se acabó definitivamente la fe en el poder
ilimitado de la democracia. La etapa que se recorrerá en estas páginas comienza
en el mes de las elecciones legislativas que modificaron el mapa
político/económico de la Argentina. Según Luis Alberto Romero, la mayor
ganancia fue para el "peronismo renovador": "En un clima de deterioro
económico agudizado y de inflación creciente, las elecciones de septiembre de
1987 les dieron un triunfo si no categórico, claramente importante: el radicalismo
perdió la mayoría en la Cámara de Diputados, y el control de todas las
gobernaciones, con excepción de dos, Córdoba y Río Negro (...)" (Romero,
1995).
El período que comienza con el número 37 de FIERRO (septiembre de 1987)
profudiza la línea editorial, la identidad que se estableció en la etapa anterior. A
partir del número 36 -cuando la revista cumplió tres años, en agosto de 1987- el
logo abandona su letra oxidada y su chapa de fondo, para que una letra más
sobria surja en rojo, con gran fuerza, desde una cierta "profundidad" que le
otorga su sombra negra.
No es casual que La Argentina en pedazos de este número -que además, sería
el último capítulo de esa sección- sea la adaptación de Operación Masacre, de
Rodolfo Walsh. Tampoco es casual que Solano López haya sido el dibujante a
cargo de ella. "Quizá lo que voy a decir no encaja dentro de lo que se espera
leer en una revista de historietas. Pero cuando acepté hacer una interpretación
78
gráfica y resumida de la investigación de Rodolfo Walsh, no se me ocurrió pensar
que iba a sentir la necesidad de acompañarla con estas líneas de introducción.
Aquí se relata un hecho ocurrido hace treinta y un años. Es decir que ya forma
parte de la historia del país. Por su horrible significación y consecuencias, debe
ser conocido por todos los argentinos.
Según mi opinión, la enseñanza que debe extraerse de hechos de sangre como
el que relatamos, es que la arbitrariedad y el desprecio de la ley ejercidos desde
el gobierno sólo sirven para engendrar más arbitrariedad y más desprecio de la
ley. Todos sabemos que quince años después, un grupo de muchachos pensó
restablecer el equilibrio de la justicia con otro hecho de sangre, el asesinato del
General Aramburu, presidente de facto en el momento de la matanza. Y lo que
siguió no es necesario repetirlo.
Actualmente parecemos haber extraído la otra consecuencia imprescindible
después de casi inacabable ajuste de cuentas, más propio de mafiosos o de
tribus primitivas que de una sociedad con pretensiones de civilizada. Se paró de
matar. Pero esto no debe ser un punto de referencia a partir del cual ensayar
otras formas de arbitrariedad y desprecio de la ley, como las presiones y
amenazas con uso de armas de Semana Santa, por ejemplo.
Los argentinos tenemos la obligación de no asustarnos, y consolidar con nuestros
actos el fortalecimiento de la ley, de las instituciones democráticas, que hacen
posible la convivencia en paz y en libertad." La "carta" de Solano López aparece
en la página del índice de FIERRO número 37, y funciona como editorial. Editorial
que conjuga la reflexión sobre el presente y el pasado del país, y la esperanza y
confianza en que en el respeto a las instituciones puede construirse un país con
paz y libertad. Sin embargo (y esto puede relacionarse con la desilusión que
comenzaba a pesar en la sociedad), el diseño de esa página plantea dudas sobre
la confianza de Solano: una vieja Remington ha marcado violentamente el
número de la revista y el mes sobre el papel, en azul, color que se incorpora en
este número. Manchas de tinta, o de sangre -o de las dos cosas, como en el caso
de Walsh- también se desparraman en el ángulo superior derecho de la revista.
79
FIERRO aún desbordaba de opinión, de significaciones posibles, en todos los
rincones de la revista.
Las letras de vieja máquina de escribir en la página del índice se mantuvieron
durante bastante tiempo, aunque a veces se intercalaban otros diseños.
FIERRO profundiza la sutileza de los números anteriores y mantiene -e incluso
aumenta- la excelente calidad de sus historietas.
De alguna manera, el camino que se transita durante este período se trunca
hacia los números 49/50, y en el número 51, la revista propone claramente un
nuevo perfil.
80
Dibujos y novedades
A partir de FIERRO número 37 (septiembre de 1987), las historietas de Altuna
se publican en una doble página central a todo color. Deseo (Fierro número 37),
Lluvia (FIERRO número 38), Voyeur (FIERRO número 39) y Regresos (FIERRO
número 40) fueron algunos de los títulos publicados. De todos modos, esta
modalidad se dedicaría exclusivamente a Altuna durante unos pocos números;;
el color volvió a aparecer en las tapas y páginas posteriores.
El Tomi ya había incursionado en FIERRO con sus Cuentos del Bajo Vientre, una
saga de aventuras unitarias protagonizadas por Don Juan, un viejo mendigo que
circula por una ciudad -cualquiera de nuestro país-, sobreviviendo a los "aprietes"
político económicos e imaginando -o encontrando realmente, ya que los demás
personajes pueden verlas- mujeres bellísimas que siempre están dispuestas a un
fuerte encuentro sexual con el protagonista.
Es sobre el final de la etapa anterior y durante varios números de ésta, que El
Tomi publicar una de sus mejores creaciones: Polenta con Pajaritos, una historia
bien rosarina -y algo autobiográfica- de un grupo de "pibes", en el que el Conejo
se va convirtiendo en protagonista. El mundo cotidiano de los chicos, sus miedos,
su visión de los que los rodea, el despertar sexual, cruzados con su propia
imaginación, aparecen de una manera brillante a través de la pluma de El Tomi.
La anatomía expresiva llega a los límites, e incluso los desborda: los policías de
la zona tienen características deformes, que plasman la metáfora en el dibujo de
manera casi brutal: una mandíbula cuadrada que se asemeja a un cajón abierto
y una boca "chupada" hacia adentro.
El juego con el lenguaje, deformando las palabras -"Fijesé, cabo... Do' típico'
delincuente'juvenile'... pelo pirincho... ojos estraviau'" 9- y las onomatopeyas
9
- Palabras de un policía en El sexo de Superman, capítulo de Polenta con
Pajaritos publicado en FIERRO número 44, abril de 1988.
81
refuerzan el clima creado a través de los dibujos y encuadres. Pero esta historieta
no se limita a lo que le sucede al Conejo y su barra: una ácida mirada sobre la
historia y la política nacional están en la base, son el "telón de fondo" de los
hechos que se narran. "Tiempo después aquel nombre modificado con un `azo'
final fue clave en la política nacional y tema de conversación de los mayores. El
piberío sin embargo sobrevolaba la política a una altura considerable, para nación
le sobraba con la cuadra, y todas las noches se reunía en el fondo de la casa del
Conejo, para darle de comer al mejor amigo del hombre, el oso hormiguero, bajo
las mágicas luces de colores del farol del paso a nivel, todo un símbolo por aquel
entonces." 10
10
- Texto final de El oso hormiguero verde, capítulo de Polenta con Pajaritos
publicado en FIERRO número 45, mayo de 1988.
82
Polenta con pajaritos, de El Tomi
La ilustración de la tapa del número 37 se extiende hacia la contratapa,
configurando un gran dibujo;; esto no había aparecido en las tapas anteriores.
83
En este número aparece la publicidad de unos posters con diseños de FIERRO
en el interior de la contratapa.
Sin embargo, luego de unos pocos números con la publicidad, Nine vuelve a
hacerse cargo de las dos últimas páginas de FIERRO (que como ya se indicó,
incluyen la contratapa). Vampiresas y millonarios, personajes porteños y
esquinas de barrio se encuentran en las páginas de Crimen y castigo. El modo
de publicación de esta saga juega con lo que propone Gubern: en una misma
historieta se introducen cambios, es decir que no hay un solo modo (o estilo) de
publicación. Unas páginas publicadas en blanco y negro continúan en la
contratapa en colores, con lo cual aquí no habría una determinación estricta del
elemento color sobre la significación de la historieta;; aquí FIERRO vuelve a
quebrar convenciones, proponiendo un desplazamiento sobre una misma unidad
argumental.
84
Light & Bold es una de las nuevas series que se publican en esta etapa, y es un
fruto de la alianza Jordi Bernet-Carlos Trillo. Se inicia en FIERRO número 44 (abril
de 1988) y finaliza en julio de ese mismo año (FIERRO número 47).
Se trata de una historia de espionaje y matones, en la que Light, una bella mujer
absolutamente insensible a todo, se enamora perdidamente de Bold, un asesino
a sueldo del tamaño de un gorila.
Trillo lo calificó como un cuento paródico -por lo menos, eso es lo que se proponía
hacer desde el principio-, pero considerando el contenido de una revista como
FIERRO, la historia se limita bastante al argumento que narra. Seguramente
también influya en esto el estilo de Bernet, cercano a la historieta tradicional
norteamericana. Además, el tratamiento de los encuadres y composición no es
tan rico como el que había desplegado en Custer.
85
Undermédanos es una creación de Oscar Armayor y Lito Fernández que también
comienza en FIERRO número 44 (abril de 1988). Se estructuró en tres capítulos,
que aparecieron consecutivamente en FIERRO 44, 45 (abril y mayo de 1988) y
46 (junio de 1988).
" (...) en un desierto arrasado -con restos de una guerra no demasiado difícil de
adivinar: cascos criollos, tumbas, aviones caídos-, acurrucada bajo (under) la
superficie, una aldea sobrevive. Sus habitantes son arquetípicos, inmovilizados
por las caretas que los definen como en el teatro griego: el Maestro, el
Comerciante, el Juan típico, el sacerdote, la policía, las distintas formas de la
institución y de un orden más o menos estable que incluye la anomalía del Poeta
o de la Puta...
Junto a ellos, como una ráfaga nocturna y puntual, la brutalidad explosiva de los
yesca es una tormenta que arrasa y roba las costumbres y, sobre todo, las
mentes jóvenes, ese terreno de disputa en el que se juega la identidad del
porvenir.
Pero hay más: un Imperio sin otra bandera ideológica que el poder del desarrollo
-las cúpulas de sus edificios combinan todos los símbolos posibles del primer
mundo- maneja desde la distancia la historia y las reacciones de la comunidad,
de los yesca, de los jóvenes... Y en medio de semejante tablero, para patearlo,
para sobrevolarlo, para obrar como detonante por acción y omisión, llega el Mito
Salvador: Carlitos Cariño o la Perfección sin fisuras (...)" 11. Las palabras de
Sasturain no dejan dudas sobre las temáticas que atraviesan Undermédanos.
Tampoco de sus metáforas y huellas. La memoria y la historia una vez más se
meten entre las páginas de FIERRO.
Los recursos expresivos de los dibujos de Fernández son ricos y variados:
onomatopeyas en gran tipografía que cubren gran parte de las viñetas, variación
11
- Fragmento de Undermédanos o la arena de los engranajes, texto de
presentación de Juan Sasturain a la historieta Undermédanos, FIERRO número 44, abril
de 1988.
86
del tamaño y el tratamiento de éstas y aclaraciones textuales sobre el color (ya
que la historieta se publicó en blanco y negro), entre otros, dan plasticidad a un
dibujo que no explora tanto en los trazos como los de otros colaboradores de
FIERRO. Estos recursos apelan a un lector atento a la historia: una cocarda reza
"Conmigo o muerte", y la indicación del dibujante dice "color colorada";; cinta
punzó de la aldea subterránea, cuyo uso ha sido dispuesto por el Comandante
General, "para engalanar a los habitantes de su amado pueblo..."
87
Undermédanos, de Oscar Armayor y Lito Fernández
Ricardo Barreiro y Eduardo Risso presentaron su Parque Chas en FIERRO número
36, que se publicó consecutivamente hasta el número 47 (julio de 1988). El
88
mismo Barreiro, guionista de la historia, la presenta: "(...) En Buenos Aires
también tenemos un Triángulo de las Bermudas urbano semejante: el no-
euclidiano barrio de Parque Chas (...) muchos años después una singular vivencia
iba a demostrarme cuán insuficiente puede llegar a ser la lógica aristotélica para
explicar ciertos fenómenos que solían manifestarse en aquel barrio porteño..."
Con la voz de un narrador-protagonista, Barreiro invita al lector a sumergirse en
las páginas de la historieta: "Pero, como les decía: cuando el cartero tocó el
timbre aquella mañana de invierno, estaba muy lejos de imaginar qué me
esperaba..." 12.
La narración comienza en un departamento con una ventana prohibida que
comunica con "otra cosa" en un barrio laberíntico, que no estaba aislado de los
sangrientos destinos de la Argentina durante la última dictadura militar: "Nunca
sucesos más tenebrosos acontecieron en Parque Chas que durante el período
comprendido entre los años 76 al 83. Pocas veces los habitantes del barrio
estuvieron tan indefensos ante los sangrientos acontecimientos. Aunque quizás
por una vez no estuvieron solos en el miedo y en el terror. Parque Chas no era
una isla independiente en medio de aquellos años de plomo, esta vez toda la
República los acompañaba en el terror y la congoja. La muerte era Reina y
desfilaba con paso de ganso y uniforme de gala." 13
Dibujos expresivos y ricos recursos de claroscuro, onomatopeyas y gran
expresividad anatómica configuran el tenebroso clima de una historia como las
que hubo tantas en la Argentina de los 70...
12
- Un barrio... de Buenos Aires, texto introductorio de Ricardo Barreiro a Parque Chas,
FIERRO número 36, agosto de 1987.
13
89
Parque Chas, de Ricardo Barreiro y Eduardo Risso
90
Otras series conviven con las detalladas hasta aquí durante esta etapa de la
revista. Entre ellas, Basura de Carlos Trillo y Juan Giménez -que se publica entre
los números 36 y 40- es la historia de un universo en el que conviven dos
mundos: el de los limpios y el de los sucios, "que viven en un continente con
reminiscencias sudamericanas, donde los limpios arrojan toda la mierda
resultante de sus consumos opulentos." 14
Sampayo y Muñoz recrean el clima extraño de Sudor Sudaca, esta vez para Juego
de Luces (FIERRO números 38, 39 y 40), una extraña narración acerca de un
viejo actor de cine, y para Europa en llamas (FIERRO números 46 a 49), la
oposición entre la Vieja Europa y la posmodernidad, encarnada en tres parejas
mafiosas.
Peter Kampf, de Trillo y Mandrafina y Coglionte de Birmajer y Flores son otras
sagas que atraviesan esta etapa.
Sperman y las Semblanzas deportivas de Fontanarrosa siguen presentes. Las
Postales de Rep también.
Los unitarios aparecen con bastante fuerza en esta etapa: Las firmas de Tati,
Patricia Breccia, Peiró, Flores y Birmajer, entre otros, tratan distintos temas en
una sola entrega.
14
- Fragmento de Acerca de esta basura y otras poluciones, introducción de
Carlos Trillo al primer episodio de Basura, publicado en FIERRO número 36, agosto
de 1987.
91
Las secciones y el texto
Kiosko deja de ser sólo una enciclopedia sobre la historieta desde FIERRO
número 37, para comenzar a englobar una sección que agrupa a La Ferretería,
Caras de Fierro, Anzuelos y Plomadas y Cumple cómics.
La nueva diagramación de esta sección incluye algunos toques de color, que son
diferentes de número a número.
Con un fierro -siempre a cargo de Angel Faretta- se publicó hasta el número 47
(julio de 1988). Sin embargo, el cine siguió presente a través de notas "sueltas",
algunas de las cuales se publicaron en dos o tres entregas. Lo mismo ocurrirá
con los temas de la sección Disparos en la biblioteca, publicada hasta FIERRO
número 45 (mayo de 1988).
Hacia el final de esta etapa, en los números 49-50 -números "de transición" al
período siguiente- hace su aparición CAIN, un suplemento de música, reportajes,
libros, y todas las novedades del amplio ambiente cultural que interesaba a los
jóvenes.
Notas propias y adaptaciones de algunas ajenas sobre personalidades de otros
países, ocupaban gran parte de las páginas en blanco, negro y amarillo del
suplemento. CAIN se anexa a FIERRO con su número 9;; evidentemente, antes
se había publicado en algún otro formato.
Una novedad de CAIN es la introducción del folletín en las páginas de FIERRO.
El Mesías Eléctrico, "folletín devocional en entregas", de Marcelo Figueras,
comenzará en FIERRO número 49 (setiembre de 1988).
Los aires de cambio soplaban fuerte en el diseño de la revista: si bien las
secciones siempre habían sido flexibles con respecto a su extensión y diseño, en
FIERRO número 49, la ya casi legendaria sección Lectores de Fierro se llamará
simplemente Cartas. Además, ya desde la tapa, la revista comienza a ser "otra".
92
Noé y Pablo Páez ilustran las portadas de la transición, con un estilo muy
diferente al que había imperado en la revista hasta entonces.
La tipografía de tapa también varía, acercándose bastante a las revistas políticas
o de interés general de la época.
FIERRO cumplió 4 años con su número 50. También sería la mitad de los
ejemplares que la revista finalmente publicaría. Como coincidencia o tal vez como
premonición, Juan Sasturain es reemplazado por Marcelo Figueras. Y a partir de
ahí, más allá del movimiento y renovación que provocó FIERRO durante estos
primeros 50 números, se produce un cambio claro en el concepto mismo de la
revista. Los números siguientes intentarán definir una revista cultural, que amplíe
el espacio de la palabra y ya no priorice sólo las historietas.
93
EL FIERRO DE CAIN
Esta etapa se desarrolla en medio de grandes tensiones: hiperinflación, los
sangrientos sucesos de La Tablada, crecimiento político de los candidatos de la
oposición, sumados a un gobierno cuya conducción había sido cuestionada
claramente desde 1987.
Incluso desde el seno del radicalismo se criticó la línea de trabajo de Alfonsín.
"El gobierno sintió fuertemente el impacto de una derrota que cuestionaba su
misma legitimidad y su capacidad de gobernar, y desde entonces hasta que
traspasó el gobierno, en julio de 1989, las dificultades para su gestión fueron
crecientes, hasta llegar a convertirse en un calvario" (Romero, 1995).
Con el traspaso del gobierno a Carlos Menem comenzaría otra -y para algunos,
hasta inesperada- historia...
En noviembre de 1988, el número 51 de FIERRO incorpora un cambio
fundamental: la fusión de la revista y el suplemento CAIN en una misma
superficie.
Una detallada explicación era necesaria para un universo de lectores habituado
a encontrarse con una revista diferente a la que en ese momento tenía en sus
manos. A modo de editorial, la página del índice de FIERRO 51 informa: "Fusión.
Fase dos. Se sabe que la Fase Uno fue completada con todo éxito: CAIN se anexó
a FIERRO, bajo la forma de un suplemento. La intención era redondear las aristas
de FIERRO, agregándole material periodístico que trascendiera la información
sobre historietas propiamente dicha.
He aquí la Fase Dos: que CAIN desaparezca como ghetto en el seno de FIERRO,
para, con todas las letras, integrarse a ella. Quebrar el suplemento-
compartimiento estanco. Diseminar lo periodístico, el delirio, la ficción no
dibujada, entre historieta e historieta.
94
Porque, mal que les pese a los jacobinos (vulgo: fanáticos) de siempre, el mundo
de CAIN y el mundo de FIERRO son complementarios. Más: indispensables, el
uno para el otro.
Casi inexorablemente, el que ama a Fontanarrosa conoce y admira a Lennon.
Hay lazos invisibles entre El Tomi y Fito Páez. Entre Muñoz-Sampayo y La Fura
dels Baus. Entre Manara y Spinetta.
Se trata de prolongar las líneas, nada más. Los que consumen FIERRO también
se trincan por el rock, el cine, la TV: la idea es saciarlos también en esos rubros,
o al menos arrojar algún señuelo en el ojo de agua de sus mentes.
A partir de este número, CAIN se deja comer por las sombras. Le basta con
seguir siendo, tácitamente, el delirio no dibujado de FIERRO.
La Fase Tres también está en marcha. Esto es: que la fusión entre ambos
materiales sea per-fec-ta.
Nos va a tomar algún tiempo. Pero, jolín, si no hubiera nuevos desafíos nos
aburriríamos muchísimo.
Eso es todo, Bip."
A partir de aquí, FIERRO tuvo dos índices, en la misma página: el de las
historietas, y Secciones y Notas, un recuadro más chico que guiaba sobre la
ubicación de los textos sin ilustración.
El índice -en realidad, los dos- empieza a funcionar como un lugar de entrada
fuerte a la revista, que antes era más flexible, incluso erróneo. El lector de
historietas que busque a su dibujante favorito, seguirá reconociéndolo sin
necesidad del índice. Pero para los lectores de las nuevas secciones de la revista,
ha llegado la era del adiós a los indicios “desparramados”. Una entrada más
ordenada comienza a funcionar en esta etapa de FIERRO.
Pero como todos los procesos llevan su tiempo, el índice del numero 53 de
FIERRO indica mal la ubicación de las notas e historietas. Y en algunos números
posteriores volvió a suceder, aunque menos que al principio.
95
La frase "Historietas para sobrevivientes" vuelve a aparecer en la portada desde
el número 53, pero no estrictamente junto al título, ni tampoco en todos los
números.
Las otras historietas
En esta etapa -como ya se destacó - comienza a transformarse la identidad de
la revista. Desde aquí, gran parte de las historietas de FIERRO comienza a
indagar en grandes temas generales, más amplios que los tratados durante los
primeros 50 números de la publicación.
Uno de los ejemplos es HP y Giusseppe Bergman, una historia de Milo Manara
que comenzó en el número 48 de FIERRO (agosto de 1988), y terminó en
FIERRO número 58 (junio de 1989).
Giusseppe Bergman decide abandonar su vida cotidiana para dedicarse a la
aventura. Parte a Venecia, en donde debe encontrarse con el misterioso HP,
quien lo iniciar en un antiguo saber. En la concreción de las aventuras, Giusseppe
encontrar la respuesta a la pregunta que HP -su "Maestro"- le formula acerca
de su sed de aventuras: "De aventura leída o vivida?" 15
Giusseppe Bergman recorrerá así diferentes situaciones, que siempre mezclarán
los límites entre la ficción y lo "real".
Desde Venecia hasta Macondo, pasando por otras ciudades y lugares, Bergman
comete torpezas que lo llevan a experimentar las más insólitas situaciones.
Porque "(...) cuando menos se piensa en la aventura, cuando más lejos se cree
estar de ella, más se la vive. Y así van las cosas..." 16
15
- Frase de HP en el capítulo 2 de HP y Giusseppe Bergman de Milo Manara,
publicado en FIERRO número 49, septiembre de 1988.
16
- Nota de introducción al capítulo 6 de HP y Giusseppe Bergman de Milo
Manara, publicado en FIERRO número 53, enero de 1989.
96
Arrepintiéndose cada vez más de su desesperación por la aventura, Bergman
descubre que todo el mundo está hecho para ella, que puede estar en cualquier
parte.
97
Manara utiliza aquí viñetas bastante regulares, aunque a veces recurre a la
página entera. Sus dibujos son muy expresivos y producen una fuerte sensación
de movimiento, a través de logradas composición y profundidad de campo. Los
encuadres también enriquecen estos efectos.
Esta historia juega con la intertextualidad de las clásicas aventuras de la
historieta, la literatura, la historia de las religiones y las eternas preguntas del
hombre sobre sí mismo. De alguna manera, es un claro ejemplo del nuevo
universo de temas que se va a ir instalando en FIERRO: historietas que
básicamente se autoabastecen a partir de las referencias del mismo género, sin
hacer referencias explícitas al contexto histórico-político-económico del
momento.
Caín, de Ricardo Barreiro y Eduardo Risso -la misma dupla de Parque Chas-, es
otro de los ejemplos. Se publicó desde FIERRO número 49 (septiembre de 1988)
hasta FIERRO número 60 (agosto de 1989).
"Cuando está por nacer un niño, y ante la eventualidad de que su sexo sea
masculino, nadie piensa en ponerle, por nombre, el de Caín.
Manga de cagones.
(...) Digamos que, en fin, Caín es el nombre cifrado que identifica a los miembros
de una raza. Sujetos que a lo largo de la historia humana han apostado a la
mayor intensidad, a una intensidad rayana en lo insoportable, ya sea en el amor,
el odio, la locura, la traición (...)" 17
Un huérfano arrojado a un basural es el protagonista de la historia, con un
camino difícil que deber sortear para cumplir su destino -quizá ineludible- de
convertirse en un maldito. Su hermano gemelo ha muerto, y luego se enterará
de la existencia de una hermana ciega -eran trillizos-, que es la única aceptada
por la familia.
17
- Fragmento de Caín, uno de los chicos malos, introducción de Marcelo Figueras a Caín, de
Barreiro y Risso, publicada en FIERRO número 49, septiembre de 1988, pág. 84.
98
Una Buenos Aires futurista -que fue destrozada por alguna guerra (¡otra vez!)-
es recreada en los claroscuros de Risso. Planos contrapicados y planos detalle
enriquecen la sensación de movimiento que logran todos los elementos de la
viñeta. Rayos, lluvia y nuevamente, las grandes onomatopeyas, acercan a esta
historieta a las convenciones del género, pero recreándolas con un marcado
estilo personal que sin dudas, resulta atractivo para el lector.
Caín busca su propio origen a través de un mundo marginal y violento. A pesar
de su temática global, cercana a la aventura clásica del género, pueden
rastrearse algunas huellas de los temas que siempre atravesaron FIERRO. En el
fondo, esta historia es bien argentina: ciertos indicios pueden sugerir de qué
guerra (o guerras cotidianas) se sobrevive: la tapa de una edición del diario Clarín
le devuelve al protagonista la plena memoria sobre su identidad, y a partir de
ahí la buscará sin piedad ni contemplaciones. La tapa del diario es significativa:
un tal Adrián Bunge de Hoz -que ha muerto recientemente- resultar ser el padre
de Caín, además de ser dueño de una inmensa fortuna. Junto a la noticia de la
inhumación de sus restos, un "candidato del oficialismo" sonríe junto a un "capo"
absuelto. (Nada demasiado diferente a las portadas actuales, si se lo piensa un
poco). Caín va llevando a cabo su venganza, paso a paso. Venganza de quienes
lo maltrataron y casi lo mataron.
Sin embargo, ese tono no es el que predomina en la historia, que finalmente se
interna de lleno en la ciencia ficción: Caín -poseedor de una prótesis psicotrónica,
émulo de Terminator, que llega hasta utilizar una de sus famosas frases:
"Volveré" (I'll be back)- destruye a toda su familia y se queda con "la chica". Caín
es en realidad una historia complicada de herederos, malvados y una gran
fortuna, que utiliza elementos del melodrama matizados con otros típicos de la
ciencia ficción.
La promesa de las aventuras de un integrante de la "raza maldita", aparecida en
la introducción de Figueras se pierde a lo largo de la saga, para ofrecer una
correcta historia que podría haber protagonizado Arnold Schwarzenegger.
99
Caín, de Ricardo Barreiro y Eduardo Risso
El Instituto, de Solano López y Barreiro, es otra de las historietas que trata un
tema que se ciñe bastante al argumento que narra. Es una historieta erótica
sobre una hermandad de amazonas lesbianas, seguidoras de Ishtar, que se
forman en un tenebroso Instituto.
Ricardo Barreiro, su guionista, introduce la historia en el número 56 de FIERRO
(abril de 1989): "FIERRO, pese al nombre, no parece ser (al menos según el
Correo de Lectores) el vehículo ideal de historietas eróticas. Por otro lado y
paralelamente, FIERRO es medio de un género gráfico que cuenta con un
mercado mayoritariamente masculino (...) Las mujeres, más realistas y excluidas
socialmente de esas fantasías masculinas, difícilmente puedan identificarse con
aquellos personajes que forjan su Destino con La Fuerza como recurso
principal(...) Por eso "EL INSTITUTO", una historieta de sexo, como para el placer
de las lectoras y también para que los lectores comprendan que lo importante
no es una pistola en la mano sino las bolas bien puestas." 18
18
- A propósito del Instituto, introducción de Ricardo Barreiro a Lilian
Cunnington, capítulo 1 de El Instituto, publicado en FIERRO número 56, abril de 1989.
100
Sin embargo, Barreiro se dirige finalmente a los lectores hombres. Si bien la
protagonista es mujer - y por supuesto, al final triunfa, de un modo bastante
previsible-, las imágenes eróticas son protagonizadas por mujeres -como siempre
sucedió en FIERRO, en donde las curvas femeninas se imponen sobre los cuerpos
masculinos-, y el héroe salvador es un débil mental deforme que no ofrece
ningún atractivo. Con algunas interrupciones en su publicación, El Instituto
termina purificándose con un incendio en FIERRO número 69 (abril de 1990).
101
El Instituto, de Solano López y Barreiro.
102
Crimen y castigo de Carlos Nine continúa hasta el número 52 de FIERRO
(diciembre de 1988). Luego dejará por un tiempo el paisaje de nuestras pampas
para publicar sus Estampas del oeste, grandes viñetas únicas que ocupan ambos
lados de la última página (contratapa a color). Son personajes del "viejo oeste"
norteamericano, acompañados por una pequeña biografía al pie del dibujo:
"ALBERT KUPFERBERG, (a) el Pibe Minessota (1860-1887). Atravesó todo Kansas
con una flecha al cuello perseguido por los indios Tai-Pei. Irrumpió en Dallas
gritando `Aheiou-Hew-Haw', y cayó muerto."19 Aparecieron desde abril de 1989
(FIERRO número 56) hasta febrero de 1990 (FIERRO número 67), aunque no en
todos los ejemplares.
Keko el Mago (también de Nine) regresa a FIERRO a partir del número 53 (enero
de 1989). De a poco, irá "presentando"- para finalmente ceder su lugar- a El
Patito Saubón, un pato vestido de marinero, que parodia al Pato Donald con la
calidad del trazo de Nine. Este personaje recorre distintos lugares para atrapar
hembras -de cualquier raza, incluso humanas- con quienes pasar un buen rato.
El Tomi publica un homenaje a los desaparecidos durante la dictadura militar del
76 al 83, en dos entregas: Cien mil días sin policías (FIERRO números 51 y 52,
noviembre y diciembre de 1988), que sigue dando cuenta de la realidad reciente.
Por otro lado, reaparece un Conejo casi adolescente en Polenta con Pajaritos, en
donde los códigos entre los protagonistas comienzan a cambiar respecto a los
que funcionaban en la niñez.
Estas historietas tienen un tratamiento diferente en esta etapa: dibujos a lápiz
que ocupan páginas enteras, espacio más amplio para disfrutar los excelentes
dibujos -e historias- de El Tomi.
19
- Estampa del Oeste Nro.2, publicada en FIERRO número 56, abril de 1989.
103
También se publican los Cuentos del Bajo Vientre, alternados con Polenta... o
con algunas historias unitarias.
Ingresa una nueva serie, que aparecería pocas veces: El Desmitificador, un
hombre -mezcla de Superman y camionero- que va viviendo tormentosas
aventuras sexuales. Una característica distintiva de esta serie es que es
totalmente "muda";; no tiene ningún soporte escrito.
Ciencia Fricción, también de El Tomi, narra aventuras sexuales en un futuro de
tecnología avanzada. Estas historietas invitan al lector a participar más allá de
la lectura: traen una "aclaración", que indica las tareas que deben realizarse
(observar las aclaraciones en el material ilustrado que se adjunta a continuación).
Se publicaron en FIERRO número 67 (febrero de 1990) y 68 (marzo de 1990).
Max Cachimba publica en este período varias historietas unitarias, con su estilo
tan particular, tanto en el dibujo como en los guiones. Este autor quiebra
bastante las convenciones del género: deforma las viñetas, destaca
intencionalmente la bidimensionalidad del papel y la tinta, y escribe "delirios"
que terminan de conectarse entre sí por lo llamativo de su estilo, que plasma
tanto en blanco y negro como en color.
Maitena publica algunos unitarios y sus Historias por metro, que tienen un
centímetro a pie de página y siempre involucran aventuras sexuales. Con guión
de Martini, Maitena ilustró Barrio Chino -una historia de personajes marginales
que se cruzan en un bar de ese lugar-, que se publicó desde FIERRO número 61
(septiembre de 1989) hasta FIERRO número 67 (febrero de 1990).
104
Historias por metro, de Maitena.
105
Alack Sinner, de Muñoz y Sampayo, regresa a partir de FIERRO número 64
(noviembre de 1989).
El Mago de Lizán es otra de las historietas que aparecen en esta etapa;; El Viaje
de Barreiro y Saichann, se ocupa de la fantasía desaforada en lo más cotidiano
de los rituales de los viajes. Rep aporta sus Postales y algunas variantes sobre
ellas, con una misma unidad temática, como Los Mutiladitos (FIERRO número
55, marzo 1989). Fontanarrosa sigue presente, básicamente con las Semblanzas
Deportivas y Boogie.
Varios unitarios aparecen en las páginas de la revista: las firmas de Fayó, Parissi,
Pablo Páez, Bernet y el ya nombrado Max Cachimba entre otros, recorren FIERRO
con distintas propuestas.
106
CAIN se desparrama
En esta etapa, FIERRO -en su camino por ser una revista cultural amplia, que
satisfaga gran parte de los intereses de sus lectores- "desparramó" al suplemento
CAIN por su superficie. Las secciones y notas pueden consultarse en el índice de
la primera página, separadas -como ya se indicó- del índice de las historietas.
La Ferretería subsiste, con un nuevo diseño, y vuelve a ser autónoma con la
desaparición de la sección Kiosco en el número 52 (diciembre de 1988). A veces
se publica en blanco y negro y otras, con toques de color (en general, amarillo
seco).
Expo es una sección que tuvo corta vida, y se dedicaba a las novedades del
mundo de la música nacional e internacional (recitales, discos, video clips).
Estaba escrita por Marcelo Panozzo y se publicó entre los números 51 (noviembre
de 1988) y 56 (abril de 1989).
A partir de la desaparición de Expo, La Ferretería amplía su temática al teatro,
música y cine "alternativos" o "underground" -las comillas destacan que estas
palabras se utilizan en el sentido que producían a fines de los 80, diferente al de
hoy-, a cargo de un periodista que sumaría su nombre a la sección, que desde
entonces y por unos cuantos números más se anunció como La
Ferretería/Spataro y Polosecki (FIERRO número 57, mayo de 1989).
El estilo personal -y tan particular- de Fabián Polosecki (o Polo, para sus
excelentes incursiones en televisión) enriqueció el tratamiento de los temas y de
las entrevistas que se publicaron en esa etapa de La Ferretería.
Polo también se hizo cargo de otra sección, que por su nombre y contenidos
parece desprendida de La Ferretería: Clavos & Tornillos (FIERRO número 57,
mayo de 1989), que a partir del número 58 (junio de 1989) sería Tuercas &
Tornillos. Novedades breves sobre cine, teatro, música y "papeles" -libros,
107
publicaciones, etc.- se publicaban con un diseño semejante al de La Ferretería
anterior (fondo con tuercas y tornillos). Probablemente Monitor -sección que se
publicó por el mismo lapso que Expo, sin firma - haya sido escrita por Fabián
Polosecki, ya que su estructura y temática coinciden con Tuercas & Tornillos.
El folletín El Mesías Eléctrico se publica como espacio autónomo, pero queda
trunco con la publicación del capítulo 10 en el número 56 de FIERRO (abril de
1989). Su autor, Marcelo Figueras -que también estaba a cargo de la redacción-
abandona ambos roles desde el número 57. La redacción queda "acéfala" -por
lo menos, de acuerdo con el staff que publica la revista- hasta el número 70
(mayo de 1990), a partir del cual Pablo De Santis figura como Responsable de
Redacción.
Chatarra estelar se publica desde FIERRO número 59 (junio de 1989) y se dedica
a la ciencia ficción. Su autor es Daniel Croci, y hasta el número 73 está
encabezada por una cita de Héctor G. Oesterheld -con notables resonancias-,
que sintetiza lo que en principio pretendía la sección: "La ciencia ficción será
vista desde aquí, desde este Hemisferio Austral que también forma parte del
planeta." 20.
Junto a esta sección se publica una columna de novedades locales sobre el
mismo tema, Movimiento CF, que había tenido algunas apariciones en números
anteriores, pero sin un lugar fijo.
Es también a partir del número 59 que la herencia, o el camino abierto por la
excelente sección La Argentina en pedazos intenta ser retomado por
Alucinaciones Latinoamericanas (a cargo de Pablo De Santis), un espacio
20
- FIERRO número 59, junio de 1989, página 28.
108
bastante similar al de su predecesor, que evidentemante se ocupaba de adaptar
historias de escritores de América latina. Se publicó en pocos números, con
menos continuidad que La Argentina en pedazos.
Angel Faretta, Pablo De Santis, Claudio Daniel Minghetti, Daniel Croci, Claudio
Kleiman, Rodrigo Tarruella y algún colaborador ocasional publican notas
"sueltas" -es decir, que no pertenecen a ninguna sección fija- sobre cine, música,
literatura y otros temas que en general se relacionan con lo cultural y lo
mediático.
De acuerdo con lo expuesto hasta aquí, puede afirmarse que esta etapa de
FIERRO se diferencia claramente de sus primeros 50 números. Podría suponerse
que los cambios en el cargo de Jefe de Redacción influyeron bastante en el perfil
de la revista. Sin embargo, hay que destacar que no sólo la parte escrita sufre
notables modificaciones: las ilustraciones de tapa -salvo algunas excepciones,
como las portadas de El Tomi- presentan otra estética, muy diferente a la
anterior. Noé y Ariel Olivetti son los "tapistas" de esta etapa, como antes lo fuera
Chichoni. Sus dibujos se inspiran básicamente en la ciencia ficción, pero están
muy lejos de la fuerza y la personalidad de las primeras portadas (pueden
compararse las tapas de FIERRO número 1, de Chichoni y la número 49, de Noé,
incluidas en este trabajo).
Si bien a partir de su número 51, FIERRO ofrece una amplia gama de notas y
secciones, en principio dirigidas a elevar la calidad de la revista y a darle un perfil
más ampliamente cultural, la fusión FIERRO/CAIN aún dista mucho de esa
"perfección" anhelada por el editorial de ese número. Incluso gran parte de las
historietas cae en su calidad -tanto temática como gráfica-, y se nota la ausencia
del tono ácido y ágil de las palabras de Sasturain.
109
Evidentemente, el desafío que se planteó FIERRO en esta etapa no era una tarea
fácil: tantas explicaciones y justificaciones en el editorial del número 51 lo
atestiguan, desde la voz de los propios protagonistas. Pero desde la óptica de
este trabajo, se sostiene que una revista que nació pesada, densa (como un
"fierro"), va perdiendo esa riqueza que la diferenció en el momento de su
lanzamiento. Si bien puede pensarse que los temas que se trataron en la primera
mitad de vida de la revista eran más graves que la realidad sociopolítica del país
en los años siguientes, la hiperinflación y sus consecuencias, la Ley de Punto
Final y el posterior indulto, entre otros sucesos, eran temas fuertes sobre los que
se hubiese podido trabajar ampliamente. Quizá no se haya hecho por una
cuestión de contemporaneidad con ellos, pero evidentemente hubo un giro
editorial con respecto a las temáticas de las historietas: guerras, sexo, ciencia
ficción, tratados sin demasiada profundidad comienzan a convertirse en la regla,
y ya no en las excepciones -justificadas desde la revista por su calidad gráfica y
por no haberse publicado para la Argentina 21 -, como sí lo fueron en los primeros
50 números.
21
- Las páginas centrales en color de Horacio Altuna son un ejemplo
representativo.
110
Y AL FINAL...
En el período en el que se publicaron los 30 números finales de FIERRO (mayo
de 1990 a diciembre de 1992) hubo una serie de importantes modificaciones en
los destinos del país. Sin considerar el regreso al "paraíso de la distribución"
prometido durante su campaña, Carlos Menem emprendió decisivamente un
rumbo totalmente diferente al que había pregonado en público. Con apoyo
explícito de los empresarios más fuertes del país y del liberalismo, aplicó las
fórmulas de esta tendencia económica y política.
De todos modos, dominar a la inflación tomaría su tiempo: finalmente, en abril
de 1991 -con Domingo Cavallo al frente del Ministerio de Economía- se logró
"disciplinar con energía a los distintos sectores que apoyaban el nuevo rumbo
pero no lograban armonizar sus intereses" (Romero, 1995).
El indulto concedido a los militares fue otro factor de agitación fuerte en la época,
pero que se inscribiría en la larga etapa del gobierno por decreto que, debido al
pacto de Olivos y a la reforma de la Constitución, pudo extenderse por cuatro
años más.
Las últimas ilustraciones
Como se postuló al principio, esta etapa de FIERRO pretende consolidar esa
identidad que presuntamente se había originado en el número 51, con la fusión
de CAIN y FIERRO. Sin embargo, las dificultades para lograrlo se hacen evidentes
también para los miembros de la redacción. El editorial del número 69 (abril de
1990) "prepara el terreno" para lo que sucedería desde el número 70: "Hablar
de cultura es o bien referirse a algo tan amplio que todo entra en ella, o a algo
tan restringido como un salón custodiado por guardianes de uniforme. En el
primer caso la historieta está en la cultura, porque allí entra todo, incluidos la
caza de mariposas y el pase inglés. En el segundo se queda afuera, porque
111
conciertos, libros de sonetos y pesados telones no dejan ningún lugar. Por eso
es mejor hablar de cultura como una dinámica, no de un perímetro más o menos
estrecho. Y la historieta es parte de la cultura, no sólo por sus conexiones con la
literatura. Vale decir. FIERRO no es una revista cultural porque haya publicado
La Argentina en Pedazos o Alucinaciones Latinoamericanas;; sino porque la
historieta es una forma cultural, en la que en cada cuadrito combaten las
convenciones y la necesidad de experimentar. Y porque la historieta trae todo
un equipaje de nuevas imágenes para pensar el mundo. Qué sería del cine de
imaginación sin la historieta? La pantalla se alimenta de cuadritos, así como la
historieta toma mucho del cine. Los dos lenguajes juegan al intercambio, al robo
y a la persecución, en esa carrera por seducir. Por hacer oír con los ojos. Además
FIERRO hace que cada mes se conozcan en el exterior los dibujantes argentinos
que trabajan acá . Y a la vez, rescata las obras de los argentinos radicados en el
exterior, como Solano López, Sampayo o Muñoz (que ahora está de paso por
Buenos Aires). No se trata de elevar la historieta a una cultura momificada, sino
de abrirle la puerta a los creadores, no sólo a los consagrados sino también a los
nuevos. Mostrar la historieta como lo que es: un cambio continuo, una usina de
imágenes que sirve para saber qué somos pero también para soñar. Lo que es y
lo que no es, lo que podría ser y lo que jamás podría ser, pero que la tinta vuelve,
por cuatro, seis u ocho páginas, real. Ese vértigo. Por todo eso FIERRO es parte
de la cultura. Cultura sin mayúsculas. Cultura en movimiento. Por si quedaban
dudas." 22.
Tantas explicaciones, tantas palabras sobre la historieta en una revista de
historietas -y no de teoría sobre el género- evidencian que algo no funciona tan
"perfectamente" como se pretende. Considerando la calidad del material
publicado en las primeras tres etapas frente a las de las dos últimas, se observa
que la primera FIERRO concretaba todas estas ideas a través de sus páginas,
22
- Editorial FIERRO número 69, abril de 1990.
112
mientras que la última FIERRO necesita explicar y exponer qué es lo que
pretende decir o "mostrar".
Tal vez 50 números no hayan sido suficientes para perfeccionar la fusión entre
CAIN y FIERRO, y seguramente esta lectura esté demasiado impregnada de
opinión personal, pero el alejamiento de FIERRO de lo que fueron sus primeros
50 números, tendió a convertirla en un producto híbrido, que quizá haya
resultado atractivo para otro píblico, pero que perdió mucho de su innovación y
riqueza original. Y esto no se debió a que otras revistas le disputaran su espacio;;
como afirma Pablo De Santis en 1998: "Después de la desaparición de FIERRO,
no surgió nada nuevo" 23. Tal vez el proyecto se haya agotado, o -y esto es lo
que se propone aquí- un cambio demasiado brusco con respecto a la identidad
de la revista no haya logrado consolidarse como una alternativa válida al logrado
perfil de los primeros 50 números de FIERRO.
Las entregas de las sagas comienzan a ocupar más páginas en esta etapa, y a la
vez, aumenta la cantidad de historias unitarias y de autores extranjeros.
Una de las historietas representativas será Morbus Gravis, del italiano Eleuteri
Serpieri, que se publicó desde el número 70 (mayo de 1990) hasta el 76
(diciembre de 1990).
Se trata de una historieta en donde la ciencia ficción se vuelve terror, con una
fuerte carga erótica.
Druuna, la protagonista -el erotismo sigue representado fundamentalmente por
las curvas femeninas- vive con Shastar, su compañero, que está contagiado de
una terrible enfermedad, y por lo tanto, si no consume un suero, se convierte en
un monstruo. Ocultándolo, ella lo resguarda de la eliminación a la que debería
ser sometido. Debe atravesar la ciudad devastada por la epidemia para conseguir
23
- Entrevista a Pablo de Santis en revista LA MAGA de fin de siglo, 27 de mayo
de 1998, pág. 4
113
el suero. Drunna se entrega al médico a cambio de ocho ampollas, que luego le
son arrebatadas por otros nefastos personajes que también la someten
sexualmente.
La esperanza de escapar de esa ciudad hacia otra en donde todo esté bien, de
buscar una salida "redentora" es el tema que liga a esta historia con la temática
clásica de la historieta de aventuras y ciencia ficción.
Después de varias situaciones, Drunna llega a matar a su hombre/monstruo para
liberarlo. Luego sólo le resta enterarse de que está atrapada para siempre en
una nave que vaga por el espacio...
El dibujo -menos mal- resulta mucho más interesante que el argumento.
Atractivos trazos que juegan con un rico claroscuro se suman a una detallada
anatomía expresiva, y así disparan la posibilidad de significaciones más ricas que
las planteadas por el argumento. Serpieri maneja mejor el dibujo que la palabra,
y es gracias a las ilustraciones que la historia se sostiene. Si se acordase
estrictamente con Masotta que "(...) en la historieta las palabras escritas siempre
terminan por reducir la ambigüedad de las imágenes. Y al revés, en la historieta
la imagen nunca deja de `ilustrar', siempre en algún sentido, a la palabra escrita,
o para el caso de las historietas `silenciosas', de ilustrar casualmente la ausencia
de un texto escrito" (Masotta, 1982), Morbus Gravis sería tristemente pobre. Pero
si retomamos la idea de Steimberg acerca de que "(...) no está claro que la
evolución de la historieta comporte el síntoma de una búsqueda nostalgiosa del
componente representativo en la escritura (...)" (Steimberg, 1977), las
posibilidades de riqueza de esta historieta son más amplias. Y justamente, la
apuesta de los últimos números de FIERRO es -casi excluyentemente con
respecto a los contenidos de las tramas- sobre la calidad gráfica de lo que
publica, aunque no siempre logre mantener un alto nivel. Las tapas, por ejemplo,
siguen la línea desarrollada en la etapa anterior, salvo en algunas oportunas
intervenciones de Chichoni.
114
Otra historieta que ejemplifica la tendencia de FIERRO en esta etapa es Billie
Holliday, de Muñoz y Sampayo. La biografía de la cantante parecería constituir
en principio un argumento bastante "cerrado" para una historieta: algunos
hechos significativos que guían una representación gráfica de su vida. Pero lo
que es realmente interesante es el tratamiento, el enfoque que se le da a la
narración. Diferentes personajes - uno de ellos es Alack Sinner-, que por distintas
razones se ven involucrados con la memoria de Billie Holliday treinta años
después de su muerte, van enlazando una historia que "está contada en flashes,
como funciona la memoria" 24.
La dupla Muñoz y Sampayo vuelve a crear un clima denso, difícil, atractivo... En
el manejo del negro, el juego con las letras de las canciones y el énfasis en
destacar los hechos dramáticos y complicados de la vida de la cantante, en vez
de reducirse a la fama y el "brillo", definen una historia interesante, que explora
ampliamente las posibilidades del género.
Es evidente que la excelente calidad de Billie Holliday fue el elemento principal
para la decisión de publicar esta historieta. Y éste es el criterio que terminar por
imponerse en FIERRO, aunque finalmente no en todos los casos se logre ese
nivel. Incluso en esta historieta, no son los temas de Sudor Sudaca ni de
Tenochtitlán los que se tratan, aunque la calidad gráfica e incluso literaria se
mantenga a la par de la de aquellas producciones.
Tampoco se habla de un tema de la actualidad: Billie Holliday se basa en la
historia de una excepcional cantante extranjera, pero que no ofrece muchas más
posibilidades de lectura que las que puedan derivarse de tantas historias de
"estrellas" que terminaron mal. Un ejemplo general, aplicable a distintos
momentos y diferentes sociedades de occidente: el eje gira fundamentalmente
24
- Fragmento de la introducción a la historieta Billie Holliday, en FIERRO
número 73, agosto de 1990.
115
en torno a la historia del personaje y no al personaje en la historia, como sucedía
en las primeras producciones de la revista.
El Tomi intercala las historias de Polenta con Pajaritos con algún capítulo de El
Desmitificador y con una saga -que funciona como capítulos autónomos,
alrededor de un tema común- con una temática más acorde a los temas más
livianos que ocupan las páginas de la última FIERRO: Dibujitos Avivados.
Historias sexuales imaginadas por los cuentos y chistes populares sobre animales
se concretan a través del lápiz de El Tomi, con la excelente calidad gráfica que
tienen todas sus producciones. Sin embargo, estos Dibujitos... sólo llaman a la
116
risa, a la complicidad con los conocimientos previos del lector;; frente al mundo
de Polenta... o al fuerte y casi poético Cien Mil Días sin Policías, pierden.
Un ejemplo claro de las historias populares que retoma El Tomi es el capítulo
sobre la hormiguita y el elefante, publicado en FIERRO número 73, agosto de
1990.
Floreal Ledesma, peluquero de damas y Tangozando son otras historias de El
Tomi que se inscriben en la misma línea de contenido.
En esta etapa aparecen en FIERRO algunos "experimentos" interesantes, que
juegan con la memoria porteña o gauchesca. Aunque no son muchos, y aparecen
aislados, entre ellos pueden destacarse Gaucho, de Sanyú y La vida es puro
cuento, de Maitena.
Gaucho se publicó en FIERRO número 73, y es una historia de un superhéroe -
notablemente cercano al estilo del Batman cinemátografico de Tim Burton- que
cumple una misión entre personajes extraños que habitan una ciudad futurista.
Sanyú juega con las onomatopeyas, en tipografía grande, pero de una manera
particular e innovadora: en vez de escribir JA-JA-JA, escribe CAR-CA-JA-DA CAR-
CA-JA-DA. También utiliza los verbos de los sonidos que convencionalmente
aparecen en las historietas: CRUJE, por ejemplo. Hay otro elemento interesante
en Gaucho: gran parte del tiempo habla a través de citas de obras de la literatura
gauchesca -Martín Fierro, fundamentalmente-, con las aclaraciones pertinentes
a pie de página.
Maitena juega con el cielo de las "grandes estrellas" después de la muerte en La
vida es puro cuento. Es un homenaje simple pero divertido, en el que se imagina
un encuentro post-mortem entre Carlos Gardel y Marilyn Monroe, en un clima
bien tanguero.
Una de las últimas sagas que se publican en FIERRO es francesa. Se trata de
Gomina, de Dodo y Radis, publicada desde FIERRO número 77 (enero de 1991)
117
hasta FIERRO número 79 (marzo de 1991). Es una historia "negra" de un
detective, con la particularidad de que los personajes son insectos
"humanizados". Se respetan las convenciones generales del género, y los dibujos
no son especialmente atractivos. Los capítulos son notablemente largos: llegan
a ocupar 14 páginas.
Gomina se publicó a partir de su segundo capítulo, ya que el primero había sido
difundido por País Caníbal, una revista cuya salida fue anunciada en las páginas
de FIERRO, que acababa de desaparecer.
Otra historieta con continuidad desde el número 79 (marzo de 1991) hasta el 85
(septiembre de 1991) es El televisor, de Barreiro y Solano López. Es una historia
fantástica, en la que un televisor es heredado por el protagonista, Aldo Ferrero.
Este aparato funciona como una puerta a distintos momentos de la historia,
llevando al protagonista a vivir distintas aventuras. Los dibujos siguen la línea de
las creaciones anteriores de la dupla de autores, mientras que la temática gira
en torno a un "héroe aventurero, un héroe individual", uno de los fundamentos
del género de historietas de aventuras, según afirma Masotta (Masotta, 1982).
Buenos Aires Cero (o Cero Buenos Aires, ya que se publicó en distintos capítulos
con ambos nombres), de Carlos Albiac y Walter Taboarda es una de las apuestas
más interesantes de la última época de FIERRO. "(...) como en los mejores
ejemplos de historieta de CF argentina (y sobre todos, El Eternauta) Buenos Aires
Cero cita a las fuerzas de lo fantástico en un escenario reconocible (...)"25
El mismo texto de la historieta -a través de los apuntes de un profesor que morir
enseguida- plantea su núcleo temático: "Algo inconcebible, inaudito, ha
ocurrido... El mundo YA NO ESTÁ... Somos un puñado de sobrevivientes
25
- Fragmento de la introducción a Buenos Aires Cero, FIERRO número 88,
diciembre de 1991.
118
aferrados a este pequeño trozo de Buenos Aires que vaga por el espacio
infinito..." 26
Bruno y Rita -los protagonistas- recorren esa "ciudad-universo" fantástica, que
en el fondo, es un homenaje a la obra de Oesterheld.
Los dibujos logran un clima denso, agobiante, que se va enriqueciendo con el
paso de los números. Las aventuras se desarrollan a lo largo de varias páginas,
de acuerdo con la tendencia de la revista en esta etapa.
Sin embargo, la promesa del primer capítulo se debilita en aventuras y elementos
de ciencia ficción hasta cierto punto previsibles. Nuevamente en este caso, el
dibujo resulta mucho más atractivo que la trama.
Yaguareté, de Barreiro y Páez, es la única historieta de esta época que tiene
explícitas referencias directas a la realidad política y social del momento. Una
"familia aristocrática argentina" -con caras claramente reconocibles- es víctima
de María, la mucama.
Los expresivos dibujos de Páez se conjugan perfectamente con una trama
irónica, metáfora dibujada de una larga historia que toma elementos de distintas
épocas para hacer una lectura crítica de la realidad contemporánea. Elementos
del melodrama tampoco están ausentes en Yaguareté.
26
- Primer capítulo de Buenos Aires Cero, FIERRO número 88, diciembre de
1991.
119
Yaguareté, de Barreiro y Páez.
Entre FIERRO número 86 (octubre de 1991) y 93 (mayo de 1992) Parque Chas
II, de Barreiro y Risso, sigue conectando a ese barrio porteño con el pasado, el
futuro y el cosmos, como lo hiciera en su momento la primera parte de la saga.
Zorro Bolero, de Altan -publicada entre los números 88 (diciembre de 1991) y 99
(noviembre de 1992), Tren, de Ferrari y Otolini -aparecida desde el número 95
120
(julio de 1992) hasta el número 99-, Peter Pank, de Max - del 89 (enero de 1992)
hasta el número 94 (junio de 1992)- son otras series de aventuras-ciencia ficción
que se publican hacia el final de la revista.
Las extrañas historias de Max Cachimba, alguna aventura de Alack Sinner, la
saga Río Kid de Carlos Albiac y Alberto Saichann, las andanzas de El Patito
Saubón, y unitarios de Sanyú, Maitena, Maus, Pez, Fayó, Tati, El Niño Rodríguez
y guiones de De Santis con distintos dibujantes, entre otras colaboradores
esporádicos, completan el panorama de los últimos 30 números de la revista, en
los que se nota la ausencia de Fontanarrosa.
121
Las secciones
El "plástico" espacio del índice vuelve a cambiar varias veces, pero el cambio más
importante es cuando se pretende volver a unir el espacio de la historieta y de
las notas en una sola superficie: una combinación de guía de lectura y narración
que se extendió desde el número 82 (junio de 1991) hasta el 91 (marzo de 1992).
Los números restantes volverían a tratar de marcar un orden con los dos
recuadros.
La Ferretería -al igual que Tuercas y Tornillos- sigue firme hasta el último número
de la revista, pero ha sufrido varios rediseños, y a partir del número 78, Polosecki
se aleja. Spataro contará con diversos colaboradores, que varían de número a
número.
Chatarra estelar continúa hasta el número 75 (noviembre de 1990), pero nunca
aparece en el índice. Seguramente, seguía siendo difícil intentar "ordenar" una
revista que en la mayoría de su superficie seguía publicando historietas.
El bosque animado era una sección sobre cine que estaba a cargo de Rodrigo
Tarruela, que escribía sobre las novedades en el tema. Comenzó en el número
88 de FIERRO (diciembre de 1991) y continuó hasta el último número, aunque
no todos los meses. De todos modos, siempre había notas "sueltas" sobre cine,
que fueron pasando de las manos de Faretta a las de Tarruela.
Videodromo acompaña los últimos números de la revista, ya que se publica desde
el número 92 hasta el final. En esta sección, Daniel Enzetti se dedicaba a
comentar las realizaciones -sobre todo las independientes-, las novedades, los
concursos y los premios en el mundo del video.
122
Varias notas que no pertenecían a ninguna sección en particular se sumaban a
la revista, sobre temas de cine, historieta, video, música, etc.
Esta es una etapa que en líneas generales aparece como más preocupada por lo
"retórico" (en el sentido de la "bella forma") que por el contenido. Historietas
muy largas -algunas de excelente calidad gráfica- pero de contenido frágil
parecen contraponerse con una actitud "declarativa de principios" a través de los
editoriales y algunas leyendas: "FIERRO, una revista para leer en el viaje, aunque
no vaya a ninguna parte" (recuadro en FIERRO 92, abril de 1992), "FIERRO es
un bestiario para recorrer de noche" (final del editorial de FIERRO 93, mayo de
1992). Pero estas fuertes decisiones funcionan simplemente como "slogans" que
en la mayoría del material ilustrado ni siquiera se cumplen.
Sin embargo, las escasas miradas críticas sobre la realidad que realiza FIERRO
en esta época parecen concentrarse en su parte textual, aunque no en las
secciones fijas, sino en editoriales o notas excepcionales.
Los ejemplos -aunque no abundan- son contundentes: "(...) Al cierre de esta
FIERRO quedaba todavía en el aire (y seguirá por años) el malestar causado por
el indulto, esa mezcla de bronca y temor. Queremos dejar por escrito nuestro
repudio y recordar, una vez más, porque es la parte que le tocó a la historieta
de aquella masacre, la desaparición de Héctor Germán Oesterheld. Uno de los
miles de crímenes por los que no hay nadie en prisión." (Editorial FIERRO número
78, febrero de 1991).
"Fue Walter Bulacio y pudo haber sido cualquiera. Cualquiera de los chicos que
fueron a Obras y consiguieron entradas, o de los que no salieron, o los que leen,
ahora, esta revista. Mientras la demagogia hacia la juventud estalla en
publicidades, en programas de televisión, en slogans, las dificultades y los
peligros se multiplican: la trampa del SIDA, la falta de trabajo y posibilidades.
Como si esto no bastara, el otro peligro: las detenciones generalizadas, bajo
123
cualquier pretexto. Y el viaje a la comisaría, con las leyes y los derechos que se
quedan puertas afuera (...)" (Editorial de FIERRO número 82, junio de 1991).
"Un elefante en un bazar. Lo confesamos: esta no es una revista de actualidad.
Nos enteramos de todo tres meses después. De todos modos, para estar a tono
con la realidad nacional, hemos adoptado diversas medidas de censura. El Tomi
no puede dibujar más mujeres. Podetti no debe volver a nombrar a Raimundo el
inmundo. Max Cachimba dejar de hacer historias raras para dedicarse a
aventuras ambientadas en la Segunda Guerra Mundial. Carlos Nine (...) no podrá
usar más ni relieves ni acuarelas: de aquí en adelante hará todo con color
aplicado mecánicamente. José Muñoz le pasará témpera blanca a sus páginas
para borrar los negros. La serie Yaguareté se privará de presentar rostros que
puedan ser familiares para el lector. Y otras medidas secretas, que podrán
notarse con sólo hojear la revista. A partir de acá haremos las cosas como la
gente. Notifíquese y archívese." (Editorial FIERRO número 94, junio de 1992).
En estos ejemplos parece reaparecer esa actitud ácida, crítica que tuvo FIERRO
en sus inicios. Pero en la primera época se sostenía desde el contenido, desde
las historietas, desde el mismo diseño de la revista, con tapas impactantes que
"pegaban" desde el primer contacto. Los últimos números parecen dividirse entre
las historias de aventura y de ciencia ficción, notas sobre temas culturales y las
repetitivas aclaraciones sobre lo que es la revista y lo que piensa su equipo. Se
dividen, y no se complementan como en las primeras etapas: y evidentemente,
los temas graves, urgentes -sobre los que se podrían haber creado muchas
historietas- sobran. Una postura editorial que privilegió la forma sobre el
contenido hizo perder a la revista mucho de su "caos", originalidad y riqueza
originarios. El chiste de la Editorieta sobre los personajes que buscaban trabajo
en FIERRO y consideran la posibilidad de ir a probar suerte a El Tony, ha perdido
mucha de su fuerza en este momento. Evidentemente, FIERRO no se ha
convertido en El Tony;; aún dista mucho de parecerse a esta revista. Pero hay
algo que sí ha sucedido, y es que FIERRO se ha transformado en una revista de
124
historietas más conservadoras -en el sentido de que son casi exclusivamente de
aventuras, ciencia ficción o eróticas- y ha perdido gran parte de su contenido
innovador y desafiante. FIERRO no fue revolucionaria por publicar buenas
historietas: su concepción de que fuertes temáticas podían tratarse a través de
ese género, la intención de tener un "lector de fierro" que compartiera una
mirada crítica sobre lo cotidiano, su pluralidad y apertura, y sus diferentes
propuestas de participación (que serán tratadas en los capítulos siguientes)
fueron lo que hicieron de la revista algo realmente novedoso. Y justamente todo
eso fue lo que se perdió en el camino: las "lindas" historietas no bastan, nunca
bastaron.
UNOS CUANTOS SUPLEMENTOS OXIDADOS
FIERRO tuvo desde el comienzo un espacio especialmente flexible- tanto en la
forma como en el contenido-, el de los suplementos.
Las "ediciones especiales" de las secciones fijas, los nuevos dibujantes, las
experimentaciones de los lectores, todo eso tenía cabida en esas páginas.
Los suplementos atravesaron todas las etapas de FIERRO, y funcionaron como
un lugar en el que las tiras se daban otros permisos: temas más"delirantes",
experimentaciones con los dibujos, comentarios sobre lo que pasaba en el mundo
de la historieta, y hasta homenajes a personas y personajes de los mundos de
la música, las letras o el cine.
En el camino de la experimentación con distintos formatos y diseños, sus
primeros tres números incluyen un pequeño suplemento sobre los grandes del
mundo de la historieta- Salinas (número 1), Pratt (número 2) y (Alberto) Breccia
(número 3)-, que se desprende y revela una ilustración desplegable del
autor/ilustrador en cuestión. Este formato de suplemento sólo llegó a presentarse
durante los primeros números. Una gran foto de presentación -la cara del
protagonista- con una introducción a su detallada biografía, que no se limitaba
125
al trabajo profesional, descubría, al desplegarse, un poster con alguna de las
creaciones más famosas del historietista.
Continuará, la historieta de nunca acabar, es otro de los suplementos que tendría
corta vida. Se publicó entre los números 1 (septiembre de 1984) y 9 (mayo del
85), aunque no en todos ellos. Su tamaño era como el de FIERRO, y se editaba
en blanco y negro.
Como comentaba Sasturain en el primer editorial, "Si hay una sección de
Continuará que evoca el clima de `Patoruzito' del `50, los contenidos son otros
en una forma `vieja'." (FIERRO número 1, septiembre de 1984). Y es cierto: la
historieta que comenzaba en la tapa se llamaba La Triple "B" (!), de Albiac y
Saborido, y trataba de Bolita, un "pibe villero", que se hacía cargo del hijo de
una pareja masacrada en un operativo de la represión. También una banda de
rock pesado, Lorenzo y la Brigada Metalúrgica, de Miller y Spósito, vivía sus
aventuras en Continuará...
Pero esta sección definió otro perfil hacia sus últimas apariciones, dedicándose
a un personaje clásico de la historieta argentina (y a sus creadores, claro) por
edición. Mantenía la misma tipografía y el blanco y negro de sus páginas, pero
el tamaño era un poco más pequeño que la revista. Dos casos funcionan como
ejemplos: Joe Zonda copiloto, de Oesterheld y Solano López (FIERRO número 7,
marzo de 1985) y Don Pascual, de Battaglia (FIERRO número 9, mayo de 1985).
Los mismos colaboradores de FIERRO aportaban este material de colección, que
se publicaba junto con una completa nota sobre el personaje, sus autores y los
lugares y momentos de su edición.
Los suplementos "especiales" de FIERRO fueron varios, y sobre las más distintas
temáticas. Todos incluían adaptaciones, versiones originales o reinterpretaciones
de la vida y/u obra de los "homenajeados". Durante las primeras etapas, el
126
tamaño de los suplementos variaba, pero en general eran un poco más chicos
que la revista, y se editaban en blanco y negro.
La sección Disparos en la biblioteca presentó Aventuras con Biorges en FIERRO
número 15 (noviembre de 1985), cuyos protagonistas fueron la adaptación de
Doce figuras del mundo, de H. Bustos Domecq-el otro nombre de Biorges- y
Cavar un foso, de Adolfo Bioy Casares, en un capítulo especial de La Argentina
en pedazos, editado dentro del suplemento.
El Hombre Ilustrado presentó Variaciones en negro, una serie de "historietas
negras" en formato de suplemento que apareció en FIERRO número 17 (enero
de 1986). Comentarios sobre Alack Sinner, historietas de Varlotta/Sanyú y El
Marinero Turco, y una nota de Piglia sobre Osvaldo Lamborghini recorrían las
páginas de Variaciones...
Bairoletto también tendría su espacio en la amplia temática de FIERRO. El
suplemento Fierros nacionales se publicó en el número 20 (abril de 1986), con
el título Bairoletto, la violencia romántica. La atractiva adaptación de la vida de
este legendario bandido estuvo a cargo de Otto Miller y Juan Dalfiume. Una
entrevista al historiador pampeano Hugo Chumbita realizada por Alvaro Abós
completan la propuesta. Ya en esta entrega se nombra a Mate Cocido,
contemporáneo de Bairoletto, que ocuparía las páginas de Fierros Nacionales del
número 27 de la revista (noviembre de 1986).
El Informe sobre la historieta uruguaya, aventuras en la casa de al lado, ocupó
el espacio del suplemento en FIERRO número 22 (junio de 1986). Elvio Gandolfo
fue el autor del texto, que incluía un panorama histórico y datos biográficos de
los principales autores uruguayos del género.
Entre los trabajos publicados en ese informe se destacan los personales y
expresivos dibujos de Ferlos y Carmín, y una divertida historia -aunque muy
127
tradicional desde el dibujo- de Supermán -con acento- por este lado del mundo.
El capítulo se llama Clark Kent en Montevideo, y lo ilustró Ari sobre un guión de
Gandolfo.
Otras de las incursiones de FIERRO en el espacio de suplemento fueron América
latina en la historieta, presentado por El Hombre Ilustrado (FIERRO número 25,
septiembre de 1986), el Dossier hambre (FIERRO número 82, junio de 1991), y
la ya mencionada CAIN, que -como ya se explicó- comenzó siendo un suplemento
del tamaño de la revista, para terminar fundiéndose con ella.
Pero hay un suplemento especial, que finalmente se convertiría en "EL"
suplemento de FIERRO. En FIERRO número 2 (octubre de 1984) aparece el
Subtemento, la lima nueva de FIERRO. "A partir de este número se abren las
puertas del sótano de FIERRO y dan la cara los creadores subterráneos.
Los caminos de la historieta, como los de Señor y los de Machado, no existen
sino que se hacen. Hay que hacer nuevos, entonces. Es la única posibilidad de
enriquecer el mundo dado, de volverlo diferente de lo que era antes de que
hiciéramos un gesto frente a él. Y ésa es la convicción sin prejuicios que
sobrevuela estas páginas como una mirada atenta y abierta a la inocencia.
Inocencia de la mirada, no del gesto (...)" 27
Un diseño discreto que ocupaba media página, fue la primera forma de
presentación del Subtemento. Sin embargo, ya entonces se insinuaba como un
espacio abierto, amplio, en el que nuevos dibujantes y guionistas, con novedosas
y diferentes inquietudes iban a publicar sus trabajos.
Era parte de la "deuda" que Sasturain había prometido saldar: "Aunque nos faltó
ese espacio para los nuevos-nuevos que nos prometimos y comprometemos para
27
- Fragmento de la presentación del Subtemento, publicada en FIERRO número
2, octubre de 1984, pág. 66.
128
la próxima: hay toda una generación que está pidiendo páginas y en FIERRO las
podrá dibujar." 28
Este espacio creció rápidamente, e incluso fue en él en el que muchos de los
ganadores del concurso Fierro busca dos manos -tratado en el capítulo sobre los
lectores- pudieron publicar sus historias. Algunos de los autores que después
publicarían en las páginas "oficiales" de FIERRO también comenzaron a hacerlo
en el Subtemento.
Debido a su rápida aceptación, este espacio se amplió y redefinió su diseño. A
partir de entonces, con un tamaño apenas más pequeño que la revista, el FIERRO
tendría su OXIDO, el nuevo subtemento.
Como expresaba su presentación, los más diversos temas y tratamientos iban a
constituir ese suplemento: "Hoy larga OXIDO, extraña mezcla de infame y enana
turca (...)" 29
OXIDO hizo su debut en el número 6 de FIERRO (febrero de 1985), y se
publicaría en los números pares hasta el número 12;; luego se publicó en algunos
números impares y entre los números 30 y 40 se instaló definitivamente.
Su diseño original contaba con una página a modo de portada y es a partir de
OXIDO que el subtemento se numeraría. La volanta del primer OXIDO decía "El
subtemento/1". La tapa -igual que la de la revista- estaba firmada y era un
espacio tan importante como el interior. La primera estuvo a cargo de El Marinero
Turco, que luego dibujaría dentro de la revista, y ya lo había hecho en el
Subtemento original. Entre los que participaron de esa primera edición, se
28
- Editorial de Juan Sasturain publicado en FIERRO número 1, septiembre de
1984.
29
- Fragmento de la presentación de OXIDO, publicada en FIERRO número 6,
febrero de 1985, pág. 70.
129
destaca el interesante trazo de O'Keefe con su silenciosa historia El juguete
rabioso. El monstruo japonés, de Mosquil, El Marinero Turco con Nuestro amigo
WDRLA SBBBB, Tulio Toledo con La Adivina, y el homenaje a Julio Cortázar de
Fernando Xatruch, El día boca abajo, completaban la diversificada oferta de ese
primer OXIDO.
Por OXIDO pasarían historias que después se "correrían" a las páginas de la
revista. además de El Marinero Turco, Pablo de Santis escribía guiones, que eran
ilustrados por diferentes dibujantes;; Tati, con su expresivo y duro trazo publicaba
historias en blanco y negro, una de las cuales tendría bastante continuidad:
Espejito Retrovisor.
Estilos tan diversos como el de Mosquil, Fermín, El Licenciado Macchi, Maitena y
la dupla Pose/Quattordio, entre otros, recorrieron las páginas de los primeros
números de OXIDO. A partir de FIERRO número 28 (diciembre de 1986) el
Subtemento iguala su tamaño al de la revista.
OXIDO tuvo un "número extra", dedicado íntegramente a "una aventura del
Profesor Rogelio Haus", En las fronteras de la muerte, de J.P. González (FIERRO
número 30, febrero de 1987). El dibujo minucioso y detallista de González tuvo
un tratamiento especial: OXIDO redujo notablemente su tamaño, por única vez.
Antes de llegar al número 50 de FIERRO, OXIDO comenzó a ampliar la cantidad
de material escrito. Novedades, cursos, avisos, y comentarios sobre fanzines -
que ya habían tenido distintos lugares en la revista, pero que finalmente se
instalaron aquí- comenzaron a ocupar la entrada de tapa del Subtemento.
La preocupación por difundir espacios alternativos de publicación de las
historietas fue una constante en FIERRO, por lo menos durante sus primeros
cincuenta números. Luego fue disminuyendo, de acuerdo con los cambios en el
perfil de la revista.
130
Uno de los dibujantes más interesantes de los que recibieron una mención en el
concurso FIERRO busca dos manos fue Ernesto Ballesteros, que ilustró las
páginas de OXIDO con sus personajes Vito Ver y Vito Verá . Esteban Podetti y
Pablo Fayó también pasaron por OXIDO.
El Subtemento dio cabida a losmáschicos desde el número 61 de FIERRO (agosto
de 1989). Limaduras de OXIDO pretendía ser un "semillero", pero se publicó por
pocos números.
Una etapa diferente de OXIDO se inició con el número 60 de FIERRO (agosto de
1989): los "especiales". Un personaje era el punto en común de todas las
historietas de la edición, que además incluía un "prólogo". El primero de los
protagonistas fue Batman, que contó con dos interesantes versiones de Cuk y
Fayó sobre la muerte del superhéroe.
Durante esta etapa se brindó homenaje al "Terror" (FIERRO número 62,
septiembre de 1989), a Mike Tyson (FIERRO número 63, octubre de 1989), a
Patoruzú (FIERRO número 64, noviembre de 1989), a Laurie Anderson (FIERRO
número 74, octubre de 1990), a la caída del Muro de Berlín (El muro de Berlín,
un año después) en FIERRO 75, noviembre de 1990), entre otros.
Pero sin duda, una de las propuestas más originales y participativas del
Subtemento fueron las fotonovelas.
"VOLVER A LA FOTONOVELA-CONCURSO" anunciaba la página 63 de FIERRO
número 62 (septiembre de 1989). A continuación, un breve pero completo
panorama de su historia culminaba con "(...) Pero podemos, todavía, retomar el
género, buscándole sus aristas divertidas, desde el underground, desde un
nostálgico rescate, desde el kitsch o, simplemente, desde el puro disparate. En
la próxima FIERRO, publicaremos las bases del concurso."
131
La respuesta fue favorable: treinta y cinco historias llegaron a la redacción de
FIERRO. La revista publicó la lista de los ganadores, las menciones y las
seleccionadas en el número 66 (enero de 1990). En ese mismo ejemplar se
incluyeron las ediciones de Nunca dejes pelos en el cepillo de tu tocador (premio
especial) y El regreso de Killing (primer premio).
OXIDO seguiría publicando las demás fotonovelas premiadas. Entre ellas se
destacan Por favor, no maten a las jirafas, Madre (ambas publicadas en FIERRO
número 67, febrero de 1990), y La invasión de las monjas zombies (FIERRO
número 69, abril de 1990).
Hacia sus últimos números, OXIDO volvería a la diversidad temática, retomando
su propuesta original.
OXIDO funcionó en cierta medida como una "isla" con respecto a lo que pasaba
con el perfil de FIERRO. Si bien es cierto que a partir de los números especiales
se intenta llevar a cabo cierta sistematización, en OXIDO siempre imperaron la
calidad y la originalidad, cercana al "delirio", como pilares básicos.
Tal vez por eso -comparándolo con lo sucedido en FIERRO a través de las
distintas etapas-, no se noten diferencias tan grandes en la superficie del
Subtemento. Aquí funcionaban la experimentación y la participación como
"pautas previas";; quizá debido a esto, se haya logrado sostener el nivel y la
propuesta del suplemento, incluso cuando la revista se transformaba. En el
contrato de lectura que proponía OXIDO, la rotación de autores, temas y
tratamientos era el "punto de partida". Un espacio más lábil, que podía permitirse
variaciones y propuestas que no tenían que justificarse, porque justamente de
eso se trataba: probar, proponer, innovar.
El diseño y la tipografía de la portada de OXIDO variaron varias veces,
manteniendo y reforzando la innovación constante.
132
LOS LECTORES
Los lectores fueron verdaderos protagonistas de la primera época de FIERRO,
tanto desde las modalidades de la enunciación de la revista, como a través de
cierta participación "ampliada" con respecto a las formas de feedback de otros
medios más tradicionales.
Existió continuamente una fuerte convocatoria hacia los seguidores de FIERRO.
Las cartas de lectores fueron parte de ella, que también incluyó diversos
concursos, exposiciones y hasta la publicación de las producciones del "público".
El texto que inaugura la sección Lectores de FIERRO -que desde el nombre,
plantea la relación que desea establecer con ellos- es directo: "(...) Es nuestra
intención convertir esta sección del mensuario en lugar de reflexión y polémica,
encuentro y abucheo mutuo sin rencores pero con pasiones. Ocasionalmente, si
es menester, podrá convocarse al ruedo epistolar inclusive a los mismos
responsables creativos -guionistas y dibujantes- para que contesten pullas y
pongan la espalda para las palmadas (...)" 30
La carta está dirigida a "Señores Lectores de FIERRO/PRESENTES", y simula
estar escrita sobre un pedazo de hoja arrancada de un cuaderno. Todo un
despliegue enunciativo que apunta a establecer un acuerdo cómplice con el
lector. "En la certeza de que este país está lleno de fanáticos de la historieta,
penosamente incomunicados, dibujantes en ciernes o frustrados y coleccionistas
casi vergonzantes, estas columnas están abiertas para ellos (...)" 31
30
- FIERRO número 1, septiembre de 1984, pág. 14.
31
- FIERRO número 1, septiembre de 1984, pág. 14.
133
Eliseo Verón plantea que "Una operación muy utilizada en el cuadro del contrato
de complicidad, consiste en constituir una enunciación que es atribuible a la vez
al enunciador y al enunciatario. Para efectuarlo, hace falta emplear lo que
Benveniste llamaba el `nosotros' inclusivo (...)" (Verón, 1985).
En FIERRO, hay un lugar que opera fuertemente como el espacio del nosotros
inclusivo: el sobreviviente. Desde El Eternauta a los lectores, los periodistas,
guionistas y dibujantes, todos son sobrevivientes. El subtítulo de la revista -
Historietas para sobrevivientes- no hace más que enunciar un poco más
explícitamente ese lazo invisible (o no tanto) que los une, esa especie de
identificación que opera entre los que se encuentran en FIERRO, cualquiera sea
el lugar que ocupen.
El agradecimiento por las primeras cartas recibidas también se dirige a esta
figura: "Gracias por vuestras botellas al mar, náufragos sobrevivientes. A todos."
32
Puede decirse que en esta primera etapa del correo de lectores se mantienen las
características y objetivos de la revista como proyecto, fortaleciendo el lugar de
FIERRO como un espacio para expresarse y comunicarse con libertad después
de no haber podido hacerlo por varios años.
El espacio de Lectores... funcionó como se había deseado, incorporando incluso
polémicas entre los seguidores de la revista.
Tuvo algunos rediseños leves, pero la propuesta y el nexo seguían
manteniéndose: "El que espera, desespera. El que escribe no desescribe pero
espera respuesta, testimonio de que no se incendió el buzón o lo arrugaron en
algún canasto irrespetuoso. Por eso esta sección dura y curtida se hace cargo de
los que hace dos o tres meses tiraron su botellita misiva al mar de Encotel y
recalaron en la playa lejana de FIERRO, contra el murallón del cierre y el poco
32
- FIERRO número 2, octubre de 1984, pag. 23.
134
espacio: la verdad, no sabemos dónde meter tantas y tan lindas -que no quiere
decir elogiosas- cartas. Por eso, la hacemos corta (no la estiren que es peor,
decía un guaso amigo) y vamos a cumplir, inoxidables." 33
Cuando se produjeron cambios, Lectores de Fierro esperaba las reacciones y
sugerencias: "Esta tercera Primavera de Fierro remozó nuestra revista. Muchas
sugerencias y pedidos de los lectores se han tenido en cuenta. Habrá que ver
qué opinan ahora... Esperamos las cartas." 34
De acuerdo con los cambios que sufría la revista por esa época, Lectores de
Fierro dejó de publicarse en FIERRO número 48 (agosto de 1988).
En la misma línea de complicidad y participación se inscribe el primero de los
concursos que organizó la revista, FIERRO busca dos manos. "Alguna vez leímos
que mientras en la Argentina haya potreros y lápices este país va a seguir dando
jugadores de fútbol y dibujantes al mundo. Son cosas que acá se dan y en otras
partes no tanto, dicen los que saben de estadísticas e idiosincracias (...)
Explicaciones economicistas al margen, crisis editorial y falta de canales
expresivos de por medio, con mercado o sin mercado, la cosecha de dibujantes
en general y de historietistas en particular, continúa a buen ritmo. Y queremos
demostrarlo una vez más(...)
FIERRO busca dos manos. Una puede ser la suya. O las dos." 35
FIERRO publicó la lista de todos los participantes del concurso -fueron 438-,
utilizando sus seudónimos -otro guiño, prácticamente "persona a persona"-, y
una explicación sobre las decisiones finales, con el mismo estilo directo y
cómplice que utilizan los sobrevivientes.
33
- Lectores de Fierro, FIERRO número 10, mayo de 1985.
34
-Lectores de Fierro, FIERRO número 39, septiembre de 1987.
35
- FIERRO número 1, septiembre de 1984, pág. 23.
135
"Seamos sintéticos: hubo que premiar a algunos y colgar a la inmensa mayoría.
Y eso no es fácil. Sobre todo, porque se percibe el fervor, la creatividad
encauzada en un género que se ama profundamente. Otra cosa: los pibes. -
Cuántos pibes! Una miradita a la lista de los ganadores, comenzando por los dos
primeros premios mayores -al mejor dibujante y al mejor guionista- no puede
dejar de reparar en eso. El toque de la locura y el talento se ha ensañado con
los nacidos no hace mucho y hay muchas cosas que deducir y esperar de ese
dato de la realidad. Y de la felicidad..." 36
El premio consistió en la publicación de la historieta y cierta continuidad como
colaborador en FIERRO. Además, algunos de los que obtuvieron menciones
también pudieron publicar, como el caso de Ernesto Ballesteros, ya citado en el
capítulo de los suplementos.
La sección de los lectores pasó a llamarse Cartas hacia los números 49/50.
Evidentemente, empieza a producirse una transformación en la manera en que
la revista se dirige a sus lectores. El "copete" de la sección se vuelve más
impersonal, ya no apela directamente al que está leyendo: "Cartas. De amor. De
odio. De fierro. De simpatía. De desconcierto. De Caín. De tipos formales. De
delirantes. De aquellos que creen pertinente efectuar un comentario puntual
sobre el contenido de la revista. De aquellos que envían sus propios textos, o
dibujos, o poemas, sintiéndose en sintonía. Breves, y a la bolsa." 37
La revista estaba cambiando. Los espacios para los lectores también. Entre los
números 51 (noviembre de 1988) y 56 (abril de 1989), no se publican cartas, ya
que se dedica un amplio espacio a desarrollar lo que ocurrió en la Primera Bienal
36
- Consideraciones después del diluvio, publicado en FIERRO número 5 (enero
de 1985), pág. 63.
37
- Introducción a la sección Cartas, FIERRO número 49, septiembre de 1988,
pág. 18
136
de Arte Joven Buenos Aires '89, en la que FIERRO había participado organizando
y seleccionando los trabajos de historieta, en el marco de la pre-bienal.
Fotos, notas y comentarios mostraban las actividades, los premiados y la
concurrencia que había tenido ese evento.
La exhibición de los trabajos continuó luego de ese encuentro, ya que con el
nombre de Más Bienal se convocó a los lectores para seguir mostrando sus
trabajos en barrios, plazas, sociedades de fomento, clubes y teatros.
El espacio de las cartas reaparece en FIERRO número 57 (mayo de 1989) como
El cartero llama dos veces.
El nuevo diseño de la sección -logo nuevo, tipografía más grande- retoma algo
que se había iniciado con Cartas: las respuestas "personalizadas" de la redacción
a los lectores, aparecen cada vez menos. Responder a cada uno era una fuerte
característica de Lectores de Fierro.
La sección se llamará El cartero desde el número 82 (junio de 1991) y Cartero
desde el 92 (abril de 1992).
Considerando los cambios (en las formas enunciativas, en los contenidos) que se
produjeron entre las dos grandes etapas -primeros y segundos cincuenta
números- que engloban a los cinco períodos establecidos como punto de partida
de este trabajo, es evidente que se produce una modificación en el contrato de
lectura. El lugar compartido de sobreviviente termina por reducirse al subtítulo
de la revista. Tal vez el sobreviviente ya no fuese una figura tan representativa
en los tiempos que corrían, pero ese lugar no fue reemplazado por otro. FIERRO
optó por un contrato diferente en sus últimos números, tal vez más cercano al
enunciador "pedagógico" del que habla Verón: "(...) el destinatario comienza a
ser designado explícitamente (...) el contrato se construye entre un "nos" y un
"ustedes" explicitados, y el nexo se hará entre dos partes desiguales, una que
aconseja, informa, propone, advierte, brevemente, que sabe;; la otra que no
sabe, y es definido como destinatario receptivo (...)" (Verón, 1985).
137
Hacia sus últimos números, FIERRO informa sobre sí misma, se defiende, intenta
decir qué es una revista de historietas en lugar de dejar que eso se desprenda
de sus páginas. Esta actitud de "declaración de principios" divide los lugares del
enunciador y del enunciatario: la revista se dirige a sus lectores para informarles
qué es lo que hace, porque en algún aspecto esto no está tan claro, ya no se
trata de un saber compartido e implícito.
El cambio en la propuesta de la revista se da desde la fusión FIERRO/CAIN, ya
que la parte escrita toca temas que son casi exclusivamente novedades de
diversos ámbitos culturales, notas a personajes del momento, comentarios sobre
cine a partir de alguna película estrenada. Los motivos más "caprichosos" de la
primera FIERRO posibilitaban el tratamiento de una mayor cantidad de temas,
desde diversas ópticas. La historieta también funcionaba como un espacio en el
que se debatía.
La intención de establecer secciones cada vez más rígidas -y que prácticamente
no variaron desde el número 51 al 100- provocó cierta "rutinización" del material,
que también fue extendiéndose a las historietas que, como ya se dijo varias
veces, en el mejor de los casos lograban una alta calidad de ilustración, ya que
la mayoría giraba en torno a dos o tres temas: sexo, ciencia ficción, aventuras.
La última FIERRO se propone básicamente entretener.
Si el contrato de lectura debe modificarse de una manera coherente a través del
tiempo, hubo una ruptura demasiado violenta hacia los números 49/50.
Probablemente, a partir de ahí sí haya cambiado en forma coherente, perdiendo
cada vez más esa riqueza que se quebró con la irrupción de CAIN. Tal vez haya
seguido teniendo muchos lectores, pero seguramente eran otros, diferentes a
los de las primeras épocas.
FIERRO propuso dos contratos de lectura diferentes, y lo hizo de un modo un
tanto brusco: no logró "hacer evolucionar su contrato de lectura de modo de
`seguir' la evolución sociocultural de los lectores" (Verón, 1985). Esto debe
haber partido exclusivamente de una decisión editorial, ya que la revista iba
138
logrando una adecuación al contexto de una forma mucho más coherente y
articulada "correctamente a las expectativas, motivaciones, intereses y
contenidos del imaginario de lo decible visual" (Verón, 1985), y no imperaba la
necesidad de establecer un cambio tan drástico.
Desde aquella afirmación de Sasturain acerca de que FIERRO era de los que la
hacían -y los lectores estaban incluidos- hasta esa necesidad de exponer desde
los editoriales el "gran" lugar de la historieta, FIERRO fue otra. Y seguramente
sus lectores hayan cambiado.
139
CONCLUSIONES
La palabra "conclusión" parece estar cargada de definiciones absolutas, de
revelaciones definitivas. No es eso lo que se pretende aquí;; sólo se intentará
hacer algunas observaciones acerca del recorrido de este trabajo, que ya fue
proponiendo "conclusiones parciales" a través de sus capítulos.
Se partió de una división "operativa" en cinco épocas;; de lo expuesto a lo largo
del trabajo se desprende que estos períodos se vuelven a englobar en dos
etapas, desde el número 1 hasta el 49/50 y desde estos hasta el 100.
Contrastando ambas etapas, puede decirse que FIERRO "dio un vuelco" en su
contrato de lectura, y esto puede verse tanto en las superficies de escritura como
en las de la historieta. Un ejemplo útil con respecto al cambio del contrato, y el
consiguiente cambio de lectores es que una sección como Alucinaciones
Latinoamericanas -en principio, semejante a La Argentina en pedazos- no
funcionó ante los nuevos receptores. Y esto no se debió sólo a diferencias de
calidad, sino a que el público era otro.
Sería en extremo simplista plantear que hacia el final la realidad superó a lo que
una revista como FIERRO podía decir;; sin embargo, la última FIERRO pudo decir
menos que la primera, ya que perdió ese "caos" creativo que tal vez haya sido
su mayor riqueza. La "obsesión" por ordenar la revista, por hacer explícitas las
opiniones desde un tono "declarativo", por mantener secciones rígidas, fue
configurando una publicación totalmente diferente, que tal vez apuntara más a
un público que recién se iniciaba en la lectura de historietas o revistas culturales,
que a aquellos “lectores de fierro” de la primera etapa.
En la introducción a este trabajo, se proponía que la historieta podía expresar y
tratar temas difíciles, densos, complejos, en el nivel de cualquier otro género. La
descripción y reflexión sobre los primeros 50 números de FIERRO son un fuerte
ejemplo de que eso es posible. Algunas de las tiras aparecidas en las dos últimas
140
etapas (números 51 a 100) también lo demuestran: Cien Mil Días sin Policías, de
El Tomi, o Yaguareté, de Barreiro y Páez, son buenos ejemplos. El problema fue
que en esa época, FIERRO dejó afuera ese tipo de temas y regresó a los de la
historieta clásica norteamericana. Si Oesterheld y Pratt lograron un vuelo sobre
ese estilo y temáticas, las últimas entregas de FIERRO se diluyen en historias
pobres y previsibles.
Oscar Steimberg plantea que "Es bastante poco frecuente que una historieta
desarrolle su propuesta parejamente en ambos niveles (...) En general, la
historieta se juega más a la palabra (...) o a la imagen de vastas ilustraciones
(...)
Y esta condición mixta, de obligada pero difícil armonización interna, hace
irrumpir en la historieta sorpresivos hallazgos estéticos. Un género mixto en el
que existen palabras invita a privilegiar, justamente, el texto: los significados de
la imagen son siempre menos susceptibles de circunscripción y más
evanescentes. Pero sobre la base de la aparente jerarquización de las palabras
pueden deslizarse aventuras artísticas ocultas, presentes en rasgos secundarios
del diseño." (Steimberg, 1977)
Y no sólo "artísticas": las aventuras que FIERRO recorrió a lo largo de sus
primeros cincuenta números incluyeron temas históricos, búsqueda de
identidades, propuestas de participación... Sin embargo, su última época se
limitó -y sin lograr un gran nivel en gran parte de los casos- a una aventura
estética que ni siquiera se veía compensada por el texto.
El FIERRO se fue derritiendo hacia sus últimos números;; más allá de algunas
historietas con gran calidad gráfica, su contenido -que fue lo que la diferenció en
el momento de su salida de todas las revistas argentinas del género- se debilitó.
Tal vez el intento de cubrir un mayor espacio de los intereses de los lectores -
nuevamente, la fusión FIERRO/CAIN- haya terminado por reducirlo.
Finalmente, CAIN no pudo escapar a su destino cifrado: quebró el FIERRO y lo
convirtió en otra revista.
141
142
BIBLIOGRAFÍA
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castellano, 1996.
Ford, Aníbal, Rivera, Jorge y Romano, Eduardo. Medios de comunicación y
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1990.
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data de 1967)
Masotta Oscar. La historieta en el mundo moderno, Paidós, 1ra. reimpresión en
España, Barcelona, 1982.
McCloud, Scott. Understanding Comics, Kitchen Sink Press, USA, second printing,
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Rivera, Jorge B. Postales electrónicas (Ensayos sobre medios, cultura y
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historia argentina, Aiglé Ediciones, Bs. As., 1997.
143
Steimberg, Oscar. Leyendo Historietas, Ediciones Nueva Visión, Bs. As., 1977.
Verón, Eliseo. El análisis del "Contrato de lectura", un nuevo método para los
estudios de posicionamiento de los soportes de los media, en Les Medias:
Experiences, recherches actuelles, aplication", IREP, París , 1985.
Vich, Sergi. La Historia en los Cómics, Biblioteca Cuto Nro.1, Ediciones Glénat,
Barcelona, 1997.
-------------------------------------
Imágenes de las revistas FIERRO extraídas del archivo personal de Javier Juárez.
-------------------------------------
http://Imakinarium.net
http://mercadolibre.com.ar
144
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN Pág. 1
LA HISTORIETA EN LA ARGENTINA 4
Viejos antecedentes 4
El nuevo siglo 4
La familia en cuadritos 5
Los años 40: guerra y Rico Tipo 6
Los 50: Landrú y Oesterheld 7
Los 60: la profundización de la mirada 8
Los 70 y la dictadura militar 9
De los 80 a la actualidad: democracia y nuevas propuestas 10
LA HISTORIETA Y SUS CÓDIGOS 11
Primera aproximación: algunas definiciones y observaciones
sobre la historieta 11
Un breve listado de elementos básicos 13
La innovación de FIERRO 18
LA REVISTA 21
DE SEPTIEMBRE A MAYO: UNA FUERTE EBULLICIÓN 23
Descripción: una primera mirada 23
La temática y su tratamiento 25
El lugar de la palabra 30
IDENTIDAD PROPIA: UN LARGO CAMINO 32
Las historietas 37
145
Más palabras 45
TERCERA ETAPA: UNA PROPUESTA QUE CRECE 47
Dibujos y novedades 49
Las secciones y el texto 52
EL FIERRO DE CAIN 56
Las otras historietas 58
CAIN se desparrama 64
Y AL FINAL... 68
Las últimas ilustraciones 68
Las secciones 76
UNOS CUANTOS SUPLEMENTOS OXIDADOS 79
LOS LECTORES 86
CONCLUSIONES 92
BIBLIOGRAFÍA 94
146
147