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EL
TIPOGRAFÍA
Y LA
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez
ARTE EDICIÓN
EL
DE LA
TIPOGRAFÍA
Y LA
Contenido: Introducción / Rutilio García Peryra.—Libros alterados / Miguel Angel Achig Sánchez .—El libro-arte en México en el siglo
XXI como dispositivo de resistencia social / María Graciela Patrón Carrillo.—Libros para la memoria: creación colectiva de libros-arte
en pueblos originarios de México / Francisco Villa Vargas, Anna Yamel Gatica Matías.—Sobre las relaciones transtextuales y sus polifo-
nías transmediales en el hiperlibro-arte / Bibiana Crespo-Martin.—Libro-arte tipográfico contemporáneo y sus posibilidades creativas
/ Sandra Ileana Cadena Flores.—Recursos de interpretación tipográfica. Fundamentos y tipología / Alberto Carrere González.—Tipo-
grafía “funcional” versus tipografía artística. Relación entre escritura y arte / Eva Figueras Ferrer y Pilar Rosado Rodrigo.—La palabra
en el espacio. Texto en el espacio tridimensional: escultura, pintura e instalación / Roberto Adán Sáenz Díaz y Jannete Mendoza.—El
proceso creativoy el tipo libre en el libro-arte Homenaje a E. Sdun / Jim Lorena.—Proceso creativo de retratos de madres solteras tra-
bajadoras en las maquiladoras de Ciudad Juárez a través del libro-arte / Gabriela Arhelí García Guerra y Martha Mónica Curiel García.—El
libro-arte como memorial. Otras lecturas del Monumento a Benito Juárez / Diego Roldán Martínez Méndez y Carles Méndez Llopis.—
Metodologías transdisciplinarias en procesos creativos. Una metodología para el libro-arte / Claudia Margarita Romero Delgado.—La
voz de la tipografía. Taller de experimentación tipográfica para niños / Verónica Ariza / Josué García / Proyectos universitarios colecti-
vos de edición de libro-arte y portafolios gráficos. Experiencias y conclusiones. Universidad Nacional de Kuban (Kunsu, Krasnodar, Ru-
sia) y Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH, Morelia, México) / Nadezhda Ustritskaia / Ioulia Akhmadeeva.—La
encuadernación en el diseño del libro: una experiencia desde la docencia en la Facultad de Artes y Diseño / Alicia Portillo Venegas.—La
creación gráfica de un libro ilustrado, estrategia de motivación y visibilidad fuera de las aulas (cuatro ejemplos-proyectos) / Ana Tomás
Miralles, Tania Ansio Martínez.—“El pliego / doble desdoblado”. Hacia la construcción de nuevas formas de lectura y esquemas de
trabajo colaborativo en el libro-arte/ Hortensia Mínguez García.—Recetas para la normalización de un flujo de trabajo en la producción
de publicaciones ensambladas realizadas con los procedimientos de la edición de arte / Antonio Damián Ruiz y Antonio Alcaraz Mira.—
Desplazamientos desprendimientos. Instrucciones curatoriales de libro de artista sobre un texto de Henri Michaux (1899-1984) /
Coral Revueltas Valle.—Presentación de Liber mundi, un proyecto de intercambio editorial organizado por J. Pascoe / Angela Sánchez
de Vera Torres.—Juaritoz Ebsamble / José Fausto Mota Mata.
1. Diseño gráfico (Tipografía). — 2. Tipografía artística. —3. Diseño editorial. —4. Libro–
arte. — 5. Libro de artista.
Coordinación editorial:
Mayola Renova González
Cuidado editorial:
Subdirección de Publicaciones
Diagramación:
Karla María Rascón González
Introducción
RUTILIO GARCÍA PEREYRA....................................................................................................... 11
PARTE 1
SOBRE LIBROS-ARTE Y EL ARTE DE LA TIPOGRAFÍA
CAPÍTULO 1
Libros alterados
MIGUEL ÁNGEL ACHIG SÁNCHEZ........................................................................................... 23
CAPÍTULO 2
El libro-arte en México en el siglo xxi como dispositivo
de resistencia social
MARÍA GRACIELA PATRÓN CARRILLO.................................................................................... 39
CAPÍTULO 3
Libros para la memoria: creación colectiva de libros-arte
en pueblos originarios de México
FRANCISCO VILLA VARGAS/ANNA YAMEL GATICA MATÍAS.............................................. 51
CAPÍTULO 4
Sobre las relaciones transtextuales y sus polifonías
transmediales en el hiperlibro-arte
BIBIANA CRESPO-MARTIN........................................................................................................ 61
CAPÍTULO 5
Libro-arte tipográfico contemporáneo y sus posibilidades creativas
SANDRA ILEANA CADENA FLORES......................................................................................... 73
CAPÍTULO 6
Recursos de interpenetración tipográfica.
Fundamentos y tipología
ALBERTO CARRERE GONZÁLEZ.............................................................................................. 87
CAPÍTULO 7
Tipografía “funcional” versus tipografía artística.
Relación entre escritura y arte
EVA FIGUERAS FERRER Y PILAR ROSADO RODRIGO........................................................109
CAPÍTULO 8
La palabra en el espacio. Texto en el espacio tridimensional:
escultura, pintura e instalación
ROBERTO ADÁN SÁENZ DÍAZ Y JANETTE MENDOZA.......................................................121
PARTE 2
DEL PROCESO CREATIVO EN EL LIBRO-ARTE
CAPÍTULO 9
El proceso creativo y el tipo libre en el libro-arte Homenaje
a E. Sdun
JIM LORENA...............................................................................................................................137
CAPÍTULO 10
Proceso creativo de retratos de madres solteras trabajadoras
en las maquiladoras de Ciudad Juárez a través del libro-arte
GABRIELA ARHELÍ GARCÍA GUERRA Y MARTHA MÓNICA CURIEL GARCÍA..................159
CAPÍTULO 11
El libro-arte como memorial. Otras lecturas del Monumento
a Benito Juárez
DIEGO ROLDÁN MARTÍNEZ MÉNDEZ Y CARLES MÉNDEZ LLOPIS.................................169
CAPÍTULO 12
Metodologías transdisciplinarias en procesos creativos.
Una metodología para el libro-arte
CLAUDIA MARGARITA ROMERO DELGADO.........................................................................193
PARTE 3
REFLEXIONES SOBRE LA CREACIÓN Y LA PRÁCTICA DOCENTE
DEL LIBRO-ARTE Y LA TIPOGRAFÍA
CAPÍTULO 13
La voz de la tipografía. Taller de experimentación tipográfica
para niños
VERÓNICA ARIZA/JOSUÉ GARCÍA.........................................................................................205
CAPÍTULO 14
Proyectos universitarios colectivos de edición de libro-arte y
portafolios gráficos. Experiencias y conclusiones. Universidad
Nacional de Kuban (Kubsu, Krasnodar, Rusia) y Universidad
Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (umsnh, Morelia, México)
NADEZHDA USTRITSKAIA/IOULIA AKHMADEEVA.............................................................221
CAPÍTULO 15
La encuadernación en el diseño del libro: una experiencia desde
la docencia en la Facultad de Artes y Diseño
ALICIA PORTILLO VENEGAS...................................................................................................233
CAPÍTULO 16
La creación gráfica de un libro ilustrado, estrategia de motivación
y visibilidad fuera de las aulas (cuatro ejemplos-proyectos)
ANA TOMÁS MIRALLES, TANIA ANSIO MARTÍNEZ.............................................................245
PARTE 4
PROYECTOS Y/O PRODUCCIONES EDITORIALES
CAPÍTULO 17
“el pliego/doble desdoblado”. Hacia la construcción de nuevas
formas de lectura y esquemas de trabajo colaborativo
en el libro-arte.
HORTENSIA MÍNGUEZ GARCÍA..............................................................................................263
CAPÍTULO 18
Recetas para la normalización de un flujo de trabajo en la
producción de publicaciones ensambladas realizadas con los
procedimientos de la edición de arte
ANTONIO DAMIÁN RUIZ Y ANTONIO ALCARAZ MIRA .......................................................281
CAPÍTULO 19
Desplazamientos desprendimientos. Instrucciones curatoriales
de libro de artista sobre un texto de Henri Michaux (1899-1984)
CORAL REVUELTAS VALLE.....................................................................................................295
CAPÍTULO 20
Presentación de Liber mundi, un proyecto de intercambio
editorial organizado por J. Pascoe
ÁNGELA SÁNCHEZ DE VERA TORRES................................................................................. 307
CAPÍTULO 21
Juaritoz Ensamble
JOSÉ FAUSTO MOTA MATA....................................................................................................319
INTRODUCCIÓN
E
n la novela de Umberto Eco, El nombre de la rosa, y por supuesto, en la pelícu-
la que lleva el mismo título, la trama gira alrededor de una serie de homicidios
que ocurren en una abadía fría y tétrica reflejo del oscurantismo que carac-
teriza a la Edad Media. Monjes que sabían escribir y leer amanecían muertos
de distintas maneras, sin conocer causa o identidad del asesino. Un libro de comedia
de Aristóteles, prohibido por el cristianismo de la época, significó el móvil del crimen.
Los monjes en la clandestinidad reían de la comedia aristotélica, por tanto, el libro era
prohibido. El libro es la excusa y reflejo de que el conocimiento no era para todos, es
símbolo de una era de la historia de la humanidad en que el conocer no era privilegio
de muchos sino de unos pocos. La novela es un ensayo semiótico donde Eco cons-
truye la trama de los crímenes de los monjes mediante procesos de significación que
se producen por la operatividad de los signos: índice, icono y símbolo. Sin embargo,
la novela tiene otra lectura que Eco refleja: la necesidad de que los libros que consti-
tuían la biblioteca inmensa de la abadía fluyeran libremente, es decir, el conocimiento
no debía estar enclaustrado, mientras que la inmensa mayoría de la gente estaba
sumida en la ignorancia.
No obstante, la trama son los crímenes ocurridos al interior del monasterio
que resguardaba celosamente fobias y preferencias sexuales de los monjes que
eran sometidos a ritos encubiertos en cantos solemnes y rezos en silencio. El libro
no es únicamente el centro de la trama de la novela, sino también es la pasión que
Eco sentía por los libros. Coleccionista empedernido, el autor se muestra a través
de Guillermo, el fraile sabio que es llamado para que indague por qué ocurren los crí-
menes y atestigüe de que la abadía había sido intervenida por el diablo y la muerte
de los curiosos lectores del libro de comedia era el castigo que el representante de
las fuerzas del mal les aplicaba por haber leído un libro prohibido por la divinidad. Para
Guillermo no es llegar a quien es el autor intelectual de los crímenes, sino llegar hasta
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libro es para leerse no para colocarse de soporte. Los ignorantes los usan de material
de combustión, no conocen el significado que guardan en su interior. Otros más los
tiran a la basura. Así es el mundo de los libros, su lectura depende del interés de su
lector, ávido de adquirir conocimiento, los lee una y otra vez.
Eco afirma con absoluta verdad que el autor no escribe para sí mismo. La crea-
tividad para redactar depende de la imaginación del individuo, asimismo, la capacidad
de intervenirlos también depende de la imaginación de quien decide rayarlos, grafi-
carlos, signos que se convierten en códigos encriptados de interpretación individual,
es otra forma de lenguaje, es testimonio de su abordaje que bien puede ser desde la
comodidad del hogar, la biblioteca, el parque, en la soledad con el silencio presente, o
bien leer y escuchar música, dualidad que estimula el espíritu y la creación.
El destino de cada libro es decisión de quien lo posee. La intervención me-
diante gráficos o signos es libertad de quien en la dirección que apunta su mente,
la mano ejecuta el rayado o el color identificador. Un libro intervenido es sinónimo
de aprecio, de escudriñar en sus entrañas los nobles secretos que guarda y oculta
con una portada sugerente que va de la mano del tema o trama del texto. ¿Interven-
ción?, ¿alterados? Depende de la decisión de su lector. Intervenir es escribir o rayar
en ellos, alterarlos es modificar su forma o su textura, agregar materialmente otra
cosa, es transformar su estructura original, en su forma y visualidad. Usted que de-
cide hacer: ¿intervenir o alterar?
Para Miguel Ángel Achig un libro alterado es aquel que es rayado en distintas
etapas de la educación formal de su propietario. Sin embargo, bien aplica aquí las
sugestivas interrogantes; interviene o altera. Ahora bien, el intervenir no significa
producir obra artística, el alterarlos simple y llanamente, tampoco. El tránsito de un
libro que se originó para su lectura a partir de un tema que deriva del conocimiento o
bien para entretenimiento, por el simple hecho de modificar su forma no quiere de-
cir que se transforme en un objeto de arte, no. El hecho de definirlo como libro-arte
después de su alteración depende de un concepto de una idea preconcebida y de
una estética visual para que llegue a definirse como tal. El rayarlo, doblarlo, romperlo,
agregarle color en su texto, tampoco adquiere el estatus de arte, más bien es un
acto de modificar, cambiar, apariencia distinta de su versión original.
INTRODUCCIÓN
14
Centrándonos en las letras del alfabeto latino, con más de dos mil años desde su
aparición, veremos cómo se han convertido en signos abstractos que ocultan su
origen figurativo. El artista acentúa el carácter plástico de estos signos y los con-
vierte en los elementos de una nueva figuración: Encuentra una nueva manera de
representar el mundo y un material valioso para experimentar con la forma.
Roberto Adán Sáenz Díaz y Janette Mendoza colaboran con “La palabra en el
espacio. Texto en el espacio tridimensional: escultura, pintura e instalación”, en
el que exploran el “uso del texto y la tipografía en la obra de autores tales como Cy
Twombly, Jasper Johns, Xu Bing, Bruce Nauman, Ann Hamilton, Glenn Ligon, Richard
Serra, Joseph Beuys y James Lee Byars mediante una revisión histórica que toma
como punto de arranque la obra realizada en la década de los sesenta y se mueve
hacia el presente examinando la relación entre obra de arte, concepto, comunicación
y literatura al tiempo que se abordan la tipografía y el texto desde sus aspectos for-
males y matéricos”.
Jim Lorena escribe en “El proceso creativo y el tipo libre en el libro-arte Home-
naje a E. Sdun” que “Después del cambio de la imprenta tradicional a la computadora,
INTRODUCCIÓN
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sobre los años noventa, la imprenta fue rescatada de manera discreta por algunos
amantes de la tradición iniciada por Gutenberg. Estos irreductibles continuaron trans-
formando el oficio de impresor en impresor artístico, realizando pequeñas ediciones
que como decía Emilio Sdun, más que libros de artista eran libros artísticos, transitan-
do entre el libro ilustrado y el libro-arte. Desde el año 2000 y con la aparición de las re-
des sociales, los impresores y coleccionistas de máquinas de impresión tradicionales
han difundido imágenes de sus artefactos y de los tipos móviles”.
Gabriela Arhelí García Guerra y Martha Mónica Curiel García en “Proceso crea-
tivo de retratos de madres solteras trabajadoras en las maquiladoras de Ciudad
Juárez a través del libro-arte” presentan una “hibridación del género del retrato con
el libro-arte, por la cualidad de ambos para registrar y evidenciar las experiencias de
vida para representar a un sujeto. El objetivo de este texto es describir el proceso
creativo para la elaboración de cuatro obras sobre madres solteras trabajadoras en
la maquiladora de Ciudad Juárez a través del libro archivo a modo de retrato”. Propo-
nen el método “fenomenológico que coloca al investigador como punto de referencia
para entender la realidad de los cuatro casos de estudio, lo cual implica que desde la
perspectiva de la investigadora/creadora se interpretan o entienden las vivencias y
estas se convierten en evidencias para la creación”.
Diego Roldán Martínez Méndez y Carles Méndez Llopis con su trabajo discu-
ten en relación a “Memorial es un término anglosajón que hace referencia a un monu-
mento conmemorativo o en recuerdo que funciona como contenedor de la memoria
al ser un referente significativo de la historia de las ciudades. Es una edificación que
sustenta el papel que juega la memoria en las sociedades contemporáneas y que a
su vez evidencia los métodos de representación del pasado. Se refiere al uso de la
evocación desde la vivencia propia de las personas tanto de forma colectiva como
individual. Por lo tanto, el memorial es dinámico, plasmando una visión del pasado
siempre matizada por el presente. En Ciudad Juárez, se ubica el Monumento a Benito
Juárez, un lugar que funciona como referente identitario de esta ciudad fronteriza
con Estados Unidos”.
Claudia Margarita Romero Delgado en “Metodologías transdisciplinarias en
procesos creativos. Una metodología para el libro-arte” discute en relación a una
“propuesta transdisciplinaria en procesos creativos. Consta de varias fases y esta
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Antonio Damián Ruiz y Antonio Alcaraz Mira con texto “Recetas para la norma-
lización de un flujo de trabajo en la producción de publicaciones ensambladas realiza-
das con los procedimientos de la edición de arte” discuten en relación a la “memoria
del desarrollo de la convocatoria Ley de Erradicación de la Vida Desatenta desde el
2011 al 2014, evaluando su desarrollo y presentaremos el número 1 de la colección
de publicaciones ensambladas La Vida Desatenta que tendrá como nombre: Ley de
Erradicación de la Vida Desatenta” proponen como trabajo metodológico: sistemas
INTRODUCCIÓN
PARTE 1
SOBRE LIBROS-ARTE
Y EL ARTE DE LA TIPOGRAFÍA
Capítulo 1
L I B R O S A LT E R A D O S
A
ctualmente podemos encontrar una infinidad de escritos sobre libro-arte,
de igual manera un número de distintas variantes acerca de su realización.
Así, encontramos libros ilustrados, libros de artistas, libros instalación,
libros performance, libros electrónicos, permitiendo un manejo de con-
ceptos adaptados al libro-arte. Además, su flexibilidad permite la utilización de he-
rramientas de comunicación como el signo, los símbolos lingüísticos y las múltiples
relaciones entre sí, para resaltar ideas, emociones, percepciones, entre él y el lector
que lee y hace anotaciones mientras estudia, aprende, se recrea, se informa.
Durante tres décadas hemos observado mercados artísticos alrededor del li-
bro-arte, demostrando ser un campo creativo, experimental y vasto. Con esta inquie-
tud comenzamos a buscar el origen de alterar los libros de cualquier género, esto da
pie al artículo “Libros alterados”, como ejemplo aquellos libros rayados que pertene-
cen a un periodo de nuestra vida estudiantil, profesional. Aquí nace el punto de interés
del individuo y del artista en manifestar por medio de caracteres su sentir del momen-
to con rayones, dibujos, marcaciones, escritos, ideas, reflexiones que directamente y
consciente o inconsciente se plasmó en los espacios blancos de los libros.
Bajo esta premisa nos enfocamos a la capacidad de cada individuo al mo-
mento de ser creativo junto con varias alternativas, al generar conocimiento por
medio de búsqueda, necesidad, investigación, curiosidad, en nuestras funciones
cotidianas. En esta ocasión hablaremos de los espacios blancos existentes en los
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Docente-investigador de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez (uacj), México.
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Un puesto de segunda es un comercio informal al aire libre donde la gente compra y ven-
de objetos usados, de segunda mano. En las segundas se puede encontrar objetos exce-
lentes e insólitos a costes muy asequibles.
Entonces los libros alterados florecen desde una justificación discursiva so-
bre el aprendizaje del conocimiento, elaborando diferentes escritos o rayones dentro
del texto, que intentan confrontar conceptos con explicaciones, hasta el punto de
representar un testimonio comprensible para el lector, es decir, de un universo de
teoría pura se traslada a una escritura simbólica e interpretativa, construyendo una
forma más centrada en acciones, instrucciones, maniobras, fantasías, estructuras,
etcétera. Todo esto para rastrear y organizar la información de forma ordenada.
Estos tipos de libros albergan un sinnúmero de unidades como anotaciones,
correcciones, reflexiones que nos ayudan en la argumentación teórica de cualquier
ciencia, dejando al descubierto una lucha de identidad representada en dos formas
la del autor y la nuestra diferenciadas por el conocimiento de uno y la inocencia del
otro; no obstante, esta dualidad será una constante que motiva un discurso doble de
la misma situación, muchas veces puede ser opuesta y/o en conflicto.
Así, podemos ver que el libro alterado deja un testimonio escrito de dicho
momento, incluso la construcción de buena parte de la creatividad del ser huma-
no, convirtiéndose en promotor del actual libro-arte, en pocas palabras vemos una
presencia propia en cada uno de los libros alterados que podemos tener o ver en
cualquier estand. En su defensa diremos el doble discurso que encontramos al in-
tentar descubrir la forma de entender lo escrito y por otro, nos permite la utilización
de nuestra iniciativa innata mediante conceptos, rayones, signos, símbolos, marca
textos, etcétera, para la difusión de la sensatez del individuo estableciendo sucesos
naturales como la creatividad y la inocencia.
Por ejemplo, con una sola palabra expresamos conceptos complicadísimos,
además con ella se puede generar historias, comedias, verdades, falsedades. En ella
se deja un plano textual para incorporarse al conocimiento como un trato cotidiano
de una estrategia descriptiva funcional y referente que nos sirve como un texto fun-
damental dentro de la aplicación del conocimiento.
De esta forma los libros alterados tienen una defensa plenamente fiel, sin
salirse del campo de la grafía; en cualquiera de estos se expone una serie de plan-
teamientos con una argumentación elocuente y estrategias bajo un modo discur-
sivo propio, cuya enunciación responde a una situación particular de un mundo en
formación (conocimiento). Es aquí cuando el arte empieza a florecer, donde la idea
y el concepto de formación promueven un cambio. La diferencia entre libro-arte y
libro alterado aumenta con la discriminación artística que sufre el libro alterado por
encontrarse al alcance de todos, siendo denigrado hasta el fondo de los recuerdos.
Por ello es interesante tomar en cuenta estos libros alterados, nos dejan de-
nominaciones artísticas muy creativas, unipersonales de materiales tan simples y
de gran valor para cada uno de nosotros, así comenzamos una defensa, además de
dar a conocer acerca de los libros alterados debido al potencial y a su conciencia
de intelectualidad personal cien por ciento, llegando a un estado mayor si lo vemos
como parte cultural del ser humano.
Con todo esto el libro alterado se coloca en una situación especial al abrir un
espacio que en principio era destinado a las variantes del libro-arte. Esto significa la
ampliación de la visión interpretativa, creativa y de sabiduría popular que dé pie a un
debate intelectual, además que propicie un elevado reconocimiento a estos trabajos
que, jugando un papel importante y constructivo dentro del nivel textual, confirme
la fuerza, el peso y la necesidad de sacar nuestro espíritu creativo, propiciando una
visión ingenua sobre un territorio sumamente intelectual como es el campo artístico,
pero no cabe duda que de la unión de ingenuidad y creatividad resulta una manifes-
tación artística sumamente interesante, intensa y divertida; estos encuentros dan
forma a un arte creativo, fresco y dinámico para cualquier amante del arte.
Cabría situar al libro alterado como un proceso comunicativo de la sociedad,
como resultado de una razón ordenadora, de condición sociocultural, afirmándose
como un signo de distinción propio de casi todas las culturas, adquiriendo dimen-
siones propias, que van más allá de grafismos sueltos o de escritura. Este género
expresivo visto por el canon artístico como menor, no cobra relevancia por provenir
del pueblo, por ser masivo y de interpretación.
En su defensa, podemos agregar que los libros alterados son la interpretación
cultural hecha desde cualquier lugar del mundo, lo cual representa una apropiación
de ciertos modos discursivos tanto de Occidente como de Oriente, dejando ver cier-
▫▫ El uso del espacio dentro del texto, generando un segundo espacio con doble
texto de la misma aportación en momentos distintos y ajenos.
▫▫ Un planteamiento eficaz y en un momento específico. La representación de
la imposición literaria.
▫▫ Una lucha contra la adversidad, la inteligencia contra el poder, aquí el protago-
nista hace gala de su intelectualidad.
▫▫ Representaciones de grafismos y simbolismos únicos.
▫▫ La ocupación de un nuevo estado por medio de la transformación.
Figura 8. Capital cultural, escuela y espacio social, Pierre Bourdieu. Martha Mónica Curiel.
Por último, queremos dejar estas palabras de colación para establecer que los
libros alterados son una necesidad de expresión. Una fuga constante de creatividad
innata y un espacio o momento de apropiación de distintos modos de discusión y
acción por medio de la escritura o el símbolo, articulada desde un espacio original
sobrepuesto. Generando una búsqueda de independencia, legitimación e intelectua-
lidad propia, pero no aislada del resto del mundo. Pues así los libros alterados son un
testimonio de la consolidación de un proceso creativo-comunicativo. Razón por la
cual los libros alterados seguirán prestando sus espacios blancos para seguir funda-
mentando nuestro conocimiento a través de los años.
Referencias
Introducción
L
a presente ponencia se desprende de la investigación que actualmente lle-
vamos a cabo en el Doctorado Interinstitucional en Arte y Cultura (diac) en la
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (umsnh).
A lo largo de las siguientes páginas proponemos entender al libro-arte
en México en el siglo xxi como un medio de resistencia social al proyectarse como
un espacio de expresión que le permita a los creadores construir nuevos relatos en
torno a ciertos acontecimientos, relatos que ponen en crisis el discurso oficial al
recuperar y exponer la historia de aquellos sometidos u olvidados por los sistemas
que controlan el poder en el país.
El libro-arte es un género de la plástica relativamente joven. Surge como tal en
las últimas décadas del siglo xx, aunque es durante estos primeros años del siglo xxi
cuando ha experimentado un despunte en la producción artística en México. En los
pasados diez años un creciente número de creadores ha comenzado a explorar las
posibilidades que ofrece esta vertiente, ya que presenta un foco de interés en tanto
conforma un espacio donde la hibridación y transdisciplina se vuelven componentes
fundamentales en la construcción discursiva.
1
Investigadora procedente de la umsnh, México.
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trata de otro organismo externo que combate desde afuera, sino de una parte de esa
misma red que está reaccionando a la norma. Entender la resistencia como un tejido
implica que el poder a la par encuentra distintos modos de manifestarse dentro del
sistema. Dado que desde Foucault el organismo de poder no es un peso aplastante
que se extiende como una masa para someter por la fuerza sino un sistema con es-
trategias de mayor sutileza, se manifiesta en múltiples formas y posee otros tantos
modos de castigo, los cuales no siempre comprenden el castigo físico, la prisión o
la desaparición sino también incluyen el señalar, mostrar la diferencia entre lo que
“debe ser” –entendido como la conducta adquirida y practicada por los miembros de
un grupo– y lo que los otros han hecho o podrían hacer: lo “anormal”. Así, todo lo que
no encaja dentro de los parámetros establecidos resulta una amenaza, por esa razón
debe exhibirse y expulsarse o destruirse.
El objetivo del poder es controlar el modo de vida al imponer una serie de re-
glas que dictan la manera “correcta” o aceptada de vivir. La resistencia es el escape
a dichas reglas; es la anomalía, peligrosa y temida por las fuerzas que rigen la vida en
tanto contiene el potencial de destruir al sistema. Desde esta perspectiva debe con-
siderarse una amenaza y ser erradicada en función de la salud general del organismo.
Lo anterior se traduce en una serie de estrategias que comprenden el matar
(acción que conlleva una intención) o dejar que mueran (la omisión de acciones de
liberación, rescate y cura) todo aquello que pone en peligro la integridad del organis-
mo. Ello incluye el señalar, expulsar, buscar la cura que les permita volver a integrarse
a la sociedad o bien en casos extremos, desaparecer todo escenario incómodo. Sin
embargo, estos caminos son igualmente infructuosos en tanto los “feos”, los “en-
fermos” siguen existiendo, aun con todos los métodos utilizados para sacarlos de la
vista. Se trata de un racismo de estado, que sustituye a la guerra de razas (Foucault,
1991: p. 19), el ejercicio de decidir cuáles son los elementos que sirven para conti-
nuar con el funcionamiento del sistema y cuáles son una amenaza.
En el caso de un país como México, esta amenaza de la anomalía se encuentra
representada por los pobres, los indígenas, los campesinos, la comunidad gay, los
disidentes; todos aquellos cuyas prácticas de vida salen de lo aprobado o estableci-
do. Para combatir los brotes de enfermedad el organismo ha desarrollado dos tipos
de estrategias: esconderlos de la imagen pública, del discurso oficial con frases de
presidentes como “el país no está en crisis” que pronunció Enrique Peña Nieto en una
reunión llevada a cabo con las Fuerzas Armadas que tuvo lugar en el Campo Militar
Número 1 el 28 de marzo de 2017,2 o la famosa declaración del expresidente Felipe
Calderón de que “no hay pobres en México”, excluirlos de los relatos que se cuentan
a la gente en los medios masivos de comunicación, de los programas de Historia de
México que se imparten en la escuelas. La otra estrategia de desaparición es desha-
cerse de ellos, es decir matarlos.
En estos casos la resistencia se trata de la vida, no ya de recuperar o con-
servar derechos legales y políticos sino de preservar la vida de aquellos que no son
imprescindibles al sistema. Los que no cuentan con medios de consumo, los que no
tienen acceso a educación ni seguridad social, los incómodos: los otros.
Las historias de esos otros entonces necesitan escapar del olvido y
para ello, requieren un espacio que les permita contar sus propios relatos.
Han encontrado uno de estos espacios en el libro-arte, que a partir de la for-
ma e idea del libro común ofrece un modelo a medida para construir o re-cons-
truir el discurso oficial. Es quizá el trabajo del artista el medio ideal para ha-
blar de los otros, dado que él mismo es la representación de lo anómalo. En
este sentido, Charles Boltanski menciona en una conversación con Belén Pa-
lanco en el Instituto de Arte Moderno de Valencia, España en julio de 2016,
que el artista es el outsider, el que no encaja en la norma, en lo normal, el que con-
tinuamente busca la fuga de estos métodos de control, de homogeneizar el pensa-
miento y la conducta.
El trabajo del arte hace frente a los códigos establecidos de conducta y por
ello se entiende como una manifestación de resistencia frente a los sistemas de
control. El libro-arte devela, remueve el velo que esconde las fisuras del sistema;
construye una “historia otra”, en la que protagonizan las anomalías ignoradas tras
la fachada de una sociedad aparentemente sana, sin deformación ni enfermedad. El
libro-arte entonces se proyecta como un espacio de resistencia donde tienen cabida
los relatos otros que el organismo de poder trata de ocultar.
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Recuperado de https://www.mientrastantoenmexico.mx/la-crisis-no-esta-las-mentes-
los-mexicanos-una-realidad-miles-personas/, video disponible en https://www.youtube.
com/watch?v=D-yJkC5SgeI&feature=player_embedded.
Casos Específicos
El texto ya hace referencia a una versión oficial que trata de disminuir la im-
portancia de lo sucedido. Se trata de una pieza donde se construye una reflexión en
torno a la desaparición forzada de los 43 estudiantes normalistas de la escuela rural
de Ayotzinapa en septiembre del año 2014. Dicha reflexión se conforma a partir de la
interacción texto-imágenes. El contenido habla de lo sucedido y más que presentar
teorías que resuelven el caso, se enfoca en el relato de las condiciones sociales y
políticas que pudieron haber dado lugar a tal acción.
Al escrito lo acompañan otra serie de textos y fotografías tomados de las
marchas de protesta que tuvieron lugar en varias ciudades del país a raíz de la des-
aparición de los estudiantes. Ya que algunos rastros indicaban que habían sido so-
metidos a tortura y después asesinados. Con objeto de quitarles el anonimato se
presentaban fotografías y testimonios de familiares. “Nos faltan 43” y “Ayotzinapa
somos todos” eran frases constantemente repetidas en marchas, mitines, entrevis-
tas y redes sociales.
“Ayotzinapa. Desaparición política” es el registro de la movilización nacional
consecuencia de las acciones de un gobierno al que tales estudiantes y modos de
pensar estorban. En sus páginas se encuentran imágenes de otros estudiantes,
otros organismos y agrupaciones sociales, otras universidades, de las marchas, los
carteles, las cartas de propios y extraños que opinan sobre la matanza.
“43”
(Lorena Velázquez). Esta obra trata también el tema de la desaparición de estudian-
tes de la escuela rural normal de Ayotzinapa. Sin embargo, se trata de una pieza don-
de la propia artista construye el discurso, en contraste de la pieza anterior que se
formula a partir de la recolección de imágenes y textos de diversas personas prove-
nientes de distintos ámbitos.
El texto con que inicia el libro-arte “43” es la reproducción de un texto de Anó-
nimus publicado en las redes sociales a raíz de lo sucedido:
miedo y por eso acribillas las palabras de miles de personas; por eso me dices que
la violencia es el precio de la paz, que la escalada de violencia es en nombre de la
felicidad, de la unidad y de la prosperidad nacional.
Les prestamos nuestros dedos y cada uno de nuestros cabellos, cuéntennos: so-
mos mayoría los vivos, los no acarreados, los no abanderados, los que no acepta-
mos el discurso oficial, los abanderados del no, la escolta del no.
Al salir a la calle por primera vez nos convertimos en protagonistas. No somos más
la multitud anónima, porque ahora somos una sola voz que aprende las consignas
en tu contra. Somos gente con traje de oficinista, gente que carga a los niños,
gente con bolsas del mandado, gente... gente que ya no tiene miedo, porque esta-
mos entre gente. Yo ya no le tengo miedo a la gente y mucha gente ya no le tiene
miedo a la gente, y ya no tenemos miedo de estar vivos, a pesar de que en México
estar vivos es un acto subversivo, es una conspiración a la vida...
Anónimus
Se trata sin duda de una pieza hecha cuidadosamente, con materiales de ca-
lidad. Tiene un hilo conductor que es el número 43, con que se relacionan todos sus
elementos. En una obra como esta, el propio medio se vuelve parte del discurso. Es
uno de los rasgos característicos del libro-arte, sus elementos no son ajenos al dis-
curso como sucede con los que integran al libro común. En el libro-arte cada uno de
los elementos que integran la pieza debe tener una razón para estar ahí.
El trabajo de Velázquez desarrolla una reflexión en torno al número 43, que
desde lo sucedido adquiere un significado específico en el contexto mexicano. Es un
pretexto a partir del cual se produce un ejercicio de denuncia a todos los organismos
e instituciones involucrados, en tanto han fallado en proveer resultados satisfacto-
rios. Después de una serie de fallidos intentos por restarle importancia e intentar
conducir a la sociedad a “superar la pérdida” se crearon distintas versiones (todas
de fuentes oficiales) en las que se sugería que los cuerpos habían sido cremados en
medio de la nada, secuestrados por el crimen organizado, víctimas de un pleito entre
comunidades, en fin, una serie de posibilidades cuasi risibles que intentan ocultar la
esencia de lo acontecido: un crimen de Estado.
La portada es negra y en el medio tiene una costura en hilo rojo sintético, alu-
diendo a la costura que se realiza a un cuerpo durante el proceso de necropsia. La
sutura es también signo de una ruptura que se trata de unir nuevamente. Es quizá
una referencia al tejido social que sufre un desgarre cada vez que se asesina o des-
aparece a esos otros incómodos que no permiten el dominio.
En esta pieza, la artista se hace un señalamiento a la falta de credibilidad de la
estructura de poder, así como la incompetencia de las instituciones cuyo deber era
esclarecer el misterio. Se hace un llamado de atención a los lectores que en el en-
cuentro con la obra sepan que en México el gobierno sigue asesinando estudiantes
y sigue quedando impune.
Conclusiones
Podemos decir que la resistencia es también una forma de poder. Un contrapeso al
organismo de control, un frente que contiene la semilla del cambio, la posibilidad de
crear un nuevo orden. Podemos decir que se hace presente a partir de una serie de
nodos que funcionan en el propio entramado de dominio. En términos de la socie-
dad como un cuerpo, la resistencia se entiende como una especie de virus o muta-
ción que tiene la capacidad de transformar el sistema, renovar el organismo y por
eso resulta tan peligrosa para la estabilidad de las estructuras en funcionamiento.
En esencia se trata de una práctica de la libertad, en oposición al poder. Y
qué mejor espacio para realizar tal práctica que la producción artística. La cons-
trucción de nuevos relatos que inclinen la balanza hacia el centro y no hacia un
mismo lado siempre. Y, ¿cuál es el soporte por excelencia donde depositar estas
nuevas narraciones sino el libro?
El libro-arte en México en el siglo xxi se vuelve depositario de la memoria
histórica, contenedor de los discursos olvidados, detonante de nuevas miradas y
lecturas en torno a los acontecimientos que definen una sociedad en un periodo
determinado. Se vuelve, en última instancia, una manifestación de la resistencia, una
ruta de escape frente a los mecanismos de control.
Bibliografía
L
ibros para la memoria es una colección de libro-arte que contempla la crea-
ción de 68 piezas, una por cada lengua indígena que se habla en territorio
mexicano. Hasta ahora la colección cuenta con seis publicaciones en cuatro
idiomas: tun savi, ñomndaa, náhuatl y o’dam. Este proyecto inició en la comu-
nidad náhuatl de Acatlán, en la región centro-montaña baja del estado de Guerrero;
en el marco de una estancia que el artista gráfico e ilustrador Israel Torres Moreno
realizó en el año 2013 en el Laboratorio de Artes Tetl. Tetl es un laboratorio fundado
por jóvenes de la misma comunidad que funciona de manera formal desde 2012.
1
Autores procedentes del Laboratorio de Artes Tetl. Acatlán. México.
• 51 •
52
.
Figura 1. Libro Atsajtsilistle, segunda publicación del proyecto.
El primer espacio-taller de libro, liderado por Torres Moreno, permitió una suer-
te de semilla detonadora de preguntas y reflexiones en distintos niveles que enca-
minó a todo el colectivo a sumar esfuerzos para realizar una segunda publicación a
la que se integraron varias personas más. Esa segunda publicación, al igual que las
posteriores, amplió el rango de participantes, de disciplinas involucradas y de suje-
tos e instituciones cooperantes; lo cual abonó a pensar la posibilidad de otros libros
y otros idiomas. A partir de ahí distinguimos el trabajo hecho en términos de redes y
nuestro esfuerzo en ello se duplicó. Nos esforzamos en crear y mantener colabora-
ciones que enriquecen las creaciones comunes.
Libros para la memoria es una colección que se planteó como una posibili-
dad de creación artística colectiva y comunitaria que en cuatro años nos ha hecho
distinguir, reflexionar, discutir y accionar ante una realidad cruda y contundente que
reitera una invisibilidad sistemática de las realidades no hispano parlantes que coe-
xisten en este México multicultural.
Posterior a la publicación de cada título y en un ejercicio de reflexión constan-
te hemos ido paulatinamente conociendo y asumiendo las repercusiones persona-
les, políticas y reivindicativas que implica construir diálogos desde una perspectiva
distinta de la hegemónica y en condiciones de diglosia. La forma que aprendimos a
relacionarnos con otras formas de ver y entender el mundo ha sido asimétrica, lo
distinguimos en nuestro hacer diario y consideramos preciso dejar de replicarlo. El
diálogo nos permitiría conseguirlo. Diálogos en igualdad de voluntades para recono-
cernos en un presente hiperinfluenciado por una única visión del mundo, acotada y
prejuiciosa; diálogos de atenta escucha que fomenten nuestra capacidad de acción
colectiva. En ese sentido concebimos Libros para la memoria un punto de partida, un
ejercicio de asombro y empatía hacia las diversas (y tan distintas) realidades con las
que coexistimos y con las cuales precisamos dialogar.
A partir de la experiencia obtenida en la realización de cada libro-arte, hemos
ido depurando el modo de trabajo, el cual, más allá de generar una metodología cua-
drada o acartonada, nos ha enseñado que a partir de las variables de cada grupo hay
que generar dinámicas nuevas para abordar cada taller. En este documento habla-
remos de dos pautas que guían nuestro quehacer, estas son la colaboración como
medio de producción y el diálogo entre creadores.
La práctica colaborativa no es una acción ajena a los pueblos originarios. Gran
parte de la permanencia cultural que los mantiene es gracias a la organización como
pueblo. Más allá de enseñar a trabajar en equipo es retomar dicha práctica en otro
escenario, que muchas veces en la gente joven se ha ido perdiendo. La concepción
del “nosotros”, a diferencia del pensamiento popular occidental, no desvirtúa la ca-
pacidad individual de cada integrante, sino exhorta al individuo a volverse un ente
activo en el grupo. Lo que genera que cada participante se apropie del trabajo, lo
vuelva suyo.
Así mismo reforzamos esta idea a partir del pensamiento de Joseph Beuys
y en particular de su idea del diálogo como forma de arte para reivindicar el proceso
colaborativo, abogando por un trabajo colectivo empático que, a diferencia del arte
procesual de los años sesenta del siglo pasado, busca tener un resultado que pueda
hablar sin el contexto de su producción, poniendo a la par proceso y objeto, pues los
libros, dentro de lo que proponemos, serían deshonestos si el proceso fuera vacío
para los integrantes. Sin embargo, no puede descuidarse el resultado, pues concluir
de manera exitosa el trabajo dignifica la participación de cada integrante.
Esta característica del libro posiciona al lector como ente activo que tiene
que accionar el objeto para poder apreciarlo, reestructura su relación con el mismo,
permitiendo una lectura integral y no solo del contenido de las páginas.
En la producción de estos libro-arte buscamos el diálogo a partir de la práctica
intercultural. Carlos Lenkersforf marca el inicio de este diálogo en cuatro puntos:
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Pellacani, E. (2011). Use a book. Italia: Librieprogetti.
BIBIANA CRESPO-MARTÍN1
H
istóricamente, el libro-arte ha estado estrechamente vinculado a la litera-
tura y es que la idea del libro como texto nos es familiar desde las novelas
hasta las guías de viaje, desde los manuales de instrucciones a los libros
de leyes... (Crespo-Martín, 2012: p. 6). Algunas de las vinculaciones más
significativas las encontramos en los libros ilustrados, en los que “las ilustraciones
hacen referencia, en mayor o menor grado, al contenido del texto al que acompañan.
[…] La imagen sigue al texto como una frase gráfica” (Crespo-Martín, 2010: p. 12).
También encontramos esta vinculación en el flirteo entre ideación, texto e imagen
de los ancestrales Livres d’Artiste o Livres de Peintre y su “licenciosa” comunión en
la tríada editor, escritor y artista. Muy distintos a los anteriores pues, en palabras de
Greet (1977: p. 7): “Es esencial distinguir entre el Livre de Peintre, en el que la imagen
crea una atmósfera, y el Libro Ilustrado, en el que la imagen está para acompañar
el texto”. O, en la profusión imaginativa del uso de lenguajes o idiomas inventados
como hallamos en algunos Libros de artista –sirvan de ejemplo 65 Maximiliana, ou
1
Doctora en Bellas Artes, profesora de Bellas Artes del Departamento de Artes y Conser-
vación-Restauración, de la Universidad de Barcelona. Miembro investigador de proyecto
de investigación competitivo Artes y poéticas: creación, archivo y educación. Proyecto
de investigación y desarrollo I+D+i del Ministerio de Economía y Competitividad (Mineco),
España. Ref: FFI2016-75844-P.
• 61 •
62
l’exercice illégal (1964) de Max Ernst e Iliazd o The Green Book (1972) de Zush–. Así
como en los libros-partitura de performance del grupo Fluxus en los que exploran el
libro a modo de instrucciones a seguir –como en Mirror (1963) de Mieko Chieko–, los
libros de los poetas concretos brasileños de los años cincuenta, los libros de poesía
visual y los libros de poesía trouvé.
De igual forma, y también históricamente, el libro-arte se ha aventurado a la fu-
sión de distintos “medios” en una misma obra. Solo hace falta reparar en las pro-
piedades escultóricas de los libros-objeto, especialmente aquellos que adoptan la
morfología de libro-caja, ya que permiten actuar como contenedores de imágenes
y/u objetos simultáneamente en pro de una misma y única “narración”. Las colosales
dimensiones que puede adoptar un libro-instalación en los que “las consideraciones
ambientales toman gran relevancia. […] Debido a que los Libros-Instalación [sic]
suelen adoptar notables dimensiones, la secuencia prolonga su significado, aproxi-
mándolo a la idea de circuito” (Crespo-Martín, 2010: pp. 20-21). O los atributos par-
ticipativos del libro-performance como espacio en el que se genera y se ejecuta la
acción y en el que los elementos estructurales del libro no son agentes pasivos, sino
que operan invirtiendo significados, como lo hacen Emmett Williams y Keith Godard
en su obra Holdup (1980).
Esta propiedad integradora de medios, disciplinas y géneros, tan cara al actual
contexto creativo claramente tipificado por la hibridez, el mestizaje y la fusión me-
dial, se ha perpetuado en la idiosincrasia de los libros-arte, y así bajo propuestas de
creación digital el hiperlibro-arte, entendido como un
[…] Libro-arte producido exclusivamente mediante estructuras tecnológicas digi-
tales interactivas, sumergiendo tanto a artista como a lector en el particular len-
guaje del arte digital; mayoritariamente formalizados en lo que precisa el anglicismo
como screen based books para especificar aquellos libros de concepción y “consu-
mo” en pantalla (fundamentalmente pantallas multitáctiles), cuyo uso del texto se
fundamenta en el hipertexto y el del contenido visual en el hipermedia gracias a la
interacción (pulsando encima de los mismos o en determinadas zonas sensibles y
destacadas, mediante hipervínculos que enlazan de manera automática con otros
documentos u otros elementos multimedia) (Crespo-Martín, 2016: p. 824),
permite abrazar un amplio acervo de creaciones y productos de límites difusos en-
tre el arte electrónico, la literatura digital, el videojuego, los juegos interactivos para
BIBIANA CRESPO-MARTIN
63
EL ARTE DE LA EDICIÓN Y LA TIPOGRAFIA
dispositivos móviles y tabletas, las obras de realidad virtual…, y de esta forma el hi-
perlibro-arte se erige como un claro exponente de creación artística contemporánea
transtextual y transmedial.
Esta consanguinidad del libro-arte con la literatura, el texto y el lenguaje se sinte-
tiza, finalmente, en la relación dialéctica entre discurso e imagen. Y aunque pudiera
ser abordada desde la mera comparación, este trabajo propone un análisis teórico
des-disciplinar de este género.
2
Otros renombrados teóricos de la literatura como Julia Kristeva (1969) y Michael Riffa-
terre (1979) han tratado ampliamente el concepto de intertextualidad en sus estudios
definiéndola de manera más extensiva, aproximándose así a lo que Genette se refiere por
transtextualidad.
3. Metatextualidad. “Relación que une un texto a otro texto que habla de él sin
citarlo (convocarlo), e incluso, en el límite, sin nombrarlo”.
4. Hipertextualidad. “Relación que une un texto B (hipertexto) a un texto ante-
rior A (hipotexto). […] [El hipertexto es] todo texto derivado de un texto ante-
rior por transformación simple… o por transformación indirecta”. El texto B es
un texto derivado del texto A preexistente sin necesariamente comentarlo,
hablar de él o citarlo.3
5. Architextualidad. Relación del texto con el conjunto de categorías generales
a las que pertenece: drama, ensayo, novela…
3
Cabe advertir aquí que esta definición de hipertextualidad e hipertexto concierne a la
transtextualidad, como relación de transcendencia textual, y no a la noción de hipertexto
como documento cuyo sistema de organización y presentación de datos se basa en una
estructura arbórea que favorece saltar de una unidad textual a otra a partir de unas par-
tículas vinculadas e interactivas. Vannevar Bush fue el ideólogo del hipertexto en 1945,
aunque el término fue acuñado por Theodor Nelson diez años más tarde para referirse al
texto presentado en cualquier tipo de dispositivo electrónico interconectado por hiper-
vínculos a otro texto, y normalmente activado por un clic de ratón, presionando una tecla
o tocando la pantalla (Nelson, 1983). Esta otra acepción de hipertexto, como sistema
estructural del texto, responde pues a la organización de una base de información en blo-
ques discretos de contenido llamados nodos (en su mínimo nivel) conectados a través de
enlaces cuya selección genera distintas formas de recuperar la información de la base.
4
Véase, por ejemplo, las investigaciones de Bianchi (2001), Gauvin (2005) o Vauthier
(2014).
BIBIANA CRESPO-MARTIN
65
EL ARTE DE LA EDICIÓN Y LA TIPOGRAFIA
5
La intermedialidad fue en un primer momento el concepto integrador de la transmedialidad
y por ello ha sido objeto de numerosos estudios de entre los que destacan: Higgins (1966),
Frank (1987), Prümm (1987), Eicher (1994), Müller (1996), Rajewsky (2002) y Schröter
(2008). Citando a Cubillo la noción de intermedialidad se define como aquella que “nos
permite dar cuenta de los espacios de diálogo entre las prácticas significantes –procesos
artísticos-culturales– y los medios tecnológicos o digitales” (2013: p. 169). Este contexto
la intermedialidad se da cuando “ocurre la integración de uno o varios medios en alguna otra
forma de comunicación” (Cubillo, 2013: p. 171), y así se origina un espacio intermedio del
que surge un nuevo producto o práctica, es decir, “entender la intermedialidad como punto
de encuentro entre los aspectos materiales, semióticos, culturales, e incluyendo la variabi-
lidad espacio-temporal” (Elleström, 2010, citado en López-Varela, 2011: p. 108).
6
“Por ‘transdisciplinaridad’ entendemos, por una parte, el recurso a modelos de diversa
proveniencia disciplinaria y teórica (teatral, histórica, antropológica, sociológica, filosófi-
ca, estructural, postestructural [sic], teoría de la comunicación, etcétera) o a unidades o
elementos particulares de estos al servicio de la apropiación, decodificación e interpreta-
ción del objeto analizado. El término de transdisciplinaridad tiene poco que ver con aquel
tradicional de la comparatística e interdisciplinaridad ya que allí los métodos de la propia
disciplina de base no son transcendidos, más bien incluye y conlleva las diversas reco-
dificaciones ya que el empleo de postulados e instrumento de otras disciplinas implican
siempre una desterritorialización y reterritorialización de estos” (De Toro, 2007: p. 24).
los gestuales, pictóricos, etc. Asimismo, el prefijo ‘trans’ expresa clara y formal-
mente el carácter nómada del proceso de intercambio medial (2007: p. 26).
7
Otros importantes estudios sobre transmedialidad son los de Birringer (2006) y Krämer
(1998).
BIBIANA CRESPO-MARTIN
67
EL ARTE DE LA EDICIÓN Y LA TIPOGRAFIA
8
“Transmediality = One storyworld, Many stories, Many forms, Many channels” (Moloney,
2014: s. p.).
9
Recuperado de http://www.secrettechnology.com/explode/evidence.html [última con-
sulta: 25 marzo 2017].
10
Recuperado de http://joerg.piringer.net/repeatafterme/index.html [última consulta: 25
marzo 2017].
BIBIANA CRESPO-MARTIN
69
EL ARTE DE LA EDICIÓN Y LA TIPOGRAFIA
ción entre la obra de Borges y la pieza digital de Moulthrop (muchas formas mediales)
en una interconexión recíproca entre libro físico, libro en formato electrónico y obra
en internet (muchas plataformas mediales).
Tanto la intertextualidad como la metatextualidad y la hipertextualdidad son
relaciones transtextuales fundamentadas en algún tipo de relación de un texto u obra
con otro preexistente, por tanto, muchas de las veces la clasificación taxonómica de
las obras puede no ceñirse a una exclusivamente y según cómo se hilen los ingredien-
tes creativos, se estará más cerca de una u otra clasificación. De modo que muchas
de las obras citadas en las categorías anteriores bien podrían estar incluidas como
ejemplos de hiperlibros-arte en los que se dan relaciones hipertextuales por cuanto
un ‘texto’ B integra un ‘texto’ A de alguna forma, sin ser un comentario. A fin de enri-
quecer el compendio de polifonías transmediales que aquí se exponen citaré un par
de ejemplos más. Pentimento (2009) de Jerome Fletcher que mediante un ‘rascar’
digital del texto se revelan capas subyacentes, del libro Kafka. Pour une littérature
mineur (1975) de Gilles Deleuze y Félix Guattari, que hay que desenterrar para poder
leer; y Cursed Poems (2015) de Bryan Barrachina y Douglass Duteil, una pieza que
combina una colección de poemas de escritores conocidos adaptados para configu-
rar un videojuego en el que la creatividad y las habilidades de los usuarios que interac-
túan con él le sumergen en una experiencia literaria completamente interactiva.
Y, finalmente, la architextualidad. Un tipo de relación ineludible e inmanente
a todas las obras, puesto que la pertenencia a un determinado género es consti-
tutiva a su existencia y en cualquier circunstancia. Así, la obra A narrated Portrait
(2008-2011) de Eileen Hogan11 es una biografía y desde este universo argumental
se narran distintos episodios de su vida en las más variadas formas mediales (dibujo,
pintura, texto escrito, ilustraciones, video, audio…) y expuestas en diversas plata-
formas mediales (video, Internet, soporte físico, etcétera). Otro remarcable ejemplo
es Connected memories (2009) de María Mencía una obra interactiva que pertenece
al género documental y que consiste en una serie extractos de entrevistas a refu-
giados que viven en Londres y los vínculos entre ellos (el paraguas argumental co-
rresponde a la condición de refugiados de sus personajes de los que se desprende
11
Recuperado de http://eileenhogan.onlineculture.co.uk/ttp/ [última consulta: 25 marzo
2017].
Conclusiones teoréticas
Las bases teoréticas expuestas –por cuanto este análisis se dirige al estudio del
conocimiento y no a la práctica en sí misma– ambicionan unas conclusiones de or-
den epistemológico a fin de objetivar la interpretación de los hiperlibros-arte desde
nuevas coordenadas en un escenario de creación digital.
El marco teórico expuesto ha evidenciado que frente a una realidad creati-
va contemporánea fundamentada en el sincretismo relacional y medial, el hiperli-
bro-arte se erige como paradigma del arte digital con plena autoridad transtextual
y transmedial. Se ha dado cuenta y definición de los cinco tipo de relaciones trans-
textuales –intertextualidad, paratextualidad, metatextualidad, hipertextualidad y
architextualidad– a fin de establecer paralelismos entre dichas teorías lingüísticas
con sus correspondientes ecos transmediales –no como multiplicidad de posibili-
dades mediales, ni de intercambio de formas mediales distintas, ni de agrupación
de medios, ni superposición de formas de representación medial; sino como acto
semántico-cultural de medios– en los hiperlibros-arte. Los parangones establecidos
han sido refrendados aportando numerosos referentes artísticos que validan este
posicionamiento, y con ello este escrito se convierte además en un documento de
consulta por la multitud y vigencia de las obras que se señalan.
El estudio de la cuestión desde este innovador planteamiento implica un cam-
bio de posición y perspectiva desde muchos ángulos, puesto que concierne tanto a
los que los producimos, los que los “consumimos”, los que los divulgamos, los que
los estudiamos… es decir, tanto a artistas, como a espectadores, a formadores, a
promotores culturales y a investigadores.
BIBIANA CRESPO-MARTIN
71
EL ARTE DE LA EDICIÓN Y LA TIPOGRAFIA
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BIBIANA CRESPO-MARTIN
Capítulo 5
LIBRO-ARTE TIPOGRÁFICO CONTEMPORÁNEO
Y S U S PO S I B I L I DA D E S C R E AT I VAS
A
lusivo a la tipografía y su desarrollo en el transcurso del tiempo, podemos
externar que esta ha fungido como un recurso esencial dentro del ámbito
profesional del diseño gráfico, ya que su evolución ha sido vasta para el es-
tudio práctico y teórico desde tiempos remotos. De tal manera, que al día
de hoy mantiene una concepción heterogénea de sus funciones y aplicación tanto
en el diseño como en el arte.
Sobre la utilización de las estructuras tipográficas donde la encomienda
principal ha sido comunicar o transmitir información de distinta índole. Al respecto,
Francisco Calles (2003) refiere que “[…] la tipografía convierte a la palabra en una
mercancía. Nada es tan habitual y ordinario en nuestra vida cotidiana, tan presente
y obvio, como la tipografía” (p. 33). Motivo por el cual se ha utilizado como recurso
comunicacional y la hemos podido apreciar cumpliendo cabalmente su función en
diferentes tiempos, de acuerdo a las exigencias de cada momento.
Conservando la habitualidad de su uso y función, porque esta no ha dejado
de ser:
El oficio que trata el tema de las letras, símbolos, números que están en un texto
impreso que puede ser físico o electromagnético, la tipografía estudia el tama-
ño, la forma, el diseño y cómo se relacionan unos tipos con los otros, cómo se
1
Docente-investigadora de la uacj, México.
• 73 •
74
[…] los Futuristas y los Dadaístas [sic] usaron gran variedad de tipografías y for-
matos para liberar el lenguaje poético de las constricciones de las convenciones
literarias, en particular el sentido lineal del texto […]. El lenguaje y la apariencia de
la página de los primeros experimentos de la vanguardia tenían una calidad fortui-
ta y caótica (Crespo-Martín, 2012: p. 8).
2
Filippo Tommaso Marinetti, figura italiana representativa del origen del movimiento
futurista de la primera década del siglo xx, incursionado dentro de la poesía visual y las
nuevas formas de representación tipográfica.
Figura 1. Bosquejo de la obra Zang Tumb Tumb (1914), redibujada por Sandra Cadena.
La obra más significativa fue Zang Tumb Tumb (1914) de Marinetti, poema
sonoro y concreto que refleja la vivencia de un reportero del periódico francés L’In-
transigeant (publicado durante 1880-1948) en la batalla de Adrianópolis3 descri-
3
Batalla de Adrianópolis, correspondiente a los enfrentamientos de la primera guerra de
los Balcanes, entre finales de 1912 y principios de 1913.
cuerpo. Y por otro, la intención del artista quien dispone del espacio y los elementos
compositivos restringidos por sus propios intereses de expresión.
Otro aspecto significativo dentro del libro-arte tipográfico y la poesía visual
es la conexión que establece el artista entre la imagen originada por la palabra (el
contenido) y la literatura en transición al medio visual, dando paso a la estructura
temática que conforma la obra en cuestión. Asimismo, es pertinente tomar en cuen-
ta que en ese periodo las tipografías que se empleaban consistían en formas no-
vedosas provenientes de la Revolución Industrial, con estructuras condensadas,
contrastes muy marcados de los trazos gruesos y delgados. Así como estilos más
rebuscados con patines muy extendidos y curvados, y finalmente los tipos sin pati-
nes o grotescos, en los cuales se omitió totalmente el uso de los remates y patines
recurrentes en la poesía visual. Es decir, la tipografía se convirtió en imagen dentro
de las composiciones del nuevo libro-arte, el cual no partía de un origen establecido
mediante el uso y aplicación reticular, sino que estaba dispuesto en diferentes di-
recciones, proporciones, color y formas diversas que proyectaban composiciones
más dinámicas y densas en algunos casos, y evidentemente el formato con el título,
cuerpo de texto, columnas y márgenes como origen de la página perdió sentido con
estas nuevas propuestas.
Así pues, años posteriores a Marinetti surge otro gran representante del fu-
turismo o más concretamente dentro del segundo futurismo, el artista italiano For-
tunato Depero (1892-1960), quien:
Sin embargo, no podemos caer en la idea de que los libros futuristas fueron los
únicos, ni los primeros en abordar la tipografía de manera poco convencional. De
hecho, la proteica naturaleza del libro, del diseño editorial y tipográfico así como
del arte, nos obliga a no caer en la pretenciosa idea de señalar historiográfica-
mente ni fechas concretas sobre los nacimientos del Libro-Arte, ni del Libro-Arte
tipográfico [sic] (Cadena-Mínguez, 2012: p. 120).
Así pues, las nuevas propuestas del género lograron un impacto trascenden-
tal hasta la década de los sesenta y setenta, concibiendo nuevas modalidades en el
tratamiento de la obra artística y conservando las propuestas de los grandes precur-
sores del libro-arte.
Los poetas Mallarmé y Apollinaire, los futuristas italianos, los dadaístas [sic] y los
constructivistas rusos, todos ellos vinculados a la ruptura del texto y de la página
tradicional. Marcel Duchamp, vinculado a los movimientos dada [sic] y surrealista e
innovador de mil ideas nuevas: op-art, happenig [sic], instalaciones, cajas conte-
nedoras, arte conceptual, fluxus...
Las nuevas formas de concebir los objetos de los surrealistas. Los poetas con-
cretos y visuales de los años 60 [sic], con un mayor interés por el valor visual y
espacial de la página” (Anton, 2004).
4
Tipografía o letras son formas individuales que transmiten información por medio de
su estructura y conformación, están debidamente identificadas dentro del alfabeto y su
significado es muy claro funcionando de acuerdo a criterios fonéticos y una estructura
con un significado específico. Pudiendo tener diferentes representaciones como: letras
trazadas en línea, en positivo, negativo, con textura, incluso, hasta pueden contener
imágenes dentro de su mismo cuerpo. Sin embargo, como el ser humano, cada una de
las letras son diferentes, y aunque hay similitudes entre ellas, también poseen particu-
laridades que las hacen únicas. Pues existen en diferentes formas: desde letras altas,
bajas, redondeadas, angulares, delgadas, gruesas o inclinada, evidentemente, todas es-
tas posibilidades plásticas propias en una letra no alteran su significado, pero sí pueden
enfatizarlo considerablemente.
El lenguaje del arte nuevo es radicalmente diferente del cotidiano. Desatiende las
intenciones, la utilidad, y se vuelve sobre sí mismo, se investiga a sí mismo, en
busca de formas, de series de formas, que den nacimiento a, se acoplen con, se
desplieguen en, secuencias espacio-temporales (Carrión, 2016: p. 50).
Figura 3. Print + Pen # 14, ca. 1972. Archivo Lafuente, Ulises Carrión.
Exposición: Ulises Carrión. Querido lector. No lea. México:
Museo Jumex, abril 2017. Tomada por Sandra Cadena.
Se puede observar una relación tautológica entre la teoría y la obra de arte. El aná-
lisis y la reflexión de la escritura se convirtieron en variados experimentos, logró
adaptar la tecnología adoptada por las artes visuales a sus ejercicios de (des)es-
critura, creando piezas como los collages sobre papel y la serie Print + Pen [Impre-
sión y bolígrafo] (1972). En esta serie Carrión utilizó líneas para modificar las na-
rrativas y convertir el contenido de las páginas en imágenes (Zavala, 2017: p. 28).
Figura 4. Textos y poemas, Revista Plural, 1975. Exposición: Ulises Carrión. Querido
lector. No lea. México: Museo Jumex, abril 2017. Tomada por Sandra Cadena.
En conclusión
Es una realidad que la tipografía ha sido una herramienta muy generosa que permite
ser construida de múltiples maneras, incluso, brinda la oportunidad de poder modifi-
carla en cuanto a su estructura, obteniendo diversas representaciones con el fin de
generar una narración. Los diferentes ejemplos mostrados anteriormente son una
menuda muestra de la evolución de la tipografía como elemento narrativo dentro del
libro-arte tipográfico contemporáneo, que va desde el tratamiento de la letra en la
época vanguardista mediante un manejo meramente estructural y compositivo en
el libro-arte, hasta los juegos dimensionales y la proyección en correspondencia con
el contenido temático que se pretendía expresar, siendo punta de lanza para las pro-
puestas conceptuales de Carrión o Drucker, por mencionar solo algunos ejemplos.
Referencias
Referencias de ilustraciones
Figura 1. Bosquejo de la obra Zang Tumb Tumb (1914), redibujada por Sandra Cadena.
Figura 2. Bosquejo de la obra Libro Bullonato di Fortunato Depero (1927), redibujada
por Sandra Cadena.
Figura 3. Print + Pen # 14, ca. 1972. Archivo Lafuente. Ulises Carrión. Exposición: Uli-
ses Carrión. Querido lector. No lea. México: Museo Jumex, abril 2017. Tomada
por Sandra Cadena.
Figura 4. Textos y poemas, Revista Plural, 1975. Exposición: Ulises Carrión. Querido
lector. No lea. México: Museo Jumex, abril 2017. Tomada por Sandra Cadena.
Introducción y contexto
L
as tipografías didonas de finales del siglo xviii supusieron un hito en la toma
de conciencia de que la letra no solo se oculta tras el contenido que porta,
sino que también puede revelar la belleza de sus formas. Desde entonces, se
muestra unas veces transparente en su implicación con la escritura, otras, en
cambio, atrae la mirada hacia la fuerza visual de su geometría o el impacto de sus
dimensiones y ornamentos. De ahí que la teoría tipográfica atienda cada vez más su
relación con los signos visuales, amén de los vínculos fundamentales con la escritura.
La interpenetración tipográfica es un recurso basado en la mezcla de dos
entidades tipográficas que forman una nueva realidad tipográfica conjunta (figu-
ras 4 a 10). Está situada en ese lugar diferente al de los textos de lectura que le
permite asumir funciones comunicativas como titular, logotipo, mensaje visual u
ornamento, en el diseño profesional. Además, puede introducir la experimentación
en propuestas alejadas del encargo, cerca de la producción artística y los proyectos
personales o colectivos. Un uso que acerca tipografía e imagen.
En ese marco es posible estudiar estas mezclas tipográficas como se haría
con otros signos visuales. La mixtura de imágenes figurativas se ha tratado desde la
neorretórica como interpenetración icónica a partir de las investigaciones del Groupe
1
Profesor titular de la Universitat Politècnica de València.
• 87 •
88
μ (1976 y 1993), siendo un ámbito de estudio en proceso (figura 1); pero está casi
inédito referido a la tipografía, pues su desarrollo visual con relativa autonomía de la
escritura es en esencia contemporáneo, en especial a partir de los procedimientos
digitales que han expandido con profusión recursos gráficos basados en la mixtura
de capas. Se trata pues de ampliar la caracterización y tipología de los procedimien-
tos de interpenetración tipográfica comparados con sus equivalentes icónicos, ob-
servando semejanzas y diferencias, estudiando sus precedentes y participación en
diferentes usos.
como lo fue el perfeccionamiento del grabado en cobre, papeles más finos y prensas
más precisas para conseguir imprimir los finos remates de las letras didonas, que
caracterizan su lugar en la evolución tipográfica (Kinross, 2008: p. 25). También la
demanda y necesidades comunicativas de sugestión visual en las ediciones publi-
citarias del xix coincidieron con la creación de letras extremadamente gruesas que,
además, se podían hacer muy grandes con facilidad por la introducción de la máquina
pantográfica patentada por Benton en 1885 (Fawcett-Tang y Jury, 2007: p. 7).
trabajo, sino el eje transformador sobre el que gira todo ese trabajo. Así, los ejemplos
de imágenes interpenetradas son tan numerosos y habituales en esta era digital
que forman parte del ecosistema visual con una naturalidad que hace palidecer las
visiones de eclecticismo y transmodernidad que les precedieron, y a las que Omar
Calabrese denominaba Neobarroco: “Consiste en la búsqueda de formas –y en su
valoración– en la que asistimos a la pérdida de la integridad, de la globalidad, de la
sistematización ordenada a cambio de la inestabilidad, de la polidimensionalidad, de
la mudabilidad” (1989: p. 12).
El contexto y desarrollo de la imagen digital hace que hoy sea más factible analizar
los recursos gráficos de mixtura y una tipología de los mismos, a la vez que promue-
ve un mayor interés por su estudio. De hecho, las primeras sistematizaciones sobre
recursos visuales apenas prestaban atención a este tipo de procedimientos. En el
extenso inventario de figuras retóricas de Jacques Durand para la imagen publicita-
ria (1972: p. 88 y ss.), no aparece ninguna relacionada con la mezcla de imágenes.
Poco después, en las técnicas de comunicación visual descritas por Donis en 1973
(1976: pp. 129-147), de treinta y ocho recursos ordenados por parejas opuestas
solo la yuxtaposición, enfrentada al polo de la singularidad, podría parecer un re-
curso vinculado a la idea de mezcla, pero leída su descripción, está situada más
en el terreno de la comparación (el de entidades separadas que se relacionan in
praesentia disyunto), que en el terreno de la interpenetración (donde las dos entida-
des se mezclan en una sola in praesentia conjunto). Es en 1976 cuando el Groupe μ
en Communication et langages introduce la interpenetración con su clásico ejemplo
de la chafetière (figura que es a la vez gato y cafetera). Después, Gui Bonsiepe, que
ya había abordado en la Escuela de Ulm en 1964 las aportaciones de la retórica al
diseño gráfico, analizó en anuncios publicitarios una serie de figuras entre las que
incluía la fusión. En esta figura “el signo visual está integrado a un sistema de signos
en forma de súper signo. La conexión sintáctica sugiere una conexión semántica”
(1999: p. 76). Su ejemplo del anuncio de una conocida chocolatina con forma de
montaña se acerca a lugares de conexión entre la interpenetración, la metáfora y
icónico será retórica "toda manifestación referible a un tipo [icónico], pero no confor-
me con él” (Groupe μ, 1993: p. 265). Los tipos icónicos (y sus referentes) están en
el grado concebido, en las expectativas que se pueden estimar disconformes con lo
que se percibe, con lo que se ve. Esa disconformidad se puede interpretar como un
desvío generado a través de adjunciones, supresiones, sustituciones o permutacio-
nes. Nótese nuestra concreción entre corchetes en la cita, que permite introducir la
dificultad de integrar (además del mencionado tipo icónico) el sustantivo tipo (“cla-
se, índole, naturaleza de las cosas”) en el contexto de una investigación que trata el
tipo como “cada una de las clases de un tipo de imprenta” (según las definiciones
comunes de la Real Academia Española). Así, las cosas de la anfibología, resulta en-
gorroso hablar de tipos tipográficos y no digamos de tipos de tipos tipográficos. Sea
como fuere, habrá que concretar los parámetros de la tipografía que pueden repre-
sentar el grado concebido que alerta, en caso de disconformidad, de la presencia de
posibles desvíos.
Para ello, hay que recordar con brevedad casi telegráfica que el signo es una
función (Hjelmslev, 1974: p. 74), que el signo tipográfico es una función de natura-
leza visual, diferenciada por tanto de las funciones que tienen naturaleza lingüística
y que, no obstante, concurre en el mismo lugar con el signo verbal, del que suele
depender en lo que aporta a la comunicación. Algo parecido a lo que le ocurre al signo
plástico, que se muestra dependiente y semioculto por el signo icónico. Respecto
a los signos visuales, hay que decir que el signo tipográfico no es un signo icónico
(una representación figurativa), pues no reconocemos en él cosas de la realidad o de
la realidad imaginada. En cambio, mantiene un vínculo directo con el signo plástico
porque su significado incumbe a las variaciones de forma de unos tipos u otros, es
decir, incumbe a parámetros plásticos. El elemento particularizador es que cada glifo
(el dibujo concreto de un carácter) remite a una letra del lenguaje escrito (referencia
que no se debe confundir con lo icónico o figurativo). En ese sentido, su situación
es parecida, aunque no idéntica a la de círculos o cuadrados, que son reconocibles
como formas circulares o cuadradas (sin ser signos icónicos). Un hecho que el Grou-
pe μ utiliza para explicar las figuras retóricas plásticas (1993: p. 285 y ss.).
da-comprimida, etcétera. Por ejemplo, la letra |A| gruesa de Archer Bold con la |A| muy
fina de Archer Extra Light (figura 4B).
Otras posibilidades secundarias de modificación que no forman parte de las
clases de caracteres y que no trataremos aquí para no extendernos podrían ponerse
en juego, caso del tamaño de la letra, que no afecta a la forma en esencia, pero intro-
duce una modificación apreciable si se mezclan letras de tamaños muy dispares.
o cuando se prefiere Garamond a Gill Sans. Hay combinación cuando un título aparece
en letra gruesa y su autor en fina o un epígrafe está escrito en palo seco seguido del
texto con una garalda. En cambio, lo que caracteriza a la interpenetración es la co-
presencia de las dos alternativas ocupando el mismo lugar. Ambas están presentes,
pero no separadas, no combinadas, sino conjuntas. Para ello, renuncian a parte de sus
elementos estructurales o cualidades formales constituyendo una entidad en la que
se reconoce su naturaleza dual. Es pues un proceso que requiere suprimir o añadir
partes de una y otra magnitud de forma recíproca, dando lugar a sustituciones parcia-
les e incluso, en algunos casos, a posibles permutaciones o acumulaciones. Los mo-
dos en los que se manifiestan estas operaciones retóricas de adjunción, supresión,
sustitución y permutación dan lugar a la siguiente tipología en la que se apreciará los
diferentes grados de copresencia que puede adoptar la interpenetración tipográfica.
que permiten a una misma grafía percibirla, por ejemplo, como |n| y |u|, ayudados por
modificaciones en su forma (figura 6A). Ese parecido proviene muchas veces de los
procesos de diseño de tipografías, pues diversas letras como |c| y |e| se inician en la
|o|, también las semejanzas entre |d|, |p|, |b| y |q| son notorias, como asimismo las de |h|,
|m| y |u|, que a su vez derivan de la |n|, etcétera (Pohlen, 2011: pp. 102-106).
como una nueva tipografía que como una interpenetración, de nuevo en una retóri-
ca de uso o convencionalizada. De hecho, la fusión de estilos tipográficos se da en
la creación de tipografías, tanto en situaciones ad hoc (por ejemplo, una capitular)
como en el diseño de una fuente completa, como Carmen Fiesta, con estructura de
didona y florituras del estilo “toscano” popular en el xix. Por otra parte, también se
pueden crear nuevas tipografías experimentando con otras modalidades de inter-
penetración (figuras 4B y C), o con las clásicas operaciones de adjunción, supresión,
sustitución y permutación (Gamonal, 2005: p. 81).
u armónica podría introducir una plástica textural, modular u ornamental, con mayor
o menor tendencia a disolver en el conjunto las identidades individuales (figura 7A).
gen, en este caso tipográfica (figura 8). La máscara está relacionada con la inclu-
sión, pero, aunque la noción de inclusión es más general, no refleja por igual la idea de
copresencia clave en la interpenetración, porque induce a pensar más en continen-
te y contenido, donde el contenido no puede rebasar los límites del continente. En
cambio, la máscara puede mostrar diferentes grados de copresencia con la imagen
inferior, debido a las partes suprimidas o añadidas de ambas y a su complicidad con
perforaciones, transparencias o intersecciones.
misma tipografía en el proyecto de Tres Tipos Gráficos. Sin embargo, en otros casos,
la transparencia puede ser solo un ejercicio de expresión plástica.
Figura 10. Proyecto Archetype, Tres Tipos Gráficos en colaboración con Manuel
Sesma, 2010. Letra Didot, <http://www.archetypes.es>.
Consideraciones finales
que puede acabar con la tierra (figura 1B). Las interpenetraciones tipográficas, en
cambio, se centran en el plano de la expresión, salvo casos situados en contextos
muy determinantes o en los que el asunto también es la tipografía, como en el ejem-
plo del esqueleto común de Frutiger o el proyecto Archetype.
Por otra parte, las observaciones de este estudio han sido puestas en juego
en un entorno aislado de extensión limitada. Todos estos recursos podrán adquirir
una dimensión pragmática situados en un contexto amplio y efectivo, por ejemplo,
en el terreno de las palabras o lemas, por lo tanto, interactuando con los textos e
imágenes que les rodean y en el marco de objetivos discursivos o experimentales. La
introducción de estas modalidades de interpenetración en un contexto verbal con-
creto, en el que los conceptos y referentes que vienen a través de las palabras gene-
ran una dimensión semántica nueva, llevaría a otro nivel aún pendiente en el estudio
teórico sobre los recursos de interpenetración.
Referencias
Bonsiepe, G. (1999). Del objeto a la interfase. Mutaciones del diseño. Buenos Aires:
Infinito.
Calabrese, O. (1989). La era neobarroca. Madrid: Cátedra.
Calabrese, O. (1993). Cómo se lee una obra de arte. Madrid: Cátedra.
Carrere, A. (2009). Retórica tipográfica. Valencia: Universitat Politècnica de València.
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(Coord.ª), De la tipografía al libro-arte. Ciudad Juárez: Universidad Autónoma
de Ciudad Juárez.
Carrere, A. y Saborit, J. (2000). Retórica de la pintura. Madrid: Cátedra.
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tipografía. Las otras letras. Valencia: ADCV.
Dondis, D. (1976). La sintaxis de la imagen. Barcelona: Gustavo Gili.
Durand, J. (1972). Retórica e imagen publicitaria. En C. Metz, U. Eco, J. Durand (co-
lab.), M. Cevasco (tr.ª), Análisis de las imágenes. Buenos Aires: Tiempo Con-
temporáneo.
Fawcett-Tang, R., y Jury, D. (2007). Diseños tipográficos. Barcelona: Index Book.
S
i la lengua es un conjunto de signos orales que sirve para la comunicación,
la escritura es un sistema de signos gráficos que sirve para conservar y
transmitir información: “En este sentido, la escritura registra la lengua:
Transforma una información sonora (oral) en una visual (escrita) y, en de-
finitiva, convierte el sonido en espacio” (Bach y Berkel, 1999: p. 16). Un espacio que
para la mayoría de los humanos es un lugar de registro, de memoria, de fuente de
conocimiento y aprendizaje. Contenedor y archivo de las culturas, la escritura es la
fuente documental y materia prima del investigador, el cual ha retrocedido hasta el
origen de la civilización para reconstruir su génesis. En pleno siglo xx, el artista expe-
rimentó con la escritura incorporándola a un espacio artístico, situándola en el límite
de la lectura (Méndez y Figueras, 1917: p. 10) desde un lugar habitable y practicable
en que realizar una interpretación del mundo a través de las creaciones artísticas.
1
Autoras procedentes de la Universidad de Barcelona, España.
• 109 •
0
11
Tipografía funcional
de identidad cuyo inicio suele datarse con el impresionismo y las vanguardias y, se-
gún la opinión de expertos culturales, aún no se ha superado.
2
Antoni Tàpies. Gran A (Museu de Granollers, 1977), disponible en http://www.granollers.
cat/noticies/cultura/atapies-granollers-1977-propera-exposicio-del-museu-granollers
[consultado: 18 de mayo 2017].
3
Joan Brossa, Poema Visual Transitable (1984). Instalación en los jardines del Velódro-
mo de Horta (Barcelona). Joan Brossa lo llamó “Poema visual transitable en tres partes”
porque el conjunto de piedra artificial forma un itinerario que va del principio al fin, del
nacimiento a la destrucción. El recorrido comienza con una gran letra a de doce metros
de altura, que hace de puerta de entrada al poema. El inicio da paso a los obstáculos y
A menudo, los alfabetos o las escrituras inventadas por los artistas nos re-
cuerdan los escritos sumerios o los jeroglíficos egipcios. En este sentido son muy
interesantes los experimentos tipográficos en los que el libro es el soporte elegido
por los artistas; son un ejemplo A la santé du serpent de René Char, ilustrado por Joan
Miró;4 Un tractat d’escriptura catastrofeïforme (Ruiz, 2010) de Salvador Dalí o el alfa-
beto inventado de Zush para Oivissa. En estas obras la estética compositiva predomi-
al desarrollo de la vida, que aquí toma forma de signos de puntuación. Así los puntos,
comas, paréntesis, signos de interrogación y de admiración escampados por la hierba
nos conducen al final del poema, presentando de nuevo una letra |a| mayúscula, pero
en esta ocasión destruida. Simboliza el fin, la muerte, la destrucción. Más información:
http://www.barcelonaturisme.com/wv3/es/page/1233/poema-visual-joan-brossa.
html [Recuperado el 15 de mayo de 2017].
4
Char, René (1954). A la santé du serpent (il. Joan Miró), París, GLM.
na por encima del contenido textual: ¿Es la intencionalidad del artista hacer ilegibles
sus pensamientos?, ¿priorizan la lectura estética versus la lectura funcional?
5
El demótico es uno de los sistemas de escritura utilizado por los antiguos egipcios. Véa-
se https://www.ecured.cu/Dem%C3%B3tico [Consultado: 22 de mayo de 2017].
6
Para conocer los poemas favoritos del artista véase: https://www.ysp.co.uk/download.
aspx?id=148 [Recuperado el 29 de mayo de 2017].
7
Ver en YouTube Twenty-Nine Palms de Plensa: https://www.youtube.com/watch?v=z-
30CAUKwX1A [Recuperado el 29 de mayo de 2017].
8
Para más información: http://jaumeplensa.com/index.php/exhibitions-and-projects/
recent-exhibitions/2011/item/201-yorkshire-sculpture-park [Recuperado el 2 de mayo
de 2017].
Figura 9-11. Fly High–Time Flies, de Laurent Mignonneau y Christa Sommerer. © 2016
Conclusión
Bibliografía
Bach, Ferran & Berkel, Rob (1999). Los rastros del alfabeto. Escritura y arte. Barcelo-
na: Fundació “la Caixa”.
Lipovetsky, Gilles (1996). El imperio de la efímero: La moda y su destino en las socie-
dades modernas. Barcelona: Anagrama.
Méndez, Carles & Figueras, Eva (2017). Lecturas liminales. Poesía desde el pensa-
miento visual. México/ Barcelona: Universidad Autónoma de Ciudad Juárez/
Universidad de Barcelona.
Ruiz, Carmen (2010). Salvador Dalí y la ciencia, más allá de una simple curiosidad. Fi-
gueres, España: Centro de Estudios Dalinianos. Fundación Gala-Salvador Dalí.
El grosor de la tinta
I call our world Flatland, not because we call it so, but to make its nature clearer
to you, my happy readers, who are privileged to live in Space.
Edwin A. Abbot, Flatland
E
l propósito del presente texto es proponer un recorrido que tome como pun-
to de partida las características matéricas del texto y la palabra impresa
para moverse hacia elementos simbólicos en el uso del texto en obras de
instalación, pintura, escultura y proyectos de arte contemporáneo, tomando
como hilo conductor las cualidades físicas de los materiales y los sustratos de la
obra de arte.2
La palabra escrita tiene su hogar tradicional en la hoja de papel. La relación
binaria del blanco y el negro en un plano que de común acuerdo consideramos unidi-
mensional y casi inmaterial constituye el paradigma del texto impreso.
1
Ambos investigadores procedentes de la Universidad Autónoma de Chihuahua, México.
2
Para una discusión sobre las cualidades conceptuales y matéricas y la conservación de
obras de arte contemporáneo realizadas con materiales efímeros, véase el artículo de Re-
beca Gross: “The Idea or the Physicality? The question of conserving ephemeral artworks”.
Disponible en http//www.arts.gov (versión electrónica), recuperado en mayo de 2017, dis-
ponible en https://www.arts.gov/sites/default/files/nea_arts/NEA_Arts_2_2016_FINAL.pdf
• 121 •
2
12
Sin embargo, si el hogar del texto es el papel, también es cierto que ese hogar
no reside en el espacio de dos dimensiones de Flatland, la obra de ficción de Edwin
Abbot,3 habitada por líneas y cuadrados, donde no hay arriba ni abajo sino solo norte
y sur, atrás y adelante, izquierda y derecha, pues, al fin del día la hoja de papel es
un material con grosor, textura y peso, como atestiguara cualquier aficionado a los
libros que haya debido mudarse alguna vez.
La superficie aparentemente suave y plana de una hoja de papel está en rea-
lidad, por supuesto, compuesta de una infinidad de fibras de celulosa entretejidas.
Estas fibras son imperceptibles en nuestra experiencia cotidiana, pero se vuelven
evidentes al ser amplificadas con una lente de aumento. Así pues, al observar la su-
perficie de una hoja de papel, nos vemos en un caso semejante al de la paradoja de la
línea de costa (figura 1), donde la medida de su longitud se ve modificada al variar la
escala con la que se mide, pues mientras más pequeña sea la escala mínima utilizada
para medir, más detalles y circunvoluciones del terreno se hacen evidentes, lo que
provoca que la longitud de la costa aumente.
3
En Flatland, Abbot describe un mundo de dos dimensiones compuesto por figuras
geométricas con una estructura social dividida rígidamente en castas de acuerdo al nú-
mero de sus lados. El narrador, un cuadrado, describe la sociedad de Flatland y sus expe-
riencias al conocer el espacio de tres dimensiones.
tiene un espesor, y que este es medible. ¿Qué tan gruesa es la tinta en las páginas de
un libro? Pues, más o menos, una o dos micras (Merilampi, 2010: p. 5), es decir, una o
dos milésimas de milímetro, unas treinta veces más delgada que el ancho promedio
de un cabello humano.
Estas medidas, difíciles de imaginar por lo minúsculo, sirven a pesar de su
escala como trampolín conceptual para comenzar nuestro recorrido, pues anclan la
palabra impresa (y a través de ella como metáfora, al lenguaje) al mundo real, físico,
de tres dimensiones.
La palabra viajera
Así pues, el hogar natural de las palabras, la hoja de papel, no es tan plana como pa-
rece a simple vista y la palabra impresa, desde su nacimiento, tiene ya intrínsecas
las cualidades matéricas que le dan existencia palpable. Pero este no es el único
modo en que las palabras escapan de las dos dimensiones aparentes de la hoja. A
las palabras les gusta salir de viaje, son un poco vagabundas y no siempre están a
gusto en casa. De vez en cuando emprenden correrías que las llevan a otros lugares
y les permiten desenrollarse un poco, expandirse y extenderse, como quien se estira
después de un largo viaje.
Si seguimos a estas palabras poco hogareñas en sus recorridos, llegaremos
a lugares peculiares. Mientras que algunas de sus congéneres toman trabajos de
tiempo parcial como enseñas corporativas o letreros de algún edificio de la facultad
de negocios de una u otra universidad, con la esperanza de conseguir una plaza fija
con buen sueldo y plan de retiro, y otras más se pintan de dorado y se colocan en la
fachada de edificios de departamentos como portadoras del apellido de algún espe-
culador de bienes raíces venido a más, hay otras palabras (o más bien, letras, pues no
siempre mantienen durante el viaje la disciplina y tienden a romper filas y desintegrar
sus grupos) que tienen inclinaciones artísticas y sensibilidades estéticas y frecuen-
tan otra clase de destinos, fuera del camino trillado de los negocios y la publicidad.
Algunas de ellas, las más conservadoras o quizá las más tímidas, se acomodan como
parte de la placa conmemorativa de un monumento, desde donde pueden dirigir mira-
das furtivas a la escultura de bronce y sentir sus aspiraciones de artiste satisfechas
por su proximidad con el gran arte. Otras, más aventureras, no se conforman con la
periferia y aspiran a los reflectores y el aplauso del público. En estos casos, natural-
mente, la farándula es inevitable y el futuro apunta inexorablemente a formar parte
de la escenografía de un musical de éxito, montado en Broadway de ser posible.
Hay otras más que, de paso por la biblioteca de alguna universidad o instituto
de investigaciones estéticas, han leído a Walter Benjamin y Allan Kaprow (o al me-
nos han echado un vistazo a los artículos correspondientes de Wikipedia), y cuya
conciencia de los fenómenos artísticos, en consecuencia, ha sido expandida. Estas
palabras tienden a adoptar una expresión lo más parecida posible a la de Joseph Beu-
ys, o en su defecto, Wolf Vostell y, bajo el lema Leben ist Kunst, Kunst ist Leben o,
como dicen aquellas que no hablan alemán: “La vida es arte y el arte es la vida”, no se
contentan con observar, sino que quieren ser parte integral de la obra de arte. Algu-
nas tienen éxito y pasan el resto de sus días en un museo de arte contemporáneo o
en una galería de SoHo o Chelsea. Otras, menos afortunadas, no logran convertir sus
sueños en realidad y recurren a ponerse una boina à la parisienne, adoptan un aire de
perpetua insatisfacción y suficiencia que más tiene que ver con la indigestión cróni-
ca y la gastritis que con el aura de enigma y sofisticación que ellas se imaginan, y se
dedican a vagar de párrafo en párrafo de catálogos de exhibición y reseñas críticas
en periódicos y revistas con la esperanza de conocer a algún crítico importante que
las lleve al centro del mainstream, o cómo mínimo, aprovecharse de los bocadillos y
cocteles ofrecidos en las inauguraciones.
El lenguaje, representado para nuestros fines por la palabra escrita, no solo sirve
para representar nuestra realidad, sino que, en cierto sentido, la define. Los cons-
tructos lingüísticos que utilizamos determinan el rango de fenómenos y relaciones
entre objetos e individuos que percibimos. El lenguaje es un arma de doble filo: comu-
nica y confunde, aclara y manipula, sostiene y constriñe.
Ludwig Wittgenstein, en su obra temprana del Tractatus Logico-Philosophi-
cus,4 considera que el mundo “is represented by thought, which is a proposition
with sense, since they all—world, thought, and proposition—share the same logical
form” (Stanford Encyclopedia of Philosophy, 2014) asimismo, considera que el pen-
samiento, y por extensión el lenguaje, son imágenes, así: “La imagen es un modelo
de la realidad” (“Das Bild ist ein Modell der Wirklichkeit”, Wittgenstein, 2: p. 11). De
esta manera, la imagen creada por el lenguaje es un modelo que representa y delimi-
ta al mundo físico. Esta representación lingüística da forma y estructura a la realidad,
pero también la limita, le asigna fronteras.
4
Obra que sería después revisada y hasta cierto punto negada por el mismo Wittgenstein
en su etapa posterior, particularmente en las Investigaciones Filosóficas, publicadas pós-
tumamente, donde el autor considera al lenguaje no ya como una representación directa
de la realidad, sino como una herramienta (werkzeug) compuesta por construcciones a
las que denomina juegos de lenguaje, mismas que son concebidas como “parte de una
actividad, o de una forma de vida” (Wittgenstein, Philosophische Untersuchungen, 23).
Así, al igual que Wittgenstein concibe al lenguaje como una imagen que cons-
truye un modelo de la realidad, en la obra de Xu Bing el lenguaje toma forma corpórea,
no solo como imagen, sino como un objeto físico, una red que limita, separa y apri-
siona, pero que también da estructura al espacio y sin la cual la realidad particular de
esta instalación no existiría. Nuestras estructuras lingüísticas nos permiten crear un
modelo de la realidad, pero todo modelo es finito, y el acto mismo de su concepción
implica el establecimiento de fronteras más allá de las cuales no tenemos acceso.
La idea del lenguaje como un límite que define y contiene al tiempo que explica y
sirve como soporte es una constante en la obra de Xu Bing. En la instalación Bird
Language, 2003 (figura 4), Xu Bing representa de manera aún más directa la idea del
lenguaje como límite.
La instalación está compuesta por jaulas cuyas paredes están formadas por
“letras conectadas para formar una jaula de palabras” (Bing, 2003). El texto formado
por estas palabras, representadas tanto por letras del alfabeto latino como por ideo-
gramas chinos, está formado por preguntas acerca del arte formuladas por diversas
personas al artista, y por las respuestas de este.
En esta pieza, a diferencia de The Net, no se encuentra un animal vivo en el in-
terior de la pieza, sino pájaros de cuerda que responden con sus trinos a los sonidos
emitidos por el público.
[…] riverrun, past Eve and Adam’s, from swerve of shore to bend of bay, […]
James Joyce, Finnegan’s Wake.
Así como en la novela Finnegan’s Wake, del autor irlandés James Joyce el lenguaje
es concebido como una corriente que fluye a manera de río por las páginas, en The
Glassy Surface of a Lake (figura 5), Xu Bing representa una superficie líquida median-
te una serie de letras metálicas suspendidas en el espacio que se mueven en espiral
hacia el centro para formar un pequeño mäelstrom que se dirige al suelo.
En la serie de obras Book blocks (figuras 8), Ann Hamilton toma el libro, en-
tendido como objeto que materializa la experiencia intangible de la lectura. Hamilton
concibe el acto de la lectura como una acción que crea un espacio y deja una huella:
“I have come to wonder how the ‘invisible’ experience that is the act of reading might
become a form of materialized making; how the way one reads might be thought of
as a form of drawing” (Hamilton, 2013).
Los lenguajes creados por los seres humanos no son la única manera de re-
gistrar y replicar una estructura. Los códigos genéticos, producto de procesos evo-
lutivos, se transforman en la materia cuya estructura es manipulada por Eduardo Kac
en la instalación Génesis, del año 1999 (figura 9). En esta instalación, Kac traduce un
fragmento del libro de Génesis a código Morse y después a pares de adn para crear
gen inserto en una bacteria E-Coli que muta y modifica su estructura como reacción
a una fuente de luz controlada remotamente por el público. A continuación, Kac re-
vierte el proceso y traduce la estructura modificada del código genético de la bacte-
ria para obtener una versión modificada del texto original.
Al transferir una estructura lingüística de un código a otro, Kac no solo crea
una materialización estática de esta estructura, sino un mecanismo dinámico que
la transforma continuamente. Al decir de George Steiner, todo acto de comunica-
ción implica un acto de traducción, y la traducción, por su naturaleza necesariamente
La palabra vs Greenberg
Die Gesamtheit der wahren Gedanken sind ein Bild der Welt
(La totalidad de los pensamientos verdaderos es una figura del mundo).
Ludwig Wittgenstein, Tractatus Logico-Philosophicus.
Durante un largo periodo de tiempo el lienzo pictórico fue declarado plano por el in-
fluyente crítico Clement Greenberg, y su planitud, o flatness, fue celebrada por el ex-
presionismo abstracto de muy diversas maneras, desde el action painting de Pollock
hasta las veladuras de Mark Rothko.
Sin embargo, así como la palabra escrita ha escapado de los confines de la
página plana, no transcurrió mucho tiempo antes de que la pintura reclamase de
vuelta su profundidad. Si bien el estadounidense Mark Bradford describe su obra
como pintura, sus obras son intrínsecamente tridimensionales. Bradford utiliza pa-
peles que recolecta de las calles en sus lienzos. Estos papeles, carteles, fragmentos
de publicidad, etcétera, son ensamblados, recortados y pegados uno sobre otro, se
convierten en estratos arqueológicos que registran realidades sociales y cotidianas,
una masa sólida que es trabajada a la manera en que un escultor trabaja un bloque
de piedra. Mediante las capas de texto licuado, superpuesto, lijado, Bradford crea
narrativas personales y sociales.
La base del trabajo de la artista colombiana Johana Calle es el dibujo. Su obra,
sin embargo, pronto deja el plano de la hoja de papel y se expande en el espacio de la
instalación. En su obra emplea líneas realizadas con caligrafías, signos de taquigra-
fía, hilos o alambre, que dan forma a jaulas, árboles o tejidos que se entrelazan. La pa-
labra escrita subyace la obra de Calle. Los textos presentes en sus obras correspon-
den a textos de investigaciones que realiza sobre realidades e injusticias sociales, el
medio ambiente o las consecuencias de las decisiones de hoy en las generaciones
siguientes. Calle altera estos textos, los mecanografía, perfora o elimina para mos-
trar los grandes intereses que hay detrás de las noticias o para preguntarse lo que
significa escribir en un país como Colombia.
Pero Odiseo volvía una y otra vez su cabeza hacia el resplandeciente sol, desean-
do que se pusiera, pues ya pensaba en el regreso.
La Odisea, Homero
Todo viaje tiene un retorno, y este recorrido no es la excepción. Después de vagar por
instalaciones, lienzos y las paredes de pabellones de bienal y museos, las palabras
vuelven a su hogar original, la hoja de papel, y buscan organizarse de manera que les
permita engarzar una bitácora coherente de sus viajes y transformaciones.
La fuerza de la palabra es tal que necesariamente trasciende los límites del me-
dio que la registra. Este recorrido se ha propuesto poner en relieve, de manera metafó-
rica, aquello que es físico y palpable en el lenguaje y que lo transforma, de un vehículo
intangible de ideas, en una entidad física y matérica con la cual podemos relacionarnos
no solo de manera intelectual y abstracta por medio de nuestra mente, sino físicamen-
te a través de nuestros sentidos y nuestro cuerpo, de la misma manera que los hace-
mos con el aire que respiramos, a través del cual nos movemos, el piso que sostiene
nuestros pasos, o la pared que nos protege o que bloquea nuestro avance.
JIM LORENA1
E
s el impulso que ha propiciado el pensar y el crear el libro-arte y su recorrido
por pequeños fragmentos de la historia de la escritura y del libro. También ha
servido para recordar que existen muchos lenguajes para la expresión, no
solo el alfabético.
Este es un estudio del proceso creativo que ha culminado con el libro-arte Ho-
menaje a E. Sdun, libro que forma parte de un proyecto de investigación, de creación
y de exposición: Paleografía de un recuerdo,2 una historia de la escritura. La caracte-
rística de la obra y del proyecto es la investigación e interpretación plástica de una
historia de la escritura. Esto se realiza con lo que llamo tipos libres.
La relación de mis tipos libres con la escritura es conceptual, cada signo for-
ma parte de un todo, aunque no de una unidad de lenguaje discursivo propiamente
dicho. Lo que formula la comprensión es el concepto general de paleografía de bús-
queda a través de letras y signos que se estructuran por sí solos, formulando una
narrativa de búsqueda. El papel como piedra arqueológica desgastada, las letras y
1
Autor procedente de librodeartista.info Ediciones. Málaga, España.
2
Diccionario de la Lengua Española. Paleografía: ciencia de la escritura y de los signos y
documentos antiguos.
• 137 •
8
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9
EL ARTE DE LA EDICIÓN Y LA TIPOGRAFIA
El origen
fenicios y después por los griegos para transcribir nuestros pensamientos, tienen
su origen, en parte, en las primeras formas provenientes del antiguo Egipto (Desro-
ches-Noblecourt, 1982: pp. 32-35).
Los soportes de las expresiones dibujadas y escritas de las que tenemos
constancia son variados y han progresado junto a la escritura, con las necesidades
de cada época. Desde las paredes de cuevas, rocas, paredes, arcilla, cerámica, ma-
dera, corteza de árbol, hueso, tablilla de cera, papiro, piedra, metal, pergamino, pa-
pel... soportes de origen orgánico, animal o vegetal y soportes inorgánicos, piedra y
metal (García, 1997-2017).
El material de apoyo de la escritura ha condicionado su evolución, teniendo
en cuenta que según el material que se utiliza, la técnica de escritura difiere. No se
llega a la misma letra tallando la piedra o deslizando un trazo pintado sobre papiro.
No es lo mismo la incisión que el trazado: la incisión se inscribe, sobre la piedra, el
metal, la arcilla, la cerámica; el trazado se escribe sobre el papiro, el pergamino, el
papel. Cada herramienta nos obliga a aprender una técnica y a expresar la letra de
una manera, siendo la piedra la que ha visto evolucionar las letras mayúsculas y los
soportes escritos las minúsculas, con utensilios ligeros y flexibles como la pluma. El
papel, descubierto en China en el 105 d. C., llega a Occidente hasta el 751 d. C. con
los árabes. No es hasta el siglo x y xi que se difunde por Europa, aunque aún seguirá
utilizándose el pergamino.
Escritura y caligrafía
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EL ARTE DE LA EDICIÓN Y LA TIPOGRAFIA
huella de un utensilio” (p. 18); además, “La caligrafía es la escritura manual realizada
como fin en sí misma, al servicio de la calidad de las formas” (p. 9).
La escritura y la caligrafía han surcado la historia hasta llegar a nosotros y
como todo hecho histórico es testigo de nuevos descubrimientos, reflexiones y co-
rrecciones a lo largo de su devenir.
No existen verdades que no evolucionen con el paso del tiempo: quienes juzgaban
indescifrables los jeroglíficos egipcios tuvieron que reconocer humildemente su
error tras el trabajo de Champollion. Imperfectamente conocida, la historia de la
escritura puede pues sorprendernos por sus múltiples aspectos, y solo teniendo
en cuenta este hecho esencial podremos sentir y comprender mejor esa inago-
table voluntad que, a lo largo de los siglos, ha constituido la base de todos los
esfuerzos de la escritura (Mediavilla: p. 65).
En su clásica memoria sobre el gusto por los libros entre los orientales, Étienne
Quatremère3 señaló que es una necesidad indispensable el conservar y propagar
obras estimables que, sin semejante atención, un mismo siglo vería nacer y pere-
cer. Por eso, desde que la cultura intelectual se convirtió para los árabes en una
verdadera pasión, se formó entre ellos una multitud de copistas hábiles y calígra-
fos distinguidos que se consagraban, a cuál mejor, a multiplicar, por transcripcio-
nes tan elegantes como exactas, los libros de los que la nación tenía derecho a en-
3
Étienne Quatremère (1782-1857), latinista, helenístico y orientalista. Profesor de persa
en la Escuela de Lenguas Orientales y profesor en el Collège de France.
El libro
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3
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de láminas de bambú o fichas de madera que solo permiten una columna de tex-
to inscrita verticalmente. Estos documentos eran pesados, necesitando a veces
el uso de carretas. La seda, que también utilizaban, permitía copiar textos largos,
formando rollos ligeros y fáciles de transportar. La forma de rollo persiste en esta re-
gión del mundo durante siglos, aunque el material utilizado evolucione hasta el papel
(Berthier, s. f.).
En India la tradición oral no adopta la escritura hasta el siglo iv a. C.; junto al
Sudeste Asiático han utilizado, tradicionalmente, la hoja de palma. Una materia prima
abundante en estas regiones, sin embargo, no siendo el clima propicio para la conser-
vación de los soportes, necesitaban renovar con frecuencia, las copias de los libros.
Después del desarrollo de la civilización griega alrededor de Atenas, en el si-
glo v y iv a.C., Alejandría en Egipto, tomará el relevo, poco a poco, convirtiéndose en
la capital cultural del Mediterráneo en 295 a. C., época en la que Ptolomeo funda el
Museo de Alejandría y con él la Biblioteca.
Podemos comprender la producción de libros de la antigüedad por la cantidad
de ejemplares conservados actualmente: numerosos textos nos han sido trasmiti-
dos gracias a las copias realizadas de época en época, por el contrario, muchos se
han perdido irremediablemente, deteriorados por el calor, la humedad, destruidos a
causa de las guerras, incendios, inundaciones, o carcomidos por roedores; algunos
pueden resucitar, en parte, gracias a otros autores con obras que se han conservado.
El pergamino, piel de animal tratada, es el soporte esencial del libro desde el
principio de nuestra era hasta la Edad Media en Occidente y hasta el siglo ix en Orien-
te Próximo. Su fabricación a partir de pieles, esencialmente de cordero, de ternero
o cabra, se va perfeccionando hasta el siglo ii a. C. en Pérgamo (Asia Menor) para
reemplazar al papiro, entonces monopolio de Egipto. La utilización del pergamino pro-
voca un cambio fundamental en la historia del libro, el paso del volumen enrollado al
códex. El rollo lo forma una larga lámina de papiro o pergamino enrollada sobre sí y el
códice (del latín codex) es uno de los formatos del libro. Se compone de cuadernos
plegados, cosidos y encuadernados. Lo que hoy en día consideramos como formato
convencional del libro en Occidente.
De la rotulación a la imprenta
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EL ARTE DE LA EDICIÓN Y LA TIPOGRAFIA
La industrialización
En 1777, Didot construyó en Francia una prensa toda de hierro y del mismo tamaño
que la hoja de imprimir, creando la técnica del estereotipo que fue perfeccionándose
posteriormente. En Alemania, año 1814, Koening inventa la máquina de cilindros, una
prensa de vapor. Gracias a la Revolución Industrial, periodo de inventos continuos
que comienza a finales del siglo xviii, el acceso a la prensa escrita es masivo.
4
Emilio Sdun (Dieter Emil Sdun), tipógrafo, calígrafo, impresor, editor de libros artísticos,
fundador de La Prensa Cicuta y editor, también, de la revista Sísifo. De nacionalidad ale-
mana, E. Sdun se instaló en el sur de España a finales de la década de los noventa junto
a Doris, su esposa y compañera de trabajo, dejándonos un gran legado profesional y hu-
mano.
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5
Artur Dieckhoff ha sido profesor de Ilustración y de Diseño Gráfico en la Escuela de Ar-
tes y Oficios de Hamburgo. Director técnico de tipografía y especialista en técnicas de
impresión. Entrevistado el 27 de abril de 2017 por Gabrielle Klemm, traductora y colabora-
dora de la Feria del libro de artista de Hamburgo (Buchdrukkunst), en el Museo del Trabajo
(Museum der Arbeit) y trabajando con Forum Book Art durante muchos años.
6
Klauss Raasch, diseñador, impresor y editor de libros artísticos. Ha publicado en colabo-
ración con el Museo del Trabajo de Hamburgo, con el Museo Gutenberg de Maguncia y con
Artclub Büchergilde en Frankfurt. Entrevista realizada por Gabrielle Klemm el 25 de abril
de 2017 en Hamburgo.
Los símbolos estéticos también tratan de ser universalmente válidos, pero sin em-
bargo [sic], nunca quedan desligados de los modos de representación propios a la
cultura, la época o el grupo en que se dan: su universalidad es paralela a su condición
histórica. Toda representación, pues, tiene una pretensión de convocar y transmitir
contenidos universales válidos, verdaderos, pero todas se relacionan inevitable-
mente con la forma de representar histórica de una cultura (Rosales, 1999: p. 95).
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El sueño evoca un periodo que comienza en la génesis del mundo y que abarca un
pasado inmemorial. El tiempo del sueño no designa un mundo de ensueños y de
irrealidades, sino una realidad que trasciende la experiencia cotidiana. El sueño exal-
ta los actos y las hazañas de los seres míticos y de los ancestros creadores como
los Pitones arco iris, los Hombres relámpago, las Hermanas Wagilag, los Tingari y los
Wandjina, que, bajo sus apariencias humanas o bajo otras formas, han recorrido un
universo todavía amorfo, creando todo lo que se encuentra en él e instaurando las
leyes que rigen el comportamiento social y religioso (Caruana, 1994: p. 10).
El sueño es más bien una dimensión paralela al tiempo histórico de los hombres,
una permanencia en movimiento, una memoria viva de la materia cósmica. Esta
memoria se manifiesta en el entorno por el simple hecho de que todo proviene
de ella y continúa reproduciéndose. Además, es precisamente en sueño que los
hombres y mujeres pueden viajar en este espacio-tiempo donde el pasado está
sincronizado al presente (Glowczewski, 1989: p. 87).
Son los acontecimientos míticos del tiempo del sueño los que proporcionan
los temas al arte de los aborígenes de Australia. El arte-lenguaje de los aborígenes
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3
EL ARTE DE LA EDICIÓN Y LA TIPOGRAFIA
Aunque no sea un medio sin lenguaje propio, sino todo lo contrario, podría
considerarse un lenguaje abierto por su multiplicidad de significaciones. Un lenguaje
formado por sublenguajes o simplemente, lenguajes superpuestos.
El arte-lenguaje aborigen australiano es un ejemplo de cómo la información
semántica se realiza a través de la plástica que es un vocabulario, como si el signo
–que recoge algunas propiedades de lo que representa– y el símbolo –un motivo que
representa algo no explícito en su forma– estuvieran unidos de manera indisociable.
Mi obra
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Bibliografía
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Virya, A. (1989). Lumières sur la Kabbale, manuel initiatique. Marseille: Jeanne Laffitte.
L’Australie Noire, les aborigènes, un peuple d’intellectuels (1989). Paris: Autrement,
série monde n. 37.
Taylor, T. (1989). Peindre ou la mémoire d’un peuple. Australie Noire. Les aborigènes,
un peuple d’intellectuels, Paris, Autrement série Monde, 37, p. 129.
JIM LORENA
Capítulo 10
P RO C E S O C R E AT I V O D E R E T RATO S D E M A D R E S
S O LT E R A S T R A B A J A D O R A S E N L A S M A Q U I L A D O R A S
DE CIUDAD JUÁREZ A TRAVÉS DEL LIBRO-ARTE
Introducción
D
esde tiempos inmemorables el hombre ha buscado la trascendencia, la re-
flexión y el desarrollo del conocimiento por medio del arte; esta inquietud
aún vigente sirve para reflejar tanto problemáticas de un contexto deter-
minado, como hacer permanente la memoria. La siguiente investigación
realizada de 2015 a 2017 tiene como objetivo mostrar el proceso creativo de cuatro
piezas (retrato/libro-arte) sobre madres solteras trabajadoras en la maquiladora de
Ciudad Juárez. Dentro de este panorama se busca demostrar cómo por medio de la
hibridación del género del retrato y del libro-arte se puede visibilizar un fragmento de
la realidad social y a su vez la esencia de un ser.
Se trabajó primero con la colaboración de cuatro madres solteras trabajadoras
de la maquiladora voluntarias para poder reflejarlas en la obra artística. La captura de
información se llevó a cabo por medio de una experiencia fenomenológica. Este méto-
do permitió a la investigadora/creadora interpretar (el material recopilado) desde su
propio conocimiento y experiencia. De este modo, analizó fotografías capturadas con
cámaras desechables, diarios personales y relatos de vida de las participantes.
1
Reside en Ciudad Juárez. Estudiante de la Maestría en Estudios y Procesos Creativos en
Arte y Diseño en la uacj. Correo electrónico: gagabyneta@gmail.com
2
Reside en Ciudad Juárez. Docente de tiempo completo del Departamento de Arquitec-
tura de la uacj. Correo electrónico: monikqriel@gmail.com
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Trabajo de campo
vida para ellas no fue fácil, pues siempre tuvieron carencias tanto económicas como
emocionales y pensaron que en el amor de pareja encontrarían un resguardo y apoyo
moral. Por otro lado, buscaban cumplir con las normas sociales y expectativas sobre la
mujer de formar una familia, además con la esperanza de tener una oportunidad para
mejorar sus estilos de vida. Sin embargo, mientras estaban unidas a estos hombres
vivieron años de abusos físicos, mentales y a raíz de estos sufrieron desilusión.
El principal hallazgo del trabajo de campo consistió en dar cuenta de cómo
las cuatro mujeres dijeron sentir la necesidad de estar acompañadas. Las madres
solteras trabajadoras en la maquila concordaron en añorar el amor y la seguridad que
al inicio de sus relaciones experimentaron, por tanto, recibir apoyo y compañía es el
principal anhelo de estas mujeres, tener la certeza de poder salir adelante en com-
pañía de sus hijos y no repetir los errores pasados. De alguna manera, en sus hijos
encuentran la estabilidad emocional y la lealtad necesaria para sentirse cómodas y
evadir (momentáneamente) la soledad con los problemas de su entorno.
Conceptualización
Esta fase termina con las margaritas que se encuentran en el lecho de muerte
de Ofelia;3 por esta razón son el recurso simbólico para representar el fin de la ino-
cencia. Aunado a este significado se encuentra también la aportación personal de la
investigadora/creadora, que contiene una postura, por medio de la pieza cinemato-
gráfica de Věra Chytilová, Las margaritas, que habla de dos mujeres sin ataduras a las
costumbres regidas por el supuesto “deber ser” de la mujer, sus prácticas cotidianas
cuestionan los límites de lo apropiado. En los personajes llamados Marie I y Marie II
se visualiza una crítica la cultura: esto mismo las condena a muerte como también
sucede con Ofelia.
Producción artística
El siguiente aspecto trata de la producción artística, misma que se llevó a cabo des-
pués de elaborar la conceptualización. Debido a la cantidad de material recolectado
durante la investigación –como las fotografías capturadas con las cámaras desecha-
bles y los diarios personales de las voluntarias– surgió el objetivo de trabajar el retrato
a través del libro-arte. Para lograrlo, se necesitó transformar el material y represen-
tar a las voluntarias a través de su propio trabajo y escritura. El propósito de esto fue
conseguir un resultado de mayor calidad, tanto en lo conceptual como en lo técnico;
se experimentó con distintos materiales, de los que no se obtuvieron los resultados
esperados. No obstante, el ensayo y el error sirvieron en este proyecto para dar cuenta
de la importancia de llevar constantemente a la práctica ejercicios con el fin de mejorar
una obra, una técnica y el concepto hasta alcanzar transmitir con precisión el mensaje
deseado, de lo contrario, las creaciones artísticas pueden dar un mensaje ambiguo.
3
“REINA: Allí donde en el río crece un sauce recostado que refleja hojas blancas en el agua
cristalina. Allí, mientras tejía fantásticas guirnaldas da ranúnculos, ortigas, margaritas y esas
flores alargadas que los pastores procaces llaman con nombres soeces, pero que en boca de
nuestras doncellas no son sino ‘dedos de difunto’. Allí, cuando trepaba para colgar en el árbol
su corona silvestre, rompiéndose una rama pérfida, y cayó ella, y sus trofeos floridos en aquel
arroyo de lágrimas. Extendidos sus ropajes en el agua, salía a flote cual sirena, y cantaba estro-
fas de antiguas canciones, inconsciente del peligro, o como hija del agua, acostumbrada a vivir
en el propio elemento. No pasó mucho tiempo, sin embargo, sin que el peso de sus vestidos,
empapados de agua, arrebatara de sus cánticos a la infeliz, arrastrándola al cieno de la muerte”
(Shakespeare, 1605/2015, p. 559).
Reflexiones
La ejecución de la obra propone sumergir al espectador a una sensación dada por las
propias retratadas. Hubo una manipulación en el material utilizado, el cual manifiesta
las reflexiones de las obras, no obstante, esto no pudo haberse logrado sino se hubie-
ra realizado un proceso reflexivo y de experimentación con las formas e ideas. Según
Michaud (2007): “[…] Con Marcel Duchamp el arte ya no se entiende en términos de
sustancia sino de procedimiento; tampoco depende de una esencia sino de los proce-
dimientos que lo definen” (p. 44). Por otro lado, según Martínez-Artero (2004):
nes introspectivas y las margaritas la crítica hacia el prototipo de la mujer, por lo cual,
el conjunto de cada elemento dentro de una caja es el retrato de una mujer (véase
figuras 1 y 2).
Conclusiones
retrato artístico solo puede representar las cualidades definitorias de una persona,
aspectos de carácter íntimo, biográfico y que definan a un ser, sin importar cómo sea
la representación. Por otro lado, el libro-arte es un género basado en la morfología de
un libro, lo que permite diferentes tipos de contenido en sus obras.
Referencias
A
tender a De Certeau (2008) cuando afirma que “la historia comienza al ras
del suelo” (p. 5), implica practicar la ciudad por medio del andar, como una
forma diferente de dar lectura a los sucesos que en ella coexisten, para
mostrarnos un mundo diferente del que creemos conocer, permitiéndo-
nos observar los movimientos urbanos y relatos ciudadanos que nacen y mueren en
el acontecer diario. Así, tomar el caminar como práctica artística permite recuperar
las historias que permanecen escondidas en la memoria de los habitantes y que co-
rren el peligro de perecer.2 Esta exploración consiste en entender el lugar como un
espacio en movimiento –pues se “lee” el lugar a través de la caminata–, que puede
capturarse a través de diversos procedimientos a fin de paralizarlo, de fosilizarlo
para entenderlo: La fotografía, la compilación de objetos, el registro de relatos orales
y audios, la enunciación de las características que en él abunden, etcétera, son es-
trategias que nos sirven para la construcción estética de este espacio.
1
Docentes-investigadores del Instituto de Arquitectura, Diseño y Arte de la uacj.
2
Documentar y trasladar estas historias es mantenerlas vivas de alguna manera. Toda
historia puede ser recabada / capturada tanto por imágenes obtenidas por medio de la
fotografía, el dibujo, la pintura; como también por relatos contenidos en escritos, audio,
etcétera.
• 169 •
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17
Así, el presente escrito plantea tender y entender las relaciones que se ge-
neran y que se integran entre los espacios y las personas, desde un enfoque artís-
tico que atienda a la memoria como aglutinante entre el lugar y el individuo. En este
sentido, De Certeau (2008) afirma: “La circulación física tiene la función itinerante
de las ‘supersticiones’ de ayer o de hoy. El viaje (como el andar) es el sustituto de
las leyendas que abrían el espacio a algo otro” (p. 13). Así, esta documentación de
la memoria, a fin de que no perezca, necesita de una posición artística específica,
como la de un historiógrafo que relata a partir de sus pasos, que recupera imágenes
desde su sentir del espacio y el tiempo en su recorrido:
3
En este punto podría entenderse la precipitación de los ritmos de vida de la sociedad
actual dentro de la urbe señalada por Marc Augé (2000), pues este desplazamiento y
transitar desatiende los espacios considerados relevantes para la ciudad. Se gesta una
“amnesia, de la memoria parcial, que da lugar a la manipulación, y de la memoria fetichiza-
da, que conduce a la banalización” (Hernández, 2012: 21).
de una cartografía psicogeográfica, un mapeo que visione otra “historia” y nos permi-
ta la realización de un libro-arte como memorial. Un soporte que posibilite una lectura
distinta a la que se conoce y se recuerda de este espacio del monumento.
El mabj es una obra que ha perdurado por más de cien años y la exploración
geográfica de dicho espacio se materializará a través de un libro de artista, tomando
“el mundo como atlas [con la finalidad] de comprender la realidad cartográficamen-
te y observar el mundo salvándolo del olvido, a través de la memoria y el recuerdo”
(Méndez, 2014: 28).
CAPÍTULO 11 • EL LIBRO-ARTE COMO MEMORIAL. OTRAS LECTURAS DEL MONUMENTO A BENITO JUÁREZ
2
17
ha alcanzado el punto cumbre de algún acontecimiento, ya sea para finalizar algo trá-
gico o para conmemorar el inicio de lo venidero y prometedor (Bleda y Rosa, 2010).
Pese a que en el castellano no es aceptado el uso del término anglosajón me-
morial para hablar de ciertos monumentos, este permite hacer una diferenciación
4
–aunque difusa y con aristas–, con aquellos que no surgen desde de la memoria, sino
que son para la memoria. Podríamos pensar que en lengua española tenemos lo que
se llama monumento conmemorativo o monumento recordatorio, aunque también
estos padecen una redundancia discursiva.5 A este respecto, Koshal (2015) explica
que hasta ahora, mientras el monumento se dirigía a honrar figuras representativas
o eventos importantes, el memorial se comprende como estructura para la remem-
branza de fallecidos.
Así, mientras el monumento antepone el objeto como activador y transmisor
de la historia –aceptada y oficial– que es contenida por él; el memorial usa la memo-
ria desde la vivencia de las personas –sean colectivo o individuos–. En este último,
la memoria fluye como un sistema de realidades que se pueden mezclar para con-
formar una historia singular y poco conocida de algún lugar o acontecimiento. Sin
embargo, como comentábamos, la utilización del memorial casi es una tradición para
recordar un hecho luctuoso,6 por lo que podemos atribuirle una cualidad eminente-
mente testimonial (Cáceres, 2012).
En cierto sentido, podríamos decir que el memorial, al resistirse a olvidar un
pasado violento, es un contramonumento, “el cual se vale de los recursos de la ‘invi-
sibilidad’ y el ‘vacío’ para crear un espacio de conciencia crítica” (Cox, 2008: 14). De
este modo, dichos memoriales funcionan como un mediador entre la memoria y la
historia, la primera relacionada a la pérdida y el luto, mientras la segunda es impreg-
nada por la violencia y la guerra, permitiendo rememorar desde dichos espacios tales
acontecimientos.
4
Más que originar relaciones con el asunto del monumento, estructuras o estatuas, en
el diccionario de la rae veremos cómo memorial es más bien un cuaderno o publicación.
5
Véase “Memorial no es monumento conmemorativo” en http://www.fundeu.es/reco-
mendacion/memorial-no-es-monumento-conmemorativo-721/
6
Una forma frecuente es utilizarlo para hacer referencia a las consecuencias de la guerra
como se puede ver en el Memorial del Holocausto en Berlín (2005) y en el caso de Méxi-
co el Memorial a las Víctimas de la Violencia inaugurado en 2013 conocido al igual como
Monumento en Campo Marte.
Como vemos, los monumentos, suelen ser poco flexibles frente a la malea-
bilidad presentada por el memorial, es decir, se presentan inmóviles en su estática
histórica –que impide transformaciones– y contrarios a la estructura dinámica que el
memorial moviliza con nuevas historias, identidades y perspectivas que lo manten-
gan vivo (Beltrán, 2013). Estos últimos hacen cómplice a la memoria cambiante de
los pueblos, que se construye con una visión del pasado matizada por el presente, en
revisión constante, permitiendo que el espacio sea instaurado como lugar de parti-
cipación. Y en esta apropiación de dicho espacio “se establece una forma de enten-
der la generación de los vínculos con los ‘lugares’, lo que facilita comportamientos
ecológicamente responsables y la implicación y la participación en el propio entorno”
(Vidal y Pol, 2005: 284). Un hábitat que fomenta procesos cognitivos, afectivos y
relacionales que le otorgan dimensiones del comportamiento más allá de lo que es
meramente funcional.
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De Certeau (2008) menciona que el espacio social o habitado es el resultado de un con-
flicto permanente entre poder y resistencia al poder. Se abre a la posibilidad de que dicho
poder sea subvertido y alterado en su significado por las prácticas cotidianas de aquellos
que lo habitan.
8
La verticalización y la integración del andar bípedo favorecieron la liberación de las ma-
nos y de la cara. La disponibilidad de miles de movimientos nuevos amplió hasta el infinito
la capacidad de comunicación y el margen de maniobra del hombre con su entorno, y con-
tribuyó al desarrollo de su cerebro (Le Breton, 2017: 15-16).
Figura 1. Anónimo, “Inauguración del Monumento a Benito Juárez” (s. f.), 1910.
Ubicado por tanto dentro de esta lógica europeísta, el mabj conserva la me-
moria de figuras que fungen como pilares identitarios de un pueblo. En la misma co-
lumna principal de la estructura, a la vista, pero por encima de los viandantes reza la
siguiente frase en bronce: “al c. benito juárez reformador y libertador / benemérito de las
américas / la patria reconocida” (figura 2). Aunque al mismo tiempo, resulta curioso cómo
9
Cfr. Fong, Y. (2015). El significado histórico del Monumento a Benito Juárez en la fron-
tera. En D. N. Gines, P. Montalvo, y C. Rosas. Monu. Paseo por las memorias del parque
(pp. 24-25). México: Imprenta Lazer.
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Estas áreas quedaron divididas por: familiar, recreación, inseguridad, descanso, encuen-
tro, contemplación, amor, armonía, soledad, paz, protesta, reflexión, seguridad, trabajo,
movilidad y estrés, según las sensaciones creadas a partir de la cartografía psicogeográ-
fica y la documentación por medio de la observación y a partir de las cuales se ha trabajo
en la construcción de la pieza del libro-arte. El lugar fue visitado constantemente para
anotar todas estas percepciones trazo a trazo hasta conformar una amalgama sensible
que expone al monumento como un espacio explorable en este sentido.
CAPÍTULO 11 • EL LIBRO-ARTE COMO MEMORIAL. OTRAS LECTURAS DEL MONUMENTO A BENITO JUÁREZ
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Para este análisis emocional del mabj mediante el caminar, es necesario des-
conectarse del mundo exterior, pues desde un enfoque de observación –sistemático
y sensorial–, el recorrer este espacio a pie, produce diversas sensaciones al peatón
que lo aborda con consciencia de estudio. Así como también permite la percepción
de cómo otras personas atraviesan la plaza de diversas maneras, unos con más pri-
sa que otros, algunos con el objetivo de permanecer ahí y encontrarse con alguien
(figura 7), otros solo a contemplar y muy pocos con el afán de observar y quizá de
únicamente pasar el tiempo (figura 8).
El mabj presenta según las clasificaciones de Oteiza (Marín, 2016: 57) las
características de un espacio desocupado: como aquel territorio delimitado por un
cuadrilátero (la plaza) que es una plancha de cemento sin prácticamente flora y que
propicia el desarraigo de las personas; así como también las de un espacio activo:
gracias al traslado de los que hacen uso del lugar para desplazarse de un punto a
otro, a aquellas que trabajan o venden allí, y también los domingos por el Bazar del
Monu. Pero especialmente en su práctica por actos públicos como protestas o huel-
gas que por lo general terminan en la zona del monumento, al igual que los desfiles
que por ahí transitan. Y, por último, el espacio libre: actividades que propician la acti-
vación y práctica del lugar.
A partir del estudio previo ubicaremos al mabj como centro de un libro-arte memorial,
que ofrezca una psicogeografía del lugar, proyectando una cartografía emocional
que encapsule la memoria de su práctica en un libro de artista. Un libro-arte que pue-
da trasladar al lector, a través de una elaborada condensación de material y registros
vivos –relatos– y objetuales, la percepción del artista y su deriva por el lugar, atesti-
guando de algún modo la metaforicidad del monumento y la sensibilidad provocada
en quien la produce. Este soporte, brinda una nueva lectura del monumento y signi-
fica otra construcción de su memoria, a fin de evitar el olvido y generar estas otras
historias que lo constituyen.
Para el artista contemporáneo la memoria se ha convertido en un tema de
preocupación y producción pues vehicula el interés en la reinterpretación de la his-
toria, de ver la “otra historia” de los acontecimientos pasados y convertir los hechos
presentes en relatos singulares que tengan por sí mismos la capacidad de hablar del
pasado con un aire fresco y novedoso para recuperar la memoria.
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El recurso del archivo da vida a posibilidades específicas del libro-arte, se trata de “discernir
el acto de almacenar y archivar como imagen, metáfora y proceso en el arte contemporáneo”
(Guasch, 2011, p. 11), y como lo expresa Polo (2011), “son datos e informaciones que van más
allá de lo artístico, son huellas de la sociedad, […] importantes testimonios documentales del
proceso creativo, de la subjetividad del artista y de su manera de entender y de describir el
mundo real e ideal” (p. 23).
CAPÍTULO 11 • EL LIBRO-ARTE COMO MEMORIAL. OTRAS LECTURAS DEL MONUMENTO A BENITO JUÁREZ
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Figura 9. Etapa de bocetaje y primera idea para libro-arte con únicamente las placas
de resina contempladas como producto final. Imágenes de los autores.
12
Polímero termoestable presentado primeramente en forma líquida que se endurece
posterior al vaciado una vez mezclado con su respectivo catalizador.
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De izquierda a derecha: figuras 13, 14 y 15. Objetos de las zonas del mabj.
Imágenes de los autores.
13
Estos puntos de observación son marcados con coordenadas establecidas mediante la apli-
cación de Google Maps para una apreciación más exacta de su ubicación. Este recurso tam-
bién se verá posteriormente integrado en las fotografías que forman parte de otro elemento
de la pieza.
Figura 16. Recorrido y puntos de observación dentro del mabj. Imágenes de los
autores.
Por lo tanto, para esta parte del libro-arte se despliega una cartografía psico-
geográfica14 de gran formato (90 x 60 cms) que se pliega a manera de mapa clásico
para poderse insertar en el formato de la pieza donde se integran textos escritos a
mano sobre las sensaciones percibidas de cada zona. Además, el mapa se acompaña
de los frottage15 que se realizan en los puntos de observación con la finalidad de com-
plementar y mostrar de forma visual el terreno y características del suelo; las texturas
recogidas dan cuenta del tipo de superficie de la cual se compone el lugar, lo que sim-
boliza y de qué manera nos hace reflexionar sobre el significado de trasladarse dentro
14
Dicha cartografía es un compendio de los recorridos realizados en toda el área del mabj, los
cuales se muestran en un resultado unificado intervenido con escritos hechos a mano con pe-
queños fragmentos de las reflexiones que se generaron a lo largo del tiempo que se observó el
espacio, así como algunos dibujos referentes a estos textos, además de que se muestra la di-
ferenciación de las áreas por medio de colores que se aplican de acuerdo a una visión sensible
de cada una de ellas. Se observa también dibujado el recorrido palpable que la mayoría de las
personas utilizan en su tránsito por el lugar. Sobre este mapa cartográfico se coloca un papel
albanene del mismo tamaño el cual es intervenido con imágenes de cada una de las zonas dar
cuenta de manera gráfica como son estas en la realidad.
15
Técnica de pintura también vista como el arte de frotar proveniente del surrealismo. Se trata
de obtener la textura de una superficie mediante una reproducción que se logra al frotar grafito
sobre papel colocado sobre el área que se quiere abstraer generando con ello una copia bidi-
mensional de las características físicas del objeto seleccionado.
CAPÍTULO 11 • EL LIBRO-ARTE COMO MEMORIAL. OTRAS LECTURAS DEL MONUMENTO A BENITO JUÁREZ
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CAPÍTULO 11 • EL LIBRO-ARTE COMO MEMORIAL. OTRAS LECTURAS DEL MONUMENTO A BENITO JUÁREZ
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Como hemos podido observar, la historia está contenida de relatos que la atraviesan,
que la circulan, y en cierta medida, al darles voz, la completan. Y este –podríamos
llamar– “perfeccionamiento histórico”, se puede dar al vivir esas otras narraciones
que nos hacen ver lo inconclusa que es la oficialidad. Conceptualizar un espacio a
partir de la emoción y lo inmaterial no es tarea fácil, y conformarlo como material
artístico que ofrezca otros sentidos del mabj, aún lo es menos; pero tomar este pro-
ceso como ejercicio mnemotécnico en el que poder extender nuestra memoria del
lugar es profundamente satisfactorio. Corresponde, precisamente, a una actividad
de recuperación afectiva de uno de los centros de la ciudad que es conquistado por
los ciudadanos a pesar de que el mismo monumento ofrezca resistencia.
De este modo, el proponerse como proyecto encapsular la memoria de los
transeúntes junto a la historia de un monumento requería de un soporte con el sufi-
ciente potencial narrativo y visual como para posibilitar todas esas historias entre-
cruzadas. Así, el libro-arte memorial se erige como un aliado artístico en la materiali-
zación de la obra la cual brinda una muestra palpable de un lapso de tiempo del mabj,
cuya existencia está en constante transformación. Evidencia el deseo por querer
desentrañar desde la fragmentación, una historia paralela a la que este espacio está
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cido, palpando lo invisible y posibilitando nuevas líneas de creación para este y quizá
otros viejos y nuevos monumentos.
Referencias bibliográficas
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Referencias electrónicas
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Capítulo 12
METODOLOGÍAS TRANSDISCIPLINARIAS EN PROCESOS
C R E AT I V O S . U N A M E TO D O LO G Í A PA RA E L L I B RO - A RT E
D
e diferentes periodos históricos se puede partir para hacer una diferen-
ciación entre arte y diseño, una síntesis o, incluso, una sinonimia. Para los
fines que a este proyecto convienen, se parte del siglo xix, en plena cultura
decimonónica y el apogeo de la revolución industrial y sus consecuencias
culturales y estéticas.
La revolución industrial trajo al desarrollo cultural y al de la naciente industria
grandes beneficios, pero también situaciones complejas. No solo los movimientos
demográficos con sus consecuencias, sino también cuestiones más sutiles que re-
fieren a la estética de los objetos de uso.
1
Procedente del Instituto Superior de Arquitectura y Diseño, Chihuahua, México.
2
Pinterest, término en inglés que hace referencia a una aplicación digital que guarda en-
laces de interés para el usuario, que se encuentran a través de imágenes. En los tiempos
en que se desarrolla este escrito, ha cobrado gran popularidad en su uso (se dice en los
tiempos de este escrito, porque las fechas en el mundo digital pierden sentido por los
cambios vertiginosos con que cambia todo en ese entorno). Hace esta aplicación una
analogía con los tableros de corcho que se usan para colocar notas con tachuelas o pin-
nes, de ahí el término.
• 193 •
4
19
arte y producción convivían armónicamente” (Campi, 2006: pp. 99). En este punto
surge el denominado movimiento de Arts&Crafts o de Artes y Oficios: movimiento
que recupera el ideal artesano y a futuro lo conjuga con la producción mecanizada. De
este movimiento surge la profesión y el concepto de diseñador como la conocemos
hoy en día.
Así es como en diversos periodos se puede ver unidad entre arte y diseño,
entre arte, diseño e industria. De esta forma lo consideramos como pretexto para
partir de un intercambio entre procesos muy íntimos y propios entre cada una de
estas disciplinas y conjugarlos en un producto nuevo, híbrido.
William Morris, junto al movimiento de Arts&Crafts y toda su ideología y filo-
sofía, será motivo para retomar en las fases posteriores de este estudio.
Para el ámbito de las poéticas artísticas se toma como base el modelo pedagógico
del Centro Nacional de las Artes (Cenart), desde la perspectiva transdisciplinaria en
su diplomado llamado Tránsitos.
Dentro de este ámbito se usa el término desplazamiento como la capacidad
de tener movimiento de una disciplina hacia otra dentro del ámbito artístico. También
se usa el trabajo colectivo interdisciplinario, para encontrar sinonimias y como se
usan en las diferentes disciplinas. Como el aporte dentro de la actividad disciplinaria,
de diferentes disciplinas, enriquece o da otro sentido al quehacer artístico: ya sea
educativo y/o productivo. Esto se traduce a un tipo de traducciones entre lenguajes
disciplinarios.
La propuesta didáctica era para que la poética de una disciplina artística
fuera forzada a distorsionarse, o compelida en la traducción, para que dijera lo que
aún no podía expresar con sus medios. El lenguaje que parecía distanciarlos resul-
tó tanto zona de encuentro como lugar de distinciones e identificaciones (Andión,
et al., 2014: p. 179).
3
Un constructo es una construcción semántica que está dado por hecho y tiene carácter axio-
mático, como el carácter de una teoría o una ley dentro del ámbito de la ciencia.
4
Concepto “isomorfo” es el que se comparte entre diferentes disciplinas y su carácter no
cambia de forma o significado (de ahí su nombre). Pero al analizar la idea de transdisciplina
desde el ámbito de la poética artística, es posible darse cuenta que el equivalente de esas
sinonimias, puede tener una ligera o total diferencia de significado.
Creatividad en el diseño
Entropía creativa
La pérdida de sensibilidad tiene que ver con la capacidad de percepción del in-
dividuo con su entorno. Cuando un diseñador o artista se torna pasivo a los estímulos
del entorno, no les presta atención se insensibiliza. Se “hace un observador superfi-
cial y consumista de sus entornos… el diseñador pierde sensibilidad en el momento
en que una actitud pasiva, superficial y ensimismada frente al entorno cotidiano lo
lleva a cerrar y agotar sus recursos cognitivos” (Sánchez, et al., 2006: p. 22).
A través del pensamiento analógico es posible hacer esas lecturas del entorno coti-
diano y lograr resignificaciones para el proceso creativo.
Bibliotecas de información
pam denomina bibliotecas de información a los bancos donde existen diferentes uni-
Matrices
Dentro de su metodología (si vale decirlo, ya que pam no se pronuncia como modelo
o metodología, sino como una herramienta de desarrollo), pam establece el uso de
varias matrices de trabajo: la matriz de análisis, que se divide en estructural y rela-
cional; la matriz de abstracción, con su espectro de traslado y de tipologación; y la
matriz de recursos, bi o tridimensionales.
Para efectos de la primera etapa del estudio atañen solo las matrices de
análisis y de abstracción. Y de primerísima instancia, únicamente se trabajará con la
matriz de análisis, el análisis estructural y el relacional. A su vez estas tienen rubros
como físico, morfológico y significativo el primero. Colaboración, competencia y re-
producción, el segundo.
Se parte de la idea que arte y diseño pueden compartir sinonimias en sus procesos
creativos. También de que la diferencia entre esos procesos, los puede enriquecer en
forma significativa. La idea de generar un dispositivo interdisciplinario va del epígrafe
con que inicia este escrito: Yo no busco, encuentro, atribuida a Picasso. Esta puede
tener varias lecturas, pero la más útil es que en el proceso creativo del arte no se
parte de una búsqueda organizada y con metas preestablecidas, sino de un trabajo a
la deriva donde el mismo proceso va dando respuestas. Se concuerda con esto, pero
también que en ocasiones es posible tomar otros caminos, generar otros paradigmas.
Como corolario se agrega la prospectiva del estudio, es la generación del dis-
positivo interdisciplinario montado en la red a través de un objeto de aprendizaje (oa)
de código abierto. Un oa es una tecnología educativa, con diseño instruccional (tiene
instrucciones de trabajo para el aprendizaje) que se sustenta en la red digital. El có-
digo abierto significa que un recurso está disponible para su uso, sin restricción en
alguna plataforma cerrada.
La metodología, el estudio sobre el piloteo del oa-dispositivo interdisciplina-
rio, se deja para las fases posteriores; ¿y Pinterest? Bueno, por lo general Pinterest
está plagado de cosas visualmente muy atractivas. Si etiqueta el usuario en la barra
de búsqueda: “Libro de Artista”, encontrará mil ejemplos y más, de bellísimas produc-
ciones. La idea es jugar un poco y romper paradigmas.
¿Qué tal si se generan las poéticas de libros de artista a través de pam?
Referencias
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field_attached_file/pdf-_disenar_desde_en_pensamiento_pag._08-10-15_0.pdf
Introducción
E
l acceso a la lectura y la escritura empieza idealmente cuando se es niño. La
etapa entre los 3 y 7 años de edad, llamada niñez temprana, se caracteriza
porque los infantes “comienzan a experimentar cambios en su manera de
pensar y resolver los problemas, desarrollando de manera gradual el uso del
lenguaje y la habilidad para pensar en forma simbólica” (Campo, 2009: p. 342). Dejan
de ser bebés y van adquiriendo una gran capacidad de aprendizaje que acompaña su
crecimiento físico, cognitivo y emotivo.
La niñez temprana coincide con el inicio de la escuela. En los primeros años
de educación formal:
1
Docentes-investigadores de la uacj, México.
• 205 •
6
20
La formación para leer y escribir está presente en todas las culturas y es-
pacios formales de educación temprana, “son aprendizajes fundamentales cuya
transferencia cognitiva y afectiva va mucho más allá de lo que podríamos imaginar
[junto con el] pensamiento lógico-matemático […] son herramientas importantes
para desarrollar niveles cada vez más elaborados de pensamiento, comunicación e
interacción positiva con los demás y con el medio” (Romero, s/f, p. 7).
En la escuela se establece lo mismo una forma específica de acceder a los
signos y códigos de la escritura, que una forma de entenderlos. Así mismo, la mayoría
de los textos y libros para niños, tanto aquellos que son para aprender como los que
son para entretenerse (aunque en muchos casos, la línea entre estos dos aspectos
se desdibuje) tienden a estar configurados desde una visión adulta. Hay en estas
formalizaciones, así como en su contenido, un ejercicio del “deber ser” que ha sido
ya institucionalizado.
Pero “el desarrollo cognitivo en la niñez temprana es libre e imaginativo”
(Campo, 2009: p. 342), los niños en esta etapa “se caracterizan por su curiosidad
y espíritu inquisitivo… su razonamiento se basa en experiencias inmediatas” (uab,
2007/2008: p. 11), y aunque estamos de acuerdo en que los niños requieren de un
aprendizaje concreto y útil para escribir y acceder a los textos, también hay otras
formas de entender las letras y comprender en lenguaje de sus formas.
Es en este contexto donde vemos una oportunidad para plantear una forma
diferente de acercamiento a los signos tipográficos: “La tipografía y la escritura, por
su naturaleza, siempre se han entrelazado, puesto que la tipografía es la disciplina y
la práctica profesional que media entre el contenido de un mensaje y el lector que lo
recibe” (Jury, 2007: p. 8).
Puesto que en este punto del desarrollo el infante ya tiene desarrolladas ha-
bilidades de lectoescritura y permanece su cualidad imaginativa, decidimos trabajar
con niños a partir de ocho años de edad.
Un taller de letras
grupo de niños que ya saben leer y escribir.2 El objetivo es hacerlo desde una visión
experimental, un acercamiento distinto al convencional adquirido principalmente en
la educación formal. Se proponen ejercicios de experimentación con letras que per-
miten a los niños acceder a las características de los signos y sus posibilidades más
allá del aprendizaje sistemático, además de mostrar su visión acerca de la forma y
la voz de las letras. La finalidad es encontrar una forma de potenciar su imaginación
y su capacidad expresiva, además de identificar cómo perciben la tipografía en fun-
ción de una experiencia lúdica.
En su ensayo Pensando con tipografía, Alejandro Tapia (2003) explica que
“las tipografías y los procesos editoriales son determinantes para la estructura-
ción del pensamiento y este ha sido su papel en la historia […] los estilos tipográfi-
cos simbolizan el carácter social en el que se intenta circunscribir el pensamiento”
(pp. 17 y 21). El autor narra cómo desde los primeros tipos (capitulares romanos),
existe una metaforización del discurso, en este caso una formalización basada en
la arquitectura, el basamento de estas letras está fundamentado en el modelo ar-
quitectónico de la columna trajana y los frisos. La tipografía sans serif por otro lado,
es una metáfora de lo geométrico y racional como organizadores del pensamiento
en el tiempo de su diseño, que fue la Revolución Industrial. En la actualidad, donde el
desorden y el caos parecen formar parte de las teorías del mundo, el diseño posmo-
derno intenta generar una metáfora de esta oposición a la razón y al orden quebran-
tando las retículas.
El primer ejercicio para introducir al taller a los niños se llamó Pensando en
letras. Se abre el contacto con ellos haciendo una serie de preguntas que se fueron
contestando de forma abierta y flexible: ¿Para qué sirven las letras? ¿Cómo aprendis-
te a hacer letras? ¿Conoces letras en otro idioma? ¿Te gustan las letras? El objetivo
era abrir el diálogo sobre aquello de lo que trataría el taller. La pregunta para iniciar el
ejercicio fue, ¿qué fue lo primero que aprendiste a escribir?
2
Los expertos explican que “para entender la ‘gramática’ de la tipografía, previamente debe
obtenerse cierto conocimiento y comprensión del lenguaje y de cómo este se adapta para
funcionar en diversos contextos sociales, es decir de sus registros” (Jury, 2007: p. 8), fue
por tanto importante que el grupo de pequeños tuviera ya un conocimiento sobre la lecto-
escritura y un avance en su uso como un ejercicio de comunicación.
La voz de la tipografía
Cuando los niños ya comprenden que además del contenido de los textos, la forma
de las letras también ocupa un lugar importante en la comunicación, es tiempo de
plantear nuevas dinámicas donde puedan desarrollar otras posibilidades de crea-
ción. La forma es la apariencia que tienen las cosas, los materiales y las represen-
tadas, en este sentido la tipografía “es simultáneamente forma y contenido; la letra
es en sí misma una figura y un signo. La figura se valora como lo que es en última ins-
tancia: una imagen. Sus trazos pueden hacerla estéticamente bella o grotesca hasta
el repudio. En sus trazos se pueden transmitir sensaciones ocultas y emotivas. Las
letras pueden ser divertidas, elegantes, secas, monstruosas, retorcidas, oscuras,
livianas o altivas” (Murillo, 2010, párr. 2).
A partir de lo anterior, se plantean tres ejercicios relacionados: La letra como
forma, Letramorfosis y Figura y fondo, donde los niños tienen un acercamiento distinto
al símbolo configurado como letra. En La letra como forma eligieron una de las cinco
vocales (bien conocidas para ellos) previamente impresas (tipos gruesos y sin seri-
fas). Se les preguntó a qué se parecen esas letras y cómo las convertirían en un objeto
conocido, utilizaron prismacolor para concretar este ejercicio. Podemos ver cómo los
pequeños en algunos casos convierten la letra en el objeto más sencillo pero lleno de
significado, otros se dan la libertad de transgredir los límites de la forma para convertir-
la en objetos con tres dimensiones o aumentan formas para completar su idea.
Figura 4. La letra como forma. Ejemplos de dibujos con prismacolor sobre vocales.
Fotografías de autoría propia, 2017.
Experimentación
Orquesta de letras fue una actividad donde el recurso primordial fue el mo-
vimiento corporal: “[…] debemos tener presentes los diferentes tipos de dimen-
siones corporales que ofrece la expresión corporal, éstas [sic] ayudarán al alumno
a conocer las acciones que realiza el cuerpo y que las lleva a cabo en un espacio
y en un tiempo determinado (cuerpo tiempo y espacio), la canalización de energías
(cuerpo emocional), utilización del cuerpo para buscar nuevos movimientos (cuerpo
creativo), la colaboración y la interactuación en grupo (cuerpo colaborativo y coope-
rativo), el conocerse interiormente (cuerpo introyectivo), el disfrute de la actividad
(cuerpo hedonista) y la comunicación (cuerpo comunicativo)” (Abardía, 2014 en Gó-
mez, 2015: p. 12). El cuerpo permite otras formas de expresión, más allá del lenguaje
gráfico. Las letras no solo se configuran en dos dimensiones, sino que pueden ser
resultado del movimiento del cuerpo en un contexto específico. Para ello se opta por
configurar un trabajo en equipo.
Cada uno de los participantes tiene la oportunidad de representar una letra y
dirigir cada una de las partes que la conforman. La dinámica de movimiento permite
una construcción en gran formato, de manera controlada. El sentido de composición
suma sentido la forma de esos signos, lo que también se explicó antes como la per-
sonalidad de la tipografía.
En Atmósferas textuales se hizo un ejercicio previo de reflexión sobre los
miembros de la familia y sus personalidades, los niños enlistaron una serie de carac-
terísticas y hábitos de sus seres más cercanos y a partir de ellos hicieron una com-
posición. Previo a ello se realizó una ejemplificación con diferentes técnicas (tinta
china y popotes, técnica mixta gis graso y acuarela, plastilina, alambre y aluminio,
etcétera) para elegir lo que les ayudara a explorar mejor la plasticidad de las letras a
representar (la inicial de cada miembro de su familia).
Pudimos ver que las posibilidades de representación de una letra son tan va-
riadas como las letras mismas y sus autores. Existen distintas formas de dotar de
significado a un signo, más allá del que es evidente en la letra. El uso de distintas
técnicas, materiales y formatos enriquece la construcción del signo y lo vuelve per-
teneciente a un ambiente específico.
“La naturaleza de la creatividad es multifactorial, tiene que ver con la perso-
nalidad, la habilidad y los factores afectivos, cognitivos y ambientales de la persona
creadora” (Rojas, 2007: p. 38). Los niños son capaces de generar por sí mismos nue-
vas propuestas de representación, sin embargo, si se les provee de nuevas formas
de hacer letras, su experimentación se vuelve más rica. Elementos como la pluma, el
lápiz o incluso el papel son reconocibles en su experiencia con la creación de letras,
pero la plastilina, el papel aluminio o la pintura les permitió producir letras que sobre-
pasan los límites del formato.
Conclusiones
Bibliografía
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Universidad Autónoma de Barcelona (2007-2008). Máster en Paidopsiquiatría. Mó-
dulo I. Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña.
Introducción
L
as culturas rusa y mexicana son muy diferentes, pero tienen similitudes.
Regiones Michoacán y Kuban dividen el océano y el espacio de miles de ki-
lómetros. La oportunidad de colaborar, comparar y analizar el desarrollo de
las artes gráficas, identificando las fortalezas y debilidades en la educación
artística rusa y mexicana tiene mucha importancia para nuestros centros educati-
vos: la Facultad de Artes Gráficas de la Universidad Nacional de Kuban (fag-kubsu,
Krasnodar, Rusia)3 y la Facultad Popular de Bellas Artes de la Universidad Michoacana
de San Nicolás de Hidalgo (umsnh, Morelia, Michoacán, México).4
Una oportunidad para empezar un proyecto común fue el resultado de mu-
chos años de cooperación fructífera, que se celebra en forma de intercambio de ex-
periencias en la producción gráfica desde 2004. El trabajo concreto comenzó en el
año 2006, con la exposición “Estampa mexicana contemporánea. Arte y oficio” en
Museo de Arte F. A. Kovalenko (Krasnodar, Rusia).
1
Investigadora procedente de la Universidad Nacional de Kuban, Krasnodar, Rusia.
2
Investigadora de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México.
3
Página web: https://www.kubsu.ru/en/node/1958, Facultad de Artes Gráficas: http://
hgfkub.ru/index.php/galereya/rab-stud
4
Página web: http://www.umich.mx/licenciaturas-humanidades.html
• 221 •
2
22
La idea del primer proyecto internacional estudiantil estaba en los planes de las
cátedras de gráfica desde hace tiempo. Se establecieron siguientes metas: 1) formar
un diálogo intercultural entre los dos países; 2) crear las condiciones y posibilidades
para estudiantes, futuros artistas, para el intercambio de experiencias en el campo
de gráfica y proyectos editoriales; 3) identificar las líneas temáticas de interés común
para los estudiantes de ambos países.
Las posibilidades y técnicas de producción en los proyectos de creación ar-
tística en los últimos años han presentado un gran auge. El género libro de artista
(libro-arte = artist’s book) hoy ocupa gran terreno como género artístico contempo-
ráneo en la exploración visual y en el proceso creativo. No es un libro ilustrado, ni libro
de arte: es un arte, un formato metafórico del tiempo y el espacio en una sola pieza
u objeto que a veces retoma la forma usual de un libro, pero deja de ser un libro en su
interior, puede unir los cinco sentidos de percepción en su contemplación, re-signifi-
car el objeto con el fin de explorar las dimensiones discursivas del mensaje del autor
para el espectador.
En la Facultad de Artes Gráficas de kubsu está la línea de producción gráfica:
ilustración, diseño gráfico, gráfica de caballete, caligrafía. Los estudiantes tienen la
oportunidad de experimentar las técnicas de estampa en polímero, linóleo y grabado
en diversas técnicas experimentales, los medios ya conocidos bien por los estudian-
tes mexicanos.
En el taller de grabado de fpba umsnh coinciden creadores y estudiantes de di-
ferentes culturas, ideologías e identidades; algunos provenientes del interior de es-
tado de Michoacán (Cherán, Zacapu, Pátzcuaro, Uruapan, Paracho, Zamora) así como
otros originarios del centro y sureste del país (Ciudad de México, Veracruz, Guerrero,
Chiapas, Oaxaca, Guanajuato, entre otros). Desde año 2000 empezaron realizarse
los proyectos finales y de titulación en el área de formación gráfica en el formato
libro-arte y carpetas gráficas editadas. Con base en los hechos se formó el acervo
de los trabajos que dieron el sustento a la acreditación por caesa del programa edu-
cativo Licenciatura en Artes Visuales en 2015 y cuales fueron mostrados en varios
eventos y ferias del país y extranjeros.5
5
Página web del acervo de libros-arte del taller: http://www.librosdeartista-fpba-umsnh.net
6
Convenio establecido desde hace diez años desde 2004, pero formalizado y firmado
en 2015.
Era importante reunir las obras que reflejan diferentes facetas del paisaje
de Kuban (figura 1): paisaje como estado de ánimo (N. Drobysheva), paisaje-reflexión
(A. Kashpur), paisaje futurista (O. Voylenko), paisaje arquitectónico (T. Zazii), una
imagen-recopilación del paisaje ruso (N. Shaverneva) y una imagen nostálgica de la
ciudad antigua (N. Kharchenko).
El grupo mexicano fue por el camino del paisaje metafórico, el paisaje inte-
rior, con los elementos más expresivos y no tan representativos. Trini Nuñez creó su
imagen a base de dos fotografías suyas y habla sobre movimiento, tranquilidad, na-
turalidad y libertad. Nancy Valdés en su grabado del paisaje cósmico dio a entender
la unión del macrocosmos y el microcosmos, en el punto que se sobrelapan los ele-
mentos da la impresión de ser un diagrama de Venn. Pedro Hernández, en su paisaje
abordó el tema de soledad, sentimiento universal que no conoce de fronteras, es un
paisaje interno dramático que cualquiera podría tener en un mal día de su vida. Zaizhi
Yubin Monfon nos lleva a un viaje submarino, su tenebroso inframundo imaginario,
donde el retrata un alma en espera de ser condenado con un par de “peces” en una
pelea por el alma de ese ser. A su vez, Evelia Mora recreó el paisaje que veía todos
los días desde su antigua casa. Es una fábrica que se conoce como “La harinera”,
ella siempre imaginaba que su intervención con la pintura roja para que sus torres
parecieran enormes caramelos, y solo lo pudo lograr a través de su grabado-paisaje.
El paisaje moreliano de Brenda Méndez forma parte de su camino rutinario diario. Sus
elementos de la urbe vuelven sus propios elementos de su cotidianidad. En un for-
mato tan chico se siente la vibración de la vida moreliana (figura 2).
El trabajo de las editoras fue explicar los objetivos y metas, elegir los bocetos,
concretar el desarrollo del grabado, realizar dos veces videoconferencias por Skype,
para que los participantes de ambas universidades pudieran conocerse y preguntar
a sus colegas sobre el proyecto y las obras en proceso.
Concluir un proyecto colectivo a distancia tan grande, fue todo un reto. Nos
dimos cuenta de que el trabajo en equipo durante la edición del tiraje es muy im-
portante, que un taller universitario puede generar las condiciones para proyectos
a futuro más complejos, que los medios de comunicación contemporánea permiten
cruzar las fronteras virtualmente y el espíritu humano los disminuye y los disuelve.
La carpeta gráfica fue presentada en el Segundo Coloquio Internacional “Libro
de artista. Territorios y fronteras”, organizado por Cuerpo Académico –158 artes vi-
suales– umsnh en el mayo 2014, en la ciudad de Morelia (figura 3).
pero la edición del libro fue financiada completamente por los participantes de am-
bos países, era autoedición, una coedición.
Se presentó simultáneamente por videoconferencia vía Skype con 10 horas de
diferencia en las dos instituciones con todos los participantes presentes (figura 5 y 6).
7
Google Drive es el lugar en el que se puede almacenar y acceder a todos tus archivos en
línea, compartir y editarlos, administrando el acceso a varias personas quienes pueden
editarlos. Permite trabajar simultáneamente y guardar los cambios cada momento.
Al tiraje completo se anexó un cartel con fotografías del proceso y una selec-
ción de conceptos los autores en tres idiomas (figura 7).
En octubre 2016 el Museo de Arte F. A. Kovalenko abrió sus puertas al grabado del
nuevo siglo, a los nuevos horizontes de arte gráfico y de libro-arte en sus varios for-
matos en la exposición “Libro-arte. De estampa al arte-objeto. México y Rusia”. El pú-
blico de la ciudad de Krasnodar conoció obras realizadas en diferentes técnicas de
grabado, litografía, vídeo-gráfica, libros-arte. El proyecto curatorial de la exposición in-
cluyó los cuatro módulos: 1) gráfica impresa y sus posibilidades, 2) gráfica expandida,
Conclusiones
Estampa y libro-arte, idioma en el que se lleva a cabo el diálogo entre las dos culturas
sobre las cuestiones más importantes de la existencia humana en un mundo cam-
biante. El objetivo general del proyecto reciente “Escuela Internacional de Gráfica”
de las universidades kubsu y umsnh consiste en abrir nuevos horizontes para forta-
lecer lazos culturales, científicos y educativos entre las dos regiones de los países
participantes: México (Michoacán) y Rusia (Kuban), así como aportar al desarrollo e
investigación de libro-arte, edición gráfica contemporánea, a nivel internacional, for-
taleciendo los vínculos, optimizando los recursos, diseñando las nuevas estrategias,
modos, formas, compartiendo hallazgos y difundiendo los resultados.
Referencias
L
a elaboración de un libro reúne diversos saberes y oficios que con el tiem-
po se han ido especializando. En el oficio de hacer libros se reúne un amplio
conjunto de técnicas que tienen por objeto la conservación de un contenido
cultural mediante la unión de los componentes que lo forman (texto, papel,
impresión, puesta en página, imágenes, encuadernación, acabados), y en su diseño
y apariencia externa promueve la imaginación del lector, despierta el placer dormido
del tacto, la vista, el oído, el olfato (a veces el gusto) y permite el asombro ante una
historia vieja, contada de manera nueva, a veces antes de leer el contenido.
Al ser el libro el depositario de los textos, su origen se remonta al de las escri-
turas más antiguas, hace unos cuatro mil años en la región de Egipto. Desde entonces
estos sistemas de resguardo no han dejado de producirse y se han adaptado a muy
diversas circunstancias y requisitos: a las escrituras, modos de leer, usar, transportar
o almacenar; y así el libro se considera principalmente como un objeto funcional, un
contenedor necesario para conservar todo tipo de información, su estructura física
es concebida como una solución práctica, y su decorado como una necesidad de co-
municación y venta. Cada libro es un espejo de su tiempo, es una herencia no solo de
las maneras de pensar de la humanidad, también de sistemas de producción, materia-
1
Autora procedente de la Universidad Nacional Autónoma de México (unam).
• 233 •
4
23
de la imprenta, resaltando los alcances y exigencias de una edición bien cuidada, una
edición de lujo que pone atención en todo detalle de la producción, como las cuali-
dades de impresión, composición, forma, calidad técnica, originalidad o peculiaridad
material. Los editores y los autores pretenden que su producto sean lo más cuidado y
logrado posible, tanto en lo literario como en lo material para propiciar una experiencia
sensorial o emotiva en el lector, y elevando su valor comercial. Con muchos ejemplos
notables a lo largo del tiempo, cabe reflexionar sobre el vínculo intencionado entre el
discurso impreso, el texto, y su materialidad, la encuadernación, ya que son objetos
que navegan entre los circuitos de venta libreros, alternativos o del arte.
Así, el libro fue hasta inicios del siglo xx básicamente un medio físico para co-
nocer el pensar de los autores, y podía adoptar algunas características de concep-
to, edición y producción artísticas sin ser fundamentales, pero con el transcurrir del
siglo, el libro se convirtió en más que un contenedor, se transformó en el contenido,
en un campo de expresión de los autores y artistas, no solo de los editores. Se fue
desarrollando un objeto más cercano al arte en la manera de ser concebido y en las
funciones reflexivas que propone, que a los canales de producción comercial del li-
bro que, sin embargo, trata de comercializarse por estos canales editoriales más o
menos convencionales, puesto que su referente es el libro, pero su significante es el
arte, lo cual lo convierte en una pieza de carácter y delimitación difícil.
Si bien algunas vanguardias artísticas habían ya experimentado con la letra y
la tipografía como elementos compositivos, promoviendo una renovación del uso ti-
pográfico editorial, es con el avanzar del siglo que se genera un intercambio de expre-
siones en el que los escritores desean materializar la palabra y los artistas visuales
textualizan la imagen, mediante diversas expresiones interdisciplinarias y performá-
ticas, accediendo a recursos materiales que no pertenecen al campo tradicional del
arte. Se van preparando proyectos editoriales “caseros”, económicos, alternativos,
que irán adquiriendo forma y autonomía al establecer un código propio; el resultado
es una manifestación artística nueva, independiente, contemporánea basada en la
expansión de los conceptos y los procesos literarios y editoriales que se manifiesta
en sus límites espaciales y temporales, y que es producida a través de diversas es-
pecialidades de las artes visuales.
estos lingüísticos o visuales, y tenemos libros actuales de lujo realizados con proce-
dimientos tradicionales y conceptos contemporáneos.
El reencuentro de las técnicas de encuadernación gracias a los estudios his-
tóricos y arqueológicos del libro, las inquietudes artísticas por extender los campos
de acción, o entender los procesos de fabricación y deterioro de los materiales,
propician un rico y fértil campo para la edición de libros de autor; la variedad de for-
mas, texturas y posibilidades que las técnicas históricas preservan son pretexto o
motivo para la exploración y propuesta plástica. Es frecuente encontrar soluciones
históricas reivindicadas como piezas artísticas por su apropiación contemporánea.
Siendo la apropiación una característica del arte contemporáneo, la encuadernación
se hace muy válida como expresión del arte, tanto si funciona cual bello contenedor
como si se manifiesta como contenido autónomo.
Bajo esta perspectiva de investigación y recuperación material, se ha trabaja-
do tres ejes que permiten la recopilación y aplicación de técnicas de encuadernación
poco convencionales y reconocer a sus autores, además de que acercan a los estu-
diantes al trabajo creativo del autor y del editor:
Los productos finales pueden partir de uno de esos tres ejes pero de alguna
manera abordan los tres y se suman a las consideraciones estándar del diseño edi-
torial, y como resultados han tenido distintos alcances, por ejemplo, cuando rebaza
el quehacer técnico del diseñador editorial para ser un producto comerciable, con lo
que se debe abordar el tema de la producción en serie a pequeña o mediana escala,
costos y distribución; también cuando los ejemplares tienen proyección como obra
artística; o bien cuando la experiencia contribuye a una investigación de tesis.
En paralelo a la intención de evidenciar las estructuras de encuadernación, se
explora con el trabajo de impresión manual en alto relieve a partir del uso de tipos mó-
viles y grabado en linóleo o bien la impresión híbrida con sistemas análogos y digita-
les. Estos proyectos son de autogestión y promueven la participación de alumnos en
diferentes etapas de la edición, producción y distribución. En cada uno, los retos son
distintos, son importantes los requisitos y tiempos de producción para hacer viable
cada uno, al mismo tiempo que se realizan pesquisas que contribuyen a esclarecer
la historia de los elementos de diseño que participan en cada caso, de donde se va
construyendo una presencia más sólida de los recursos que permite la encuaderna-
ción. Se agregan algunos de los casos desarrollados bajo esta dinámica:
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press.
E
l proceso creativo de experimentación e investigación fue desarrollado des-
de el año 2009 hasta el año 2013 con los grupos de investigación Grafot-
serxil, el Centro de I+D Arte y Entorno (ciae), y el Departamento de Dibujo de
la Facultad de Bellas Artes de Valencia, tuvo su origen en la Escuela Infantil
Príncipe Valiente de Manises con Mª Ángeles Cañellas Miró, Nani Pérez Blasco y Car-
men Cervera Vermell al frente. El asesoramiento artístico y técnico estuvo dirigido,
coordinado, compilado y analizado por Ana Tomás Miralles y en el caso del Cancionero
Infantil (2011-12) con la colaboración de los profesores: José Manuel Guillen Ramón,
Alejandro Rodríguez León y Fernando Evangelio Rodríguez. La reticulación, diseño ar-
tístico, tipográfico y maquetación fue llevada a cabo por Daniel González Melero.
La realización, publicación y difusión de estos cuatro libros supuso una expe-
riencia de producción editorial desde el aula, con proyección en el mundo de la educa-
ción y la infancia, desde el estudio inicial y la elaboración de la estampa o ilustración,
hasta su desarrollo final y exhibición fuera de los círculos docentes, con distintas
variantes instalativas y exposiciones indoor y outdoor.
A través de los distintos libros participaron alumnos, exalumnos, doctores y
becarios de la Facultad de Bellas Artes, mediante convenio de colaboración, patro-
1
Investigadores procedentes de la Universitat Politècnica de València.
• 245 •
6
24
2
A igual manera que las escamas de los peces, se superponen parcialmente una serie de
intervenciones, generando las sinergias que favorecen esta interrelación.
Los libros
Son ilustraciones que acompañan las ideas, programación completa del co-
medor y algunas recetas fáciles de hacer para los niños. La portada es la represen-
tación gráfica de ese juego de palabras que es “el gusto de ilustrar”, “el gusto por la
ilustración”, “el gusto por la comida” (figura 1).
3
Como los espacios arquitectónicos de los que habla Salazar al respecto de los “lugares
dentro de los lugares” y del Rito de la memoria en la composición arquitectónica.
El proyecto de realizar este libro surge con la idea de profundizar en los con-
ceptos teóricos que alberga un libro didáctico desde diferentes perspectivas grá-
ficas, y dibujar música. Investigando en la comunicación de un mensaje mediante
argumentos visuales con unos métodos y técnicas muy concretas y a la vez muy
divergentes.
Hay que destacar en este libro la simultaneidad entre dos mundos: el sonoro y el
visual: “La música y la imagen deben coincidir, aunque sea de forma indirecta o anti-
tética […] que la naturaleza de la música determine la naturaleza de las imágenes”
(Adorno, 1981).
Cada artista evocaba diferentes perspectivas en soportes bidimensionales. Las
referencias y construcciones poéticas sonoras de la imagen gráfica parten de que la
canción se construye y su lenguaje se dibuja: el lenguaje plástico construye imagen.
En cada página se puede mirar la letra y a su vez leer la imagen que le corres-
ponde: “imagen como texto-el texto como imagen”. El dibujo de la letra transmite me-
diante su imagen gráfica. Aunando significado-significante o contenido-continente:
letra-imagen-mensaje. Así se producen intercambios verbales e icónicos entre los
mensajes gráficos y los mensajes textuales. La concepción y propuesta personales
de creación individual tiene como denominador común “el cancionero” (un artista,
una canción) como una obra singular.
El trabajo comienza una vez asignadas las letras de las canciones a cada autor,
y sigue con la indagación plástica previa sobre los textos y músicas de cada uno, acer-
cando los lenguajes artísticos contemporáneos a la realidad infantil (figura 4).
Este complejo libro requirió múltiples procesos. En primer lugar, diversas reuniones
de toma de decisiones: formato, estilo e intenciones donde se consensuaron tam-
bién las técnicas, tintas, papel, etcétera, correspondientes a los lenguajes del gra-
bado y la estampación.
En cuanto al color se unificó la gama cromática con el uso de la tinta negra para
la base y la paleta cromática de ocres para algún toque de color puntual. También cada
uno de los cuatro bloques, mediante el tipo de línea empleada y la técnica elegida.
Se distribuyeron bloques grandes bloques temáticos:
Canciones de canciones desarrolladas mediante el Grabado Calcográfico
(plancha de acetato) / Canciones de proyectos del aula intervenidas mediante la li-
tografía (plancha de aluminio micrograneada) / Canciones de mascotas intervenidas
mediante la xilografía (planchas de madera, linóleo, dm) / Canciones de rutinas traba-
jadas mediante las técnicas xilográficas (planchas de madera, linóleo, dm).
Los resultados finales en soporte original, supuso para muchos de los artis-
tas su primera incursión dentro del campo del grabado y los sistemas de estampa-
ción. Trabajar en el libro fue una forma de aprender a generar matrices, su entintado
y estampado final, ver las posibilidades de mostrar los trabajos fuera de las aulas y
aplicabilidad funcional.
El proyecto de edición de un libro de canciones de esta envergadura (partici-
paban más de 150 personas), requería una gestión de competencias muy complica-
da. Una vez acabadas las ilustraciones, se procedió a la labor de escaneado, nece-
saria para digitalizarlo y aportar el formato para su maquetación en libro (figura 5).
4
Como recoge el Real decreto 1631/2006, de 29 de diciembre.
Variación de procesos
Conclusión
5
Que involucra en la enseñanza los conceptos de preparación y adiestramiento. La propedéuti-
ca como estudio previo de los fundamentos o prolegómenos de lo que luego se enseñará con
mayor extensión y profundidad, a manera de introducción en una disciplina, aporta los conoci-
mientos teóricos y prácticos necesarios, imprescindibles y básicos de una materia, que necesi-
ta el alumno para llegar a entenderla durante su estudio profundo y ejercerla después.
la vez didáctico. También resulta de capital importancia hoy en día, poder trascender
la concepción ocasional y localizada de los eventos artísticos, utilizando las grandes
posibilidades que ofrecen los medios en red, y por eso la repercusión y buena acogida
en las plataformas virtuales. La idea de aunar esfuerzos de entre las diferentes ins-
tancias para crear un circuito de intercambio artístico fundamentado en la creación
de obras gráficas y su potente difusión permite reflexionar y participar en diferentes
foros, congresos, ferias y encuentros simultáneos de carácter virtual y físico con ac-
ciones individuales o colectivas al respecto. Es obligado aprovechar los recursos ac-
tuales y descubrir nuevos modos para estimular una formación expandida y generar
un flujo continuo de información y conocimiento.
Así concluimos con la aportación de diferentes perspectivas de investigación
y creación a través de la praxis de la experiencia o simplemente desde el punto de
vista más lúdico y contemplativo.
Referencias
PROYECTOS Y/O
PRODUCCIONES EDITORIALES
Capítulo 17
“ e l p l i e g o / D O B L E D E S D O B L A D O ”.
HACIA LA CONSTRUCCIÓN DE NUEVAS FORMAS
DE LECTURA Y ESQUEMAS DE TRABAJO
C O L A B O RAT I V O E N E L L I B RO - A RT E .
E
l pliego es un sistema estructural a la par que, enclave simbólico que ha sido
del interés de múltiples artistas en la actualidad. Fue desde el grupo de in-
vestigación dx5 (Digital & Graphic Art Research) adscrito a la Universidad de
Vigo, en Pontevedra (España) a colación de la celebración de su 3.º Encuentro
Internacional de Interacción Gráfica y Edición (2017), cuando las artistas e investiga-
doras Anne Heyvaert y Ana Soler decidieron liderar un proyecto de creación-reflexión
en torno a esta temática bajo el título el pliego/doble desdoblado – le pli/doublé dédou-
blé – a folder/doublé unfolding.
Según las autoras, este proyecto tenía como objetivo promover “la circula-
ción cultural a través de las fronteras que permite la edición gráfica, multiplicación,
versatilidad y transportabilidad, revalorizando el formato del libro a partir de su mó-
dulo base, el pliego” (Soler, et al., 2017: 13). El proyecto el pliego es un proyecto de
intercambio, reflexión y creación que durante el año 2016-2017; aglutinó la parti-
cipación de un total de 17 centros universitarios y/o de formación en arte gráfico
y edición de 11 países diferentes: Bélgica, Canadá, Dinamarca, México, Argentina,
España, Francia, Taiwán, ee.uu., Portugal y Serbia. Gracias a la colaboración de 21 dele-
1
Artista visual, docente-investigadora de tiempo completo adscrita al Instituto de Arqui-
tectura, Diseño y Arte de la uacj, Chihuahua, México desde el 2007. Miembro del Sistema
Nacional de Investigadores desde el 2008.
• 263 •
4
26
gados2 coordinados y dirigidos por Anne Heyvaert y Ana Soler, se obtuvo la participa-
ción de 224 artistas invitados a través de cada uno de los coordinadores, a quienes
se les encomendó la labor de invitar, seleccionar, agrupar y enviar a la sede principal
en España, la edición de las piezas.
Las instrucciones acerca del proyecto, eran la de reunir a artistas, estudiantes
y docentes, para generar una pieza individual con base al tema del pliego utilizando
como material básico de trabajo, un papel abierto de 19 x 28 cm (plegado 19 x 14 cm)
con un grosor máximo de 180 g/m2. Una pieza que debía intervenirse en sus cuatro
lados resultantes (anverso-reverso) con cualquier técnica gráfica tradicional y/o di-
gital, pudiéndose admitir intervenciones o variaciones manuales siempre y cuando
se editaran veinte ejemplares. Edición, cabe añadir, que a posteriori se destinó a ser
distribuida entre las diferentes sedes participantes como donación, pero también
para dar cumplimiento al compromiso de exponer las piezas en cada una de las sedes,
independientemente de si las muestras acontecían o no simultáneamente.
Otra de las indicaciones era evitar que los artistas firmaran o numeraran la edi-
ción, simplemente debían anotar en lápiz las siglas identificativas de la sede desde la
cual participaban (ar1, es1, mx2, etcétera). El resultado fue un total de 224 pliegos, los
2
A continuación, se enlistan los centros participantes, las siglas que les fueron asig-
nadas y el nombre de sus respectivos coordinadores: 1) Proyecto ace (ar1), con Alicia
Candiani; 2) Escuela Superior de Educación Artística “Rogelio Yrurtia” (ar2), con Gustavo
Kortsarz; 3) Académie Royale des Beaux-Arts de Liège (be1), con Chantal Hardy; 4) Collec-
tif “Impression(s)” Liège (be2), con Vincent Meessen; 5) Département de Philosophie et
des Arts, Université du Québec à Trois-Rivières (ca1), con Mylène Gervais y Valérie Gui-
mond; 6) Alberta College of Art and Design, Calgary (ca2), con Heather Huston; 7) Aarhus
Kunstakademi (de2), con Andersen Pernille y Ulla Madsen; 8) Grupo dx5, Facultad de Bellas
Artes, Universidad de Vigo, Pontevedra (es1), con Anne Heyvaert y Ana Soler; 9) Grupo
de Investigación lamp, Facultad de bbaa, de la Universidad Complutense de Madrid (es2)
con Carmen Hidalgo de Cisneros Wilckens; 10) École Supérieure d’Art Nord-Pas de Ca-
lais, Dunkerque, Tourcoing (fr), con Anne-Emilie Philippe; 11) Facultad de Artes y Diseño,
Universidad Nacional Autónoma de México, Ciudad de México (mx1), con Víctor Manuel
Hernández; 12) Instituto de Arquitectura, Diseño y Arte, Universidad Autónoma Ciudad
Juárez (mx2), con Hortensia Mínguez García y Carles Méndez Llopis; 13) Faculdade de
Belas Artes, Universidade do Porto (po), con Graciela Machado; 14) Academie des Beaux-
Arts de NoviSad (sb1), con Anica Radosevic; 15) Faculté des Beaux-Arts, Université des
Arts de Belgrade (sb2), con Biljana Vukovic y Vladimir Milanovic; 16) Department of Visual
Art, National Chiayi University (tw), con Chang Chia Yu; 17) Contemporary Print Media Re-
search Center, University of California, Santa Cruz (us), con Jimin Lee y Enrique Leal.
cuales se remitieron a principios del 2017 al centro operacional y directivo del proyec-
to dx5, para que ellos pudieran gestionar el acopio y agrupación de los trabajos.
[…] dado el volumen obtenido por la cantidad de pliegos recibidos, decidimos pre-
sentarlos en una caja con cuatro carpetas (cuatro sub-volúmenes o capítulos).
Capítulos o “libros blancos”, también mutantes, y que en cada centro se vuelven a
reorganizar dando pie a otras múltiples posibles nuevas lecturas (p. 24).
Resulta pertinente rescatar esta idea de que, al mezclar las obras, indepen-
dientemente de su autoría o procedencia, se viabilizó a manos de un museógrafo, o
desde la intimidad del lector, hallar vínculos no premeditados por los mismos artistas
entre la totalidad de sus propias piezas; analogías a nivel conceptual, estético o téc-
nico. Es decir, compilar 224 pliegos sin forzar lazos aparentes, nos posibilita como
lectores develar “parentescos” entre obras creadas en diferentes partes del globo
terráqueo y así, formar “pequeñas y grandes familias entre desconocidos, parientes
formales y conceptuales más o menos cercanos” (p. 24).
Hablamos pues, de un libro-arte proyectualmente pensado como un ejercicio
colectivo que cartografía al pliego en su relación con el libro; a la par, como una es-
trategia hermenéutico-analógica, a nuestro modo de ver, subversiva, puesto que al
oponerse al panóptico ontológico de la lectura lineal afín a la práctica usual del dise-
ño editorial occidental, queda a manos del lector aceptar la invitación de jugar a hallar
asociaciones preestablecidas por los 224 artistas inconscientemente.3 Hablamos
pues de un libro-arte dimensionado ontológicamente como un ejercicio lúdico, como
un juego: espacio “que permite temporalmente suspender el caos para dar una po-
3
Heyvaert y Soler (2017) hablan del proyecto como si de un cadáver exquisito se tratase.
sibilidad creativa al jugador(a) que establezca sus propias leyes y caminos de juego”
(Díaz, 2011: 1) Un libro-arte en el que cada uno de los participantes es copartícipe de
una creación colectiva en la que, cada uno de los pliegos deviene reflejo de su propia
individualidad4 en pro de un algo más grande que la suma de las partes, un todo que
prioriza lo complejo, la complementariedad, la existencia de realidades caleidoscópi-
cas y multiversos, tal y como apuntaban bellamente los Atlas de Didi Huberman. Al
respecto, Heyvaert y Soler (2017), anotaban:
Se puede asimilar el resultado de este proyecto a una especie de Atlas, libro que
no se lee de principio a fin. Sobre el Atlas se deambula explorando zonas, paisajes,
caminos, ciudades, visiones del mundo, de una manera aleatoria, caprichosa, lle-
vados únicamente por la intuición, por el corazón, por un interés abstracto que a
veces ni nosotros mismos entendemos de una manera racional, pero que conecta
con lo más profundo de nuestra “humanidad”. Hemos querido llevar a la práctica
estos conceptos aunando matices y visiones de la realidad, en un gran libro mu-
tante que se forma y se deforma continuamente según se va conformando. La
unión y la complementariedad de las partes dan significado a la complejidad. La
individualidad se diluye para potenciar la lectura del todo. Pero es un todo que se
establece “líquido”, “difuso”, “blando” para hablar de las infinitas posibilidades de
composiciones que dan sentido al proyecto. La autoría compartida expresa la mul-
tioptría de apreciaciones e interpretaciones (p. 21).
4
Baudrillard (2006) exponía respecto al poder de simulación que poseen los objetos so-
bre los sujetos: el sujeto, ya no es “el que representa el mundo, (sino) el objeto el que
refracta al sujeto” (p. 33).
Desde la perspectiva cartográfica que nos ofrecen cada uno de los curado-
res y sus propuestas museográficas, pudimos hallar diferentes niveles de lectura.
¿Existieron vínculos entre las formas de conceptualizar y proceder de los artistas
independientemente de su lugar de procedencia? ¿Se vislumbra a posteriori algún
tipo de forma de pensar transversal a todas las sedes? Estas son algunas de las
múltiples preguntas que podríamos acotar en relación el proyecto de intercambio y
creación de el pliego/doble desdoblado – le pli/doublé dédoublé – a folder/doublé un-
folding y que, versátilmente, sus participantes contestaron a través de un ejercicio
creativo basado en la práctica artística.
Tras analizar los resultados de los 224 pliegues, fue curioso encontrar que, efectiva-
mente, el pliegue, no solo resulta interesante como un sistema estructural-espacial
tangible que deviene la expansión-extensión del espacio, sino más bien, un enclave
que posibilita la singularización entre lo real y lo imaginario, pues es a través de él,
cómo muchos artistas transfirieron su forma de ver, revelar, develar e figurar el mun-
do más allá de las apariencias.
Así, tras un pequeño ejercicio cartográfico realizado con las múltiples pro-
puestas que nos ofrece este proyecto, encontramos varios tópicos entre las dife-
rentes formas de trabajar de los artistas invitados; algunos de ellos, abordados tam-
bién por María Prada (2017), y que, desde nuestra perspectiva, podríamos acotar a
cuatro enclaves interpretativos o dimensiones.
El pliegue en su relación directa como estructura básica del libro en formato códex,
ha sido del interés de un pequeño círculo de artistas. Entre ellos, el artista francés
Eric Watier5 y Anne Heyvaert,6 quienes en particular han mostrado una especial afi-
nidad por conceptualizar al pliegue como el eje topográfico que posibilita el desdo-
blamiento espacio-temporal tanto en sentido poético como estructural.
En esta ocasión, Heyvaert es quien participa en el proyecto. Anne tituló a su
pliegue Ainsi pense le pli (es1) traducible como “Así piensa el pliego”. La autora nos
presenta una hoja desplegada sobre la que podemos visualizar la imagen de varios
textos que se superponen aludiendo a un juego intertextual tríadico entre el pliegue
físico de la hoja en sí al abrirse, el pliegue escaneado de otro libro, más la imagen
de fragmentos de texto de la obra Livre de Michel Melot. Este último, un trabajo ex-
cepcional que L’Oeil neuf éditions editó en París en el año 2006, y en el que Melot
nos habla del fenómeno cultural del pliegue en relación con el libro y su morfología
más extendida desde hace siglos; a la postre, el pliegue como constructo simbólico
de nuestra cultura, a la par que, matriz secuencial del códice en sentido estricto.
En esta tesitura, respecto a la relación metonímica entre el pliego y el libro, Melot
(2008) anotaba lo siguiente:
Se puede decir que el libro nació del pliego. Tome una hoja y dóblela a la mitad:
usted obtendrá lo que se llama un libro. Se mantiene de pie. Se abre y se cierra. La
5
Véase la obra Un livre=un plie (2003) de Watier, disponible en http://www.ericwatier.info/
6
Se recomienda visitar su página web: http://www.anneheyvaert.es
7
Las frases destacadas: “Son conceptos unidos que han motivado numerosos trabajos
de este proyecto (refiriéndose al proyecto del pliego en sí): Ainsi pense le pli: Así piensa
el pliego. / Le continu lui appartient tandis qu’il nous impose l’alternatif: El continuo le
pertenece pero nos impone la alternativa. / Les plis du temps: Los pliegues del tiempo. /
La troisième dimension: La tercera dimensión. / L’étrange promesse: La extraña promesa.
/ La dialectique du pli: La dialéctica del pliego. / Une rhétorique matérielle: Una retórica
material. / Chacun son livre, chacun sa fin: A cada uno su libro, a cada uno su fin. / À suivre
- à voir: Seguirá - se verá.” (Heyvaert, Comunicación personal 23 de mayo de 2016).
Marcolli (1978) decía que una de las formas más operativas de transformar geomé-
tricamente el espacio, era precisamente reducir y/o extenderlo a través del pliegue.
Una transformación que posibilita “deformaciones continuas” en la materia tan radi-
cales, como el tránsito de lo bidimensional a lo tridimensional (p. 7). En sí, una hoja
plegada es un espacio que, muta gracias al pliegue o despliegue físico de las partes
que lo componen; una estructura espacial fundamentada en la transformación de la
fisicalidad del todo, el plano, en un “todo fraccionado en cuatro espacios distintos y
solidarios, en el que se establecen relaciones de oposición, reflexividad, contigüidad,
secuenciación” (Heyvaert y Soler, 2017: 13).
8
Decía Deleuze (2006) respecto al pliegue como punto de vista que este, “es una instan-
cia a partir de la cual se capta una serie de formas en sus pasajes, sea como metamor-
fosis –pasaje de una forma a otra–, sea como anamorfosis –pasaje del caos a la forma–”.
(p. 142).
En cuanto a los cuatro tiempos, cabría destacar la obra de Félix Carpio “Un
día”, en la que el autor capta cuatro momentos diferentes de su día, dentro del mis-
mo espacio, aparentemente su hogar, su pliego. Mientras que, otros autores como
Raphael Cornford de ee.uu., presenta la obra “Dreamers: Enemic public, un cómic”; un
cómic corto.
Por otra parte, otros autores gustan evidenciar la inmensidad y el inevitable
para del tiempo y sus registros mundanos a través del pliegue. En la montaña como
en la piel, se advierte el paso de los años, de los siglos. Estratos y fallas geográficas,
cenizas y sedimentos, cicatrices de un pasado, repliegues de una vida pretérita. Ad
hoc, hallamos obras como la de Cecilia Candiani (ar1), Margara de Haene (mx2). Obras
con una sensibilidad especial (figura 12).
Figura 13. Graciela Padrón (mx2) “Cruce”. Collage y dibujo. Vista interior del pliegue.
Reflexión final
Referencias bibliográficas
Referencias fotográficas
L
as condiciones materiales en las que se produce, distribuye y accede a
la cultura se han visto modificadas drásticamente en las últimas dos dé-
cadas. Las tecnologías digitales y su articulación en red han sido las prin-
cipales responsables de esto. Puede hablarse, así, de una reconfigurada
ontología de la cultura debida a la digitalización, cuyo rasgo más evidente es la
desobjetualización. Esta condición de las producciones digitales abre un abanico
de posibilidades para la transformación de las prácticas culturales y plantea un
serio reto para determinar y controlar su propiedad.
Es precisamente en torno a ella que se conforman nuevas formas de asociación,
tramadas en torno a los comunes digitales y otros modos de actuación colectivos
como las asambleas o las redes difusas.3
Este texto de Alberto López Cuenca, extraído del libro Los comunes digitales:
Nuevas ecologías del trabajo artístico, nos sitúa en el escenario en el que se han mo-
1
Procedente de la Escuela de Arte de Jaén, España.
2
Investigador procedente de la Universitat Politècnica de València, España.
3
Alberto López Cuenca (2016). Los comunes digitales: Nuevas ecologías del trabajo ar-
tístico. Centro de Cultura Digital. Publicaciones Malaletra Internacional.
• 281 •
2
28
vido las actividades realizadas desde la redlibrodeartista en estos últimos diez años
y nos da las claves para el diseño de las estrategias que propondremos para hacer de
la edición de arte una industria cultural sostenible.
Esta red, creada por casualidad, sin ningún afán que fuese más allá de interac-
tuar, con artistas y colectivos en los temas que nos interesaban, ha sido el espacio
de trabajo para proyectos que, en mayor o menor medida, han modificado los flujos
de comunicación entre colectivos y artistas que se dedican a la creación de libros de
artista y los procedimientos de la edición de arte.
En esta fase, el principal objetivo fue conseguir que los participantes toma-
sen el control del proyecto, se relacionasen y decidiesen al margen de una coordina-
ción unificada.
1. Debe cuestionarse el concepto de autoría y trabajar tan solo con aquellos ar-
tistas dispuestos a hacerlo. No se debe forzar la participación de nadie que
no quiera renunciar a ella de forma puntual.
2. No es recomendable desarrollar proyectos simultáneos en diferentes ciuda-
des y países. Sin embargo, los proyectos si deben tener un componente híbri-
do de relación presencial y virtual.
3. El hecho de que sea un proceso de creación colectiva no debe servir de excu-
sa para no mantener un alto nivel de exigencia tanto en los niveles de calidad
de la ideación como de la producción.
4. Se debe establecer un protocolo de trabajo para organización y difusión de la
actividad con unos responsables de cada área y que permita que las coordina-
ciones sean fluidas entre grupos. Esto implica que los equipos estén bien coor-
dinados entre sí y tengan estructuras similares que faciliten la coordinación.
4
Durante cinco días, expertos en diferentes técnicas, siguiendo las estrategias de los
bancos comunes de conocimiento, impartieron talleres o clases magistrales de su ma-
teria y recibiéndolas de los otros participantes.
▫▫ Asegurar la sostenibilidad
▫▫ Generar un marco de patrocinio que haga sostenible el proyecto dotando de una
entidad jurídica visible que pueda asumir la ayuda.
5
De la experiencia resultante de la 1.º y 2.º Jornadas sobre Producción, Difusión y Comer-
cialización de la Edición de Arte, concluimos que deben separarse de forma clara el área
de producción del evento presencial y la del evento en su fase virtual.
6
El área de comunicación debe encargarse de crear y visualizar una imagen del proyecto
que haga apetecible su participación, que durante su desarrollo todo el mundo se sienta
informado de lo que está ocurriendo y orgulloso de ser partícipe, y que a su conclusión
muestre con nitidez un relato coherente de la actividad desarrollada.
7
El destino de este material será un repositorio digital aún por decidir su ubicación, así
como el monográfico de la revista de investigación Tercio Creciente de la Universidad de
Jaén.
El no 0 bajo presión
Todo proyecto necesita un ensayo, y una prueba de viabilidad. Especialmente en el
caso que estamos describiendo en este artículo, que por su complejidad parece di-
fícilmente realizable. Por ello, para el primer número de la colección hemos suprimido
gran parte del procedimiento de trabajo. Colaborando tan solo el colectivo formado
en torno a la Universidad Politécnica de Valencia, los componentes de Jaén Edita y
algunos profesionales invitados a colaborar y que centran su actividad en la impre-
sión tipográfica con tipos móviles de imprenta (Familia Plómez, Industrias lentas, La
seiscuatro).
mientos técnicos que él uso en su labor artística como impresor y calígrafo. La com-
posición tipográfica con tipos móviles, el fotopolímero y la serigrafía.
Descripción
El número uno de la colección, funciona como un remake del proyecto elaborado du-
rante el 2014, desarrollando las mejores sugeridas en el análisis anteriormente ex-
puesto. Es un tema lo suficientemente bueno como para volver a intentarlo.
El texto en forma de Ley de Iniciativa Popular (lip) será rehecho, en esta oca-
sión por expertos juristas, que aportarán las correcciones que permitan elaborar un
documento con validez legal. Las instrucciones prácticas, es decir, la obra visual re-
sultante de la lectura de los fragmentos de los poemas del libro Caminar por caminar
de Antonio Gómez, se mantendrán con algunas modificaciones, hasta completar un
número entre 20 y 25.
Las instrucciones técnicas, es decir, la descripción de los procedimientos de
trabajo, serán los artículos que, elaborados por el equipo de gestión de conocimien-
to, pasarán a formar parte de la revista indexada Tercio Creciente y del repositorio
de conocimiento que se creará en el sitio de Red Libro de Artista.8 La publicación se
realizará en cinco jornadas que seguirán el modelo desarrollado durante las anterior-
8
Véase http://www.redlibrodeartista.org
mente mencionadas Jornadas. Serán tres sedes en España, una en México y otra en
Colombia.
En cada jornada de cinco días, se dedicarán los dos primeros a la puesta en co-
mún a través de las estrategias de los Bancos Comunes de Conocimiento, de recur-
sos para la ideación, producción, difusión y comercialización, que van a ser aplicados
en la producción del impreso de la sede. Por ejemplo, en Jaén, donde inicia el proyecto,
pueden realizarse actividades tan variadas, como talleres sobre la obra poética de
Antonio Gómez, la interpretación artística de documentos legales en la historia del
arte, procedimientos serigráficos aplicados a la edición de libros, realización de video
para la emisión de eventos en streaming, fórmulas de patrocinio para proyectos cul-
turales, la edición de arte como industria cultural, etcétera. Los tres días siguientes
se dedicarán a el diseño, creación de las matrices y edición de los impresos a los que
se ha comprometido la sede.
Tiene especial importancia en la dinámica de trabajo en grupo distinguir la ac-
tividad del equipo de comunicación y el de gestión de contenido. En el primer caso,
actúan retransmitiendo la actividad, como si se tratase de una televisión online. En el
segundo, sería más bien una tarea documentalista, trabajando en paralelo documen-
tos y transcribiendo las clases magistrales, talleres y entrevistas que se producen
durante el evento, editando posteriormente audio, videos y documentos de texto
que sirvan para su publicación en revistas indexadas y repositorios digitales. Estos
dos equipos, deben tener responsables y componentes totalmente diferenciados.
Conclusión
Para desarrollar una acción encaminada a mejorar las condiciones en las cuales se
produce, difunde y comercializa la edición de arte contemporánea, es necesario di-
señar e implementar, a través de equipos multidisciplinares, un conjunto de activi-
dades virtuales y presenciales, que analicen y después propongan mejoras en los
procesos de trabajo de los editores y talleres.
La colección de publicaciones ensambladas que aquí describimos, no es más
que la creación de una herramienta con este fin. En cada uno de sus números, se ana-
lizarán y desarrollarán estrategias que permitan generar y transferir conocimiento en
torno a los procedimientos y soportes creativos de lo que llamamos edición de arte
y libros de artista.
En primer lugar, debemos entender este ámbito como un marco productivo,
o como se está empezando a denominar una industria cultural, con entidad propia. Y
como tal, debe tener una marca que sea reconocible y tenga prestigio. La inversión
de los editores y la sostenibilidad de los talleres, no tiene nada que ver con el ama-
teurismo con el que la mayoría de las veces se trata el tema.
Los centros educativos, enseñan los procedimientos técnicos, la mayoría de
las veces sin tener en cuenta la optimización de los flujos de trabajo. Las redes so-
ciales vulgarizan los términos, vaciándose de significado; transmiten una imagen, en
la que parece que todo se trata de un hobby.
En el desarrollo de los diferentes números de esta colección, se pretende,
además de crear unos objetos artísticos del máximo nivel en cuanto a calidad edi-
torial se refiere, también que genere un espacio de reflexión e investigación sobre
la edición de arte.
L
a presente partición tiene como intención relatar las fases del desarrollo del
trabajo de un grupo de mujeres artistas sobre un texto de Henri Michaux des-
de dos vertientes; el primero es la construcción de la idea de libro de artista
a partir de las conjeturas de Fernando Zamora, el segundo es puntualizar a
manera de instrucciones curatoriales las particulares de cada uno de los procesos
creativos de las imágenes que representan la lectura.
Fernando Zamora, en “Filosofía de la imagen. Lenguaje, imagen y representa-
ción” (2008), establece principios relativos a la conceptualización del término “ima-
gen”, a partir de su historia y de las distintas connotaciones que ha adquirido a través
del tiempo. Derivado de ello, propone un sistema de análisis de la imagen, entendida
como representación, que tiene una estructura básica constituida por tres elemen-
tos: forma, contenido y materia.
La relación más inmediata con una imagen es con su forma. La forma tiene un
sentido en sí mismo, pero relacionado intrínsecamente con su contenido o significa-
do, y con la materia que lo hace tangible; una está en función de la otra: “una forma
conlleva una materia, una materia conlleva una forma: una materia y una forma conlle-
va un significado” (Zamora, 2008: 108). Por lo tanto, forma, materia y contenido están
ligadas entre sí, integran una unidad en una obra o imagen, en una representación.
1
Autora procedente de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México.
• 295 •
6
29
El libro de artista antes que cualquier cosa es una imagen. Como tal represen-
ta y está estructurado por un concepto, una forma y su materia, es a la vez forma y
materia, forma por definición y materia porque es el soporte que contiene nuestra
imaginación.
El libro de artista, designado como una forma sin forma concreta, es un conjun-
to de hojas o no, encuadernadas o no, reproducibles o no, impresas o no, o “como los
denominaba Ulises Carrión, ‘nolibros, antilibros, pseudolibros, cuasilibros, libros con-
cretos, libros visuales, libros conceptuales, libros estructurales, libros proyecto, libros
declaración, libros instrucción’ (folleto, 1975)” (Schraenen, 2017: 5). Es un libro que
no contiene texto sobre ni que ilustra a, solo es, es una imagen, es una obra.
El libro Desplazamientos Desprendimientos de Henri Michaux, utilizado como
detonador de un proceso creativo, es una compilación de prosas y poemas que refle-
jan sus experiencias sobre diversos recorridos imaginarios, que van desde la realidad
exterior misma a la realidad interior de una personalidad expandida como la del au-
tor. En Michaux leemos visiones, alucinaciones, ilusiones que se expresan en la idea
del movimiento; movimiento en imágenes literarias que dan origen a esta propuesta
plástica de tres artistas: Magali Ávila, Olivia Rojo y Coral Revueltas.
Desde Desplazamientos desprendimientos generamos, un conjunto de libros
de artista. Cada quien creó a partir de la palabra misma, palabra que se convierte
en imágenes que, a su vez, componen una sola imagen, una sola representación. El
proceso para llegar a cada libro, único y personal, parte de una serie de instrucciones
curatoriales, generales y particulares, sobre los textos o las palabras. Cada uno de
los libros es una lectura en imagen; es la representación de aquello que el autor, al
leerlo, le hace decir en imagen al artista.
Las primeras instrucciones están en función de la reflexión sobre las narra-
ciones cortas y los poemas, en las que acotamos las ideas sobre el desplazamiento
de Michaux; intuimos sus sensaciones, reinterpretamos sus procesos, los recrea-
mos, y cada una lo materializamos a través de nuestros propios medios visuales,
gráficos, plásticos y dibujísticos.
Las instrucciones siguientes parten de la experiencia misma del acercamiento
a esta obra. Una experiencia en la que se conjugan, no solo las palabras del propio
texto, sino todo aquello que cada una de las tres artistas carga en su memoria, en su
I. Magali Ávila
Magali comienza la creación de imágenes a partir del dibujo como primera intención.
Posteriormente desarrolla una composición mixta sirviéndose de la gráfica digital,
poniendo énfasis en el cuerpo como principal objeto de experimentación. Al lograr la
primera imagen, regresa al dibujo sobre la figura para llevarla nuevamente a lo digital
en busca de la abstracción. Este proceso lo hace una y otra vez hasta empalmar la
expresión visual con los poemas de Henri Michaux, como en los titulados: “¿Dónde
poner la cabeza?” y “Posturas”, en los que el autor recorre su existencia corporal y
traduce una experiencia sensorial en palabras.
Las propuestas de Magali surgen de las siguientes instrucciones personales:
Olivia dibuja en un cuaderno un conjunto de imágenes con formas y textos, planos y líneas
para elaborar su discurso visual. Utiliza las palabras de Michaux como detonadores para
extender o continuar los relatos como si estuvieran inacabados, como si las imágenes
siguieran el movimiento de las palabras; como la noche sigue al día; el transcurrir del tiem-
po que moldea la luz y la sombra, y las completa. Extendiéndose, los hace interminables:
el libro de Olivia constituye una bitácora gráfica del viaje que ha implicado la lectura de
los textos de Henri Michaux. Como el título mismo lo señala, su lectura conduce al movi-
miento: abandonar territorios conocidos para adentrarse en lo misterioso, lo ambiguo, lo
diverso.
En su proceder creativo, Olivia estableció las instrucciones siguientes:
• juegos de contrastes conceptuales y formales,
• recursos como luz-sombra, interior-exterior, abstracción-figuración;
• conceptos como mirada-vacío, cuerpo-imaginación, ruido-silencio.
A partir de ellas, sobre una libreta tamaño carta, genera una serie de imágenes o di-
bujos en blanco y negro, en técnicas mixtas de acrílico, tinta, grafito y collage, así
como fragmentos de textos de la obra de Michaux que pueden acompañar a cada
imagen. Así, las imágenes asimilan la experiencia de una expansión, un continuo des-
plazamiento imaginario, fantástico, onírico. Olivia tiene por consigna casi única la ex-
tensión, la continuidad del relato, que considera inacabado.
Su bitácora empieza quizás en martes a las 11:11 a.m., después del café o antes de
la comida, y si termina, termina un día nublado o después del atardecer. Así, el trabajo
de Olivia no ha sido tratar de entender cada texto en su forma narrativa para poder
ilustrarlo; sino hacer una reflexión gráfica a partir de las sensaciones, emociones e
imágenes que detonadas por la lectura y que se mueven en el terreno de lo ambiguo
y de lo indeterminado.
Las instrucciones conducen la lectura, dan pauta en cada uno de los procesos
creativos personales, y permiten la seriación en la producción de las imágenes. Las
instrucciones en algunos casos son formales y en otros conceptuales. Básicamente
son los detonadores de la producción.
En las hojas sueltas de Magali, las instrucciones simulan una cinta de Moe-
bius en movimiento constante. En la bitácora de Olivia, la instrucción expande el rela-
to, el recorrido, la imagen misma. En mi propuesta, las instrucciones constituyen una
serie de enunciados formales; sus posibles combinaciones permiten variantes ex-
ponenciales de cada uno de los elementos y conceptos propuestos, limitadas solo
por la extensión del texto.
Las instrucciones nos introducen a un proceso creativo, singularizan las pro-
puestas mediadas por las experiencias personales y suscitan la visualización o re-
presentación de lo que le da origen, para convertirse en los libros de artista; las hojas
sueltas de Magali, la bitácora de Olivia o en cada uno de mis dibujo/escrituras.
Referencias
Guy Schraenen, Ulises Carrión. Querido Lector. No lea. México, Museo Jumex, 2017.
Zamora, F. (2008). Filosofía de la imagen: Lenguaje, imagen y representación. Ciudad
de México: Universidad Autónoma de Ciudad Juárez.
Introducción
L
iber mundi es un proyecto de intercambio editorial organizado en 2016
por J. Pascoe, artista estadounidense y profesora en la Tyler School of Art
(Temple University, Filadelfia). La propia J. Pascoe había participado como
artista, dos años antes, en un proyecto colectivo similar, titulado Pulp At-
las.2 Para Liber mundi, J. Pascoe invitó a once artistas3 repartidos por todo el mun-
do con la propuesta de diseñar y producir la edición de un pequeño libro de artista,
bajo el compromiso de enviar un ejemplar a cada participante por correo, y exponer
los que recibiera en su lugar de residencia. Como recoge la página web que vertebra
todos los eventos y funciona como catálogo, este conjunto de libros se ha presen-
tado en varias ciudades: Filadelfia, Brooklyn, Beverly (Massachusetts), San Fran-
cisco, y ahora Morelia (Michoacán).4 Los artistas participantes en esta edición son
1
Investigadora procedente de la Universidad Autónoma de Chihuahua, México.
2
Véase http://pulpatlas.tumblr.com/ Los artistas participantes fueron: Michael Bartalos,
Morgan Cahn, Matt Coors, Edie Fake, Christopher Kardambikis, Mark Lander, Jenn Pascoe,
Vanessa Roveto, Jim Rugg, Tim Schwartz, Mary Tremonte, Imin Yeh.
3
Originalmente se invitaron a catorce artistas a participar en el proyecto, pero finalmente
solo once completaron la propuesta.
4
Montserrat College of Art (Beverly, Massachusetts), octubre-noviembre 2016; San
Francisco Public Library, octubre 2016; The Sketchbook Project (Brooklyn), septiembre
2016; Paley Library Lecture Hall, Temple University (Filadelfia), abril 2016.
• 307 •
8
30
Janine Biunno, Conor Crumley, Sarah Hulsey, Lee Hunter, Christopher Kardambikis,
Katja Pál y J. Pascoe; el equipo editorial de Juan Pascoe, Katherine Pulido, Ángela
Sánchez de Vera y Oona Tikkaoja.
En esta colección de libros de artista se pueden encontrar libros ilustrados,
relatos electrónicos, proyectos digitales y ediciones artesanales. Los libros no si-
guen una unidad temática: J. Pascoe no impuso un proyecto curatorial, sino que dejó
que cada artista trabajara libremente en sus propias obsesiones, con lo que pode-
mos encontrar desde fotografías de montañas hasta dibujos geométricos. Las imá-
genes de las fichas técnicas están tomadas de la página web del proyecto,5 y se ha
respetado la inmediatez con la que fueron fotografiadas. Ese aire desmañado, con
su estilo algo punkarra, las aleja de las convenciones del catálogo institucional y las
acerca a otras prácticas independientes que discutiré tras su presentación. Pero an-
tes y sin más preámbulos, revisaré cada una de las piezas:
5
Véase https://libermundi.tumblr.com/ También la trayectoria y la información biográfica
de cada artista. Agradezco a los autores y a Pascoe el que hayan facilitado esta informa-
ción.
blanco y negro, entre las que inserta fotografías de fábricas, muros, solares y vallas
de Nueva York –los lugares en donde se suelen pegar los anuncios publicitarios–.
libro que presenta tiene un formato códex, pero cuando lo abrimos nos damos cuenta
de que contiene un mapa plegado, en vez de páginas. El mapa, impreso elegantemen-
te en gris y amarillo, despliega una retícula a la manera de las antiguas cartografías
renacentistas, para enmarcar una constelación de estrellas. En la portada interior
trasera, la artista explica que esta constelación representa el alfabeto, con letras-es-
trella cuyo tamaño depende de su uso en las diferentes lenguas humanas, según una
base de datos de la Universidad de California (ucla). Hulsey traduce gráficamente
esos datos siguiendo el sistema de representación cartográfico de inicios de la mo-
dernidad, emparejando el sonido de cada letra con una estrella, calculando su tamaño
en relación a las frecuencias de sonido, y a lo común que sea. Cuanto más común, más
grande será la estrella.
ficha técnica, permiten relativizar ese dolor, a la vez que se plantea la necesidad de
considerar las conexiones que unen a toda la materia, inanimada o no, que nos rodea.
Hunter ordena el mosaico de textos e imágenes en cinco capítulos, abriendo cada
sección con una cita y un collage caleidoscópico: Montaña, que incluye una serie fo-
tográfica de seis paisajes rocosos; Detalles, con una serie fotográfica de seis suelos
o paredes rocosas; Valor de uso, con una serie fotográfica de diez rocas en entornos
urbanos, colocadas en cuatro páginas dobles; Retratos, con una serie fotográfica
de ocho grupos de gemas; y Minerales, con una serie fotográfica de ocho minerales
acompañados de su correspondiente ficha técnica. Al final de libro añade un colofón
(piedras que respiran) seguido de la bibliografía. Este apartado, aparentemente aca-
démico, incluye también los sonidos y lecturas de ficción que la acompañaron mien-
tras redactaba el libro. Pero sin duda, lo que más me intriga es la imagen de las cubier-
tas, similar al papel marmoleado que venden para envolver regalos. Solo al mirarlo de
cerca se puede apreciar que se trata del primer plano de una roca metálica veteada.
Esta imagen en tonos pastel le da un toque entre pop y kitsch que contrasta con la
nostálgica seriedad de las imágenes del interior. No sé si sería la más apropiada, pero
son estos detalles que no casan los que siempre me dejan pensativa.
Ángeles, San Diego, Pittsburgh y New Castle). Las páginas de esta antología negati-
va tienen un aspecto añejo, huelen a librería de viejo y están fotocopiadas e impre-
sas siguiendo esa estética fanzinera tan común en Liber Mundi. El autor incluye todo
tipo de bocetos, esquemas y dibujos, en los que va anotando desde la medida de
las portadas al tipo de impresión. En una breve introducción explica con sencillez el
origen de esta antología, y la divide en capítulos, cada uno abierto por el nombre del
libro que no fue. Los nueve no-libros que lista son: “Here I tell my story”, by xph to kap
amπikh (“Aquí cuento mi historia”, por xph to kap amπikh ), un cuaderno escolar cu-
yas páginas son cubiertas de arriba hacia abajo por un elegante texto manuscrito en
griego; The unfinished business of the West (El asunto inacabado del Oeste), un libro
formado por un gran paisaje, fotocopiado en una larga tira que se dobla en un acor-
deón doble; Counter-Earth (Cuenta atrás terrestre), un pequeño libro con imágenes
de sólidos geométricos, fotografías de cohetes y asteroides; Kepler Book (El libro de
Kepler), continúa esa temática astronómica con más figuras geométricas básicas;
The dynamics of an asteroid (La dinámica de un asteroide), tercer libro de temática
astronómica; Black Holes (Agujeros negros), dibujado sobre páginas de cómics, en
las que interviene borrando a los personajes con tinta, y dejando tan solo los globos
de los diálogos, como si las escenas transcurrieran a oscuras; Escape Velocity (Ve-
locidad de escape), relato de ciencia-ficción formado por viñetas que muestran una
nave espacial despegando de un planeta y aterrizando en otro; Herakles in Space
(Hércules en el espacio), en el que diseña a un personaje de cómic fundiendo un as-
tronauta y la figura mítica; Rainbow Book / Small Fires (El libro del arcoíris / Pequeños
fuegos) con más escenas espaciales de ciencia-ficción.
Katherine Pulido es una artista visual nacida en San Francisco, de madre japo-
nesa y padre mexicano, que combina la escritura con las artes visuales. Música para
monstruos es una narración visual que podría pasar por un libro ilustrado de edición
independiente. Pero se trata de un verdadero proyecto narrativo visual en donde se
suceden las parejas de monstruos que utilizan la doble página como escenario para
sus acercamientos amorosos. Apenas leemos alguna interjección o comentario breve,
hasta llegar al centro del libro, en donde la autora presenta una breve biografía de los
siameses decimonónicos Chang y Eng, haciendo especial énfasis en su vida conyugal.
El libro se cierra con otra sucesión de torpes monstruos infantiles emparejados, más
cercanos a los peluches japoneses que a cualquier monstruo realmente viscoso.
Oona Tikkaoja es una artista visual finlandesa, que trabaja con escultura en
espacios públicos. Su propuesta es la más cercana a un libro-objeto de toda la co-
lección: dentro de una caja plateada triangular, se encuentran tres tiras plegadas en
acordeón. La primera muestra mapas de la ciudad de Turku (Finlandia), junto a fo-
tografías de esculturas en la calle, entre otros objetos urbanos como una ballena
embalsamada. Mediante breves textos, nos explica cómo las ha ido comprendiendo
con el paso del tiempo y sucesivos paseos. Compara estos paseos con sus paseos
por Göteborg, en Suecia, y comenta la relación entre países vecinos. La segunda tira
está dibujada sobre papel cuadriculado, con trazos de grafito que dan forma a obje-
tos vagamente biológicos. La tercera tira contiene fotografías caleidoscópicas de
ciclistas (fotos de P. Tallqvist).
Hasta ahora he presentado los libros siguiendo un orden alfabético por autores,
pero me he visto obligada a sacar dos libros de la lista, para subrayar que mi colección
de Liber Mundi no está completa. Faltan los dos libros que describiré a continuación, el
primero porque no se envió, y el segundo porque se perdió en una mudanza.
10
Katja Pál es una artista visual y gestora cultural eslovena, que nunca había
trabajado en un libro, de modo que se tomó esta tarea como un viaje personal, que
va documentando. Se puede seguir el proceso de creación del libro a partir de un
código QR que nos conduce hasta una bitácora digital, en donde explica cómo dibujó
cada una de las treinta y dos páginas de un cuaderno escolar rojo (la edición, manual
y no impresa, es de diez cuadernos iguales). El método que siguió para dibujar cada
página doble consistió en buscar fórmulas aleatorias para crear un patrón de dibujo,
una al día a lo largo de treinta y dos días de 2016 escogidos al azar. Cada uno de
los días marcados, Pál entró en la página www.random.org para que el programa le
propusiera una acción cotidiana aleatoria: solo le estaba permitido escoger entre las
tres primeras propuestas, pero se tenía que ceñir a esta última, si no le gustaba nin-
guna. La artista se comprometía a realizar cada acción (desde cocinar hasta rellenar
crucigramas), y generar un diagrama a partir de ella, que transcribiría en el cuaderno.
11
Con la presentación de los libros en un foro público cumplo mi parte del contrato,
pero siento que apenas me quede tiempo para contextualizar mínimamente el com-
plejo mundo de la edición independiente. No obstante, me gustaría aprovechar estos
últimos minutos para mencionar un estudio reciente que permite entender bajo una
luz fascinante esta variedad, algo anárquica, de proyectos de colaboración.
Al tratar de contextualizar este tipo de proyectos colectivos, sin eje temáti-
co, lo más probable es que terminemos hablando de una serie de rasgos periféricos
que no tocan las obras en sí: similitudes generacionales, técnicas empleadas (en
este caso, el formato libro) o estrategias de distribución independiente. Con el apoyo
Fuentes de consulta
Alonso, L. (2011). Poéticas de la producción artística a principios del siglo xxi. Monte-
rrey: Universidad Autónoma de Nuevo León.
Pascoe, J. (2016). Liber Mundi. Recuperado el 4 de mayo de 2017 de la página ht-
tps://libermundi.tumblr.com/
VV.AA. (2014). Pulp Atlas. Recuperado el 4 de mayo de 2017 de la página http://pul-
patlas.tumblr.com/
P
ara explicar el desarrollo de un proyecto editorial alternativo como Juaritoz
Graffiti, en formato fanzine y Juaritoz Ensamble, en un formato dentro del
concepto de revista ensamblada –ambos productos editoriales enfocados
en difundir y buscar la participación colaborativa de artistas urbanos y grafi-
teros de Ciudad Juárez–, es necesario empezar por explicar brevemente el desarrollo
histórico de la gráfica urbana en la localidad.
La gráfica urbana en Ciudad Juárez se puede dividir en distintos momentos a
través de las últimas tres décadas. Como uno de los antecedentes, se encuentran
los murales pintados por Otto Campbell y la Sociedad de la esquina en distintas zo-
nas de Ciudad Juárez e instituciones. Sin embargo, es a partir de la cultura chola en la
década de los ochenta cuando se aprecia un incremento de gráfica urbana propio de
una cultura de barrio. Posteriormente, el movimiento tagger,2 en la década de los no-
venta es el inicio de un estallido de firmas y letras que continuaría su expansión con-
forme pasa el tiempo y el crecimiento de la ciudad se desborda hacia las periferias.
Entre los meses de enero a junio de 1999 fueron infraccionados 447 jóvenes por
1
Colectivo Periferia, Ciudad Juárez, México.
2
Durante la década de los años noventa, en Ciudad Juárez empieza un movimiento de
grafiti con los elementos del hip hop grafiti, de manera que se conformaron decenas de
crews o colectivos dedicados al grafiti que se caracterizaron por realizar principalmente
tags o firmas.
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0
32
realizar grafiti (Castro, 2005). Este dato nos da una idea de la cantidad de jóvenes
realizando grafiti, aunque en esa fecha el movimiento tagger ya estaba perdiendo
fuerza. A finales de la década de los noventa se registra el surgimiento de colectivos
de arte urbano con una filosofía distinta a los grafiteros en cuanto a la gráfica urba-
na, entre las principales diferencias se destacan el uso de otras técnicas como el
esténcil, el cartel, los stickers y las temáticas de las obras, ya que mientras para los
grafiteros son las tipografías el eje de sus obras, para los colectivos de arte urbano,
en cambio, es la búsqueda de una identidad fronteriza uno de los temas principa-
les. Por último, es a partir de 2008 y principios de 2009 cuando vemos una gráfica
urbana heterogénea con elementos de arte urbano, diseño gráfico, gráfica, grafiti,
ilustración y muralismo; es en esta época cuando surgen nuevos crews con un aire
renovado de grafiti, así como distintos colectivos de arte urbano.
En esta última etapa, la de mayor producción de gráfica urbana en Ciudad
Juárez, es interesante la integración de colectivos y crews en proyectos autoges-
tionados en la pinta de murales, así como la diversidad de temas, técnicas y esti-
los. En este sentido, la gráfica urbana actual en Ciudad Juárez se nutre de distintos
elementos, existe una diversidad de colectivos3 y crews4 de grafiti con distintas
propuestas y maneras de entender el entorno urbano.
Aunque no existe una hegemonía en la gráfica urbana en Ciudad Juárez, son
los crews de grafiti y postgrafiti los que realizan una mayor producción de obras. Se
puede decir que existe un predominio en el diseño de tipografías urbanas con in-
fluencias del grafiti desarrollado inicialmente en los vagones de tren en las ciudades
de Filadelfia y Nueva York de Estados Unidos, es decir, grafiti style (Figueroa, 1999).
Sin embargo, es importante mencionar la labor que realizan colectivos y artistas ur-
banos individuales en la realización de murales en los que se integran elementos de
diseño gráfico, muralismo y grafiti. Así como también los proyectos de participación
colaborativa en la pinta de murales en distintas colonias y fraccionamientos; por
ejemplo, los desarrollados por Casa Orientarte en el fraccionamiento Parajes de San
3
Los colectivos mayormente activos son Cool Kids Gang, Calavera Crew, Jellyfish y Somoz.
4
Los crews mayormente activos son amp (Ampliación), bad (Burn And Destroy), cia, dfa (De-
jar Fluir el Aerosol), e.e. (Expresando Estilo), esk, gs (Ganjah Squad), hs (Hype Squad), msr
(Monster), ofa (Only For Art), swk (Style Without Kontrol) y Union Krew.
Isidro en los años 2015 y 2017; el proyecto Colectivarte, coordinado por Omar Ojeda,
también conocido como “Risa”; en la colonia Águilas de Zaragoza en el año 2015 y
la pinta de distintas paredes en la colonia Melchor Ocampo coordinado por Abimael
Villaseñor conocido como “Melo”.
Si bien la participación colaborativa no es un factor determinante en la gráfica
urbana, sí existe un trabajo en colectividad importante al momento de pintar pare-
des, gestionar permisos, espacios y proyectos. Las redes sociales han permitido en
los últimos años un acercamiento y conocimiento entre los distintos artistas, grafi-
teros, colectivos y crews. Se han establecido proyectos colaborativos y colectivos
a través de convocatorias, de la misma manera se organizan pintas colectivas tanto
de grafiti ilegal como legal. Algunos grupos de Facebook propician el diálogo, la di-
fusión de obras y reflexión acerca de lo que representa pintar en el espacio público
como filosofía o actividad cultural. De esta manera se concretan distintas filosofías
dentro de una colectividad con un constante ingreso de nuevos integrantes y for-
mas de entendimiento del entorno urbano.
En mayo del 2012 publicamos el fanzine digital Juaritoz Graffiti5 a través de la pla-
taforma Issuu. El propósito fue generar una recopilación fotográfica a modo de do-
cumentar las distintas manifestaciones de gráfica urbana en Ciudad Juárez. Se rea-
lizaron distintos recorridos por avenidas y zonas de la ciudad entre los años 2012
y 2016; esto ha permitido obtener un espectro de la gráfica urbana que, si bien no
muestra su totalidad, sí incluye una variedad de obras de la mayoría de los actores
involucrados en realizar gráfica urbana.
En este sentido, con el propósito de fomentar una mayor participación cola-
borativa en un producto editorial alternativo y como un primer acercamiento al con-
cepto de revista ensamblada, se diseñó el fanzine impreso Juaritoz Grafiti. Edición
Especial de Bocetos dedicado a registrar parte del proceso creativo de artistas ur-
banos y grafiteros. De esta manera esta edición del fanzine está inspirada en los
blackbooks6 que realizaron algunos crews y grafiteros en los años noventa. Acorde
con aquellos blackbooks, el diseño de algunas páginas del fanzine busca emular las
hojas de estos cuadernos de dibujo.
Debido a que actualmente son escasos los registros gráficos del proceso
creativo de grafiteros en las décadas de los noventa y dosmil, un segundo objetivo
en la realización de este fanzine fue generar una memoria colectiva tangible de pro-
ductores de gráfica urbana que pueda servir como un legado a futuras generaciones.
Es así que la red social Facebook fue importante en el desarrollo del fanzine,
debido a que posibilitó que la convocatoria abierta entre los meses de noviembre y
diciembre del 2014 llegara a un mayor público, además la totalidad de las fotografías
de bocetos fueron recibidas vía mensaje por este medio.
6
El intercambio de bocetos fue una actividad frecuente entre grafiteros juarenses. Du-
rante los años noventa se realizaron distintos blackbooks o cuadernos de dibujo en los
que se tenía la posibilidad de tener el registro de bocetos realizados por grafiteros de
distintos crews. Esta actividad derivó en el intercambio de obras y en el aprendizaje de
estilos para los grafiteros más jóvenes. Aunque actualmente son escasos estos black-
books, algunos grafiteros aún conservan en buenas condiciones estos documentos.
7
Las tiendas a las que acuden con mayor frecuencia los grafiteros para surtirse de aero-
soles y válvulas en Ciudad Juárez son Bazar Tony en la zona centro y Red Zone, ubicadas
en centros comerciales.
8
Utilizar la red social Facebook como herramienta de comunicación ha permitido dar difu-
sión a las obras, realizar convocatorias y recibir obras vía mensaje.
9
Los artistas participantes fueron Atoms, Bambu, Base One, Betone, Bofer, Break (Que-
rétaro), Ciencia One, Clon, Daes, Darío Rodríguez, Deko, Deny, Desko, Flow, Iofer, Jesoner,
Jimbo, Keko, Korek, Mixer, Murz, Nextone, Diet, Doug, Gabo, Porkishead, Psock, Raúl Rock,
Revs, Sack, Sandro, Sero, Soad, Sone, Sonido Griyo, Talavera, Virus, Webk, Wesk y Zone.
Una segunda edición dedicada a los bocetos fue publicada en enero de 2017,
aunque con menor participación que el primer fanzine, de igual manera resultó en una
nutrida variedad de bocetos. El proceso creativo fue el mismo que en la primera edi-
ción, excepto que, en esta ocasión, la convocatoria señalaba que además de enviar
bocetos, también se debía realizar un boceto de grafiti con las palabras “Juaritoz Gra-
ffiti”. Este requisito tuvo el objetivo de fomentar la participación colaborativa para
poder apreciar distintos estilos tipográficos para el nombre del fanzine.
De la experiencia al diseñar la primera edición de bocetos, podemos concluir
que es viable realizar convocatorias para proyectos de participación colectiva por
medio de redes sociales. Las fotografías enviadas por la mayoría de los participan-
tes no resultaron de calidad óptima para impresión, sin embargo, se pudo mejorar la
calidad cuando fueron editadas. Los principales lectores del fanzine son los mismos
participantes, aunque también existen lectores ávidos de productos con un diseño
editorial alternativo que adquirieron algún ejemplar.
El formato de fanzine es un espacio de creación óptimo para documentar ele-
mentos de grupos culturales, dar difusión a pequeña y mediana escala y así poder
mantener una memoria colectiva viva. La necesidad de mantener registros de las
actividades culturales de grupos, al margen de las temáticas de interés de las re-
vistas normativas ceñidas a cánones editoriales (Méndez, 2012), en publicaciones
autogestionadas responde a una necesidad cultural, ya que, como menciona Anna
María Guasch (2005) “el archivo, tanto desde un punto de vista literal como meta-
fórico, se entiende como el lugar legitimador para la historia cultural” (p. 157), de tal
manera que son los miembros de grupos culturales los encargados en experimentar
con el diseño editorial del formato fanzine y continuar con el registro y difusión de
sus propuestas culturales.
Actualmente el formato del fanzine sigue siendo un producto editorial alter-
nativo realizado por entusiastas; se siguen experimentando en retículas, soportes,
tipografías, ilustración y formatos.
Mundos recreados, donde los fanzineros deciden qué incluir y qué no, univer-
sos simbólicos en donde se puede vivir momentáneamente con la ilusión de que las
cosas cambien; para qué esperar a que pase en la realidad, tal vez no ocurra, pero
dentro de las páginas del fanzine está sucediendo (Analco, 2007: 35).
…el fanzine fue una idea mía que nació de la necesidad de expresar y difundir una
escena muy poco valorada hasta la fecha en nuestra ciudad, realmente en Juárez
nunca hubo un movimiento real en cuanto al Ska jamaicano, y fue una de las razo-
nes por la cual intenté compartir algo de mi afición (Comunicación personal, Y. Del
Real, mayo 2017).
10
En esta exposición se reunieron más de ochenta fanzines, la mayoría de México, pero
también de otros países latinoamericanos, como Colombia. Además, se presentaron
ocho fanzines realizados en talleres impartidos durante la exposición (Comunicación per-
sonal, G. Gonzales, 25 de abril de 2017).
La gráfica urbana puede ser parte de la memoria colectiva cuando se generan imáge-
nes o se insertan elementos visuales dentro del paisaje urbano y produzcan un goce
estético para los habitantes y transeúntes, o bien, cuando se trata de imágenes o
caligrafías con cierta relevancia para grupos culturales,11 principalmente grafiteros.
Desde este punto de vista, la gráfica urbana tiene un mayor impacto en los mismos
creadores-espectadores, para quienes es importante no solo plasmar su gráfica,
sino analizar y encontrar nuevas expresiones visuales en otros.
Conforme a la idea de mantener una memoria colectiva viva, los grupos de
personas reconstruyen sus recuerdos; Miguel Ángel Aguilar (1991) habla del con-
cepto de memoria colectiva de Maurice Halbwachs “la memoria es la única garantía
de que el grupo sigue siendo el mismo, en medio de un mundo en perpetuo movi-
miento. Toda memoria, incluso la individual, se gesta y se apoya en el pensamiento
y la comunicación del grupo…” (p. 2). De acuerdo con esta idea, se origina Juaritoz
Ensamble,12 pues son “publicaciones colectivas que tienen su origen entre los años
60 y 70 –sobre todo en Europa y Estados Unidos–, y que dan muestra de una supera-
ción y reacción ante las limitaciones de la tradición editorial frente al acto creativo”
(Méndez, 2012: 200); propician la continuidad de una memoria colectiva de grupos
culturales, en este caso. grafiteros, artistas urbanos, creadores de gráfica y público
interesado en la gráfica urbana, a través de piezas diseñadas por ellos mismos.
A partir de la experiencia en la elaboración del primer fanzine y, con la inten-
ción de generar un producto editorial como espacio de creación artística y memoria
colectiva, fue necesario establecer una identidad corporativa para Juaritoz Ensam-
11
Un ejemplo son varias leyendas como “Sólo es No. 1 Cristo” plasmadas desde el año
2014 y ubicadas en la avenida Francisco Villarreal Torres y Ejercito Nacional, se trata de
leyendas tipo tags, escritas con aerosol y con el uso de una tapa especial. Aunque lo más
probable es que no fueran escritas por un grafitero, sino por algún miembro de una co-
munidad religiosa cristiana, ya forman parte de un imaginario colectivo entre grafiteros y
transeúntes o habitantes de esa zona.
12
Enmarcamos Juaritoz Ensamble dentro de este concepto que, aunque como menciona
José Luis Campal (2010), no abarca a muchas publicaciones ubicadas liminalmente entre
el fanzine objeto y libro-arte, se trata de un ensamble de piezas aportadas por distintos
artistas depositadas dentro de un contenedor.
Una vez definida la identidad, el proceso creativo para la realización del primer ejem-
plar consistió en:
Delimitación del tema. El primer tema a tratar fue “La Policía”, debido a que aún
persiste la percepción del grafiti como acto vandálico, además del contexto de inse-
guridad en Ciudad Juárez. De esta manera se les da la oportunidad a los participantes
de expresarse de una manera lúdica referente a un tema que la mayoría percibe con
connotaciones negativas.
Diseño y parámetros de convocatoria. Se estableció una convocatoria con
una duración de dos meses para recibir piezas; sin embargo, algunos artistas mani-
festaron que requerían mayor tiempo. De esta manera, la convocatoria fue de enero
a abril de 2016. Se diseñaron volantes que fueron depositados en tiendas de artícu-
los como aerosoles, así como en el Instituto de Arquitectura, Diseño y Arte (iada) de
la uacj. Los parámetros de la convocatoria establecieron que cada autor participaría
con 40 piezas originales en un formato de 10 x 10 cm, basadas en el tema con téc-
nica libre. Aunque no se recibieron objetos tridimensionales, se especificó que estos
no debían medir más de 3 x 3 x 3 cm.
Recopilación de piezas. Las piezas fueron entregadas de manera personal por
los artistas al coordinador.
Diseño editorial de minicatálogos. Con la intención de brindar información y un
panorama respecto a los artistas participantes y la gráfica urbana en Ciudad Juárez,
se diseñaron dos minicatálogos como piezas editoriales de Juaritoz Ensamble, uno
dedicado a una breve semblanza de los artistas participantes con fotografías de
cada pieza y el otro minicatálogo diseñado con fotografías de gráfica urbana. Las
medidas de ambos minicatálogos es de 6 cm x 9.4 cm.
Diseño de mapa-mini cómic. Esta pieza editorial tiene la función, por una parte,
de mostrar la ubicación de algunas de las piezas de gráfica urbana de los participan-
tes y por otra, documentar de manera gráfica un relato vivencial de algún grafitero. Se
trata de una hoja tamaño carta, plegada en un cuadrado con medidas de 6.5 x 6.5 cm,
impresa por ambas caras: en una cara se muestra el mapa de Ciudad Juárez y en la
otra, el relato de un grafitero en formato de cómic.
Por último, la conversión de aerosoles reciclados a contenedores consistió
en recortar la parte inferior de las latas, mandar realizar tapaderas redondas de ma-
dera, pintar cada aerosol y plasmar en serigrafía el logotipo de Juaritoz Ensambe.
Conclusiones-resultados
Referencias