LA CUEVA ENCANTADA DE QUILCA

Hace muchos años vivía un ancianito en Quilca y cada vez que se acercaba a

pescar cerca de una peña ocurría algo muy raro, cuando el mar bajaba se veía

una cueva que estaba protegida por una puerta de rejas.

En cierta ocasión este hombre decidió ir a ver que había en ese lugar misterioso,

al llegar al sitio ingreso y ocurrió algo sorprendente encontró costales de oro uno

sobre otro.

La ambición de este hombre se hizo demasiado grande y cogió un puñado de

oro y se lo metió al bolsillo de su pantalón también se llevó un costal de oro.

Como el mar baja por pocos instantes y como ya era de subir las aguas del mar,

el hombre se quedó atrapado en la cueva por varios días, él estuvo sin comer y

se sentía mal, después de varios intentos logro salir del lugar sin el costal de

oro, solo se llevó consigo un puñado en su bolsillo y cuando vio el contenido

hecho a reír ya que lo que tenía era puro polvo.

Este fue el motivo para que el hombre se pusiera hablar cosas sin sentido, pero

cuando él ve el mar, llega a ver con facilidad la cueva encantada.