Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Introducción.
La segunda desde 1940 hasta los años 60, cuando los profundos
cambios en la estructura argentina con la irrupción en la escena social y política
de amplios sectores populares permiten la discusión sobre los derechos
sociales y a su vez, cuando desde el feminismo y asociaciones de mujeres se
enardecen las consignas por el voto femenino, consagrado en 1946.
Primer periodo
Será recién en 1919, cuando encuentren junto a sus compañeras una grieta en
el sistema por donde colar la búsqueda de sus objetivos. Descubren que si bien
la Constitución nacional no permitía el voto femenino, sí ofrecía la posibilidad
de ser elegidas, es decir participar de la política a través de una candidatura.
En abril de ese año funda el Partido Nacional Feminista, con el cual Julieta
Lanteri se presentó como candidata a diputada. Esto la convirtió en la primera
mujer candidata política, con el lema “En el Parlamento, una banca me espera,
llevadme a ella”. Consigue 1.730 votos, sus votantes por supuesto eran todos
hombres.
En este sentido Lanteri como otras incluían en su lucha denuncias por las
condiciones inhumanas de las obreras privadas de cualquier derecho, peleas
contra proxenetas y funcionarios que se enriquecían con la explotación sexual,
exigencias por el derecho al divorcio, y terminar con el poder de la Iglesia
sobre la vida de las personas.
Sin duda para los años 20 la arenga de Lanteri empezaba a sonar con fuerza
Del mismo modo, la ley que permitió el voto de las mujeres debe
considerarse como parte de esa ampliación de ciudadanía no ya
meramente liberal, sino de inclusión social, que beneficiaba a las
mujeres, sobre todo a las de sectores populares, y también a las de
otras clases sociales.”
A lo largo del año 46, serán varias las intervenciones en las que Eva
Perón se referirá a la necesidad de la sanción de la ley 13.010. En una de esas
intervenciones en el Ministerio de Trabajo, en ocasión de la firma de un
contrato de trabajo para el sector textil, Eva dirá: “...a las mujeres también les
llegará la oportunidad de hacerse oír y no ser explotadas como lo han sido
hasta ahora...”. El Congreso en 1947 sancionó la ley del sufragio y la primera
experiencia formal de voto femenino se realizó en 1951.
El mismo año en que las mujeres votaban oficialmente por primera vez en
Argentina, la psicoanalista Marie Langer, de origen austríaco y radicada en
Argentina desde hacía pocos años, investigaba, con especial interés, los
problemas relacionados con la sexualidad femenina, la reproducción y la
maternidad. Producto de esas investigaciones publicó en 1951, Maternidad y
sexo, abordaje psicoanalítico que sitúa la condición femenina desde una
perspectiva marxista y feminista. Probablemente era una anticipación de otros
trabajos que aparecerían en los años 80 (Feminismo y sexualidad, entre
otros) y por otro lado, de la etapa que se desarrollaría a partir de los 60.
Tercer período
Este libro que contenía tres capítulos (“La Mujer y los Cambios Sociales.
La Mujer como producto de la historia”, escrito por Mirta Henault; “El trabajo de
la mujer nunca se termina”, de la canadiense Peggy Morton; por último, “La
Mujer”, de la argentina-cubana Isabel Larguía) que reflejaban la discusión
feminista sobre cuestiones tanto relacionadas con el mundo de las mujeres en
la vida cotidiana y familiar como con su inserción en el mercado de trabajo
desde una mirada que articulaba feminismo y marxismo.
“Desde UFA –la segunda ola del feminismo en nuestro país- hasta
ahora, han pasado veinte años. Muchas cosas han ocurrido durante
esas dos décadas. Algunas por influencia de UFA; otras, la
mayoría, no. También es distinta la manera de comprender el
feminismo, de vivirlo: el acento ha cambiado de lugar. En base a la
experiencia propia y ajena, de la que procuro dar cuenta, esbozo
algunas precisiones. Espero que ellas contribuyan a descorrer el
velo de ignorancia que todavía cubre al feminismo. Espero que
ayuden a quienes están gestando la tercera ola de esta causa
planetaria.
En esta sociedad competitiva y vertiginosa, no quiero olvidar el
cultivo de las buenas cualidades, entre las que se hallan la gratitud.
Por ello, vaya mi reconocimiento a las que antes hubieron de
brindar sus esfuerzos al feminismo tanto como a quienes día a día
continúan la labor de dignificación de la mujer. Asimismo, me
siento obligada por anticipado con todas aquellas que habrán de
dar lo mejor de sí en la modelación de un mundo más igualitario”.
(Calvera, 1990).
El retorno a la democracia
Desde sus escaños las diputadas feministas electas han apoyado dos
leyes fundamentales como el matrimonio igualitario (2010) y la ley de
identidad de género (2011). Queda sin embargo un tema fundamental en la
pelea legislativa como pendiente: la legalización del aborto que garantice la
accesibilidad gratuita y segura a los servicios de salud para abortar.
……………………………………………………………
BIBLIOGRAFÍA