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ALUMNA: CHOQUEMAQUI MOZO KATY

CODIGO: 134382

PRINCIPIOS DEL PROCESO

Principio de dirección judicial del proceso (Principio de autoridad):


Su naturaleza obedece a limitar los excesos del sistema dispositivo (dominio de las partes en
el proceso).
 CHIOVENDA señala que el juez no puede mantener la actitud pasiva que tuvo en el proceso
de otros tiempos, sino que debe estar provisto de autoridad.
En aplicación de este principio, el Juez se convierte en director de proceso, provisto de una
serie de facultades para dejar de ser un “convidado de piedra”. Es por ello que este principio consiste en
otorgar al Juez la aptitud necesaria para conducir autónomamente el proceso sin necesidad
de intervención de las partes para la consecución de sus fines.
“Su presencia histórica se explica como el medio a través del cual se empiezan a limitar los
excesos del sistema privatístico, aquél en el cual el juez tiene durante el desarrollo de la
actividad procesal un rol totalmente pasivo, previsto sólo para legitimar la actividad de las
partes”.
“El principio de dirección judicial es la expresión que mejor caracteriza al sistema publicístico.
En él se privilegia el análisis e importancia del proceso desde la perspectiva creo de su
función pública, es decir, como medio utilizado por estado para hacer efectivo el derecho
objetivo y concretar finalmente la paz social en justicia”
Conforme al principio de dirección judicial el juez que asume un papel protagónico en el
proceso y no se limita a observar la actividad procesal de las partes si no que es aquel quien
la encamina el resultado del proceso e, inclusive, promueve (a través de los mandatos
judiciales correspondientes) los actos procesales necesarios a fin de impulsar el proceso,
esclarecer los hechos, formarse convicción de los mismos y resolver en consecuencia,
dándole así solución al conflicto de intereses que fuera puesto en su conocimiento.

Principios de la exclusividad y obligatoriedad de la función jurisdiccional:


“En este un principio elemental, sin el cual la vida en comunidad se haría imposible en forma
civilizada, pues es fundamento de la existencia misma del Estado, como organización jurídica.
Sus consecuencias son: prohibición de la justicia privada y obligatoriedad de las decisiones
judiciales”.
 MONROY GÁLVEZ, en lo que concierne de la exclusividad y obligatoriedad de la función
jurisdiccional, anota lo siguiente:
“Nadie puede irrogarse en un Estado de derecho la función de resolver conflictos de intereses
de relevancia jurídica, sea en forma privada o por acto propio. Esta actividad le corresponde
al Estado a través de sus órganos. El Principio significa, además, que si la persona es
emplazada por un órgano jurisdiccional, debe someterse necesariamente al proceso
instaurado contra él. Es más, para cuando el proceso acabe, dicha persona estará obligada a
cumplir con la decisión que se expida en el proceso del cual formo parte. En cualquiera de
ambos casos, ni su actividad ni su omisión podrá liberarla de la obligatoriedad de cumplir con
lo que se decida. Podrá ser compelida a ello, por medio de la fuerza estatal”.
Principio de independencia del órgano jurisdiccional:
“Para que se pueda obtener el fin de una recta administración de justicia es indispensable que
los funcionarios encargados de tan delicada y alta misión puedan obrar libremente en cuanto
a la apreciación del derecho y de la equidad, sin más obstáculos que las reglas que la ley les
fije en cuanto a la forma de adelantar el proceso y de proferir su decisión”
En principio de independencia del órgano jurisdiccional “rechaza toda coacción ajena en el
desempeño de sus funciones”.
Principio de socialización del proceso:
Consiste en que el juez está facultado para impedir la desigualdad entre las partes que
concurren al proceso, por razón de raza, sexo, religión, idioma, o condición social, política o
económica. Este principio convierte la tesis de la igualdad ante la ley en igualdad de las
partes en el proceso. Significa la humanización del proceso, puesto que se tratan hechos
causados por personas y se juzgan problemas humanos.
Principio dispositivo:
En aplicación a este principio, el proceso está sujeto a la voluntad de las partes,
fundamentándose en la autonomía de la voluntad.
 MILLAR define a este principio, “como la potestad que tienen las partes para ejercer o no un
acto procesal”
“Supone que en Derecho procesal civil pasa sobre las partes la carga de proporcionar los
fundamentos de la sentencia mediante sus actos de postulación (peticiones, alegaciones,
aportación de pruebas: quo non est in actis (partium), non est in mundo. Simple consecuencia
de ello es que el juez debe tener por verdad lo no controvertido (principio de la verdad formal)”
 ALDO BACRE lo define como “aquel principio en cuya virtud se confía a la actividad de las
partes tanto estimulo de la función judicial como la aportación de los materiales sobre las
cuales ha de versar la decisión del juez”.
 VÉSCOVI “el principio dispositivo es el que asigna a las partes, y no al juez, la iniciativa del
proceso, el ejercicio y el poder de renunciar a los actos del proceso”.
El principio dispositivo se manifiesta en las prescripciones del código procesal civil sobre las
reglas de competencias, presentación de la demanda, el cumplimiento de las formalidades
que señalan los artículos 424 y 425 del C.P.C., las excepciones y defensas previas, la
contestación de la demanda para dar fin al proceso mediante la transacción, conciliación,
allanamiento, etc. Todas estas instituciones han servido de base a todas las legislaciones de
América.
Principio inquisitivo:
Por principio inquisitivo “es el órgano jurisdiccional el que tiene esos poderes (iniciativa del
proceso); él es quien debe actuar por sí e investigar (inquirire”. En el procedimiento inquisitivo
“es el tribunal el que lo inicia, averigua y decide con libertad, sin estar encerrado en los límites
fijados por las partes”.
 PEYRANO señala que en el principio inquisitivo “la iniciación del proceso, su
desarrollo, los aportes probatorios, las posibilidades de finiquitarlo, los límites de la
sentencia a dictarse y su impugnabilidad, son preocupaciones casi exclusivas del
Estado”.
Principio de bilateralidad o del contradictorio o de defensa en juicio:
Este principio está basado en que todo proceso contencioso o no contencioso son
indispensables dos partes (demandante y demandado). Este principio dio origen a la
denominación de sujetos de la litis, que actualmente ha variado por la de “partes del proceso”.

Consiste en que los actos procesales deben realizarse con conocimiento de las partes. Un
acto procesal debe realizarse con la información previa y oportuna al contrario, a fin de que
éste pueda hacer valer su derecho de defensa y rebatir la pretensión de la otra parte.

“Este principio es una derivación de la clausura constitucional que consagra la inviolabilidad


de la defensa en juicio de las personas y los derechos, y que se resume en la siguiente
afirmación: las partes en el proceso han de tener la oportunidad de expresar su razones y
producir pruebas”.
“El principio de bilateralidad de la audiencia o del contradictorio expresa que, salvo
excepciones limitadas, el juez no podrá actuar su poder de decisión sobre una pretensión, si
la persona contra quien aquella ha sido propuesta no ha tenido la oportunidad de ser oída:
audiatur et altera pars”.
“La contundencia del axioma persigue que todo acto personal, desde aquel que contiene la
pretensión, hasta aquellos que tengan la mínima en los derechos del confrontado, puedan
merecer la réplica del oponente y, en su caso, prueba que lo desmerezca y descalifique”.

 ALSINA anota por su lado que “de acuerdo al principio constitucional que garantiza la
defensa en juicio, ha establecido el régimen de la bilateralidad, según el cual todos los
actos del procedimiento deben ejecutarse con intervención de la parte contraria. Ello
importa la contradicción. O sea el derecho a oponerse a la ejecución del acto, y el
controlador, o sea el derecho verificar su regularidad”.
Principio de publicidad:
Implica el deber del Juez de procurar que el proceso se desarrolle con conocimiento público;
es decir, se admite la posibilidad de que el desarrollo general del proceso y determinados
actos procesales (principalmente audiencias) sean de conocimiento de cualquier interesado.
Este principio constituye una garantía de la Administración de Justicia que ha sido recogido
por el Código Procesal Civil, a fin de demostrar que no existe algo escondido en el proceso,
que se preste a suspicacias de las partes o duda en cuanto a la imparcialidad del órgano
jurisdiccional.
“Significa este principio (de publicidad), que no debe haber justicia secreta, ni procedimientos
ocultos, ni fallos sin antecedentes ni motivaciones”.
“El principio de publicidad comporta la posibilidad de que los actos procesales sean
presenciados o conocidos incluso por quienes no participan en el proceso como partes,
funcionarios o auxiliares”.
GOZAÍNI señala al respecto que “la publicidad en el proceso denomina a la posibilidad de que
las partes y terceros (público en General) puedan tener acceso al desarrollo del litigio,
haciendo las veces de control hacia la responsabilidad profesional de jueces y abogados”.
Dicho autor anota que “al referirnos al procesos, exclusivamente, la disputa entre intereses
privados, a veces reservados por su naturaleza intrínseca – cuestiones de derecho de familia-
, demuestra que la publicidad no puede ser absoluta”.
Principio del impulso procesal de oficio:
 DEVIS ECHANDÍA refiere que este principio “se relaciona directamente con el
inquisitivo, y consiste en que, una vez iniciado el proceso, debe el juez o el secretario,
según el acto de que se trate, impulsar su marcha sin necesidad de que las partes lo
insten a hacerlo, pues simplemente se trata de cumplir las normas legales que lo
regulan, y son responsables de cualquier demora ocasionada por su culpa”.
El mencionado autor advierte que, no obstante lo expresado, “hay ciertos actos que
necesariamente deben tener origen en la voluntad expresa de las partes, y, además, hay
otros, simplemente de tramitación, que también les corresponden, como consecuencia del
principio dispositivo que parcialmente rigen los procesos civiles”.
Principio de adquisición:
Consiste en que los actos, documentos, medios probatorios e informaciones brindadas a
través de las declaraciones que han proporcionado las partes se incorporen al proceso. En
consecuencia, los instrumentos presentados con la demanda u otros escritos dejan de
pertenecer a las partes y en adelante pertenecen al proceso como instrumento público del
órgano jurisdiccional.
 HUGO ROCO este principio consiste en: “que allí donde las partes han desarrollado
cierta actividad, haciendo que el proceso adquiera determinados elementos del
mismo, tales actos o elementos permanecen firmes e inmutables, de suerte que de
ellos pueden valerse no solamente la parte que ha promovido su adquisición sino
también las otras”.
“Es un concepto técnico reconcilia con la celeridad procesal en cuanto a reunir en beneficio
de litigio alegación, prueba y postulación que efectúen las partes”.
“Significa que la actividad de los contradictores beneficia o perjudica cualquiera de ellos,
inclusive puede realizar contra la voluntad de aquel que solicito determinado cumplimiento”.
 ALDO BACRE cuando señala que “de acuerdo con este principio, todas las partes
vienen a beneficiarse o a perjudicar por igual con el resultado de los materiales
aportados a la causa por cualquiera de ellas”.

Principio de eventualidad:
El principio de eventualidad “fuerza a las partes a aportar de una sola vez todos los medios de
ataque y defensa como medida de previsión – in eventum - para el caso de que el
primeramente interpuesto sea desestimado”.
 GOZAÍNI el principio de eventualidad “consiste en pedir a las partes que todos los
actos de postulación, ataque y defensa, respondan a las etapas preclusivas del
proceso; de modo tal que cada uno de los planteos deducidos en el curso de un litigio
deban presentarse en forma simultánea y no sucesiva, esto es, prohibiendo el ejercicio
ad – eventum que supone dejar abierta una posibilidad de alternancia si la petición
principal fracaso”.
Principio de preclusión:
“Por la preclusión procesal, en situación, los tiempos del proceso, se articula y el orden
secuencial de los actos, de manera ordenada, progresiva y donde cada actividad debe
cumplirse en el período designado. Ello significa que el transcurso de una fase para seguir a
otra consume la oportunidad y extingue el tiempo ofrecido para hacer”.
 COUTURE, “el principio de preclusión está representado por el hecho de que las
diversas etapas del proceso se desarrollan en forma sucesiva, mediante la clausura
definitiva de cada una de ellas, impidiéndose el regreso a etapas y momentos
procesales ya extinguidos y consumados”.
El principio de preclusión es opuesto al principio de discrecionalidad o de liberalidad o de
unidad de vista, como lo determinan algunos procesalistas.
Por el principio de preclusión se impulsa el procedimiento, porque cada acto procesal supone
la fijación de un límite en la duración de cada estadio; ejecutándose dentro de un lapso de
tiempo trascurrido el cual se pasa a una nueva etapa. Este principio no puede cumplirse
cuando los actos procesales están viciados de alguna causa de nulidad sancionada por el
artículo 171 del C.P.C., imposible de subsanarse por estar expresamente contenida en la ley
y por carecer de requisitos indispensables para obtener la finalidad del proceso.

Principio de oralidad:
“Principio de oralidad, por oposición a principio de escritura, es aquel que surge de un
derecho positivo en el cual los actos procesales se realizan en viva voz, normalmente
audiencia, y reduciendo las piezas escritas a lo estrictamente indispensable”.
 CHOVENDA: las ventajas del sistema oral :
1. Predominio de la palabra y atenuación del uso de los escritos;
2. Inmediación del juzgador con los litigantes;
3. Resolución conjunta de cuestiones interlocutorias”.

Principio de inmediación:
 DEVIS ECHANDÍA señala: “significa que debe haber inmediata comunicación entre el
Juez y las personas que obran en el proceso, los hechos que en él deban hacerse
constar y los medios de prueba que se utilicen”.
La inmediación comprende un aspecto subjetivo que se refiere a que el Juez deberá tener
mayor contacto con los sujetos del proceso (partes y terceros), y un aspecto objetivo que
consiste en el contacto directo del Juez con los objetos del proceso (documentos, lugares,
etc.). Se busca un contacto directo e inmediato del Juez con estos elementos, ya que al
participar de esta manera en la realización de todos los actos procesales, el juzgador
adquiere mayores y mejores elementos de convicción.
En la aplicación de este principio se ha privilegiado la Oralidad sin descartar la Escritura, pues
ésta viene a ser el mejor medio de perpetuar y acreditar la ocurrencia de un hecho o la
manifestación de voluntad en un proceso.
“Es aquel que exige el contacto directo y personal del juez con las partes y con todo el
material del proceso, incluyendo cualquier medio indirecto de conocimiento judicial (terceros,
escritos)”.
 COUTURE indica sobre el particular que “el nombre del principio de inmediación se
usa para referirse a la circunstancia de que el juez actúe junto a las partes, en tanto
sea posible en contacto personal con ellas, prescindiendo de intermediarios tales
como relatores, asesores, etc.”.
 PEYRANO dice el principio de inmediación que “pretende que el sentenciador tenga el
mayor contacto personal con los elementos subjetivos y objetivos de que conforman el
proceso ser comillas. PEYRANO agrega que “su antítesis lógica está representada por
el principio de mediación, que, inspirado quizás en el resquemor de que el contacto
vivencial por afectar la imparcialidad del juzgador, sustenta la convivencia de que el
tribunal guarde una relación impersonal e indirecta con las partes y demás sujetos a
proceso, como así también con su substrato objetivo”.
El principio de inmediación “propicia tres objetivos fundamentales:
a. Que el juez se halle en permanente e íntima vinculación con los sujetos procesales.
b. Que sea el director del proceso atendiendo cada una de sus etapas, en especial la
probatoria.
c. Que las partes, entre sí, se comuniquen bajo la consigna que supone el principio de
bilateralidad de la audiencia. Es decir, repliega absolutamente la posibilidad de actos que sólo
pueda el juez conocer a partir de una presentación directa que no tenga traslado”.
 ALSINA sostiene que el principio de inmediación “significa que el juez debe
encontrarse en un estado de relación directa con las partes y recibir personalmente las
pruebas, prefiriendo entre éstas las que se encuentren bajo su acción inmediata”.
 GOLDSCHMIDT el principio de inmediación “rige especialmente para la recepción de
la prueba, y significa que el juez ha de sujetarse en ella a estos dos postulados:
a. Utilización inmediata de los medios probatorios (principio de inmediación el sentido subjetivo
o formal).
b. Y que ha de utilizar los medios de prueba inmediatos (principio de inmediación y sentido
objetivo o material).
En el primer sentido, el principio de inmediación prescribe juez cómo ha de utilizar los medios
probatorios, y se refiere a la relación del juez con los medios de prueba; en el segundo,
determina juez qué medios probatorios ha de utilizar, y se refiere a la relación de los medios
de prueba con la cuestión a probar”.
Principio de legalidad de las formas:
 GOZAÍNI, acerca de este principio, refiere lo siguiente:
“El procedimiento para ser tal, no se configura simplemente por la secuencia ordenada de
actos procesales, quiere que estos cumplan una forma preestablecida que los conduzca y
permita interpretarlos congruentes con la etapa de litigio que atraviesan.
Estas formas condicionan la manifestación exterior del acto, comprometiendo su contenido;
van dirigidas a las partes, terceros, auxiliares y al mismos órgano jurisdiccional.
Cuando las reglas adjetivas señalan el modo de ser de los actos que componen el proceso,
se habla del principio de legalidad de las formas; en oposición a la libertad de emitir
requerimientos, alegaciones y decisiones, sin cumplir recaudo alguno de orden ritual, o
simplemente llamado, informalismo”.
Principio de saneamiento: Se instala en el campo de las facultades de la jurisdicción, procurando
expurgar aquellos vicios que inducen al entorpecimiento de la causa, o que provocan
dificultades para reconocer el objeto en discusión, generalmente destinados a prolongar el
proceso o impedir su rápida finalización.
Principio de economía procesal:
Consiste en procurar la obtención de mayores resultados con el empleo de la actividad
procesal que sea necesaria. Está referido al ahorro de tiempo, gastos y esfuerzos.
El ahorro de tiempo está referido a que el proceso no se debe desarrollar tan lento que
parezca inmóvil, ni tan rápido que implique la renuncia a las formalidades indispensables.
El ahorro de gastos se refiere a que los costos del proceso no impidan que las partes hagan
efectivos sus derechos.
La economía de esfuerzos alude a la posibilidad de concretar los fines del proceso, evitando
la realización de actos regulados, pero que resultan innecesarios para alcanzar el objetivo del
proceso. La improcedencia de medios probatorios referidos a hechos admitidos por las partes
en la demanda o en la contestación de la misma.
“Se define como la aplicación de un criterio utilitario en la relación empírica del proceso con
menor desgaste posible que la actividad jurisdiccional”.
“En este orden de ideas se considera el problema desde dos ángulos:
a. Una economía financiera del proceso.
b. Una simplificación y facilidad de la actividad procesal.
La duración del proceso y el costo de la actividad jurisdiccional”.
El principio de economía procesal tiene como objeto el lograr “un proceso, ágil, rápido y
efectivo, en el menor tiempo; finalidades que se consiguen poniendo el acento en la conducta
a observar por las partes y en la simplificación que estructure el procedimiento”. “El principio
de economía procesal orienta al justiciable para obrar con interés y celeridad, poniéndole
condiciones técnicas en sus actos”.
3.19. Principio de concentración procesal:
Este principio busca que el proceso se realice en el menor tiempo posible y en forma
continua, evitando que las cuestiones accidentales e incidentales (medidas cautelares o
recursos impugnatorios) entorpezcan el desarrollo del proceso al dilatarlo sin necesidad. Por
ello se regula y limita la realización de los actos en determinadas etapas del proceso.
“Radica en cumplir todas las secuencias del procedimiento en la menor cantidad posible de
actos”.
 Para COUTURE “se denomina principio de concentración a aquel que pugna por
aproximar los actos procesales unos a otros, concentrando en breve espacio de
tiempo la realización de ellos”.
 VÉSCOVI, el principio de concentración “propende reunir toda la actividad procesal en
la menor cantidad posible de actos y a evitar la dispersión, lo cual, por otra parte,
contribuye a la aceleración del proceso”.
 DEVIS ECHANDÍA afirma que el principio que se examina “tiende a que el proceso se
realice en el menor tiempo posible y con la mejor unidad. Para esto se debe procurar
que el proceso se desenvuelva sin solución de continuidad y evitando que las
cuestiones accidentales o incidentales entorpezcan el estudio de lo fundamental”.
Igualmente, prosigue DEVIS ECHANDÍA, “tiende este principio a dejar todas las cuestiones
planteadas, los incidentes, excepciones y peticiones, para ser resuelta simultáneamente en la
sentencia, concentrando así el debate judicial”.
Principio de celeridad procesal:
Se refiere a que los actos procesales deberán realizarse en el menor tiempo posible
respetando las normas del Debido Proceso; es la expresión más concreta del ahorro de
tiempo en forma razonable, acorde con los principios procesales y la normatividad procesal;
se expresa en instituciones como la perentoriedad de los plazos, el impulso de oficio, etc.
“El principio de celeridad es la manifestación concreta del principio de economía procesal por
razón de tiempo. El principio de celeridad procesal se expresa a través de diversas
instituciones del proceso, por ejemplo, la perentoriedad o improrrogabilidad de los plazos o
principios como el de impulso oficioso del proceso”.
“Este principio se presenta en forma diseminada a lo largo del proceso, por medio de normas
impeditivas y sancionadoras a la dilación innecesaria, así como a través de mecanismos que
permiten el avance del proceso con prescindencia de la actividad de las partes”.

3.21. Principio de vinculación y elasticidad:


La actividad judicial es una función pública realizada con exclusividad por el Estado. En uso
del Ius Imperium, comprende a las normas procesales dentro del derecho público, dadas a fin
de mantener el orden público; por tanto, estas normas son obligatorias y de carácter
imperativo.
El principio de Elasticidad señala que, si bien las formalidades previstas en el Código
Procesal Civil son de carácter obligatorio, el Director del Proceso -el Juez- tiene la facultad de
adecuar la exigencia de cumplir con estos requisitos formales a los fines del proceso, es decir,
la solución del conflicto de intereses o la incertidumbre jurídica y la paz social en justicia.
Principio de iniciativa de parte y de conducta procesal:
Según CARNELUTTI: “La iniciativa de parte es indispensable no sólo para pedir al Juez la
providencia, sino también para poner ante su vista los hechos de la causa”. Esta es manifiesta
expresión del Sistema Dispositivo, que consiste en
Facultar a las partes a promover el inicio del proceso en uso del derecho de acción que le
asiste.
Por el principio de Conducta Procesal, se pone de manifiesto los principios de Moralidad,
Probidad, Lealtad y Buena Fe Procesal que están destinados a asegurar la ética del
debate judicial, delegando la responsabilidad en el Juez de garantizarla moralidad del
desarrollo de la contienda y como contraparte la obligación de las partes a remitir su
desenvolvimiento a este principio. Considera valores como la buena fe, la honestidad, la
probidad, la veracidad, a fin de evitar la presencia del “improbus litigator”.

“La buena fe, la lealtad, la veracidad, la probidad, son predicados que se involucran en el
principio de moralidad; inclusive son concreciones positivas de la legislación en materia de
moralización del derecho procesal. El principio de moralidad es un conjunto de reglas de
conducta presididas por el imperativo ético a que debe ajustar su comportamiento procesal
todos los sujetos procesales: partes, procuradores, abogados, jueces, etc.”.
Principio de congruencia procesal:
Es conocido como principio de consonancia. En virtud a este postulado se limita el contenido
de las resoluciones judiciales; es decir, que deben emitirse de acuerdo con el sentido y
alcance de las peticiones formuladas por las partes para el efecto de que exista identidad
jurídica entre lo resuelto y las pretensiones, excepciones o defensas oportunamente
deducidas. En un principio que delimita las facultades resolutivas del juez.
“Es el principio normativo que exige la identidad jurídica entre los resuelto, en cualquier
sentido, por el juez en la sentencia y las imputaciones formuladas al procesado y las defensas
formuladas por esté contra tales imputaciones; en todos los procesos, también entre la
sentencia y lo ordenado por la ley que sea resuelto de oficio por el juzgador”

Principio de la motivación de las resoluciones judiciales:


DEVIS ECHANDÍA, acerca de este principio, expresa lo siguientes:
-“Es indispensable que los funcionarios judiciales expliquen y fundamenten sus decisiones, a
menos que se trate de simples órdenes para el impulso del proceso”.
“De esta manera se evitan arbitrariedades y se permite a las partes usar adecuadamente el
derecho de impugnación contra la sentencia para los efectos de la segunda instancia,
planteándole al superior las razones legales y jurídicas que desvirtúan los errores que
condujeron que al juez a su decisión.
Porque la resolución de toda sentencia es resultado de las razones o motivaciones que en
ella se explican”.

3.24. Principio de la doble instancia o pluralidad de instancias:


“Para que este derecho a impugnar las decisiones de los jueces sea efectivo y el demandado
pueda contradecir adecuadamente las pretensiones del actor y este las excepciones de aquel,
la doctrina y la legislación universales han establecido en la organización jerárquica en
administración de justicia, con el fin de que, como regla General, todo proceso se ha conocido
por dos jueces de distinta jerarquía si los interesados los requieren oportunamente mediante
el recurso de apelación y en algunos casos por consulta forzosos”.

4. Principio de la cosa juzgada:


La cosa juzgada implica el asignarle un carácter definitivo e imputable a la declaración de
certeza contenida en la sentencia. Por consiguiente, el principio de la cosa juzgada está
orientado a evitar la continuación de la controversia cuando ha recaído sobre ella la decisión
del órgano jurisdiccional, vale decir, no pueden plantearse nuevamente el litigio (entre las
mismas partes y respecto al principio petitorio e interés para obrar) si ya fue resuelto. De esta
manera habrá seguridad jurídica, fortaleciéndose además la función jurisdiccional al conferirle
plena eficacia.
El título preliminar del código procesal civil recoge, entre otros, los siguientes principios
procesales:
1. Principio del derecho a la tutela jurisdiccional efectiva:
“Toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional efectiva para el ejercicio o defensa de
sus derechos o intereses, con sujeción a un debido proceso”.
2. Principio la dirección judicial del proceso:
“La dirección del proceso está a cargo del juez, quien la ejerce de acuerdo a lo dispuesto en
esté código (C.P.C)”.
3. Principio de impulso del proceso:
“El juez debe impulsar el proceso por sí mismo, siendo responsable del cualquier demora
ocasionado por su negligencia. Están exceptuados del impulso de oficios los casos
expresamente señalados en este código (C.P.C)”.
4. Principio de iniciativa de parte:
“El proceso se promueven sólo a iniciativa de parte, la que interés y legitimidad para obrar. No
requiere invocarlos el ministerio público, el procurador oficio ni quien defiende intereses
difusos”.
5. Principio de conducta procesal (o de modalidad):
Según el segundo y tercer párrafos del artículo IV del título preliminar del código procesal civil:
“Las partes, sus representantes, sus abogados y, en general, todos los partícipes en el
proceso, adecúan su conducta a los deberes de veracidad, probidad, lealtad y buena fe.
El juez tiene el deber de impedir y sancionar cualquier conducta ilícita o dilatoria”.
6. Principio de inmediación:
“Las audiencias y la actuación de medios probatorios se realizan ante el juez, siendo
indelegables bajo sanción de nulidad. Se exceptúan las actuaciones procesales por
comisión”.
7. Principio de concentración procesal:
“El proceso se realiza procurando que su desarrollo ocurra en el menor número de actos
procesales”.
8. Principio de economía procesal:
“El juez dirigir el proceso tendiendo a una reducción de los actos procesales, sin afectar el
carácter imperativo de las actuaciones que lo requieran”.
9. Principio de celeridad procesal:
“La actividad procesal se realiza diligentemente y dentro de los plazos establecidos, debiendo
el juez, a través de los auxiliares bajo su dirección tomar las medidas necesarias para lograr
una pronta y eficaz solución del conflicto de intereses o incertidumbre jurídica”.
10. Principio de socialización del proceso:
“El juez debe evitar que la desigualdad entre las personas por razones de sexo, raza, religión,
idioma o condición social, política o económica, afectan el desarrollo o resultado del proceso”.
11. Principio “Iura novit curia” y de congruencia procesal:
“El juez debe aplicar el derecho que corresponda al proceso, aunque no haya sido invocado
por las partes por lo haya sido erróneamente. Sin embargo, no puede ir más allá del petitorio
ni fundar su decisión en hechos diversos de los que han sido alegados por las partes”.
12. Principio de gratuidad en el acceso a la justicia:
“El acceso al servicio de justicia es gratuito, sin perjuicio del pago de costos, costas y multas
establecida en el código (C.P.C) y disposiciones administrativas del poder judicial”.
13. Principio de vinculación:
“Las normas procesales contenidas en este código (C.P.C) son de carácter imperativo, salvo
regulación permisiva en contrario cierre con ellos.
14. Principio de formalidad:
“Las formalidades previstas en este código (C.P.C) son imperativas. Sin embargo, el juez
adecuará su exigencia al logro de los fines del proceso cuando no se señale una formalidad
específica para la realización de un acto procesal, éste se reputará válido cualquiera sea la
empleada”.
15. Principio de doble instancia:
“El proceso tiene dos instancias, salvo disposición legal distinta”.
LOS PRINCIPIOS DEL PROCEDIMIENTO
Características:
Iniciativa: el proceso solo se inicia si media de la correspondiente petición del interesado por
conducto del acto que en el civil y los que siguen sus orientaciones se les denomina demanda
y en el penal acusación, responde al aforismo latino - nemo iudex sine actore (no hay juez sin
actor) y -ne procedt iudex ex officio (el juez no puede proceder o actuar de oficio.
Tema de decisión: lo que constituye el tema del debate o controversia de las partes ejemplo:
tema de divorcio separación de bienes etc.
El tema es fijado por las partes correspondiéndole al demandante determínalo en la demanda
y al demandado en la contestación: esto constituye la materia sobre la cual el juez da su
sentencia sea para considerar cosas superiores o ajenas, en el penal lo constituyen la
acusación y el pronunciamiento que en relación adopte el acusado.
Hechos: es complementario de lo anterior, el tema de los hechos se funda en los hechos los
cuales invocan las partes en las mismas situaciones mencionadas en lo penal lo conforman
los constituidos del ilícito y los eximentes de culpabilidad responsabilidad que le invoquen.
Pruebas : la iniciativa para que se decreten la pruebas y practiquen para demostrar los
hechos materia del tema recae sobre las partes de acuerdo con el principio de la carga de las
pruebas , es decir, el demandante le corresponde probar los hechos en que sustenta sus
peticiones , mientras que al demandado le establece interesa demostrar los que significan la
defensa , el juez carece de facultad para decretar pruebas de oficio tendientes a aclarar
hechos del debate limitándose a lo que aparezca de las solicitudes por las partes.
Disponibilidad del derecho: como secuela de tales aspectos la disponibilidad del derecho
que constituye el tema de la decisión recae también sobre las partes , es así como el
demandado puede renunciar a los pedimentos de su demanda mediante lo que se denomina
Desistimiento o bien en virtud de acuerdo directo con el demandado en lo que se llama
transacción fenómenos estos que implican la terminación del proceso . El principio dispositivo
a sido adoptado para aquellos procesos en donde se considera que la cuestión debatida solo
interesa a las partes y, por tanto es de índole privada como sucede con el civil, labora, etc.
Pero no se aplican algunos de los presupuestos que lo caracterizan particularmente lo relativo
a la proposición de la prueba por cuanto ese criterio ha cedido paso al de que administración
de justicia es de interés general y , por ende, de carácter publico para la cual es necesario
dotar al ges de mayores poderes invistiéndolo al poder de la facultad de ordenar las que
considere útiles para aclarar hechos en el penal rige en el sistema del common law vigentes
en los países anglosajones como gran Bretaña estados unidos de América.
a. Principio dispositivo; principio de iniciativa de parte (artículo IV del Título
Preliminar del C.P.C.): Nemo iudex sine actore; el proceso civil siempre se inicia a
instancia de parte. Otras aplicaciones: Carga de la prueba (artículo 196 del C.P.C.);
medios impugnatorios (artículo 355 del C.P.C.); legitimación en la ejecución (artículo
690 del C.P.C.). Las partes son el sujeto activos del proceso ya que sobre ellos recae
el derecho de iniciarlo y determinar su objeto , mientras que el juez es simplemente
pasivo pues solo dirige el debate y decide la controversia .
Es opuesto al dispositivo consiste en que el juez no es sujeto pasivo del proceso sino que
adopta la calidad de activo por cuanto esta facultado para iniciarlo fijar el tema de decisión y
decretar pruebas necesarias para establecer hechos, el principio inquisitivo ha sido asignado
a los procesos en donde se controvierten o ventilan asuntos en que el estado o la sociedad
tiene interés como acontece en el penal por que se considera de índole publica y, por tanto no
susceptibles a la de terminación por desistimiento o transacción.
Este principio al igual que el dispositivo no rige con totalidad de sus presupuestos por que las
partes gozan de ciertos derechos como es el de solicitar
(artículo II del Título Preliminar del C.P.C.. La corriente publicística del proceso indica que el
juez es el director del proceso, empero no el dictador del mismo. Deberes del juez (artículo 50
del C.P.C.); facultades genéricas (artículo 51 del C.P.C.); facultades disciplinarias (artículo 52
del C.P.C.); facultades coercitivas (artículo 53 del C.P.C..
b. Principio inquisitivo; principio de dirección o de autoridad
Una vez que las partes dan inicio al proceso el juez debe, observando los mandatos que la ley
le impone y los plazos que la misma prescribe, impulsar su marcha sin necesidad de que las
partes le soliciten hacerlo, pues se trata simplemente de dar efectivo cumplimiento a las
normas que regulan el procedimiento. Aplicación petición de recurso o incidente, el trámite
que corresponda. Fijación de términos cuando la ley no los haya fijado, de conformidad con la
naturaleza del proceso y la importancia del acto.
el impulso procesal, en general, esto es, sin consideración al sistema que rija, reside en el
juez, con la colaboración del secretario, ya que a éste le corresponde velar por el control de
los términos. Sin embargo, hay procesos regidos por el dispositivo en los cuales la actuación
no puede surtirse de oficio y, por ello, es necesario que medie la correspondiente solicitud de
la parte interesada, como ocurre, por ejemplo, en el ejecutivo con el avalúo de los bienes o en
la sucesión con la partición
(artículo II del T.P. del C.P.C.). El juez debe impulsar el proceso, salvo los casos señalados
en la Ley, tales como: Separación de cuerpos o divorcio por causal (artículo 480 in fine del
C.P.C.); título supletorio, prescripción adquisitiva y rectificación de áreas o linderos (artículo
504 in fine del C.P.C.); responsabilidad civil de los jueces (artículo 509 in fine del C.P.C.).
c. Principio de impulso procesal
d. Principio de inmediación
Para obtener una mejor justicia.
Aquel en virtud del cual se procura asegurar que el juez o tribunal se halle en permanente e
íntima vinculación personal con los sujetos y elementos que intervienen en el proceso,
recibiendo directamente las alegaciones de las partes y las aportaciones probatorias, a fin de
que puede conocer en toda su significación el material de la causa, desde el principio de ella,
quien a su término ha de pronunciar la Sentencia que la resuelva.
Aplicación Práctica de las pruebas todas personalmente.
 declaraciones de los testigos, como pruebas recibidas por el juez.
 El juez de oficio practica el interrogatorio personalmente
 Prueba testimonial y de peritos deben practicarse en presencia del juez.
 El juez practicará la inspección.
 El principio de la inmediación es aquel de la evacuación de pruebas quien
directamente se encarga el juez , es obligar al juez para que utilicé o evacue los casos
Siguiendo a DÍAZ, cabe señalar que, durante el curso del proceso, el juez puede realizar los
actos de adquisición del material que ingresa a la litis de dos formas posibles: a) directa y
personalmente sin intervención de ninguna otra persona; y b) indirectamente, por
la intervención de un delegado, que interponiéndose entre el juez y el acto de adquisición,
suministra al primero una versión de éste.
El principio (regla o máxima) de inmediación procesal implica la comunicación personal del
juez con las partes y el contacto directo de aquél con los actos de adquisición,
fundamentalmente de las pruebas, como instrumento para llegar a una íntima compenetración
de los intereses en juego a través del proceso y de su objeto litigioso.
PALACIO define al principio de inmediación en sentido estricto y sólo con referencia a los
procesos dominados por el signo de oralidad, como "aquel que exige el contacto directo y
personal del juez o tribunal con las partes y con todo el material del proceso, excluyendo
cualquier medio indirecto de conocimiento judicial".
No obstante la estrecha vinculación entre oralidad e inmediación, ambos conceptos pueden
diferenciarse. La oralidad es un tipo procesal y se refiere al medio de expresión que se utiliza
en el proceso. El principio de inmediación se refiere a la forma en que el juez asimila o toma
contacto con el material de conocimiento y con los intervinientes en el mismo.
En los procesos escritos o predominantemente escritos, la aplicación de este principio -si bien
puede darse- sufre importantes limitaciones, reduciéndose a imponer la asistencia personal
del juez en la ejecución de la prueba que se recibe en audiencia y en la realización de los
actos procesales que requieran la comparecencia personal de los litigantes. A ello se suma
que, generalmente en la práctica, esa aplicación limitada se suele diluir, sea por la reiterada y
abusiva delegación de funciones, sea por la imposibilidad material (recursos económicos,
número de jueces, etc.) de que el principio se aplique.
La doctrina procesal moderna ha reclamado con rara unanimidad y énfasis la vigencia del
principio de inmediación. Por ello resulta hoy inconcebible la defensa de la mediación –su
opuesto- como regla. La mediación se pudo haber inspirado antiguamente en el temor a que
el contacto vivencial pudiera afectar la imparcialidad del tribunal, y por ello sustenta la
conveniencia de que el tribunal guarde una relación impersonal e indirecta con las partes y
demás sujetos del proceso, como así también con el substrato objetivo. Actualmente,
descartados desde hace ya mucho tiempo esos temores, la mediación sólo se admite en
contados casos en que, por razones prácticas insoslayables (como la distancia), se hace
necesario delegar funciones. Asimismo, el principio de mediación rige en
aquellos sistemas en que, por defecto y tradición de sus normas, no se consagra el principio
de inmediación so pena de nulidad. El proceso moderno se orienta al acercamiento de la
justicia al pueblo, siendo el principio de inmediación el medio más apropiado para lograrlo.
Como lo hemos señalado en anteriores trabajos, la situación que actualmente viven muchos
sistemas judiciales y que padecía Uruguay hasta la entrada en vigencia del CGP, es
insostenible. La vigencia casi irrestricta de la delegación de funciones para todos los casos
implica que el justiciable no haya tenido nunca contacto con el juez que dictó la sentencia en
su causa, perdiéndose por ello confiabilidad y respeto por la administación de justicia; los
testigos y peritos declaran frente a un funcionario que no conoce el fondo del asunto y que se
limita a registrar, dentro de lo posible, todo lo manifestado. Al juez le llega una versión de
dudosa fidelidad, la cual sólo registra -en el mejor de los casos- lo dicho,
perdiéndose actitudes, gestos, sensaciones, etc., lo cual, muchas veces, dice más que
muchas palabras.
Las ventajas de la inmediación son evidentes No existe un instrumento tan poderoso para la
búsqueda de la verdad en el proceso. El poder-deber del magistrado de escuchar y
fundamentalmente dialogar con las partes, los letrados, los testigos y demás personas que
actúen en el proceso le permite ponderar no sólo las palabras, sino también -lo que es más
importante- las reacciones y gestos, de fundamental importancia para apreciar la verdad o
la mentira en una declaración.
Como recuerda VESCOVI, así concebida la inmediación, es tan o más importante que la
oralidad. El propio KLEIN, autor de la Ordenanza austríaca que tanto resultado ha dado,
fundaba la virtud del nuevo Código en la inmediatez; decía que lo esencial era que el juez y
las partes (luego los testigos) "se miraran a los ojos". Pues si es esencial que el Tribunal vea
y oiga a las partes, no lo es menos que éstas vean a quien los juzga.
Se señalan, como caracteres de la inmediación, los siguientes:
a) La presencia de los sujetos procesales ante el juez.
b) La falta de un intermediario judicial entre las cosas y personas del proceso y el juez.
c) La identidad física entre el juez que tuvo contacto con las partes y el que dictará la
sentencia. Este punto es fundamental para evitar que el juez que sentencia lo haga en base
a una versión mediata de la realidad que le proporcione otro juez.
Resulta evidente que existe una relación directamente inescindible entre las posibilidades de
que el juez tome contacto con las partes y las pruebas, y la justicia de la sentencia que se
dicte. La justicia intrínseca del fallo está casi inexorablemente predeterminada por el alcance
y medida de lo que el juez pueda percibir en forma inmediata a través de sus sentidos.
Inversamente, cuanto más mediata y lejana sea la visión de las circunstancias de hecho que
motivan la decisión, como también de las partes, letrados y demás personas que intervengan
en el proceso, más se ha de alejar la factibilidad teórica de una decisión ajustada a derecho
(artículo V ad initio del T.P. del C.P.C.). (artículo 50 in fine del C.P.C.).
a. Principio de economía procesal
Concepto: según Chiovenda, es la obtención del máximo resultado posible con el mínimo de
esfuerzo. Este principio de refiere no sólo a los actos procésales sino a las expensas o gastos
que ellos impliquen.
Modalidad: más que un solo principio es un conjunto de principios con los cuales se consigue
aquél. Entre ellos se encuentran:
 El de Concentración: consiste en reunir todas las cuestiones debatidas o el mayor
número de ellas para ventilarlas y decidirlas en el mínimo de actuaciones y
providencias. Así, se evita que el proceso se distraiga en cuestiones accesorias que
impliquen suspensión de la actuación principal.
 El de Eventualidad: guarda estrecha relación con el de preclusión, pues toma como
referencia las fases o términos del proceso. Consiste en que si en determinada etapa
o estanco del proceso una parte puede realizar varios actos, debe llevarlos a cabo de
manera simultánea y no sucesiva, esto es, todos en el mismo lapso y no primero uno y
luego otro.
 Esto ocurre, por ejemplo, en relación con una providencia, cuando contra ella puede
interponerse el recurso de reposición y el de apelación. Como el término para
interponer dichos recursos es común, la parte interesada puede optar exclusivamente
por cualquiera de ellos, o bien proponer los dos, caso en el cual debe hacerlo
conjuntamente: la reposición como principal y la apelación como subsidiaria. Esto
significa que la apelación sólo se concede en el supuesto de que la reposición no
prospere. Lo que la ley prohíbe es que primero se interponga la reposición, para luego,
si es negada, proponer la apelación, pues el término para ésta ya se encuentra
vencido.
 El de Celeridad: consiste en que el proceso se concrete a las etapas esenciales y
cada una de ellas limitada al término perentorio fijado por la norma. En observancia de
este principio se descartan los plazos o términos adicionales a una determinada etapa,
esto es, los que se surten como complemento del principal y las prórrogas o
ampliaciones. También implica que los actos se surten en la forma más sencilla
posible, para evitar dilaciones innecesarias.
 En aplicación de este principio, el Código de Procedimiento Civil establece limitaciones
a las prórrogas; otorga al juez la facultad de señalar ciertos términos, fijando el
estrictamente necesario, y consagra medios sencillos para efectuar la notificación de
las providencias.
 El de Saneamiento: consiste en que las situaciones o actuaciones afectadas de
nulidad sean susceptibles de ser convalidadas por la parte en cuyo favor se establece.
 La nulidad es una sanción que la norma prevé para determinadas situaciones o
actuaciones irregulares y cuando con ellas se viola el derecho de defensa de una de
las partes. Pero la nulidad no siempre se impone, pues es viable que la parte afectada
como consecuencia de ella la convalide, esto es, que mediante cierta conducta no se
aplique esa sanción y, por ende, la actuación sea válida, que es lo que se denomina
saneamiento.
 La tendencia actual es la de consagrar en la norma positiva el mayor número de
nulidades susceptibles de saneamiento. Por ejemplo, si el demandado ha sido
indebidamente citado o emplazado y éste no lo alega en la primera actuación que
realice, tal irregularidad queda convalidada.
 El de Gratuidad de la Justicia: como la justicia es un servicio que presta el Estado a la
colectividad, a él le corresponde sufragar todos los gastos que esa función entraña,
como proporcionar los locales y elementos necesarios, atender la remuneración de los
funcionarios y empleados, etc.
 Aunque el principio, en su acepción más amplia, incluiría las expensas o gastos que
implique el proceso, esto entre nosotros no tiene vigencia, por cuanto recae sobre las
partes, sobre todo en aquellas ramas en donde se rige el sistema dispositivo, como
acontece con el civil, concretamente en lo relativo a honorarios de peritos, secuestros,
gastos de diligencias, etc.
 En nuestro medio, en ese aspecto, se ha registrado un considerable avance, puesto
que el empleo de papel sellado que se exigía en el civil y el contencioso fue eliminado.
Además, tradicionalmente no hay lugar a expensas en el campo penal y son reducidas
en el laboral.
(artículo V del T.P. C.P.C.. La economía procesal tiene tres aristas: Tiempo, esfuerzos y
gastos.
Economía del tiempo, presupone la celeridad procesal. Los plazos procesales son
perentorios; los sujetos procesales tienen que ceñirse a ellos.
Economía de esfuerzos, comprende a la preclusión y concentración procesales. La preclusión
implica que el proceso avanza por etapas, vedándose su retroceso. Los procesalistas
colombianos Quintero y Prieto subrayan que la preclusión es, esencialmente, una limitación al
poder de las partes para la realización de la actividad procesal. Por su lado, la concentración
procesal significa que los actos procesales deben ser mínimos, pero eficaces, como se da en
el artículo 471 C.P.C. y en la Audiencia Unica prevista en el artículo 555 del precitado Código.
Economía de gastos (artículo VIII T.P., modificado por la Ley 26846), los justiciables deben
tener acceso a la justicia; un paliativo es el auxilio judicial.
Principio de moralidad procesal Algunos tratadistas consideran que estos dos principios son
diferentes, pero en verdad se trata más bien de dos manifestaciones del mismo aspecto, por
cuanto ambas se refieren a la conducta de las partes y con el fin de obtener la recta
administración de justicia.
El principio de concreta a que las partes no utilicen el proceso o las actuaciones de éste para
lograr fines fraudulentos o dolosos, o alegar hechos contrarios a la realidad, o emplear medios
que tiendan a entorpecer la buena marcha del procedimiento.
Tales actuaciones entrañan la inobservancia de un deber y por ello acarrea sanciones de tipo
patrimonial y de índole penal, que se imponen tanto a las partes como a su respectivo
apoderado.
(Artículo IV del T.P. C.P.C.). Los sujetos procesales deben actuar lealmente, de buena fe. Lo
contrario es actuar temerariamente o de mala procesal, cuyos supuestos están previstos en el
artículo 112 C.P.C. En materia de actos procesales, la doctrina no sólo estudia la formalidad,
sino también su contenido subjetivo.
a. Iura novit curia es una aforismo latino, que significa literalmente "el juez conoce el
derecho", utilizado en derecho para referirse al principio de derecho procesal según el
cual el juez conoce el derecho aplicable y, por tanto, no es necesario que las partes
prueben en un litigio lo que dicen las normas.
El principio, que se remonta al derecho romano, sirve para que las partes se limiten a probar
los hechos, y no los fundamentos de derecho aplicables. El juez debe someterse a lo probado
en cuanto a los hechos, pero puede ampararse en ese principio para aplicar un derecho
distinto del invocado por las partes a la hora de argumentar la causa..
(artículo VII T.P. del Código Civil y del C.P.C, según el cual el Juez debe aplicar el derecho
que corresponda al proceso, aunque no haya sido invocado por las partes o lo ha sido
erróneamente. Su límite es el derecho nacional; no es el extranjero (artículo 190 inciso 4
C.P.C.).
Exige el cumplimiento del principio de congruencia procesal: ultra petita (más allá de lo
pedido), extra petita (diferente al petitorio) y citra petita (con omisión al petitorio).
b. Iura novit curia
c. Principio de vinculación y elasticidad (artículo IX del T.P. del C.P.C.). Todos los
actos procesales están revestidos de la formalidad, cuya observancia es obligatoria
(vinculación. Sin embargo, si aquél cumple sus fines, se convalida (elasticidad. Claro
que ello no es posible en los casos de nulidad absoluta.

Bibliografía

- JUAN MONROY GÁLVEZ, INTRODUCCION AL PROCESO CIVIL, Tomo I,


Editorial TEMIS,

- HERNANDO DEVIS ECHANDIA, Nociones generales de derecho procesal civil, Editorial TEMIS

- EDUARDO J. COUTURE, Introducción al estudio del proceso civil, Edición 2, Editorial Depalma,
1978

- Alzamora Valdez, Mario. Derecho Procesal Civil. Teoría del Proceso. Editorial Sesator, 1974

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