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Vivencia de la Despersonalización en un Modo de Ser Perfeccionista: Estudio de Caso 1

Rodrígez J.W.2, , Herrera S.A.3

Maestría en Psicología – Profundización Clínica. Universidad del Norte


Barranquilla, Colombia. Enviado: 09/10/2018

Resumen

El presente estudio de caso cualitativo tuvo por objetivo comprender cómo una mujer de
22 años con una personalidad perfeccionista, con un marcado estilo racional y contenido,
profundizando especialmente en los diversos fenómenos asociados con momentos específicos en
la historia, sobre el uso de la despersonalización a través la vida de la consultante como principal
estrategia de afrontamiento de primer nivel: los antecedentes y la experiencia actual de
desconexión emocional. El caso fue abordado utilizando el marco teórico de la Logoterapia y su
enfoque para comprender este fenómeno particular. Esta investigación fue orientada por dos
preguntas guía: ¿Cómo es la experiencia del miedo al fracaso en el modo de ser perfeccionista?
y ¿En la personalidad perfeccionista cómo se vivencia el fenómeno de la despersonalización?
Para este propósito, el método utilizado para recopilar las experiencias de la paciente fueron
entrevistas a profundidad desde un enfoque hermenéutico-fenomenológico, que conducen tanto a
la interpretación como al análisis de la información recibida.

Palabras clave: despersonalización, investigación cualitativa, Logoterapia, obsesivo compulsivo,


perfeccionismo.

1
Esta investigación se realizó como requisito de grado de la Maestría en Psicología – Profundización Clínica de la Universidad del Norte.
Barranquilla.

2
Magister en Psicología. Profesor Maestría en Psicología – Profundización Clínica de la Universidad del Norte. Colombia Email:
jwrodrigob@gmail.com

3
Psicólogo. Maestría en Psicología – Profundización Clínica de la Universidad del Norte. Colombia Email: sebastiandres13@yahoo.es
Abstract

This is a qualitative case study which aim to comprehend how a 22 years old woman with
an obsessive-compulsive personality, with a marked rational style and content, delveing
especially into the various phenomena associated with specific moments in the history, about the
use of depersonalization through the life of the consultant as her main first level coping strategy:
The antecedents and the actual experience of emotional disconnection. The case was addressed
using the theoretical framework of Logotherapy and it is approach to understand this particular
phenomenon. This research was oriented by two guide questions: ¿How is the fear of failure
experience in the obsessive-compulsive personality? and ¿How is the phenomenon of
depersonalization experienced in the obsessive-compulsive personality? For this purpose, the
methodology used for collecting the experiences of the patient was in-depth interviews from a
hermeneutic - phenomenological approach, which lead both the interpretation as well as the
analysis of the information received.

Key Words: depersonalization, Logotherapy, qualitative research, obsessive compulsive,


perfectionism.

Introducción

A lo largo de este estudio cualitativo de caso se abordan aspectos biológicos,


psicológicos y existenciales que surgen de la comprensión biográfica de una mujer de la ciudad
de Bogotá que ha venido presentando manifestaciones despersonalizantes, para dicha
comprensión se construye un estudio fenomenológico desde una mirada integradora que prioriza
a la perspectiva Logoterapeutica como el eje central del proceso, identificando aspectos claves
para la manifestación del fenómeno de la despersonalización y la configuración de un modo de
ser perfeccionista.

Alissa es una mujer joven de 22 años que ha presentado desde la preadolescencia


sentimientos de frustración y tristeza que la llevaron a no querer sentir ni exponerse en relación
con otros, luego de vivir situaciones de crisis asociadas a ruptura familiar, acudiendo a
psicoterapia principalmente con el objetivo de revisar episodios de tristeza y sensaciones de no
hallarse o desconectarse, lo cual ha originado dificultades con su pareja principalmente.
Partiendo de las problemáticas que prevalecen en Alissa desde su preadolescencia, en
donde vivencia episodios de despersonalización consigo misma, con otros y con el mundo,
podremos evidenciar en su historia la complejidad de éste fenómeno como cuadro
psicopatológico y como estrategia de afrontamiento, dando cuenta adicionalmente, elementos
que pueden influir en la configuración de un modo de ser perfeccionista, que durante la
preadolescencia decide “anestesiarse” para intentar no sentir un profundo sufrimiento que
produjo la separación de sus padres. Alissa acepta participar en el presente estudio motivada por
la oportunidad percibida de profundizar aún más en su caso, y adicional a ello, en poder
contribuir a generar aportes significativos en la terapéutica de cuadros clínicos similares al suyo.

Marco Conceptual de Referencia

Se parte del entendimiento de la logoterapia en la definicion dada por su fundador Viktor


Emil Frankl (1990), como un modelo psicológico con influencias fenomenológicas existenciales
con especial énfasis en aspectos como la libertad, la responsabilidad y el sentido de vida.
Considerándose una perspectiva que dirige su abordaje más que a los aspectos psicopatológicos a
la movilización de recursos sanos en la persona, pues considera que el tema del sentido
indudablemente atraviesa toda la intervención clínica, pues se puede suprimir o trabajar un
trastorno, pero queda un vacío, la persona se adapta bien, pero surge la ausencia de sentido.
(Frankl, 1992), por ende la Logoterapia hace esfuerzos por el despliegue de comprensiones y
actitudes en el consultante permeadas de significado ante el sufrimiento, la angustia, el vacío
existencial etc... partiendo de una comprensión antropológica tridimensional biológica,
psicológica y espiritual, esta última comprendida no como aspecto religioso o esotérico, sino
como aquella en donde aguarda y emerge lo libre en el ser humano, es decir, aquella dimensión
en donde la autoconciencia reflexiva permite a la persona emplear sus recursos existenciales a
través del autodistanciamiento, que quiere decir poder conocer la manera en que piensa y siente
para verse en situación, regularse y proyectarse ,y en autotrascendencia que refiere al poder salir
de sí para el encuentro con un otro o una causa, develando así un proceso en la persona para el
encuentro con el sentido que puede clarificar actitudes y elecciones de mayor libertad frente al
síntoma, condición o restricción psicofísica (Martínez, 2013).
Justamente la Logoterapia considera en suma la necesidad trascendental en el ser humano
para poder experienciarse significativamente, lo cual representa protección y prevención ante los
efectos de días sin sentido, ausencia de dirección hacia un proyecto. depresión, ansiedad
patológica y sentimientos de extrañeza o despersonalización (Martínez, 2011).

En cuanto a la definición del espectro de la despersonalización, históricamente se han


presentado dificultades para su claro entendimiento en el ámbito profesional y para el público en
general de acuerdo a su complejidad como fenómeno, pues continúa siendo poco entendido y
conceptualizado (Steele, Boon y Van der Hart, 2014), adicionalmente los pacientes que
presentan este cuadro suelen tener poca claridad para comunicar la naturaleza de los síntomas y
manifestaciones, recurriendo con frecuencia al uso de metáforas y al uso de la expresión “es
como si...” como introducción a las referencias vividas, en un intento que puede generar
confusión al Terapeuta, pues dichos relatos surgen de la sensación de sentirse ajeno a las propias
experiencias, lo cual puede llevar al psicoterapeuta a comprensiones equivocadas (Sierra, 2009).
Por ejemplo es frecuente la asignación diagnóstica en estos casos a cuadros depresivos, debido a
las condiciones que impresionan las personas con despersonalización en similitud con estados de
tristeza debido a su visible embotamiento afectivo, sin embargo en la desconexión emocional
suele darse la sensación explícita en la persona de no necesariamente encontrarse triste, sino en
cambio refieren que pueden expresar tristeza o alegría pero no pueden llegar a sentir realmente
sus emociones, mostrando así un estado emocional más “plano” que limita su sentir. Estos
obstáculos pueden permear negativamente un abordaje y acompañamiento psicoterapéutico
adecuado a la problemática de la persona que presenta un problema de despersonalización, si se
tiene en cuenta lo inusual que suelen ser las manifestaciones y síntomas del cuadro, lo cual
puede llevarlos a sentirse incomprendidos, prefiriendo en ocasiones no expresar su problema
ante el temor de ser juzgados y vistos como seres extraños o raros (Carrasco, 2011).

Sierra (2012), describe las manifestaciones del cuadro como: “Los síntomas de
despersonalización comprenden experiencias de desapego o extrañeza respecto del propio
cuerpo, las sensaciones, los procesos mentales, los actos, y el mundo exterior” (p.24), el trastorno
de despersonalización se encuentra en el capítulo de los trastornos disociativos de la cuarta y
quinta edición del manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (2014), en su 5
edición el cual define la despersonalización como: “Experiencias de irrealidad, distanciamiento,
o de ser un observador externo respecto a los pensamientos, los sentimientos, las sensaciones, el
cuerpo o las acciones de uno mismo (p. ej,, alteraciones de la percepción, sentido distorsionado
del tiempo, irrealidad o ausencia del yo y embotamiento emocional y/o físico)”. (p. 302),
estableciendo los criterios diagnósticos para este trastorno cuando una persona experimenta
síntomas crónicos o recurrentes de distanciamiento o de sentirse un observador externo a sus
procesos mentales o de su propio cuerpo, que afectan su desempeño social, laboral, o familiar,
estos episodios no deben explicarse a causa de efectos fisiológicos directos de una sustancia u
otros trastornos psiquiátricos como trastorno por estrés agudo, esquizofrenia, trastornos
neurológicos o epilepsia del lóbulo temporal, siendo un factor clave para el diagnóstico que la
persona conserve el criterio de realidad (APA, 2014).

Basado en el Modelo Psicodiagnóstico Logoterapeutico el Doctor Efrén Martínez declaró


recientemente (2017), que el fenómeno de la despersonalización es entendido de acuerdo a las
manifestaciones sintomáticas presentadas anteriormente, pero adicionalmente se encuentra
contemplado entre las denominadas estrategias de pasividad y actividad incorrectas de primer
nivel (descritas en el siguiente apartado), comprendiendo la estrategia del acto despersonalizante
como una reacción de la persona ante una vivencia que puede entenderse como experiencia
traumática, provocando la intención de desconexión como estrategia de cuidado durante la
situación límite, sin embargo esta puede prevalecer a posteriori convirtiéndose así en una
estrategia de afrontamiento con la característica de ser la menos consciente de todas las
presentadas, lo cual puede hacer posible su prolongación durante años sin que la persona capte
sus efectos y consecuencias, restringiendo así lo psicofísico a través de intentos de huida a
estados de “anestesia” que buscan quitarse el malestar o prevenir que surja, para comprender
mejor esta definición se da el siguiente ejemplo: “la mejor opción fue desconectarme en aquella
experiencia tan difícil que viví para intentar no sentir, hoy en día tengo esa misma sensación de
desconexión bajo ciertas circunstancias amenazantes de las que quiero huir, pero no quisiera
continuar haciendo lo mismo cada vez que algo me genera malestar”.

Las estrategias de actividad y pasividad incorrectas de primer nivel se comprenden como


aquellos actos conscientes o poco conscientes que intentan modificar de manera inmediata y
radical preponderantemente la dimensión biológica y en segundo lugar la dimensión psicológica
con el objetivo de distensionar al organismo psicofísico, como forma de reacción ante un
malestar que puede ser físico, psicológico o existencial, las estrategias emergen en la persona
luego de vivenciar situaciones o experiencias desagradables e indeseables que evocan la angustia
de dejar de ser, perderse en medio de la trama de la vida o recibir un daño a la estructura del ser,
entendiéndose por actividad incorrecta una “lucha” por intentar eliminar la experiencia.
cambiarla o destruirla, tornándose así más de orden impulsivo, y la pasividad incorrecta
entendida como una “huida” en donde se intenta evitar la experiencia, huir de la misma o
prevenirla, tornándose así más de orden contenido. En estas estrategias se encuentran las
diferentes formas de consumo de sustancias psicoactivas legales y no legales, las descargas
compulsivas, la heteroagresion, las autolesiones y la despersonalización, estas estrategias de
primer nivel se considera implican un riesgo mayor en la persona, por tanto se prioriza su
abordaje desde la Logoterapia (Martínez, 2011).

Las estrategias de actividad y pasividad incorrecta de segundo nivel al igual que las de
primer nivel buscan la distensión de lo psicofísico, sin embargo, estas presentan mucha más
elaboración como proceso para intentar modificar preponderantemente la dimensión psicológica
y en segundo lugar la dimensión biológica, con el objetivo de eliminar el malestar o prevenir que
surja. En estas estrategias se pueden encontrar infinidad de actos como, por ejemplo: evitación de
contextos de evaluación, tendencia a la descalificación, contención emocional, exageración o
actuación de emociones, búsqueda de aprobación, tendencia al control de situaciones y personas,
manipulación, Autodistraccion constante para no verse etc., (Martínez, 2007)

Las estrategias de pasividad y actividad correcta de tercer y cuarto nivel, son


comprendidas como “correctas” en la medida que la persona busca abrirse al mundo externo e
interno dejando salir la libertad humana para alcanzar la mejor versión de sí mismo posible en
cada situación, en vista de intencionar la espiritualidad manifiesta en la captación de valores y
sentidos por realizar, las estrategias de tercer nivel se encuentran enmarcadas. recurso de
autodistanciamiento el cual devela el autocuestionamiento de pensamientos y comportamientos,
uso de recursos para regularse y verse a futuro con mejores posibilidades y las estrategias de
cuarto nivel se encuentran enmarcadas en el recurso de autotrascendencia que significa apertura
y resonancia de la persona con el mundo al entrar en contacto y resonancia afectiva con el valor
de las relaciones, propósitos y misiones que llevan a la realización del sentido. Estos son
denominados como los recursos noéticos o existenciales desde al Logoterapia. (Martínez, Osorio
y Rodríguez, 2017)

La personalidad podría ser definida como aquellos patrones arraigados en el individuo,


compuestos por cogniciones, afectos y conductas, que persisten por largos periodos de tiempo,
donde el carácter como aprendizaje experiencial y el temperamento como las disposiciones
biológicas y genéticas hereditarias (Livesley, 2001), tienen un papel trascendental para la
expresión en las áreas de funcionamiento de la persona como modos prevalentes de percibir,
sentir, pensar, actuar y relacionarse con otros, incluyendo las estrategias normales de
funcionamiento y aquellas que implican un problema de patrón o rasgo de orden patológico.
(Millón, 1983). Para la perspectiva Logoterapéutica la personalidad es la expresión
fenomenológica de la persona a través del carácter y el temperamento ,es decir, una
manifestación espiritual a través de “lo aprendido” y “lo heredado”, mediante la facultad
espiritual de la elección libre que configura “lo elegido” como toma de posición u oposición libre
ante los mandatos o condiciones biológicas, psicológicas y sociales que han sido adquiridas en
el carácter y el temperamento, los cuales son vistos como membranas porosas a través de las
cuales se expresa la persona espiritual, llegando a constituir la personalidad o modo de ser.
(Martínez, 2013)

Se entiende que la personalidad puede llegar a expresarse de forma inauténtica, en la


medida que las restricciones psicofísicas del temperamento o del carácter juegan un papel clave
en la manera en que se expresa o se bloquea la relación de la persona consigo misma, con otros o
con el mundo, pues en la personalidad inauténtica el organismo psicofísico se ha hecho rígido y
poco flexible, permaneciendo cerrado al mundo sin poder asumir la libertad y responsabilidad
inherente a la existencia para la manifestación de sus recursos noéticos, de tal manera que en la
inautenticidad se puede generar frustración existencial, impotencia e invisibilidad de valores y
sentido, lo cual lleva a la persona a necesitar del uso de estrategias de primer y segundo nivel
para sobrevivir, pues la tendencia que marcan los miedos y las amenazas los lleva a ser más
“empujados” por sus taras que “atraídos” por los valores, configurando así desde la
inautenticidad un cuadro diagnóstico más cercano a lo que conocemos por trastorno de la
personalidad. (Martínez, 2011)
La designación del concepto de personalidad desde la Logoterapia se concibe como
“Modo de Ser”, distintivo que surge teniendo en cuenta una base de influencia filosófica
existencial, que comprende las expresiones fenomenológicas de la persona a través de su
personalidad desde un modelo categorial-dimensional,(Martínez, 2007), teniendo en cuenta
estructuras psicológicas descritas a nivel de rasgos, patrones, estilos y trastornos de personalidad
, entre los que encontramos la personalidad obsesiva compulsiva (Millón, 2006),como referente
conceptual del presente estudio de caso y que es conocido en la logoterapia como el modo de ser
perfeccionista. Para Díaz del Castillo (2010) la comprensión del modo de ser perfeccionista
puede darse en niveles de restricción baja, media o alta, siendo el nivel alto el que se acerca al
conocido trastorno obsesivo compulsivo de la personalidad, el cual es definido en conjunto a los
criterios diagnósticos por el DSM-5 (2014) como: “Un patrón general de preocupación por el
orden, el perfeccionismo y el control mental e interpersonal, a expensas de la flexibilidad, la
espontaneidad y la eficiencia, que empieza al principio de la edad adulta y se da en diversos
contextos, como lo indican cuatro (o más) de los siguientes ítems;” (p.678)

1. Preocupación por los detalles, las normas, las listas, el orden, la organización o los
horarios, hasta el punto de perder de vista el objeto principal de la actividad.
2. Perfeccionismo que interfiere con la finalización de las tareas (p. ej., es incapaz de acabar
un proyecto porque no cumple sus propias exigencias, que son demasiado estrictas).
3. Dedicación excesiva al trabajo y a la productividad con exclusión de las actividades de
ocio y las amistades (no atribuible a necesidades económicas evidentes).
4. Excesiva terquedad, escrupulosidad e inflexibilidad en temas de moral, ética o valores (no
atribuible a la identificación con la cultura o la religión).
5. Incapacidad para tirar los objetos gastados o inútiles, incluso cuando no tienen un valor
sentimental.
6. Es reacio a delegar tareas o trabajo en otros, a no ser que éstos se sometan exactamente a
su manera de hacer las cosas.
7. Adopta un estilo avaro en los gastos para él y para los demás; el dinero se considera algo
que hay que acumular con vistas a catástrofes futuras.
8. Muestra rigidez y obstinación.
Este se encuentra clasificado en el grupo C, junto a otras personalidades con características
ansiosas o temerosas, siendo uno de los trastornos con más prevalencia en la población general
con un 2,1 a 7,9%, siendo diagnosticada con el doble de frecuencia en hombres que en mujeres
(APA, 2014).
Con respecto a la relación entre personalidad perfeccionista y cuadros de
despersonalizacion, es posible identificar que la mayoría de los pacientes con trastorno de
despersonalización presenta antecedentes de haber sufrido un trastorno de ansiedad, con base en
estudios realizados en individuos con trastorno de despersonalización encontraron que el 70%
informó haber tenido pensamientos intrusivos y repetitivos (Baker, 2007). Según Carrasco
(2011) existen aspectos psicológicos y biológicos que permiten relacionar el TOC con el
trastorno por despersonalización bajo el argumento de la existencia de elementos clínicos
similares, como la tendencia al autoexamen persistente, la presencia de temores fóbicos, la
existencia de datos que indican una implicación de sistemas serotonérgicos en la
despersonalización, informes de casos en los que se aprecia una similitud en cuanto a datos
neurofisiopatológicos, como la activación de la corteza frontotemporal izquierda y disminución
de la perfusión ipsilateral del núcleo caudado. Los síntomas de despersonalización tienden a la
auto-observación como efecto en la persona de experimentar su propio cuerpo como ajeno, pues
algunos pacientes con despersonalización pasan gran parte del día pensando cómo están o cómo
se sienten o dónde están verdaderamente, razón por la cual se ha considerado una relación
estrecha entre la despersonalización y las manifestaciones obsesivas o modo de ser
perfeccionista.

En relación a la vivencia de ruptura familiar como vivencia que implica una condición
previa de alta vulnerabilidad en la persona, es clave comprender inicialmente que la familia es el
medio natural para el desarrollo cognoscitivo, el desarrollo emocional y la adaptación social, y
que por tanto todas aquellas circunstancias que afectan a la familia y a la interacción de sus
miembros generan repercusiones en los niños y/o adolescentes, entre las cuales se destaca el
fenómeno de separación de los padres, el cual genera un aproximado casuístico en escenario
clínico del 30% en niños y jóvenes que se ven ante una situación de sufrimiento por ruptura
familiar, en contraste a un promedio de casos del 10% en escenarios clínicos de niños y jóvenes
que viven con sus padres (Mardomingo, 2012). El estrés que puede experimentar un niño o
adolescente antes, durante y después del proceso de separación parental, genera en algunos casos
un impacto desencadenante de psicopatologías, pues se estipula que entre el 20% y 25% de los
niños de padres separados sufre problemas psicológicos en comparación con el aproximado del
10% de los niños y jóvenes que viven con sus padres (Wallerstein y Corbin, 2002), por lo tanto
los niños y adolescentes afectados suelen configurar cuadros de ansiedad, depresión y trastornos
de comportamiento de un nivel problemático considerable, y que por supuesto pueden
prolongarse hasta la edad adulta, puesto que los niños y adolescentes que se enfrentan a una
ruptura parental pueden llegar a experimentar una crisis en su sistema de valores y en la
comprensión de la vida que han construido, siendo más vulnerables a sufrir cuadros de orden
depresivo con ideas e intentos de suicidio, pérdida de sentido de vida, trastornos de ansiedad y
problemas de comportamiento (Kelly, 2000).

Metodología

El enfoque cualitativo elegido también se conoce como investigación naturalista,


fenomenológica, interpretativa o etnográfica, siendo así una especie de “paraguas” en el cual se
incluye una variedad de concepciones, visiones, técnicas y estudios no cuantitativos que utilizan
la recolección y análisis de los datos para lograr hallazgos o revelar nuevas interrogantes en el
proceso de exploración. (Hernández, Fernandez y Baptista, 2014). Estos métodos pueden usarse
para abordar fenómenos sobre los cuales se conoce poco o mucho pero se busca obtener un
conocimiento nuevo, brindando la posibilidad de reunir datos a través de técnicas como
entrevistas u observaciones, que puedan ser analizadas con el propósito de descubrir o afianzar
conceptos y relaciones, para poder ser organizadas en un esquema explicativo teórico que sume a
la comprensión de los fenómenos en cuestión (Strauss y Corbin, 2002), Teniendo en cuenta el
marco de estrategias para la investigación cualitativa, el presente trabajo opta por el estudio
cualitativo de caso único, el cual representa un método viable para el contexto psicoterapéutico
(Stake, 2007).

Técnica
El estudio cualitativo de caso único permite emplear la técnica de entrevista abierta y a
profundidad que faculta la exploración de los fenómenos desde un encuentro en donde la los
cuestionamientos y las respuestas devele las descripciones propias del individuo que contribuyan
al diagnóstico del mismo (Ruiz, 2012), con el propósito de contrastar, reafirmar o desvirtuar
unidades de análisis teóricas con base en los cuestionamientos planteados acerca de los
fenómenos a abordar.
Procedimiento
Como expresión directa de este estudio orientado desde la Logoterapia, se recurre al
método fenomenológico el cual fundamenta el desarrollo epistemológico del modelo, pues
orienta al abordaje y estudio de la realidad a través de un método descriptivo que parte del marco
de referencia interno del individuo (Husserl, 1982), desarrollando desde este abordaje un intento
por deshacer los prejuicios propios del terapeuta lo cual se conoce como “epojé”, con miras a la
construcción de una comprensión subjetiva de la experiencia del individuo, partiendo de la
descripción de las peculiaridades pertenecientes a la esencia de una vivencia, la exploración de
las configuraciones singulares de las experiencias y la exposición y descripción esencial de una
vida anímica. (Husserl, 1992).

Muestra
La muestra para el presente estudio de caso es intencional, se trata de una persona de
nacionalidad Colombiana, de género femenino, con 22 años de edad, de estado civil soltera, de
estrato socioeconómico 3, con un nivel de formación académica Profesional (en Psicología),
actualmente se desempeña laboralmente como empleada en una Institución Educativa.
Cumpliendo con las consideraciones éticas y profesionales del presente estudio de caso, la
consultante manifiesta su disposición para participar voluntariamente en el estudio, acto seguido
firma el respectivo consentimiento informado.

Resultados

A partir del análisis de la información obtenida de los relatos de Alissa, emergen dos
grandes categorías de análisis: la primera refiere a la vivencia del miedo al fracaso y la segunda a
la vivencia de despersonalización durante su pre adolescencia y en la actualidad, estas categorías
se correlacionan en el análisis realizado con las preguntas que orientan la investigación, durante
el análisis de las narraciones otorgadas por la consultante se despliegan una serie de unidades de
análisis, que para efectos de la presente investigación han sido agrupadas en dos apartados,
guardando coherencia con las preguntas orientadoras, siendo denominadas de la siguiente
manera: vivencia del miedo al fracaso y vivencia de la despersonalización, igualmente, se
establecen unas categorías a partir de la gran cantidad y variedad de temas contenidos en los
capítulos ya referidos, que permiten tener una visión más detallada de las cuestiones reseñadas
en ellos y que se describen a continuación

Vivencia del miedo al fracaso


En relación con la pregunta orientadora dirigida a la exploración de cómo se vivencia el
miedo al fracaso en un modo de ser perfeccionista, es posible encontrar un conjunto de
situaciones referidas por la consultante durante el proceso, que pueden ser asociadas de forma
evidente a la comprensión de la amenaza que supone fallar, y a la manera en que dicha vivencia
se experimenta en la vida de Alissa, este análisis se relaciona en coherencia con la evidencia
teórica e investigativa referenciada y se presenta a continuación.
Las características de personalidad perfeccionista de Alissa, si bien no trascienden al
terreno de trastorno de personalidad, son evidentes, tanto en sus relatos durante las entrevistas,
como en las pruebas psicodiagnósticas realizadas. Así pues en el diagnóstico realizado es posible
observar resultados inicialmente cualitativos que vislumbran un estilo de orden perfeccionista, al
aplicar la prueba de personalidad CEPER III (Caballo, Guillén, Salazar e Irurtia, 2011), la
personalidad obsesiva compulsiva se da como la más puntuada con amplio rango de diferencia
(53). adicional a los resultados de la aplicación del Instrumento de Jerarquización de Valores
(Díaz del Castillo, 2017), que arroja una puntuación considerable en lo que respecta a valores
intelectuales y éticos, los cuales son característicos de un estilo racional perfeccionista (Díaz del
Castillo, 2010), reafirmando lo anterior a nivel cualitativo mediante lo observado en la entrevista
clínica y en las respuestas dadas por la consultante en el Instrumento de Formulación Biográfica
(Martínez, 2016): “Desde pequeña fui muy seria, tanto así que la gente puede pensar que soy
malgeniada, distante y difícil para acercarse”.

Con respecto a las pautas que moldean el temperamento y el carácter desde lo aprendido,
se resalta una consigna transmitida con frecuencia por el padre: "Eso me gusta, que seas fuerte y
no blandengue como tu papa”, lo anterior se considera que en primer lugar implica una
invalidación emocional en la consultante, y segundo. una presión para responder desde la etapa
de infancia a posturas forzadas de aparente autocontrol e invulnerabilidad, que para el presente
análisis puede ser considerado como un aspecto causal para de desarrollo de la intolerancia al
malestar y la reafirmación de rasgos de estilo contenido perfeccionista.
Las situaciones de conflicto que llevaron a la separación de los padres de Alissa, y las
secuelas de culpa y resentimiento que prevalecen actualmente, es probablemente el factor
predisponente más referido y profundizado en ella, debido al gran impacto que esto le genera,
“El divorcio de mis papás es el evento crítico que identifico claramente, a raíz de éste, manejar
mis emociones en la adolescencia también fue difícil.”, por tanto es referido por ella como una
de las principales razones que la llevaron a sentir el malestar que a la postre la conduciría a la
vivencia del miedo a un fracaso inaceptable en referencia especial a su padre, generando
sentimientos y descalificaciones que prevalecen en cierta medida hasta hoy: "siempre he
cuestionado que obró mal, que es culpable de las cosas que ocurrieron… casi condenado durante
años a un ser que acabó con la unión, que acabó con algo sagrado", sumo a ello el temor a repetir
la historia vivida por su madre precipita la amenaza que implica fallar: "No quiero repetir la
historia de mi mamá, es lo que más miedo me da".

Teniendo presente el profundo malestar experimentado a modo de tristeza y decepción


por Alissa, producto de lo vivido con sus padres que marcó un antes y un después en su vida, a
tal punto que en la actualidad dichos sentimientos aparecen con frecuencia hacia ellos
dificultando la relaciones, ella manifiesta otra situación que identifica como causal de sus
dificultades emocionales, con respecto a sentimientos de incapacidad para vincularse con otros:
"He sufrido de nuevo la sensación de no poder vincularme, de sentir que soy algo distante,
pienso que me alejo en principio porque tengo miedo a ser lastimada de alguna forma, creo que
por esto pude haber evitado tener relaciones de pareja anteriormente”. Surgiendo así
sentimientos de frustración ante la incapacidad que genera la distancia emocional que antepone
en relación con otros, a causa de no equivocarse o que otros puedan fallar a sus expectativas, lo
cual devela la amenaza que implica tolerar la herida del fracaso relacional, experiencias que en
ocasiones y a lo largo de su historia, dejan a Alissa sin la posibilidad de afianzar vínculos
sociales y afectivos, en estado de aislamiento y por ende sin la posibilidad de expresar el
malestar que le aflige especialmente durante su preadolescencia, abonándose así un terreno fértil
para la germinación de las denominadas estrategias de primer nivel y segundo nivel.

Partiendo de las características observadas a nivel temperamental y del carácter en


Alissa, en donde algunas pautas transmitidas en contexto de crianza y educación invitan a la
contención e invalidación de emociones que supongan debilidad, la consultante expresa: “esto es
algo que creo que se relaciona con mis expectativas de fortaleza de mi misma y mi temor y
disgusto en ciertas circunstancias por mostrarme vulnerable, es decir sentir.”, lo cual puede
generar en Alissa una relación bastante perjudicial entre la capacidad de sentir como sinónimo de
debilidad, que de igual manera la lleva a considerar la relación de dicho concepto como sinónimo
de vulnerabilidad, lo cual por consiguiente, para este estudio agudiza la problemática ante un
constante cuidado de sí misma, cerrándose al mundo de las posibilidades en donde el fracaso y la
angustia puede significarle una de las tantas fuentes de sentido, activando de esta forma el uso de
estrategias de primer y segundo nivel con tal de cuidar una identidad creada de aparente fuerza y
autocontrol, pero que en realidad presenta fragilidad e incapacidad para vincularse ante el miedo
que conlleva enfrentarse al fracaso relacional y exponer su vulnerabilidad.

Adicionalmente Alisa afirma que dichos sentimientos de incapacidad e indisposición,


surgen en parte por la manera en que funciona su pensamiento, con ideas y recuerdos recurrentes
que se interponen por momentos bloqueando sus recursos: "Creo mi cabeza es más de recuerdos
y pensamientos fijados que me cuesta manejar". Mostrando así un marcado estilo racional que
cumple un papel importante para la restricción de lo psicofísico a través de la hiperreflexión
constante, en relación a eventos de ansiedad, temor, miedo y angustia.

Conforme lo visualizado acerca de la vivencia del error asociado al concepto de familia y


el peso que implica en la vida de la consultante, ella reafirma: "una familia que pueda lograr
mantenerse, sacar adelante los problemas y no fracasar nunca… aunque sé que no existe tal cosa
de la perfección siento que es algo que me cuesta aceptar", en donde se pueden observar
pensamientos y sentimientos de ambivalencia, entre un concepto ideal de familia asociado a la
unión y éxito, y otro de menor peso emotivo en referencia a la aceptación del error, la
equivocación o la falla que lleve a otro tipo de realidades o maneras de ser en una familia, como
podría ser la separación como posibilidad de valor para las personas implicadas a pesar del
sufrimiento que implica, y no necesariamente una representación de angustia que restringe a
partir de ideas sobre el fracaso, visto como una condena o desgracia irremediable. Por ende,
dichas ideas rígidas entorno al fracaso y al éxito, denotan cierta escrupulosidad e inflexibilidad
ante la comprensión del constructo de familia a nivel moral y ético, constituyendo una restricción
en la consultante para la flexibilización y captación de sentido en su sufrimiento.
Con respecto al manejo del malestar que implica la idea de fallar, Alissa autorreferencia
posturas asumidas por su madre tras la experiencia de separación, que aún persisten como
aspectos que orientan su concepto en referencia al perdón y al rencor, así como su sensación de
incertidumbre ante las relaciones interpersonales: "con la actitud de mi madre luego que
sucediera la separación, en donde jamás se planteó perdonar y cambió para siempre, algo con lo
que tal vez no esté de acuerdo pero a veces siento que no se si yo reaccionaria igual ante una
situación similar". Mostrando así cierta rigidez e inflexibilidad desde lo aprendido en su madre,
para dar resolución desde el miedo a sus propias experiencias problemáticas.

Finalmente, la idea más difícil de asimilar para Alissa entorno al fracaso tiene que ver
con el área afectiva: "No me imagino una separación con mi pareja, seria repetir la historia del
fracaso y no sé que pueda suceder luego de eso conmigo, en realidad ni siquiera puedo
imaginarlo sería algo terrible". Una vez Alissa manifiesta este miedo latente que expresa tras un
llanto conmovedor, contemplando la posibilidad de vivir una decepción, falla o disolución
sentimental, se destaca su actual disposición para involucrarse en una relación a pesar de sus
intensos miedos, lo cual se reconoce como un recurso poderoso de exposición al trabajo de sus
restricciones, que claramente subyace en relación con la vivencia de ruptura de sus padres.

Vivencia de despersonalización
La información que emerge al abordar la segunda pregunta orientadora (¿En el modo de
ser perfeccionista cómo se experimenta el fenómeno de la despersonalización?) es posible
describir importantes hallazgos en la manera en que a lo largo de la historia de Alissa se
configura un fenómeno gradual que evidencia un cuadro desconexión ante una situación de
profundo sufrimiento. En el caso de Alissa los efectos de la despersonalización implican en la
actualidad una serie de dificultades especialmente a nivel relacional afectivo, sin embargo, se
puede evidenciar un descenso progresivo en su restricción, dando paso a las estrategias de tercer
y cuarto nivel con mayor acento, aumentando su grado de conciencia y capacidad de oponerse a
los mandatos psicofísicos, así como la facultad de trascender y encontrarle un sentido a su vida.
Adicionalmente, luego de la exploración de la segunda pregunta orientadora emergen gracias a
los relatos de la consultante, una serie de fenómenos que revelan aspectos de gran interés sobre
su vivencia despersonalizante, en estrecha vinculación con el primer fenómeno abordado que
concierne al miedo al fracaso de un modo de ser perfeccionista.
La intensidad de los efectos emocionales experimentados por Alissa durante la crisis
familiar vivida en el inicio de su adolescencia, la llevan a mencionar la manera en que intentó dar
un manejo a dicho malestar “Durante ese período difícil llegué a vivir “la anestesia" en el que
quise y logré no sentir nada”, describiendo las sensaciones asociadas a dicha vivencia de la
siguiente forma: “la cabeza se volvía pesada de tanto pensar en las posibles razones que llevaron
a ese caos sin remedio. el corazón se volvía frío y sin motivos, las náuseas que genera la
impotencia me quitaban el apetito y solo quería dormir, desconectarme", lo cual marca la
angustia vivida desde un estilo racional cargado de ideas, recuerdos y posibles amenazas a forma
de hiperreflexión, intensos sentimientos de tristeza, impotencia, sensación de vacío y deseos de
huida emocional, ante lo cual la despersonalización se postuló como una estrategia viable para
afrontar dicho sufrimiento.

Actualmente la consultante presenta eventos despersonalizantes de menor nivel de


restricción, que no obstante implican un problema especialmente a nivel relacional afectivo "Hay
ocasiones de desencuentro con mi pareja, en las que quiero acercarme o expresarme de alguna
forma y termino yéndome o quedándome en silencio". lo cual sugiere que las secuelas actuales
de la denominada "Anestesia" prevalecen como una estrategia de pasividad incorrecta de primer
nivel, al intentar huir de situaciones que pueden representar un malestar asociado al miedo al
fracaso como vivencia base, para intencionarse de manera poco consciente hacia la desconexión
emocional, generando una sensación de extrañeza y pérdida de autonomía, adicionalmente
refiere: “Finalmente lo hago pero después surge una especie de autodescalificación del porqué lo
hice.. así sucedía cuando vivía la anestesia, lo hacía por tantas cosas que me afectaban, pero
luego decía y ¿porque no sentir? esto está mal”, lo cual sugiere que en medio del empleo de la
despersonalización, genera sensaciones de culpa y frustración ante la incapacidad o bloqueo que
la estrategia trae consigo para el contacto y resonancia con las emociones, generando en Alissa
un estado emocional que describe como plano y en últimas frágil, pues las emociones llegan a
sentirse en ella con tal intensidad luego de un periodo considerable en su historia bajo estado de
“anestesia”, que llegan a provocar sensación de angustia ante la connotación del sentir como
sinónimo de vulnerabilidad y debilidad. Vale la pena destacar que a pesar de esto es posible
observar disposición en su actitud para dejarse afectar y vincularse progresivamente al mundo, lo
cual devela el despliegue de estrategias de tercer y cuarto nivel para la captación de sentido.
Para Alissa su problemática de desconexión no es fácil de describir en los momentos
iniciales, como manifiesta en su motivo de consulta “vengo para darme la oportunidad de dar
explicaciones a sensaciones que he venido presentando”, sin embargo, a medida que el proceso
lleva a una mayor autocomprensión a la consultante, llega a referir "Siento que a veces no tengo
mucha conexión con mis emociones, pienso más de lo que siento. Una duda que he tenido desde
hace algunos años y que surgió durante mi anestesia es si realmente siento". Esta referencia
explica la presencia de efectos de mayor tendencia racional que definen un grado de ausencia
notable para la afectación emocional, lo cual impresiona que en medio de la experiencia de
despersonalización, surgió un importante desarraigo que llevó a sensaciones de extrañeza con
respecto a su capacidad de emocionarse, de tal manera que para el presente análisis esto pudo
afianzar un estilo racional perfeccionista como método de cuidado, que la distancio mucho más
de la posibilidad de resonar con sus emociones.

Aunque de poca frecuencia, el evento que mayor claridad denota efectos sintomáticos
despersonalizantes en Alissa durante el tiempo reciente, son las experiencias de irrealidad,
distanciamiento y sentirse observadora externa respecto a sus sensaciones, su cuerpo y sus
acciones, evidenciado a través del siguiente relato: “Empiezo a dar vueltas sin algún sentido, de
hecho, suelo hacerlo cuando voy por la calle o monto en bicicleta, me paso también en el metro
cuando fui de viaje. Viajar sin destino sin algún sentido... dando vueltas". La extrañeza de sí
misma por momentos desemboca en acciones carentes de sentido y propósito, sumando así un
efecto asociado a la vivencia de desconexión emocional que carece de intencionalidad y
conciencia.

La amenaza que implica para Alissa resonar con sus emociones, teniendo en cuenta las
dificultades descritas anteriormente fruto de la herida originada en su preadolescencia, lleva a la
consultante a refugiarse en escenarios académicos y laborales como un gran aliciente para
contactar con lo valioso, pero también, para intentar huir de otros contextos en donde pueda
verse vulnerable y que puedan llevarla a revivenciar sus miedos y efectos de la
despersonalización como estrategia de cuidado: "Me ha ayudado a tener mi mente ocupada, pues
creo que si no tuviese una vida así de activa esto ocurriría más seguido, es algo así como estar en
una dinámica para no llegar a contactar mis emociones". Los efectos de la desconexión generan
cierta aversión en la consultante, permitiéndose entonces un accionar en contextos académicos,
laborales y sociales previamente evaluados en donde puede regular síntomas, mitigar y controlar
las posibles amenazas.

Ante un sufrimiento que la paciente considera de gran afectación en su historia, la


desconexión emocional fue un mecanismo que le ayudó sobrellevar su dolor durante su
preadolescencia, y posteriormente a lo largo de su vida "Este caos que viví me llevó de alguna
forma a querer hacerlo y ser más seria y fría que nunca para no sufrir más”. La ganancia que
brinda la estrategia de desconexión a Alissa, no es tan poderosa como lo fue en el pasado, sin
embargo, en la actualidad prevalece de forma poco consciente, la posibilidad de retomar dicho
efecto “anestésico” ante la baja tolerancia al malestar.

El estilo Introvertido de Alissa encuentra en la acción despersonalizante una afinidad para


encontrarse en escenarios de soledad que considera importantes para ella, sin embargo descubre
que estas formas de intencionar sus acciones, pensamientos y emociones ante las dificultades, le
restan posibilidades de captación y realización de sentido y valores, en especial en sus
relaciones: “cuando me pasa en el momento creo que es lo mejor, me siento fría y carente de
culpa, el me llama y yo le digo que no quiero hablar con nadie y que necesito mi espacio". Es
posible llegar a considerar que Alissa logra disfrutar de la experiencia de desconexión, en
especial por su inclinación a buscar estar sola para desarrollar su arte, literatura y otras pasiones,
no obstante, dicha impresión no logra sostenerse al comprender el dolor y las dificultades que
trae la huida despersonalizante a su vida.

Alissa llega a reconocer el beneficio que trajo la estrategia en eventos pasados, sin
embargo muestra actualmente un mayor nivel de egodistonía con respecto a la misma, teniendo
en cuenta los factores problema, sin embargo, presenta cierta incertidumbre e inseguridad para
tolerar el malestar y las amenazas que llevan al uso de la estrategia “me sirvió, tal vez me siga
sirviendo pero no estoy muy segura de si vale la pena sentir, si me implicaría ser débil” pues para
Alissa la idea de exponerse en su vulnerabilidad dejando de a poco la identidad que construyo
sobre sí misma como “fuerte” o inquebrantable, da cuenta que se encuentra en una fase de
contemplación para el cambio, pues suele cuidarse en relación terapéutica con frecuencia y poner
en constante duda las recomendaciones y confrontaciones desde un marcado estilo de evaluación
racional.
La sensación de ser percibida como distante en los lugares donde suele intentar
vincularse, representa una consecuencia que lleva a la consultante a mostrarse como una persona
fría, cuidadosa y precavida, lo cual desemboca en sentimientos de frustración y tristeza “Ver que
no puedo llegar a conectarme tanto con los sentimientos de otros, y ver cómo en espacios como
el grupo de baile y la universidad muchas veces no siento pertenecer a un grupo...” Algunos
vínculos actuales y potenciales en Alissa se llegan a entorpecer a causa de la incapacidad
expresada y sentida por ella y que para el presente análisis ha sido restringida por la vivencia
despersonalizante. Por ejemplo los problemas que presenta la consultante con su pareja a causa
de su tendencia aislada y de extrañeza, supone un riesgo para dicho vínculo afectivo, lo cual
genera preocupación y la dispone al cambio. "Él aunque no entiende nada y siente frustración
trata de tener paciencia, aunque creo que todo tiene un límite y si las cosas continúan así sé que
puede acabar con esto, y eso estaría muy mal, lo lamentaría demasiado...” Cuando Alissa
comenta sobre estas dificultades se adjudica la responsabilidad de sus actos teniendo en cuenta
sus propias falencias para relacionarse afectivamente.

El reconocimiento de actitudes de tendencia aislada y desapegada, que han llevado a


Alissa a preferir hacer las cosas sola y buscar independencia al actuar más desde la restricción
que desde el valor, generan en ella actualmente sentimientos de culpa por actos que define como
egoístas, realizados con personas que considera valiosas. “No reincidir en mi aislamiento para no
volver a llegar al punto de solo pensar en mí, con cierto egoísmo". La culpa que muestra Alissa
en relación a actitudes en donde se ha mostrado egoísta e indiferente con otros llegando a pensar
solo en ella, supone un insumo para la autocomprensión y consideración de nuevas formas de ser
ante la estrategia de despersonalización y descalificación.

La intencionalidad inmersa en el uso de la despersonalización como estrategia, devela


una disposición poco consciente de sí misma para lograr el propósito de desconexión ante el
dolor de no ser, que se considera, tiene relación con el miedo a fallar, fracasar y ser decepcionada
luego de la vivencia de pérdida durante la separación de sus padres. “me acurruco en mi cama en
posición fetal y lloró mucho hasta que me coge el sueño...tal vez lo que percibo es que intento
algo así como “anestesiarme” para no sentir nada... bloquear las emociones...” Las
manifestaciones sintomáticas y acciones empleadas para el manejo del malestar teniendo en
cuenta la vivencia expuesta, permite observar que la herida de insuficiencia entorno al temor a
fallar, prevalece e inciden en la problemática existencial actual de la consultante.

La tristeza vivida en privado consecuente a una estructura de personalidad de tendencia


contenida, lleva a episodios de tristeza y frustración en soledad descritos como puntos de fuga o
descontencion emocional, lo cual impresiona que en gran medida la problemática y los
fenómenos vividos tiene una connotación existencial, siendo aquí clave la referencia de lo
amenazante que puede llegar a ser exponer su vulnerabilidad en relación con otros "Busco algo
así como un punto de fuga, quiero sentir la tristeza que no puedo mostrar delante de nadie
durante todo el día....pues sigo sintiendo que puede ser muy riesgoso mostrar mi vulnerabilidad a
los demás". Dichas expresiones de tristeza que Alissa se permite en el consultorio a medida que
manifiesta su herida e imposibilidad para ser en relación con otros, esclarecen que el caso se
encuentra en una dimensión preponderantemente psicológica existencial, que de esta forma
orienta un plan de tratamiento que apuesta por el despliegue de sus recursos noológicos y la
conexión con sus emociones para una existencia con sentido.

Discusión

Los análisis realizados a los relatos de Alissa dan como resultado agrupaciones bien
delimitadas de las unidades de análisis, de manera que es posible identificar, en primer lugar,
aspectos específicos asociados a su vivencia de miedo al fracaso: Características de modo de ser
perfeccionista, ruptura vínculos familiares, frustración, decepción, tristeza, dolor, temor, miedo,
angustia, ideas entorno al fracaso, respondiendo así a la primera pregunta orientadora (¿Cómo es
la vivencia del miedo al fracaso en el modo de ser perfeccionista?). En segundo lugar son
identificados e igualmente agrupados un conjunto, los aspectos considerados claves que emergen
del abordaje de la vivencia de despersonalización en la consultante: La despersonalización como
estrategia de afrontamiento, vivencia de los efectos de la desconexión emocional, beneficios de
la despersonalización, consecuencias de la despersonalización, descripción de los síntomas y
expresiones que revelan el carácter existencial de la problemática (¿En el modo de ser
perfeccionista cómo se experimenta el fenómeno de la despersonalización?).
La exploración de estos fenómenos en el relato de Alissa evidencia claros puntos de
encuentro, como se distinguirá a continuación, entre el discurso logoterapeutico y los diversos
fenómenos teóricos sustentados en relación con el miedo al fracaso y el fenómeno de
despersonalización.

Al hacer un recorrido por los factores más frecuentemente señalados por Alissa, que se
vinculan a la experiencia de un profundo sufrimiento por la separación y crisis familiar durante
la preadolescencia, es posible observar dos grandes categorías que precisan innegables
interacciones, pero que para efectos prácticos académicos, han sido trabajados por separado. Los
primeros, de carácter externos son la fuente de una gran cantidad de estrés y sufrimiento que la
consultante refiere haber experimentado durante su preadolescencia a causa de los conflictos y
posterior separación de sus padres, lo que en efecto significó la experiencia de fracaso por
ruptura de vínculos afectivos familiares y la constitución de su modo de ser. Los segundos se
ubican más en el terreno personal de la consultante y dan cuenta de las ideas que construye,
sobre la manera en que aprendió a cuidarse en su desconexión emocional ante la vivencia y
malestar que generaron sus miedos. Para Alissa la mala relación entre sus padres es el principal
estresor experimentado durante su adolescencia, “El divorcio de mis papás es el evento crítico
que identifico claramente. A raíz de éste, manejar mis emociones en la adolescencia fue difícil”,
recalcando su reacción inicial para intentar sobrevivir al malestar, "Este caos que viví me llevó
de alguna forma a ser más seria y fría que nunca para no sentir ni sufrir más”, esto de acuerdo
con lo referido por diversos autores, en donde el estrés que puede experimentar un niño o
adolescente antes, durante y después del proceso de separación parental, genera en casos, un
impacto desencadenante de psicopatologías, (Wallerstein y Corbin, 2002), pues el joven que
experimenta conflictos familiares sufre significativos niveles de vulnerabilidad (Martínez, 2007)
debido a la gran necesidad de resolver el malestar resultante.

Sin embargo el fuerte impacto de los estresores ambientales referidos se explican, en gran
medida, por las características de personalidad de Alissa, (Del Castillo, 2010) o su modo de ser
(Martínez, 2011), que como se observa tanto en la formulación del caso, como en sus relatos, se
constituye principalmente en un estilo perfeccionista, de éste modo Alissa menciona experiencias
donde surge la despersonalización durante su adolescencia, en donde se propone no sentir
cerrándose a la posibilidad de vincularse ante un marcado temor a ser vulnerada, intentando huir
de sentimientos de frustración y malestar (Martínez, 2017), así como otros efectos y estrategias
como desconfianza hacia otros y perder su identidad de persona fuerte, la racionalización
marcada hacia la evaluación de escenarios y personas, previniendo desde el miedo el posible
malestar que implica fracasar o sentir frustración por llegar a ser vista como insuficiente,
llegando así a descalificar dichos escenarios o personas cuando no cumplen ciertos
estándares,(Del Castillo, 2010), lo cual se mantiene en un nivel medio de restricción hasta el día
de hoy. Al respecto es clave resaltar las evidencias que a lo largo de las últimas décadas
sustentan la relación entre la personalidad perfeccionista y el fenómeno de despersonalización
(Carrasco, 2011). que en el presente caso, es posible observar dicha interacción y configuración
entre ambos fenómenos.

Dentro de los factores personales que facilitaron la experimentación de la


despersonalización en Alissa, se encuentra el manejo de un conjunto de ideas y actitudes
respecto a su connotación de desconexión, que le permiten sustentar desde lo cognitivo el
angostamiento de su campo de posibilidades, voluntad y por consiguiente de su libertad,
(Martínez, 2011), y así perfilar la desconexión como una opción de gran poder ante el
sufrimiento experimentado y que adicionalmente, le genera beneficios de gran valor dada su
condición de adolescente y su estructura de personalidad, con un marcado estilo racional, con
tendencia a la contención y embotamiento emocional que por momentos, la posiciona a querer
mostrarse fuerte y segura de sí misma, en la medida que ha configurado creencias en donde
“sentir es sinónimo de debilidad”, adicional a la suficiencia que percibe en la autoexigencia,
aislamiento e individualidad para su desempeño académico y laboral. (Sierra, 2009)

En cuanto a la vivencia de la despersonalización en el caso de Alissa salta a la vista el


proceso de “anestesia”, como fenómeno que desde la Logoterapia es reconocido por su carácter
de estrategia de primer nivel de menor grado de consciencia para la persona (Martínez, 2017) y
que se configura para el presente estudio de caso, como una respuesta a una situación o evento
que generó altos niveles de estrés y sufrimiento, que para la Logoterapia se define en el
desarrollo de estrategias de actividad o pasividad incorrectas, comprendidas como aquellos actos
conscientes o poco conscientes que intentan modificar de manera inmediata y radical
preponderantemente la dimensión biológica y psicológica, con el objetivo de distensionar al
organismo psicofísico, como forma de reacción ante un malestar que puede ser físico,
psicológico o existencial, que surge luego de vivenciar situaciones o experiencias desagradables
e indeseables, que evocan la angustia de dejar de ser, perderse en medio de la trama de la vida o
recibir un daño a la estructura del ser.(Martínez, 2011), que para el caso de Alissa se evidencian
dichas vivencias en sus relatos que remontan a la adolescencia en medio de la crisis familiar
sufrida.
Dentro de los comportamientos señalados por Alissa en su relato, se encuentra la
contención emocional como elemento transversal a la constitución y mantenimiento de las
estrategias de afrontamiento incorrectas, dando paso a actitudes reactivas de cuidado, mostrando
así un pobre desarrollo del recurso noológico de autodistanciamiento (Martínez, Osorio y
Rodríguez, 2017), esto gradualmente va acrecentando su vulnerabilidad y por ende, el acto de
despersonalización a forma de huida, llegando a estados en los que para la consultante suele
resultar difícil oponerse a los mandatos psicofísicos enmarcados en la necesidad poco consciente
de desconectarse.

Sin embargo más allá del papel que cumplen las estrategias de primer y segundo nivel en
el caso de Alissa, es posible observar estrategias correctas de tercer y cuarto nivel (Martínez,
2009). Las primeras (pasividad correcta) se presentan en el relato y el encuentro terapéutico
cuando expone intención de cambio frente a su versión problemática: “Quisiera sentirme más
conectada y en balance con mis emociones, no sentir que me desbordan o me impiden solucionar
los eventuales conflictos.” observando las restricciones y consecuencias que resultan de su forma
de ser actual, concibiendo la necesidad de realizar cambios en su vida, y las segundas, de cuarto
nivel, cuando se percibe en capacidad de emocionarse con sus actuales vínculos, su carrera
profesional y las personas con las que se relaciona, en especial con su pareja. Siendo estas
últimas las expresiones de lo espiritual en ella (Frankl, 1990) pues como se evidencia en el
diagnóstico y formulación de caso planteado, estas estrategias de tercer y cuarto nivel,
consolidan expresiones poderosas en Alissa para conectar y resonar con sus emociones,
especialmente en sus relaciones, las cuales se consideran un gran aliciente y acelerador para su
proceso, en la medida que permiten un despliegue de sus recursos noológicos y la captación de
un sentido de vida, en relación con el abordaje logoterapeutico brindado durante este
acompañamiento desde la invitación recurrente en la obra de Frankl hacia una fé inquebrantable
en el espíritu humano. (Frankl y Allport, 1991)
Consideraciones Adicionales

Durante el acompañamiento terapéutico el investigador tiene reacciones emocionales a


causa del encuentro que logra establecer con la consultante, en donde expone gradualmente su
propia vulnerabilidad como aliciente para el establecimiento de un vínculo en coexistencia de
carácter genuino. Dichas emociones sentidas se relacionan con los relatos expuestos por Alissa
pero también con las expresiones del modo de ser preponderante de la paciente. Las emociones
de tristeza surgen al intentar comprender el profundo sufrimiento vivido por Alissa durante su
adolescencia, más aún, al conocer la estrategia empleada para afrontar dicha experiencia, que ella
denominó como anestesia. Aquí adicionalmente se despiertan sentimientos de sorpresa y
curiosidad, la emoción del miedo aparece ante los rasgos de estilo perfeccionista, en especial
durante las primeras sesiones, donde la consultante muestra una postura algo demandante, seria,
exigente y calculadora. Estas reacciones emocionales no considero que hayan afectado el
desarrollo del proceso, sino por el contrario, llegaron a promover elementos claves para la
derestriccion en el aquí y el ahora del escenario terapéutico, respecto a las dificultades en Alissa
para conectarse y vincularse con el mundo. Por tanto, llegó a tener la sensación de que la
relación terapéutica comprensiva, cercana y genuina denota un poder superlativo para los
movimientos terapéuticos que lleven a la conexión emocional en la vivencia de
despersonalización y, por otro lado, a la flexibilización de un modo de ser perfeccionista.

Un aspecto limitante a tener en cuenta, fue la difícil comprensión del problema durante
un periodo considerable del proceso, dada la confusión diagnóstica descrita en el marco
conceptual como tendencia clínica, que refiere a la frecuente formulación de cuadros depresivos
a pacientes que presentan despersonalización a causa de la impresión que generan a primera
vista, por tanto no fue la excepción la presente experiencia, pues solo hasta los tiempos
intermedios y finales del proceso pude lograr esclarecer un diagnóstico diferencial de
desconexión emocional como un factor clave de la vivencia y la problemática presentada por
Alissa, y a partir de allí generar la lectura y comprensión para un plan de tratamiento adecuado,
despertando así sensaciones de mayor seguridad en los movimientos terapéuticos para trabajar la
estrategia despersonalizante.
De manera que se recomienda en busca de prevenir dichas confusiones diagnósticas, ,
acercarse a la comprensión de las experiencias diferenciales entre episodios de embotamiento
emocional y de tristeza sentida, pues por ejemplo, para Alissa, la tristeza en realidad no
representaba un efecto preponderante y causal de su problemática, sino más bien, su sensación de
incapacidad para sentir, resonar y expresar dicha tristeza y demás emociones, tratándose así de
un estado más aplanado o neutro como obstáculos para emocionarse, lo cual según esta
experiencia de estudio, revela un aspecto clave para el diagnóstico clínico del fenómeno de
despersonalización, y por supuesto, para un acompañamiento más adecuado en los procesos de
ayuda.
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