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2. Bernabé fue una persona lleno del espíritu santo. — “… y lleno del espíritu santo…”
Ser un cristiano llenos del fruto del Espíritu Santo
Estaba completamente bajo la influencia del Espíritu Santo.
Esta es la segunda calificación mencionada aquí de un buen ministro. No solo
fue ejemplar por la suavidad y la bondad del genio, sino que fue
eminentemente un hombre de Dios.
Estaba lleno de las influencias del Espíritu sagrado, produciendo celo, amor,
paz, alegría, etc. Ver Gal_5: 22-23. Compara las notas en Act_2: 4.
El secreto del poder de su palabra estaba en que ERA HOMBRE DE BIEN Y
LLENO DEL ESPÍRITU SANTO Y DE FE, en lo cual está incluido el carisma de la
profecía y de la doctrina, que más adelante se le atribuye explícitamente
(Hch_13:1).
Rom 8:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos
de Dios.
Efe 5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed
llenos del Espíritu,
3. Bernabé fue una persona de fe. — “… y de f e…”
Ser una cristiano con fe inquebrantable
Y de fe - Confianza en la verdad y promesas de Dios.
Esta es la tercera calificación mencionada; Y esta fue otra causa de su éxito.
Él confió en Dios.
Dependía, no de su propia fuerza, sino de la fuerza del brazo de Dios.
Con estas calificaciones se involucró en su trabajo, y tuvo éxito.
Estas calificaciones deben ser buscadas por el ministerio del evangelio. Otros no
deberían ser descuidados, pero el ministerio de un hombre generalmente solo tendrá
éxito cuando busque poseer las dotes que distinguen a Bernabé: un corazón
bondadoso, tierno y benevolente; devota piedad la plenitud de la influencia del
espíritu; y una confianza firme e inquebrantable en las promesas y el poder de Dios.