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PRINCIPALES CONCEPCIONES DE LA CIENCIA POLITICA

Según el físico y filósofo John Ziman, lo que diferencia al conocimiento científico


de otros productos intelectuales es el hecho de que sus contenidos son
cosensibles. Los mensajes entre científicos y las explicaciones de un fenómeno
deben ser claras y carentes de ambigüedad, de modo que el resto de la
comunidad científica pueda aceptarlas o poner objeciones bien fundamentadas.
Esto implica una restricción en los contenidos de la ciencia. Por una parte, la
comunicación cosensible requiere un lenguaje inequívoco como la matemática, y
por otra, el intercambio de información sería inútil si no se refiere a
acontecimientos reconocibles de la experiencia y que puedan ser reproducidos por
el resto de científicos; esto indica el papel fundamental que desempeña la
observación y la experimentación en el método convencional de la ciencia. Así,
una de las diferencias más claras entre ciencia y no ciencia es el tipo de
conceptos y reglas usadas por el científico y el tipo de argumentación utilizada en
sus explicaciones.

En definitiva, la finalidad de la ciencia es lograr el máximo grado de


consensualismo. He aquí otra de las diferencias básicas entre ciencia y no ciencia:
en al ciencia se han ido acumulando a lo largo de la Historia una serie de
esquemas conceptuales básicos que han ido perdurando con el tiempo, fruto del
consenso de la comunidad científica, que probablemente no se ha dado en ningún
otro campo del saber humano.

En lo que sigue nos vamos a centrar en dos aspectos básicos de la ciencia: en el


método convencional seguido por la misma, el método científico, y en las
características básicas que debe reunir una explicación o teoría científica.

El método científico

Las percepciones e interpretaciones de los fenómenos naturales están


fuertemente condicionadas por las creencias personales y culturales. Por tanto, a
la hora de construir una teoría que explique los fenómenos observados, es
necesario dotarnos de unos criterios que tiendan a minimizar estas influencias
subjetivas. Este conjunto de procedimientos es lo que se ha venido denominando
método científico, el proceso por el que los científicos tratan de construir una
representación correcta del mundo, entendiendo por correcta, que sea fiable,
consistente y libre de cualquier arbitrariedad

Las diferentes fases del método científico, se fueron introduciendo a lo largo de


muchos años de investigación, en el método de trabajo de científicos y
experimentadores. La existencia de un método científico general se manifiesta en
el s. XVII, con Francis Bacon y René Descartes, que defendieron procesos
inductivos y deductivos respectivamente. Esta supeditación al método a utilizar fue
superada por Galileo Galilei, que aporta al método científico sus componentes
principales: proponer hipótesis y someterlas a comprobaciones experimentales,
aunque nunca llegó a enunciarlo como tal y sólo se limitó a ponerlo en práctica.

El método científico se ha perfeccionado desde su origen adaptándose al progreso


del trabajo científico. Otras muchas ramas del saber como las ciencias sociales y
humanas han adoptado el método científico en su desarrollo, habiéndose
convertido en un método universal.

3. Uso de las hipótesis para predecir la existencia de otros fenómenos o para


predecir cuantitativamente los resultados de nuevas observaciones.

4. zealización de experimentos que permitan contrastar las predicciones

No obstante, no podemos hablar de un sólo método científico como forma de


proceder en el campo de la ciencia, pues el proceso de descubrimientos científicos
ha sido, en realidad muy variado. Sin embargo, sí podemos considerar el método
científico expuesto anteriormente como un modelo en la forma de construir una
teoría científica que engloba las dos características fundamentales de la tarea
científica: la observación y la experimentación.

- Observación: El primer paso del método científico consiste simplemente en la


observación de un fenómeno. Ésta ha de ser sistemática, de tal modo que
podamos obtener la información adecuada que nos permita registrar los aspectos
más relevantes de lo observado. Esto conduce a uno de los aspectos
característicos de las ciencias experimentales: el proceso de medida. En
consecuencia, debemos seleccionar aquellas magnitudes que sean relevantes en
el fenómeno observado y que a su vez puedan ser medidas convenientemente y
con suficiente precisión.

- Análisis e hipótesis: El siguiente paso consiste en buscar una relación entre


dichas magnitudes. Seguidamente podemos elaborar alguna hipótesis que
describa y tenga en cuenta la relación encontrada entre las magnitudes medidas.
Estas hipótesis las usaremos para predecir los resultados en situaciones en las
que no se han realizado medidas todavía.

- Experimentación: En las ciencias experimentales, los experimentos tienen la


última palabra. Si estos no confirman las hipótesis de partida, éstas deben ser
rechazadas o modificas. Por el contrario, si los experimentos corroboran una
hipótesis, entonces puede ser considerada como una teoría o ley de la naturaleza.
No obstante, si los resultados están en contradicción con las predicciones de una
teoría bien establecida ésta deber ser descartada y no puede ser considerada
como una descripción de la realidad. Ahora bien, la vieja teoría puede seguir
siendo aplicada de dentro de un margen determinado de valores de algunos
parámetros. Es el caso de las leyes de la mecánica clásica en el rango de
velocidades mucho más pequeñas que la velocidad de la luz.
Veamos a continuación cuáles deben ser las condiciones que debe reunir una
teoría para poder ser considerada científica.

Teorías científicas y modelos

En un nivel superior a las hipótesis en sus distintos niveles, se encuentran las


teorías y los modelos. Las leyes reúnen todo nuestro conocimiento de lo actual y
lo posible de los fenómenos de la naturaleza, y pueden llegar a explicar el origen y
la esencia del fenómeno. En todo caso, las teorías unifican leyes y, por medio de
ellas, entendemos, prevemos y adelantamos los acontecimientos. Un teoría será,
pues, una estructura mental coherente donde se insertan hipótesis y leyes y las
relaciones entre ellas. En el marco de la teoría debe tener cabida la
experimentación que permita contrastar su validez. La teoría incluye un conjunto
de hipótesis y leyes (principios) y además las consecuencias lógicas que se
derivan de ellas (teoremas).

Qué características debe reunir una teoría científica para que sea aceptada. Si
consideramos que tenemos una primera teoría aceptada que explica una serie de
fenómenos pero que presenta una serie de defectos conocidos por la comunidad
científica. Está claro que se necesita una nueva teoría que subsane dichos
errores. Esta nueva teoría será aceptable si cumple los siguientes criterios:

- Reductibilidad: con la nueva teoría se deben obtener los mismos resultados que
con la antigua en aquellos casos en los que ésta última era válida. Es el caso de la
teoría de la relatividad de Einstein, cuyas ecuaciones se reducen a las de la teoría
clásica en el campo de aplicación de ésta, esto es, en un rango de velocidades
mucho más pequeñas que la velocidad de la luz.

- Innovación: la nueva teoría debe explicar hechos que no puedan ser explicados
por la antigua. Por ejemplo, la teoría clásica consideraba al átomo formado de un
núcleo con electrones orbitando a su alrededor, pero esto llevaría a la inestabilidad
los átomos, lo que no se correspondía con la experimentación. La aparición de la
mecánica cuántica permitió explicar la estabilidad de los átomos, superando a la
vieja teoría.

- Testabilidad: una teoría científica debe ser comprobable experimentalmente. Uno


de los argumentos con más peso a favor de una nueva teoría es que prediga
resultados de experimentos aún no realizados. Así la teoría electromagnética de
Maxwell fue corroborada experimentalmente con posterioridad, con el
descubrimiento de las ondas por Hertz.

- Elegancia: una teoría debe tener pocas hipótesis y sencillas, con un enunciado
universal que sea a su vez breve pero de gran contenido. Este criterio responde al
convencimiento que tiene la comunidad científica de que las leyes de la naturaleza
son simples, tal y como se refleja en la simplicidad de las grandes teorías
científicas del pasado.
LOS GRANDES CAMBIOS: LAS REVOLUCIONES CIENTÍFICAS

Los mecanismos mediante los cuales se produce el crecimiento de la ciencia han


sido objeto de estudio por parte de los historiadores de la ciencia. Una de las
obras más influyentes en este campo es sin duda La estructura de las
revoluciones científicas de Thomas S. Kuhn. Según este físico e historiador en el
desarrollo de una ciencia es necesario distinguir entre períodos de ciencia normal
y revoluciones científicas. Así, una disciplina científica atraviesa distintas etapas:
la etapa pre-paradigmática, la etapa de ciencia normal, la aparición de la anomalía
y la crisis, y el nacimiento y asimilación de un nuevo paradigma.

La etapa pre-paradigmática

Largo período de tiempo caracterizado por una investigación algo rudimentaria y


sin una dirección clara. Varias escuelas de pensamiento compiten entre ellas, con
concepciones fundamentalmente diferentes de los problemas básicos de la
disciplina, los métodos que deberían ser usados para la resolución de los
problemas y los problemas que han de ser resueltos. Cada científico se siente
obligado a construir su propio campo de investigación desde el principio, siendo
completamente libre de elegir las observaciones y experimentos que permitan
sostener su teoría.

Un ejemplo de esta situación es el estado en el que se encontraba la óptica física


desde la antigüedad hasta el s. XVII, especialmente en la descripción adecuada
de la naturaleza de la luz. A falta de una opinión única aceptada y generalizada,
muchas escuelas seguían las teorías epicúreas, aristotélicas o platónicas. Para
algunos, la luz estaba compuesta de partículas que emanan de los cuerpos
materiales, para otros, era una modificación del medio existente entre el objeto y el
ojo; y otros la explicaban en términos de interacción entre el medio y una
emanación del ojo.

La ciencia normal

Entre estas escuelas de pensamiento, puede surgir una que domine la disciplina.
Los miembros de esta disciplina se reúnen alrededor de cierta escuela que es
capaz de resolver muchos de los problemas propios de la materia y que plantea
líneas claras de investigación futura. Se inicia así una etapa de ciencia normal.

La ciencia normal es la investigación basada en una o más realizaciones pasadas


que alguna comunidad científica posterior reconoce, durante cierto tiempo, como
fundamento para su práctica posterior. Es lo que Kuhn denomina paradigma. Así,
la ciencia normal se caracteriza por la aprobación unánime de un paradigma
particular por parte de los miembros de una determinada disciplina.
El concepto de paradigma engloba tanto a la teoría como a sus aplicaciones y los
medios instrumentales necesarios para el desarrollo de la práctica científica. Un
paradigma alcanza su status como tal si tiene más éxito que sus competidores
para explicar un determinado problema o fenómeno no resuelto hasta el momento
por la comunidad científica. No significa esto que el nuevo paradigma tenga un
éxito completo o permita resolver satisfactoriamente todos los problemas
relacionados: el objetivo de la ciencia normal es ampliar el campo de aplicación
del paradigma intentando acoplar los hechos con las predicciones del mismo.

Aparición de la anomalía y crisis

Los resultados de la ciencia normal contribuyen a aumentar el alcance y la


precisión de la aplicación de un paradigma, pero no aspiran a elaborar nuevas
teorías. Ahora bien, la investigación científica descubre continuamente fenómenos
que no concuerdan con las teorías vigentes. Ante esta situación, los científicos
intentan encontrar una solución dentro del marco del paradigma, buscando la
solución del problema que se ha convertido en una anomalía.

Si el problema persiste y las soluciones propuestas no alcanzan la aceptación


general, se llega a una crisis dentro de la disciplina, llevando al convencimiento
general de que se debe proceder a la sustitución del paradigma. Esto conduce a la
aparición de diferentes escuelas como las que caracterizan a las etapas pre-
paradigmáticas que señalan el final del viejo paradigma. Un ejemplo de esta
situación fue la dificultad de explicar mediante la teoría del flogisto el aumento de
peso de ciertas sustancias cuando eran quemadas o calentadas.

Nacimiento y asimilación de un nuevo paradigma

Una de las aproximaciones que compiten para resolver una anomalía produce una
solución que por su generalidad y perspectivas de investigación futura, produce un
seguimiento amplio por la comunidad. Esta solución llega a convertirse en el
nuevo paradigma.

Una revolución científica es un episodio de desarrollo no acumulativo que,


procedente de una crisis, termina por sustituir un viejo paradigma por otro nuevo.
Como en las revoluciones políticas, en las científicas se da como pre-requisito un
sentimiento de malfuncionamiento que puede conducir a una crisis.

Aunque en un principio no todos los miembros de la comunidad científica se


adhieran al nuevo paradigma, con el tiempo, éste es capaz de resolver tal cantidad
de nuevos problemas que la mayoría acaban por aceptarlo.
LOS CIENTÍFICOS Y SUS CONDICIONAMIENTOS SOCIALES

La curiosidad, el deseo de saber sin ningún objetivo práctico, es lo que ha


motivado la investigación científica desde sus inicios. Probablemente sea así aún
en la actualidad, pero la relación entre ciencia y sociedad es bastante diferente
hoy a la existente en el s. XVII. En el pasado había una separación temporal entre
el descubrimiento y sus aplicaciones prácticas, existiendo además una diferencia
clara entre científicos puros y aplicados. Para los científicos, el objetivo de la
investigación era comprender las leyes de la naturaleza, y puesto que estas no se
ven afectadas por las emociones y reacciones humanas, éstas no tienen cabida
en la ciencia. Convencidos de que la ciencia no tenía nada que ver con la política
y que no podían ser culpados de su mala utilización, les llevó a encerrarse en una
especie de torre de marfil.

Hoy en día es difícil mantener esta visión idealista de la ciencia. En primer lugar
porque la distinción entre investigación pura y aplicada es cada vez más difusa.
Las aplicaciones son casi inmediatas, encontradas por los mismos investigadores
y frecuentemente marcan sus líneas de trabajo. Por otra parte, cada vez son más
los medios necesarios para poder abordar ciertas investigaciones, lo que genera
dependencia de la administración pública o de entidades privadas con intereses
muy particulares.

Ciencia, política y economía

La necesidad creciente de recursos materiales para desarrollar la investigación ha


dado lugar a la gradual pérdida de autonomía y el aumento del grado de
dependencia de los poderes públicos y los sectores económicos.

Los científicos compiten con otros grupos sociales para obtener recursos públicos
y la administración debe justificar ante la ciudadanía el destino de estos recursos.
Así, la dotación de recursos dependerá del atractivo político que despierte
determinado campo de investigación y no del atractivo científico o la capacidad de
los investigadores.

Por tanto, la imagen que la sociedad se forme de la ciencia es fundamental para el


desarrollo de muchos campos científicos. La confrontación con creencias
tradicionales religiosas o éticas, o aquellos campos de investigación asociados a
tecnologías contaminantes se encontrarán con mayores dificultades políticas.

De ese modo, la escasez de recursos públicos ha provocado el acercamiento de


los científicos a las fuentes privadas de financiación (la industria), lo que ha
supuesto una disminución de la diferencia entre ciencia básica y aplicada con la
consiguiente pérdida de libertad.
En resumen, la idea de separación entre la ciencia, la política y al economía
corresponde a una visión idealizada de la ciencia y también probablemente a los
deseos de los científicos, pero no responde a la realidad actual.

El fraude científico

La creciente interrelación de la ciencia con otros sectores sociales ha provocado


que en algunos casos los científicos estén más preocupados en obtener prestigio
social que en hacer ciencia de calidad. En la inmensa mayoría de los casos, las
posibilidades de ascenso tanto académicas como en la industria se basan en gran
medida en el número de artículos publicados.

Esta obsesión por la publicación ha producido un sustancial aumento del número


de revistas científicas y artículos publicados en los últimos años. Pero la mayoría
de ellos son irrelevantes, como demuestra el hecho de que casi el 85% de los
mismos no sean citados en otros trabajos o lo sean sólo una vez, y sólo cerca del
1% tenga más de cinco citas. Así, sólo un número muy pequeño de científicos
contribuyen realmente al avance de la ciencia.

Mucho más grave es el fenómeno del fraude científico en sus distintas formas:
invención de resultados, maquillaje de resultados molestos, plagio de trabajos
ajenos y propios...

Como vemos, la presión social y los incentivos económicos a la labor científica


pueden dar lugar a actuaciones inmorales, muy alejadas del proceder exigible y en
absoluto científicas.

Ciencia y conciencia social

El progreso científico es uno de los factores más importantes en la transformación


de la sociedad actual, pero por otro lado puede dar lugar a la creación de técnicas
que pongan en peligro el desarrollo de la humanidad. Un ejemplo claro es la física
nuclear, capaz de mejorar el diagnóstico y tratamiento de enfermedades como el
cáncer, o de obtener energía a precio asequible, a la vez que genera residuos
radiactivos altamente tóxicos o permite la creación de armas con capacidad para
destruir a toda la humanidad.

Ante estas consecuencias negativas, se hace evidente que la ciencia no puede


seguir ajena a sus propios descubrimientos y a sus implicaciones sociales, y
resulta necesaria la inclusión de un código ético al estilo del juramento hipocrático
de los médicos. Esto supondría cierto control interno, pero la última palabra en el
control de la ciencia la tiene la propia sociedad a través de sus gobernantes.

Sin embargo, todo tipo de control externo debe realizarse de manera que las
repercusiones negativas en el proceso natural del desarrollo científico sean
mínimas.
LAS ACTITUDES CIENTÍFICAS EN LA VIDA COTIDIANA

En la sociedad actual, la ciencia como fuente de conocimiento goza de un gran


prestigio, no sólo por su poder para transformar las condiciones de vida del
hombre, sino también en la medida que sus conceptos son absorbidos por la
cultura general.

Hablamos de ethos de la ciencia para definir el conjunto de valores y reglas que se


considera obligatorio para el hombre de ciencia. Obligatorias para la práctica
científica, no sólo porque son eficientes, sino también porque se consideran
correctas y buenas. Es decir, son prescripciones técnicas pero también morales.

Según Robert K. Merton, el ethos de la ciencia incluye cuatro imperativos: el


universalismo, el comunismo, el desinterés y el escepticismo organizado. El
universalismo es una expresión de la creencia de que la ciencia es independiente
de fronteras, razas o credos. Una teoría científica es aceptada o rechazada
independientemente de las características personales o sociales de su ponente.
En palabras de Louis Pasteur, “el sabio tiene una patria, la ciencia no”.

El comunismo, en el sentido más extenso de propiedad común de bienes, es el


segundo integrante del ethos de la ciencia. El avance de ésta no es el fruto de
labores aisladas, sino de un trabajo colectivo de colaboración social. Las teorías y
leyes no son de uso exclusivo de sus descubridores, todo a lo que pueden aspirar
estos es al reconocimiento social por su aportación al conocimiento humano. Este
carácter se pone de manifiesto en el reconocimiento al trabajo de generaciones
pasadas, como queda reflejada en la frase atribuía a Newton: “si he visto más
lejos es porque estaba subido sobre hombros de gigantes”.

El desinterés es otro elemento básico de la ciencia. Como hemos dicho, el


científico solo puede aspirar a alcanzar el reconocimiento de la comunidad
científica. Esto puede dar lugar a la aparición de procesos fraudulentos. Ahora
bien, la necesaria verificabilidad de las teorías científicas y el descrédito al que
pueden verse abocados aquellos científicos sin escrúpulos, hace que la existencia
de fraudes en el mundo de la ciencia sea mucho menor que en otros campos o
actividades sociales.

El último ingrediente del ethos científico es la actitud de escepticismo organizado.


Es una obligación en el mundo científico no emitir un juicio hasta disponer de
datos suficientes. Sólo aquellas propuestas con amplio apoyo consensual son
seleccionadas. Esto es, la ciencia avanza mediante un proceso de selección
crítica. Es precisamente este escepticismo lo que ha confrontado a la ciencia
históricamente con otras instituciones, como la Iglesia. Como afirma R.K. Merton,
la oposición a la ciencia parece asociarse a una aprensión difusa de que el
escepticismo es una amenaza para la actual distribución de poder.
De lo visto anteriormente, podemos inferir algunas actitudes típicas del mundo de
la ciencia, ligadas íntimamente al espíritu científico: respeto a la diversidad,
honestidad, tolerancia, necesidad de libertad e independencia, predisposición al
trabajo en grupo, objetividad, tenacidad, escepticismo y espíritu crítico.

LA TEORÍA DEL ESTADO Y LA CIENCIA POLÍTICA

CONCEPTOS FUNDAMENTALES.

Ciencia Política. Es una ciencia social que se dedica al estudio de la actividad


política como un fenómeno universal y necesario. La ciencia política también se
encarga de desarrollar la teoría del Estado, la principal forma de organización
social.1

La Ciencia Política es un área de conocimiento fundamental, para comprender la


estructura, el funcionamiento y el desarrollo de las sociedades modernas.2

La Ciencia es concebida como “un conjunto de saberes compartibles por un


comunidad epistémica determinada […] La ciencia es un cuerpo de saberes, antes
que un conocer, le importa la objetividad. Su propósito es establecer razones
incontrovertibles. Su ideal es un conocimiento compartible por la intersubjetividad
racional más amplia. La necesidad de objetividad la compromete a la crítica
incesante de los motivos personales que distorsionan las razones y pretenden
pasar por válidos, fundamentos irracionales. Por ello la ciencia es un instrumento
universal. La objetividad de su justificación le permite ser una garantía de verdad
para cualquier sujeto que tenga acceso a sus razones. El saber científico no sólo
asegura el acierto en su acción a un individuo, sino a cualquier miembro de la
especie. La ciencia no hace sentido de personas, porque puede servir a todas,
para cualquiera fines que se propongan acordes con la realidad.”3

El poder es uno de los conceptos centrales de la Ciencia Política. Sin embargo, no


es fácil de caracterizarlo con precisión y no hay acuerdo entre los autores sobre
qué debe considerase exactamente bajo el concepto de poder y cuáles son sus
características más relevantes. Sabemos que es el poder, pero tropezamos con
infinitas dificultades cuando tratamos de definirlo. Incluso, podemos decir si una
persona o grupo es más poderoso que otro, pero somos incapaces de medir el
poder.

Varios autores proporcionan el concepto de poder de la siguiente manera:


Según Hobbes (1588-1679), el poder consiste en “los medios presentes para
obtener algún bien futuro aparente. [Leviatán, México, FCE, 1980, p. 69.] Para
Max Weber (1864-1920) es “la probabilidad de imponer la propia voluntad dentro
de una relación social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el
fundamente de esa probabilidad.” De acuerdo con Bertrand Russell es “la
producción de los efectos proyectados sobre otros hombres.” Para Laswell y
Kaplan es “la participación en la adopción de las decisiones.” Según Robert Dahl:
“A tiene poder sobre B en la medida en que puede lograr que B haga algo que de
otra manera no hubiera hecho.”4

Las particulares características que presenta el poder como hecho social han
ocasionado que los estudiosos de las ciencias sociales enfaticen distintos
aspectos de las mismas. Existen dos tesis para explicar el poder, la tesis
relacional y la tesis sustantiva. La tesis relacional parte de la idea de que el poder
es una relación entre hombres, que se da en función de conductas humanas, una
determinante y otra determinada. En cambio, la tesis sustantiva estima el poder
como una sustancia, a la manera de un bien que se pudiera poseer. La definición
que vimos de Dahl es característica de la primera posición, mientras que la de
Hobbes se ubicaría en la segunda.

Por otra parte es necesario decir que el poder tiene diferentes maneras de
manifestarse.

Los tipos principales de poder son5:

• La fuerza, es el ejercicio del poder a través de medios físicos. La fuerza


incluye la violencia y la destrucción física.

• La persuasión, es un tipo no físico de poder, en la cual el agente que usa el


poder hace sus intenciones y deseos conocidos al agente sobre el cual es ejercido
el poder. La persuasión es una parte importante de la política, que se manifiesta
en: Lobbying, grupos de presión, speechmaking, debatiendo, escribiendo cartas,
emitiendo documentos con la posición política y haciendo proclamas en forma de
decisiones judiciales, políticas, leyes y decretos.
• La manipulación es un poder no físico, en el cual el agente que el poder
sobre un segundo agente, oculta sus intenciones y propósitos que motivan su
ejercicio del poder.

• El intercambio es un tipo de poder que involucra incentivos, en los cuales


un agente da a otro un elemento a cambio de otro elemento. Un agente puede
obtener un objetivo o ejercicio de poder sobre otro agente dando al segundo un
incentivo de acuerdo con la voluntad del primero, si el segundo agente sabe que
será recompensado éste tiene un incentivo para estar de acuerdo con el primero.

EL ESTADO.

Max Weber define al estado como una unidad de carácter institucional que en el
interior de un territorio monopoliza para si el uso de la fuerza legal.

El estado se define como la autoridad suprema existente dentro de un territorio


que está capacitada para ejercer poderes soberanos, tanto normativos como los
que se valen de la violencia legítima sobre los habitantes de ese espacio territorial.

El poder del estado es el poder supremo de la sociedad, él que se coloca por


encima de los demás, como el poder material o el poder económico. Se trata de
una organización del poder dentro de un conjunto social determinado, con una
estructura económica, una ideológica y con una serie de aparatos institucionales y
de normas jurídicas destinadas a regular el funcionamiento de la sociedad.

Los estudios sobre el origen, justificación o razón de ser, y la naturaleza del


Estado son objetivos de estudio de la Teoría del Estado, mientras que el estudio y
funcionamiento del Estado en el presente es campo de la Ciencia Política.

El estado ha ido evolucionando de manera constante desde su concepto, hasta su


organización a través de la historia. Desde la polis griega, el estado romano, surge
como respuesta a la necesidad de organizar a los pueblos y regular el ejercicio del
poder.

La palabra se acuñó en Florencia y se aplicó originalmente para cualquier


fenómeno político. El primer texto que hace referencia directa al estado es el de El
príncipe de Nicolás Maquiavelo.

En esta compleja y difícil realidad, el estudio de la política aparece como una


oferta de interés especial, rehaciendo temas de estudio que perviven desde los
griegos y que no abandonan los campos por ellos avizorados: los gobiernos, la
democracia, los individuos, la ciudad (en ellos, el estado), las familias, la
economía, la sociedad.
Evolucionando las sociedades y sus formas de organización, evolucionando las
instituciones y sus funciones de operatividad, evolucionando las personas y su
conceptualización filosófica, tanto en el plano individual como social, el rehacer de
lo estudiado se complementa con las nuevas posibilidades temáticas que la
política enfrenta, resultado de los cambios ocurridos por causa de la dinámica
histórica.

La política, sin desaparecer, ha dado paso al surgimiento de una mayor y mejor


especialización en sus objetos de estudio, de una mejor realización en sus
elaboraciones teóricas y de una adopción de métodos de investigación aplicada,
que la llevan a mostrarse como una ciencia positiva que tiene su lugar dentro del
fértil campo de las ciencias sociales y humanas, poseyendo hoy en día la fortaleza
de una ciencia nueva (la ciencia política) que brinda opciones de conocimiento, de
investigación y de actuación en esa etapa de transformaciones mencionada, que
cabalga a galope entre el presente y el futuro.

La ciencia política se muestra hoy como un objeto de estudio profesionalizante,


que en materia académica y curricular permite la inclusión y el tratamiento de
teorías, textos y discursos consolidados, tales como la teoría del estado, el estudio
del poder y la subjetividad, la teoría política entendida como historia del
pensamiento, la cultura política, los sistemas políticos, los partidos políticos y los
sistemas electorales, las políticas públicas, las relaciones internacionales, e
igualmente y con el mismo peso y trascendencia, temas de investigación
específicos, propios de las realidades socioeconómicas de cada país.

Como se puede observar a lo largo de este escrito, la Ciencia Política y la Teoría


Política están correlacionadas en varios puntos, en varios campos, en muchos
temas.

Por un lado, a nivel de la Ciencia Política, se vio como dos grandes campos de
análisis se mostraban en sus primeros objetos de estudio, las instituciones y el
poder.

En el campo de las instituciones sobresalía el estado, y a nivel del poder, los


análisis que sobresalían eran los que se realizaban sobre los grupos y los
individuos, y en estos últimos, los estudios sobre las decisiones (políticas publicas)
hacían parte de la evolución reciente.

Por otro lado, se vio como en la Teoría Política, los análisis abrían el abanico de
posibilidades a otras ciencias, basándose en la historia y en la hermenéutica,
considerando otros factores explicativos asociados a la política, como lo son, los
económicos, los sociales y los religiosos.

Cuando se presentaron los conceptos sobre los cuales se podría considerar la


evolución de la Teoría Política, los viejos y los nuevos, se dijo que estaban
relacionados con la Ciencia Política, como de hecho lo están, en la vida de la
sociedad, específicamente en las explicaciones que se intentan sobre la
imbricación entre estado, economía y sociedad.

Las relaciones por lo tanto, están dadas en cuatro dimensiones características de


los estudios en Ciencias sociales: La sociedad, el individuo, la política y la
economía.

LOS PRIMEROS ESTADOS EN LA HISTORIA.

En el devenir de la historia de la humanidad, los primeros Estados de los que se


tiene registro son los llamados originarios y corresponden a las antiguas culturas
de Egipto, Grecia y Roma. Civilizaciones que lograron institucionalizar el poder y
establecer un conjunto de normas mínimas para la convivencia social. Estos tres
Estados esclavistas no utilizaron el concepto Estado, pero se considera que su
alta especialización en la organización del poder y la política los ubican en una de
las primeras formas de Estado.

La forma de estado se puede definir en la ciencia política moderna como “la


configuración del ejercicio y organización del poder político, según una
interpretación ideológica de una estructura social”. Bajo esta hipótesis, las formas
de gobierno pueden clasificarse en dos grandes grupos:

1) Estado simple o unitario: Organizado bajo una sola soberanía, población u


territorio.

2) Estado compuesto o confederado: Estado de Estados o unificación de


varios estados. Funciona como una confederación.

Según el criterio histórico la clasificación más común es la que identifica las


formas de estado conforme a la organización económico-política existente y
secuencia: estado feudal, estado estamental, estado absolutista, estado y
representativo22. Asimismo, destaca la tipología marxista que identifica entre
Estado esclavista, feudal, burgués y socialista.

Es importante señalar que el estado, se presenta como una forma de organización


de la vida de los pueblos, con expresiones diversas pero siempre con estructuras
formales y con las siguientes características:

a) El Estado es un grupo social asentado en un territorio determinado.

b) El Estado cuenta con un orden jurídico unitario, cuya unidad resulta de su


derecho fundamental que es la Constitución, donde se contiene el equilibrio y los
principios del orden.

c) El Estado se manifiesta como un poder jurídico autónomo y territorialmente


determinado; independiente del exterior.
d) En el Estado el orden y el poder tienden a realizar el bien común.8

RELACIÓN ENTRE CIENCIA POLITICA Y TEORÍA POLITICA.

El mundo contemporáneo ha entrado en una etapa de transformaciones


importantes que aún no definen un camino expedito para enfrentar el futuro, no
obstante se diga que la posmodernidad ya esta aquí y su presencia nos atrape a
todos de manera inexorable.

Tales transformaciones podrían mas bien presentarse como momentos de


transición de las sociedades hacia etapas de organización diferentes, que ofrecen
combinaciones de formas modernas de organización societaria (para algunos
superadas) y formas posmodernas, en las que las sociedades más avanzadas
llevan la delantera.

CIENCIA POLÍTICA Y DERECHO CONSTITUCIONAL


En este caso no se da una relación de inclusión total porque el derecho
constitucional no abarcó un estudio integral de la relación política , limitándose a
analizar la acción política dentro de los marcos establecidos por la norma
constitucional, dejando de lado el estudio el estudio de la política como fenómeno
no jurídico, es decir como fenómeno social.
En una época no lejana, el derecho constitucional y la ciencia política eran los
mismo porque su objeto de estudio era el Estado. Algunos juristas consideran que
el objeto central de la ciencia política es el análisis de las relaciones políticas
interestatales.
En la actualidad y en contradicción con lo que sostiene la corriente constitucional
sobre el objeto de estudio dela ciencia política que pertenezcan a diversas
tendencias, convienen que el objeto de estudio de la ciencia política es el poder y
no el Estado.
Podemos decir que la ciencia política tiene una ámbito de estudio más amplio que
el derecho constitucional.
Si bien este último estudia las normas que rigen en la conducta política de los
miembros de una nación determinada y sus instituciones políticas , no puede
confundirse con la ciencia política, pues esta última pretende ser una teoría
empírica, explicativa , descriptiva y predictiva de los fenómenos políticos y de las
relaciones de poder, lo que hace que se constituya como una ciencia autónoma y
se despliegue del derecho constitucional.
Otra diferencia importante entre política y derecho, se relaciona con la toma de
decisiones.
¿Cuál es la relación entre el Derecho Constitucional y la Ciencia Política?
Hauriou puntualiza una respuesta definitoria de la manera siguiente: "La Ciencia
Política tiene, pues por objeto el conocimiento de los hechos, de los
fenómenos políticos en sí mismos y por sí mismos, mientras que, al Derecho
Constitucional le corresponde, como hemos visto, el encuadramiento
jurídico de estos fenómenos. La ciencia política señale lo que es; el Derecho
Constitucional, lo que debe o debería ser"[56]
Duverger igualmente nos dice que el Derecho Constitucional estudia las
instituciones políticas desde un ángulo jurídico.[57]
Sí bien es cierto que el Derecho Constitucional es un elemento importante en el
estudio de las instituciones políticas, generalmente permanentes o debidamente
establecidas, no es un elemento exclusivo, puesto que existen fenómenos
políticos, como dice Hauriou, que siendo de mínima o máxima importancia,
eventuales o de cierta perdurabilidad aportan un complemento, una modificación o
una nueva interpretación de las reglas constitucionales.[58]
Por ejemplo, hay reglas de derecho relativas a las instituciones políticas o a
fenómenos políticos que no están contenidas en la Constitución: Se encuentran en
las leyes ordinarias, decretos y reglamentos de Gobierno, en las órdenes de los
ministros y las autoridades locales o en los principios generales del derecho.
Igualmente, el legislador constitucional debe tener en cuenta lo
que Lasalle denomina los factores reales del poder que rigen en una sociedad
determinada que constituyen esa fuerza activa y eficaz que informa todas las leyes
e instituciones jurídicas de una sociedad y que la Constitución, más tarde o mas
temprano debe incorporar. "Si se toman estos factores reales de poder, se
extiende en una hoja de papel, se les da expresión escrita, y a partir de este
momento, incorporados a un papel, ya no son simples factores reales de
poder, sino que se ha erigido en derecho, en instituciones jurídicas, y quien
atente contra ellos atenta contra la ley, y es castigado"[59]
Duverger advierte que una visión de las instituciones políticas desde el punto de
vista solamente del Derecho Constitucional puede ser incompleta, especialmente
sobre el Estado, o de aquellos regímenes políticos que no cumplen con el
mandato constitucional[60]Es necesario también tener en cuenta que "El estudio
del derecho constitucional ha de hacerse siempre en relación con el estudio
de los aspectos no jurídicos de las instituciones políticas".[61]
En términos generales los fenómenos políticos se van encauzando jurídicamente.
Es decir, se juridiza la política. El orden político discurre por el camino del
Derecho, y el orden jurídico fundamental de un Estado, en su estructura de ser, de
existir y de realizarse se enmarca en el Derecho Constitucional. El Derecho
Constitucional prioriza los fenómenos políticos revistiéndolo de fundamentales.[62]
Recordemos la afirmación de Sartori respecto de las Constituciones que no son
sino vías, medios, "son "formas" que estructuran y disciplinan los procesos
de toma de decisiones de los Estados. Las Constituciones…no deciden, ni
deben decidir, qué debe ser establecido por las normas. Es decir, que las
Constituciones son, ante todo, procedimientos cuya intención es la de
asegurar un ejercicio controlado del poder."[63]
Entonces, la Ciencia Política es un importante complemento para conocer,
interpretar y explicar las instituciones jurídica políticas contenidas en la propia
Constitución, así como de aquellos fenómenos políticos o factores reales de
poder, de decisiones, que no formando parte de ella, adquieren relevancia
constitucional.
El Derecho Constitucional al encuadrar jurídicamente los fenómenos políticos,
apela a la Ciencia Política para comprender y conocer las entrañas del poder
político y del Estado, planteando la posibilidad de perfeccionarlas o regularlas, y
por ende, ponerlas al servicio de gobernantes y gobernados a fin de que la
sociedad tenga orden, libertad, paz, convivencia, justicia y bien común.
Ahora bien, el Derecho Constitucional se encarga de estudiar el Estado desde un
ángulo jurídico, su proceso de juridización, su conversión de Estado con derecho
en Estado de Derecho a un Estado constitucional democrático. Pérez Royo es
rotundo al afirmar que "Dicho en pocas palabras: no es el estudio del Estado
desde una perspectiva histórica, teórica, politológica o sociológica lo que
interesa en un curso de Derecho Constitucional, sino que lo que interesa es
el Estado desde una perspectiva jurídica y además desde una perspectiva
jurídica limitada, en cuanto proceso de manifestación de la voluntad del Estado y
sus repercusiones en los derechos de los ciudadanos. Es la manifestación
suprema del poder político del Estado y no el ejercicio cotidiano de su
actividad de prestación de servicios a la sociedad lo que nos interesa.

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