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2.

Elementos de hidromecánica
2.1 Regímenes de flujo según el criterio de Reynolds

En el movimiento del agua se observa una diferencia fundamental,


explorada por primera vez por Osborne Reynolds cerca de 1895. En su
experimento, Reynolds mostró la transición desde el régimen laminar al
turbulento, definiendo además el adimensional que lleva su nombre y que indica
el tipo de flujo:

ud
Re 

La figura 2.1 muestra esquemáticamente el caso del flujo laminar (arr.) y del
flujo turbulento (aba.)

ud
Figura 2.1. Flujo laminar, Re   2300 (arr.), flujo turbulento,

Re  4000 (aba.)

8
Conceptualmente, puede entenderse el fluido subdividido en capas de
flujo. El comportamiento del flujo en las capas cercanas a la pared controla la
distribución de la velocidad. Esta influencia disminuye hacia las capas más
alejadas hasta, eventualmente, perderse. La capa límite corresponde a aquella
capa que es influenciada por la pared.

2.2 Capa límite y perfil de velocidades

La figura 2.2 muestra a la izquierda un modelo, en el que el flujo se divide


en capas. Al centro, se muestra para la misma columna de agua, la distribución de
velocidad de un fluido ideal y a la derecha, la distribución de velocidades en la
columna de agua con el efecto de la pared. En la figura,   11.6 u* es el

espesor de la capa límite. Para un planteamiento y revisión acabada de la teoría


de la capa límite, el lector es referido a los textos de Prandtl (2002) y Schlichting y
Gersting (1997).

Figura 2.2 Modelo de capas (izq.), distribución vertical de velocidad en un


fluido ideal (cen.) y distribución vertical de velocidad en un fluido real (der.)

El esfuerzo de corte que genera la pared sobre la última lámina de agua,


directamente en contacto con ella, se transmite hacia las capas más alejadas
debido a un proceso difusivo, controlado por la viscosidad, hasta que el efecto de
la pared es imperceptible y el fluido se comporta como fluido ideal. La región,
donde la pared ejerce una influencia sobre el perfil de velocidades, se denomina

9
región de frontera o capa límite. Esta última tiene una componente laminar y,
puede además tener una componente turbulenta. En este, que es el caso más
frecuente, se habla de una “subcapa laminar” y de una “capa límite turbulenta”.
Para un tratamiento acabado de la fenomenología de la turbulencia, el lector es
referido a Tennekes y Lumley (1972) y Hinze (1975). Para su modelación ver Rodi
(1980).

La lámina de fluido inmediatamente contigua a la pared, se apega al


contorno, teniendo una velocidad nula (sleep condition). La figura 2.3 muestra la
distribución de velocidades y tensiones dentro de una capa límite completamente
desarrollada, en una tubería.

Figura 2.3. Distribución de velocidades y tensiones de corte en una capa


límite

Nótese que se han definido las variables z y r, de manera que:

 z r
 (z)   0 1   0
 R R

Por definición, el esfuerzo de corte sobre la pared es:

 0  u*2 

10
donde u * se define como la velocidad de corte, i.e. aquella velocidad que
genera el esfuerzo de corte sobre la pared. En el flujo laminar la razón entre la
velocidad máxima y la velocidad media es mayor que en el caso turbulento. La
figura 2.4 muestra el perfil típico en ambos tipos de flujo.

Figura 2.4: Distribución de velocidades en el flujo laminar y turbulento

El perfil laminar es parabólico, mientras que el turbulento es logarítmico.


Para igual velocidad media, la razón de velocidades media a máxima es de 0.50
en el caso laminar. En el caso turbulento varía entre 0.70 y 0.85 dependiendo de
la intensidad turbulenta. Esto se debe a que en el caso turbulento el flujo disipa
más energía debido al movimiento de los vórtices.

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Flujo laminar y la corriente de Hagen-Poiseuille

En el caso laminar, cuando el adimensional de Reynolds Re  2320 , las


líneas de corriente son paralelas. El intercambio de masa entre capas de fluido
sólo se debe a la difusión molecular.

El flujo laminar dentro de una tubería cilíndrica de sección circular


también se conoce con el nombre de Corriente de Hagen-Poiseuille, debido a que
estos investigadores resolvieron las ecuaciones de Navier-Stokes para encontrar
la distribución de velocidades en forma analítica. Considerando un sistema de
coordenadas cilíndricas, se tiene:

  2 u 1 u  p
  2   
 r r r  x

Valiéndose del hecho que la velocidad es nula en el límite con la tubería (sleep
condition):

 r2 
u ( r )  u max 1  2 
 R 

u m  0,5u max

En forma alternativa, puede encontrarse la distribución de velocidades a partir


de la segunda ley de Newton:

   u   
      0
z   z   

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Por otra parte, de la ley de viscosidad de Newton se tiene que:

r  u 
 (z)  u *2   (molecular)  
R  r 

u *2 r
u  r
 (molecular) R

u2 r 2
u(r)  * C
R 2

r R  u0

u*2 R u*2 R
C  0  C
2 2

u2R  r 2 
u(r)   * 1  
2  R 2 

que corresponde a un perfil parabólico de velocidades. La velocidad máxima se


obtiene al centro de la tubería, para z = R = radio. Derivando e igualando a cero
para obtener el valor extremo:

u(r) !
0  r0
r

Reemplazando, se obtiene una expresión para la velocidad máxima, que depende


de la velocidad de corte y de la viscosidad del fluido.

u2R
u(r  0)  umax   *
2

13
Por integración del paraboloide, la velocidad media del flujo es:

1
um  u max
2

que se encuentra en la posición:

1
ru  um  R  0,707 R
2

Es decir, a una distancia igual a 0,293R de la pared.

En muchos casos, es posible encontrar la solución analítica a las


ecuaciones de Navier-Stokes cuando el flujo es laminar. Por ejemplo, Blasius en
1910 analizó el caso de un tubo cuya sección va reduciéndose.

14
Flujo turbulento y la ley de velocidad universal de Prandtl-von Karman

En el caso turbulento, en tuberías cuando Re  2320 , la pared provoca


la generación de vórtices que producen un intercambio de masa en dirección
perpendicular a la dirección principal del escurrimiento. Ello hace que la difusión
turbulenta domine el fenómeno de mezcla en la sección transversal. En la región
cercana a la pared de la tubería, se desarrolla una capa límite. Directamente en
contacto con la pared se encuentra la subcapa laminar.

El carácter de la turbulencia está fuertemente influenciado por la


rugosidad de la pared en relación con el espesor de la subcapa laminar. Para el
caso unidimensional, permanente, dentro de una tubería el sistema de
ecuaciones de Reynolds, se reduce a

  2 u  2 u  2 u    2 (u ' u ' )  2 (u ' v' )  2 ( w' u ' ) 


0    2  2  2      
 x y z   x 2 y 2 z 2 

Suponiendo válida la existencia de una viscosidad turbulenta, también


llamada viscosidad aparente o de Boussinesq, resulta:

  (u ' u ') (u ' v ') ( w ' u ') 


   
 x y z 
   u u    u v    u w  
  t     t     t   
 x  x x  y  y x  z  z x  

   u u    u v    u w     u 
   t      t      t       t  
 x  x x  y  y x  z  z x   z  z 

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  u 
t    0
z  z   dz
 u 
y finalmente t c
 z 

Haciendo una analogía con el tensor de Reynolds, se obtiene:

 u w  w
 xz   u' w '  t    donde 0 por lo tanto,
 z x  x
 xz z   0 1  z H 
  u *2 1  z H   c . Si se integra la expresión de c:
 

 u 
t  c
 z 
 dz

Introduciendo la hipótesis de von Karman, t   2 z2 :

u  u 
 2z2    u*
2

z  z 

 u   u  1
z   u*    
 z   u*   z
z 

se obtiene la ley de velocidades:

1 1
u  z   ln( z )  c
u* 

Dado que la función logarítmica se indetermina en z=0, la evaluación de la


constante c se dificulta.

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En la realidad, el perfil de velocidades no se inicia en el borde de la
pared, si no que en una posición z0 que indica la cota de una pared “teórica”,
como se ilustra en la Figura 2.5.

Figura 2.5. Inicio del perfil logarítmico de velocidades, z0

Para determinar la constante de integración c, es necesario recurrir a


mediciones experimentales, que fueron realizadas entre 1925 y 1935 por
Nikuradse.

Rugosidad equivalente de Nikuradse

Nikuradse, realizó una serie de experimentos en tuberías de diferentes

u* k s
diámetros, donde variando el Reynolds de la pared, Re *   k  , midió los

perfiles de velocidad. En la expresión ks es la rugosidad equivalente de las arenas
propuesta por Nikuradse. La figura 2.6 muestra diferentes alturas de elementos
de rugosidad.

17
Figura 2.6. Alturas de rugosidad k y altura de rugosidad equivalente de las
arenas ks propuesta por Nikuradse

Para lograr una superficie con una rugosidad homogénea, en sus ensayos,
Nikuradse revistió las paredes interiores de las tuberías con arenas tamizadas de
diferente granulometría, obteniendo una serie de datos experimentales. Los
datos muestran una buena correlación con el adimensional de Reynolds de la
pared, que permite distinguir entre paredes “hidráulicamente lisas” e
“hidráulicamente rugosas”. La figura 2.7 ilustra el perfil de velocidades
turbulento con paredes lisas, rugosas y en transición liso-rugoso.  es el espesor
de la subcapa laminar.

Figura 2.7. Pared hidráulicamente lisa (izq.), en transición liso-rugoso (cen.) y


rugosa (der.)

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Pared hidráulicamente lisa y la ley de Blasius

La pared hidráulicamente lisa se produce cuando la superficie de la


tubería queda completamente embebida en la subcapa laminar, de manera que
la aspereza de la pared no penetra en el perfil de velocidades, puesto que desde
el punto de vista del flujo turbulento la subcapa laminar cumple la función de
“alisar” a la pared.

Blasius fue el primer investigador en estudiar en forma experimental el


perfil de velocidades con paredes lisas, encontrando la famosa ley potencial 1/7,
válida para paredes hidráulicamente lisas. Ejemplo de estas paredes son las
cañerías de cobre, vidrio y plexiglas u otros acrílicos. De acuerdo a Blasius:

u r  17
 r
 1  
umax  R 

Esta ley se cumple sólo en condiciones bastante ideales: pared

hidráulicamente lisa y números de Reynolds Re  10 5 . Eck (1957) encontró


experimentalmente que:

u r  1n
 r
 1  
umax  R 

Con
Re 4.5*104 2.0*105 6.4*105 2.0*106
n 7 8 9 10

La velocidad media, um se obtiene integrando en la sección transversal,

19
R 17
u  r
u m  max  1   2 rr  0,817 umax
R 2 0  R 

Esto significa, que en una corriente turbulenta, con pared lisa, la


velocidad media es 81,7% de la velocidad máxima, lo que es mucho más que en
el caso laminar, donde se tenía una relación del 50%.

El punto donde se produce la velocidad media es ru  u  0,758R , es


(r ) m

decir a una distancia desde la pared igual a 0,242 veces el radio.

A partir de los datos experimentales de Nikuradse, es posible determinar


la constante de integración en la ley de velocidad universal de Prandtl-Karman.
Para el caso de una tubería con pared hidráulicamente lisa, se cumple:

1 1
u  z   ln( z )  c
u* 

u z  1 u* z
 ln( )  5,5
u*  

La velocidad máxima corresponde a:

umax 1 uR
 ln( * )  5,5
u*  

Integrando en la sección transversal, la velocidad media es

um 1 uR
 ln( * )  1,75
u*  

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y se ubica en el punto ru  u  0,777 R , es decir a una distancia desde la
(r ) m

pared igual a 0,223 veces el radio.

Pared hidráulicamente rugosa

En este caso, el punto donde la velocidad es nula, se encuentra que es

z 0  k s 30 , con lo cual

u z  1 z
 ln( )  8,5
u*  ks

Esto implica, que el perfil de velocidades para una pared con rugosidad de las
arenas no parte en el punto z=0. La figura 2.8 muestra esquemáticamente esta
situación.

Figura 2.8. Punto con velocidad nula en el perfil de velocidades de una pared
rugosa, esquemático

21
La velocidad máxima corresponde a:

umax 1 2R
 ln( )  6.77
u*  ks

Integrando en la sección transversal, la velocidad media es

um 1 2R
 ln( )  3.02
u*  ks

y, al igual que en la pared hidráulicamente lisa, se ubica en el punto


ru(r)  um  0,777 R , es decir a una distancia desde la pared igual a 0,223 veces

el radio.

En resumen, de los experimentos de Nikuradse se determina la constante


de integración en la ley universal de velocidades de Prandtl-Karman, según:

 1 u*ks u*ks
 ln( )  5,5 Re*  ks  5 (liso)
  
c
 1 ln( 1 )  8,5 u*ks
Re*  ks   70 (rugoso)

 ks 

Reemplazando en la ecuación de la distribución vertical de velocidades se tiene:

 1 u* z u*ks
  ln(  )  5,5 Re*  ks  5 (liso)
u z  

u*  1 ln( z )  8,5 u*ks
Re*  ks   70 (rugoso)
  ks 

22
Pared con rugosidad de transición lisa-rugosa

Cuando el Reynolds de la pared se encuentra en la región intermedia,


entre 5 y 70, se espera que exista una pared en transición liso-rugosa. Para este
caso, Zanke (1996) propuso calcular la constante de integración de la ley
universal de velocidad, de acuerdo a una ponderación probabilística, de manera
que:

c  Pliso cliso  Prugosocrugoso

donde


Pliso  1  Prugoso  e 0,08ks

La figura 9 muestra la constante de integración, c en la ley universal de


velocidad de Prandtl-Karman como función del Reynolds de la pared.

Figura 2.9. Constante de integración a partir de datos experimentales de

u* k s
Nikuradse en función del Reynolds de la pared, Re * 

23
2.3 Particularidades del escurrimiento en cauce abierto

El escurrimiento en cauce abierto, a diferencia del flujo en contorno


cerrado, presenta una superficie libre en contacto con el aire, donde la presión
es atmosférica. La simetría impuesta por el ducto en presión se pierde, de
manera que la velocidad máxima no se encuentra en el centro de la sección
transversal. Los taludes laterales pueden o no ejercer una influencia significativa
en la distribución de velocidades, dependiendo de la razón entre el ancho y la
profundidad.

La ley universal de velocidad en rigor es válida solamente dentro de la


capa límite, que a su vez es difícil de delimitar. Por simplicidad, durante mucho
tiempo en hidráulica fluvial se ha asumido que la capa límite abarca toda la
profundidad del escurrimiento en canales y cauces naturales, cosa que de hecho
rara vez es así. En realidad, se observa que la capa límite sólo ocupa una porción
del orden del 20% más cercano a la pared, después de la cual la velocidad es
prácticamente constante. Varios investigadores han propuesto leyes de velocidad
modificadas para las regiones fuera de la capa límite, distinguiendo una región
interna (incluye a la capa límite) y otra externa (con influencia de la superficie
libre) con una región intermedia. La figura 2.10 muestra las distintas regiones de
escurrimiento en un cauce abierto.

Figura 2.10. Regiones del flujo en un cauce abierto

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La turbulencia se genera fundamentalmente en la región interna. En la
región intermedia la producción está en equilibrio con la disipación y, en la
región superficial domina la disipación. Para el caso de un cauce abierto, la ley
de velocidad universal de Prandtl-Karman cuando la pared es rugosa corresponde
a:

u z  1 z
 ln( )  8,5
u*  ks

y por integración:

H
um 1 z 1 H
  ln( )  8.5  ln( )  6.0
u* ks  ks  ks

que se conoce como ley de resistencia de Keulegan para paredes rugosas. Para
regiones del escurrimiento alejadas de la pared, en que z/H es mayor que 0.2, se
ha propuesto utilizar la ley de Coles (1956), que agrega un término adicional a la
ley de velocidad universal para extender su validez fuera de la capa límite. Sin
embargo, las diferencias que introduce el parámetro de Coles con respecto a la
ley de Prandtl-Karman son bastante pequeñas y además, la experiencia muestra
que solo resulta útil para canales con dimensiones del orden de las típicamente
encontradas en laboratorio. En el caso de cauces naturales, el perfil de
velocidades fuera de la capa límite se torna vertical.

En cauces con relaciones de ancho y profundidad B/H pequeñas, B/H<5,


se observa un efecto importante de los taludes sobre la distribución de las
velocidades en la sección transversal. El esfuerzo de corte en el lecho induce
corrientes secundarias. En cambio, en cauces más anchos, el efecto de los
taludes es despreciable. La figura 2.11 muestra la distribución de velocidades en

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cauces abiertos. En las secciones transversales se indican las líneas de igual
velocidad denominadas isotacas.

Figura 2.11. Distribución de velocidades en un cauce abierto

Por regla general, en cauces abiertos se encuentra una distribución


vertical de presiones hidrostática, vale decir, escurrimientos sin gradientes
espaciales ni temporales de la componente vertical de la velocidad. Sin embargo,
formas con curvatura importante, mayor al ángulo de la turbulencia libre (~15°)
pueden provocar presiones dinámicas mayores o menores a la hidrostática. La
figura 2.12 muestra la distribución vertical de presiones para un cauce recto
(presión hidrostática), un cauce cóncavo (presión dinámica mayor) y un cauce
convexo (presión dinámica menor).

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Figura 2.12. Distribución de presiones en un cauce abierto

Obras materializadas en hormigón armado deben considerar


especialmente el efecto de las subpresiones (gradiente negativo de presiones)
que puedan generar e.g. contornos convexos. Si la resistencia a dichas
subpresiones no es suficiente se observará desagregación del hormigón, pérdida
de recubrimiento y áridos a la vista.

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