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PREFACIO
Durante el siglo pasado la antropología dejó de ser una oscura disciplina relacionada
sobre todo con el estudio de culturas exóticas para convertirse en una ciencia social
contrastada que ha contribuido en gran manera a la comprensión de nuestro entorno.
La antropología dio inicio al estudio transcultural del parentesco y la organización so
cial, introdujo el concepto de relativismo cultural en el lenguaje corriente y promovió
el uso de la observación participante como herramienta de investigación. Asimismo,
la perspectiva holistica y transcultural ha encontrado un tesoro escondido de datos y
teorías que han suscitado la atención tanto de los investigadores como de los lectores
en general. ¿Cómo iba a ser de otro modo? Su objeto son los seres humanos, un tema
siempre fascinante para investigadores y lectores, que al ñn y al cabo también lo son.
A pesar de todo el interés público por la antropología, se echa de menos en la espe
cialidad un texto de consulta breve y accesible que aporte, de un modo claro y conci
so, explicaciones sobre las cuestiones importantes, los conceptos más significativos, las
metodologías y las teorías de la antropología, junto con una guía de la principal bi
bliografía sobre estos temas. Hay, claro está, una buena cantidad de libros de texto
(con debilidad por generalizaciones que se repiten fácilmente) y una amplia biblio
grafía de publicaciones especializadas (destinadas a unos cuantos especialistas del
mismo signo), pero entre lo uno y lo otro apenas si hay nada. El Diccionario de antro
pología aspira a cubrir ese hueco.
La necesidad de una obra como ésta es clara- A medida que la antropología se ha
desarrollado y especializado, se ha hecho paulatinamente más difícil evaluar el esta^
do de la especialidad. Esto se debe en parte a que el número de antropólogos profesio
nales ha aumentado tanto, y son tan variados los temas investigados, que no es posible
mantenerse al corriente de todos ellos, ni tan siquiera de los trabajos que se llevan a
cabo en la especialidad. No obstante, a pesar de este crecimiento, los antropólogos to
davía se consideran a sí mismos como miembros de una comunidad de relaciones in
terpersonales directas en cuyo seno las tradiciones se transmiten mejor de forma oral:
si necesitamos saber algo, preguntémosle a alguien. En realidad, para muchas gene
raciones la antropología no ha sido esa clase de comunidad, y por mucho que lo desee
mos no lo será de nuevo.
Un problema más profundo, común taxabién a otras ciencias sociales, lo constituye
la tendencia cada vez mayor en los especialistas de escribir únicamente para alguien
igual que ellos, valiéndose a menudo de teorías impregnadas de jerga. Las discusiones
en el seno de la especialidad toman a menudo un cariz abstruso e irrelevante, incluso
cuando se centran en cuestiones de gran interés e importancia. Esto no siempre fue
así. A comienzos del siglo xx, los antropólogos sintieron la obligación de escribir no só
lo para otros especialistas, sino también para un público cultivado. Los libros de Mar
garet Mead y de Bronislaw Malinowski se hicieron famosos mucho más allá de los lí~
mites de la antropología académica porque, además de describir los comportamientos
de otras culturas, se ocupaban de cuestiones que preocupaban ampliamente en su pro
pia cultura.
H oy día, con las discusiones públicas sobre cuestiones tales como el «choque de ci
vilizaciones», el multiculturalismo, el género, la etnicidad, la estructura de la familia,
las reivindicaciones religiosas y los problemas relacionados con el cambio económico.
la antropología debería ocupar un primer plano. Sin embargo, al igual que «e l perro
que no ladraba» de Sherlock Holmes, la antropología es una voz extrañamente ausen
te de las discusiones sobre cómo enfocar mejor el conocimiento. Una disciplina que, en
vez de preguntarse por qué se la ignora, debiera haber refunfuñado (y quizá morder)
frente a quienes sostienen ideas y teorías basadas en nociones etnocéntricas y en cons
trucciones estrechas del potencial humano. Mientras que algunos antropólogos dan
por sentado que los lectores corrientes no pueden apreciar sus ideas porque éstas son
demasiado ricas y pormenorizadas o sofisticadas desde un punto de vista teórico, una
respuesta más sencilla sugiere que los antropólogos no han puesto realmente todo su
empeño en explicar lo que hacen y por qué es importante. Un objetivo de este D iccio
nario es facilitar un primer acceso inteligente al mundo de la antropología. Si la espe
cialidad es ahora demasiado amplia y conflictiva para que una única voz la represen
te, tal vez la variedad de entradas recogidas (obra de más de 125 antropólogos) apor
tará ejemplos de cuánto ofrece la disciplina a quienes sepan orientarse.
T hom as B a r f ie l d
CÓMO USAR EL DICCIONARIO
El Diccionario contiene más de quinientas entradas individuales listadas poT orden al
fabético según las palabras de encabezamiento. Las VERSALITAS dentro del indican re
ferencias a entradas o palabras relacionadas. Tales indicaciones aparecen sólo una vez
por cada entrada, a veces en forma algo distinta de la voz principal (por ejemplo, « S O -
CIOBIOLÓGICO» en lugar de «SOCIOBIOLOGÍA»), para evitar círculos viciosos lingüísticos,
A l final de cada voz principal, en «véase también» aparecen otras referencias útiles no
citadas en el texto.
Las referencias bibliográficas aparecen en formato autor-fecha en el texto (por
ejemplo, Malinowski, 1922). Cuando dos o más autores comparten un mismo apelli
do, se incluyen suficientes nombres propios para diferenciarlos. Muchas voces inclu
yen una sección de «otras lecturas» con sugerencias no mencionadas en el texto. La bi
bliografía general integrada al final del Diccionario contiene la referencia completa
de las obras citadas. La bibliografía menciona sistemáticamente la primera fecha de
publicación (y, para las obras traducidas, la fecha de su primera edición en inglés), sal
vo cuando se trata de ediciones revisadas. En el caso de las obras traducidas también
hemos incluido título, lugar y fecha de publicación en su idioma original. De este mo
do se preservan tanto la coherencia entre las voces como un sentido cronológico del
desarrollo de la disciplina, aunque también haya disponibles reediciones o ediciones
de bolsillo más recientes. Muchas antologías vuelven a incluir viejos artículos y resul
tan más fáciles de encontrar que. las viej as revistas donde se publicaron los originales.
Por ello, siempre que nos ha sido posible hemos incorporado el nombre completo del
autor, con el fin de facilitar el acceso a bases informatizadas de datos susceptibles de
incluir estas nuevas ediciones.
Los autores han firmado sus voces con iniciales, cuya lista, con sus nombres y sus
respectivas afiliaciones institucionales, aparece en las páginas 15-19.
abogacía cultural Véase d e r e c h o s
HUMANOS.
a c u lt u r a c ió n Es el proceso de cam
bio cultural que se desencadena a raíz
del encuentro o contacto entre dos siste
mas culturales autónomos, y que produ
ce un aumento de las semejanzas entre
ambos. Siempre implica un proceso
complejo de interacción con procesos so
ciales concomitantes, cuyos parámetros
se expusieron con rigor en dos importan
tes memoranda realizados por encargo
del Consejo de Investigación en Ciencias
Sociales (Redfield et al, 1936; Broom et adaptación Hace referencia a (1)
al, 1954). En este tipo de conjunción de cambios en frecuencias de genes que
culturas, la cultura donante puede no confieren ventaja reproductiva a una po
presentar la totalidad de sus elementos blación en un medio determinado; y (2)
culturales, y el propio sistema de valores cambios fisiológicos y socioculturales
de la cultura receptora actúa a veces cri que mejoran la salud y el bienestar indi
bando o modificando algunos de esos viduales. El concepto de adaptación es
elementos. La aculturación también primordial en la ANTROPOLOGÍA ECOLÓ
puede producirse de forma muy estruc GICA, aunque algunos estudiosos prefie
turada socialmente, como en el caso de ren centrarse en la adaptación evolutiva
conquista u otras situaciones de desi y genética (un lento proceso demográfi
gualdad social o política, que canalizan co que incluye procesos aleatorios de se-,
el flujo de elementos culturales. La acul lección natural) mientras otros prefieren
turación subsume otros muchos proce privilegiar ios procesos históricos y de
sos, entre ellos la DIFUSIÓN, la ADAPTA comportamiento. Todos coinciden en
CIÓN reactiva, diversos tipos de reorgani
que los organismos individuales, inclui
zación social y cultural tras el contacto, y
dos los seres humanos, responden al me
la «desculturación» o desintegración
dio en que viven.
cultural. Entre la gama de ajustes resul
Los individuos pueden responder a los
tantes cabe incluir la conservación de
cambios de su medio mediante ajustes
una considerable autonomía cultural
morfológicos y funcionales. Estos ajustes
(«pluralismo estabilizado») o, lo que es
son de tres tipos: regulativos, aclimatad-
más habitual, la asimilación del grupo
vos y evolutivos. Los ajustes regulativos,
más débil por el más fuerte, y (aunque
que incluyen una parte importante del
raras veces) la fusión cultural, por la que
comportamiento, se producen rápida
dos culturas intercambian suficientes
mente y reflejan la flexibilidad fisiológi
elementos para producir una cultura dis
ca y de comportamiento de nuestra espe
tinta.
cie* Las prácticas culturales relativas al
Dado que la aculturación implica ia in
vestido y a la vivienda suelen reflejar,
teracción de dos o más grupos diferentes,
la interacción social entre ellos condicio aunque no siempre, un esfuerzo por al
na profundamente el resultado final. La canzar un nivel aceptable de protección
presión social extrema presente en un frente a los elementos (por ejemplo,
proceso de conquista, por ejemplo, puede adaptación). Las respuestas aclimatad-
acabar neutralizando los mecanismos vas tardan más en operar que las regula
que habrían permitido al grupo conquis tivas porque requieren un cambio en la
tado preservar su cultura. También pue estructura del organismo, como por
de ocurrir que un alto grado de cerrazón ejemplo el aumento muscular para abor
permita preservar una cultura política dar tareas físicamente duras o, en regio
mente débil a pesar de unas condiciones nes de montaña, un volumen mayor de
en apariencia desfavorables. Además, un sangre para llevar más oxígeno a las cé
acercamiento cultural (aculturación) lulas del cuerpo. Las respuestas evoluti
puede no ir acompañado de acercamien vas o de comportamiento, al contrario
to social simétrico (asimilación) si, por la que las otras dos, no son reversibles y se
razón que sea, un grupo se niega a vali producen durante el crecimiento y desa
dar la aculturación del otro. TG rrollo de un individuo en respuesta a la
severidad de las condiciones medioam
bientales existentes. Un niño que crece a miento, fisiológicos, evolutivos y genéti
gran altitud desarrollará unos pulmones cos innovadores, y sus interacciones son
más voluminosos y nna capacidad toráci-. complejas y sumamente impredecibles.
ca mayor para enfrentarse más eficaz Esta dimensión interactiva de la adapta
mente a una mayor carencia de oxigeno ción ha conocido un avance en los últi
(Moran, 1979). mos años gracias a la especialidad de la
Las explicaciones en antropología han «ecología histórica». Este enfoque (véase
fluctuado en el tiempo según el rol otor Crumley* 1994) parte de la premisa de
gado al concepto de adaptación. Algunas que el comportamiento humano es con
parecían implicar una incapacidad hu tingente y decididamente capaz de supe
mana para superar condiciones medio rar las «limitaciones medioambienta
ambientales adversas (Glacken, 1967), les». Así, una población confrontada a
pero la teoría de la evolución y la genéti suelos pobres podría mejorar su situa
ca modernas han puesto en tela de juicio ción económica mediante cambios en la
estas ideas simplistas de determinismo distribución de la fuerza de trabajo, en la
medioambiental (R. Foley, 1987). Se capacidad tecnológica y en los objetivos
pueden conocer las funciones y las for políticos. Se empieza a reconocer que los
mas del organismo mediante un análisis humanos no sólo se adaptan, o se ajus
minucioso de los complejos procesos de tan, a lo que el medio les depara, sino
interacción entre los individuos y el pai que se esfuerzan por cambiar el impacto
saje. En la teoría de la evolución la in del medio físico sobre ellos. Y esto no es
fluencia del medio ambiente sobre el ge una capacidad reciente que haya surgido
notipo es indirecta. Los cambios adapta- con el avance tecnológico contemporá
tivos de cualquier organismo, incluida neo; ha estado ahí desde el comienzo de
nuestra especie, están mediatizados por nuestra especie y puede observarse en
el material genético hereditario transfe diversas técnicas agrícolas, como la cons
rido de una generación a otra. La adap trucción de terrazas, el alomado y el uso
tación biológica casi nunca es perfecta, y del estiércol como abono (Moran, 1990),
ello es así porque entran muchos facto EFM
res, como por ejemplo las mutaciones y Véase también AGRICULTURA, ANTROPO
los flujos genéticos, la oportunidad evo LOGÍA ECOLÓGICA, SOCIOBIOLOGÍA,
lutiva, los límites físicos, los problemas Lecturas recomendadas Netting, 1986;
de distribución y la naturaleza cambian Rappaport, 1967; Eric Smith y Winter-
te del medio (Ricklefs, Í973). Por muy halder, 1992; B, Turner e ta l, 1990.
bien adaptada que esté una población,
siempre se producen nuevas mutaciones adivinación Es el proceso en el cual
aleatorias (y diversidad de comporta se utilizan medios RITUALES para revelar
miento), que se introducen y difunden cosas ocultas a la percepción ordinaria,
de manera regular en una población, como la información sobre aconteci
hasta producir el cambio. mientos futuros, las causas de una enfer
La adaptación es esencialmente un com medad, la identidad de los hechiceras.,.
promiso. Los resultados casi nunca cons en realidad, cualquier cosa que no pueda
tituyen la solución «óptima», pero repre averiguarse mediante métodos profanos
sentan el azar, la competición y la opor de investigación. La adivinación se prac
tunidad. Porque el medio está siempre tica en todas las sociedades y adopta una
en perpetuo cambio, las poblaciones in amplísima variedad de formas, como el
corporan sin cesar rasgos de comporta ORÁCULO y el AUGURIO.
El propósito de la adivinación varía se hechicero y exigirle que cese en sus acti
gún las preocupaciones e intereses de ca vidades (Mendonsa, 1989). Y allí donde
da cultura. En muchas cultoras africa los enconados conflictos interpersonales
nas, por ejemplo, donde la HECHICERÍA es han envenenado la vida del grupo, el re
un factor importante en las relaciones medio puede consistir en dirimir y solu
sociales, la adivinación se utiliza sobre cionar esos conflictos públicamente (V.
todo para identificar y prevenir la activi Turner, 1961),
dad de los hechiceros o hechiceras (Mair, Muchas ceremonias de adivinación se
1969, pp. 76-101)- Un azan.de que ha es basan en el AUGURIO, en la interpretación
tado enfermo o ha sufrido una desgracia de hechos aleatorios y fortuitos. Una ce
puede elegir entre una serie de oráculos remonia produce fenómenos que escapan
para intentar saber quién lo ha hechiza al control humano: una serie de azares
do; pero también puede celebrar una ce concatenados, por ejemplo, o una deter
remonia para que un especialista forá minada pauta en la distribución de las
neo adivine públicamente quién es el cartas, o la disposición de las entrañas de
culpable (Evans-Pritchard, 1937), En so un animal. Puesto que el control humano
ciedades cazadoras, la adivinación puede es imposible, toda pauta puede atribuirse
utilizarse para saber dónde hay caza y a agentes sobrenaturales. En Dinamarca,
cómo superar una mala temporada de cuando un pentecostalista busca orienta
caza. Én el suroeste americano, donde el ción, introduce la mano en un recipiente
acceso al agua es vital y difícil para los lleno de tiras de papel, cada una conte
granjeros, adivinar la ubicación de los niendo un verso bíblico impreso. Dado
recursos de agua mediante la vara adivi que las tiras son todas iguales, la elección
natoria se ha convertido en una activi de una determinada tira se considera
dad particularmente elaborada. En casi obra de Dios, y el verso impreso en ella
todas las sociedades se utiliza la adivina un mensaje divino. Al producir un hecho
ción privada para descubrir detalles so fortuito, la adivinación interpretativa
bre el futuro personal: las chicas ameri abre un espacio para que las señales so
canas, por ejemplo, cuentan con una se brenaturales se manifiesten.
rie de procedimientos para descubrir con Tales señales o signos son visibles para
quién se casarán y cuántos hijos tendrán. todos los presentes; pero en muchos casos
Cuando la adivinación indaga sobre el pueden ser interpretados sólo por espe
origen o la causa de una desgracia, suele cialistas rituales o adivinos. Los adivinos
proporcionar al mismo tiempo el reme poseen una formación especial en cuanto
dio. Este remedio implica muchas veces a su capacidad de adivinación, adquirida
la reparación de la negligencia ritual por lo general gracias a un prolongado
que causó el problema. Los sísala de aprendizaje. Pero el hecho más impor
Ghana, por ejemplo, suelen consultar a tante es que los adivinos suelen poseer un
un adivino o adivina cuando están enfer don especial, una capacidad sobrenatural
mos. El adivino casi siempre descubre que les permite ver lo que otros no pue
que han omitido algún deber ritual, y den ver. En muchos casos poseen una ca
que los ofendidos ancestros inflingen ese pacidad especial para ser poseídos por los
mal como castigo. Mediante un determi espíritus que dirigen sus acciones. Un
nad p sacrificio, el paciente puede apaci adivino ndembu, por ejemplo, aparece
guar a los dioses y evitar males mayores. poseído por una sombra durante una ce
Si la responsabilidad recae en la hechi remonia de adivinación; y es la sombra
cería, pueden pedirse explicaciones al que habla a través de la persona poseída
la que de hecho identifica las causas de la adolescencia Es una etapa de la vi
indisposición o de la enfermedad, Én da entre la infancia y la vida adulta re
otros casos, como en la vara para detectar conocida en muchas, aunque no todas,
agua, o en el CHAMANISMO, el adivino las culturas humanas (Schlegel y Barry,
aparece investido de un poder especial. 1 9 9 1 ). En tanto que transición biológi
Los primeros antropólogos, como F r a - ca, la adolescencia está marcada por el
ZER y T Y L O R , estudiaron principalmente
paso por la pubertad, asociada a un re
las dimensiones intelectuales de la adivi pentino crecimiento, al desarrollo de ca
nación: por qué esas ceremonias, en apa
racterísticas sexuales secundarias y, más
riencia tan fraudulentas para el ojo cien
crucial aún, al desarrollo de la capaci
tífico, les parecían reales a los primitivos.
dad reproductiva. En tanto que etapa so
Otros autores más tardíos se interesaron,
cial, la adolescencia reclama la reincor
en cambio, por las funciones sociales y
poración social de individuos en proceso
simbólicas de la adivinación. Victor
de maduración biológica a la vida cultu
T u r n e r (1 9 6 8 ), p o r ejemplo, constataba
ral de su comunidad en otros términos.
que, entre los ndemby, la adivinación
En algunas culturas el inicio de la ado
mediante hechicería servía para revelar
lescencia tiene lugar antes que los cam
y curar tensiones y divisiones sociales. A
bios biológicos mediante ritos asociados
la hora de valorar los candidatos acusa
al ciclo vital {life-cycíe rites) o mediante
dos de hechicería, un adivino miraba
el matrimonió infantil, pero en todas las
primero a cuantos guardaban rencor o
culturas la pubertad tiene importantes
animosidad hacia la víctima. A l sacar a
repercusiones sociales. Un tema recu
la luz públicamente esta hostilidad y
rrente en antropología ha sido distin
prescribir remedios, el adivino ofrecía
guir en la adolescencia lo que está deter
una oportunidad para la expresión y la
resolución de los conflictos locales. Tam minado por la cultura de lo que está de
bién entre los sisala la adivinación sirve terminado por la biología (M . Mead,
1 9 28 ).
para exponer a la luz las transgresiones
sociales y fuerza a los transgresores a re La transformación del estatus social aso
conocer y a reparar su delito. A l ofrecer ciada a la transformación del cuerpo en
una causa socialmente relevante de la la pubertad puede conllevar mía reorga
enfermedad o de la desgracia, la adivi nización radical del auto conocimiento y
nación las convierte en instrumentos del comportamiento social de un indivi
para diagnosticar y tratar los problemas duo. En algunas sociedades esta ruptura
sociales. Ornar Khayan Moore (1 9 5 7 ) es drástica y espectacular, y viene marca
sugería, a su vez, que la adivinación re da por cambios en la indumentaria y en
lativa a la caza también es eficaz desde el porte, y por la asunción de nuevos de- .
el punto de vista práctico; desde el mo rechos y responsabilidades. En otras, los
mento en que permite que los procesos cambios son más graduales, y se aprecia
fortuitos determinen el curso de acción una mayor continuidad entre la infancia
del grupo, la adivinación puede ofrecer y la adolescencia (y entre la adolescencia
una salida a pautas improductivas o blo y la vida adulta). La experiencia, los ro
queadas. AB les sociales y la socialización de los ado
Véase también RELIGIÓN, RITUAL, SACRIFI lescentes puede diferir según el género,
CIO, ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA. de manera que los varones se organizan
Lecturas recomendadas Frazer, 1890; más frecuentemente en grupos de pares,
Grindal, 1985; Malinowski, 1943. o de edad, relativamente separados del
ámbito doméstico, y las mujeres apare Por ejemplo, hubo un intento por definir
cen más plenamente integradas en las lingüísticamente la adopción en téfrtii-
unidades domésticas. Los intereses se nos de utilidad y sin sesgos culturales, al
xuales y la cuestión de los futuros roles menos en las sociedades de Oceania, y se
son dominantes en la adolescencia, y los describía la adopción como aquel proce
grupos de edad suelen asumir un rol aún dimiento habitual y opcional encamina
más importante que antes. El intervalo do a tomar como propio un niño nacido
socialmente definido entre la infancia y de otros padres (Carroll, 1970, p. 3). Pero
la vida adulta puede ser o relativamente Carroll mismo tuvo dificultades a la ho
breve (de dos a cuatro años), como en las ra de depurar esa definición para hacer
sociedades donde el matrimonio, la ma la aplicable a todos o a la mayoría de ca
ternidad y una mayor responsabilidad se sos etnográficos, porque la definición
asumen justo después de la pubertad y presupone, incorrectamente, que las de^
la menarquía, o relativamente proion- fmiciones de «niño» o «padres» son uni
gado, como en las sociedades industria formes en todas las culturas.
les (Schlegel y Barry, 1991). Mientras que La adopción en Oceania es una mera
la biología de la adolescencia puede ser transacción entre parientes próximos, y
una constante, los cambios en las condi la adopción de extraños es muy poco fre
ciones históricas de la vida cultural pue cuente, si "bien en el siglo XDÍ las familias
den provocar cambios en la organización maoríes nativas de Nueva Zelanda adop
social de la adolescencia que redefinen el taron a niños europeos (Else, 1991, p.
significado de la adolescencia y la forma 179). En muy contadas ocasiones im pli
de experimentarla (Burbank, 1988) SP ca procedimientos legales formales, sal
Lecturas recomendadas Condon 1987; vo en lugares como Hawai y Nueva Ze
S.S. Davis y Davis, 1989; Moffatt 1989; landa, donde puede haber presiones gu
Schlegel, 1995. bernamentales y sociales para adecuarse
a las convenciones occidentales. En Ocea-
a d o p c i ó n «En casi todas las socieda nía, dar un niño a otros en adopción se
des existen protectores y benefactores de considera, por lo general, un acto de ge
los más jóvenes además, o en lugar de, nerosidad y de amor, y es mucho más
los padres. La llamada paternidad jurí frecuente que, por ejemplo, en Estados
dica, que incluye diversas formas de Unidos, donde se estima que sólo un 2%
adopción . . . no es un hecho infrecuen de los niños son adoptados. Los nortea
te» (E. Parsons, 1906, p. 112), La prime mericanos que dan un niño a otras per
ra observación es cierta; la segunda, al sonas suelen quedar estigmatizados. A
destacar la paternidad como relación le partir de esta comparación entre cultu
gal, es menos cierta y menos universal. ras Carroll (1970, p. 7) concluía:
Las sociedades occidentales establecen Las características de los adoptantes y de
convencionalmente una clara distinción quienes dan en adopción, las motivacio
legal entre el cuidado de niños ajenos nes de quienes adoptan y las de los padres
(dar cuidados parentales a otros) y la biológicos, la forma, social del proceso de
adopción (el acto legal de asumir la res adopción y el significado cultural del acto
ponsabilidad parental de un menor naci son muy diferentes en Oceania oriental y
do de otros padres «como si» el niño fue en Estados Unidos
ra propio). Pero en muchas sociedades A pesar de estas dificultades terminoló
esta distinción legalista tiene poco o nin gicas y taxonímicas, el estudio de las res
gún sentido (J. Goody, 1976, pp. 66-85). ponsabilidades, compartidas o no, relati
vas al bienestar infantil por parte de in explorar no sólo la naturaleza del PAREN
dividuos distintos de los padres biológi TESCO en distintas sociedades, sino tam
cos puede arrojar luz sobre otros factores bién los significados y las implicaciones
de la vida. Actualmente, en Estados Uni de conceptos tales como identidad, FAMI
dos, quienes se hallan directamente im LIA, RAZA, GRUPO ÉTNICO y NACIONALISMO
plicados en un proceso de adopción —in (Terrell y Modell, 1994). JT
cluidos asistentes sociales, agencias pri Lecturas recomendadas J. Bates, 1995;
vadas y servicios sociales públicos- Erady, 1976; R. Levy, 1975; M. Marshall,
suelen referirse a ella metafóricamente 1977; Modell, 1994.
como el «triángulo adoptivo» o la «tría
da», es decir, los adoptados, los padres afines Son consanguineos/as de un es
adoptivos y los padres biológicos. Casi to poso o esposa. En el sistema de parentes
do el esfuerzo está dirigido a mej orar la co angloamericano moderno los afines se
calidad del ajuste psicológico individual conocen como in-laws o familia política.
a la realidad de la adopción y también a En un sistema de linaje con intercambio
saber si los «lazos» entre los individuos matrimonial regular, puede existir una
de la tríada creada por el nacimiento y la relación de afinidad entre dos linajes, de
adopción tienen que ser socialmente re forma que todos los miembros consan
conocidos y notorios (J. Strauss, 1994). guíneos del linaje de uno de los esposos
Se presta mucha atención a los «dere pueden considerarse afines. Estas rela
chos» de los individuos implicados. ciones de afinidad suelen tener un carác
Esta forma de entender la familia, y la ter sistemático y duradero, y constituyen
adopción contrasta con la de los maories la base de las relaciones actuales entre
neozelandeses, donde no existe el senti grupos de parentesco o clases matrimo
do de propiedad sobre los niños (Else, niales. MR
1991). Los niños maories conocen mu Véase también CONSANGUINIDAD
chos hogares pero sólo una whan.au (fa Lecturas recomendadas Dumont,
milia). Y por lo general los niños «adop 1985.
tados» conocen tanto a sus padres bioló
gicos como a sus padres adoptivos. Los agnados Son parientes patrilaterales,
términos para designar a quienes adop es decir, personas emparentadas con un
tan y a quienes dan en adopción son muy individuo por linea paterna. MR
cariñosos y positivos, y la relación entre Véase también COGNADOS, ENADOS.
ambas partes es una relación abierta,
«puesto que es necesario transmitir co agresión, agresividad La agresión
nocimientos sobre los lazos de parentes humana es el comportamiento conscien
co, las líneas de descendencia y los nexos temente destinado a dañar a otros, si bien
con la tierra» (Else, 1991, p. 177). algunos investigadores consideran el
Este ejemplo demuestra que la adopción, comportamiento autolesivo como esen
en tanto que categoría de significado, y la cialmente similar. Pero así como inflingir
adopción como práctica social, es proble un daño físico (dolor y lesiones) está cla
mática. La adopción desmiente lo que ramente incluido en el concepto, algunos
David Schneider llama vías «biologistas» estudiosos afirman que habría que in
de marcar y definir el carácter, la natura cluir también la conducta destinada a in-
leza y el comportamiento humanos (D. flingir SUFRIMIENTO psicológico, que es el
Schneider, 1984, p. 175). Pero el estudio obj etivo que persiguen tanto la murmu
de la adopción puede ser una forma de ración o la difamación como el OSTRACIS-
MO. P ot lo demás, aún se debate si e l la agresividad en una determinada per
comportamiento agresivo puede definir sona? ¿Cómo se explican las diferencias
se sin referencia a prácticas de eficacia individuales en cuanto a niveles de agre
dudosa, aunque conlleven una intención sividad entre las personas? ¿Qué explica
malévola, como la BRUJERIA. La literatu las diferencias culturales entre los dis
ra psicológica sobre la agresión suele uti tintos niveles de agresión?
lizar una distinción conceptual entre
agresión instrumental (realizada como Variabilidad situacional
un medio para lograr un fin) y la agre Casi todo el trabajo teórico sobre los fac
sión hostil (daño inflingido como fin en tores situacionales determinantes de la
sí mismo). Es evidente que todo ejemplo agresión se centra más en la agresión
concreto de comportamiento agresivo hostil que en la instrumental. Salvo
puede incorporar grados de ambos. Freud y Lorenz, que entienden la agre
La cuestión de si los humanos son agre sión como un impulso insistente que re
sivos «por naturaleza» es secular entre quiere satisfacción periódica, la teoría
intelectuales y legos. Como todo com moderna más influyente sobre la agre
portamiento observable en una especie sión humana es la venerable hipótesis de
ya tiene que estar presente, en potencia, la «frustración-agresión», donde la agre
en su dotación genética, la conclusión no sión hostil se da cuando los objetivos de
puede ser sino afirmativa. Sin embargo, una persona aparecen bloqueados. Esta
esta afirmación dista mucho de la idea, temeraria hipótesis ha conocido diversas
más genérica, que postula que los huma revisiones desde que apareció en los años
nos tienen una propensión congénita a cuarenta. Una de las más precisas susti
ser agresivos. Esta última concepción de tuía la frustración como factor causal
la agresividad humana, que fue central por «malestar» o estado desagradable,
en la literatura semipopular de los años tanto emocional como físico. Los defen
sesenta y setenta sobre la naturaleza hu sores de este modelo citan evidencias
mana y que Pilbeam (1983) etiquetó co que van desde la cólera que siente aquel
mo «antropoides al desnudo», está clara que tropieza contra todos los que se ha
mente asociada al etólogo Konrad Lo- llan cerca, hasta un estudio que incluye
renz. La caracterización que hizo Lorenz una marcada correlación entre la tempe
de la agresividad como un impulso gené ratura diaria y los índices de crímenes
ticamente ordenado que se desencadena violentos enHouston (Berkowitz, 1989).
por estímulos externos ha sido rechazada El nivel de excitación del sistema nervio
por los actuales estudiosos de la agresivi so autónomo desempeña un rol en el
dad humana y también por los etólogos, comportamiento agresivo. Puesto que la
que la han considerado como un ejemplo calidad de la excitación autónoma no va
de cómo no habría que concebir la agre ría, independientemente de la emoción
sión en ninguna especie. Los diversos es que la induce, la excitación preexistente
fuerzos por explicar los conflictos violen provocada por cualquier otra causa puede
tos entre grupos humanos en términos incrementar la excitación emocional pro
de proclividad agresiva del individuo son ducida por una situación corriente e in
sumamente obstinados. tensificar el comportamiento resultante.
En lugar de tratar de solucionar esta Así, el trabajo experimental ha demos
cuestión, resulta más útil abordar la va trado que cuando alguien responde a una
riabilidad en las especies mismas. ¿Qué situación de manera agresiva, sus res
determina la variabilidad situacional de puestas serán más intensas si ha llegado a
la situación con un residuo de excitación más poderoso que explicaría las diferen
autónoma causada por el miedo, la ira, la cias individuales en materia de agresivi
excitación sexual o la mera fuerza o el dad a lo largo de todo el ciclo vital es el
ejercicio físico (Zillmann, 1985), sexo. La agresividad es una de las dife
rencias más sólidas que la investigación
Diferencias individuales etnográfica ha descubierto entre hom
Aun sin ser causa de la agresividad, el bres y mujeres: los varones evidencian
mejor predictor de los niveles de agresi una agresividad mayor en todas las eta
vidad de un adulto es su nivel de agresivi pas de la vida, pero sobre todo en la pu
dad en la infancia (véase SOCIALIZACIÓN). bertad y las fases posteriores. Es muy po
La agresividad, al menos en las pobla sible que esta diferencia no se deba tan
ciones norteamericana y europea, donde to a la consecuencia física más o menos
se ha estudiado longitudinalmente, es directa de poseer el genotipo X Y o XX
un rasgo notablemente estable, y las di (el sexo), como a lo que la cultura hace
ferencias, persistentes, aparecen a edad de ellos (el género). La gran diversidad y
temprana. Diversos aspectos del medio o distinta magnitud que presentan las di
del hogar infantiles, sobre todo los que ferencias hombre/mujer en las distintas
tienen que ver con la disciplina parental, culturas en materia de agresividad de
están bien correlacionados con niveles muestra el poder de la inflexión, e inclu
de agresividad en la adolescencia y en la so determinación cultural de esta dife
edad adulta. La disciplina férrea y errá rencia (véase GÉNERO).
tica es un «factor de riesgo» para la agre
sividad problemática, pero también lo es Variación cultural
una disciplina laxa (Loeber y Stoutha- La gama de aceptabilidad de la VIOLEN
mer-Loeber, 1987). CIA varía según las culturas: desde cultu
Los escasos nexos observados, y convin ras donde cualquier expresión de agre
centes, entre agresividad y característi sión es aberrante, hasta aquellas en que
cas biológicas pertenecen a la agresivi la belicosidad es no sólo aceptable sino
dad patológica más que a la agresividad que está positivamente prescrita. A esta
que se detecta en una serie de comporta dimensión cabría añadir una segunda,
mientos normales. (Y es importante ob independiente, que se refiere a la pro
servar que, en . cualquier sociedad, la porción de agresión que se dirige contra
gran mayoría de actos agresivos, tanto otros dentro de una determinada comu
en sus formas más benignas como en las nidad por oposición a la agresión que
más violentas, están protagonizados por tiene como objeto a quienes están fuera
gente «norm al» y no por personas con de ella. Pero el nivel de agresión dentro
psicopatías.) El descubrimiento más sóli del grupo no ofrece indicaciones claras
do en este sentido es el que ha demostra acerca de la envergadura de la hostilidad
do que las personas a las que se les ha entre grupos distintos: la mayoría de
diagnosticado una propensión a la agre combinaciones posibles pueden encon
sión impulsiva presentan con mayor fre trarse en el registro etnográfico.
cuencia un déficit de serotonina neuro- El trabajo teórico dedicado al conflicto
transmisora. Pero no está claro que el re violento entre grupos apunta claramen
sultado de este déficit tenga que ser la te a la organización social y a la dinámi
agresividad concreta y no un menor au ca política como elementos explicativos,
tocontrol en general (Insel etal., 1990). mientras que el tratamiento de la agre
Podría decirse que el factor biológico sión dentro del grupo suele apuntar a la
socialización infantil. La generalización ra aparece muchas veces combinada con
más fiable que cabría deducir de la lite otros modos de subsistencia, como la re
ratura especializada en este último ám colección (véase r e c o l e c t o r e s ), la PES
bito es que, mientras que una relación CA, el COMERCIO o la producción artesa-
parental afectuosa y moderadamente in nal, especialmente como parte de un ci
dulgente no garantiza adultos amables y clo estacional que incluye períodos de
bondadosos, es prácticamente seguro que descanso, migración y cambios de rol.
nna socialización dura en la infancia los Estas relaciones complejas suelen subes
hace imposibles. Los niños recurren um timarse porque los agricultores sobredi-
versalmente a la agresión, entre otros mensionan muchas veces su dependen
comportamientos posibles, para lograr cia de la agricultura y subestiman el in
cosas que desean o para canalizar su re tercambio con otras gentes.
sentimiento. Pero en las culturas que se Las tipologías de la agricultura (Ruthen-
distinguen por sus bajos niveles de agre berg, 1980) suelen basarse, por lo gene
sión cotidiana, este comportamiento se ral, en el tipo de plantas cultivadas y su
reduce progresivamente a favor de mo uso, en los recursos de agua, en el grado
dos prosociales mediante el ejemplo y la de mecanización (especialmente para la
educación parental, y no mediante la re preparación de la tierra), en los regíme-
presión punitiva. En este tipo de cultu nes de barbecho o rotación (si los bay), en
ras los adultos evidencian un temor posi las formas de organización del trabajo, en
tivo frente al potencial destructivo de la el volumen del capital invertido y en el
agresión, y esta aversión se inculca a grado de centralización de la autoridad,
edades muy tempranas. JW entre otros factores. La mayoría de es
Véase también ETOLOGÍA, VENGANZA, SO- quemas distinguen entre la HORTICULTU
CIOBÍOLOGÍA, GUERRA, RA, incluida la agricultura de roza, y la
Lecturas recomendadas P. Bro^wn y agricultura sedentaria; entre agricultura
Schuster, 1986; Groebel y Hinde, 1989; de regadío o de aluvión y la de secano;
Montagu, 1978. entre cultivos destinados al intercambio
y cultivos destinados al alimento; y entre
agricultura Es el cultivo y la cosecha agricultura pura y el agropastoreo o la
deliberados de plantas, pero el término agrosilvicultura. En realidad estos tipos
suele bacerse extensivo también a la cría se entremezclan y se confunden en innu
de animales. Como modo de subsistencia merables combinaciones. A llí donde el
de más de diez m il años de antigüedad, suelo es pobre en nutrientes, las plantas
la agricultura se practica en cada rincón pueden alimentarse de otras materias ve
del mundo donde puedan crecer las getales en descomposición (una pauta co
plantas, incluso en el interior de las ciu mún en las selvas tropicales y en sistemas
dades. Quienes practican la agricultura de abono verde) o de nutrientes conteni
reciben el nombre de «granjeros», «cul dos en el agua (como ocurre en muchas
tivadores» o «agricultores», términos to zonas de irrigación).
dos ellos relativamente intercambiables, La agricultura siempre implica, técnica
mientras que aquellos que están bajo el y culturalmente, algo más que el mero
control de un sistema de estado que ex cultivo y cosecha de plantas. Puede in
trae plusvalía o rentas suelen recibir el cluir tareas tan diversas como la fabrica
nombre de «CAMPESINOS», un término ción y reparación de útiles de labranza,
con diversas connotaciones a veces polí parcelación de cultivos, control de creci
ticamente contradictorias. La agricultu das fluviales y plagas, coordinación ri
tual y gestión de inversiones. Cuanto lizada o jerárquica; en cambio, el control
más compleja es la tecnología, tanto ma de las inundaciones o de las crecidas flu
yor es la DIVISIÓN DEL TRABAJO. La tierra, viales en áreas propensas sí lo requiere.
la fuerza de trabajo, el capital y otros fac Las normas y prácticas relativas a la pro
tores de producción agrícola reciben di piedad de la tierra y a los derechos sobre
versas definiciones y clasificaciones cul el agua suelen variar y cambiar en fun
turales; en much as lenguas estos térmi- ción de la densidad demográfica y de la
nos, y otros como «granja», no tienen lucha por esos recursos (Grigg, 1980).
una traducción clara. Los sistemas de PARENTESCO tienden a
La unidad social de la producción agrí coincidir, grosso modo, tanto geográfica
cola suele coincidir, aunque no siempre, como históricamente, con determinados
con la familia o la UNIDAD DOMÉSTICA ecosistemas, estrategias de subsistencia
(Netting, Í993). En este caso, la capaci y densidades de ocupación, si bien las
dad de producción agrícola puede variar causas y las generalidades implicadas
de forma ostensible según, en qué fase se en cada caso son todavía tema de debate
halle el CICLO DE DESARROLLO de la fami (Forde, 1934; Steward, 1955; L.A. W hi
lia (Chayanov, 1966; J. Goody y Portes, te, 1959a). Las reglas y las prácticas del
1958). También varía según los ciclos vi pago relativo al matrimonio, como la
tales de los individuos y de la comuni DOTE y el PAGO POR L A NOVIA, que a ve
dad. Casi todos los agricultores aprenden ces se interpretan como compensaciones
a trabajar la tierra (y el pastoreo, si se a cambio de fuerza de trabajo, tienden,
tercia) a través de parientes y vecinos, también a grandes rasgos, a coincidir
practicando-jugando en la infancia, ayu con determinados tipos de regímenes
dando a sus mayores y absorbiendo la agrícolas o de pastoreo (Boserup, 1970;
historia oral (J, Whiting y Child, 1953). J. Goody y Tambiah, 1973; J. Goody,
En todas partes, la gente del campo divi 1976).
de el trabajo y los roles a él asociados se Los humanos perciben su agricultura en
gún el sexo, en mayor medida de lo que términos simbólicos y religiosos que es
la mera supervivencia requeriría. Pero tructuran las creencias sobre las causas y
aun allí donde aparecen separadas, las efectos últimos (Rappaport, 1979), in
tareas de hombres y mujeres suelen ser cluidas las metáforas que asocian la agri
altamente interdependientes; desbrozar cultura a otros procesos del cuerpo, de la
y rozar los campos suele ser tarea mascu sociedad o del cosmos (Croll y Parkin,
lina en todo el mundo; plantar, desyer 1992). Estas concepciones pueden afian
bar y cosechar es tarea masculina o fe zar o justificar los derechos y obligacio
menina, indistintamente, juntos o por nes de las personas respecto de los recur
separado; procesar alimentos tiende a ser sos productivos. Pero las gentes del cam
tarea de mujeres; y el comercio o inter po desafían cualquier generalización
cambio a gran escala suele estar en ma simple acerca de sus conocimientos y
nos masculinas en prácticamente todo el creencias, y reconocen, de múltiples ma
mundo (C. Ember, 1983). neras, la tierra y la agricultura como sa
Desde la horticultura en poblaciones ru gradas, profanas, ambas cosas o ninguna.
rales dispersas hasta el riego en pobla La mayoría de sociedades agrarias, in
ciones más concentradas, el cambio tec cluidas las que desvinculan la agricultu
nológico conlleva también ajustes socia ra de la religión, festejan el crecimiento
les y políticos. La agricultura de RIEGO de los cultivos o la cosecha mediante ri
no siempre requiere una política centra tuales o ceremonias (Lanternari, 1976).
La investigación antropológica ha cues Antropólogos como Paul Richards (1985)
tionado ciertos enfoques agioeconómicos también han estudiado formas indígenas
convencionales que definen la racionali de experimentación e innovación tecno
dad como mera maximiz ación de rendi lógicas, matizando la hipótesis de que la
mientos y ganancias- P ot lo general, los ciencia o el progreso se difunden a partir
pequeños agricultores tienden a reducir de unos pocos centros. La etnografía más
sus riesgos mediante la diversificación «indigenista» ha identificado a menudo
de cultivos, la siembra de variedades re elementos sutiles de racionalidad en
sistentes a la sequía y la distribución de prácticas tales como la agricultura de ro
los campos de cultivos en función del ía, las siembras simultáneas o la siembra
suelo (por ejemplo, a lo largo de una ca dispersa, prácticas menospreciadas por
dena desde el fondo del valle hasta la ci muchos científicos euroamericanos; y en
ma de la colina). Y tratan de suavizar los los años setenta, este tipo de estudios in
altibajos en la demanda de mano de obra fluyeron considerablemente en una «in
sembrando simultáneamente dos cose vestigación de los sistemas de agricultu
chas, o mezclando variedades de semillas ra» más progresiva en agronomía, en
de crecimiento rápido y lento, etc. A los economía y en otras disciplinas (Rut-
agricultores más pobres que necesiten re ' henberg, 1980). Desde un punto de vista
partir las inversiones de capital a lo largo más crítico, algunos antropólogos han
del año puede convenirles pedir un prés identificado en la economía y en la tec
tamo a un interés alto, o vender a bajo nología agrícolas las raíces de la forma
precio tras la cosecha y comprar caro an ción, la dependencia y el conflicto de las
tes de la siguiente. El agricultor también clases rurales (E. Wolf, 1966; J.C. Scott,
practica el intercambio recíproco y re- 1976; Shanin, 1990). A veces desatendi
distributivo de inputs y outputs agrarios das en los círculos políticos, o solicitadas
con fines sociales, políticos, simbólicos, demasiado tarde, las recomendaciones
religiosos o estéticos, o por razones agro antropológicas han influido en muchas
nómicas o económicas. En determinados intervenciones prácticas realizadas en
lugares y épocas, las sanciones mágico- nombre del desarrollo económico, e in
religiosas, como las acusaciones de BRU cluso han conseguido adecuarlas al con
JERÍA, inhiben la innovación agrícola o el
texto. PS
enriquecimiento ostentoso (Favret-Saa-
Véase también PRODUCCIÓN ALIMENTARIA,
da, 19S0; Malinowski, 1955). El control
SISTEMAS ALIMENTARIOS, «EVOLUCIÓN VER
político-ritual de los cultivos y cosechas
DE, HAMBRE, PASTORES NÓMADAS.
puede realizarse con fines agronómicos,
Lecturas recomendadas Bennett, 1976;
por ejemplo, sincronizando las actividades
Culture and Agriculture (publicación pe
para prevenir la propagación de plagas
riódica); Netting, 1986; Shipton, 1990;
de un campo a otro durante un período
Vayda, 1969b.
prolongado (Lansing, 1991). Estos des
cubrimientos han llevado a revisar las
agrocultivo Véase AGRICULTURA,
teorías relativas a la racionalidad, la ma-
ximización de beneficios, la aversión al
riesgo, la reacción de los precios, la e fi agua Véase RIEGO.
cacia técnica y la modernización. La ra
cionalidad de los agricultores puede ser albedrío humano Es la capacidad
enormemente sutil y compleja; y no es de los seres humanos para influir en sus
su única manera de pensar. propias vidas y en la de los demás y de
sempeñar un rol en la formación de las parecen romper con las distinciones su
realidades sociales en las que participan. jeto/objeto o yo/el otro, y destacar mu
No es tanto una fuerza de acción indivi cho más las distintas interpretaciones y
dual como una dimensión de las institu prácticas socialmente creadas por los in
ciones y relaciones que crean los seres dividuos. BK
humanos, tales como la CLASE social, las Lecturas recomendadas Goffman,
ideologías hegemónicas y las burocracias 1956.
que impiden el ejercicio de ese albedrío.
Los antropólogos que analizan el albe alcohol Es el nombre genérico de to
drío tienden a rechazar en exceso los da una serie de compuestos químicos,
modelos estructurales y sistémicos abs aunque el más importante para la hu
tractos de acción cultural y social que manidad es el alcohol etílico (o etanol,
dejan poco o ningún espacio al modo en C2H 3OH), el componente activo de mu
que los seres humanos crean y participan chas bebidas populares que, en formas
en las realidades que construyen. Diver muy diversas, se han utilizado a lo largo
sos enfoques basados en el albedrío se de la historia. Es psicoactivo, lo cual sig
basan en dicotomías sujeto/objeto y des nifica que puede afectar tanto al estado
tacan la primacía de las orientaciones y de ánimo como al comportamiento,
estrategias subjetivistas. Éstas incluyen: cambiando la naturaleza y la función de
1. El ANÁLISIS TRANSACC1ÜNAL, que redu las conexiones neuronales del cerebro.
ce los procesos culturales y sociales a Producto natural de la fermentación, es
principios de interacción individual el factor común que comparten las cer
(Barth, 1966; Kapferer, 1976a). vezas, los distintos aguardientes, los v i
2. Los enfoques social-construccionistas nos y los licores destilados, por lo gene
y diversos enfoques simbólicos, muy in ral mediante una preparación elaborada
fluidos por la FENOMENOLOGÍA (Husserl, y diferentes aditivos. Las bebidas fer
*964; Schutz, 1967), que describen las mentadas no suelen superar el 12% de
concepciones y los actuales procesos de alcohol y pueden elaborarse a partir de
creación social como objetivaciones de' la casi cualquier fruta, baya, tubérculo o
experiencia subjetiva. cereal; los licores destilados tienen asi
3. Las escuelas psicoanalíticas de antro mismo muchas bases, pero pueden supe
pología, también llamadas «CULTURA Y rar el 50% de alcohol.
PERSONALIDAD», como la obra de Victor En muchas culturas las bebidas fermen
Turner, en cuya ANTROPOLOGÍA SIMBÓLI tadas se utilizan como nutrientes básicos
CA combinaba enfoques psicoanalíticos y de la dieta alimenticia; otras las consu
perspectivas fenomenológicas/existen- men de manera episódica como elemen
ciales, en oposición al ESTRUCTURALISMO. tos adicionales de sociabilidad, de relaja
Otros enfoques sobre el albedrío adoptan ción, en pago de tareas comunales, o para
una posición menos subjetivista y consi realizar ofrendas a los seres supranatura-
deran que los individuos actúan dentro les o espíritus ancestrales, etc. En Oriente
de estructuras y procesos históricamente Próximo aparecen desde la prehistoria
formados, aunque con sus acciones lo restos arqueológicos de vino y de cerveza.
gren nuevas conjunciones y direcciones Pero parece que la destilación ha sido mo
en la formación de la vida social» Tanto nopolio de alquimistas hasta aproximada
Sahlins (1985) como Bourdieu (1977, mente el año 1200 de nuestra era. En for
1990) presentan variantes de este enfo ma moderada, la bebida puede ser salu
que. Trabajos recientes en antropología dable, pero debido a que las reacciones
del comportamiento y fisiológicas están altruismo Se refiere a una acción rea
relacionadas con la. dosis y el grado, to lizada en beneficio de otros que incluye
mada en exceso puede ser perjudicial. Co algún tipo de coste o sacrificio para la
mo ocurre con otras sustancias alterado persona altruista. Otras definiciones tam
ras del cerebro, las actitudes van desde la bién destacan la intención benévola o ca
veneración como un sacramento hasta el ritativa como noción principal, mientras
rechazo como algo abominable. En los re que otras distinguen entre altruismo co
latos históricos y etnográficos el alcohol mo descripción de un acto único y altruis
suele aparecer estrechamente vinculado a mo como una actitud moral sostenida que
la economía, a la religión, a la organiza inspira una toma de decisiones sujeta a
ción social y a otros aspectos de la cultura; principios.
estos relatos y descripciones constituyen Un importante cuerpo de investigación
también estudios de caso o experimentos experimental en psicología social ha es
naturales muy valiosos que mitigan el et tudiado los determinantes de la acción
nocentrismo que impregna gran parte de altruista en situaciones escenificadas
la literatura psicológica y sociológica (D. que presentan oportunidades para las in
Heath, 1987). Las principales contribu tervenciones de ayuda (D. Krebs, 1987).
ciones de la antropología en este campo
Las probabilidades de ayuda y el tipo de
han sido la perspectiva sociocultural -a l
intervenciones posibles dependen de di
mostrar en qué medida las actitudes y los
versas características transitorias y esta
valores inciden en la bebida y en sus con
bles, de ios atributos de la parte necesita
secuencias más allá de los aspectos pura
da, y de las características relativas de las
mente fisiológicos y farmacológicos—y la
personas implicadas. Pero esta investiga
demostración de que el alcohol desempe
ción se ha limitado a estudia* las inte
ña diversos roles, incluso en comunidades
racciones con extraños, mientras que la
donde no hay alcoholismo. DH
mayoría de comportamientos de coope
Véase también DROGAS.
ración y de ayuda en el mundo real tiene
Lecturas recomendadas D. Heath,
lugar entre familiares, amigos y conoci
1995; D. Heath y Cooper, 1981.
dos (HameSj 1979; Essock-Vitale y Mc-
Guire, 1985; D. Schneider y Cottrell,
alfabetismo Véase SISTEMAS DE ES
1975). El hecho de que los actos altruis
CRITURA.
tas hacia personas extrañas (rescates he
alianza Véase s is te m a s d e a l i a n z a ,
roicos, labor de caridad y otras acciones
te o r ía d e la au an za.
filantrópicas) se consideren con frecuen
cia merecedores de reconocimiento y ho
alianza asimétrica Véase s is t e m a s nores especiales es en sí mismo una se
DE ALIANZA. ñal de su excepcionalidad. En cambio, el
flujo unidireccional, durante toda la v i
alianza de sangre Véase p a c t o s de da, de padres a hijos es algo que se da por
SANGRE. supuesto y raras veces se glorifica*
El «problema central» de la SOCIOBIOLO-
alimento Véase p r o d u c c ió n a lim e n GÍA es saber por qué existen inclinacio
t a r i a , TABÚ ALIMENTARIO, SISTEMAS A L I nes y acciones altruistas. Porque de he
MENTARIOS. cho la teoría de la evolución por selec
ción natural de Darwin es una teoría de
alma Véase ESPÍRITU. la ascendencia competitiva de rasgos que
permiten a los individuos acumular y re ton, 1964)- Pero según esta teoría de la
tener una-parte desproporcionada de re «selección de parientes», el altruismo a
cursos reproductivos. Parece, pues, que, nivel del organismo podría representar
en términos generales, las tendencias y «egoísmo» a nivel de los genes. Un ejem
los tipos egoístas se reproducirían más y plo clásico es el estudio de Sherman
mejor que las alternativas altruistas, lo (1977) de las «llamadas de alerta» de las
que llevarla a estas últimas a la extin ardillas: cuando detecta un depredador,
ción- Pero en la realidad, muchos anima una ardilla puede o no emitir llamadas,
les, como la especie humana, exhiben y la probabilidad de que una determina
comportamientos que benefician a otros da ardilla emita la llamada aumenta
y que no pueden descartarse sin más co cuanto más cercana es su relación genea
mo meramente accidentales. Por ejem lógica con los vecinos potencialmente
plo, muchos animales, cuando identifi beneficiarios. Así, la llamada de alerta se
can un depredador potencialmente peli despliega de manera facultativa exacta
groso en los alrededores, avisan a sus mente como cabe esperar en el supuesto
vecinos emitiendo una «llamada de aler de que su función sea nepótica.
ta» sólo comprensible en un determina Una falacia muy corriente (S. Wash-
do contexto. Y muchos otros, como las burn, 1978) consiste en suponer que esta
abejas obreras, con el servicio no repro discriminación nepótica puede verse fa
ductivo que llevan a cabo, ayudan a otros vorecida por la selección sólo si los pa
miembros a reproducirse. Es evidente rientes y los no parientes del altruista
que no cabe atribuir «intención» alguna son genéticamente diferentes en factores
a estos casos. Desde el punto de vista de relevantes. Y es una falacia porque el te
la motivación, estos actos no son necesa ma tiene que ver con la estabilidad evo
riamente análogos al prototipo de al lutiva, no con la semejanza genética. Un
truismo humano, pero ciertamente se «alelo.nepótico» inicialmente raro po
realizan «con la finalidad de» beneficiar dría invadir una población de altruistas
a otros, en el sentido de que están orga indiscriminados, pero un gen no puede
nizados desde el punto de vista adaptati- invadir una población de nepóticos para
vo para producir ese objetivo (Cronin, favorecer el altruismo indiscriminado
1991). (Dawkins, 1979). Así, los alelos que en
Se han propuesto dos grandes soluciones gendren fenotipos nepóticos deberían ir
al problema de cómo pudo evolucionar siempre a la fijación (shouldmutinely go
el altruismo: el nepotismo y la reciproci tofixation) y quedarse ahí.
dad. Cada una de ellas es aplicable a de 2. Una segunda base para la evolución
terminados casos. del altruismo es la reciprocidad (yo te
1. Cabría concebir gran parte del al rasco la espalda y tú me la rascas a mí).
truismo aparente como un «nepotismo»: Trivers (1971) observó que el beneficio
los animales discriminan a la hora de recibido por el receptor de un acto al
beneficiar a otros, y los beneficiarios truista suele ser mayor que el coste en
suelen ser parientes o familiares. Dado que ha incurrido el donante. Así, si en
que los parientes son, en mucha mayor una futura interacción los roles se invir
proporción, quienes más posibilidades tieran, ambas partes saldrían ganando si
tienen de compartir la base hereditaria iniciaran una relación de ayuda mutua.
inherente a todo acto raro o novel de al Los murciélagos-vampiro, por ejemplo,
truismo, la tendencia altruista puede ser regurgitan sangre para ayudar a aque
objeto de selección natural (W. Hamil- llos de su especie que agonizan porque
no han logrado encontrar alimentos con ambilocal Véase RESIDENCIA AMBELO-
sangre, y lo hacen selectivamente en fa CAL.
vor de «compañeros/as de intercambio»
concretos y conocidos que han prestado amor romántico En la cultura po
el servicio complementario (Wilkinson, pular occidental se describe como una
1984). Un obstáculo a la evolución de es atracción misteriosa hacia la persona
te tipo de reciprocidad es la tentación, adorada, sin la cual la vida carece de
siempre presente, de no cumplir: aceptar sentido y no es digna de vivirse, mien
beneficios pero negarse luego a darlos. tras que la proximidad con aquella es en
Parece, pues, que el altruismo recíproco sí un valor último. A diferencia del amor
sólo se da cuando las relaciones sociales del cortejador medieval (Boase, 1977),
individualizadas son firmes y duraderas que subrayaba la inferioridad de la per»
y no hay un gran desequilibrio entre las sona amante y la castidad de la persona
partes que intercambian por lo que se amada, el amor romántico en el Occi
refiere a la frecuencia de situaciones de dente moderno se concibe igualitario y
necesitar o de poder ofrecer ayuda. sexual. No puede incluir, por tanto, el
Los teóricos del juego han recreado el al amor de una madre por su hijo, ni el
truismo recíproco según el modelo del amor de Dios, ni puede extenderse a un
Dilema del Prisionero, donde dos juga objeto o a una causa.
dores sienten la tentación de incumplir El amor romántico ha de entenderse
en cada jugada, pero obtendrán los me más bien como característico de la ADO
jores resultados si son capaces de mante LESCENCIA y precursor del MATRIMONIO.
ner la cooperación. Una estrategia domi
Debe surgir de manera espontánea, y la
nante en tales circunstancias es la del
intrusión de planes previos es un pecado
«toma y daca»: cooperar siempre que el
casi tan grande como el egoísmo. En el
otro jugador haga lo mismo, pero penali
amor, la atracción entre los amantes se
zar cada incumplimiento con exacta
considera superior a todas las restriccio
mente la misma medida, ni más ni me
nes sociales, de modo que los amantes
nos (Axelrod y Hamilton, 1981). La se
salvan con su pasión las fronteras de
mejanza de esta estrategia simple con el
edad, clase y raza (aunque, de hecho, la
ethos del «ojo por ojo» que se observa en
mayoría de los amantes suelen ser más
los equilibrios de poder y también con la
parejos que diferentes).
enemistad basada en la VENGANZA pro
Cuando surge el amor entre dos se supo
porcional presente en las sociedades sin
ne que la pareja ha accedido a ese estado
estado sugiere que el modelo podría in
de felicidad ensalzado y buscado en to
corporar algunas de las consideraciones
que configuraron la psicología de la coo das las culturas occidentales. De hecho,
peración y de la competición en la evolu no es exagerado decir que es en el ena
ción h u m a n a - (Daly y Wilson, 1988b). moramiento, más que en la participa
M D yM W i ción en la RELIGIÓN, donde la mayoría de
Lecturas recomendadas R,. Aiexander, las personas del mundo occidental expe
1987; Axelrod, 1984; Bernstein et al., rimentan la noción de trascendencia.
1994; Stacey y Koenig, 1990. Sin embargo, el amor romántico ha sido
poco estudiado antropológica o transcul-
alucinó genos Véase DROGAS. turalmente y son muchos los que se ad
hieren al fallo despectivo final de Linton
ambilineal Véase d e s c e n d e n c ia . en el sentido de que el amor romántico
era un mero producto de la autoensoña- amor romántico se describe explícitamen
ción inducida por los medios de comuni te como asexual, como- refleja la unión
cación norteamericanos (R. Linton, 1956, del amante medieval con su señora ama
p. 95). Sirva como excepción el artículo da, o en el contraste Victoriano entre
de W. Goode (1959) que situaba a las cul amor puro virginal y sexualidad ilícita.
turas en un continuum conforme a sus Por último, un tipo de amor romántico
actitudes ante las relaciones románticas floreció ciertamente en la antigua Gre
y los medios con que se controla y cana cia, pero entre hombres.
liza el deseo. Más adelante, Coppinger y Otro enfoque, más interpretativo, es el
Rosenblatt (1968), entre otros, trataron adoptado por aquellos que, como el filó
de establecer con resultado ambiguo las sofo Robert Solomon (1981), entienden
correlaciones estadísticas transculturales el amor como acto de la imaginación que
entre el matrimonio por amor y los mo refleja valores individualistas y de auto-
delos de residencia. actualización característicos de la socie
Más influyentes han sido los trabajos de dad occidental. El amor se ve aquí como
Stone (1977b) y otros historiadores por ejemplo de lo que Michelle Rosaldo lla
correlacionar la aparición del amor ro mó «cognición corp orejada» o sistema
mántico en Occidente con la atomiza simbólico específico de las culturas ex
ción asociada con el auge del capitalismo. perimentado en el propio cuerpo (1984,
MacFarlane (1986), a su vez, argumentó p. 138).
que la cultura del amor romántico en In Lindholm (1988) adoptó un enfoque
glaterra había precedido y contribuido al más comparativista al señalar que el
ascenso del capitalismo, y no al revés. amor romántico se comprende mejor co
Endelman (1989), desde una perspecti mo forma de idealización intensa de otra
va psicológica, afirmó que el amor ro persona en particular (el GÉNERO es aquí
mántico no puede existir en las sociedades un factor secundario), más o menos
«■primitivas» dada la supuesta ausencia equivalente a otras formas de idealiza
de intensa vinculación entre madre e ción, como en el caso del CARISMA, en el
hijo. Por el contrario, Jankowiak y Fis- que se encuentran expresiones similares
cher (1992) destacaron el carácter uni de éxtasis altruista asociado con desespe
versal en todas las culturas del «enamo ración suicida. Como el carisma, el amor
ramiento», citando la poesía amorosa y romántico está limitado en el tiempo, y
el interés por la atracción sexual mani tiende hacia la racionalización. En esta
fiestos en varias culturas premodernas. definición, el deseo sexual, la igualdad
Aquí el amor romántico se ve como idea entre amantes, la transformación del
lización sexual y se relaciona con un im amor en matrimonio y la asociación en
pulso biológico universal que impulsa a tre amor y adolescencia se consideran
los amantes (en especial hombres) a un factores secundarios.
mayor compromiso con sus parejas y El amor romántico es, pues, uno de los es
prole. tados emocionales humanos más comple
El enfoque biológico es muy atractivo, jos e intensos. El saber antropológico so
pero debe observarse asimismo que, en bre esta poderosa experiencia se encuen
términos transculturales, el encanta tra en la infancia. Siguiendo la línea
miento romántico se opone con frecuen entre poesía y ciencia, la antropología ne
cia al matrimonio y a la procreación, re cesita considerar tanto la realidad subjeti
lación política ésta más que emocional. va de los estados románticos, manifiestos
Además, en muchas otras culturas, el en el discurso y en el comportamiento,
como la ambigua relación entre el amor dres-hijos y fraternales (madre, padre,
personal y la obligación cultural. CL hermano, hermana), un hablante nativo
Otras lecturas L. Abu-Lughod, 1990; se referiría apropiadamente a las herma
Alberoni, 1983; Haylin y Person, 1988; nas de su madre y a las de su padre como
Mukhopadhyay, 1979; Pope, 1980; I. Sin- «tías», distinguiéndolas de los hermanos
ger, 1984-1987. de sus progenitores, que serían sus «tíos».
Las hijas de hermanos y hermanas, res
análisis componencial Es una téc pectivamente, serían sus «sobrinas» y los
nica analítica derivada de la LIN G ÜISTI hij os de los mismos serían sus «sobrinos».
CA, usada por los antropólogos en el aná Un posible conjunto de variables subya
lisis SEMÁNTICO de un conjunta de voces centes que explicarían estos términos de
relacionadas (lexicón) usadas en una parentesco del vocabulario podría incluir
cultura dada para referirse a artículos en la generación (+1, —l) y sexo del parien
campos de interés especificados. Trata de te (no el hablante) (M, F). Los cuatro tér
explicar cómo aplican los hablantes nati minos podrían definirse entonces con las
vos los términos de su lexicón particular a siguientes combinaciones de los dos com
objetos o artículos individuales. Este pro ponentes: tía (+1, F), tío (+1, M), sobri
ceso incluye el discriminar correctamen no (“ 1, M ) y sobrina (—1, F).
te aquellos artículos que los hablantes na El análisis antropológico componencial
tivos perciben como lo bastante similares fue instaurado por el trabajo simultáneo,
para ser cateto rizados conjuntamente ba pero independiente, de Ward H. Goode-
jo un epígrafe común, y aquellos otros nough (1956) y Floyd G. Lounsbury
que son tan diferentes que requieren tér (1956). Muy discutido en la década de
minos distintos. 1960 (Goodenough, 1964, Í967, 1970;
En lingüistica se usa el análisis compo Scheffler y Lounsbury, 1971; Hammel,
nencial para numerosas tareas, incluida 1965), sufrió encendidas críticas porque
la definición de los FONEMAS de una len a menudo había numerosas vías para lle
gua dada. El proceso pertinente requiere gar a resultados similares (Burling 1964;
la identificación de un conjunto fijo de Spradley, 1972a). El análisis componen
componentes básicos (rasgos, atributos, cial fue asimismo instrumental en la
dimensiones, variables) cuya combina emergencia de la llamada NUEVA ETNO
ción diferencia cada fonema de otro en GRAFÍA y en el campo más extenso de la
al menos una dimensión. En el caso más ETNOCIENCIA, y puso los cimientos de la re
debate debido a su carga ideológica deci más sabiduría, logros o experiencia, pero
monónica. Según el esquema de Herbert la edad se acepta como indicador prácti
S p e n c e r (1876) y de Edward Burnett co de esas cualidades personales difíciles
T Y L O R (1871), este culto repTesenta pTe- de medir. De ahí que los ancianos reci
suatamente una ESTADIO EVOLUTIVO pri ban generalmente respeto y deferencia y
mitivo de las ideas humanas. Estos auto- que muchas sociedades cuenten entre
res dedujeron que los pueblos primitivos sus costumbres con ceremonias en su ho
tuvieron primero que haber experimen nor. Los estados modernos transforman
tado el sueño, para de ahí llegar luego a a menudo estas prácticas antiguas en
una n o c ió n de alma (véase E S P ÍR IT U ). eventos como banquetes, oficialmente
La persistencia del alma o del espíritu sufragados, para sus mayores.
tras la muerte habría hecho más tarde En las sociedades estructuradas por con
necesaria la propiciación de los antepa juntos de edad (véase SISTEMAS DE EDAD),
sados. Pero la lógica puede fácilmente los ancianos ocupan un estadio avanzado
—pero no siempre el último— en la se nesota o los «Leones» de Camerún y las
cuencia del CICLO DE VIDA., con reglas ex «Aguilas» de Nkogsamba), los animales
plícitas de incorporación, salida y pro aparecen desempeñando diversos roles:
moción. En algunas comunidades e ins como parte de'-la naturaleza que incluye
tituciones (congregaciones religiosas en a los humanos (las religiones de los in
particular) «anciano» es un cargo con dios nativos de América); como parte de
derechos y deberes bien delineados para la naturaleza que excluye a los humanos
asesorar a los líderes, legislar e incluso o los sitúa aparte (en el Génesis del An
regir directamente. La edad es un crite tiguo Testamento); como representantes
rio necesario para el cargo, pero rara de la naturaleza que Tefleja, traiciona,
mente suficiente: también se tiene en engaña o alecciona a los humanos (los
cuenta la capacidad. cuentos populares africanos); como vícti
A menudo se oye que ei papel tradicio mas inocentes de una naturaleza huma
nal de los ancianos —reserva de los cono na que destruye sus hábitats y menospre
cimientos de la comunidad—ha perdido cia sus necesidades (movimientos ecolo
vigencia en las SOCIEDADES INDUSTRIALES gistas). Pero una generalización parece
en razón de los imparables progresos tec inevitable: los humanos comparten su des
nológicos. Ello supone que lo más nuevo tino con los animales. Así, en las socieda
es siempre mejor, pero los ancianos sa des occidentales actuales, algunos pro
pientes pueden ser un recurso humano pietarios de animales de compañía com
renovable de gran valor, que si se despre pran abrigos de pieles para sus perros
cia es con riesgo de la propia sociedad. mientras otros presionan a favor de los
DW P derechos de los animales; los entusiastas
Otras Lecturas Kertzer y Keith, 1984; de la acupuntura buscan a veces veteri
Sokolowski, 1990. narios que practiquen la acupuntura y
los vegetarianos imponen a veces dietas
a n im a le s Existe considerable eviden vegetarianas a sus animales de compañía
cia de que los humanos han pensado mu carnívoros.
cho y concienzudamente, y con frecuen En antropología, las primeras cuestiones
cia también de forma antropomórfica, relativas a la interacción entre animales
en los animales: desde el primitivo culto y humanos tuvieron que ver con el cómo
al oso de las cavernas entre los neander- y el por qué de la domesticación de los
tales y las pinturas rupestres del paleolí animales (Childe, 1956; Sauer, 1952) y
tico superior de hace 125.000-10.000 con su clasificación (Durkheim y Mauss,
años; pasando por emblemas religiosos 1963)..El estudio de Darwin (1868) de
como el León de Judá y el Cordero de los mecanismos de selección (artificial)
Dios; hasta la literatura, tanto clásica humana de los animales y plantas do
(las Fábulas de Esopo), como popular mesticados y de sus características puede
{Br'er Rabbii) y moderna (Rebelión en la considerarse un estudio filosófico pre
granja^ de Orwell), y el cine épico pos cursor de las primeras especulaciones so
moderno (como E l rey león} de Disney), bre los mecanismos y motivos de la do
Además de las frecuentes lidias entre la mesticación como uh acontecimiento
fuerza animal y la fuerza del hombre singular, o incluso único; pero las actua
(como las corridas de toros, o los rodeos) les teorías se basan en descubrimientos
o el uso de animales totémicos para re arqueológicos recientes que sugieren
presentar grupos humanos (los Chicago que los animales fueron domesticados en
«Bulls» contra los «Lobos grises» de Min varios lugares y en distintas épocas, tal
vez por razones muy diversas (Hesse, los animales parece estar aún en em
1982). brión, ya que sus principales premisas f i
En las últimas décadas, los estudios an losóficas son un continuo motivo de deba
tropológicos de animales han evoluciona te y la rica información disponible es sus
do en dos grandes direcciones: la primera ceptible de múltiples interpretaciones.
considera los animales como ítems o apo Uno de sus puntos centrales se refiere a la
yos funcionales según una perspectiva parte que desempeñan los animales en la
sistémica/ecoiógica (véase COMPLEJO PE metáfora y en las clasificaciones simbóli
CUARIO, PASTORES N ó m a d a s ), y la segunda cas: cómo se clasifican los animales en las
percibe los animales como ítems o sím taxonomías indígenas (Ellen y Reason,
bolos plenos de significado según una 1979; M, Douglas, 1966; ETNOZOOLOGÍa );
perspectiva estructur ali st a o simbólica cómo son percibidos y analizados (Levi-
(Shanltlin, 1985). Las nuevas tecnologías, Strauss, 1965b; Bulmer, 1963); y cómo se
combinadas con los esfuerzos interdisci utilizan como metáfora por conveniencia
plinarias, han permitido explorar de múl social humana (Leach, 1964). Cuando
tiples maneras la primera perspectiva. Mary Douglas (1965, 1990b) publicó su
Uno de los primeros investigadores fue explicación del carácter sagrado que los
Marvin HARRIS (1 9 6 6 ), que no sólo cues lele otorgan al pangolín (oso hormigue
tionó las abstracciones filosóficas que ro), se inició un acalorado debate sobre
pretendían dar razón de las vacas «sagra los predicados filosóficos de los esquemas
das» de la India, sino que demostró la ra taxonómicos indígenas. Este debate ha
cionalidad ecosistémica subyacente a la permitido mejorar la comprensión de las
prohibición de matarlas, al permitir un relaciones entre los humanos y los ani
uso extensivo y el reciclaje de los produc males a determinados niveles, y ha servi
tos derivados de esos animales. R.A. Rap- do asimismo para estimular la investiga
paport (1976) llevó a cabo un análisis pa ción en diversas partes del mundo y pro
recido de los diversos usos del cerdo en porcionar datos sobre la enorme variedad
Nueva Guinea, interconectando estudios de animales que existen poco y mal cono
calóricos con funciones rituales. Autores cidos, sobre clasificadores obscuros, y so
posteriores exploraron otras direcciones, bre principios esotéricos de clasificación.
algunos en la línea de los esfuerzos de Hay una gran necesidad de integrar las
Fredrik Barth (1961, 1969a), quien utili distintas perspectivas desarrolladas por
zó las perspectivas ecológicas para anali ambos campos en materia de animales
zar el rol de los animales en la identifica en nuevos estudios, y también es necesa
ción étnica (J. Burton, 1981; Galaty, 1982; rio integrar las distintas dimensiones
Leeds y Vayda, 1965). Una nueva y pro- dentro de un enfoque no determinista.
metedora corriente de investigación es la Parafraseando otro debate antropológico
medicina «etnoveterinaria», que cuenta igualmente revelador (Tambiah, 1969)
con la colaboración de veterinarios y an en relación a este tema: los animales son
tropólogos interesados en catalogar en buenos para pensar y buenos para comer.
fermedades, en la «etnoetiología» y en ES
los remedios populares. Otra corriente se Véase también CLASIFICACIÓN.
dedica al estudio de los efectos fisiológi Lecturas recomendadas Ingold, 1988a;
cos y psicológicos de los animales de E. Lawrence, 1982.
compañía en los humanos.
En cambio, el estudio del significado y la animismo es, en términos generales,
importancia metafórica que se asignan a aquella doctrina que cree que un princi
pió vital o algún tipo de alma produce el Véase también RELIGIÓN.
fenómeno de cuerpos vivientes organiza Lecturas recomendadas Endicott,
dos pero que existe separado de esos 1979; Fardon, 1990; J. Fernández, 1982;
cuerpos. T y l o r (1871) definió el animis Karim, 1981.
mo como la creencia en seres espiritua
les y base de todas las religiones. El POLI antepasados Véase a n c e s t r o s .
TEÍSMO caracterizó la multiplicidad de
tales espíritus y precedió a la progresión anticoncepción Véase rep ro d u c
desde la creencia en muchos espíritus a ció n .
la idea de un gran Dios o MONOTEÍSMO.
Los animistas creen que un espíritu hu antropología, cultural y social
mano puede abandonar su cuerpo, ima La antropología cultural y la antropolo
idea que se originó entre los primeros hu gía social son tradiciones intelectuales
manos a través, entre otras, de la expe claramente diferenciables entre sí e in
riencia de los sueños donde aparecerían cluso separadas. El uso de los términos
imágenes personificadas desconectadas «cultural» y «social» para trazar la línea
de toda materia. Tylor asoció este concep de demarcación entre ambas se popula
to o ESPÍRITU al de alma. Para él su pre rizó en los años treinta, pero la divergen
sencia casi universal en. el vocabulario de cia ya había aparecido mucho antes, es
lenguas de todo el mundo evidenciaba la pecialmente a partir de las diferencias
creencia en la separabilidad entre espíri que se establecieron entre los estudios pro
tus y cosas materiales. Conceptos tales co piciados por Franz B o as (1858-1942) en
mo sombra, viento, aliento y vida se pre Estados Unidos desde la década de 1890 y
suponen mutuamente y pueden estar la nueva dirección por la que empezaba a
contenidos en parecidas o idénticas pala discurrir la antropología en Inglaterra
bras vernáculas, como ocurre entre mu aproximadamente por la misma época a
chos pueblos de África de habla bantú instancias de R.R. Marrett (1866-1945),
(Mbiti, 1990). Tylor también atribuyó a C.G. Seligman (1875-1940), WH.R. Rj,
la religión primitiva la creencia de que VERS (1864-1922) y Alfred Haddon (1855-
los ANIMALES, las plantas y los objetos ina 1940).
nimados poseen asimismo espíritu o in Actualmente estos dos términos no de
cluso alma. Algo que no habría que con notan una división de enfoque precisa, lo
fundir con la noción de fetichismo, que que ha llevado a algunos antropólogos a
atribuye a los objetos poderes mágicos ignorar tal distinción (por ejemplo,'R.
que los humanos pueden invocar, y que Barrett, 1984, p. 2). Pero para muchos
según algunos de los primeros estudiosos otros la diferencia sigue siendo impor
habría sido una de las primeras formas de tante, aunque sólo sea para delimitar es
religión. La idea de Tylor de que el ani tilos etnográficos distintos. La rúbrica
mismo habría sido la base primera de la «antropología cultural» suele aplicarse,
religión fue cuestionada por Marren por lo general, a trabajos etnográficos de
(1909), quien afirmó que ese origen había talante holístico, ocupados en estudiar
que buscarlo en una fuerza sobrenatural las formas en que la cultura afecta a la
impersonal, como el MANÁ de Polinesia o experiencia individual, o en ofrecer una
el ofenda de los iroqueses, desligados am visión global del conocimiento, de las
bos de personas concretas o de fenómenos costumbres y de las instituciones de un
naturales, aunque pueden estar asociados pueblo. «Antropología social» es el tér
a ellos (B. Morris, 1987, pp. 95-107). DP mino que se aplica a los trabajos etno
gráficos que pretenden aislar un sistema alimentaba tanto de geógrafos históricos
concreto de relaciones sociales -como los como Karl Rítter (1779-1859) y Adolf
que se ocupan de la vida doméstica, de la Bastían (1826-1905) como de las contri
economía, de la.s leyes, de la política o de buciones de Morgan, Henry Schooícraft
la religión—, otorgan prioridad analítica (1793-1864) y de los trabajos de campo
a las bases organizativas de la vida social asociados al Bureau of American Ethno-
y abordan los fenómenos sociales como logy bajo la dirección de John Wesley
algo secundario en relación con los te PoweU (1834-1902).
mas principales de la investigación cien
tífico-social. Nomenclatura
Sir James George F r a z e r (1854-1941)
Influencias nacionales e fue el primero en ser nombrado profesor
internacionales honorario de antropología social en 1907
La antropología cultural sigue siendo la (en la Universidad de Liverpool), y en su
tradición dominante en Estados Unidos; discurso inaugural de 1908 definió esta
y la antropología social domina en Gran disciplina como la rama de la sociología
Bretaña y en la Commonwealth. Pero que trata de los pueblos primitivos. D efi
ambas tradiciones no coinciden exacta niciones muy semejantes siguen ganando
mente con esa división. El antropólogo adeptos, pero desde los años veinte la an
británico Edward T y l o r (1832-1917) es tropología social ya aparecía más vincula
claramente un precursor de la antropo da a las contribuciones de A.R. RAD CLIF-
logía cultural, y el antropólogo nortea FE-B r o w n (1881-1955) que a las de Fra
mericano Lewis Henry M o r g a n (1818- zer. En 1923, Radchffe-Bro-wn distinguía
1881) se ha convertido en una figura la etnología, «el intento de reconstruir la
central de la antropología social británi historia de la cultura», de la antropología
ca. Otros antropólogos —Bronislaw M a u - social, entendida como «el estudio que in
NOWSKI (1884-1942), por ejemplo- desa tenta formular las leyes generales que
fian cualquier tipo de categorización. subyacen bajo los fenómenos de cultura»
Además, la genealogía de estas tradicio (1958, pp, 8, 25). Para ilustrar su idea de
nes refleja sólo en parte su carácter na la etnología citaba la obra de BOAS y las
cional. La antropología social surgió de de sus discípulos. La importancia que
la mano de teóricos británicos del siglo otorgaba Radcliffe-Brown a la tipología y
XIX como Henry Sumner M A IN E (1822- a la abstracción rigurosa también se in
88), W illiam Robertson S m i t h (1846- corporó a la noción de «antropología so
94) y J.F. McLennan (1827-81), pero cial», aunque no a la práctica de todos los
también de figuras tan importantes co antropólogos sociales.
mo JJ. Bachofen (1815-87), que era sui «Antropología cultural» es un término
zo, de Cari Starcke (1858-1926), que era más difuso. El propio Boas nunca califi
danés, Edward Westermarck (1862- có sus estudios con este epígrafe, sino
1939), que era finlandés, Arnold van simplemente como «antropología». Pero
GennEP (1873-1957), holandés, y sobre algunos de sus discípulos echaron en fal
todo de Émíle DURKHEIM (1858-1917) y ta un término capaz de diferenciar el es
de otros etnólogos franceses pertenecien tudio de la cultura per se de la antropolo
tes al círculo del Annés sociologique, que gía física y, en menor medida, de,1a A R
incluía a Marcel M a u s s (1872-1950) y a QUEOLOGÍA y de la LINGÜÍSTICA. A estos
Robert H ER TZ (1882-1915). La antropo estudiosos, entre ellos Clark Wissler
logía cultural de principios de siglo se (1870-1947), Alfred K r o e b e r (1876-
1960), Robert L ü W IE (1883-1957), Paul Divergencias y críticas
Radin (1883-1959) y Edward SAPIR La relación entre antropología social y
(1884-1959), les unía su interés por prio- antropología cultural presenta algunas
rizar la «C U LTU R A », pero hasta finales de asimetrías interesantes. De acuerdo con
los años treinta no hubo acuerdo para Radcliffe-Brown, y en términos genera
unificar la nomenclatura. Sapir (1916) les, los antropólogos sociales han carac
fue uno de los primeros en mencionar la terizado la antropología cultural como
«antropología cultural» en su sentido ac un campo diferente de investigación,
tual. Pero el témino no cuajó de inme mientras que los antropólogos culturales
diato. En su manual de Í929, Introduc han considerado la antropología social
ción a la antropología social, Wissler, por como una especialización dentro de la
ejemplo, definía su disciplina como «an antropología cultural* Los antropólogos
tropología social» porque: sociales han tendido a marginar algunas
Nuestro principal centro de interés será la de las principales preocupaciones de los
vida social del hombre y no su anatomía, antropólogos culturales, como los estu
su fisiología o su psicología. A veces nos dios de CULTURA Y PERSONALIDAD, por
referimos a esta vida social como civiliza considerar que están basadas en premi
ción, pero en antropología social es prefe sas falsas. Por su parte, los antropólogos
rible el término «cultura»; y la cultura, culturales han descrito a los antropólo
utilizada en este sentido técnico, incluye gos sociales como quisquillosos adeptos
todas las actividades colectivas, o los hábi de una doctrina excesivamente estrecha.
tos convencionalizados, de una tribu o de La manifestación más explícita de este
una comunidad (pp. 11-12). escepticismo mutuo fue el debate que se
El manual de Paul Radin (1932)?Antro entabló en 1951 en The American Anthro-
pología social, insxtía en esta misma lí pologist entre George Peter Murdock
nea. Parece que el término «antropolo (1897-1985) y Raymond F lR T H (1901-),
gía cultural» empezó a ganar terreno Según Murdock, los antropólogos socia
primero gracias al título de la obra de les «fraccionan sus descripciones y sus
Lowie Una introducción a la antropolo análisis de los sistemas sociales» y de
gía cultural (1934), donde declaraba: «E l nunciaba que los británicos se centraban
objetivo general de los estudios antropo «exclusivamente en el parentesco y en
lógicos es comprender la totalidad de la temas directamente relacionados, como
cultura en todos los períodos y edades, y el matrimonio, la propiedad y el gobier
ver el fragmento más humilde en rela no», ignorando «aspectos tan importan
ción con la totalidad» (pp. 384-385). Pe tes de ia cultura como la tecnología, el
ro Lowie seguiría mostrándose bastante folklore, el arte, la educación de la in
circunspecto respecto al término, y en fancia e incluso el lenguaje» (1951, pp.
1936 reconocía que la disciplina «ha re 466-467). Afirmaba también que los an
cibido muchas etiquetas, como “ historia tropólogos británicos, en sus estudios de
cultural” , “ etnografía” , “ etnología” o campo, operaban desde una base etno
“ antropología cultural” » (1960, p. 391). gráfica limitada, raramente fuera del
En cualquier caso, a finales de los años Africa subsaharíana, como rara era, asi
treinta, los antropólogos norteamerica mismo, la contrastación de sus generali
nos dedicados al estudio de la cultura y zaciones con un registro etnográfico más
fuertemente influidos por las enseñanzas amplio. Finalmente, Murdock reprocha
de Boas ya se referían a sí mismos como ba a la antropología social su ignorancia
antropólogos culturales. de la historia y de la psicología.
La respuesta de Firth fue relativamente lenguas nativas y durante períodos largos,
matizada. Se mostró de acuerdo con como tenemos en Inglaterra, también fa
Murdock en que la esfera de acción de la vorecen los estudios de costumbres o de
antropología social británica apenas se cultura en detrimento de las relaciones
diferenciaba de la sociología teórica, pe sociales.
ro añadía que las muestras de sorpresa En realidad, la etnografía de salvamento
de Murdock sobre el tema —después de que realizaron algunos antropólogos cul
que durante treinta años Malinowski, turales como Lowie sí prestó considera
Radcliffe-Brown, Max GLUCKMAN (1911- ble atención a la estructura social, pero
1975) y E.E. E v a n s - P r i t c h a i u } (1902- esos análisis no alcanzaron los niveles de
1973) hubieran estado afirmando lo sofisticación de antropólogos sociales
mismo—representaban o bien «ignoran británicos como Meyer F o r t e s (1906-
cia de juicio o espanto mágico». Según 83) y Audrey RICHARDS (1899^1984),
Firth, el estudio de la cultura y el análi Desde los años sesenta la antropología
sis de la estructura son complementa cultural ha incorporado algunos análisis
rios, y los antropólogos sociales británi de parentesco y de orden político reali
cos han demostrado capacidad suficiente zados por la antropología social pero ha
para realizar ambas cosas. Firth dijo que tendido a rechazar, con contundencia, la
él y sus colegas de Gran Bretaña enten totalidad del proyecto de la antropología
dían su propio trabajo como parte de una social con el argumento de que estaba
ciencia internacional que incluía las úti basado en modelos estadísticos estructu-
les contribuciones «del mejor trabajo ral-funcionalistas, en falsas premisas so
norteamericano», y que aquellos antro bre la naturaleza del parentesco y en no
pólogos británicos que afirmaban que la ciones ilusorias en materia de integra
antropología cultural era incapaz de lo ción social. George Stocking (1984, p.
grar un nivel adecuado de abstracción 181) tildó esta actitud hacia la antropo
eran «innecesariamente excluyentes». logía social de Radcliffe-Brown y de M a
Por otro lado, las «ventajas heurísticas» linowski de abismo histórico:
que la antropología cultural podía obte Es cierto que hoy, para muchos (especial
ner de lo que Clyde Kluckhohn llamó el mente, tal vez, en Estados Unidos), el pro
«impresionismo controlado y holístico» blema real de la comprensión histórica
dependían de «las percepciones persona parece radicar en cómo tantos antropólo
les del propio estudioso, a menudo con la gos inteligentes han estado tanto tiempo
ayuda de una formación anterior en otra infectados por un enfoque tan estéril y/o
disciplina» (Firth, 195la, pp. 477, 480, derivativo.
483,484). Las declaraciones de los portavoces de
La explicación que ofreció Evans-Prit- una de las tradiciones acusando a la otra
chard (1964, p. 17) de por qué en la an de estar moribunda, obsoleta o senil
tropología norteamericana dominaba el muestran claramente que la distinción
interés por la cultura y no por la socie entre ambas tradiciones todavía importa.
dad fue más ofensiva:
Las fragmentadas y desintegradas socie Temas que perduran
dades indias en que se han centrado sus Tal vez la cuestión más importante para
investigaciones se prestan más fácilmente los estudiosos de la antropología es saber
a estudios de cultura que de estructura so si esta distinción es una mera cuestión de
cial [y] la ausencia de una tradición de estilo o de tradición cultural (coloreada
trabajo intensivo de campo en materia de de identidad nacional) o si por el contra
rio apunta a una divergencia sustancial y adyuven a la creación del orden social,
filosófica más profunda. El argumento a La antropología cultural, que tiene raí
favor de esta última interpretación es el ces en la filosofía historicista alemana y
siguiente. La antropología cultural, en la en el pragmatismo norteamericano, ha
tradición de Boas, pretende aprehender querido explorar la variedad de la expe
la totalidad de la vida cultural humana. riencia humana y relacionarla compara
La antropología social aborda las bases tivamente con una serie de marcos histó
organizativas de las sociedades humanas. ricos, psicológicos, ecológicos y otros. La
En la práctica, algunos antropólogos cul antropología cultural, en su sentido más
turales también dan prioridad analítica a amplio, es una continuación del impulso
la estructura socialj y algunos antropólo intelectual que encarnaron, desde el Re
gos sociales, cuando analizan los sistemas nacimiento, los viajeros observadores y
sociales, aprehenden una gran parte de la los narradores de historias naturales y
vida cultural. Sea como fuere, uno de los que han querido describir el mundo tal
enfoques es básicamente sintético, y el como parece ser. Boas prefirió desarro
otro analítico e inductivo. llar hipótesis razonables a proponer teo
El hecho de que la antropología social rías sistemáticas. Y dado su escepticismo
hunda sus raíces en una determinada ante la capacidad del observador para
tradición de investigación social ha con determinar con certexa qué hechos podían
tribuido a dar forma a sus principales tener relevancia científica, lanzó sus re
cuestiones. En la explicación que ofre des lo más ampliamente posible. Su pre
cen tanto Radcliffe-Brown (1958, pp. 147- misa de que la observación es anterior a
152) como Evans-Pritchard (1962, pp. la teoría ha perdido atractivo en las últi
21-25) de los orígenes intelectuales de la mas décadas, incluso entre los herederos
disciplina, las figuras clave no son ni de la «antropología cultural», pero gran
Hobbes ni Locke, que especularon sobre parte del vigor de esta tradición se debe
las condiciones fundamentales de la so a ese supuesto, lo que ha llevado a com
ciedad, sino Montesquieu (1689-1755) y binar ia atención al detalle etnográfico
los pensadores de la Ilustración escoce con la exploración abierta de ideas nove
sa, como Adam Ferguson (1723-1816) y les. Muchos antropólogos culturales pos
Adam Smith (1725-1790), quienes, a teriores a Boas adoptaron programas teó
partir del análisis de casos concretos, se ricos no «boasianos», a excepción de la
propusieron deducir principios genera premisa según la cual la tarea consiste
les en materia de interrelaciones estruc de alguna manera en comprender la cul
turales de la sociedad. La antropología tura, y que la teoría debe contrastarse en
social bebió también de otras muchas función de ese criterio.
fuentes intelectuales, pero es su nexo La antropología social, desde el momento
con la filosofía moral y con la economía en que aborda un conjunto amplio, aun
política del siglo xviil el que mejor ex que conceptualmente unificado, de cues
plica sus preocupaciones intelectuales tiones y métodos, posee un carácter acu
distintivas: el esfuerzo por conocer la mulativo. En tanto que ciencia de la socie
naturaleza de las unidades sociales a to dad, parte del punto de vista de que todas
das las escalas, incluida la SOCIEDAD mis las sociedades humanas poseen profundos
ma, y las instituciones que hacen que las elementos comunes y de que cabe enten
unidades sociales se diferencien interna der las diferencias societales en función de
mente, se mantengan a sí mismas en el principios universales. En cambio, la an
tiempo, se reproduzcan y, en general, co tropología cultural parte del postulado re
lativista según el cual cada cultura debe son el enfoque marxista y otros enfoques
entenderse de manera sui generis. Una de basados en el materialismo histórico, la
las consecuencias de esta diferencia es la teoría feminista, la semiótica, el histori-
dificultad de los antropólogos culturales cismo radical y los movimientos asocia
para aprovechar y construir a partir del dos en favor de la etnografía reñexiva y
trabajo de otros antropólogos culturales, si posmoderna. En algunos casos estas co
no es emulando sus técnicas. Pero el eclec rrientes se han fundido con las viejas
ticismo de la antropología cultural le ha tradiciones, pero en otros han surgido en
comportado una ventaja, al permitirle forma de reformulaciones de la episte
aprovechar los resultados de otras discipli mología y de los objetivos de la antropo
nas y plantear cuestiones importantes (so logía en su totalidad. La tradición de la
bre todo en psicología), algo que a la an antropología cultural ha mostrado una
tropología social le ha resultado difícil. mayor sensibilidad ante este desafío, e
Intentar explicar la existencia del orden incluso el término «antropología cultu
social e intentar capturar la diversidad ral» ha sido parcialmente asumido por
de la experiencia humana son objetivos numerosos defensores de un enfoque que
filosóficamente distintos pero no .opues es claramente anticientífico. La revista
tos. Entre las obras antropológicas con Cultural Anthropology (fundada en
temporáneas que buscan hacer de puen 1986), por ejemplo, sólo tiene un nexo
te entre ambas tradiciones cabe mencio remoto con la tradición de la investiga
nar Constructing inequality de Raymond ción científica fundada por Boas.
Kelly, quien se propone «describir y ana A pesar de estas notas críticas, la antro
lizar todas las desigualdades sociales» pología social y la antropología cultural
del sistema social de los papúa de Nueva siguen siendo orientaciones reconocible
Guinea (1995, p. 4). mente diferentes para estudiar los fenó
L a distinción entre antropología social y menos humanos, y la mayoría de mono
antropología cultural sigue presente en grafías antropológicas sigue situándose
la antropología contemporánea, si bien en una u otra tradición. En la medida en
ha perdido parte de la fuerza y mucha de que los análisis comparativos de sistemas
la claridad que tuvo a mediados de siglo. sociales y la exploración de culturas con
El declive podría deberse en parte a la in cretas sigan atrayendo la atención disci
fluencia de LÉ 'V I-S t r a ü SS (1908-), quien plinar de individuos comprometidos con
en 1949 declaraba que la antropología so determinados niveles de objetividad, es
cial y la antropología cultural eran parte probable que la antropología social y la
de la etnología y virtualmente indiferen- antropología cultural continúen siendo
ciables (1963a, p. 2; véase ETNOGRAFÍA Y componentes importantes y comple
ETNOLOGÍA). Edmund L e a c h (1910- mentarios de las ciencias sociales. PW
1989) observó que la influencia del es Lecturas recomendadas S. Earrett,
tructuralismo francés en la antropología 1984; Roas, 1931, 1938; Darnell, 1974; M.
británica y norteamericana no reducía Douglas, 1980; R. Firth, 1968; Fortes,
«la vastedad del océano Atlántico» (1982, 1969; Hays, 1958; Hinsley, 1994; Kufclick,
p. 54). Pero sí figuraba entre las compli 1991; A. Kuper, 1977, 1983; I. Lewis,
caciones que acabarían desplazando a 1976; Lienhardt, 1964; Mair, 1965; Man-
Boas y a Radcliffe-Brown como puntos delbaum, 1968; M. Mead y Bunzel, 1960;
de referencia en el ámbito antropológico. Penniman, 1935; Stocking, 1968, 1984,
Otras complicaciones adicionales que 1987; Trautmaim, 1987; Voget, 1975.
aparecen a partir de mediados de siglo
antropología aplicada es el uso financiada porque sus patrocinadores
de la antropología en materia de investi creían en sus potenciales beneficios
gación y formación más allá del ámbito prácticos. Sólo más tarde surgieron y se
académico Habitual que tiene como fin financiaron proyectos más exclusiva
resolver problemas prácticos, ya sea su- mente académicos. Por ejemplo, al pare
ministrando información, proponiendo cer los primeros departamentos de an
planes de acción o involucrándose en la tropología de Gran Bretaña sirvieron de
acción directa. El proceso adopta diversas centros para programas de formación en
formas pero éstas dependen siempre del antropología aplicada destinados a los
problema práctico concreto a resolver, administradores coloniales. De hecho, el
del conocimiento académico disponible y término «antropología aplicada» apare
del rol que se espera que desempeñe el ció por primera vez en un artículo de
antropólogo. Desde mediados de los años 1906 que describía un programa de for
setenta el término «antropólogo prácti mación de administradores en la Univer
co» (practicing) ha ido sustituyendo gra sidad de Cambridge. En Estados Unidos,
dualmente al de «antropólogo aplicado» el Bureau of American Ethnology se creó
para designar a quienes realizan trabajo en el siglo xix por razones de política na
de campo. Los antropólogos prácticos que cional. Sus voluminosas investigaciones
aplican sus conocimientos a ámbitos de* sobre los nativos americanos superaban,
con creces, cualquier programa universi
terminados (como la salud, el desarrollo
tario de la época. Esta tendencia sigue
o la educación) también se autodefinen
presente en la actualidad. Muchas de las
de manera cada vez más especializada
obras fundacionales en materia de a n
(por ejemplo, como «antropólogos médi
t r o p o l o g ía LEGAL, ANTROPOLOGÍA MÉDI
cos», «antropólogos del desarrollo» o
CA, ANTROPOLOGÍA URBANA, DIETA y DEMO
«antropólogos de la educación»).
GRAFÍA se escribieron atendiendo a razo
En los últimos veinticinco años el núme
nes prácticas y de aplicabilidad. A muchos
ro de antropólogos prácticos ha crecido
de los antropólogos hoy considerados fun
considerablemente. Esta tendencia ha
dadores de nuevos campos de investiga
quedado velada por el hecho de que los
ción dentro de la antropología académica
antropólogos con mucha frecuencia pose
se les acusó en la época en que realizaron
en títulos y desempeñan roles importan
esas investigaciones de no estar haciendo
tes que no dejan traslucir explícitamente
«verdadera» antropología.
su formación académica. Entre estos ro
La antropología aplicada entra dentro de
les cabe incluir, en general, el de investi dos categorías generales: la investigación
gador de intervenciones, evaluador, ase aplicada y la intervención aplicada.
sor de impacto, planificador, analista in Gran parte de la primera responde a ra
vestigador, promotor, preparador, agente zones de política social, esto es, pretende
de cultura, diseñador de programas, ad influir en el desarrollo de las políticas
ministrador y terapeuta, entre otros mu activas, ya sean concretas o de tipo gene-
chos, y la gama aumenta día a día. ral, determinar el impacto de esas políti
Mucha gente cree que la antropología cas activas o de las decisiones que las ins
académica surgió primero, y que luego piran, y evaluar lo que se ha hecho como
se aplicó. En realidad, en muchos ámbi resultado de un determinado plan de ac
tos la relación fue la inversa: la antropo ción. Suele llevarse a cabo bajo las rúbri
logía aplicada constituyó muchas veces cas de «evaluación de impacto social»,
el punto de partida de la investigación, «valoración de recursos culturales», o
«análisis del desarrollo tecnológico». Las áreas de mayor concentración de ese es
prácticas de intervención se centran casi fuerzo son, entre otras, la AGRICULTURA,
siempre en comunidades, no en indivi la EDUCACIÓN, la salud y los recursos na
duos. Pretenden (1) identificar la per turales; y también él ENVEJECIMIENTO, el
cepción de las necesidades por parte de medio ambiente, el GÉNERO, la vivienda,
la comunidad como una. parte importan los DERECHOS HUMANOS, el re asenta
te del proceso de diseño de programas; y miento de REFUGIADOS, y el abuso de
(2) fomentar el desarrollo de organiza DROGAS y ALCOHOL. Los antropólogos
ciones autorizadas en las comunidades. aplicados han sido históricamente pione
Este tipo de intervenciones aplicadas in ros en numerosas áreas de investigación,
cluyen la antropología de la acción, la como la vida urbana, la población, las le
antropología de la investigación y del yes y la nutrición. Parece que la subdis-
desarrollo, la antropología de la advo- ciplina de la antropología médica en su
cacy, la agencia cultural, el estudio de totalidad surgió del trabajo aplicado en
acciones participativas y el marketing salud internacional.
social. Aunque algunos antropólogos han La antropología aplicada es mucho más
dirigido programas de acción, se trata to transfronteriza que la investigación aca
davía de un hecho excepcional. démica. Los antropólogos de este campo
L a antropología aplicada utiliza mucho tienen que conocer el ámbito de aplica
más los m é t o d o s CUANTITATIVOS, espe ción en el cual trabajan, así como la le
cialmente los análisis formales y estadís gislación más relevante en la materia,
ticos, que el resto de antropólogos en ge las organizaciones comunitarias o profe
neral, una práctica que viene recomen sionales más importantes, y los líderes
dada en las «Directrices para la de opinión. Aunque es cierto que los an
formación de antropólogos aplicados y tropólogos «aplican la antropología», pa
prácticos» de 1994 (avaladas tanto por la ra ser eficaces tienen que incorporar da
Sociedad en favor de la Antropología tos o métodos de disciplinas afines, como
Aplicada como por la Asociación Nacio la agronomía, los estudios medioam
nal para la Práctica de la Antropología). bientales, la salud pública y la educa
De ahí que los antropólogos aplicados ción, Por eso los manuales de formación
hayan contribuido notablemente al de en este campo suelen recomendar el con
sarrollo de técnicas de medición de la tacto con otras disciplinas afines. Y dado
maximización de la participación y de la que la propia experiencia de trabajo im
efectividad del tiempo ( time-effective), plica habitualmente tener que trabajar
como por ejemplo procedimientos de en escenarios multidisciplinarios con
evaluación rápida, estudios de reconoci profesionales de otros campos científi
miento rápido y análisis de la acción par- cos, y también con los miembros de la
ticipativa (Van TOlligen y Finan, 1990). comunidad anfitriona, los antropólogos
Aunque los orígenes de estas prácticas suelen trabajar estrechamente con mu
tan interesantes son oscuros, la contribu chos no antropólogos. Lo cual explica, en
ción dé los antropólogos en estas áreas es parte, por qué las prácticas (interships)
muy importante. son tan importantes: son una experien
Los antropólogos han aplicado sus cono cia difícil de adquirir en los departa
cimientos y capacidades a una serie de mentos de antropología académica.
ámbitos tan amplia que resulta difícil Los antropólogos que se dedican profe-
dar con un área de interés práctico don síonalmente a aplicar sus conocimientos
de no hayan desplegado su actividad. Las tienen necesidades organizativas dife
rentes de los antropólogos académicos. blicarse sobre todo como literatura «am
La manifestación más interesante de es bulante» o «sumergida», en forma de in
tas diferencias es la creación de organi formes técnicos de distribución limitada.
zaciones local.es de especialistas (OLEs) Muchos de los artículos que sí logran pu
como alternativa a las asociaciones na blicar se encuentran en revistas no espe
cionales e internacionales de antropólo cializadas que se ocupan de su ámbito es
gos que operan según los modelos de la pecífico de aplicación. Entre las revistas
sociedad erudita. Las OLEs son espacios que publican artículos desde una pers
para crear redes de información sobre pectiva aplicada están Practicing Anth-
puestos de trabajo y eventuales contra ropology, el boletín de la Asociación Na
tos, son fuentes de información sobre las cional para la Práctica de la Antropolo
últimas aportaciones en la disciplina, y gía (ANPA) y High Plains Applied
son también canales de información so Anthropoiogist. Estas revistas han mejo
bre el propio trabajo. Desde el punto de rado mucho la gama de materiales escri
vista organizativo, estos grupos son algo tos dedicados a la formación y al desa
inestables, pero algunos funcionan desde rrollo de buenas prácticas. JvW
ñnales de los años setenta. Las organiza* Lecturas recomendadas E. Chambers,
clones nacionales de antropología aplica 1985; Van Willigen, 1991, 1993.
da fomentan muchas veces las relaciones
con las OLEs para no desvincularse de antropología biológica Es el es
]=vs autenticidades que representan. Uno tudio de la especie humana y de sus afi
de los aspectos de esas relaciones es ofre nes existentes o extintas en el marco de
cer más talleres de formación especiali la evolución. Incorpora o se superpone a
zada en sus reuniones nacionales. Las or campos como la paleontología humana,
ganizaciones nacionales/internacionales la DEMOGRAFÍA, la ECOLOGÍA, la ECOLOGÍA
más importantes en este ámbito son la de la reproducción, la FORÉNSICA y la PA-
Sociedad en favor de la Antropología LEOPATOLOGÍA, la PRIMATOLOGÍA, la SO-
Aplicada y la Asociación Nacional para CIOBIOLOGÍA, Psicología evolucionaría y
la Práctica de la Antropología. Estas or el estudio de la variación física o genéti
ganizaciones se han convertido en cana ca y de la ADAPTACIÓN. Las distinciones
les de comunicación profesional en for entre estos subcampos las ha producido
ma de conferencias, revistas y boletines el desarrollo histórico y residen mayori-
informativos, páginas web y servidores tariamente en el enfoque taxonómico, el
de listas (list servers). En Estados Unidos marco temporal o el interés en un siste
al menos, los antropólogos aplicados ma fisiológico o comportamental parti
constituyen la vanguardia a la hora de cular.
proponer estándares en materia de prác
ticas éticas. El primer manifiesto ético Teoría evolutiva
elaborado por antropólogos ha sido pro Puede que el desarrollo más importante
piciado por la Sociedad en favor de la y de gran alcance haya sido la introduc
Antropología Aplicada como respuesta a ción de una teoría evolutiva más madura,
la reacción negativa de una determinada derivada de las ciencias biológicas, como
comunidad frente a un proyecto de in principio rector y a la vez sustrato meto
vestigación. dológico (Dawkins, 1986). La teoría evo
Los antropólogos aplicados tienden a pu lutiva es un poderoso generador de nuevas
blicar menos en las revistas especializa ideas, pero sirve igualmente para limitar
das de renombre. Sus textos suelen pu la interpretación de las observaciones físi
cas y comportamentales. Por ejemplo, los chas cuestiones claves de la primatología
antropólogos físicos de antaño aceptaban abordan la relación causal entre el com
la distinción entre R.A2AS basada en ma portamiento individual, la estructura del
nifiestas diferencias físicas como rasgo grupo y estas adaptaciones físicas y com
humano evidente y recogían innumera portamentales en un contexto ecológico.
bles medidas en apoyo de teorías especu El término «primatología» comprende
lativas. Contrariamente, la teoría evoluti asimismo el estudio con primates de as
va, moderna no ha descubierto líneas cla pectos como la cognición, el lenguaje, la
ras entre las razas humanas, fuera de anatomía, los sistemas fisiológicos, la
algunas «tendencias» de variación geo conservación y la ontogenia (desarrollo).
gráfica, y, en cambio, puede demostrar la Todos los animales reparten su energía
ausencia de significación evolutiva de ta de crecimiento y reproducción en esta
les diferencias. Los bioantropólogos mo dios ontogénicos y dividen sus esfuerzos
dernos atienden a la variación en el pla entre diferentes categorías de comporta
no de los genes individuales y de la ex miento (nomadeo, apareamiento, etc.).
presión parcial y modificada de esta Las estrategias de vida y de distribución
variación en ios individuos, diferencias del tiempo y la energía está sujetas a la
las más de las veces invisibles (Cavalli- selección natural y optimizan el éxito re
Sforza eta i, 1994), productor. Sin embargo, dado que cada
especie es virtualmente única con res
Primatología pecto a su herencia genética y su ecolo
Este campo se solapa en no poca medida gía, el proceso creativo de la selección
con la antropología biológica. Aunque la natural genera inevitablemente resulta
mayoría de los mamíferos carecen de sis dos igualmente únicos. De ahí que los
temas sociales complejos, los primates en bioantropólogos infieran modelos gene
general, incluidos los humanos, sí los rales a niveles taxonómicos amplios para
tienen. La opinión emergente entre los poder comprender la fisiología y el com
primatólogos es que los primates se be portamiento, dado el caso, a escala más
nefician de la vida en grupo por la pro fina, como la especie o el sexo. Machos y
tección que les proporciona frente a los hembras se inclinan por un número li
predadores y al posible INFANTICIDIO, pe mitado de estrategias competitivas, re
ro a costa de una mayor competición por productivas y alimentarias. Aunque la
los recursos disponibles (Hausfater y distribución y la calidad de la comida,
Hrdy, 1984), Esta competición, junto con los hábitos de los predadores y competi
el comportamiento estratégico asociado dores interespecies modulan también el
con el apareamiento, configura con gran repertorio de comportamientos, las espe
probabilidad el comportamiento social cies individuales pueden divergir del
de los primates (Fleagle, 1988). Su hábi modelo esperado en aspectos notables.
tat geográfico se confina típicamente a Por ejemplo, si los primates sociales ma
las regiones tropicales y subtropicales, se chos dedican algún esfuerzo (indirecta
reproducen lentamente y muestran una mente) al cuidado y protección de las
gran variedad de adaptaciones locomo crías, los machos humanos contribuyen
toras y dietéticas. La flexibilidad física, de manera importante a la alimentación
dietética y social de las diferentes espe de éstas (Kinzey, 1987). Si no se conocie
cies de primates parecen variar en fun ra cómo varían las estrategias de com
ción de factores filogenéticos y ecológi portamiento en el seno de los grupos ta
cos (R. Martin y Martin, 1990). Así, mu xonómicos y funcionales más amplios, la
paternidad humana (aun con sus dife tamaño del cerebro alimentaron en aso
rencias entre culturas) no se reconocería ciación con la postura erecta y la loco
como rasgo insólito que es. moción, que dejaron libres las manos pa
Los humanos son únicos por su grado de ra la manipulación de herramientas, pe
inteligencia, pero pocos investigadores se a que esta afirmación es negada por la
concuerdan en qué es la inteligencia, pa evidencia. También ha sido propuesta,
ra qué sirve, cómo se desarrolla o cómo pero no fundamentada, la idea de que el
surgió en el cujso de la evolución. De ahí cerebro humano corresponde al de un
que gran parte de la investigación pri- primate con la adición de estructuras
matológica haya tratado de definir el nuevas. La reorganización de las cone
concepto de «inteligencia» y de perfilar xiones entre las estructuras cerebrales
los rasgos cognitivos que el hombre com para bacer posible el lenguaje u otras fa
parte con otros primates, y cuáles son cultades cognitivas únicas en los huma
privativos de la especie humana, Un mé nos ha sido dada por supuesta y postula
todo importante consiste en el estudio de da, pero no probada. Grandes cambios
la función del cerebro y en su evolución en el tamaño relativo de diferentes es
atendiendo a las diferencias entre tama tructuras cerebrales constituyen proba
ños absoluto y relativo, extensión y dis blemente un factor de importancia ma
tribución relativas de las estructuras ce yor en la diferencia de los cerebros hu
rebrales, conectividad y organización de mano y primate respectivamente. Y esto,
éstas y evaluación y caracterización de junto con la incorporación de estructuras
las facultades cognitivas. Los primates y circuitos existentes para funciones no
(en particular los humanos) poseen un vedosas, da razón probablemente de las
cerebro relativamente grande en compa facultades de lenguaje y otros rasgos
ración con la masa del cuerpo y presen cognitivos presentes en los humanos
tan diferencias importantes en sus carac (Deacon, 1997).
terísticas corticales. Entre los principales La antropología biológica ha llegado
grupos de primates, como los prosimios, esencialmente a la conclusión de que el
monos de los Mundos Viejo y Nuevo y si LENGUAJE es bastante uniforme en su ex
mios, hay diferencias fundamentales. presión y función (GRAMÁTICA profunda
Las estructuras cerebrales asociadas con universal) en todas las sociedades y cul
la memoria, la planificación y la secuen- turas (véase LINGÜÍSTICA HISTÓRICA). Sin
ciación de eventos son más grandes y al embargo, no hay acuerdo acerca de la on
parecer más importantes en los primates togenia del lenguaje ni sobre qué fuerzas
antropoides, humanos incluidos, que en selectivas configuraron probablemente la
el mamífero medio. En los humanos, al evolución del lenguaje. Las ideas de
gunas de estas estructuras se usan para Chomsky sobre la emergencia súbita de
el lenguaje. Así, aunque la singularidad novo del lenguaje contrastan con la opi
del lenguaje humano no puede negarse, nión de que este fue modulado por selec
puede que implique facultades, o al me- ción natural y, así, a través de estadios de
nos estructuras cerebrales, muy extendi función y particularidades ontogénicas
das entre los primates. diversos. Otro contraste aparece con quie
Las teorías acerca de la evolución y la nes entienden que el lenguaje es un siste
función del cerebro abundan y a menudo ma adaptativo complejo al que subyace
se mantienen pese al escaso apoyo que una estructura genética compleja, y aque
les presta la evidencia actual- Todavía se llos que proponen que la operación y fun
afirma a menudo que la inteligencia y el cionalidad del lenguaje se desarrollan a
partir de estructuréis genéticas inespecífi- espectaculares, pero aún importantes en
cas subyacentes modeladas luego en gran el comportamiento de Homo sapiens, de
medida por la adaptación ontogénica del rivados del desarrollo de la horticultura
cerebro al cuerpo donde prospera y, por y la ganadería, la invención de las tecno
tanto, fruto del medio físico y sociocultu logías de la cerámica y del metal, los
ral donde el cuerpo se encuentra (Pinücer, asentamientos primitivos y urbanos, la
1994). emigración y la urbanización.
Los temas y controversias en torno a la
Paleoantropología paleontología humana se dividen en dos
La paleoantropología, incluso el uso de categorías. Una hace referencia al mode
la genética molecular para generar es lo de evolución a gran escala en un tiem
quemas filogenéticos, integra conoci po dado, incluso cuántas especies apare
mientos de un amplio margen de saberes cen representadas en los registros fósiles
—paleontológicos, paleoclimatológicos, y qué relaciones guardan entre sí. La otra
arqueológicos, de las ciencias explican intenta una reconstrucción funcional o
las nuevas técnicas de datación de los ecológica de los taxones, como la natura
restos hallados—, a fin de establecer la leza de la locomoción de los australopite
dieta y el clima, etc. Las vertientes clave cos o las diferencias entre los comporta
de este campo incluyen: mientos nómadas del hombre de nean
— El origen de los primates y la relación derthal y los humanos modernos.
filogenética entre sus clases principales. En la disputa sobre qué fósil es el más
La divergencia, diversificación y con viejo y qué especie de homínido puede
vergencia de las adaptaciones de los pri- reclamar ascendencia sobre los demás es
mates entre los grupos principales (espe fácil perder de vista algunas de las más
cialmente especímenes del Viejo Mundo importantes realizaciones desde media
frente a los del Nuevo Mundo). dos de la década de 1970 (Brace, 1995).
— La filogenia, la ecología y el compor Por ejemplo, dados los avances en la ge
tamiento de los hominoides miocénicos nética molecular y la consiguiente rein-
(término que hace referencia a los si terpretación de los registros fósiles, el
mios en general). marco temporal de la evolución humana
— Los modelos de especiación y extin se ha acortado considerablemente. Con
ción y la ecología comportamental de los raras (pero no insignificantes) discre
australopitecos y otros simios bípedos es pancias, la edad de la división entre
trechamente relacionados. chimpancés y humanos ha sido situada
— Las cambiantes adaptaciones de los en algún momento de hace cinco o seis
homínidos del pleistoceno temprano y millones de años, revisión a la baja de
medio, en especial las primeras especies más de la mitad del tiempo previamente
Homo y Homo erectus, incluidos los cam estimado. La búsqueda del «último an
bios comportamentales inferidos de la cestro común» (término que ha reem
cultura material y la extensión geográfi plazado al muy denostado «eslabón per
ca de los homínidos por una gran diver dido») de los humanos y los chimpancés
sidad de hábitats. se basa ahora en el crecientemente rico
— La evolución de los humanos moder registro fósil del marco temporal más
nos, que incluye una notable pérdida de ajustado del mioceno tardío, el plio-plels-
robustez (masa muscular y grosor óseo) en toceno y el pleistoceno inferior, marco
relación con los homínidos precursores. de una profusión de formas homínidas.
— Los cambios, morfológicamente nada Incluso los «generalizadores» modestos
(que tratan de incluir el mayor número reciente como de 100.000-200.000 años.
posible de variaciones dentro de un gru Por tanto, los principales modelos de
po o especie) deben admitir la existencia cambio en virtualmente toda la evolu
simultánea de varias especies de homíni ción de los homínidos no guardan rela
dos en el este, sur y centro de Africa. Es ción con un tamaño espectacular (y one
ta distribución radial de los homínidos rosamente) grande del cerebro.
se asocia con dos importantes adquisicio El origen del Homo sapiens fisiológica
nes adaptativas: el comienzo del hipedis- mente moderno sigue siendo centro de
mo (aunque no necesariamente como la debate, quizás vergonzoso, en la paleoan-
humana en forma y función) y el agran- tropología actual. Una teoría postula que
damíento de los dientes con el engrosa- los humanos modernos emergieron en
miento asociado de la capa de esmalte, una área geográfica limitada de África y
que sugieren una desviación dietética se extendieron para colonizar el resto del
importante frente al último ancestro co mundo. Un modelo alternativo propone
mún, presunto pero todavía por descu que Homo sapiens apareció simultánea
brir. De esta exhuberante distribución mente en. muchas regiones del Viejo
de formas homínidas surgió, por razones Mundo. Pocos dehates antropológicos
que se desconocen, una especie única o han inspirado tanta incomprensión pú
un conjunto de especies genéricamente blica de un tema evolutivo ni creado tan
relacionadas llamadas Homo erectas. tas y tan falsas analogías. Aunque varios
modelos genéticos basados en el ADN
Evolución humana mitocondrial, y modelos similares en el
El gran tamaño del cerebro humano se A D N nuclear, sugieren que la humani
considera generalmente una de nuestras dad entera desciende de una o unas po
más importantes adaptaciones, aun cas poblaciones existentes hará unos
cuando hay muy poca concordancia so 200.000 años, no hay pruebas científicas
bre para qué se usa en realidad. El con de que una sola hembra humana
senso acerca del momento y modo de au («E v a ») representara la contribución de
mento de tamaño del cerebro en el lina su género a la población reproductora de
je Homo indica que prohablemente hubo nuestra especie (tampoco hubo un
dos o tres modificaciones (separadas por «Adán» con cromosoma Y ). Más impor
intervalos de estasis o de cambio muy tante aún, la existencia de semejante
gradual) hacia un órgano algo más gran cuello de botella demográfico no está ne
de. El tamaño del cerebro del homínido cesariamente conectada con los cambios
temprano (relativo a la masa corporal) que diferencian a los humanos premo-
no impresionaba en términos primatoló- dernos (Homo sapiens arcaico) de los hu
gicos. El relativamente moderno cerebro manos anatómicamente modernos, ya
humano se alcanzó aproximadamente que este cuello de botella podía haberse
hace tan sólo medio millón de años o producido antes, durante o después de
menos, algo así como un 10 por ciento de estos eventos evolutivos. La importancia
la historia total de nuestro linaje desde esencial de este modelo cuello de botella
la escisión de los otros grandes monos reside en que la gran mayoría de los fósi
africanos. Y si la regla general de rela les premodernos hallados en el Viejo
ciones cerebro-masa corporal rige para Mundo no pueden ser ancestros genéti
con los humanos modernos gráciles (y cos de ningún humano viviente. La evi
cabe que no sea así), el tamaño del cere dencia molecular (AD N ) y fósil sugiere
bro en medida moderna puede ser tan que Africa es el solar de una reducida
56 a n t r o p o l o g í a b i o l ó g ic a
sos, sirven (en parte, y además de otros civilizaciones basadas en formas tributa
cometidos) para organizar y movilizar rias de organización política y económi
los propios procesos de producción. Aun ca. Estos estudios inciden necesariamen
que estos estudios son susceptibles de te en procesos de COLONIALISMO e impe
presentaciones FUNCIONALISTAS (y con rialismo y proceden en los planos de
frecuencia han caído en ellas) de estruc proceso y estructura a la vez. Desde el
punto de vista procesal, los estudios cente al capitalismo. En respuesta a estos
atienden al problema de la transición de postulados, algunos estudiosos han des
unas relaciones sociales no capitalistas a tacado la estructuración local y cultural
las capitalistas. Estructuralmente, exa de las formas, relaciones y procesos del
minan complejas combinaciones de for capitalismo. Preciso es reconocer aquí
mas, relaciones y clases capitalistas y no también un margen, desde un extremo
capitalistas en momentos particulares de que negaría cualquier poder transforma
los propios procesos de transición, en so dor al Occidente capitalista (reprodu
ciedades particulares (Rey, 1975). En las ciendo así, en diferente registro, una cla
décadas de 1970 y 1980, estos sistemas se de esencialismo de época nada distante
mixtos fueron objeto de elaboradas con- de los análisis marxistas más mecánicos)
ceptualixaciones teóricas que ponían el hasta estudios que destacan la importan
acento en la «articulación» de los modos cia del contexto y la relación en todo
de producción no capitalistas y capitahs- examen de procesos históricos. Y si las
tas (Kahn y Llobera, 1981; E. Wolf, posiciones controvertidas entre los estu
1982). dios de estos procesos parecen a veces de
Una área de tensión en estos estudios ha carácter ético (por ejemplo, quienes su
sido la que acoge la compleja relación brayan el poder de las relaciones e insti
existente entre el análisis de época y el tuciones capitalistas han sido ocasional
histórico. Aunque los estudios de proce mente acusados de ETNOCENTRISMO y de
sos de transición particulares o de la in adoptar la «perspectiva del negocio»),
troducción de las formas y relaciones del las tensiones sólo pueden resolverse me-
capitalismo parecen requerir análisis diane la clase de análisis «histórico» con
históricos y etnográficos específicos, a templado por Williams. WR
muchos estudiosos, en especial a los de Véase también HISTORIA. Y ANTROPOLO
dicados al análisis de la articulación de GÍA, MARXISMO ESTRUCTURAL, TEORÍA DEL
los modos de producción, les bastó aten SISTEMA MUNDIAL.
der a los análisis de época y postular la Otras lecturas Donham, 1990; Gode
existencia de ciertas relaciones estructu lier, 1977.
rales entre modos de producción en cir
cunstancias concretas o durante un de antropología médica Estudia los
terminado período de transición. problemas de salud bumanos y los siste
Otra área de tensión es la que afecta al mas terapéuticos en sus contextos socia
peso relativo de las relaciones y estructu les y culturales más amplios. Los antro
ras capitalistas, y de Occidente, dentro pólogos médicos atienden tanto a la in
de estos procesos de transición. Varios vestigación básica de la salud y los
grupos de estudiosos destacaron el enor sistemas de curación como a la ciencia
me poder de Occidente y del capitalismo. aplicada con miras a la mejora del cuida
En algunos casos extremos implicaba el do terapéutico en ambientes clínicos o
supuesto de que las sociedades no capita en programas de salud pública de pre
listas podían considerarse plenamente vención y control de la enfermedad. Re
integradas en la órbita de las relaciones curriendo a las ciencias biológicas y so
capitalistas tan pronto como se hubieran ciales, asi como a la clínica, los antropó
incorporado a los circuitos de comercio logos médicos han hecho grandes
•mundiales. En casos menos extremos, el aportaciones al conocimiento y mejora
proceso de transición se consideraba uni de la salud humana y los servicios sani
direccional e inexorablemente condu tarios en todo el mundo. En consecuen-
cía, el auge de esta subdisciplina en años la etiología de la enfermedad, métodos
recientes ha sido notable, como reflejan de diagnóstico y prescripción y práctica
las numerosas publicaciones y encuen de tratamientos curativos. El desarrollo
tros de especialistas^ los programas de inicial de la antropología médica derivó
formación y su influencia fuera del ám del interés de los investigadores en las
bito puramente antropológico. diferentes creencias y prácticas al res
La antropología médica no se caracteriza pecto apreciadas en distintos pueblos
por un solo paradigma teórico. Por ejem (Rubel y Hass, 1996). Las primeras in
plo, la descripción y el análisis etnográfi vestigaciones etnomédicas se confinaron
cos de la religión y de los sistemas tera al estudio de las sociedades no occidenta
péuticos son tan antiguos como la propia les y culturas exóticas, y en general se
antropología, mientras que enfoques integró en el campo más amplio del es
nuevos, como la antropología médica tudio comparativo de la RELIGIÓN. Las
crítica, son producto de las tendencias ideas acerca de la enfermedad y los ri
intelectuales más recientes. Ello ha pro tuales terapéuticos se analizaron como
vocado a veces intensos debates, como los ventana sobre las creencias cosmológicas
surgidos entre los antropólogos médicos y valores culturales subyacentes. A me
clínicamente activos (interesados en ha dida que se reconocía la íntima relación
cer que el conocimiento cultural sea de entre los conceptos de enfermedad y de
utilidad para los gener alistas) y los an organización social, la etnomedicina pa
tropólogos médicos críticos (interesados só a centrar el interés de la investigación
en la fenomenología y la economía polí etnográfica. Fabrega (1975, p. 969) defi
tica de la biomedicina). Aunque el ámbi nió este enfoque como «estudio de qué
to de actividad intelectual es muy diver piensan los miembros de diferentes cul
so, cabe identificar cinco enfoques bási turas acerca de la enfermedad y cómo se
cos: biomédico, etnomédico, ecológico, organizan para recibir tratamiento mé
crítico y aplicado- Estos enfoques com dico, así como de la propia organización
parten tres premisas fundamentales: social de éste». Los estudios etnomédicos
1. La enfermedad y la curación son fun típicos se centran en la CLASIFICACIÓN y
damentales en la experiencia humana y el significado cultural de la ENFERMEDAD
se comprenden mejor holísticamente en (somática y mental), los comportamien
contexto con la biología humana y la di tos de los enfermos en busca de salud y
versidad cultural. las teorías, el adiestramiento y las prácti
2. La enfermedad representa un aspecto cas de los sanadores. Nichter (1992, p. x)
del entorno que sufre la influencia del describe doce áreas de trabajo etnomédi
comportamiento humano a la vez que co actual, incluido «e l estudio del afligi
requiere adaptaciones bioculturales. do cuerpo como espacio en el que con
3. Los aspectos culturales de los siste tienden ideologías distintas y se desarro
mas de salud tienen importantes conse llan las emergentes a través de prácticas
cuencias pragmáticas en la aceptabili e instituciones médico-religiosas que
dad, efectividad y mejora del cuidado sa guían la producción de saberes».
nitario, en particular en las sociedades La investigación etnomédica ha tenido
multiculturales. implicaciones prácticas. El concepto de
modelos explicativos de la enfermedad
Enfoques etnomédicos usados en la antropología clínicamente
Todas las sociedades poseen s i s t e m a s aplicada lleva la atención a las interpre
MÉDICOS que proporcionan una teoría de taciones individuales de la causa, curso y
tratamiento de los episodios patológios. huésped humano para producir enfer
Los conocimientos etnomédicos (por medades infecciosas (Inhorn y Brown,
ejemplo, la teoría caliente/frío de la en 1997). En años recientes, los estudios
fermedad en los pueblos hispánicos, o la ecológicos de la salud y la enfermedad
distinción «sangre alta»/«hipertensión» han puesto sus miras más allá de los fac
en los afroamericanos) son importantes tores socioeconómicos locales que influ
para entender cómo iníluyen las creen yen en la frecuencia de la enfermedad
cias culturales en los comportamientos para ponerlas en las fuerzas de política
relativos a la salud (P. Brown etaL, 1994). económica mayores que limitan las op
ciones comporta mentales de las pobla
Enfoques biomédicos ciones. La AI^RO PG LO G ÍA ECOLÓGICA y la
Aunque no siempre se reconoce así, gran política examinan la influencia de los
paite de la investigación en ANTROPOLO ambientes culturales, físicos y politico
GÍA BIOLÓGICA con recurso a la epistemo económicos en la distribución de la mor
logía científica convencional y centrándo bididad y la mortalidad. Los cuadros pa
se en la biología humana y las consecuen tológicos descritos con métodos epide
cias sanitarias de diferentes esfuerzos e miológicos (en lo que se refiere al
incidencias es parte de la antropología momento, el lugar y las personas) a me
médica (F. Johnston y Low, 1984). Por nudo reflejan prácticas culturales asocia
ejemplo, se reconoce desde hace tiempo das con la dieta, los modelos de activi
que la ENFERMEDAD ha sido un importan dad, la sexualidad y otros. Además, las
te agente de selección natural en la EVO- prácticas grupales cultruralmente defini
LUCIÓN genética y cultural. Los antropó das, como la introducción de la agricul
logos biomédicos han usado los estudios tura de RIEGO, pueden transformar el
inmunológicos para examinar el curso de equilibrio ecológico de la enfermedad a
las EPIDEMIAS. Los antropólogos biológi favor del patógeno, como la malaria o la
cos han examinado las adaptaciones fisio esquistosomiasis, y a su vez dañar a la sa
lógicas humanas a una gran variedad de lud. Los análisis ecológicos en antropolo
demandas o esfuerzos relacionados, por gía médica revelan igualmente numero
ejemplo, con la altitud, las bajas tempera sos casos donde los cambios culturales
turas, privación alimentaria y las infec mejoran el estado sanitario en algunos
ciones. Los métodos científicos de labora grupos.
torio (como los análisis bioquímicos de
compuestos etnofarmacológicos) se usan Enfoques críticos
para analizar el funcionamiento bioquí La antropología médica crítica (AM C)
mico y fisiológico de las prácticas etno- comprende dos movimientos intelectua
médicas. Este tipo de análisis desempeñó les influyentes en este campo a lo largo
un papel importante en el descubrimien de las décadas de 1980 y 1990. Uno su
to de una vacuna de la hepatitis (Blum- brayaba los enfoques marxistas de las
berg, 1982). fuerzas político-económicas macrosocia-
ies para comprender cómo influyen en la
Enfoques ecológicos salud y en la estructura de los sistemas
El enfoque ecológico en la antropología sanitarios; el segundo es más epistemoló
médica centra su interés en cómo las gico y cuestiona los fundamentos de la
pautas de comportamiento y culturales teoría y la práctica biomédica contempo
humanas configuran las complejas inte ránea. Este enfoque se ha visto influido
racciones del patógeno, medio natural y por pensadores posmodernos como Fou-
cault, que ponen énfasis en la naturaleza bir las interacciones entre mente, cuerpo
social-construccionista de la realidad y y sociedad.
en el poder social inherente a institucio
nes hegemó nicas como la «biomedicina». Enfoques aplicados
Lo que ambos movimientos tienen en co El interés en los aspectos aplicados de la
mún es la demanda de una nueva refle antropolgía médica no ha cesado desde el
xión fundamental sobre las premisas y comienzo de la disciplina. Se consideran
objetivos de la antropología médica. dos ramas, la clínica y la relacionada con
La orientación político-económica de la la sanidad pública. La antropología médi
AMC considera las cuestiones de la salud ca clínicamente aplicada se conoce mejor
en contexto con fuerzas políticas y econó por el uso que hace de modelos explicati
micas más poderosas que modulan las re vos para explorar las diferencias concep
laciones humanas, configuran el compor tuales entre las percepciones respectivas
tamiento social y condicionan la expe del médico y del paciente en lo tocante a
riencia colectiva (Merrill Singer, 1989). la enfermedad y la dolencia. Los antropó
Los macroprocesos mundiales como el logos clínicos trabajan en escenarios bio-
CAPITALISMO se ven como fuerzas domi médicos con los terapeutas y contribuyen
nantes que modelan la práctica clínica e al suministro de cuidados médicos, apli
influyen en la distribución de las enfer cándose al propio tiempo al adiestramien
medades, La medicina se ve no sólo co to de futuros profesionales. Sin necesidad
mo un conjunto de procedimientos y tra de postulados teóricos, puede interpretar
tamientos, sino también como un con se como teoría y métodos antroplógicos en
junto particular de relaciones sociales e relación con el vasto temario de la salud,
ideología que las legitima. El reconoci la enfermedad y la atención sanitaria. La
miento del carácter central de de las di investigación realizada por los antropólo
mensiones político-económicas de la en gos médicos clínicos atiende pormenori-
fermedad y la curación, así como las desi zadamente a opciones de atención sanita
guales relaciones sociales entre sanadores ria, creencias sobre la enfermedad y
y paciente, son las características princi eventos vitales como el Pa r t o o la meno
pales de este enfoque. pausia; también, en sentido amplio, al es
La segunda rama de la AM C cuestiona tudio de las influencias culturales en el
la epistemología y la universalidad de comportamiento del paciente, la distri
los supuestos subyacentes a la teoría y la bución de la enfermedad, la experimen
práctica de la medicina occidental, con tación de la dolencia (por ejemplo, dolor)
vencionalmente exentos de análisis cul e interacciones de terapeutas y pacientes
tural en la antropología médica. Este en (por ejemplo observancia del régimen te
foque ha dado lugar a la denominación rapéutico). Forman parte también del
«biomedicina». Antropólogos médicos campo de estudio macroaspectos como
como Locfc y Scheper-Hughes (1996) los sistemas de prestación sanitaria insti
abogan por el abandono de la noción ac tucional y los contextos políticos y econó
tual de cuerpo y mente como vía para micos (Chrisman y Johnson, 1996). Algu
conocer en profundidad la planificación nos antropólogos médicos clínicos son
y el suministro de cuidados médicos en empleados por hospitales y clínicas como
las sociedades occidentales. La separa mediadores culturales e intérpretes.
ción de cuerpo y mente en la ciencia bio- La investigación en la antropología mé
médíca es tan marcada que se requiere dica aplicada a la salud pública ha gana
un vocabulario más preciso para descri do relevancia en los últimos decenios
(Coreil y Mull, 1990). Cada vez son más de toda la costa de América del Norte
los antropólogos médicos empleados en hasta la bahía de Yakutat en Alaska. Su
programas de salud internacionales, en misión consistía en recoger información
particular debido al énfases programáti y muestras de minerales, animales y
co en la atención sanitaria primaria y las plantas: «objetos propios del ámbito de
intervenciones en terapias de nutrición y la antropología y la etnografía», que se
rehidratación oral que requieren partici pueden ver hoy en el Museo de América
pación comunitaria. Los antropólogos de Madrid. Los viajes de exploración
han intervendio en todos los aspectos de más famosos de este período son los rea
estos planes, incluidos la identificación y lizados por el capitán James Cook, que,
el análisis de problemas y la evaluación aun sin instrucciones específicas de ha
de problemas sanitarios específicos. cer acopio de muestras, se preocupó de
PB, K H T y J H obtenerlas y lo hizo en gran abundancia.
Véase también ANTROPOLOGÍA CRÍTICA, Más de dos mil piezas de lo obtenido se
DIETA, DROGAS, ETNOBOTÁNICA, ETNOPSI- encuentran en diferentes museos de todo
COLOGÍA, ROL, SUFRIMIENTO, TRANCÉ. el mundo (Kaeppler, 1978). Algunos de
los artefactos cedidos al Museo Británico
antropología museística La ob se presentaron en la sala Otaheti. En el
tención de artefactos procedentes de lu viaje realizado por Vancouver en 1792 a
gares «exóticos» tiene larga tradición en la costa noroeste de América y al Pacífi
los países occidentales. La conjunción re ca, el botanista Archibald Menzies había
nacentista de la era de las exploraciones recibido instrucciones precisas para es
y el desarrollo de la cultura humanista tudiar las «costumbres nativas» y reco
culminó en una explosión de curiosidad ger muestras etnográficas. El objetivo de
por los nuevos lugares descubiertos, de la iniciativa era educativo y, así, los mu
los que se coleccionaron objetos de toda seos podrían ilustrar a sus visitantes
clase. Esta cosecha fue la base para crear acerca de las variadas aptitudes creativas
tantas Kunst und Wunderkammern («ga de la humanidad. La colección fue cedi
binetes de curiosidades») por parte de da al Museo Británico en 1796 (J. ICing,
reyes, príncipes, arzobispos y otros (Po- 1981, p. 11).
mian, 1990, p. 56). A ñnales del siglo Con el auge de la disciplina de la antro
XVIII, estos gabinetes de curiosidades pri pología en el siglo XIX, una de sus ver
vados se convirtieron en museos. Él go tientes privilegiadas fue la de reunir ma
bierno británico adquirió en 1753 la co teriales y objetos etnográficos. El contex
lección de sir Hans Sloane y estableció to colonial occidental creó el escenario
así el núcleo del que sería el célebre Mu idóneo para hacerlo, con la exportación
seo Británico. A su vez, el museo de sir consiguiente de lo reunido a la metrópo
Ashton Lever fue trasladado a Londres li (Clifford, 1988). Los significados cul
en 1774, convirtiéndose en el Leverian turales de los objetos para sus creadores
Museum, y el de William Bullock pasó carecían de interés para los coleccionis
de Liverpool a Londres en Í809. tas de los siglos XIX y XX, que, al margen
A medida que las actividades de explora de la motivación impulsada desde los
ción fueron organizándose hacia finales museos, podían ser meros comerciantes,
del siglo XVIII, la recolección de curiosi propietarios de plantaciones, misioneros
dades artificiales y naturales fue espec o funcionarios del gobierno.
tacular. El gran viaje realizado por Ma- Los museos son los «autoproclamados
laspina de 1789 a 1794 le llevó a lo largo guardianes del material de otros y autoin-
vestidos intérpretes de las historias de és mente sus cualidades estéticas, recupe
tos» (Ames, 1992, p, 140). Las piezas ex rándolos de la Naturaleza e insertándo
puestas en los museos siempre han refle los en la cultura.
jado los supuestos culturales de sus crea Los museos como «autoprociamados
dores, comisarios y expositores. También guardianes del material de los Otros»
han articulado mensajes sobre la identi son hoy muy discutidos. Muchos de los
dad nacional y las relaciones de la nación descendientes de quienes crearon y usa
con esos «Otros», y su ubicación diferen ron los objetos etnográficos expuestos en
cial en la escala evolutiva (Karp y Lavine, los museos de todo el mundo reclaman
1991). Los foráneos pasaron a ser los «pri su repatriación cultural, desde los grie
mitivos», nosotros los «civilizados», y la gos, que piden la devolución del friso del
ubicación de estas piezas en museos de Partenón expoliado por lord Elgin y ex
historia natural situó a los «Otros» en la puesto en el British Museum, hasta los
Naturaleza más que en la cultura. zuñi, que reclamaron (y a la postre obtu
Además, la mera presentación de esas vieron) al Smithsonian Museum sus dio
piezas de colección ponía de maniñesto ses de la guerra. La repatriación cultural
la historia del imperialismo occidental y es tema candente en el mundo museísti-
defendía la rectitud del colonialismo y el co, ya que está claro que la legislación
saqueo económico y cultural que lo ca actual, como la Ley de Repatriación Na
racterizó (Pomian, 1990). Las coleccio tiva Americana, apoya el retorno de la
nes del siglo XIX reflejaban el poder de propiedad cultural y amenaza así la exis
Occidente para clasificar y definir a los tencia del propio museo. PR y AR
«Otros» a fin de justificar el poder y el
control sobre ellos. Sin embargo, las ideas antropología política Centrada
acerca de la identidad nacional y la rela en el estudio de la ley, el orden, el con
ción entre la nación y el resto del mundo flicto, el gobierno y el poder, sus oríge
han cambiado con el tiempo, y así se ha nes se encuentran en nociones y concep
reflejado también en el modo en que los tos de los teóricos de la evolución social
museos imparten el saber, al igual que del siglo XIX como sir H e n r y MainE
en la modalidad del mismo. (1861), quien distinguió entre las socie
Los artefactos de los Otros aparecen hoy dades organizadas por posición y por
también en los museos de arte. Aunque contrato legal, y Lewis Henry M ORGAN
Picasso y Vlaminck reconocieron la cali (1877), que, atendiendo al territorio y al
dad estética del arte africano y de Ocea- parentesco, estableció las bases diferen
nía a principios del siglo XX, los artefac ciales del GOBIERNO, Debe asimismo par~
tos rituales no fueron bien recibidos en te de sus orígenes a las discusiones acer
los museos de arte hasta después de la se- ca de las relaciones de orden moral y OR
gunda guerra mundial. En la exposición GANIZACIÓN SOCIAL presentes en los
de arte primitivo del Museo de Arle Mo escritos de Emile D U RKH EIM (1955),
derno de Nueva York se usaron numero Max W e b e r (1968) y Karl Marx (1887).
sas muestras etnográficas de muchas Desarrollos teóricos más recientes proce
partes del mundo, igualando así el arte den de Michel Foucault (1977b), Fierre
cronológicamente remoto en nuestra Bourdieu (1977) y Anthony Giddens
historia con el espacialmente distante de (1984), centrados en la estructura de PO
los «exóticos» Otros (W. Rubin, 1984), DER en la sociedad.
Esta transformación del significado de Hoy la antropología política es el pro
los artefactos de Otros reconoce plena ducto de dos diferentes legados. El pri
mero, inicialmente asociado con la. an lítica, y quizá la más infuyente, tiene su
tropología cultural en Estados Unidos, origen en la experiencia del TRABAJO DE
siguió centrado en las cuestiones compa CAMPO antropológico y en la necesidad
radas e históricas de cómo y por qué sur práctica asociada a la ubicación del po
gieron los sistemas políticos. El segundo, der en las sociedades no occidentales. Es
asociado con la antropología social britá te fue el objetivo explícito de la obra ca
nica, se interesaba más bien en el desa pital en este campo, African political sys~
rrollo de la política en diferentes sacie tems (Fortes y Evans-Pritchard, 1940b)
dades y en el papel que desempeñaban que, basada en un conjunto de descrip
en ellas los individuos. ciones y análisis de sistemas de gobierno
La aparición del estado ha sido desde centralizado y descentralizado en Africa,
siempre uno de los principales intereses dividía a las sociedades en dos tipos: «es
teóricos de los antropólogos interesados tados primitivos» que poseían institucio
por la evolución de las formas de socie nes de gobierno y «sociedades sin esta
dad, Durante decenios, los antropólogos do» que carecían de ellas. Este estudio, y
estudiosos de la evolución, al igual que ejemplos de trabajo de campo detallado
los arqueólogos, han clasificado a las so sobre los sistemas políticos, como el de
ciedades en categorías tales como BAN EVANS-PRITCHARD (1940) sobre los nuer
DAS, TRIBUS, JEFATURAS y ESTADOS para y de FORTES (1945) sobre los tallensi,
debatir seguida y comparativamente los inspiraron a toda una generación de in
méritos respectivos de una u otra tipolo vestigadores a concentrarse en las dife
gía (Fired, 1967; Service, 1975). En to rentes formas en que el poder político
dos los esquemas planteados se concede podía integrarse en las relaciones de PA
al conflicto el papel protagonista. Sin RENTESCO, las prácticas RITUALES, los SIS
embargo, aunque la GUERRA ha sido tra- TEMAS DE EDAD y otras instituciones para
dicionabnente estudiada como medio el mantenimiento del orden que no re
con un fin evolutivo (Otterbein, 1970), querían de organismos gubernamenta
sólo recientemente ha sido objeto de es les. Este enfoque adquirió gran relieve
tudio como institución (Turney-High, entre los administradores coloniales, an
194-9; R. Ferguson, 1995; Otterhein, siosos de saber cómo gobernar y contro
1994). Este nuevo enfoque de la VIOLEN lar a sus nuevos «súbditos», de modo que
CIA en el mundo contemporáneo ha he el papel desempeñado por los antropólo
cho que esta rama de la antropología po gos en ayuda del COLONIALISMO ha sido
lítica destacara mucho más que en el pa muy debatido en los últimos decenios
sado. Por ejemplo, aunque la VENGANZA (Asad, í 973; Kuklik, 1991). Está claro,
(como forma de conflicto contenible) fue no obstante, que los resultados de estos
una de las primeras instituciones políti trabajos, en particular en Africa, abrie
cas estudiadas, sólo recientemente han ron nuevos caminos a la antropología.
sido objeto de investigación antropológi Uno de éstos hace referencia a la cues
ca los incontenibles efectos (y no sólo las tión del conflicto y de su resolución, cen
causas) de la violencia organizada en sus tro destacado del interés de la llamada
diferentes manifestaciones étnicas, polí escuela de Manchester. Impulsada por
ticas, sectarias, religiosas y económicas los trabajos precursores de Max GlüCK-
(Nordstrom y Martin, 1992), junto con MAN y sus pupilos, animaba a los antro
las posibles soluciones, como la media pólogos a estudiar los mecanismos socia
ción y la RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS. les para gestionar la tensión intersocie-
La segunda rama de la antropología po taña y el cambio. Gluckman, formado
en leyes y en antropología, también con trono-cliente, al campesinado y a las éli
tribuyó poderosamente al desarrollo de tes. Los antropólogos políticos prosiguie
la ANTROPOLOGÍA. LEGAL, que de siempre ron el análisis de la competencia por la
ha estado estrechamente vinculada a la posición, el prestigio y el poder en muy
antropología política por compartir inte variados entornos. A partir de 1980, los
rés en la mediación en conflictos y en las desarrollos en economía política y TEO
cuestiones relacionadas con el manteni RÍA DEL SISTEMA MUNDIAL introdujeron
miento del orden social. Confrontando la nuevas posibilidades de comparación pa
agitación anticolonialista todavía nota ra el análisis de las transformaciones po
ble después de la segunda guerra mun líticas y las relaciones de CLASE en térmi
dial, los antropólogos de la escuela de nos verdaderamente globales (E. Wolf,
Manchester experimentaton nuevas me 1982, Mintz, 1935).
todologías, incluidos los análisis situa- Además de desarrollar modelos a gran
cionales (Velsen, 1967) y de redes (J. escala para explicar los sistemas políti
Mitchell, 1969), para explicar cómo su cos, los antropólogos han atendido tam
cesos y organizaciones al parecer fuera bién concretamente al conocimiento de
de la política podían de hecho presentar las estrategias usadas por los individuos
no pocos ribetes con significación políti y las sociedades para resistirse a la pene
ca. Otros estudiosos llegaron a la conclu tración de fuerzas externas como el capi
sión que la política era omnipresente y talismo, la autoridad estatal centralizada
se apreciaba en todos los aspectos de la y el mando hegemónico. Tratando de ex
vida social, incluido el RITUAL. Víctor plicarse cómo se resisten los grupos a la
Tü R N E R (1957), por ejemplo, describió autoridad, o cómo entran en colisión a
cómo se resolvían ritualmente las crisis veces con ésta, los antropólogos políticos
políticas locales entre los ndembu de han recurrido a enfoques tanto de arriba
Zambía, mientras que Abner Cohén abajo como de abajo arriba para obtener
(1969) destacó el papel político del ritual una visión más completa del poder. Esta
en el desarrollo de la etnicidad hausa en investigación ha ido desplazándose cre
un poblado yorubalandés nígeriano. cientemente de las unidades estáticas
Sin embargo, la antropología política no bien definidas, como los estados territo
se restringía a África ni a la escuela de riales o instituciones políticas formales,
Manchester. Edmund L e a c h (1954) exa a categorías como los refugiados y a pro
minó la conexión entre ritual, identidad cesos económicos y políticos creados por
y etnicidad entre los kachin de Birmania proyectos de desarrollo y corporaciones
en términos de un sistema político osci multinacionales.
lante que regularmente alternaba entre Si los primeros antropólogos políticos
formas de organización social jerarqui trataban con casos individuales en su
zadas e igualitarias (GUMSA y G U M LAo). mayoría extraños y remotos, la investi
Lo apuntado por Leach acerca del papel gación actual trata de ser a la vez compa
que cabía al individuo en política fue de rada e inclusiva sirviéndose de variantes
sarrollado por F.G. Bailey (1960) en la no occidentales para examinar las prác
India y por Fredrik Barth (1959a) entre ticas occidentales de interés histórico en
los swat pataneses para explorar los efec tre los antropólogos como la SUCESIÓN a
tos añadidos de las maniobras políticas. altos cargos (X Goody, 1966). Por ejem
En las décadas de 1960 y 1970 se llevó el plo, David Kertzer (1988) estudió com
centro de atención al papel de las redes parativamente los ritos políticos en Ita
en torno al bigman, a las relaciones pa lia, Estados Unidos y la Unión Soviética,
junto con los de los aztecas, bunyoros y logía «no podía eludir la necesidad últi
swazis, en perfecta consonancia con los ma de poner a prueba sus análisis de los
intereses primarios de la antropología modelos llamados “ social” o “ cultural”
política, campo que en la actualidad se en términos de las realidades individua
ha revitalizado considerablemente para les» y que «no podemos comprender to
atender a cuestiones más allá de las ins talmente la dinámica de la cultura, de la
tituciones de gobierno y a la capacidad sociedad, de la historia sin tener en
de hacer frente a nuevas cuestiones de cuenta antes o después las relaciones re
orden, desorden y proyecciones de poder ales entre los seres humanos».
que configurarán los parámetros de la
investigación en el futuro. ASi Antropología y psicoanálisis
Otras lecturas Balandier, 1970; Lewe- Algunos de los primeros antropólogos
llen, 1992- Vincent, 1990. modernos se sintieron intrigados por
muchos aspectos de la teoría psicoanalí-
antropología psicológica Abor tica recién desarrollada por Sigmund
da el estudio comparado de la experien Freud que podían ser aplicados al estu
cia, el comportamiento, los hechos y los dio de la cultura. De manera similar,
artefactos humanos desde una perspecti Freud y la mayoría de los primeros freu-
va dual, sociocultural y psicológica, las dianos se interesaron en las relaciones
más de las veces psicodinámica. La disci entre psique y cultura (véase, por ejem
plina emergió a principios del siglo XIX plo, Freud y Oppenheim, 1958;Money-
como intento de comprender nuestra hu Kyrle, 1930; Reick, 1931). En una serie
manidad común, dirigida por ñguras co de trabajos, sobre todo en su controverti
mo Franz B o a s y sus discípulos: Edward do Tótem and taboo (1918), Freud abor
S a p ir , Ruth B e n e d ic t , Margaret m ead, dó la cuestión de la naturaleza y origen
Melville HERSKOVITS. La antropología de la cultura influido por W. Robertson
psicológica abarca un arco de enfoques SM ITH (1839), Atkinson (1903) y Dar-
teóricos desde el positivismo científico, win (1871), así como por la biología la-
que comprende objetividad y método raarckiana (Suárez-Orozco, 1994),
científico, hasta diferentes humanismos La crítica vertida por M a ü NOWSKI sobre
hermenéuticos que destacan el papel de la teoría freudiana representó un punto
la subjetividad en el trabajo de campo y de encuentro clave entre el psicoanálisis y
la literatura (Suárez-Orozco, 1994). la antropología- Según Rreud, el comple
La antropología psicológica se ha pro jo de Édipo (con el hijo prendado de la
puesto hacer del cultivo del espacio teó madre y deseoso de librarse del padre)
rico en el que surge el individuo como era un evento psicológico central y carac
agente activo en el campo de la cultura terística universal y específica de la natu
su principal objetivo. Históricamente, raleza humana. Examinando este modelo
los antropólogos psicológicos han critica psicológico a la luz de datos comparado
do aquellos enfoques de la condición hu extraídos de escenarios no occidentales,
mana que privilegian un plano de análi específicamente de las islas Trobriand,
sis (como el cultural) a expensas de otros Malinowski (1929) rechazó la universali
(como el psicológico). Sapir, por ejemplo, dad del complejo de Edipo clásico. Los
rechazó el hiper determinismo cultural matrilineales trobriandeses definen su li
de Alfred KROEBER (1917a) postulado en naje por vía femenina, de modo que el ni
su modelo «superorgánico» de CULTURA. ño «pertenece» al grupo materno y here
Sapir (1917) argumentó que la antropo da sus bienes del hermano de la madre,
que, además, posee la competencia disci dad. De ahí que los estudios acerca de la
plinaria y .de autoridad. En cambio, el pa socialización fueran cruciales en la an
dre trobriandés es generalmente la figura tropología psicológica y otras disciplinas,
benevolente e indulgente en la vida del aunque con diferente terminología, co
niño. Así, argüyó Malinowski, en la socie mo «control del impulso» (psicoanálisis),
dad de las Trobriand no hubo evolución «adquisición de roles» (sociología) y
alguna del complejo de Edipo tradicional. «CULTUEUZACIÓN» (antropología) (LeV i
Los muchachos trobriandeses no abriga ne, 1982, pp. 61-68).
ron jamás fantasías hostiles hacia sus pa Un ejemplo de esta colaboración ínter-
dres ni Malinowski descubrió en su ex disciplinaria lo ofrecen los estudios de
presión vital fantasía sexual alguna en Abram Kardiner, psiquiatra psicoanalis
torno a la madre. Más bien señaló que los ta que trabajó con antropólogos como
muchachos trobriandeses abrigaban ani Ralph LIN TO N , Cora Du Boís y Ruth
mosidad para con el hermano de la madre Bunzel en la aplicación de la teoría psi-
y fantasías sexuales respecto a sus herma coanalítica a los ESTUDIOS TRANSCULTU
nas. RALES en un intento de reconciliar los
Freudianos como Geza Roheim (1950) postulados básicos del psicoanálisis con
rechazaron las interpretaciones de M ali la idea antropológica del RELATIVISMO
nowski. Ernest Jones (1925) afirmó que CULTURAL (Benedict, 1934a). Kardiner
la creencia de los isleños trobriandeses basó sus argumentos en la noción psicoa-
en la ausencia de conexión entre la act- nalítica central de que la experiencia in
vidad sexual y la procreación era tanto fantil modela profundamente la estruc
una negación del modelo edípico de la tura y la función de la personalidad
sexualidad paterna como ejemplo de adulta. Sin embargo, como puso cada vez
hostilidad inconsciente hacia el padre. más de manifiesto el registro etnográfi
Condición similar, sostenían los freudia co, las experiencias infantiles variaban
nos, a la negación de la aportación pater considerablemente de una cultura a otra,
na en el curioso motivo de la concepción Kardiner razonó que si el modelo psicoa-
inmaculada (virginal) de los héroes po nalítico patrón de «deterninismo de la
pulares indoeuropeos (Rank, 19 í 4). Más infancia» era correcto, las diferentes
recientemente, en un detallado reexa prácticas de crianza infantil habrían de
men del material trobriandés de M ali producir variaciones correspondientes
nowski, Melford Spiro (1982, 1992a) lle en la estructura de la personalidad adul
gó a la conclusión de que, efectivamente, ta. En The individual and kis society
revela un complejo de Edipo particular (1939), Kardiner introdujo un conjunto
mente acusado. adicional de conceptos relativos a las ex
periencias tempranas de socialización,
Infancia y cultura funcionamiento ulterior de la personali
Las cuestiones de SOCIALIZACIÓN, NIÑOS y dad y «sistemas proyectivos de la cultu
CULTURA han compuesto siempre una ra» argumentando que cada cultura
área permanente de interés en antropo cuenta con un conjunto de «instituciones
logía psicológica. Tanto el psicoanálisis primarias» que esencialmente represen
europeo como la psicología conductista tan modos de crianza infantil. Por ejem
norteamericana han considerado crítica plo «entre las instituciones primarias
la socialización en edad temprana para cuentan la organización familiar, la for
comprender diversos aspectos del fun mación intragrupal, las disciplinas bási
cionamiento, incluso adulto, en la socie cas, la alimentación, el destete, el cuida
do o descuido institucionalizados de los formaciones culturales como rituales,
niños, la educación anal y los tabúes se que, de acuerdo con el modelo de Kardi
xuales, incluidos fines y objetos perti ner, «repiten» simbólicamente algunas
nentes, las técnicas de subsistencia, etc.» experiencias infantiles típicamente trau
.(Kardiner, 1939, p. 471). Estas «institu máticas pero culturalmente normativas.
ciones primarias» moldean la estructura Un ejemplo de esta distinción puede
básica de la personalidad del grupo, que apreciarse comparando el estudio clásico
a su vez, afirmó Kardiner, configura las de Melford Spiro sobre la religión ifaluk
«instituciones secundarias» de una cul con el de Obeyesekere sobre el ritual en
tura, comprendidos su FOLCLORE, su RE Srí Lanka.
LIGIÓN, sus RITUALES y sus sistemas de Spiro afirmó que los rituales ifaluk
TABÚ. «agresivos» representaban «una expre
Aunque las ideas de Kardiner fueron in sión simbólica de la hostilidad que, aun
fluyentes, algunos estudiosos señalaron que reprimida, generaban originalmente
algunas inconsistencias en su modelo de los padres» (1978, pp. 541-342). Siguien
CULTURA Y PERSONALIDAD (Baxnouw, do el modelo teórico de Kardiner, abordó
1985, pp. 110-127), incluida la fácil cau estos rituales como «reinterpretación» de
salidad entre instituciones «primarias» y un trauma infantil culturalmente nor
«secundarias». Hay cierta arbitrariedad mativo. Aunque cabe que se obtenga cier
en el hecho de elegir una institución cul to magisterio temporal a través del ri
tural y asignarle un papel causal prima tual, estas actividades también presentan
rio y más influyente que el de las demás cierto sesgo «compulsivo» (patológico).
instituciones presentes. Otras obras im Por el contrario, Obeyesekere (1981) in
portantes en la misma línea de estudio terpretó las actividades rituales de las ex
son las de Beatrice y John Whiting táticas sacerdotisas de Sri Lanka como
(1975), J. Whiting y Child (1955) y Ro dotadas de carácter transformativo en
ben A. Le Vine (1982). sentido «progresivo» porque facultaban a
las participantes a superar «fijaciones», a
Tendencias actuales curar traumas previos. Las sacerdotisas
Algunos críticos POSMODERNOS han adu transformaban «síntoma [patología] en
cido con pesar que algunos antropólogos símbolo [salud]» y, mediante la manipu
psicológicos producen descripciones de lación activa de símbolos religiosos, supe
otras culturas vistas a través de la lente raban traumas anteriores para lograr
psiquiátrica occidental, que reduce a la «una transformación radical de [su] ser»
esfera psicológica lo que no es sino cose (1990, p. 25).
cha normal de problemas sociales. Gana- La relación entre la antropología psico
nath Obeyesekere, por ejemplo, ha seña lógica y la cultural «en uso» ha sido am
lado recientemente que los antropólogos bivalente desde el principio. Paradójica
psicológicos han tendido a analizar «for mente, en la década de 1990 más que
mas simbólicas en función de un modelo nunca, la antropología cultural parecía
o analogía de psicopatología» y, además, consumirse con preocupaciones que ya
han usado un «modelo de cultura patoló figuraban en la agenda de los antropólo
gico» (1990, p. xvii). De esta forma, aña gos psicológicos desde hacía dos genera
de Obeyesekere, Kardiner y algunos de ciones. Así se infiere de su interés en el
sus seguidores han privilegiado el poten estudio del «y o » y de la «personalidad»
cial «regresivo» (o patológico) más que en la cultura, de la «emoción» (o «senti
el «progresivo» (o transformativo) de las miento»), de la «poética», de la «cons
trucción cultural» (del género, la etnia, etnocéntricas. Ingenuas porque, influido
la edad, etc.), y del problema de lá. subje por la tendencia racionalista de su época,
tividad y la reflexividad en el trabajo de Tylor se basó en el supuesto de que la
campo y en la obra escrita. He aquí, complejidad de las religiones primitivas
pues, algunos ejemplos de cómo los an proviene simplemente de una lógica de
tropólogos en general y los psicológicos ficiente: respuestas erróneas a cuestiones
en particular siguen profundamente sobre fenómenos reales. El programa de
preocupados por los fenómenos psicoso- Tylor se denomina a menudo «intelec-
ciales en el estudio de sus respectivas es tualista» en sentido derogatorio, pero J.
pecialidades. MSO W. Burrow lo expresó mejor: «L a sociolo
Véase también EMOCIONES, ETNOPSICOLO- gía del error» (1966, pp. 7-9). Las inter
GÍA. pretaciones de Tylor son etnocéntricas
Otras lecturas Bock, 1988; Bourguíg- porque no vio la necesidad de explorar
non, 1979; D ’Andrade y Strauss, 1992; otras culturas; por el contrario, creyó que
Devereux, 1978; De Voss, 1992; De Voss podía penetrar directamente en la mente
y Suárez-Orozco, 1990; Hallowell, 1955; del «hombre primitivo», de donde que su
Holland y Quinn, 1987; Hsu, 1961; La enfoque se denomine también «emp áti
Barre, 1980; R. Paul, 1989; T. Schwarz et co», de nuevo con sentido derogatorio.
al, 1992; Schweder, 1991; Steín, 1987; Hacia mediados de este siglo declinó el
Stigler eta l, 1990; Suárez-Orozco, 1989. interés por el simbolismo ante el avance
del FUNCIONALISMO. El nuevo paradigma
antropología reflexiva Véase a n destacaba tópicos sociológicos, como el
t r o p o l o g í a INTERPRETATIVA. parentesco y la política, a expensas de la
religión. Más aún, los antiguos estudios
antropología simbólica Toma simbólicos aparecían empeñados por su
como principios básicos las ideas de que asociación con el evolucionismo del siglo
son los significados indígenas el objeto XIX, que el funcionalismo condenaba.
de investigación y que', aun sin ser explí Los funcionalistas británicos, como A.R.
citos, pueden descubrirse en el simbolis R a DCLIFFE-B r o w n , se veían como cons
mo del MITO y del RITUAL. Es un término tructores de una nueva ciencia de la SO
que caracteriza tanto a un movimiento CIEDAD, y con buenas razones desconfia
intelectual de las décadas de 1970 y 1980 ban de la manera en que Tylor y sus con
como a un método antropológico. temporáneos se habían movido en el
La interpretación del simbolismo per se terreno de lo exótico. El interés por el
no es nueva. Probablemente es tan anti simbolismo pervivió sólo donde el FUN
gua como la literatura. Además, era tema CIONALISMO no logró ganar ascendencia,
crucial para la primera generación de y en particular a través de la escuela nor
antropólogos del siglo XIX. Edward Bur- teamericana de CULTURA Y PERSONALI
nett TY L O R (1871), por ejemplo, basó una DAD, algunos de cuyos miembros tenían
reconstrucción de los estadios de la EVO una formación psiquiátrica. Sin embar
LUCIÓN mental humana en lo que por en go, su predisposición a las teorías nniver-
tonces se sabía acerca de las «religiones salizadoras de Preud obstruyó la inter
primitivas», es decir, de cualquiera de las pretación culturalmente específica y
que quedan al margen del puñado de las tendió a perpetuar el etnocentrismo de
llamadas religiones mundiales. Con la los evolucionistas.
óptica contemporánea, no obstante, las No obstante, en una vertiente importan
interpretaciones de Tylor son ingenuas y te, el funcionalismo abrió camino a la
antropología simbólica con su insistencia te, delineado principalmente por el an
en el holismo. Donde los antropólogos tropólogo» (1967, p. 20). Para llegar a sus
del siglo XIX habían hecho de las costum interpretaciones Tuxner se movió cons
bres populares un raro fenómeno al des tantemente entre esas fuentes, que com
gajarlas del contexto cultural propio, los paró y contrastó. El punto clave reside en
funcionalistas trataron de extraer senti que una interpretación alcanzada con un
do devolviéndolas a su medio natural. caudal de datos gana valor de convicción
Eludieron el ETNOCENTRISMO por esperar cuando revela sentido en otro contexto;
que las instituciones fueran inteligibles era un proceso inductivo que genuina-
sólo como partes de sistemas sociales en mente buscaba desvelar los significados
teros, que es lo que hace la antropología ndembu, de donde su poder y atractivo.
simbólica en lo que se refiere al ritual y A l propio tiempo, el modo operacional
a las creencias. de Turner readmite el comparativismo
Por consiguiente, no hubo ruptura radi en (3), donde los «contextos pertinentes»
cal entre el funcionalismo y la antropo pueden incluir ritos similares de otras
logía simbólica. Además, el interés por culturas, quizás en los antípodas. Pero no
la religión jamás fue abandonado del to se trata de una reversión al simbolismo
do, Max G l u c k m a n describió aspectos universal, porque cualquier interpreta
muy interesantes del ritual, aun en cali ción importada debe ser confirmada por
dad de archifuncionalista, por ejemplo los detalles precisos de lo que ocurre en
en su estudio de los ritos reales swazi estos ritos particulares. ' PM
(1954), Un revisión de T.O.B. Beidelman Véase también RELIGIÓN, RITUAL.
(1966) demuestra convincentemente de
qué manera pueden diferir entre sí los antropología social Véase a n t r o
enfoques simbólico y funcionalista. p o l o g í a , c u l t u r a l Y SOCIAL.
El puente entre ambos enfoques lo tendió
sobre todo Victor T u r n e r , discípulo de antropología urbana La que exa
Gluckman, que inició su estudio de los mina la organización social de la urbe
ndembu del noroeste de Zambia explo considerando las clases de relación y mo
rando aspectos de la ORGANIZACIÓN SO delo de vida sociales propios de las ciu
CIAL, que juzgó intratables en razón de la dades y comparando sus diferentes con
inestabilidad de los poblados ndembu. textos culturales e históricos. Surgió como
Gradualmente se dio cuenta de que la subdisciplina propia de la antropología
verdadera continuidad de la vida ndem sociocultural durante las décadas de
bu residía en sus rituales y en las ideas y 1950 y 1960. En contraste con estudios
valores que expresaban. Para llegar a previos sobre URBANISMO, la antropología
ellos creó o adaptó métodos de interpreta urbana aplicó los conceptos y métodos de
ción óptimamente descritos en su ensayo la investigación de campo a las poblacio
«Símbolos del ritual ndembu»* publicado nes urbanas, con la ciudad como contex
por vez primera como una colección to del estudio más que como fenómeno
(Gluckman, 196v4) y más tarde como ca objeto de éste.
pítulo de su obra más leída Theforest o f Este enfoque es sobre todo conspicuo en
symbols (1967). Turner enumeró tres la tendencia de los antropólogos urbanos
fuentes de información relevante: «(1 ) a examinar la organización social de pe
Forma externa y características observa queñas colectividades urbanas, analizan
bles; (2) interpretaciones ofrecidas por es do su vida social en términos de las más
pecialistas y legos; (5) contexto pertinen grandes estructuras de poder institucio
...........
nales. Algunos de estos estudios se basan tos laborales y sindicalistas en los centros
en unidades territoriales, como los ve urbanos de los países en desarrollo (Eps-
cindarios; otros examinan tramas socia tein, 1958). Otros analizan el crecimiento
les, redes relaciónales que vinculan a desproporcionado de las ciudades punte
personas que pueden vivir o no en proxi ras a expensa de las regionales de resul
midad inmediata. Las tramas sociales tas del desarrollo económico en países
urbanas son a menudo inubicables, ex del tercer mundo.
tendiéndose desde las áreas rurales ori Los antropólogos urbanos han estudiado
ginarias a los grandes asentamientos ét exhaustivamente la emigración rural a
nicos de las ciudades (Boissevaín* 1974; la ciudad y han puesto de manifiesto la
Gmelchy Zenner* 1995). fragilidad de la proposición de que a me
La antropología urbana anaÜ2a también dida que los campesinos se asientan en
los problemas característicos de las gran las ciudades va desintegrándose su orden
des ciudades, como el crimen, el desor social y su vida cultural, argumento fun~
den social, la pobreza, la indigencia y la damental para la teoría del urbanismo
precariedad de los que carecen de techo, como modo de vida. Los estudios sobre
así como la condición de los transeúntes. los colectivos marginales surgidos de re
Estos estudios tratan de la organización sultas de la migración masiva desde el
social y las prácticas culturales de dife campo a la ciudad en países en vías de
rentes grupos urbanos, como las bandas desarrollo durante las décadas de 1960 y
(Suttles, 1968), los pobladores étnicos 1970 revelaron que no daba lugar a la
(H. Gans, 1962), las redes de parentesco anarquía, sino a nuevas formas de orden
(Stack, 1974), los alcohólicos vagabun social, planificación y estructura institu
dos (Spradley, 1970) y los criminales y cional (Peattie, 1968; Mangin, 1970; B.
prostitutas (Merry, 1981), Suelen exten Roberts, 1978).
derse a los sistemas de regulación buro La antropología urbana ha centrado
crática, política urbana, administración siempre su interés en la situación del ur-
asistencial, renovación urbana y condi banita pobre. En sus controvertidos tra
ciones económicas que configuran a las bajos, Oscar Lewis (1966) declaró que
comunidades locales. Otros temas de es existía una CULTURA DE LA POBREZA, for
tudio se centran en los sistemas de con ma de vida uniforme surgida entre los
trol social formal, como la policía, los más pobres en una variedad de ambien
tribunales y las prisiones. tes urbanos en México, Puerto Rico y
Pese a la concentración de este tipo de Nueva York. Y aunque este concepto ha
investigaciones en Estados Unidos y sido muy criticado, constituyó un impor
Gran Bretaña, la antropología urbana es tante esfuerzo por teorizar sobre los im
una disciplina comparativa. Los estudios pactos sociales de la existencia en las
sobre el parentesco y la vecindad en las márgenes económicas de una gran ciu
ciudades británicas (Michael D. Yonng y dad industrial (Yalentine, 1968). Investi
Willmott, 1957) y norteamericanas (Lie- gaciones más recientes atienden a las co
bow, 1967: Lamphere, 1987) encuentran munidades locales existentes en las
su paralelo en otros similares realizados grandes ciudades industriales como pro
en la India (Lynch, 1969), Suráfrica (Phi ducto del desarrollo creado por el capita
lip Mayer, 1961)TJapón (Bestor, 1989) y lismo tardío y al progresivo empobreci
en muchas otras partes del mundo, A su miento de las clases más bajas. Susser
vez* algunos antropólogos exploran la (1982), por ejemplo, analizó de qué for
naturaleza cambiante de los movimien ma configura la cambiante economía
política de la ciudad la situación vital de bana, aunque inspirada inicialmente en
los más humildes. D. Harvey examinó a las teorías sobre el urbanismo, hoy estu
su vez (1989b) los cambios sobrevenidos dia sobre todo la vida social del ciudada
en la vida urbana a consecuencia de los no más que los aspectos y características
movimientos de capital y el trabajo de de la ciudad que le acoge. SEM
alcance global. Los antropólogos estu Otras lecturas Eames y Goode, 1977;
dian las fuerzas políticas y económicas Richard Fox, 1977; Halperin, 1990;
que transforman las colectividades urba Hannerz, Í992; Perm, 1977.
nas; renovación del hábitat, adquisición
y recuperación de viviendas deterioradas antropología visual Estudio vi
por parte de profesionales de clase media sual y perceptivo de la cultura y de sus
y consiguiente desplazamiento de las aspectos materiales, así como de las for
personas menos favorecidas, desinver mas de comportamiento humano en di
sión en las ciudades, disminución de los ferentes comunidades y entornos. Como
empleos urbanos, discriminación racial capacidad básica para el trabajo de cam
en el mercado privado de la vivienda, po observacional, las facultades visuales
política pública de la vivienda y creación y perceptivas han formado parte de la in
de nuevos asentamientos urbanos. Algu vestigación antropológica desde la crea
nos trabajos examinan el impacto del di' ción de la disciplina. Como subcampo sis
seño arquitectónico y la planificación ur tematizado de la antropología ha experi
bana en la vida social en términos ya po^ mentado una rápida expansión desde la
sitivos, ya negativos, en este caso en lo década de 1960 tanto en términos teóri
que puedan tener de propiciadores del cos como prácticos, al hilo de la mayor
comportamiento criminal (J. Jacobs, disponibilidad de recursos para la ense
1961; Merry, 1981). Mucho menos ha si ñanza y la práctica de la investigación.
do lo publicado acerca de cómo redefine Hoy el gran progreso experimentado por
el POSMODERNISMO la vida urbana. la tecnología de las comunicaciones hace
La RAZA, el GRUPO ÉTNICO, la CLASE y el posible que los investigadores antropoló
GÉNERO como formas de diferenciación y gicos y creadores de filmes y videos pre
exclusión son fundamentales en este senten elementos de su experiencia vi
campo, y han sido muchos los estudios sual e intelectual a una audiencia mucho
dedicados a explorar de qué modo inci más amplia y en todo el mundo.
den las categorías de raza y etnia en los Algunos elementos básicos han centrado
modelos de migración y asentamiento, el interés de la antropología visual desde
en las oportunidades laborales, en las or que Félix Regnault rodara sus cuatro do
ganizaciones de voluntarios, en las insti cumentales breves sobre una mujer wolof
tuciones comunales, en el acceso al tra en París en 1895. Destacan entre sus pro
bajo y al ocio, y en el mantenimiento de pósitos, la profundidad de conocimientos
la relaciones de parentesco (Philip Ma- sobre el tema, la naturaleza de la relación
yer, 1961; Mullíngs, 1987). El senti con el sujeto del mismo, y las técnicas y
miento étnico, en particular, persiste en estrategias de expresión, así como el hilo
las zonas urbanas en forma de barrios de conductor, los temas, la edición, el interti-
composición étnica uniforme o de aso tulado, el estilo narrativo, la voz narrado
ciaciones voluntarias como las que pro ra, el diálogo, los subtítulos, la sensibili
mueven la rotación de créditos entre pa dad artística y estética, y la precisión y
res y los agrupamientos funerarios veracidad de lo filmado (Hockings, 1995;
(Hannerz, 1980). Asi, la antropología ur Crawford y Simonsen, 1992).
Qué constituye un filme «etnográfico» de Cooper y Shoedsack, o Song o f Ceylan
ha sido fuente de preocupación para mu (1954) de Wright y Grierson. El uso de
chos, y el debate no ha contribuido nece películas como parte de la investigación
sariamente a producir presentaciones etnográfica empezó con la obra precur
más exactas o expresivas de la vida y el sora de Margaret MeAD (1942) en Bali y
comportamiento sociales. Pese a todos los Nueva Guinea. Con el advenimiento de
problemas que entraña la intervención, cámaras portátiles de menor peso, con la
la interpretación, el posicionamiento y la sincronización de sonido e imagen, el
subjetividad, con el alto nivel de interac tratamiento en color y la tecnología del
ción propiciado por la interfaz palabra- vídeo, a partir de 1950 se ha producido
imagen, el hecho es que hoy la cinemato una gran eclosión del interés de los ci
grafía, el vídeo y la televisión desempe neastas por otros pueblos, culturas y lu
ñan un papel crucial en el conocimiento gares del mundo. En el ámbito de habla
intercultural cruzado accesible a un nú inglesa y francesa ha destacado en este
mero creciente de personas, pues la de sentido John Marshall, cuya labor de ca
manda de registros de esta clase aumen si cuarenta y cinco años sobre los !kung
ta imparablemente en todo el mundo, san de África del Sur, particularmente a
académico y no académico. través de su colaboración durante diez
Otros temas llaman hoy la atención del años con Timothy Asch, dio como resul
interesado: nivel y grado de colabora tado más de veinte películas descriptivas
ción, género, autoría, medios indígenas y y sumamente expresivas de determina
poder. Así, pues, el poder, la política y la das culturas y sociedades específicas de
poética de la representación ponen de los san (Ruby, 1995). El trabajo de Jean
relieve importantes aspectos en relación Rouch en Africa occidental y en Europa,
con la traducción cultural, la compara en particular su influyente Ohronique
ción y la identidad personal. El hallarse d’un été (1960) en París, con Edgar Mo-
detrás de la cámara significa poseer tec rin, ha sido muy relevante al dar un pro
nología, poder y saber operacional. La vocador enfoque documental a la cine
dinámica de la distribución del poder y matografía con su novedoso cinéma véri-
la colaboración en el campo y en los lu té (Stoller, 1992). Destaquemos también
gares de producción y consumo es com la obra de Robert Gardner, quien con su
pleja y moral y éticamente delicada. La Dead birds (1963) y hasta, su Forest o f
posesión de control e influencia sobre la bliss (1985), ha sído una de las figuras
distribución de medios en el mercado señeras de la cinematografía antropoló
global actual implica un dominio que gica y transcultural (Robert S. Gardner,
permite representar y definir los térmi 1992; Oster, 1994). La colaboración de
nos de la identidad cultural y del recono Timothy Asch con Napoleon Changnon
cimiento transcultural (L. Taylor, 1991; dio como resultado treinta y siete intere
Crawford y Turton, 1992- Lutkehaus, santes películas sobre la vida de los ya-
1995b). nomamo, recibiendo especial atención
Los primeras películas etnográficas se su A xefigh t (1975), donde trataba aspec
destinaron a grandes audiencias popula tos de la subjetividad del cineasta-inves
res: el trabajo filmográíico de Spencer tigador y reflejo consiguiente de manera
sobre los aborígenes australianos (1901), mucho más incisiva de lo acostumbrado
por ejemplo, o In the land o f the head- (Lutkehaus, 1995a; D. Marks, 1995).
htmters (1914) de Curtís, Nanook o f the Con sus trabajos en África oriental, Aus
North (1922) de Laherty, Grass (1924) tralia, la India y Europa, David y Judith
MacDougall han tratado de llevarnos les sobre la situación etnográfica. La an
más allá del omnipresente, omnisciente tropología visual requiere una formula
y omnipotente observador y su cámara ción teórica más sólida al respecto (Mar
(cine observacional) para implicarnos y tínez, 1992) y, como dijo Lucien Taylor
hacernos experimentar el encuentro so (1996, p. 72): «L a producción y recep
cial del cineasta con sus sujetos (cine ción cinemática no es un hecho transhis-
participativo). David MacDougall nos ha tórico y transcultural. La audiencia es
recordado que no debemos confundir el un “ hecho social total" ... impreso en
fragmento fílmico con las entidades ma un contexto cultural y en un momento
yores, y que la cámara sólo plasma even histórico, y por tanto susceptible de in
tos, personas y fragmentos de otras cul terpretación sociológica y psicológica».
turas y lugares. Más recientemente El campo de la antropología visual y de
(1995a, b) ha explorado la importancia la cinematografía etnográfica, con su
de la voz subjetiva en los filmes etnográ considerable valor y su legado documen
ficos y las posibilidades que encierra el tal acerca del mundo de la realidad, ha
discurso entre diferentes subjetividades desestimado durante mucho tiempo a
en busca de modos intersubjetivos de películas y cineastas cuyos trabajos y
contemplar la vida social y cultural (cine contenidos traspasan la línea de lo «real»
intertextual). y lo «irreal», la «ficción» y la «verdad»
A partir de 1970, los cineastas antropoló de formas sumamente ilustrativas de la
gicos con mayor sensibilidad para con la vida social humana. Así ocurre en algu
ontología del medio fílmico —impacto nas obras de Abbas Kiarostami, o en fil
sensorial, complejidad de la luz, imagen, mes con narrativa ficticia dirigidos a cul
sonido, juegos de palabras, posibilidades turas y modos de vida específicos, como
artísticas y estéticas, naturaleza ficticia algunos de Satyajit Ray, Ousmane Sem-
de la filmación, manipulación espacio- bene, Yilmaz Guney, Mira Nair y mu
tiempo y narrativa maleable—han trata chos otros cineastas del tercer mundo,
do de liberarse de toda noción restrictiva como también del primer mundo (A r
acerca de cómo producir películas a la mes, 1987; Appaduraí, 1991). No hace
vez que documentos etnográficos. Algu falta decir que incluso el filme más do
nos de los filmes resultantes buscan un cumental es una imagen de lo real, y ha
mayor detalle y una descripción más de ser montado y creado. Y como sujeto
profunda de la vida y el comportamien de estudio de la antropología visual, los
to sociales. Ejemplos de ello son T'iit filmes de narrativa de ficción de una so
path (1971) de Rundstrum, Rundstrum ciedad representan también una prácti
y Bergum, Kzoelelka — Onka’s big moka ca, un producto o un artefacto cultural
(1974) de Naim, Trobriand cricket igual de expresivos que las herramien
(1976) de Leach y Kildea, Cannibal tours tas, la arquitectura, la música o los ma
(1987) de O’Rourke, Black harvest nuscritos religiosos (M. Fischer, 1984;
(1992) de Connolly y Anderson, e In and Traube, 1992). Con la globalización de
out o f Africa, (1992) de Taylor y Barbash. las tecnologías de la comunicación, los
Un campo mal explorado y poco defini antropólogos han empezado a prestar
do en la cadena de la experiencia fílmica atención a la producción y el consumo
antropológica y cinemática es el repre translocales y transnacionales de los me
sentado por los espectadores, es decir, el dios televisivos, y en particular al con
medio sensorialmente perceptivo, y adi texto en que ese material televisivo es
cionalmente las demandas transcultura- producido por grupos con apoyo del go-
biernOj o motivados por intereses comer mado Kulturkreis o «círculo de cultura»:
ciales y publicitarios o, en fin, por enti conjunto completo de características que
dades independientes, y consumidos en satisfacía todas las necesidades de una
una multitud de localidades por perso cultura y componía un complejo que de
nas de edad, sexo, clase y nacionalidad finía a una área geográfica dada (W.
diferentes, con el propósito de compren Schmidt, 1939). Los teóricos del «círculo
der sus objetivos, significado e impacto. de cultura» plantearon asimismo la exis
Ésta es una vertiente en la que la antro tencia de un pequeño número de círculos
pología visual puede aportar valiosos co originales que evolucionaron y se difun
nocimientos en un futuro próximo (L. dieron con el tiempo, combinando ele
Abu-Lughod, 1993). mentos de dos escuelas de hecho enfren
Más qué cualquier otro medio o forma tadas en la tradición angloamericana.
artística, las películas y vídeos dependen Las áreas de cultura solían definirse en
de la experiencia del mundo real en for razón de sus fuentes de subsistencia (ali
ma y contenido, discurso y representa mentaria), como las ocho identificadas
ción, sujeto y objeto. Si la antropología en el Nuevo Mundo por Wisller (1917), o
ha de crear un espacio para lo visual ha por un complejo de rasgos comunes, co
brá de abstenerse de condenar las dis mo el COMPLEJO PECUARIO en África
continuidades entre los medios fílmicos (Herskovits, 1926) o el equino de los in
y escritos y de todo intento de transfor dios norteamericanos de las llanuras
mar uno en otro, y hallar modos innova (Wissler, 1923). Estos estudios recogían
dores para aprovechar los ya altos niveles numerosos datos que luego eran estadís
de conocimiento de lo visual y de los me ticamente analizados a fin de establecer
dios de comunicación entre los estudio su significación como elemento vincu
sos y las audiencias actuales. PS lante entre culturas (H. Driver y Kroe
Véase también FOTOGRAFÍA.. ber, 1952).
Otras lecturas Conner et a l: 1986; De- L a s e x p lic a c io n e s basadas en áreas d e
vereaux y Hillman, 1995; Heider, 1976; c u ltu r a p e r d ie r o n p r e d ic a m e n t o c o n la
Hockings y Omori, 1988; Louos, 1993; d e s a p a r ic ió n d e l d ifu s io n is m o y la e m e r
Rollwagen, 1988, Warren, 1996. g e n c ia d e l FUNCIONALISMO, a u n q u e d u -
r a n te años a m e n u d o se c o n s id e r ó q u e
área de cultura Es una región geo los a n tro p ó lo g o s n o rte a m e ric a n o s p o d ía n
gráfica donde cierto número de socieda r e v e la r s e c o m o v e r d a d e r o s m a e s tro s en
des comparten un conjunto común de m a te r ia s c o m o l a d is tr ib u c ió n d e u te n s i
rasgos que a menudo se da en llamar lio s c u lin a rio s, las m u tila c io n e s g e n ita le s
«complejo de cultura». El término fue o lo s s o m b re ro s d e co p a r e d o n d a y n o
usado por primera vez por los paladines cu a d rad a. Sus c r ítico s a rg ü y e r o n c o n é x i
del DIFUSIONISMO, quienes afirmaron que to q u e la m e r a id e n t ific a c ió n d e rasg os
áreas tales servían como fuente de inno e r a u n p r o c e d im ie n t o m á s b ie n p o b r e
vaciones a continuación adoptadas por p a r a a b o rd a r l a CULTURA y q u e la in v e n
ney, 1980) y el chamán local es a menu mano de obra en las sociedades ricas en
do condenado por BRUJO. Por otra parte, tierra y pobres en recursos humanos va
los sometidos indefensos pueden ver al ría de acuerdo con las demandas impues
chamán-brujo como profeta mesiánico tas por la estructura demográfica de la
inspirador de rebelión (I. Lewis, 1971). economía productiva. Las economías con
Por tanto, el chamanismo puede tener cocientes de consumo-producción más al
un papel crucial tanto desde el punto de tos (y más onerosos) presentarán una
2
' Cociente coEUTimidor-produ-ctor.
Indoeuropea:
Indoirania Sánscrito, hindi-urdu, bengalí, cingalés, persa
Armenia
Baltoeslava Lituano, ruso, polaco, checo, serbocroata
Albanesa
Griega
Itálica (incl. el romanche) Latín, francés, español, portugués, italiano, rumano
Afroasiática:
Semítica Hebreo, árabe, amhárico
Egipcia antigua
Bereber Kabileño, tamasheq
Cusítica Somalí, oromo
Omótica [varias lenguas de Etiopía occidental y Kenia
septennional]
Chádica Hausa
Nilo-sahariana Kanuri, luo, massai
Tabla 1 (continuación)
Uíger-congoleña, incluidas:
Mande Maninka, mende
Atlántica Pula, wolof
Ijo
Yoruba
Bantú Swahili, xhosa, zulú
Khoisana Ñama, ¡kung
Esqiiimal-aleutiana Inuit, aleutiano
jJa-Dene, incluida;
A thabascana Navajo, chippewa
Otras fam ilias lingüísticas indias
norteamericanas, incluidas:
Algonquína Píes negros, cree
Iroquesa Séneca mohawk, cherokee
Siouana Crow, dakota, omaha
Salishana Squamish, shuswasp
Uto-azteca Shoshonés, hopi, náhuatl
Oto-mangueana Otomí, mixteca, zapoteca
Maya Yucateca, tzeltal, quiché
Chibchana Cuna
Caribeña Galibi
Arahuacana Arahuaco, caribeño isleño
Tucanoana Tucano, basarano
Tupí Guaraní
Ge Chavante
Panoana Cashinah.ua
Quechua
Aimará
tos com o «T A B Ú », «TO TE M ISM O », «SACRI formar los alimentos como señal de la
FICIO» y «c o m u n ió n », los aspectos r e li emergencia de la humanidad, el equiva
giosos d el consumo de com ida. L o s fu n lente culinario del papel del tabú del in
cionalistas p rosigu ieron a lo largo de es cesto respecto del sexo. Este interés llevó
tas líneas en el s ig lo XX y trataron de a un intento por distinguir gustemas (al
vincular estas prácticas con la estructura estilo binario según el modelo lingüísti
de las relaciones sociales (la d im en sión co), como en el contraste que observó en
«so cio lóg ica ») y con los procesos de p ro tre las cocinas inglesa y francesa (Lévi-
ducción y reproducción, com o en e l estu Strauss, 1969b). La distribución de estos
dio de A u d r e y HlCHARDS Land, L a b o u r rasgos fue seguidamente comparada con
&nd diet ín N o r th e r n K hod esia (1939). la de esferas homólogas a fin de poner de
Más específicam en te centrados en la co manifiesto las «actitudes inconscientes»
cina han sido los análisis estructurales de las sociedades consideradas. Más tar
de L é v i-S tr a u s s (1963a), en los que en de pasó de la distinción binaria al «trián
tendió la aplicación d el fu ego para trans gulo culinario» basado en el vocal homo-
nimo de la. lingüística (Lévi-Strauss, zan de comidas diferentes de las de los
1965), que prosigue en sus análisis de la grupos inferiores, donde las prácticas je
mitología suramericana (Lévi-Strauss, rárquicas hacen referencia las clases de
1969-1981), donde el triángulo culina alimentos en uso, la manera en que se
rio, con sus vértices crudo, cocido y po preparan y sirven y la forma en que son
drido, se suplementa con un triángulo de tomados (la esfera entera de las «formas
recetas que comprende asado, ahumado en la mesa»).
y hervido. Otros autores (Lehrer, 1974) Las sociedades estatales compuestas de
han abundando en esta noción, pero ba varias regiones no aparecen necesaria
sándose en lexeraas, unidades de una. mente definidas por sus propias formas
lengua particular más que en gustemas de cocinar. En la mayoría de los estados
analíticos o incluso tecnemas. africanos eran pocas las diferencias exis
Mary DOUGLAS usó una forma de análi tentes en la dieta respectiva de los gru
sis cultural para «descodificar una comi pos superior e inferior. En términos ge
da» (1971) reduciéndola a sus compo nerales, los hogares de los jefes usaban
nentes, pero insistiendo al mismo tiempo las mismas recetas que en otros estratos,
en que debía situarse en el marco global con la posible excepción de contar con
de otras consumidas, pues «el significado más carne, más sal y más de todo antes
de una comida» se encuentra examinan que de mayor variedad de elementos. Es
do una serie de analogías repetidas, pa ta situación guarda relación con el hecho
ralelamente al estudio a la manera de de que la mayoría de las unidades do
B a DCLIFFE-B r o w n (1922) acerca de los mésticas dependían de la agricultura de
rituales de las islas Andamán. Del mis azada, incluso las de los mercaderes ocu
mo modo, la estructura simbólica debe pados en el comercio y las regiones po
entenderse ajustada al modelo de rela derosas y dirigentes volcadas en la ob
ciones sociales. tención de botín, de modo que las dife
Lo que se tiende a omitir en estos enfo rencias económicas no eran grandes.
ques es el acento en las diferencias inter Además, los miembros de cualquier re
nas (por ejemplo, de CLASE) en las prác gión tomaban a menudo sus esposas de
ticas culinarias, dado que la noción de otras, determinándose así cierta homo-
cultura implica en general la idea de ho geneización de las prácticas culinarias
mogeneidad. Tampoco se presta sufi entre las mujeres. En general no se for
ciente atención a los cambios resultantes maron subculturas importantes y no
de estos conflictos internos, o a la impor emergieron, pues, cocinas diferentes (J.
tación de nuevos cultivos, nuevas técni Goody, 1982).
cas o nuevas recetas del exterior. Sin em Contrástese esta situación con la de las
bargo, una reflexión sobre la situación sociedades principales de Europa y Asia,
mundial revela que estos cambios no es donde los grupos de posición más eleva
tán confinados sólo a las sociedades da desarrollaron estilos culinarios mas
avanzadas, aunque es cierto que la in complejos y tenían acceso a ingredientes
dustrialización de la comida ha acelera y recetas más elaborados. Como Marc
do el proceso, por ejemplo, en la produc Bloch (1967) ha señalado, estos grupos
ción y uso del azúcar (Mintz, 1985). tendían a desposarse en un círculo cerra
En algunas sociedades estratificadas, di do, endogámica más que exogámica'
ferentes modos de vida basados en el ac mente, de ahí que desarrollaran sus pro
ceso a recursos de varias clases significan pias subculturas. En ello se veían apoya
que los grupos de posición superior go dos por su riqueza mucho mayor en
perras de AGRICULTURA de arado (o in ciones adquirieron gran importancia;
tensiva), donde la disponibilidad de ani tanto en la Inglaterra puritana como en
males de labranza significaba, que un la China comunista se impusieron severas
h o m b re podía producir mucho más que restricciones a los banquetes públicos.
otros, lo cual le permitía sufragarse un Un aspecto de este exceso es la constante
modo de vida «superior». Dado que el asociación de la comida con el sexo, te
sistema predominante de DOTE fomenta ma que ha interesado a Crawley (1902),
ba la unión de propiedad y posición, los Lévi-Strauss, Khare (1976) y a muchos
casamientos tendían a producirse en el otros autores. De China se ha dicho que
seno del grupo, entre personas que com los vocabularios culinario y sexual se so
partían el mismo estilo de vida. lapan, y no sólo en el plano simbólico, si
Esta diferenciación aumentó con el ad no también en el doméstico, ambos es
venimiento de la escritura, que ayudó a trechamente relacionados.
grupos especializados al servicio de las
capas superiores, o aun a miembros de Coesposa Mujer que comparte el ma
éstas, a reunir y elaborar recetas en ma rido con una o más muj eres en unión po-
nuales de cocina que seguidamente po ligínica. MR
dían servir de modelo a quienes aspira
ban a acceder al mismo estilo de vida. Cognados Son aquellas personas re
Éste fue particularmente el caso con la lacionadas con un individuo por lazos de
llegada de la imprenta, cuando la proli consanguinidad, sea por línea materna o
feración de ediciones abrió camino a la paterna. «Cognado» se usa a veces como
movilidad social. sinónimo de «ENADO». MR
En algunas sociedades de este tipo, el
proceso alcanzó un grado más alto que Colaterales Se trata de parientes o
dio lugar no sólo a una cocina diferen de líneas de parentesco que no descien
ciada, sino a la alta cocina. China es al den directamente de un individuo, como
respecto muy representativa, y Michael es el caso de los hermanos o la progenie
Freeman (1977) ha discutido la emer de los abuelos (tíos, tías, primos). MR
gencia de tal cocina en términos de la
amplia disponibilidad de ingredientes y colonialismo Establecimiento y man
recetas, de un cuerpo de aventurados ca tenimiento del poder, durante un plazo
tadores, el placer de cocinar y el desarro prolongado, por parte de un poder sobe
llo de una agricultura avanzada. Otros rano sobre un pueblo extraño y subordi
lugares que dieron marco a una cocina nado que se mantiene ajeno al poder v i
semejante fueron la India hindú, el gente. «Colonialismo» se asocia frecuen
Oriente Próximo árabe y la Italia del temente con «colonización», a saber, el
Renacimiento. En medida diferente, to asentamiento físico de gentes (colonos)
dos crearon culturas de restauración, crí del centro imperial en la periferia colo
tica para la emergencia de las cocinas re nial por ejemplo, las antiguas colonias
gionales formalizadas de China- griegas, o los colonos británicos en las tie
Tanta elaboración culinaria produjo ine rras altas de Kenia). Rasgos característi
vitablemente respuesta airada no sólo por cos de la situación colonial son el dominio
parte de los pobres, sino de los filósofos político y legal sobre una sociedad extra
éticos, que ponían objeciones a semejante ña, las relaciones de dependencia econó
derroche, exceso, diferenciación y POBRE mica y política, la reorientación de la eco
ZA- En determinados lugares, estas obje nomía política colonial hacia los intereses
y las necesidades económicas imperialis cabo mediante asignaciones de tierras y
tas y la desigualdad racial y cultural ins trabajo (el sistema de encomiendas y re-
titucionalizadas (Fanón, 1963). partimientos) ? con nuevas formas de ex
El colonialismo es una variante del im plotación económica (plantaciones y ha
perialismo, entendido éste como rela ciendas) y minería intensiva en mano de
ción territorial desigual entre estados obra en busca de vetas de oro y plata. Es
basada en la subordinación y la domina ta primera fase del colonialismo fue im
ción, asociadas con particulares expre pulsada en algunas de sus vertientes por
siones del capitalismo industrial como lo que Eric W olf (1982) llamó «la bús
los monopolios financieros y los movi queda del metal» y de otras formas de ri
mientos de capital transnacionales. Co queza (especias, marfil y esclavos), pero
mo forma de expansión territorial, el co los orígenes de la expansión europea son
lonialismo es expresión de un desarrollo complejos, enraizados en la creciente
irregular en un sistema de capitalismo competencia mercantil, impulsos reli
global en curso, así como de alteración giosos e ideológicos y el desarrollo políti
de las divisiones internacionales del tra co regional asociado con la crisis del feu
bajo (Baxrat-Brown, 1974)- dalismo.
En la era moderna (desde 1870) se ha El colonialismo tuvo como marco una li
empleado el término «colonialismo» co mitada capacidad tecnológica (las colo
mo descripción general del estado de so nias se hallaban a menudo geográfica
metimiento de sociedades no europeas mente muy distantes de la metrópoli, de
de resultas de las formas específicas de ahí que fueran relativamente autóno
expansión* organización y dominio del mas) y el poder y los impulsos sociales de
imperialismo europeo, norteamericano y un modo particular de producción (feu
japonés (Fieldhouse, 1981). El colonia dalismo tardío). Aunque el primer coló-
lismo y las luchas por liberarse él han si nialismo se considera a menudo «mer
do fuerzas fundamentales en la configu cantil» por su naturaleza, promovido por
ración de lo que hasta hace poco se ha los estados europeos a través de casas de
dado en llamar el «tercer mundo» y en comercio y compañías licenciatarias, su
la formación de un sistema global distin impacto en el planeta excedió con mu~
to y moderno (S. Hall, 1996). cho la esfera del COMERCIO y de los inter
cambios. Por ejemplo, millones de indi
Historia viduos fueron tomados a la fuerza de
Le era del colonialismo empezó en el si Africa para trabajar en régimen de ES
glo XV con la expansión europea en A fri CLAVITUD en las plantaciones del Caribe
ca, Asia y el Nuevo Mundo. Inaugurada y sur de Estados Unidos, mientras que la
por España y Portugal y seguida luego minería y la ganadería aportaron al
por otros poderes europeos occidentales, Nuevo Mundo nuevos circuitos de co
como los Países Bajos e Inglaterra, el colo mercio internacional de bienes de gran
nialismo emergió a raíz de las conquistas consumo (Stavrianos, 1981).
y asentamientos violentos que siguieron a Como aspecto de un nuevo sistema glo
un período de exploración extensiva. El bal emergente, el colonialismo nació en
proyecto colonialista más ambicioso fue el el sustrato de un residual feudalismo eu
auspiciado por España en el Nuevo Mun ropeo y duró tres siglos. Se desbarató en
do, que implicaba formas complejas de el siglo XV III por el rápido avance del CA
dominio y administración directa e indi PITALISMO industrial en Inglaterra,
recta, La colonización española se llevó a Francia y Alemania, y cedió su sitio a:
una nueva forma o fase segunda, de du — Distintas formas de estado colonial
mucho más breve y con raíces en
r a c ió n (entendido como proyecto a la vez cultu
un expansivo capitalismo de alcance ral y político: Corrigan y Sayer, 1985), y
mundial. El siglo que medió entre 1820 los intereses que representaban, como el
y ia primera guerra mundial fue testigo ESTADO.
de la aparición de un orden colonial mo — La diversidad de sociedades precolo-
derno respaldado por la total hegemonía niales sobre las que se impuso diferen
europea del comercio mundial, las fi cialmente la dominación europea. Dado
nanzas y las comunicaciones marítimas que colonizador y colonizado se encuen
y por nuevas formas de autoridad políti tran geográficamente separados, todos
ca y militar sostenida por la tecnología, los colonialismos deben enfrentarse a la
las ciencias aplicadas y la información espinosa cuestión de cómo han de ser
(el telégrafo y otros). administradas financiadas y rentabiliza-
Entre 1870 y 1918, los poderes coloniales das las colonias (Crow y Thorpe et al,
sumaron en promedio 614.400 km2 cada 19S6).
año a sus posesiones; entre 1875 y 1915, Los estados coloniales fueron cruciales
una cuarta parte de la superficie de la para el establecimiento de las condicio
Tierra se distribuyó o redistribuyó en nes necesarias para la obtención de in
colonias entre media docena de estados gresos (por ejemplo, impuestos, adua
(Hobsbawn, 1987). Gran Bretaña, Fran nas), regímenes laborales (basados en
cia y Alemania ampliaron sus colonias formas varias de trabajo libre o servil)
en diez millones, nueve millones y dos instituidos para la manufactura de mer
millones y medio de kilómetros cuadra cancías; también para conjugar alianzas
dos, respectivamente; Bélgica e Italia, políticas que mantuvieran la ficción de
Estados Unidos y Japón aumentaron sus una participación local y, no obstante,
dominios en aproximadamente dos m i aseguraran la hegemonía imperial (a
llones y medio y doscientos cincuenta menudo frágil).
mil kilómetros cuadrados, respectiva A finales del siglo XIX y principios del
mente. Esta fase de «imperialismo clási Xx, el colonialismo adoptó una gran va
co» dejó de describirse en términos de riedad de formas. Una tipología útil em
laissezfaire y mercantilismo, pues repre plea las coordinadas de formas de pro
sentó una nueva fase del desarrollo del ducción de bienes, régimen laboral y po
capitalismo y de rivalidad interimperial. der político (Hicks, 1969). En el caso de
Africa fueron tres las formas más defini
Colonialismo moderno das (Amin, 1973):
Puede clasificarse con form e al m o m en to — Asentamientos de colonos, como en
y manera en que te rrito rio s ajenos fu e Kenia y Mozambique, donde el gobierno
ron incorporados a un sistem a m u n d ial directo por una clase de colonos se asoció
(véase TEORÍA DEL SISTEMA M U N D IAL) y con la producción de bienes de consumo
subyugados, en g e n era l m ed ia n te uso de exportables procedentes de las plantacio
la fuerza, seguida de conquista y rapiña. nes: productos como el algodón, el té, el
Con más precisión , las variacion es en la café y el azúcar.
experiencia colon ial resultan de la com — Economías de comercio, como en N i
binación específica de: geria y Senegal, caracterizadas por un
— La forma de economía política capita gobierno indirecto a través de las clases
lista en momentos específicos de la his dirigentes locales (autoridades nativas),
toria mundial. que actuaban como burócratas colonia
les, y producción por el campesinado de que. Sin embargo, en gran parte del
bienes de consumo exportables, como mundo en desarrollo pervive una sensa
aceite de palma y cacahuetes. ción general de que la descolonización
— Concesiones mineras en lugares como no se ha traducido en una verdadera in
África del Sur o Zaire, donde el capital dependencia económica o política. La
transnacional dominó la economía nacio persistencia de una producción primaria
nal y se reclutó una fuerza laboral inmi destinada a la exportación y de elites po
grante, a menudo a la fuerza en primera líticamente dependientes vinculadas a
instancia, desde «reservas nativas» espa los poderes coloniales sugiere que el co
cialmente segregadas para el trabajo en lonialismo se ha transformado en un
las minas, que impusieron una nueva con «neocolonialismo perpetuo» (Abdel-Fa-
figuración a la economía política local. dil, 1989).
La educación occidental y la actividad
misionera, introducidas como medio pa Perspectivas teóricas
ra adiestrar a los funcionarios de segun Los esfuerzos por explicar los orígenes y
do orden y como brazo civilizador del es la cronología, y el carácter y las conse
tado colonial, tuvieron consecuencias cuencias del colonialismo moderno han
contradictorias. Los dirigentes naciona generado una copiosa literatura. El colo
listas, anticoloniales de primera genera nialismo ha sido considerado una fuerza
ción, surgieron precisamente del servicio benigna de modernización económica y
civil (administrativos, maestros) y de las progreso social (la llamada mission civila-
escuelas de las misiones que continuaron trice) que garantiza la ley y el orden, la
su educación más allá de los límites fija propiedad privada y el contrato, infras-
dos por los maestros coloniales. En el pe tructuras básicas e instituciones politoló-
ríodo que siguió a 1945, el aumento de gicas modernas (Bauer, 1976). También
los movimientos anticoloniales en las co ha sido ubicado en diferentes tradiciones
lonias y las crisis económicas en un siste del marxismo y neomarxismo como ins
ma imperialista en declive contribuye* trumento de destrucción masiva, depen
ron a un rápido proceso de descoloniza dencia y explotación sistemática genera
ción. Los poderes imperiales tacharon al dor de economías «distorsionadas» (véase
sistema colonial de caro y crecientemen TEORÍA. DE LA. DEPENDENCIA) , desorienta
te ingobernable. El colonialismo se desa ción psicosociológica, pobreza masiva y
creditó política e ideológicamente ante dependencia neocolonial (Rodney, 1972;
los emergentes movimientos nacionalis Baran, 1957; A. Frank, 1967). Algunas lí
tas, a menudo activamente apoyados por neas de pensamiento marxista han postu
el bloque socialista (véase NACIÓN). lado que el capitalismo colonial fue «pro
La independencia del gobierno colonial gresista», actuando como poderoso, motor
llegó rápidamente en el período de pos del cambio social (B. Warren, 1980); otros
guerra, a pesar de que los colectivos de trabajos marxistas han argumentado que
colonos blancos fueron especialmente el colonialismo no fue suficientemente
resistentes a toda noción de poder indí progresista, provocando la célebre obser
gena, La independencia sólo se logró en vación de Kay (1975) de que lo que el ter
estos casos mediante la insurrección or cer mundo necesitaba era más explota^
ganizada, como ocurrió con los mau mau ción, no menos. Otros estudios igual de
de Kenia> o a través de una prolongada controvertidos han postulado un MODO DE
guerra de liberación por guerrilleros in PRODUCCIÓN claramente colonial (Alav:,
dómitos, como en el caso de Mozambi 1975). Con todo, lo que queda claro es que
el cambio de las «esferas de influencia» yectos coloniales donde se ha producido
informales al régimen colonial formal en la mayor parte del trabajo antropológico
el sigl° XIX hincó sus raíces en una nueva reciente.
fase de transformación capitalista (llama Han sido varios los hilos conductores de
da a veces la «segunda» revolución indus esta nueva lectura antropológica del co
trial) en la que la rivalidad capitalista y el lonialismo. Uno de ellos ha llevado a la
crecimiento de los fondos transnacionales recuperación de las voces perdidas —los
de capital industrial y financiero impul silencios y ausencias en los registros im
saron la búsqueda de materias primas, periales—acerca de las luchas y resisten
nuevos mercados y nuevas oportunidades cias de grupos subalternos como el cam
para la inversión. pesinado, los trabajadores menos cualifi
Aunque la investigación antropológica cados y las prostitutas; otro ha permitido
ha aportado poco o nada en general a las reconocer que el examen de esta subor
grandes teorías del colonialismo, efecti dinación arroja una nueva luz sobre la
vamente se ha centrado en las represen hegemonía colonial para centrarse en las
taciones culturales particulares de los «tensiones del imperio» (F. Cooper y
«otros», no europeos, y en las ideologías Stoler, 1989) —las contradicciones, el de
y prácticas (misionarios, viajeros, cientí sorden y la insuficiencia del gobierno
ficos) asociadas con los aparatos colonia colonial— y en la dialéctica de la cons
les que eran parte de las prácticas y ex ciencia de unos y otros al respecto. En es
periencias de los diversos colonialismos te trabajo se reconfigurado el colonialis
locales (Taussing, 1987; Jean Comaroff y mo como proceso monolítico para susti
Comaroff, 1992). tuirlo por una sensibilidad hacia las
culturas locales como palestra de comba
Antropología y colonialismo te en el seno de sistemas globales históri
La experiencia colonial implicó comple camente específicos. Y por último, y con
jas y simultáneas pautas de resistencia y fines más ambiciosos, este nuevo concep
adaptación al gobierno colonial, y es en to del colonialismo como objeto de es
este terreno —el universo de la conscien crutinio antropológico lo contempla co
cia y la cultura de colonizador y coloni mo proceso global transnacional y trans-
zado—donde los antropólogos han pres cultural que echa por tierra las grandes
tado una importante contribución (Sto- narrativas imperiales eurocéntricas cen
ler, 1995; B. Cohn, 1987; Alonso, 1995; tradas en las naciones coloniales (Said,
Swedenburg, 1995). 1978). Desde esta perspectiva «poscolo-
La antropología es inseparable de la his nial», los subyugados Otros no eran sim
toria y prácticas del colonialismo en un plemente actores de segunda fila en ujia
doble sentido: de una parte, los antropó gran epopeya de dominación europea, si
logos fueron con frecuencia empleados no que constituyen lo que Stuart Hall
por el estado colonial, y de la otra, la (1996) llamó «la cara exterior de la mo
ciencia de la RAZA era parte integral de dernidad capitalista occidental» (véase
las formas en que los poderes coloniales FOSCOLONIALISMO).
se representaban a sí mismos y a los Los antropólogos han contribuido a la
otros, no europeosTen el proyecto moder tarea de reescribir la historia de Occi
nista de los siglos XIX y XX (véase tam dente, de ubicar en su verdadero lugar
bién DESARROLLO, MODERNIZACIÓN). Ha múltiples historias y contingencias cro
sido en torno a las tensiones y contradic nológicas y de recuperar las historias lo
ciones surgidas en el seno de varios pro cales extrañadas y relegadas cuya raíz se
encuentra en las interrelaciones globa- té. Cuando una de las partes en el inter
les-locales (Escobar, 1994; N. Thomas, cambio posee una vasta superioridad en
1994; Gilsenan, 1996; Stoler, 1995; armamento y puede imponer arbitraria
ÍL Young, 1995). MWa mente las condiciones de transacción es
Otras lecturas Brewer, 1980; Etheiing- muy difícil establecer la distinción entre
ton, 1984; I. Wallenstein, 1974, comercio y tributo.
Otro modo de adquirir bienes desde la
comercio Intercambio bidireccional distancia se ha dado en llamar comercio
en el que las transacciones suelen produ «en sucesión», muy referenciado en el
cirse a menudo en un momento dado. El registro etnográfico. En este caso, los ob
comercio comprende dos tipos de inter jetos son transferidos de un grupo local a
cambio: ( 1) el mediado por alguna espe otro vecino. Es frecuente que otra clase
cie de DINERO, donde la compra y la ven de objetos siga el curso contrario, y que
ta son factores clave; y (2) el TRUEQUE, ambas se integren en la misma transac
donde dos bienes o servicios se intercam ción. Por ejemplo, las conchas de nácar y
bian por otros dos sin intervención de di las hachas de piedra verde eran objeto
nero. Es cuestionable si debiera incluirse de intercambio a lo largo de un eje nor
bajo la rúbrica «comercio» el INTERCAM te-sur en lo que hoy se conoce como Pa-
BIO DE PRESENTES, Aunque frecuente en púa Nueva Guinea, (Las conchas de nár.
los escritos antropológicos, el comercio car tenían su origen en la costa meridio
no constituye un concepto técnico bien nal y las hachas en la septentrional.)
definido. Algunos de los objetos eran almacenados
Las formas de comercio particularmente en un lugar intermedio, y otros despa
interesantes para los antropólogos son chados. El valor relativo de cada uno
las que ser califican como de «de larga (comparado con el otro) se establecía en
distancia» y «en sucesión», porque con función de la distancia de su lugar de
frecuencia implican a muchas socieda origen.
des distintas con valores culturales dife Las pequeñas SOCIEDADES IGUALITARIAS
rentes. El comercio de larga distancia mantienen sistemas de intercambio re-.;
desplaza objetos a lugares muy alejados guiar que propician la expedición de ob-
de su origen (cobre, bronce, obsidiana, jetos a puntos de destino muy lejanos.
gemas, hachas de piedra, nácar, etc.). En Los intercambios pueden producirse ea:
algunos casos se emprenden expedicio el curso de encuentros esporádicos o ea
nes a los lugares de origen de los recur momentos diádicamente convenidos. Es-
sos, se adquieren las materias primas (y tos intercambios se denominan a veces
puede que se fabrique el objeto) y se re de «comercio» y otras de «intercambio
gresa al punto de partida. Esto no consti de regalos». Los criterios para diferen
tuye comercio porque no hay intercam ciar ambos conceptos no están claros. Por
bio. Más comunes son las expediciones ejemplo, una parte importante de las ex
mercantiles que llevan a los individuos pediciones kula en las islas Trobriand
al lugar de origen de recursos que se «co del Pacífico obedecía al comercio orga
mercializan» mediante intercambio. La nizado entre visitantes y anfitriones, to
evidencia arqueológica de este tipo de talmente al margen del suministro de;
actividades es abundante en el antiguo valores kida.
Oriente Próximo, así como la evidencia Las sociedades de más entidad, en parti
histórica de los últimos siglos sobre el cular las ESTRATIFICADAS, gozan de mu~
comercio ultramarino de especias, seda y chas más oportunidades para implicarse
en el comercio organizado. En las socie modificación de la política fiscal. De
dades políticamente centralizadas pue donde que la incertidumbre inherente a
den establecerse puntos concretos o estas condiciones propicie la concentra
«puertos de comercio», ciudades, asenta- ción del comercio en bienes de lujo y al
jnientos o imperios mercantiles especia to valor y, en comparación con éste, de
les sin más fin que el de acoger toda escaso peso.
suerte de transacciones con forasteros, a El comercio tienen el efecto de hacer
menudo ubicados en zonas fronterizas. disponibles objetos (y puede que servi
Puede haber comercio interior, facilita cios) extraños. Prácticamente todas las
do por la organización centralizada de sociedades humanas han comerciado. Y
las leyes, los jueces y el dinero que re entre los efectos del comercio destaca el
fuerzan la reglamentación local de los incrementar el surtido de bienes y recur
contratos, los sistemas locales de medida, sos a disposición de una localidad dada,
y a menudo también un lenguaje comer que presumiblemente aumentan la ca
cial local que permita la creación de un pacidad de los locales para gestionar su
conjunto uniforme de leyes. Los inter entorno. Adicionalmente puede entra
cambios entre sociedades urbanas son ñar la ventaja social de mantener una
menos uniformes y suelen denominarse interacción pacifica y fructífera entre so
«tributo» o «trueque». ciedades vecinas. En el plano individual,
Por último, los individuos o las corpora un socio de comercio puede significar el
ciones pueden comerciar allende las refugio necesaria en caso de trastorno o
fronteras. Aunque de importancia extre subversión del orden. RHun
ma, ha sido poca la atención dedicada Véase también CAPITALISMO, COLONIALIS
sistemáticamente al estudio de los roles MO, MINORÍAS MEDIADAS, TEORÍA DEL SIS
sociales y ocupacionales del comerciante TEMA MUNDIAL.
a grandes distancias y del que atraviesa Otras lecturas Curtin, 1984; Earle y
las fronteras políticas. La capacidad re Ericson, 1977; Plattner, 1989; K. Polany
querida de estos individuos es enorme: et aL, 1957.
los sistemas de medida son raramente
iguales en lugares diferentes, de modo compadrazgo Forma ritual de pa
que esta clase de comerciante ha de po rentesco derivada del padrinazgo católico
seer el dominio de varios; también varía romano común en España, Iberoamérica
la moneda, cuyo valor fluctúa en el tiem y las Filipinas (Hart, 1977). La relación
po, como cambian las costumbres y las padrino-ahijado crea vínculos perma
leyes contractuales de un lugar a otro. El nentes de obligación mutua y afecto en
mercader de éxito ha de aprender todos tre las partes y entre los padrinos y los
estos sistemas y operar fácilmente con padres naturales de sus ahijados. MR
ellos. Además, la seguridad del comer
ciante y de sus pertenencias depende del complejo pecuario Término acu
poderío militar que le respalda, de la si ñado 'por M elville H e r s Ko v t ts (1926)
tuación de paz y justicia de los lugares para describir un conjunto de creencias
.en los que desempeña su oficio, y aun de entre las sociedades pastorales del este y
la solidez de su propia red comercial. Y sur de Africa en las que el prestigio aso
todos estos factores varían de una época ciado con la propiedad de ganado pare
a otra y en lugares distintos y pueden ser cía superar hasta extremos irracionales
objeto de cambios súbitas por razones co el valor económico real. Este complejo se
mo la guerra, una crisis económica o la caracteriza por tres aspectos:
— La posesión de ganado se valoraba co ya vida transcurre en un ámbito social.
mo riqueza en lo social más que en lo eco Los antropólogos han hecho uso desde
nómico y era objeto de intercambios es hace tiempo de la complejidad de las fa
trictamente en contexto con las relacio cultades y prácticas de comunicación co-
nes sociales, como el matrimonio, donde mo medida de las diferencias entre los
constituía la parte sustancial del pago de seres humanos y otras formas de vida.
la novia (véase PAGO POR I A NOVIA). Mientras que muchos animales poseen
— Las reses no eran sacrificadas para ob alguna forma de intercambio de infor
tener carne, salvo en especiales ocasiones mación en su repertorio comportamen-
ceremoniales. tal primario, desde hace mucho tiempo
— Los ganaderos estaban estrecha, si no se considera que sólo los humanos son
emocionalmente, unidos a su ganado. capaces de la forma compleja de comu
Herskovits entendía por «complejo» un nicación que llamamos LENGUAJE.. La ex
conjunto de rasgos, no una fijación u ob clusividad de esta facultad humana ha
sesión mentales, pero el término adqui sido puesta en tela de juicio a raíz de los
rió pronto este significado psicológico. experimentos de comunicación llevados
La irracionalidad de estos rasgos fue re a cabo en anos recientes con otras espe
chazada por estudiosos más modernos, cies animales, en particular chimpancés
que hallaron que la cría de ganado cons y otros grandes monos. Sin embargo, es
tituía la estructura económica de un sis razonable sostener que ninguna otra es
tema cultural de creencias centrado en pecie animal ha desarrollado la comuni
el ganado más que el sentido inverso. cación hasta el nivel de complejidad pro
Entendieron que valorar el ganado era pio de la vida humana.
una muestra de sensatez donde la agri
cultura era insuficiente (Porter, 1965; H. Modelos de comunicación teóricos
Schneider, 1979) y que el comercio esta Aunque el estudio de la LINGÜÍSTICA en
ba más extendido de lo que Herskovits alguna de sus formas data de la inven
creía (Galaty y Bonte, 1991). Además, el ción de los SISTEMAS DE ESCRITURA, los
«sacrificio ritual» demostró ser una modelos teóricos de la comunicación co
fuente sorprendentemente regular de mo proceso general, considerado el len
obtención de alimento (H. Schneider, guaje sólo como aspecto particular, son
1957). Hoy el debate ha pasado del relativamente recientes. El semiólogo y
«complejo pecuario» a la «complejidad lingüista Ferdinand de Saussure y el fi
pecuaria» a medida que los antropólogos lósofo pragmático Charles Peirce pro-,
han tratado de desentrañar las múltiples porcionaron la base de muchos trabajos
relaciones que confieren al ganado un posteriores sobre la estructura general
papel clave simbólico, económico, reli de la comunicación gracias a su desarro-,
gioso y social al mismo tiempo. TB lio de teorías acerca de la función de los
Véase tam bién PASTORES NÓMADAS, signos.
El antropólogo Edward S A P IR formuló
comunicación Es el comporta una de las primeras propuestas generales.
miento que se traduce en la transferen para un enfoque comportamental de la :
cia de información entre organismos con comunicación diciendo que «todo mode
miras a modificar el comportamiento de lo cultural y todo acto de comportamien
todos los participantes en el proceso. La to social implican comunicación, ya ex
comunicación es básica en todas las for plícita ya implícita» (1931, p. 78). Sostu
mas de vida y esencial para los seres cu vo igualmente que la comunicación de.
fundamentalmente de naturaleza sim será el contenido informativo, y a mayor
bólica y, por consiguiente, dependiente probabilidad, menor información y tan
¡Je la naturaleza de las relaciones y el en to más próximo será el suceso a la entro
tendimiento entre los interlocutores. pía. La existencia de un sistema discreto
El lingüista alemán Karl Bühler desa con parámetros de evaluación entre cu
rrolló una teoría de campo sobre el len yos límites puede ser calculada la proba
guaje en su Spracktheorie (1954) que bilidad de un suceso es esencial a esta
resultó ser un formidable modelo para definición; de otro modo, un suceso ines
matemáticos, lingüistas y sociólogos perado será visto como de naturaleza
(Bühler, 1990). En síntesis consideró al aleatoria y, así, con escaso contenido in
lenguaje compuesto por cuatro elemen formativo. .
tos —hablante, oyente, signo y objeto—y Román Jakobson (1960), apoyándose en
tres funciones: la expresiva (de coordina el trabajo de Bühler, desarrolló un mo
ción del signo con el hablante), vocativa delo de comunicación similar al de
(de coordinación del signo con el oyente) Shannon y Weaver, modelo que se pre
y referencial (que correlaciona signo y senta en la figura 1, En este diagrama,
objeto). cada uno de los que Jakobson llamó «fac
Claude Shannon y Warren Weaver, de tores constitutivos ,.. en cualquier acto
Bell Telephone Laboratories, colabora de comunicación verbal» es emparejado
ron en 194S en el desarrollo de un mode con una «función» diferente del lengua
lo matemático de comunicación que, je (en cursiva). Según Jakobson, en cada
aunque influyente, eliminaba toda refe comunicación verbal predominará uno o
rencia a factores sociales y culturales del más de estas funciones. Su particular in
proceso comunicativo. La formulación terés en este aserto era explicar la fun
de Shannon y Weaver (1971) contenía ción poética del lenguaje, que él identifi
seis elementos: origen, codificador, men ca como la función del lenguaje que ope
saje, canal, descodificador y receptor. Es ra para intensificar el mensaje.
tos elementos generales podían conce
birse de muchas maneras, pero la formu Comunicación animal y
lación más corriente reconocería al comunicación humana
hablante como origen, la mente y el sis Los antropólogos han identificado desde
tema vocal como codificador, un sistema hace mucho tiempo la comunicación lin
de daves como el lenguaj e o el gesto co güística como uno de los principales ele
mo mensaje, las ondas sonoras en el aire mentos —si no el principal elemento—
o las señales electrónicas como canal, el que distingue a los humanos de otras
sistema auditivo y el cerebro como des- formas animales. En las décadas de 1950
codificador y el oyente como receptor. y 1960 algunos autores empezaron a ex
Shannon y Weaver incluían también en plorar la continuidad de los sistemas de
su modelo el concepto de «ruido» sisté- comunicación humano y animal. La ma
míco, cuya descripción matemática se yor parte del trabajo en este período ini
conocio más tarde como «entropía» y fue cial fue conjetural y programático, pero
objeto de estudio por derecho propio. En eficaz a la hora de establecer nuevos pro
esta formulación, la información se con gramas de investigación.
sidera opuesta a la entropía; conceptos, Charles D, Hocken (1960) clasificó trece
ambos, que se describen en términos de «características estructurales» en las co
probabilidad. Cuanto menos probable municaciones animales, algunas de la
sea un suceso en un sistema dado, mayor cuales identificó como privativas de los
Contexto
Referencia!
Mensaje
Poético
Emisor Destinatario
Emotivo Co nativo
Contacto
Fático
Código
Metalingual
Rasgo Características
les del siglo XIX negaron la importancia neral para la escritura y la otra para las
de la difusión no es correcta. Robert Lo- interacciones oralmente vehículadas. Las
WIE en particular subrayó la asociación
dos variedades muestran diferencias en
de la difusión y el historícismo, la inven todos los niveles de la estructura lingüís
tica. La diglosia debe distinguirse de aque
ción independiente y el evolucionismo
llos casos en que una variedad normal
(Harris, 1968, pp. 175-176). La falacia
coexiste con uno o más DIALECTOS regio
aquí es que los evolucionistas promovie
nales y sociales, pues en un escenario di-
ron la invención independiente no para
glósico, la variedad superpuesta ha de ser
derrotar al difusionismo, sino para de
aprendida formalmente por todos y na
mostrar la UNIDAD PSÍQUICA DE LA HUMA
die de la comunidad la usa como medio
NIDAD.
corriente de conversación. Por lo mismo
«Difusión del estimulo» es un concepto
debe ser distinguida del bilingüismo,
elaborado por A.L. KROEBER para descri
donde (para algunos sectores de la po
bir la reinvención de un elemento trans
blación) la lengua superpuesta es la nati
mitido a través de una barrera social o
va propia. De particular interés para los
cultural para hacerlo congruente con los
lingüistas es el impacto de la diglosia en
valores de la cultura receptora. El dirá
la variación y cambio de la lengua.
sionismo popular es la atribución, típica
En su artículo clásico, C. Ferguson (1959,
mente falsa o distorsionada, de ciertos
p. 336) definió diglosia (del griego di-
elementos culturales a culturas extrañas, glossos, de dos lenguas) como:
en especial antecedentes, como la atribu Una situación lingüística relativamente
ción a los romanos o celtas por parte de estable donde, además del dialecto prima
los europeos contemporáneos de todo lo rio de la lengua (que puede incluir un pa
que suena a antiguo. trón o patrones regionales) existe una va
La investigación reciente sobre difusión riedad superpuesta muy divergente, muy
en antropología, sociología y geografía se codificada (a menudo gramaticalmente
ha centrado en el modelo de difusión pro más compleja), vehículo de un volumino-
so y respetado caudal de literatura escrita, El uso de la tipología de Ferguson eomo
bien de un período anterior o de otra co «modelo de uso real de la lengua» que
munidad parlante, que se aprende en delinea las condiciones en las que una o
gran medida con la educación formal y se ambas variedades pueden ser empleadas
usa en la mayoría de trabajos escritos, pe en interacciones verbales concretas ha
ro no es usada por ningún sector de la co sido criticado por estudiosos que en su
munidad en la conversación ordinaria. momento juzgaron inadecuada su natu
Comparando situaciones lingüísticas de raleza dicotómica para explicar los datos
Egipto, Haití, Grecia y la Suiza germa- lingüísticos propios (Catón, 1991,
nófona, halló en todos los casos términos p. 145). Estudiosos del árabe, por ejem
locales para ambas variedades, que Fer- plo, han tomado de algunos trabajos so
guson denominó «alta» y «baja». bre el criollo el concepto de «conti-
El término «diglosia» fue usado por pri nuum» (Rickford, 1987) para cohonestar
mera vez hacia 1880 para caracterizar la usos que mezclan árabe clásico y no clá-
coexistencia en Grecia de las variedades sico en diversos grados. Pero los factores
lingüísticas Katharévousa («purista») y que influyen en el uso del lenguaje son
Dhimotiki («común, coloquial») (Mac- mucho más complejos que las normas
key, 1993). Marcais (1930) fue el prime globalizadoras de qué es propio o no
ro en aplicar el término al árabe para prescritas ideológica e institucionalmen
describir respectivamente sus formas es te en cualquier sociedad. El mérito del
crita y hablada, coexistentes en el mun modelo de Ferguson reside en que se
do islámico. Según Margais (p. 901), el centra en normas sociales y modos en
árabe escrito se usa en publicaciones li que se adquiere la variedad superpuesta,
terarias y científicas, en la prensa, en el porque la diglosia no es una propiedad
sistema judicial, en cartas privadas, etc., de las lenguas, sino de las comunidades
mientras que el hablado, por el contra (C. Ferguson, 1991),
rio, es la lengua de conversación en todos Cualquiera que sea la forma en que se
los planos, «populares» o «cultos». defina, la diglosia ha sido rara vez estu
Fishman extendió la aplicación a cual diada etnográficamente y desde el ángu
quier escenario sociolingüístico donde lo crucial de la naturaleza del contacto
operaran dos o más lenguas, dialectos, re entre variedades- Diferentes grupos de
gistros o «variedades lingüísticas de cual hablantes entran en contacto con la va
quier clase funcionalmente diferencia riedad superpuesta en modo y grado di
das» (1972, p. 92) y alegó que la diglosia versos: trato con interlocutores, medios
es la «normalización social» del bilingüis de comunicación, burocracia, religión,
mo (1967, p. 37). Así, diglosia ha venido a educación formal y otros. La noción de
significar la diferenciación funcional del que las variedades pertenecen a la «m is
uso de la lengua independientemente de ma» lengua ha sido criticada por varias
las condiciones en que se adquiera la va razones (véase Valdman, 1986, sobre
riedad superpuesta. Esta ampliación se Haití) y esta «mismidad» (identidad) no
mántica explica en parte la enorme ava ha sido explorada desde el punto de vis
lancha de publicaciones sobre la materia ta de los hablantes. Otras cuestiones cen
desde 1960 hasta el presente (A. Hudson, trales que no han recibido atención ade
1992), Otra bibliografía reciente sobre el cuada son: (1) el impacto de los sistemas
tema (M Fernández, 1995) contiene tra educativos poscoioníales en la conforma
bajos en varias lenguas acerca de unas 175 ción, reproducción o eliminación de la
situaciones lingüísticas de todo el mundo. diglosia (Ibrahim, 1985); (2) los roles
asignados por la comunidad a la clase y conocibilidad e intercambiabilidad (di
al género (N. Haeri, 1995); y (3) las rela nero por otras cosas y por otro dinero)—
ciones entre el dominio a menudo hege- han llevado a algunos sociólogos y antro
mónico de la lengua «alta», la identidad pólogos a considerar su uso como signo
y las ideologías nacionalistas (Gnmperz de creciente racionalidad de la sociedad
y TOlson, 1971; Fishman, 1975; Áltoma, (Simmel, 1978; M. Weber, 1968). Mu
1969; Grandguillaume, 1983). NH chos esquemas evolutivos sugieren que
Véase también CULTURAS ORALES, POESÍA, las funciones útiles del dinero son tantas
SISTEMAS DE ESCRITURA. que habrán de desplazar con el tiempo a
Otras lecturas Catón, 1990; Chejne, otras formas de intercambio. Pero el ver
1969; Messick, 1993. dadero dinero también tiene otros atribu
tos menos deseables: inutilidad material,
dilema matrilineal Es el conflicto volatilidad y conflicto. La divisibilidad,
con que se enfrenta el padre en un siste ocultabilidad y enorme intercambiabili-
ma de descendencia matrilineal donde dad del dinero pueden tentar a su gasto
se debate entre su obligación primaria sin freno. Los cambios en las condiciones
de atender y subvenir a las necesidades políticas pueden reducir las funciones va
de los Hijos de su hermana y su deseo de lutarias por aboliciones y devaluaciones
bacer otro tanto con los propios, que son que disminuyen su utilidad como reser
miembros del grupo de descendencia de va de riqueza (Guyer, 1995). La inflación
la esposa: «Amo a mi hijo, pero me veo puede reducir el dinero a la nada o ha
forzado a ceder mis pertenencias al inú cerlo menos asequible y contable. Los
til de mi sobrino». MR controles fronterizos pueden perjudicar
su intercambiabilidad y movilidad. Y el
dinero En sentido estricto, es una cla propio dinero, impreso en papel, es vul
se de objeto material útil sólo o princi nerable frente a riesgos como el fuego, la
palmente con fines de intercambio y que inundación y los insectos (riesgos reales
puede circular indefinidamente entre en algunos escenarios tropicales). Así,
las personas que lo usan sin perder nece acecha al individuo el peligro de que su
sariamente valor. Lo que se considera di riqueza líquida pueda evaporarse.
nero varía enormemente: oro y plata en Aunque la mayoría de las lenguas moder
Eurasia, varillas de hierro en África, nas cuentan con términos indígenas o fo
grandes rocas en Yapp, conchas en Poli ráneos para referirse al dinero, su signifi
nesia, cuentas de vidrio en la India, se cado y límites conceptuales varían consi
millas de coco en Mesoamérica, por citar derablemente. Temas de especial interés
unos pocos ejemplos. Muchos pueblos antropológico al respecto han sido las ra
usan más de una forma El papel y el di zones de su uso y limitaciones, y las im
nero electrónica amplían el concepto. plicaciones morales de su propagación.
Sin embargo, en sus funciones económi El dinero es un arma de dos filos que ha
cas de definición clásica —como portador polarizado a los teóricos sociales. Los hu
e índice de riqueza, medio de intercam manos pueden usar el dinero en apoyo
bio y de pago, patrón de valor y unidad de la DIVISIÓN DEL t r a b a j o para aumen
de cuenta— tiene límites incluso en los tar asi la producción y la productividad,
centros industriales y financieros. como demostraron Adam Smith (1776)
Los admirados atributos del dinero y numerosos estudiosos de la economía y
-contabilidad, portabilidad, divisibili la sociedad. Pero también pueden usarlo
dad, homogeneidad (o uniformidad), re- para explotar, subyugar y empobrecer a
otras gentes, como Aristóteles (350 a.C.), mismo (Crump, 1981: cap. 1). «Dinero»
Marx (1887) y los marxistas} los teóricos es la sinécdoque por antonomasia y, por
dependentistas y algunos economistas tanto, referente a la vez de ideas como
políticos recientes han puesto de mani comercio, regateo, provecho, individua
fiesto. Los antropólogos han utilizado, y lismo, libertad, explotación, impersonal
han revisado, las teorías de los filósofos lidad, miopía temporal o reducción de
de la política, los economistas y los soció calidad y cantidad que niega la variación
logos (Ortiz, 1983- G-udeman, 1986). y la singularidad. Muchas variantes del
Las gentes perciben en el dinero valores dinero poseen implicaciones de posición
tanto cuantitativos como cualitativos. El o CLASE y se usan para establecer o alla
valor del dinero se basa en la confianza, nar las dependencias de los humanos.
que puede ser destruida por la inestabili Diversamente retratado en las filosofías
dad social o política. Cuantitativamente, clásicas como facilitador del intercam
el valor oficialmente establecido del di bio, manifestación del contrato social,
nero y el que tiene en el mercado no ofi corruptor de vínculos sociales, tentador
cial han diferido a veces notablemente y de almas o segregador de las clases socia
ello ha dado lugar al cambio y al comer les, al dinero se le atribuyen a menudo
cio ilegales de moneda, difíciles a veces poderes que en realidad pertenecen alas
de controlar por las autoridades u orga personas que lo atesoran o intercambian,
nismos competentes. Incluso en presen Los individuos que se consideran plena
cia de monedas nacionales fuertes, las mente monetizados o capitalistas no lo
gentes no cesan de inventar y usar múl son tanto en un examen más profundo.
tiples formas de dinero, algunas con uso Por ejemplo, el dinero no reemplaza del
y circulación muy restringidos (por todo al TRUEQUE, como indican algunos
ejemplo, cupones, vales, prendas, paga esquemas evolutivos, sino que éste desa
rés, certificados de regalo, cuentas co parece y reaparece en momentos y luga-
rrientes, asientos mercantiles, dinero res distintos, cambiando sólo de aspecto
electrónico). Estos dispositivos pueden (Humphrey y Hugh-Jones, 1992a). Nin
limitar los bienes contra los que puede guna sociedad acepta absolutamente el
ser cambiado el dinero, los momentos y intercambio de dinero por cualquier co
lugares de cambio o las personas cualifi sa y cualquier individuo, pero ninguna
cadas para efectuarlo. alcanza tampoco a ejercer todas sus
Los valores cualitativos del dinero pue prohibicones de venta o cambio. Entre
den ser simbólicos, psicológicos o estéti las cosas que más se guardan de una po
cos en su naturaleza. El dinero se crea sible vinculación con el dinero en efecti
con símbolos y es en sí mismo un símbo vo, o que se compran y venden sólo re
lo de gran versatilidad. Puede entender servadamente en la mayoría de las socie
se exánime e inerte o vivo y en auge, co~ dades, destacan la tierra (en particular
mo desprovisto de significado moral in heredada o colectiva), el cuerpo humano
herente (J. Parry y Bloch, 1989) o y sus fluidos, los objetos asociados con los
cargado de valencia moral propia y de espíritus y la divinidad, y los cargos y tí
otro tipo (Simmel, 1978). Se describe di tulos religiosos, políticos y educaciona
versamente como causa o como efecto de les. Las prohibiciones de intercambio ri
las transformaciones sociales. Para algu gen no sólo para objetos concretos, sino
nos antropólogos, el pago en dinero re también para particulares relaciones so
presenta una especie de ritual, aunque ciales, como la patemo-filial, entre maes
muy vacío de contenido cultural por sí tro y pupilo o entre monjes.
A l hilo de lo descrito por Raymond prestar dinero con interés es permisible
FlRTH sobre los tikopia del Pacífico, et a los creyentes. Una solución histórica
nógrafos de lugares varios han descrito mente común ha sido dejar este aspecto
esferas de intercambio, es decir* catego en manos de MINORÍAS MEDIADAS; otra ha
rías culturales de cosas fácilmente inter consistido en camuflar estas transaccio
cambiables por otras de la misma cate nes con una terminología que esquiva la
goría, pero no de otra, so pena de oprobio palabra «interés». Diferencias termino
moral. Las sociedades limitan a menudo lógicas como éstas pueden indicar las
la intercambiabilidad y sustituibilidad existentes, más profundas, en el respecti
del dinero marcando su origen. Entre los vo concepto cultural acerca de los roles
luo de Kenya, el «dinero amargo» deri que caben a las finanzas y a la economía
vado de actividades entendidas como en la vida social. PS
impropias (por ejemplo, la venta de tie Véase también ANTROPOLOGÍA ECONÓMI
rras heredadas) no puede usarse para f i CA, COMERCIO.
nanciar la dote de la novia (Shipton, Otras lecturas R. Firth y Yamey, 1964;
1989). Tales limitaciones imbuyen al di Neale, 1976; K. Polanyi, 1944; Sahlins,
nero de valencia moral y normativa en 1972.
un intento de preservar las relaciones fa
miliares íntimas, crónicas y sagradas de dÍSCUrSO Véase TEORÍA DEL DISCURSO,
la corrupción generada por ganancias
derivadas de actividades socialmente división del trabajo Nace de la
condenables (Parry y Bloch, 1989; Zeli- idea de que el trabajo de una sociedad se
zer, 1994). Sin embargo, este dinero pue «divide» entre sus miembros. Aunque el
de entenderse a veces como susceptible concepto es muy antiguo, fue Emile
de conversión desde la impureza a la pu- D U RKH E IM quien lo fijó en el léxico de
reia moral. Puede tratarse de una tran las ciencias sociales en su obra clásica
sacción clara y abierta, como el cambio The división o f labor in society (1935)-
histórico de monedas por los mercaderes Implica que la vida social es una crea
bíblicos del Templo, pero las más de las ción de la energía humana y que para
veces adopta la forma de lavado de dine que funcione requiere que cada indivi
ro mediante intercambios seriados, cari duo satisfaga su parte del trabajo total:
dades religiosas, fundaciones filantrópi en subsistencia, mantenimiento del or
cas o rituales especiales que borran o en den y comunicación con los dioses. La
mascaran su origen. naturaleza de las tareas que constituyen
El dinero usado para ganar dinero es el trabajo total y la forma en que éste se
quizá la categoría más debatida en todas divide y coordina conforman el campo
las culturas. Muchos términos financie de investigación de este epígrafe.
ros, como «capital», «ingresos» e «inver Los teóricos d e l siglo XIX, incluidos Marx
siones», carecen de adecuada traducción y Durkheim, sostuvieron que ciertos as
en otras lenguas o son portadores de con pectos de la división del trabajo eran
notaciones morales muy diferentes en universales y determinados por la natu
culturas donde las actividades generado raleza humana. La distribución y coordi
ras de dinero son observadas con sospe nación de las tareas por edad y sexo pa
cha o desaprobación- La mayoría de las recían una obviedad: las mujeres cocina
grandes religiones del mundo, incluidos ban, cuidaban de los niños y enfermos,
el catolicismo, el hinduismo y el islamis- se ocupaban de las comodidades internas
mo, han batallado con la cuestión de si el de la casa; los hombres atendían a ganar
se la. vida y garantizar la seguridad en el feminismo. Pero éstos no se centraron en
mundo exterior al hogar. La generación la misma división que había ocupado a
más joven componía el estamento de tra los teóricos precedentes, el trabajo en la
bajadores y guerreros; la de más edad, la sociedad considerada como un todo, sino
de organizadores y filósofos. Lo que más precisamente en las dimensiones que
despertó el interés de Durkheim en la aquéllos habían relegado a la naturaleza
división del trabajo en la sociedad iba humana: sexo y generación. Teóricos ne-
más allá de estas consideraciones. Señaló omarxistas como Claude Meillassoux se
que había dos tipos básicos de división y ñalaron que había relaciones laborales
coordinación del trabajo. Donde la tec que satisfacían todos los criterios que ha
nología era sencilla, el trabajo de las uni cían posible la apropiación de los EXCE
dades de la sociedad duplicaba el de DENTES, fundamental en el análisis mar
otras, dándose sólo complementariedad xista: los hombres y los ancianos hacían
genuina en la vida ritual. A esto lo llamó suyos los valores generados por el traba
«solidaridad mecánica», sirviéndose del jo de las mujeres y los jóvenes. Los femi
sistema sectorial aborigen australiano nistas fueron más lejos para argumentar
como ejemplo. Donde la tecnología era dos puntos en su opinión esenciales. En
compleja, las unidades realizaban tareas primer lugar, la propia noción del traba
diferentes y, por tanto, dependían en jo, la asignación de tareas por GÉNERO, y
gran medida de la complementariedad, sus condiciones de complementariedad,
lo que él llamó «solidaridad orgánica» al que, lejos de ser naturales obedecen más
hilo de lo observado en la moderna so bien a un constructo cultural. La propia
ciedad industrial. obviedad de la división del trabajo para
A medida que los registros etnográficos los participantes es un indicador de la
se han hecho más y más ricos y variados, elaboración, el refinamiento y el carác-
estas categorías y teorías simples han ido ter generalizado de las técnicas de per
siendo abandonadas, sin que ello conlle suasión culturales. De ahí el cambio, ya
vara el rechazo del término «división del aceptado, de la terminología de «d ivi
trabajo». Por muchos años, hacia media sión del trabajo por sexo» a «división del
dos del siglo XX, h a sido un simple tér trabajo por género». En segundo lugar, la
mino descriptivo para referirse a quién teoría feminista atacó el marco concep
hacía qué. Los ESTUDIOS TRANSCULTURA- tual que había tomado erróneamente gé
LES basados en los Human Relations nero por sexo. Esta crítica queda óptima
Area Files (Archivos de Relaciones Hu mente simbolizada en la comunicación
manas por Areas) han tratado de corre de Slocum (1975), donde demuestra que
lacionar divisiones del trabajo específi la atención antropológica en las socieda
cas con otros aspectos de la vida social y des cazadoras y recolectoras se había cen
han encontrado que hay unas pocas tare trado casi exclusivamente en el hombre
as que prácticamente son UNIVERSALES, cazador, mientras que los estudios de nu
como la caza de grandes animales por trición revelaban que la mayor parte de
parte de los hombres y la atención a la la dieta era proporcionada por la mujer
COCINA por las mujeres, aun existiendo recolectora. Un nuevo análisis del traba
aquí asimismo muchas variaciones re jo en términos de género ha abierto nue
gionales. vas vías para el estudio de la división, del
Dos desarrollos teóricos de las décadas trabajo en sentido amplio, así como en
de Í960 y 1970 hicieron revivir el interés los terrenos relegados en el pasado a «lo
analítico de la cuestión: neomarxismo y natural» (Di Leonardo, 1991b).
Las fronteras actuales del estudio de la que puede entrañar asimismo el IN TER
división del trabajo siguen siendo fijadas CAMBIO DE PRESENTES a corto o largo pla
por los estudios del GÉNERO, en su mayo zo, incluidas las transferencias de tierra
ría centrados en el cambio hoy manifies ganado y otros objetos materiales de va
to más que en describir y clasificar a las lor entre los esposos intencionales y sus
culturas y sociedades. La imaginería fun familias (futuros afines). En estos casos,
cional de un «todo» dividido apenas hace las implicaciones de la disolución de un
justicia al aumento actual de cargas de matrimonio, en particular con niños, son
trabajo y combinación de empleos entre de gran alcance. No sólo afectan a los es
los trabajadores más pobres j los agríco posos, sino también a una red parentelar
las. Guyer (1 9 S S ) sugirió que en el caso mucho más amplia que ve amenazadas
de las mujeres agricultoras de África, la las inversiones realizadas. El divorcia
trayectoria histórica podía resumirse co puede llevar entonces a una ruptura de
mo «multiplicación de prestaciones». Los la organización familiar amplia y poner
estudios político-económicos en la orde en riesgo sistemas de alianzas sociopolí-
nación del nuevo mundo abordan la nue ticas y de intercambio ceremonial. Por
va división internacional del trabajo en esta razón, los matrimonios dentro de
escala comparativa, y nuevamente en el sistemas de pago concertado contrapo
seno de la antropología, gran parte de es nen a menudo una poderosa fuerza fren
tas obras se centran en el género: las con te al divorcio.
diciones de empleo de obreros, masculi Las restricciones de divorcio y los enfo
nos y femeninos, en fábricas, y trabaj ado ques sobre la solución de conflictos mari
res del sexo en el tercer mundo (Nash y tales son culturalmente específicos y le
Fernández-Kelly, 1985). JTG gitimados por los hábitos culturales pre
Véase también ANTROPOLOGÍA FEMIMST a , dominantes, los preceptos religiosos y las
a n t r o p o l o g ía , m a r x is t a . leyes seculares. Sin embargo, la presión
Otras lecturas M. Burton et al, 1977; para conservar el matrimonio suele ejer
Meillassoux, 1981, cerse con más intensidad en la mujer, en
aras del mantenimiento de las relaciones
divorcio Es la terminación reconoci de afinidad e intercambios, de una parte,
da de un matrimonio que libera a ambos o de los hijos, de la otra. No obstante, to
esposos de sus derechos y obligaciones dos los sistemas familiares poseen algu
maritales. En algunas sociedades consti nos mecanismos de escape que permitan
tuye un proceso legal definido; en otras a los individuos sobrevivir a las presiones
es informal y requiere tan sólo la acepta del divorcio (W. Goods, 1956). A. pesar de
ción social por parte de los individuos y la actitud cambiante frente al divorcio en
las comunidades donde residen (J. Ber numerosas SOCIEDADES INDUSTRIALES con
nard, 1970). Sin embargo, para los antro temporáneas, en muchas otras es estig
pólogos es más complejo y con atributos matizado y, así, la institución se asocia
menos precisos por los problemas que con cierta ambivalencia moral. De donde
entraña la propia definición de qué cons que hayan evolucionado elaborados me
tituye un MATRIMONIO. En consecuencia, dios culturales, organismos sociales e ins
las formas de divorcio están estrecha tituciones legales para controlar, conte
mente relacionadas con las formas de ner y gestionar el divorcio.
matrimonio que disuelven. El divorcio es sólo una de las formas de
En la mayoría de las sociedades, el ma disolución marital, aunque la más exten
trimonio implica el pago de una DOTE, dida. La separación física de los esposos,
declaración de nulidad, deserción y poral establece un plazo mutuamente
abandono se consideran en algunas so acordado, transcurrido el cual se disuel
ciedades variaciones sobre el tema. En ve el matrimonio automáticamente. La
muchas culturas, la distinción entre es venta de la esposa, asociada con el matri
tas categorías no es clara y, en realidad, monio según la ley común entre los po
pueden confundirse o solaparse. bres de la Bretaña del siglo X IX era «m e
La separación legal se usa en numerosas ramente un método público de divorcio
sociedades en sentido casi igual al reco por consentimiento mutuo» y constituía
nocimiento de los derechos de los espo una forma legal y válida de divorcio
sos a vivir separados sin llegar a un (Stone, 1993, p. 19).
acuerdo de divorcio final y en general La cuestión de por qué algunos matri
restringiendo tan sólo su derecho a ca monios acaban en divorcio y las causas
sarse de nuevo. La anulación resuelve el de la disensión marital en general si
problema del divorcio al declarar la ine guen siendo tema de interés. Los ESTU
xistencia de casamiento previo. En algu DIOS TRANSCULTURA1£S —aunque no ex
nas sociedades, como entre los hagen de tensivos—indican algunos «universales»
Nueva Guinea, la cesión del caudal nup que parecen salvar las fronteras entre las
cial que crea el matrimonio suele retra sociedades preindustriales tradicionales
sarse hasta el nacimiento de los hijos, y y los estados seculares postindustriales.
ia anulación del contrato matrimonial Abundando en la teoría de Darwin
puede ser informal (M. Strathern, 1972, (1871) del matrimonio con fines de re
p. 189). Por el contrario, entre los cristia producción, Betzig (1989) enumeró nue
nos católicos y calvinistas, que perciben ve causas de divorcio, la primera de las
el matrimonio como un sacramento y cuales era la infidelidad, en particular
juzgan sacrilega su disolución, la anula por parte de la esposa. Sujeta a un mode
ción puede ser la única forma de «divor- lo SOCIOBIOLÓGICO, argumentó que esta
ció» posible, pequeña válvula de escape doble vara de medir es producto de las
ante la expectativa de que los malos en diferentes estrategias reproductoras: «La
laces deben ser simplemente soportados. esposa injuriada pierde poco, desde el
La anulación del matrimonio es mucho punto de vista reproductivo ... mientras
más rara en aquellas tradiciones religio que ei marido injuriado pierde probable
sas como el judaismo y el islam, donde se mente mucho más» cuidando de un hijo
contempla ia posibilidad de incompati que no es suyo (Betzig, 1989, p. 661), In
bilidad marital y los individuos (en ge cluso donde la reproducción no está di
neral el marido) u otros organismos tie rectamente implicada, ei adulterio y la
ne poder para mediar en el problema o infidelidad siguen siendo poderosas ra
disolver el matrimonio (Corán 65, 1, 2, zones del divorcio.
226-237; Deuteronomio 24, 1). Sin em La industrialización y la urbanización
bargo, en ambos casos, el poder de la han afectado profundamente a la orga
mujer de incoar el divorcio contra los de nización de los sistemas de PARENTESCO y
seos de su marido es muy limitado. de la FAMILIA, cambiando los modelos de
Otras variantes del divorcio, menos co matrimonio y divorcio y, en.consecuen
nocidas peto reales, incluyen la expira cia, los valores morales y las actitudes
ción de un contrato de matrimonio tem culturales tradicionalmente asociadas
poral en Irán (S. Haeri, 1989) y la «ven con estas instituciones. En el plano mun
ta de la esposa» en Bretaña (Menefee, dial, el divorcio ha pasado del terreno de
1981). Un contrato de matrimonio tem la religión al de los códigos legales. En
Occidente, donde el divorcio estuvo un ca o de infección por un patógeno en un
tiempo restringido por los códigos mora individuo o huésped. Así, la enfermedad
les y de creencias cristianas, ha dejado de se considera un fenómeno biológico,
ser una anomalía o un defecto del siste mientras que la dolencia tiene además
ma para convertirse en una figura esen dimensiones psicológicas y sociales. Las
cial de éste basada en el mutuo consenti distribuciones de dolencia y enfermedad
miento y opción (O ’Neill, 1967, p. 7). A l no se solapan del todo en una población
menos a los ojos de la ley ha dejado de dada; hay individuos con enfermedades
ser un signo de patologóa social, inesta diagnosticables, como la hipertensión,
bilidad familiar y crisis individual, aun que no se saben o reconocen enfermos;
que muchos críticos sociales sigan consi en correspondencia, un porcentaje nota
derándolo así. ble de pacientes que acuden al médico
El desplazamiento de la responsabilidad están enfermos, pero no presentan una
del control religioso, comunal y social en enfermedad identificable. En biomedici-
cuestiones matrinomio y divorcio a los na, la dolencia de un paciente con sínto
individuos se ha asociado con un gran mas pero sin patología diagnosticable se
incremento de éste en todas las culturas. denomina «psicosomática» en alusión a
Por otra parte, los supuestos de que los una etiología psicológica. Aunque este
matrimonios eran más estables en las so término es hoy menos usado que antes,
ciedades preindustriales de Europa o la implicación negativa era que la enfer
analfabetas han quedado en entredicho a medad no era «rea l» dado que era la
ra.Í2 de algunos estudios transculturales mente «anormal» del paciente la cau
que indican que el divorcio era «muy co sante de las anormalidades en el cuerpo.
rriente» en las segundas (Murdock, De donde que los propios pacientes pu
1949) y que la alta mortalidad se tradu dieran ser culpados de sus síntomas. La
cía fácilmente en una temprana disolu- lógica biomédica tradicional integrada
ción marital entre las primeras (Segalen, en el concepto de enfermedad psicoso
1986, p, 151). La aparente estabilidad mática (y la distinción dolencia-enfer-
marital en estas sociedades no era un medad) ha sido objeto central de análisis
signo de idilio, sino más bien producto en la antropología médica crítica.
de circunstancias socioculturales que La distinción entre enfermedad y dolen
obligaban a los individuos a soportar su cia lleva a primer plano la cuestión de
estado, en particular para proteger sus qué es «salud», concepto notoriamente
derechos a la propiedad. SH difícil de definir. Según el criterio de la
Otras lecturas R, Cohén, 1971; Hut- Organización Mundial de la Salud, no se
chinson, 1990; Phillips, 1988. trata simplemente de la ausencia de en
fermedad, sino de un estado de bienestar
dolencia Percepción o vivencia de la físico, social y psicológico. La conceptua-
enfermedad o de «estar m al», es decir, lización de salud y enfermedad depende,
en un estado socialmente devaluado que por tanto, del constructo cultural de la
incluye, pero no se limita, a la ENFERME «normalidad». Cuando las personas se
DAD. En ANTROPOLOGÍA MÉDICA, la distin autodefinen enfermas lo hacen en con
ción. entre «dolencia» y «enfermedad» traste con los niveles de síntomas o que
reviste una importancia crucial. «Enfer jas socialmente permisibles. Cuando las
medad» hace referencia tan sólo a las personas son declaradas enfermas por
manifestaciones clínicas externas «obje- otras, la referencia implícita a la «ñor-
tivas» de anormalidad de la función físi malidad» puede traducirse en que la
medicina se convierta en un mecanismo tiempo que otras resultan más acusadas
de control social. (como cumplir las órdenes del médico,
Los antropólogos médicos han demostra proponerse la mejoría y reducir gradual
do la existencia de notables variaciones mente la dependencia de la atención sa
culturales en los tipos y la gravedad de nitaria).
los síntomas que grupos sociales diferen Desde una perspectiva cognitiva, los in
tes consideran relevantes y de importan dividuos llenan de sentido sus experien
cia. Por tratarse de criaturas biocultura cias dolientes recurriendo a un modelo
les, deben cribar las aferencias informa explicativo (M E) basado en sus ideas
tivas de su cuerpo a través de filtros de personales sobre fisiología y patología
creencias etnofisiológicas y etnomédícas que ayudan a comprender por qué sobre
culturalmente construidos. La dolencia vino la enfermedad y a predecir su curso
también tiene importantes dimensiones (Kleinman, 1980). En un entorno clíni
simbólicas, que Sontag (1990) describió co, la obtención del ME del paciente por
como metáforas culturales; y algunas en parte del sanador puede mejorar la co
fermedades (por ejemplo, tuberculosis, municación y, en algunos casos, la obser
cáncer, sida) pueden tener un poderoso vancia del plan terapéutico prescrito.
significado en determinados contextos Los antropólogos que estudian la expe
sociales. Aunque las dimensiones simbó- riencia doliente utilizan a menudo un
licas de la enfermedad adolecen con método cualitativo de recolección de na
gran frecuencia de valor negativo y se rrativas de dolencia similares a la HISTO
traducen en estigmatización social y OS RIA DE VIDA o clínica de la enfermedad.
TRACISMO (como ocurre con la lepra), en Los análisis de múltiples narrativas de
determinados contextos pueden ser obje un grupo con una categoría de dolencia
to de valoración neutra o positiva y cons particular pueden llevar a un mejor co
tituir un atributo de identidad personal. nocimiento del punto de vista del pa
Desde una perspectiva sociológica, la ciente y a la mejora de la intervención
percepción de la enfermedad es condi terapéutica. Dado que los ME se apren
ción previa para el comportamiento do den en un contexto sociocultural, no de
liente, que incluye la aceptación del ROL ben considerarse propios de la idiosin
de enfermo y la búsqueda de la inter crasia del sujeto. Cuando los comparte
vención terapéutica de un sanador. Los un grupo pueden considerarse modelos
pacientes suelen observar un modelo de poblacionales de dolencia. Las dolencias
«jerarquía de acción» en su búsqueda de no reconocidas en el esquema de catego-
cuidados sanitarios pasando a menudo a rización de la biomedicina se denominan
médicos especialistas si las intervencio a veces «dolencias poblacionales».
nes previas fracasan y los recursos eco Susto, o pérdida del alma, es una dolen
nómicos lo permiten. Las descripciones cia poblacional suramericana que ha si
etnográficas del proceso de decisión per do extensivamente estudiada en sus con
tinente y de los comportamientos dirigi textos etnomédico, biomédico y psicoso-
dos a la obtención de atención terapéuti cial por Rubel et al (1984). Pese a las
ca comprenden importantes aspectos de variaciones en los ME de susto entre per
la descripción antropológica de los SISTE sonas de ascendencia india y «m ixta», en
MAS MÉDICOS, Cuando un individuo asu general se cree que la dolencia obedece a
me su papel de enfermo, determinadas la indeliberada separación de alma y
responsabilidades sociales quedan en cuerpo a consecuencia de un suceso ho
suspenso (como acudir al trabajo), al rrible. Puede manifestarse con una gran
variedad de síntomas, como angustia, Véase también ETNOPSICOLOGÍA, CHAMÁN,
debilidad, pérdida de apetito e insomnio. SUFRIMIENTO.
La distribución socioepidemiológica de
la dolencia es superior en las mujeres domésticas Véase UNIDADES DOMÉS
que en los hombres, en las que tienen ñi TICAS.
ños que en las que no, y en personas so
metidas a un importante grado de pre d o t e Son los bienes concedidos por
sión social. Siete años después del estu una familia a su hija al casarse, en bene
dio original que comparaba a personas ficio de su nuevo hogar conyugal, mien
que habían padecido de susto con un tras que la dote indirecta es la propiedad
gT upo de control paralelo en edad, géne con origen en la familia del novio y que
ro y etnia, el 17 por ciento de los pacien se incorpora al matrimonio a través de la
tes de susto habían muerto y ninguno lo novia. Ambas formas ceden propiedad
había hecho en el grupo de control, lo en sentido descendente a familias rela
cual demuestra que las consecuencias cionadas, a diferencia del p a g o P o r l a
biológicas de una enfermedad poblacio- n o v i a , desembolsado lateralmente a fa
nal pueden ser graves. milias ajenas (véase Schlegel y Eloul,
Los antropólogos médicos se han revela 1988). Estas formas de transacciones nup
do siempre sumamente interesados en ciales se dan primariamente en las socie
las dolencias psiquiátricas «exóticas», dades euro asiáticas (J. Goody y Tam
también llamadas «síndromes vincula biah, 1973), donde la propiedad privada
dos a la cultura» (SVC). En la descrip es sustancial: tierras, dineros y rebaños
ción de Símons y Hughes (19S5), entre comerciables.
ellos se cuentan dolencias como latah Aunque la dote ha sido la forma ideal en
(pánico), pibloktog (histeria ártica) y ko- gran parte de Eurasia desde los tiempos
ro (síndrome de retracción genital). La más antiguos (Grecia, Egipto, Babilonia,
cuestión central en los SVC es si las do China) hasta el presente, siempre ha sido
lencias psiquiátricas pueden ser univer primariamente practicada por la elite
sales y reconocibles transculturalmente (clases propietarias de tierras), siendo
o solo comprendidas en el marco de los otras las formas practicadas por las clases
constructos de una cultura a partir de más bajas. Así, en una sola nación hetero
contextos sociales particulares. El con génea, como la China prerrevolucionaria
cepto de SVC ha sido tachado de basarse o la India actual, hay castas o clases que
en una falsa dicotomía naturaleza/cul practican la dote, la dote indirecta y aun
tura para considerar un fenómeno que es la dotación de caudal de la novia.
tanto biológico como cultural. Hay dos formas de dote indirecta. En
También ha sido criticada la distinción una, la familia del novio aporta bienes
entre dolencia y enfermedad. No sólo la directamente a la novia, que ésta incor
segunda ha sido considerada más «real» pora luego al matrimonio. En la otra, la
que la dolencia y el sufrimiento resul familia del novio aporta bienes a la de la
tantes de procesos sociales o psicológicos, novia, que a su vez los cede (o su equiva
sino que, según algwios antropólogos, la lente) a aquella para su incorporación al
distinción ha conducido al descuido clí~ matrimonio. Esta última forma, técnica
nico de las dimensiones sociales de la en mente matrimonio con caudal de novia
fermedad, porque la dolencia ha sido in aumentado, se confunde a veces con la
dividualizada y la enfermedad medicali- práctica del caudal nupcial (Schlegel y
zada (Hahn? 1995). PB y KH T Eloul, 1987).
La dote indirecta como forma preferida la ruina. En Europa, los ricos soluciona
aparece con mucha más frecuencia entre ban este problema enviando su exceso de
los pueblos pastores del Oriente Medio y hijas a los conventos, donde la «dote» (o
en la Europa g e r m á n i c a prerromana, precio de entrada) era mucho menor de
aunque también se practicaba entre los lo que podía esperar un yerno. En la In
kwakiutl del siglo XIX. Como forma se dia, donde todas las mujeres han de obte
mítica antigua figura en el Viejo Testa ner un esposo, las familias han tratado de
mento y más tarde quedó prescrita en el limitar el número de hijas.
Corán como mahr o regalo de la familia La dote indirecta puede proporcionar
del novio a la esposa. Y así se extendió cierta recompensa material a la familia
por todo el mundo islámico Junto con la de la novia por el coste de haberla criado,
ley coránica. La dote indirecta es una ya que en algunos casos parte de los bie
forma flexible pues una sociedad puede nes cedidos por la f amilia del novio pue
instituirla añadiendo cierta cantidad de de ser conservada por ia de la novia. Sin
caudaL nupcial a la dote existente o a la embargo, ei principal beneficiario de es
inversa, forma ésta predominante entre ta forma de transacción matrimoniaJ. pa
los digo de Africa (Parkin, 1980). recen ser los nuevos cónyuges.
La dote sirve a los intereses de la familia En las sociedad donde se practica la dote,
de origen de la esposa de dos maneras. sea ésta directa o indirecta, una familia
Primero, aporta recursos al matrimonio queda unida al marido de la hija y fami
por parte de su hija, garantía para el fu lia conyugal a través de la propiedad. La
turo de ésta, y también significa que no elección de un yerno es importante para
se desposa huera de medios. (Probable el bienestar de la familia, no sólo de la
mente no es una coincidencia que la dote hija. Puede que ello explique el hecho
se observe sobre todo donde el trabajo de que en sociedades donde rigen estas
subsistencial de la mujer tiene poco o nu prácticas se conceda un valor despropor
lo valor.) Segundo, las familias pueden cionado a la virginidad. Por el contrario,
usar su fortuna para «adquirir» la clase en la mayoría de las sociedades que ob
de yerno que desean, que en la Europa servan otras transacciones matrimonia
campesina solía ser un hombre de posi les no se espera que la novia sea virgen.
ción social equivalente. Sin embargo, La reclusión de las hijas o el forzarlas a
también un yerno cliente, leal y listo, de una estricta observancia de las reglas de
posición social inferior pero respetable, virginidad evita los embarazos prematri
podía ser incorporado a una familia más moniales y una reclamación indeseada
rica y sustentado con la dote de la hija (y sobre la muchacha y su propiedad por
en su día, con la herencia). El uso más co parte de un presunto yerno inadecuado
nocido de la dote, practicada en Europa (Schlegel, 199 i). Ase
desde la Edad Media hasta principios del Otras lecturas John Comaroff, 1980;
siglo XX, era el trueque del caudal fami Dickemarm, 1979; Harrel y Dickey, 1985.
liar por la vinculación a un novio de posi
ción más alta (J. Goody, 1983a). Esta últi Douglas, Mary (1921-) Mary
ma aplicación de la dote para «comprar» Douglas obtuvo su licenciatura en antro
un yerno de posición superior se acepta pología en Oxford en 1951. Estudió con
también ampliamente en la India entre Max GLUCKMAN y Meyer FORTES, pero
las castas ai efecto calificadas. El resulta fue especialmente influida por el neo~
do es, no obstante, que las familias con durkheimianismo de E.E. E v a n s - P r j t -
muchas hijas que dotar podían acabar en CHARD y por Franz Steiner, quien la He-
vó al estudio de las anomalías culturales. larín obsesionadas con el mantenimiento
Reputada^ africanista, son célebres sus de su pureza y sus fronteras, y desarrolla
trabajos de campo entre los lele del Con rían COSMOLOGÍAS y RITUALES centrales de
go belga, centrados sobre todo en los in control social con el designio de afirmar
tercambios nupciales (Douglas, 1963). la singularidad grupal. En otros escritos
Mary Douglas dio clases en la Universi (Douglas y Isherwood, 1979) utilizó el
dad de Londres con Darryl F oR D E y en mismo marco conceptual para generar
Oxford antes de dejar Inglaterra para cosmologías motivadoras del comporta
convertirse en profesora Avalon de hu miento económico.
manidades en la Northwestern Univer- El paradigma douglasiano de trama y
sity y residente en la Fundación Russeil grupo, pese a las críticas negativas reci
Sage. Desde su retiro en 1985 ha seguido bidas por manifiestamente abstracto,
publicando numerosas obras. simplista e incluso tautológico, ha sido
Entre los primeros antropólogos en aco muy fecundo. De especial interés ha si
ger la influencia de LÉVI-STRAUSS, Dou do su empeño en imaginar la sociedad
glas ganó merecido reconocimiento en moderna occidental como tipo peculiar
1966 con la publicación de Purity and de formación donde el individualismo
danger; an anlysis o f concepts ofpollution igualitario (el repudio de las distinciones
and tabooi donde aplicó su estilo propio sociales) ha pasado a ser paradójicamen
de análisis estructural a lo que denomi te un valor social predominante. Dou
nó «materia fuera de lugar» (1966, p. glas ha explorado las ramificaciones de
55), es decir, suciedad. Con una amplia esta paradoja en otras obras, la más céle
perspectiva etnográfica señaló que la su bre y controvertida de las cuales es Risk
ciedad es un símbolo moral universal de and Culture (1982, coescrita con Aaron
delimitación de las categorías sociales. Wildavski), donde retrató el movimien
Afirmó igualmente que la ansiedad to proteccionista ambiental norteameri
acerca de la contaminación y la pérdida cano como característica paranoica de la
de control corporal es más potente en so visión mundial de organizaciones de vo
ciedades en las que las categorías sociales luntarios que mantienen su solidaridad
son rígidas, Y, al hilo de lo expuesto por interna y su pureza moral demonizando
Víctor T u r n e r (Douglas, 1970c) sostuvo a sus oponentes (véase en Wuthnowy
que la ambigüedad y el poder están 1984 el debate pertinente).
inextricablemente unidos (véase la críti En su obra reciente, Mary Douglas ha
ca pertinente en De Voss, 1975), abordado (entre otras cosas) la sociología
Douglas amplió su modelo estructural de la percepción, la exégesis bíblica, la re
en su siguiente libro, Natural symbols gulación medioambiental, la revitaliza-
(1970a), para postular que todas las cultu ción religiosa, la justicia social, el sida y la
ras podían ser útilmente comparadas contaminación, la sociedad de consumo,
grosso modo conforme a dos dimensiones: el cuerpo como artefacto cultural, el sim
el grado en que se elabora y valora el gra bolismo de la comida y el sentido estético.
do de distinción interna social (trama) y En su elección de temas ha prefigurado
la rotundidad de esta división entre pro claramente muchas tendencias antropo
pios y extraños (grupo). Diferentes inten lógicas actuales, pero su enfoque ha se
sidades de trama y grupo, postuló, tendrían guido siendo resueltamente y a contraco
necesariamente consecuencias diferentes rriente sociológico y estructural, centrado
y previsibles; por ejemplo, las sociedades principalmente en revelar y comparar las
con poderosa orientación grupal se reve- premisas y las profundas tensiones subya
centes en los sistemas culturales y éticos. bajos etnográficos y sociológicos realiza
Lo verdaderamente radical en ella es que dos en el Estados Unidas urbano. Black
aplica el mismo diagnóstico a «nosotros» metrópolis abrió el debate sobre algunas
y a «ellos». CL cuestiones con el tiempo claves para la
Otras lecturas M. Douglas, 1975,1982, antropología: la economía política histó
1990a, 1993c, 1996; Spickard y Douglas, rica de las migraciones de trabajadores
del campo a las industrias urbanas; la
1989.
competición étmca y racial y los conflic
Drake, St. Clair (1911-1990) St. tos por causa del empleo, el alojamiento
Clair Drake (John Gibbs St. Clair Drake, y la política; las condiciones que estimu
Jr.), antiguo profesor de las universida lan o impiden el cambio social; la estra
des Roosevelt y Stanford, fue un antro tificación racial y de clase; la presencia
pólogo social norteamericano especiali de instituciones supralocales en la vida
zado en raza y poder, Africa y la diáspora comunitaria local; y el nexo internacio
africana. Animado por el antirracismo nal de subordinación de clases y razas.
boasiano, su empeño en labrarse una ca Para satisfacer las exigencias de su grado
rrera en antropología fue fruto de la in de doctor, Drake realizó un estadio etno
fluencia y ejemplo de un instructor ante gráfico de la adaptación y resistencia a la
rior, Allison D a t is , bajo cuya guía parti dominación británica de Tiger Bay, una
cipó en la. investigación realizada en comunidad multirracial y multiétnica de
equipo acerca de las relaciones raciales Cardiff, País de Gales. De resultas de su
del sur de Estados Unidos luego plasma inveterado interés y de su contacto con
da en Deep South a social antkropologi- activistas anticoloniales en Bretaña, lle
cal study o f caste and class (Davis et al, vó el foco de su investigación a África.
1941). Durante un período .de once anos en
Finalizado su trabajo de campo en Mis- África occidental, impartió clases y diri
sissippi, Drake inció sus estudios de li gió el Departamento de Sociología de la
cenciatura en la Universidad de Chicago Universidad de Ghana, desarrollo pro
bajo la dirección de Lloyd Warner, R.o- gramas de adiestramiento transcultural
bert R e d f i e l d y Fred Eggan, al tiempo para el Peace Corps de Estados Unidos y
que participaba en una iniciativa de la dirigió varias investigaciones sobre me
Works Project Administration (W PA) dios de comunicación de masas en rela
dirigida por Warner y el sociólogo Hora- ción con la política y el desarrollo, el im
ce Cayton, sobre relaciones raciales en pacto de los programas de reubicación
Chicago y estructura de la comunidad estatalmente forzada y los conflictos de
afroamericana. Este proyecto fue el pri liderazgo entre las elites.
mero en implicar a la antropología en la De regreso a Estados Unidos a mediados
investigación de una gran área metropo de la década de 1960, dedicó los treinta
litana estadounidense. El resultado fue años siguientes al estudio de la raza y la
la publicación de Black metrópolis: a tensión social, la atención merecida por
study o f Negro Ufe in a norchem city los negros en la antropología y la histo
(Drake y Cayton, 1945). Este estudio, al ria de la diáspora africana. En los dos vo
igual que Deep South, estuvo influida lúmenes de Blackfblk here and there: an
por el enfoque de Warner sobre las socie essay in history and anthropology (1987,
dades urbanas y estratificadas, así como 1990) investigó la diáspora africana del
por The Philadelphia negro (1899) de Viejo Mundo antes de la era de la expan
W.E.B. DuBois, uno de los primeros tra sión colonial europea. Ordenando con
esmero la evidencia reunida en el valle xvi); (7) parte integrante de una cere
del Nilo, el Mediterráneo, el Oriente monia religiosa; (8) vía hacia un estado
Medio y la cristiandad europea septen de conciencia alterado (Bourguignon,
trional, examinó cuestiones como la ES 1973); (9) «escape» temporal de la vida
CLAVITUD, los prejuicios por el color de la rutinaria; (10) medio para desarrollar y
piel y al RACISMO como fenómenos so- mantenerla solidaridad social; ( í l ) fac
cíohistóricos claramente manifiestos que tor crítico en la expansión del comercio
quedaron inextricablemente unidos a la en la emergente economía mundial
esclavitud racial sin precedentes y el ra (M. Marshall, 1979); y (12) un cultivo de
cismo blanco desarrollados en contexto gran valor económico (Wilbert, 1987).
con el Nuevo Mundo. El deseo de vivir una experiencia tras
Distinguido con numerosos honores, Dra cendental o religiosa puede haber sido
ke fue miembro del Royal Anthropologi- un importante incentivo en la domesti
cal Institute de Gran Bretaña e Irlanda y cación de algunas especies de plantas.
recibió el Premio Bronislaw Malinowski Dada la importancia del tabaco {Nicotia-
de la Society for Applied Anthropology na) en la cosmología india norteameri
en 1990. PH cana, «tuvo una distribución geográfica
Véase también ANTROPOLOGÍA URBANA. y cultural mucho mayor que cualquier
Otras lecturas Drake, 1955, 1960, otro alucinógeno vegetal» (Wilbert,
1980; F. Harrison, 1988, 1992. 1987, p. 27), hecho que puede haber con
tribuido a que sea la planta de cultivo
drogas Además de sustancias medica más antiguo en las Américas.
mentosas en general, son agentes farma El valor atribuido a la experiencia extá
cológicos que alteran la consciencia cor tica puede haber contribuido igualmen
tical determinando una modificación de te al cultivo y propagación de las plantas
la actividad mental. En sentido lato se alucinógenas. La Barre (1938) sugirió
clasifican en tres tipos: ( l ) sedantes, co que el CHAMANISMO, religión que se ser
mo narcóticos, alcohol, barbitúricos y vía de plantas alucinógenas para comu
tranquilizantes; (2) sustancias psicotró- nicarse con el mundo sobrenatural, fue
picas que causan cambios de humor, co el catalizador principal de la aparición
mo cocaína, marihuana, opio, morfina y de más plantas alucinógenas en el Nuevo
heroína; (5) plantas alucinógenas, como Mundo. Desde un punto de vista botáni
el peyote, y sustancias sintéticas, como el co tendría que haber ocurrido a la inver
LSD y la psilocibinmescalina (Dobkin sa (Furst, 1976).
de Rios, 1976, p. 7). A lo largo de la historia, los humanos han
Las drogas son muy valoradas como: (1) buscado siempre un alivio al trabajo ago
agente médico en el tratamiento del do tador. Con este fin se usaron comidas que
lor y las enfermedades; (2) «narcótico contenían alguna droga para vencer la
eufórico, especialmente en actividades fatiga. Las drogas que potencian el traba
que requieren resistencia o esfuerzo físi jo (ya usadas por el individuo, ya como
co» (Schultes y Hoffman, 1979, p. 86); parte de una estrategia global de gestión
(3) inductor (o incentivo) para atraer a para aumentar la productividad) no son,
trabajadores; (4) ingrediente básico en la pues, una aportación europea a la cultura
preparación de magia amorosa; (5) pre mundial (X Cooper, 1949); ya existían
sunto afrodisíaco; (6) medio para obte mucho antes de la llegada del mercanti
ner «e l máximo valor nutritivo de una lismo o capitalismo de mercado. El papel
dieta rica en almidón» (Furst, 1972, p. de los alimentos con contenido de droga
como promotores del trabajo puede reve~ causa de paranoia (Fackebnann, 1993).
larse tan importante como la orientación Es la droga ilegal más popular en Esta
religiosa para conocer las razones del uso dos Unidos.
cultural y la distribución geográfica de 2. La coca, como la marihuana, es un es
especies vegetales concretas. timulante o euforizante relativamente
Antes del contacto europeo, las drogas se leve, no un alucinógeno. Los conquista
consumían para acceder al mundo sobre dores españoles del siglo XVI fomentaron
natural o para, potenciar las relaciones su consumo entre las clases trabajadoras
interpersonales, raramente para adqui para incrementar su productividad. En
rir un estado fuera de la penosa rutina este contexto, la coca sirve como medici
diaria o para inducir actitudes reflexivas. na y estimulante. La cocaína pura, aisla
Las culturas nativas sabían muy bien da por vez primera en 1860, tras extrac
que el abuso de drogas podía socavar el ción de la hoja y refinado químico, es
orden social. Era imperativo el fijar unas más potente (Furst, 1972, p, xv). La co
reglas, Y éstas habían de contribuir no caína, especialmente en forma de
sólo a definir la posición social y crear y «crack», es la segunda en consumo ilegal
fomentar los lazos pertinentes, sino tam en Estados Unidos.
bién a regular el propio acceso a la droga 3. El opio, droga adictiva obtenida del
(Lebor et aL, 1992), lo cual es especial jugo de las semillas de la amapola, ya
mente cierto en el caso de las sociedades fue usada por los sumerios, primeramen
estratificadas. Entre los aztecas e incas, te con fines médicos, hacia el tercer mi
sólo el especialista religioso que había lenio a.C, Afecta al sistema nervioso cen
estudiado el arte de la interpretación re tral mitigando el dolor y reduciendo la
ligiosa estaba autorizado a consumir psi- ansiedad. El consumo de opio y de sus
cotrópicos. Aquí las drogas, reguladas derivados refinados, la morfina y la he
por restricciones consuetudinarias, servían roína se considera en el sureste asiático
sólo para confirmar la integridad del sis «un hábito más que una enfermedad»
tema de valores de una cultura; nunca (Westermeyer, 1982, p. 7).-
llevan a cuestionar las normas sociales 4. El peyote es extensivamente usado
prevalecientes. Sin embargo, acaecido el por los indios de América del Norte y del
contacto cultural, las drogas de nueva in Sur como medio para entrar en contacto
troducción no estaban sujetas a limita con el mundo de los espíritus. En Meso-
ciones. Sin reglas, los individuos las con américa ha venido siendo usado desde
sumieron por placer personal sin reparar hace más de dos m il años. En Estados
en las posibles consecuencias negativas Unidos rige una inveterada ambivalencia
para la sociedad a largo plazo. acerca del uso del peyote por los nativos
Sigue una breve sinopsis de algunas de norteamericanos como parte de su ritual
las drogas de uso más extendido en todo religioso: algunos estados lo aprueban,
el mundo: otros lo han declarado ilegal en cual
1. El cannabis o marihuana es una plan quier cirunstancia.
ta del Viejo Mundo (10000 a.C.) que rá 5. La datura es un alucinógeno de uso
pidamente se convirtió en uno de los cul muy extendido y con importante papel
tivos más importantes en todo el mundo en las culturas amerindias. Los jíbaros
(Emboden, 1972b). A dosis pequeñas o ecuatorianos lo usan para castigar a los
moderadas, el 9-tetrahidrocannabinol niños desobedientes en la creencia de
(THC), la sustancia activa, induce sensa que son los espíritus ancestrales los que
ciones de euforia. A dosis altas puede ser los sancionan. Los antiguos chibcha de
Colombia lo usaban para inducir estupor frecuencia relativa de uso de una droga
en sus mujeres y esclavos paja poderlos como inductora laboral (por ejemplo,
enterrar vivos fácilmente junto con su drogas usadas para atraer y motivar al
esposo o amo muertos (Schultes, 1972). trabajo a los individuos a cambio del nu
6* La kava (Piper methysticum) es una triente de nueva introducción). Las dro
especie cuyo biotopo y área de cultivo se gas han sido con frecuencia usadas para
limitan a las islas tropicales del Pacífico, inducir y fomentar el comercio en situa
Es la única planta cultivada con impor- ciones de contacto o en circunstancias en
tancia económica regional. Primaria que el equilibrio de poder entre la na-
mente se usa como miorrelajante y anes ción-estado en expansión y la población
tésico para tratar las algias dentales, la indígena es tal que es difícil mover a los
laringitis y los dolores propios de la ges trabajadores o productores a suministrar
tación (Lebor eta l, 1992, p. 100). cantidades adecuadas de bienes de inter
7. La cafeína es un alcaloide presente en cambio o a mantener una actividad labo
el té y el café que afecta al cerebro, a los ral constante. En su momento fueron es
riñones, corazón y al sistema respirato pecialmente útiles en el caso de comer
rio. Los consumidores de café desarro ciantes aislados que operaban más allá de
llan a menudo muchos de los rasgos de las fronteras de su propia sociedad; tam
dependencia comúnmente asociados con bién en contactos con pueblos móviles
los toxicómanos, Es una droga adictiva Como RECOLECTORES y PASTORES NÓMA
de la que no se conocen riesgos graves DAS; y casi por definición, antes del esta
para la salud. También es el estimulante blecimiento efectivo del control imperial
laboral más popular y extendido en el o colonial sobre los pueblos indígenas y
mundo industrial. territorios ocupados. Por ejemplo, histó
8. El ALCOHOL se obtiene mediante «pro ricamente, el comercio de vino y luego
ceso natural de fermentación y puede al del alcohol destilado de él ha sido carac
canzar una elevada concentración por terístico de muchas situaciones fronteri
destilación» (Heath, 1987, p. 99). Es la zas desde los tiempos antiguos a los mo
droga más usada y psicoactiva del mun dernos en los mundos Viejo y Nuevo. De
do. MacAndrew y Edgerton (1969) pos manera similar, las guerras del opio en
tularon que el comportamiento impropio tre Gran Bretaña y China fueron provo
que acompaña a la ebriedad obedece más cadas en parte por la necesidad de los
bien a actitudes culturales que a factores británicos de comercializar una droga
bioquímicos y neurofarmacológicos. provechosa en China para pagar sus im
Hay una clara relación entre la calidad portaciones masivas de té, que los chinos
del trabajo necesario para completar una exigían originalmente en plata.
tarea y la composición bioquímica de En cambio, una vez se ha institucionali
una dieta con droga. Por ejemplo, aque zado el control y desarrollado plenamen
llas ingestas (marihuana, hachís, opio, te la infraestructura del poder colonial,
cocaína, nicotina y alcohol) que aumen las razones para usar drogas pasan del
tan o «estimulan» la sensibilidad corti propósito de obtener trabajadores y bie
cal se prefieren laboralmente a aquellas nes comerciables al de maximizar la pro
capaces de producir ilusiones más inten ducción de forma tan eficiente y barata
sas y potentes (peyote, estramonio, don como sea posible. En general ello entra
diego de día, etc.). ña un control sustancialmente más fé
También hay una marcada relación en rreo de la población que el asociado sim
tre subsistencia, complejidad política y plemente con la inducción al establecí-
miento de alguna forma de comercio o influencia en la antropología británica y
acuerdo de intercambio laboral. Cierta la sociología norteamericana, entre otras.
mente, el uso de alimentos con conteni Fue también el último sociólogo francés
do de droga para potenciar el trabajo con una sólida e ininterrumpida carrera
presupone en general alguna forma de académica, coronada por una cátedra en
control político directo o indirecto de la la Sorbona.
población. Con este fin, las drogas son a Durkheim nació en Epinal, en la provin
menudo una alternativa conveniente al cia francesa oriental de Lorena, el 15 de
uso de la fuerza militar y, por tanto, son abril de 1858, hijo de un rabino y des
elegidas por su mayor eficacia, economía cendiente de una larga saga de rabinos
y facilidad de empleo que la mera fuerza por ambas lineas genitoras. Destinado
bruta. inicialmente a seguir la tradición'fami
Algunos estudiosos han sugerido que es liar, estudió a fondo el hebreo, el Viejo
ta aplicación de la droga estuvo asimis Testamento y el Talmud al tiempo que
mo estrechamente relacionada con el in cursaba estudios convencionales en es
cremento de los efectivos laborales en la cuelas seculares. Sin embargo, poco des
industria occidental, así como en situa pués de su confirmación como judío se
ciones coloniales. La carrera de la pro alejó de toda implicación religiosa y se
ducción y el suministro de productos hizo agnóstico. No obstante, a lo largod
económicamente tan provechosos como de toda su carrera, y en especial en su úl
el azúcar para alimentos de gran riqueza timo tercio, fueron los fenómenos reli
calórica (Mintz, 1985), de té y café car giosos los que ocuparon el primer plano
gados de cafeína, de tabaco o coca como de su interés.
energizantes mentales (Braduel, 1981, Estudiante brillante en las escuelas de su
pp. 227-265) revolucionaron los hábitos lugar de origen, Durkheim fue reco
de la vida diaria en Europa y América mendado para uno de los grandes cen
del Norte. Y no es por accidente que el tros académicos franceses, el Liceo Louis
comercio ilegal de alcohol y tabaco cons le Grand de París y, después de dos in
tituya una inmensa fuente de ingresos tentos fallidos por superar los rigurosos
para las gobiernosf mientras que el ile exámenes de entrada, fue admitido en la
gal comercio de cocaína refinada y pro prestigiosa Ecole Nórmale Supérieure,
ductos opiáceos genera igualmente enor el mejor campo de cultivo de la elite in
mes sumas de dinero para sus cultivado telectual francesa.
res o contrabandistas. WJ A diferencia de la carrera de sus prede
Véase, también ETN OBOTÁNICa . cesores en la sociología francesa, Augus-
Otras lecturas Edward Andersony te Comte y Henri de Saint-Simon, que
1980; Harner, 1973; Pan, 1975; Plotkin, alcanzaron sólo posiciones marginales en
1993. el mundo académico, Durkheim progre
só en él de manera regular y convencio
Durkheim, Émile (1858-1918) nal. Enseñó filosofía primero en diferen
Una de las pocas figuras centrales de la tes liceos provinciales, pasó a la Univer
teoría sociológica, no sólo produjo traba sidad Provincial de Burdeos en 1887,
jos seminales en este campo, sino que donde enseñó sociología y pedagogía, y
también creó una escuela que dominó el nueve años más tarde fue promovido a la
terreno de las ciencias sociales francesas cátedra de ciencias sociales, la primera
hasta la segunda guerra mundial, al con esta denominación en Francia. Por
tiempo que ejerció una importantísima último, ya de talla harto reconocida en el
mundo académico, fue convocado a la chos los científicos sociales alemanes,
Sorbona,-primero como docente invitado con algunos de los cuales trabó conoci
y luego como profesor de ciencias de la miento con ocasión de un dilatado via
educación, para coronar su carrera en la je de estudios por Alemania —Wundt,
cátedra creada ex profeso de ciencias de Schaeffle, Tonnies, Gumplowicz, por
la educación y sociología. nombrar sólo unos pocos—, los que halla-
Todavía en sus días de Burdeos, Durk ron cumplido eco en la obra de Durk
heim fundó UAnnée sociologique, impor heim. Finalmente, un erudito británico
tante publicación especializada en la nue cuya obra descubrió Durkheim en las
va disciplina sociológica y, en particular, postrimerías de su carrera, W illiam Ro-
en su visión personal al respecto. Junto bertson S m i t h , autor de Lectures on the
con sus libros y los de sus discípulos, religión oftke Semites (1889), influyó po
UAnnée divulgó la visión durkheimiana derosamente en la última gran obra de
no sólo nacional sino mternacionalmente. aquél, The elementaryforms o f religious
Además, Durkheim, excepcional político Ufe (1915).
académico, logró importantes nombra El iterativo punto central del trabajo de
mientos para algunos de sus jóvenes discí Durkheim es que el comportamiento so
pulos en posiciones estratégicas en el co cial no puede explicarse en el plano psico
razón y la periferia del mundo académico, lógico o biológico, presentando al efecto
de modo que hacia la época de la primera una crítica definitiva de las explicaciones
guerra mundial los durkheimianos ha reduccionistas del comportamiento hu
bían colonizado gran parte del mundo de mano. Los fenómenos sociales son «:he-
la instrucción en las ciencias sociales de la chos sociales» y, por tanto, materia de la
muy centralizada institución académica sociología. Sus características distintivas
francesa. Apasionadamente vinculado a la no son vinculables a determinantes bioló
Tercera república, Durkheim y los durk- gicos o psicológicos. Persisten en el tiempo
heimianos fueron sólidos pilares de resis mientras mueren los individuos y poseen
tencia frente a los enemigos del ala dere poder coercitivo. Un hecho social puede
cha de la república en las aulas y fuera de definirse, por consiguiente, como consti
ellas, postulando la moralidad republica tuido «por maneras de actuar, pensar y
na contra la Iglesia y sus aliados. sentir externas al individuo e investidas
Por lo que hace a los antecesores intelec con poder coercitivo en virtud del cual le
tuales de Durkheim, éste fue en primer controlan» (1938, p. 15). Durkheim suavi
lugar un heredero tardío de la Ilustra zó un tanto en su obra tardía esta insisten
ción francesa, Rousseau y Montesquieu, cia rígida en la externalidad de los hechos
sobre los que escribió lúcidas páginas, y sociales subrayando que, aun siendo inde
de otros ilustrados. La figura decimonó pendientes del individuo, sólo son efecti
nica clave entre sus predecesores fue vos cuando se interiorizan. El recato deja
Auguste Comte, al que siempre rindió de ser una simple imposición de controles
homenaje pese a sus frecuentes discre externos y se convierte más bien en una
pancias. Y si atendemos a las influen obligación moral de obediencia a las re
cias intelectuales del extranjero, fue Her- glas y disposiciones de la sociedad.
bert SPENCER y su mensaje evolutivo los El interés en las características del grupo
que marcaron profundamente a Durk- más que en el comportamiento indivi
heim, aun cuando éste no dejó indefecti dual impregna toda la obra de Durk
blemente de lanzar sus críticos dardos en heim. The división o f labor in society
esta dirección. Por último, fueron mu (1933) destaca la distinción entre socíe-
dad mecánica y orgánica. En la primera pólogos, la RELIGIÓN se contempla como
(relativamente primitiva) se logra la co representación de los poderes de la socie
hesión por minimización de las diferen dad como comunidad moral que genera
cias individuales; en las sociedades orgá vínculos de solidaridad en rituales siem
nicas (modernas), las diferencias surgi pre renovados, festividades y devociones
das de una división más avanzada del comunales. Si la religión ha perdido
trabajo se traducen en la aparición de ac fuerza como fuerza de unión, ¿cuál puede
tividades complementarias. ser, entonces, su equivalente funcional?
En Suicide (1951), el interés de Durk- Durkheim sugiere, quizá sin excesivo po
heim se centró en la frecuencia más que der de persuasión, que los hombres y mu
en la incidencia de suicidio, variables di jeres modernos tienen que dedicarse
ferentes que explica en términos de las ahora directamente a su sociedad, mien
diferencias existentes en el medio social tras que antes tan sólo reconocían su de
en que aquél acaece. La regulación so pendencia de ella por medio de las repre
cial, o su ausencia, concitan su atención, sentaciones y prácticas religiosas. LC
más que los motivos individuales. Véase también DIVISIÓN DEL TRABAJO,
En The elementaruyjbrms qfreligious li FUNCIONALISMO, HERTZ, TABÚES DE INCES
j e (1915), con datos extraídos principal TO, MAUSS, SOCIOLOGÍA, ANTROPOLOGÍA
mente de los aborígenes australianos y, SIMBÓLICA, TOTEMISMO.
por tanto, de gran interés para los antro Otras lecturas G-iddens, 1979b.
educación Término general para re
ferirse a los procesos sociales que facili
tan el aprendizaje en las comunidades
humanas. La educación es universal en
todas las sociedades humanas y tan nece
saria para la continuidad de la vida so
cial como la reproducción biológica, la
subsistencia económica, la comunicación
simbólica y la regulación social, todas las
cuales requieren que los jóvenes sean
educados para participar de manera cul
turalmente apropiada. Los términos
«SOCIALIZACIÓN», con el énfasis puesto en
la preparación para la participación so
cial, y «C U LTU RIZAC IÓ N», que subraya los
modelos culturales a adquirir, son más o
menos equivalentes a educación en este
amplio sentido. La necesidad humana de
educación guarda relación con ciertas
características de la especie;
1. Neotenia, continuada dependencia de
la prole a medida que gradualmente se
capacitan para participar en la vida so
cial adulta,
2. Flexibilidad del comportamiento
adaptativo para el desarrollo, con códigos
de comportamiento que más que fijados
para toda la especie varían entre las po
blaciones humanas.
3. Capacidad de aprendizaje de los hu
manos, facilidad para adquirir códigos
específicos de su cultura para el desarro
llo de habilidades adaptativas a través de
una gran variedad de procesos de apren
dizaje.
La prole humana es única entre las espe
cies animales en cuanto a sus enormes ne
cesidades para aprender a funcionar como
adultos, pero las comunidades humanas
son únicas también en lo que se refiere a
proporcionar a su prole un ambiente cul-
turalmente construido de interacción so
cial facilitador de este aprendizaje.
Los modelos educativos varían entre cul del buen oficio del maestro, a menudo
turas en lo tocante a especialización ins en la casa de éste. Estas escuelas diferían
titucional, métodos para facilitar el en diversos aspectos, pero coincidían en
aprendizaje, nexos con otras institucio que acogían sólo a una pequeña propor
nes como la religión y la economía, y ción de la población masculina* al igual
distribución en el seno de la población. que ocurría entre los aztecas e incas pre
colombinos del Nuevo Mundo. En el
Especialización institucional mundo islámico del siglo XX, incluidos el
La escolarización (educación en un mar norte y oeste de Africa, las escuelas corá
co físico dedicado a este fin, dirigido por nicas han conservado algunas de estas
un maestro cuya única ocupación es en características tradicionales, como la
señar) es una forma institucional espe memorización del Corán, a la vez que
cializada, que no es universal en todas han incorporado aspectos de las escuelas
las sociedades humanas y no alcanzó a la occidentales (LeVine y White, 1986).
mayoría de los NIÑOS, ni siquiera en Oc El modo de escolarización occidental o
cidente, sino a finales del siglo XIX. En euroamericano que implica la segrega
sociedades sin escuelas y para los miem ción por edades en aulas de una escuela
bros de las que sí las tienen pero no ha entendida como unidad normalizada de
cen uso de ellas, todo el aprendizaje tie una burocracia educacional adquirió su
ne lugar en el marco doméstico y en forma moderna a mediados del siglo XIX.
otros no específicamente diseñados para Su propagación y aceptación mundial
ello sino con otros fines, facilitado aquél como modelo dominante no excluye el
por personas con experiencia que trans hecho de que en muchas sociedades don
miten habilidades, conocimientos y mo de los individuos pasan una parte impor
delos de virtud a los jóvenes en contexto tante de su vida en escuelas, gran parte
con actividades económicas, rituales y de su educación tiene lugar fuera de
recreativas. En las numerosas sociedades ellas.
agrícolas con producción alimentaria y
artesanal domésticamente organizada Métodos para facilitar el aprendizaje
los niños participan desde edad tempra Las sociedades humanas organizan la
na, aprendiendo gradualmente de sus enseñanza de sus menores y otros novi
hermanos mayores y padres las tareas cios impartiéndoles conocimientos, en
más complejas. Y donde había un siste escuelas u otros lugares, y proporcionán
ma de producción artesanal especializa doles las oportunidades de aprender me
do mediante el cual el niño o el adoles diante participación guiada en las prác
cente era enviado como aprendiz a un ticas de la comunidad (Rogoff, 1990).
artesano maestro, el aprendizaje tenía Las sociedades con escuelas han estable
lugar a través de la participación gra cido la inversión institucional en la ense
dual en actividades de producción. ñanza como medio de transmitir aptitu
En el mundo de año 1500 de nuestra era des socialmente importantes, conoci
las civilizaciones urbanas del Viejo Mun mientos y modelos de conducta personal,
do, incluidas China, Japón, India, el pero esta escolarización opera conjunta
Oriente Próximo y Europa, poseían es* mente con formas alternativas de apren
cuelas basadas en el modelo maestro- dizaje que refuerzan el saber adquirido.
aprendiz en las que el objetivo último En el modelo de aprendizaje, los novi’
era conocer los preceptos vehiculados en cios se inician mediante participación
textos religiosos tradicionales a través periférica a base de labores rutinarias a
menudo serviles, pero con acceso obser- tantes, en particular entre los calvinis
vacional a las tareas más complejas, cru tas, la escolarización masiva de los niños
ciales para el proceso productivo (Lave y de modo que ganaron acceso a la Biblia
Wenger, 1991). Por ejemplo, en los talle se extendió sobre todo a partir del siglo
res de sastrería liberianos, los aprendices xvii, en tanto que los jesuítas establecie
dedican su tiempo al corte de piezas de ron escuelas para laicos en los países ca
confección, al tiempo que pueden obser- tólicos. Estas escuelas religiosas, en gran
var el trabajo más maduro del maestro parte de Europa y las colonias europeas
que las cose (Lave, 1990). Este proceso, en las Américas, sentaron las bases de la
que puede reducir la necesidad de ins escolarización secular masiva del siglo
trucción verbal, contrasta con la secuen XIX, como hicieron los centros terakoya
cia típica de la enseñanza en el aula de la budistas en Japón.
escuela de tipo occidental, donde se insta La vinculación de la enseñanza con las
a los alumnos a proceder paso a paso en instituciones económicas por vía de las
un marco que a menudo bloquea el acce calificaciones obtenidas y con miras al
so visual a la práctica más madura de los empleo tiene sus precedentes en la anti
estudiantes de más edad. No obstante, en gua práctica china de los exámenes aca
las sociedades con escuelas de corte occi démicos para el acceso a puestos de tra
dental, gran parte del aprendizaje del bajo en la burocracia imperial y en las
individuo desde la adquisición del len «profesiones ilustradas» de la Europa
guaje al adiestramiento en un oficio se medieval. En Europa, antes de la revolu
da mediante procedimientos prácticos ción industrial, quienes poseían aptitu
en el hogar, en el lugar de trabajo y en des en letras y números —incluidos ju
otros marcos no escolares que requieren díos, presbiterianos y monjes francisca
aptitudes inmediatamente rentables. nos—pudieron servirse de ellas para las
actividades comerciales. Fue sólo en la
Nexos con otras instituciones segunda mitad del siglo XIX, sin embar
Los procesos educacionales se dan en to go, cuando la escolarización se convirtió
das las instituciones, pero donde hay es en requisito previo para una gran varie
cuelas suelen vincularse de modo diver dad de ocupaciones. Las razones econó
so con otras instituciones especializadas. micas, en contraposición con las morales
En las civilizaciones urbanas premoder- y espirituales, han adquirido peso cre
nas del Viejo Mundo, por ejemplo, las es ciente a lo largo del siglo XX.
cuelas estaban estrechamente asociadas También han sido vinculadas las escue-
con las instituciones religiosas -cristia las con las instituciones militares, en es
nas, hebreas, islámicas, hindúes, budis pecial a raíz de que la derrota francesa
tas y confucionistas— cuyos textos eran en Prusia en 1870-1871 fuera atribuida
foco de la educación. Los funcionarios a la superior calificación escolar de las
religiosos eran a menudo los maestros de tropas prusianas, aspecto que no les pasó
las escuelas, y los alumnos que progresa por alto a los británicos y japoneses, que
ban hasta el nivel máximo podían con se apresuraron a mejorar este aspecto de
vertirse en clérigos, mientras que aque sus efectivos. A nivel más general cabe
llos que abandonaban al cabo de unos considerar la relación entre la escolari
años no pasaban de participantes religio zación y el estado, en la medida en que
sos ordinarios, aunque distinguidos por las escuelas fueron progresivamente de
su sagrada experiencia en la escuela. En finidas como vehículo de implantación y
la Europa y América del Norte protes fomento de la lealtad nacional y de una
fuerza ciudadana y una masa laboral ríodo de COLONIALISMO europeo, pero no
más efectivas. Con la propagación' del adquirió carácter masivo hasta después
NACIONALISMO en todo el mundo a finales de 1945. América Latina tuvo un largo
del siglo XIX y en el XX se extendió igual recorrido de escolarización católica du
mente la política de llevar la educación rante el período colonial y después, pero
de modelo occidental a toda la población también ahí hubo que esperar a después
(Estados Unidos es el único país donde la de 1945 para que se alcanzara el grado
escolarización universal se logró al mar masivo, en especial en lo que se respecta
gen de todo sistema educacional nacio a la participación de las mujeres. Los re
nalmente organizado). gímenes revolucionarios marxistas de la
Unión Soviética (después de 1917), Chi
Distribución na (a partir de 1950), Cuba (desde 1957)
En las sociedades que carecen de escue y otros países concedieron un papel pre
las, todos los individuos son educados a dominante a la escolarización universal
través de su participación guiada en las según el modelo occidental, pese a su
instituciones sociales de la comunidad. origen burgués capitalista, y hoy repre
En la medida en que estas instituciones sentan prácticamente los casos de educa
se diferencian —por CASTA, CLASE o GÉNE ción masiva más notorios y cuidados. Es
RO, por ejemplo-, su educación puede ta notable propagación del modelo edu
variar en consonancia. Con la existencia cativo occidental en todo el mundo entre
de escuelas, las sociedades varían en la 1850 y 1980 refleja una fórmula global
proporción de población escolarizada y progresiva de construcción nacional que
en su distribución por edad, género, cla implica el establecimiento de organiza
se social y otras categorías. Todos los pro ciones burocráticas para el suministro de
gramas de desarrollo nacional desde servicios (sanidad, educación, transpor
1850 han incluido prácticamente un te» te, comunicación) a todas las regiones de
mario universal: el modelo occidental de un país a fin de integrar la participación
escolarización burocráticamente organi social y económica en el plano nacional
zada, que ha pasado a ser símbolo de es y fomentar la lealtad al estado.
peranza en la mejora nacional y perso Dado que la mayoría de los países siguen
nal en todos los continentes, promovido extendiendo la educación entre sus ciu
por regímenes por lo demás diferentes dadanos y a niveles secundario y tercia
en forma de gobierno e ideología. Este rio, y comoquiera que los países pobres
consenso no ha sido secundado, no obs poseen al respecto menos capacidad que
tante, por la uniformidad en lo tocante a los ricos, los más opulentos de Occidente
la asistencia a la escuela; retrasos de in y el este de Asia han conservado su rela
corporación y lagunas de representación tiva ventaja en este sentido, mientras
social se han puesto de manifiesto entre que los países más pobres de Asia y A fri
y dentro de los países. ca siguen comparativamente muy retra»
La escolarización occidental de nivel pri sados, pese a la creciente incorporación
mario se hizo legalmente obligatoria y de efectivos a las escuelas entre 1960 y
de hecho universal en Europa, América 1990. La asistencia femenina a las escue
del Norte y Japón antes de 1900, y la las ha quedado siempre por detrás de la
educación secundaria en. estas áreas ha masculina, aunque ha aumentado consi
cia 1950. La difusión del modelo de edu derablemente en la segunda mitad del
cación occidental en otras partes de Asia, siglo XX. En numerosos países iberoame
Africa y Oceanía empezó durante el pe ricanos y africanos, por ejemplo, no se
observan hoy diferencias de escolariza- vista de este individuo. Todos los siste
ción de grado primario, aunque los varo mas de parentesco son egocéntricos en el
nes suelen ser más numerosos en los ni sentido de que cualquier individuo posee
veles superiores. Entre las principales un parentesco personal único. No obs
poblaciones nacionales del mundo sólo tante, los sistemas COGNÁTICOS, dada la
las del sur de Asia (India, Pakistán y ausencia frecuente de GRUPOS DE DES
Bangladesh) presentan una gran propor CENDENCIA corporativos, suelen caracte
ción de niños, en particular niñas, que rizarse por su egocentrismo de manera
jamás asisten a la escuela. más marcada que los sistemas de descen
En muchos países que han invertido sus dencia unilineal. MR
tanciales recursos en educación es co
rriente que la educación ocupe el centro émico y ético Distinciones entre el
de los debates sobre política social. Se concepto de las representaciones cultu
admite ciertamente que se ha hecho un rales desde el punto de vista de un nati
progreso notable en materia de salud pú vo de la cultura (émico) y del ajeno que
blica, producción económica y control de la observa (ético). Kenneth Pike (1954)
la población, pero se les achaca la alta acuñó estas voces por analogía con los
cota de desempleo, la desigualdad social términos lingüísticos «fonémico» y «fo
y la pérdida de calidad de la enseñanza. nético». MR
La modificación del sistema educativo Véase también ETNOCIENCIA, NUEVA ETNO
(escuelas) sigue siendo una de las priori GRAFÍA.
dades de los reformadores nacionales e Otras lecturas Headland et ai, 1990.
internacionales en aras de mejorar la
condición humana. e m o c io n e s Procesos de la mente y el
A pesar de la difusión global de la esco cuerpo humanos que ejercen una pode"
larización de tipo occidental, las escuelas rosa influencia en el pensamiento y la
—como otras formas de organización bu interacción sociales. Impregnan casi
rocrática tomadas de prestado— asumen siempre las realidades sociales e inter
las normas y significados de las culturas personales de la vida diaria, cuyo tras-
que las acogen. Así, los papeles de maes fondo cultural e instituciones modulan a
tro, discípulo y padre, y sus relaciones en la vez que reflejan. En este sentido> las
este marco en una comunidad dada, han emociones envuelven también, funda
sido reinterpretadas en términos locales. mentalmente, los problemas sociales y el
El aprendizaje de los niños fuera de las predicamento de la persona-en-la-socíe-
escuelas, en marcos institucionales defi- dad (Lutz y "White, 1986).
nidos por objetivos al margen de la edu Dada su asociación con lo «natural», las
cación, es el que con más probabilidad emociones han constituido hasta hace
varía entre culturas. R AL poco una materia de estudio ambivalen
Véase también ADOLESCENCIA, SISTEMAS te para los antropólogos. Insertas a me
DE EDAD, JUEGO. nudo en un contexto precultural de la
naturaleza, las emociones han sido con
ego Es el término usado en la clasifi frecuencia consideradas en oposición con
cación antropológica del parentesco para la cultura, por antonomasia el campo de
representar al individuo arbitrariamen la investigación antropológica. Estas di
te designado que se encuentra en el cen cotomías naturaleza/cultura y emo
tro del sistema. Así, el parentesco egocén ción/razón impregnan las teorías popu
trico es el calculado a partir del punto de lares y profesionales de la emoción y si
guen fijando los términos y condiciones rar las emociones como procesos psico-
de la investigación científica al respecto. biológicos universales subyacentes a las
Desde Daxwin (1872) en adelante, los formas de la cultura colectiva (véase
teóricos han tendido a naturalizar la rea UNIDAD PSÍQUICA DE LA HUMANIDAD).
lidad de las emociones como producto de Supuestos similares sobre la existencia
procesos fisiológicos innatos. Sin embar de una naturaleza humana universal son
go, las emociones (y la consideración que también los que guían en general los ES
se les da) también funcionan como SIG TUDIOS TRANSCULTURALES sobre las emo
NOS comunicativos que operan en el pla ciones y los trastornos emocionales en
no donde se producen el entendimiento psiquiatría. Por ejemplo, la aproxima
y las relaciones interpersonales. Las in ción primera de la psiquiatría moderna
vestigaciones antropológicas se centran ha consistido en normalizar categorías
crecientemente en este aspecto semióti- diagnósticas de los principales «trastor
co de las emociones como realidades cul nos afectivos», como la depresión y la
tural y socialmente construidas. Estos ansiedad, capaces de discriminar entre
enfoques difieren a veces en su conside las condiciones biopsicológicas que los
ración de la emoción, ya como «variable producen. La investigación antropológi
independiente» que precede a su expre ca, en cambio, se ha centrado en identifi
sión en formas culturales, ya como «va car las formas culturalmente específicas
riable dependiente» determinada en en que estos tipos de trastorno emocio
parte por conceptos culturales y prácti nal se experimentan y expresan. (Klein-
cas discursivas. man y Good, 1985). Además, los antro
La evolución de los enfoques antropoló pólogos han intentado llevar la atención
gicos de la emoción refleja las grandes a los marcos culturales e históricos en
tendencias en la teoría cultural; aleján que se producen y aplican las propias ca
dose del supuesto de que las emociones tegorías psiquiátricas.
básicas constituyen una constante, un La llamada de A.L Hallowell (1955) en
«don» de la experiencia humana, hacia pro de atender a las psicologías locales o
el reconocimiento de que, en cierta me «étnicas» señaló el despegue hacia el es
dida, son siempre constructos culturales. tudio de los aspectos culturales de la emo
Los antropólogos han venido observando ción. Trabajos etnográficos posteriores,
desde hace mucho tiempo variaciones como los de Hildred Geertz (1959) en Ja
interculturales en la vida emocional. va y de Jean Briggs (1970) en el Ártico,
Gregory Bateson (1936) y otros desarro han demostrado la complejidad de los
llaron el concepto de ethos para referirse procesos con que las culturas conceptuali-
a los distintos modos en que las emocio zan, expresan y valoran las emociones.
nes se modelan en el seno de la sociedad. Examinando los conceptos y prácticas ge
De manera similar al concepto de Ruth nerales, estos estudios precipitaron una
BENEDICT (1934a) de «configuración» de avalancha de cuestiones acerca de la base
la cultura, la idea de un ethos de la socie de la interpretación de las emociones por
dad sugería que las culturas transforman lenguajes y culturas; específicamente, ¿en
selectivamente las materias primas de la qué medida pueden los investigadores
naturaleza humana. Sirviéndose de las presumir la existencia de afectos básicos o
distinciones psico analíticas de procesos nucleares como marco de comparación?
«prim ario» y «secundario», los teóricos (debate notablemente acentuado en el es
de CULTURA Y PERSONALIDAD de las déca tudio de las culturas de las islas del Pací
das de 1940 y 1950 tendieron a conside fico; Gerber* 1985; Lutz, 1988).
Un importante conjunto de estudios las teorías psicológicas de la emoción
transculturales llevados a cabo por el abre un amplio campo de investigación
psicólogo Paul Elkman (1984) sugiere la comparativa en contextos diversos: socia
existencia de un pequeño número de les, culturales y políticos. GMW
afectos nucleares: enfado, tristeza, sor Véase también CONFIGURACIONISMO, A N
presa, disgusto y felicidad forman un- TROPOLOGÍA PSICOLÓGICA.
conjunto de emociones universales codi Otras lecturas L. Abu-Lughod, 1986;
ficadas en expresiones faciales. Sin em- Heider, 1991; Hochschild, 1985; Kitaya-
. bargo, la interpretación de estos resulta ma y Markus, 1994; R. Levy, 1973; M.
dos, en especial en lo que concierne a los Lewis y Haviland, 1995; Lutz y Abu-
términos usados al efecto en la lengua Lughod, 1990; M. Rosaldo, 1980; Wikan,
inglesa y otras, sigue siendo polémica, 1995.
Los análisis lingüísticos revelan que vo
ces como «enfado» son mucho más com enados Parientes matrilineales; los
plejas que una simple etiqueta de deter relacionados con un individuo por línea
minadas expresiones faciales. Las voces materna. MR.
y expresiones de la emoción no sólo Véase también AGNADOS, COGNADOS.
vehiculan un complejo saber cultural
acerca de la mente y la acción social (La- endogam ia Regla o preferencia que
koff y Kovecses, 1987), sino que también lleva a los individuos a desposarse sólo
desempeñan papeles clave en la «nego en el seno de su grupo de parentesco par
ciación» interaccional de las relaciones ticular, social u otra categoría definida
interpersonales. Una hipótesis, inspirada (localidad, clase, religión, etc.). Por
por el estudio de los significados univer ejemplo, las castas de la India son endo-
sales de los términos cromáticos, indica gamicas y el matrimonio intercastas está
que puede ser posible dar con un foco estrictamente prohibido. La endogamia
universal de significado en términos describe también un modelo estadístico
emocionales básicos si se representan co de intramatrimonio incluso en ausencia
mo núcleo prototípico y subconjunto de de regla explícita al efecto. MR
significados asociados (Gerber, 1985). Véase también EXOGAMIA.
A medida que ha progresado el estudio
de los significados locales de la emoción enferm edad Es la manifestación ex
en diferentes lenguas, la relación entre terna clínica «objetiva» de anormalidad
los conceptos corrientes y las teorías cien de la función física o de infección por un
tíficas se ha hecho crecientemente pro patógeno en el individuo o huésped.
blemática. Por lo que respecta a la len Comprende aquellas anormalidades pa
gua inglesa, por ejemplo, los estudios tológicas observables en los órganos y
comparativos sugieren que los términos sistemas orgánicos, tanto si están cultu
y conceptos en uso no proporcionan un ralmente reconocidas como si no. El con
terreno neutral donde interpretar la ex cepto de enfermedad es fundamental en
periencia emocional entre culturas medicina, y la lista oficial de categorías
(Wierzbicka, 1986). Algunos de los traba de enfermedades, agrupadas por agentes
jos más interesantes sobre las emociones causales, se encuentra en la Internatio
se sirven de la investigación transcultu- nal classification ofdiseases, actualmente
ral para criticar las conceptualizaciones en su novena edición (la referencia aná
de la emoción basadas en la ciencia social loga para las enfermedades mentales es
inglesa (Lute, 1988). La crítica vertida en el Diagnostic and statistical manual o f
mental disorders, 4a ed.). La enfermedad pectiva macrosociológica, las fuerzas po
se distingue de la DOLENCIA en que ésta lítico-económicas y las prácticas cultura
hace referencia a las percepciones de la les hacen que las gentes interacciones,
persona y a las experiencias anteirores con su medio ambiente de maneras que
de haberse sentido enfermo, y es estado pueden afectar a la salud, ya exacerbando
socialmente confuso que incluye a la en los problemas patológicos, ya protegién
fermedad pero no se limita a ella* En. dolas de ellos. La construcción de presas
años recientes, la distinción enferme para intensificar la producción agrícola,
dad-malestar ha sido criticada porque el por ejemplo, puede aumentar la frecuen
proceso de separación de los «hechos» cia de la esquistosomiasis o de la malaria.
biológicos de los constructos culturales En Epidemiología se distingue entre en
sugiere falsamente la superioridad del fermedades epidémicas7 que se dan en
modelo biológico no cultural (Hahn, medida superior a la esperada, a menudo
1995). en brotes con vinculación cronológica o
Desde el punto vista antropológico, las espacial, y enfermedades endémicas, que
enfermedades han desempeñado un im se dan con una frecuencia más constante
portante papel en la evolución de la bio en una población. Las epidemias suelen
logía humana y de los sistemas cultura caracterizarse por una alta mortalidad y
les, Las enfermedades infecciosas, por los consiguientes trastornos socioeconó
ejemplo, constituyen retos superviven- micos, y han tenido una gran influencia
ciales y actúan, por consiguiente, como en el curso de la historia (McNeil, 1976).
agentes de selección para la adaptación Las endemias, caracterizadas más bien
cultural y biológica. El análisis de Li- por la elevada morbididad, pueden ser
vingstone (1976) de la historia de la ane tan corrientes en una población dada
mia falciforme en Africa occidental sigue que se consideren normales más que pa
siendo el ejemplo clásico de este fenóme tológicas. Las enfermedades infecciosas
no. La introducción de la horticultura de causadas por las bacterias, virus, hongos,
ARRASAMIENTO determino un aumento de parásitos unicelulares, etc., desencade
la malaria por P.falciparum, que, a su vez, nan en los huéspedes respuestas inmu-
aumentó la frecuencia del gen falciforme nológicas, de modo que los individuos
que confería resistencia a esta enferme generan todo un repertorio de inmuni
dad, pese al enorme coste que la anemia dades alas enfermedades endémicas (in
falciforme impone al cuerpo humano. fancia). Las enfermedades infecciosas
Un enfoque cultural-ecológico del cono pueden contrastarse asimismo con las
cimiento de la enfermedad destaca el he crónicas (enfermedad cardiovascular, hi
cho de que el ambiente y los riesgos que pertensión, etc.), a veces llamadas «m a
entraña para la salud son fundamental les de la civilización» por su creciente
mente creados por la cultura (Inhorn y presencia entre las clases opulentas. Las
Brown, 1997). La cultura determina la enfermedades crónicas tienen causas
distribución social-epidemiológica de la multifactoriales, en parte vinculadas a la
enfermedad de dos modos generales. dieta y a los modelos de ejercicio. Mu
Desde una perspectiva microsociológica, chos antropólogos entienden el aumento
la cultura conforma los comportamientos de las enfermedades crónicas como un
individuales (dieta, exposición a aguas reflejo de la discordancia entre genes an
contaminadas, prácticas sexuales, etc.) tiguos y los estilos de vida modernos
que predisponen a las personas a deter (Eaton etal, 1988).
minadas enfermedades. Desde una pers Los modelos de enfermedad cambian
con el tiempo histórico. Por un proceso medad (como la malaria) se denomina
de adaptación mutua entre huésped y endemia si su presencia en la población
patógeno, la epidemia puede convertirse es continua, pero en niveles bajos o mo
en endemia en una población dada. Ar- derados, mientras que se denomina pan
melagos y Dewey (1970) han identifica demia a la epidemia de proporciones
do tres «transiciones epidemiológicas» mundiales, como la gripe de 1918 o el si
en la historia humana. La primera con da de hoy,
sistió en una disminución general de ia El campo de la epidemiología nació co
salud y en un aumento de las enferme mo un intento de hacer frente particu
dades infecciosas en asociación con la larmente a las enfermedades infecciosas,
domesticación de las plantas y animales en especial una serie de graves brotes de
(transición neolítica). La segunda con cólera en Europa a principios del siglo
sistió en una disminución de las enfer Xx. La epidemiología descriptiva estudia
medades infecciosas y en un aumento de la distribución de la enfermedad en rela
las crónicas en respuesta a la mejora del ción con el momento histórico, el lugar y
alojamiento, las medidas sanitarias, la la persona. La epidemiología analítica
dieta y (en menor medida) los cuidados usa estos datos para identificar los agen
médicos en Europa y en Estados Unidos tes causales y las condiciones del brote
a principios del siglo XIX. La tercera patológico. Aunque el concepto se ha
transición epidemiológica consiste en el asociado tradicionalmente con las enfer
aumento de los patógenos resistentes a medades infecciosas, recientemente se
los antibióticos y la emergencia de nue ha extendido a muchas enfermedades
vas enfermedades, como las virosis crónicas, como las coronariopatías, de
VIH/sida o Ebola a finales de este siglo* presencia cada vez más frecuente.
No se trata de fenómenos aislados. En Las enfermedades epidémicas tienen
1992, la lista de nuevas enfermedades importancia en antropología porque el
incluía diciesiete formas bacterianas, comportamiento humano configura sus
ricketssiosis y clamidiosis, treinta y siete causas y sus consecuencias. Los antropó
formas víricas y once formas protozoicas, logos interesados en las causas de las epi
helmintosis y micosis (Lederberg et al., demias las abordan en general desde un
1992). En sentido ecológico, estas nuevas punto de vista ecológico; las investiga
enfermedades reflejan procesos evoluti ciones acerca de sus consecuencias pue
vos en los que los patógenos explotan den examinar tanto su impacto demo
nuevos nichos ecológicos creados por los gráfico como su influencia en procesos
cambios medioambientales. PB y K H T sociales en calidad de estigma.
Véase también a g r i c u l t u r a , d e m o g r a El curso de una enfermedad se define
f ía , DIETA, ANTROPOLOGÍA. ECOLÓGICA, por las interacciones dinámicas entre
huésped humano, ambiente y patógeno.
epidemia E n fe r m e d a d cu y a fre~ Por consiguiente, la consideración del
cuencia adquiere inesperadamente enor comportamiento humano, la cultura y la
mes proporciones afectando a un gran ecología son factores clave para conocer
número de personas en un plazo de tiem la distribución y gravedad de la enfer
po relativamente breve. En realidad es medad. Desde una perspectiva evolutiva,
un concepto relativo: un pequeño núme la enfermedad infecciosa ha sido un
ro absoluto de casos de una enfermedad agente primario de selección natural en
se considera epidemia si la incidencia de el curso de la evolución humana (Peter X
ésta suele ser baja. En cambio, una enfer Brown et al., 1996). Por ejemplo, Francis
Black (1990) señaló que la susceptibili portadas por las raías causantes de la rá
dad genética impidió a las poblaciones pida diseminación del mal. McNeill
indígenas del Nuevo Mundo la creación (1976) ha sugerido que se han producido
de respuestas inmunológicas efectivas a regularmente epidemias de escala simi
los patógenos del Viejo Mundo, como el lar a la de la Peste Negra durante los
del sarampión, determinante de una tiempos de expansión de los imperios. El
mortalidad desproporcionadamente alta contacto de culturas, o la «confluencia de
en estas poblaciones. acervos patológicos», se tradujo en la
La paleopatología ha reconstruido mo aparición de epidemias en poblaciones
delos de transmisión de enfermedades y hasta entonces a salvo de ellas y, por tanto,
su distribución en las poblaciones sin defensas frente a patógenos nuevos.
prehistóricas, y sugiere que la revolución Las epidemias han configurado la histo
agraria puede haber creado condiciones ria humana desde los tiempos prehistó
ecológicas que fomentaran la aparición ricos al presente. Por diezmar y desmo
de epidemias. La transición del noma ralizar a las poblaciones susceptibles
dismo al sedentarismo asociada con la también fueron instrumentos de la ex
agricultura generó problemas como la pansión de las sociedades «civilizadas»,
eliminación de desechos y la exposición facilitando la conquista y subyugación
a portadores de enfermedades; la inten por la fuerza de las armas.
sificación de la producción agrícola pue Interesan a los antropólogos las conse
de cambiar la ecología e incrementar la cuencias sociales de la enfermedad epi
exposición a insectos transmisores de en démica. Por ejemplo, Neel (1958) sugi
fermedades. La susceptibilidad a la en rió que la alta proporción de mortalidad
fermedad infecciosa guarda una relación es resultado del colapso social, incluidos
sinérgica con la escasez de alimentos y la un sentido de desvalimiento, malos cui
malnutrición. Además, el crecimiento de dados médicos y una ingesta insuficiente
la población asociado con la intensifica de alimentos. Una epidemia en una so
ción de la agricultura suministra una re ciedad tribal puede ser, pues,-más impor
serva de huéspedes humanos que propi tante que la susceptibilidad genética o
cian el agravamiento de la enfermedad inmunológica. No menos importante es
al grado de epidemia (M. Cohén, 1939). el hecho de que una epidemia exacerba
En la historiografía, la epidemia de la problemas como la xenofobia (temor a
peste bubónica es el ejemplo prototípico. los extranjeros) y la estigmatización; y
La Peste Negra de mediados del siglo estas consecuencias se suman al sufri
XIV mató a más de la cuarta parte de la miento primario. Si unas reacciones so
población de Europa y Oriente Medio. ciales a la epidemia (por ejemplo aisla
Las enfermedades pueden propagarse miento del enfermo, rápida inhumación
por vía del comercio o de los movimien del muerto) pueden tener carácter bioló
tos poblacionales. Sin embargo, una epi gico adaptativo, otras (por ejemplo la
demia requiere unas condiciones ecoló huida del epicentro del brote de la enfer
gicas locales particulares. En el caso de medad) pueden empeorar la situación
la peste bubónica, anos de crecimiento por contagio.
económico seguidos de hambruna y de Las cotas de nacimientos y muerte en los
presión crearon unas condiciones urba últimos ciento cincuenta años han des
nas de hacinamiento y escasez que forza cendido espectacularmente en la mayo
ron a los huéspedes humanos a un fre ría de las poblaciones del primer mundo.
cuente y estrecho contacto con las pulgas Esta TRANSICIÓN DEMOGRÁFICA ha estado
acompañada de una transición epide^ miento suele articularse como un pro
miológica en la frecuencia y la causa de blema de la vejez, una curva en declive
las enfermedades. Los agentes tradicio durante la madurez. Los libros de texto
nales de las epidemias —plagas, tubercu solían definir la gerontología como el es
losis, viruela, tifus—han cedido su lugar tudio del deterioro del ser humano. La
a las «enfermedades crónicas de la civili cronología (los años transcurridos desde
zación», como la obesidad, las cardiopa- el nacimiento) se suele emplear como un
tías y diversos tipos de cáncer. La mejora índice de envejecimiento aun cuando sea
de las condiciones sanitarias, los progra un pobre pronosticad or de la fortaleza
mas de vacunación y los antibióticos han biológica de cada uno o de la capacidad
contribuido al control de las infecciones de contribución a la sociedad. Pero la
y a que las enfermedades crónicas ad edad es una medida de valía tan cómoda
quieran carácter epidémico en las pobla que pocas son las burocracias estatales u
ciones de vida más larga. Más reciente organizaciones a gran escala que se resis
mente, no obstante, la aparición del sida, ten a echar mano de ella como un modo
la reactivación de la tuberculosis y una de categorizar y controlar a la población.
gran variedad de «infecciones emergen Los antiguos imperios en Asia y Europa
tes», muchas de las cuales obedecen a la clasificaban a los sujetos en función de la
presencia de cepas resistentes a los anti edad por lo menos hace dos mil años. En
biótico de patógenos antes controlables nuestra época se ha convertido en una
(Garret, 1994), nos recuerdan que las epi marca de identificación tan universal co
demias de enfermedades infecciosas no mo la d e GÉNERO.
son cosa del pasado, Y dado que el com La edad máxima posible parece no ha
portamiento humano es esencial tanto en ber variado desde los tiempos prehistóri
las causas como en las consecuencias de cos. La mayor parte de las estimaciones
las epidemias, los antropólogos médicos la sitúan en una franja de 120 a 140
pueden ayudar al conocimiento, control y años, aunque ahora y antes ha habido ca
prevención de las futuras. PB y TM c sos discutibles de Matusalenes mucho
Véase también DEMOGRAFÍA, ANTROPOLO mayores. La expectativa de vida, sin em
GÍA MÉDICA. bargo, prácticamente se ha doblado —de
alrededor de 40 hasta los 80 años aproxi-
envej ecümento Es un proceso bio madamente— en las SOCIEDADES INDUS
lógico de entropia que se produce en or TRIALES, y está aumentando también en
ganismos individuales desde su naci el resto del mundo. La longevidad masi
miento hasta la muerte. También es un va ha alterado radicalmente las trayecto
proceso cultural de personificación del rias vitales del íe^moderno, convirtien
self y de aprendizaje que opera, en las do el envejecimiento en una nueva fron
personas en tanto que actores en los dra tera para la humanidad; igual que para
mas cotidianos de la sociedad. Ambos la antropología (Kertzer y Keith, 1984).
procesos se hallan estrechamente vincu Los ancianos, particularmente en las so
lados en una dialéctica de mutuo hosti ciedades industriales de hoy, son vistos
gamiento e influencia. El envejecimien como una «categoría problemática», re
to es un proceso multimodal que no se chazados como fuerza de trabajo por la
puede explicar mediante modelos linea edad y, al mismo tiempo, estigmatizados
les simples (Hareven y Adams, 1982). como una carga para sus descendientes.
Tanto en el terreno académico como en Las ideologías del progreso agravan este
el pensamiento popular, el envejeci prejuicio al proclamar que el nuevo mo-
délo del ano es mejor que el del último un gran número de libros, películas y ví
año y que las versiones más antiguas de deos de etnografía subrayan en la actua
la humanidad, podrían ser igualmente lidad las situaciones por las que pasa la
condenadas. vida de las personas mayores en una im
Sin embargo, si con la edad se produce pactante serie de escenarios sociales.
un aumento del porcentaje de personas (Keith et a l71994). Esta serie de eviden
que requieren asistencia sanitaria y so cias está contribuyendo a corregir el pre
cial, la mayoría disfruta de buena salud juicio contra lo viejo característico de
y puede atender perfectamente sus nece nuestro tiempo y la nostalgia que imagi
sidades diarias hasta los ochenta años. na una época premoderna en que la fa
La «sociedad envejecida» del futuro no milia y los valores tribales aseguraban
se puede extrapolar directamente a par de un modo «natural» que se colmara de
tir de las condiciones presentes- En el si atenciones a los ancianos- Antes de la
glo veinte cada una de las generaciones Revolución industrial, la mayor parte de
que han alcanzado la vejez ha gozado, en las sociedades hacían una distinción en
comparación con su antecesora, de más tre ancianos sanos y débiles. Se podía
salud y mejor educación, y ha estado tratar con consideración a los primeros,
mejor preparada para ocuparse de los la pero los segundos recibían con frecuen
berintos burocráticos de la vida en una cia tratamientos para precipitar su fin.
sociedad de masas (Silverman, 1987). Pese a todos sus defectos, la sociedad mo
Cada comunidad tiene que empezar a derna tal vez esté haciendo más por sus
gestionar la mezcla cambiante de grupos ancianos débiles de lo que hiciera ningu
de edad en la población del mismo modo na comunidad «tradicional» (Cowgill y
que debe tratar de gestionar la cambian Holmes, 1972).
te diversidad en los ecosistemas* Las cuestiones acerca del envejecimien
Los primeros etnógrafos obtenían a me to han impulsado a los antropólogos a
nudo muchos de sus datos de las perso colaborar con colegas de muchas disci
nas de mayor edad; éstas contaban con plinas y subdisciplinas (Fry y Keith,
mayor experiencia de la vida local y más 1986). Sin embargo, hay un punto flaco
tiempo libre para sentarse e informar al evidente: la investigación sobre el enve
recién llegado. Sin embargo, esas mis jecimiento a menudo se transmuta en un
mas personas no eran vistas como un te estudio de los ancianos como si éstos fue
ma de investigación y los ANCIANOS eran ran una tribu recién descubierta* Vamos
mencionados principalmente como per predicando que el envejecimiento es un
sonas situadas en las últimas etapas del proceso que abarca toda la vida, pero en
CICLO DE LA VIDA. El volumen de Leo la práctica sólo examinamos la última
Simmons (1945) basado en los datos del etapa del recorrido. DW P
HRAJ fue hasta los años 60 el único estu Otras lecturas Amoss y Harrell, 1981;
dio en profundidad sobre las personas Counts y Counts, 1985; Myerhoff, 1978;
mayores realizado por un antropólogo. Sokolovsky, Í990; Vesperi, 1985.
Desde entonces, la investigación antro
pológica sobre el envejecimiento ha con esclavitud Producto de la captura o
vertido la edad en una especialidad con compra de seres humanos que, con sus
su propia organización profesional y sus descendientes, son aplicados a algún tra
publicaciones. Muchas facultades impar bajo u objeto de venta o trueque a otros-
ten enseñanza sobre el envejecimiento Si consideramos centrales a la esclavitud
desde una perspectiva transcultural. Y estas prácticas, no sorprende que se ex
tendiera tanto entre las sociedades hu munerado y era el grupo el que era due
manas, aunque con un notable número ño del trabajo realizado por sus compo
de variantes. nentes y de los frutos resultantes. Por úl
La imagen occidental prevalente de la es timo, no hay necesariamente una rela
clavitud deriva de los sistemas particula ción fija entre la estratificación social y
res e insólitos de Isl que existió hasta hace la esclavitud; ésta puede existir en au
poco en el Nuevo Mundo y que incluía la sencia de la primera o puede no ser un
propiedad de seres humanos como bien factor de ésta.
de "uso, su venta, su compra, su uso prima Lo dicho no significa que la esclavitud,
rio como mano de obra no remunerada y como se entiende en Occidente, sea pu
su ubicación en el estrato social más bajo* ramente un fenómeno reciente del Nue
Aquí la esclavitud era nna institución vo Mundo. Muchas sociedades (la Euro
económica donde la idea de que los escla pa antigua y medieval, el antiguo Orien
vos carecían de «libertad» era un tema te Medio islámico, el sur y sureste
clave para definir su condición. asiáticos) poseían instituciones simila
Mientras algunos antropólogos han res, pero también características ausen
adoptado esta imagen como base de la tes del prototipo de esclavitud occiden
definición universal de la esclavitud tal, Mientras que la esclavitud en el
(Nieboer, 1910; Meillassoux, 1991; J. Nuevo Mundo se vinculaba con claras
Watson, 1980), otros (B. Siegel, Í945; diferencias de aspecto (« r a z a .»), en la
Miers y Kopytoff, 1977) han señalado mayoría de las sociedades los esclavos
que las variaciones culturales hacen pro procedían de su propio seno o de regio
blemática tal definición. En el pensa nes vecinas y poco diferían de sus dueños
miento occidental, «esclavitud» signifi por raza o (a menudo) cultura. Mientras
caba la antítesis de la libertad cívica. El que el uso dado a los esclavos en el Nue
ciudadano libre es el que no pertenece a vo Mundo tenía carácter exclusivamente
otro, no puede ser vendido, trabaja para económico, en la mayoría de las demás
otros por elección y remuneración, y go sociedades y momentos históricos los es
za de los derechos civiles básicos, nada clavos eran utilizados también como re
de lo cual alcanza al esclavo. Sin embar curso social y político: esposas, aliados,
go, fuera de Occidente} estos elementos guerreros o burócratas. En algunos casos,
aparentemente fijos y ia figura que des como en la Turquía de los otomanos o el
criben pierden perfil. Incluso «libertad» Egipto de los mamelucos, una poderosa
es un concepto esquivo, pues lo que se guardia de palacio compuesta de escla
considera autonomía individual normal vos controlaba a veces al régimen. Llega
varía considerablemente entre socieda do a este extremo, el propio uso del tér
des- En otras culturas, el significado de mino «esclavitud» resulta cuestionable y
«propiedad» depende de los derechos aun absurdo.
culturalmente definidos que posee el En suma, el planteamiento teórico es co
«propietario» sobre objetos o personas y mo sigue: el hecho de que alguien ad
que en muchas sociedades pequeñas tra quiera un control completo de una perso
dicionalmente no se otorgaban a indivi- na dice muy poco sobre el uso a que ésta
duoSj sino a grupos de parentesco y al se destina- La esclavitud es un proceso
canzaban así a todos sus miembros. Simi abierto que puede seguir muy diferentes
larmente, las nociones de trabajo libre y trayectorias sociales. La noción de escla
forzado eran ambiguas en sociedades vo como posesión cuadra con el estadio
que carecían de mercados de trabajo re inicial de este proceso, en el que la perso
na es extraída de su posición social (den plias: además de convertirse en esposas y
tro o fuera de la sociedad), desprovista de parientes, los esclavos pudieron llegar a
identidad social y puesta bajo el control deudos, dependientes, comerciantes,
absoluto de su amo. La persona es social guerreros, burócratas y altos funciona
mente deshumanizada y despersonaliza rios, así como a sirvientes domésticos o
da y sufre lo que Patterson (1982) llamó trabajadores en minas y explotaciones
«muerte social». Pero si se aplica a otro agrícolas. El hecho de que algunos escla
uso social (más que inmediatamente de vos alcanzaran posiciones de poder con
sechada por sacrificio o reventa), esa per tradice el supuesto de que necesaria
sona debe ser repersonalizada, revestida mente habían de constituir el estrato o
de una nueva identidad e insertada en un clase más bajos de la sociedad.
nicho social apropiado. Este repersonali Si bien es cierto que la complejidad so
zación puede ser mínima, como en gran cial ofrece muchas posibilidades, no lo es
parte de la esclavitud del Nuevo Mundo, menos que no determina el uso al que se
o socialmente importante, como en la destinan los esclavos. Por ejemplo, en el
mayoría de las sociedades africanas. La muy complejo Sur norteamericano pre-
trayectoria del esclavo en la sociedad que bélico, los esclavos eran prácticamente
lo acoge depende de las estructuras socia destinados a un solo uso: mano de obra
les, políticas y económicas reinantes. El agrícola. Las razones al efecto incluían
uso de personas adquiridas como mano tanto actitudes culturales acerca del muy
de obra es una posibilidad, pero no la variado origen de los esclavos como la
más simple. Una sociedad nómada de ca especializ&ción del Sur como productor
zadores-recolectores tendría difícil la ad de algodón en un gran sistema interna
quisición de personas como mano de cional. Ello nos lleva al postulado inicial:
obra, dado que este uso presupone tanto que la imagen occidental común (y en
una economía en la que el trabajo puede especial norteamericana) del esclavo de
producir excedentes útiles como un siste riva en gran medida de una variante
ma social con controles efectivos sobre los muy infrecuente de esta condición, que
trabaj adores forzados. no es fácilmente trasladable a la mayoría
Cuanto más compleja sea social y econó de las demás sociedades. IK
micamente una sociedad, más extensas y Otras lecturas Kopytoff, 1982; Landt-
variadas son las posibilidades de hacer man, 1938; J. Miller, 1995; Winks, 1972.
uso de seres humanos. En las sociedades
política y económicamente de magnitud escritura Véase SISTEMAS DE ESCRI
media (que constituyen la parte mayori- TURA.
taria de la muestra antropológica) han
sido unidades sociales fundamentales di esperanza de v id a Véase rep ro
ferentes clases de agrupamientos por pa d u c c ió n .
rentesco. El poder competitivo de un
grupo así reside en su tamaño, que pue espíritu Voz de interpretación impre
de incrementarse sirviéndose de extra cisa en el campo de la RELIGIÓN compara
ños, asimilados casi a los miembros del da. Incluso dejando de lado expresiones
grupo original por a d o p c i ó n . La trayec como «e l espíritu del capitalismo» o «el
toria potencial del esclavo lleva aquí a la espíritu de la resistencia», carece de defi
asimilación. En sociedades más comple nición precisa o general. En cambio, es de
jas del Oriente Medio y África, las mo aplicación más fácil si con ello se hace re
dalidades de uso eran mucho más am ferencia a alguna categoría indígena de
agente sobrenatural, diferente según los ciación o complejidad, distinguiéndolas
casos. Por ejemplo, E.E. EYANS-PRIT- como simples, compuestas, doblemente
CHARD (1956) usó «espíritu» para explicar o triplemente compuestas. A mediados
la voz kicoth de los nuer, concepto sutil de del siglo XIX, Karl Marx y Priedrich En-
lo divino a la vez unitario y diverso como, gels (1947) clasificaron a las sociedades
en su chocante analogía, el sol refractado según sus modos de producción identifi
por las gotas de lluvia. Su descripción es cando cuatro estadios en la evolución de
específica de la cultura, más que expre ésta: comunismo primitivo, esclavitud,
sión de una categoría occidental. feudalismo y capitalismo.
Por el contrario, en su relato sobre las Entre las recientes tipologías evolutivas
nociones ngaju del dios supremo, Hans se incluyen las de Gerhard Lenski, El-
Scharer (1963) usó vagamente la voz pa man Service, Morton Fried y Eric Wolf.
ra referirse a una heterogénea colección La tipología de Lenski (1970) se basa en
de agentes sobrenaturales menores. No el nivel de desarrollo de la tecnología de
está claro que «espíritu» explique algu subsistencia y distingue entre sociedades
na categoría ngaju, y dado que ello im de caza y recolección, de horticultura
plica que los espíritus representan un ni simple y avanzada, agrarias e industria
vel «inferior» de creencia, se trataría de les en el curso del desarrollo evolutivo.
un supuesto etnocéntrico. A l efecto La tipología de Service (1962-1971) im
Scharer siguió los modelos de ESTADIO plica al modo de organización sociopolí-
EVOLUTIVO, próximos a Herbert Spencer tica y es una de las más populares en la
(1876). antropología moderna. Identifica cuatro
«Espíritu» se usa a veces en contraste estadios de organización sociopolítica:
con «alma», considerada como compo bandas, tribus, jefaturas y estados. El mo
nente inmaterial de los humanos vivien vimiento de uno a otro implica el desa
tes y en general con persistencia más rrollo de instituciones políticas creciente
allá de la MUERTE. Los antepasados, en mente formalizadas, especializadas y je
cambio, se describen a menudo como rarquizadas. La tipología de Fried (1967)
«espíritus» (véase CULTO A LOS ANTEPA se basa en el grado de desigualdad social
SADOS). y define tres tipos de sociedad: igualita
La «posesión por los espíritus» implica ria, jerárquica y estratificada. Eric Wolf
un estado de consciencia alterado atri (1982) se sirvió de una tipologóa marxis
buido a la influencia de algún agente ex ta contemporánea que distingue tres ti
terno, como ocurre en el TRANCE y el pos principales de sociedad basados en el
CHAMANISMO. PM modo de producción subyacente: modo
basado en el parentesco, modo tributario
estadios evolutivos El estudio de y modo capitalista. SS
la EVOLUCIÓN ha implicado necesaria
mente la formulación de estadios evolu estado, sistemas de estado Los
tivos, cuya tipología más antigua quizás estados representan formas de gobierno
sea la de salvajismo-barbarie-civiliza- regionales, de expansión dinámica me
ción, célebre gracias a Lewis Henry diante conquista. Diversas jerarquías de
M o r g a n (1877), pero usada también por su uso se asocian con instituciones espe
Edward Buxnett T Y L O R (1871, 1881) y cializadas que son financiadas por una
que de hecho data del siglo xviil. Her economía política. Se caracterizan por
bert S p e n c e r (1876) clasificó alas socie ESTRATIFICACIÓN social y constituyen las
dades en términos de nivel de diferen instituciones administrativas y políticas
de gobierno características de las SOCIE damente maniobrar para hacerse con el
DADES COMPLEJAS. Los estados son tipoló control. Mann (1986-1993) ofreció una
gicamente las creaciones más complejas visión muy dinámica del estado en situa
de la sociedad humana (Service, 1962; ción de constante división, competición e
Fried, 1967). A menudo se formula la di inminencia de disolución. El desarrollo
visión básica entre estados y sociedades del estado no desemboca necesariamen
sin estado tradicionalmente organizadas te en una mayor centralización global.
(véase SISTEMAS CENTRALIZADOS y JEFE). Para financiar las actividades y la nómi
Los estados engloban una extensa poblar na de funcionarios estatales, las institu
ción de centenares de miles o de millones ciones requieren una economía política
de habitantes (Johnson y Earle, 1987), (Earle y D’Altroy, 1989). Las finanzas
representativos a veces de diversos gru basadas en la posesión de materias pri
pos étnicos con culturas, religiones, eco mas movilizan recursos alimentarios y
nomías y tradiciones históricas a menudo de otros tipos, que se depositan en alma
distintas. Para integrar a un colectivo tan cenes oficiales y se aplican directamente
diverso se requieren instituciones com al sostenimiento de los funcionarios; la
plejas y especializadas de gobierno y do financiación mediante riqueza, en cam
minio. Entre las categorías generales de bio, utiliza artículos valiosos o moneda,
institución estatal están las burocracias característicamente producidos bajo la
administrativas, los sistemas legales y las supervisión del estado. En este caso es
organizaciones militares y religiosas. Es necesario desarrollar MERCADOS que con
tas instituciones representan diferentes viertan el DINERO en artículos útiles. Las
fuentes de poder: económico, político, diversas formas de financiación crean
militar e ideológico. El grado de comple diferencias de fuerza e integración entre
jidad y las interrelaciones entre las diver las instituciones estatales (D ’Altroy y
sas instituciones difieren considerable Earle, 1985).
mente de un estado a otro. El «estado» Las sociedades con estado se caracterizan
como categoría de EVOLUCIÓN social es in por la estratificación. Un segmento o
ternamente muy variable en términos de CLASE posee un acceso diferencial a «los
escala de integración (desde la ciudad-es- recursos básicos de vida» (Fried, 1967, p,
tado hasta el imperio), tipo de integra 186), y así estas sociedades se dividen en
ción («administrativa» frente a «nom i clases con intereses políticos y económi
nal» [C. Geertz, 1980]), naturaleza del cos diferentes (Marx y Engels, 1888),
control vigente («territorial» frente a creándose instituciones que reproduzcan
«hegemónico» [Hassig, 1985]), y base fi este sistema social de dominación. Aun
nanciera («materias primas» frente a «ri que puede que sea éste el sueño de la cla
queza» [D ’Altroy y Earle, 1985]), entre se dirigente, la vida en una sociedad
otras características. compleja es más precaria. Brumfield y
El DESPOTISMO ORIENTAL, e n la c o n c e p Fox (1994) descrubieron la intensa com
ción de Wittfogel (1957), se basaba en petición entre las elites por controlar las
un fuerte sistema centralizado: el estado instituciones dominantes.
creaba grandes sistemas de RIEGO desde Propósito especial de la investigación
los que extendía su control sobre otras antropológica ha sido explicar el «ori
instituciones de poder. Alternativamen gen» de la sociedad de estado o «civiliza
te, las diferentes fuentes de poder pue ción» (Flannery, 1972; H. Wright, 1978).
den separarse institucionalmente (m ili Las diferentes teorías al respecto han
tares y religiosas, por ejemplo) y segui destacado ora la dirección central de los
asuntos, ora el poder coercitivo de ésta der relativo, riqueza o prestigio. Aunque
(Service, 1975). Las primeras ponen de a menudo se usa como genérico aplicable
relieve que los problemas de superviven a todas las sociedades jerarquizadas, in
cia requieren un control central que su cluidas las SOCIEDADES DE CASTAS y las
puestamente sólo puede aportar el esta basadas en la clase s o c i a l , «estratifica
do, como en el caso de los sistemas de ción» se vincula más bien al estudio de
riego en el desierto. Sanders (1956) ar la acción individual en el sentido de que
gumentó que la especialización de la co es el esfuerzo de los individuos el que
munidad dentro de regiones ecológica propicia la movilidad social. Así, los teó
mente diversas debió traducirse en una ricos de la estratificación pueden compa
economía integrada y el consiguiente rar sociedades según la naturaleza y la
sistema estatal; la paz del mercado, nece medida de movilidad vertical en su seno
sario entonces para la economía regio y ordenarlas conforme a una escala que
nal, era así garantizada por el estado, discurre desde la supuesta rigidez de la
Carneiro (1970) describió de qué forma estructura de castas a las hipotéticamen
las luchas de competencia requerían una te abiertas sociedades del mundo moder
organización centralizada; los estados no: escala que inevitablemente se con
con ejércitos más efectivos se extendían vierte en una secuencia evolutiva condu
a expensas de las sociedades de organiza cente a la MODERNIZACIÓN (véanse en
ción más simple. Subyace a estas teorías Dumont, 1970, las críticas a los intentos
adaptacionistas bien el desarrollo de una de incluir a la casta en la teoría general
nueva forma de organziación, como el de la estratificación).
riego, bien la aparición de problemas El concepto de estratificación es particu
nuevos con una población creciente. larmente apropiado para el análisis es-
Las teorías en tomo a la coerción políti tructural-funcional de las sociedades
ca destacan dos dinámicas. En primer lu complejas, para las que la teoría supone
gar, los estados y la extensiva integración un modo de integración social en torno a
política que representan se configuran los valores comunes de mejora y respon
mediante conquista y supresión milita sabilidad individual como determinan
res; en segundo, en opinión de los mar- tes de la POSICIÓN social. Se entiende que
xistas, los estados trabajan para perpe la jerarquía resultante representa enton
tuar y ampliar el dominio de la clase di ces la distribución de talentos, responsa
rigente (Haas, 1982; Webb, 1975). Al bilidades y remuneración pertinente en
efecto es crítico el control del armamen el plano individual. Este modelo de per
to (J. Goody, 1971). Las teorías antropo fecta movilidad individual en la socie
lógicas de mercado han atendido a la di dad es entonces patrón con que medir
námica interna de la estructura social otras sociedades, procedimiento adopta
(Friedman y Rowlands, 1977) y a la ideo do por los sociólogos que aplican al efec
logía (Althusser, 1971). TE to elaboradas técnicas de análisis estadís
tico. Lloyd Fallers (1965) señaló que la
estatus Véase POSICIÓN SOCIAL. razón del interés sociológico por la estra
tificación es el prominente papel que al
e s t r a t if ic a c ió n «Estratificación so respecto cabe a los movimientos iguali
cial» es el término usado generalmente tarios en la historia de Europa y Améri
para describir la división jerárquica de ca del Norte en los últimos doscientos
una SOCIEDAD por la que los miembros cincuenta años, más o menos. Añadió, no
que la componen se ordenan según po obstante, que los conceptos y métodos
aplicados a estos estudios en Occidente quier caso empírico, incluido Estados
pueden no ser apropiados para valorar el Unidos de América, revela barreras es
no menos profundo interés en la igual tructurales a la movilidad perfecta. No
dad surgido en las sociedades no occi hay ninguna sociedad donde rango y re
dentales a raíz de los movimientos de in compensa estén perfectamente unidos al
dependencia, posteriores a la segunda talento y a los logros. Los antropólogos
guerra mundial en pueblos hasta enton que trabajaban en Estados Unidos desa
ces sometidos. Con todo, él y muchos rrollaron sin tardar teorías subsidiarias
otros antropólogos de su época aceptaron que explicaran estas visibles deficiencias
los supuestos básicos de la teoría de la en el sistema de oportunidad igual para
modernización movidos por el afán de todos. Un enfoque consistió en el estudio
conocer «la interacción de las fuerzas de de las STJBCULTURAS, consideradas como
la modernidad genérica y las socieda residuos de la cultura de grupos inmi
des y culturas tradicionales sobre las que grantes aún no plenamente absorbidos
opera la modernidad en su seno» (Fa- en la corriente mayoritaria de la socie
llers, 1965, p. 160). Aunque los antropó dad norteamericana y, por tanto, sólo
logos prefirieron concentrarse en aspec parcialmente partícipes de sus valores y
tos de cambio cultural y social no cuanti- su modo de vida. Algunos segmentos de
ficados al estilo del análisis sociológico la población parecían carecer de la vo
de la estratificación, la mayoría compar luntad o del potencial necesarios para
tían la orientación teórica general hacia ascender desde los peldaños más bajos de
la modernidad y la modernización: he la escala ocupacional o huir de la POBRE
cho que hizo posible la colaboración de ZA Una explicación al respecto era que
científicos sociales de diferentes discipli la miseria persistente produce una CUL
nas en la producción de obras como Oíd TURA DE LA POBREZA a través de la cual
societies and new states: the questfor mo~ los individuos son socializados en com
dernity in Asia and Africa, editado por portamientos que militan en contra del
Clifford Geertz (1965a). progreso laboral y la movilidad social
Estados Unidos era típicamente presen (Lewis, 1966), Esta estrategia se ha
tado como epítome de sociedad igualita- mantenido hasta el presente, con pobla
ria en la que era posible una movilidad ciones de pobreza urbaneis caracterizadas
social sin limitaciones y, por tanto, mo por una «subclase» desorganziada cultu
delo de modernidad. Ciertamente, S.M. ralmente incapaz de funcionar en el se
Lipser lo describió como The firs t nev) no de la corriente mayoritaria de la so
nation (La primera nación nueva) en su ciedad (Jencks y Peterson, 1991).
intento explícito de mostrar a otras ex El interés en la estratificación social
colonias que los valores revolucionarios comparada fue perdiéndose con la desa
pueden legitimar a las instituciones po parición gradual de los supuestos teóricos
líticas* Su presentación del modo en que en que se b sisaba: la teoría de la moderni
los valores de la igualdad y el progreso zación y el estructural-funcionalismo. El
han producido instituciones y caracteres propio Fallers (1973, p. 3) se vio obligado
nacionales ejemplares fue muy tenden a decir: «H e llegado a la conclusión de
ciosa. Sólo en el epilogo menciona el he que el fenómeno no existe o, en todo ca
cho de que «e l igualitarismo norteame so, que westratificación social” es una de
ricano es, desde luego, aplicable sólo a nominación de escaso sentido». En las
los hombres blancos» (1965, p. 379). «naciones nuevas» rara vez el desarrollo
Incluso un examen superficial de cual había seguido la senda de una suave tran
sición de la tradición a la. modernidad, y renciación inglesa entre sheep y mutton).
menos aún desde la jerarquía al igualita Las formas de la GRAMÁTICA y de la L IN
rismo, de modo que los antropólogos GÜÍSTICA estructural en cualquier nivel
atienden ahora en medida mucho mayor no pertenecen al plano de la consciencia;
a conceptos como «E T N IA », «GENOCIDIO» sin embargo, son sistémicas: los hablan
y «rPOSMODERNISMO» de lo que habrían tes pueden reconocer las formas correctas
previsto hace treinta años. RS e incorrectas incluso sin ser capaces de
Otras lecturas John Jackson, 1968 [esp. articular las reglas que las rigen. Así
los ensayos de Allardt, Eisenstadt y también, insistió Lévi-Strauss, el antro
Shils]; Plotnicov y Tuden, 1970. pólogo necesita un método sistemático
para descubrir la estructura subyacente
estructura social Véase o r g a n i z a de las formas culturales, igualmente sis
c ió n SOCIAL. temáticas. Este método se b asa en un mo
do de descripción binario que atiende a
estructuralismo Método, estilo es rasgos distintivos y a la redundancia, co
tético-analítico y postura filosófica arti mo se desarrolla de forma máxima en la
culados sobre todo en la obra del antro teoría de la información. Su potencia re
pólogo Claude LÉVI-STRAUSS, pero de side en el plano inconsciente o, más exac
importancia general como parte de un tamente, en el de hechos sociales en el
movimiento de más alcance dentro de sentido durkheimiano. Las explicaciones
los modernismos d^l siglo XX: formalis populares de estas formas son ilusorias
mos en música (serialismo), drama (Bec- porque las gentes no tienen consciencia
kett, Artaud), novela (Roussel, Perec), y de su estructura.
la llamada filosofía antihumanista y crí Lévi-Strauss (1963a, 1969a) aplicó su
tica literaria (Barthes, Foucault, Lacan, método estructural primero a los SISTE
Derrida), que han abonado el terreno MAS DE PARENTESCO ELEMENTAL (siste
para el llamado postestructuralismo. mas maritales preceptivos donde las ca
Como método, el estructuralismo en su tegorías de relación establecen quién es
forma lévi-straussiana (y antropológica) casable y quién no), principalmente en
deriva sobre todo de la lingüística estruc Australia y en el sur y sureste de Asía, y
tural de Ferdinand de Saussure (1959) y a algunos SISTEMAS DE MATRIMONIO PRE-
de Román Jakobson (1956, 1973, 1987), FERENCIAL, argumentando que las reglas
de la sociología durkheimiana de Marcel estructurales de estos sistemas de inter
M a USS y de la teoría de la información, cambio marital tienen implicaciones pa
pero también, como observó LÉ V I- ra la integración regional de las socieda
STRAUSS, de estructuras más profundas des de pequeña escala. Tras su propia
en la geología, el marxismo y el psicoa elaboración de las investigaciones socio
nálisis. Saussure había postulado que las lógicas de Marcel Mauss sobre la teoría
unidades de significado en el lenguaje del intercambio, lo cual implicó una ra
(«lengua») están constituidas como siste dical reconversión de las teorías decimo
ma de diferencias que adquieren sentido nónicas del TOTEMISMO (Lévi-Strauss,
precisamente por su singularidad frente 1965b) y una brillante reconsideración
a las otras unidades que lo componen. Así de la lógica clasificatoria (incluidos la
lo ilustra de manera óptima el sistema teoría de los nombres propios como con
fonémico (véase FONOLOGÍA), y también juntos culturales, el sistema de CASTAS, y
la diferencia en SEMÁNTICA (por ejemplo, un desafío a Sartre y a la historia «hu
la voz mouton francesa frente a la dife manista»), Lévi-Strauss (1969b, 1975,
1976, 1981) llevó su atención al análisis ciedades duales de la Amazonia (May-
de unos ochocientos mitos suramerica- bury-Lewis, 1979), a la mitología de
nos y norteamericanos. Estos laboriosos Nortemérica Central (E. Hunt, 1977) y a
análisis, concebidos como un sistema ar la América moderna y Hawaii (Sahlins,
mónico formal, como una sinfonía, es 1976a, 1985).
tructuraron un caudal de detallada in En un nivel más filosófico, Lévi-Strauss
formación ecológica, histórica, sociológi se erigió en Francia en la ñgma princi
ca y semiótica. pal en oposición a los proyectos existen-
Lévi-Strauss sugirió que el método es- cialistas de los primeros decenios posbéli
tructuralista es un modo de reconstruir cos protagonizados por Jean Paul Sartre,
los sistemas conceptuales de las culturas argumentando al efecto que fenómenos
empobrecidas en recursos humanos y como el lenguaje y la cultura no pueden
fragmentadas. Muy sorprendente es la ser fácilmente cambiados por la volun
naturaleza sistémica, casi predictiva, de tad heroica y consciente de los indivi
muchos de sus análisis, como el realizado duos o de los partidos políticos. Este de-'
sobre las máscaras de los indios de la bate sobre la naturaleza de la historia
Costa Noroeste (Lévi-Strauss, 1982) y (Lévi-Strauss, 1966, 1981) proporcionó
sobre las relaciones históricas con sus ve también la base de escuelas de pensa
cinos de las Praderas, derivadas de cómo miento como, en un primer momento, el
unos y otros invirtieron sus mitos respec MARXISMO ESTRUCTURAL (véase ANTROPO
tivos, al igual que acerca de las maneras LOGÍA C RÍTIC A) y luego de la generación
en que se codifica la información ecoló de los llamados postestructuralistas (véa
gica y geográfica (Lévi-Strauss, 1953a, se POSMODERNO). Aunque los postestruc
p. xii). En sentido más amplio, los análi’ turalistas discuten el ocasional binaris-
sis estructuralistas de los mitos —aborda mo mecánico del estructuralismo como
dos también por el folclorista Vladimir lógica de base informativa-teórica, a ni
Propp (1958) y el indoeuropeísta Geor- vel filosófico siguen al menos esa parte
ges Dumézil (1970a,b? 1988)— cambia del proyecto de Lévi-Strauss* que consi
ron para siempre el modo en que los dera las facetas sistemáticas operantes
científicos sociales empezaron a conside contrariamente o pese a la voluntad de
rar los MITOS: ya no es creíble identificar los individuos. Como ha observado más
un dios o una figura mítica como perso de un comentarista, la moneda lévi-
nificación de una idea única o de un fe straussiana presenta dos caras; tina cien
nómeno natural; para establecer el signi tífica, interesada en la aplicación de las
ficado de una figura en un mito o en un últimas técnicas de la teoría de conjun
escenario mítico es necesario considerar tos, de la química, etc., a la investigación
las múltiples variantes del mito, ganan de otros modos de pensamiento; la otra,
do acceso así a la lógica y a los efectos un contrito canto a las culturas destrui
potenciales de la estructura subyacente. das por el colonialismo y la civilización
Puede que la aplicación más impresio moderna, y la creación de uñ nuevo tal-
nante del método estructuralista se dé mud, una colección de fragmentos del
en los estudios clásicos griegos (Vernant, pasado y del aparato crítico que pueda
1980, 1982, 1985; Vidal-Naquet, 1986, hacerlos revivir, como herramientas pa
Detienne, 1978; Friedrich, 1978), aun ra la especulación.
que se han producido extensiones a la Aunque el estructuralismo ha pasado de
organización de parentesco y social del moda entre muchos antropólogos, otras
sureste asiático (Yalman, 1967), a las so inciativas próximas y aliadas surgidas de
la revolución en la teoría de la informa ellas con su metodología y su enfoque
ción iniciada en la década de 1950 si propios.
guen su curso en las simulaciones de «v i Puede que sea Herodoto (c. 485-425 a.C.)
da artificial» de los ordenadores aplica el primer investigador transcultural co
dos a la biología teórica, por ejemplo, y nocido. Su Historia comparaba y anali
en la investigación contemporánea sobre zaba las numerosas culturas de la perife
«complejidad» y «contingencia» que re- ria del mundo griego y es ejemplar como
elaboran las intuiciones de la teoría so descripción etnográfica, pese a juzgar a
ciológica durkheimiana acerca de los los pueblos no griegos como bárbaros
emergentes niveles de organización. Una (que, en rigor, significa que hablaban
palestra donde estas teorías informáticas otras lenguas). En el siglo XIX se hizo uso
y biológicas se aproximan a la antropolo de estas comparaciones transculturales
gía la configura el estudio de las formas para clasificar a las sociedades según su
sociales y culturales mediadas por los ESTADIO EVOLUTIVO como parte de una
medios electrónicos y los ordenadores. teoría de la EVOLUCIÓN social, como ve
Ejemplos son los efectos de la hiperreali- mos onAncient Society (1877), de Lewis
dad y la simulación, y los mecanismos Henry M o r g a n . Sin embargo, las socie
parasitarios de conmutación entre dife dades comparadas eran elegidas según
rentes niveles de formas biológicas, in- las necesidades más que por muestreo
formacionales, organizacionales y cultu aleatorio, los datos eran anecdóticos más
rales (Senes, 1982; Latour, 1979; Deleu- que sistemáticamente reunidos y las ge
ze y Guattari, 1977). Otros examinan las neralizaciones no eran ensayadas en
relaciones entre los estados psicológicos cuanto a su significación estadística, de
de la disociación y la personalidad múl fectos éstos que no fueron corregidos
tiple, los entornos regidos por ordenado cuando Friedrich Engels (1902) tomó
res y los programas terapéuticos (Glass, muchos de estos datos para construir sus
1993; Turkle, 1984, 1995). Todos estos teorías más conocidas.
frentes pertenecen a lo que Lévi-Strauss Edward B. T Y L O R (1889) realizó los pri
llamó sociedades «calientes» (o de valo meros estudios transculturales con rigor
res cambiantes); el trabajo en las socie cuando se propuso comparar la residen
dades «frías» (o renuentes al cambio), al cia y la descendencia con otras caracte
que dedicó la mayor parte de su obra, de rísticas sociales. En respuesta a su traba
be todavía mucho a los análisis estructu- jo, Francis Galton apuntó en una reu
ralistas, aun cuando no son los únicos nión pública que dado que los casos
usados. MF presentados por Tylor representaban a
sociedades con historia compartida no
estudios trans culturales Se de eran a la postre independientes y, por
nominan así aquellas comparaciones en tanto, no podían ser comparados como
tre dos o más sociedades, ya laxas, ya ri tales. Este argumento, en lo sucesivo co
gurosamente sistemáticas* Más estricta nocido como «problema de Galton» en
mente* el análisis transcultural es un contró tal eco que la investigación trans
método «holocultural» de comparación cultural dejó de practicarse durante más
sistemática de diez o más sociedades de de medio siglo, hasta que George P.
todo el mundo. Este tipo de investiga Murdock (1949) la reemprendió.
ción es importante en otras disciplinas, La investigación holocultural sistemáti
comprendidas la psicología, las ciencias ca adquirió nuevo ímpetu cuando empe
políticas y la demografía, cada una de zó a centrarse en problemas de método-
logia (D. Levinsony Malone, 1980), más filmes de los más relevantes textos etno
bien desatendidos, hasta que Murdock gráficos. A su vez, estos microfilmes es
(1930 y ss.) introdujo una variedad de tán ordenados conforme a la codifica
métodos de muestreo básicos y los con ción del Online o f cultural materials
siguientes análisis estadísticos. Desde (OCM), que facilita al investigador la rá
1970 se han venido usando complejos pida localización de las páginas que con
métodos estadísticos para controlar el ya tienen información sobre más de sete
mencionado problema de Galton, la va cientas entradas temáticas (Murdock et
riación regional y la significación grupal al, 1982). El HRAF es, pues, de enorme
(M, Burton y White, 1987; C. Ember y valor para la creación de bases de datos
Levinson, 1991; L, Freeman et al., 1989). transculturales. Más de trescientas insti
Los analistas transculturales usan dos tuciones de todo el mundo poseen parte
clases de muestras: regionales, o de áreas o la totalidad del material existente en el
sin solución de continuidad, y mundia archivo de HRAF, cuya informatización
les. Las primeras aplican estudios com promete ampliar considerablemente su
parados de sociedades que bien pueden utilización.
estar lingüísticamente relacionadas, co Aunque es mucho más caro y difícil,
mo los indios norteamericanos (Driver, unos pocos investigadores han logrado
1961) y se centran en el proceso de difu proyectar estudios comparativos simultá
sión por un territorio concreto. Las se neos basados en TRABAJO DE CAMPO en el
gundas tratan de excluir a las sociedades que un determinado número de estudio
lingüística o históricamente relaciona sos convienen en abundar en un temario
das recurriendo a muestras mundiales común previamente acordado y con mé
holoculturales que pueden demostrarse todos iguales o similares. Uno de los más
independientes. Ambos procedimientos notables fue el denominado Estudio de
son válidos. Seis Culturas de John Whiting y Beatri-
La mayor parte de la investigación ce Whiting, que examinaba las similari-
transcultural depende de la extracción dades y diferencias en la educación de
de datos de fuentes secundarias que de los NIÑOS (B. Whiting y Whiting, 1975;
ben ser evaluadas y codificadas para su B. Whiting y Ed-wards, 1988). E incluso
uso. Un recurso importante se encuentra si los estudios no se proyectan conjunta
en Human Relations Area Files, Inc. mente, los datos reunidos por separado
(HRAF), consorcio internacional de uni usando una única metodología pueden
versidades, organismos e instituciones ser comparados con ayuda de un sistema
sin ánimo de lucro fundado en la década normalizado de codificación, como ocu
de 1930 bajo la dirección de Murdock rre con los estudios transculturales de
con el nombre de Cross-Cultural Survey uso del tiempo de Alien Johnson (John
(Investigación transcultural) y con su son y Behrens, 1989). CBr
denominación actual desde 1949, con se Véase también ETNOGRAFÍA Y ETNOLOGIA,
de en la Universidad de Yale en New MÉTODOS CUALITATIVOS, MÉTODOS CUAN
Haven. El H RAF es un archivo, no una TITATIVOS.
muestra, una base de datos o un método,
y sus ficheros constituyen una colección étÍCO Véase ÉMICO Y ÉTICO.
codificada de registros etnográficos de
aproximadamente trescientas cincuenta etnia, étnico, -ca Véase g r u p o s ét
sociedades de todo el mundo, para cada n ic o s .
una de las cuales el HRAF posee micro-
etnicidad Véase g r u p o s é t n ic o s . especies como en los criterios que las de
finen (Berlin et aL, 1966, 1968).
etnob Otánica Es el estudio de los La búsqueda de plantas nuevas que pue
sistemas indígenas de conocimiento de dan servir de alimento o medicina pre
las plantas. Es un campo multidiscipli- cede con mucho a su estudio científico
narío en el que han desempeñado im formal. La gran transmigración de plan
portantes papeles tanto los botánicos co tas y animales a raíz del descubrimiento
mo los antropólogos. Históricamente, el de las Américas por los europeos tuvo un
enfoque de los botánicos ha sido ante to enorme impacto en la AGRICULTURA y en
do utilitario: organizaban sus datos de los SISTEMAS ALIMENTAMOS de todo el
acuerdo con los principios de la clasifica mundo. Durante el siglo XIX, la recolec
ción científica. Por el contrario, los an ción sistemática de esta información
tropólogos adoptaron el «punto de vista progresó hacia el establecimiento de la
de los nativos y sus reglas y categorías botánica económica, campo que fue cri
para ordenar el universo» (R. Ford, ticado porque sus especialistas tendían a
1978, p. 39). La investigación antropoló recoger y enumerar las plantas descuida
gica se ha centrado en la clasificación de damente al margen de todo marco teóri
las plantas, en cómo las usan las gentes co (W. Davís, 1995). El enfoque de la an
como alimento, medicina o material de tropología en la interacción de humanos
construcción, etc.; también en el valor y plantas proporcionó enseguida este
simbólico de las plantas, en particular en marco, que no tardó en enraizar también
hondamente entre los botánicos. Harold
asociación con las creencias religiosas.
Conklin (1957, 1980), por ejemplo, ana
La CLASEETCACIÓN ha sido siempre un con
lizó la totalidad de los sistemas de agri*
cepto clave en antropología, y la clasifi
cultura y ecológicos de los hanunoo e
cación de plantas y animales ha sido par
ifugao de las Filipinas, además de la la*
ticularmente importante porque es inde
bor taxonómica que llevó a cabo. Las
fectiblemente muy elaborada en casi
cuestiones acerca de cómo cultura y am
todas las culturas. Los primeros antropó
biente se influyen mutuamente con el
logos vieron los sistemas de clasificación
tiempo han concitado numerosas inves
como una forma de entender el pensa
tigaciones, como el exhaustivo estudio
miento «primitivo» (Durkheim y Mauss,
de 'William Ballee (1994) sobre los ka’a-
1963); más tarde serían considerados más
por de la Amazonia brasileña. Los inten
bien como medio de explorar la propia
tos por descubrir drogas potencialmente
percepción humana, estableciendo así las útiles para curar enfermedades, particu
bases de la ANTROPOLOGÍA COGNlnVA. larmente en los bosques tropicales, han
Clave al respecto han sido los estudios dependido siempre de la información
acerca de cómo se distinguen la catego extraída del saber de los curanderos loca
rías cromáticas de las plantas (Conklin, les, chamanes y otros especialistas, lo
1934b; Berlín y Kay, í 969) y la existencia cual requiere un laborioso trabajo de
de cuatro o cinco categorías de plantas campo, aptitudes lingüísticas y colabora
integradas jerárquicamente en un am ción intercultural. Recientemente ha
plio margen de culturas diversas (Berlín surgido asimismo la cuestión de cómo
et al., 1975). Los antropólogos han descu compensar a las naciones y comunidades
bierto también que las taxonomías cien que proporcionaron el conocimiento o
tíficas de las plantas difieren de las popu los materiales vegetales que en última
lares tanto en el modo de establecer las instancia demostraron ser «hallazgos»
que enriquecieron a otros (Toledo, 1995). descuido de los diferentes marcos de re
La importancia simbólica de las plantas ferencia en que operan los individuos de
en la cultura radica en las creencias de las culturas ajenas. Todas las culturas y
las gentes al respecto, en cómo se usan gentes son en cierta medida etnocéntri-
como forma de comunicación y en su pa cos. Los antropólogos aluden ocasional
pel en el credo religioso y ritual. A me mente a un «etnocentrismo secundario»
nudo se cree que determinadas plantas cuando el observador asume sin evalua
actúan como portadoras de determina ción previa alguna los sesgos de una cul
dos poderes de los espíritus, en particu tura adoptada como lente a través de la
lar si aquéllas se usan con fines medici cual examina el comportamiento y las
nales; también es común la presencia de creencias de los demás, rasgo frecuente
árboles o florestas de carácter sagrado en en los conversos religiosos y en los estu
muchas religiones. Las plantas están taja dios dé culturas ajenas. MR
imbricadas con la cultura humana que a
menudo forman parte de la comunica etnocidio Intento deliberado de erra
ción, mediante despliegues florales, por dicar la cultura o modo de vida de un
ejemplo (X Goody 1995). Con todo, el pueblo. Su forma extrema es el GENOCI
mayor esfuerzo, con mucho, de la inves DIO o exterminación de los propios indi
tigación se ba dedicado a las DROGAS, viduos. El etnocidio depende del uso del
plantas psico activas que alteran la per poder político para forzar a gentes relati
cepción del mundo por parte del indivi vamente inermes a renunciar a su CUL
duo. Entre ellas destaca una amplia va TURA y, así, es característico de situacio
riedad de hongos (Wasson, 1968, 1980), nes coloniales y similares que amparan
peyote (La Barre, 1958), hachís (La Ba las medidas coercitivas. Los europeos que
rre, 1977), plantas narcóticas (Emboden, invadieron las Américas a partir de 1492
1972a), alucinógenos (Harner, 1973; practicaron un etnocidio sistemático con
Schulten y Hofmann, 1979) y muchas tra los pueblos indígenas en su propósito
otras (Furst, 1972). Un aspecto clave del de abolir sus religiones, comunidades,
debate hace referencia a la relación en lenguas y, dado el caso, culturas. En el si
tre las experiencias inducidas por las glo XIX muchas naciones independientes
drogas y las creencias religiosas (Rei- de las Américas se propusieron abolir del
chel-Dolmatoff, 1971). TB todo el «indigenismo», insistiendo en
Véase también ETNOCIENCIA., ETNOZOOLO- que los pueblos indios debían abandonar
GU. esta condición e incorporarse como indi
Otras lecturas Berlín, 1992; Bohrer, viduos a la corriente principal. Estas po
1986; Ford, 1985; La Barre, 1995; G. líticas han sido seguidas asimismo en
Martin, 1995; Prance, 1991. otras partes del mundo, pero han sido
fervientemente contestadas a partir de
egocentrismo Se dice de la actitud 1970 con el impetuoso movimiento en
del que cree que la cultura propia es de pro de los derechos de los indígenas.
cididamente superior a las otras, habi El etnocidio puede infligirse igualmente
tualmente acompañada de cierta ten a las minorías étnicas forzadas a abando
dencia a las comparaciones envidiosas. nar su lengua y su cultura ante la pers
De forma menos acusada, etnocentrismo pectiva de sufrir discriminación de no
define la tendencia a considerar a otras hacerlo. El término se usa a veces para
culturas a través del filtro de los prejui referirse a cualquier proceso o política
cios de la propia. Ello puede inducir al determinantes de la desaparición de la
cultura de un puebla. Por ejemplo, la
empezó a tomar forma cuando Ward Goo-
construcción de presas y otros cambios denough (1957, p. 167) definió cogniti-
ecológicos inducidos, y la introducción vamente CULTURA como sistemas de co
de industrias y oportunidades de trabajo nocimiento:
nuevas pueden forzar o inducir a las gen
La Cultura de una sociedad consiste en t o
tes a abandonar sus costumbres y modos
do lo que uno h a de conocer o creer para
de vida tradicionales. Esta acepción des operar de m an era que sea aceptable para
provee casi de sentido al término, que es sus m iem bros. La cultura no es un fe n ó
preferible que se reserve para aquellos m eno m aterial; no consta de cosas, com
casos en que se usa el poder deliberada
portam ientos o emociones. Es la fo rm a de
mente con el objetivo de erradicar una las cosas que las gentes tienen en la m en
cultura, DML
te, sus m odelos p a ia percibirlas, rela cio
narlas y, en fin , interpretarlas.
etnociencia Conjunto de metodolo La etnociencia recibió las influencias de
gías etnográficas usadas para registrar lingüistas estructurales como Kenneth
los sistemas de conocimiento de una co
Pike (1954), que acuñaron los términos
munidad dada desde una perspectiva «étnico» y «ético», usados por los etno
ÉMICA, G-y.no inicialmente popularidad
científicos para referirse a las perspecti-
entre los antropólogos cognitivos de co vas internas y externas con que se con-
mienzos de la década de 1960 como for
templa una cultura, respectivamente.
ma de referirse a los y métodos usados
Noam Chomsky (1965) influyó igual
en su registro (Werner y Schoepfle, mente en la etnociencia con su GRAMÁTI
1987). Werner (1972) definió la etno
CA TRANSFORMACIONAL. Chomsky plan
ciencia como etnografía y etnología del teó la hipótesis de que la infinita varie
conocimiento o epistemología descripti-
dad de verbalizaciones (estructura
va. Diferenció la etnociencia etnográfica superficial) se basaba en un número fini
(saber cultural accesible a través del len to de reglas de transformación (estructu
guaje, como los sistemas de CLASIFICA
ra profunda) inconscientemente porta
CIÓN de campos culturales, como la etno-
das por los miembros de una comunidad
anatomía o la ETNOBOTÁNICA) de la et- hablante. Como en la lingüística trans
nociencia etnológica (estudios teóricos y formacional, los antropólogos que se de
comparativos con fines de formular leyes dican a los estudios etnocientíficos en el
universales del conocimiento). La etno- recién emergente subcampo de la AN
ciencia centra su interés en el saber cul TROPOLOGÍA COGNITIVA trataron de com
tural desde una perspectiva émica, y el prender la competencia cultural intraco-
término ha sido usado indistintamente munal que influía en las manifestacio
junto con «NUEVA ETNOGRAFÍA» en refe nes culturales reales (Tyler, 1969). La
rencia a un conjunto de métodos etno cultura se entendía como el conjunto de
gráficos (Sturtevant, 1964, p. 123),
reglas inconscientemente aplicadas por
Las raíces de la etnociencia se encuen una comunidad para determinar el com
tran en antropólogos como Franz BOAS7
portamiento apropiado (Frake, Í963a;
Bronislaiv M ALINOW SKI y Benjamín Hymes, 1964a; Murray, 1982).
Whorf, que trataron de comprender la
Los etnocientíficos analizaron el lengua
cultura desde la perspectiva interna, ex je local para comprender cómo clasifica
plorando las relaciones entre lenguaje, ba los fenómenos, propiciando así la
cultura y cognición (Ervin, 1964; Voege- emergencia de un nuevo léxico. Los «ma
lin y Voegelin, 1966), La etnociencia pas cognitivos» organizados como «taxo
nomías», «paradigmas» y «diagramas ar 1991), De la antropología del desarrollo o
boriformes» se componían de «lexemas» aplicada surgió el término «conocimiento
que podían distinguirse semánticamente indígena», usado para diferenciar los sis
mediante ANÁLISIS COMPQNENCIAL de sus temas de conocimiento basados en la co
«atributos semánticos», «rasgos» o «com munidad frente a sus contrapuestos glo
ponentes» (Burling, 1964, 1969; Goode- bales (Mathias-Mundy y McCorkle, 1989;
nough, 1967). D. Warren et aL1 1989). Las clases y cate
Habían sido tres las fases distintas du gorías de suelo usadas por los agricultores
rante los varios decenios en que cupo a la yoruba en Nigeria, por ejemplo, pueden
etnociencia un papel en los estudios et diferir de manera significativa de la taxo
nográficos. La primera se centró en el nomía edafológica enseñada en los cursos
desarrollo de un conjunto de metodolo de agronomía (D. Warren, 1991), lo cual
gías y técnicas que permitieron al etnó tiene importantes implicaciones en lo
grafo registrar desde una perspectiva que se refiere a comunicación para quie
émica varios campos de conocimiento en nes, activos en planes de desarrollo, tie
el seno de una comunidad dada. El nú nen que trabajar con miembros de la co
mero de estos estudios de etnociencia et munidad local- DW
nográfica es enorme y abarca el espectro Otras lecturas Berlin et ai, 1974;
temático con el que una comunidad defi D ’Andrade, 1995; Hunn, 1977; D. Wa
ne, categoriza y clasifica los fenómenos rren, 1990; D. Warren ef ai, 1995.
de y en su mundo social (como SISTEMAS
DE PARENTESCO DESCRIPTIVOS), el mundo etnografía y etnología En el uso
de las ideas (como los sistemas estéticos) contemporáneo, se denon^ina etnología
y el mundo natural (como los sistemas al intento de desarrollar explicaciones
botánico y zoológico) (Frake, 1962b; rigurosas y científicamente fundamen
Spradley, 1970, 1972b). tadas de los fenómenos culturales me
A medida que aumentaba el número de díante comparación y contraste de mu
estudios, otros estudiosos empezaron a chas culturas humanas. Por el contrario,
trabajar en la etnociencia etnológica, es la etnografía es la descripción sistemáti
decir, en análisis comparativos con el fin ca de una cultura contemporánea única,
de identificar rasgos cognitivos al parecer a menudo mediante TRABAJO DÉ CAMPO
universales, como el recorrido de tipos de etnográfico. Los dos conceptos se combi
relaciones semánticas expresadas a través nan frecuentemente en los escritos an
del lenguaje (Casagrande y Hale, 1967), tropológicos y presentan una estrecha y
El clásico estudio transcultural de los sis compleja relación histórica.
temas de clasificación del color (Berlín y Las voces «etnografía» y «etnología» pa
Kay, 1969) aportó nuevas perspectivas en recen haber sido introducidas a finales
las características universales de las cate del siglo X v iil. Hans Vermeulen (1995)
gorías cromáticas. Berlin (1922) descu señala la obra del historiador y lingüista
brió que muchos sistemas etnobiológicos alemán August Ludwig Schlozer AUge-
presentan grandes similaridades con los meine nordiscke Geschichte (1771) como
sistemas taxonómicos linneanos. marco primero del término iLthnograp-
La tercera fase, surgida a partir de 1980, kie, que Schlozer parecía usar indistinta
corresponde al interés en el papel de los mente del término Vólkerkunde para de
sistemas de conocimiento indígenas en la signar el estudio descriptivo e histórico
facilitación de planes de desarrollo soste- de los pueblos y naciones. Vermeulen
nibles (Brokensha e ta ly1980; D. Warren, destacó la implicación de Schlozer con la
Academia Imperial Rusa de las Ciencias La disciplina de la antropología tiene
y su residencia en San Petersburgo hacia complejas raíces en la Ilustración, los
1760, donde trabajó con G E Müller, J.E. descubrimientos europeos de los pueblos
Fischer y otros estudiosos alemanes re no occidentales y la emergencia de las
clutados por el gobierno ruso para infor ciencias naturales. La deuda específica
mar acerca de los recién explorados te - y hasta hace muy poco ignorada- para
rritorios orientales.
con los estudiosos alemanes que se pro
Vermeulen halló las raíces de la voz «et pusieron conceptualizar la diversidad ét
nología» (en su forma «ethnologia»} en nica de la frontera oriental del imperio
las Historiae jurísque publici Regni Unga- ruso queda marcadamente de manifiesto
riae amoenitates (1783, p. 60). Ambas por el origen de las voces clave que cris
voces, así como las variantes vernáculas talizaron la necesidad de un estudio sis
(por ejemplo, etknographisch, Ethnograph, temático y comparativo de las culturas.
Vólkskunde) fueron rápidamente asimila Sin embargo, en los doscientos años de
das por los estudiosos europeos. A l g u n o s historia de las ciencias humanas, las de
de los colegas de Schlozer en la Universi notaciones de las palabras «etnología» y
dad de Gotinga, incluido el historiador «etnografía» han cambiado varias veces.
Johami Christoph Gatterer, adoptaron Loa eruditos ingleses que incorporaron
Ethnographie y Vslkerskunde, términos las voces a partir de la década de 1830
que encontraron amplia difusión entre parecen haber restado importancia al as
los estudiosos de habla alemana ?. partir pecto geográfico y lingüística del estudio
de 1790. El término «etnología» fue in etnológico y etnográfico en aras del estu
corporado por el historiador alemán Jo- dio de los orígenes raciales.
hatrn Ernst Fabri, y en el mismo año, por Researches into the physical history o f
el teólogo suizo Alexandre-César Chavan- mankind (1813), de James Prichard, es
nes, cuyo uso de la voz se ha dicho a me la prim era obra im portante en inglés
nudo que es origen de la misma. que trata explícitam ente de etnología,
Las investigaciones de Vermeulen sobre que Prichard entendía como el intento
el origen y recepción de estas voces des de «descubrir la historia de las tribus y
tacan como importante correctivo para razas humanas desde los tiem pos más
las opiniones de larga tradición entre los remotos al alcance de la investigación,
antropólogos de habla inglesa en el sen sus relaciones mutuas y llegar a conclu
tido de que «etnografía» y «etnología» siones, ciertas o probables, en lo que se
- y las iniciativas intelectuales a que dan refiere a su afinidad o diversidad de ori
nombre— eran de origen mucho más re gen » (1847, p. 231). E l principal proyec
ciente (véase, por ejemplo, Lowie, 1957; ta de Prichard era establecer la unidad
Voger, 1975). Ethnographie no apareció de la especie humana m ediante estu
en francés hasta 1820, y las primeras en dios comparativos. Aunque el significado
tradas al respecto en el Oxford English técnico de «e tn o lo g ía » trascendió pron
Dictionary datan de 185+y 1842, aun to la definición de Prichard, algo de su
que una búsqueda diligente revelaría proyecto señero quedó en las connota
probablemente usos ingleses más anti ciones de la voz: «e tn o lo g ía » im plica el
guos. Vermeulen observó, por ejemplo, estudio de la humanidad con especial
que las instrucciones de Thomas Jeffer- atención a las formas culturales com
son en 1802 a la expedición de Lewis y partidas.
Clark incluyen una sección titulada «In* La idea prichardiana de etnología como
formación etnológica deseada». reconstrucción de la historia de las razas
y de los orígenes de la humanidad sobre tionary cita tanto la Penny cyclopedia
vivió hasta principios del siglo XX. Pero (1834) —«E l término etnografía (des^
el término había adquirido ya otro signi cripción de naciones) es usado a veces
ficado claro a partir de 1860, con el as por los autores alemanes con el sentido
censo de los evolucionistas, que tomaron que nosotros hemos dado a antropogra-
como ya establecida la unidad de los hu fía»—, como al cardenal "Wiseman (1836)
manos y llevaron su atención al estudio ^«Tampoco se reduce meramente a los
del desarrollo progresivo de la sociedad miembros de la misma familia etnográ
humana. La Sociedad Etnológica funda fica»—. El sufijo «-gráfica», sin embargo,
da en 1842 al hilo de las nociones pri- parece haber encauzado la voz hacia un
chardianas se había asociado estrecha significado moderno reconocible. El
mente con T Y L O R , Lubbock, Huxley y O.E.D. cita también a Theodore Ross
otros teóricos de esta nueva línea de pen (1852): «E l documento etnográfico lla
samiento. En oposición, James Hunt mado E l Auto de Figueroa es uno de los
fundó la Sociedad Antropológica anti- registros más curiosos de la barbarie de
Darwiniana de Londres en 1862. R evi los primeros conquistadores».
sando las divergencias entre estas dos or Incluso en estos ejemplos tempranos se
ganizaciones, Stocking (1987) observó observa cierta dualidad en el concepto
que Hunt, que rechazaba lo que tachaba de etnografía. De una parte, el término
de dogmatismo darwiniano y se procla comprende observaciones que engloban
maba portavoz de la «ciencia de la natu desde registros aislados hasta extensos
raleza entera del hombre», en la práctica estudios sobre las naciones, tribus o pue
no hizo sino promover una estéril acen blos por quienquiera que haya registrado
tuación de las clasificaciones raciales lo oído o visto. En este sentido, el género
(véase r a z a ). Uno de los resultados de abarca desde Herodoto (y antes de él la
esta disputa fue que se opuso «etnolo tradición griega de escribir acerca de las
gía», al menos temporalmente, a «antro naciones extranjeras) hasta Marco Polo
pología», ganando al tiempo legitimidad y los informes de misioneros, soldados y
como postura de un estamento científico viajeros de toda clase. Además, las gen
emergente (Stocking, 1987, p. 253). tes descritas en estos informes etnográfi
«Antropología», por tanto, ganó en su cos bien podían contar con sus propias
momento la partida como denominación observaciones sobre extraños.
general de la disciplina, pero los antro Por otra parte, «etnografía» designaba a
pólogos han seguido considerando útil el su vez la aspiración de reunir sistemáti
recurso a un término indicativo de sus camente y conforme a procedimientos
cuitas científicas, teóricas, explicativas, rigurosos acerca de los lenguajes huma
desarrollistas y comparativas. Robert nos, sus costumbres, sus artes y sus lo
L o w i e adoptó el término «etnología» en gros. En este sentido comprendía la se
este sentido en Culture and ethnology lección de material de documentos y en
(1917), y nuevamente en The history o f trevistas con viajeros de regreso de
ethnological theory (1937), y sigue en tierras remotas y la compilación de este
uso con esta acepción entre antropólogos material en tratados cultos. El etnógrafo
absolutamente ajenos a las raíces racistas científico invertía en el empeño no poco
y evolucionistas de la voz. de su erudición, conocimientos y memo
«Etnografía» parece haber necesitado de ria; de donde que la etnografía fuera
bastante más tiempo para incorporarse considerada en una época terreno abona
al léxico inglés. El Osford English D ic- do para un uso teórico abusivo.
Etnología y etnografía progresaron en cas basadas en trabajos de campo siste
una época dialécticamente. Establecida máticos.
la antigüedad del hombre a mediados Los autores de mediados del siglo XIX di
del siglo XIX, las investigaciones de los ferían considerablemente en la medida
antropólogos empezaron a centrarse etl en que sometían sus fuentes, como los re
cuestiones de evolución y, así, se hizo pa latos de viajeros, a revisión crítica y en sus
tente la necesidad de contar con mejores insistencia en que los detalles fueran
datos. En 1843, Prichardy dos de sus co siempre registrados en su propio contexto
legas compusieron nn cuestionario que social. Cierto es que algunos autores en
guiara las observaciones cerca de los traron a saco en fuentes muy dispares pa
pueblos nativos (Penniman, 1935, p. 53). ra obtener datos en apoyo de un argu
Lewís Henry MORGAN empezó a remitir mento ya preconcebido; pero no lo es me
sus primeros cuestionarios sobre termi nos que en las obras de Gustav Klemm
nología del parentesco a misioneros y (1802-1867), Theodor Waits (1821-1864)
agentes comerciales en enero de 1859 y Adolf Bastían (1826-1905) se entrela
(Trautmann, 1987, p. 103). En 1874, la zan muchísimos más datos etnográficos
Asociación Británica para el Progreso de de lo que en principio cabría pensar a pri
la Ciencia publicó su primera edición de mera vista. La moderna presunción de
Notes and gueries on anthropology, jb r que la antropología justo acaba de hincar
the use o f travellers and residents in unci- le el diente a la huidiza naturaleza de los
mlized lands. Estos intentos cosecharan a hechos etnográficos no está fundamenta
veces resultados mucho más ricos de lo da por la información disponible, aunque
esperado por sus autores cuando sus re está claro que el escepticismo contempo
ceptores empezaron a tentar la empresa ráneo acerca de la posibilidad de llegar a
mayor de situar las respuestas en contex una generalización exacta y a una repre
tos locales. El ejemplo más sobresaliente sentación adecuada es más profundo que
lo ofrece la obra etnográfica de Loñmer antes.
Fison y A.W. Howitt en Australia que Ya en 1850, Robert Latham, discípulo de
culminó en Kamüaroi and Kurnai (Fi Prichard, se quejaba de la enorme acu
son, 1880), fruto de la correspondencia mulación de datos factuales que había
original del misionero Fison con Morgan que considerar en la formulación de ar
(véase Stocking, 1995, pp. 17-34). Hacia gumentos etnológicos (Stocking, 1987, p.
los últimos decenios del siglo XIX apare 105). La extensión de los datos etnográ
cieron algunos ejemplos de una nueva ficos sigue siendo, en principio al menos,
clase de libro etnográfico donde los pro un problema no resuelto de la antropolo
nunciamientos hipotéticos de los teóri gía. Los investigadores individuales pue
cos de sillón fueron contrastados con las den tratar de concentrarlos reduciendo
observaciones propias del autor. The M e- el foco de sus intereses o eligiendo temas
lanesians (1891) de Robert Henry Co- especializados, pero la antropología si
drington y The native tribes o f central gue obligada desde su fundación a consi
Australia (1899) de Baldwin Spencer y derar cualquier proposición a la luz de la
Frank Gillen representan cabalmente totalidad del registro etnográfico.
este nuevo estilo de observación extensi Este problema se vio inmensamente
va de primera mano teóricamente infor agudizado por la etnografía holística de
mada. También durante este tiempo em Boas y por el gran éxito de monografías
pezó la Oficina de Etnología Americana etnográficas de observadores relativa
la publicación de monografías etnográfi mente bien informados, desde The To
das (1906) de W.H.R. RlVERS hasta los diversos grados de familiaridad, comple
decisivos hitos (1922) de The Andaman jidad teórica e interés. De manera simi
islanders de R a D C U í T F -B r o w n y Argo- lar, la etnología ha dejado de ser materia
nauts o f the western Pacific de M a l í - propicia a la formulación de hipótesis ri
NOW SO. El escribir una etnografía ha gurosamente contrastadas con registros
constituido durante ia. mayor parte del etnográficos más generales para conver
siglo XX un verdadero alarde de dominio tirse en base desde la que aventurar
de los pormenores de un pueblo en un planteamientos que parecen consonan
tiempo y lugar dados. Tan sólo una apro tes con las porciones del registro etno
ximación certera al registro etnográfico gráfico que mejor conoce el investigador.
requiere hoy la lectura de centenares de Algunos antropólogos han propuesto
obras como ésas, así como un razonable modos retóricos o epistemológicos para
conocimiento de las síntesis parciales de eludir el enorme y creciente caudal de
K r o e b e r , L é v i -S t r a u s s y Murdock, en registros etnográficos. La asimilación de
tre otros. la etnografía a la literatura acentúa la
Con la admisión de la FOTOGRAFÍA, regis sensibilidad creativa del autor a expen
tros fílmicos y de sonido, y otros medios sas de la sustancia de su informe y sacri
de archivo como documentos etnográfi fican la exactitud con cuestiones de esti
cos, la disciplina ha sumado otro signifi lo (véase ANTROPOLOGÍA LITE R A R IA ). Los
cado: no sólo describe la cultura (prima intentos de delimitar históricamente las
riamente a través del lenguaje), sino que etnografías destacando sus contextos co
la presenta (mediante artefactos, imáge lonial o nacional implica por lo general
nes, música, etc*)* que la etnografía se comprende mejor
La dedicación de los primeros antropólo como prueba documental de desigual
gos al conocimiento bien fundado de to dad política más que como registro de
dos los datos relevantes para sus formu observaciones etnológicamente perti
laciones teóricas es raramente secunda nentes (véase COLONIALISMO, POSCOLO-
da en la antropología actual, lo cual NIALISM O). El énfasis en las experiencias
añade un nuevo matiz al significado de personales de los antropólogos desvía la
la palabra «etnografía». Para Tylor, atención de los datos etnográficos reales.
Morgan o F r a ZEK, la etnografía com Otros teóricos tachan a las generaciones
prendía la totalidad de los hechos etno anteriores de antropólogos de ser insufi
gráficos reunidos por sus teorías. A me cientemente rigurosos a la hora de des
dida que las etnografías casuísticas se cargar sus hechos etnográficos del exce
multiplicaron, muchos antropólogos so de teoría (véase AJNTROPOLÜGÍA INTER
transfirieron esta idea de totalidad al ni PRETATIVA).
vel de ideal abstracto. Kroeber (1957, p. He aquí un formidable ataque a discre
196) escribió que una etnografía es «un ción contra la etnografía como registro
ladrillo que se incorpora —por otros, si no de hechos. Un efecto de este ataque es
por el autor—a una estructura, a saber, el haber generado un nuevo sentido, iróni
registro y conocimiento de toda la cultu co, para la voz «etnografía» como des
ra humana a través del tiempo y del es cripción de una obra autocomplaciente y
pacio, lo cual hace de ella mucho más radicalmente subjetiva que reconoce la
que otra simple etnografía tribal». Sin tradición de la etnografía como descrip
embargo, los antropólogos contemporá ción fundada en la investigación siste
neos son más proclives a considerar las mática y científica sólo como tejido de
etnografías como trabajos discretos con supuestos ya obsoletos. No parece proba
ble que la. antropología pueda mantener tancia otorgada a los documentos cursó
mucho tiempo las dos acepciones del tér codo con codo con una antipatía mani
mino. PW fiesta hacia la historicidad de las tradi
Véase también OBSERVACIÓN PARTICIPAN ciones orales, igualmente antiguas: la
TE, MÉTODOS CUALITATIVOS, NUEVA ETNO tradición oral había sido ya denigrada
GRAFÍA. como historia mucho antes por Robert
Lo w ie, «porque no podemos saber si es
etnohistoria Tanto «etnohistoria» cierta» (1915, p* 598). L a publicación
como la voz próxima «E TN O LO G ÍA » tie Etnohistory observó escrupulosamente
nen connotaciones históricas. La segun las lineas de Wissler y, por lo que hace a
da significó inicialmente el estudio del sesgo (contra la tradición oral), de Lo-
hombre pero, suplantada por «antropo wie. El acento puesto en la evidencia do
logía», pasó a denotar el análisis históri cumental destacó igualmente en la et
co de la sociedad y sus costumbres. Des nohistoria «aplicada» en casos de recla
pués de 1900 se evaporó el consenso mación de tierras incoados por la Indian
acerca de qué distinguía a la etnología, Claims Commission durante la década
que, relegada al estudio de la cultura de 1950, contexto legal que primaba las
material, fue desechada como historia fuentes documentales sobre las orales
conjetural o equiparada a una antropolo (Krech, 1991).
gía social o cultural emergente, dando
origen así a la etnohistoria. En 1909, Definición de etnohistoria
Clark Wissler propuso combinar la evi Desde siempre es una de las preocupa
dencia «etnohistórica» con la arqueoló ciones principales de los etnohistoriado-
gica con miras a reconstruir las culturas res. La mayoría de las definiciones anti
prehistóricas (Baerreis, 1961). Para guas han subrayado el uso ecléctico de
Wissler, «etno-» significaba un grupo ét los datos obtenidos sobre el terreno, ar
nico como la tribu india norteamericana, chivos y museos, y la combinación del
y la evidencia al respecto era documen saber de los antropólogos y de los histo
tal y de origen no nativo. riadores. Se suponía que la historia apor-
El enfoque de Wissler —uso de documen taba el interés por la exactitud, que en la
tos para referirse al pasado de una socie antropología se centraba más bien en la
dad de pequeña escala—rigió la etnohis generalización y la teoría de la cultura.
toria durante decenios. Transcurrida la Estas aptitudes metodológicas y faculta
primera mitad del siglo se vio reforzado des intelectuales se fundían idealmente
por la institucionalización de la etnohis en el etnohistoriador, quien por consi
toria y la intervención de etnohistoria- guiente estaba en situación de propor
dores en instancias de reclamación de cionar una historia «redonda» y perfec
tierras; la primera cursó de dos modos: a tamente equilibrada de una sociedad
través de la publicación Etnohistory, que particular que, quizás, ilustrara sobre el
en 1955 centró su atención en la «histo cambio o la persistencia culturales (Ax-
ria documental de la cultura y los movi tell, 1981b; Ewers, 1961; Lurie, 1961; W.
mientos de los pueblos primitivos, con Washburn, 1961), William C. Sturtevant
especial dedicación al indio norteameri ofreció una de las definiciones más in
cano», y mediante una sucesión de orga fluyentes y duraderas de «etnohistoria»:
nizaciones académicas que en 1966 cul «[estudio de] la historia de los pueblos
minaron en la fundación de la Sociedad normalmente estudiados por los antro
Americana de Etnohistoria. La impor pólogos» (1966, pp, 6-7).
Pero la antropología (y la historia) han hace, y la decisión de que un análisis an
cambiado. En la época de los escritos de tropológico es también histórico (o vice
Sturtevant, la antropología convencional versa) debiera ser directa. En lo que se
atendía principalmente a gentes remotas refiere a la definición, la historia antro
y exóticas y presumía que la explicación pológica, en el fondo* al igual que la et
pertinente había de basarse en teoría, ti nohistoria, es la combinación de méto
pología y generalización; por el contra dos y teorías de la historia y de la antro
rio, la historia convencional trataba pri pología, centrados en la historia o
mariamente de pueblos occidentales y historiografía de un grupo étnico.
sucesos únicos o particulares, al tiempo
que primaba a la narrativa frente a la ge Tipos de historia antropológica
neralización explícita. Hoy ya no rigen Los principales productos de la historia
es¡tas convenciones. No sólo ha cambiado antropológica (etnohistoria) se han co
la teoría. Es tan probable que los antro nocido mayoritariamente como «etno
pólogos estudien a los occidentales como grafía histórica», «historia específica» e
a los exóticos (que lo son cada vez me «historia popular» o «etno-etnohisto-
nos), y los historiadores operan crecien ria». La etnografía histórica constituye
temente desde lo más básico (B, Cohn, una reconstrucción atemporal o sincró
1987). Pero no hay consenso en cuanto a nica de una cultura o sociedad en algún
que unos y otros escriban etnohistoria. tiempo pasado. La historia específica es
Además, el prefijo «etno-» se ha revela un estudio histórico diacrónico escrito,
do problemático por excluir a determi ya desde el momento más remoto, ya
nados pueblos. «Etno-» delata sus raíces desde el más reciente («corriente abajo»)
clásicas; ethnos («nación» en griego) se o? usando el método histórico directo,
aplicó a gentes tribales y a bárbaros. Hoy desde el presente hacia el pasado («co
no ha logrado aún desprenderse de su rriente arriba»). El concepto de historia
referente tribal o pagano: los grupos tri específica «corriente abajo» se refiere a
bales poseen etnohistoria, los grupos menudo a una narrativa tradicional de
«minoritarios» puede que también, pero la historia de sucesos del pasado de una
raramente las mayorías. En la práctica, tribu o de un grupo étnico. La «historia
toda etnohistoria ha sido excluyente popular», como llamó Raymond Fogel-
(Krech, 1991). son (1989, p. 154) a la «etno-etnohisto-
ria», se entiende como historiografía en
Una definición y un nombre (historia tre las gentes de una sociedad particular,
antropológica) para el presente comúnmente analfabeta. Ésta es la «e t
El dilema se ha agudizado a partir de nohistoria» cognáticamente relacionada
1980 dado el extraordinariamente activo con otros términos «etno-» como «ETNO-
juego entre antropología e historia. ¿Por B O T Á N IC i» y «ETNOCIENCIA».
qué reservar un nombre especial para la A partir de 1980, el interés por la etno-
historia de grupos étnicos cuya distancia etnohistoria o historia popular ha aumen
cultural del historiador típico es máxi tado considerablemente. Además de Fo-
ma* o para aquellos en los que los antro gelson, Richard Price (1983) ha abierto
pólogos han centrado tradicionalmente camino con su análisis del pensamiento
su interés? La solución puede que se en presentista, fragmentado y anhistórico
cuentre en eliminar «etno-» de «et de los saramaka. Otros han investigado
nohistoria» y usar más bien la etiqueta recientemente el pensamiento histórico
«historia antropológica»; la historia se de los indígenas “ los modos cultural
mente específicos de «conocer» o «ha sis histórico de los procesos sociales y
cer» la historia—y se han interesado en culturales que vinculan a las sociedades
la teoría presentista, en cómo identifi en una economía política interconectada
car la voz nativa «auténtica» en textos de alcance histórico o sistémico mundia
coloniales, etc. Gran parte de este traba les (E. Wolf, 1982). Su lenguaje revela
jo es de carácter reflexivo: para descifrar una preocupación colectiva por la ecolo
el pensamiento histórico hay que anali gía, la DEMOGRAFÍA, EL mercantilismo,
zar cómo se producen la historia y la na los sistemas mundiales ( t e o r í a d e LOS
rrativa, y evaluar la discutida naturaleza SISTEMAS MUNDIALES); la economía polí
de las historias según la perspectiva, así tica, el COLONLVLISMO, los modos y rela
como la tradición inventada (Bruner, ciones de producción, la elaboración y
1986; Dening, 1988- Hobsbawn y Ran- distribución de bienes de consumo, y si
ger, 1985). La obra de Marshall Sahlin milares (Netting, 1981; R. White, 1983;
al respecto (1985), que destaca los inte Cronon, 1985). Los análisis son materia
reses conflictivos en estructuras coyun- listas, positivistas e implícita o explícita
turales particulares y plantea hipótesis mente comparativos. Algunos prestan
en el sentido de que la estructura cultu más atención que otros a los hechos y a
ral puede revelarse abierta o cerrada a la las oposiciones en el marco de las rela
historia —subordinándose una a otra—, ha ciones coloniales; a cómo la CULTURA
ejercido gran influencia en muchos auto modula o estructura las fuerzas externas
res para quienes la cultura, idealmente o el hacer humano domina al PODER sis
conceptualizada como sistema o texto témico. Estos historiadores antropológi
simbólicos o de alguna manera estructu cos no escriben historias del impacto de
rada, ocupa el plano central del análisis Occidente en el mundo, sino historias de
histórico. los pueblos indígenas no occidentales,
La historia específica escrita como na gentes que desempeñan un papel activo
rrativa «corriente abajo» es la forma más en las historias que ayudan a crear (Jean
común en la historia antropológica, ali Comaroff, 1985; Sahlins, 1995).
mentándose en general de datos más que
de teoría, basándose en documentos, no El futuro
en el testimonio oral, y con el supuesto Los etnohistoriadores contribuyeron en
de que la narrativa cronológica descrip una época a vincular antropología e histo
tiva aguarda su «liberación» de los ar ria, cuando la primera ignoraba en gran
chivos y en que es sensible a la cultura medida a la segunda y ésta desatendía
nativa, no a su perspectiva. Ofrece la his manifiestamente a las sociedades indíge
toria de las gentes, no su historiografía. nas de pequeña escala. Aunque la etique
Algunas narrativas destacan como explo ta «etnohistoria» puede resultar todavía
raciones sensibles a la cultura y las moti sospechosa, su metodología no lo es. Re-
vaciones, pero consideran intrusa a la teo denominada «historia antropológica», la
ría (Peires, 1989),- otras están marcadas metodología implica, como siempre, la
por un poderoso estilo narrativo, ponde combinación de método y teoría en uso
ración cuidadosa de la evidencia y mo en la historia y la antropología, centrados
desta relación con la teoría (Merrell, en la historia o historiografía de algún
1989; Axtell, 1985). grupo étnico. El grado en que los histo
Otras historias específicas (y formas no riadores antropológicos incluyen la teoría
narrativas de la historia antropológica) y estructuran la historia en la narrativa
son motivadas por el interés en el análi sigue siendo materia de preferencia disci
plinar —los antropólogos tienden a per- La etnomusicología ha sido alimentada
manecer comparativos, explícitos y analí a lo largo de toda su historia por la ten
ticos; los historiadores a consignar la teo sión dialéctica entre relativismo —la idea
ría a notas finales y siguen primando la de que la música debe entenderse en pri
narrativa—pero cada año aparecen excep mera instancia en términos émicos o
ciones. No hay razón alguna para pensar «nativos»—y comparación transcultural
que la etnohistoria, como historia antro o intermusical. Ya en el siglo XV III, Jean
pológica, no siga desarrollándose. SK. Jacques Rousseau (1768) usó ejemplos
Véase también HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA. de canciones indias norteamericanas,
chinas, persas y suizas en apoyo de su ar
etnología Véase ETNOGRAFÍA y ETNO gumento de que «los grandes efectos de
LOGÍA. los sonidos en el corazón humano» no se
basaban en las leyes físicas de la acústica
etnomusicología Estudio antropo —como se creía mayoritariamente en su
lógico de la MÚSICA como fenómeno espe tiempo—, sino más bien en el papel de la
cífico de una cultura y aspecto universal música como «signo conmemorativo» es
del comportamiento social humano (véa pecífico de cada cultura. Un siglo más
se Merrian, 1964; Nettl, 1983). Algunas tarde, el lingüista y físico inglés Alexan-
veces clasificada como la musicología de der J. Eliis, precursor del estudio de la
la música «no occidental» o «étnica», la organización de los sistemas tímbricos
etnomusicología contemporánea es, en no occidentales, llegó ala conclusión que
términos teóricos y metodológicos, consi «la escala musical no es una, no es “ na
derada con más exactitud como rama es tural” ni siquiera fundada necesaria
pecializada de la antropología cultural, mente en las leyes de la constitución del
paralela en sentido lato a la ETNOBOTÁNI- sonido musical síno muy diversa,
CA, LA etnopoética o la etnosemántica. muy articial y muy caprichosa» (Ellis,
El universo investigado por los etnomu- 1885). Ellis aportó una confirmación
sicólogos incluye las propiedades acústi empírica del argumento rousseauniano
cas del sonido musical, los procesos cog- de que los procesos musicales son en
nitivos y somáticos implicados en la cre gran medida determinados por la cultu
ación musical, la construcción física de ra más que por la física del sonido.
los instrumentos, la posición social de los Estas impresiones comparativas acerca
músicos, las relaciones entre estilo musi de las diferencias entre sistemas musica
cal e identidad, y la estructura económi les informaron el trabajo de eruditos que
ca de la industria de la grabación. En establecieron la musicología comparati
términos conceptuales, la etnomusicolo va (vergleickende Musikwissenschajt) co
gía se unifica alrededor de un conjunto mo disciplina académica. Desde el Ar
de cuestiones fundamentales: ¿existen chivo de Fonogramas de Berlín (fundado
estructuras cognitivas compartidas sub en, 1900), Erich von Hornbostel y sus
yacentes a la creación y percepción de la colegas analizaron registros gramofóni
música en todas las sociedades? ¿Qué re cos reunidos por estudiosos, misioneros y
lación guarda la música con la identidad administradores coloniales, y sus publi
y las emociones? ¿Cómo se relaciona la caciones se centraron principalmente en
música con otras formas de expresión, la descripción de sistemas tonales, la cla
como el lenguaje y la danza? ¿Qué rela sificación de instrumentos musicales y
ciones median entre los modelos musica las implicaciones de los datosmusicales
les y la organización social? para el estudio de la difusión cultural. Es
interesante observar que la propia, tecno ner, 1978), la ORGANIZACIÓN SOCIAL de los
logía que hizo posible esta detallada músicos (Neuman, 1980), las interaccio
comparación —el gramófono, inventado nes de música y LENGUAJE (Agawu, 1995)
en 1877—fue también la responsable de y la relación de la estética musical, los va
la separación del sonido musical de las lores y el poder social (Chernoff, 1979;
razones sociales y culturales de su exis Feld, 1982; Keil, 1979). Ampliando defi
tencia (ésta es una materia todavía im niciones previas del campo como el estu
portante en etnomusicología, en especial dio de la «música étnica», la etnomusico-
en el estudio de la música popular vehi- logía incluye actualmente el estudio de la
culada por los medios de masas y «gra música popular (Guilbault, 1993; Ma
baciones sobre el terreno»; véase Keil y nuel, 1993; Walser, 1993), la música de
Feld, 1994, pp. 247-289). las poblaciones de emigrantes (Turino,
La adopción del TRABAJO DE CAMPO etno 1992; F.rlman, 1995) y la etnografía de los
gráfico como método preferido —y la conservatorios de música clásica (Kings-
oportunidad de observar la creación de bury, 1988; Nettl, 1995).
música en un contexto cultural- lleva Pese a este predominio global de los estu
ron a principios del siglo XX a reconside dios particularizados, la comparación ha
rar los enfoques comparativos anteriores. seguido siendo un importante obj etivo de
En su trabajo sobre la música pueblo, los etnomusícologos. El esquema compa
Benjamín Ivés Gilman (1908) llegó has rativo más importante de los últimos
ta el punto de cuestionar la validez treinta años es el Proyecto de Cantome-
transcultural del concepto europeo de las tría de Alan Lomaje (Lomaje, 1968), que
«escalas» musicales (Ellingson, 1992, aporta conclusiones acerca de la relación
pp. 123-125), Otros autores ampliaron el del estilo de canto, valores culturales y la
enfoque del análisis musical para incluir organización social basadas en correla
parámetros como ritmo, tempo, timbre, ciones estadísticas. Aunque los procedi
«color tonal» y textos de canciones mientos estadísticos y los supuestos teóri
(Densmore, 1918), mientras que otros cos subyacentes a la cantometría han sido
desarrollaron análogos musicales de la criticados, los intentos recientes de desa
noción antropológica de ÁREAS DE CUL rrollar una «sociomusicología» compara
TURA (Herzog, 1956; H. Roberts, 1936). tiva informada por la ANTROPOLOGIA SIM
A partir de la segunda guerra mundial, BÓLICA, los estudios culturales y la A N
muchos etnomusicólogos, críticos frente a TROPOLOGÍA ECOLÓGICA (Keil y Feld,
modos previos de comparación de cultu 1994) reconocen explícitamente a la obra
ras, han centrado su atención en la inves de Lomax como fuente de inspiración.
tigación etnográfica. Aunque algunas de Una de las cuestiones metodológicas cen
sus publicaciones tratan de describir las trales en la etnomusico logia contemporá
culturas musicales como sistemas com nea es la posición epistemológica de la
pletos (McAllester, 1954; Meriam, 1967; experiencia musical del propio investiga
Seeger, 1990, Nettl, 1989), la tendencia dor. Empezando a principios de la década
general ha ido hada el estudio de proble de 1950, Mantle Hood propugnó el estu
mas teóricos específicos, como el papel de dio directo de la música como paso a la
la música en las prácticas curativas (Rose- «bimusicalidad» (competencia en dos o
man, 1991; Friedson, 1996), las CLASIFICA más sistemas musicales). Esta idea logró
CIONES émicas de la música y los músicos un gran impacto en la etnomusicología
(Ames y King, 1971; Sakata, 1985), el pa de las décadas de 1960 y 1970 y llevó a la
pel cultural de los instrumentos (Berli- introducción de cursos universitarios so
bre «músicas del mundo», a menudo a y en los esfuerzos de Roy D ’Andrade
cargo de artistas visitantes. Aunque está (1985,1987) por desarrollar «esquemas»
claro que la interpretación no siempre es culturalmente construidos acerca del
un medio privilegiado de acceder a la ex trabajo de la mente.
periencia musical subjetiva de otros, los Junto con las inspiraciones técnicas ofre
trabajos recientes sobre la fenomenología cidas por los lingüistas y la antropología
de la investigación musical (T. Rice, cognitiva, la etnopsicologia es claramen
1994) sugieren que el medio por el que te deudora de la antropología boasiana
un investigador aprende a ejecutar e in de Ruth BENEDICT y Margaret M EAD , así
terpretar la música es en sí mismo un como de la ANTROPOLOGÍA INTERPRETA
proceso digno de atención analítica. TIVA representada principalmente por
En los últinmos años, cuestiones de pro Clifford G e e r t z . Citado a menudo en es
piedad musical, ética del trabajo de cam te contexto es también Robert Levy
po y política de representación etnomu- (1984), uno de los primeros en poner de
sicológica (incluidas las grabaciones en manifiesto las llamadas categorías de
audio y vídeo, así como los documentos pensamiento nativas. Con todo, la obra
textuales) han suministrado nuevos fo más citada a guisa de ejemplo es la que
cos de discusión y debate. Esforzándose reúne los exhaustivos relatos fenomeno-
por reestructurar sus técnicas y teorías lógicos de la visión sibjetiva del mundo
en una era caracterizada por cambios de los saltea mr (véase un ejemplo carac
masivos en la circulación de la música, terístico en Hallowell, 1960a).
los etnomusicólogos mantienen su inve Todos los estudios de etnopsicologia se
terada doble fascinación dual por la di basan en dos premisas. La primera es que
versidad y la universalidad de la expre lo que los investigadores han reunido la
sión musical humana. CW boriosamente de las narrativas nativas y
Véase también DANZA. de su discurso no son simplemente piezas
fragmentadas de una contradictoria sabi
etnopoesía Véase POESÍA. duría popular, sino que más bien consti
tuye un modelo profundo, coherente y
etnopsicologia Estudio de las teo organizado que puede -ser convincente
rías indígenas de la estructura y la diná mente reconstruido por el investigador
mica psicológicas. Es descendiente direc de campo (Kirkpatrick y White, 1985),
ta y más reciente de la ETNOC1ENCIA y, co La segunda es que los modelos culturales
mo su predecesora, se basa en detallados así reconstruidos sirven como «intuicio
análisis lingüísticos de categorías nativas nes vitales» que guían, orientan y diri
para ganar acceso al «modo en que pien gen la acción para construir y centrar el
san que piensan». Pero mientras que la conocimiento y la experiencia ordinarios
etnociencia ordenaba formalmente las en un mundo cultural particular (Quinn
respuestas a cuestiones específicas en ta yHolland, 1987, p. 12).
xonomías abstractas, a menudo muy re Fiel a las raíces de la antropología inter
motas respecto a la vida diaria, los et- pretativa, el proyecto de los etnopsicólo-
nopsicólogos concentran su atención en gos a menudo supone también que cada
el DISCURSO y la NARRATIVA naturales. cultura posee su propia manera, singular
Las influencias principales se encuen e irreductible, de experimentar el mun
tran en el trabajo de Lakoff y Johnson do (aunque esta adición no deriva nece
(1980) sobre las metáforas y metónimos sariamente de las primeras premisas de
usados para conceptualizar la emoción, la disciplina), y muchos autores argu
mentan igualmente que las teorías occi so de que exista una psicología cultural
dentales de la mente y la emoción han indígena coherente, ¿puede realmente
dejado de ser válidas y no menos cultu dar rasón de toda la realidad psicológica?
ralmente construidas que las sostenidas Puede que, como argüyó Gerber, *el sis
por cualquier otra psicología indígena. tema conceptual cultural no exprese to
Esta orientación puede convertirse en dos los aspectos fenomenológicos de los
critica de un presunto egocentrismo oc complejos eventos internos e incluso que
cidental a la luz de las supuestas visiones los enmascare» (1985, p. 159). Así, privi
sociocéntricas de otras culturas. legiando la descripción local de las es
Por ejemplo, Catherine Lutz (1985, tructuras emocionales-psicológicas pue
1933) señaló que los pueblos ifaluk «so- de que la etnopiscología cierre la puerta
ciocéntricos» del Pacífico Sur poseen su a la comparación transcultural al tiempo
propia psicología indígena mental-emo- que supone que las gentes son plena
cional específica, que difiere radicalmen mente conscientes y poseen el control de
te de la de Occidente en varios aspectos sus propias vidas mentales, supuesto
importantes- Se dice, así, que los ifaluk muy cuestionable a la luz de los trabajos
unen sentimiento y emoción en un solo de D U RKH EIM y Freud. P o r último, al
constructo, y para acentuar la voluntad a ígual que la etnociencia, puede que la et-
la vez que el control, de modo que son ca nopsicología revele cierta tendencia al
paces de elegir conscientemente el ocul ahistoricismo y sea insensible a los mati
tar completamente (en oposición a la re ces de contexto y conflicto, privilegiando
presión inconsciente) las expresiones la descripción de un modelo abstracto
socialmente disruptivas de enfado e irri sobre el proceso, la autoría y el interés
tación. Igualmente se dice que los ifaluk (véase A. Howardr 1935). Sin embargo, a
experimentan y cognitivamente constru pesar de las numerosas cautelas, la et-
yen estados emocionales-mentales espe nopsicología. se ha demostrado muy valio
cíficos como el fzgo, que es una combina sa revelando «e l sistema conceptual [que
ción de compasión, amor solícito y triste es] útil como modelo del sentimiento co
za. Y más importante aún, en contraste rrecto, configurando una base emocional
con Occidente, los ifaluk experimentan para el desarrollo de la acción moral
el sentimiento no como algo que surge mente apreciada» (Gerber, 1935, p, 159).
como impulso interno espontáneo y per CL
sonal, sino como resultado natural de si Otras lecturas Caws, 1974; Fogelson,
tuaciones sociales y relaciones prototípi- 1932; Heelas y Lock, 1931; Randall,
cas. Así, una mujer Ifaluk dice: «Yo te fa 1976; M, Rosaldo, 1984; Et SchieffelinT
go porque me das cosas *♦. si me cuido de 1976; Spiro, 1934,
ti, te doy cosas y hablo contigo, sé que tu
fago a m í» (Lutz, 1988, p. 139). etnozoolügía Estudio de la zoología
Aunque el trabajo de Lutz y el de otros «popular» o conjunto de categorías taxo
etnopsicólogos ha producido interesan nómicas reconocidas por las diferentes
tes resultados, sigue vulnerable a la críti sociedades, Alfred R, Wallace (1853) ob
ca de que los modelos indígenas de psi servó hace mucho tiempo que las taxo
cología son un constructo de los procedi nomías locales eran a menudo mucho
mientos de pesquisa usados por el más precisas que las que usaban los espe
investigador y, quizás, del propio intento cialistas en historia natural, observación
del etnógrafo de conferirles coherencia que cayó en saco roto. A l estudiar las cla
(Keesing, 1987). Más aún, incluso en ca sificaciones, los antropólogos han puesto
el acento en la exploración de los predi Véase también ESTRUCTURALISMO.
cados subyacentes a los sistemas de CLA Otras lecturas M. Douglas y Hull,
SIFICACIÓN y, bajo el epígrafe TOTEMISMO, 1992; R, Willis, 1990.
el generalizado supuesto previo de una
especial relación entre los humanos y los e t o l o g í a Estudio biológico del com
ANIMALES. portamiento explicado por vía de los
L o s evolucionistas unilineales plantea- cuatro porqués de la biología: mecanis
ron tres estadios de la evolución huma mo, filogenia, ontogenia y función (Tin-
na, empezando por uno «totémico» en el bergen, 1963).
que los humanos se creían descendientes Aunque su origen puede encontrarse en
de los animales; así, el totemismo tuvo The expression o f emotions in man and
su origen como religión y como institu animals (1872) de Darwin, y en trabajos
ción social. D u r k h e im (1915) sugerirla de autores como Heinroth, Huxley y
más tarde que ambas estaban inextrica Whitman de principios del siglo XX, la
blemente vinculadas. Freud (1918), Rl- etología surgió primariamente en Euro
vers (1941b), B oas (1914), M a l in o w s k i pa hacia 1930 en respuesta al conductismo
(1948) y R a d c l if f e -B r o w n (1930) con- norteamericano, perspectiva dominante
sideraron tentativamente los impulsos por entonces en los estudios del compor
totémicos entre los «primitivos» de ma tamiento. Contrariamente al conductis
nera más empírica o funcionalmente mo, con su énfasis en la elucidación de
orientada. Claude LÉVY-STRAUSS (1963b) los mecanismos de aprendizaje y memo
afirmaría tiempo después que el tote ria medíante estudios controlados de la
mismo respondía a un proceso universal boratorio, la tradición etológica europea
del pensamiento humano. destacaba la consideración del comporta
Debates recientes identifican tres olea miento en relación con el contexto natu
das en los estudios de clasificación; ral del animal. Bajo la dirección de Tín-
1. Naturalista: los animales poseen mar bergen (1951), Lorenz (1952), Von
cadas características que los agrupan Frisch y Thorpe (1956), los años inme
«naturalmente» (por ejemplo, pelo o diatamente posteriores a la segunda gue
plumas). La noción se confunde, no obs rra mundial fueron testigos de lo que ha
tante, cuando se da cabida a la clasifica dado en llamarse la edad de la etología
ción «animales de carbón», donde osos, clásica.
águilas, venados y cisnes se clasifican Los primeros etólogos eran zoólogos de
conjuntamente porque todos presentan amplia formación y su origen académico
«puntas» o extremidades oscuras (Lévi- se hizo evidente desde el primer mo
Strauss* 1966, p. 147). mento. Burghardt (1973) distinguió cin
2. Idealista’, sistemas simbólicos basados co rasgos de la «actitud etológica» frente
en principios umversalmente inteligi al estudio del comportamiento: (1) el es
bles (o lógicos). tudio de los modelos comporta-mentales
5. Constructivista: clasificaciones cuyo ecológicamente significativos; (2) la fun
origen se encuentra en los esfuerzos (hu dación de estudios descriptivos; (3) la
manos) por organizar la experiencia, y comparación de numerosos comporta
donde la sociedad surge mediante/desde mientos en múltiples especies; (4) la
los significados asignados en este proce comparación de comportamientos simi
so de clasificación; de este modo se espe lares en especies estrechamente relacio
ra que los modelos de clasificación sean nadas; y (5) el rechazo hacia el uso ex
culturalmente únicos. ES clusivo de animales domesticados.
La etologia se distingue de su disciplina ambiente. La obra de Hinde llevó a dar
hermana, la ecología comportamental (o se cuenta de que procesos de aprendizaje
SOCIOBIOLOGÍA) primariamente por el específicos estaban a su vez sujetos a la
origen de sus hipótesis. La etologia es selección natural (G. Barlow, 1989), di
fundamentalmente un empeño inducti námica que J. Gould y P. Marler (1987)
vo (Tinbergen, 1963). Las hipótesis rela describieron como «aprendizaje instinti
tivas a la función de un comportamiento vo». Este enfoque ha sido particular
dado derivan de la observación cuidadosa mente fructífero en los trabajos realiza
de un animal, por lo común en su contex dos sobre la adquisición del LENGUAJE
to natural. La ecología comportamental, humano (Pinker, Í991, 1994).
por otra parte, adapta un enfoque más La etologia ejerció una influencia tre
deductivo para el estudio del comporta menda en la antropología en los prime
miento, caracterizado por pruebas para ros estudios de campo realizados en pri
verificar predicciones específicas deriva mates no humanos (Kummer, 1971) y,
das de la teoría de la selección natural y más tarde, en grupos humanos recolec
el uso de modelos formales, como la teo tores (Lee y DeVore, 1976; R. Bailey y
ría del juego (J. Kiebs y Davíes, 1993). DeVore, 1989). La mayor parte del tra
Dada la amplia definición de «etologia», bajo etológico de campo en humanos se
la ecología comportamental puede con realiza actualmente de manera explícita
siderarse como área de la etologia espe en contexto con la ecología comporta-
cíficamente dedicada a los aspectos fun menta!; es decir, se centra en aspectos
cionales del comportamiento (G. Barlow, funcionales del comportamiento, como
1990). estrategias de éxito reproductivo (Bor-
Con anterioridad, la etologia había sido gerhoff Mulder, 1990), obtención de ali
asociada con el estudio del instinto, tér mentos (K. Hawkes, 1991) o ambos (Ka-
mino imprecisamente definido que a plan y Hill, 1985). Sin embargo, los pro
grandes rasgos significaba comporta gresos recientes en biología comparativa
miento «genéticamente determinado» (Broois y McLennan, 1991) han anima
(Tinbergen, 1951). Este enfoque concitó do a los investigadores a integrar sus es
muchas críticas, en particular de los psi tudios de comportamientos particulares
cólogos comparativos norteamericanos. en teorías más amplias acerca de su ori
Lehrman (1953), por ejemplo, tachó a gen y evolución (filogenia), incluidos la
los etólogos, por atender al instinto, de vocalización (Hauser, 1993) y los ciclos
haber dicoto misado el comportamiento de celo (Pagel, 1994).
en innato y aprendido. Esta crítica fue La etologia ha despertado interés y polé
fundamental paja que Tinbergen (1963) mica a la vez, como documenta la histo
sumara la ontogenia a los focos de inves ria de este campo escrita por Thorpe
tigación existentes: mecanismo, filoge (1979), y la etologia humana en particu
nia y función, previamente propuestos lar ha motivado estudios que han des
por Huxley (1942). Ello llevó a la inte pertado un interés cada vez mayor. Entre
gración de la psicología comparativa y la éstos destacan sobre todo los de Eibel-
etologia llevada a cabo por Hinde feldt (1989) de corte clásico, y de I. A r
(1966), cuyo trabajo de síntesis desarro cher (1992) sobre los vínculos entre la
lló el concepto de ontogenia como proce etologia y el desarrollo humano. JJO
so mediante el cual se expresan los feno Otras lecturas Borgerhoff Mulder,
tipos comportamentales a través de la 1991; Hinde, 1983; Eric Smith, 1992;
compleja dialéctica de genotipo y medio Eric Smith y Winterhalder, 1992.
e u g e n e s ia Es un concepto muy con y el grado de mezcla racial influyeron en
trovertido y proteico definido por Fran- el cariz esperanzador o desastroso de es
cis Galton (primo de Charles Daxwin) tos movimientos. En los países católicos
como «ciencia para mejorar la raza y que con criterios lámarckian os de la heren
en modo alguno se restringe a cuestiones cia y un alto grado de mezcla racial (co
mo Francia y Brasil) se entendió que las
de apareamiento juicioso, sino que ...
mejoras en la herencia y en el medio
atiende a todas las influencias que tie
ambiente eran paralelas codo (W. Sclui ei
nen, por remota que sea la manera, a su
der, 1990; Stepan, 1991). En Gran Bre
ministrar a las mejores razas o tipos de
taña, Estados Unidos, Escandinavia y
sangre una mejor oportunidad para pre
Alemania, no obstante, los eugenistas
valecer rápidamente sobre las menos
menospreciaron el valor de la reforma
idóneas» (1883, p. 24), Aunque hoy es
ambiental y consideraxon al pobre irre
casi general el consenso en que la euge
mediablemente inadecuado. En Estados
nesia (del griego eugenss, «de buen naci
Unidos y Alemania quedaron incluidos
miento») no debe practicarse, como en el
en la lista de riesgo las minorías étnicas.
caso del RACISM.0 es escaso el acuerdo so
Sin embargo, incluso en estos últimos paí
bre su significado.
ses, los movimientos eugenistas fueron
Gracias a sus estudios sobre eminentes
considerablemente más diversos de lo que
familias británicas, Galton había llegado
los historiadores creían. La mayoría de
a la conclusión que virtualmente todos los eugenistas eran políticamente conser
los rasgos mentales y morales pasaban vadores y socialmente pesimistas. Pero el
de los progenitores a los hijos, y que las movimiento sedujo asimismo a una am
familias de más valía eran las que pro plia gama de reformadores. Se encontra
ducían menos vastagos. Para contrarres ba eugenistas a uno y otro lado de los ar
tar lo que entendió como tendencia ca gumentos sobre el valor del CAPITALISMO,
tastrófica, Galton propuso extender los la GUERRA y, especialmente, sobre el rol
métodos de los criadores de animales a de las MUJERES. Mientras que los eugenis
su propia especie. Los humanos debían tas destinaban sus argumentos a justificar
hacerse cargo de su propia evolución, las restricciones sobre la anticoncepción,
animando a los de «valor cívico máxi el sufragio y las oportunidades educacio
mo» a engendrar más hijos (eugenesia nales para las mujeres, los radicales socia
«positiva») y desanimando a los estúpi les utilizaban otros argumentos eugenési-
dos y descuidados de hacer otro tanto eos para atacar a los primeros. Algunos
(eugenesia «negativa»). eugenistas afirmaron que la guerra forta
Galton no fue el primero en sugerir que lecería a la RAZA; otros la denunciaron,
los apareamientos fueran controlados en con el aserto de que la guerra moderna
aras de mejorar la raza humana. En la sacrificaba a los hombres más sanos y va
República de Platón, inspiradora de tan lientes (Crook, 1994). Aunque la mayoría
tas utopías posteriores, los gobernantes de los eugenistas salieron en defensa del
decidían quiénes debían tener hijos y capitalismo, los radicales contrarrestaron
cuántos. Sin embargo, fue la propuesta sus argumentos diciendo que solamente
de Galton la primera en propugnar un en una sociedad sin clases sería posible se
movimiento social en este sentido. parar la valía innata de caráter genético
Este movimiento adoptó formas muy di de la buena suerte propiciada por el me
versas en países diferentes (M . Adams, dio (D. Paul, 1984). Las políticas ampara
1990). La religión, la tradición científica das bajo el estandarte de la eugenesia in
cluían desde propaganda, moratorias fis rosos métodos, podían ser demostradas
cales, abogacía por el control de la natali así en razón de causas hereditarias, e im
dad y del «amor libre» hasta la segrega pedir las uniones que inevitablemente
ción y esterilización de los «débiles men llevarían al nacimiento de progenie en
tales», restricción de la inmigración y, en ferma» (1916j p. 478).
el caso más extremo, los programas nazis Ideas cómo la eugenesia, que en un
de Lebensborn («fuente de la vida») y de tiempo parecieron de sentido común,
exterminación. hoy han dejado de ser respetables. Este
Los eugenistas gozaron de gran predica cambio se explica en gran medida por la
mento en los primeros decenios del siglo convergencia de diversas tendencias so
XX. Hacia 1910 la eugenesia era uno de ciales; en particular, el ascenso del movi
los temas más abordados en la Reader’s miento de las mujeres, la inclinación por
guide to periodical literature (B-eilly, el respeto de los derechos del individuo,
1991, p. 18). El mensaje de que una bue y el desarrollo de una amplia jurispru
na crianza importaba a todos ocupaba lu dencia sobre privacidad y libertad repro
gar destacado en los libros de texto uni ductiva (D. Paul, 1992, pp. 676-679). Ha
versitarios, y aun de segunda enseñanza, cia 1960, el principio de la autonomía
en las revistas populares, en los servicios reproductiva gozaba de aceptación prác
eclesiásticos y en las películas. Aparte de ticamente general y «eugenesia» pasó de
la Iglesia católica y del Partido Laboris ser una voz loable a convertirse en un es
ta británico, era muy escasa la oposición perpento. No obstante, las cuestiones que
organizada antes de la segunda guerra en su día fueron foco de la eugenesia han
mundial, aun cuando ocasionalmente se cambiado, no desaparecido. La cuestión
alzaban voces contrarias apolíticas espe de si las pruebas prenatales representan
cíficas. Genetistas destacados, como una nueva clase de eugenesia es particu
Charles Davenport y Edward M. East, y larmente candente. Quienes están en fa
antropólogos físicos como Earnest Hoo- vor de dichas pruebas suelen decir que
ton y Ales Hrdlicka fueron sus entusias sólo los programas coercitivos pueden
tas paladines. La eugenesia recibió el ser tachados de «eugenésicos»; pero mu
apoyo de todos los miembros de la direc chos críticos opinan que integran políti
ción editorial de la publicación norte cas que aumentan nuestra capacidad de
americana Genet¿cs7 fundada en 1916 elegir la clase de hijos que queremos
(Ludmerer, 1972, p. 34). En la Alemania (Duster, 1990). DBP
de entreguerras, donde la ciencia de la Otras lecturas Kevles, 1985; J. Marks,
genética humana estaba particularmen 1995; Mueller-Hill, 1988; D. Paul, 1995.
te adelantada, el apoyo era prácticamen
te universal (Harwood, 1989). Incluso Evans-Pritciiard, ,E. E* (1902-
aquellos que rechazaban algún que otro 1975) Edward Evans-Pritchard nació
aspecto de la eugenesia raramente la en Sussex, Inglaterra, en 1902. Entre
condenaron en su totalidad. Que el inte 1946 y 1970 fue profesor de antropología
rés del estado por quién se reproducía social en Oxford, adonde atrajo a figuras
era absolutamente legítimo era un so tan importantes como Lienhardt, Beat-
breentendido. En Estados Unidos, nin tie, Pocock, Dumont, Needham, Douglas
gún investigador se reveló más escéptico y Beidelman. Murió en 1973. Además de
frente a la eugenesia que Franz BOAS. sus numerosos libros (citados en lo que
Pero, hasta él creía apropiado «suprimir sigue) y artículos, muchos de éstos como
aquellas clases deficientes que, con rigu borradores de capítulos, es autor con
Meyer Fortes de Áfrican political systems años, fue la de viajero, narrador, pistole
(1940). ro ocasional (!) y resuelto bebedor, pero
En Oxford, a partir de 1960, Evans-Prit- él era moral e intelectualmente una per
chard inculcó el interés en M a u s s , Hu sona compleja, complejidad que se agu
bert y H E R TZ , fomentando un estilo de dizó conla edad dando origen a numero
pensamiento analítico cuya, importancia sas anécdotas acerca de su persona.
no ha mermado. Sus alumnos mostraron Su experiencia en Libia le permitió es
gran interés en el aspecto filosófico de la cribir The Sanusi o f Cyrenaica '(1949),
obra de DURKHEIM, muy poco en su FUN que fracasa como antropología: las tribus
CIONALISMO. La mayoría adoptaron la árabes de Libia se describen según el
postura ulterior de Evans-Pritchard en modelo de los muy diferentes nuer (su
contra de R a D C LIFFE 'B r o w n , en el senti daneses meridionales) y, junto con la
do de que el lugar de la antropología se historia local, se reducen a mero apéndi
encuentra con las humanidades, como la ce de la familia sanusi de pensadores is
historia, no con imitaciones de las cien lámicos. La obra fue celebrada como
cias naturales, y que la «teoría» es con manifiesto político. La recién fundada
demasiada frecuencia un sustituto del Organización de las Naciones Unidas
proceso intelectual de pensar (Evans- sancionó una Libia independiente con el
Pritchard, 1964). Con la llegada del ES- jefe de la orden sanusi como rey. La ad-
TRUCTURAUSMO fueron muchos los que vocatoria de Evans-Pritchard tuvo qui
le encontraron afinidades con Evans- zás más efecto del que usualmente cabe
Pritchard, como también pueden hallár al antropólogo. Sin embargo, su reputa
sele con el filósofo de la historia R .G . Co- ción académica se basa principalmente
llingwood. en sus análisis del Sudán meridional
Evans-Pritchard asistió a los seminarios (musulmán).
de M A LIN O W SKI en la década de 1920, Enfrentados con creencias aparentemen
pero no tardaron en disentir. Las deudas te «irracionales» como la BRUJERÍA, los
intelectuales que reconoció fueron sobre antropólogos ofrecieron dos respuestas.
todo con la Année sociologique y con W. En primer lugar, era útil (la respuesta
Robertson SM ITH. En sus conferencias, funcionalista); en segundo, tenía sentido
publicadas postumamente, reconoció intelectual. Esta fue la respuesta de
mérito particular a los pensadores esco Evans-Pritchard, quien subrayando la
ceses y franceses de la Ilustración práctica cotidiana argumentó que, dadas
(Evans-Pritchard, 1981). unas pocas premisas, el mundo azande
Entre 1926 y 1936, Evans-Pritchard tra de la brujería acogía a gente razonable
bajó en Sudán, sobre todo con los apan que actuaba con rigor intelectual. Dece
de, aunque también, durante períodos nios más tarde, sus argumentos atrajeron
más cortos, con los anuai y, en su estudio a muchos filósofos de la ciencia. Algunos
más célebre con los nuer, donde las con puntos clave al efecto aparecen en
diciones políticas eran espeluznantes (D. Witckcraft, oracles and magic among the
Johnson, 1982), También enseñó en El Azande (1937, pp. 5, 8):
Cairo. A l estallar la segunda guerra Siempre me he preguntado «¿Cómo?» en
mundial, condujo tropas anuai contra vez de «¿Qué?» ... Mis interpretaciones
los italianos en la frontera con Abisinia quedan contenidas [por consiguiente] en
(Etiopía). Más tarde fue destinado a L í los propios ¿echos, porque los he descrito
bano, y luego a. Libia. Una de sus carac de tal manera que las interpretaciones
terizaciones, muy reelaborada con los emergen como parte de la descripción. M i
propósito ha sido que algunos términos nuer de que «los gemelos son aves». Para
ingleses reflejaran las nociones azande y los nuer los gemelos son extraordinarios;
usar el mismo término solamente y siem lo extraordinario es kwoth, que se asocia
pre que se discute la misma noción. con lo Alto; y las aves, de las alturas, son
La debilidad del libro, en retrospectiva, hijas de kwoth. Él lector adquiere inclu
reside en que carece de consciencia his so conocimiento de por qué los gemelos
tórica pues la jerarquía de conocimiento, eran bautizados a menudo con nombres
manifiesta en el uso de oráculos, enmas de tipos de ave particulares. Toda decla
cara el hecho de que la administración ración o acción nuer es cuidadosamente
colonial había quebrado la polis azande. vinculada con otras, mientras que la in
'The Nuer (1940), el libro de Evans-Prit- terpretación audaz (demasiado común
chard más leído, trata de grupos de pas hoy en la antropología) es reducida al
tores que negaban la existencia de una mínimo. No hay neccesidad de una «cul
jefatura formal, pero llanamente consti tura nuer» misteriosa.
tuían un mundo moral. La obra presenta Kingship and marriage among the Nuer
dos secciones, una sobre ecología, otra (1951) es una obra técnica que señaliza el
sobre linajes y sistema tribal, vinculadas efecto denominado incesto (véase TABÚES
por un capítulo sobre cronología. Algu DE in c e s t o ) . El análisis es de nuevo expli
nos leerían la última parte del libro en cativo no predictivo, y permite al lector el
términos de equilibrio de poder. La lec seguimiento de las afirmaciones nuer. És
tura más productiva ve «oposición» co tos trabajos han sido reanalizados muchas
mo relación abstracta que denota cómo veces. El cuidadoso estilo expositivo signi
veían los nuer el mundo y su lugar en éL fica que es posible discrepar de Evans-
Una relación de esta clase puede ser «ex Pritchard y llegar, con su propio material,
presada» por sucesos tan diferentes como a conclusiones diferentes. Este rasgo sigue
la disputa y el matrimonio. El análisis es siendo boy el marchamo de la buena et
explicativo, no predictivo. nografía. PD
N uer religión ( i 956) abunda en conside Otras lecturas Beidelman, 1974a; X
raciones previas. El cuidado de los nuer Burton, 1992; M. Douglas, 1980.
en aspectos de distinción y separación es
recurrente en contextos al parecer tan di evolución, evolucionismo so
ferentes como VENGANZA de sangre, terri cial (y cultural) El concepto de
torio, matrimonio y la relación del espíri evolución social es uno de los más im
tu ( kwoth) con la creación. El colapso de portantes en la historia de las ciencias
las distinciones pone en peligro al orden sociales. En el siglo XIX, la de sociología
moral. El jefe piel-de-leopardo, o sacerdo y la antropología atendieron primaria
te terrenal, que había aparecido en The mente al estudio del desarrollo de la evo
N uer como mediador, aparece aquí como lución de las sociedades humanas desde
rector de esta distinción, y su opuesto, el sus formas más simples y tempranas
profeta, como el buscador de la unión ideal. hasta el presente. La evolución social es
Los intereses religiosos del propio Evans- hoy uno de los temas, entre muchos, ob
Pritchard (en la década de Í940 se con jeto del estudio de sociólogos y antropó
virtió al catolicismo) tiñen intensamente logos, aunque sigue conservando enorme
el libro, pero deja cuidadosamente intac interés.
tas las declaraciones de los nuer. El uso más generalizado entre los espe-
Considérese su exposición, que recoge cialistas entiende «evolución social» co
Levy-Bruhl (1926) de la declaración mo el conjunto de cambios sociales que
revelan cierta direccionalidad o secuen rente a otro de heterogeneidad coheren
cia lineal. Además, igualmente suele en te, es decir* la tendencia a una creciente
tenderse que implica transformaciones diferenciación de los fenómenos. Spen-
en la forma o tipo de sociedad o de una der identificó cuatro tipos de sociedad
de sus subunidades (cambio cualitativo), humana evolutiva: simple, compuesta,
y no sólo modificación de grado o medi doblemente compuesta y triplemente
da (cambio cuantitativo). Las teorías de compuesta, que abarcaban desde las so
la evolución social se concentran, pues, ciedades primitivas políticamente huér
en identificar y explicar las secuencias fanas de gobierno a las sociedades com
direccionales del cambio social cualitati plejas. También identificó otra tipología,
vo. Muchos estudiosos han argumentado la militar-industrial. Las sociedades mi
que una teoría evolucinaria supone una litares se caracterizaban por la subordi
especie de despliegue teleológico de po nación del individuo al todo social,
tencialidades latentes en la vida social, mientras que en las sociedades indus
pero no es así. Muchas teorías evolutivas, triales el individuo goza de muchas más
incluidas las más recientes, han abando libertad. En general Spencer vio un mo~
nado este supuesto. También se ha dicho vimiento evolutivo de las primeras a las
con frecuencia que las teorías evolutivas últimas.
postulan una rígida secuencia de esta Morgan desarrolló un concepto de evolu
dios por los que deben pasar todas las so ción social diferente, que presentó en su
ciedades, así como que niegan la posibi Ancient society f í 877). Identificó tres
lidad de la regresión o incluso la existen «períodos étnicos» principales en la his
cia de situaciones de dilatado equilibrio toria humana: salvajismo, barbarie y ci
estable, conceptos a todas luces equivoca- vilización. Se trata esencialmente de es
dos. La mayoría de las teorías evolutivas tadios de desarrollo tecnológico por los
proponen tipologías flexibles que confie que los humanos discurrieron desde su
ren a la historia cierta medida de inde condición de cazadores-recolectores a so
terminación, de modo que las más consi“ ciedades basadas en una agricultura
deran la continuidad y la regresión im compleja y en la escritura. Morgan exa
portantes fenómenos sociales que, como minó, asimismo, la evolución del gobier
la evolución, requieren explicación. no de la familia y de la propiedad. En su
análisis de las instituciones guberna
Desarrollo histórico de las teorías mentales, a las que dedicó gran atención,
evolutivas concibió dos planes evolutivos principa
La teorías evolutivas de la sociedad hu les en lo referente al gobierno: societas,
mana surgieron con plena fuerza en la sociedades relativamente democráticas e
segunda mitad del siglo XIX. Fueron mu igualitarias organizadas en torno a rela
chos los científicos sociales estudiosos de ciones de parentesco; civitas, en cambio,
la evolución en esa época, pero el espacio se caracteriza por la propiedad y el terri
sólo nos permite atender a los más im torio como principios integradores de la
portantes: Herbert SPENCER-* Lewis sociedad. Las desigualdades sociales y
H e n r y MORGAN, Ed^ward B u r n e tt T Y LO R económicas son patentes y el estado ha
y Karl M a r x y Friedrich Engels. hecho acto de presencia,
Spencer (1876) formuló una ley general Tylor (1871) es famoso por el uso que hi
de la evolución que afirmaba la tenden zo de las «supervivencias» como base pa
cia de todas las sociedades a cambiar des ra demostrar las secuencias evolutivas.
de un estado de homogeneidad incohe Se trata de aspectos de la cultura que
han sido llevados a estadios de la evolu en cuatro aspectos principales: el uso de
ción social más allá de los que les dieron un dispositivo metodológico ilegítimo, el
origen. En opinión de Tylor demostra MÉTODO COMPARATIVO; el desarrollo de
ban que los estadios contemporáneos de esquemas rígidos de evolución unilineal
la cultura habían evolucionado de otros donde todas las sociedades se suponían
previos. El evolucionismo de Tylor, mu progresar de modo uniformemente gra
cho más que el de Spencer o Morgan, se dual a través del mismo conjunto de es
concentró en la evolución de los aspectos tadios; el reconocimiento inadecuado del
mentales e ideacionales de la vida social, proceso de DIFUSIÓN; y la ilegítima ecua
especialmente en lo tocajite a la religión. ción de evolución con progreso (véase
El pensamiento de Marx y Engels discu^ Sanderson, 1990). Sin embargo, en la dé
rrió en una dirección muy diferente de cada de 1950 empezó a ser cuestionado
la de Spencer, Morgan y Tylor, Marx y el extremo PARTICULARISMO HISTÓRICO
Engels se centraron en la evolución de propugnado por la escuela boasiana de
los MODOS DE PRODUCCIÓN en la historia antropología y se dieron los primeros pa
mundial, entendiendo por modos de pro sos hacia una «revitaliz ación evolutiva».
ducción las concatenaciones de fuerzas El primero en iniciar este movimiento
productivas (en gran medida según el fue el arqueólogo V. Gordon Childe
nivel de desarrollo tecnológico) y en las (1936, 1951), quien al destacar los enor
relaciones de producción (formas de pro mes cambios tecnológicos característicos
piedad de las fuerzas productivas), En de la prehistoria humana identificó dos
The Germán ideology> Marx y Engels grandes revoluciones tecnológicas en di
(1947) identificaron cuatro estadios evo ferentes regiones del mundo. La revolu
lutivos básicos, cada uno de los cuales se ción neolítica propició la domesticación
asocia con determinadas relaciones de de las plantas y animales. Dio a los hu
producción: comunismo primitivo, escla manos la posibilidad de acumular exce
vitud, feudalismo y capitalismo. Tras la dentes económicos y, así, preparó el ca
muerte de Marx, Engels desarrolló sus mino para la segunda revolución, que
propias ideas evolutivas, algo diferentes Childe llamó «urbana» y que implicó el
(Engels, 1902). Consideró dos leyes dia paso de las sociedades humanas a una
lécticas del cambio, a las que se refirió forma mucho más compleja caracteriza
como Ley de Transformación de la Can- da por la especialización ocupacional, las
tidad en Calidad y Ley de Negación de ciudades, la marcada división de clases y
la Negación, que en el fondo apuntan a el estado. A partir de la década de 1940,
la noción hegeliana de las «contradiccio Leslie W H IT E (1943, 1959a) desarrolló
nes internas» de un fenómeno como mo una versión del evolucionismo social si
tor de su paso de un estadio histórico a milar a la de Childe. White destacó que
otro. las teorías evolutivas no pretendían ex
La «edad de oro» del evolucionismo so plicar secuencias especificas del cambio
cial había prácticamente terminado en histórico* sino que se centraban en el mo
la década de 1890, momento en que se vimiento global de la cultura humana
produjo una marcada reacción contra las como un todo. Formuló una ley para ex
teorías evolutivas, encabezada en la an plicar esta evolución general de la cultu
tropología por Franz B o a s y sus discípu ra, ley que establecía que ésta evolucio
los, movimiento que se extendió hasta naba proporcionalmente a la cantidad de
las décadas de 1940 y 1950. La escuela energía utilizada por cabeza y año o por
boasiana se opuso a las teorías evolutivas la mayor eficiencia de su aplicación al
trabajo. En otras palabras, el cambio tec grados. La teoría de Service es de corte
nológico es la fuerza impulsora de la evo funcionalista, .donde las nuevas formas
lución de la cultura, Julián S t e w a iu d , la políticas evolucionan a causa de su ma
tercera gran ñgura de la revitalización yor efectividad funcional. CarneiroTpor
evolutiva, reaccionó contra las que en el contrario, planteó una teoría de con
tendió manifiestamente generales y en flicto para explicar la evolución de jefa
exceso simplificadas concepciones evolu turas y estados- Así, entendió que la pre
tivas de Childe y White, que dio en lla sión poblacional y la guerra contribuían
mar «evolución universal». En cambio, a la formación de sistemas políticos com
propuso una «evolución multilineal» plejos en áreas ambientalmente circuns
(Steward, 1955), que atendía menos al critas. Con el incremento de la presión
movimiento general de la historia y más poblacional y la guerra las gentes dejan
a las diferentes líneas seguidas por la de tener a donde ir y, en última instan
evolución social. Steward aceptó la exis cia, resultan conquistadas y subyugadas
tencia de amplios paralelos en el cambio por otros grupos. El resultado es que los
histórico, pero se opuso a que fueran so sistemas políticos son cada vez más po
breestimados. Había muchas otras líneas derosos y complejos. Gerhard Lenski
diferentes por donde irradiaba la evolu (1970), de formación sociológica, elabo.-
ción, y no debían ser ignoradas. ró una famosa teoría de la evolución so
Desde 1960, aproximadmaente, se obser cial que en gran medida abundaba en las
va una nueva ola de importantes traba ideas de Childe y White. Lenski conside
jos sobre la evolución a cargo de antro ró la expansión tecnológica como factor
pólogos norteamericanos en gran medi principal de la evolución social. A medi
da influidos por el evolucionismo de da que la TECNOLOGÍA se extiende, las
Childe y White. Marshall Sahlins (1953) economías son más productivas y los ex
escribió una obra básica sobre la evolu cedentes más y más móviles. Estos cam
ción de la estratificación social inspirada bios tecnoeconómicos se ramifican por
por el acento puesto por Childe y White toda la vida social y llevan a importantes
en la tecnología. También fue autor de transformaciones evolutivas. Una de las
un célebre artículo (Sahlins, 1960) que aplicaciones principales dadas por Lens
distinguía entre evolución general y es ki a esta teoría se encuentra en sus traba
pecífica, entendiendo por la primera el jos sobre estratificación social.
movimiento global de desarrollo históri Marvin H a KRIS (1977, 1979) ha presenta
co, y por la segunda la irradiación espe do una concepción del todo diferente de
cífica de la cultura y de la sociedad en la evolución social, Más que considerar a
numerosas líneas. Debemos asimismo a la tecnología como fuerza motora de la
Elman Service (1962-1971) y Robert evolución, entiende que la mayoría de las
Carneiro (1970) importantes contribu gentes se resisten al cambio por los mayo
ciones al estudio de la evolución política. res costos en tiempo humano y energía
Service apuntó la tipología «banda-tri- que impone. El factor que impulsa a la
bu-jefatura-estado» para caracterizar a evolución social es la tendencia de los hu
la evolución política, tipología que ha si manos a sufrir ocasionales mermas en su
do ampliamente usada en la investiga nivel de vida de resultas de la presión po
ción etnográfica y arqueológica. La evo blacional y la degradación ambiental. Las
lución de un estadio a otro es un movi gentes se ven forzadas entonces a trabajar
miento hacia sistemas políticos más más duramente y más tiempo y, llegado
jerárquicos y más complejamente inte el caso, a mejorar su tecnología —es decir,
han de intensificar su producción— sim cepticismo consiguiente acerca de las teo
plemente para impedir que su nivel de rías evolutivas.
vida descienda aún más. Pero estos cam La respuesta de los evolucionistas sociales
bios producen nuevas depleciones (inclu ha consistido básicamente en proclamar
so mayores), de modo que el proceso de- lo que Childe (1951) afirmara años atrás:
pleáón-intensificación-depleción entra, si ignoramos los detalles y llevamos nues
en una espiral ascendente. tra atención a largos períodos de la
La situación actual es mixta. En años re prehistoria, cabe percibir una serie de
cientes ha habido una. importante reac pautas direccionales claras. Los evolucio
ción contra las teorías generales de cam nistas contemporáneos señalarían como
bio histórico, y muchos estudiosos admi máximamente importante la revolución
ten hoy que sólo es posible proceder a neolítica asociada con la emergencia de la
teorizaciones limitadas acerca de sitúa* vida sedentaria basada en la agricultura y
ciones y trayectorias históricas específi que se dio en todo el mundo hace unos
cas. Ello ha traído consigo una marcada 10.000 años, y el ascenso de la civilización
pérdida de confianza en cualquier tipo y del estado, que implicaron la creación
de teoría evolutiva. Lo cierto es que mu de un tipo de sociedad radicalmente nue
chos científicos sociales han sido muy vo, como ocurriera asimismo en todo el
críticos con el evolucionismo (véase San- mundo hará unos cinco mil años.
derson, 1990, cap. 9). No obstante, sigue Los evolucionistas sociales prosiguieron
habiendo muchos científicos sociales de su argumentación señalando que las crí
dicados a los análisis evolutivos y la in ticas presentadas contra las teorías evo
vestigación continúa. Así rige en espe lutivas por ser siempre de naturaleza
cial en la antropología y en el subcampo unilineal no están justificadas. Los evo
de la ARQUEOLOGÍA, que ha sido largo lucionistas del siglo XIX mantenían una
tiempo evolutiva y que, pese a la presen visión marcada pero no enteramente
cia de arequeólogos contrarios al evolu unilineal de la historia, pero la mayoría
cionismo, seguirá moviéndose en las lí de los contemporáneos reconocen explí
neas de siempre. citamente la diversidad y la divergencia
históricas. Como hizo Sahlins hace años,
Temas y debates clave en el estudio reconocen que la evolución social revela
de la evolución social resultados a la vez generales y específi
Puede que el tema central en torno al cos. En la terminología de Marvin Ha
concepto de evolución social se refiera al rris (1963), reconocen la existencia de
grado de direccionalidad que se percibe una evolución «paralela», «convergente»
en la historia humana. Los historiadores y «divergente». Las sociedades no sólo
tradicionales han argumentado desde siguen ruras paralelas, sino que conver
siempre que los sucesos históricos son gen desde distintos puntos de partida al
únicos y deben explicarse en sus propios igual que divergen desde los mismos.
términos. La historia no revela pautas El concepto de ADAPTACIÓN es otro ele
direccionales generales y, por tanto, des. mento esencial de las teorías evolutivas.
de el punto de vista del historiador, los Sin embargo, varias teorías han diferido
evolucionistas sociales asumen la exis en términos de cómo han concebido la
tencia de algo que, de hecho, no existe. unidad de adaptación, es decir, qué es lo
En años recientes, algunos antropólogos que se adapta. Ello puede ilustrarse com
y sociólogos estudiosos de la historia han parando las teorías de la evolución de
adoptado una visión similar, con el es Talcott Parsons (1966, 1971) y Marvin
Harris, Parsons usó el concepto de adap chas de estas nociones han sido atempe
tación de modo enteramente funciona- radas y muy matizadas en numerosas
lista. Es siempre una sociedad entera (o versiones del evolucionismo contemporá
uno de sus principales subsistemas) la neo, su presencia sigue haciéndose notar.
que se adapta, y la sociedade se esfuer Childe y White vieron en la extensión
zan por mejorar su nivel de adaptación. tecnológica una mejora global de la cali
La evolución social es un proceso en vir dad de la condición humana, y Lensfci ha
tud del cual las sociedades experimentan reforzado esta idea, Sahlins argumentó
una «actualización adaptativa» o mejo que la evolución general lleva a una
ran su nivel funcional. En la acepción no «adaptabilidad global», y Service consi-
funcional de Harris, por otra parte, son deró la evolución del estado como señal
los individuos más que las sociedades en de una mejora clara en el funcionamien
teras los que se adaptan. Harris hizo de to político de las sociedades humanas.
la adaptación una noción primariamente Parson es un progresista aún más vehe
heurística. Aceptó que las disposiciones mente y cree que las sociedades moder
sociales particulares surgen de los es nas representan la culminación del logro
fuerzos de los individuos por satisfacer humano hasta el momento y que Estados
sus deseos y necesidades. El concepto de Unidos es «la nueva sociedad capital de
adaptación es, así, un punto de partida la modernidad». Este progresismo ha si
para el análisis social, una base para for do claramente la norma en toda la histo
mular cuestiones pertinentes, Harris re ria del evolucionismo social.
chazó la noción de Parsons de «actuali Sin embargo, no existe una asociación in
zación adaptativa». Las nuevas disposi herente entre las visiones evolutiva y pro
ciones sociales no son, desde el punto gresista. Es totalmente posible ser evolu
adaptativo, necesariamente mejores que tivo y rechazar al propio tiempo la noción
las antiguas. Las nuevas disposiciones de que la historia humana ha constituido
representan respuestas a circunstancias un proceso de progresión y ascenso. Una
cambiantes y son adaptativas sólo en tér vez más es el evolucionismo (antiprogre
minos de estas circunstancias (más que sista) de Marvin Harris el que claramen
de una forma más general o absoluta). te lo demuestra. El motor impulsor de la
(Un tratamiento mucho más extenso del evolución social es la espiral de depleción
concepto de adaptación en Sanderson, ecológica e intensificación de la produc
1990, pp. 180-190). ción. Los humanos desarrollan nuevos
Como el concepto de adaptación, tam modos de vida forzados ante todo por el
bién el de progreso ha sido fundamental descenso de los niveles de vida. Pero el re
para el evolucionismo, aunque también gistro de la evolución social muestra que
motivo de rechazo del evolucionismo por cada nuevo modo de producción se asocia
parte de sus críticos. Se dice que las teorías con un nivel de vida más bajo, no más al
evolutivas suelen dar por sentado que la to. Los agricultores primitivos (horticul
evolución social propicia mejoras en la tores) estaban en peor situación en mu
condición humana y en el funcionamien chos aspectos que los cazadores-recolecto-
to de la sociedad. Hay que admitir que res que les precedieron, y los trabajadores
esta crítica encierra considerable mérito. agrarios peor que los horticultores. Y aún
Los evolucionistas del siglo XIX son bien hoy, pese a la preponderancia de las socie
conocidos por sus marcadas opiniones dades industriales, la mayoría de las per
progresistas basadas en sus posturas mar sonas son campesinos pobres o trabajado
cadamente etnocéntricas. Y aunque mu res urbanos en el mundo subdesarrollado.
La evolución social representa una pugna siguiente, es posible evaluar con exacti
continua entre los humanos y la naturale tud suficiente si una sociedad produce ex
za en la que los humanos se aceleran más cedentes y en qué medida. En cualquier
y más sólo para tratar de mantenerse en caso, se argumenta, los niveles más altos
el mismo sitio. SS de producción se correlacionan claramen
Otras lecturas Sanderson, 1995a, b. te con formas más complejas de organiza
ción económica y sociopolítica (véase SO
a v u ls ió n Práctica de arrancar dientes CIEDAD COMPLEJA). Los críticos del con
(en general incisivos) por razones estéti cepto de excedente repusieron que, si
cas, de presencia frecuente en el Africa bien es cierta la correlación existente en
subsahariana. MR tre mayores niveles de productividad y
mayor complejidad de la organización so
excedentes En su sentido más gene ciopolítica, ello no explica qué mecanis
ral se dice del producto social más allá mos o qué procesos institucionales son los
del nivel de subsistencia. Los antropólo causantes de esa mayor productividad.
gos se sirven a menudo de este concepto Las poblaciones no producen siempre
para explicar tentativamente el desarro hasta el límite de sus oportunidades me
llo cultural o el cambio socioeconómico dioambientales y tecnológicas.
(véase EVOLUCIÓN). El argumento suele El quid del argumento está claro, pero no
presentar entonces la forma siguiente: es de solución fácil: los teóricos ven la se
una sociedad, consideradas sus limitacio cuencia causal en una dirección clara
nes ambientales y en medios tecnológi (aparecen los excedentes materiales y acto
cos, produce un excedente material (o seguido determinan el cambio sociopolíti-
sea, un aumento de producto neto más co); los críticos argumentan que lo inverso
allá del nivel acostumbrado). Si algún es igual de plausible (los cambios en la or
grupo, religioso, político o militar, acce^ ganización sociopolítica determinan un
de al dominio de estos excedentes (o par aumento de la producción y un novedoso
te de ellos) para apoyar sus propias acti despliegue de sus aplicaciones). DK
vidades, surgirá de ello una especializa- Véase también CLASE, a n t r o p o l o g í a
ción y una mayor DIVISIÓN DEL t r a b a j o ECONÓMICA, ESTRATIFICACIÓN.
en la esfera económica, creándose una Otras lecturas Orans, 1968.
organización política más compleja.
Algunos críticos (Pearson, 1957; Dalton, CXOgcUülcl Regla o preferencia en el
1960, 1963) señalan que dado que es difí sentido de que los varones se desposen
cil determinar el nivel de subsistencia ha sólo fuera de su grupo o categoría social
bitual, no lo es menos definir qué produc particular, las más de las veces su grupo
to neto es exactamente el que lo supera. de parentesco. Las reglas de exogamia
Puesto que todas las sociedades son capa son una característica necesaria de cual
ces de producir excedentes, la cuestión quier sistema de INTERCAMBIO M a TRIMO-
crítica reside en cómo se recaban e insti NLAL o alianza. La exogamia puede des
tucionalizan estos excendentes en mo cribir asimismo un modelo estadístico de
mentos y lugares diversos. Esta dificultad matrimonio exterior en ausencia de re
ha sido ignorada por los defensores del gla explícita al efecto.
concepto excedentario basándose en lo fá Hay cierta controversia en torno a la re
cil que es determinar en todo momento el lación de la exogamia con el t a b ú d e l
nivel subsistencial, y aun con aplicabili- in c e s t o . L é v i -S t r a u s s ha señalado que
dad transcultural (Harris, 1959). Por con ambos son expresiones complementarias
de las mismos requisitos del intercambio tribuyen en modo alguno al valor econó
matrimonial. Otros, argum entando que mico de los bienes producidos. Según es
ambas situaciones son inconexas, han in ta opinión, en las economías capitalistas
dicado que son de dos tipos lógicamente se oculta la explotación mediante aque-
diferentes: la regla de exogamia es un líos acuerdos referentes a salarios y pre
precepto, mientras que el tabú del inces cios libremente negociados en el merca
to es una prohibición. Además, apuntan do; mientras que en los sistemas agrarios
que las categorías de parentesco vetadas precapitalistas, donde los subordinados se
por el tabú del incesto son a menudo más ven obligados a ceder su producción ex-
estrictas que las excluidas según las re cedentaria a alguna clase económica su
glas de la exogamia. El tabú del incesto, perior, la explotación es abierta y visible.
además, se refiere a las relaciones sexua Los críticos del concepto de «explota
les, no al matrimonio en sí mismo. M R ción» (Dalton, 1974, 1977) señalan que
el término es evaluativo e ideológico más
explotación En el sentido más gene que analítico. E incluso empleado en este
ral, no técnico, significa «aprovecharse último sentido suscita varias cuestiones
de», «beneficiarse ilícitamente de», que en general no obtienen respuesta:
«usar a una persona para el engrandeci por ejemplo, cuando los productores de
miento propio», etc. Pero el término tie las sociedades agrarias son instados a ce
ne otro significado más específico y téc der sus EXCEDENTES a algún organismo
nico derivado de los escritos de Karl político central, ¿qué reciben a cambio en
Marx: se da explotación cuando una cate forma de servicios gubernamentales tra
goría o clase de personas crean más valor dicionales como el mantenimiento de la
económico («excedentes») del que perci ley y el orden? Además, dicen los críticos,
ben en forma de manutención habitual. ¿no es cierto que los ciudadanos de todas
Los sentidos de explotación precedentes las sociedades industriales (capitalistas o
presentan matices marcadamente mora socialistas) efectúan pagos obligatorios a
les. De donde que se haya dicho que la algún gobierno central? De hecho, inclu
explotación es la apropiación recurrente so en las sociedades de pequeña escala,
y regular de bienes económicos de perso como las de los cazadores-recolectores
nas que tienen derecho moral a ellos. En bosquimanos, los productores adultos
una sociedad capitalista industrial, por han de satisfacer determinadas obliga
ejemplo, se dice que los obreros crean ciones para con sus parientes, como es el
mayor valor económico del que se les re caso del yerno reciente, del que se espera
conoce por salario (véase CAPITALISMO). que trabaje por la familia de su esposa
De este «valor excedentario» se apropia durante de ocho a diez años. ¿Son o no
el empresario capitalista en forma de be coercitivos estos deberes?
neficios. Procede observar que este argu Parece, añaden los críticos, que las úni
mento se basa en alguna de las versiones cas sociedades libres de explotación son
de la teoría laboral del valor (el valor aquellas en las que los productores con
económico de un bien refleja la labor so sumen o controlan el 100 por ciento de
cialmente necesaria que entraña). Esta los frutos de su esfuerzo. ¿Hay algún
acepción de «explotación» implica asi ejemplo empírico de una sociedad seme
mismo que cualquier aptitud organiza- jante? DK
cional, conocimiento o idea innovadora Véase también ANTROPOLOGÍA MARXISTA.
que el empresario capitalista pueda in Otras lecturas Derman y Levin, 1977;
troducir en el proceso productivo no con Newcomer, 1977.
familia Para una generación anterior
de antropólogos de Europa y América la
definición de la voz «fam ilia» no presen
taba ninguna dificultad. M elville HERS-
KOVITS (1948, p. 61) observó: «N o son
muchas las formas en que puede consti
tuirse la. familia primaria. Un hombre
puede vivir con una mujer o tener varias,
y una mujer puede tener varios hom
bres». De manera similar, George Peter
Murdock iniciaba, su libro Social stmctu-
re (1949, p. í ) declarando:
L a familia es un gTupo social caracteriza
do por una. residencia común, cooperación
económica, y reproducción. Incluye a
adultos de ambos sexos, dos de los cuales
al menos mantienen una relación sexual
socialmente aprobada, y uno o más niños,
propios o adoptados, de los adultos que co
habitan sexualmente.
Incluso el controvertido antropólogo
francés Claude LÉVI-STRAUSS, que subra
yó que los SISTEMAS DE PARENTESCO DES
CRIPTIVOS son simbólicos, aceptó «fam i
lia» como más o menos se ha definido co
mo bloque de la construcción de la vida
social (Lévy-Strauss, 1963a, pp. 48-49).
Por el contrario, hoy el consenso entre
los antropólogos en torno al significado
de la voz «fam ilia» brilla por su ausen
cia, sobre todo en lo tocante a su sentido
general en todo el mundo (Jane Collier
e ta l, 1992).
Incluso Murdock habia reconocido la
ambigüedad del término. No obstante,
basándose en su análisis de doscientas
cincuenta «sociedades humanas repre
sentativas» (véase ESTUDIOS TRANSCUL
TURALES) llego a la conclusión (1949, pp.
1-2) que el primero y más básico tipo de
organización familiar humana era el de
la FAMILIA NUCLEAR, que comprendía a
un hombre y mujer casados y a su prole,
aunque en casos dados pueden residir con
ellos más personas ... El lector reconocerá
al punto a esa familia nuclear como la que
reconoce su propia sociedad con exclusión argumentó que las nociones convencio
de otros tipos. Sin embargo, entre ia ma^ nales de que la sangre es más densa que
yoría de los pueblos de la. Tierra, las fam i el agua y que la biología es la base del
lias nucleares se combinan, como los áto parentesco familiar son erróneas. No
mos en la molécula, para formar agrega puede darse por sobreentendido que el
dos más grandes. parentesco se base en la biología, que la
Estas definiciones nacen en una era en reproducción sexual cree vínculos socia
que los antropólogos proclamaban que su les entre las personas, que la procreación
disciplina era una ciencia, y las definicio establezca nexos consecuenciales entre
nes antropológicas tenían a menudo un madres e hijos y que los vínculos genéti
tinte legalista. Parecía crítico establecer cos posean significado invariable o cuali
la existencia de UNIVERSALES, categorías dades distintas de los atributos sociales y
de cultura (incluidas instituciones bási culturales que les son asociados.
cas como la familia) que pudieran servir Del mismo modo, la ideas de que las fa
como puntos de referencia inmutables milias y la mayoría de las unidades do
para las descripciones y comparaciones. mésticas comprenden normalmente
Como explicara Ciyde Kiuckholm (1955, adultos de uno y otro sexo y su prole ig
p. 506), «la comparación genuina sólo es nora la actual popularidad de los matri
posible si se han aislado unidades unidas monios sin hijos, la existencia de fami
al margen de la cultura». lias construidas solamente por ADOPCIÓN
Sin embargo, se ha revelado difícil to o por otras formas de inseminación, la
mar hechos biológicos elementales como creciente frecuencia de padres solteros y
la existencia de dos sexos, su papel en la de hogares con un solo padre en las so
procreación y la vulnerabilidad de las ciedades occidentales, al igual que la
crías humanas (Malinowski, 1915; E. creciente visibilidad de las uniones ho
Parsons, 1906) y entretejerlos en teorías mosexuales, a menudo con niños, y que
antropológicas convincentes o interesan^ pueden integrar la relación sexual entre
tes acerca de la vida familiar. Quizás ha dos o más adultos que pueden residir o
ya «realidades» biológicas, psicológicas y no en el mismo hogar. Nuestra noción
sociocoyunturales de la existencia hu convencional de familia es también in
mana que deban servir como puntos in sensible a la diversidad económica, so
variantes de referencia basándose en los cial e histórica. ¿Se incluyen las familias
cuales pueda procederse a comparacio adoptivas? ¿Qué lugar ocupan los hijos
nes transculturales. Pero el postulado de de uno de los cónyuges? ¿Qué hay del in
que la familia nuclear es bloque funda cesto (véase T a BÜES DE INCESTO)? ¿O de
mental de la construcción de la sociedad las unidades domésticas con sirvientes,
comparable ai átomo queda hoy en tela esclavos y concubinas? ¿Hay lugar para
de juicio dada la diversidad de familias los muertos, es decir, los ANTEPASADOS, en
incluso en América y Europa. las familias nucleares? JT
Pregúntese, por ejemplo en qué se dife Otras lecturas Bartholet, 1995; Jane
rencia una familia de la u n id a d d o m é s Collier y Yanagisako, 1987; J. Goody,
t i c a . Podría decirse que el referente de 1983a; Harris, 199Í; Hewlett, 1991; A,
familia es parentesco y el de «unidad do Kuper, 1988; Peristiany, 1976; Rivers,
méstica» una residencia común (Yanagi- 1914a; Weston, 1991.
sako, 1979), Sin embargo, David Schnei-
der (1968, 1984), basándose en sus estu familia compuesta Grupo de fa
dios sobre ei parentesco norteamericano, milias nucleares unidas por un esposo
común, en general el marido en el siste cribir fenómenos en su forma más radi
ma de matrimonio poligínico. MR cal, tal como se presentan antes de ser
Véase también PO U G INIA. definidos por vía de suposiciones. Por
«fenómenos» se entiende todo lo que
familias elementales Son aque percibimos y tal como lo percibimos.
llas compuestas de marido, mujer e hi Sus comienzos se asocian a. la obra de Ed-
jos. MR mund Husserl (1964, 1970) en el período
inmediatamente anterior a la primera
familias extendidas Consisten de guerra mundial. Husserl entendía la fe
una. serie multigeneracional de FAMILIAS nomenología como un método de des
NUCLEARES que viven generalmente co cripción más que de investigación analí
mo grupo doméstico común. Por ejem tica o empírica. La verdad de las descrip
plo, una familia compuesta por los pa ciones fenomenológicas no se cree que
dres y sus hijos casados es una familia resida en datos obtenidos por los sentidos
ampliada linealmente. A la muerte de los ni en la observación experimental, de
padres, la familia se convierte en amplia donde que la fenomenología no se consi
da colateralmente siempre que los her dere empírica. Y, por definición, tampoco
manos permanezcan juntos. Las familias son sus descripciones verdaderamente,
ampliadas son a menudo transitorias y se analíticas como, digamos, en un sistema
disuelven con la muerte de los padres, formal de lógica o matemática.
cuando la herencia bace posible dividir Según Husserl, el problema de las cien
el patrimonio familiar entre las unidades cias inductivas (lo que él llamaba empi-
domésticas componentes. MR ricismo, psicologismo y comportamenta-
Véase también CICLO DOMÉSTICO, FAM I lismo) reside en que sus supuestos bási
LIAS TRONCALES. cos no son examinados. Estas ciencias
signen presuponiendo el mundo que di
familias nucleares Las compues cen examinar. Y aunque son ciegas a es
tas por marido, mujer e hijos. MR te hecho, presumen más que descubren
Véase también FAMILIA. el mundo en términos naturalistas: la
consideración de que todo lo que es real
familias troncales Son fa m ilia s lo es objetivamente, de modo que inclu
NUCLEARES con la adición de uno o más so lo psíquico debe ser comprendido —si
parientes que no constituyen por sí mis es posible de modo absoluto— en térmi
mos una familia nuclear independiente. nos de lo físico.
La. forma más común consiste de una pa Lo que se supone que garantiza la ver
reja casada, sus hijos y un genitor de dad de las descripciones fenomenológi
edad. Es en general un estadio del CICLO cas es la suspensión sistemática de todos
DOMÉSTICO más que una forma perma los supuestos previos. Apartados éstos,
nente, MR por definición queda uno con la visión
Véase también FAMILIAS EXTENDIDAS, inobstruida de las formas esenciales, es
UNIDADES DOMÉSTICAS. to es, los «fenómenos». La intención es
reducir los fenómenos en el sentido de
familia unida Véase fa m ilia s ex devolverlos a sus formas más básicas, es
t e n d id a s . decir, trascendentales o no contingentes.
En otros términos, el fenomenólogo se
fenomenología Es un movimiento propone circunscribir los fenómenos sin
filosófico cuyo principal objetivo es des más límites que ellos mismos, de donde
que el procedimiento se conozca por el mas, los tres estudiosos más célebres de
nombre de «reducción» o «circunscrip la fenomenología de Husserl, Heidegger
ción» fenomenológica. (1962), Sartre (1956) y Merleau-Ponty
Es difícil sobreestimar la radicalidad de (1962), reorientaron su perspectiva filo
este procedimiento, pues lo apartado es sófica de modo distinto, pasando de la
la existencia, que se da por sobreenten esencia trascendental a la existencia
dida. ¿Cómo es posible hacer afirmacio mundana, o de la forma pura a la prácti
nes sobre algo tan hipotético como la ca establecida. El propio concepto hus-
percepción diaria de la realidad, lo que serliano de «mundo de la vida» (Lebens-
Husserl llamó la «actitud natural»? Hus- welt), el mundo en el que construimos
serl propone al efecto la técnica de la va nuestra identidad, concuerda con esta
riación imaginativa, en virtud de la cual visión.
las propiedades de una cosa son sistema- La fenomenología no ha tenido dema
ticamente puestas en tela de juicio, has siado eco en la moderna antropología
ta el punto de que uno llega a los límites profesional. Esta falta de influencia pue
en ausencia de los cuales la cosa deja de de explicarse, en parte, por el hecho de
poder existir. que mientras la fenomenología ensalza
El primer fenómeno iluminado por la el saber no empírico, la antropología mo
época, y el más importante, atañe a la derna ha surgido como ciencia resuelta
propia consciencia, que lejos de ser un mente experimental. No obstante, que la
terreno interior y subjetivo opuesto a la antropología haya prestado tan poca
sustancia exterior del mundo objetivo, se atención a la fenomenología es un hecho
convierte en campo de experiencia es curioso si se tiene en cuenta que ésta ha
tructurado en torno de una bipolaridad estahlecido señalados enclaves en la psi
sujeto-objeto. Husserl habló de esta es cología y la sociología (psicología feno
tructura esencial de la consciencia como menológica (Berger y Luckmann, 1966)
«intencionalidad», con lo cual quería y la etnometodología (Garfinkel, 1967).
significar que el objeto visible y el suje En la antropología actual se observa la
to testigo son lo que son sólo en virtud de tendencia al uso vago del término «feno
su existencia simultánea. En otras pala menología» para referirse a cualquier
bras, en oposición directa al dualismo modalidad interpretativa o simbólica de
cartesiano, y pese a la acepción usual de la disciplina- Puede que la mención más
«intencionalidad», la consciencia no es notable de la fenomenología por parte de
subjetiva ni objetiva, sino una dinámica un antropólogo se encuentre en Tristes
empírica que genera ambos principios tropiques (1965c), donde LÉVI-STRAUSS la
ontológicos. rechazó en razón de su subjetivismo. Iró
La fenomenología de Husserl fue muy nicamente, a pesar de la ausencia de su
criticada en razón de sus fines teórica jeto en las «estructuras» levi-straussia-
mente insostenibles de conocimiento en nas, hay algo sustancialmente próximo a
teramente libre de presunciones. Del las «esencias» del fenomenólogo.
mismo xaodo, encontró dificultades res De hecho, cuando se considera desde la
pecto a la cuestión de cómo se constituían perspectiva de sus metas intrínsecas, con
los propíos fenómenos- En respuesta a trariamente a su autoidentificación como
las preguntas sobre este origen, Husserl ciencia positiva, la antropología social
postuló la existencia de un yo trascen muestra en general una profunda símila-
dental, cayendo así en el idealismo y el ridad con la fenomenología. Pese a su én
subjetivismo. En reacción a estos proble fasis en el trabajo empírico de campo, la
marca diacrítica más importante de la in rience (1961) de Godfrey Lienhardt y
vestigación antropológica es la proscrip Do hamo (1979) de Mauríce Leenhardt,
ción del etnocentrismo, En términos lla aunque decididamente diferentes en su
nos, esta proscripción o advertencia disci- estilo etnográfico, son ejemplares. Es di
plinaria de dejar de lado toda presunción fícil decir exactamente dónde trabaron
o prejuicio de la cultura propia es una for estos dos eruditos conocimiento con la
ma de la fenomenología reduccionista o fenomenología. Lienhardt fue formado
circunscriptiva, sólo que en lugar de pro por su mentor EvaNS-PbíTCHARD —cuya
ceder simplemente por via intelectual a celebrada conversión al enfoque históri
través de experimentos del pensamiento, co por encima del FUNCIONALISMO fue,
la circunscripción antropológica procede discutiblemente, más bien una cuestión
por la vía práctica mediante la disrupción de anticientificismo que otra cosa—, y
de significado cansada por la confronta quien había sido influido por la filosofía
ción directa con otras culturas. de corte hegeliano de R.G. Collingwood;
Lo que la antropología trata de descubrir no cabe duda alguna de que Maurice
con ayuda de esta forma de circunscrip Leenhardt conoció el pensamiento de
ción o delimitación especial (etnografía) Heidegger (Clifford, 1982). Y ambos eru
tiene algo fundamental en común con la ditos conocieron igualmente los trabajos
noción fenomenológica. Cualquiera que de Lucien Levy-Bruhl, cuya noción para-
sea la actitud actual de la antropología lógica de «participación» es, por encima
frente al evolucionismo y el universalis de la «causación» y contra ésta, intrínse
mo, e independientemente de la caracte camente fenomenológica (Leenhardt,
rística contextualización sociológica y 1975; Cazeneuve, 1972). Por último, va
cultural de sus hallazgos, los objetivos de le la pena conjeturar que, en su aproxi
la antropología de lo «prim itivo» son mación al estudio de la RELIGIÓN primi
siempre, en cierto sentido, esencias hu tiva, ambos autores estuvieron influidos
manas. El significado relevante no tiene por sus propios estudios religiosos, donde
nada que ver con lo rudimentario y re la fenomenología había sido una impor
trasado, sino que .trata más bien de qué tante línea de pensamiento (Otto, 1925;
es primero y fundamental, antecedente Leeuw, 195S),
que no es cronológico sino continuamen En cualquier caso, tanto Divinity and ex~
te presente (Leenhardt, 1975; Agamben, perience como Do hamo buscan entender
1995). Lo «primitivo» —desde lo ceremo la religión de los dinka y los canacos, res
nial y vinculado al parentesco hasta lo pectivamente, dejando radicalmente apar
que atañe a la razón y al mito—son bus te la actitud natural del pensamiento occi
cados por los antropólogos como aquello dental en favor de una consciencia no dua
que indefectiblemente hace humanos a lista y empírica del mundo. Y mientras
los humanos, incluso si ya ha dejado de que el rico ejercicio fenomenológico de
pensarse que estos fenómenos puedan Lienhardt es frenado por su adhesión a
captarse en los términos absolutos del una interpretación tropológica, el estudio
naturalismo ontológico. de su homónimo francés describe el mun
La identidad clara entre antropología y do no dualista canaco como aprehensión
fenomenología ha sido puesta de mani exhaustiva y —revelando cuán radical pue
fiesto en las relativamente pocas mono de ser la fenomenología—otorga genuina
grafías antropológicas donde predomina credibilidad a ese mundo precientífico.
un enfoque genuinamente fenomenoló- Sea cual sea la posición de la fenomeno
gico. En este sentido, D ivinity and expe- logía o de la antropología como conjun
tos de doctrinas teóricas, cada disciplina nómicas antes de trasladarse a Inglaterra
destaca peculiarmente como modo de en 1924 para doctorarse en esta discipli
pensar crítico que progresa aplicado a sí na. En la London School o f Economics
mismo: una y otra proceden suspendien trabó conocimiento con Bronislawa Mali-
do deliberadamente sus propias presun nowski y desplazó su interés hacia la an
ciones. Ambas son, pues, singularmente tropología, aunque sus conocimientos de
revolucionarias, y por esta razón crucial, Economía fueron siempre perceptibles
su afinidad es profunda. TMSE en toda su obra. Se doctoró en 1927 con
Otras lecturas Binswangex, 1963; Bru- una tesis sobre la economía maorí. Ex
zina, 1970; Lyotard, 1991; Natanson, ceptuando una corta estancia en Austra
1973; Schutz, 1962-1966, 1967; Spiegel- lia, impartió siempre clases en la LSE
berg, 1960; Zaner, 1977. durante el resto de su carrera, ocupando
la cátedra de Malinowski en 1944 y reti
fertilidad Véase RITUS Y CULTOS DE rándose en 1968. Durante este tiempo
FERTILIDAD. fue el principal impulsor de los estudios
de antropología en la LSE y contribuyó
festivales Víase r i t u a l . notablemente en la educación de una
distinguida cohorte de estudiantes, entre
fetiche Es un objeto imbuido de po ellos Edmund LEACH, s u sucesor en la cá
tencia ritual, a menudo envuelto en ta tedra. Fue ennoblecido en 1975,
búes y que confiere beneficios materia Los intereses etnográficos y teóricos de
les a su poseedor. MR Firth son enormemente vastos. Es difícil
encontrar algún tema que no tratara. Pu
feudalismo Véase c o lo n ia lis m o , e v o blicó monografías sobre trabajos de cam
lu c ió n . po realizados entre los maoríes de Nueva
Zelanda (1929), los tikopia de las islas
filiación Proceso por el que los indi Salomón (1936, 1940, 1967, 1970), pesca
viduos son socialmente asignados a sus dores malayos (1946) y urbanitas londi
padres. Establece vínculos paterno-filia- nenses (1956c; Firth etah, 1970). Su PVe
íes y los derechos legales relevantes ba the Tikopia (1936), obra de gran exten
sados en esta relación. MR sión (más de 600 páginas) y carácter dis
cursivo, no tardó en convertirse en un
filiación complementaria Pro clásico, aunque son muchos más hoy los
ceso por el que los hijos de un sistema de que citan el libro que los que realmente
descendencia unilineal se vinculan con el lo han leído* Ejemplo de FUNCIONALISMO,
padre ajeno a su estirpe y a los familiares señalaba cuántos aspectos de la vida esta
de éste. Así, en un sistema matriiineal, la ban interrelacionados, aunque prestó po
filiación complementaria implica la crea ca atención a cómo y por qué. El mismo
ción de nexos de afecto y obligación en Firth reconoció que este defecto estruc
tre el hijo y su padre y familiares de éste; tural representaba un problema y volvió
en un sistema matriiineal, con los fami a su interés por la economía para corregir
liares de la madre, en particular con el en sus obras siguientes.
hermano de ésta. MR Firth fue uno de los fundadores de la AN
TROPOLOGÍA ECONÓMICA, en cuyo seno
Firth, sir Raymond William demostró un gran interés en cuestiones
(1 9 0 1 - 1 9 ? ? ) Raymond Firth nació en de elección individual, estructura de las
Auckland, Nueva Zelanda. Estudio Eco instituciones económicas y organización
de los asuntos pertinentes. Así, su obra mático probado o lógico). La voz fue
sobre RELIGIÓN y SACRIFICIO trató prefe acuñada en 1846 por el anticuario britá
rentemente los aspectos prácticos de los nico William John Thoms en sustitución
sistemas de creencias, explicando su fun de «antigüedades populares» y era el
cionalidad y racionalidad en términos equivalente inglés de la voz alemana
económicos. Su opinión de que las creen Volkskunde en uso desde 1787. El térmi
cias culturales estructuraban la vida eco no «folclore» se ha incorporado a mu
nómica ejerció gran influencia en Karl chas lenguas para designar bien ese cau
Polanyi (véase DEBATE FORMALISTA-SUS- dal de materiales culturales, bien la dis
t a n t i v i s t a ). ciplina dedicada a su documentación y,
Gran defensor del funcionalismo de Ma- en general, se entiende que la folclorísti-
linovski, Firth (1956a, 1957) intentó ca atiende tanto a la disciplina como a
proporcionarle un sólido marco teórico sus métodos y teorías, en contraposición
que acogiera y explicara el CAMBIO SO con los materiales que los informan.
CIAL, Sus obras más conocidas en esta lí- Los usos actuales de la v 02 suscitan dos
nea se centraron en la ORGANIZACIÓN SO imágenes contrapuestas: las huellas de
CIAL, que, argumentó, debía distinguirse un pasado idealizado, estéticamente sa
de la estructura social (Firth, 1951b, tisfactorio y políticam ente sereno frente
1964). La segunda fijaba las reglas del a los restos de un premodernismo irra
juego, dijo; la primera, el comporta cional y supersticioso. Especialmente en
miento real de los actores. Su nuevo es la Alemania de los siglos X V III y XIX,
tudio de los tikopia después de un DESAS aunque también en otros escenarios, el
TRE NATURAL constituyó una lección par nacionalismo romántico u otros naciona
ticularmente expresiva sobre la gran, lismos étnicos y lingüísticos (incluso
flexibilidad que encierran las estructu poscoloniales) han sido piedra de toque a
ras sociales aparentemente fijas (Firth, la hora de conceptualizar e instituciona
1959) y defendió este enfoque en la an lizar este campo. De hecho, el desarrollo
tropología social británica frente a los original de Volk (pueblo) y Volkskunde
ataques de los antropólogos culturales (folclore) puede entenderse en parte co
norteamericanos, que lo juzgaron excesi mo la respuesta nacionalista alemana al
vamente sociológico (Firth, 1951a-véase legado de la Francia napoleónica con su
también ANTROPOLOGÍA CULTURAL Y SO filosofía de la Ilustración y del expansio
C IAL). Tras su retiro desempeñó un im nismo imperial (Cocchiara, 1981).
portante papel en la arminización de Identificando y tratando de instituciona
ambas tradiciones en el curso de las visi lizar rasgos humanos basados en la len
tas que realizó a América del Norte en gua y la historia comunes (en especial la
calidad de profesor invitado. TB identidad étnica o racial basada en la
lengua), ese nacionalismo romántico pre
folclore Del ixy^ésfolklore. Conjunto sentaba una contrapropuesta al progra
de materiales culturales atribuidos a so ma de la Ilustración del X IX fundamenta
ciedades premodernas y analfabetas o do en el racionalismo objetivo y pragmá
campesinas, aislados y preservados oral tico. Para los nacionalistas románticos, la
mente o en canales de comunicación no comunidad popular se convirtió en reser
institucionales y tradicionales (transmi va de una lengua vernacular y de un su
tidos y cuya autoridad depende prima puesto caudal de conocimietos o creen
riamente de que hayan persistido en el cias indígenas compartidos, a menudo
tiempo más que de su contenido prag poéticos, imaginativos o espirituales en
su contenido y generalmente transmiti particularmente destructivo para la mo
dos cara a cara por los miembros de la co ralidad de la clase trabajadora. Así, el te
munidad (sin que mediara la imprenta ma del nacionalismo étnico, aunque pre
ni fueran generados o propagados por sente en otros estudios del folclore del
impersonales instituciones). Reino Unido (especialmente en Irlanda,
Estas características fueron tomadas po Gales y Escocia), fue menos prominente
sitivamente como base psicológica e ideo en la propia Inglaterra, donde fue susti
lógica para una identidad nacional tuido por una crítica nostálgica de la in^
emergente. Asi, Johann Gottfried von dustrialización y la modernización.
Herder, quien reunió y publicó cancio El estudio del folclore en Inglaterra
nes populares en lengua alemana a fina adoptó una posición intelectual contra
les del siglo XIX, y los hemanos Grimm, ria al FUNCIONALISMO británico de princi
con sus colecciones decimonónicas de pios del siglo XX, teoría antropológica
cuentos populares (ikTarcheri) y leyendas, que destacaba el estudio sincrónico de
siguieron una política de selección desti los sistemas sociales considerados estruc
nada a suministrar una base cultural turalmente coherentes y, al mismo tiem
tanto en pro de una conciencia nacional po, «funcionales». Los funcionalistas re
común como para educar apropiada chazaron el estudio históricamente re
mente a los niños imbuyéndoles una éti constructivo y orientado hacia el pasado
ca y lealtad para con una nación-estado en torno a «sobrevivientes culturales»
alemana politicamente aún por realizar. amenazados, suponiendo que cuando es
En los estudios folclóricos europeos ha tos materiales culturales perdían utili
privado hasta hace poco el interés por dad para mantener a una comunidad (fí
cartografiar las modalidades regionales, sica, social o ideológicamente) desapare
nacionales e internacionales. Esta escue cían sin más. Pero si las propiedades
la histórico-geográfica se centró en la culturales encontraban uso, habría que
identificación y comparación a nivel considerarlas funcionales, y era tarea del
mundial de formas de expresión cultural investigador el descubrir cómo opera
características de comunidades, regio ban. La teoría implicaba un modelo uti
nes, grupos lingüísticos o naciones. El litario, modernista e inspirado por la
mejor ejemplo de esta dedicación se en Ilustración en lo que se refiere al cambio
cuentra en la obra de Antti Aarne The social como adaptación que produce
types o f the folktale (1928). A su vez, la «instantáneas» sincrónicas de las comu
mitología indoeuropea comparada del nidades. El estudio del folclore, por otra
siglo XX de Georges Dumézil (1981) parte, se inclinaba por una investigación
comparte con la obra mencionada hon «salvaje» de los materiales culturales, a
das raíces en la filología comparada y en menudo fragmentarios y en peligro de
la lingüística histórica, pero no se consi extinción. Los folcloristas no suponían
dera que forme parte de la folclorística que esta fragmentación implicara inuti
histórico- ge ográfica. lidad, en especial en vista de la impor
El desarrollo de los estudios del folclore tancia estética o ética de su material, y
en la Inglaterra del siglo XIX contraponía sostuvieron que el cambio es con fre
una base cultural premoderna, apenas cuencia producto de influencias externas
sobreviviente en las comunidades rura agresivamente intrusivas y destructoras,
les, a un urbanismo industrial deshuma- más que prueba de adaptación indígena.
nizador y desmoralizante, considerado Sin embargo, si la antropología funcio
por algunos intelectuales Victorianos nal adquirió especial impulso bajo los re
gímenes coloniales (documentándose los intelectual, muchas definiciones de «fo l
costumbrismos para una mejor integra clore» se limitaban a enumerar listas de
ción de las comunidades locales en las tipos de material: actitudes, creencias y
estructuras legales y administrativas co valores no institucionalizados de antes
loniales), en la era POSCOLONIa L ha sido de la Ilustración, tecnologías indígenas
auspiciada por los nuevos estados, re preindustriales y productos y géneros de
sueltos a promocional la identidad na arte verbal como la épica oral, los cuen
cional (por ejemplo, como hacen la Co tos populares, las leyendas, las canciones,
misión Folclórica Irlandesa o la Acade los proverbios, los acertijos y, más tarde,
mia B angla en Bangladesh). los sermones y la narración de experien
Mientras que el modelo folclorista inglés cias personales. Por otra parte, las homi
(y norteamericano) no era explícitamen lías enseñadas en los seminarios, las no
te antipragmática, una tendencia en su velas, o el primer libro del Génesis (a di
relación antagonista con el modernismo ferencia de la creencia en las hadas) se
pragmático fue su enfoque en las pro consideraban al margen de la folclorísti-
ducciones estéticas y expresivas (en es ca y, por tanto, excluidos de estudio.
pecial textos verbales, pero también el Tras varias décadas de minusvaloracíón
saber costumbrista y ritual) más que en de las cuesion.es pragmáticas en los estu
la producción material-cultural. Un im dios folclorísticos norteamericanos a favor
portante producto del reexamen estético de los temas verbales, hacia 1960 se intro
de textos originalmente orales o halla dujo en Estados Unidos el término «vida
dos en representación oral en contextos folclórica» ifolklifé) para poner de relieve
sociales particulares, como en la muy de no sólo las artes verbales, el costumbris
batida «teoría de fórmulas orales» de la mo y los rituales, sino también un mar
composición del verso épico desarrollada gen más amplio de producción material-
por M il reían Parry y Albert Lord (Lord, cultural. En Europa, el saber popular
1960; Finnegan, 1977; J. Foley, 1990), ( Volkskunde) no entrañó marginación al
fue la percepción de los modos analfabe guna de los estudios de la cultura mate-
tos de producción textual. Entre princi rial: el modo de fabricar pan o tejidos de
pios y mediados del siglo XX aparecieron una comunidad eran tan importantes co
líneas muy diferentes de análisis textual. mo la narrativa popular. La adopción del
El ESTRUCTURALISMO (Lévi-Strauss, término «vida folclórica» por los norte-
1963a, 1969-1981, 1995; Bremond, 1973; americanos, influidos por los europeos
Greimas, 1983), el formalismo (Propp, (Dorson, 1972), reavivó el interés en
1958) y más recientemente la etnopoéti cuestiones no exclusivamente centradas
ca (Hymes, 1981; Tedlock, 1983; véase en los textos y más orientadas hacia enfo
p o e s ía ) han aportado diferentes enfo ques sistémicos y fenomenológicos del es
ques del significado y forma de los textos tudio de las creencias. La lista de formas o
verbales. También la cultura material procesos documentados seguía siendo su
fue explorada con óptica estructuralista mamente variada, al hilo del interés par
por Glassie (1975). ticular de cada investigador, y prosiguie
Así, el folclore y su campo de referencia ron los debates acerca de la «autentici
varían con cada historia comunal o na dad» de las diferentes producciones
cional en que se insertan e inciden en las culturales (entendiéndose por «autentici
diversas tendencias teóricas en lingüisti dad» un concepto clave en la valoración
ca y psicología, entre otras disciplinas. por parte de los folcloristas de la historia
Antes de la era actual de historiografía intelectual e ideológica de aquéllas).
Sin embargo, siempre ha. habido y sigue re ») (1971) a las producciones culturales
habiendo aspectos comunes del campo de que citaban (o pretendían asimilarse a)
estudio en todas sus variaciones, como el formas preindustriales, vernaculares de
carácter en peligro de extinción de mu base local que se presentaban ante una
chos objetos de estudio. Naturalmente, audiencia popular externa y postindus
las culturas memorísticas van perdiendo trial (por ejemplo, el a la sazón boyante
a sus generaciones más viejas, las reser Folksong Revivaí), Entretanto, los estu
vas de información más profundas. Pero diosos europeos, con gran eco en Estados
el folclore ha sido y es percibido como Unidos, reconocían determinados proce
cultura de comunidades marginales, sos como «cultura popular» en el seno de
amenazadas o en pugna por sobrevivir: la sociedad urbana postindustrial (Bau-
sistemas al borde de la obliteración. Des singer, 1990). Esta crítica entrañaba el
de su comienzo, este campo ha dejado eventual reconocimiento de que la cul
claramente explícito su compromiso con tura ilustrada o literaria no excluía ne
la defensa de la cultura; no con su estudio cesariamente ni marginaba a los proce
desde una posición neutral, sino con el sos orales, al tiempo que señalaba que al
ánimo de preservar determinados mate gunas prácticas de escritura debían
riales culturales ante los efectos corrosi entenderse como muestras del quehacer
vos del «cambio social», la «moderniza popular; desde los graffiti a las xerogra
ción» u «occidentalización», el «capitalis fías y la narrativa electrónicamente di
mo», el «consumismo», el «imperialismo vulgada a todo el mundo, poniendo así
cultural» etc. de nuevo sobre el tapete el gran tema de
Se ha discutido mucho acerca de las for las etnografías documentales (Finnegan,
mas apropiadas de esta defensa. Los con 1988). Más recientemente, el reconoci
servacionistas han ido alternando su in miento de la existencia de procesos «de
terés por las «gentes» y por su «produc creatividad popular» en las comunica
ción cultural» y preguntándose si la ciones electrónicas interactivas resta va
preservación del conocimiento es más lidez al criterio de relación «cara a cara»
importante que (o posible sin) la protec como marchamo de pertenencia a un
ción de las comunidades o poblaciones. grupo folclórico; de ahí su presencia ca
De manera similar, son diferentes los da vez mayor en Internet.
conjuntos de relaciones entre los miem En Estados Unidos, el movimiento de
bros de una comunidad cultural que ge derechos civiles y el feminismo señala
neran y perpetúan el saber local y aque ron procesos de marginación y conserva
llos que social o pragmáticamente lo re ción cultural distintos de los tecnológi
presentan. Una variante conservadora cos o agrourbaños. Los folcloristas norte
fue encabezada en Estados Unidos a par americanos, tanto académicos como
tir de la década de 1960 por Richard «aplicados» (a la defensa de la cultura
Dorson, director del Instituto del Folclo popular) destacaron que el folclore, co
re de la Universidad de Indiana, enten mo saber, valores, creeencias y prácticas,
diéndose folclore (la disciplina) como deriva de las comunidades y es al propio
documentación y análisis exclusivamen tiempo agente de su constitución. La in
te académicos, no como activismo social fluyente definición de Alan Dunde
promotor de producciones culturales al (1966a) estipulaba que; «E l término
margen de la academia ni como protec “pueblo” puede aplicarse a cualquier co
ción directa de grupos sociales. Dorson lectivo cuyos miembros comparten al
aplicó el término «falsoclore» («fakelo- menos un factor común. No importa
cuál sea este factor de vinculación ,.. el tras de diferentes regiones y grupos étni
grupo constituido por la razón que sea cos y profesionales en el Capitol Malí de
poseerá ciertas tradiciones que llama Washington (Regina Bendix, 19SS; Kirs-
propias». Así, los grupos «populares» y chenblatt-Gim blett, 1988).
su «cultura» compartida se dan en todos Ya en tiempos más próximos, la atención
los planos de la sociedad: grupos profe en los estudios pragmáticos (Baumann,
sionales y aquellos clasificados por géne 1977; Baumann y Briggs, 1990), promi
ro o edad (por ejemplo, niños de edades nente en la folclorística norteamericana
diferentes: sus manifestaciones comunes desde finales de la década de 1960, se ha
y compartidas constituyen su «grupo de desviado ahora al examen de cómo tras
edad» como lo percibimos los demás), cienden las formulaciones culturales los
cohortes históricas (supervivientes del actos individuales; así, «tradicional» co
Holocausto), asociaciones de voluntarios, mo indicativo de la «autenticidad» de
y enclaves locales, étnicos, raciales y de una práctica o texto se estudia actual-
clase. Este quiebro cuestionaba la impor mente como «tradicionalización» o pro
tancia, si no la existencia objetiva, de ceso mediante ei cual aspectos del pasa
«géneros» analíticos extrínsecamente do se evocan como importantes y señeros
definidos, a favor de una mayor atención con relevancia general para los estudios
a los géneros o categorías de producción históricos. La idea de contexto ha venido
cultural según los perciben sus practi a designar no un conjunto previo de con
cantes. Un aspecto de este desplazamien diciones en que se dio una actuación o
to desde los artefactos a los eventos y comunicación particular, sino como las
procesos fue destacar los aspectos cons formas en que los participantes de actos
cientes, reflexivos y críticos de los actos de comunicación negocian, y por tanto
de comunicación. La documentación pa crean, esto es, que entienden marco y
só de los textos y objetos a las formas de continuidad relevante como aspectos de
interacción social, los eventos y procesos la naturaleza del propio evento. Más allá
de realización, la cultura popular com de la catalogación textos como objetos
partida (con la mira puesta en su signifi autónomos, la «introtextualización» ad
cado e importancia en la interpretación quiere renovado interés: cómo formula
interna de los participantes) y en cómo ciones específicas (verbales, materiales o
estas interacciones crean y mantienen a acciones «según guión» del ritual o la
los grupos sociales estableciendo la dis costumbre) se transportan y se identifi
tinción entre «propios» y «ajenos». Aun can de un evento a otro. El interés ya no
que los procesos de consenso grupal si- reside sólo en la comparación taxonómi
guen viéndose como interés central, el ca, sino en la conciencia que los partici
debate, la diferencia y la pertenencia pantes tienen de los rasgos taxonómicos
múltiple o ambigua a determinados gru como uno de los aspectos del fenómeno
pos tienen un papel directo y relevan de la textualidad, la persistencia y muta
te. Los movimientos de defensa cultural bilidad de las formas culturales y sus sig
airean cuestiones de identidad cultural nificados consensuados a lo largo del
en las presentaciones de grupos en los tiempo y en diferentes contextos prag
festivales folclóricos locales que ofrecen máticos. Temas como el conflicto, la
producciones culturales de origen étnico marginación, la colonización, la subver
o regional, en museos de patrimonio cul sión y la representación ocupan un lugar
tural, etc. En Estados Unidos, el Natio destacado en el debate actual (C, Briggs
nal Folk Festival alberga cada año mues y Shuman, 1993; Radner, 1993). El am
bicioso objetivo no es sino el examen si la aparición se da en el mismo medio,
efectivo de cómo se confiere sentido a la como en el caso de [p ]/ [b ] en cu [p] fren
interacción de la creatividad individual te a cufb] ?«par mínimo». LB
con las expectativas sociales y culturales, Véase también FONOLOGÍA.
las formas del saber transmitido y la im
portancia de éste. MM fonología Rama de la LINGÜÍSTICA
Otras lecturas Baumann, 1992; Ben- que trata de la organización de los soni
Amos, 1976; Briggs, 1993; Handler y dos en las lenguas naturales. La teoría
Linnekin, 1984; S, Hollis etaL, 1993; L i contemporánea presenta representación
món y Young, 1986; Paredes y Bauman, nes fonológicas como la de la figura 1T
1972; Toelken, 1979. relativa a la palabra inglesa victim. Estas
representaciones tienen por objeto ex
fonemas Unidades básicas de la es presar la organización temporal de la ac
tructura de sonido en el inventario sub tividad articulatoria. Los «segmentos»
yacente de un lenguaje específico. Por de la figura 1 no son sino la notación ta
ejemplo, la p aspirada y no aspirada de quigráfica de haces de gestos articulato
[phjin (pin) y s[p]in (spin) constituye dos rios contemporáneos representados por
sonidos, pero no fonemas, distintos (en los «rasgos distintivos». Estos segmentos
inglés). Más bien se revelan como va son registrados en una «plantilla CV
riantes contextúales o «alófonos» de un [consonante-vocal]» que define el marco
único fonema subyacente /p/. Una posi temporal básico donde se alternan con
ción fonémica independiente se establece sonantes y vocales (las dos clases princi
que ocasione una escasez de alimentos (Brasil) se sirvió de ella en gran escala.
puede provocar situaciones de pobreza En 1968, Harris publicó su obra más eru
de recursos que propicien un escenario dita hasta la fecha, The rise ofanthropo-
de miseria alimentaria y privación indi logical theory, una historia de la teoría
vidual de orden crónico. En cambio, allí antropológica en setecientas cincuenta
donde los MERCADOS y la ayuda alimen páginas desde 1750 hasta el presente. En
taria están penetrando en lo que habían esta obra fija los principios básicos del
sido sistemas alimentarios relativamen materialismo cultural y describe sus orí
te aislados, la gente puede estar sustitu genes. Discute asimismo otras teorías an
yendo una escasez periódica de alimen tropológicas y las valora en función de su
tos por una miseria alimentaria crónica alejamiento de la perspectiva materialis
(Messer, i 989b). EM ta. El libro fue aplaudido y criticado a la
Otras lecturas Downs et aL, 1991; G. vez, en este caso por partidarios de las
Harrison, 1988; Newman, 1990, opiniones atacadas por Harris.
Harris escribió también extensamente materialism- the strugglefor a Science o f
para audiencias no profesionales. Se le culture, donde establecía los principios
conoce sobre todo por Culture> people, básicos del materialismo con más exten
nature (1997), un texto de antropología sión que nunca. El libro criticaba, con
general publicado por vez primera en suma severidad en muchos casos, los pa
1971, que ha conocido ya siete ediciones radigmas de la teoría antropológica al
y muy amplio uso. Proporciona una ex uso. En una obra breve (1981) Harris
celente introducción al pensamiento aplicó el materialismo cultural a la ex
materialista cultural aplicándolo a una plicación de los cambios más importan
gran variedad de fenómenos sociales y tes en la sociedad estadounidense desde
culturales. En 1974 publicó Cows, pigs, el Final de la segunda guerra mundial;
wars, and witches: the riddles o f culture, en otra trató de explicar el crecimiento
. basado en una serie de ensayos de apari de la población mundial en todo el mun
ción regular en la Natural History M a- do y a lo largo de la historia (Harris y
gazine. En esta obra buscaba explicar los Ross, 1987a).
llamados enigmas culturales, como la Harris ha dejado de prodigarse tanto co
santificación hindú de la vaca y la prohi mo autor en los últimos años, pero inclu
bición de consumirla, o la abominación so si ya no publicara más, su producción
judía y musulmana del cerdo, demos intelectual ha sido prodigiosa y de enor
trando que se trataba de sensatas ADAP me importancia, Su influencia intelec
TACIONES a las condiciones prácticas de la tual ha sido muy grande y no lo es me
vida que la gente debía afrontar en luga nos la deuda contraída con él por la an
res y tiempos diferentes, A ésta siguió tropología moderna. SS
sin demora Cannibalísm and kings: the Véase también CLASIFICACIÓN, ANTROPO
origin o f cultures (1977), donde Harris LOGÍA ECOLÓGICA, ANTROPOLOGÍA ECONÓ
planteó un modelo teórico de EVOLUCIÓN MICA, MATERIALISMO-
social que aplicó a los últimos diez mil
años de la prehistoria e historia de la hu hechicería Término ya establecido
manidad. En el modelo orientado hacia tempranamente en la antropología so
el crecimiento poblacional, la depleción cial británica para distinguir las prácti
ecológica y el cambio tecnológico, las cas mágicas con ministros reales de
fuerzas impulsoras de la historia son res aquellas con actores mágicos cuya exis
ponsables no sólo de la evolución de los tencia era sólo putativa y denominados a
sistemas económicos, sino de todas las menudo como «brujos». Quienes articu
características principales de la sociedad laron su intención de operar con la M A
humana. En 1985 publicó Good to. eaí GIA y poseían al efecto adiestramiento y
riddles o ffood and culture, una de sus medios pertinentes se conocían como
obras más populares, en la que explicaba «hechiceros» o, a veces, como «médicos
los TABÚES ALIMENTARIOS y los modelos brujos». Pero el término «encantamien
de DIETA en todo el mundo conforme a to» o «hechizo» comparte con «BRUJERÍA:
los principios del materialismo cultural, ■ la malevolente asociación con el mal
que Harris desarrolló en las décadas de más que con la sanación o protección.
1950 y 1960, aunque fue en las de 1970 y Pero, al igual que ocurre en la guerra,
1980 cuando escribió los tratados más pocos practicantes admiten ser agreso
importantes al respecto, aplicando esta res; más bien dicen actuar en defensa
perspectiva a fenómenos culturales par propia o para proteger a otros, ya libran
ticulares. En 1979 vio la luz Cultural do de «m al ojo» a las víctimas, ya ven-
jándolas por un ataque anterior (Favret- Esta hermandad no implica en modo al
Saada, 1980). guno a la biológica. Algunos de los que
Una. de las etnografías de la brujería más la practican la consideran de más impor
conocidas es la de Stoller y Olkes (1987), tancia y creadora de responsabilidades
In sorcery’s shadow, donde deliberada recíprocas más rigurosas. Por lo común,
mente se omite el rechazo del poder má los hermanos de sangre se refieren los
gico. Stoller fue aprendiz de un brujo unos a los otros en términos de absoluta
songhay en el Niger que le ilustró acerca igualdad, caso que no se da entre los her
de cómo y cuándo entonar cantos apropia manos biológicos en muchas de estas so
dos al uso correcto de artículos de magia. ciedades (véase Evans-Pritchard, 1933,
Con enorme sorpresa descubrió que la pp. 398 y ss.). Mientras que la fraterni
magia parecía funcionar de verdad. De dad por sustancia compartida se entien
sestimando ios enfoques convencionales de las más de las veces como factor de
para el estudio de la magia y lo sobrenatu suplemento del PARENTESCO, en algunas
ral, el libro se consideró POSMODERNO e in partes se solapa y refuerza a este paren
sólito por su resolución de experimentar tesco «real». La hermandad de sangre
otros sistemas de creencias y su potencial entraña a veces una serie de prescripcio
validez, cuestión abierta desde data remo nes o de proscripciones relativas al des
ta y no sólo para la antropología, TL posamiento de un pariente próximo del
Otras lecturas Evans-Pritchard, 1937; hermano de sangre, y hay muchos luga
Fortune, 1932;Lieban, 1967. res, en India por ejemplo, donde los pro
pios esposos intercambian su sangre.
herencia Véases u ce sió n . Estas hermandades de sangre varían
considerablemente entre sí en lo que se
hermandad de sangre Represen refiere a la elección de intervinientes, a
ta un compromiso o acuerdo de confianza su carácter voluntario u obligatorio y a si
o cooperación entre dos o más personas el acto vincula únicamente a individuos
mediante el ritual del PACTO DE SANGRE o a grupos enteros. Los motivos de seme
que, entre otras cosas, puede implicar jantes vinculaciones pueden ser estable
actos físicos el restregamiento mutuo de cer la paz, ganarse aliados para la GUE
heridas o la ingestión de muestras de SAN RRA, proporcionar protección durante los
GRE de ambas partes (sola o mezclada viajes, consolidar la confianza mutua en
con alimentos o bebidas). «Hermandad tre partes contratantes etc. El intercam
de sustancias corpóreas» sería quizás un bio de sustancia corporal se reemplaza a
término más completo y de más alcance, veces por el SACRIFICIO de animales. Es
dado que estos convenios pueden impli tas sustancias sustitutivas son particular
car a mujeres o a ambos géneros en re mente frecuentes en los rituales de co
giones del este y oeste de Africa central munión cristianos, donde el pan y el vi
(Tegnaeus, 1952, p. 165, mapa) y que la no simbolizan explícitamente al cuerpo
sustancia intercambiada puede no ser y a la sangre. PS
necesariamente sangre. Documentada Véase también PARENTESCO FICTICIO.
en fuentes tan tempranas como Herodo-
to, en el siglo V a.C. entre los escitas, las herm andades Grupos sociales vo
hermandades de sangre son comunes, luntarios organizados por sus propios
pero no exclusivamente, en Africa y Ara miembros sobre la base de un interés
bia (véase Tegnaeus, 1952; Luise White, compartido. MR
1994).
Herskovits, Melvüle J. (1895- tructuras gramaticales africanas en uso
1963) Herskovits nació en Bellefontein, con el vocabulario inglés. Gran parte de
Ohio, el 10 de septiembre de 1895. Discí su trabajo en antropología física giró en
pulo de Franz BOAS, se doctoró por la Uni torno a la genética de la miscegenia y al
versidad. de Columbia. en 1925. Fue uno condicionamiento cultural en forma de
de los precursores del estudio de la cultu imágenes somáticas patrón, que en las po
ra africana y afroamericana y fue el pri blaciones afroamericanas asociaban pres
mer africanista profesional en el mundo tigio y color de piel. Su libro sobre las
académico norteamericano. Su tesis doc economías de las sociedades tradicionales,
toral, «E l complejo pecuario en Africa The economic Ufa of primitive peoples
oriental», surgió de sus primeros trabajos (1940), fue criticado por eludir la teoría
en áreas culturales africanas, de las que económica formal.
En etnopsicología, Herskovits formuló la
nombró nueve (Herskovits, 1926)- A ello
importante distinción entre SOCIALIZA
siguió un viaje de trabajo a Dahomey en
CIÓN y ACULTURACIÓN y vio a ésta como
1931, donde desarrolló plenamente toda
compuesta de dos fases sucesivas: un ni
la gama de sus intereses de madurez en
vel inconsciente adquirido durante la in
religión, arte y estética, así como en an
fancia y que contribuye a la estabilidad
tropología económica. A l propio tiempo
de una cultura, y un nivel consciente que
realizó vastos estudios paralelos sobre la
implica reacondicionamiento y cambio.
cultura africana en el Nuevo Mundo, tra
Este interés le llevó a considerar el papel
bajo que recogió en su obra The myth o f
de la EDUCACIÓN en la dinámica cultural.
the Negro past (1941), que hizo de la cul
Herskovits destacó la importancia de la
tura afroamericana tema reconocido en la
aculturación como proceso de CAMBIO CUL
investigación antropológica posterior. En
TURAL, criticando la impropiedad de los
ella define el universo de la ACULTURA
enfoques FUNCIONALISTAS desarrollados en
CIÓN de los africanos en Norteamérica: al
el estadio de culturas estables y relativa
gunos elementos permanecieron intactos,
mente aisladas para atender a las socieda
otros fueron reinterpretados en los nue
des no aisladas. Junto con Robert RED-
vos escenarios sociales, y algunos fueron FIELD y Ralph LlNTON, Herskovits fue uno
sintetizados con elementos de cultura no de los autores del influyente «Memorán
africana (por ejemplo, la adaptación reli dum for the study of acculturation» (Red-
giosa africana al protestantismo). Algu field etal., 1956) encargado por el Social
nos elementos africanos, como la música, Science Rsearch Council. Por último, de
los gustos y la preparación culinarios, la sempeñó un papel crucial en la definición
religión y la magia, fueron retenidos en de la doctrina del RELATIVISMO CULTURAL,
mayor grado, mientras que la tecnología en virtud del cual la cultura había de ser
y la vida económica quedaron en general evaluada a la luz del contexto cultural que
sumergidas en un mundo económico la generaba. Murió el 25 de febrero de
marcadamente diferente (aunque se 1963 en Evanston, Illinois, donde era pro
mantuvieron los hábitos de trabajo coo fesor de estudios africanos en la Universi
perativo). Relacionó la poliginia africana dad del Noroeste (Northwestern). TG
con el matrimonio plural caribeño e iden Véase también COMPLEJO PECUARIO, AN
tificó la vinculación yoruba de la religión TROPOLOGÍA ECONÓMICA, ANTROPOLOGÍA
afrocatólica, como en el caso del vudú PSICOLÓGICA.
haitiano. En sus estadios de los DIALECTOS Otras lecturas Simpson, 1975.
del pidgin destacó la persistencia de es
Hertz, Robert (1881-1915) N a El segundo ensayo, «T h e preeminence of
ció en 1881 y se educó en la École Ñor- the right hand» (La preeminencia de la
male Supérieure de París. Antes de la. mano derecha), apareció originalmente
primera guerra mundial ocupó breve en 1909 (Hertz, 1960b), Subtitulado *A
mente un puesto en la Ecole des Hautes study in religious polarity» (Estudio de
Etudes. Murió en 1915 en el que Marcel la polaridad religiosa), relaciona con
M auss describió amargamente como un otras la diada izquierda-derecha y llega a
«ataque inútil» contra nidos de ametra la conclusión lógica de que todas derivan
lladoras alemanes cerca de Marcheville. del básico contraste durkheñninao entre
Hoy se le recuerda principalmente por lo sagrado y lo profano, Pero la originali
sólo dos largos ensayos que ejemplifican, dad del ensayo se encuentra en otra par
te. Hertz se preguntó si el uso de una u
lo mejor de la escuela de la Année socio-
otra mano es un fenómeno biológico o
logique, es decir, de los discípulos de
cultural* y respondió que de ambas cla
Émile D u r k h e im , que tanto publicó en
ses, En ausencia de una base biológica,
esta revista. Menos doctrinario que su
¿por qué, prácticamente en todo el mun-
maestro, sus ideas prefiguraron no pocos
do, se prefiere casi invariablemente a la
desarrollos en la antropología moderna.
mano diestra? Pero ¿cómo puede una le
D e no haber muerto tan joven podría ha
ve predisposición física explicar la fan
ber llegado a ser una de las figuras más
tástica elaboración de un simbolismo
importantes en este campo.
dualista que afecta a la lateralidad, en al
Sus ensayos llegaron al público ingés y
gunos casos con referencia todas los seres
norteamericano gracias al proyecto de
vivos, y aun al cosmos? El tratamiento
traducción iniciado en Oxford por E.E.
hertziano del eterno problema naturale
E v a n s - P r i t c h a r d . Rondey y Claudia
za-nutrición es más útil que la mayoría
Needham realizaron las traducciones,
de las diatribas materialistas o idealistas
luego publicadas conjuntamene con el aparecidas en las últimas décadas,
título Deah and the right hand (1960a, Hertz escribió otros ensayos no muy co
b). El volumen fue muy oportuno y con nocidos: estudios sobre el culto a Saint
tribuyó a renovar el interés por el simbo Besse en una población alpina en 1913, y
lismo en la década de 1960. sobre relatos de soldados franceses en el
El primer ensayo, « A contribution to the frente en 1915. Con ellos demostró la
study of the collective representation of necesidad de atender al trabajo de cam
death» (Aportación a la representación po de primera mano. De haber vivido,
colectiva de la muerte) se publicó origi los antropólogos franceses lo habrían he
nalmente en 1907 (Hertz, 1960a). Se cen cho una generación antes. Preparaba un
tra en una sorprendente variedad de ritos exhaustivo estudio sobre el pecado y la
de MUERTE, los que implican un segundo expiación en las sociedades primitivas,
tratamiento del cadáver, pero el alcance es del que sólo llegó a publicarse la intro
general. Una vez traducido fueron los as ducción en 1922. PM
pectos sociológicos de la argumentación Véase HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA.
los primeros en debatirse! los relacionados
con la posición del fallecido y la escala de hidráulicas Véase SISTEMAS Y SOCIE
los ritos. Pero, en última instancia, fue su DADES HIDRÁULICAS.
análisis del significado de los ritos en
cuanto a la percepción de los vivos y los h i p e r g a m i a Práctica de las mujeres
muertos lo que suscitó el máximo interés. para «ascender» en posición social por
medio del matrimonio. En los sistemas les de género (¿£, ella), marcadores jerár
de IiNTER.CA.MBIO MATRIMONIAL, la prácti quicos como hermano mayor¡menor o
ca designa a los donantes de esposa como para la segunda persona tú/usted, como
de condición inferior a la de los recepto también si una lengua posee palabras
res de ésta. Y ello puede ser tan específi genéricas o específicas para definir va
co como la cesión de mujeres a modo de riedades de cosas como nieve, plantas,
tributo a superiores políticos o tan vago coches, etc.
como el sentido general de que es más Como a menudo han señalado los críti
aceptable para las mujeres que para los cos, ni en los escritos de Benjamín
hombres el desposarse para acceder a un Whorf (1956) ni en los de Edward SAPIR
nivel social superior. MR (1949) se ha dicho explícitamente que
Véase también SISTEMAS DE ALIANZA, HI- este supuesto fuera una hipótesis en sen
POGAMIA. tido formal, sino que se presentaba como
ayuda para comprender la relación entre
h i p o g a m i a Práctica de las mujeres LENGUA y CULTURA, Sin embargo, acaso
que «descienden» en posición social por por su propia sencillez, se ha extendido
medio del matrimonio. En los sistemas en la cultura popular. El manido ejem
de INTERCAMBIO M ATRIM ONIAL, la prác plo de los esquimales que definen mu
tica designa a los donantes de esposa chas más tipos de nieve que otros pue
como de condición superior a la de los blos ha adquirido categoría legendaria
receptores de ésta. La lógica cultural en la antropología: de gran aceptación
aquí se basa en que las mujeres son da aunque, al parecer, con escasa consisten
das en matrimonio como regalo a los cia. Los lingüistas casi siempre han re
dependientes más que como tributo a chazado el nexo directo entre lengua y
los superiores. Suele darse más bien en cultura al reparar en que las gentes crean
SISTEMAS DE A LIA N ZA asimétricos y me o toman, prestadas nuevas voces a medi
nos que la hipergamia en las sociedades da que las necesitan y que los conceptos
con estado. Sin embargo, los matrimo son perfectamente trasladables de una
nios hipógamos donde el hombre avan lengua a otra. Pero en la mente popular
za en posición social, como en el caso «eres lo que hablas» y, en consecuencia,
del hombre que «se casa con la hija del si puedes cambiar tus modelos de habla,
jefe», son suficientemente comunes pa no habrás de poder hacer menos con tus
ra haber generado sus propios estereo creencias. Así, el uso de pronombres sin
tipos. MR gulares, por ejemplo, ha resultado ser en
ocasiones un campo de minas para mu
hipótesis de W horf (o de Sa- chos escritores de todos los géneros lite
pir-Whorf) Según la hipótesis whor- rarios (aunque la ausencia de pronom
fiana, las formas estructurales del len bres genéricos en persa, lengua indo-
guaje más extendidas ponían de mani eruopea, no haya mejorado mucho la
fiesto que «e l mundo real es en gran condición de las mujeres en la República
medida inconscientemente construido Islámica de Irán). Tampoco iniciativas
por los hábitos lingüísticos del grupo» similares de eliminar los términos de je
(E. Sapir, 1929a). De modo que lenguas rarquía social durante la revolución
diferentes producirían «VISIONES DEL francesa y la revolución cultural de Mao
M U NDO» asimismo diferentes. Entre los en China lograron transformar perma
ejemplos clásicos se cuentan formas gra nentemente las sociedades respectivas.
maticales como los pronombres persona TE
Véase también LINGÜÍSTICA.. Estas reservas no invalidan la importan
Otras lecturas H ill y MarmheLm, 1992. cia del material historiográfico vital, que
puede ser muy ilustrativo cuando se in
historia de vida Es el estudio bio terpreta de formas sensibles a los indivi
gráfico de un individuo. Edwaid S a p ir duos y a su existencia cultural. Aunque
(1958) observó hace tiempo que el cons- nna historia de vida sin corroboración no
tructo que los antropólogos llaman CUL puede aceptarse sin reservas como trans
TURA con frecuencia no hace justicia a la cripción literal de acontecimientos, pue
experiencia que tienen las gentes de su de revelar un mundo personal de signifi
vida cultural. La historia de vida ofrece cados que entonces cabe ubicar en un
una forma de relacionar a la población contexto cultural.
actual con la cultura, mostrando cómo se Lo que cuenta como historia personal o
fundamenta en ésta la vida de las gentes significado de vida varía en función de
a la vez que la de éstas, sus experiencias las culturas, así como los medios usados
y acciones, modulan aquélla. En el caso para expresar estas vivencias y significa
óptimo, los relatos biográficos y' autobio dos personales. Así, un investigador que
gráficos presentan el punto de vista indi registre Un relato de vida debe ser sensi
vidual en su versión más íntima y con ble al modo en que elementos de la cul
creta. tura, como símbolos, conceptos de la per
La historia de vida particular de un indi sona, estilos narrativos, sistemas de sub
viduo puede contener en realidad poca sistencia, estructuras políticas, roles de
«historia», en el sentido de que registra género y aun la micropolítica de la vida
hechos verificables acerca de lo que real diaria, configuran y modulan cómo ex
mente ha acaecido a lo largo de su vida. perimentan, valoran y describen las gen
Tampoco procede aceptar sin critica se tes su vida (Keesing, 1985). La experien
mejante testimonio de cómo pensó, sin cia vital viene modelada por la posición
tió o actuó la gente en su carrera vital, del individuo en la sociedad, por las vi
pues por más objetivas que parezcan las cisitudes culturales en el desarrollo in
representaciones de vida, la memoria y fantil y por la definición cultural del
la autodescripción implican invariable propio yo. Y de qué manera la experien-
mente cierto grado de distorsión e inter cía vital se convierte en narración de vi
pretación. Además, las historias de vida da es condicionada por convencionalis
presentan siempre un punto de vista y a mos locales sobre las prácticas narrati
menudo incorporan aspectos de fantasía vas y de comunicación, por el encuentro
o creencia que no pueden ser fácilmente con un interlocutor y por el propio que
corroborados. De hecho, en algunos ca hacer del autor, su imaginación y su ca
sos, lo que los individuos toman como rea pacidad verbal.
lidades cruciales de su vida pueden pare- El reconocer las vertientes culturales de
cerle imposibles o irreales al antropólo las historias de vida no significa que el
go. Crapanzano (1980) abordó el tema en investigador prescinda de los aspectos vi
su retrato de Tuhami, un alfarero marro tales más o menos universales o comunes
quí. Los relatos de Tuhami violan el sen a diversas culturas, indefectiblemente
tido de realidad y congruencia de su in presentes e integrados en la cultura de
terlocutor; las mujeres que declara en todos los pueblos, al igual que elementos
contrar pueden ser o no emanaciones de singulares en la existencia de todo indi-
la pérfida con que está casado (Langness viduo-, combinación que ha llevado a la
y Franfc, 1981). imperecedera popularidad de esta moda
lidad narrativa. Aunque los relatos auto cet, Comte. Este solapamiento daba fin
biográficos varían en los aspectos men hacia 1800 y, en franca retirada en los
cionados, la antropología explora a me primeros cinco decenios del siglo, la an
nudo en esta narrativa el contexto social tropología (también llamada ETNOLO
de las vidas reseñadas, como en la des G ÍA ) en formación como disciplina a
cripción de James Freeman (1979) sobre partir de un sólido legado de observa
la vida de un intocable hindú o en la de ciones dispersas, y la historia, en curso
Blanca Muratorio (1991) que entrelaza también de profesionalizarán, empren
la vida personal y social de un anciano dieron caminos en gran medida dife
ñapo runa del Amazonas ecuatoriano. rentes, Durante los cien años siguientes
Otros estudios consideran más bien la permanecieron muy marcadas y prácti
incorporación de significados culturales camente estancas las fronteras entre
en la experiencia personal en formas ambas disciplinas, que no han conocido
que constituyen mundos vividos, como cierta permeabilidad hasta bien entrado
en las interpretaciones psicobiológicas el siglo XX, Sin embargo, la antropolo
de Obeyesekere (1981) de casos de pose gía no ha cerrado nunca sus puertas al
siones espirituales. SP pensamiento histórico. De hecho, la
Véase también ANTROPOLOGÍA HUMANIS historia se conceptualiza como lo ocu
TA, ANTROPOLOGÍA PSICOLÓGICA. rrido en el pasado (así como en la repre
Otras lecturas Radin, 1926; Roy, 1975; sentación actual de lo acontecido), de
Shostak, 1981; Watson y Watson-Franke, donde que los objetivos de la antropolo
1985. gía se caractericen de históricos cada vez
que la evolución, la difusión, el cambio
historia y antropología A lo lar social, la aculturación, la etnohistoria y
go del tiempo, la relación entre la histo la historia han ocupado el primer plano
ria y la antropología ha sido a la vez como intereses específicos en períodos
compleja y paradójica. Desde un punto concretos.
de vista, cada una se desarrolló mayori-
tariamente al margen de la otra. Desde La evolución como historia universal,
otro, la antropología ha mantenido siem 1860-1900
pre cierto diálogo con la historia. Es Uno de los más importantes de estos pe
bueno distinguir entre pensamiento y ríodos se extendió prácticamente a lo
disciplina, así como en la corriente prin largo de la segunda mitad del siglo XIX,
cipal de ésta y la periferia. Tanto el pen cuando la antropología formada en el
samiento histórico como el antropológi mismo clima intelectual que nutrió a
co son de larga duración en Occidente, Darwin presentaba un frente de diseño
pero la historia y la antropología se han incuestionablemente evolutivo. Desde
configurado como disciplinas formales 1860 a 1885 se publicaron las obras más
en tiempos relativamente recientes. conocidas —a cargo de Lewis Henry
Aunque los historiadores cuentan con M o r g a n , Henry M a i n e , Edward B. T y
un legado intelectual más hondo y va l o r , John Ferguson, McLennan, Jacob
riado de que surtirse, al alimón con los Bachofen y otros— que colectivamente
antropólogos identifican hoy a algunos definieron la era. Al igual que la EVOLU
de los pensadores clásicos, renacentistas, CIÓN dominaba la biología también lo
ilustrados y decimonónicos tempranos hacía en la teoría de los antropólogos y
como precursores comunes; por ejemplo, filósofos sociales afines, como Herbert
Herodoto, Montesquieu, Vico, Condor- SPENCER. Las disputas no lograron em
pañar la creencia compartida de que los más respetables, como W.H.R, R j VERS,
seres humanos pasan por una línea suce pero el absurdo postulado de los egipto-
soria unilineal de estadios en la organiza centrístas hizo que el difusionismo radi
ción familiar, la tecnología, la religión, la cal fuese rechazado como explicación
sociedad, etc. Con el procedimiento que científica o histórica. La antropología
llamaron MÉTODO COMPARATIVO, los evo volvió la espalda al difusionismo (pero
lucionistas separaron las instituciones, no a la difusión en sí) a mediados de la
costumbres o artefactos de sus contextos década de 1920.
culturales contemporáneos y los ordena
ron en secuencias de evolución. Proyec Particularismo histórico
taron datos sincrónicos en secuencias La reacción ante el difusionismo sim
diacrónicas, metodología que muchos plemente intensificó las críticas contra
historiadores tacharon de decididamen toda la historia conjetural iniciada an
te ahistóricas. tes de 1900 al producirse una aguda re
acción contra las teorías evolucionistas.
Historia difusionista, 1890-1925 La antropología convencional no tardó
En Alemania, en la década de 1890, y en desprenderse de los métodos y teo
algo más tarde en Austria e Inglaterra, rías evolucionistas y difusionistas como
se propuso la DIFUSIÓN en el espacio co algo indefendible. La metodología pre^
mo explicación histórica alternativa de ferida fue la del TRABAJO DE c a m p o tan
la evolución unilineal para dar razón de pronto aparecieron explicaciones alter
la distribución de los elementos cultura nativas de la cultura hostiles a la histo
les. A l igual que los evolucionistas, los ria. La primera mitad del siglo XX, y
difusionistas se proponían como objeti particularmente los años inmediata
vo último el descubrimiento de las leyes mente posteriores a 1925, destacó por la
que rigen el cambio histórico, Friedrich antipatía vertida en la historia por mu
Ratzel, geógrafo cultural, y su discípulo chos antropólogos influyentes. Bronislaw
Leo Frobenius fueron los inicialmente M a l i n o w s k i , por ejemplo, el etnógrafo
responsables de cartografiar la distribu- y funcionalista para quien la CULTURA
ción geográfica de rasgos que agrupaban satisfacía las necesidades humanas, era
a sociedades similares regionalmente absolutamente indiferente a la historia.
(en Kulturkreise, ÁREAS DE CULTURA o Más influyente y condenatorio fue A.R.
circuios) basándose en la similitud de R a D C LIFFE -B r o w n , que dominó la teo
características culturales y proyectando ría antropológica social en varios conti
el tiempo sobre modelos espaciales de nentes, quien en 1920 había declarado
difusión inferida. Seguidores ulteriores, radicalmente que «la historia no expli
como W ilhelm Schmidt, trataron de ca realmente nada» (1958, p. 40). Habló
construir una historia mundial basada en nombre de toda una generación de
en la difusión de dichos rasgos. Cuando antropólogos sociales estructural-fun-
el difusionismo se extendió por Inglate cionalistas, especialmente en Gran Bre
rra en la década de 1920 tomó un sesgo taña, que consignaron el proceso histó
especialmente extravagante: G. Elliott rico a la etnología, le prestaron escasa
Smith y WJ. Ferry argumentaron que la atención en sus etnografías y proclama
civilización arcaica fue inventada una ron su interés por el estudio compara
vez, en el antiguo Egipto, desde donde do de las instituciones (véase FUNCIONA
se difundió por todo el mundo. La teoría LISM O).
difusionista iba a atraer a seguidores En Norteamérica, Franz BOAS se opuso a
la historia practicada y escrita por los mentación y con acusada dependencia
evolucionistas y difusionistas. Boas ya de las inferencias, no había manera de
había declarado a mediados de la década asignar a los eventos secuencias históri
de 1890 su oposición al método compa cas precisas con su método histórico. La
rativo de los evolucionistas; su influencia influencia de Boas sobre sus discípulos
en el apartamiento de las explicaciones fue muy variada —de donde la dificultad
evolucionistas fue fundamental. Dada su de reunirlos en una «escuela»—, pero el
insistencia en que no se necesita dispo interés compartido, como también el de
ner de un relato histórico de los orígenes la generación siguiente, en la cultura lo
de una sociedad para conocer el compor cal, en el individuo y su historia son los
tamiento de los miembros que la for rasgos que definen el legado boasiano,
man, y dada la opinión de otras figuras en particular en lo que se refiere a su par
importantes, como el propio discípulo de ticular interés por la aculturación y la
Boas, A .L . K r o e b e r (1935, p. 558), que etnohistoria.
tachaban a la antropología cultural nor En el período inmediatamente anterior
teamericana «de tendencia antihistóri al abandono total del difusionismo en la
ca», puede sorprender el descubrir que antropología y cuando el particularismo
Boas llama «histórico» a su método, que histórico había obtenido el favor incues
en él figuraba la difusión, y que los his tionable en los círculos antropológicos
toriadores de la antropología consideran norteamericanos, la mayoría de los his
que esta época en Estados Unidos estaba toriadores observaban la tradición narra
dominada por una «escuela histórica tiva, eran hostiles a la teoría científica
norteamericana» (Eggan, 1968, p. 130) o social y se revelaban totalmente desinte
«tradición histórica norteamericana» resados por la historia de los pueblos in
(Honigmann, 1976, pp. 192-231). dígenas entre los que trabajaban los an
Para explicar estas aparentes contradic tropólogos. En suma, no había contacto
ciones hemos de comprender que cuan alguno entre ambas disciplinas (Krech,
do Bo sis y otros desecharon la historia de 1991).
los evolucionistas o difusionistas extre
mos como conjetural y fruto de una me Aculturación, cambio social y
todología defectuosa, no descartaron la etnohistoria como historia, 1935-1980
importancia de la difusión y la historia La aversión por la historia entre los teó
en el plano social. Con el «método histó ricos más influyentes en la antropología
rico» Boas esperaba comprender la histo de Estados Unidos y Gran Bretaña al
ria particular de una sociedad específica, canzó su punto álgido en ios decenios de
sin «hacer» historia como podría hacer 1950 a 1950. Hubo excepciones en uno y
un historiador. No obstante, se conside otro lado del Atlántico, en particular
raba un historiador cultural. Opuesto a E .E , E v a n s - P r i t c h a r d y A.L. Kroeber.
la invención independiente como expli Pocas fueron las obras históricas rele
cación de rasgos culturales similares, Boas vantes de Evans-Pritchard y Kroeber,
pensó que la difusión explicaba por qué pero las hubo de otros interesados en tres
se detectaban en sociedades diferentes. áreas en las que el interés antropológico
Sin embargo, en el método de Boas, la por la historia era evidente: ACULTURA
«historia» consistía cada vez más y en su CIÓN y ETNOHISTORIA en Estados Unidos,
mayor parte en una presentación porme y CAMBIO SOCIAL en Gran Bretaña. En es
norizada del contexto histórico-cultural te país, un número relativamente peque
local de la sociedad en estudio. Sin docu ño de antropólogos interesados en el
cambio social y la historia fueron abrien ria en el análisis documental que pro
do camino; su trabajo no fue insignifi porciona el vínculo más directo con los
cante, pero el análisis de la sociedad en intereses históricos previos de la antro
la antropología social británica, marca pología. Hace más de tres decenios que
damente influido por la introducción por Evans-Pritchard observó que aceptaría
Radcliffe-Brown de la sociología france el postulado de F.W. Maitland en el sen
sa y el ESTRUCTURALISMO, fue sincrónico tido de que «la antropología debe elegir
y arrasador. Estados Unidos ofrecía una entre ser historia o no ser nada» siempre
imagen diferente. Durante varias déca que pudiera añadir que «la historia
das a partir de 1955 no pocos antropólo [también] debe elegir entre ser antropo
gos culturales de las dos generaciones logía social o no ser nada» (1962, p. 190),
posteriores a Boas se ocuparon exhausti Con frecuencia adelantado a su tiempo,
vamente del proceso de aculturación y Evans-Pritchard predijo una de las ten
otros de incidencia en el cambio social. dencias principales del interés académi
La etnohistoria, término inicialmente co de finales de siglo: la convergencia de
usado a finales del siglo, adquirió verda la historia y la antropología. El ritmo de
dero sentido en las décadas de 1940 y diálogo entre las dos disciplinas se ha
1950, distinguiéndose como disciplina animado considerablemente en los últi
por su insistencia en que el registro do mos años, tiempo durante el cual los
cumental debe proporcionar una base cambios en la historiografía han afecta
empírica para la cronología y el análisis. do a ambas disciplinas. En la antropolo
Tanto los aculturacionistas como los et- gía crecen cada año en número los análi^
nohistoriadores, con una línea divisoria sis que incorporan aspectos históricos.
poco clara* fijaron el interés boasiano En la historia, «nuevos» tratamientos
por la historia en estudios específicos. han socavado las narrativas políticas y
Por lo que respecta al movimiento ma- biográficas historícistas dominantes en
yoritario entre los historiadores, el he la historiografía. Hoy los antropólogos se
cho es que en gran medida descuidó a la sirven regularmente de materiales y mé
antropología (al igual que la corriente todos históricos tradicionales para confe
estructural-funcionalista de ésta hizo caso rir sentido a los problemas que les inte
omiso de la historia). Sin embargo, hubo resan, y los historiadores emplean habi
intereses que se solaparon, especialmen tualmente metodologías antropológicas
te en Francia, donde Marc Bloch, Lucien tradicionales como las etnografías y da
Febvre y otros historiadores de la escue tos de informantes para centrar los su
la de los Annalss emprendieron análisis yos- Los cambios han sido más notables
comparados que les aproximaron mucho en la antropología que en la historia,
más que a otros colegas al campo de la aunque han afectado a ambas discipli
antropología, ya que seguía siendo obje nas, cuya actitud presente es predomi
tivo principal de los estudios de éstos la nantemente humanista, relativista y
descripción de los eventos políticos o la contextual (Krech, 1991). SK.
biografía en un marco narrativo lineal Otras lecturas G. Barraclough, 1991;
(Krech, 1991). Butterfield, 1973; Hallowell 1960b; Ha-
rris, 1968; Hatch, 1973; Herskovits,
Historia antropológica, 1980-1995 1965; Krieger, 1989; Kublick, 1991; A.
A partir de 1980, el diálogo entre las dis Kuper, 1983; Lowie, 1937; Stocking,
ciplinas de la historia y la antropología 1968, Stone, 1977a,’ Trigger, 1989; Voget,
ha sido intenso, insistiendo la etnohisto 1975.
holismo Véase FUNCIONAUSMO. zados por antropólogos, psicólogos, psi-
quiatras y epidemiólogos. Es de lamen
hombres Véase MASCULINIDAD. tar la escasez de esfuerzos conjuntos por
sintetizar las diversas líneas seguidas por
homicidio Muerte no natural de un los distintos especialistas académicos.
ser humano. Aunque parece una defini El numero de homicidios varía conside
ción tan clara, sus límites son impreci rablemente según los lugares y las épo
sos, La «causa» de la muerte no es nece cas. Los gobiernos extraen sus datos esta
sariamente singular, y las muertes acci dísticos de criminalidad a partir de los
dentales varían en el grado en que registros de la policía y judiciales, y so
alguien puede ser considerarse responsa bre las causas de muerte, incluidos ho
ble, ya causalmente, ya moralmente. micidios, a partir de la informaión mé
Además, las causas de muerte quedan a dica forense. El United Nations Demo-
merced de interpretaciones discutibles; graphic Yearbook registra datos sobre
considérense las acusaciones de homici causas de muerte en unos ochenta países.
dio por BRUJERÍA. En 1985, los que presentaban el mayor
En la práctica, los criterios definitorios cociente de homicidos per cápita eran
del homicidio incluyen intención hostil Guatemala, Venezuela, Brasil y Estados
o al menos descuido imprudente del da Unidas, mientras que Inglaterra y Gales,
ño que puede sobrevenirles a otros. La Islán día, Grecia y Japón arrojaban los
intención hostil es un comcepto más am más bajos (Naciones Unidas, 1987). En
plio que la intención letal; la distinción Estados Unidos, estas cifras varían consi
entre «asesinato» y homicidio» en la ley- derablemente entre estados y ciudades.
angloamericana, por ejemplo, se sujeta Algunas de las variaciones en el cociente
en gran medida, aunque no enteramen agregado han sido «explicadas» en tér
minos estadísticos en función de factores
te, a la idea de premeditación, concepto
como tamaño urbano, pobreza y des
que también define «grados» de homici
igualdad de ingresos (D, Archer y Gart-
dio en otros códigos legales. Algunas an
ner, 1984).
tropólogos han sugerido que la intención
La perpetración de homicidos (exclusive
no figura en los sistemas legales «prim i
el INFANTICIDIO) es obra universal y ma-
tivos», idea que ha sido refutada de di
yoritariamente masculina. También los
versas maneras (S. Moore, 1978). Así, los
hombres superan a las mujeres como
homicidios son muertes causadas por
víctimas, aunque de forma no tan uni
asaltos interpersonales u otros actos diri
versal, Los casos con víctimas y asesinos
gidos contra una persona. (Las acciones
que no se conocen entre sí constituyen la
colectivamente legitimadas, como la
mayoría de los homicidios, donde el nú
guerra y las ejecuciones legales, consti
mero de éstos es alto, mientras que don
tuyen, no obstante, la excepción; a su
de es más bajo desaparece este predomi-
vez, en la práctica no está claro si las
nio, y donde es mínimo son las mujeres
muertes originadas por agentes de las las que pueden ser víctimas en número
fuerzas de seguridad del estado en el superior a los hombres.
ejercicio de su deber deben contarse co La cifra de homicidios en las sociedades
mo homicidios o no.) El estudio científi sm estado ni autoridad central superan a
co del homicidio ha corrido a cargo prin menudo con mucho incluso las máximas
cipalmente de los criminólogos, aunque registradas en Estados Unidos (Knauft,
son muchos los estudios al respecto reali 1985), aunque la frontera entre la GUE-
RRa y el uso particular de la VIOLENCIA tener efectos opuestos. Cuanto mayor sea
letal no es con frecuencia tan claro en es la mujer, menor es el riesgo de que sea
tos casos. La variación en estas socieda asesinada por el marido o un atacante se
des sin Estado no parece atribuible a los xual, por ejemplo, pero aumenta el riesgo
mismos factores sociales y económicos de que sea asesinada por un ladrón (Mar
que la explican entre y dentro de las na go Wilson et a l1 1997). Y aunque la fre
ciones-estado modernas (Rosenfeld y cuencia absoluta de homicidios varía con
Messner, 1991). siderablemente, puede apreciarse cierta
La represalia homicida, especialmente regularidad en el modelo concreto de re-
en respuesta a un homicio anterior, es lación-riesgo específico. Factores como la
trausculturalmente ubicua, y la VENGAJN' maternidad juvenil y la ausencia de apo
2A institucionalizada progresa insensi yo marital son muy importantes, por
blemente a enemistad y guerra crónica ejemplo, en lo que se refiere al riesgo de
entre estirpes (Daly y Wilson, 1988b). infanticidio por la madre, Daly y Wilson
Estas pugnas de venganza sangrienta (1988a) desarrollaron una teroría de vio
suelen ser más comunes en ausencia de lencia interpersonal que tiene en cuenta
una autoridad central poderosa; y la me las diversas fuentes de conflicto caracte
diación de estas querellas por vía de es rísticas de relaciones sociales concretas y,
pecificar la compensación homicida ha así, explican, la considerable variación en
sido una importante preocupación de los las frecuencias relativas y modelos demo
aspirantes al gobierno y de los códigos gráficos distinto^ de homicidio en dife
legales primitivos en todo el mundo. Los rentes categorías relaciónales víctima-
residuos culturales de semejante con asesino. MD y MW i
ducta han sido con frecuencia invocados, Otras lecturas Bohannan* 1960; Chag
por ejemplo, para explicar las diferen non, 1988; Trillin, 1984.
cias regionales en violencia homicida en
Estados Unidos; Nisbett etaL (1995) vin homosexualidad El comportamien
cularon convincentemente la alta cifra to homosexual se da probablemente por
de homicidios en los estados del sur con doquier, pero la definición de las perso-
■una «cultura del HONOR» que legitima la ñas en razón de su comportamiento o
respuesta violenta a los insultos y la vin preferencia sexual no es un campo se
cula a una tradición pastoral diferente mántico universal para todo el mundo, y
de la ética de los agricultores sedentarios la noción noreuropea y norteamericana
que impregnó los conceptos septentrio moderna de que quien practica un com
nales de proceder social apropiado. portamiento homófilo es «un homose
La distinción entre categorías de relación, xual», «especie» distinta con caracterís
víctima-asesino es un paso esencial (aun ticas propias, no es universalmente acep
que a menudo desestimado) para explicar tada,
los homicidios y la variabilidad de su in R. Burton (1885-1886) distinguió entre
cidencia, La misma existencia de térmi las relaciones sexuales donde el miem
nos como «fratricida», «parricida», «regi bro de más edad penetra al más joven de
cida», «filicida» y «uxoricida» sugiere aquellas donde el sujeto masculino pe
que se trata de categorías psicológica netra a una persona femenina del mis
mente significativas de casos con motiva mo sexo. Ambas homosexualidades, es
ción diversa. Así, los factores incidentes tratificadas por edad y por género, se dan
en una clase de homicidio pueden diferir en áreas culturales diversas sin que haya
de los implicados en otra, y hasta pueden una conexión clara ni con el número de
casos ni con la complejidad de éstos. Una estos muchachos acostumbrados exclusi
organización igualitaria/sgay» de rela vamente a una homosexualidad recepti
ciones homosexuales ha adquirido cre va «se graduaban» con la edad al papel
ciente relieve en las sociedades indus de «marido» y tomaban «muchachos-es-
trializadas urbanas (D. Wolf, 1979; Mu- posas» de una nueva generación (Evans-
rray, 1996). Pritchard, 1970). En algunas culturas
Las tres formas representan tipos idea melanesias, el desarrollo a adulto mascu-
les, y ejemplos de cada una de ellas apa lino y guerrero requiere varios años de
recen simultáneamente en el mismo lu homosexualidad exclusivamente recep
gar. La tipología parece abarcar la varia tora con varones físicamente maduros.
ción observada en el esquema de la La inseminación «ritualizada» es mascu-
sociedad para las relaciones homosexua linizante para ambos participantes; de
les tanto de hombres como de mujeres. hecho ocupa un papel central en el culto
No parece haber centenares ni siquiera a la masculinidad (Herdt, 1984; Herdt y
docenas de principios de organización Stoller, 1990). En muchas sociedades
diferentes para las relaciones homose musulmanas contemporáneas, como en
xuales en las sociedades humanas. Ade la antigua Grecia, la «sumisión» adoles
más, uno de estos tipos parece ser el que cente al sexo con los mayores no fomen
más aparece en el «discurso dominante» ta necesariamente la afeminación vitali
(y como explicación a ajenos que pre cia ni impide ulteriores relaciones hete
guntan sobre las relaciones heterosexua rosexuales (Murray y Roscoe, 1996).
les), Por ejemplo, la homosexualidad En las clasiñcaciones por género de la
clasificada por edad era la forma norma homosexualidad se espera que el sujeto
tiva en el discurso ateniense, expresada sexualmente receptor presente algunos
con el término kinaidos, mientras que la aspectos del papel que corresponde al gé
homosexualidad definida por género y nero femenino: que se comporte o vista
camaradería no lo eran. De manera si de manera apropiada a las mujeres de la
milar, el rol del doble espíritu/BERDACHE sociedad de que forma parte. El rol defi
entre muchos pueblos indígenas norte nido por género prototipico es el pasivo
americanos tuvo igualmente su expre característico de las áreas culturales me
sión léxica, en tanto que no fue así para diterráneas y sur americanas. El varón
con las relaciones sexuales entre dos gue activo en la copulación homosexual es
rreros (Winkler, 1990; Roscoe, 1987). indiferente, no tenido oficialmente por
En las sociedades donde la homosexuali «homosexual» (Carrier, 1995). Sin em-
dad es definida por edad, la norma esta bargo, los hombres en papel y ocupación
blece que los hombres accedan al papel femeninos retienen algunas prerrogati
de insertores, cesando completamente vas masculinas. También se dice con fre
como receptores, aunque cierto es que no cuencia que hacen el «trabajo de las mu
todos los individuos en sociedades con jeres» mejor que estas mismas (Roscoe,
estructuras de homosexualidad defini 1991). En los cultos afro brasileños, algu
das por edad se «gradúan» más allá de la nos varones pasivos ejercen poderes espi
«fase» homosexual. Por ejemplo, en al rituales y reclaman el prestigio perti
gunas sociedades africanas subsaharia- nente (Fry, 1985). También se atribuyen
nas había una elite que mantenía «mu- poderes importantes a los chamanes tra
chachos-esposas» que hacían el trabajo vestidos de ambas orillas del Pacífico
de las mujeres y proporcionaban desaho norte, y tan al sur como Indochina (Mu-
go sexual a sus «maridos». Más adelante rray, 1992). Los que desempeñaban estos
papeles eran vistos con respeto no exen laridades comportamentales estadísticas,
to de ambivalente emoción. por no hablar de las variaciones intracul-
Si existe una organización profesional- turales. N i siquiera lo que representa la
mente definida, distinta de la que obe visión normativa-social de la homose
dece al género, es una cuestión que sigue xualidad es mencionado en la mayoría
abierta. El debate al respecto se centra de las etnografías (por ejemplo, en 114
en si existe una autoselección por paite de las 190 culturas examinadas por C.
de quienes buscan ubicación para su de Ford y F. Beach, 1951). Donde se descri
seo homosexual o (por razones biológi be algo acerca de la homosexualidad
cas) su incapacidad de desarrollar el rol suele hacerse referencia a normas o des
masculino, o si la socialización sexual cripciones de roles más que a cómo la ex
produce roles como los de los chamanes, perimentan los implicados. Lo que Si
muchachos danzarines, cantores traves món y Gagnon (1986) llamaron «guio
tidos y prostitutas. nes culturales» para generar significado
En tiempos recientes ha adquirido pro sexual se adapta ínteraccionalmente e
minencia una organización gay de la ho intrapsíquicamente en una y todas las
mosexualidad en muchas ciudades ¿el culturas. Los modelos normativos pue
mundo. Lo particular en este caso es la den canalizar la percepción de otros y la
conciencia grupal de la diferencia, con concepción de uno mismo, pero no las
una subcultura separada basada en pape determinan y puede que ni siquiera se
les sexuales igualitarios que acepta la compartan. Los actos sexuales de las
posibilidad de relaciones exclusivamen gentes, a diferencia de lo que dicen que
te homosexuales (no bisexuales) (Adam, hacen, se conocen poco y son de difícil
1937). estudio (R, Bolton, 1992,- Herdt y Stoller,
Los datos sobre el comportamiento ho 1990). SM
mosexual y la reacción de la sociedad an Otras lecturas D- Greenberg, 1988;
te él son en la mayoría de las culturas ra Hendt, 1992; Kennedy y Davis, 1995; R,
ros, recientes e incompletos, de modo que Levy, 1973; "W. Williams, 1986.
poco es lo que puede ponerse en claro en
lo tocante a cambios experimentados. En h o n o r Forma de respeto depositado
Europa, Japón y posiblemente también en algunas personas en reconocimiento
en China, la transformación de edad a de su excelencia o valía. Si bien el inte
género ocurrió a finales del siglo XVTT rés por el honor se da en todas las socie
(Leupp, 1996; Xiaoming-xiong, 1984, ci dades humanas, los patrones culturales y
tado en Murray 1992, p. 141). En las dé el marco que lo definen, al igual que la
cadas de 1960 y í970 las distinciones por importancia que se le concede, varían
género o «variedad» pasaron de ser nor considerablemente.
mativas a ser estigmatizadas en la Norte El tema ha sido objeto de numerosos es
américa urbana (Murray, 1996), y el mo tudios, en especial entre los pueblos de la
delo «gay» prevalece hoy en muchas ciu región mediterránea. Entre las comuni
dades del mundo (Allyn, 1991). dades de pastores sarakatsan de Grecia,
Las «visiones nativas» sobre el cruce de por ejemplo, las relaciones interpexsona-
géneros y la pederastía registradas por les son muy competitivas y el concepto
los exploradores, misioneros, viajeros y del honor desempeña un papel central,
antropólogos autodeclarados «objetivos» dado que el honor del individuo se ve
tienden a ser prescripciones elitistas que constantemente amenazado por insultos
pueden tener poco que ver con las regu y otras muestras de hostilidad (John
Campbell, 1964). En el caso de los hom nor adquieren formas radicalmente dife
bres, la clave reside en su hombría; la ca rentes (Malinowski, 1922; A. Weiner,
pacidad de proteger el honor de la fami 1976). Entre los hombres, la horticultu
lia cuando es amenazado; entre las muje ra del ñame es una importante vía de
res, en cambio, la primera cualidad del progreso: es respetable aquel hombre
honor es un sentido de vergüenza, espe que obtiene grandes cosechas. Pero se da
cialmente sexual. La mujer debe encon la circunstancia de que el sujeto no culti
trar repugante la actividad sexual y ves va ñames para consumo propio sino para
tir y conducirse de modo que prevenga otros, en especial para su hermana casa
toda exhibición de los atributos físicos da. Entretanto, los hay que los cultivan
de su sexo. Debe ser modesta, incluso en para él. Los ñames se guardan en un al
las relaciones con su marido, y permane macén apropiado, pero éste es construido
cer pasiva, por ejemplo, al tener relacio por otras personas del poblado. De modo
nes sexuales con él. El honor de los hom que es importante marca de distinción el
bres y mujeres sarakatsan está estrecha poseer un gran almacén de ñames (cons
mente vinculado: la hombría de los truido por otros) abarrotado de producto
primeros protege el honor sexual de las de buena calidad (cultivado por otros):
segundas, mientras que la evitación de la he ahí las marcas visibles del respeto con
vergüenza por parte de éstas protege la que le consideran los demás. Aunque los
reputación de los hombres. El fracaso de ñames no constituyen la única fuente de
una de las partes pone en riesgo a la otra. riqueza entre los trobriandeses, sirven
A escala mayor se observa también este como objetos muy destacados en el pro
comportamiento entre las tribus bedui- ceso de adquisición de fortuna de toda
nas del Oriente Próximo y del norte de clase, luego usada para el INTERCAMBIO
África, cuyos códigos de honor destacan DE PRESENTES, con el que se crean obliga
los principios de generosidad, honesti ciones. Haciendo el presente de un cesto
dad y autocontrol, incluido el que se de ñames, por ejemplo, el hombre de
ejerce sobre los apetitos sexuales. En un Trobriand obliga al receptor a devolver
estudio de un pequeño grupo de bedui el regalo en un futuro. Cuanto mayor sea
nos recientemente sedentarizados en el número de personas a él obligadas de
Egipto, Lila Abu-Lughod (1986) halló este modo, mayor es su honor. El sistema
que enfatizaban sobre todo sus relacio de honor trobriandés muestra otros ele
nes de sangre con las tribus de pastores mentos importantes, incluidos el vigor
del desierto, a las que consideraban más de la estirpe y el éxito del individuo en
nobles y de naturaleza moral superior, y los intercambios KULA.
por tanto más honorables que sus veci Max W 2 B E R ofreció un importante aná
nos campesinos y urbanos. El historiador lisis del honor en las SOCIEDADES COM
social árabe Ibn Jaldun (1532-1403) ob PLEJAS (Reinhard Bendix, 1960, pp, 85-
servó un modelo similar en su época; de 87) como parte de su distinción entre
claró que los beduinos no eran innata grupos de clase y de posición. Definió
mente mejores, pero que la vida del de CLASE en términos de distribución desi
sierto les ofrecía menos oportunidades gual de poder económico y oportunida
de corrupción y que sus códigos de honor des: las diferentes clases se distinguen
degeneraban al cabo de unas pocas gene basándose en las ventajas económicas
raciones de vida urbana (1967, p. 94). comparativas de que gozan. Por el con
Entre los habitantes de las islas Tro trario, los grupos de posición se distin
briand del Pacífico, los conceptos de ho guen basándose en las diferencias en el
honor y el prestigio sociales: se trata de poblacional más bien baja, superior a la
estratos sociales cuyos miembros se reco de los RECOLECTORES pero inferior a la de
nocen iguales. Los grupos de posición se las comunidades agrícolas más sedenta
caracterizan por diferentes estilos de v i rias (A. Johnson y Earle, 1987; Boserup,
da, comprendida la vestimenta, las ma 1965). La horticultura se mezcla a me
neras, etc., y cuanto más elevada es la nudo con otras estrategias de supervi
posición tanto más exclusivo es su estilo vencia, como la recolección, la caza, la
de vida. Este representa, pues, una mar pesca, la cría de animales y la migración
ca de honor fundamental. La correspon de jornaleros.
dencia entre los grupos de clase y de po Los sistemas de TENENCIA DE LA t i e r r a
sición en una sociedad dada puede ser de los horticultores se comprenden mal
mucha, pero rara vez perfecta, como por lo común, dado que no sólo reclaman
ilustra expresivamente la clase de los derechos sobre la tierra en uso, sino tam
nuevos Heos, cuyos recursos económicos bién sobre espacios mucho más grandes
son a menudo mucho más grandes que en situación actual de barbecho. Las re
su honor social. EH clamaciones de campos «abandonados»
Otras lecturas Hatch, 1989, Peristiany, pueden tender a desaparecer sólo gra
1966. dualmente. Semejante usufructo o dere
chos condicionales sobre la tierra se han
horticultura Es (1) un modo de visto crecientemente amenazados por las
AGRICULTURA de subsistencia que impli incursiones de ganaderos, mineros, cons
ca una forma menor del quehacer agrí tructores de carreteras y otros que defi
cola o de cultivo en huerta con herra nen el lugar como carente de otra utili
mientas manuales sencillas, como el asta dad. Él confinamiento territorial resul
de cavar, y sin recurso al arado o al riego; tante lleva con frecuencia a modelos de
(2) .una estrategia de desarrollo econó cultivo continuo o de barbecho acortado
mico, como, el cultivo de verduras para el que dañan permanentemente los áridos
mercado; y (5) el cultivo de plantas y ño suelos tropicales por hidroerosión y labo
res con ñnes estéticos, como especializa- reo persistente (Meggers, 1995). Los an
ción o pasatiempo. tropólogos y otros grupos que abogan por
En su primero y principal uso, la horti- la defensa de los DERECHOS h u m a n o s
cultura fue probablemente la forma ini han tratado de defender a muchos pue
cial de agricultura, A menudo se basa blos horticultores frente a las amenazas
simplemente en la tala y la quema y que se ciernen sobre su forma de vida y
también es común la práctica del barbe su cultura, PS
cho, técnicas frecuentes en las zonas hú
medas y semihúmedas de los trópicos huertos Representan una forma de
(Ruthenberg, 1980). Esta horticultura es cultivo intensivo que produce grandes
aún hoy ecológicamente sostenible siem cosechas en pequeñas parcelas perma
pre que se disponga de tierra suficiente nentes gracias al uso de una gran varie
para mantener una prolongada rotación dad de cultivos en sucesión a lo largo del
de cultivos. Muy deficiente por unidad de año* La horticultura se caracteriza por el
producción, requiere relativamente poca empleo de herramientas manuales, va
mano de obra, capital, maquinaria y apor llado y vecindad con la vivienda. Si la
taciones químicas. tierra escasea, puede ser el procedimien
Los horticultores suelen vivir, en comu to predominante en todo el sistema agri
nidades muy dispersas con una densidad cultura! (Netting, 1995, p. 55). Los huer
tos han desempeñado tradicionalmente producción. La productividad es tan
un importante papel en los sistemas grande que a pesar de que el huerto fami
agrícolas de muchos países subdesarro- liar corriente apenas alcanza un décimo
llados y siguen concitando hoy el interés de hectárea aporta hasta el 40 por ciento
de estudiosos y planificadores interesa de los ingresos, mientras que el arrozal
dos en sistemas de cultivo más diversifi medio, que abarca más de dos décimos de
cados, con menos demanda inicial de re hectárea, aporta sólo el 55 por ciento.
cursos y más dedicación a las especies Dada su productividad e importancia
perennes (J. Anderson, 1986; Cleveland económica, sorprende la negligencia gu
y Soleii, 1987), bernamental (y hasta hace poco acadé
Un ejemplo notable es el pekarangant mica) ante esos huertos. De hecho, la
«huerto familiar» de Java Central (Dove, complejidad responsable de su producti
1990; Stoler, 1978), con una superficie vidad dificulta igualmente a los extraños
media de unos 1.000 y aproximada su explotación, haciéndolos así menos
mente cincuenta árboles de una docena interesantes desde el punto de vista esta
de especies (siendo sesenta las especies di tal. Este efecto protector de los ingresos
ferentes representadas en todos los huer se apoya asimismo en el menosprecio
tos del poblado). Estas explotaciones es- cultural de la horticultura doméstica en
tán más orientadas al mercado de lo que los lugares donde se practica, como en
conúnmente se cree y producen frutos se Java, donde tiene más relieve el cultivo
cos, flores, semillas, hojas y savia de fru extensivo del arroz. M RD y M L
tales como el coco, para la venta. Es una Véase también AGRICULTURA.,
fuente de ingresos tal para las unidades
domésticas más pobres que sólo los más Human Relations Area Files
ricos pueden permitirse el consumo de su Véase ESTUDIOS TRANSCULTURALES.
infanticidio Muerte infligida a un
niño, aunque el término se aplica con al
cance diverso en diferentes disciplinas.
En su sentido más estricto, en determi
nados contextos legales, comprende sólo
la muerte del feto al nacer perpetrada
por la madre; en su sentido más amplio^
en biología, comportamental, el término
ha sido usado para definir la acción u
omisión por parte de cualquier criatura,
conducentes a la muerte de un miembro
de su propia especie en cualquier mo
mento anterior a la madurez reproducti
va de la víctima (Parmigiani y Vom Saal,
1994).
En estudios criminológicos, el término
suele hacer referencia a la muerte de la
víctima en ei primer año de vida y pue
de restringirse o no al acto perpetrado
por los padres. En Estados Unidos, «in
fanticidio» no se distingue legalmente
de otros homicidios, como sí sucede en
Canadá e Inglaterra. En el código penal
canadiense, por ejemplo, se considera co
mo muerte infligida al neonato por su
madre «si ésta no se ha recuperado ple
namente de los efectos del parto y en ra
zón de éste o del efecto de la lactancia
consiguiente a aquél, lo cual perturba su
estado mental» (p. 216).
El infanticidio perpetrado por la madre
no es umversalmente criminalizado. En
las sociedades tradicionales sin estado se
considera en gran medida apropiado, in
cluso prescrito, en determinadas circuns
tancias. Daly y Wilson (1984) tabularon
las circunstancias en que se daba el in
fanticidio por cau^a legítima en una
muestra probabilística convencional de
sesenta sociedades de todo el mundo y
hallaron que algunas de estas circuns
tancias concurrían en al menos treinta y
nueve y que en su mayoría podían asig
narse a una de tres categorías principa
les. La incapacidad materna para aten
der a las demandas que impone la cría
del niño representaba la mitad de las ra tica puede darse a la inversa en las clases
zones de infanticidio alegadas. Otras más bajas (Cronk, 1991) cuyo comporta
eran la falta de ayuda paterna, la enfer miento está peor documentado. Mucho
medad, la hambruna, la existencia de un más común que el infanticidio femenino
hermano todavía lactante y el parto ge- selectivo es cierto grado de preferencia
melar. Otras categorías principales eran por los hijos, quizás en especial cuando
una deficiente calidad fenotípxca del ni su papel como guerreros ha sido crucial-
ño por deformidad o enfermedad y la El estudio de Bugos y McCarthy (1984)
paternidad inapropiada. Estas tres razo sobre el infanticidio ayoreo es el informe
nes (y la mayoría de las otras, menos fre etnográfico más detallado sobre los de
cuentes) parecen reflejar situaciones en terminantes e incidencia real en una so
que los esfuerzos por criar al neonato es ciedad tradicional. Las mujeres ayoreo
tán probablemente condenados al fraca mataban sucesivamente a los neonatos,
so o ponen en riesgo a la madre ya con sobre todo en el caso de falta de asisten
hijos. En otras palabras, parecen repre cia paterna fiable, aunque la frecuencia
sentar «decisiones racionales de repro de infanticidios disminuía al aumentar
ducción» aunque a veces se sostengan la edad de la madre. Incluso aquellas re
con justificaciones supersticiosas (como petidamente infanticidas podían reve
es caso frecuente con los niños defor larse madres devotas más adelante en
mes). El elemento pragmático en estas circunstancias más propicias. La mater
decisiones neonaticidas es ilustrado en el nidad juvenil también es un factor de
análisis de Granzberg (1973) de las co- riesgo de infanticidio en las sociedades
rrelaciones transculturales de la práctica industrializadas modernas (Daly y Wil-
del infanticidio consiguiente al naci son, 1988a), y la disminución del riesgo
miento de gemelos: que se dé muerte a en madres de más edad se ha interpreta
ambos es extremadamente raro, y la ru do como reflejo del cambio comporta-
tina de infligírsela a uno de ellos está mental experimentado en la valoración
prácticamente confinada a sociedades de los neonatos a medida que la capaci
donde la carga de la maternidad no es dad reproductiva de las mujeres va deca
aliviada por la accesibilidad de parientes yendo.
femeninos u otras ayudas sociales. En la sociedad moderna, los embarazos
El infanticidio selectivo femenino ha si no deseados son eludidos mediante la
do objeto de considerable debate, aun anticoncepción y concluidos con el abor
que no es en modo alguno típico de so to. Además, se cuenta a menudo con ayu
ciedades donde su práctica es común. das institucionales para madres sobre
Las primeras discusiones lo interpreta cargadas, mientras que las que no son ca
ron (como al infanticidio en general) co paces de sacar adelante a sus hijos
mo «estrategia» por parte de poblaciones pueden cederlos en ADOPCIÓN. No sor
o sociedades con fines de «regulación de prende que la frecuencia de infanticidios
mográfica», pero esta idea ha sido des sea baja en estas circunstancias y que
acreditada (Bates y Lee, 1979). En socie cuando se den se atribuyan a patologías
dades estratificadas complejas, la prácti como la «psicosis puerperal»- Procede
ca presenta una gradación de posición, subrayar, no obstante, que las mismas
siendo las clases superiores las que eli circunstancias asociadas con el infantici
minan a las hijas y concentran su interés dio en las sociedades tradicionales cons
en los hijos; hay razones tanto teóricas tituyen evidentes factores de riesgo en el
como empíricas para creer que esta prác Occidente moderno, sugiriendo que in
la patología «psicótica» puede re
c lu s o cancen cierta intensidad y que, de sobre
flejar un extremo cuantitativo de la res venir problemas, causen angustia a ambas
puesta emocional normal a unas circuns partes (Rabinow, 1977). Numerosos etnó
tancias desesperadas. M W i y MD grafos y narraciones reflexivas revelan la
Otras lecturas Dickeman, 1979; Sche- variedad de interacciones posibles entre el
pher-Hughes, 1992. informador y el etnógrafo (Casagrande,
1960). Entre ellas se cuentan las que con
infiblllación Forma de CIRCUNCISIÓN templan el vínculo maestro-discípulo, an
femenina o mutilación genital que im ciano-iniciando, padre-hijo, terapeuta-
plica la extirpación quirúrgica de los la analizado, patrono-empleado y amigo-
bios vulvares, acompañada a veces de la amigo. Lo inusual, en comparación con
sutura de la abertura vaginaL Este pro otras ciencias sociales, es el grado de in-
cedimiento, muy extendido en Africa versión personal de ambas partes en la re
nororiental en una gran variedad de so lación y los frecuentes desplazamientos de
ciedades, se ejecuta a menudo como RITO poder entre etnógrafo e informador según
DE PASO de las muchachas. MR el contexto específico. La elección de bue
nos informadores y el mantenimiento de
informadores Los que proporcio la relación mutua ha sido tema muy estu
nan información al etnógrafo. Miembros diado y debatido. Como ocurre en todas
de la cultura o sociedad en estudio y, las vertientes de la investigación antropo
hasta la década de 1960, citados por el lógica tradicional, los aspectos morales y
antropólogo como «informadores nati políticos de esta relación han sido meticu
vos». Hoy, cuando los «¿nativos» pueden losamente examinados, en especial en
ser físicos especialistas en altas energías tiempos recientes (Sanjek, 1995). JJa
en un acelerador lineal de partículas, és Véase también TRABAJO DE CAMPO, OESER-
ta y otras palabras y frases similares, an VACIÓN PARTICIPANTE.
tes consideradas casi técnicas y unívocas,
se usan irónicamente o entre comillas. intensificación Es (1) la progresiva
También se utiliza el término «informa aplicación de alguna aferencia o factor
dor» (con tono peyorativo) fuera del de producción (como agua, trabajo, capi
campo de la antropología para referirse tal o máquinas) para aumentar el rendi
a quien en el seno de una organización miento por unidad de área; o (2) en la
proporciona subrepticiamente informa ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA, una especie de
ción a externos. RITUAL (véase RITOS DE INTENSIFICACIÓN).
El informador opta conscientemente por El uso primero y más común contrasta
transmitir información; los miembros de con la extensificación, esto es, el aumen
una cultura que pasivamente la propor to de las cosechas ampliando la superfi
cionan simplemente al ser observados no cie laboreada mientras se mantienen
son informadores. La transferencia de in constantes otros factores. La «intensifi
formación tienen lugar comúnmente por cación» suele referirse sobre todo a la
via oral, pero no de forma exclusiva sí, por AGRICULTURA, pero el concepto puede
ejemplo, dibujan mapas. Los informado igualmente aplicarse a los RECOLECTO
res difieren de los entrevistados en que la RES, los PASTORES NÓMADAS O los PESCA
interacción es a plazao más largo y, a ve DORES.
ces, muchos menos estructurada. Se trata El crecimiento de la población, la compe
más bien de relación más que de metodo tición humana y la propagación del CAPI
logía. Es frecuente que estas relaciones al TALISMO se cuentan entre los estímulos
más frecuentemente citados para la in veles, permitiendo a veces que pequeñas
tensificación de uso de la tierra o de otros explotaciones sean más productivas que
recursos. En la formulación clásica de las más grandes, como revelan las com
Thomas Malthus (1789), una población- paraciones realizadas por Robert Net-
creciente tiende a agotar los recursos dis ting (1986, 1995) en África occidental,
ponibles y se pone con ello en situación Europa y el mundo en general. Las es
precaria. En el argumento opuesto de trategias de los pueblos pastores para in
Esther Boserup (1965), el crecimiento de tensificar el aprovechamiento de la tie
la población estimula la innovación en rra comprenden la modificación de la es
las técnicas de laboreo de la tierra y logra tructura de los rebaños mediante mezcla
asi un aumento de la producción por uni de especies y de la proporción de anima
dad de tierra (aunque no necesariamente les productivos e improductivos en el se
por unidad de trabajo o de capital), en no de aquéllos.
particular acortando los ciclos de barbe Matizando antiguas teorías de DIFUSIÓN
cho y por la mecanización. Ambas teorías y DESARROLLO, antropólogos como Paul
pueden ser ciertas; en todo caso, muchas Richards (1985), que han estudiado las
poblaciones crecen, innovan y, con todo, condiciones tropicales, han documenta
agotan los recursos disponibles. La inten do una gran parte de la experimentación
sificación del uso de recursos puede tam y la innovación tecnológica indígena en
bién estimular el. crecimiento de la po sociedades antes consideradas tradicio
blación a su vez, contribuyendo al au nales o periféricas. A su vez, algunos an
mento de la fertilidad humana y a la tropólogos condenan los términos «re
supervivencia infantil al tiempo que de cursos» e «intensificación» por connotar
salienta la emigración. la vigencia de supuestos culturales espe
Los esquemas convencionales de la evo cíficos sobre dominación humana, teleo
lución social describen las actividades de logía del uso y aprovechamiento huma
recolección-caza, el pastoreo y la agricul nos o valor positivo del aumento de la
tura móvil y a la postre sedentaria como producción o el consumo. PS
etapas de la intensificación que permi Véase también DEMOGRAFÍA, PRODUCCIÓN
ten la existencia de poblaciones más AUM ENTARIA, REVOLUCIÓN VERDE.
grandes (A. Johnson y Earle, 19S7), pero Otras lecturas Bennett, 1976; Grigg,
el registro etnográfico presenta innume 1980; B. Turner etal., 1993.
rables combinaciones y muchas excep
ciones. El RIEGO tiende a aumentar es intercambio de hermanas Es
pectacularmente la capacidad portadora una forma de INTERCAMBIO MATRIMONIAL
de la tierra, en especial donde las aguas en el que dos hombres, o miembros de
aferentes renuevan los nutrientes del dos grupos de parentesco diferentes, in
suelo (véase, en particular, Ruthenberg, tercambian como esposas hermanas rea
1980, sobre los trópicos, y C. Geerti, les o por clasificación. MR
1963c, sobre Indonesia). Otras medidas, Véase taTnbién TEORÍA DE LA ALIAJNZA, IN
como el cultivo múltiple y alternativo, TERCAMBIO RESTRINGIDO.
Tabla 1. El gran cambio vocálico: vocales inglesas largas antes y después del cambio
i: u: ay aw ride mouth
e. 0. u; meet soon
E: O: e: o: meat: boat
a: E: mate
Aunque la importancia de los factores so tado respectivo de estos procesos puede
ciales en el cambio lingüístico viene sien ser muy diferente: el préstamo estricto
do reconocida desde hace mucho tiempo, tenderá en primera instancia a injertos
facilitando por ejemplo las cesiones ter de vocabulario en la lengua X, mientras
minológicas, es especialmente en la se que el cambio de lengua puede injertar
gunda mitad del siglo XX cuando su im características fonológicas y sintácticas
portancia, aun en áreas tan tradicionales de X en Y, aun en ausencia de vocabula
como la fonología histórica, ha pasado a rio tomado en préstamo.
primer plano. En particular, un lenguaje No parece haber una teoría general de los
se caracteriza en un momento dado por la cambios en la lengua; pueden proponerse
variación interna, y el juego intervarian motivaciones concretas para variaciones
tes puede ser un factor importante de individuales, pero raramente constituyen
cambio. Por ejemplo, en el período inme explicaciones predictivas. En cambio, ha
diatamente posterior al gran cambio vo sido notable el progreso efectuado en la
cal, las voces inglesas meet, meat y mate se identificación de vías de cambio plausi
pronunciaron de forma diferente (sistema bles. En fonología, algunos cambios de
I). En lo sucesivo, el paso aparente fue que sonido son mucho más probables que
primero se fusionaron meat y mate, con otros, en parte basados en la proximidad
pronunciación muy similar a la actual de articulatoria y acústica de los sonidos. El
mate (sistema II) y que meat divergió lue fenómeno de la gramaticalixación de
go de mate —en transgresión manifiesta de sempeña un papel crucial, en el sentido
las hipótesis neogramaticales— para pro- de que artículos de léxico son reducidos a
nuciarse como meet¡ como en el lenguaje afijos (como cuando el latín lenta mente,
normalizado actual (sistema III). De he textual, se convierte en lentamente) y és
cho, en el estado intermedio ambos siste tos a alternancias morfofonémicas (como
mas (I y II, y quizás también el sistema en el alemán antiguo muis, plural muisi,
E l) coexistieron, pero el sistema I I era la da el inglés mouset plural mice) (Hopper
variedad de prestigio. Más adelante cam y Traugott, 1993). Otro importante prin
biaron los valores de prestigio de los siste cipio gramatical es el de la transparencia
mas I I y III, lo cual no es estrictamente (Lightfoot, 1979), que en el caso de las
una prueba de cambio acertado, sino más lenguas anglosajonas, permite que la for
bien una evaluación social de las variantes ma verbal got de I got rythm, original
(Weínreich et 1968). mente elíptica por I have got rythm, se
En una importante y reciente aportación reanalice como verbo regular en el inglés
a la base social de los cambios que expe llano dando lugar a la proposición nega
rimenta la lengua, Thomason y Kauf- tiva I don’t got (no) rythm. La semántica
man (1988) sostuvieron que lo que tradi histórica tiene una rica tradición descrip
cionalmente se ha tenido por aferencias tiva, con clasificaciones de varias clases
de otras lenguas debiera dividirse en dos de cambios de significado; y el auge re
subconjuntos: (1) préstamo en sentido ciente de la investigación sobre la metá
estricto (cuando los hablantes de la len fora (Sweetser, 1990) es al respecto muy
gua X siguen usándola pero adoptando prometedor. BC
algunas características de la lengua Y ); y Otras lecturas Anttila, 1989; Byíion,
(2) variación de la lengua (cuando los Í977; Hock, 1986; Jeffers y Lehiste,
hablantes de la lengua X cambian a la 1979; Labov, 1972, 1994; Lehmann,
lengua Y, pero llevan consigo algunas 1967; H- Paul, 1888; Pedersen, 1951;
características de la lengua X). El resul Ullmann, Í951, 1962.
lingüística y antropología La Antropología lingüística
antropología y la lingüística comparten norteamericana: primeros
un origen intelectual común en la eru desarrollos
dición del siglo XIX. El impulso que mo El interés intelectual en las lenguas nor
vió a los primeros arqueólogos a buscar teamericanas nativas data de los prime
los orígenes de la civilización en Grecia, ros esfuerzos de colonización en América
a los folcloristas precursores a buscar los del Norte. Roger Williar&s, fundador de
de la cultura en las narraciones popula Rhode Islajad, compiló un pequeño dic
res y la memoria colectiva, y al primer cionario de nagarransett. En el siglo XIX,
antropólogo cultural «de salón» a buscar la responsabilidad del gobierno de Esta
los orígenes de las costumbres hum.ajo.as dos Unidos frente a los pueblos tribales
comparando grupos poblacionales, fue indujo a la producción de numerosos es
el mismo que motivó las primeras inves tudios de la Oficina Americana de Etno
tigaciones lingüísticas. logía acerca de los grupos tribales de las
Américas, incluyendo numerosas gra
Estos procesos se solaparon en gran m e
máticas, diccionarios y compilaciones de
dida. El descubrimiento del sánscrito
material folclórico en lengua original.
por el diplomático e intelectual britá
La lingüística fue introducida en el estu
nico sir W iiliam Jones a finales del si
dio formal de la antropología por Franz
glo x viil preparó el escenario para un
BOAS, que estaba interesado en ella por
intensivo trabajo de LINGÜÍSTICA HISTÓ
múltiples razones. En primer lugar, de
RICA comparada que prosigue hoy día,
resultas de su trabado previo en el Artico
Jacob Grimm no fue sólo un precursor
se propuso aprender inuit, que descubrió
en los estudios del floclore sino tam
como lengua sumamente compleja y su
bién la figura central en la lingüística
til. Más tarde incorporaría esta impre
del siglo XIX por su descubrimiento de
sión en su perspectiva teórica antievolu
las regularidades observables en los
tiva, el PARTICULARISMO HISTÓRICO. Sepa
cambios de consonantes entre diferen-
ró los conceptos de RAZA, LENGUA y
tes ramas de las lenguas indoeuropeas a
CULTURA, afirmando su respectiva inde-
lo largo del tiempo. Su formulación,
pendencia. Sostuvo que cualquier huma
llamada hoy «le y de Grimm», no sólo no es capaz de aprender cualquier len
fue la base de la lingüística moderna, gua y de asimilar cualquier tradición
sino también uno de los conceptos que cultural. Más aún, puede que diferentes
llevaron al ESTRüCTURALISMO del siglo XX, sociedades presenten aspectos de su cul
en particular en la ulterior elaboración tura muy evolucionados y otros simples
de que fue objeto en la obra de Ferdi- en relación con otras sociedades del
nand de Saussure (1959), quizás el lin mundo. Así, rechazó de plano la idea de
güista más influyente del siglo XX. La que una sociedad pudiera ser «primtiva»
tradición intelectual posterior a los de en todas sus facetas —lingüísticas, cultu
sarrollos en lingüística histórica en el rales y biológicas—a causa de su retraso
Viejo Mundo y Europa llevó general evolutivo. Boas entendió que toda socie
mente al desarrollo de la lingüistica dad se desarrollaba independientemente
formal, tal y como se enseña en la ac y de acuerdo con su propio modelo de
tualidad en la mayoría de las universi adaptación al medio físico y social. Tam
dades. bién veía la lengua como reflejo de este
modelo general de adaptación. Las opi
niones de Boas constituyeron la base de
la doctrina del relativismo lingüístico lity of the phoneme» (1955) constituye
más tarde pormenorizada y elaborada un estudio insuperado donde descubre
por sus discípulos en el sentido de que que el fonema no es sólo una ficción teó
ninguna lengua humana puede conside rica creada por analistas, sino que repre
rarse superior a otra en términos de ido senta un constructo cognitivo tan pode
neidad para satisfacer las necesidades roso que lleva a los individuos a afirmar
humabas. la existencia de sonidos inexistentes y a
La segunda razón de Boas para, conside negar la de presentes. En otra comunica
rar a la lingüística importante para el es ción, «A study in phonetic symbolism»
tudio de la antropología se refería a su (1929b), investigó la relación existente
impresión de que el estudio lingüístico entre sonidos puros y asociaciones se
podía proporcionar un profundo conoci mánticas atribuidas. Sirviéndose de síla
miento de los mecanismos de la mente bas sin sentido, Sapir pudo demostrar
humana sin tener que recurrir a las eva que las gentes asocian las vocales agudas
luaciones por parte de informadores. Ex y graves con fenómenos sensoriales pe
trayendo datos de los hablantes nativos, queños y grandes, respectivamente. Sólo
el lingüista podía construir un modelo en tiempos recientes han vuelto los fone
del funcionamiento de la lengua inad tistas sobre este problema al investigar
vertido incluso por el propio orador. Así las facultades psicoacústicas del indivi
se evitaban las «racionalizaciones secun duo para adivinar la longitud del tracto
darias» con que habían de vérselas los vocal de otros hablantes basándose sola
antropólogos culturales al extraer infor mente en el sonido de la voz.
mación de terceros acerca de la política, A Sapir debemos también el trabajo
la religión, la economía, el parentesco y precursor sobre lenguaje y GÉNERO, lin
otras instituciones sociales. Por efímeras güística histórica, PSICOLINGÜÍSTICA, y
y programáticas que fueran estas ideas el estudio de un considerable número
acerca de la lengua, establecieron la de lenguas norteamericanas nativas. Sin
agenda de la lingüística antropológica embargo, se le conoce sobre todo por sus
para el resto del siglo por obra de los dis contribuciones a lo que más adelante se
cípulos de Boas. llamaría «1a HIPÓTESIS DE W H O RF», o
«hipótesis Sapir-Whorf». Sapir sostuvo
1920-1950: Sapir, W horf y que la lengua era «la guía simbólica de
Malinowski la cultura». En varios artículos semina
El antropólogo lingüístico más famoso les, el más importante de los cuales es
entre los que estudiaron con Boas fue «T h e grammarian and his language»
Edward Sa p ir . Aunque no se ocupó ex (1924), desarrolló la tesis de que la len
clusivamente de la investigación lingüís gua sirve como filtro a través del cual se
tica, ésta ocupa la mayor parte de su obra construye el mundo con miras a la co
y sigue siendo puntal del trabajo antro municación.
pológico que le ha reportado fama. Prosiguió este trabajo su discípulo Ben
El interés de Sapir por las cuestiones lin jamín Lee "Whorf (1956), quien dedicó
güísticas era multidimensional. Se sen gran parte de sus investigaciones al estu
tía fascinado tanto por los aspectos psico dio del pueblo hopi. Whorf tomó la no
lógicos como por los culturales del proce ción sapiriana de interpenetración de
so lingüístico, y el emergente concepto lenguaje y cultura para proponer una
«FONEMA» fue objeto especial de su aten- formulación de mucho más alcance. Los
ción: su escrito «T h e psychological rea- escritos de W horf pueden resumirse en
la conclusión de que el lenguaje deter cual carece de sentido. Esta teoría fun
mina el pensamiento. Las estructuras cional del lenguaje dio origen a una pe
gramaticales se consideraban no sólo co queña pero activa escuela británica de
mo medios para describir el mundo, sino antropología lingüística cuyos principa
también como patrones o plantillas del les exponentes fueron el lingüista J.R.
propio pensamiento. Las opiniones de Firth y más tarde Edwin Ardener,
W horf sobre el particular adquirieron
creciente intensidad con el tiempo, y 1950-1970: período de transición
aparecen particularmente acentuadas en A finales de las décadas de 1950 y 1960
sus publicaciones postumas. La formula hubo lingüistas y antropólogos cultura
ción de la hipótesis Sapir-Whorf no fue les lingüísticamente orientados que co
emprendida ni por Sapir ni por Whorf, laboraron en el marco de una metodolo
sino por uno de los discípulos del segun gía de base lingüística llamada «semán
do, Harry Hoijer. tica etnográfica», «NUEVA ETNOGRAFÍA»
A l margen de sus opiniones sobre el len y, más comúnmente, <¡cETNOCIENCIA».
guaje y el pensamiento, Sapir y Whorf Fundamentando su labor sobre todo en
fueron representantes ejemplares de la las formulaciones de Sapir-Whorf, los
actividad dominante en la lingüística más entusiastas de estos investigadores
antropológica norteamericana entre sostenían que si un investigador etno
1920 y 1960: los estudios descriptivos de gráfico podía comprender la lógica de la
las lenguas norteamericanas nativas, categorización usada por los pueblos en
centrados principalmente en su fonolo estudio, también habría de ser posible
gía y morfología, pues los dedicados a las comprender los procesos cognitivos sub
estructuras sintácticas y a la semántica yacentes a su comportamiento cultural
fueron abordados sólo de paso. (véase CLASIFICACIÓN). Las asunciones
Durante esta época, un interés paralelo cognitivas más extremas de la etnocien-
por la lingüistica en la antropología sur cía fueron puestas en entredicho, (Bur-
gió en Inglaterra de una fuente inespe ling, 1964), pero la técnica de indagar en
rada: el célebre antropólogo social Bro- la lógica de la categorización se reveló
nislaw M a l in o w s k i , cuyos trabajos en Útil para comprender determinados as
las islas Trobriand adquirían creciente pectos de la actividad cultural. La ETNO-
popularidad. En su estudio Coral gar- BOTÁNICA, la ETNOZOOLOGÍA, y el estudio
dens and theirmagic (1935)» Malinowski comparado de la categorización de los
había incluido un extenso ensayo sobre colores (Berliny Kayf 1969) demostraron
el lenguaje como introducción al segun ser fecundas líneas de estudio.
do volumen de su obra. Abordaba en él Un importante desarrollo colateral fruto
el problema de la TRADUCCIÓN, tomando del estudio lingüístico-estructural fue la
como muestra principal al efecto la tra elaboración de la llamada teoría de la
ducción de las fórmulas mágicas. Estas, marca de Joseph Greenberg (1966). Ba
declaró, no podían ser traducidas por ca sándose en los estudios fonológicos de los
recer de contenido semántico reconoci lingüistas formales de la escuela de Pra
ble. Sin embargo, satisfacen un objetivo ga de la década de 1930, Greenberg de
cultural en la sociedad trobriandesa y mostró que algunas categorías de fenó
cumplen, por tanto, una clara necesidad menos lingüísticos están marcados frente
funcional. Para «traducir» semejante a otras que no. El miembro «no marca
material, el etnógrafo debe aportar una do» de una pareja es más general y com
explicación contextual completa, sin la prende la referencia a una categoría
completa del fenómeno observado, así trabajo del estudio de las estructuras lin
como una-subcategoría específica de este güísticas formales y a dirigirlo hacia el
mismo fenómeno. E l elemento «marca uso del lenguaje en los contextos social y
do» hace referencia exclusivamente a cultural, centrando la investigación en
una subcategoría específica. Así, «vaca» FONOLOGÍA y morfología básicamente en
es elemento no marcado frente a «toro», la investigación de las interconexiones
que es marcado, porque el primer ele históricas entre los grupos lingüísticos.
mento se refiere a la vez a la categoría Un desarrollo importante fue el crecien
general del animal considerado y a la te interés por el estudio del lenguaje co
hembra, mientras que el segundo se re mo fenómeno «exclusivamente huma
fiere sólo al miembro masculino de la es- no». Charles Hockett (1966) formuló
pecie. Greenberg demostró que estas dis una serie de «variables modélicas» para
tinciones se hallan presentes en todos los delinear las características principales
sistemas gramaticales formales* al igual del lenguaje humano (véase COMUNICA
que en otros campos semánticos, como el CIÓN). La lista de Hockett fue amplia
PARENTESCO. mente adoptada, no sólo por los antropó
En 1957, Noam Chomsky publicó su re logos sino también por los lingüistas for
volucionaria obra Syntactic structures, a males y por los psicólogos. En la década
partir de la cual los antropólogos lingüís de 1970 fue usada a modo de formulario
ticos empezaron a diverger de la lingüísti de encuesta para verificar las capacida
ca como disciplina académica en sus ob des lingüísticas de los chimpancés que
jetivos y actividades. La orientación teó eraji adiestrados para comunicarse con
rica de Chomsky alejó la lingüística del los humanos por medio del Lenguaje
estudio meramente descriptivo de la fo Americano de Signos y otras técnicas no
nología y la morfología y centró la labor verbales. La investigación de Hockett le
en la sintaxis como estructura formal llevó a investigar asimismo los orígenes
central del lenguaje. Aunque considera comportamentales del lenguaje huma
blemente modificada a partir de 1957, la no. Este trabajo prosiguió luego con un
GRAMÁTICA TRANSFORMACIÜNAL-GENERA- pequeño número de antropólogos bioló
TIVA ha constituido el paradigma básico gicos, en particular Philip Lieberman
en el que se han movido los lingüistas (1984, 1991), y se suplemento con las
formales. Basando gran parte de su tra aportaciones de los estudiosos de la psi
bajo en la exploración del conocimiento cología animal centrados en la comuni
intuitivo de las estructuras del lenguaje, cación de los chimpancés.
y a menudo trabajando sólo con la lengua
inglesa, los lingüistas formales abando 1970-1985: la sociolingiiística y la
naron en gran medida la práctica del tra etnografía de la comunicación
bajo lingüístico de campo. A la postre, El período 1970-1990 fue testigo del de
bajo la dirección de Chomsky, la lingüís sarrollo de modelos más complejos y ela
tica formal se consideró como una rama borados en lo que se refiere a la interac
de la ciencia cognitiva. Las estructuras ción del lenguaje y la vida social. La SO-
sintácticas detectadas por los lingüistas CIOLINGÜÍSTÍCA, iniciada en la década de
se revelarían, en opinión de Chomsky, 1950, se convirtió en un importante
emanaciones directas de las estructuras campo de nuevas actividades para los
neurales del cerebro. lingüistas estructurales que a la postre
Durante la misma época, los lingüistas dio origen a la llamada «etnografía de la
antropológicos empezaron a alejar su comunicación» impulsada por D ell Hy-
mes y John Gumpers, dos de los más im puede demostrarse poseedora de un mo
portantes precursores en esta disciplina delo cultural único de uso de la lengua
(véase Hymes, 1974). que se explica atendiendo a su interrela-
La sociolingüística fue rebautizada «lin ción con otras instituciones culturales.
güística socialmente realista» por H y
mes dado que trataba del lenguaje según 1985-presente: discurso y
se manifestaba en las estructuras de la comunicación expresiva
propia vida, social. Gran parte de la so No hubo de pasar mucho tiempo para
ciolingüística consiste en descubrir la que los antropólogos se dieran cuenta de
variación que en las formas lingüísticas que para estudiar la lengua en su con
se observa en una comunidad dada, para texto cultural global era necesario aten
establecer seguidamente su correlación der detalladamente a comportamientos
con las divisiones culturales y sociales en lingüísticos sumamente complejos. Éstos
ésta o cómo responde a su dinámica. Es fueron englobados bajo la rúbrica gene
tas divisiones pueden basarse en el géne ral de «DISCURSO». John Gumperz
ro, la ETNIA, las diferencias de CLASE o (1982), uno de los adelantados en esta
cualquier otra división social patente en área de estudio, señaló que el examen
la comunidad. La variación puede cons científico cuidadoso del discurso habría
tituir una propiedad del lenguaje de una sido imposible si no se hubiera contado
división social dada (por ejemplo, la jer con la asistencia de recursos tecnológicos
ga masculina frente a la femenina, o los como grabadoras de audio y de vídeo.
diferentes vocabularios en uso en dife Efectivamente, el estudio de los procesos
rentes generaciones). También puede discursivos requiere un laborioso esfuer
producirse por procesos sociales que ri zo de grabación, transcripción y análisis
gen las relaciones entre y dentro de di de la interacción verbal que habrían sido
chas divisiones sociales. Factores como la imposibles en tiempos de Sapir.
solidaridad grupal frente a los retos ex Las estructuras del discurso se consideran
ternos, el deseo de prestigio y el conflic en extremo pautadas, con inicios, finales,
to mterdivisional pueden manifestarse transiciones y estructuras episódicas (véa
en el comportamiento lingüístico y dar se Goffman, 1981; Silverstein y Urban,
lugar a la variabilidad observada en el 1996). No obstante, tienen carácter cola-
seno de la comunidad. borativo en lo tocante a la producción. Por
La etnografía de la comunicación fue consiguiente, en un evento lingüístico es
inicialmente considerada como una for imposible estudiar a los hablantes aislados
ma de la soció lingüística, pero no tardó de los oyentes; todos los presentes contri
en adquirir vida propia. Denominada buyen al hecho lingüístico, incluso si no se
«lingüística socialmente constituida» manifiestan* Además, se observa que no
por Hymes, la etnografía de la comuni todos los interlocutores son iguales. Algu-
cación trata del estudio etnográfico de la nos gozan, convencionalmente, de más
expresión oral llana y del lenguaje for voz o función en el proceso de intercomu
mal en su marco social y cultural. De nicación. El discurso permite el ejercicio
manera que, como en Malinowski, el de comportamientos estratégicos, de mo
lenguaje no se considera sólo como for do que un individuo diligente puede apro
ma, sino también como comportamiento vechar un momento dado en la comunica
dinámico. Esta lingüística «funcional» ción para proponer una agenda. También
revela el papel del lenguaje en la vida el silencio estratégico puede ser tan efecti
social. Con este objeto, cada sociedad vo aquí como la intervención verbal.
En las sociedades, diferentes grupos so Bauman (1977) ha escrito extensamente
ciales pueden mostrar estilos de discurso sobre las propiedades del arte verbal y
asimismo diferentes, discrepancias que los aspectos interpretativos de la cultura.
pueden impedir la comunicación entre Una de las vertientes más interesantes
grupos incluso si los individuos implica de este área de la comunicación humana
dos consideran que «hablan el mismo es su cualidad de «emergencia». Está
lenguaje». Deborah Tannen (1984, 1990) claro que toda comunicación es en cierta
ha logrado llamar la atención sobre las medida emergente dado que su forma y
diferencias de discurso observadas entre dirección cambian continuamente en ra
hombres y mujeres en la sociedad norte' zón de los acontecimientos y los partici
americana. A su vez, Jane H ill ha inves pantes. Sin embargo, la interpretación
tigado las diferencias en la estructura reviste especial interés porque suele im
del discurso en diferentes comunidades plicar un conjunto material fijo que, aun
bilingües (español-inglés) en localidades así, se modifica al hilo de las variantes
del suroeste norteamericano (H ill y Hill, de presentación, En suma, aunque es po
1986). sible identificar los papeles de «actor» y
Comunicaciones expresivas en forma de «audiencia», todos los participantes son
POESÍA, metáfora y arte verbal también de hecho cocreadores de la pieza presen
constituyen importantes géneros de co tada. Su colaboración confiere forma fi
municación en la vida humana. Paul nal a la obra, cuya naturaleza no puede
Friedrich (1986) ha sido un adelantado comprenderse hasta que no se completa.
en el estudio de las estructuras poéticas En consecuencia, cada representación es
en el comportamiento comunicativo. un evento único. Siendo así, el análisis
Derivando su trabajo en parte de una lí de una de ellas encierra menos interés
nea sugerida en un trabajo seminal de que el de los procesos comunicativos y
Román Jakobson (1960), Friedrich llegó sociales que la engendran.
a la conclusión que la creación de estruc
turas poéticas es un rasgo central de todo Antropología y lingüística en el
el comportamiento lingüístico. El estu futuro
dio de la metáfora y de los símbolos ha Parece claro que la misión de la antropo
sido importante en la investigación de la logía lingüística seguirá siendo la explo
vida ritual y religiosa, pero hacia esta ración de la capacidad comunicativa hu
época los antropólogos ya empezaban a mana en todas sus formas y variantes.
considerar el papel central de la creación Aunque el análisis de las propiedades
metafórica como proceso discursivo. En formales de la lengua desempeñará un
Metaphors we Uve by (1980), de Lakoff y papel notable en esta tarea, no es proba
Johnson, se abre la vía para otras investi ble que en los trabajos de antropología
gaciones en este campo. El estudio de Ja lingüística ocupe el lugar central que le
mes Fernández sobre los tropos en la v i cabe en la lingüística. Las nuevas tecno
da cultural cierra la fisura otrora exis logías no sólo aportarán técnicas de in
tente entre las antropologías lingüística vestigación más complejas y perfeccio
y cultural. nadas para el estudio del lenguaje en la
El arte verbal en forma de oración, na vida humana, sino que también sumi
rrativa, interpretación teatral y espec nistrarán nuevas formas de comunica-
táculo es quizá la forma más compleja ción. Algunas de éstas ya están siendo
y directa de discurso (véase Baumann y objeto de análisis y estudio por parte de
Eriggs, 1990; Beeman, 1995). Richard los antropólogos lingüísticos. La comu
nicación por medio de ordenador en par uso y función, Linton fue un destacado
ticular ha adoptado muchas formas. El teórico de la ACULTURACIÓN, miembro del
correo electrónico (e-mail), la «charla» equipo de autores del influyente «M e
directa (chai) y el uso de «cuadros de no morándum for the study of accultura-
ticias» son sólo algunas. La transmisión tion» (Redfield et al., 1936) auspiciado
electrónica por ordenador y satélite de por el Social Science Research Council
palabras e imágenes por todo el planeta estadounidense. Observó que los ele
hace posible que personas que viven en mentos individuales se transmitían con
lugares muy remotos puedan comuni más frecuencia que los complejos carac
carse con regularidad. Ya son miles las terísticos porque se requerían menos
«comunidades comunicativas» electróni modificaciones por parte de la cultura
camente constituidas, basadas en intere receptora. Los pretatarios adoptan gene
ses compartidos. Las reglas de comunica ralmente elementos cuya utilidad apre
ción por estos nuevos canales están sien cian, sin reconocer los complejos caracte
do actualmente formuladas por las rísticos en que están integrados. Las he
comunidades de usuarios y proporciona rramientas se valoran y adoptan con más
rán sin duda un fértil campo de investi facilidad que los modelos de comporta
gación en el futuro. WBe miento, que pueden requerir de un con
Otras lecturas Lutz y Abu-Lughodj tacto prolongado para ser comprendidos
Í990. y apreciados. La transferencia de ideas
abstractas es aún más restringida. Lin
Linton, Ralph (1895-1955) Lin- ton (1940) distinguía entre la aceptación
ton nació en Filadelfia el 27 de febrero voluntaria de las innovaciones y la clase
de 1893. Se licenció en Letras en la Uni de «cambio dirigido en la cultura» tan
versidad de Pennsylvania y Columbia, característico de las poblaciones indíge
pero se doctoró en Harvard en 1925, Im nas del Nuevo Mundo enfrentadas al go
partió clases en la Universidad de "Wis- bierno colonial de los europeos.
consin desde 1928 a 1937, en Colombia El otro eje de estudio de Linton fue la
(principalmente como catedrático) desde interacción de CULTURA Y PERSONALIDAD,
1937 a 1946, y en Yale desde 1946 hasta de resultas de su participación en los se
su muerte. Su tesis versó sobre la cultura minarios de Abram Kardiner sobre an
material de las islas Marquesas. En 1936 tropología y psicoanálisis celebrados en
publicó un trabajo titulado The study o f el New York Psychoanalytic Institute
man, a medio camino entre el libro de entre 1935 y 1938. El seminario, con
texto y la teorización sobre la antropolo Linton como co director, se trasladó lue
gía cultural. En él describió la CULTURA go a Columbia, en 1940, como curso re
como un conjunto de elementos, rasgos, gular Basándose en datos comparados,
complejos característicos y actividades, íCardiner (1939) acuñó la noción de
cada componente con cuatro cualidades: «personalidad modal», que Linton des
forma, significado, uso y función. El es cribió como sistema proyectivo, «esa con
quema se reveló particularmente útil figuración de la personalidad que es
para el análisis de la DIFUSIÓN de com compartida por la mayoría de los miem
plejos de caracteres de una cultura a bros de una sociedad como resultado de
otra. La forma era fácilmente identifica- la experiencia temprana que todos tie
ble, pero el significado de los rasgos po nen en común» (A. Linton y Wagley,
día cambiaren un nuevo contexto cultu 197Í, p. 54). Fiel a su metodología de los
ral, con modificación consiguiente de su complejos característicos o de rasgos,
Linton afirmó que la «personalidad mo la construcción freudiana de la persona
dal de cualquier sociedad puede estable lidad sustentada por Kardiner, basada en
cerse directa y objetivamente mediante las relaciones «primarias» (es decir, fa
el estudio de las frecuencias de diversas miliares)- Linton murió en New Haven
configuraciones de la personalidad entre el 24 de diciembre de 1955. TG
los miembros de dicha sociedad» (p. 57).
Sus ideas sobre este tema se refinarían lo n g h o u s e s «Casas largas», galpo
más tarde en The cultural background o f nes. Viviendas comunitarias que constan
personality (1945), donde introdujo el de una larga serie de apartamentos fami
concepto de «personalidades de rango», liares individuales unidos para formar
respuestas que varían con la posición so una casa longitudinal (o circular). Han
cial y se superponen a la personalidad sido características de los pueblos triba
modal, alejándose así notablemente de les de todo el mundo (véase figura 1).
se usa sobre todo en referencia a la uni sos en la École Pratique des Hautes Étu-
des. Después de la primera guerra mun y en la acción individual más que en la
dial, en la que ganó una medalla al valor, colectiva. Dentro de la historia «pura»,
desempeñó un importante papel en la su idea más discutida es la del «hecho
continuación dé los esfuerzos de Durk social total»: esas ocasiones que (en el ca
heim. y su circulo. También, dio clases (a so límite) aglutinan a la sociedad entera
partir de 1926) en el Instituto de Etnolo y movilizan todas sus instituciones de
gía, del que fue cofundador, y (a partir modo que ofrezcan aspectos múltiples
de 1931) en el College de France, Se re (socioestructurales, jurídicos, económi
tiró al comienzo de la segunda guerra cos, estéticos, religiosos, etc.). Pero des
mundial (Fournier, 1994). confiaba de la abstracción excesiva y
Contrariamente a su más bien austero conservó siempre un claro sentido de la
tío, Mauss gozaba de la amistad, las artes realidad social vivida.
y los paseos por la montaña, y fue muy En su primer ensayo importante, de
activo en comités socialistas y en perio 1899, interpretó el material filológico
dismo, criticando el bolchevismo y pro sobre el SACRIFICIO en términos de comu
pugnando el Movimiento Cooperativo. nicación entre el hombre y Dios (H. Hu
Dejó sin terminar muchos de sus proyec bert y Mauss, 1964). En 1903 sostuvo
tos académicos, incluida su tesis, y aun con Durkheim que en la sociedad toté-
que trabajó desinteresadamente en pro mica primitiva la CLASIFICACIÓN de los
de la publicación de los libros de sus co humanos en unidades de estructura so
legas fallecidos, jamás publicó uno pro cial (como los clanes) sirvió como patrón
pio. No obstante, sus notas de clase en el para la clasificación de los reinos natura
instituto fueron publicadas por otros les y que esta forma de coherencia ideo
(Mauss, 1947), y sus escritos antropoló lógica se ha roto en el curso de la historia
gicos, reunidos postumamente (Mauss, mundial (Durkheim y Mauss, 1965;
1950, 1968-1969). Alien, 1994), En 1906 contrastó la dis
Mauss no realizó jamás TRABAJO DE CAM persión demográfica de los campos esti
PO ni se especializó en una región par vales esquimales con la «efervescencia»
ticular, pero publicando más de quinien ritual característica de sus asentamien
tos comentarios críticos y recordando to tos comunales de invierno (Mauss y
do lo que había leído acumuló una Beuchat, 1979). Su texto más famoso,
erudición casi enciclopédica. Se movió publicado en 1925, es ciertamente The
fácilmente entre el mundo antiguo he gift (Mauss, 1954).'Aunque los regalos
breo o indoeuropeo (sánscrito, grecorro (gifts) son ostensiblemente espontáneos,
mano, germánico) y la etnografía con de hecho muchas veces se actúa bajo al
temporánea (en especial de Australia, el guna forma de obligación, no sólo al re
Pacíñco insular y la América del Norte galar sino también al recibir y, en su mo
nativa), usando a menudo textos en su mento, devolver el regalo. Consideró tres
idioma original. estadios evolutivos en el INTERCAMBIO DE
Aunque a veces estuvo en desacuerdo PRESENTES. En un sistema de prestacio
con su tío, Mauss fue siempre un durk- nes totales, los intercambios vinculan a
heimiano: tan consciente de la modela los clanes entre sí; en las sociedades que
ción estadística del comportamiento co practican el POTLACH o similares, los re
mo de las categorías ideológicas subya galos son típicamente competitivos o
centes, y más interesado en la cohesión «agonísticos»; y en el mundo moderno,
social que en el conflicto, en la historia aun persistiendo formas antiguas, domi
del mundo que en el sistema sincrónico, na el MERCADO amoral. Mauss recomen
dó moderar el individualismo del mer tivas a la ADOLESCENCIA, el GÉNERO y la
cado acentuando la propensión humana SOCIALIZACIÓN (en especial de los NIÑOS).
a dar al igual que a consumir. Nacida en Filadelfia en 1901 en el seno
En ensayos posteriores, Mauss (1979) de una familia de académicos (su madre
abundó en la obra Suicide de Durkheim era socióloga, y su padre profesor de eco
poniendo de manifiesto la efectividad fi nómicas), Mead formó parte de la segun
siológica de los imperativos sociales para da generación de discípulos de Franz B oas
abandonar la vida, y exploró los modelos en Columbia, donde se doctoró en filoso
culturales de la postura y el movimiento fía en 1929. Fue particularmente influi
corporales. En su última obra maestra se da por sus colegas de más edad Ruth Be-
propone categorizar a la persona como NEDICT y EdwaTd SAPIR, estrechos ami
entidad moral, como hiciera respecto de gos con quienes fundó el movimiento de
la categoría cognitiva de clase en su en CULTURA Y PERSONALIDAD que se pTopuso
sayo Prim itive classificatioti (1903): el relacionar la antropología cultural con la
«personaje» tribal, encarnación de un psiquiatría y la psicología.
antepasado mítica del clan, evoluciona Mead fue una de las primeras mujeres
hacia una persona contemporánea porta en la antropología norteamericana en
dora de derechos humanos universalistas emprender exhaustivos trabajos de cam
(ve ase Carrithers etal., 1985). po en ultramar, empezando en el Pacífi
Otros ensayos maussianos precursores co con el estudio de las adolescentes. En
tratan de la magia, la oración, la rela su libro Corning o f age in Someta (1928)
ción entre sociología y psicología, las re sostiene que las tribulaciones asociadas
laciones ficticias, la segmentación tribal, con la adolescencia en Estados Unidos
la nación* etc, (Mauss, 1950, 1979). Pero no se dan en Samoa y que, por tanto,
el lugar de Mauss en la historia está ga eran producto de la cultura, no de la bio
rantizado no sólo por la calidad de sus logía. Nuevos trabajos de campo a fina
principales textos y sus perspicaces ob les de la década de 1929 y en los años
servaciones dispersas en el conjunto de posteriores dieron por resultado un nota
su obra (y a la espera aún del merecido ble número de monografías académicas,
reconocimiento), sino también por su in peTo fueron Corning ofage y otras obras
fluencia en autores de la talla de Granet, similares las que cimentaron su fama.
L é v i -S t r a u s s y Dumont. Su obra, pese a Hay que destacar Growing up in New
no ser en ocasiones de fácil lectura, con Guinea (1930), centrada en la socializa
serva el poder de sugerir e inspirar. NA ción infantil y las relaciones intergene-
Otras lecturas Alien, 1995; Dumont, racionales en un pueblo manus, Sex and
1986a; Lévi-Strauss, 1987; J. Parry, 1986. temperament in three primitive societies
(1935), donde incidía en la plasticidad
Mead, Margaret (1901-1978) de los roles de género en hombres y mu
Margaret Mead es la antropóloga más co jeres, y Male andfemale (1949), examen
nocida del siglo XX. Aunque su influencia transcultural comparado del género a
en la antropología académica ha perdu mayor escala.
rado menos, no tuvo par a la hora de re Estas obras tenían mucho en común:
lacionar las conclusiones extraídas del es iban destinadas a un lector populartanto
tudio de pueblos remotos y manifiesta como a los antropólogos, abordaron co
mente extraños con los problemas de la mo tema central un problema social a la
sociedad a la que pertenecía, en particu sazón importante en Estados Unidos, y
lar en lo que se refiere a cuestiones rela se sirvieron de datos transculturales para
establecer paralelos (por implicación y y sólo la promovió a un cargo de direc
directamente) con aspectos específicos la ción, y aun con reservas, tras cuarenta
vida norteamericana que Mead sometió años de servicio y cuando ya. estaba cerca^
a crítica. Le ganaron no poca fama en su na su jubilación- A l final de su vida se ha
día y se siguen editando en la actuali bía convertido en una especie de icono
dad. La principal excepción en su traba antropológico, asistida por un gran perso
jo divulgador en este período fue su em nal, comparecencias en el Congreso o dis
peño precursor, junto con Gregory Bate- cursos frente a grandes audiencias acerca
son, para documentar la socialización en de cómo mejorar las relaciones intergene-
Bali describiendo el proceso social, la ex racionales. Publicó su autobiografía en
presión corporal y la dinámica espacial 1972, Blackberry wínter, donde mezcló
en una película. Esta obra clásica (G. Ba- temas de su vida profesional y de su vida
teson y Mead, 1942) fue muy admirada personal. Murió en Nueva York en 1978.
en el campo de la antropología (véase Lo normal es que la vida académica del
FOTOGRAFÍA), peTo no tuvo gran impacto investigador cese con su muerte. Sin em
fuera del campo profesional. bargo, uno de los debates más importan
A l comienzo de la segunda guerra mun tes con Mead como protagonista tuvo lu
dial Mead había abandonado en gran me gar tras su fallecimiento, cuando Derek
dida sus trabajos de campo, pero se había Freeman publicó Samoa: the making o f
volcado en una amplia gama de estudios an anthropological myth (1985). Free
comparados. Resuelta defensora de la idea man tachaba a Mead de haber sido enga
de que la socialización de los niños tiene ñada por sus informantes, acusándola de
gran impacto en la formación del CARÁC no haber entendido a la cultura samoa-
TER NACIONAL (Mead, 1953a), publicó un na, doble engaño en opinión de aquél
estudio sobre la cultura norteamericana porque Mead había resuelto ab initio dar
desde esta perspectiva (Bateson y Mead, con pruebas que confirmaran la premisa
1942). Intervino con Ruth Benedict en un de Boas de que la naturaleza humana
gran proyecto para estudiar la «cultura a era determinada por la cultura, no por la
distancia» centrado en aquellos lugares biología. La Samoa de Freeman, en
donde, por razones políticas o por extin cambio, estaba marcada por la violencia
ción, las culturas no podían ser directa y la competición, y la sexualidad distaba
mente estudiadas (Mead, 1953c). En esta de ser libre y abierta. Ocioso es decir que
época Mead participó también activa se sucedieron los debates y libros al res
mente en proyectos de carácter interna^ pecto, con un temario cada vez más ex
cional patrocinados por el gobierno como tenso y disperso que abarcaba desde la
DIETA y DESARROLLO (Mead, 1953b, 1964). realización del TRABAJO DE CAMPO a la
Particular interés reviste su trabajo sobre validez de los datos y argumentos teóri
las transformaciones ocurridas entre los cos, la historia de la antropología y no
manus de Nueva Guinea desde sus traba pocas acusaciones ad hominem (L. Hol-
jos iniciales en la región con Río Fortune mes, 1987; Orans, 1996). Pese a la impo
veinticinco años antes (Mead, 1956). sibilidad de defenderse personalmente
A lo largo de toda su carrera Mead estuvo con ayuda de sus asistentes, la obra de
asociada con el Museum of Natural His- cincuenta años de Mead capeó el tempo
tory de Nueva York. Esta base le había ral, con la jarcia algo maltrecha pero fir
proporcionado la flexibilidad necesaria me, y convocó renovado interés en los te
para su variado trabajo, pero como insti mas que había ido desarrollado a lo largo
tución distó de prestarle ayuda sustancial, de toda su vida, TB
Otras lecturas American Anthropolo- de las mujeres menstruantes como con
gist, 82 (1980), pp. 261-373 [colección de taminadas y portadoras del M A L hasta
artículos «In memoriam: Margaret M e que el baño ritual mikvah las purificaba
ad, 1901-1978»]; M. Bateson, 1984; G-or- (R.. Cernea, 1981, pp. 62-65), aunque re
dan, 1976; Handler, 1990; J. Howard, cientemente algunas mujeres judías nor
1984. teamericanas han rechazado esta opinión
(Kaufman, 1991). Entre los tuaregs kel
menstruación Evento fisiológico ewey del Níger, la existencia de tabúes
propio de muchachas y mujeres en edad menstruales sirve para destacar funda
núbil en todo el mundo. Aunque así pare- mentos sociológicos como las distincio
ce definirse un proceso biológico invaria nes de CLASE entre las elites y los campe
sinos, más que ideologías de género per
ble que no justifica el examen antropoló
se (Rasmussen, 1991).
gico, de hecho este período posee signifi
Otras sociedades revelan con su catálogo
cados distintos: en las diversas culturas, la
de tabúes menstruales una ambivalencia
sangre menstrual y la propia mujer que
estructural en lo relativo a la menstrua
la produce originan juicios positivos, ne
ción y a las mujeres como grupo (M.
gativos, neutros y ambivalentes.
Douglas, 1966). Por ejemplo, las mujeres
Algunos TABÚES giran en torno al supues
yurok de California se auto segregaban
to de que la SANGRE menstrual es especial
tradicionalmente durante los diez días
y posee poderes singulares. Que éstos sean
perimenstruales de cada mes. Y si algu
denigrados o valorados depende de las
nos hombres yurok parecen haber consi
ideas locales y de las estructuras de poder
derado el período menstrual de la mujer
que circunscriben las relaciones de GÉNE
como fuente simbólica de contamina
RO. Por ejemplo, los beng de Costa de
ción, hay pruebas de que muchas muje
M arfil ven en la sangre menstrual un
res lo veían como ocasión renovadora de
signo de fertilidad, y su estructura políti poderes espirituales por el baño que les
ca ordena la participación de hombres y imponía en ríos purificadores (Buckley,
mujeres en todos los niveles. Una tabú 1988), Similarmente, algunas mujeres
que prohíbe a las mujeres beng mens- taiwanesas consideran sus períodos como
truantes el trabajo en sus campos no es medio para conservar la salud más que
indicativo de opresión, sino señal del es como causa contaminante, como procla
fuerzo por segregar la fertilidad humana man los hombres (Furth y ChTen, 1992).
de la fertilidad natural de los bosques y Los thanthy siberianos entienden que la
de los campos y de la fertilidad sobrena menstruación es contaminante, pero que
tural de los espíritus (G-ottlieb, 1988b). aumenta de algún modo el poder de las
En otros lugares, cuando varias mujeres mujeres en los campos espiritual y ri
menstruantes ocupan colectivamente un tual, especialmente a medida que enve
espacio discreto (llamado a veces «caba jecen (Balzer, 1981).
ñas de menstruación»), el hecho puede La sangre menstrual es diferente de la
verse como una bienvenida pausa en su venosa no sólo biológicamente (no se co
actividad normal y hasta como ocasión agula), sino también culturalmente; son
de placentera sociabilidad con otras mu muchos los pueblos que la consideran
jeres en igual situación. Por otra parte, particularmente potente y dotada de
la segregación menstrual durante diez propiedades místicas; de aquí procede la
días cada mes entre los judíos señalaba costumbre dominante de limitar su pre
tradicionalmente una imagen general sencia’ al ámbito más privado, y aun la
prohibición de verla o tocarla (razón del menstrual puede reducir igualmente su
extendido tabú sobre las relaciones se frecuencia. Por ejemplo, entre los gainj
xuales durante la mensturación). Sin de Nueva Guinea la duración media del
embargo, y precisamente por los poderes ciclo es de treinta y seis días (P. Johnson
que se le atribuyen, la sangre menstrual et al., 1987). Además, en escenarios no
puede usarse con determinados fines, ya occidentales y preindustriales, la menar-
de BRUJERÍA, ya en pociones eróticas. Los quía se ha dado mucho más tarde que en
asante de Ghana, por ejemplo, celebran los países occidentales contemporáneos,
la menstruación con elaborados rituales acortando así la duración del ciclo ente
para celebrar el paso de las muchchas a ro (Laslett, 1973), Por último, cuando las
la pubertad, y sus brujos se protegían mujeres viven juntas en hábitats reduci
tradicionalmente de los hechizos malig dos o experimentan igual exposición a la
nos embadurnándose con escobillas un luz, la cronología global de la menstrua
tadas de sangre menstrual; y eso a pesar ción puede acomodarse al ciclo lunar
de que en general la consideraban tan (M. McClintock, 1971). La tendencia de
peligrosa que las mujeres que violaban las mujeres a menstruar bien con la luna
determinados tabúes eran indefectible nueva, bien con la llena, puede estar in
mente ajusticiadas en la época precolo- cluso codificada culturalmente en ritua
nial (Buckley y Gottlieb, 1988a). les (Lamp, 1988) y mitos (Knight, 1991).
Aunque los ejemplos expuestos en lo pre En suma, es mucha la variabilidad trans-
cedente ponen de manifiesto la existencia cultural tanto en la biología de la'tnens-
de un elaborado repertorio de prácticas truación como en las maneras y modos
culturales en torno a la menstruación, el con que es vista y tratada. La menstrua
cuadro presentado no es universal. Los ción es menos un dato biológico que un
rungus de Borneo, por ejemplo, carecen evento cultural generador de experien
de semejantes tabúes acerca de la mens cias enormemente diferentes en las mu
truación, considerada con indiferencia jeres. AG
por ambos sexos (L. Appell, 1988). Y los Véase, también ADOLESCENCIA, RITOS Y
síntomas psicológicos del síndrome pre CULTOS DE FERTILIDAD, GÉNERO, PURE-
menstrual (SM), tan comunes en las so ZA/POLUCIÓN, RITOS DE PASO.
ciedades occidentales (E. Martin, 1987), Otras lecturas C. Bailey, 1993; Brum-
no se dan en, al menos, algunos colectivos berg, 1993; Delaney et aL, 1993; Golub,
preindustriales (Gottlieb, 1988a). A l pro 1983;Lupton, 1993; McKeever, 1984; So
pio tiempo, algunas mujeres de las nacio bo, 1992.
nes industrializadas inventan actualmen
te sus propios rituales menstruales para m e r c a d o Lugar en el que comprado
celebrar el ciclo y contrarrestar el cuadro res (demanda) y vendedores (oferta) se
de síntomas del crecientemente hegemó- reúnen para efectuar intercambios. La
nico SM (Owen, 1993). extensión del mercado puede variar con
La biología y la psicología de la mens siderablemente, desde un local específi
truación varían también entre culturas. co hasta una región, un país o el planeta
Así, donde es poco o nulo el esfuerzo por en su totalidad.
limitar los embarazos, las mujeres la Hay importantes diferencias entre las
presentan raramente y la amamantacíón economías cuyo modo primario de asig
frecuente y prolongada suprime el ciclo nación de recursos es una red de merca
durante años tras el parto (véase REPRO dos que se autorregulan y una economía
DUCCIÓN). La duración del propio ciclo de mercado. Mientras que los antropólo
gos han escrito abundantemente sobre la desplazarse de una aplicación a otra se
segunda (J. Alexaner, 1987; Beals, 1976; gún los dictados de «racionalidad econó
Bohannan y Dalton, 1962; S. Cook y Dis- mica» más que desplegados conforme a
kin, 1976; Dewey, 1962; C. Geertz, 1979; la costumbre o los intereses políticos.
Hodges, 1933; Tax, 1953), no han contri C on 1as fuerzas déla oferta y la demanda
buido gran cosa a nuestro conocimiento actuando libremente y con la amplia
analítico de las primeras, salvo por medio ción de mercados, el sector productivo
del contraste con ciertas instituciones en responde con una mayor DIVISIÓN DEL
las sociedades tradicionales. Cabe decir TRABAJO y un aumento de la producción
esposa. Casi siempre adopta la forma, de Surge la cuestión de si todas las religio
poliandria fraterna^ donde un grupos de nes son siempre en realidad, en mayor o
hermanos comparten esposa. MR menor grado, politeístas. Dos son al efec
Véase también POLIGINIA. to las respuestas aportadas. Primero,
Otras lecturas Levine, 1985, aunque un Dios superior o deidad prin
cipal puede caracterizar a una religión,
p oligam ia Es la institución de ma que en consecuencia cabe definir como
trimonio plural que permite al indivi monoteísta, también puede albergarse la
duo tener mis de una esposa. Compren creencia en la coexistencia de demonios,
de tanto a la POLIANDRIA, como a. la POLÍ- de Satán, y de manifestaciones tanto im
personales como personificadas del MAL.
GINIA. MR
Está claro que estas entidades no son he-
nignas en el sentido normal vehiculado
poliginia Forma, de matrimonio plu
por el término «dios», pero sí son clara
ral que permite al hombre tener más de
mente seres espirituales y, por tanto, en
una esposa a la vez. MR
la definición de Tylor, parte integrante
Véase también POLIANDRIA.
de la base de la fe religiosa.
Segundo, es frecuente que un Dios supe
politeísmo Adoración o reconoci
rior presida una jerarquía de deidades
miento de muchos dioses o espíritus en
menores. En el cristianismo, Dios puede
un universo religioso. El siglo XIX fue
comunicar su voluntad a los mortales a
testigo del auge de dos ideas evolutivas
través de espíritus llamados «ángeles»
principales amparadas por el politeísmo
(no todos benévolos) que constituyen
(H. Spencer, 1876; Tylor, 1871). En pri
una jerarquía celestial en la que los ar
mer lugar, se presuponía que los pueblos
cángeles ocupan el octavo rango. Una si-
prehistóricos llegaron en su momento a
tuación comparable es la que se aprecia
distinguir entre el cuerpo material y el en las otras religiones llamadas semíti
alma o espíritu, favoreciendo así la creen cas, el judaismo y el islam, pese a perci
cia en una pluralidad de ESPÍRITUS. No bir el peligro de deidades (y de Satán)
sólo a las personas, sino también a los que compiten con Dios, que puede pro
animales, plantas y aun objetos inani vocar la denuncia de la adoración de
mados, podían serles atrihuidas almas otros dioses e ídolos.
(véase ANIM ISMO). En segundo lugar, el Hoy es para muchos musulmanes esta
culto a las almas de los antepasados fue denuncia del politeísmo la base del is
propuesto como antecedente u origen de lam fundamentalista radical que urge
la RELIGIÓN, con la creencia adicional de fervientemente a la gente a desistir de la
que estos espíritus ancestrales se mani veneración de santos muertos (incluso
festaban a veces en un tótem. Para del propio Profeta) en dispendiosos ri
D ü R K H E IM (1915), el TOTEMISMO, que tuales y de instar místicas súplicas de es
englobaba a una plétora de espíritus to- píritus o jinns, pese al hecho de que al
témicos colectivos e individuales o per gunos de ellos son mencionados, a veces
sonales, fue el origen de todas las reli aprobatoriamente, en el Corán.
giones. Diferían las opiniones en lo to El hinduismo, en particular en la prácti
ca local, contiene una jerarquía divina, varios del entorno natural. Es práctica
desde el Dios omnipresente e incorpóreo mente inevitable que las divinidades in
a deidades con expresión física concreta, manentes se reflejen así. De donde que
como Shiva, Parvati y Vishnu, pasando «politeísmo» pueda no ser sino un tér
por una serie de dioses regionales, deida mino taquigráfico para referirse a una
des locales que protegen de homologas variedad de concepciones de la divinidad
malvadas a los pobladores del lugar y ya dentro de una jerarquía de seres espi
aun de malévolos demonios de menor rituales ya sin relación con ella. DP
rango pero de efecto supuestamente Otras lecturas Aíiern, 1981; Babb,
cierto. Las formas de budismo locales 1975; Firth, 1940; James, 1979; Lien-
implican la veneración de deidades loca hardt, 1961; Tambiah, 1970.
les y la oferta consiguiente de sacrificios
para conseguir curaciones y buena fortu polución Véase PUREZA/POLUCIÓN.
na para los mortales enfermos o víctimas
de cualquier infortunio. poscolonialismo Tradición crítica
Media un paso muy corto entre la súpli interdisciplinaria que explora el impac
ca ante deidades locales y lo que se da en to del poder colonial en las culturas de
llamar posesión por espíritus, mediación los pueblos colonizadores y colonizados
y CHAMANISMO, donde se admite la pro del pasado y la reproducción de las rela
babilidad de que las personas puedan es ciones coloniales, representaciones y
tablecer contacto directo con deidades prácticas en el presente.
locales o menores más que con un Dios El poscolonialismo tuvo su origen en las
superior. La posesión por los espíritus es humanidades, en especial en los estudios
la presunta ocupación de la mente y el literarios y culturales, donde recibió su
cuerpo del sujeto, no buscada por éste, más poderoso ímpetu de la crítica funda
por parte de un espíritu. Los llamados mental de Edward Said (197S) sobre el
médiums son involuntariamente poseí orientalismo. Este texto se basaba en una
dos por los espíritus, que se expresan a tensa conjunción de humanismo y an
través de ellos para adivinar las causas tihumanismo para exponer las formas a
de infortunio, leer el futuro o facilitar la través de las cuales se habían producido
comunicación con los muertos. Los cha y habían circulado las representaciones
manes son especialistas que de hecho europeas y norteamericanas del «Orien
controlan a voluntad a los espíritus que te», aunque su desarrollo ulterior ha sido
los poseen a fin de suministrar estos ser mucho más crítico con el humanismo oc
vicios (I. Lewis, 197i;Riches, 1994). Ta cidental y ha conllevado un enlace mu
les instancias pueden expresarse con el cho más estrecho con el postestructura-
término «politeísmo», con un dios o dio lismo, en especial de los trabajos de De-
ses a menudo mucho menos importantes rrida, Foucault y Lacan (R. Young,
en la vida diaria de los adoradores. 1990). Así, la agenda de Said ha sido ra
Por último, algunas religiones, puede dicalmente revisada: los discursos colo
que la mayoría, albergan una noción de niales se han demostrado más ambiva
divinidad inmanente y a veces trascen lentes y contradictorios de lo que en su
dente. EVA.NS-PRITCHA.RD (1956) descri día se pensó; los análisis se han extendi
bió al Dios de los nuer de Sudán en exis do desde sus propios fundamentos en la
tencia como estado exaltado trascenden «alta» cultura a la popular, los relatos de
tal tanto como a modo de refracciones viajes y la gobernabilidad colonial; la
localizadas como espíritus o en aspectos formación de subjetividades coloniales
se ha vinculado de manera más explícita en geografías nuevas e inestables (Appa-
con el inconsciente y la acción del deseo; durai, 1996) donde van apareciendo
las distinciones binarias entre coloniza identidades nuevas y mixtas, la m ovili
dor y colonizado han sido puestas en tela dad y la marginalidad (Yeager, 1996), y
de juicio con el reconocimiento del m i donde «la diferencia surge en la vecin
metismo, la hibridez y la transcultura- dad adyacente [y] lo familiar se presenta
ción; y la manera de actuar de los pue en lo más remoto» (Gliford, 1988, p. 14).
blos colonizados y sus estrategias de re En consecuencia, apenas sorprende que
sistencia han sido explorados con mucha la crítica poscolonial interseccione con la
más profundidad que la originalmente llamada crisis de la representación en las
aplicada por Said (véase Bhabha, 1994; ciencias humanas, incluidos su reflejo en
N. Thomas, 1994; D. Scott, 1995). la poética de la investigación antropoló
Aunque muchas de estas investigaciones gica y la política de ubicación de intelec
se han referido a las culturas del COLO tuales (Visweswaran, 1994; lohn, 1996).
NIALISMO, también tienen importantes De ahí han surgido también algunas de
implicaciones para el presente, tanto las críticas más acerbas al poscolonialis
históricas como geográficas. En primer mo. D irlü (1994) afirmó que el poscolo
lugar, una de las principales zonas de nialismo es un culturalismo asociado con
contacto con el poscolonialismo ha sido los nuevos regímenes globales de acu
con la antropología histórica, en particu mulación de capital: que sus ralees en el
lar por medio del proyecto de Estudios postestructuralismo le incapacitan para
Subalternos para descolonizar la historia teorizar sobre las estructuras del capita
de la India con miras a iluminar los pre lismo contemporáneo, que su enfoque en
dicamentos de la política india contem la constitución de la subjetividad posco-
poránea (Chakrabarty, 1992; Prakash, lonial excluye «una descripción del
1994; Sivaramatrishnan, 1995). Sin em mundo fuera del sujeta», y que es poco
bargo, el intento general de describir los m is que una proyección encubierta de
desplazamientos culturales del colonia las subjetividades de los intelectuales del
lismo en el presente («poscolonial») ba tercer mundo en la academia occidental.
amenazado con desestabilizar el propio Aunque es verdad que el poscoloníalis-
término. Anne McClintock (1992) seña mo ha sido a menudo curiosamente dis
ló qne el poscolonialismo está viciado tanciado de trabajas previos y paralelos
por la propia figura que trata de despla en economía política, sería un error ta
zar, pues sigue privilegiando a Europa char de superficial su énfasis en la cultu
como tema central de la «Historia» reo ra; y algunas de las contribuciones más
rientando el mundo alrededor del eje severas a la crítica poscolonial aprove
único y abstracto de lo colonial-poscolo- chan el despliegue fundamentado de es
nial; pero S. H all (1996) sugirió que lo tudios culturales y economía política
poscolonial se ve de forma más producti (véase Watts, 1996). DG
va como indicador de un proceso de des Véase también. ANTROPOLOGÍA CRÍTICA.,
colonización desigual y en serie que HISTORIA Y ANTROPOLOGÍA.
cuestiona la forma binaria en que con- Otras lecturas J. Jacobs, 1996; Praltash,
vencíonalmente ha sido representado. 1995; P. Williams y Chrisman, 1994; R.
En segundo lugar, el poscolonialismo y Young, 1996.
la antropología se encuentran en el te
rreno de la globalización, campo en el posesión Véase TRANCE.
que lo local y lo global se interpenetran
posición social, estatus Gomo dad del propio sistema, había quedado
«parentesco», «matrimonio» y «ritual», bien establecido, y aunque figuras de
el término «estatus» ha pasado a vehicu gran relevancia como R a DCLIFFE-B r o w n
lar un concepto esencial en el análisis usaron «posición social» indistintamente
antropológico, pero posee una gran va con términos como «persona social» y
riedad de significados. El más generali «costumbre social», el concepto fue cada
zado es que denota posición en la estruc vez más usado para referirse a todas las
tura social, y a él se asocia el término posiciones que conforman la estructura
muy próximo de «R O L », que hace refe social. Ralph L lN T O N (1956) clarificó no
rencia al comportamiento que se espera tablemente el concepto formalizando el
de la persona que ocupa dicha posición. uso del término y definiendo estas posi
Este uso deriva del concepto legal homó ciones con carácter polar en las pautas
nimo y entraña una serie de derechos y de comportamiento recíproco entre in
deberes propios de cada posición particu dividuos o grupos, y los roles como los
lar. Pero una vez adoptado por los cientí aspectos dinámicos de dichas posicio
nes: la objetivación de los modelos com-
ficos sociales, el concepto adquirió signi
portamentales artibuidos a ellas. Estos
ficados más complejos. Otras aplicacio
dos conceptos fueron mayoritariamente
nes se vinculan más estrechamente con
adoptados en lo sucesivo por sociólogos y
la noción popular de estima, reputación,
antropólogos, y fueron fundamentales
HONOR o rango social, aunque nueva
para el análisis de la estructura social.
mente los científicos sociales le han aña
Ulteriores distinciones de Linton entre
dido numerosas acepciones nuevas al hi
«posición adscrita» y «posición alcanza
lo de sus objetivos analíticos. Por ejem-
da» quedaron también firmemente esta
pío, Max W e b e r descompuso el concepto
blecidas. Las posiciones adscritas son
marxista de CIASE en clase, posición y
aquellas asignadas a los individuos sin
partido (poder político), configurando
referencia alguna a sus diferencias o ca
en el proceso un poderoso concepto cen
pacidades innatas, mientras que las al
trad o en las formas de relación recíproca canzadas se entienden como producto de
entre grupos (M, Weber, 1968), la competición y del esfuerzo personal,
trazó la divisoria entre posición y con dado que requieren capacidades especia
trato, que reflejaba el supuesto evolucio les. Este contraste tuvo muchas aplica
nista de que las sociedades progresan ciones útiles, pero al igual que la pro
desde un estado original en el que todas puesta de Maine respecto de la progre
las relaciones sociales derivan de la fa sión de posición a contrato, contenía un
milia a otro en que se basan creciente elemento evolutivo implícito y reflejaba
mente en contratos libremente acorda los supuestos ideológicos que formaban
dos entre individuos. En la década de gran parte de la teoría estructural-fun-
1950 dominaba en Gran Bretaña y en cional.
sus colonias la teoría estructural-funcio- Pero estas aplicaciones del término «po
nal derivada en gran medida del trabajo sición» o «estatus» fueron objeto de la
de Emile DU RKHEIM , que también em crítica generalizada de la teoría estructu-
pezaba a ganar terreno en Estados Uni ral-funcional, críticas que empezaron
dos (véase FUNCIONALISMO). El concepto con el argumento de que eran demasiado
de «estructura social», como sistema in rígidas e incapaces de abarcar plenamen-
tegrado de relaciones sociales con el fin te los procesos de cambio (deficiencias
de mantener la continuidad y estabili inherentes no tanto a la teoría como al
uso que se hizo de ella). Para superar es empíricamente específicas. Dado que la
tas limitaciones, Raymond FlBTH propu posición es inherente en grupos que pre
so el concepto de «ORGANIZACIÓN SOCIAL» sentan estilos de vida comunes y son
centrado en los elementos electivos im conscientes de sus intereses y destino co
plícitos en el comportamiento social, ele munes relativos frente a otros grupos de
mentos que eran ignorados en los con posición, está claro que no constituyen
ceptos hiperformales de posición, rol y de necesariamente una jerarquía acordada
la misma estructura social, que implica en una totalidad funcionalmente inte
ban una intervención pasiva basada en grada, y de hecho están inmersos en una
activadas socialmente prescritas (R, pugna por la dominancia o el prestigio
Firth, 1951b). El a n á l is is t r a n s a c c io - relativo con otros grupos de posición.
NAL fue aún más lejos argumentando que Los conceptos de Weber de «situación de
el comportamiento social se basa menos clase» y «situación de posición» ofrecen
en reglas a priori, integradas en posicio una visión más realista de las estructuras
nes y roles, y más en los cálculos maximi- de desigualdad que la noción de una je
zadores de los actores racionales (Kapfe- rarquía de posiciones socialmente conve
rer, 1976b). Con el declive generalizado nida reflejada en reglas de comporta
del concepto de sociedades como entida miento socialmente impuestas, dado que
des orgánicamente integradas; los térmi claramente reconocen el cisma potencial
nos «posición» y «ro l» han perdido gran entre jerarquías de poder, riqueza y pres
parte del refinado sentido que les confe tigio. De este modo se ve que la m ovili
ría la teoría estructural-funcional dad social no es el ascenso y descenso de
El concepto weberiano de posición es po individuos socialmente dispersos sino
tencialmente el más valioso para la an más bien un proceso en el que los indivi
tropología contemporánea. Convencido duos deben negociar una transición des
de que el concepto de clase de Marx te de una combinación de situaciones de
nía que refinarse para atender a la com clase y posición a otra. El estilo de vida
plejidad de las diferentes bases de jerar es el elemento crucial en la autocaracte-
quía y rango en las soceidades modernas, rización de los grupos y el elemento par
Weber reservó el término «clase» para ticularmente apropiado para la investi
quienes comparten oportunidades de vi gación antropológica de campo, dado
da comunes en relación con el MERCADO que entraña el capital social. Es impor
(es decir, capacidad de asegurarse Ingre- tante reconocer, no obstante, que los es
sos mediante disposición de bienes y ser tilos de vida (a veces llamados «subcul-
vicios). Los grupos de individuos que turas») se hallan tanto en competición
comparten una situación de clase común mutua como, en gran medida, definidos
no necesariamente tienen igual cons relativamente entre sí en función de una
ciencia de esta situación, de ahí que We estética diferencial. El principal error de
ber propusiera que «posición» o «esta algunos tipos de la teoría de la SOCIEDAD
tus» se definiera como estimación positi PLURAL consiste en tratar a los grupos de
va o negativa del honor o prestigio posición constituyentes de un orden so
atribuido a personas o grupos. Mientras cial como sí fueran enteramente discre
que una situación de clase baja puede tos, salvo en lo tocante a sus posiciones
dar lugar a una posición consonante relativas en la jerarquía política. La obra
mente baja, no es necesariamente así ni de Pierre Bourdieu (1984) se basa explí
ocurre con frecuencia,- o, al menos, am citamente en el modelo de Max Weber
bos elementos pueden variar de maneras para construir una etnografía monu
mental de los estilos de vida franceses, posmoderno, posmoderaismo
etnografía que deja bien clara la impor En antropología se llama posmodemis-
tancia de estas distinciones de gusto y la mo (1) al estudio de las formas sociales y
forma en que se aplican para delimitar culturales del siglo xx resultantes de la
consiguientes posiciones sociales. intensificación, radicalización o trans
Weber consideró la persistencia de los formación de los procesos de la moderni
grupos de posición en las sociedades dad; (2) y de ahí la renovada atención a
complejas modernas como uno de sus los fundamentos epistemológicos de la
rasgos fundamentales, rechazando así la autoridad etnográfica y la relación entre
idea de que provienen de un estadio evo forma y contenido en la obra pertinente.
lutivo anterior. En las sociedades moder Contrariamente a las teorías generales
nas, los grupos basados en el parentesco,
de la modernidad, que tienen que ver
la raza, la religión u otras características
con la dinámica de la sociedad de clases
tenidas por «primordiales» se asocian
y los procesos industriales (Marx), la ra
con otros que no son sino fruto de proce
cionalización burocrática, psicológica y
sos de la sociedad moderna a todas luces
cultural (Weber), la represión y la re-
racionales* legales y burocráticos. Entre
orientacíón de la energía psíquica a par
los más importantes se cuentan los sur
tir de conflictos de género y de familia
gidos de las instituciones educativas mo
(Freud), la abstracción de signos y pren
dernas, que reivindican el derecho a dis
das de intercambio (Saussure, Simmel,
tribuir certificados, calificaciones y di-
Veblen), la compleja elaboración de la
plomaturas, controlando así la admisión
conciencia colectiva con la división del
de los individuos en los elitistas círculos
trabajo (Durhheim), las teorías genera
de los «educados». No es difícil apreciar
les de la era posmoderna subrayan los
la importancia que ello encierra para Es
procesos y efectos de la «tercera revolu
tados Unidos, para Europa, y más aún
ción Industrial» (medios electrónicos,
para los países en vias de desarrollo. Tan
circuitos impresos, biología molecular),
importante es el proceso que ha sido lla
mado «invención de la TR ADICIÓN» así como de la descolonización y del des
(Hobsbawn y Ranger, 1983), y en virtud plazamiento demográfico masivo. Se tra
de él, los grupos de posición “ incluidas ta de procesos transnacionales o globales
las naciones^estado creadas a través de que recomponen totalmente las culturas
procesos de cambio— declaran la legiti locales. Algunos teóricos destacan la in
midad tradicional y primordial de sus tensificación de las acumulaciones de ca
reivindicaciones de honor, prestigio y pital flexibles, la compresión del espacio
poder (véase NACIÓN). El creciente relie y el tiempo y el crecimiento de las for
ve de la etnicidad en el mundo moderno mas de organización multinacionales
puede entenderse como manifestación (Harvey, 1989a; Jameson, 1991); otros,
de este proceso, de donde que los GRUPOS los masivos cambios demográficos re
Ét n ic o s representen un caso especial de sultantes de la descolonización y de la
los de posición (D i Leonardo, 1984; guerra ideológica que comprometen los
Alonso, 1994). RS esfuerzos de homogeneifcación de las
Otras lecturas Eisenatadt, 1990; Goo- naciones-estado con la propuesta de for
denough, 1965b; P. Willis, 1977 [influ maciones culturales más heterogéneas
yente estudio sobre la formación de gru (Lyotard, 1984; y teóricos del multicul’
pos de posición social en una comunidad turalismo en Estados Unidos). Unos ter
británica de la clase obrera]. ceros subrayan la importancia de la re
volución en la tecnología de la informa esfuerzo por conocer los procesos sociales
ción, que no sólo pone en contacto a dia en escenarios de medida abarcable por
rio apartes diversas del mundo, sino que un individuo. Estos procesos podían pro
constituye una intensificación de estilos yectarse luego en otros similares de Eu-
posliterarios, más matemáticos y gráfi ropay América (W. Lloyd Warner, 1957,
cos a la hora de generar, controlar y ab fue en este sentido ejemplar, trabajando
sorber conocimientos: las simulaciones y primero con la sociedad aborigen austra
el recurso a modelos sustituyen a los mo- liana, y luego en Newburyport, Massa-
dos directos de conocimiento empírico, chussetts [Warner, 1941-1959]; sin em
proceso con hondas raíces en las ciencias bargo, también cabría traer a colación al
experimentales modernistas (Póster, 1990; respecto la obra de Margaret M e a d
Baudrillard, 1994). Y7en fin, los hay que [1928, 1942] y de muchos otros). Llega
destacan la producción de riesgos ecoló da la década de 1980, no obstante, un ba
gicos por el capitalismo industrial, que lance de los logros de la antropología
necesariamente reclaman una nueva ló (Marcus y Fischer, 1936) puso de mani
gica política, dinámica y cultural. Ello fiesto que, si bien estos objetivos seguían
lleva a contradicciones y presiones sisté- vivos, era necesario hallar métodos más
micas para invertir el control central ha elaborados para alcanzarlos, entre ellos:
cia una mayor participación democrática 1. «Repatriar» la antropología por me
por parte de agentes diversos en la com dio de un trabajo etnográfico sobre las
pleja división del saber y del trabajo en sociedades del primer mundo tan rico y
las que durante la modernidad eran tan amplio como se había hecho en el
áreas no politizadas de la toma de deci extranjero, sin restringirlo a «Otros» ét
siones y de la empresa privada; es decir, nicos, exóticos y marginales, y sin subor
hacia una nueva «modernización refle dinarse a modo de especialistas en antro
xiva» emergente de las contradicciones pología aplicada a profesiones más do
de la sociedad industrial de modo para minantes como los médicos de los
lelo al CAPITALISMO surgido de las con servicios de salud o los economistas en
tradicciones de la sociedad feudal (Beck, los proyectos de desarrollo,
1992, 1995; Giddens, 1990, 1991; Lash y 2. Escribir para audiencias múltiples y
Urry, 1994). diversas con demandas y universo inte
Estas condiciones de finales del siglo XIX lectual diferentes, incluyendo a un nú
retan a la antropología a suministrar mero creciente.entre las poblaciones de
versiones etnográficas en formatos nue estudio, mediante el empleo de enfoques
vos tanto sustantiva como formalmente. dialógicos más ricos, un concepto dife
La antropología de las décadas de 1920 a rente de TRADUCCIÓN y un conocimieto
1950 había manifestado la promesa de más discursivo del poder y de los circui
suministrar un estudio verdaderamente tos de representación. El contar con lec
comparativo de las culturas y sociedades. tores entre las poblaciones estudiadas
Por medio del MÉTODO COMPARATIVO, los aumenta las demandas de competencia
antropólogos podían yuxtaponer estruc demostrable y conocimiento de las dis-
turas sociales y conceptos culturales en crepancias en el seno de las formaciones
distintas sociedades y usarlos seguida culturales, e impone una redacción que
mente en sus análisis críticos, a menudo gane ya adeptos, ya crítica inteligente,
conformados sobre supuestos occidenta por parte de los propios grupos de estu
les. Los estudios de sociedades menores dio, Entre las tácticas para conseguir es
no eran un ejercicio de exotismo, sino un te fin doble o multidireccional y muí-
tiexpresado está una consideración más res de trabajo de campo en antropología;
seria de "la noción de etnografía como L El estudio social y cultural de la cien
empresa colaborativa y dialógica. «D iá cia y la tecnología y las formas en que la
logo» en este sentido no es la conversa revolución contemporánea en electróni
ción entre dos personas, sino sino que se ca, comunicaciones y biología reconfigu-
entiende en virtud de su significado eti ran tanto las categorías conceptuales co
mológico griego: el despliegue de con- mo las formaciones sociales (Emily Mar
traargumentos y de las bases sociales que tin, 1994; Rabmow, 1996; Marcus, 1995}
les reportan eficacia, autoridad o utili 2. Tecnologías mediáticas e informati
dad. La traducción, además, en un mun vas, incluidos ordenadores, cinematogra
do donde las culturas están cada vez me fía y televisión, casetes y música popülar,
nos aisladas, ya no puede ser sólo un y los cambios en las esferas públicas de
asunto que se negocia entre lenguas y percepción y comunicación que contri
culturas, sino que a menudo es mucho buyen a crear (Fischer, 1984, 1995; G-ins-
más importante la negociación de la di burg, 1991; Turkle, 1995; T Turner,
ferencia existente entre sociedades mar 1991; y la publicación Visual Anthropo-
cadamente divididas en clases y des logy Review).
membradas por guerras civiles, y entre 3. La reconstrucción de la sociedad en
las crecientes heterogeneidades que la medio de una ola de violencia y revul
mano de obra transnacional y la migra sión traumática (Werbner, 1991; Tam-
ción de refugiados crean (véase diferen biahj 1992; Marcus, 1993) y a través de
cias de Lyotard, 1988; M, Fischer, 1984). los procesos de negocio mundial de las
5. Reelaborar el propio método compa grandes corporaciones en la nueva eco
rativo para atender a un mundo globali- nomía política (G. Marcus y Hall, 1992;
zador en el que no sólo los escenarios lo J. Stracey, 1990).
cales requieren el análisis de las transac Igual que han cambiado el temario, la
ciones entre procesos de localización y de ubicación, el contexto y el lectorado de
transnacionalización, sino que se necesi antropología, también lo ha hecho el es
tan etnografías multiubicadas para com tilo de la presentación etnográfica. Ha
prender los procesos activos, geográfica dejado de ser creíble, si lo fue alguna
mente dispersos y tecnológicamente me vez, que un solo autor aparezca como
diados. fuente omnisciente sobre escenarios cul
4. Señalar etnográficamente los antece turales complejos, como también que es
dentes de los sentimientos generalizados tos escenarios se presenten como formas
de que el cambio social ha superado las remotas y exóticas sin interacción direc
categorías tradicionales de teoría social ta con la sociedad, el tiempo y el origen
formuladas a principios del siglo XX, y de geográfico, del propio autor (Fabian,
que los actores de las principales institu 1983). La credibilidad epistemológica
ciones de la sociedad están viviendo en requiere un mayor nivel de precisión, al
mundos para los que no fueron prepara igual que las experiencias generacionales
dos; y así, proporcionar los datos empíri que dan origen a diferentes apreciaciones
cos para la creación de .marcos teóricos de la diferencia cultural. Mientras que
más ajustados al nuevo orden social y a en el siglo XIX la diferencia cultural po
las condiciones de conocimiento emer día inscribirse todavía en categorías de
gentes. exotismo y desarrollo evolutivo de las
Estas preocupaciones pueden apreciarse formas sociales, a finales del siglo XX, la
en la aparición de nuevos temas y luga televisión y la intensa interacción hacen
a las diferencias culturales más familia derno francés en la escritura bilingüe y
res al tiempo que objeto de negociación en la música (árabe-bereber-francés;
politizada. La experiencia generacional música rai, traducción y temas diacursi’
de los teóricos sociales y los antropólo vos genealógicos y etimológicos), y en
gos (especialmente alemanes) del perío las iniciativas multiculturales nortea
do comprendido entre las dos guerras mericanas por el resuelto bilingüismo
mundiales fue de defensa de la sociedad de mucha de la literatura de los chica-
civil frente a la racionalización de los nos e hispanos. La «desterritorialización»
estados burocráticos, las fuerzas del mer hace referencia no sólo a este conjunto
cado global y los partidos políticos fas de migraciones e interpretaciones bicul-
cistas de masas, y de un orden social ba turales y multiculturales, sino también
sado en una economía en expansión or al modo en que los medios modernos
ganizada, en el caso de las colonias, por hacen posible que los procesos cultura
una burocracia que podía operar con re les operen a través de las fronteras na
cursos mínimos de fuerza. Por el contra cionales (y las formas informáticas hi-
rio, la experiencia generacional a partir pertextuales permiten rápidas rupturas
de la década de 1960 (particularmente y solapamientos de las fronteras tradi
en Francia y en Estados Unidos) guarda cionales de la escritura y los conjuntos
relación con el reajuste frente a la des de datos) y a procesos ecológicos, de en
colonización, la desterritorialización y fermedad y financieros que, de manera
la interpenetración de lenguas y pers similar, no respetan las fronteras políti
pectivas culturales que no tienen una cas tradicionales, nacionales o locales.
traducción consensual inmediata. Los Fundamentadas* pues, en procesos tec
teóricos principales entre los llamados nológicos, científicos y sociales de deste
posmodernos franceses (Derrida, Lyo- rritorialización (y reconfigraración), las
tard, Foucault, Cíxous) experimentaron condiciones posmodernas acogen nuevos
procesos formativos en el norte de A fri estilos de escritura para facilitar la des
ca y modelaron su personalidad al hilo cripción y modelación de estos procesos.
de la pugna por la independencia argeli Writing culture; the poetics and politics o f
na y las inmigraciones consiguientes a etknography (Clifford y Marcus, 1986) y
Francia desde aquella región. De mane Anthropology as cultural critique: an ex
ra similar, aunque más difusa, Estados perimental moment in the human sciences
Unidos ha venido experimentando un (Marcus y Fischer, 1986) son a menudo
importante cambio en la composición citadas como hitos del incremento de in
étnica y demográfica a partir de la mo terés en la escritura etnográfica. La últi
dificación de las leyes de inmigración ma reanimó la idea de que la escritura
de 1965, que ha llevado a un encendido antropológica fue desde el principio ex
debate acerca del «multiculturalismo». perimental y dirigida hacia la critica de
También Gran Bretaña se ha visto trans las sociedades complejas y el mundo
formada a raíz de las diásporas caribeña contemporáneo (por ejemplo, G. Bate-
y surasiática. Gran parte de la más po son, 1956; Malinowski, 1922); la primera
derosa literatura de ficción en Inglate posicionaba a la antropología como acree
rra representa una «descolonización» de dora de un nuevo alcance analítico al
la lengua inglesa, y la música de fusión, operar a través de las fronteras discipli
como el bhangra, están remodelando la narias con críticos de la historia y de la
cultura popular, de modo parálelo al in literatura. Entre las técnicas de escritura
terés que revela el pensamiento posmo adoptadas por la literatura experimental
etnográfica en años recientes con miras dad, la fantasía, la señalización neuroló-
a lograr-una mayor precisión epistemo gica y los regímenes de terror (Taussig,
lógica por las vías reflexiva y critica 1992, 1993); también el reconocimiento
abiertas por la yuxtaposición cultural se de ios modos en que los análisis cultura-
cuentan: les pueden ganar poder manejando com
L Formatos dialógicos y colaborativos: promisos a diferentes niveles del discur
prestando atención al predicamento del sos (ciencia positiva, socialismo demo
autor, el lector y los sujetos de las etno crático, feminismo) que se interfieren
grafías (Lavie, 1990; Sarris, 1995); tam entre sí (Hara’Way, 1991; compárese con
bién a la escritura y la narrativa con f i H. White, 1975, sobre la escritura expe
nes terapéuticos más que pedagógicos rimental histórica).
(Crapanzano, 1980; Maranhao, 1990; Ty- 3. Reelaboración de formatos de entre
ler, 1987); a la diferencia entre la traduc vista, así como del ámbito y alcance de la
ción y las relaciones de poder discursivas sinécdoque etnográfica tradicional (ins
y competitivas que bloquean otros pun tituciones clave, actividades culturales
tos de vista (David W. Cohén, 1994; Fis- emblemáticas, historia de vida, procesos
cher y Abedi, 1990); yuxtaponiendo rituales [Marcus y Fischer, 1986]).
campos de debate argumentativo con 4. Usando formas culturales como guías
otros que pueden ser similares en algia- epistemológicas y formas de compara
ñas dimensiones pero muy diferentes so ción (Feld, 1982; Layoun, 1990; Lipsitz,
ciológicamente, por ejemplo, las nocio 1990; M. Mills, 1991),
nes feminista y budista de la condición Estos y muchos otros experimentos con
de la persona (Klein, 1994*); atendiendo tribuyen a una cada vez más elaborada
asimismo a las formas lingüísticas del complicación y reinvención de estilos
diálogo, incluidos las limitaciones del li- más antiguos de descripción etnográfica.
teralismo (K. Dwyer, 1982), la pragmáti Revestido a veces con la etiqueta de «re-
ca y los contextos sociolingüísticos de la ñexividad», este perfeccionamiento epis
conversación (Tedlock, 1983), los diálo temológico se trivializa si meramente se
gos interiores lingüísticamente denota entiende como autoubicación confesada
dos en el discurso público (Crapanzano, del autor, o si se desecha como puro rela
1992). tivismo, como si la mayor precisión blo
2. Experimentación conceptual con me queara mis que ayudara al conocimiento.
táforas provenientes de fuentes múlti En juego están, además, no sólo la preci
ples pero que actúan como estaciones de sión descriptiva en sí, sino los fundamen
conmutación cultural en la imaginación tos empíricos para comprender los proce
popular, por ejemplo, «cuerpos flexibles» sos sociales de finales del siglo XX que
en referencia tanto a la inmunología co impulsan a la «modernización reflexiva»,
mo a la economía política (Emily Mar es decir, a un mayor pluralismo en la to
tin, 1994), poderes miméticos del len ma de decisiones e imposición de nor
guaje (copia, reproducción o repetición mas, como requiere la complejidad tec
cada vez con una leve diferencia, falsea nológica y social, que hace crecientemen
miento o sustitución con el poder consi te auto destructivas o simplemente
guiente de trastornar el poder institucio ineficaces muchas formas de decisión
nal normal) integrados en los muy dife centralizada. Un icono tecnológico de es
rentes nexos de poder y lógica de los ta emergente realidad es Internet, que
circuitos de discurso construidos por las empezó como necesidad militar para
burocracias, los mercados, la enferme conseguir un sistema de comunicaciones
que pudiera sobrevivir a un ataque nu pragmática Es el estudio del signifi
clear (es decir, que habría de carecer de cado que nace del uso de un SIGNO en el
un centro vulnerable con potencial inca- contexto. Proviene de la famosa tricoto
pacitación consiguiente del sistema ente mía de signos (icono, índice y símbolo)
ro), pero que ha evolucionado hacia un del filósofo pragmático americano C.S.
régimen civil de comunicaciones que po Peirce y ha adquirido considerable in
sibilita el curso de la información mas fluencia en la antropología y en muchas
allá de todos los esfuerzos gubernamen otras disciplinas. Especialmente impor
tales por imponer fronteras. MF tante es su noción de «índice», categoría
Véase también ANTROPOLOGÍA, c r í t i c a , de signo que se dice «coexistencial» con
ANTROPOLOGÍA INTERPRETATIVA, ANTRO
lo que representa: humo que señala el
POLOGÍA LITERARIA.
fuego, una indicación de salida junto a
una puerta, o el tañido de la hora, por
potlatch Término de los indios noot- ejemplo. En otras palabras, el significa'
ka para «regalo», que describe el INTER
do de un índice depende críticamente
CAMBIO DE PRESENTES competitivo en el
del contexto de uso.
que los contendientes por rango social
El análisis pragmático fue promovido en
organizan elaboradas fiestas que inclu
lingüística estructural por Émile Benve-
yen la donación de grandes posesiones, y
niste (1956) y Román Jakobson (1957).
en ocasiones su destrucción, con el pro
Benveniste mostró de qué manera el sig
pósito de exaltar el prestigio del donan
nificado de muchas formas lingüísticas,
te. Se esperaba que los rivales respondie
que se creía puramente semántico (es
ran con ceremonias más elaboradas so
decir, independiente del contexto de su
pena de sufrir una humillación.
uso; véase SEMÁNTICA), no podía com
Aunque presente en muchas partes del
prenderse sin hacer referencia a la situa
mundo, fueron los pueblos indígenas de
ción presente. Tomemos, por ejemplo, la
la costa noroccidental de América del
categoría de los pronombres. El pronom
Norte los que más relieve dieron al po-
tlach en la antropología y fijaron el tér bre de primera persona «y o » no puede
mino. Franz Boas, testigo de este ritual definirse aparte de su referencia a la
entre los kwakiutl en la década de 1890, persona particular que habla en un con
trató de describirlo en detalle pero no de texto o situación dados, al igual que el
explicarlo (Rohner, 1969). Más adelante, pronombre «tú » no. puede entenderse
otros antropólogos, movidos por la afir adecuadamente aparte de su referencia a
mación corriente de que el potlach no la persona particular a quien se dirige en
era sino un acto dispendioso e irracional, dicha situación. Por el contrario, todos
han producido una serie de estudios para los pronombres de tercera persona, como
demostrar que no es así, basándose al «é l», «ella, «ellos», «ellas» pueden refe
efecto en su desarrollo histórico (Codere, rirse a personas fuera del contexto que
1950), su lugar en la estructura social se formula y, no obstante, comprenderse.
(Rosman y Rubel, 1971), su orden políti El pasado, los pronombres demostrativos
co (Drucker y Heizer, 1967), su impor y los adverbios han sido también objeto
tancia ecológica (Piddocke, 1967) y su de análisis pragmático. Jakobson (1957)
significado simbólico (K.an, 1989). TB importó el término shifters («cambian
Véase también BIGMAN, INTERCAMBIO SO tes») para estos signos lingüísticos, en
CIAL. alusión a que su significado «cambia»
según el contexto. También se sirvió del
«índice» de Peirce para reflejar el hecho (lo que a veces se ha dado en llamar el
de que ciertos signos lingüísticos han de enfoque «estructural-funcional»).
coexistir con el contexto verbalmente En otro quiebro importante en la prag
formulado para ser apropiadamente mática antropológica, Michael Silvers-
comprendidos. Los estudios de Benvenis- tein (1976) amplió el uso dado por Jakob-
te y Jakobson, verdaderos hitos en la ma son a los índices lingüísticos en funciones
teria, iniciaron más o menos lo que en el no referenciales del lenguaje (denotando
análisis gramatical se dio en llamar las relaciones de género y de posición So
«deixis» y que ha motivado numerosos cial de los comunicantes), y afirmó que
estudios de antropólogos de las lenguas era mediante el uso de tales signos que se
maya (W. Hanks, Í990) y vietnamita constituía gran parte del significado cul
(Luongj 1990). tural, si no la mayor parte. Crítica en su
En su análisis de cambios e índices lin formulación del índice es la noción de
güísticos, Benveniste y Jakobson aten que no sólo presupone aspectos del con
dían principalmente a la función refe- texto situacional, sino que también pue
rencial del lenguaje (véase SEMÁNTICA.). de ser creativo o interpretativo (Austin,
Uno de los más importantes antropólo 1962). Un ejemplo relativamente senci
gos, y entre los primeros en ampliar el llo es el de los títulos alusivos, que pue
estudio del significado más allá de la den contribuir a establecer una relación
pura referencia, fue Bronislaw M ali- ya formal o deferencial entre el hablante
NOWSKI, quien en un ensayo fundamen y el oyente, ya paritaria. Es a través de la
tal señaló que era vital el análisis del uso noción de índice «preasuntivo, creativo»
de los signos lingüísticos en el «contexto que la pragmática puede mostrar cómo
situacional», en oposición al contexto de se constituyen las formas y significados
otras palabras o discurso, que era coto culturales. Es central, por tanto, a todos
tradicional de filólogos y lingüistas (Ma- los debates acerca de la cultura como fe
linowskij 1923), Además de la referen nómeno discursivamente construido, co
cia, delineó la función conativa (el curso mo puede verse en el análisis de Domín-
del lenguaje para dirigirse al oyente en g-uex (1989) sobre la construcción de la
contexto con la situación), la función identidad israelita. SC
emotiva (el uso del lenguaje para expre Otras lecturas Roger Brown y Gillman,
sar una actitud o emoción por parte del 1960; J. Firth, 1957; S. Levinson, 1983;
hablante) y, de suma importancia para C. Morris, 1959.
Malinowski, la función fática (el uso del
lenguaje para crear y mantener una rela presente etnográfico Convencio
ción social). La formulación de Mali- nalismo en uso en arqueología consisten
nowski —sin su sesgo conductista—fue ul te en escribir sobre una cultura en tiem
teriormente desarrollada por Jakobson po presente, independientemente de lo
(1960), quien añadió al esquema univer lejos que esté en el tiempo su existencia
sal las funciones poética y metalingüísti- histórica o el momento real de observa
ca. Como Malinowskij denunció que la ción. Esta práctica fue particularmente
lingüística se había confinado indebida frecuente en la temprana arqueología
mente al estudio de la estructura lin norteamericana, cuando los autores solían
güística en su función referencial sin describir las culturas de las tribus nati
considerar las diferentes formas en que vas cuya forma de vida histórica había
el lenguaje puede estructurarse para al desaparecido antes del acto observacio-
canzar otros objetivos de comunicación nal y era reconstruida basándose en en
trevistas y documentos. En sentido más Asi, serían el niño de la hermana de la
amplio, el uso del presente etnográfico madre o el del hermano del padre. M R
se asocia con la noción de que la descrip Véase también PRIMOS CRUZADOS.
ción etnográfica es una representación
exacta de una cultura en un momento producción alimentaria Empe
dado del tiempo y que la totalidad de es zó hace más de diez m ii años cuando la
tas descripciones (de todas las culturas) obtención indiscriminada de suministros
constituye un registro etnográfico atem- y vituallas fue suplantada por la domes
poral. TB ticación y cultivo de plantas y animales
Véase también ETNOGRAFÍA. Y ETNOLOGÍA. comestibles en muchas partes del mundo
(Flannery, Í975; Spielmann y Eder,
prim ogenitura Regla de la heren 1994). Desde entonces, los métodos agrí
cia que prescribe la adjudicación de la colas han variado desde el cultivo exten
totalidad o la mayor parte del legado de sivo de tala y quema, que permitía a los
los padres al hijo de más edad (a veces el agricultores proseguir con sus hábitos
varón de más edad). MR recolectores, al cultivo permanente e in
Véase también SUCESIÓN. tensivo, que les hizo enteramente depen
dientes de sus cultivos y animales de cría
priIHOS Hijos de los hermanos de los para subsistir. La AGRICULTURA de RIEGO
padres propios. MR se desarrolló en las márgenes de ríos y
Véase también PRIMOS CRUZADOS, PRIMOS corrientes, progresando del riego locali
PARALELOS. zado al tendido de acequias y. canales, y
en última instancia a los SISTEMAS H I
primos cruzados Son aquellos cu- DRÁULICOS administrados por el estado,
yos padres vinculantes son de sexo generando la consiguiente competición
opuesto. Un primo(a) cruzado M A T R IU - por las tierras y demandas de coordina
NEAL es el hijo (a) del hermano de la ma ción de la fuerza laboral, del agua y de la
dre propia (ego). Un primo(a) cruzado negociación de conflictos. La producción
PATRILINEAL es el hijo(a) de la hermana diferencial de ganado y cultivos depende
del padre propio (ego). En algunos siste- del acceso a la tierra, disponibilidad de
mas, tanto los primos cruzados matrili- mano de obra, condiciones económico-
neales como los patrilineales se designan políticas y términos de intercambio con
con un solo término* «primos BILATERA grupos especializados como los PASTORES
LES », en oposición a PRIMOS PARALELOS, NÓMADAS,
En sistemas que distinguen entre ambos Se observa una estrecha relación entre el
tipos de primos cruzados, la calificación control del agua y el dominio sobre los
respectiva figura en las reglas de despo recursos alimentarios y las gentes. Los
sorio, como en el matrimonio de primos antropólogos siguen discutiendo sobxe
cruzados* que estipula que la mujer ideal qué es lo que estimula la innovación tec
de un hombre habría de ser la hija del nológica y la intensificación de la agri
hermano de su madre, aunque ello re cultura: ¿presión poblacional o cultura?
presenta una categoría de individuos Rechazando las consideraciones posibí-
más que una persona específica. MR listas o deterministas ambientales, Bose-
rup (1965) argumentó que el proceso es
prim os paralelos Se dice de aque en gran medida cultural y que la pobla
llos cuyo padre es del mismo sexo que ei ción es más estímulo que sangría. De he
padre vinculante del individuo ( e g o ). cho, la hipótesis de "Wittfogel (1957) en
el sentido de que la evolución de los es ducido los centenares de tipos de arroz
tados se produjo con objeto de organizar tradicionales a unas pocas variedades
los grandes sistemas de riego hidráulico modernas. A su vez, también las comuni
no se ha visto enteramente confirmada; dades pueden perder su conocimiento
fuera de Perú, zonas nucleares de desa tradicional de prácticas que les permi
rrollo agTÍcola de regadío revelan que el tían hacer frente a inesperados esfuerzos
crecimiento de la población y la centra- climáticos y biológicos (malas hierbas,
lización fueron anteriores a la construc insectos, enfermedades) con onerosa in
ción de grandes y complejos sistemas de cidencia en el ciclo vital de las especies
riego; el factor clave puede que sea la po cultivadas. La carga contaminante del
sibilidad de explotar múltiples formas medio generada por el uso de métodos
de riego. agronómicos de carácter intensivo con el
Los MODOS DE p r o d u c c i ó n que depen concurso de plaguicidas químicos tras
den del parentesco y de la división del torna igualmente la ecología local y po
trabajo por sexo y que se gobiernan por ne en riesgo la salud humana.
leyes culturales que dictan el dominio de Otras cargas sobre la producción alimen
la tierra, la distribución del trabajo y de taria se asocian con el crecimiento po-
las especies vegetales particulares para blacional, los cambios en el modelo de
unas condiciones de cultivo concretas se uso de la tierra que reducen los espacios
encuentran ya descritos con todo detalle de recolección y las políticas de mitiga
en etnografías tradicionales de todas las ción de hambrunas que mantienen a los
partes del mundo. Estudios más concre individuos en lugares fijos donde no
tos en torno a problemas locales docu pueden subvenir a sus necesidades en
mentan de qué manera la fragmenta años o estaciones de penuria. La requisa
ción intergeneracional de las propieda de cosechas por interés local, del estado o
des, el uso competitivo de tierras y mano de insurgentes, y la inestabilidad social o
de obra y la restricción de acceso de las guerra que interfieren con los procesos
mujeres a las nuevas tecnologías pueden agrícolas y de comercialización son ele
minar la seguridad del suministro do mentos adicionales que condenan al
méstico (producción) y el éxito de los HAMBRE a muchas poblaciones o asenta
programas de desarrollo destinados a in mientos familiares (S, Whiteford y Fer~
crementar la disponibilidad de alimen guson, Í991).
tos y la renta (Shipton, 1994), La aniqui Preocupan sobremanera para el futuro
lación de especies semillares tradiciona la sostenibilidad de la producción agrí
les puede ir acompañada de la cola energética y químicamente intensi
desaparición de estrategias de cultivo a va y su capacidad para adaptarse a los
prueba de riesgos, tradicionales y diver cambios climáticos y la creciente de
sificadas que ponen el acento en la segu manda de alimentos por parte de pobla
ridad alimentaria más que en el rendi ciones humanas en auge (L. Brown y Ka-
miento máximo de los monocultivos- Las ne, 1994), La ANTROPOLOGÍA APLICADA ha
presiones políticas o comerciales para dedicado un notable esfuerzo al conoci
obtener mayores cosechas y beneficios miento de las condiciones o reglas de de
económicos mediante el monocultivo o cisión con que los campesinos aceptan
la dedicación a especies exóticas de gTan los métodos más modernos e intensifi
valor han llevado al abandono de los sor can la producción para satisfacer a un
gos y mijos resistentes a la sequía en aras mercado cada vez más exigente (Barkin
del maíz; y en la escena mundial, han re et al., 1990). Sin embargo, el reto de ali
mentar a toda la población de la Tierra deramos, pues, un conjunto de reglas
en el siglo que viene debe abordarse su acerca de cómo adquirir, usar y transfe
brayando la potencial contribución del rir pacíficamente los derechos sobre
saber indígena y dé las mujeres y dise «objetos». Sin embargo, hay otro medio
ñando dietas menos tributarias del gana principal de acceso ala posesión de estos
do consumidor de recursos. EM objetos: la fuerza (guerra o robo), que,
Véase también DIETA, SISTEMAS ALIM EN presente con carácter universal, rara vez
TARIOS, TECNOLOGÍA. es objeto de análisis.
La propiedad parece confinada a las so
p r o p ie d a d P aT a la mayoría de los ciedades de Homo sapiens. (En muchas
antropólogos implica (1) una entidad ju especies, la territorialidad no se conside
rídica que entraña (2) derechos y (3) de ra propiedad: el aspecto jurídico está
beres respecto a (4) algunos objetos (de presumiblemente ausente entre los lo
propiedad) frente a (5) otras entidades bos, leones y jilgueros.) Si es así, la pro
jurídicas (Hallowell, 1943). Estas últi piedad es invención humana. La propie
mas pueden ser de muchos tipos: indivi dad de la tierra nació probablemente de
duos, estirpes, unidades familiares, co la territorialidad. El dicho «L a tierra pa
munidades, naciones y corporaciones. ra quien la trabaja» es un principio po
Los derechos pueden subdividirse en pular casi universal sobre la propiedad.
concesiones de uso (cultivo, usufructo so Si una entidad jurídica ha invertido tra
bre utensilios o animales, consumo, caza bajo en la creación de algo, la «propie
y pesca, y derecho de paso) y derechos de dad» de ese algo se vincula a su creador.
transferencia (donación, venta, préstamo Las reglas de propiedad sobre intangi
y devolución). Los deberes incluyen bles (canciones, danzas, ideas, conjuros,
mantenimiento, preservación, pago de encantaciones, conocimiento y curación
tasas y suministro de servicios laborales. de la enfermedad, etc.) se consideran se
Prácticamente cualquier bien, servicio o cundarias a las aplicables a objetos, aun
actividad puede incluirse entre los «ob que pueda que valga la pena explorar la
jetos» sujetos a las reglas de la propie visión alternativa.
dad, La tierra, los árboles que contiene, Por propiedad privada se entiende la del
los pastos, las cosechas anuales, el agua, individuo (persona jurídica) e implica
las vías, los minerales, las gemas, las ar- por lo general la potencial transferencia
cilleras, las herramientas, los edificios, en un sistema de MERCADO. En la propie
las ropas, las armas, los utensilios, los dad estatal es el ESTADO el que posee la
bastones y un nutrido conjunto de lo que mayoría de los medios de producción
se da en llamar servicios (curación, adi (tierra, fábricas, explotaciones agrícolas,
vinación, canciones y su interpretación, herramientas, materias primas, proce
danzas, reparación de objetos, activida sos) y el que asigna derechos de uso. La
des rituales) pueden estaT sujetos a re transferencia de propiedad es imposible,
glas de propiedad, y la de derechos de uso no responde co
No hay consenso acerca del origen del múnmente a mecanismos de mercado.
derecho de propiedad. Las implicaciones La propiedad comunal es aquella en la
de sus diversas formas sobre el resto de que una pequeña entidad jurídica, como
la vida social son muy discutidas. Dado una comunidad o una estirpe campesina,
que el análisis de la propiedad ha sido posee el «objeto» y es responsable de su
dominio de los juristas, nuestras ideas al gestión. Los derechos de propiedad se
respecto tienen ahí firmes raíces. Consi suponen intransferibles, y los de uso sue
len adjudicarse solamente a miembros de la necesidad de eficiencia en la vida
de dicha comunidad. económica. El movimiento de «privati
«Propiedad común» es término que sue zación» de finales del siglo XX también
le hacer referencia a recursos que no tie se basa en convicciones acerca de la efi
nen dueño (res nullius), como los peces ciencia económica de la propiedad «p ri
del océano o los bosques sin denomina vada» en comparación con otras formas
ción. Pero el concepto se aplica a menu de propiedad. Otros consideran que estas
do ambiguamente a un régimen de pro generalizaciones no son sino prediccio
piedad donde la entidad jurídica es un nes basadas en la ideología más que ha
grupo incorporado que posee derechos y llazgos empíricos de la investigación his
deberes claros sobre determinados obje tórica y comparada sistemática. RHun
tos (pastos, bosques o sistemas de riego), Véase también CAPITALISMO, SOCIEDAD
los gestiona, y defiende su derecho a ve COMPLEJA, SOCIEDADES INDUSTRIALES, SO
tar el acceso a ellos de quienes no son CIALISMO, COMERCIO.
miembros de la agrupación (res commu- Otras lecturas G. Appell, 1983; Fort-
n.e$). La «tragedia de los comunes» (so- mana y Bruce, 1988; Herskovits, 1940;
breutilización por maximización de in Hoebel, 1954; Lowie, 1920; Netting,
dividuos) es muy probable frente a ios 1962; North y Thomas, 1977; Pryor,
comunes verdaderos, res nullius, pero 1973.
improbable frente a la propiedad común,
res communes. psicolingüística Ciencia que trata
Los antropólogos han establecido especí de la adquisición, representación y pro
ficamente ciertas normas generales ceso del lenguaje en los humanos.
acerca de las correlaciones de las reglas Los estudios sobre la adquisición del len
de propiedad con otros aspectos de la so guaje tratan de explicar la capacidad de
ciedad y la economía. El intercambio no cualquier niño normal para adquirir el
sería concebible en ausencia de reglas de caudal de conocimientos específicos del
propiedad. La ESTRATIFICACIÓN se basa lenguaje subyacentes a la competencia
en el veto a determinados individuos del del adulto. Algunos aspectos de la adqui
acceso a recursos importantes, y muchos sición del lenguaje representan el apren
analistas consideran que la clave de esta dizaje de hecbos idiosincrásicos acerca
exclusión se encuentra en las reglas de la de palabras, frases y similares en un len
propiedad. Una economía dominada por guaje dado; mientras que otros engloban
el principio de mercado parecería exigir la extracción de generalizaciones nor
individuos o grupos muy pequeños como mativas en torno a estas expresiones.
entidades jurídicas con derecho a los ob Aunque por lo general se da por supues
jetos transaccionados en el mercado. to que son los padres quienes modulan el
Marx y Engels (1888) y sus seguidores aprendizaje del lenguaje por el niño por
han construido un modelo de capitalis vía de ejemplos y contraejemplos, la in
mo que se basa fundamentalmente en la vestigación sugiere que este supuesto es
propiedad privada de los medios de pro en gran medida falso. Es verdad que los
ducción. La alienación y la explotación padres ofrecen un modelo positivo del
provienen del hecho de dicha propiedad lenguaje objetivo, pero este modelo pue
privada. Los nuevos economistas institu de revelarse incompleto y, además, es
cionales (North, 1981, Williamson y sus muy raro que corrijan aspectos como la
seguidores) han tratado de explicar las estructura sintáctica. ¿Cómo podemos
reglas de propiedad como consecuencia explicar, pues* el hecho de que, durante
un período crítico del desarrollo, los ni man, 1990). En la liza de la producción
ños inmersos en una lengua en particu de lenguaje, el proceso de transforma
lar converjan en una solución común al ción en forma fonética de un mensaje
problema del aprendizaje de la lengua, propuesto se aborda mediante la identi
pese a la empobrecida naturaleza de los ficación de las representaciones menta
datos que les son suministrados? Aunque les que surgen de esta cartografía (in
la mayoría de las teorías lingüísticas cluidas las variedades de representación
contemporáneas admiten la existencia intermedia léxica, sintáctica y fonológi
de un conjunto de principios innatos ca) y cómo estos tipos representacionales
(con frecuencia llamado «gramática uni se afectan mutuamente en el curso de la
versal») en explicación de esta facultad, transformación (Levelt, 1989).
queda por determinar qué tipos de expe Un ejemplo de estas cuestiones de repre
riencia lingüística bastan para desenca sentación se encuentra en la manera en
denar los múltiples componentes del que el procesador se enfrenta con la
proceso de adquisición (MacWhinney, morfología de las palabras familiares.
1987; Wanner y Gleitman, 1982), ¿Implica la producción y la comprensión
Muchos de los estudios experimentales léxicas normalmente sólo la recupera
al respecto se centran en la distinta eva- ción de unidades de proceso almacena
luación de las disparidades en las pautas das o compone nuevas entidades a partir
infantil y adulta, respectivamente, de de unidades más básicas? Esta pregunta
comprensión (o producción) del lengua puede tener más de una respuesta según
je. Los niños muestran una muy notable el nivel de proceso o el tipo de morfolo
uniformidad en las clases de errores de gía léxica examinados. Por ejemplo, la
comprensión y producción que cometen producción (o reconocimiento) de for
en diferentres estadios de desarrollo, y mas léxicas como caminar o correr im
estos errores reflejan la naturaleza del plica procedimientos de recuperación
proceso mediante el cual el aprendiz del basados en palabras enteras, mientras
lenguaje converge con el sistema adulto. que las regularmente sujetas a inflexión,
Por ejemplo, ¿representan las diferentes como caminó y como, implican procedi
interpretaciones de los pronombres per mientos que componen estas voces (o las
sonales en contextos particulares, por descomponen, si se trata de compren
parte de niños y adultos, discontinuida sión) a partir de sus componentes morfo
des en el sistema gramatical en desarro- lógicos: caminar y correr + [conjugación
lio y adulto, respectivamente? ¿O surgen de pasado], respectivamente, en un pla
estas diferencias de errores tempranos no de elaboración que corresponde a las
en el reconocimiento de las categorías propiedades morfosintácticas de la ex
léxicas a las que pertenecen los pronom presión. Una descripción psicolingüísti-
bres, o incluso de diferencias no lingüís ca del aparato mental subyacente a la
ticas entre los sistemas cognitivos inma comprensión y producción del lenguaje
duro y adulto, respectivamente? debe operar con el modo en que esas dis
En términos generales, la investigación tinciones entre representación y proceso
sobre comprensión del lenguaje aborda rigen en la diversidad de palabras infle
cuestiones como qué tipos de informa xionadas, derivadas y compuestas en los
ción intervienen en la interpretación de niveles de proceso pertinentes (Marslen-
frases; cómo se representa esta informa Wilson, 1989).
ción,* y cómo y cuándo interaccionan Otro tema prominente en la investiga
fuentes de información distintas (G. Alt- ción psicolingüística actual es el papel
que cabe al saber gramatical en la com construcción alternativa más frecuentes
prensión del lenguaje (Carlson y Tan- que son compatibles con los particulares
nenhaus, 1989), Aunque pocos negarían léxicos de una expresión, preferencias
que son los principios formales que rigen que se basan en la interacción de los
la configuración lingüística correcta los principios del discurso y el conocimiento
que entran en juego cuando se trata de del mundo real, y combinaciones de to
identificar el significado propuesto de dos estos factores (Clifton y Frazier,
una expresión, sigue siendo una cuestión 1994). WBad
abierta cómo interaccionan los diferen Otras lecturas Gernsbacher, 1994.
tes aspectos de este saber con otras fuen
tes de información en el proceso inter purdah Institución que contempla la
pretativo (como el conocimiento del reclusión de las mujeres, en particular
mundo real o los fundamentos de la es como se práctica entre los hindúes de las
tructura del discurso). Numerosos ha castas altas de la India. Aunque de ori
llazgos indican que, en vez de mantener gen hindú, el término se usa con fre
múltiples análisis de secuencias ambi cuencia para indicar la práctica común
guas del habla o texto, uno selecciona in en algunas sociedades islámicas de aislar
mediatamente una lectura preferida. A l a las mujeres en el hogar. MR
gunos investigadores han argumentado
que el procesador del lenguaje estructu pureza/polución Como contraste
ra inicialmente la aferencia lingüística frente a conceptos de impureza y conta
de acuerdo con preferencias gramatica minación (flujo de impurezas a través de
les basadas en las propiedades estructu fronteras para afectar a un individuo re
rales de los posibles análisis. Por ejem lativamente puro), la noción de pureza
plo, el análisis de un texto nuevo que propaga poderosas ideas y emociones
presenta el menor número de constitu acerca de la limpieza derivadas de ansie
yentes sintácticos será inicialmente pre dades acerca de la integridad del cuerpo
ferido a otros. Este sesgo en favor de la con miras a la definición y organización
estructura sintáctica más simple motivó social. Aunque las nociones de pureza y
originalmente la hipótesis que explicaba polución se postulan universales y partí
dos elementos principales: (1) las prefe cipes de muchas características comunes,
rencias interpretativas que muestran los el alcance, el uso, la obsesión asumida y
lectores frente a frases de estructura am la forma de estas construcciones orde
bigua fuera de contexto (como elegir la nancistas varían considerablemente de
interpretación instrumental de la ora un grupo a otro (Ortner, 1974a).
ción preposicional ambigua en S¡1 hom Los conceptos de pureza y polución pro
bre vio al ladrón con el telescopio); y (2) vienen de la propia elaboración de las
las dificultades de proceso con que uno gentes acerca de su sentido de vulnerabi
se encuentra cuando inicialmente proce lidad del cuerpo (o ego) frente a la «su
de a un análisis sintáctico erróneo de ciedad» en la medida en que ésta ( l )
una frase; por ejemplo, frente al equívo afecta a la superficie corporal por con
co inherente a una frase como verdades tacto con una persona u objeto contami
como puños, que puedes conocer cuando nantes o (2) penetra en el cuerpo por in
quieras, donde no queda nada clara la gestión oral o por medio de una substan
opción ofrecida. Explicaciones más re cia contaminante.
cientes acerca de estos sesgos han invo La polución superficial está íntimamen
cado las preferencias por los tipos de te relacionada con el temor a las res
puestas (imaginarias o reales) de los las categorías gustosamente aceptadas»
otros, que puedan ver, oler o percibir de (1968, p- 54-0). Pero no todo el material
algún modo dicha «suciedad»* Se consi fuera de lugar es sucio en el sentido im
dera que ésta afecta a la imagen pública plicado por «polución» y «disgusto»; pe
del individuo, a su aceptabilidad y valor dazos de cristal en la comida constituyen
sociales y, por tanto, se asocia con ideas un contaminante peligroso, no contrarios
morales de creación societal como «ver al gusto. Los que sí lo son suelen ser los
güenza», «pudor», etc. Estas ideas de su orgánicos «que pueden ser ingeridos» y
ciedad físicamente real e incidente en la que entrañan una tentación prohibida
posición y consideración sociales a me que ha de ser resistida mediante reaccio
nudo llevan a la manipulación de las nes semibiológicas y de naturaleza casi
condiciones de la propia vida de modo refleja como el disgusto, el vómito y el
que las «gentes contaminantes» son «ob rechazo. TaEÚES de contacto accidental y,
jetivamente» sucias. Así era entre los sobre todo, deliberado con «personas im
«intocables» del sur de Asia (R. Levy, puras» pueden también operar de mane
1990). ra similar en oposición a la tentación de
La polución interna tiene sus raíces en el abrazar y de incluir a personas social
temor a ingerir materiales contaminan mente vetadas en la esfera afectivo-eróti-
tes, incluidos los que se transfieren de la ca propia. Los tabúes sociales sirven para
superficie del cuerpo a la boca. Esta su contrarrestar poderosas tentaciones po
ciedad se relaciona más bien con la cons tenciales hacia placeres antiestructurales
titución del cuerpo y con el cuerpo en sí y potencialmente subversivos: comi¿nitast
mismo que con su imagen pública, y igualdad y deseo desenfrenado.
afecta a aspectos nucleares íntimos de la Los conceptos de polución culturalmen
identidad y la autoestima del individuo. te elaborados, y por extensión la cuestión
Las ideas acerca de la polución del «pro de cómo conservar la pureza, no sólo se
pio cuerpo» se amplían a menudo a as paran al individuo de gentes a la vez
pectos moralmente importantes del yo, tentadoras y prohibidas, sino que tam
como la «mente», el «espíritu» y el «ca bién sirven para mantener lejos del
rácter» mediante puentes metafóricos a cuerpo materiales que antes formaron
fuentes putativas de polución como el parte de él. Entre estos materiales están
pecado, la desviación moral, el compor las uñas, la saliva, los mocos, las heces, la
tamiento de los antepasados o de miem orina y la sangre menstrual, que deben
bros de la familia contemporánea, los ser rutinariamente alejados y desecha
genes y similares. dos. En el proceso de alejamiento devie
La reacción primaria ante la «impureza» nen contaminantes no sólo para otros, si
es el disgusto, la emoción específicamen no también para los inviduos de origen
te vinculada a la ingestión de materiales en caso de reincorporación de dichos
«sucios». Mary D o UGLAS definió «sucie materiales. Así, la «saliva» expulsada de
dad» como «materia fuera de lugar», ma la boca pasa a ser «gargajo», con la deli
terial que viola las categorías culturales mitación consiguiente de la frontera cor
(o que, de un modo más amgiguo, se en poral.
cuentra al borde de hacerlo). A l respecto Otra clase de contaminante oral es defi
señaló que era necesario «tratar todo nida por los TABÚES ALIMENTARIOS, cate
comportamiento frente a la suciedad co gorías de alimentos teóricamente comes
mo reacción ante cualquier evento con tibles —paladeables de hecho para otros
probabilidad de confundir o contravenir grupos de personas (que captan su fuer
za social por ello)-*- que son «irracional y el PARTO, guarda estrecha relación con
mente», «culturalmente» y a menudo ideas y prejuicios sobre el estado proble
«sobrenaturalmente» prohibidos a un mático y subsidiario de las mujeres se-
grupo particular* De este modo suminis xualmente maduras y con las ansiedades
tran un marcador arbitrario de perte masculinas al respecto.
nencia al grupo; «Somos los que no co Las ideas de impureza se relacionan con
memos X ». Como señaló Mary Douglas el PODER en sistemas en los que quienes
(1966) en su análisis de las comidas bí viven en íntima asociación con la polu-
blicamente prohibidas (las «abominacio ción son considerados capaces de traspa
nes» del Levítico y el Deuteronomio), la sar las categorías, los peligros y los tabú-
selección de artículos prohibidos a m e es propios d éla pureza. En el sur de Asia
nudo parece motivada por confusas cate se cuentan entre estos individuos los
gorías de CLASIFICACIÓN y sugiere al me hombres santos, así como ciertas clases
nos algunas bases cognitivas para estas de deidades (en especial la «diosa crea-
opciones culturalmente específicas. dora») a las que se atribuyen poderes es
Cualesquiera que sean los fundamentos peciales de creación y destrucción, a dife
intelectuales, emocionales y empíricos rencia de los de mantenimiento del orden
personales de las ideas de pureza y polu social relativamente estático asociado con
ción, estas nociones proporcionan pode las estructuras de pureza y polución. Una
rosos marcadores sociales, reglas y moti persona pura, como un sacerdote, posee
vaciones que determinan con quién se una alta posición social, pero es vulnera
puede comer, de qué proveedor, o con ble por tener que proteger su pureza me
quién casarse o tener relaciones sexuales diante defensas sociales externas, mien
(reglas variables según el contexto); en tras que los individuos contaminantes —a
suma, contribuyen notablemente al or menudo mujeres o personas con posición
den moral. Las ideas de polución erigen social muy baja o marginal, brujas, he
tanto fronteras de exclusión absoluta chiceros u hombres santos—son directa
(puro contra impuro) como categorías mente poderosos por sí mismos y pueden
relativas según grado de pureza (más o enfrentarse a las fuerzas sociales- Las
menos puro). Este ordenamiento relati deidades que, por ejemplo, se encuentra
vo afecta a las relaciones sociales de for en el tantrismo surasiático, cuyo poder se
ma cuantitativamente diferenciada para asocia con la facultad de trascender la
grupos enteros, como en el sistema de impureza, se consideran a menudo «pro
CASTAS surasiático, o diferencialmente a fanas» o «satánicas» en la tradición occi
los diversos tipos de relación social que dental.
tienen los individuos entre si: asociación* La pureza se asocia a menudo con ideas
comida colectiva, contacto, matrimonio, religiosas y se entremezcla con nociones
acceso a lugares sagrados, etc. La defini de lo «sacro», en particular con los «lu
ción de pureza/impureza está integrada gares y estados sagrados» que requieren,
en diversas jerarquías, como la casta por tanto, una clara demarcación y pro
(Dumont, Í970). tección y en los que opera una combina
El uso transculturalmente generalizado ción «sobrenatural» de poder y pureza.
de la idea de impureza se observa en re Son susceptibles de contaminación por
lación con la MENSTRUACIÓN y, por tanto, personas u objetos impuros que pueden
con la impureza de la mujer frente al degradar su poder y sacralidad. Pero
hombre. Esta obsesión* con expresión de contaminar lo sagrado —persona, lugar u
sentimientos acerca de la SANGRE vertida objeto de condición que se tiene por más
pura en general— es muy arriesgado, y que habrán de entrar en contacto con la
los responsables de semejante fechoría superficie corporal (en particular la bo
suelen ser severamente castigados (IL ca). La polución interna se purga con po
Levy, 1990, pp. 575-397). derosas sustancias o diversos tipos de
Cierta clase de impureza se considera «abstinencias» depurativas del interior
prevenible y evitable mediante adhesión del cuerpo. Las impurezas más distantes
firme y cuidadosa a elaborados sistemas pueden purgarse metafóricamente por
de reglas y tabúes. Otra impureza es co otros procedimientos; como la peniten
rregible con diferentres técnicas de puri cia. Algunas impurezas personales se
ficación* a menudo administradas por consideran inerradicables e inherentes a
profesionales. Dado que la idea de «su determinada clase de personas, noción
ciedad» figura de modo tan prominente ésta potencialmente relacionada con una
en los conceptos de polución, la pureza noción de «esencia biológica» fija y, por
puede restituirse limpiando la superficie tanto, de RACISMO. RoL
corporal con medios ya. físicos ya mági Véase también RELIGIÓN, AOTROPOLOGÍA
cos-metafóricos, o limpiando los objetos SIMBÓLICA.
racismo Ha sido diversamente defi
nido en términos de prejuicio, creencia,
ideología, doctrina, teoría, visión del
mundo, convicción emocional, fantasía,
inconsciente, relaciones materiales,
prácticas cotidianas, poder diferencial y
subyugación y explotación instituciona
lizadas. Tema frecuentemente desaten
dido en los estudios antropológicos, la
evidencia revela que el racismo es un fe
nómeno social históricamente específico
y cambiante, con dimensiones cogniti-
vas, emocionales y materiales que inci
den poderosamente en los campos eco
nómico, político y sociocultural.
Los antropólogos siempre han revelado
cierto interés en la RA2A., y durante la se
gunda guerra mundial en particular, al
gunos boasianos llevaron su atención a la
«historia natural del racismo*» (Benedíct,
1940). Sin embargo, a raíz de los debates
que atenuaron el concepto de raza bioló
gica, una postura generalizada de «no ra
za» propició el abandono de los estudios
acerca de las condiciones socioculturales y
relaciones de poder que confieren promi
nencia y agresividad al constructo social
de raza. Al hilo de los trabajos de Monta-
gu (1942), los antropólogos desviaron su
atención al concepto de ETNIA y GRUPOS
ÉTNICOS, basados en conceptos culturales.
En consecuencia, las poblaciones por lo
general, y en algunos casos legalmente,
designadas como «razas» fueron integra
das en la categoría de «grupo étnico» sin
reparar en sus experiencias distintivas ni
en su ubicación respectiva en el seno de
las sociedades estratificadas, donde etnia
intersecciona e interacciona con raza, al
igual que con clase y género. La tenden
cia no raza borró inadvertidamente el
problema del racismo del núcleo de la in
vestigación antropológica. Sin embargo,
ha surgido un renovado interés por la ra
za y por el racismo (Frankenberg, 1995; S.
Gregory y Sanjek, 1994; Smedley, 1995).
En la discusión de Shanklin (1994) sobre der». En otras palabras, racismo puede
la importancia de «atender al racismo» ser el resultado no deliberado de discu-
(incluso en ausencia de una noción via ros y comportamientos diarios aun pese
ble de raza) se examinan las definiciones a la ausencia de prejuicios raciales, e in
recogidas en textos e indicativas de que cluso las acciones que se dicen antirra-
la mayoría de los antropólogos, siguien cístas pueden tener efectos inesperada
do a Marger (1985, p. 106), destacan que mente racializadores (Domínguez,
racismo. 1994). Por otra parte, el prejuicio puede
es la convicción de que los humanos se existir aun sin expresión manifiesta «si
subdividen en grupos hereditarios distin la situación sociocultural no recompensa
tos, con diferencias innatas en lo que se su expresión o efectivamente reporta
r e fie re a su com portam iento social y su castigo a quienes discriminan a las ra
capacidad m ental, que, por consiguiente, zas» (Drake, 1987, p. 53).
les asignan cualidades superiores o in fe St. Clair D r a k e (1987) examinó las múl
riores. L a superioridad presunta de algu tiples formas de racismo y sus diferentes
nos grupos y la in ferioridad de otros es se conceptos a lo largo del tiempo. «Racis
guidam ente usada para leg itim a r la desi mo» presenta numerosos referentes: una
gual distribución, de los recursos de ia orientación cognitiva o psicológica sub
sociedad, específicam ente diversas formas yacente, actitudes, discriminación, poder
de riqueza, prestigio y poder. diferencial y políticas integradas en un
Como tal, «racismo es una clase especial sistema de control y dominación. Los
de prejuicio dirigido contra quienes se analistas del poder organizacional y es
considera poseedores de características tructural a menudo se centran en el «ra
biológica o socialmente inherentes que cismo institucional» presente cuando las
los sitúan aparte» (Shanklin, 1994, p. reglas, regulaciones y normas «se esta
16). El racismo se evidencia también en blecen de tal modo que automáticamen
prácticas de discriminación y domina te operan en desfavor de algún grupo
ción. En este sentido concuerda con Omi racial» pese a la ausencia de voluntad
y Winant (1986, p. 145) que definieron deliberada (Drake, 1987, p. 34), Esta
«racismo» como «e l conjunto de prácti configuración puede sobrevivir al «ra
cas sociales que (explícita o implícita cismo dominante» de «las instituciones
mente) atribuyen méritos o asignan va sociales y políticas que lo favorecen y
lores a los miembros de grupos racial alientan».
mente categorizados únicamente en Como nexo sistemático de significados,
virtud de su “ raza” ». relaciones y prácticas, el racismo surgió
Frankenberg (1993, p. 70) fue más lejos, en el contexto específico de la expansión
incorporando el prejuicio y las creencias colonial de la Europa occidental y del de
en su caracterización del racismo como sarrollo del capitalsimo mundial- La em
«no sólo una ideología u orientación po presa colonial en el Nuevo Mundo creó
lítica ... sino también .,. un sistema de re escenarios donde la ESCLAVITUD, las ideas
laciones materiales con un conjunto de centradas en la raza y los prejuicios fren
ideas vinculadas y aun incorporadas en te al color de la piel (o fenotipo) conver
éstas». Wetherell y Potter (1995) presen gieron por primera vez en la historia hu
taron otra definición de racismo como mana para dar lugar a una estratificación
«cualquier acción, intencionada ó no, racial marcada por la ideología sistémica
que perpetúa y refueza una estructura y la dominación estructurada de la su
opresiva de relaciones desiguales de po premacía blanca, la forma más global del
racismo (Drake, 1987). Observando elle- se, y allí obtuvo un puesto como etnólo
gado del pasado colonial en el presente, go en el Transvaal Museum. Hacia fina
G. Kohler (1978) proclamó que la distri les de 1920 y por inicativa de A.C. Had-
bución internacional de la riqueza, el po don, con quien había trabajado en Cam
der y la esperanza de vida representa un bridge, la Universidad de Ciudad de El
«apartkeid global» que inflige violencia Cabo instituyó una cátedra de antropolo
estructural (penuria alimentaria, degra gía social para la que fue nombrado y
dación medioambiental y crisis económi desde la que efectuó importantes contri
ca) a la mayoría de las poblaciones del buciones a la antropología tanto teórica
mundo. FH como aplicada, aunque su nombre no ad
quirió proyección hasta la publicación de
Radcliffe-Brown, A.R. (1881- su obra The Andaman islanders: a study
1955) Alfred Reginald Radcliffe- o f social anthropology (1922), donde tra
Brown nació en Birmingham, Inglate tó de aplicar los conceptos durkheimia-
rra, el 17 de enero de 1881, y fue educa nos a materiales de campo primera ma
do por su madre, casi indigente, a la no. La fama así obtenida hizo que la
muerte de su padre. Obtuvo una beca de Universidad de Sydney le nombrara en
ciencias morales en el Trinity College, 1926 para ocupar la cátedra de antropo
Cambridge, que le permitió estudiar psi logía social de nueva creación y genero
cología con W.H.R. Rivers, quien se ha samente dotada con fondos de la Funda
bía intersado en la antropología a raíz de ción Rockefeller que le permitieron
su participación en la expedición al Es animar a sus discípulos al estudio sobre
trecho de Torres en 1898. Una vez gra todo de Australia y el Pacífico, así como
duado, recibió varias bolsas de estudio fundar el periódico Oce&nia y en su mo
que le permitieron realizar algunas in mento publicar su monografía clásica
vestigaciones en las islas Andaman entre The social organization of Australian tri-
1906 y 1908* Regresó para presentar sus bes (1930-31), magnífica aproximación
conclusiones preliminares y fue distin a la síntesis y exploración de un mate
guido con un nombramiento académico. rial muy complejo. Como hiciera en ciu
Por entonces era conocido como Anarchy dad de.El Cabo, abordó una serie de pro
Brown por sus posturas anarquistas, que blemas prácticos referentes a los aborí
abandonaría más tarde decantándose por genes y otros habitantes de la región. En
el credo socialista. Empezó a dar confe 1950 empezó a hacer mella en Australia
rencias en Londres sobre ETNOLOGÍA, ge la Depresión, y menguaron los fondos
neral, y en Cambridge sobre sociología disponibles, de modo que Radcliffe-
francesa, influyendo especialmente en Brown aceptó una cátedra en Chicago»
clasicistas como Jane Harrison. Hizo escala en Inglaterra, donde trabó
En 1910 viajó al norte de Australia para conocimiento con EVA.NS-PRITCHARD,
realizar varios trabajos de campo. Volvió FORTES y muchos otros antropólogos jó
a Inglaterra, viajó de nuevo a Australia, venes.
pero el estallido de la guerra trastornó Su influencia en Chicago queda amplia
sus planes y hubo de dedicarse a la ense mente demostrada por The social anthro-
ñanza como medio de vida, llegando a pology o f North American tribes (1957),
ocupar el cargo de consejero de educa editada por Fred Eggan, que incluye tra
ción en el reino de Tonga desde i 916 a bajos de sus discípulos. Huelga decir que
1919. Enfermó de gripe y fue a vivir con rápidamente fue figura prominente en la
su hermano a Suráfrica para recuperar antropología norteamericana.
En 1937 fue invitado a ocupar la prime bio en marcos clara y específicmente es
ra cátedra de antropología social en Ox tructurales y funcionales.
ford. Ahí se unió a Evans-Pritchard, Su pasado anarquista y filosófico pudie
atrajo a Fortes y se convirtió en cabeza ron ser poderosos móviles de su interés
visible de una escuela estructuralista por las sociedades sin estado y por el
que se consideró opuesta en algunos as principio de la justicia distributiva. Pero
pectos al FUNCIONALISMO de Malinowski. más importante fue su deuda con la ju
Éste partió para Estados Unidos en 1958, risprudencia y la antropología anterior,
y Radcliffe-Brown pasó a ser el decano puesta de manifiesto en sus artículos so
de los antropólogos británicos. Sin em bre la LEY primitiva y las SANCIONES, asi
bargo, la segunda guerra mundial redu como en los aspectos jurídicos (que dis-
jo la escala de actividad posible, y se tinguió de los emocionales e interperso
trasladó a Sao Paulo? Brasil, donde im nales) del PARENTESCO, presentes de for
partió clases durante dos años (1940- ma clara en su brillante y completa in
1942), Dos años más tarde se retiró de su troducción a Áfricart systems o f kinskip
cátedra oxoniana, aunque años después and maTTzage (Radcliffe-Brown y Forde,
volvió a impartir sus enseñanzas en la Í950), En estos artículos apuntó sus
Universidad de Alejandría (1947-1949). principios generales de unidad fraterna
Vivió un tiempo en Manchester, pero re y de estirpe, que entendió subyacentes a
gresó a Suráfrica como profesor en la prácticas tan disparatadas (véase SISTE
Universidad Rhodes (1951-1954), para MAS DE M ATRIMONIO) como los desposo
volver al fin a Inglaterra, ya enfermo, rios espirituales, las uniones mujer con
donde murió en octubre de 1955, mujer, los modos de descendencia y lega
Radcliffe-Brown ejerció una gran in do, los matrimonios preferenciales y
fluencia en los antropólogos de África prohibidos, y la VENGANZA. Aunque algu
del Sur, Australia, Estados Unidos y nos de sus intentos por presentar tenden
Gran Bretaña, en parte gracias a la clari cias generales han sido criticados como
dad de su pensamiento y su expresión y, «meras tautologías», consiguió «hallar
sobre todo, por sus extraordinarias dotes sentido» en muchos aspectos de los siste
para la docencia. En general sus enfo mas de parentesco que otros habían de
ques debían no poco a la escuela de sechado como costumbres primitivas.
Durkheim, pero también a la tradición Demostró su lugar en la SOCIEDAD y en la
de la sociología comparada encabezada estructura de los GRUPOS DE PARENTESCO.
por SPENCER y a juristas históricos como Su concentración en elementos de orde
M a i NÉ y Vinogradoff. Spencer fue par namiento respondió a una elección me
ticularmente importante en sus estudios todológica deliberada, como limitación
de las instituciones rituales, respecto a consciente con miras a construir una SO
las cuales Radcliffe-Brown discrepó de CIOLOGÍA comparada. JG
FRAZER y T y l o r , así como de Malinows- Otras lecturas R. Forth, 1956b; Fortes,
kí. Le interesó sobre todo el examen de 1955; J, Goody, 1995; A. Kuper, 1975.
las ideas rituales en contextos sociales
diferentes, y más generalmente en su r a m a j e Es el agrupamiento de estir
contribución al mantenimiento del or pes internamente estratificado. Término
den social. Abandonó tanto los enfoques que aparecen sobre todo en trabajos so
intelectualistas como los históricos con bre las sociedades polinesias (R* Firth,
jeturales por tratar aspectos que eludían 1936; Sahlins, 1958) y poco generali
el conocimiento, y se concentró en cam zado. MR
RAZA 5í 9
m i;er, como el zar del Sudán, ofrecen un de los muchachos hombres sexualmente
mensaje simbólico más positivo sobre el maduros (Herdt, 1982). Harriet White-
poder reproductor de la mujer como al head (1986) ha contrastado estos «ritua
ternativa a las reglas jurídicas formales les de virilidad» presentes sobre todo en
que otorgan el control de la sexualidad las tierras bajas con los «de clan» carac
femenina al hombre. En el terreno cog- terísticos de las tierras altas. En los pri
nitivo, con estas reglas el control mascu meros, los grupos de culto intervienen
lino se simboliza marcando con SANGRE notoriamente en la transacción de Ínter»
los estadios del ciclo vital de la inflbula- cambio, y los iniciados reciben semen de
ción, la desfloración o el parto. Sin em afines potenciales o de sus pares en el in
bargo, en las ceremonias zar, los espíritus tercambio ceremonial para no violar el
del culto, controlados por poderosas líde TABÚ DE INCESTO. En los segundos predo
res femeninas, se reconocen claramente minan los grupos de parentesco patrili-
como los «poseedores» de la sangre de neal y los ritos ayudan a los muchachos a
las mujeres en todos sus signifcados sim liberarse de su identidad «femenina»
bólicos (Constantinides, 1985). En las re mediante sangrías rituales que les libran
ligiones centradas en la mujer se sacralí- de la sangre restante del.claustra mater
za o institucionaliza el control de éstas no. En un ejemplo matrilineal zambia-
sobre su fertilidad (Sered, 1994). no, Víctor TU RN E R (1967) describió el ri
En Sierra Leona, la menstruación, el co simbolismo de los rituales de fertili
embarazo, el parto y la amamantación dad que en última instancia cumplen el
son conceptos positivamente definidos propósito de recordar a las gentes que los
por la religión sande, mayoritaria entre NIÑOS pertenecen a la línea materna, así
las mujeres. Transforma ritualmente a como la obligación general de honrar las
las muchachas en mujeres fértiles, a las obligaciones del clan so pena de sufrir
esposas en madres con el parto y, llegada trastornos de la fertilidad. Los rituales
la muerte, a las madres en antecesoras destinados a la curación de trastornos de
que dispensan bondades, como hacen las la reproducción usan de analogías que
esposas y madres solícitas. Esios diferen mimetizan los ritos puberales femeni
tes rituales son transformaciones meta nos. La paciente se considera entonces
fóricas uno de otro. El saude «posee» co como novicia que ritualmente es «trans
nocimientos secretos, destrezas técnicas, formada» en plena mujer.
poder sancionador legitimado y organi La fertilidad se vincula explícitamente
zación jerárquica. A diferencia del ZAR., con la jerarquía política en el ritual real
de los Swazi, cuyo rey personifica la ri en contexto con el culto religioso —una
queza y fructuosidad de la nación. La ce misa cristiana, por ejemplo—o con el sa
remonia inewala anual une a. los súbdi crificio a los espíritus de los antepasados.
tos con su rey e imparte renovada fuerza En este sentido, celebrado por muchos de
y fertilidad a los cultivos, animales y los primeros antropólogos, ritual se opo
personas (H. Kuper, 1947). La ceremo ne a teología como práctica a teoría. Más
nia cesa con la muerte del rey y renace comúnmente, no obstante, los antropólo
con la madurez de su sucesor. Los ritos gos usan «ritual» para denotar cualquier
mortuorios expresan a menudo el fecun actividad con un alto grado de formali
do poder de la recreación. Los aspectos dad y un propósito no utilitario, uso que
negativos de la muerte pueden ser sim no sólo comprende las actividades clara
bólicamente puestos de manifiesto y ac mente religiosas, sino también eventos
to seguido ritualmente transformados en como festivales, desfiles, iniciaciones,
imágenes positivas de una sociedad fuer juegos y salutaciones. En su sentido más
te y ordenada. Maurice Bloch y Jonathan amplio, «ritual» puede referirse no a al
Parry (1982) sugirieron que donde las guna clase de evento particular sino al
mujeres eran socialmente débiles, aso- aspecto expresivo de toda actividad hu
ciadas con la contaminación y el dolor, el mana. En la medida en que que vehicula
rol que desempeñaban era especialmen mensajes acerca de la posición social y
te importante en el ritual funerario. La cultural de los individuos, cualquier ac
muerte era entonces «vencida» por pura ción humana tiene una dimensión ritual.
trascendencia colectiva asociada con los En este sentido, incluso actos tan munda
hombres. nos como plantar un campo y elaborar
La cultura europea moderna ha incorpo alimentos comparten un aspecto ritual
rado en gran medida esta trascendencia con el sacrificio y la misa (Leach, 1954).
en una visión científica del mundo. Da- El ritual proporciona a los antropólogos
vis-Floyd (1992) describió la sala de par una de las fuentes de información más
tos de los hospitales americanos como un ricas sobre las culturas, cuya mitología
sanctum sancionan o lugar sagrado en la respectiva ritual explica y dramatiza; en
cultura americana. El NACIMIENTO es su las representaciones navideñas, por
mamente ritualizado en todo lugar, y el ejemplo, los actores representan con
ritual del parto que se practica en el hos gran detalle el hilo central de su reli
pital americano expresa las más profun gión. Y aun donde esa dramatización ex
das creencias acerca de la idoneidad y plícita está ausente, el ritual contiene un
rectitud del control cultural sobre el pro caudal de información simbólica acerca
ceso natural, el escaso valor de la natura de los mundos sociales y culturales de los
leza y el cuerpo femenino, la superiori participantes. El proceso de una pelea de
dad de la ciencia y tecnología «masculi gallos balinesa no sólo ilustra acerca de
nas» y la importancia de las instituciones estas agrupaciones sociales sino también
y máquinas. Las mujeres que no creen en sobre las nociones balinesas acerca del
estos rituales suelen dejan el hospital tiempo, de lo bueno y lo malo y de la v i
molestas o deprimidas. CM da y la muerte (C. Geertz, 1973). En con
Véase también RELIGIÓN, REPRODUCCIÓN, secuencia, la observación y el análisis del
MUIERES, ritual han sido un tema de interés pri
mario de la antropología a lo largo de la
T ÍtU al Estrictamente se refiere a los ac historia.
tos formales y prescritos que tienen lugar
Tipos de ritual tu rale s su g ie re n l a existen cia de u n m o
Los antropólogos han desarrollado nu delo u n iv e rsa l de CLASIFICACIÓN y sim b o
merosas clasificaciones de ritual, distin lism o hum an os.
guiendo entre los fenómenos anuales, los Otra importante clase de rituales la con
referidos a ciclos de vida, las ceremonias forman las ceremonias de sanación. To
civiles, los rituales de rebelión y muchos das las culturas poseen algún medio ri
otros. Una categoría que engloba a mu tual para curar la ENFERMEDAD: desde los
chas de estas ideas es la de los rituales de encantamientos mágicos individuales a
transición, a menudo denominados «R I las ceremonias de exorcismo y ministe^
TOS DE p a s o » : los que se dan cuando las rio del sanador creencial. En la mayoría
gentes cruzan determinadas lineas divi de los casos, estos rituales asignan una
sorias en el espacio, en el tiempo o en la causa espiritual al mal físico, que resuel
posición social. La transición de niño a ven exorcisando o apaciguando al espíri
adulto, por ejemplo, suele implicar un tu responsable. Dado que estos rituales
ritual de iniciación; las transiciones al vinculan el cuerpo individual con el
matrimonio, a la muerte y a la condición mundo social y espiritual, suelen conte
de miembro de un grupo son ocasiones ner un considerable caudal de informa
de ceremonia en casi todas las socieda ción acerca de los conceptos de la cultura
des, Similarmente, la mayoría de las so en cuestión sobre la persona y el univer
ciedades celebran el paso de un año a so. Además, como a menudo surten efec
otro y de una estación a otra. Incluso el to, las ceremonias de sanación presentan
traspasar una frontera nacional puede un intrigante problema a la ANTROPOLO
ser ocasión que convoque el despliegue GÍA MÉDICA y a la ANTROPOLOGÍA PSICO
de uniformes, pasaportes y parafemalia LÓGICA, pues demuestran la íntima cone
ritual* xión entre mente y cuerpo, relevante
Por darse en las fronteras de las categorías tanto para la antropología como para la
culturales, los ritos de paso proporcionan práctica médica.
una valiosa clave de las clasificaciones
sociales y temporales de ia sociedad que Funciones del ritual
los acoge. Más aún, pueden suministrar G r a n p arte d e l estudio antropológico del
una perspectiva sobre las operaciones ritu a l se h a d edicado a su fu n ció n , a la
básicas de la mente humana. Como han m e d id a en que el ritu a l sostiene y re p ro
demostrado Arnold van GENNEP (1960) duce e l ord e n social. DURILHEIM (1915)
y Víctor T u r n e r , los ritos de paso pre v io e n el ritu a l la fu en te m is m a de la so
sentan una notable uniformidad de es ciedad; e ra re u n ién d o se con otros en el
tructura dentro y entre culturas. Tien ritu a l com o e l h o m b re p rim itiv o e x p e ri
den a dividirse en tres estadios distintos, m e n ta b a su p e rte n e n c ia a la sociedad y
conocidos como separación (de la condi sen tía l a «e fe rv e sc e n c ia c olec tiv a » que
ción o estado previos), liminalidad (ni m a n te n ía la so lid aridad com un al. D u r k
una cosa ni otra) y agregación (al nuevo h e im t a m b ié n reconoció, a l ig u a l que
estado). Cada uno de estos estadios tiene M a l in o w s k i, R a d c l i f f e -B r o w n y otros
características propias; en la fase limi- fu n cionalistas, qu e el ritu a l constituye
nal, por ejemplo, los rituales implican a u n a espectacular declaración d el origen
veces inversión de roles, actividad caóti m ito ló g ico de u n a sociedad. E n el ritual,
ca y la equiparación de distinciones de los in d iv id u o s re p resen ta n a m e n u d o los
posición (Turner, 1968; Leach, 1961b, MITOS en to rn o a l o rig e n de la SOCIEDAD,
pp. 1-10). Estas similaridades transcul- y al hacerlo sancvionan concretam ente la
legitimidad del orden de cosas estableci 1975). En algunos casos, los rituales per
do. Incluso cuando los rituales no invo miten a la gente expresar sentimientos
can explícitamente mitos, su estructura que ordinariamente constituirían una
tiende a. reflejar y reforzar las distincio amenaza para el orden social. Así, la os*
nes sociales. La distribución de los asien tentosa sexualida de inversión de roles
tos en una cena de gala, por ejemplo, de del carnaval en Europa puede canalizar
ja clara las posiciones jerárquicas de los emociones disruptoras y rebeldes hacia
comensales. Tanto en su contenido como un espacio delimitado.
en su forma, el ritual tiende a represen No quiere ello decir que los rituales sean
tar y legitimar la estructura social. siempre funcionales. Dado que expresan
Los rituales son particularmente impor- nociones acerca del orden social, constitu
tantes en momentos de transición, cuan yen iuj importante foro para quienes de
do la estructura social se encuentran en sean cambiarlo. En el ritual, los grupos
su punto más débil. Toda transición so pobres y oprimidos pueden expresar sim
cial crea una reacción en cadena en un bólicamente su insatisfacción con el siste
sistema de relaciones; si una muchacha ma vigente. Pueden hacerlo veladamente
cambia de pronto a mujer, o un hombre presentando simbólicamente su concepto
a rey, la posición de sus allegados cambia de sí mismos y de la sociedad (Jean Co-
igualmente de golpe. Los ritos de paso maroff, 1985), o explícitamente, sirvién
subrayan estos cambios, permitiendo dose del ritual para impulsar reformas o
que los actores se incorporen a nuevos rebeliones (Dirks. 199+). A medida que la
roles y relaciones. Con frecuencia inclu antropología se centra cada vez más en
yen un elemento didáctico, instruyendo cuestiones de poder y de cambio cultural,
a la persona en las tareas y responsabili el conservadurismo esencial del ritual es
dades de su nueva posición. En muchos puesto más y más en duda. AB
ritos de pubertad, muchachos y mucha Véase también MUERTE, ADIVINACIÓN, L I-
chas aprenden la sabiduría práctica y MINALIDAD, ORÁCULOS, MAGIA, RELIGIÓN,
mágica que necesitarán para ejercer co ANTROPOLOGÍA SIMBÓLICA.
mo hombres y mujeres adultos (Turner, Otras lecturas Eliade, 1959; Firth,
1969). 1940; Huntington y Metcalf, 1979; La
El ritual actúa también a nivel psicológi Fontaine, 1985.
co. Proporciona un marco coherente a
los aspectos desorientadores de la vida Rivers, W.H.R. (1864-1922) Se
humana, como la enfermedad, el peligro le considera uno de los precursores inte"
y los cambios en la vida (Malinowski, lectuales en antropología y psicología.
1948). Otorga a la gente una sensación Médico de profesión, aplicó a dichas dis
de control sobre los eventos que trastor ciplinas la regla de que los síntomas no
nan o amenazan; un exorcismo puede no pueden identificarse sin conocer la his
expulsar realmente a los espíritus, pero toria de su aparición. Su primera expe
sí la sensación de desamparo y desespe riencia antropológica fue como partici
ración asociada con la enfermedad. Ade pante en la famosa expedición antropo
más, los rituales suministran un escape a lógica de Cambridge al Estrecho de
la emoción contenida. Las ceremonias Torres en 1898 (Haddon, 1901-1955),
funerales, por ejemplo, conllevan a me que tanto iba a influir después en la teo
nudo oportunidades estandarizadas para ría y el método antropológico británicos.
expresar el dolor de los deudos y allega El postulado de la expedición de que la
dos de la persona finada (Goldschmidt, generalización teórica debía basarse en
la experiencia personal de la propia in así a los antropólogos. Aplicó el modelo
vestigación de campo pasó a ser modelo de la relación entre estímulos situación
en la. disciplina* y con la ayuda, del méto nales y la expresión selectiva del poten
do genealógico de Rivers (creado para la cial individual en el trabajo psiquiátrico
expedición), los antropólogos pudieron que desarrolló durante la primera gue
documentar y elaborar el argumento de rra mundial tratando a las víctimas del
que las nociones de parentesco institu- trastorno psicológico que denominó shell
cionalijadas eran las verdaderamente shock (neurosis de guerra) (voz acuñada
generadoras de la estructura social (R i por Chalers Myers, que trabajó también
vers, 1914a). A l permitir a los antropólo como psiquiatra militar durante la gue
gos distinguir entre las relaciones bioló rra, al igual que otros dos miembros de
gicas que vinculaban a los individuos en la expedición, C.G-. Seligman y William
una población dada y los modelos de SIS Me Dougall). Fue la fama que adquirió
TEMAS DE CLASIFICACIÓN DE PARENTESCO como psiquiatra de la neurosis de guerra
que gobernaban las expectativas de ruti la que le encumbró, y pronto pasó a ser
na sobre los derechos y deberes de los in el principal defensor de la terapia freu-
dividuos, el método genealógico se con diana en Inglaterra, aunque el propio
virtió en una poderosa, herramienta. Pe Rivers señaló que Freud había exagera
ro la expedición fue notable también do la importancia de los impulsos sexua
porque aplicó con gran provecho a temas les en la motivación humana, sugiriendo
antropológicos los notables conocimien que era el instinto de conservación el
tos de Rivers como psicólogo experimen más importante de los impulsos huma
tal. Las pruebas psicológicas que importó nos. Su trabajo durante la guerra le puso
de los laboratorios europeos para aplicar en contacto con prominentes exponentes
las a los isleños demostraron la asocia de la cultura británica (Siegfried Sassoon,
ción entre la adaptación ambiental y la Robert Graves, Am old Bennett y Ber-
variación comportamental; revelaron trand Russell, entre otros) y le convirtió
que cualesquiera que fueran las diferen en una figura pública; en el momento de
cias denotadas entre los isleños y los in su muerte era candidato al Parlamento
gleses en habilidades diversas y aptitu por el Partido Laborista. Hacia el final
des sensoriales, no eran sino fruto del de su vida se había declarado partida
aprendizaje más que de una particular rio de la antropología DIFUSIONISTA de G.
dotación biológica diferencial, poniendo Elliot Smith y su discípulo W -I Perry
así de relieve que la cultura no era una (Rivers, 1926). Esta asociación parece
función de la raza, contrariamente al sa hoy sorprendente, pero la aproximación
ber convencional que previamente había histórica para explicar los fenómenos
explicado de este modo la variación que Rivers había conocido como médico
comportamental entre los europeos y los conformó el enfoque difusionista, aun
pueblos llamados primitivos. (Pruebas si que los detalles de su explicación lo hi
milares a las aplicadas en la expedición cieron vulnerable a los )ustificables ata
serían más tarde usadas por uno de sus ques de los antropólogos de los años
miembros. Charles Myers, para crear el veinte.
nuevo campo de la psicología industrial Rivers y sus colegas de la expedición al
después de la primera guerra mundial). Estrecho de Torres, en especial su orga
El trabajo siguiente de Rivers respondió nizador, A.C. Haddon, y también Selig
a las nociones perfiladas en la expedi man, adquirieron un papel importante
ción, aunque no siempre les ha parecido en la antropología británica con el cam~
bio de siglo que gen eró una n utrida l í La teoría de los roles empezó con la pu
n ea d e seguidores. P ero la p ro gen ie de blicación del influyente libro de George
R iv e rs fu e igu a lm e n te im p o rta n te en el Heibert Mead Mind, sslf and society
cam po de la p sicología, pues a través de (1954), centrado en la actuación mani
su discípulo M yers dejó s u im p o rn ta en fiesta en un rol determinado y la rela
la p sico log ía aplicada, y gracias a F.C. ción entre tal desempeño y lo esperado,
B a rtlett y otros persistió com o trad ición en particular en lo tocante a comporta
destacada en la p sico log ía académ ica mientos con reflejo social y a los proble
hasta finales de la década de 1960. Com o mas del mantenimiento del orden en
an tropólogo fue m en to r de A:R. BjVD-* una sociedad que cambia. El estudio co
CLIFFE-BftOWN y (in fo rm a lm e n te ) de rrespondiente, llamado «interaccionis-
B ron islaw MALINOWSKI. P u e d e conside mo simbólico» o «social», se basa en tres
rársele, pues, el fu n dador de la escuela premisas: ( l ) los seres humanos actúan
de a n tro p o lo gía FUNCIONALISTA. P ero no sobre las cosas basándose en el significa
sólo fu e p receptor de los dos especialistas do que éstas tienen para ellos; (2) estos
que articu laron los prin cip ios fu n cion a- significados son proclamados y modifi
listas, sino tam bién gen erador de sus fo r cados a través de un proceso de interpre
m ulaciones iniciales, sobre todo m ed ia n tación por parte del individuo ante lo
te su contribución a la ed ición en 1912 que se le presenta; y (3) las partes inter
del m anu al Notes and queries on anthro- vinientes en tal interacción deben tener
pology que M a lin o w s k i usó com o gu ía presentes los roles respectivamente de
en sus trabajos de campo. HK. sempeñados, ejerciendo entonces simul
O tras le c tu ra s K uklick, 1991; Solobo- táneamente como actores y como espec
din, 1978. tadores.
El interaccionismo destaca el micro aná
rol, juego de roles Un rol es un lisis de los encuentros informales: en la
papel o función adoptados por una per calle, en las reuniones de negocios* Una
sona o estructura en una sociedad. El importante obra temprana al respecto
juego de roles destaca cómo se presenta fue The presentation o fs e ífin everyday
el yo ante otros o qué esperan recíproca Ufe (1956), del sociólogo Erving Goff-
mente de sí los intervinientes. man, quien hizo uso del lenguaje teatral
En rigor, «rol» se decía originalmente de para analizar las formas en que se pre
los papeles respectivamente desempeña sentan los individuos a sí mismos me
dos por los actores en las obras dramáti diante roles que les permiten controlar a
cas, y como término de referencia fue to la vez su imagen y los temas suscitados
mado por los científicos sociales para des en la interacción. Para Goffman, el rol
cribir el quehacer de cada individuo en la era un logro en interacciones sociales es
vida diaria. Los roles tienen sus raíces en pecíficas y, dado que su interpretación
la posición social de la persona, a menudo podía no ser del todo feliz, el ejercicio
fija y asignada (al menos en contextos es pertinente requería un control y una ne
pecíficos). El número de roles que cumple gociación constantes. «Puede que la vida
un individuo cotidianamente puede ser no sea un juego —escribió—, pero la inte-
considerable. Los individuos desempeñan racción sí lo es» (p. 245).
un papel, ejercen un rol, cuando adoptan Estudios representativos de la interpre
y ponen en práctica los deberes y dere tación de roles sociales son los de Glaser
chos propios de su posición (R. Linton, y Strauss (1964, 1971) sobre la interac
1936; vése también T. Parsons, 1951a). ción del personal hospitalario, de Goff-
man (1961) sobre la carrera moral del halló que experimentaban una conside
paciente mental, de L. Lofland sobre la rable ambivalencia porque su rol ideal
interacción de extraños, y de T. Parsons les exigía que evitaran endurecerse, por
(1951b) sobre la enfermedad y el papel una parte, al tiempo que se mantenían
del médico. Uno de los estudios recientes emocionaLmente distantes, por la otra,
más acertados al respecto es el análisis en su actitud paja con los pacientes (véa
de Kapferer (1983) acerca de los exorcis se también C. Nuckolls, 1993).
mos sinhaleses del sur de Sri Lanka. Como Merton, el antropólogo Víctor TtJH-
Los roles son causa importante de ten NEK examinó los roles sociales en conflicto
sión y estrés psicológico. En un estudio porque «el conflicto parece sacaj a la luz
clásico, S. Lieberman (1956) mostró que aspectos fundamentales de la sociedad
los obreros fabriles promovidos a un car normalmente velados por las costumbres
go superior o relevados de éste experi y los hábitos de la interrelación diaria»
mentaban cambios de actitud y estrés al (1974, p. 35). El conflicto se manifestaba
asumir su nueva posición, producto1de en episodios públicos de tensión cuya apa
las expectativas inherentes al nuevo rol. rición provocaba «dramas sociales» que
Cuando era restaurados los roles origina poseían una «forma procesal» con cuatro
les se mitigaba notablemente el estrés fases principales: ruptura, crisis, acción re
manifiesto. Esta teoría sobre conflicto de paradora y reintegración. Las normas pa
roles y estrés psicológico fue ulterior ra el desempeño de roles adquieren espe
mente desarrollada con más detalles por cial relieve al ser violadas, ya que todo in
el sociólogo Robert K. Merton en su obra tento de recomposición hace que el grupo
capital Sociological ambivaience (1976), social revele sus aspectos funcionales. Tur
donde declaraba que el conflicto surge ner desarrolló extensivamente este análi
de situaciones sociales en las que una sis del ejercicio de roles en una serie de es
persona espera simultáneamente actitu tudios (1957, 1967, 1968, 1975) primaria
des o valores incompatibles en el curso mente enfocados en las crisis de la vida y
de una relación. Aplicando esta teoría al en los rituales de adivinación entre los
estudio de los médicos, Merton- (1982) ndembu de Zambia. CN
sacrificio En general hace referencia
a la muerte de animales o destrucción de
bienes en un contexto religioso. Si em
bargo, son muchos los problemas que en
traña su definición. En su obra clásica
Sacrifice (1964*), que aporta el punto ini
cial de las discusiones antropológicas
más recientes, Henri Hubert y Marcel
MAUSS incluyeron inicialmente «cual
quier oblación, incluso de materia vege
tal», pero pronto empezaron a hablar de
la «victim a» del sacrificio (1964, pp. 12-
15). El sentido más estricto se especifica
a veces con la expresión «sacrificio de
SANGRE», mientras que cuando se trata
de bienes suele decirse más bien «ofren
da», y no siempre queda clara la distin
ción entre una y otro. A-demás, el sacrifi
cio no siempre implica destrucción físi
ca; en la tradición cristiana es corriente
hablar de sacrificio en el sentido de dedi
cación personal o altruismo.
Dado que las definiciones no son sino in
tentos de aislar la esencia de la práctica,
cada una entraña su propia teoría del sa
crificio. Pero invariablemente aparecen
muchos casos que no se ajustan a la teo
ría, y en ello se basa el argumento de
Luc de Heusch (1985, p. 23) en el senti
do de que sería mejor renunciar a «cual
quier esquema sacrificial universal». En
cambio, el carácter del sacrificio debiera
ser examinado en términos indígenas, y
las comparaciones etnográficas, sin pre
juicios.
Sin embargo, en un siglo pletórico de
conjeturas al respecto han sido varios los
aspectos destacados en el registro etno
gráfico:
sajonas y latinas acogen un sistema ter CACIÓN DEL PARENTESCO a menudo asocia
minológico de parentesco parecido al es dos por la DESCENDENCIA AMBIUNEAL Y LA.
quimal, típicamente asociado con la des RESIDENCIA AMBILOCAL. MR
cendencia COGNÁt ic a . MR
sistemas de parentesco iro-
sistemas de parentesco hawaia- queses Clasifican los términos de
IlOS Clasifican los términos de paren parentesco de modo que los parientes
tesco primariamente según la generación colaterales paralelos, como la hermana
relativa a Ego, de modo que, por ejemplo, de la madre y el hermano del padre, re
todos los hombres de la generación pater ciben igual nombre que éstos. Sus hijos
na se citan con el nombre del padre, y los (primos paralelos de Ego) son llamados
primos se conocen como «hermanos» y por el término aplicado a los hermanos.
«hermanas» (véase figura 5). Los térmi En cambia, los parientes colaterales
nos de parentesco hawaiano son una de cruzados, como el hermano de la madre
las variedades de los SISTEMAS DE CLASIFI y la hermana del padre, reciben apela-
dones distintas, como ocurre igualmente trilineal entre los PASTORES NÓMADAS del
con los primos cruzados (véase figura 1). noroeste africano. MR
El parentesco iroqués se asocia a menudo
con la DESCENDENCIA. MATfOLINEAL. MR. sistemas médicos Constan de com
ponentes tanto cognitivos como compor-
sistemas de parentesco lineal tamentales y se encuentran en todas las
Véase SISTEMAS DE PARENTESCO ESQUIMAL. culturas; se estudian como parte de la AN
TROPOLOGÍA MÉDICA.
sistemas de parentesco ornaba El componente cognitivo de un sistema
Son los que dan lugar a un conjunto de médico se centra en teorías de etiología,
términos de parentesco que, como en el o causa, de la ENFERMEDAD y suele reque
IROQUÉS, mezcla la hermana de la madre rir una taxonomía de las entidades pato
con ésta, el hermano del padre con éste, y lógicas agrupadas según su agente cau
los primos paralelos con los propios her sal. El estudio del saber- cultural acerca
manos (véase figura 5). El sistema omaha, de la enfermedad y su vinculación con el
además, mezcla a miembros de diferentes diagnóstico diferencial y las acciones cu
generaciones del lado de la madre de mo rativas recibe el nombre de «etnomedi-
do que, por ejemplo, el hermano de ésta y cina». Los componentes comportamen-
el hijo de éste se denotan con igual térmi tales de los sistemas médicos se refieren
no. El sistema omaha se asocia en general a las interacciones sociales de los sanado
con la DESCENDENCIA PATRUJNEAL. MR res y a la organización de las institucio
Véase también SISTEMAS DE PARENTESCO nes a través de las que se suministran los
CROW.
servicios médicos a la población.
En las sociedades tecnológicamente sen
sistemas de parentesco suda cillas, como las formadas por bandas y
neses Usan un gran número de térmi tribus que tienen CHAMANES como sana
nos de parentesco primario que reflejan dores principales, el sistema médico for
claramente las categorías socialmente ma parte integral de la r e l ig ió n local,
más importantes (véase figura 6). El sis de la cual es a menudo indistinguible.
tema de parentesco sudanés se asocia tí Por el contrario, en las SOCIEDADES COM
picamente con la organización social pa.- PLETAS desde el punto de vista tecnológi-
Figura 5. Sistema de parentesco omaha.
ron a menudo usados más o menos indis bor productiva porque su fruto es incierto:
las dos disciplinas fue operacional más dades que pueden ser importadas de ul
que conceptual. Los antropólogos tendie tramar; no hay acomodo adecuado en edi
ron a restringir sus estudios a las socieda ficios; no existen las herramientas para
des ágrafas, mientras que los sociólogos mover y trasladar cargas pesadas que re
prefirieron las letradas. Pero cuando las quieren mucha fuerza; se desconoce la faz
Cazadores- Banda
recolectores (nivel familiar) Cabecilla Sociedad igualitaria
Agricultores Tribu
(grupo local) Gran hombre
Sociedad jerarquizada
Simple
Jefatura
Civilización Compleja Sociedad estratificada
B - H erm an o ; D - H ija ; F ^ Padre; F Z - H erm an a del padre; F Z D ^ = H ija de la herm ana del padre; F 2 H “ E ip M o d e l* herm ana del padre;
F Z S — H ija de la herm ana del padre; H — Esposo; M — M adre; M = M adre; M B = H e rm a n o de la madre; M B D — H ija d el herm an o de la m a
dre; M BS = H ijo d *l herm ano de la m adre; S = Hijo? W = Esposa; W B = H erm an o de la « p o s a ; W F = P ad re de la esposa; W M = M ad re de la
esposa; Z = H erm ana; Z H ~ E$púso de la hermana.