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Espíritu de Equipo

36. El espíritu de equipo es un estado de conciencia de la propia responsabilidad, de ésta con


relación al conductor y de los subordinados entre sí. Es la responsabilidad hacía la misión lo
que une armónicamente a un conjunto y lo predispone a trabajar coordinadamente si se lo
conduce con habilidad y se respetan ciertas Leyes básicas.

37. Los medios de la Fuerza Aérea difícilmente puedan ser conducidos por una sola persona.
Todo se hace en equipo, y el equipo precisa de esa recíproca compenetración de ideales y de
responsabilidades que permite obtener los resultados esperados sin pérdidas de esfuerzos ni
energías.

38. La experiencia demuestra que cuando ese espíritu ha sido altamente desarrollado, el rigor
de las tareas diarias en la paz o el de las acciones en la guerra despierta el espíritu de cuerpo;
éste se suma al espíritu de equipo y multiplica el rendimiento del conjunto.

39. Para que el espíritu de equipo sea real tiene que emanar de ciertas reglas básicas, de
manera que teniendo cada persona una función definida y siendo todos partícipes en el logro
de un mismo propósito, persista la armonía colectiva.

40. Es función del mando determinar por sí mismo cuáles son los defectos de la organización
que dan origen a problemas disciplinarios y, consecuentemente, provocan un escaso
rendimiento, con el fin de darles solución adecuada.

41. El espíritu de equipo requiere también de la tolerancia recíproca y de la benévola


consideración hacia las particularidades de los demás. Del mismo modo resulta fortalecido por
la atención que el conductor preste al bienestar de sus subordinados, así como por el aprecio
del personal a su Jefe.

42. En lo que al trato del conductor con sus subalternos se refiere, no se debe censurar sus
actitudes o conductas en comentarios con personal más moderno, es indispensable fomentar
la confianza de los subordinados hacia los superiores.

43. El conductor debe fomentar y lograr que exista un adecuado espíritu de equipo teniendo
en cuenta que este surge espontáneamente como consecuencia de su propia conducción, y no
puede ser forzado artificialmente.

Espíritu de Cuerpo

44. El complemento del espíritu de equipo es el espíritu de cuerpo. Es necesario que además
de una natural inclinación a trabajar en armonía con otros, exista un legítimo orgullo de
pertenecer a determinada unidad de la Fuerza Aérea. Son sus éxitos en el campo de batalla, el
sacrificio en la acción heroica, y muchas veces hasta la misma adversidad, las causas que
producen ese sentimiento tan útil al desenvolvimiento del servicio.

45. El espíritu de cuerpo no significa rivalidad; es positivo y no relativo. Se tiene orgullo de


pertenecer a tal unidad, y no más orgullo que el de pertenecer a otra.
46. El espíritu de equipo y el espíritu de cuerpo deben ser fomentados por los mandos, cada
persona debe sentir a su unidad como algo propio y que su labor es útil y contribuye al éxito
del conjunto.

Camaradería y Espíritu de Cuerpo

343. La camaradería es el sentimiento de hermandad que une al personal sujetos a iguales


contingencias de vida, se desarrolla en los momentos difíciles y se manifiesta libremente en las
circunstancias felices.

344. La vida en común dentro de la actividad militar permite al personal de tropa desarrollar
nobles sentimientos, que hacen más llevadera la austeridad que el servicio militar impone,
dando oportunidades para cultivar amistades buenas y perdurables.

345. Ese espíritu de cuerpo tiene su origen en la camaradería, en la disposición natural al


trabajo en armonía con otros y en el orgullo de pertenecer a determinado organismo de la
Fuerza Aérea.

346. Debe guiar al soldado un constante afán de superación, no para ser mejor que otros con el
sentido mezquino que significa la rivalidad, sino para poder realizar las tareas con tanta
dignidad como elevado es el propósito que las motiva.

HONOR MILITAR

105. El honor es una virtud que representa un estricto apego a lo que se considera moralmente
correcto.

106. Es la riqueza más grande que debe poseer un militar. Aquel cuyo propio honor y espíritu
no lo estimulen a obrar siempre bien, vale muy poco para el servicio.

107. El prestigio de la Fuerza Aérea reposa sobre el buen nombre y honor de sus integrantes y
especialmente sus cuadros, máxime si se tiene en cuenta que en ella los Oficiales y Suboficiales
constituyen la mayoría del personal. El honor individual, tanto como el honor colectivo, son
indispensables para respaldar la eficiencia de los equipos, los aviones y las armas que operan.

108. Observar en todo momento una conducta ejemplar es la mejor defensa del propio honor.

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