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ROCHA, Servando: La facción caníbal. Historia del vandalismo ilustrado. La


Felguera editores, Madrid, 2012.

Article · April 2015


DOI: 10.6018/daimon/191601

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Cristopher Morales
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RESEÑAS
Daimon. Revista Internacional de Filosofía, nº 64, 2015, 157-186
ISSN: 1130-0507

GALVÁN, Valentín (coord.): El evangelio del diablo. Foucault y la «Historia de la Locura»,


Madrid, Biblioteca Nueva, 2013, 286 págs.
http://dx.doi.org/10.6018/daimon/185611

Este libro es una pieza fundamental para titulado Le pouvoir psychiatrique). En esta
conocer el impacto que tuvo la primera inda- segunda estela se analizaba el momento
gación arqueológica de Michel Foucault: bascular representado por Charcot y el
Historia de la locura en la época clásica tratamiento de las histéricas, condición de
(1961). La presentación redactada por el posibilidad, según Foucault, del discurso
coordinador del volumen contextualiza la antipsiquiátrico.
elaboración de la Histoire de la folie y su Siguen a continuación una serie de capí-
recepción inicial, emplazándola en el marco tulos que recogen, vertidas al castellano,
general de la edición de Foucault en lengua las distintas contribuciones del monográfico
española. El volumen aparece escindido en que la revista italiana Aut Aut dedicó en
dos grandes partes. En la primera se expo- 2011 a Histoire de la Folie (en adelante HF),
nen algunos de los motivos, conexiones y al cumplirse los cincuenta años de su publi-
efectos producidos por la que fue la tesis de cación. El trabajo de Mario Colucci («La
Estado del filósofo de Poitiers. La segunda historia negada») explora las condiciones
parte se centra más bien en discernir la aco- que permitieron tachar de «psiquiatricida»
gida de esta obra de juventud en distintos a la mencionada obra. La historización radi-
ámbitos disciplinares y geográficos. Cada cal emprendida en el libro enseñaba que la
uno de estos dos grandes apartados se abre enfermedad mental era un producto cultural
con un texto de Foucault, ambos inéditos en y no un objeto dado en la naturaleza. Esto
castellano. no conducía, como sucedía en las coetá-
El escrito que da paso a la primera neas experiencias antipsiquiátricas, a una
parte recoge una conferencia («Historia de desautorización de la psiquiatría pero obli-
la locura y psiquiatría») pronunciada en gaba a practicar un ejercicio de lucidez por
1973 por el filósofo francés en un Colo- parte del profesional, haciéndose cargo de
quio sobre historia de la antipsiquiatría las relaciones de poder que estaban en las
celebrado en Montreal. Por su temática, raíces su disciplina.
concentrada en hilvanar una historia de la Fréderic Gros («Notas sobre la Historia
antipsiquiatría a partir de la historia de la de la locura») abunda en el mismo argu-
verdad, esta intervención está emparentada mento. Foucault no pretende desacreditar
con dos líneas de trabajo desarrolladas por el discurso científico, sino mostrar que ese
Foucault en esa época: la historia de las tipo de racionalidad no agota el ser mismo
prácticas de veridicción (curso de 1970-71 de la locura. La conceptualización psiquiá-
titulado Leçons sur la volonté de savoir, trica no es su verdad radical, sino el efecto
impartido en el Collège de France y confe- de una experiencia más fundamental, cons-
rencias de mayo de 1973, pronunciadas en tituida históricamente. Frente a las críticas
Río de Janeiro y editadas con el título de La dirigidas a Foucault desde la historia social,
verdad y las formas jurídicas) y la genea- Gros insiste en que, para una historia de la
logía de la psiquiatría (curso de 1973-74 experiencia y no de los hechos, las enso-
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ñaciones culturales cuentan tanto como las La siguiente contribución, de Pierangelo


prácticas institucionales. Pero por otro lado, di Vittorio («Foucault y Basaglia. Historia
frente a la aproximación puramente textual de una recepción ‘menor’»), regresa de
e intrafilosófica de Derrida, se insiste en la nuevo al asunto de la recepción italiana de
necesidad de conectar los discursos filosó- HF. La acogida de este texto en el ámbito
ficos con las prácticas sociales que le son de la antipsiquiatría en general, y de la
contemporáneas. obra de Basaglia en particular, puede pare-
Pier Aldo Rovatti («ʻSerás un enfermo cer «menor» por su resonancia, pero marca
mental’. Una respuesta a los detractores de la primera conexión, de gran futuro en la
Foucault»), por su parte, denuncia las caren- trayectoria de Foucault, entre movimiento
cias de la lectura impugnadora procedente social y erudición histórica. Mediada la
de la izquierda, muy extendida en Italia al década de los noventa se habría producido
poco de editarse HF. De Jervis a Ginzburg, en Italia una reactivación del interés por
pasando por Basaglia, se pone de mani- Foucault, bifurcada en dos líneas de recep-
fiesto lo ajena que era la intelectualidad ción. Por un lado el uso de la noción de
progresista italiana –humanista y marxista– biopolítica a partir de Agamben, y por otro
de los sesenta respecto a las preocupacio- la realización de nuevas experiencias en la
nes de Foucault. En el país transalpino, la estela de Basaglia. Al contraste entre las
recuperación de este texto inaugural sólo propuestas de éste y las principales nocio-
se produjo muy entrada la década de los nes arqueológico-genealógicas, se dedica
setenta, cuando Basaglia abrió y desman- un amplio espacio, concluyendo con una
teló el manicomio de Trieste. Entonces se reveladora comparación entre las posturas
percató del problema cernido en HF: el de Castel y del propio Foucault en relación
manicomio encarna la verdad profunda de con la psiquiatría.
la psiquiatría. La aportación finaliza con Mauro Bertani («Una obra moral») por
un análisis de la arqueología de la antip- su parte, presenta una original lectura de HF,
siquiatría esbozada por Foucault, y con un afrontado como un libro de moral, donde
exhorto a los detractores de su obra. se invita a pensar, esto es, a hacer difíciles
Daniel Defert por su parte («Funciones gestos fáciles por habituales en relación con
de la pintura en Historia de la locura») la locura. Foucault habría imaginado en su
reflexiona sobre el ser de la pintura y la libro las condiciones de una posible revolu-
diferencia entre ver y decir. Esta escisión, ción moral, donde la experiencia de la sin-
como motivo del pensamiento foucaultiano, razón podría quedar integrada en la práctica
arrancaría en las primeras páginas de HF, de la democracia.
cuando se descubre la separación entre una La segunda parte del libro se inicia
experiencia crítica de la locura (Erasmo, con una entrevista («No existe cultura sin
Brandt), y una experiencia trágica (Bosch, locura») que Foucault concedió a France
Brueghel, Durero, Goya y Van Gogh). Se Cultura en 1961, a raíz de la publicación
indaga el modo en que este primer periplo de su tesis. Se resume el argumento del
referido a lo pictórico, anuncia una segunda libro resaltando de qué manera, al menos
etapa abierta en Les mots et les choses con desde Nietzsche, la locura pareció conver-
la descripción de Las Meninas y proseguida tirse en un decisivo fenómeno civilizatorio.
con el estudio sobre Magritte, Klee, Kan- El ensayo que sigue, de Philippe Artières y
dinsky, Manet y Picasso. Jean-François Bert («Historia de la locura

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Reseñas 159

en la época clásica, Acto III»), sitúa la onda la circulación de la obra foucaultiana en


expansiva de HF en el extenso contexto de algunos reductos de resistencia cultural e
la psiquiatría alternativa y la antipsiquia- incluso en contados círculos académicos. La
tría francesa, desde los años cuarenta hasta tesis de Foucault fue conocida, comentada y
finales de la década de los setenta. En este aplicada, sobre todo desde campos como el
decurso, 1968 aparece como una fecha bisa- derecho (Marí), la psicología (Vezetti) y la
gra, señalando el clímax de estas experien- filosofía (Terán, Abraham). Pero la explo-
cias y donde las propuestas de HF encajaron sión del interés por Foucault tuvo lugar a
plenamente. partir de 1983. Revistas y asociaciones rela-
El siguiente trabajo, de Alain Beaulieu cionadas con el psicoanálisis, la psicología
(«Foucault y la Historia de la locura en y una incipiente antipsiquiatría, remitían
América del Norte»), rastrea la presencia sin cesar a HF. En la década de los 90 se
del libro en el marco académico, psiquiá- amplíó la acogida en el mundo académico,
trico y antipsiquiátrico norteamericano. convirtiendo las referencias de Foucault en
Comienza haciendo un inventario de las un rumor permanente, de fondo, que llega
visitas de Foucault a Estados Unidos y hasta hoy.
Canadá, incesantes entre 1970 y 1983. De Argentina, el libro se traslada a
Subraya también la inspiración que encon- Inglaterra, en un trabajo («La ‘Historia de la
tró Foucault en la tradición contracultural locura’ en Inglaterra») donde Colin Gordon
y de formas de vida alternativa, sobre todo repasa el impacto de esta obra de Foucault
en California, para elaborar su ética del en distintos medios políticos e intelectua-
«cuidado de sí». El texto prosigue explo- les. A pesar de la actitud receptiva de Laing
rando el impacto de Foucault en algunos y Cooper en relación con HF, se detecta una
de los intelectuales norteamericanos más escasa incidencia de sus argumentos en el
empáticos con su obra (Szasz, Goffman, movimiento antipsiquiátrico británico. Se
Scheff y Hacking), así como en un grupo analizan con detalle las reticencias de los
de historiadores de la psiquiatría. No olvida historiadores sociales (Porter, Cooter, Jor-
tampoco señalar las reticencias mostradas danova) que enfatizan la validez puramente
por pensadores de relevancia (Chomsky, hexagonal de los análisis de Foucault, no
Steiner, Walzer, Taylor), cartografiando con extrapolables al caso inglés. El capítulo
detalle las críticas recibidas por HF. finaliza señalando la acogida creativa de
Con el capítulo de María Canavese HF en algunos estudiosos británicos, como
(«Circulaciones, lecturas y usos argentinos sucede con el geógrafo Chris Philo.
de Historia de la locura), comienza una La aportación de Gustavo Leyva Mar-
serie de colaboraciones consagradas a exa- tínez traslada la exploración a México,
minar la acogida de HF en Latinoamérica. donde estudia la recepción en general de la
Después de subrayar en carácter intermi- obra de Foucault. Se centra en el universo
tente y plural de la recepción argentina de de la filosofía académica mexicana, per-
Foucault, se dilucida el destino específico filando su situación en las décadas de los
de HF. Dado el éxito de Las palabras y las sesenta y setenta, teniendo como punto de
cosas, el filósofo francés queda en los 60 inflexión los movimientos sociales surgidos
confinado en el estructuralismo. HF empe- tras las revueltas estudiantiles de 1968. El
zará a comentarse en la década siguiente. La campo filosófico mexicano se encontraba
Dictadura, implantada en 1976, no impidió escindido en tres direcciones: filosofía

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analítica, marxismo occidental y herencia El libro se cierra con una intervención


fenomenológico-hermenéutica. El interés de su coordinador, Valentín Galván, sobre
y el diálogo con la obra de Foucault tuvo «Foucault y la Historia de la locura en
lugar en estas dos últimas direcciones. En España». Buen conocedor de la recepción
la estela del marxismo y siguiendo la pauta del filósofo de Poitiers en nuestro país,
marcada por Sánchez Vázquez, Foucault Galván aborda el asunto, en primer lugar,
ha sido utilizado –por autores como Carlos trazando brevemente el cuadro de la filo-
Pereyra y Cesáreo Morales- para replan- sofía española en el periodo que va del tar-
tear el problema de la democracia y de la dofranquismo a la Transición. Acto seguido
política, que las versiones más dogmáticas pasa revista a los comentarios de Eugenio
del marxismo, reducían a mera supersetruc- Trías, que en un artículo de 1968 y en
tura; también ha interesado el nexo entre sucesivas colaboraciones, actuaría como
verdad y poder. El otro ala de la filosofía verdadero entronizador del pensamiento
mexicana, próxima a la hermenéutica, se ha foucaultiano en España. En segundo lugar
interesado sobre todo por la propuesta de se examina el impacto de HF en la socio-
una genealogía de la subjetividad (Sergio logía española. Aquí la obra de referencia
Pérez Cortés y Gustavo Leyva). es Miserables y locos, de Fernando Álvarez
Sin salir del universo latinoamericano, Uría. Se trata de una tesis doctoral dirigida
César Candiotto y Vera Portocarrero se por Robert Castel y editada en 1983. Álva-
centran en deslindar los «Efectos de la His- rez Uría aplica la metodología foucaultiana
toria de la locura en Brasil». Por una parte para trazar la emergencia, en nuestro país,
calibran los efectos puramente teóricos de del saber psiquiátrico y del manicomio. En
la mencionada obra. En esta línea, el interés la segunda parte del trabajo se analiza con
se concentró en la polémica entre Foucault detalle la acogida de HF en el movimiento
y Derrida (glosada por Mª Cristina Franco antipsiquiátrico español y en los psiquiatras
y César Candiotto), en la epistemología críticos que, desde la coyuntura del 68,
de las ciencias humanas sugerida en HF alentaron en nuestro país el desmantela-
(asunto abordado por Roberto Machado) miento del añejo sistema manicomial.
y finalmente, en la crítica del psicoaná- Gracias a esta obra, los numerosos lecto-
lisis (Joel Birman y Ernani Chaves). La res hispanos de Foucault pueden hacerse una
segunda serie de efectos de HF, remite a idea de la vasta repercusión de Historia de
la reflexión sobre la psiquiatría, las prác- la locura, cuyos efectos se han hecho notar
ticas psiquiátricas y el movimiento anti- en todo el mundo. Hay que agradecer por
psiquiátrico en Brasil, destacando en este ello al buen hacer del coordinador Valentín
caso los trabajos de Jurandir Freire y de Galván y de la traductora Blanca García
nuevo Roberto Machado, así como las pro- Ceballos.
puestas de reforma de la Colonia Jurado
Moreira, experiencia desarrollada en los Francisco Vázquez García
años ochenta. (Universidad de Cádiz)

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Reseñas 161

PÉREZ TAPIAS, José Antonio: Invitación al federalismo. España y las razones para un
Estado plurinacional, Trotta, Madrid, 2013, 172 pp.
http://dx.doi.org/10.6018/daimon/190051

José Antonio Pérez Tapias, Decano de la La apuesta, que sólo puede tener sen-
Facultad de Filosofía y Letras de la Univer- tido como una opción libremente elegida
sidad de Granada, ha sido diputado socialista por los ciudadanos –es decir, que presu-
por Granada en las VIII y IX Legistaturas de pone el derecho a decidir–, será la de un
las Cortes Generales. Además de números «Estado federal plurinacional». Andalucía,
artículos en prensa y revistas especializadas, dado que se trata de una comunidad que
ha publicado más de una decena de libros ha sido capaz de reconocer su realidad
en los que ha profundizado en asunto como nacional sin menoscabo de su pertenencia
la «educación democrática», la «ciudadanía a la nación española, está en una situa-
intercultural», la socialdemocracia y multi- ción privilegiada para pensar el problema
tud de temas relacionados con la política. con cierta distancia. Además, esta tierra,
Esta experiencia, tanto teórica como prác- como muestra la formulación de su nuevo
tica, le sitúa en unas condiciones óptimas Estatuto, es especialmente sensible a un
para reflexionar sobre la posibilidad o, mejor, supuesto fundamental de la posición de
la necesidad de replantear el ordenamiento Pérez Tapias: el tratamiento de los hechos
del Estado español. El sistema autonómico, diferenciales territoriales no podrá hacerse
aún sus aspectos positivos, ha llegado a su en detrimento de la igualdad entre los ciu-
límite de desarrollo, mostrándose insufi- dadanos de los distintos territorios.
ciente para satisfacer algunas demandas de El libro se divide en cuatro capítulos.
reconocimiento, bloqueando desarrollos ins- En el primero se aborda el problema de
titucionales que los ciudadanos consideran las naciones en España y, a raíz de ello, la
fundamentales y habiendo acumulado, con exigencia de transitar hacia una idea plural
los años, importantes disfunciones. Para el de Estado. Aunque la Constitución, en su
autor, se trata de problemas que sólo pueden Artículo 2, reconoce los derechos de las
ser solucionados, si dejamos al margen las nacionalidades, tal reconocimiento queda
propuestas neocentralistas e independistas, a oscurecido por la referencia a la «indiso-
través del Estado federal. Éste tiene que partir luble unidad de la Nación española, patria
de una relativización de la noción de «sobera- común e indivisible de todos los españo-
nía», del reconocimiento de la diferencia y de les». A partir de aquí, la paradoja está ser-
la aceptación de la pluralidad. Viniendo de un vida: la Constitución supone un modelo
profesor de filosofía, la fórmula no debe ser estatal muy poco definido en lo que a la
leía en clave exclusivamente jurídico-polí- articulación territorial se refiere, pero, al
tica, sino que estará fundada en referencias mismo tiempo, establece topes insupera-
históricas y, por supuesto, en una profunda bles para las reivindicaciones legítimas
reflexión en torno a los conceptos fundamen- de las distintas naciones que componen el
tales de lo político; para lo que se apoyará en Estado. Para el autor, el Estado autonómico
una antropología de la cordialidad, con claros está cargado de disfuncionalidades: no ha
guiños a los pensadores que han marcado sus conseguido evitar las tendencias centralis-
reflexiones filosóficas, como Levinas, Apel tas; tiene un poder judicial propio de Esta-
o Taylor. dos unitarios; ha difuminado la diferencia

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entre nacionalidades históricas y regiones; que en ningún caso debía afectar al carácter
tiene problemas graves en el sistema de unitario del Estado español, debían partici-
financiación, como el desequilibrio entre par todas las regiones; ya que si quedara
la capacidad de gasto de las autonomías reducido a las regiones históricas, se corre-
e incapacidad en cuanto a gestión fiscal; ría el peligro de caer en una España dual.
y ha dificultado la comunicación tanto La propuesta autonomista de Ortega está
horizontal –entre las diversas autonomías– pensada para evitar la deriva federalista,
como vertical –entre las autonomías y el que para él hubiera supuesto la división de
poder central. Todos estos problemas, que la soberanía y, por lo tanto, la dispersión
pudieron quedar disimulados en época de del Estado. El propio Azaña acabó apos-
bonanza económica, hacen que el sistema tando por el autonomismo a costa del fede-
salte por los aires con la crisis económica ralismo. Por ello, concluye Pérez Tapias,
actual. Pero es que incluso en sus aspectos la II República no fue capaz de definir un
más exitosos, el Estado de las autonomías Estado federal.
ha incentivado el auge de los nacionalis- Tras pasar por la Constitución de 1978
mos, tanto los de oposición –los periféri- y el «plan Ibarretxe», se culmina este inte-
cos– como el de legitimación –el central–, resante repaso histórico con el análisis del
que se potencian mutuamente. conflicto de las interpretaciones respecto a
En el capítulo segundo, y apoyándose la noción de nación que se produjo a propó-
en el análisis de diversas razones políti- sito de la renovación del Estatuto de Cata-
cas y de la trayectoria histórica de nuestro luña. A juicio del autor, una cultura federal
país, se presenta el federalismo como un ha de ser capaz de conjugar el ejercicio
proyecto adecuado de convivencia para una de la soberanía popular y el respecto a la
España efectivamente diversa. Además de norma constitucional. La resolución del Tri-
claros elementos identitarios que no pueden bunal Constitucional rompió este equilibrio
ser ignorados, han llegado hasta nosotros al aferrarse a un concepto rígido de nación.
conflictos históricos que nunca tuvieron La apuesta de Pérez Tapias no se deja espe-
una solución satisfactoria. El autor sitúa rar: es preciso ir más allá de un concepto
los orígenes de este conflicto en el siglo jurídico de Nación y un concepto cultural
XVIII, cuando la monarquía absoluta de de nacionalidad.
los Borbones aplastó las diferencias propias El capítulo tercero aborda los aspectos
del Estado español. Al respecto, ni la Cons- esenciales del modelo federal plurinacional.
titución Liberal de 1821, ni, obviamente, la En primer lugar, es fundamental potenciar el
Restauración monárquica, modificaron un círculo virtuoso entre ejercicio de la sobera-
ápice la situación. A causa de ello, el debate nía y respecto de la norma constitucional.
sobre el modelo de Estado llegó con gran Por otro lado, hay que ser conscientes de que
fuerza a la II República. Pérez Tapias se la apuesta federalista fracasará si pretende
demora en el debate entre Ortega y Azaña apoyarse en razones meramente pragmáti-
a propósito de Cataluña y el proyecto de cas. Las razones ético-normativas, capaces
Constitución. Ortega había desarrollado, de generar adhesiones, resultan, por ello,
ya en tiempos de la dictadura de Primo de esenciales. Pero estas sólo podrán surgir si
Rivera, la idea de un modelo autonómico se fomenta una «cultural federal», una cul-
bajo el rótulo de la «redención de las pro- tura del pacto, la lealtad, el pluralismo, el
vincias». En el proceso descentralizador, diálogo y la cooperación. Se precisa con-

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vencer a amplios sectores de la ciudadanía Por último, en el capítulo cuarto se


de que el federalismo merece la pena, como insiste en los elementos necesarios para
una propuesta válida que se sitúe más allá la generación de una cultura federal, cul-
del enfrentamiento entre nacionalismos de tura democrática por excelencia, ya que el
oposición y legitimación. federalismo posibilita cauces más diver-
A juicio de Pérez Tapias, el proyecto sos de participación democrática al consi-
federal puede ser sintetizado en dos con- derar niveles intermedios entre la unidad
ceptos: cooperación y pluralismo. Con la del Estado y la realidad de la ciudadanía
cooperación apunta al tránsito desde un –Estados federados–, además de un refor-
modelo federal dual, con una distribución zamiento de la democracia local. Por otro
fija entre el poder nacional y el de los lado, el Estado federal permite avanzar con
estados, hacia otro en el que hay coopera- más facilidad en las políticas sociales. Por
ción entre los distintos niveles del poder. ello, aunque avanzar en la apuesta federal
Considera que para la adecuada solidaridad exige ganarse a ciudadanos de un amplio
interterritorial es fundamental esta coope- espectro ideológico, el autor no tiene dudas
ración, que debe arrancar de los gobiernos en que debe ser impulsada de forma especial
municipales. por el PSOE y el PSC. A ello debería ayu-
Respecto al pluralismo, se trata de bus- dar la trayectoria histórica del socialismo,
car una correcta conjugación de igualdad su implantación territorial, su capacidad de
entre los ciudadanos y diferencias entre los articulación de la pluralidad en España y la
territorios. El autor no duda a la hora de propia estructura federal del partido socia-
defender el federalismo asimétrico. A su lista. Aunque no hay que olvidar que aún
juicio, es erróneo entender el federalismo siendo un partido federal, el PSOE ha mos-
simétrico como encarnación indiscutible trado un notable déficit de federalismo en su
del principio de igualdad. Además, el fede- proyecto y en su práctica política.
ralismo pluralista es posnacional. Llega a En fin, estamos ante un libro que no
esta conclusión tras repasar la realidad del sólo ofrece información precisa sobre el sen-
nacionalismo de los siglos XIX y XX, lo tido del federalismo, sino que, además, lo
que le permite deconstruir el dogma de la defiende argumentativamente. Aunque apa-
soberanía nacional y, apoyándose en Batai- recen continuas referencias a la oportunidad
lle y Schmitt, analizar el trasfondo teoló- del debate federal hoy, no ha de entenderse
gico de la idea moderna de soberanía. Con la apuesta del autor como una opción por
Luogi Ferrajoli, muestra lo trasnochado un mal menor en un momento en el que el
de la idea nacional de soberanía: desde Estado español se encuentra en grave riesgo
el punto de vista de la soberanía externa, de escisión, sino que cree en la bondad
la Declaración Universal de los Derechos del federalismo como motor para hacer de
Humanos ha roto con ella; desde el punto España un país más solidario, democrático y
de vista interno, el derecho a decidir apa- respetuoso con uno de sus mayores valores:
rece como inalienable, porque la configu- la pluralidad que lo constituye.
ración del Estado ya no puede darse por
supuesta, sino que surge de la voluntad de Óscar Barroso Fernández
la ciudadanía. (Universidad de Granada)

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164 Reseñas

ROCHA, Servando; La facción caníbal. Historia del vandalismo ilustrado. La Felguera,


Madrid, 2012.
http://dx.doi.org/10.6018/daimon/191601

La historia de la Modernidad ha querido dos rasgos básicos: por un lado, el elemento


presentarse a sí misma a través del relato de negativo, destructor, salvaje como elemento
una historia de progreso que tenía que con- fundamental de la apertura de la época
ducir hacia la mejora continua y general de moderna; por otro, la discontinuidad de cier-
la vida social. Sin embargo, ya desde Freud, tas lógicas que aparecen y desaparecen de
Nietzsche o Marx el elemento negativo, de la superficie de la producción social. Con
origen hegeliano, emergió como el compo- el relato monolítico de lo moderno como
nente olvidado de esa historia. El progreso relato de realización de la utopía se pierden
perdió con ello su inocencia. El sacrificio las apariciones y desapariciones de lógicas
apareció como la mediación necesaria de fundamentales para entender la historia de
su victoria. Sin embargo, pensábamos que los dos últimos doscientos años.
este componente negativo quedaba circuns- No es de extrañar que esta especie de
crito a una serie de teorías rivales de la historia negra de la civilización europea
Modernidad, a expresiones teóricas de los comience con la aparición de un término
límites de la autonarración de la Moderni- que hoy representa al enemigo absoluto:
dad. No obstante, han sido expresados en el terror. Es en Edmund Burke en donde
ciertas intuiciones antropológicas a partir arranca este relato. Más específicamente, el
de las cuales el ser humano marcaba fron- elemento fundamental que aparece aquí es
teras a sí mismo sobre lo que podía y no una categoría ya apuntada por Kant pero que,
podía tolerar. Auschwitz y la bomba atómica sin embargo, se despliega en este momento
fueron los límites intuitivos para saber lo en toda su crudeza: lo sublime. Dentro del
que implicaba moralmente el concepto de estudio de la estética que hace Burke, lo
«humanidad». En el campo de la filosofía sublime aparece como lo «apropiado para
como campo de la producción del relato de excitar las ideas de dolor y peligro, esto
dicha Modernidad, los derechos del hombre es, cualquier cosa que resulte terrible o que
sirvieron como formulación teórica de los hable sobre objetos terribles o que opere de
límites claros al campo de la irracionalidad. forma análoga al terror» (p. 77). Este sim-
¿Qué pasaría, sin embargo, si descubrié- ple giro en la teoría estética abre toda una
ramos que la historia, que nuestra historia, perspectiva oscura, desde la cual es posible
está llena de discontinuidades, de momentos una historia de Europa como la que encon-
oscuros, salvajes, turbios? ¿Qué pasaría si tramos aquí.
Auschwitz y la bomba atómica no fueran Esta intuición se vio refrendada por Tho-
más que la exageración de ciertos impul- mas de Quincey, para quien el asesinato podía
sos, acontecimientos, gestos, declaraciones, presentarse desde un punto de vista estético.
desafíos, que venían dándose durante los Desde esta perspectiva, el espectador podía
siglos anteriores? Esto es justo lo que encon- tener el placer de contemplar la perfección
tramos en La facción caníbal. Esta espe- en la ejecución de un asesinato, como luego
cie de historia benjaminiana de los últimos sucedería en la Revolución Francesa. El com-
siglos muestra cómo es posible una narra- ponente moral, jurídico y punitivo quedaba
ción del nacimiento de la Modernidad con en suspenso. Como acto puro, autónomo, el

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Reseñas 165

asesinato podía considerarse, efectivamente, de los clérigos perseguidos por los jacobinos,
como una de las bellas artes. éstos empiezan a ser descritos como «bebe-
El asesinato, la concreción del terror, dores de sangre» o «caníbales» (p. 111).
queda convertido en una acción estética, jus- Especialmente en Inglaterra, surge la idea
tamente por la combinación de dos elemen- de la «facción caníbal»: semejante delirio
tos: la distancia del espectador con respecto destructor no podía ser llevado a cabo por
a la «obra» en marcha; y la consideración, hombres ilustrados amantes de la libertad,
que nace en la estética kantiana, de cualquier sino por animales, por monstruos (p. 113).
acto que excite los sentidos, es decir, cual- Una de las organizaciones pre-revolu-
quier acto estético, como un acto autónomo cionarias que instigaron esta elevación del
al resto de actos del pensamiento o de la asesinato a la categoría de arte fueron los
acción. Su autonomía es la razón de que no diferentes clubes en los que se reunían los
pueda ser juzgado dentro de los límites de futuros revolucionarios. Desde el «Club
la moral. 30 años después, y como por una de los Cordeleros» de Danton y Marat (p.
especie de conjuro histórico, la Revolución 150) hasta los «Hell-Fire Clubs» (p. 159),
Francesa entró en el período que se conoce estas organizaciones secretas empezaron a
como el Terror (1793-1794). Durante este difundir un odio contra la Iglesia católica,
tiempo, no dejaron de proliferar todo tipo de la cual tenía que ser sustituida por la ado-
prácticas que parecían ser la confirmación ración dogmática de la razón, la ciencia y
de las ideas de Burke. Lo sublime resultó ser el conocimiento (p. 151). Lejos del relato
una categoría evocadora del Terror. autosatisfactorio de la Ilustración, la Revo-
Después de los conocidos como «Dis- lución Francesa conectó la instauración de
turbios de Gordon», en los que se puede la racionalidad y el conocimiento con la
ver el antecedente directo de la Revolución masacre y el asesinato. La razón que se
Francesa (p. 103), ésta comenzó con la toma desplegaba en la historia no podía perder el
de la Bastilla, en la cual nos adentramos tiempo en intentar convencer a su enemigo.
ya en una auténtica galería de los horro- La historia era la razón desplegándose, y por
res. El gobernador de la cárcel, Launay, es eso avanzaba bajo cualquier circunstancia y
decapitado, y su cabeza es clavada en la superando cualquier obstáculo.
punta de una lanza. Comienza así el auge El enemigo, hay que repetirlo, tenía que
de la decapitación como método de muerte. ser eliminado. Es aquí donde se introduce
El enemigo no puede ser convencido: es uno de los conceptos más terribles de toda
necesario que desaparezca físicamente (una la historia de los últimos siglos, y que es
lógica que se reproducirá a lo largo de las especialmente importante en este relato: la
décadas siguientes, terminando del modo higienización (p. 171). El terrorismo que-
más perfecto posible en los campos de con- daba igualado a un método de salud pública.
centración y en la bomba atómica). Como si de una antelación bizarra y oscura
Muy pronto, las noticias de esta fiebre del concepto contemporáneo de «tanatopo-
decapitadora se extienden por toda Europa. lítica» (Agamben) se tratase, los jacobinos
Los jacobinos, líderes de la inauguración comenzaron una gestión de la vida del ene-
de la carnicería, empiezan a asociarse a lo migo a través de un control férreo de la
demoníaco. Se les atribuyen propiedades muerte, entendiendo que había sectores de la
como las del canibalismo o la antropofagia población que, simplemente, sobraban. Para
(p. 107). A partir de los escritos de denuncia ello, la medicina se convirtió en instrumento

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166 Reseñas

de asesinato de cientos de seres humanos. La bomba atómica, en su capacidad de producir


higienización se convirtió en limpieza de la imágenes sublimes, podía ser juzgada fuera
ciudad, en limpieza de la República. de los límites de la moral. Por eso, las bom-
Esta lógica de destrucción material de bas de Hiroshima y Nagasaki y sus efectos
seres humanos salta dentro de la historia hasta podían entenderse como algo sublime. El
la aparición de las dos guerras mundiales. En terror, la destrucción causada por la guerra,
concreto, hay un acto que recoge el espíritu podía hablar en el lenguaje de lo sublime. La
«higienizador» de la Revolución Francesa: la belleza se podía encontrar en la destrucción
bomba atómica, en el cual «jamás lo sublime (p. 230).
burkheiano alcanzó tal grado de perfección» Las vanguardias artísticas fueron, jus-
(p. 211). La bomba atómica, auténtico ins- tamente, la expresión más decidida de esta
trumento de destrucción masiva, constituía autonomización de lo estético con respecto
la forma más eficaz de higienización del a las reglas de armonía y buen gusto del
mundo. Como si de una epidemia se tratara, pasado. El futurismo, ya a principios del
la bomba atómica terminaba con todo rastro siglo XX, consideraba que «la guerra es la
de vida y con toda posibilidad de superviven- higiene del mundo». La lógica de la higieni-
cia. La nueva bomba nuclear no era más que zación encuentra en ellos la mediación de la
la concreción técnica de la guerra que, en el exaltación de la guerra (pp. 214, 217). Poco
otro bando, había llevado a cabo el nacional- tiempo después, los dadaístas, al afirmar la
socialismo como un proyecto de purificación negación del arte, afirmaban a la vez que
del mundo de la epidemia judía. La guerra lo artístico se podía encontrar en cualquier
como instrumento político de la transforma- lugar. La belleza había saltado los límites
ción revolucionaria, en tanto momento de materiales de las formas artísticas tradicio-
aceleración brusca del tiempo histórico, no nales. La belleza ya no estaba reducida a una
podía esperar a una negociación con aquellas forma material determinada y, por lo tanto,
partes de la sociedad que no compartían su podía estar en cualquier sitio.
visión revolucionaria. Los surrealistas, por su parte, exaltaron
Y, sin embargo, ¿no podía verse la gran el crimen y el asesinato como un acto poé-
seta atómica como un espectáculo realmente tico, como un acto de creación de belleza.
hermoso, contemplado simplemente como La famosa arenga surrealista a salir a la calle
apariencia, como imagen? Desligado de y disparar a la multitud con una pistola no
su significado, los efectos estéticos de la era más que el eco de lo sublime. Aunque
bomba nuclear podían ser, cuanto menos, algunos se lo tomaran en serio (p. 289), se
juzgados de una forma estética. Aquí apare- trataba de un proyecto de máximos, de la
cen otra vez los efectos terribles de la cate- aspiración de realizar la poesía a través de lo
goría de lo «sublime»: podía considerarse terrible. Era la aspiración a poder encontrar
la detonación de la bomba nuclear como la belleza en la destrucción del viejo mundo
un fenómeno meramente estético, y, por lo de la razón, la burguesía y el capital. Todos
tanto, considerarlo desde su belleza, fuera estos momentos de exaltación de lo sublime
terrible o no. La estética moderna no tenía como exaltación del terror se conectan con
aquí ningún motivo para escandalizarse, del elementos de la propia vida social conver-
mismo modo que no lo podrá tener a partir tida en imágenes. Las fotos del accionismo
de ese momento en adelante. A partir de vienés, p.e., recuerdan a las de soldados tor-
ciertos contenidos de la estética kantiana, la turados por el ejército norteamericano en las

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Reseñas 167

cárceles de Abu Grahib y Guantánamo. ¿No lógica de la industria y del beneficio. Esas
recuerdan éstas, a su vez, una performance, grandiosas fuerzas productivas desplegadas
una representación? por la burguesía de las que habla Marx en el
De una forma más general, podríamos Manifest ocupaban la producción de la vida
preguntarnos: ¿qué es lo que permite esta social del momento.
identificación entre el terror elevado a cate- El problema principal de la fascinación
goría estética y las imágenes reales del del terror como hilo conductor de toda una
terror? La misma operación de distancia- serie de apariciones históricas, culturales,
miento que se despliega en la aparición de etc., es que la realidad del crimen parece
la imagen como medio de representación superar a su juicio estético. La pregunta que
de lo real. Ya Burke advertía que, a una se da aquí por el origen de la fascinación
cierta distancia, tanto el protagonista de lo por el terror se expresa en la presentación de
sublime como el espectador, convertido en todo un catálogo de diversos acercamientos
voyeur, se igualan. El observador se sitúa, en al crimen y a la violencia dentro del mundo
ambos casos, a salvo de la materialidad del del arte. Sin embargo, este enfoque ado-
crimen, disfrutando de una proximidad sin lece de la misma deficiencia del discurso de
riesgos. Goza de la distancia con respecto al De Quincey: trata con demasiada ligereza
horror real y esa distancia la adquiere, pre- la cuestión del asesinato, juega con ella,
cisamente, al mediar la producción moderna la banaliza, la convierte en un objeto de
de imágenes. En cuanto que todo se con- contemplación y, al final, disfruta de esa
vierte en imagen, en cuanto que los sujetos contemplación. Esta relación con el terror
ven el horror en directo a través de una sólo puede aparecer si hacemos caso omiso
pantalla, como sucedió en los atentados del del papel efectivo que el terror ha tenido
11-S, como vivencia última y también más en las relaciones políticas del último siglo.
íntima, se crea así la ilusión radical de estar Obviamente, podemos tratar estéticamente
viviendo realmente ese acontecimiento. el nacional-socialismo como uno de los ejer-
Toda la historia aquí presentada es el cicios de estetización del terror más acaba-
conjunto de los diversos modos de tratar dos del siglo XX, pero, ¿no hay algo que
con la fascinación que produce el terror, se pierde ahí? ¿No quedaría igualado ese
desvelando una experiencia del mismo que gesto estético con el gesto material de los
no encaja con cierto desprecio moral. Sin asesinatos en masa? El peligro está en una
embargo, es posible confundir la tematiza- cierta banalización del mal, en pensar que
ción del terror con su fascinación. Como el terror puede reducirse, sin ningún tipo de
vemos en De Quincey, el terror puede ser problema, a su estetización sin que, con ello,
considerado como un fenómeno que, lle- estemos perdiendo algo fundamental de esta
vado al absurdo, produce abominaciones. El experiencia.
asesinato es llevado al límite de poder ser En definitiva: lo que nos fascina, ¿no
considerado como un simple acto estético. es la imagen de lo cruel, de lo terrible,
Lo que, en su caso, puede parecer una verda- de la violencia, mientras que la experien-
dera fascinación por el crimen es justamente cia directa, descarnada, poco romántica,
lo contrario, la idea de Kant llevada a su maloliente, putrefacta, nauseabunda, es lo
reducción al absurdo. La burguesía inglesa que nos atemoriza? Si esto es así, cuando
no estaba fascinada por el terror y la sangre. aceptamos que es la imagen la que sirve de
Más bien, su fascinación estaba dirigida a la soporte a una experiencia determinada de

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168 Reseñas

la belleza, ¿no estamos insertos ya en un más fiel como hasta entonces. La realidad
paradigma posmoderno en el que toda expe- de las dos guerras mundiales, Vietnam, la
riencia «auténtica», «real», se ha convertido represión en los países comunistas o la gue-
en simulacro? Exaltar lo terrible, esa belleza rra de Yugoslavia han producido más repre-
de lo siniestro, se convierte así en un gesto sentaciones de la destrucción y del terror
naif, en un gesto tan poco amenazante como de lo que Burke probablemente se hubiera
la idea surrealista del asesinato por azar o podido imaginar. Ciertamente, estos hechos
como una campaña de publicidad de una históricos sólo son accesibles a través de la
marca de moda. imagen, en cuanto representaciones de algo
Especialmente, el siglo XX ha sido la real que ha ocurrido. El problema radica
primera época de la humanidad en la que en que, justo cuando se convierte en ima-
la contemplación de lo terrible ha sido más gen, ya en ese momento puede convertirse
fácil que en cualquier otro momento. La en un contenido de la estética y, con ello,
proliferación de los medios de comunica- puede separarse su forma de su contenido
ción ha propiciado una exaltación de cada político.
elemento ínfimo de lo terrible. El asesinato
nunca había sido representado de manera Cristopher Morales Bonilla

NIETO BLANCO, Carlos: La religión contingente, Ediciones Nobel, Oviedo, 2013.


http://dx.doi.org/10.6018/daimon/193941

Carlos Nieto Blanco (Santander, 1947) términos, estudia la pérdida de su hegemonía


fue finalista del Premio internacional de cultural y presencia en la esfera pública, así
Ensayo Jovellanos con este libro; en él se como el lento pero creciente refugio en la
abordan algunas de las claves para enten- esfera privada. A lo largo del texto se mencio-
der las dimensiones del fenómeno religioso nan diversas religiones, aunque está centrado
contemporáneo. Profesor de Filosofía de la en la católica, obviamente hay excursos sobre
Universidad de Cantabria, imparte docencia el cristianismo protestante, especialmente en
en Historia de la Filosofía Moderna y Con- las grandes polémicas de los idealistas alema-
temporánea, entre sus libros destacamos: La nes y la derecha hegeliana.
filosofía en la encrucijada. Perfiles del pen- La relación entre filosofía y religión
samiento de Ferrater Mora (1985), Freud. recorre el ensayo del Profesor Nieto, se
La cuestión del análisis profano (1988); La vale de un doble dispositivo metodológico
conciencia lingüística de la filosofía. Ensayo para abordar esta correspondencia, un pro-
de una crítica de la razón lingüística (1997); cedimiento hermenéutico entendido como
Augusto González de Linares. La vida de los «la toma de conciencia de formar parte de
astros (2004). una tradición, que <trae> hacia nosotros
El título de la obra da cuenta de cómo los acontecimientos vividos por los sujetos
el cristianismo ha pasado de ser la religión de otro tiempo, planteándonos una serie de
omnipresente y necesaria a ser en la actuali- preguntas, cuyas respuestas quedan fijadas
dad una religión posible, contingente. En otros en las interpretaciones construidas sobre

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Reseñas 169

los mismos, acuñadas en el lenguaje, ori- Idealismo, a autores como Wittgenstein,


gen, a su vez, de nuevos interrogantes.»1 Santayana, Rorty, Taylor, etc., junto a los
En segundo lugar, esa toma de conciencia últimos estudios sobre la materia hacen
hermenéutica va unida al modo en que los que este texto se pueda utilizar como libro
frankfurtianos entienden las interpretaciones de consulta por la profusión de informa-
como «mediaciones con las cuales opera la ción –muy bien administrada– acerca de
relación sujeto y mundo, o conciencia y ser, la pérdida de liderazgo, el debilitamiento
plasmándose en la realidad histórica como del cristianismo como religión e incluso
una forma de unidad en donde el propio su escasa entidad como elemento cultural
intérprete queda interpelado»2. En definitiva de identidad europea. Nos ofrece un reco-
una aproximación hermenéutico-crítica y rrido exhaustivo desde que el cristianismo
una reconstrucción racional del cristianismo se hizo con el poder y se institucionalizó,
en la cultura occidental. los siglos IV al XVI donde la hegemonía
Para ello tiene siempre presente estos de la Iglesia y sus instituciones fue mani-
dos puntos de vista: Cristianismo como fiesta, hasta su quebrantamiento desde el
religión y cristianismo como cultura. Y se Renacimiento y sus formulaciones paga-
centra en tres momentos diferentes: la gesta- nas y mágicas, y la secularización a partir
ción y triunfo del cristianismo, quiebra de la del siglo XVIII. De ese modo se establece
situación anterior y pérdida de la hegemonía «el mosaico religioso» a fin de exponer
y, por último, la ubicación de la religión «la religión en la era de la razón» donde
dentro de los límites de la razón, secuencia teísmo, deísmo, agnosticismo y ateísmo
histórica que atraviesa la Historia de la Filo- son abordados. Todo ello contemplado
sofía en su conjunto, aunque la reflexión del como un ejercicio de «pensar la religión»
profesor Nieto se centre en la modernidad y más que «pensar desde la religión».
en el statu quo contemporáneo de la religión Este ensayo recorre el tránsito del cristia-
católica. nismo como guía absoluta para la vida a su
En este ensayo –hay que agradecer que crisis o caída en algo superfluo o refugiado
está muy bien escrito y es diáfano en su en los ámbitos de la privacidad. El cristia-
estilo y planteamiento– asistimos a un reco- nismo se da de bruces con el proceso de
rrido por la floresta de la teodicea y de la secularización iniciado por los ilustrados y
religión, por la sociología y la filosofía de que significó la lucha contra la hegemonía de
la religión. Sirve, además de hilo conduc- la religión, la apropiación y transformación
tor para una puesta al día en cuanto a los racional de los contenidos religiosos, cuando
diversos planteamientos y problemática del no el rechazo como superstición, así como la
cristianismo en la sociedad actual. La for- búsqueda de la emancipación y el triunfo de
mación sociológica –además de la propia la idea de autonomía racional. Saeculum no
del filósofo– es patente en la lectura de este es sólo lo contrapuesto a lo sagrado, también
ameno texto, así como su magisterio en equivale a «temporal» en el sentido de pasa-
Historia Filosofía Moderna y Contempo- jero, efímero y limitado. La secularización
ránea. Desde el Renacimiento, Ilustración, entendida como el ideal humano a alcanzar,
también como decadencia, desplazamiento y
ocaso de la religión; autonomía e indepen-
1 Nieto Blanco, C., La religión contingente, pp.
XVII-XVIII. dencia de la sociedad frente a lo religioso y
2 Ibid., p. XVIII. desacralización del mundo.

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170 Reseñas

La desacralización termina con la sus- el plano gnoseológico, epistemológico, lin-


titución de Dios por la razón, el camino y güístico, ético y político, entendidos como
esperanza de salvación desbancados por el «los límites de la religión». Tras este estu-
progreso y la perfectibilidad humana. Pos- dio, proceso y análisis llegamos al capítulo
teriormente se producirá una segunda secu- final que da título al libro: «La contingen-
larización de los resultados de la primera: cia de la religión».
de los conceptos de razón, ciencia, Estado, Nuestro autor es consciente de aquello
progreso, ya que se han convertido a su vez que señaló Durkheim: la religión lejos de
en mitos. Si la primera secularización fue el desaparecer o extinguirse, se ha transfor-
triunfo de la razón, la segunda es la crisis mado, adoptando nuevas formas, aunque
de la razón; si la primera fue la creación de en parte se han desvanecido sus fuerzas,
la metafísica moderna, basada en el sujeto presencia e influjo. Desaparición no, crisis
racional, la segunda representa el final de la y metamorfosis sí. La religión sobrevive
metafísica y la muerte del sujeto. por un proceso de institucionalización per-
Por todo ello, ofrece nuestro autor una manente y de «rutinización del carisma»,
propuesta normativa que permita la con- Weber dixit. A la vez, el propio proceso des-
vivencia pacífica entre personas religiosas acralizador motivó nuevas formas de reli-
y aquellas personas que tienen un sentido giosidad debido al desplazamiento que en la
inmanente de la existencia humana; a fin de sociedad había tenido la religión. Ésta pierde
cuentas, la creencia religiosa es una deci- su influencia sobre muchas de las esferas de
sión libre, cuya confianza reside en la auto- la sociedad (política, económica, etc.). La
ridad de aquello en que se cree. De ahí la propia Iglesia católica intenta adaptarse a
necesidad de la tolerancia como una virtud los nuevos tiempos. Se suceden movimien-
cívica permanente, pues desde el punto de tos típicos: desde el enrocamiento en pos-
vista de la filosofía la religión tiene cuatro turas desfasadas, trasnochadas, no acorde
límites que no puede traspasar en ningún con los tiempos, aferrándose al dogma y
caso: el límite racional (cualquier proposi- a un «revival» de la intolerancia, la con-
ción de carácter religioso carece de fuerza testación y crítica en el seno de la propia
gnoseológica al quedar fuera del ámbito Iglesia, la inevitable puesta al día, incluso
racional, dentro del cual se alcanza y dirime adaptando el credo a las nuevas costumbres
el saber), el límite epistémico (la religión de la sociedad en que se vive, a la vez que
carece de fundamentos racionales tanto reconoce con cicatería los errores históricos
para autodefinirse como verdadera, como cometidos en épocas anteriores. La iglesia
para establecer qué proposiciones lo son), católica como forma institucionalizada de
el límite ético (las religiones no poseen en la religión pierde en este camino prestigio y
exclusiva la competencia sobre el bien y credibilidad para muchos creyentes que se
el valor, ni sobre la norma que regula la desencantan (no ya por la acción de la secu-
vida justa) y el límite político (el Estado larización sino por la conducta y actitud de
democrático de derecho posee en exclusiva la propia Iglesia). ¿Contribuyen activamente
la autonomía normativa para el gobierno de las manifestaciones pastorales en sus distin-
la ciudadanía, sin que a ninguna confesión tos niveles a esa pérdida de confianza en las
religiosa le asista el derecho a imponerle religiones tradicionales? La insistencia en
su ideario). More kantiano Carlos Nieto el dogma y la dilación en una puesta al día,
avanza en su exposición teniendo en cuenta el anhelado aggiornamento del catolicismo

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Reseñas 171

que no llega (aunque ahora tenemos ese aire ñola también hay espacio en el libro que
nuevo del Papa Francisco), conlleva la indi- reseñamos. Por su afán de constantinismo
ferencia por parte de muchos sectores de la político, de interferir en el Estado de Dere-
sociedad, especialmente los jóvenes (véanse cho, de no conectar nada más que con los
los datos del CIS)3. sectores más integristas de la política espa-
En todo este proceso, el desencanta- ñola, el diagnóstico de la Conferencia Epis-
miento no ha sido sólo el que apuntaba Max copal sobre la sociedad española es terrible:
Weber sobre la extinción de las religiones relativismo, materialismo, egoísmo, crisis de
debido al proceso de racionalización-moder- valores, laicismo, esperanzas terrenas, nue-
nización, institucionalización de la ciencia, vos y falsos dioses modernos, una sociedad
desencantamiento del mundo que desterraría atea y laica. No es novedoso, ya nos lo ha
definitivamente para siempre lo supersti- mostrado Carlos Nieto, el enemigo a batir es
cioso, lo mágico, lo misterioso. Así lo des- el proceso de secularización, heredero de la
cribe Weber: «Los valores últimos y más modernidad ilustrada, así lo ha manifestado
sublimes han desaparecido de la vida pública el Papa Benedicto XVI en su segunda encí-
y se han retirado, o bien al reino ultraterreno clica: Spe salvi (Salvados en la esperanza),
de la vida mística, o bien a la fraternidad de que apareció el último día de noviembre
las relaciones inmediatas de los individuos de 2007 y hace referencia a la Epístola a
entre sí»4. Es una sociedad que se repliega y los Romanos, 8, 24. El documento papal se
para la cual la religión ya no es el centro de desarrolla desde tres tesis: La historia de la
la vida personal/social, quedando mayorita- humanidad se torció a partir de la Ilustración
riamente para celebraciones y siempre desde y Revolución Francesa, la razón humana
una postura meramente social. es insuficiente y, por último, sin Dios no
En tiempos de crisis, de incertidumbre, existe justicia. De paso se reafirma la exis-
de riesgo, la religión ha sido una seña de tencia del purgatorio y del infierno, así como
identidad desde siempre, y ahora vemos recuerda que habrá un juicio final.
actuando en el Islam una lectura y práctica Queda añadir que también «se puede
fundamentalista (como la hubo y la hay en vivir sin religión», siendo una muestra
el judaísmo y el cristianismo). Son posturas más de esa tesis de la religión contingente;
integristas que avanzan con los movimien- abundan otras manifestaciones de religio-
tos neocom y teocom, los cuales pugnan sidad dentro de la Iglesia Católica que
por tener presencia/influencia en la esfera llevan la deriva fundamentalista. Lo que
pública, a la vez que se hacen visibles los es menester es lograr que en ese espacio
movimientos de corte laico, cuestión que que todos compartimos –que es el que le
podemos analizar en Polonia, Irlanda, Ita- interesa y preocupa a Carlos Nieto– las
lia y España. Sobre las particularidades del virtudes cívicas de respeto, tolerancia y
catolicismo de la jerarquía episcopal espa- educación común (sin tutela de ninguna
religión), sean el lugar común de la ciuda-
3 http://www.cis.es/cis/opencm/ES/1_encuestas/ danía, independiente de las creencias que
estudios/ver.jsp?estudio=14036, Barómetro Enero cada uno tenga, como corresponde a un
2014. Estado de Derecho.
4 Weber, M., «La ciencia como vocación», en El
político y el científico, trad. F. Rubio Llorente,
introducción de R. Aron, Alianza Editorial, Madrid, Jorge Novella Suárez
1979, p. 229. (Universidad de Murcia)

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172 Reseñas

MEDINA DOMÉNECH, Rosa María: Ciencia y sabiduría del amor. Una historia cultural
del franquismo (1940-1960), Madrid/ Frankfurt am Main, Iberoamericana-Vervuert,
2013, 276 págs.
http://dx.doi.org/10.6018/daimon/185611

Este libro presenta una reconstrucción que enraizaba la emoción amorosa en la


histórica de la experiencia amorosa tal masa cerebral («teorías talámicas») o en
como fue constituida en la cultura española las secreciones internas del sistema endo-
durante las dos décadas posteriores a la Gue- crino. Autores como Marañón, Antonio
rra Civil. En vez de considerar el mundo Vallejo Nájera, López Ibor, Simarro Puig,
emocional como un entramado biopsíquico Botella Llusiá, Álvarez de Linera o Misael
de naturaleza transhistórica, la investigación Bañuelos, proporcionaron argumentos en
recorre su geometría variable y contingente, esta dirección, aunque en el interior de un
moldeada a partir de prácticas sociales discurso a menudo ecléctico y poblado de
igualmente mudables. contrasentidos. Desde tales planteamientos
El trabajo se inscribe entonces en las se avalaba el ideal nacionalcatólico de la
coordenadas de una verdadera historia de «madre y esposa», en un cuadro marcado
la subjetividad, una ontología histórica de por las políticas natalistas y el rechazo de
nosotros mismos. Esta queda trazada a tra- los nuevos modelos de mujer vehiculados
vés del análisis de los «dispositivos» que por la novela rosa y el cine gracias a una
nos han conformado como sujetos emocio- incipiente industria cultural de masas. En
nales involucrados en relaciones amorosas. esta constelación cobró fuerza la referencia
Rosa Medina procede del campo de la His- a los «instintos» como fundamento de la
toria de la ciencia, pero su acercamiento complementariedad de los sexos y la supre-
pragmático no afronta los discursos cientí- macía masculina.
ficos como sistemas de enunciados; los pre- Pero incluso en este plano, donde el dis-
senta incrustados en los cursos de acción. curso científico sobre el amor se alineaba
La primera parte del libro explora, con las formulaciones normativas emitidas
siguiendo una metodología próxima a la de desde la Iglesia o desde Sección Femenina,
Joan Scott, los discursos médicos y psiquiá- no dejaba de estar presente una ambivalen-
tricos acerca del amor, implicados en las cia que le permitía, a las receptoras de tales
relaciones de poder entre los géneros, den- mensajes, usar las representaciones más
tro un horizonte rígidamente patriarcal. En propagandísticas (por ejemplo las cinema-
este caso, la ciencia opera realimentando tográficas), para hacer valer esquemas de
los «dispositivos de feminización» (con- feminidad no consonantes con los oficia-
cepto de inspiración foucaultiana tomado de les. Por otra parte, la colaboración de la
Julia Varela) característicos del primer fran- ciencia con la dominación masculina de la
quismo. El amor aparece naturalizado como época, no significaba una total unanimidad
una suerte de destino inherente a la mujer entre los especialistas. Esto lo subraya muy
en sus funciones inalienables de esposa y bien la autora del trabajo, contrastando, por
madre. ejemplo, el discurso biologicista y misó-
Se diferencian dos constelaciones dis- gino de Misael Bañuelos, con la visión
cursivas. Por una parte una retórica biolo- más matizada y menos jerárquica, de Oliver
gicista, dominante en la década de los 40, Brachfeld.

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Reseñas 173

Junto a la primera constelación biode- Si desde la ciencia el amor era postulado


terminista, se examina una segunda dinastía como un destino inscrito en la naturaleza
discursiva, más ligada al psicoanálisis y más de la hembra, convergiendo así con el mito
presente a partir de la década de los 50. Aquí romántico de la fuerza «ciega e irresistible»,
Rosa Medina realiza un magnífico estudio desde la contestación femenina se defendía
de la recepción de las tesis psicoanalíticas el amor como una instancia manejable, que
en la España del temprano franquismo. hacía de la mujer, no el «complemento»
En ese escenario, el actor principal no es del varón sino su partenaire en un juego
tanto Freud, tachado de «pansexualista» y recíproco y creativo, marcado por el uso de
«ateo», como otros discípulos suyos (Reik, las distancias.
Jung, Adler), cuyas perspectivas eran más A partir de ahora, en el hilo conductor
conciliables con la tradición católica. En del libro, los momentos de subjetivación
este caso, el dispositivo de feminización prevalecen sobre los de sujeción en el mol-
dominante es el de los «complejos», donde deamiento cultural de la experiencia amo-
el mundo emocional de la mujer quedaba rosa. La ambivalencia siempre se mantiene,
patologizado bajo la noción de «complejo porque las estrategias creativas y de desafío
de inferioridad». Brachfeld y Rof Carba- no excluyen concesiones y reutilizaciones
llo desempeñaron un importante papel en de los modelos de feminidad normativos;
el despliegue de este dispositivo, acompa- no se trata de contraponer el ejercicio del
ñado por el que representó también la teoría poder masculino a un «afuera» exterior
del «vínculo materno». Junto a Rof Car- y salvaje; la resistencia se hace siempre
ballo, otros facultativos como Laín, López desde dentro de los dispositivos de poder.
Ibor, Jerónimo de Moragas, Ramón Sarró Esto se advierte en la brillante exposición
y Molina Núñez fueron decisivos en esta del pensamiento de María Laffitte, que pro-
reacomodación católica del psicoanálisis y tagoniza la segunda parte del libro. Esta
de la psicoterapia. ensayista sevillana, todavía muy olvidada
Si en la primera parte del libro y pese a la en los círculos del feminismo académico
relevancia otorgada a los «dispositivos» fou- español, pese al diálogo crítico que man-
caultianos, ya se entreveía la capacidad de tuvo con Simone de Beauvoir, no sólo
resistencia e invención de las mujeres en un contrarrestó la misoginia de los discursos
horizonte tan cerrado como el de la plenitud científicos de la época, sino que anticipó
del franquismo, la segunda y la tercera parte algunos de los motivos del feminismo más
propician un cambio radical, no sólo de fuen- avanzado: la producción del sexo a partir
tes, sino de enfoque. Aquí se hace valer la del género, la equidistancia entre construc-
noción gramsciana de «saberes subalternos» tivismo radical y biologicismo, el desen-
o la crítica de Roger Chartier a la escisión mascaramiento del mito de la feminidad
entre creación y recepción. La experiencia vehiculado por el canon de la literatura, o la
amorosa de las españolas de posguerra se vindicación de una maternidad en ruptura
moldeó a través de un juego agónico, donde con los moldes tradicionales.
los discursos científicos que justificaban las La finura de los análisis y lo adelantado
feminidades oficialmente reconocidas, fue- de las propuestas de Laffitte, se contex-
ron sistemáticamente contestados por muje- tualizan muy bien, relacionándolos con la
res de clase media y alta que inventaban emergencia de un nuevo modelo de mujer
formas alternativas de feminidad. en la obra de las novelistas de los años cua-

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174 Reseñas

renta y cincuenta: Carmen de Icaza, Car- truyen las tácticas de lo que Rosa Medina
men Laforet, Elena Soriano. Se configura denomina «la orquestación del amor». Es
así, desde un humanismo cristiano teñido decir, se constata de qué modo las mujeres
de progresismo y evolucionismo (Teilhard podían hacerse cargo, en sus vidas cotidia-
de Chardin), un prototipo de «mujer nueva» nas, de crear una experiencia amorosa muy
que, sin coincidir con la «mujer moderna» alejada de los patrones fijados por la ciencia
promovida por la creciente industria cultu- o por el mito romántico, disidente asimismo
ral de la época, promocionaba unas rela- respecto al discurso oficial de la Iglesia y
ciones de género situadas más allá del de Sección Femenina. Se trata de una emo-
esquema de la complementariedad y de ción amorosa racionalmente gestionable,
la rígida división entre lo masculino y lo que permitía la subjetivación de las mujeres
femenino. mediante la reciprocidad y un cierto pathos
Este énfasis en la creación de figuras de la distancia.
alternativas de feminidad y de experien- El trabajo de Rosa Medina combina
cia amorosa durante la fase más recia del con maestría el descubrimiento de nuevas
franquismo, se prosigue en la tercera parte fuentes, el dominio de la ya vasta literatura
del libro. Aquí la fuente principal no es la secundaria sobre mujer y franquismo, y
obra intelectual de una gran ensayista ni el un sólido pertrecho teórico. Está por ello
género novelesco. Se trata de recomponer destinado a convertirse, para el futuro, en
la voz propia de las mujeres jóvenes de lo que durante muchos años representó la
clase media, examinando la correspondencia espléndida investigación de Carmen Mar-
recogida en el consultorio sentimental de la tín Gaite (Usos amorosos en la posguerra
revista Meridiano Femenino, en el periodo española), esto es, en un clásico insoslaya-
1945-1960. Se recurre asimismo a las ble que muestra la capacidad de «agencia»
memorias publicadas por algunas mujeres de las mujeres, en el peor de los escenarios
singulares, como Carmen de Lirio y Esther imaginables.
Tusquets, y finalmente, al cancionero popu-
lar de la época, incluyendo baladas y copla Francisco Vázquez García
española. Con estos mimbres se recons- (Universidad de Cádiz)

PÉREZ CHICO, David (coord.): Perspectivas en la Filosofía del Lenguaje, PUZ Universi-
dad de Zaragoza, Zaragoza, 2013, 620 pp.
http://dx.doi.org/10.6018/daimon/193941

Desde comienzos del pasado siglo, el mas filosóficos se solucionarían/disolverían


lenguaje ha ocupado un lugar preponderante mediante el análisis del lenguaje, el cual
en el panorama filosófico mundial, siendo constituiría el método filosófico por exce-
su influencia particularmente acuciante en lencia. En este sentido, la obra Perspectivas
el marco más general de la filosofía ana- en la Filosofía del Lenguaje, aspira a ser
lítica, de cuño anglosajón. De acuerdo con tanto una toma de pulso en cuanto al estado
este movimiento, gran parte de los proble- actual de la filosofía del lenguaje (i.e., el

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Reseñas 175

área que se ocupa de los problemas del sido trivializada y naturalizada, pasando así
significado y la representación lingüística del dominio de la filosofía al de la ciencia.
con el objeto de esclarecer la relación entre A partir de este punto y hasta el ecua-
lenguaje, mente y mundo) en nuestro país dor de la presente obra, los capítulos no
como una contribución crítica a los princi- harán sino atestiguar la enorme influencia
pales tópicos de la misma a nivel nacional e de Frege ya no solo en la filosofía analítica
internacional. En concreto, Perspectivas en clásica (por utilizar la etiqueta de Carpin-
la Filosofía del Lenguaje gira en torno a los tero), sino en la filosofía del lenguaje tout
desarrollos contemporáneos a propósito del court. Así lo confirman tanto los artículos
paradigma representacional del significado IV-VIII a propósito del problema de la refe-
(centrado en relación entre las palabras y los rencia como el excelente artículo IX acerca
objetos de los que hablamos al utilizarlas), de Dummett, brillante exégeta del trabajo
en detrimento de derroteros como el forma- producido por...Frege. De este modo, el
lista (como se advierte en el prólogo) o el cuarto capítulo (La revisión wittgensteiniana
materialista (no mencionado). En este sen- del análisis fregeano de los enunciados de
tido, entre los principales autores abordados igualdad, por M. Cerezo) gira en torno a la
destacan las figuras de Frege, Wittgenstein, tesis de que la proximidad exhibida por el
Kripke y Grice. Wittgenstein tractariano con respecto de las
Los tres primeros capítulos de la obra son tesis de Frege y Russell, lejos de hacer del
marcadamente ambiciosos en su propuesta. filósofo austríaco un mero re-elaborador de
Así, en el capítulo primero, La historia de la las concepciones de aquellos, entraña una
Filosofía del lenguaje. Ya Platón, en el Crá- transformación decisiva, la cual se erige
tilo, A.M. Liz aspira a disculpar a la Filoso- sobre tesis como la de la multiplicidad de
fía del Lenguaje de su usual ahistoricismo, lenguajes traducibles entre sí o la postula-
retrotrayendo sus orígenes a la obra de un ción de que los nombres solo tienen refe-
Platón en tanto que filósofo del lenguaje rencia y las proposiciones carecen de ella,
avant la lettre. A continuación, C. Corredor, y a veces éstas ni siquiera tienen sentido.
a través de su artículo Las tradiciones con- El quinto capítulo lo firma L. Fernández
tinental y analítica en Filosofía: algunos Moreno y se titula Tres referencias de la teo-
puntos de encuentro y desencuentro, trata ría lingüística: Locke, Kripke y Putnam. El
de flexibilizar la férrea unión entre filosofía mismo gira en torno a las cuestiones semán-
del lenguaje y tradición analítica, ensayando ticas suscitadas por la referencia de los tér-
en su lugar un meritorio diálogo entre esta minos de género natural tal y como esta es
última y la tradición continental apropósito analizada en las teorías de Locke, Kripke
de los pares Frege-Husserl, sobre sentido y Putnam. El sexto ensayo, a cargo de I.
referencia y Gadamer-Davidson acerca del Vicario, lleva por título Millianismo Híbrido
lenguaje y el método de interpretación. En y rescata la teoría ingenua de Stuart Mill a
el capítulo tercero, Grice y la crisis de la propósito de la referencia de los términos
filosofía analítica clásica, J.J. Acero aborda singulares, al tiempo que evalúa el modo
una posible mutación de la filosofía analí- en que un millianismo híbrido resultante de
tica luego de las propuestas más clásicas de la combinación entre el enfoque milliano
Frege, Russell y Wittgenstein, y ello sobre del contenido semántico y los modos de
la hipótesis de que, tras este período, la pre- presentación propios de las concepciones
gunta acerca de qué sea el significado habría descriptivistas de corte fregeano puede lidiar

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176 Reseñas

con aspectos cognitivos del lenguaje tales el enfoque teórico tradicional frente a lo
que el problema del valor cognitivo y el de semántico-lingüístico. H.P. Grice es todo
las oraciones de atribución de creencia. En un experto en estas lides y sobre su obra
el capítulo séptimo, M. García Carpintero versa el capítulo duodécimo, firmado por
cierra el bloque de artículos dedicados al J.J. Colomina y titulado Convencionalidad,
problema de la referencia, y lo hace sirvién- Intencionalidad y Significado: las teorías
dose del modo en que los nombres propios del significado de Grice y Searle, en el que
y deícticos operan en el ámbito de la ficción se afirma, atendiendo a las teorías de ambos
para así preconizar una teoría fregeana de la autores, que la diferencia entre los usos
refencia a salvo de las críticas kripkeanas al lógico y ordinario del lenguaje no estriba
descriptivismo fregeano. El capítulo noveno, tanto en el significado (lo que se dice)
escrito por M.P. Azcárate, continua la senda cuanto en la implicatura (intencionalidad del
fregeana de los anteriores a propósito del hablante), al tiempo que se subraya el matiz
recientemente fallecido M. Dummett. Así, convencionalista de la teoría de Searle con
en Michael Dummett: realismo, significado respecto a la de Grice. Es precisamente en
y verdad la autora analiza la naturaleza de un el marco del análisis de una de las deriva-
antirrealismo semántico dummettiano que ciones contextualistas de este último autor
aboga por la revisión del concepto realista que debemos interpretar el aporte de M.J.
de verdad como base sobre la cual erigir una Frápoli y N. Villanueva F. Recanati: contex-
nueva teoría del significado al margen de la tualismo y Pragmática de las Condiciones
metafísica que prescinda de la idealización de Verdad, en el que se reitera la distinción
de las capacidades cognitivas de los sujetos. griceana entre lo que se dice y lo que se
El capítulo décimo, cuya autoría la implicatura para, a continuación, exponer
debemos a L. Valdés, inaugura una blo- las principales aristas del pensamiento del
que de contribuciones de marcado espíritu filósofo francés. Posteriormente, El signifi-
post-Fregeano que se alejan de la concep- cado metafórico: un reto para las teorías del
ción representacionalista del lenguaje, y significado, redactado por E. Romero y B.
lo hace afrontando de manera solvente el Soria en tanto que capítulo número catorce
apasionante tratamiento que la noción de del presente volumen, tiene de nuevo como
gramática recibe por parte de Wittgenstein trasfondo la mentada distinción, la cual es
(mientras que el primer Wittgenstein, más aprovechada por las autoras para abordar
próximo a Frege, se ocuparía de la gramá- de manera solvente el controvertido tema
tica del lenguaje en tanto que disfraz de la de lo metafórico, ligándolo al significado
forma lógica del mismo, para el segundo, de del hablante y afirmando que a través de
vocación más pragmática, la gramática del la metáfora los contenidos metafóricos son
lenguaje comprende el conjunto de reglas representados, si bien no literalmente, sí
que lo constituyen). Así, la estrecha relación directamente (siendo precisamente este el
entre semántica y pragmática encontrará su sentido genuino de su carácter metafórico).
defensor más acérrimo en la figura de J. En este punto la temática de Perspecti-
Austin, la cual es abordada por A. Blanco vas en la Filosofía del Lenguaje regresa de
en su artículo John Austin. El Estudio del manera un tanto desconcertante al análisis
Acto de Habla en la Situación de Habla del segundo Wittgenstein a propósito de sus
Total, mostrando el modo en que un enfo- implicaciones metafilosóficas. Así, en ¿A qué
que holista puede (y debe) complementar juegan estos?, J. Vilanova aborda las obje-

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Reseñas 177

ciones wittgenstenianas a la posibilidad de teóricas, David Pérez Chico ofrece en esta


una filosofía a la que Horwich (2012) se ha obra el retorno de una Filosofía del Lenguaje
referido recientemente como ‘T-philosophy’ más madura, consciente, no sin cierto aire
(donde la T refiere tanto a ‘tradicional’ y de familia wittgensteiniano, de la ingenuidad
‘teórica’), y lo hace inspirándose en la discu- de gran parte de sus propuestas de juven-
sión entre escepticismo y realismo a propó- tud durante el vigésimo siglo de nuestra era
sito de la obra Sobre la Certeza y haciendo y dispuesta a hacer propósito de enmienda
justicia tanto a la figura del filósofo austríaco ahondando, en una muestra de orgullosa
como a la disciplina filosófica como tal. El honestidad, en los motivos de la crisis de
último acto de esta obra, el cual lleva por su versión clásica, y ello a través de pasajes
título Frege, Sellars, Brandom: expresivismo e incluso capítulos enteros a los que el lec-
e inferencialismo semántico representa el tor aficionado querrá volver con insistencia
grado máximo de alejamiento con respecto y que el investigador riguroso difícilmente
de la antedicha tendencia representaciona- pueda permitirse dejar escapar, pues, como
lista, movimiento que M.J. Frápoli y N. Villa- señala Vilanova «la filosofía es un juego de
nueva llevan a cabo mediante el análisis del lenguaje más que pertenece a nuestro marco
expresivismo y el inferencialismo en tanto lingüístico, y han sido (o somos) los creadores
que alternativas frente a aquella compatibles de dichos marcos lingüísticos los que hemos
con una versión deflacionista de la teoría de introducido este peculiar juego que consiste
la verdad como correspondencia, mostrando en poner en cuestión los otros juegos y hasta
así que la supuesta incongruencia entre el a sí mismo. No sé si esta función crítica es
discurso acerca de la verdad, por un lado, y buena o no (no sé ni tan siquiera si tales
la perspectiva representacionalista, por otro, palabras caben aquí), lo único que sé es que
es, al fin y al cabo, contingente. forman parte de nuestro lenguaje, de nuestra
En conclusión, podría afirmarse que con manera de ser, de nuestra forma de vida».
la discusión crítico-divulgativa que ofrece
Perspectivas en la Filosofía del Lenguaje a Carlos Yebra López
propósito de las citados autores y posiciones (New York University)

COMINS MINGOL, Irene & MUÑOZ, Francisco A. (eds.): Filosofías y praxis de la paz,
Barcelona, Icaria, 2013, 317 pp.
http://dx.doi.org/10.6018/daimon/193031

Compuesto por once capítulos, este libro El primer capítulo está escrito por la
da cuenta de la pluralidad de perspectivas profesora Irene Comins, co-directora del
e intereses que componen la agenda de la Máster en Estudios de Paz, Conflictos y
Investigación para la Paz en España, con- Desarrollo de la Cátedra UNESCO de Filo-
tando con la colaboración de investigadores sofía para la Paz de la Universitat Jaume
que trabajan en diferentes Centros coordi- I, y por el profesor Francisco A. Muñoz,
nados por AIPAZ (Asociación Española de Catedrático de Historia Antigua e investi-
Investigación para la Paz). gador del Instituto de la Paz y Conflictos

Daimon. Revista Internacional de Filosofía, nº 64, 2015


178 Reseñas

de la Universidad de Granada. Titulado modo en que el fenómeno de la paz en las


«Filosofías para la Praxis de la Paz», este relaciones humanas tiende a ser invisibili-
capítulo reconstruye el campo semántico zado por la mayoría de los estudios socia-
del concepto «filosofía emancipadora». les. El hecho de focalizar las relaciones
Este capítulo profundiza en la dimensión de violencia, inclusive cuando lo hacemos
productiva del poder, entendido como la para denunciarlas, ha generado una ontolo-
capacidad humana de generar los valores y gía violentológica de la naturaleza humana,
pensamientos que orientan nuestras accio- según la cual, la voluntad de dominio ha
nes en la vida cotidiana. Partiendo de esta sido el vector de fuerza que ha movido
idea de poder, los autores plantean que la historia de la humanidad. Lo cual nos
la función de una filosofía emancipadora deja inermes a la hora de ofrecer mode-
sería: a) contribuir a comprender cuáles los ontológicos alternativos que den cuenta
son las ideas/valores que están a la base de de las estrategias pacíficas de convivencia
nuestros hábitos cotidianos; b) clarificar basadas en los principios de solidaridad,
en qué medida estas ideas/valores contri- tolerancia, cuidado mutuo y redistribución.
buyen a mantener relaciones de domina- El segundo ejercicio de focalización en el
ción y violencia, o a generar relaciones que insiste el giro epistemológico consiste
de cooperación, reconocimiento, respeto, en revelar la aportación que han hecho
cuidado mutuo, tolerancia activa y diálogo. grupos sociales históricamente oprimidos
Así pues, la posibilidad real de transformar a la Historia de la Paz: los esclavos, las
la sociedad no dependería tanto de la con- mujeres, las minorías étnicas, o las culturas
quista del poder burocrático o del control y poblaciones sometidas el imperialismo
del poder económico, sino de la toma de occidental. Este cambio de enfoque subraya
conciencia del poder que como ciudadanos el papel activo de estos colectivos, cam-
ya ejercemos a diario en nuestras esferas biando la imagen de víctimas pasivas por
personales de interacción social, de las que, la de sujetos capaces de generar estrategias
en última instancia, depende la reproduc- de empoderamiento siguiendo la vía del
ción de los sistemas político y económico. pacifismo.
El segundo capítulo titulado «Paces Otro concepto central en el segundo
imperfectas ante un mundo diverso y plu- capítulo es «la paz imperfecta», que tiene
ral» está escrito por ocho investigadores e una doble dimensión explicativa/normativa.
investigadoras pertenecientes al Instituto La dimensión explicativa hace alusión al
de la Paz y los Conflictos de la Universi- medio complejo en el que se desarrollan las
dad de Granada y a la Cátedra UNESCO estructuras de paz. En este sentido, la idea
– Instituto interuniversitario de Desarrollo de paz imperfecta nos insta a reconocer las
Social y Paz de la Universitat Jaume I. Este escalas de paz, los distintos niveles institu-
capítulo está dedicado a profundizar en los cionales (locales, regionales, nacionales e
elementos que constituyen el marco episte- internacionales) en los que se discuten las
mológico que desarrollan en colaboración propuestas de paz. Por otro lado, la idea de
estos dos centros. Los conceptos nucleares paz imperfecta nos insta a reconocer los
en este capítulo son «giro epistemológico» discursos y las prácticas que se articulan
y «paz imperfecta». La idea de giro epis- en torno a procesos de paz que se generan
temológico refiere a dos ejercicios de foca- incluso en contextos de conflicto armado,
lización. El primero tiene que ver con el o en contextos donde existe un alto índice

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Reseñas 179

de violencia económica o exclusión social. nes Unidas en 1994, en la Agenda para el


En relación a la dimensión normativa, la Desarrollo propuesta por Boutros Ghali;
idea central es que «la paz perfecta» no reconocimiento que amplió el concepto de
solo no existe empíricamente, sino que no seguridad. En esta línea de argumentación,
es deseable desde un punto de vista ético- la autora señala la necesidad de diseñar una
político. Desde el enfoque de la paz imper- economía global cooperativa basada en la
fecta se entiende que el conflicto dirimido lucha contra la pobreza y la desigualdad,
por medios pacíficos abre posibilidades que asegure la soberanía alimentaria de las
de transformación social hacia estructuras naciones.
menos injustas. Entendido de esta manera, En el plano educativo, Manuela Mesa
el conflicto hace parte de la construcción propone incorporar a la enseñanza formal
de la paz, siempre y cuando sea gestionado unidades dedicadas al conocimiento de
mediante procesos políticos basados en la la globalización como sistema planetario
negociación y el diálogo. constituido por elementos como: los Dere-
El tercer capítulo se titula «Globali- chos Humanos, la participación política de
zación e Investigación para la Paz: Retos la ciudadanía, la solidaridad internacional,
del siglo XXI», escrito por Manuela Mesa, la universalización de la ciencia, el respeto
directora del Centro de Educación e Inves- por la diversidad, la cooperación econó-
tigación para la Paz (CEIPAZ) y presidenta mica entre las naciones o la aceleración de
de la Asociación Española de Investigación los intercambios culturales.
para la Paz (AIPAZ). Adoptando un enfo- Los capítulos cuatro, cinco y diez están
que basado en el análisis de las Relaciones dedicados a explicar tres modos diferentes
Internacionales y la Sociología de la Glo- de intervención socio-política mediante la
balización, la autora propone tres ejes de Educación para la Paz. El capítulo cuatro
reflexión: el político-jurídico, el económico está escrito por Manuel Dios Diz, miem-
y el educativo. bro del Seminario Galego de Educación
Respecto del nivel político-jurídico de para la Paz. Titulado «El currículum de la
la globalización, Manuela Mesa habla de la noviolencia en la educación para la paz»,
necesidad de abrir canales de comunicación este capítulo relata la historia de este Cen-
institucional entre los procesos locales de tro de Investigación, dedicado desde 1985
empoderamiento colectivo y las decisiones a elaborar materiales didácticos, publica-
globales, lo que implica reformar los mar- ciones y documentales dirigidos a la imple-
cos normativos por los que se rige la justicia mentación de la Cultura de Paz en distintos
global atendiendo a las demandas políticas niveles de enseñanza (desde Infantil hasta
de los movimientos sociales contrahege- la Universidad). Estos materiales, además
mónicos que, desde diferentes puntos del de tratar los «grandes problemas de la con-
planeta, denuncian las consecuencias nega- temporaneidad» como la pobreza, el ham-
tivas de la globalización neo-liberal como: bre, la discriminación o la guerra, también
el hambre, la pobreza, las migraciones Sur- ofrecen metodologías pedagógicas basa-
Norte o el cambio climático. das en el análisis socio-crítico, el método
En cuanto a la reforma de la economía socio-afectivo y la autopacificación crítica.
global, la presidenta de AIPAZ pone de El capítulo cinco está escrito por Sebas-
relieve la relación entre desigualdad econó- tián Sánchez, investigador del Instituto de
mica y violencia reconocida por las Nacio- la Paz y los Conflictos de la Universidad

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180 Reseñas

de Granada. Este capítulo titulado «Polí- título de «El mercado de la defensa y la


tica Educativa, Investigación para la Paz y seguridad, la industria de los servicios mili-
Cultura de Paz: El Plan Andaluz de Educa- tares», el capítulo está dedicado a analizar
ción para la Cultura de Paz y Noviolencia», los dilemas que provoca la privatización de
analiza el Plan presentado en 2001 que se empresas de seguridad al interior del Estado
sumó a las iniciativas de Naciones Unidas moderno de derecho, basado en el control
en el marco del Decenio de Cultura de del monopolio legítimo de la violencia.
Paz y Noviolencia (2001-2010). El capítulo Desde aquí la autora plantea la siguiente
enfatiza la importancia de la aplicación de pregunta: ¿cómo podemos controlar demo-
la Ciencia a la construcción de una Cultura cráticamente el uso profesionalizado de la
de Paz, y la enseñanza de valores univer- violencia cuando las empresas de seguridad
sales a través de la creación de espacios se están privatizando progresivamente?
educativos formales, y no formales, que El capítulo nueve está escrito por Pere
involucren a maestros/ profesores, padres Ortega, coordinador del Centro de Estudios
y alumnos. para la Paz J. M. Delàs. Con el título «El
El capítulo diez se titula «Cómo cooperar complejo Militar-Industrial en España»,
en Bolivia: enseñanzas de una experiencia este capítulo analiza setenta industrias que
de formación con docentes latinoamerica- participaron en la fabricación de armamento
nos», escrito por Martín Rodríguez Rojo, suministrado al Ministerio de Defensa
profesor de la Universidad de Valladolid. español entre los años 2009-2011. En este
En este capítulo el autor revisa la expe- capítulo el autor examina la ineficiencia
riencia iniciada en 2006, y continuada hasta económica del gasto militar, haciendo un
hoy, por un grupo de profesores españo- detallado análisis de la lógica de la burbuja
les en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. armamentística, respecto a la cual se prevé
Rodríguez Rojo plantea una estrategia de que para 2015 el importe de la deuda ascen-
cooperación basada en la inclusión política derá a 36.876 millones de euros. Más allá
de la ciudadanía, desde esta perspectiva de las contradicciones económicas, Pere
cuestiona la eficacia de los proyectos de Ortega explica que el problema de fondo es
cooperación internacional al desarrollo que un problema ético que concierne a la con-
no incluyen el análisis de necesidades reali- cepción de seguridad humana; la escalada
zado por actores locales, así como aquellos en la inversión armamentística responde a
proyectos que no incluyen la formación de una lógica heredada de la Guerra Fría que,
técnicos-profesionales locales. La idea cen- como sabemos, ha generado situaciones de
tral de este capítulo es que el voluntariado mayor inseguridad y ha llevado a no pocas
internacional tiene como misión empoderar economías al colapso financiero, al priori-
a las poblaciones con las que coopera, de zar la inversión en gasto militar por sobre
manera que en ningún caso la cooperación otras necesidades sociales.
debe asumir funciones que corresponderían Los capítulos siete y ocho compren-
a los actores locales. den una reflexión sobre el papel que juega
Los capítulos seis y nueve están dedica- el ejercicio de la memoria colectiva en la
dos al análisis del complejo militar-indus- construcción de la paz. María Oianguren,
trial. Concretamente el capítulo seis está directora del Centro de Investigación por la
escrito por Tica Font, directora del Instituto Paz Gernika Gogoratuz, escribe el capítulo
Catalán Internacional para la Paz. Con el siete titulado «Versatilidad de la memoria»,

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Reseñas 181

dedicado a explicar el modo en que desde como un modelo político dialógico que per-
1987 este Centro ha coordinado la labor sigue la armonización de las diferencias.
académica con la acción comunitaria, espe- En este sentido, el autor critica los modelos
cialmente explorando las posibilidades que ontológicos basados en dicotomías antagó-
ofrece el lenguaje artístico en los procesos nicas maniqueas, en las que el bien y el mal
de construcción de una Cultura de Paz rela- se excluyen sin posibilidad de conciliación
tivos a la reparación del daño colectivo. o convivencia; lo cual provoca una pola-
El capítulo ocho está escrito por Eva rización del pensamiento político en base
Espinar Ruiz y Maribel Hernández Sán- al cual se generan ideologías políticas que
chez, investigadoras del Instituto Univer- luchan entre sí con la finalidad de elimi-
sitario de Desarrollo Social y Paz de la narse la una a la otra, antes de buscar vías
Universidad de Alicante. Titulado «Género, de razonamiento compartido. Frente a este
liderazgo y construcción de paz en Colom- modelo, Pedro San Ginés hace una apolo-
bia: una aproximación desde el método gía de la teoría del «ying yang» aplicada
biográfico», el capítulo analiza el valor de a la política, de acuerdo a esta teoría el
la biografía como material para la recons- ying hace posible la existencia del yang y
trucción de la memoria de la paz, en tanto viceversa; en este esquema la diferencia no
recoge una historia personal que hace parte constituye una amenaza para la identidad,
de un movimiento social situado en un con- sino que la diferencia hace parte de la pro-
texto político atravesado por el conflicto pia identidad, en tanto que los contrarios no
armado. El artículo sigue la línea marcada se excluyen entre sí, sino que se comple-
por el giro epistemológico definido en el mentan en una relación armónica.
segundo capítulo de este mismo libro, en En resumen, el libro Filosofías y pra-
tanto que las autoras ponen el foco en la xis de la paz da cuenta de la agenda de la
biografía de Leonora Castaño, una líder del Investigación para la Paz en España, en la
movimiento de mujeres campesinas colom- primera década del siglo XXI, a partir de
bianas, explicando desde una metodología una muestra de once trabajos de algunos
micro-sociológica cómo se origina un pro- de los principales Centros coordinados por
ceso de empoderamiento pacifista colectivo la AIPAZ. Podemos decir que situándose
a partir de una trayectoria vital personal. en lugares distintos (literalmente, distintos
Finalmente, el capítulo once se titula Centros de Investigación, con diferentes
«La Cultura del Dao y la Paz», escrito por intereses y con enfoques analíticos distin-
Pedro San Ginés, sinólogo e investigador tos), los once trabajos presentados procuran
del Instituto de la Paz y los Conflictos de responder a una misma pregunta: ¿cómo
la Universidad de Granada. Este capítulo elaborar una teoría científica de la socie-
puede leerse como una interpretación del dad que contribuya a su transformación
concepto de «paz imperfecta», desde el pacífica? Lo cual implica coordinar en un
horizonte cultural de una civilización que mismo sistema epistemológico: teoría y
tiene más de 5000 años de antigüedad y praxis, ontología y ética.
comprende a países como China, Japón,
Corea o Vietnam. En este capítulo el autor Ismael Cortés Gómez
pone en relación el pensamiento del Dao (Instituto Interuniversitario de Desarrollo
con la democracia occidental entendida Social y Paz, Universitat Jaume I)

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182 Reseñas

PERETTI, Cristina de & RODRÍGUEZ MARCIEL, Cristina (eds.), 12 pensadores (y uno


más) para el siglo XXI, Madrid, Dykinson, 2014.
http://dx.doi.org/10.6018/daimon/203791

Coordinado por estas dos profesoras del autor hace notar cómo Heidegger amplia
Departamento de Filosofía de la UNED, este y profundiza su significado para referirse
libro ofrece un conjunto de estudios sobre también a ese campo de la manifestabilidad
doce filósofos que han sido determinantes del ente, es decir, a esos modos de manifes-
para el desarrollo de la filosofía actual. De tación del ente que remiten a un Claro o a
forma significativa, el décimotercero, como lo Abierto, en definitiva, a ese Mundo que,
sugiere el último de los textos «Desempol- a partir de los años cincuenta, el filósofo
var a Nietzsche», firmado por de Peretti, no alemán describirá como Cuadratura o Cua-
es otro que Nietzsche. Y es que, en cierto ternidad, pero que no es otra cosa que la ela-
modo, Nietzsche viene a ser una especie boración de una ontología del mundo. Con
de denominador común o punto de conver- la imagen poética de los cuatro elementos de
gencia de cada uno de los pensadores pre- la Cuadratura del Mundo (el Cielo, la Tierra,
sentados aquí, aunque cada uno reciba esa lo divino y los mortales), Escudero logra
influencia de manera distinta: Heidegger, conectar acertadamente la pregunta por la
Foucault, Deleuze, Derrida, Nancy, Lyotard, verdad del ser con otro de los hilos conduc-
Rorty, Vattimo, Badiou, Agamben, Sloter- tores del proyecto heideggeriano, a saber,
dijk y Zizek. En cualquier caso, todos ellos el acontecer del ser (Ereignis), llegando a
son, de un modo u otro, herederos del pensar una interesante conclusión intermedia: «el
nietzscheano, de su quehacer filosófico y Geviert es a la vez una estructura transhis-
de su escritura, y evidentemente también tórica cuya peculiar historicidad consiste en
de una serie de cuestiones filosóficas que que requiere ser periódicamente investida,
conforman el panorama cultural, histórico instanciada, implementada, siempre a partir
y político del siglo XX y de nuestro siglo de la impronta o de la acuñación inherente
XXI. Veamos, por tanto, alguna de estas al acontecer del ser» (p. 18).
aportaciones con algo más de detalle. En cualquier caso, la conexión entre el
Alejandro Escudero Pérez inaugura esta camino del pensar y el advenir del ser como
obra colectiva con un trabajo sobre Heide- «movimiento que une y separa al mundo
gger y la «pregunta por el ser», partiendo actual de los mundos también posibles»
de tres orientaciones de esta pregunta que el (p. 21) le sirve al autor para ensayar, en la
«segundo Heidegger» indicara tardíamente segunda parte de su texto, algunas preguntas
en un seminario de 1969: la pregunta por clave acerca de la condición de la moderni-
el sentido del ser, la pregunta por la verdad dad (en crisis) y sus diversas dinámicas o
del ser y la pregunta por el lugar del ser. procesos. Nos movemos ahora no ya en una
De hecho, Escudero señala expresamente la ontología del mundo, sino en una ontología
segunda de las preguntas como el hilo con- de la actualidad y el problema, por ejemplo,
ductor fundamental: en primer lugar, explica del sujeto o de la razón. Baste señalar aquí
el vínculo de la noción heideggeriana de una de las palabras clave en este horizonte
«verdad» con el de alétheia, entendida esta temático, a saber: el nihilismo. El aconte-
última como un «desocultarse simultáneo cimiento fundamental de la modernidad,
a un ocultarse». Pero, en segundo lugar, el señalado por Nietzsche, vuelve entonces a

Daimon. Revista Internacional de Filosofía, nº 64, 2015


Reseñas 183

ser abordado en profundidad por Heidegger, problema central de la «estructura predo-


describiendo su lógica interna, su ambigüe- minante» en la metafísica occidental, seña-
dad, sus peligros (por ejemplo, la tecnifi- lado por Derrida en su clásico texto De
cación de las ciencias) y, en definitiva, la la grammatologie. Dicha estructura recibe
necesidad de repensarlo generacionalmente, el nombre de logofonocentrismo y viene
una idea que, a mi modo de ver, se conjuga a definir la sistemática connivencia entre
muy bien con el mensaje e intención gene- el logocentrismo y el fonocentrismo. La
rales de este libro. consecuencia derridiana que se derrivaría
Del siguiente bloque de pensadores fran- de ello es conocida: el privilegio de la voz
ceses (Foucault, Deleuze, Derrida, Jean- (phoné) y la consiguiente marginación y
Luc Nancy, Lyotard, Badiou) puede servir sometimiento de la escritura. Como alter-
de orientación, tal y como señala Beatriz nativa a dicho sometimiento, se presenta la
Blanco Vázquez –autora del segundo texto gramatología como ciencia y pensamiento
titulado «Foucault (1926-1984): un pensa- de la huella y de la escritura,y una noción
miento de la exterioridad» (pp. 29-56), que de escritura «entendida como grama (esto
desarrolla con solvencia algunos de los luga- es, como posibilidad de toda inscripción
res comunes del opus foucaultiano como la en general) o como différance», entendida
arqueología, el lenguaje, el binomio poder/ «como condición de posibilidad tanto del
saber o la hermenéutica del sujeto–, tomar habla como de la escritura (en sentido res-
a los tres primeros como principales repre- tringido), así como también de la de todo el
sentantes del pensamiento post-estructural lenguaje el general» (pp. 87-88). Con ello
en la medida en que pertenecen «a una la autora va vehiculando gradualmente otros
extraña y oscilante comunidad de pensa- motivos derridianos a menudo mal entendi-
miento: la preocupación por las diferencias dos, la différance, desde luego, pero tam-
irreductibles, la cuestión del acontecimiento, bién el concepto de texto, injerto textual,
la impugnación de la distinción empírico/ diseminación, etc., configurando así una
trascendental y del sujeto soberano, y la excelente introducción a su pensamiento.
centralidad del problema del lenguaje y la La segunda parte del texto aborda segui-
escritura» (p. 32). Y de estos, a su vez, el damente algunos temas recurrentes desde
cuarto texto de Cristina de Peretti sobre la década de los ochenta tales como la
Derrida (el tercero, sobre Deleuze, lo firma experiencia de la indecidibilidad (double-
Luis Ferrero Carracedo), ofrece de forma bind), la experiencia de lo im-posible y sus
interesante alguna de las claves para matizar «figuras» heterogéneas como, por ejemplo,
y resistirse, al mismo tiempo, a un rápido la justicia, el don y la hospitalidad, o, tam-
encasillamiento como el anterior. Veamos bién, en clave más política, el nuevo (des)
algunos puntos de su aportación. orden mundial y la mundial(latin)ización.
Después de explicar el origen y las Ahora bien, la autora hace notar acertada-
características principales del término mente que la distinción bastante recurrente
«deconstrucción», por ejemplo, su carácter entre un «primer Derrida» más téorico y un
singular, inconcluso e irrepetible, su fina- «segundo Derrida» más político o ético ya
lidad no tanto metodológica o valorativa fue rechazada por el mismo filósofo en uno
sino, más bien, su gesto de desdoblamiento de sus últimos escritos, Voyous, realzando
que busca un equilibrio en el borde, de con ello la idea de un hilo conductor mucho
Peretti pasa a explicar detalladamente el más profundo (p. 94). En este sentido cabría

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184 Reseñas

ampliar esta necesaria reflexión a otros filó- a su vez, una transformación. De ahí que,
sofos que se han visto sometidos a similares para Nancy, también la política tenga un
intentos de división interna, empezando por rol decisivo para interpretar el mundo,
el mismo Nietzsche y su supuesta «época aunque, como señala Rodríguez Marciel,
ilustrada» que creyó descubrir Eugen Fink. separada de una nueva ontología igual de
El texto de Jean-Luc Nancy lo firma importante a refundar. En cuarto lugar, la
Cristina Rodríguez Marciel, una de las autora desarrolla ambos temas, ontología
mejores especialistas sobre su pensamiento y política, primero desde la evolución nan-
que tenemos actualmente en España. En su cyana de la esencia de lo político –vin-
aproximación, la autora aborda, en primer culada, institucionalmente, a la corta vida
lugar, algunas de las claves formativas del del «Centro de Investigaciones filosóficas
filósofo francés, situadas todas ellas en el sobre lo político» de la ENS– pasando por
contexto intelectual francés de la década de el abandono del concepto de «comunidad»
los sesenta, y entre las cuales cabría desta- como comunidad-política, hasta llegar al
car la importancia de Hegel o la influencia importante espacio abierto por Heidegger y
temprana de Derrida. En segundo lugar, ampliado por Nancy del «ser-con» o «ser-
pasa a describir su particular deconstruc- en-común», entendidos como una condi-
ción del sujeto de la metafísica clásica y ción ontológica primordial. Y segundo, a
de la «metafísica de la presencia», temas través de la profundización de dicha onto-
centrales a partir de su libro Ego Sum, de logía como «ontología materialista», o tam-
1979. Para Nancy, el pensamiento deja de bién «ontología de los cuerpos», que la
tomarse como la actividad representativa autora desarrolla en el subcapítulo titulado
y significativa del sujeto, y no existe sino «Cuerpos ‘ecotécnicos’: mi cuerpo otro
en la dimensión de la «salida de sí». Por cuerpo, un cuerpo no mío» (pp. 140-145),
consiguiente, la realidad «tampoco puede ofreciendo así al lector una buena panorá-
constituirse ya como la cosa significada mica de los trabajos nancyanos sobre este
y presentada por ese sujeto que [...] se tema en los últimos quince años.
representa dicha realidad a sí mismo» y, Con las contribuciones de Delmiro
más importante todavía, «en nuestra tra- Rocha sobre Lyotard (pp. 153-168) y Jordi
dición metafísica, el sentido se ha confi- Riba sobre Badiou (pp. 233-249) se com-
gurado como ‘presencia’ » (p. 125). Por pleta la parte de filosofía francesa a la que
tanto, en tercer lugar, el paso decisivo de sigue una serie de trabajos de autores de
una «metafísica de la presencia» –de claro otros países y tradiciones intelectuales. Tal
signo heideggeriano– a un «presente de es el caso de Richard Rorty, cuya aproxima-
la presencia» viene a ser, para Nancy, el ción es abordada conjuntamente por Ramón
vehículo adecuado para fundamentar una del Castillo y Daniel López (pp. 169-197).
noción de presente distinta de la tempo- El artículo empieza con una interesante y
ralidad de la sucesión homogénea que se saludable reflexión sobre la condición y el
sustraiga al curso del tiempo y a dicha estatus del filósofo profesional en uno y otro
sucesión. El presente, por tanto, se entiende lado del Atlántico. Históricamente siempe
como presente diferido y diferente, desvin- ha habido dos tradiciones bien delimitadas
culado de la cuestión del tiempo y unido con sus propias características e idiosincra-
a una idea de la historia como mutación o sias. Rorty sin embargo, como señalan los
metamorfosis. Toda metamorfosis implica, autores, no encuentra ciertamente un lugar

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Reseñas 185

estable ni en la filosofía europea continen- Agambem están firmados por Brais González
tal del siglo XX ni –en menor medida– en Arribas y Alfonso Galindo Hervás. Mientras
su propia casa, la filosofía analítica y el que el primer texto ofrece un recorrido por
pragmatismo de fuerte arraigo anglosajón. las principales claves que articulan el pensa-
Rorty habría sido, en sus propias palabras, miento «débil» vattimiano –posmodernidad,
«un erizo que ha tenido una sola idea» (p. Verwindung, pensamiento y hermenéutica
174 y nota), conocida metáfora populari- ontológica débiles, comunismo hermenéu-
zada por Isaiah Berlin que sirve, no obs- tico, etc.–, el segundo texto aporta, no sólo
tante, como hilo conductor para desarrollar una buena panorámica sobre la compleja
el resto del artículo en cuatro ejes temáti- labor «arqueológica» de Agamben de repen-
cos, a saber: el problema de la verdad, la sar por completo los conceptos fundamentales
política (y la ética), el individualismo y la de nuestra tradición política, sino también, en
lectura. Mención especial merece, por un sus compases iniciales, aporta algunas claves
lado, el excelente desarrollo de la concep- intepretativas para contextualizar y entender
ción filosófico-político de la solidaridad en su obra, desde un punto de vista teórico, en
la obra de Rorty (pp. 182 ss.), entendida una determinada línea del pensamiento con-
por el filósofo como medio de integración temporáneo. El autor señala a cuatro nombres
y no de reconocimiento, y por el otro, la clave y su aportación al corpus agambeniano,
interesante tipología de libros que deben a saber, Heidegger (diferencia ontológica,
leerse y, de modo más importante, la fun- historicidad del ser y, de forma significativa,
ción que deben ejercer en la sociedad (pp. su interpretación de Pablo), Schmitt (estado
193-196). Recordemos a este respecto que, de excepción, teorema de la secularización,
en Contingencia, ironía y solidaridad, Rorty teorema de la esencia de lo político y de la
distinguía aquellos libros que nos ayudan a soberanía), Benjamin (estado de excepción,
mantener una conversación o un diálogo con concepción de violencia) y Foucault (biopo-
los demás y aquellos que satisfacen «nuestra lítica, genealogía), a los que añade, significa-
fantasía de autonomía, de suficiencia, de tivamente, el nombre de Reinhart Koselleck,
autocreación». Pero dentro del segundo tipo máximo representante de la historia concep-
de libros el filósofo también distinguía, a tual o Begriffsgeschichte en Alemania. La
su vez, «aquellos libros que nos ayudan a comparación entre Agambem y Koselleck
advertir los efectos de las prácticas sociales (pp. 255 ss.) abre nuevas e interesantes vías
sobre los demás» y aquellos que «nos ayu- de investigación a las que debemos dar, sin
dan a advertir los efectos de nuestras indi- duda, la bienvenida.
vidualidades privadas sobre los demás» (p. El último bloque de pensadores que cie-
194). Este último punto, pues, sería, en opi- rra esta obra colectiva pertenecen ambos
nión de los autores, de especial relevancia, a la misma generación, Peter Sloterdijk y
ya que a través de la lectura de este tipo de Slavoj Žižek. Mientras que el texto intro-
libros se delimita y define de forma estable ductorio sobre el segundo –escrito por
el concepto clave de «ironista», como aquel Oscar Rodríguez de Dios– se construye en
que es consciente de y sensible al dolor todo momento y se asienta en base a la
que nosotros en cuanto individuos podemos reinterpretación del concepto žižekiano de
infligir en otros individuos. «ideología», la aportación sobre Sloterdijk
Los textos sobre los influyentes pensa- que firma Isidoro Reguera (pp. 273-311),
dores italianos Gianni Vattimo y Giorgio presenta en un estilo libre, pero directo,

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186 Reseñas

muchas de las claves de la personalísima las multiplicidades espaciales cuya «vida


obra del filósofo alemán. Pueden destacarse se desarrolla multifocal, multiperspectivista
especialmente los epígrafes 4 y 5, que se y hetáricamente» (p. 299), un ambicioso y
ocupan de sus proyectos más conocidos: relativamente joven proyecto que merece
por un lado, su clásico Crítica de la razón ser atendido también por la academia de
cínica (pp. 287-293) y, por el otro, su ambi- nuestro país.
cioso y más reciente proyecto alrededor de En conclusión, esta obra que editan Cris-
Esferas (pp. 293-300), desarrollado en tres tina de Peretti Peñaranda y Cristina Rodrí-
tomos. A mi modo de ver, del primer libro guez Marciel cumple muy bien su objetivo
Reguera consigue transmitir muy bien no de presentar el pensamiento de una serie
sólo el contexto sociopolítico y sociocultural de filósofos actuales que cubren lo más
que acompañó su éxito en los años ochenta, significativo de la filosofía actual. Por esta
sino, sobre todo, explicar filosóficamente el razón puede ser de mucha utilidad para estu-
elemento cínico que subyacía a los plantea- diantes de filosofía y para cualquier lector
mientos, por ejemplo, de la Teoría Crítica y interesado, en la medida en que ofrece una
sus ramificaciones académicas en Alema- buena vía de acceso a las temáticas, debates
nia. Del segundo proyecto «esferológico», y polémicas que, por motivos de diversa y
Reguera va desgranando con solvencia, variada índole, sobrepasan en muchos pun-
desde Burbujas (1998), ese primer intento tos los márgenes de la filosofía puramente
por presentar una teoría y una psicología académica o simplemente no se encuadran
de la intimidad no subjetiva, primordial, directamente dentro de ella, como sería el
pasando por Globos (1999), sin duda el más caso en concreto de Sloterdijk.
spengleriano de los tres libros, hasta llegar a
Espumas (2004), en el que Sloterdijk plasma Diego Sánchez Meca
nuestra época partiendo de una teoría de (UNED)

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