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Mt 12, 46-50

En aquel tiempo, estaba Jesús hablando a la gente, cuando su madre y


sus hermanos se presentaron fuera tratando de hablar con él. Uno se lo avisó:
"Oye, tu madre y tus hermanos están fuera y quieren hablar contigo ". Pero él
contestó al que le avisaba: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?"
Y señalando con la mano a los discípulos, dijo: "Estos son mi madre y mis
hermanos. El que cumple la voluntad de mi Padre del cielo, ese es mi hermano
y mi hermana y mi madre ".

1. Jesús no tuvo malas relaciones con su familia. Ni malas relaciones, ni conflicto alguno.
Fueron más bien sus parientes quienes mostraron serios prejuicios respecto a Jesús.
Lo tuvieron por loco, lo despreciaron, no creyeron en él (Mc. 3, 21; 6, 1-6; Jn. 7, 5). La
postura de Jesús, en este caso, se explica por otro motivo, que es importante y nos
interesa a todos.

2. Lo que queda más claro en este relato, es que, para Jesús, eran más importantes las
relaciones comunitarias que las relaciones de parentesco. Jesús, en efecto, dejó su casa,
su familia, y se fue solo en busca de otra forma de vida. Hoy diríamos que se comportó
como un "indignado". Pronto reunió un grupo de personas, que le seguían de forma
habitual. Un grupo en el que no estaban solo los doce apóstoles, sino además otros
discípulos . Y también bastantes mujeres, que colaboraban incluso económicamente
con el grupo (Lc. 8, 1-3). O sea, Jesús agrupa una comunidad de personas,
"carismáticos itinerantes" (G. Theissen) que iban de pueblo en pueblo y de aldea en
aldea, compartiendo la vida que llevaba Jesús.

3. Una enseñanza capital que hay en todo esto es que, como sabemos, en la vida hay dos
formas de relación entre personas: 1) Las relaciones "obligatorias” que están reguladas
por leyes (civiles o religiosas). 2) Las relaciones "libres” sobre las que no pesa ley
alguna, ni humana ni divina. Pues bien, las relaciones de parentesco están reguladas
(de una u otra forma) en todas las culturas mientras que las relaciones de amistad y de
comunidad son (legalmente absolutamente libres. Las leyes mandan cómo deben ser
las relaciones entre padres e hijos, entre hermanos, etc. La amistad y la vida en común
tienen consistencia en sí mismas, es decir, son enteramente libres. Con la profundidad
que le caracteriza, D. Bonhoeffer escribió (desde la cárcel y poco antes de ser ejecutado
por los nazis) a un amigo: "la Amistad, a diferencia del matrimonio y el parentesco, no
goza de unos derechos universalmente reconocidos ... No pertenece al ámbito de la
obediencia, sino al campo de la libertad". Por eso, la amistad es el bien más precioso y
raro. El amor más verdadero es el de una amistad verdadera. Esto, incluso entre
esposos, hermanos, parientes...

Comentarios, pistas que se abren…reflexiones…

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