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1.

Introducción

La Hidráulica es una ciencia de ingeniería que estudia el comportamiento


del agua en conductos abiertos y cerrados, apoyándose en aspectos teóricos
fundamentales de la mecánica de fluidos como el análisis dimensional y similitud,
las leyes de conservación de la masa, energía y cantidad de movimiento en sus
formas diferencial e integral, y también en los métodos experimentales y
numéricos avanzados. Para el estudio de la hidráulica se distinguen tres
aproximaciones metodológicas complementarias: (1) hidráulica experimental,
que se basa en la medición de variables bajo condiciones controladas en
laboratorio, (2) hidráulica ambiental, que se basa en la medición de variables en
condiciones naturales y, (3) hidráulica computacional, que se basa en resultados
de simulaciones numéricas avanzadas.

La hidráulica encuentra aplicación en el diseño de obras civiles para


captar, conducir y distribuir agua, en el aprovechamiento del potencial
hidroeléctrico con fines de generación de energía, y en la gestión de recursos
hídricos y cuerpos de agua.

El presente es un texto introductorio a la Hidráulica, por lo que no


ahonda en temas de investigación y por ello, evita la referencia a trabajos
específicos. Está ideado como texto de apoyo para un primer curso de Hidráulica
dirigido a estudiantes de Ingeniería Civil.

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1.1 Historia de la hidráulica

Aunque es claro que las civilizaciones de la Antigüedad supieron


aprovechar los recursos hídricos con fines de riego, consumo humano y animal,
evacuar aguas servidas, y fueron capaces de desarrollar obras hidráulicas
monumentales, el nacimiento de la hidráulica usualmente se sitúa en el
Renacimiento, con los trabajos de Leonardo da Vinci. Debido a la base físico-
matemática requerida para el análisis de la hidráulica, esta disciplina recibió un
impulso recién después que Newton y Leibniz inventaran el cálculo diferencial. El
presente capítulo se estructura siguiendo los periodos: prehistoria, antigüedad,
clásico, edad media, renacimiento, siglos XVII al XX. Si bien las ideas y aportes al
conocimiento en general, y a la hidráulica en particular, no se desarrollaron
siguiendo estos límites, ellos otorgan un marco contextual adecuado para
entender el progreso de la disciplina. Al lector interesado en la historia, se
recomiendan los textos de Rouse e Ince (1957), Garbrecht (1987) y Hager (2009).

En términos gruesos puede decirse que el hombre moderno existe desde


hace unos 100.000 años. Alrededor del año 15.000 a.C. pobló los continentes y
alrededor del 10.000 a.C. comenzó a desarrollar la agricultura aunque
permaneció nómade hasta aproximadamente el año 5.000 a.C. Los antecedentes
indican que el hombre prehistórico utilizaba el agua directamente de sus fuentes
para consumo humano y animal y practicaba la navegación fluvial en piraguas.

Hacia el año 3.000 a.C. aparecieron los primeros grandes asentamientos


-las civilizaciones, ciudades y escritura- en cinco cuencas aluviales de los ríos
Tigris y Eufrates, ubicados en Mesopotamia que significa “tierra entre dos ríos” y
que tenía a Babilonia como ciudad principal; Nilo en Egipto; Indus en India y;
Huang-Yangtze en China. Durante la Antigüedad surgieron necesidades
primordiales de aprovechamiento del recurso hídrico como la captación,
almacenamiento y distribución de agua potable para consumo humano y
doméstico, el riego de los valles cultivados y la protección contra las crecidas de
los ríos que amenazaba con la inundación de los poblados. La navegación fluvial y
costera pasó a ser un medio de transporte importante. Se desarrollaron obras de

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gran envergadura como diques para evitar el desborde de los ríos, represas para
almacenar agua, redes de canales para el riego y la distribución de agua potable
y alcantarillado. Aparecieron los primeros limnímetros que indicaban la
profundidad alcanzada por las crecidas de los ríos, los relojes de agua y el sifón,
que se utilizaba para trasvasijar agua. No obstante el desarrollo que alcanzaron
las obras mencionadas, los pueblos de la Antigüedad no lograron un
entendimiento de los fenómenos y procesos relacionados con la hidrología e
hidráulica. En estas culturas, las lluvias, las grandes crecidas, las mareas, el sol,
la luna, eran personificados por Dioses y comprendidos como eventos
completamente desconectados, libres de relaciones causa-efecto. El arte de la
construcción de obras hidráulicas se desarrolló como un lento e intuitivo proceso
de prueba y error, lejos del conocimiento científico, que sin embargo permitió
erigir obras monumentales, dignas de admiración en nuestros días.

Entre los años 600 y 100 a.C., la cultura griega comenzó a influenciar
fuertemente la época con el desarrollo de sus ideas, que de alguna forma
aprovechaban la herencia de las culturas babilónica y egipcia. Entre los grandes
pensadores helénicos, sobresalen en hidráulica Arquímides (287-212 a.C.) quien
fue el único hombre de la Antigüedad que explicó correctamente un fenómeno
hidráulico –el principio de buoyancia- tal como se enseña hasta nuestros días, y
Hero (10-80) quien esquematizó correctamente el ciclo hidrológico. Fueron los
albores del conocimiento. Se sabe también que los griegos perfeccionaron los
relojes de agua, construyeron sistemas de bombeo y usaron el sifón de carga
constante para trasvasijar el vino.

Aprovechando el desarrollo logrado por los griegos a lo largo de casi seis


siglos, los romanos mantuvieron a Alejandría como capital intelectual. En el año
330 a.C. se fundó Constantinopla que constituyó la capital oriental del imperio.
Si bien, hasta su caída, en el imperio de la antigua Roma no se avanzó en el
conocimiento de la hidráulica, los romanos destacaron por sus magníficas
construcciones, entre ellas las obras hidráulicas para distribuir el agua. En el año
312 a.C. se construyó el primer acueducto romano que distribuía una dotación

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per cápita de agua a los habitantes de Roma similar a la que se encuentra hoy en
muchos lugares del mundo civilizado. Las ciudades romanas contaban también
con sistemas de alcantarillado o cloacas y recintos de esparcimiento con aguas
termales. No obstante, la técnica se desarrolló exitosamente, y de alguna forma
esto avala que se tenía conocimiento de cómo debía construirse para que las
obras “funcionaran”, la época romana representa una continuación del progreso
alcanzado por los griegos, sin que haya existido un desarrollo intelectual
relevante en el ámbito de las ciencias, i.e. mecánica, hidráulica, aunque sí en el
arte de la construcción.

La caída del imperio romano de occidente hacia el año 476 marcó el


inicio de la Edad Media; una época de mil años que se desarrolló de manera muy
diferente en occidente y en oriente. En occidente, la teología y la religión
incorporaron la filosofía aristotélica, dando origen a los escolásticos. Hacia 1230
se oficializó el funcionamiento de las universidades de Paris y Oxford, las que
durante todo el periodo continuaron desarrollando conocimiento y teorías
ambiguas y erróneas que fueron transmitidas a través de numerosos manuscritos
y de boca en boca hacia los países vecinos. Por ejemplo, en esta época aún se
creía que la velocidad de caída de un objeto dependía de su peso! Las
estructuras que habían sido construidas por los romanos sufrieron un gran
deterioro, probablemente debido a que las cruzadas dejaban poco o nada de
tiempo para concentrarse en su mantención.

En oriente, en el año 616, el imperio bizantino con Constantinopla


(actual Istambul) como capital vio cómo Alejandría fue conquistada por los
persas y luego en el 640 por los árabes, aunque sin sufrir la desolación de
occidente. Al igual que los griegos, los árabes desarrollaron los relojes de agua
que fueron introducidos por los moros a España hacia el año 711. En Siria se
mejoró la rueda de agua y en Persia (actual Irán) se desarrolló un molino de eje
vertical. En oriente fueron frecuentes los baños públicos, sistemas de
abastecimiento de agua y molinos.

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Durante la edad media, la falta de herramientas matemáticas y métodos
experimentales, llevó a las ciencias a un retroceso importante. Sólo en los
albores del renacimiento, con la invención de la imprenta y las primeras
traducciones de los libros que prácticamente sólo conservaban los escolásticos en
transcripciones a mano en latín, comenzó a vislumbrarse la posibilidad de
incrementar el conocimiento mediante la lectura y consecuente admiración por
los clásicos. De hecho, la traducción de la biblia al idioma alemán, permitió
generar el apoyo popular a la reforma de Lutero.

Entre las figuras del renacimiento, destaca Leonardo Da Vinci (1452-


1519), quien de manera muy autodidacta pero rigurosa se encargó de estudiar a
los clásicos (griegos y romanos) e investigar en una amplia gama de temas. Se
reconoce como el padre de la mecánica de fluidos e inspirador de la escuela
italiana que siguieran Castelli (1577-1644), Torricelli (1608-1647) y Guglielmini
(1655-1710). Durante este periodo se empieza a esbozar el método racional que
en concreto se tradujo en intentar observar y medir fenómenos para luego
explicarlos de manera plausible, al contrario del procedimiento clásico seguido
por los griegos, en que se partía de una idea surgida de la inspiración y luego se
buscaban los hechos que pudieran respaldarla. Hacia los inicios del siglo XVIII, las
herramientas físicas y matemáticas eran muy básicas, hasta que finalmente
Newton (1642-1727) y Leibniz (1646-1716) inventaron el cálculo diferencial
abriendo la puerta a la formulación matemática de un sin número de fenómenos
de la mecánica clásica.

Siguieron una serie de notables científicos que contribuyeron a la


hidráulica, entre los que destacan Bernoulli, Euler y Poleni en el siglo XVIII,
D’Alembert, Navier, Stokes, Reynolds, Froude, Saint-Venant, Darcy, Weissbach, y
Manning en el siglo XIX.

Los primeros laboratorios de ingeniería hidráulica del mundo aparecieron


a inicios del siglo XX. Hubert Engels fundó el primero en la TU Dresden el año
1898, seguido por Theodor Rehbock en la TU Karlsruhe en 1901, George Thierry

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en la TU Berlin en 1903 y Alexander Koch en la TU Darmstadt en 1904. A partir de
entonces, las instalaciones experimentales se transformaron en un estándar para
todas las Universidades de prestigio, dando un enorme impulso a la modelación
física a escala (note que Buckingham publicó su conocido teorema recién en
1912). Prandtl, von Kárman, Nikuradse y Schlichting de la escuela de Göttingen,
así como Kolmogorov destacaron por sus investigaciones sobre turbulencia en la
primera mitad del siglo XX.

Hoy en día es difícil y arbitrario establecer un límite entre la mecánica


de fluidos y la hidráulica. Por mucho tiempo, ambas disciplinas estuvieron muy
disociadas. Mientras los físicos y matemáticos del siglo XIX inventaron un fluido
ideal para poder representarlo mediante ecuaciones matemáticas que admitieran
una solución, los hidráulicos buscaban resolver problemas prácticos que
demandaba la sociedad como el diseño del alcantarillado, abastecimiento de
agua potable y mantención de vías de navegación fluvial. Con el desarrollo de los
métodos numéricos y el incremento explosivo de la capacidad de cómputo de los
procesadores modernos, desde hace algo más de una década es posible resolver
las ecuaciones que gobiernan el escurrimiento turbulento de un fluido real. Con
ello, ambas disciplinas están convergiendo al estudio de fenómenos comunes.

No obstante, se observa que la mecánica de fluidos moderna se ha


centrado en el estudio del flujo a una escala espacial y temporal muy pequeña,
poniendo atención en las estructuras coherentes turbulentas mediante técnicas
de medición como el Particle Image Velocimetry PIV y de cálculo como la Direct
Numerical Simulation DNS, Large Eddy Simulation LES y más recientemente,
Dettached Eddy Simulation DES. La hidráulica, en cambio, se ha centrado en el
estudio de las propiedades del flujo promediadas en la escala turbulenta de
tiempo, siguiendo el enfoque estadístico de Reynolds para acotar la escala
espacio-temporal de análisis encontrando aplicación más directa en el diseño de
obras hidráulicas, ingeniería fluvial y costera. En este nivel se utilizan técnicas
de medición como el Acoustic Doppler Velocimeter ADV y de cálculo numérico

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para la solución de las ecuaciones gobernantes: Reynolds-Averaged-Navier-Stokes
RANS y de Saint-Venant, dependiendo de la dimensionalidad del problema.

1.2 Hidráulica en la Ingeniería Civil

El Ingeniero Civil está llamado a desarrollar una cantidad importante de


obras civiles, de las cuales muchas intervienen glaciares, ríos, lagos, lagunas,
estuarios y costas. Otras como cepas de puentes, muelles y espigones, están
fundadas en lechos móviles bajo el agua, siendo afectadas por el escurrimiento y
también por el sedimento que éste moviliza.

La hidráulica proporciona la base para el diseño de éstas obras, y


también permite al ingeniero interactuar con personas de otras disciplinas
relacionadas como la geomorfología fluvial o la ecología.

En la próxima década, Chile desarrollará fuertemente la explotación de


agua almacenada en glaciares para su uso en faenas de extracción en la minería
andina, la explotación y recarga de aguas subterráneas y la construcción de
embalses de riego para su uso en la agricultura del valle central, proyectos de
centrales hidroeléctricas de pasada tendientes a incrementar la producción de
energía renovable, obras para disminuir el riesgo de desborde de los ríos,
defensas costeras e incrementará la cobertura de agua potable en sectores
rurales.

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