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sobre Gestión Pública Local OTROS TÍTULOS DE ESTA COLECCIÓN
La población urbana mundial se ha triplicado en los últimos cincuenta años, aunque de
de crecimiento
de los servicios públicos locales. Por otro lado, la actual crisis económica mundial nos traslada a un nuevo escenario que local. Fermín Rodríguez Gutiérrez (ed.)
II Seminario (1996). [No venal, agotada] exige replantear las nuevas necesidades de consumo, armonizando los requerimientos
• Los procesos de producción: análisis, gestión y costes. de la economía, el empleo, la cohesión social y la protección del medio ambiente. • El desarrollo local.Teoría y práctica. Bernard Vachon
III Seminario (1997). [No venal, agotada] Estas cuestiones fueron tratadas en el XV Seminario sobre Gestión Pública Local, • Plan estratégico de la comarca Valle del Nalón. CDC Valle
urbano
• La gestión de recursos de información y de los recursos humanos. celebrado del 24 al 26 de junio del 2009, bajo el título Modelos de crecimiento urbano, del Nalón y CeCodet de la Universidad de Oviedo
IV Seminario (1998). [No venal, agotada] y en esta publicación se recoge el contenido de todas las ponencias e intervenciones
presentadas en el mismo. • La emergencia de las nuevas ciudades en la era global.
• Política y gestión pública: cooperación y conflicto. Jacobo Blanco Fernández
Abrió la conferencia inaugural, «Crecer o madurar. El modelo de urbanismo ener-
V Seminario (1999). [P. V. P. 10,21 euros]
gético», Carlos Hernández Pezzi, presidente del Consejo Superior de los Colegios de • Espacios y desarrollos rurales. Una visión múltiple
• Descentralización funcional, territorial y virtual Arquitectos de España, posteriormente se abordó «El crecimiento de las ciudades en la desde Europa y Latinoamérica. Román Rodríguez
de los servicios públicos locales. historia», con las intervenciones de Manuel Bendala Galán, catedrático de arqueología González y Edelmira Pérez Correa (coords.)
VI Seminario (2000). [P. V. P. 10,21 euros] de la Universidad Autónoma de Madrid; Antonio Vallejo Triano, director del conjunto ar-
queológico de Medina Azahara, y Aladino Fernández García, profesor de ordenación del
• Ordenación del territorio y desarrollo territorial.
• Evaluación y control de políticas públicas. Indicadores de gestión.
Juan Romero González y Joaquín Farinós Dasí (eds.)
VII Seminario (2001). [P. V. P. 10,00 euros] territorio y urbanismo de la Universidad de Oviedo. Luis Felipe Alonso Teixidor, profesor
• La gestión financiera de las entidades locales. Realidad y perspectivas. de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, abrió el debate sobre «Los • Los montes comunales y vecinales de Asturias.
VIII Seminario (2002). [P. V. P. 14,00 euros] modelos de crecimiento urbano», exponiendo la complejidad y dificultad de la planifica- Juan Luis Rodríguez Vigil
ción urbanística, que fue seguido por las intervenciones de Vicente Granados Cabezas,
• España, las autonomías y Europa. Ensayo sobre la invención
EDITADAS POR TREA (COLECCIÓN DESARROLLO LOCAL) presidente del Observatorio Territorial de Andalucía; José Antonio Cullía de la Maza, jefe
de nuevos modos de organización territorial y de
de la Secretaría de la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio del Principado de
• Gobierno y gestión de las ciudades: una visión gobernanza. Christine Delfour
Asturias; Enrique Urkijo Goitia, director del proyecto Metro de Málaga, y Javier Domingo
desde las dos orillas del Atlántico.
Ahijado, jefe del Servicio Técnico de Urbanismo del Ayuntamiento de Gijón. • Metrónomo de la vida cotidiana. Prácticas del tiempo
IX Seminario (2003). [P.V.P. 18,00 euros]
Se recogen también todas las intervenciones y «buenas prácticas» presentadas en de la ciudad en Europa. Ulrich Mückenberger
• 25 años de democracia municipal. los distintos talleres monográficos de trabajo, en los que se abordaron el «Crecimiento
X Seminario (2004). [P. V. P. 18,00 euros] • El área metropolitana de Asturias. Ciudad Astur: el
urbano y criterios de sostenibilidad» y «Las tecnologías aplicadas a la planificación y ges- nacimiento de una estrella urbana en Europa.
• Costes, precios y rendimiento de los servicios públicos locales. tión urbana». Por su parte, distintos responsables de Red.es presentaron el Programa Fermín Rodríguez Gutiérrez, Rafael Menéndez Fernández
XI Seminario (2005). [P. V. P. 18,00 euros] Urbanismo en Red y expusieron los aspectos técnicos y conceptuales de la sistematiza- y Jacobo Blanco Fernández
• La cooperación de los Gobiernos locales al desarrollo. ción del planeamiento urbanístico junto con Santiago Alonso González, gerente regional
XII Seminario (2006). [P. V. P. 18,00 euros] del catastro de Asturias.
Cynthia Echave Martínez, de la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, expuso
• El Estatuto del Empleado Público y la modernización su idea de desarrollar el concepto de ecosistema urbano, previamente a la clausura del
de la Administración local
seminario, donde se abordó el futuro de las ciudades desde la perspectiva de los res-
XIII Seminario (2007). [P. V. P. 18,00 euros]
ponsables políticos, con la intervención de Juan Fernández Pereiro, presidente de la
• La incidencia de las tecnologías de la información Federación Asturiana de Concejos; Pedro Sanjurjo González, concejal de Urbanismo
y la comunicación (tic) en la política y la gestión pública del Ayuntamiento de Gijón; José A. Carnevali Ramírez, concejal del Ayuntamiento
XIV Seminario (2008). [P. V. P. 18,00 euros] de Majadahonda, y Mario Nolla Fernández, coordinador de Área Federal de Política
Territorial de Izquierda Unida.
Ediciones Trea, S. L.
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Presentación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Cosme García Revilla y Jose L. Pablos Rodríguez
Conferencia Inaugural
Crecer o madurar.El modelo del urbanismo energético . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
Carlos Hernández Pezzi
Presenta: Ignacio A. Villaverde Menéndez
Folio explicativo 5
Clausura . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 391
Pedro Sanjurjo González, Francisco González Buendía, Rafael Pérez Lorenzo,
Juan Fernández Pereiro, Cosme García Revilla
6 Folio explicativo
Miércoles, 24 de junio
Folio explicativo 7
8 Folio explicativo
Folio explicativo 9
10 Folio explicativo
La ciudad de Gijón tomó la decisión hace años de optar por hacer la ciudad
compacta, cubriendo primero los «huecos» dentro de esta y luego haciendo lo que se
llamaba en Gijón «saltar la Ronda». Esto no se ha hecho hasta hace pocos años, en
que adaptamos el último plan general que hicimos como consecuencia de la ley de
Urbanismo del Principado de Asturias.
Estamos convencidos de que una ciudad tiene que tener como horizonte la soste-
nibilidad y satisfacer necesidades actuales sin poner en riesgo la capacidad de hacerlo
con las de las generaciones futuras. Por tanto, en la planificación y la extensión de las
ciudades hay que tener en cuenta la sostenibilidad ambiental y la cohesión social. Esto
último implica que los barrios sean equiparables, que dispongan de las mismas pres-
taciones, que en todas las zonas de la ciudad exista la posibilidad para la ciudadanía
de tener una calidad de vida y unos servicios equiparables en unos barrios y otros.
Una ciudad debe tener un tercer requisito, que es la competitividad. Además de
hacer la previsión residencial de la ciudad, de dónde van a vivir sus ciudadanos y de
qué espacios públicos van a disponer, tiene que prever zonas de asentamiento empre-
sarial, de actividad industrial. En definitiva, todo lo que sea preciso para un desarrollo
sostenible y económico de la ciudad en la que se está pensando. Todo ello tiene que
satisfacer el derecho a una determinada calidad de vida, sin olvidar además la cues-
tión de la edificación, para evitar la voracidad que ha llevado a algunas ciudades a un
estado indeseado.
Estos elementos se tienen que conjugar en estos debates, en estos modelos de
crecimiento urbano sobre los que ustedes van a debatir y en ese análisis de lo que ha
sucedido en los modelos de crecimiento de algunas ciudades. Entre todos debemos
construir una ciudad sostenible con un planteamiento que parta de la cohesión social
y la competitividad para evitarle males a las generaciones futuras.
Tenemos que hacer una previsión del presente, pero también de cómo van a dis-
currir las ciudades en el futuro, por eso les agradezco su presencia.
Les doy la bienvenida a la ciudad de Gijón, y a este seminario de Laboral Ciudad
de la Cultura, en un espacio en que podrán observar que hemos desarrollado nuestro
parque científico y tecnológico, donde tenemos nuestro jardín botánico y todo el cam-
pus universitario. Todo un espacio que llamamos La Milla del Conocimiento por lo
que contiene, un ejemplo de preservación para estos fines que ustedes podrán observar.
Les deseo unas buenas jornadas y un buen debate, porque su debate nos interesa.
De este seminario, como saben, siempre se hace una publicación en la que constan
precisamente los debates y las orientaciones que surgen de él. Muchas gracias también
a los directores del seminario, Cosme García y José Luis de Pablos por su entusiástica
labor a lo largo de todos estos años y por una vez más haberle dedicado una parte
importante de su tiempo a la mejor organización de este seminario.
Muchas gracias y bienvenidos a la ciudad de Gijón, especialmente a este seminario
y a este debate.
Folio explicativo 11
Muchas gracias, Paz. Gracias a Pablos y a Juan Carlos Aparicio, que viene en
representación de Jaime Rabanal. Lo primero, ya lo ha dicho la alcaldesa, debo dis-
culpar a nuestro rector porque le resultaba imposible venir, y tampoco el vicerrector
podía tomar su lugar.
Quería agradecer, en esta decimoquinta edición del seminario, no solamente la
presencia de nuestra alcaldesa, sino también la de la alcaldesa de Avilés, que tenemos
entre el público y como participante en este proceso de debate de los problemas lo-
cales. Este seminario es muy importante para nosotros, para la Escuela Universitaria
Jovellanos es una de las actividades fundamentales. Siempre se celebra en estas fechas
de primavera o verano.
Desde el principio, estos seminarios se concibieron, por parte de este equipo for-
mado en torno a José Luis de Pablos y a otros profesores del centro y a un buen número
de técnicos y de gestores del Ayuntamiento de Gijón, como un lugar de reflexión sobre
aspectos de la gestión local. Ciertamente, se ha conseguido: ese texto de las sesiones
del decimocuarto seminario celebrado el año pasado son un buen ejemplo de que en
estas jornadas breves se trabaja y se debate a fondo.
Desde la escuela queremos seguir impulsando estos debates y esta reflexión. Por
ello, llevamos todo este año planteándonos la posibilidad de ir un poco más allá.
Estamos pensando en una forma de institucionalizar este ámbito de reflexión con un
centro de estudios locales, una fundación o una cátedra; algo que le dé una perma-
nencia mayor y que nos permita coordinar los diferentes aspectos y estudios sobre la
gestión local a lo largo de todo el curso y con una cierta continuidad. Es algo sobre lo
que empezamos a hablar ya el año pasado, y creo que en los próximos meses estará en
marcha contando con la colaboración de todos aquellos que hayáis pasado por aquí.
Es muy importante resaltar que en estos debates participa con una fuerte inten-
sidad el Ayuntamiento de Gijón, sin el cual no podría hacerse este seminario, no sola-
mente por el apoyo de todo tipo, sino también porque gran parte de sus gestores, junto
con otros de distintos lugares de España, son los que aportan el contenido fundamental
a estos debates. Son tres días de debate, este año sobre urbanismo, crecimiento urbano
y distintos problemas que pueden presentársele a las ciudades, como ha señalado
12 Folio explicativo
nuestra alcaldesa. Creo que es importante que se haga desde Gijón, y que desde aquí
trascienda al resto de España.
Finalmente, quería congratularme un poco, ya que estamos en un ámbito que
tiene mucho que ver con la gestión y con lo local, del hecho de que la Universidad de
Oviedo haya decidido finalmente que se imparta en este centro el nuevo Grado en
Gestión y Administración Pública. Por fin esta reivindicación que teníamos desde hace
años de conseguir la máxima formación académica y universitaria para los gestores
de la Administración pública se va a lograr en Asturias. El grado se impartirá en esta
escuela, que seguramente será una facultad con bastantes más competencias de aquí
a menos de un año, donde por fin se podrá lograr que todos aquellos que quieran
trabajar en la Administración tengan el máximo reconocimiento universitario a sus
estudios.
Esto es importante, porque significa que por fin todo el proceso del Espacio
Europeo de Educación Superior se va a concretar, en nuestro caso, en unos estudios
que profundizan realmente y que llegan a este ámbito de formación diferenciada con
respecto a lo que os decía antes. Aquí llevamos haciéndolo ya muchos años, nunca
hemos entendido que la formación tuviera que ser únicamente teórica. Hacen falta
debates, prácticas en empresas y prácticas en ayuntamientos. Siempre hemos entendido
la formación de esa manera, nunca hemos creído que hubiera que limitarse a que un
profesor hablara ex cátedra y que los demás se limitaran a escuchar. Este funciona-
miento que Bolonia nos pide que hagamos ahora es algo que en este centro se lleva
haciendo muchos años.
En cualquier caso, y para acabar, creo que estas son unas jornadas más, son tres
días más de importante profundización en todos los aspectos de la gestión local, y por
ello me congratulo de que se hagan aquí, en este centro de la Universidad de Oviedo,
en esta Facultad de Comercio y Ciencias Sociales de nuestra futura Universidad.
Gracias.
Muchas gracias, director, por tus palabras, por acogernos y también por parti-
cipar activamente en el seminario. Quiero darle las gracias también al Gobierno del
Principado de Asturias por su colaboración; al director general de Economía, que
tomará la palabra seguidamente; a la Federación Asturiana de Concejos, que repre-
senta a los 78 ayuntamientos y concejos asturianos, a la Asociación de Diplomados en
Gestión y Administración Pública y a nuestros patrocinadores, Telefónica, Imesapi,
T-Systems, El Corte Inglés y Jardín Botánico Atlántico. He visto en el programa que
después tendrán ustedes un vino allí. Es un jardín del que nos sentimos muy orgullosos,
con 25 hectáreas y un espacio privilegiado casi en el corazón de la ciudad de Gijón.
Folio explicativo 13
Seguidamente, le pido que tome la palabra a don Carlos Aparicio, director general
de Economía, que lo hace en representación del consejero de Economía del Principado
de Asturias, que en estos momentos está en gobierno y por ello no podía acudir, aun-
que está magníficamente representado por su director general.
Muchas gracias por sus palabras, alcaldesa. Quiero aprovechar para saludar a la
alcaldesa de Gijón, la alcaldesa de Avilés, al director de la Escuela y al coordinador
del seminario, y felicitar a estos últimos por estar aquí, en el decimoquinto seminario
sobre gestión local. A todos aquellos que habéis acudido de otras comunidades autó-
nomas, quiero enviaros un saludo de bienvenida a Asturias y pediros que disculpéis
a mi consejero, que por obligaciones de Consejo de Gobierno no ha podido acudir a
este seminario.
Nos encontramos aquí en un seminario que habla de algo de vital importancia
para muchos aspectos de los ciudadanos y para muchos aspectos económicos. Desde
los primeros modelos de crecimiento urbano, que podemos encontrar ya en la Anti-
güedad, como la Cloaca Máxima de Roma, hemos avanzado mucho, como señala el
tríptico del curso.
Hoy, en las economías avanzadas observamos cómo la actividad tiende a concen-
trarse, cómo esta se distribuye territorialmente de forma desigual. Las empresas, una
vez liberadas de las ataduras del territorio por la mayor productividad agrícola, buscan
aprovecharse de las economías de aglomeración. Se sitúan donde existen otras de su
mismo sector, porque a su alrededor se crea una oferta de empleo y unos proveedores
especializados. A ello se suma una transmisión de conocimientos y el establecimiento
de unas infraestructuras de comunicación concretas que les hace no solo disminuir sus
costes de producción, sino también facilitar su acceso a los mercados. Sobre esto, re-
comiendo la lectura de Diego Puga, último ganador de los premios del Banco Herrero,
que trata específicamente sobre ello. El mecanismo de las economías de aglomeración
se retroalimenta. Las empresas se sitúan donde tienen mejores accesos a los mercados,
y a su vez estas zonas alcanzan un mayor desarrollo y son cada vez más atractivas para
la localización de nuevas empresas. Asturias es un buen ejemplo de lo que acabo de
señalar. La mayor parte de la actividad económica asturiana se concentra en el área
central. Alrededor del 85 % del valor añadido bruto, más del 80 % del empleo y más
del 70 % de nuestra población se encuentra en esta área geográfica.
Estas sinergias, que crean un espacio como el área central de Asturias, favorecen
el comercio, el intercambio de personas y de conocimientos. Atraen a la industria más
innovadora, a la industria intensiva en tecnología e información y capital humano.
Estas actividades, directamente vinculadas a la sociedad de la información y la comu-
14 Folio explicativo
nicación, y los servicios avanzados en las empresas, junto a las tradicionales, pero no
por ello menos renovadas, suponen unos pilares sólidos para el futuro de Asturias y
de su economía.
Paralelamente a esta convergencia, se está produciendo otro proceso, en este
caso de despoblamiento de los núcleos rurales que se agrava con el progresivo enve-
jecimiento de la población y la pérdida de vitalidad de su actividad económica. Esta
desigual distribución de la población también genera tensiones en la prestación de
servicios públicos. Por una parte, existe una importante congestión de los servicios
públicos en el área central de la comunidad, donde se concentran la mayor parte de
los asturianos. Por otra, el resto del territorio, donde, por ejemplo, los ratios paciente-
médico o centro de salud o alumnos-profesor son muy bajos. Los costes de prestación
de estos servicios se elevan porque hay que incurrir inevitablemente, para llegar a
una mayor equidad, en unos costes fijos que se reparten entre un menor número de
personas.
Por todo lo dicho anteriormente, el porvenir de Asturias pasa necesariamente por
dar respuestas adecuadas desde un ámbito local a esta realidad geográfica, social y
económica asturiana. Y a la vez que en un ámbito local, en un ámbito autonómico que
cada vez esté más congestionado y mejor coordinado con las administraciones locales.
Muchas gracias.
Muchas gracias. Finalmente, interviene don José Luis Pablos Rodríguez, codirec-
tor de este seminario y alma máter de todos ellos.
Folio explicativo 15
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Folio explicativo 17
Crecer o madurar.
El modelo del urbanismo energético
Interviene: Carlos Hernández Pezzi
Presidente del Consejo Superior de Arquitectos de España
Presenta: Ignacio A. Villaverde Menéndez
Director del Área de Asesoría Jurídica del Ayuntamiento de Gijón
No es mi deseo ser la persona que consuma más tiempo del necesario antes de
escuchar a Carlos Hernández Pezzi, cuya presencia nos honra en este seminario. Reite-
ramos de nuevo nuestro agradecimiento porque esté aquí, por el esfuerzo de hacer un
hueco para venir a hablarnos de asuntos tan interesantes como los que son objeto de su
ponencia inaugural. No obstante, mi obligación ahora, y que hago con mucho gusto,
es recordarles la figura de Carlos Hernández Pezzi, porque su persona es sobradamente
conocida. Se trata más de traerles a la memoria algunos de los hitos de su biografía y
su trayectoria profesional que de presentar la figura de una persona que es sin duda
capital en el mundo de la arquitectura y el urbanismo en España.
Ya se ha dicho antes que ostenta la condición de presidente del Consejo Superior
de Colegios de Arquitectos de España, y, si no me equivoco, ha renovado mandato.
Es doctor en Arquitectura, y aúna en su trayectoria profesional la doble perspectiva
que enriquece aún más sus conocimientos y su visión de conjunto en la cuestión del
urbanismo, porque, como bien saben, ha sido arquitecto municipal y provincial. Por lo
tanto, conoce de primera mano las estrategias y los planeamientos urbanos de nuestras
ciudades. Además, lo ha sido de ciudades importantes y muy similares en tamaño y
condición a la de Gijón. Esto lo ha combinado con otro período de su vida profesional
en el que ha ejercido libremente en su estudio «Espacio y Entorno».
Es hombre de múltiples facetas: miembro del comité Hábitat II y coordinador del
Programa de Cooperación Internacional Junta de Andalucía en Argentina desde 1999,
atesora varios premios en su trabajo. Además es el autor de actuaciones, planes estra-
tégicos, edificaciones y proyectos de sobra conocidos y muy emblemáticos en este país.
18 Folio explicativo
Como les decía, este hombre suma a su faceta estrictamente profesional como
arquitecto y urbanista otras que sin duda agrandan y enriquecen aún más la primera.
Es académico de la Academia de Bellas Artes de San Fernando, escritor, articulista y
crítico, una persona, en fin, multidisciplinar. Sin duda, Carlos Hernández Pezzi res-
ponde a ese modelo de universitario, profesional, académico y hombre al servicio de
la Administración pública que seguro hace más interesante, por el dominio de estas
distintas facetas y dimensiones, aquello que nos va a contar a continuación.
Fiel a la promesa que hice, no quiero quitarle ni un minuto más ni a él ni a ustedes
para disfrutar de su interesantísima conferencia. Sin más, le doy la palabra. Bienvenido
y muchas gracias por estar aquí.
Quería empezar diciendo que agradezco mucho esta invitación, que me ha venido por
la presión «insoportable» de Dulce Gallego. También aprovecho para dedicar esta charla a
las alcaldesas de Gijón y Avilés, pues me consta el esfuerzo que están haciendo para ir en la
línea de lo que defendemos. También a toda la Escuela Universitaria, por todo lo que ha he-
cho por atenderme desde que he llegado, y a Pablos, pues nos hemos recordado mutuamente
nuestras distancias asturiana y malagueña, que es donde yo supuestamente vivo, en Málaga.
De manera que la guía para entender mi conferencia es que os fijéis en lo que diga y
leáis lo que le he pasado a Nacho porque no tendrá nada que ver, o se parecerá poco, y que
los que quieran miren la pantalla. Hay dos presentaciones en PowerPoint, los que quieran
que se la lleven a casa y los que no, que procuren sobrellevarlo como mejor puedan, porque
creo que de la conferencia que voy a dar aquí lo más importante es el título. Probablemente,
en un seminario que se llama Modelos de crecimiento urbano en el que yo os digo que no
hay que crecer, mi capacidad de coincidir con vosotros en el acuerdo sobre los conceptos
no es mucha. Hay una contradicción de los términos, por lo tanto intentaré explicarlo lo
mejor posible para que podamos debatir sobre este sistema, en esta ocasión en los talleres
y los debates que haya en estos días o, en el futuro, en la polémica que pueda surgir.
Es una contradicción hablar de crecimiento urbano cuando estamos en la mayor
crisis mundial de las que hemos tenido conocimiento los de mi edad y los de edades
inferiores. Es decir, es un disparate hablar de crecimiento cuando la economía española
está soportando unas tasas de decrecimiento importantísimas, el sector inmobiliario
está absolutamente parado (el público y el privado), la fluidez del crédito es nula y el
paro está en cuatro millones.
Pero hay que hacer lo posible por explicar esto. Yo intentaré hacerlo modesta-
mente desde la idea de una cuestión que expone María Zambrano, que es una filósofa
de la que intento aprender casi todos los días. Ella plantea que las crisis de crecimiento
permanente son naturales en las ciudades, pues dice que «todo construir es violentar».
Folio explicativo 19
Me parece un aforismo muy positivo en estos tiempos. Para hacer cualquier cosa, que
los arquitectos solo hacemos construyendo, se violenta un estado de las cosas: el de la
naturaleza, la sociedad, la cultura, los propios sueños o los prejuicios que hacen que
se produzca el acto positivo de la construcción.
En los últimos años, nos hemos acostumbrado a que crecer es el único destino: sea
sostenible o insosteniblemente, sea crecer mucho o poco, parece la única opción. En los
últimos tiempos, algún filósofo como el francés Nicolás Ridoux han apostado por el de-
crecimiento. Es muy difícil que la sociedad actual acepte términos como este porque ello
implicaría rebobinar en toda una serie de usos que hacemos, desde los más elementales
de la vida cotidiana en el consumo de los recursos normales. Modestamente, me atrevo
a decir que de lo que se trata es de madurar, porque crecer madurando es probablemente
la opción que más se parece a la biológica. La gente se va haciendo mayor y, cuanto más
madura es, más decrece físicamente, pero aporta más valor a nuestra vida y a la de los
que nos rodean. Así que os planteo esta disyuntiva de crecer o madurar, que encaja muy
bien con las ciudades. No todo el construir es violentar, si hacemos que esa violencia que
se ejerce sobre el espacio físico no sea tan desequilibrada como ha ocurrido en la última
década o en los últimos tres lustros en España y en casi todas partes.
La segunda opción, después de los dos puntos —el urbanismo energético—,
significa que no podemos seguir con el modelo que hemos estado utilizando, se llame
sostenible o insostenible. No podemos hacer un urbanismo que no tenga un apelativo
ambiental importantísimo. La cuestión paradigmática ya no es el urbanismo, sino la
sostenibilidad; ya no es la sostenibilidad, sino el cambio climático; ya no es el cambio
climático, sino cómo abaratar y racionalizar las fuentes de energía, y, por lo tanto,
acaba siendo la energía.
La energía es una base tanto del ambiente como de la cohesión social, que son dos
cosas a las que se ha referido Paz, en el sentido de que van inextricablemente unidas.
De manera que, a lo largo de mi exposición, cuando hable sobre energía, hablaré cons-
tantemente de energía en el sentido literal del término —de recursos, del uso eficiente
de energía renovable, de términos energéticos puros, científicos o tecnológicos—, pero
también de energía social. España necesita tener energía social, porque ha crecido
fatalmente, despilfarrando la energía que no tenía y causando enormes destrozos a la
de los recursos que podía producir. Esa energía social tiene que ver, por un lado, con
la ética. Necesitamos tener una energía ética para devolver a nuestro país unas condi-
ciones sensatas en el urbanismo que no apuesten por la corrupción y la aplaudan como
ocurre mucho en la provincia donde vivo, Málaga, y en otras partes del país. Por otro
lado, consiste en un aplauso social hacia los modelos de austeridad y responsabilidad
ambiental para con el futuro, que son imprescindibles para tener calidad de vida.
Ese urbanismo energético lo han empezado a representar las ciudades que han
hecho frente al cambio climático. Me refiero con esto a imágenes que he tomado de la
Convención de ciudades contra el cambio climático, que se celebró en San Sebastián
20 Folio explicativo
hace tiempo. Son muy buenas imágenes para recordar ahora, como las de peatonali-
zación de los centros, el devolver el uso ciudadano a todos los ambientes de las playas,
el compartimentar los usos, el hacer que la población comparta también los flujos de
circulación y que lo pueda hacer ocupando el espacio.
Hay muchas elucubraciones sobre la definición del espacio público. El espacio
público es el que domina la ciudadanía, aquel del que es soberana. En ese sentido, la
peatonalización, los transportes verticales que aparecen en estas imágenes de San Se-
bastián o el acceso son algunas de las condiciones clarísimas para lo que entendemos
como espacio público. Cuanto más mixto, mezclado, compartido e intermodal, mucho
mejor.
He traído diapositivas que
hablan de los últimos años. Me
gustan porque, ahora que estamos
en crisis, tenemos que saber por
qué hace unos años estábamos en
esa especie de boom que nos llevó
a pensar que España estaba a la
cabeza de la economía mundial
y por qué no hemos hecho la re-
flexión autocrítica, que algunos
iniciamos aunque nos hicieran
callar. Dijimos que había burbuja
inmobiliaria en el 2003, dijimos
que el crecimiento de este país te-
nía que sosegarse incluso si esto nos perjudicaba a los arquitectos, los promotores, los
constructores, los ayuntamientos, el ibi (impuesto de bienes inmuebles), la economía y
la fiscalidad de las entidades locales con este modelo de crecimiento. Entonces, se dijo
desde el Banco de España que la riqueza del país era lo que importaba y que la renta
de las familias españolas era suficiente para construir lo que se estaba construyendo.
Ahora ocurre que la tasa interanual de los visados de los colegios de arquitectos, que
representa la situación que he descrito al principio de la parálisis del sector, ha bajado
una media del 65 %. Es decir, que ni los arquitectos ni los albañiles tienen trabajo.
Muchas de las promotoras inmobiliarias que antes eran la base de nuestra economía
están ahora en una difícil situación. De manera que estas imágenes, que hablan de
los visados, o estas relaciones de superficies construidas que implican una crítica que
no hace falta que haga —porque la hace la propia situación— muestran que ahora
es cuando estamos empezando el cambio de modelo. Pero toda la sociedad española
ha aplaudido sentirse en el «equipo de primera división» que estaba favoreciendo
unas tasas en el pib de la construcción que alcanzaban hasta el 8 % en materia de
construcción residencial y que, si sumamos la obra pública y obras anexas, se acer-
Folio explicativo 21
caban al 15 %. Esto es una barbaridad, puesto que hemos construido alrededor de
dos millones de viviendas que están vacías. Hay un parque reciente de viviendas que
unos expertos estiman en setecientas y otros en un millón, del último período, que no
encuentran comprador ni quien las alquile. A esto sumamos que España, que es un
país bastante capaz de contener mayores edificaciones, que tiene áreas muy poco po-
bladas y densidades bajas en comparación con otros países, presenta huellas ecológicas
importantísimas en el litoral y las áreas metropolitanas. Hay un despilfarro absoluto
en la región de Madrid, que succiona —como si fuera un volcán inverso— todas las
inversiones y produce —como si fuera un volcán de verdad— las emisiones de gases de
efecto invernadero más altas de toda España. Todos los demás estamos contribuyendo
a que ese modelo se mantenga.
Acabo de decir que no vamos a crecer, que vamos a madurar con una crisis que
tiene en el paro un reflejo de cuatro millones de parados, y subiendo; además de una
ruptura de los canales de crédito para hacer la vivienda social que no se hizo en los
años anteriores y para cumplir con la demanda que no se satisfizo cuando se hicieron
viviendas absolutamente destinadas a un mercado que no existía, viviendas de tres
dormitorios de renta libre, con una hipoteca que se pagaba entre dos personas que
trabajaban en la misma unidad familiar. Este conjunto de cosas nos ha hecho tener
que pensar que hay que dedicarse a la rehabilitación. La rehabilitación surge en el
momento en el que tendría que haber microcréditos para que muchas familias pudie-
ran hacer frente a sus necesidades, abaratar la factura energética, abaratar la factura
ambiental, mejorar las instalaciones de ascensores, calderas, instalaciones eléctricas,
etcétera. Ahora nos encontramos con que ese pequeño microcrédito no se da porque
se piden unas garantías que antes eran ilimitadas con hipotecas a treinta o cincuenta
años. Esto ha causado el efecto de que la población joven española esté endeudada
por unas largas temporadas que hipotecan su libertad de movimiento e incluso su
situación sentimental.
Ya he contado en la rueda de prensa el caso que considero paradigmático de mi
actuación profesional: el haber construido una casa, un chalet para un amigo, que ha
servido para dejar encadenada a una pareja que se ha separado. Mi función, como
arquitecto en este período, y la de muchos otros ha sido más que lamentable, porque
hemos contribuido a endeudar, hipotecar y separar a las personas a las que más que-
ríamos, que en definitiva son nuestros clientes. Si trasladamos esta pequeña anécdota
a la cuestión actual, nos encontramos con que existe una demanda joven que no ha
sido satisfecha en lo que al derecho a la vivienda se refiere, que por otra parte ha sido
proclamado incesantemente por el Gobierno, que ha creado unas expectativas impo-
sibles de cumplir. Cuando digo el Gobierno, me refiero al Gobierno, las comunidades
autónomas y los ayuntamientos. Todos hemos ido tras esa expectativa.
En la población inmigrante, los estudiantes, la gente joven, las mujeres solas,
las familias monoparentales y las personas mayores hemos tenido un fracaso que
22 Folio explicativo
ahora es imposible remediar. Tenemos que dar salida a este parque de viviendas que
se ha hecho según los cánones de una familia establecida por las promotoras, que se
han imaginado que todos los españoles tenemos dos niños y queremos una casa con
cocina, baño, aseo, tres dormitorios y una sala de estar en la que se recibe, más que
se utiliza. Esto se ha vendido al precio que se podía pagar. Es bueno que en un sitio
en el que se habla de crecimiento urbano se diga que la política de vivienda es la que
genera después el modelo de crecimiento urbano, de manera que, si hacemos vivien-
das asequibles, adaptables y adecuadas para la población, estamos haciendo una
ciudad que realmente lo es. Hay muchas ciudades españolas que no se han hecho así,
porque se ha dicho a los jóvenes recién titulados o recién casados que compraran a
ese precio porque su vivienda iba a ser irreversiblemente más cara y más valiosa al
cabo del tiempo.
Nos hemos encontrado, a pe-
sar de las denuncias de la ocd y
otras instituciones comunitarias
y globales, con que la vivienda
no solo ha bajado de precio, sino
que estaba sobrepreciada. Perso-
nalmente, he asistido a algunas
conferencias a las que tengo que
ir como telepredicador, actos de
contrición verdaderamente no-
tables en los que los promotores
han dicho que el suelo no era la
causa de la fijación de los precios
de la vivienda. Esto lo veníamos
diciendo algunos expertos hace tiempo —perdón por incluirme—, pero es algo que
ya se reconoce. Durante mucho tiempo, se ha dicho que el alto precio de la vivienda
se debía al precio del suelo, lo cual es así en parte, pero no el suelo urbanizado, sino
el que previsiblemente se va urbanizar y, por tanto, con el que se va a especular. Se ha
pasado por alto que, en el sobreprecio de la vivienda de los años 2004, 2005, 2006 y
anteriores, los precios se calculaban sobre la base de los sueldos que podía aportar la
gente de determinada área o región o sobre los tipos de interés a los cuales podían las
familias ahorrar en viviendas para sus hijos, con lo cual, lo que se estaba haciendo era
escamotear formaciones universitarias a cambio de tener una vivienda en el futuro.
Estamos hablando de una rehabilitación que no tiene nada que ver con hacer la
rehabilitación del campanario de una iglesia, la chimenea de una casa o la fachada de
un edificio. Estoy hablando de rehabilitación masiva, de centenares de miles de vivien-
das en España construidas hasta el 2007. Deben ser rehabilitadas, porque también es
verdad que las viviendas que se han hecho en este período, además de muchas —y
Folio explicativo 23
muchas que no se necesitaban—, se han construido sin cumplir del todo con los están-
dares vigentes en Europa. Por ejemplo, en Francia, sobre acústica o sobre aislamiento
térmico.
Esta ineficiencia no es ca-
sualidad. Se trata de un abarata-
miento de costes que se ha pro-
ducido en el boom inmobiliario.
Algunas de estas empresas son
lamentables, como las del caso
Malaya. Pero también es verdad
que mucha gente no ha dado im-
portancia a la calidad que no se
veía en la edificación a cambio
de la que se veía. Por ejemplo,
las casas que suscitaban mayor
interés eran las que tenían suelo
de mármol, vitrocerámica, doble
aparcamiento y ascensor satinado. Pero esa no es la calidad de la vivienda. La cali-
dad de la vivienda tiene dos partes: una que no se ve, que implica la ventilación, la
orientación cruzada, la salubridad interna, la acústica y que sea barata de mantener,
y otra que está relacionada con la calidad externa, con el espacio comunitario de la
urbanización. Como ejemplo está el caso del modelo de Seseña. El modelo de Seseña
es una barbaridad, pero no se diferencia tanto del modelo de muchas urbanizaciones
extensivas donde la gente lo único que compraba era el espacio en el que se iba a alojar,
sin pensar en lo que estaba alrededor. Sin pensar en que no podía ser un sitio inseguro,
sin aparcamiento, con la necesidad de utilizar el coche para llegar a un centro de salud
o a una farmacia.
Por esto, las ciudades siguen teniendo ventajas. Por ejemplo, en la Bienal del 2007,
se le dio el premio a Gijón por las políticas de igualdad de acceso o de perspectiva de
género, que generalmente no se tienen en cuenta.
Ayer, en una reunión que hubo en Málaga, lo decía con toda claridad el conse-
jero delegado del bbva, José Ignacio Goirigolzarri: hacer una banca para las personas
consiste en identificar a los usuarios, de manera que todos los servicios que se les
presten estén diferenciados en función de sus necesidades. Yo lo tomo prestado. Hacen
una banca personalizada porque no pueden ofrecer el mismo tipo de producto a sus
usuarios de México que a los de Madrid. No pueden hacer lo mismo en el sur y en
el norte de España. No pueden hacer lo mismo en Argentina que en Luxemburgo. Y
nosotros estamos tratando de construir ciudades que son prácticamente franquiciadas
en los servicios y las ofertas. Unas viviendas que son casi monopolísticas, porque solo
ofrecen un tipo, y a un precio.
24 Folio explicativo
Folio explicativo 25
se ensancha la parte que se pisa de la ciudad para que el espacio público de Vitoria
crezca, no solo los humedales y el Anillo Verde y otras cosas similares, y también
cómo se mejora la eficiencia del transporte público para que la combinación haga la
ciudad más habitable.
Por lo tanto, no solo hay que trabajar en los edificios para que el contenido de
energía se reduzca a la emisión cero de gases contaminantes, que es una utopía.
Ya hay una directiva europea que lo va a solicitar próximamente, y nosotros
en el interior de los colegios estamos estudiando cuáles son los costes de asumirlo.
Tenemos que aplicarlo a diferentes partes de la ciudad, a las partes deficitarias, como
ha hecho Zaragoza. Aquí se ha creado un mapa de emisiones con una cuadrícula en
la que se identifican todos los nichos en los que se absorben y se emiten gases (por
ejemplo, de efecto invernadero), así como los deficitarios en aguas y energía; y sobre la
cuestión capital que nadie valora en este país, que es el suelo. El suelo es un factor de
intercambio de energía geotérmica importantísimo. Es un elemento que altera e inter-
cambia ecosistemas de todo tipo con la atmósfera. Es un elemento que puede ayudar
o perjudicar el cambio climático. Pero si lo que hacemos con el suelo es «macizarlo»
de viviendas unifamiliares adosadas, de esas en las que la hipoteca cuesta la separa-
ción, lo que estamos haciendo es lo contrario de lo que se le puede pedir a un recurso
no renovable. Se está hablando de la reforma del mercado laboral, de la reforma del
mercado financiero, de la reforma del mercado inmobiliario, pero hay que ir a una
reforma del mercado del suelo.
La ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, dijo en su momento que la vi-
vienda era un derecho. Pero yo lo consideré también una mercancía porque es objeto
de especulación en buena parte del país. Un especialista en derecho me ha explicado
que la vivienda es un bien de inversión a largo plazo; no es ni una mercancía ni un
derecho. Es un bien que puede producir, durante su vida útil, derecho o inversiones.
No tiene una caracterización tan homogénea y tan determinante como la que hasta
ahora se le ha dado.
De manera que, para que la vida útil de los edificios y, por ende, la de las vivien-
das tenga interés, tienen que gastar poca energía tanto en su construcción como en
su mantenimiento. Hay que abaratar la factura energética, de manera que asegure la
habitabilidad y se evite el despilfarro.
Existe lo que se llama el comportamiento disipativo de un edificio, que implica el
mal aislamiento o la poca inercia térmica. La inercia térmica es la que influye en que
se mantenga la temperatura por su propia capacidad de dispersión.
En España hemos adquirido un comportamiento disipativo irresponsable, des-
pilfarrador. Hemos creído que se podía construir en cualquier sitio, como el hotel del
Algarrobico en una playa virgen o la urbanización de Seseña con 13.000 viviendas sin
agua, o que se podían hacer los desmanes que han tenido lugar en las costas y no pagar
un precio por todo ello. El precio lo estamos pagando ahora todos en la salvación de la
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Folio explicativo 27
cia. Es decir, que tienen que ejercer su profesión de otra manera y con otro contexto. Que
no podemos estar hablando solo de crecimiento, sino también de cómo producir en los
edificios este modelo que os voy a enseñar muy brevemente de rehabilitación energética.
Este modelo es de un grupo de expertos que nos hemos reunido para ofrecer una
salida inmediata a la reducción de empleo en la construcción. En resumidas cuentas,
como veréis en este suplemento que también se puede repartir, propone que, de los 25
millones de viviendas que hay en España —que es el mayor ratio de Europa, pues casi
hay una por cada dos habitantes—, se consigan crear cuatrocientos mil empleos al año
mediante la rehabilitación y las ayudas del Ministerio de Vivienda y las comunidades
autónomas. Se persigue ahorrar el 30 % de la energía y hasta un 50 % del agua con
esta rehabilitación, así como que se reduzca nuestra dependencia del petróleo y que
este consumo facilite inversiones en eficiencia energética. Es apropiado que estas sean
las de mayor valor añadido, porque son las que a fin de cuentas sirven para ahorrar
más. Se trata de un modelo de reconversión que implica pensar en lo que ahorramos,
más que en lo que nos aseguramos gastando. Es un razonamiento inverso. En ese sen-
tido, este grupo dirigido por Domingo Jiménez Beltrán —que ha sido ex director de
la Agencia de la Energía— está mostrando con un excelente argumentario los ahorros
que se pueden conseguir con esta rehabilitación.
El Ministerio de Vivienda está proponiendo también crear unas oficinas de reha-
bilitación, que ya existen en varias comunidades autónomas. Consisten en oficinas de
atención al usuario, el contratista, el empresario, los promotores, los aparejadores y
los arquitectos. De esta manera,
combinan rápidamente un sistema
de apropiación, subvenciones y
mejoras para producir mejor habi-
tabilidad, abaratamiento de costes
y a la vez empleo. Esto es muy di-
fícil de creer, y es difícil que se
consiga hasta que no fluya el cré-
dito de la banca, lo cual se supone
que se hará mediante los apoyos
del ico, entre otros. Se pretende
reducir 18 millones de toneladas
de CO2 hasta el 2012 y ocho mi-
llones a partir del 2013. Es nece-
sario porque la salud de los espa-
ñoles, indefectiblemente, se ha deteriorado. Las enfermedades que produce el CO2 no
son visibles, al igual que la vitrocerámica da buena apariencia a la casa, pero consume
mucho. Tenemos que introducir en nuestras casas la idea de que las placas solares son
más importantes que los aparatos de alto consumo.
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Hay que hacer una inspección técnica de edificios, una búsqueda del incumpli-
miento del reglamento de las instalaciones térmicas de la edificación. El Plan E no
será, pues, un plan de construir, sino de mejorar la habitabilidad y la calidad de vida
de las ciudades.
Yo soy optimista en la medida en que se han puesto las bases para una movilidad
diferente. En Asturias también. Los periodistas me han preguntado qué opinaba del
sistema de ciudades de Asturias y del crecimiento. Creo que aquí hay una buena base
para un sistema equilibrado de ciudades, porque se ha preservado mucho territorio,
pero está incompleto. Primero, hay que crecer hacia dentro en la reconversión indus-
trial, que ha dejado suelos obsoletos en la cuestión ferroviaria y va a abrir las puertas
del ave. Hay que mejorar también los entornos urbanos referidos a la movilidad in-
terna peatonal e intermodal de los tres principales núcleos de la red, a la alta velocidad
y al tranvía. El tranvía es una de las cosas que se han perdido, pero que se deben poner.
Si existe un tranvía en Málaga, un metrocentro en Sevilla y otro en construcción en
Granada —que son algunas de las provincias menos dotadas en aspectos infraestruc-
turales de España—, tiene que poderse hacer también aquí. Es una exigencia que va
totalmente imbricada con la vivienda y con la movilidad interna de las ciudades. Es
la exigencia de la disponibilidad de la superación de estas barreras que aquí han sido
muy graves y todavía no están completas.
Si os parece, voy a terminar, por respeto a la siguiente intervención programada,
que es el vino de bienvenida en el Jardín Botánico. Pero, antes de eso, me gustaría
saber si queréis hacer alguna pregunta o si me he explicado bien en lo que decía al
principio: lo importante es el lema. El urbanismo no se puede hacer sin contar con la
energía. Por ejemplo, la presidencia del Gobierno está preparando una ley de Economía
sostenible. No podemos concebir ninguna ley de Economía sostenible que no lleve
aparejados instrumentos de evaluación del impacto social y ambiental. Hasta que no
sepamos cuáles son los impactos, no podremos prevenir las consecuencias de determi-
nadas actuaciones. Es el caso de los del Plan de Vivienda 2008-2012: los sociales, los
impactos sobre el empleo y los ambientales. Se debe dar una fiscalidad que favorezca
el modelo de crecer hacia adentro, una posibilidad de evaluar en qué sentido estamos
creciendo antes de que nos hayamos estrellado. Se debe dar un modelo de indicadores,
como se ha dicho antes en la cuestión del Plan Avanza, para conseguir parametrizar los
impactos que tienen en determinados sectores. Y no los pequeños, sino los verdaderos
impactos sobre las personas que tienen determinadas actuaciones. Por ejemplo, fijaos
en lo que ha pasado en la Comunidad Valenciana. El informe que se ha producido en la
Comunidad Europea sobre la ley del Suelo de la Comunidad Valenciana ha mostrado
las tropelías que se han cometido contra derechos constitucionales de los ciudadanos
europeos. Nos ha convertido en la vergüenza de la Comunidad Europea.
En definitiva, todos estos impactos que hay que prever son los que no se han
hecho desde una prospectiva. Estas son las preguntas y las palabras clave: objetivos,
Folio explicativo 29
30 Folio explicativo
Buenos días, estamos en este momento en la primera sesión del día de hoy del
seminario sobre modelos de crecimiento urbano. En este marco de análisis que define
el seminario, vamos a tener un taller en el que vamos a hacer un breve análisis y una
breve presentación de lo que ha sido el desarrollo de la ciudad a lo largo de la historia.
El título del taller es «El crecimiento de las ciudades en la historia». Están con nosotros
tres especialistas, tres modelos diferentes, que, aunque no son todos, son muy impor-
tantes. A mi izquierda está Manuel Bendala Galán; a continuación, Antonio Vallejo
Triano, y a mi derecha, Aladino Fernández García.
Cada uno de los ponentes hará una presentación de unos treinta minutos y, al
final de las tres, habrá un debate en el que espero que la riqueza de lo que va a decirse
y de los planteamientos sean lo suficientemente sugestivos como para que el debate
sea vivo y sugerente.
Voy a presentar, en primer lugar, a Manolo Bendala. El profesor Manuel Bendala
Galán es natural de Cádiz, licenciado en Filosofía y Letras y doctorado en Historia en
la especialidad de Arqueología por la Universidad de Sevilla. Ha sido profesor de esta
Universidad y de su prolongación en Cádiz hasta 1977, año en que se incorpora a la
Universidad Autónoma de Madrid, primero como agregado, y después como catedrá-
tico de Arqueología. Ha sido director del Departamento de Prehistoria y Arqueología
en el período comprendido entre 1985 y 1989, y decano de la facultad entre 1992 y
1995. Especializado en arqueología clásica y en la escultura ibérica e hispanorromana,
ha dirigido una veintena de tesis doctorales, escrito numerosos libros y artículos y
participado en multitud de congresos nacionales e internacionales, entre ellos el XIV
Congreso Internacional de Arqueología Clásica celebrado en Tarragona en 1993, del
Folio explicativo 31
que formó parte como miembro del comité científico y organizador. También fue comi-
sario de una exposición dedicada a la ciudad hispanorromana. Entre sus publicaciones,
pueden destacarse libros como La Necrópolis romana de Carmona (Sevilla) y Tarte-
sios, íberos y celtas. Pueblos, culturas y colonizadores de la Hispania antigua. Además
es autor del artículo «De la historia de Andalucía», dirigido por Antonio Domínguez
Ortiz, y coordinador y autor de una parte importante de La historia general de España
y América. Tiene también una publicación en la Introducción al arte español sobre el
arte ibérico, Carteia y Carteia II.
Es miembro correspondiente del Instituto Arqueológico Alemán y de la Real
Academia Sevillana de Bellas Artes, académico de número de la Real Academia de
Doctores de España, officer de l’Ordre des Palmes Académique de la République
Française, medalla de honor de la Asociación Española de Amigos de la Arqueología,
patrono del Museo Arqueológico Nacional, patrono de la Fundación Pastor de estudios
clásicos y de la Fundación de Estudios Romanos; director de varias revistas científicas,
como Cuadernos de Prehistoria y Arqueología, de la Universidad Autónoma, Revista
de Estudios Ibéricos y Monografías de Arquitectura Romana, y miembro del consejo
de redacción de muchas otras.
Como verán, es una trayectoria profesional intachable, y le voy a ceder la palabra
para que hable de la ciudad en el mundo antiguo, sobre Roma.
32 Folio explicativo
mero ejercicio de erudición hacia la Antigüedad, sino de presentar una mirada que
puede y debe tratar de encontrar sugerencias para la vida presente o la futura. Porque
el futuro de la ciudad es una cuestión principal en la coyuntura de la civilización en
la que estamos.
Vayamos entonces a ese recorrido, esperemos que eficaz. Y debo subrayar, en
principio, el hecho esencial de que la ciudad originaria fue, ya en la Antigüedad, el
fruto de una compleja evolución de la cultura por la que los humanos pasaron de ser
«criaturas de la naturaleza» a «creadores de la naturaleza», de una naturaleza nueva
o «recreada» por ellos. Fue el resultado de un proceso de creciente intervención del
hombre en la naturaleza, más allá de su simple o directo aprovechamiento, que tuvo
un paso o hito decisivo en lo que llamamos etapa del Neolítico, en el que cristalizan
fórmulas de modificación e intervención en los procesos naturales de desarrollo de las
especies vegetales y animales que sirven de sustento al hombre, lo que da lugar a la
aparición de la agricultura y la ganadería.
Desde entonces, como consecuencia de esa nueva forma de obtener y asegurar la
alimentación, en un salto tan decisivo que ha llevado a acuñar el concepto de revolu-
ción neolítica, los pasos en el camino de la reconversión del hombre de «criatura» a
«creador» fueron muchos y muy variados, con un hito fundamental en la aparición
de las grandes civilizaciones antiguas de Oriente Próximo y Egipto. Con ellas, entre
otras muchas cosas que interesa subrayar, no solo se robustecen las nuevas y complejas
formas de actividades económicas derivadas de la agricultura y la ganadería —y de
los complejos sistemas sociales y políticos que permitían su ejercicio y la eficaz distri-
bución de los resultados de éste—, sino que también se consolida definitivamente la
nueva forma de relación entre las comunidades humanas y el medio que será sustancia
definitoria de las formas de vida propias del Estado o la ciudad. Se va consolidando
una nueva humanidad ocupada en el dominio de ambientes que en épocas anteriores
eran inaccesibles o abiertamente hostiles, entre ellos el mar. Precisamente, el dominio
del mar va a ser esencial en la creación de la ciudad, en el «nacimiento» de una especie
humana verdaderamente nueva o renovada: como veremos, el urbanita, el ciudadano,
creador y habitante de la ciudad. Valga la idea, y la imagen, de esa nueva humanidad
empeñada en el dominio de los ambientes hostiles o inaccesibles antes, con la visión
de una de tantas representaciones de egipcios en sus embarcaciones, algunas tan com-
plejas ya como las que ofrecen los hermosos e interesantes bajorrelieves de la tumba de
Hatsepsut (1479-1457 a. de C.) en Deir el Bahari, que representan una flota destinada
a una expedición al país del Punt, en la costa somalí: la componen barcos de gran
amplitud, impulsados por 30 remeros y una gran vela cuadrada, sujeta arriba y abajo
a largas vergas, capaces de transportar una carga considerable.
El proceso, que tuvo uno de sus grandes pasos en las civilizaciones antiguas de
Oriente y Egipto (va a tener su desarrollo y su ámbito principales) para llegar a lo que
llamamos la ciudad antigua, en el Mediterráneo, con sus condicionantes específicos.
Folio explicativo 33
Valga ahora como referencia la visión de un mapa del Mediterráneo en la época micé-
nica, la correspondiente a la gran civilización centrada ya en el escenario geográfico
y cultural de Grecia, que subraya la existencia de núcleos que podemos considerar ya
verdaderas «ciudades». Y tanto en el propio ámbito egeo o griego como en diferentes
lugares del resto de la cuenca mediterránea, donde fueron surgiendo numerosas co-
munidades ciudadanas como consecuencia de sus propias evoluciones internas —fruto
de un proceso de desarrollo cruzado de influencias por la importancia creciente del
comercio y la búsqueda de materias primas a grandes distancias— y como resultado
de la colonización y el influjo cultural ejercido por las propias ciudades y comunidades
micénicas en un proceso de expansión que sería en adelante consustancial a la emer-
gencia y la consolidación de las formas de vida urbanas.
Estas comunidades emergentes de tipo urbano de época micénica, en la segunda
mitad del segundo milenio antes de nuestra era, se caracterizan por configurarse
como centros que controlan un territorio relativamente reducido, no a la escala de
las vastas extensiones propias de los grandes imperios de Egipto u Oriente Próximo.
Ahora se trataba del control de territorios apropiados a la dimensión de las comuni-
dades urbanas que habían de ser de número limitado y apropiado a formas de vida
más participativas e integradas; sus dominios territoriales serían igualmente limitados
y abarcables. Es una forma de implantación territorial que tiene, podría decirse, una
doble proyección: su fuerte arraigo al propio territorio y su apertura al exterior, a un
horizonte geográfico o territorial que desborda con mucho la capacidad de relación
con su medio que tenían las comunidades preurbanas. Es una forma de relación con
el medio, de su captación, que significó poner en marcha mecanismos intelectivos que
convirtieron a la humanidad de la ciudad en una verdadera especie nueva. La captación
intelectual de proyectarse a un medio nuevo mediante la geografía, y su captación
con instrumentos tan nuevos y revolucionarios como la cartografía, otorgaba a las
comunidades civilizadas una nueva dimensión. Se traspasaba y superaba el medio, el
ecosistema, que antes era controlable o abarcable con las capacidades naturales de la
vista o el autodesplazamiento.
El mundo en torno al Mediterráneo se convirtió en la nueva residencia del urba-
nita, en su medio propio. Es una nueva percepción del vasto horizonte que le era pro-
pio, que se expresa en el término ecúmene (oikumene en el término griego originario),
de oiko, ‘habitar’, y oikos, ‘casa’. El viejo mundo en torno al Mediterráneo era conce-
bido como el ámbito habitado que se contemplaba como propio desde las comunidades
urbanas que en él se iban implantado y desarrollando. El mundo propio, interiorizado
y controlado, se ha convertido en un mundo habitado, un cosmos apropiado, que hacía
del ciudadano un cosmopolita, un habitante de ese mundo globalizado.
Estamos hablando, pues, de cuestiones de notable complejidad y profundidad en
relación con lo que verdaderamente significó la aparición de la ciudad, que va mucho
más allá de un mero fenómeno constructivo o puramente material. Fue la aparición de
34 Folio explicativo
una nueva humanidad, como iba diciendo, capaz de mirar la realidad ambiental que
iba haciendo y le iba siendo propia con los ojos de la ciencia, captable y capturable con
revolucionarios instrumentos como la citada cartografía. Es verdaderamente asom-
broso cómo ya en la Antigüedad se desarrolló esa extraordinaria capacidad de captar
horizontes y medios geográficos vastísimos a través de prodigiosas cartografías, obte-
nidas con las limitaciones lógicas por los medios de la época, pero fruto del extraordi-
nario estímulo que se albergaba en su recién estrenada condición de cosmopolitas. Ya
en el siglo vi a. de C., ensayaba visiones cartográficas de la ecúmene Anaximandro de
Mileto, que serían perfeccionadas en los siglos siguientes por Hecateo de Mileto (siglo
iv a. de C.), Eratóstenes (siglo iii a. de C.) o Claudio Ptolomeo (siglo ii d. de C.), entre
otros. Es la compleja visión geográfica y cartográfica que asoma, en época de Augusto,
en la obra del célebre geógrafo griego Estrabón.
Buena parte de toda esta gran proyección geográfica, y de las ciencias y las téc-
nicas que permitieron la poderosa proyección territorial de las pujantes comunidades
urbanas del viejo mundo mediterráneo, tuvieron un estímulo principal en la actividad
económica que sería consustancial a la vida urbana: el comercio. Bastaría contemplar
la ubicación geográfica de los principales centros urbanos de la Antigüedad para ha-
cernos idea de la decisiva relación entre medio urbano y comercio.
Puede ejemplificarlo una visión del núcleo o centro principal de la ciudad de
Cnosos, de la civilización minoica, desarrollada entre los milenios tercero y segundo
antes de nuestra era. Vemos un conjunto construido en medio de un campo que ya no
es pura naturaleza, porque es un campo ordenado por la mano humana. Se subraya
esta idea de la centralidad en un territorio ordenado y, sobre todo, la comunicación
con el exterior como base y medio de una actividad principal para la ciudad, el comer-
cio, en el viejo plano levantado por su excavador, Arthur Evans, en los primeros años
del siglo xx. La ciudad está rodeada de caminos o, mejor, es el nudo del que parten los
caminos para, entre otras cosas fundamentales, permitir la actividad económica ba-
sada en el comercio.
Las ciudades antiguas esta-
ban comunicadas por naturaleza.
La estrategia principal de la im-
plantación de sus centros princi-
pales será la vialidad, la íntima
relación con las vías de comuni-
cación. Puede verse en los escritos
de Platón y Aristóteles un ejemplo
de la antigua discusión acerca de
la importancia o la conveniencia
de esa sustantiva relación entre
ciudad y vías de comunicación,
Folio explicativo 35
muy apoyada por el segundo, pero contemplada con cautelas por el primero en una
visión aislacionista y casi arcaica de las formas de vida comunitarias, en línea con su
anacrónico idealismo.
En un mapa del Mediterráneo en la Antigüedad, puede verse que los grandes
centros urbanos que protagonizaron el desarrollo de su rica civilización son funda-
mentalmente ciudades portuarias (Tiro, Atenas, Corinto, Cartago, Roma…). También
a menudo ciudades, como me gusta decir, pontuarias, pensadas en función del control
del paso estable sobre un río, mediante uno o más puentes, de las vías de comunicación
terrestres.
Roma, ciudad portuaria y, por antonomasia, ciudad de los puentes (pontuaria),
ejemplifica como pocas el concepto de ciudad de amplísima proyección territorial, en
íntimo contacto con el exterior. Es la mejor expresión de la concepción de la ciudad
como centro nodal de vías de comunicación. Lo expresa el conocido dicho general
de que «todos los caminos conducen a Roma», y lo ilustra de manera gráficamente
inigualable el mapa antiguo conocido como la Tabla de Peutinger (copia altomedieval
de un mapa antiguo de época romana), en el que puede verse una representación de la
ciudad de Roma como la personificación de una diosa entronizada inserta en un cír-
culo, del que parten, a manera de un kilómetro cero, la multitud de carreteras o vías de
comunicación que conducían a todos los rincones del Imperio. Se destaca, igualmente,
su ubicación al borde del río Tíber, en cuya desembocadura al Mediterráneo se hallaba
el puerto de Ostia, representado, como rasgo principal, por su dársena y el faro que
servía de referencia para la navegación. Roma aparece, pues, como nudo o centro de
su vasto Imperio gracias a su carácter de punto central de toda comunicación por vía
terrestre, fluvial y marítima.
Pero veamos un aspecto no mencionado aún, que me parece más importante
todavía. Mirando una ciudad clásica del mundo antiguo —imaginemos la misma Ate-
nas, con su peculiar paisaje urbano, presidido por la Acrópolis—, hay que subrayar
que, según la concepción antigua, la ciudad tiene como cuerpo fundamental la propia
ciudadanía, algo que en el presente se ha olvidado o desvirtuado y que constituye una
cuestión sobre la que hay que reflexionar por lo que tiene de pérdida de una perspectiva
acerca de la ciudad que puede resultar enriquecedora en nuestro presente.
Hoy día, pensamos que una ciudad es una realidad material construida: el «con-
junto de calles y edificios que la componen», según la sumaria definición que ofrece el
Diccionario de la Real Academia Española. Para los antiguos, sin embargo, la ciudad
era el conjunto de sus ciudadanos: ellos son su materia prima básica. No es una reali-
dad inmueble, sino mueble. Nada más elocuente al caso que un pasaje del historiador
griego Tucídides (vii, 77, 7), quien pone en boca de Nicias la siguiente frase al dirigirse
a los soldados atenienses en las playas de Siracusa: «Vosotros mismos sois la ciudad,
allá donde decidáis asentaros… pues una ciudad consiste en sus hombres, no en unas
murallas, ni en unas naves sin hombres».
36 Folio explicativo
Folio explicativo 37
38 Folio explicativo
construida, que se convertirían en una referencia fundamental para todas las civili-
zaciones antiguas, especialmente Roma, determinante a su vez de formas de cultura
arquitectónica y urbanística que serían modélicas para la civilización occidental hasta
nuestros días.
Resulta particularmente importante, para interés de historiadores y también de
arquitectos y urbanistas, contemplar esta etapa formativa de la ciudad en la Antigüe-
dad. Desde el punto de vista formal, resultan particularmente sugestivos la consolida-
ción de formas arquitectónicas que definirán el paisaje más característico de la ciudad
y, lo que es más importante, el fenómeno de la identificación de la ciudadanía con
su propio paisaje construido, hasta el punto de considerarlo finalmente su principal
expresión. Este profundo fenómeno de identificación de la ciudadanía con el paisaje
generado por ella misma, obra suya, será un rasgo principal de la definitiva caracteri-
zación de la especie nueva o renovada del zoón politikón, su forma de integrarse con
el propio ecosistema y de vivirlo.
Puede estudiarse ese sugestivo y principal fenómeno en una civilización de fuerte
personalidad colectiva y profunda proyección arquitectónica y urbanística como la
antigua Roma, en lo que está o estamos empeñados una nutrida comunidad de espe-
cialistas desde hace largo tiempo. Se constata cómo en Roma corrieron paralelos su
emergencia y su consolidación como ciudad hegemónica en el centro de Italia, ya en
el siglo vi a. de C., con la autoafirmación en formas arquitectónicas y urbanísticas
muy definidas. Así fue, en el marco de la tradición lacial y etrusca, con una expresión
principal en monumentos que serían definitorios de su paisaje urbano y de su necesidad
de autoafirmación como comunidad política, en el que destacó el edificio principal del
Capitolio, el templo de Júpiter —y de las diosas Juno y Minerva— que, encaramado
en lo más alto de la colina capitolina, presidía física y visualmente la ciudad y se con-
vertía en referencia indiscutida de Roma y de romanidad. Era un ejemplo destacado
del conjunto urbanístico que servía a los propósitos de autoafirmación de la pujante
comunidad de los romanos y a la resolución de sus necesidades funcionales y de au-
torrepresentación.
En los momentos de máxima expansión imperial de Roma, será habitual, en
línea con la multiplicación clónica de la ciudad de que antes se habló, comprobar la
repetición en las colonias de su paisaje urbanístico, lo que en tiempos republicanos se
tradujo en fenómenos como la repetición del modelo arquitectónico del Capitolio en
colonias como la ciudad italiana de Cosa, donde se comprueba el enorme significado
político que tenía reproducir en el siglo ii a. de C., cuando la arquitectura oficial avan-
zaba con fórmulas más modernas derivadas de la creciente helenización del lenguaje
arquitectónico, el viejo Capitolio de Roma, con su aspecto arcaizante y su viejo sabor a
arquitectura italo-etrusca. La creación y la consolidación del Imperio de Roma creó un
escenario privilegiado en el que se puede comprobar la enorme importancia ideológica
y política que tuvo la proyección a todos los rincones del Imperio de los modelos ur-
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Algo de todo esto puede captarse observando con algún detenimiento un edificio
de principal significación en las ciudades romanas, como habría de ser el teatro. Aparte
de representar la adopción de un modelo arquitectónico griego, puede comprobarse
cómo su adopción en Roma se hizo con modificaciones y adaptaciones que convenían a
las propias necesidades, en el curso de un proceso que permitió proyectar en él algunas
de las más importantes obsesiones de Roma en torno a la ciudad construida.
Si vemos la acrópolis de la ciudad helenística de Pérgamo, se advierte la impor-
tancia del teatro como elemento de referencia: un teatro apoyado en la ladera de la
montaña en que se encarama la ciudad alta, con la gran cávea o theatrón proyectado
sobre la alargada plataforma asimétrica del escenario. Roma adopta algo de esa fór-
mula constructiva, muy propia de la escenografía helenística, en un conjunto caracte-
rístico de finales de la República, el santuario aterrazado de la Fortuna Primigenia en
Palestrina (la antigua Praeneste). Fue construido a finales del siglo ii a. de C. y repre-
senta una ambiciosa «arquitectonización», a la griega, de una ladera en la que se apoya
un gran conjunto de espacios aterrazados, coronados por un teatro o cávea semicircu-
lar, rematado supuestamente arriba por el lugar destinado a albergar la imagen de la
diosa. El conjunto sigue las pautas helenísticas ensayadas en Pérgamo, aunque some-
tiendo toda la construcción a una estricta axialidad, puramente romana, y añadiendo
a la montaña gran cantidad de elementos de obra que hacen abundante uso de una
roca artificial, el opus caementicium, que sería el más contundente manifiesto romano
de la creación de una naturaleza artificial emuladora de la «naturaleza natural».
Pero será un paso decisivo,
para las intenciones de Roma, la
realización del primer teatro cons-
truido de obra en la propia urbe,
inaugurado el 55 a. de C., una em-
presa de Pompeyo, que se tenía
por encarnación de la idea del
princeps helenístico a la manera
de Alejandro. El Teatrum Pompei
repite en buena medida la disposi-
ción del gran conjunto de Pales-
trina, pero fue construido en el
llano del Campo de Marte, no
aprovechando ladera natural al-
guna. Mediante grandes estructu-
ras de hormigón romano, el citado
opus caementicium, se levantaba en Roma un edificio de inspiración grecohelenística,
pero orgullosamente independiente de todo apoyo en la naturaleza. El enorme edificio,
erguido en el Campo de Marte, era una verdadera montaña artificial, una especie de
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octava colina que emulaba a las naturales de Roma y sobre la que se encaramaba
también un templo, como el de Júpiter en el Capitolio, dedicado en el teatro de Pom-
peyo a la diosa Venus. Sea la disposición del templo la que se ha pensado hasta ahora,
sea con otras soluciones, como se defiende en algunos estudios últimos, el hecho es
que Roma mostró una irrefrenable propensión a crear enormes moles constructivas de
este tipo como expresión del cosmos artificial que representaba su triunfo imperial, el
dominio de su capacidad de acción y creación. Si el teatro de Pompeyo vino a conver-
tirse en una forma de proclamación del nuevo orden de Roma, se entenderá que el
teatro romano, a partir sobre todo de la época de Augusto, se convirtiera también en
el mejor ambiente para la escenificación del orden social romano y su aglutinación en
torno al liderazgo del princeps, el emperador, y la garantía de poder que él y su linaje
representaban. En efecto, la monumentalidad y la dignidad de los edificios teatrales
en Roma derivan de su conversión en expresión del orden de la sociedad romana pre-
sidida por sus dirigentes, escenario de ceremonias de alto significado ideológico y
político. En las gradas, se ubicaban las gentes de la ciudad según una estricta disposi-
ción, que permitía hacer visible el orden de la jerarquizada sociedad romana. La di-
mensión política del teatro explica su cuidado y su sorprendente dignidad arquitectó-
nica, así como el tipo de representaciones que usualmente hallamos en ellas, siempre
vinculadas al emperador y la casa imperial y a los dioses que, representados por los
dirigentes, garantizaban el orden y la prosperidad de Roma. De todo ello viene la
contundente presencia de los teatros en tantas ciudades romanas.
Espero que todo lo dicho
acerca de la ciudad antigua, con
especial atención al paradigmá-
tico caso de Roma, sirva para
expresar la importancia de la ciu-
dad como proyección y creación
del nuevo ecosistema apropiado
a las necesidades, las capacidades
y las exigencias de la especie de
humanidad verdaderamente nueva
que representa el zoón politikón.
Sus diferentes ámbitos, con la in-
dicada gradación entre el núcleo
antrópico al sector más natural o
selvático, constituyen el conjunto
de su ecosistema propio. Y es esa
dimensión ecosistémica y globalizada del paisaje urbano la que alienta una de las di-
mensiones más activas y vanguardistas del quehacer arqueológico: aquella que integra
la arqueología con la atención al legado patrimonial y la que la eleva por encima de
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Muchas gracias, Manolo, por esta presentación tan rica y sugerente. Vamos a
pasar a otro de los modelos que se presentan hoy aquí, que es el de la ciudad islámica.
La presentación va a correr a cargo de Antonio Vallejo Triano.
Antonio Vallejo es director del Conjunto Arqueológico Madinat Al-Zahra’, orga-
nismo dependiente de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía. Forma parte
del Cuerpo Superior Facultativo de Conservadores del Patrimonio Histórico de la Junta
de Andalucía y es doctor en Humanidades por la Universidad de Jaén, especialista en
arqueología islámica y miembro de honor del Instituto Arqueológico Alemán. Tiene
una variadísima experiencia en arqueología y gestión del patrimonio.
Es director desde el año 1985 del Conjunto Arqueológico Madinat Al-Zahra’ y
miembro de la Comisión Andaluza de Arqueología. Ha sido miembro de la Comisión
Técnica del Patronato de la Alhambra y el Generalife, coordinador del Plan Especial
Madinat Al-Zahra’ y director de la revista Cuadernos de Madinat Al-Zahra’. Ha
participado en el proyecto «Madinat al-Zahra’: representación y proyección del poder
califal a través del registro material y textual».
Participa en otro proyecto de i + d, «Madinat Al-Zahra’: influencia, efectos y
dispersión de un modelo político-social palatino»; forma parte del equipo que realiza
excavaciones en el yacimiento califal fatimí de Sabra al-Mansuriya en Túnez; es coor-
dinador del proyecto de investigación arqueológica de la almunia de Al-Rumaniya,
en Córdoba; ha participado como ponente en numerosos congresos sobre arqueología
islámica y gestión del patrimonio, y es autor de la guía oficial del conjunto arqueoló-
gico de Madinat Al-Zahra’.
Tiene una variada experiencia en cursos, másteres y títulos propios en museogra-
fía, restauración y rehabilitación del patrimonio, arquitectura y patrimonio histórico.
Ha participado como ponente en numerosos cursos sobre gestión del patrimonio y
cuenta también con una rica experiencia en programas de prácticas de alumnos en
empresas.
Vamos a dejar que sea él quien nos cuente esta nueva propuesta de espacio habi-
tado que es la ciudad islámica.
Para hablar de las primeras grandes capitales islámicas de fundación califal, hay que
partir necesariamente de cuáles son las actitudes de esas sociedades hacia el urbanismo y
en este sentido debemos señalar, siguiendo a M. Acién, que la formación social islámica
se caracteriza por dos rasgos importantes: por un lado, la hegemonía de lo privado y, por
tanto, de lo contractual, del intercambio y del mercado, y por otro, la preeminencia de
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la vida urbana. Para este autor, «la ciudad se contempla como el lugar propicio para la
actividad mercantil y contractual, como una de las materializaciones de la hegemonía de
lo privado y de ahí la semejanza de la vida urbana en todo el territorio musulmán, pese
a las diferencias técnicas constructivas que existen entre los distintos lugares».
Este predominio de la vida urbana descansa en el hecho de que solo en la ciudad
se alcanza la perfección, la vida virtuosa e ideal. Solo en la ciudad se desarrollan las
cualidades de los ciudadanos, pues ésta constituye, según al-Farabi, el gran filósofo
islámico del siglo x, el primer grado de las comunidades perfectas. Las asociaciones
en barrios y aldeas, que son otro tipo de comunidades, existen por razón de las ciu-
dades. Pero mientras que los barrios forman parte de las ciudades, como demuestran
continuamente las excavaciones de los arrabales en ciudades como Córdoba, las aldeas
están a su servicio. Todo lo que no es la urbe está al servicio de la urbe.
Esta idea tiene como punto de partida el estrecho paralelismo establecido en
la filosofía del momento entre ciudad y universo. Esta vinculación hace que sea la
ciudad la que regule y ordene todo el territorio, y justifica y determina la presencia y
el papel del califa en todas las fases de construcción de la ciudad, empezando por la
misma elección de los emplazamientos, porque éstos, dice al-Farabi, generan en sus
habitantes hábitos morales diferentes. Estas actitudes ayudan a explicar el primer de-
sarrollo urbanístico del islam en la Alta Edad Media, y se encuentran en la base de ese
extraordinario crecimiento que toda la historiografía coincide en señalar como algo
consustancial con las sociedades islámicas. Sin embargo, de la misma forma que el
Estado característico de los primeros ciento cincuenta años del islam no cabe definirlo
como un Estado propiamente islámico, sino de transición, el urbanismo generado por
esos Estados tampoco es propiamente islámico.
Durante los siglos vii y viii, los primeros procesos son de ocupación y transfor-
mación de las ciudades clásicas preexistentes hasta producir la islamización de su es-
tructura y su tejido urbano. Los prototipos mejor estudiados de estos procesos son Da-
masco y, en menor medida, Córdoba, donde la transformación afectó al núcleo político
y al núcleo religioso, pues las antiguas iglesias, bizantina y visigoda, respectivamente,
se convirtieron en mezquitas, siguiendo un modelo basado, según la interpretación de
la historiografía, en el uso compartido del espacio de culto. En el caso de Damasco, se
han estudiado también los cambios efectuados en el antiguo decumano, que fue muy
modificado ya en época bizantina, para la instalación del mercado.
En paralelo con este proceso de transformación de las urbes preexistentes, se
produjo la fundación ex novo por los árabes de algunas ciudades en el primer siglo del
islam. Éstas son de morfología, trazado y aspecto clásicos, como ocurre con Anyar, en
Líbano, donde se observa una estructura de cardo y decumano, perfectamente clara y
clásica, como los elementos estructuradotes de la trama urbana.
Es solo a finales del siglo vii cuando empiezan a construirse las primeras ciudades
que se caracterizan por materializar, de acuerdo con G. Necipoglu y N. Alsayyad, el
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primer paradigma urbanístico del islam, que es la aparición del bloque mezquita-dar
al-Imara (palacio del gobernador), es decir, mezquita y lugar de residencia del poder.
Este bloque viene a señalar la asociación material, física y simbólica entre el Estado y
la religión. Se sitúa generalmente en el centro del asentamiento y es el núcleo a partir
del cual se produce y se genera el crecimiento de la urbe, y en torno al cual se fue
agrupando el mercado. La zona residencial se presenta perfectamente ordenada y or-
togonal (lám. 1).
Básicamente, este primer mo-
delo urbano que representan ciu-
dades como Basra o Kufa deriva
de la morfología del campamento
militar, donde la tienda del califa
junto con el oratorio se ubica en
el centro y la guarnición rodea
por los cuatro lados esta estruc-
tura, de ahí que a estas primeras
ciudades se las denomina ciuda-
des campamento. Este urbanismo
debe ser relacionado con la propia
estructura política de la dinastía
omeya, que gobernaba el islam en
estos momentos, y con la necesi-
dad de legitimación religiosa. En
esta dinastía, el califa no poseía un
poder absoluto ni estaba revestido
de todos los atributos que carac-
terizarán su figura durante los ca-
lifatos posteriores. En el conjunto
de la familia omeya, el califa no es
otra cosa que un primus inter pa-
res, un miembro más que pugnará
por hacer del cargo una estructura
hereditaria asociada a su hijo pri- Lám. 1. Reconstrucción esquemática de la organización
mogénito frente a sus propios her- general y elementos urbanos de Kufa (N. Alsayyad:
Cities and Caliphs. On the Genesis of Arab Muslim
manos. Esto explica la falta de una
Urbanism, Santa Bárbara (CA): Greenwood Press,
auténtica capital imperial y la pro- 1991, p. 63). 1: mezquita; 2: dar al-Imara; 3: plaza
liferación de palacios que corres- principal; 4: mercado; 5: mezquita y cementerio
ponden a distintos miembros de la tribales; 6: áreas de residencia; 7: calles principales
familia, cada uno de ellos con sus
propios espacios de representación.
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Con la dinastía abbasí, a partir del 750, se inician los grandes proyectos urbanís-
ticos de fundación califal ex novo. El primero de ellos fue la propia ciudad de Bagdad,
construida por el califa al-Mansur a orillas del río Tigris, tras la búsqueda de sucesivos
enclaves, como la gran capital del califato abbasí. Esta ciudad, llamada Madinat al-
Salam («la ciudad de la paz»), contiene clarísimas reminiscencias coránicas y su propia
concepción circular remite a la idea circular del universo. En su centro se sitúan la
mezquita aljama y el palacio de al-Mansur, con lo que todo gravitaría alrededor de
la figura califal. Este referente circular, que sigue manteniendo la idea anterior de la
unidad indisoluble del palacio y la mezquita, será imitado posteriormente por otros
grandes proyectos urbanos, tanto en Irak, en la ciudad de al-Rafiqa, como en el norte
de África, en la ciudad fatimí de Sabra al-Mansuriyya, junto a la capital aglabí de
Qayrawan.
En el siglo ix se produce una de las mayores aglomeraciones urbanas de la historia
de la humanidad. La institución califal está ya perfectamente definida a nivel político
y social, y el islam se encuentra en el momento de mayor expansión territorial, econó-
mica y cultural desde su nacimiento. Es en esta situación cuando comienza a tomar
forma la idea de la vinculación de la figura califal con la construcción de una nueva
urbe, como si se tratase de un atributo exclusivo del califa, junto con otras prerroga-
tivas como la acuñación de moneda en oro.
Esta asociación que se constata entre el acceso al califato y la construcción de
una nueva ciudad no se encuentra en la teoría política del momento como una de las
obligaciones inherentes del gobernante. Pero lo cierto es que se trata de una práctica
que comienza a desarrollarse en estos momentos, iniciándose con ella el segundo pa-
radigma urbano, caracterizado por la construcción de gigantescas urbes con extensos
complejos palaciegos extraurbanos alejados de la mezquita aljama. Desaparece aquella
idea inicial de vinculación mezquita-dar al-Imara, y la mezquita aljama queda sepa-
rada de la residencia del califa, que se convierte en un enorme complejo palaciego en
el interior de esas grandes ciudades.
La concentración urbana que mejor representa este modelo es Samarra, fundada
en el año 836 por el califa abbasí al-Mutasim a 125 kilómetros al norte de Bagdad.
En este lugar, los sucesivos califas de esa dinastía edificaron hasta finales del siglo ix
varias ciudades sucesivas, una junto a otra, hasta formar más de veinte kilómetros
continuos de tejido urbano ininterrumpido, junto con prominentes palacios.
Toda esta inmensa megápolis se construyó en adobe o ladrillo cocido, con lo que
su estructura, sin excavar salvo unos pocos palacios y algunas mezquitas como las de
al-Mutawakkil y Abu Dulaf, con sus característicos alminares de forma helicoidal,
solo se reconoce mediante la fotografía aérea, a través de la forma alomada que deja
el detrito de la descomposición de sus muros. Se trata de extraordinarias ciudades
palacio, formadas cada una por un aglomerado de grandes construcciones interre-
lacionadas de todo tipo, todas ellas perfectamente geométricas y ortogonales, con
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una cierta normalización de las tipologías arquitectónicas de las viviendas. Todas ellas se
organizan en torno a patios, alrededor de los cuales se sitúan las crujías de habitaciones,
en las que destaca la especialización de algunas estancias. El abastecimiento de agua se
produce siempre a través de un pozo situado en el patio y es imprescindible la presencia
de letrinas. Todas las casas disponen de este último elemento, que se convierte en uno
de los rasgos distintivos más característicos en relación con el urbanismo del momento.
Este desarrollo urbanístico no tiene parangón en el mundo cristiano y medite-
rráneo contemporáneo, y no parece estar basado exclusivamente en un crecimiento
demográfico espectacular, sino en el incremento poblacional que registra la ciudad por
la atracción que supone su condición de gran urbe y capital.
Hoy sabemos que se produjo una inmigración a Córdoba de gente procedente de
ciudades de tipo medio próximas a la capital, situadas en un radio de unos sesenta
kilómetros, de manera que la ciudad registra entre el año 950 y el año 1000, con una
diferencia aplastante, el mayor índice de atracción migratoria de todo al-Ándalus.
De esta inmensa expansión hay que destacar que se trata de un proceso parcial-
mente planificado. La imagen que ofrecen estos arrabales no es la de un urbanismo
generado de manera espontánea o por la concurrencia exclusiva de intereses e inter-
venciones privadas. Esta ordenación se evidencia, por una parte, en el trazado y aper-
tura de caminos, y en la construcción de algunos equipamientos urbanos tales como
baños, plazas y especialmente las mezquitas, así como otras fundaciones patrocinadas
por el círculo familiar o la élite vinculada al califa, donde se revela una clara interven-
ción pública organizando el espacio; y por otra, en el propio tejido urbano, aunque de
este no conocemos ni los agentes ni los mecanismos jurídicos ni urbanísticos que hi-
cieron posible esa ordenación. No sabemos, por tanto, cómo se produce, más allá del
esfuerzo realizado por la escuela malikí oficial para homogeneizar las normas del
derecho relativas a la construcción y a la vecindad.
La pieza clave de este pro-
grama urbanístico puesto en mar-
cha por Abd al-Rahman III fue la
construcción de una nueva urbe
capital, Madinat al-Zahra («la
ciudad brillante»), a unos ocho
kilómetros en línea recta del amu-
rallado occidental de Córdoba,
que sigue la práctica oriental, ya
señalada, de vincular soberano y
ciudad (lám. 4).
Madinat al-Zahra se con-
cibió como residencia oficial del
califa y sede de los órganos de la Lám. 4. Planta del territorio entre Córdoba y
Madinat al-Zahra a mediados del siglo x
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instituciones urbanas como el zoco, la ceca, las residencias de los funcionarios y otras
importantes infraestructuras estatales, responsables de la ejecución de los materiales
que forman la decoración arquitectónica y los objetos suntuarios de la corte.
La medina es conocida exclusivamente a través de la fotografía aérea y de otras
técnicas de prospección arqueológica, porque aún no ha sido excavada. Su estructura
urbanística muestra unas prescripciones rigurosas. A grandes rasgos, lo más singular de
ella es la existencia de una clara delimitación entre las áreas que se destinaron a la edi-
ficación, y fueron construidas, y otros grandes espacios libres, no edificados, que se
localizan en el centro de la medina y se corresponden con todo el frente meridional del
alcázar (lám. 5, en verde). Esos vacíos constructivos se encuentran perfectamente acota-
dos y no son casuales, sino producto de decisiones de planeamiento dictadas por el en-
torno del califa para garantizar la inedificabilidad en ese sector. Desde el punto de vista
funcional, esa amplísima zona puede calificarse como un ámbito destinado a distintos
usos, agrícolas y de ocio.
Como ya hemos señalado,
la ciudad dibuja una forma rec-
tangular precisa. Su muralla no
cumple tanto una función defen-
siva como de representación. Es
un elemento importante pero no
es imprescindible en la conceptua-
lización de la urbe. Su geometría
rotunda, perfecta, parecería indi-
car que su diseño y su construc-
ción están prefijados, que son an-
teriores y previos a la edificación
Lám. 7. Situación de la residencia del califa (en
interior, y, sin embargo, esto no es
rojo, arriba) y del príncipe heredero (abajo)
exactamente así. Las últimas in-
vestigaciones nos enseñan que el
primer ámbito que se planificó en el proceso constructivo de la ciudad fue el palacio
y, dentro de este, el primer elemento que se construyó fue la residencia personal del
califa, de manera que esta se erigió en el eje fundacional de la urbe.
La muralla del alcázar y la de la medina siguieron procesos constructivos inde-
pendientes, de forma que la muralla del alcázar precedió a la de la medina en bastantes
años. Esta última no solo no estuvo en la fase inicial, sino que su construcción fue
posterior, tal como hemos podido deducir de la reciente excavación efectuada en la
muralla meridional, que ha puesto de relieve la existencia de una pequeña mezquita
junto a la misma (lám. 5, abajo). Ésta fue construida en el extremo sur de la ciudad,
para dar servicio a la población de ese sector durante los años en los que la ciudad
permaneció abierta, sin cerramiento. La construcción posterior de la muralla, que fue
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nales del palacio, no solo los edificios residenciales, donde en ocasiones hay dos o tres
letrinas por vivienda, sino también el resto de espacios, ya sean administrativos o de
representación.
Su característica más rele-
vante es que la mayor parte cuenta
con agua corriente, cuyo meca-
nismo de apertura y cierre está
basado en una llave que se sitúa en
un nicho existente en el interior de
esas letrinas. Las más importantes
generaron un rico mobiliario aso-
ciado, en el que destacan algunos
arquillos decorativos de mármol
y las pilas, de ese mismo mate-
rial y de una variada morfología
y suntuosidad, dependiendo de
los espacios. La función de estas
últimas es garantizar la higiene
del usuario y, al mismo tiempo,
proveer la limpieza de toda la ins-
talación.
El baño es también una de
las edificaciones más suntuosas
de Madinat al-Zahra, aunque de
momento solo conocemos dos,
que están asociados de una u otra
forma a las residencias califales.
Estos baños están muy deteriora-
dos desde el punto de vista arqui- Lám. 9. Letrina del alcázar. A la izquierda, la pila para
la higiene del usuario y la limpieza de la instalación
tectónico, pero se conservan, en
cambio, los materiales decorativos
que permiten afirmar que, después del salón de recepciones políticas, ostentan la
mayor carga ornamental del palacio, lo que da idea de su importancia y del papel
relevante que tiene esta institución en la ciudad islámica.
Los rasgos que evidencian la planificación y el control califal sobre el urbanismo
son incontables, porque la cultura material en esos momentos era el principal medio
de expresión de la ideología.
Si tuviera que resumir cuáles fueron las aportaciones más importantes de este
periodo en relación con los modelos urbanos y la planificación, destacaría dos
cuestiones.
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La ciudad histórica no sirve para esa mezcla de usos tal y como estaba concebida,
con una separación del campo muy sólida a través de las murallas. Todos sabemos que
una de las primeras decisiones para transformar la ciudad preindustrial y facilitar su
crecimiento se refiere al derribo de las murallas.
A continuación, inserto una
foto. La muralla ovetense se con-
serva en la calle Paraíso, Oviedo.
Fotografía: Joaquín Meda, 2009)
que parece contradictoria con
lo que acabo de afirmar porque
muestra un segmento de muralla
de origen medieval en una ciudad
industrial como es Oviedo. Se
trata de la calle Paraíso. En este
caso, se mantuvo porque servía no
solo de muralla, sino también de
muro de contención. Si se derri-
base ese sector murado, los edifi-
cios que están justamente por en-
cima y por detrás se caerían. Pero
el resto de la muralla de Oviedo,
como en tantas otras ciudades, fue
suprimido para facilitar la pene-
tración de las nuevas funciones y
actividades y de la población ne-
cesaria como mano de obra. Ade-
más, las prestaciones de servicios
iban creciendo para satisfacer las
necesidades de esa población que
masificaba la ciudad.
La planificación en el siglo xix, y en nuestro país prácticamente hasta después
de la guerra civil, brilla por su ausencia y, por lo tanto, la ciudad industrial es un es-
pacio de mezcla de usos, pero unos usos muy incompatibles entre sí, algunos de ellos
cargados de inconvenientes para la población. De modo que la ciudad del siglo xix es
un espacio en el que la calidad de vida es mínima, si podemos hablar de ese concepto,
dado que, por otra parte, estaban por desarrollar las infraestructuras básicas, como
el abastecimiento de agua y el alcantarillado.
En esta exposición breve, las ilustraciones se circunscriben a la región en la que
estamos, que, por otro lado, conoció todas las fases del proceso de urbanización con-
temporáneo. Las siguientes son de Gijón.
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Esta ciudad, desde mediados del siglo xix, durante más de una centuria de creci-
miento continuo, se caracterizó por la mezcla de usos y la inclusión de la industria en
su trama urbana, salvo en algunos espacios selectos de residencia burguesa o de fun-
ción comercial (el espacio central limpio). Se puede ver en el sector occidental de la
ciudad cómo va prosperando la industria. Al lado de las fábricas, se construyen las
viviendas, principalmente las de los trabajadores. Hay que tener en cuenta que no
había apenas medios de transporte de personas versátiles y eficientes. Por ello, se con-
sideraba una ventaja para los propios trabajadores vivir a pie de fábrica porque, entre
otras razones, una residencia alejada del trabajo —aunque también de la contamina-
ción— suponía una ampliación de la jornada con caminatas que podían ser de varios
kilómetros y horas. El poder de la fábrica para la creación de ciudad, para fijar pobla-
ción en su entorno, estaba en eso,
en que se carecía mayoritaria-
mente de posibilidades de trans-
porte y era mucho más ventajoso,
a pesar de todo, vivir dentro de
una ciudad muy insalubre.
La ciudad del siglo xix tiene,
por tanto, dos funciones hegemó-
nicas: la industrial y la residencial.
El modelo decimonónico se
conserva hasta cierto punto en
Oviedo, lo cual siempre sor-
prende.
Gijón ha conocido estas úl- Gijón, 1941.
timas décadas una labor de lim- Fuente: Atlas Aéreo de Asturias.
pieza, reorganización y zonifica-
ción; pero en Oviedo no ha sido
así, pese a la tarea de embelleci-
miento y búsqueda del confort
para los ciudadanos. Se mantienen
dentro del tejido urbano la fábrica
de armas de La Vega o la fábrica
de gas, como se puede apreciar en
estas dos fotografías. Sus instala-
ciones son un ejemplo magnífico
de lo que fue la ciudad de la in-
dustrialización. Generalmente, se
cree que Oviedo no es una ciudad
básicamente industrial, sino que Gijón, 1957. Mezcla de usos y problemas derivados.
Fuente: Atlas Aéreo de Asturias.
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fue la ciudad histórica por excelencia, capital de la región, que mantuvo las funciones
religiosa, administrativa y política, así como de servicios para el área central de la re-
gión. Pero fue también una ciudad con actividades secundarias que sigue manteniendo.
Conserva un patrimonio industrial envidiable, no solo por las fábricas mencionadas, sino
también por otras localizadas en su concejo, entre las que sobresale la de mayor tamaño
y proyección histórica, técnica y cultural, la de armas de Trubia. Así que Oviedo es un
ejemplo clarísimo de cómo la ciudad que se construyó a partir del siglo xix prosperó
gracias a una industria que se inserta, forma tejido y atrae nuevas funciones y población.
Todo se mezcla y, hasta cierto punto, se desorganiza: la fábrica de gas se alza al pie del
sector conservado de la muralla, en la calle Paraíso, a unos cien metros de la catedral.
Con el fin de superar las carencias y los inconvenientes de este modelo de desa-
rrollo, en la segunda mitad del siglo xix se formularon, como es bien sabido, dife-
rentes propuestas que, además de
organización, aportaron solucio-
nes a los déficits acusadísimos de
infraestructuras, equipamientos y
viviendas. Todos conocemos cuá-
les fueron las más importantes,
dejando de lado las utópicas de
principios del siglo xix, principal-
mente de Francia, pero también de
otros países europeos. En España,
se promulgaron leyes desde me-
diados de ese siglo para regular
el crecimiento y los usos del suelo
en las ciudades (ley de Ensanche Fábricas de armas y de gas, Oviedo.
Fotografía: Joaquín Meda, 2005.
de Poblaciones de 1864) y, poste-
riormente, para la reforma inte-
rior (ley de Saneamiento y Mejora
interior de grandes Poblaciones de
1898). Además, en relación con el
crecimiento, se ensayaron pro-
puestas autóctonas (modelo de
crecimiento lineal, según proyecto
para Madrid de Arturo Soria en
1882) o del extranjero (ciudad jar-
dín, según modelos para Londres
de E. Howard de 1898).
Especialmente exitosa fue la
normativa para ensanches, dado Fábrica de armas.
Fuente: Atlas Aéreo de Asturias.
Folio explicativo 61
que muchas ciudades españolas en la segunda mitad del xix o la primera del xx siguie-
ron modelos de crecimiento que imponían plantas regulares, es decir, planificadas, casi
siempre hipodámicas. En Asturias, esta tipología se aplicó en Gijón, Avilés, Mieres,
Langreo y en un buen número de villas (de las cuencas mineras, como El Entrego o
Pola de Laviana; en otras comarcas del interior, como Pola de Siero, o del litoral, como
Ribadesella).
Sirva como ilustración esta foto aérea (Imagen 80. Gijón: barrios de la Arena
y Somió, 1992. Fuente: Atlas Aéreo de Asturias), que es una vista parcial de Gijón.
Corresponde al barrio de La Arena, o parte oriental de la playa de San Lorenzo, y
a la porción occidental de Somió, una ciudad jardín, separadas por el río Piles y las
principales zonas verdes de la ciudad. El sector de la ciudad compacta que se está
viendo responde a un ensanche cuyo proyecto data del siglo xix: el crecimiento de la
ciudad pudo conducirse de una manera ordenada, con criterios clarísimos respecto a
trazados, calles, plazas y patios. Durante todo el siglo xx, se mantuvo la inspiración
geométrica ortogonal, de modo que el crecimiento de la ciudad se resuelve mediante
la agregación sucesiva de cuadrículas.
La ciudad jardín es otra propuesta para salir de ese atolladero del desorden y
de la bajísima calidad de vida de la ciudad industrial. Ya antes de la formulación de
Howard, algunas empresas asturianas llevaron a cabo promociones de viviendas para
trabajadores, en periferias urbanas, respondiendo a la tipología de vivienda unifamiliar
con jardín o huerto. Como ejemplo mejor cuajado, tenemos el poblado de Bustiello,
en Mieres, promovido por la Sociedad Hullera Española, del marqués de Comillas,
iniciado hacia 1890. Pero es Somió, en Gijón, la ciudad jardín de mayores dimensiones
de Asturias, lo cual resulta lógico si tenemos en cuenta que Gijón fue desde la revo-
lución industrial la urbe más grande de la región, con alicientes secundarios para la
habitación burguesa, dada su condición marítima y balnearia.
En Gijón, esas dos propuestas para la mejora de la ciudad cuajan definitivamente
en el siglo xx. Los problemas iniciales de hacinamiento y carencia de infraestructuras,
inspiradores en buena medida del pensamiento de izquierdas (los propios Marx y En-
gels se detienen en el análisis de los problemas de clase en las ciudades decimonónicas),
van siendo superados muy poco a poco.
En el siglo xx, además de las mejoras en infraestructuras y equipamientos y de
la pervivencia de los modelos de ordenación urbanística anteriores, aparecen nuevas
propuestas, como las auspiciadas por arquitectos como Groppins y Le Corbusier a
partir de los años veinte del siglo pasado y recogidas en la Carta de Atenas publicada
en 1943. Se aplican al urbanismo los principios del funcionalismo arquitectónico:
construcción exenta, desarrollo en altura posibilitado por el uso de nuevos materiales
(hormigón armado, acero, cristal…) y la instalación de ascensores, lo que acaba su-
plantando o destruyendo la organización tradicional del espacio urbano: predominio
de la calle que organiza la ciudad en manzanas, edificación compacta entre mediane-
62 Folio explicativo
ras, mezcla de usos en la ciudad y hasta en los edificios. El orden abierto desplaza al
orden cerrado. Es el modelo de la ciudad funcional que incorpora para las comunica-
ciones, además del tren y el autobús, el transporte individual, el coche.
En la segunda mitad del siglo pasado, prolifera este nuevo modelo de ciudad «sin
calles», edificios exentos entre espacios verdes, situación periférica y conexión me-
diante nuevas vías de comunicación que dan cabida al transporte individual. En As-
turias lo tenemos configurado en todas las ciudades, pero quizá el ejemplo más repre-
sentativo sea el de Riaño en Langreo.
Riaño, con planeamiento de los años sesenta y construcción de los setenta y los
ochenta, responde al modelo funcional: situación periférica, espacios verdes (herencia
del modelo de ciudad jardín) y separación de funciones. Esto implica que los edificios
residenciales lo son de manera íntegra y los comerciales o de servicios componen uni-
dades separadas.
El modelo ha tenido un
gran éxito a lo largo del siglo xx
y todavía sigue vigente, porque
bastantes barrios de la periferia
—aunque algunos no tan perifé-
ricos— de las ciudades asturianas
responden a él punto por punto,
como por ejemplo La Corredoria,
en Oviedo.
Otra línea de actuación pro-
pia del siglo xx para la mejora de la
habitabilidad de las ciudades se re-
Riaño, Langreo, año 1996.
fiere al planeamiento urbanístico.
Fuente: Atlas Aéreo de Asturias.
El planeamiento se insti-
tucionaliza en el Reino Unido a
partir de 1909, cuando se impone
por ley a los municipios la obliga-
ción de dotarse de una planifica-
ción urbanística. Poco a poco, en
todos los países europeos se fue
introduciendo una normativa si-
milar, en busca de la organización
de los usos del suelo en la ciudad
para hacerla más habitable en pro-
vecho de las clases trabajadoras:
espacios para viviendas dignas,
equipamientos y jardines. La Corredoria, Oviedo. Composición virtual.
Fuente: La Nueva España.
Folio explicativo 63
Uno de los conceptos clave introducido por los ingleses como soporte del pla-
neamiento es el de zonificación, que significa que se asume de manera definitiva que
hay funciones o actividades dentro de la ciudad que conviene aislar o separar por ser
molestas o por incompatibilidad con otras, como la residencial. Por tanto, el problema
heredado que hay que resolver es el de la incompatibilidad entre las fábricas y los
talleres y la vivienda en la ciudad industrial decimonónica. Hay que buscar o elegir
suelo para la actividad más molesta, que es siempre la industrial, y sobremanera la
carbonera, la siderúrgica o la química.
En países europeos como el propio Reino Unido o Francia, la aplicación del con-
cepto de zonificación da lugar a la creación de los polígonos industriales. El modelo
francés se incorpora a nuestro país con las políticas de planificación económica que
buscan la extensión de la industrialización española a través de los sucesivos planes
de desarrollo de los años sesenta y setenta. Es entonces cuando se seleccionan territo-
rios como polos de desarrollo, dentro de los cuales se reservan suelos para polígonos
industriales.
Por otro lado, en España ya se había incorporado con muy poca fortuna el pla-
neamiento urbanístico obligatorio para los municipios, en especial para los de más
de 50.000 habitantes, que tenían que dotarse de planes generales de ordenación
urbana desde la primera ley del Suelo de 1956 (Imagen 83. Gijón. En la ciudad, el
planeamiento supone la agregación sucesiva de cuadrículas. Fuente: maps.google.
es), con medio siglo de retraso con respecto a Inglaterra. Las exigencias de la ley,
unidas a los planeamientos de ordenación territorial derivados de los polos de desa-
rrollo y los polígonos industriales, fueron introduciendo con notables carencias la
separación de usos. Así que la industria tiende a alejarse del resto de las funciones
urbanas, pero sin distancias suficientes, como se verifica en los casos de Avilés (la
fábrica siderúrgica nacional Ensidesa y otras metalúrgicas y químicas privadas) o
de Huelva (la industria química de su polo de desarrollo). Con todo ello, comienza
la desmembración de los elementos de esa ciudad histórica decimonónica y de la
primera mitad del siglo xx caracterizada por la permanencia de la industria dentro
de la trama urbana.
En los años setenta y ochenta, esa tendencia se fortalece como consecuencia
de la crisis que afecta al sector secundario de una manera durísima, tras los hechos
históricos de la inestabilidad política en el área principal de producción de petróleo
por la guerra entre árabes e israelíes. El desequilibrio de la producción y los precios
por el encarecimiento de las fuentes de energía, así como por la creciente competencia
de la industria y las manufacturas de los países emergentes en Asia (China, la India,
Corea y Singapur) y América (Brasil), impone la reestructuración del sector y criterios
innovadores para la reindustrialización, de lo que se derivan nuevas localizaciones.
Paulatinamente, además, se van incorporando las nuevas tecnologías a los procesos
productivos (control de la producción por ordenador, telefonía móvil, Internet…), que
64 Folio explicativo
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aptitud agrícola, se caracterizan por la escasez (menos del 4 % de la superficie re-
gional) y se localizan en la cuenca de Oviedo o el surco prelitoral, en las vegas de
los ríos y en la rasa o el llano costero. Lógicamente, son los suelos de la difusión
urbana, amenazados por polígonos industriales, infraestructuras y demás usos ya
mencionados.
Sin embargo, como ya se ha dicho, la difusión urbana responde a los cambios
técnicos y socioeconómicos de la sociedad de la información, la globalización y la
terciarización de las actividades. O, si se prefiere, de las autopistas y el coche, por
lo que es irreversible. Ahora resulta oportuno el aserto de que «no se pueden poner
puertas al campo». Y, como señala el prestigioso sociólogo francés Ascher, la difu-
sión urbana tiene algunos aspectos positivos: se acercan al habitante tradicional del
medio rural, el campesino o el ganadero, los equipamientos y los servicios que con
anterioridad se habían planificado en exclusiva para los «ciudadanos», los urbanitas.
Pensemos en lo que casi siempre ponemos como ejemplo de lo malo de la difu-
sión urbana: las grandes superficies comerciales. Generalmente, se califican como
negativas, aunque todos las utilizamos. Efectivamente, agreden el comercio tra-
dicional del centro de la ciudad e incitan al consumo masivo. Pero esas grandes
superficies comerciales están más cerca de los habitantes del medio rural y les son
más accesibles. El medio rural, gracias a las autopistas, las autovías y sus enlaces,
está menos discriminado.
Así que el nuevo e imparable modelo territorial no ha sido lo suficientemente
encauzado, la ciudad difusa hasta ahora no tuvo control, por eso, la opinión sobre el
fenómeno de la región urbana es generalmente muy negativa. Sabemos hacer bastante
bien una ciudad. Es muy antiguo y eficaz el planeamiento urbanístico, y ha sido un
instrumento muy bien empleado desde la implantación de la democracia municipal
para la transformación y el crecimiento de la ciudad nacida o consolidada por la
revolución industrial. Pero no tenemos experiencia en ordenación del territorio, que
es la técnica que tiene que controlar el fenómeno, entre otros, de la difusión urbana,
es decir, los usos del suelo en la escala regional. La ignorancia y la inexperiencia
se pueden y se deben superar. Hay que perfeccionar y aplicar las directrices y los
criterios regionales para la ordenación del territorio. Puede y debe controlarse, pues,
la difusión urbana.
¿Dónde debemos ubicar los polígonos industriales? ¿Y dónde insertar las gran-
des superficies comerciales? El urbanismo no está para eso, está para hacer lo com-
pacto. El urbanismo lo hace cada Ayuntamiento porque es una responsabilidad de
competencia municipal; es una técnica a disposición de los municipios. ¿Cómo va a
intervenir el Ayuntamiento de Oviedo en Siero, que es donde proyecta una parte de
su crecimiento? Porque Parque Principado, que es la gran superficie comercial más
moderna de Asturias, está donde está por la proximidad con Oviedo, pero ubicada
en el concejo de Siero. Es imposible que el urbanismo resuelva ese problema. Tales
Folio explicativo 69
asuntos tienen que ser planteados y resueltos desde la escala regional. La ordenación
del territorio es precisamente la modalidad de planificación física de escala regional
para poder organizar el espacio de la mejor manera posible, para la adecuada asig-
nación de usos al suelo, buscando ante todo la mejor calidad de vida para todos los
habitantes y no solo para los «ciudadanos».
Gracias.
Participante
Yo quisiera hacer unas preguntas, aparte de darle las gracias a los ponentes por
su magnífica intervención. Por falta de tiempo, probablemente, echo de menos en
Manuel Bendala que comente la gran labor constructora que hicieron los romanos en
las infraestructuras en cuanto a abastecimiento de aguas, saneamiento, depósitos y
graneros, etcétera, que, de alguna manera, la ciudad árabe nos ha dejado con respecto
a la ciudad clásica, claramente en decadencia. Echo de menos en Antonio Vallejo, que
destacó el papel de los mercados, cómo la gran cantidad de objetos que se conservan
actualmente de la época árabe vienen a facilitar la labor de la vida doméstica, incluso
en los ropajes, los vestuarios, los arneses, etcétera, frente a la parte cristiana, de la
que lo que más conservamos son objetos religiosos y votivos. En el caso de Aladino
Fernández, me gustaría que hiciese una mención al papel del ferrocarril como el gran
impulsor del desarrollo urbano en el siglo xx.
Es verdad que en mi charla, que ha sido muy selectiva, he relegado un poco los
aspectos morfológicos y urbanísticos para hablar de un tema que yo consideraba
menos conocido a nivel general, que es la reivindicación del papel de la concepción
típica de la ciudad como ciudadanía. Pienso que esa faceta de la importancia de
las infraestructuras en Roma, las vías de comunicación, los acueductos, las ter-
mas, etcétera, es más conocida. De todas maneras, puestos a decir algo sobre ello,
quiero subrayar algo que tiene que ver con el diálogo que podríamos establecer
entre los tres, pero particularmente, en este caso, con Antonio Vallejo y la ciudad
musulmana.
70 Folio explicativo
En buena parte, algunos de los elementos esenciales que él define como de la ciu-
dad musulmana son también de la ciudad clásica. Por ejemplo, la idea de la superiori-
dad de lo urbano sobre lo no urbano, toda la teoría antigua de la urbanitas frente a la
rusticitas y, sobre todo, frente a la ferocia bárbara. Se tiene la idea de que el urbanita
llega como zoón politikón a la escala de la perfección en el desarrollo de lo humano.
Esta vía es perfectamente asumida por la Antigüedad. Después, eso se proyecta en un
orden perfecto, que es el que se atiene a la urbanística de lo construido, que a su vez
es metáfora del cosmos. Roma concibe la ciudad ideal, y la que luego se proyecta en
tantos ejemplos, como una traslación mágica del orden perfecto del cosmos estelar.
Mediante una ceremonia de inauguratio de la ciudad, con el famoso rito, se traslada
el orden del cielo mediante sacerdotes que marcan con el arado las líneas maestras
de la ciudad y del campo, el cardo y el decumano. Todo el campo de la ciudad está
articulado en una retícula en cuyo meollo central está la urbe, que a su vez es la me-
táfora de todo lo exterior. En buena medida, en relación con lo que decía Aladino, esa
concepción de lo urbano como ordenación territorial es algo que en la época romana
está muy asumido, y en la época musulmana también. Se preguntan dónde debe estar
el centro, dónde deben estar las granjas que articulan y proyectan la explotación del
campo, dónde poner las vías de comunicación y de qué manera tienen que estar. Había
una concepción, que no sé si se pierde luego, sobre el orden urbano que afecta al nú-
cleo, a la urbanística. Me gusta diferenciar entre lo urbano y lo urbanístico porque lo
urbano modernamente se ha convertido en urbanístico, y no era así originariamente.
Lo urbano equivalía a lo que tú has llamado ordenación territorial.
Han quedado muchas cuestiones pendientes, pero pienso con esas dos interven-
ciones posteriores a la mía se ha visto la riqueza de lo que es la urdimbre de lo urbano
y su reflejo en lo social, lo económico, lo político, etcétera.
Folio explicativo 71
tal punto esos materiales contribuyen a este objetivo que el propio Estado omeya, a
semejanza del abbasí, posee unos grandes talleres oficiales, una gran manufactura que
físicamente está residenciada en Madinat al-Zahra, aunque no sabemos aún dónde.
Esta manufactura es la responsable de la mayor parte de las producciones de lujo del
califato y, además, de los materiales que componen la decoración arquitectónica de
los edificios de Madinat al-Zahra: capiteles, fustes, basas y otras piezas marmóreas y
de piedra. La epigrafía nos informa de esta procedencia, pues algunas piezas, como
la conocida cajita de marfil de Walada, conservada en el Instituto Valencia de Don
Juan, o la cajita de Fitero, en Navarra, señalan en sus rótulos que fueron ejecutadas en
Madinat al-Zahra. Los epígrafes también consignan los nombres de los directores de
esos talleres, que son responsables directos de esas obras ante el califa, lo que implica
que éste interviene en el control de todas las fases de producción de las mismas. Estas
piezas no solo son objeto de intercambio, sino también de regalo, de manera que una
buena parte de los presentes que se producen entre las cortes se realizaron en estos
grandes talleres oficiales. De esta procedencia nos han quedado algunas de las pro-
ducciones que salieron de Córdoba probablemente a comienzos del siglo xi, cuando
se desintegraba el Estado califal y una buena parte de los materiales de lujo de la corte
se dio en pago a los distintos condes y monarcas que vinieron a Córdoba a prestar
ayuda a alguno de los contendientes en litigio al título califal. Esto provocó la primera
dispersión de piezas de gran valor de Madinat al-Zahra, que hoy se conservan, entre
otros lugares, en los tesoros de algunas iglesias y catedrales, como la conocida arqueta
de plata de la catedral de Gerona o el arquillo de mármol de la catedral de Tarragona.
Aladino Fernández
Sí, yo estoy de acuerdo. Ahora bien, siento una especial admiración por Le Corbu-
sier y el movimiento moderno, el racionalismo y el funcionalismo a partir de la Carta
de Atenas. Creo que el gran cambio que se produce en la arquitectura del siglo xx es
el que viene propiciado por la incorporación de nuevos materiales como el acero, el
cristal, el hormigón y, en concreto, la posibilidad del uso de los ascensores. Dejando
esto y volviendo a los críticos de la ciudad difusa, hay algo que quería añadir. Tenemos
el refrán de «No se pueden poner puertas al campo», y nunca ha sido mejor empleado
ese refrán que hablando de este tema. La propia Comisión Europea, con sus plantea-
mientos, quiere poner puertas al campo. Pero ¿cómo se van a poner puertas al campo,
si cada vez tenemos más autopistas con más enlaces? Cada vez hay más facilidades
para la movilidad y la accesibilidad. Cada vez hay más subvenciones para el coche.
¿Qué tenemos que hacer si volvemos al modelo de la ciudad industrial o de la ciudad
histórica? ¿Para qué queremos entonces autopistas con el gran impacto ambiental que
producen? Es una contradicción manifiesta que quien tiene la responsabilidad de ad-
72 Folio explicativo
Me interesa mucho lo que decías al final, sobre la ciudad difusa, y cómo sin em-
bargo no pone en peligro del todo a la ciudad tradicional, el casco urbano. Hay una
necesidad que se nota históricamente en la ciudad, que es la de autorrepresentación. El
casco antiguo sigue siendo el lugar donde los gijonenses, los ovetenses, los madrileños
o los sevillanos encuentran el foco o el punto de la autorrepresentación, imposible de
encontrar en los ámbitos externos de la ciudad difusa, como en los centros comerciales
o los polígonos industriales. Es muy interesante, desde el punto de vista histórico y
arquitectónico, cómo las ciudades necesitan crear un paisaje en el que se sientan iden-
tificadas como tales. Cada ciudad, por una serie de pulsiones y cuestiones, genera un
paisaje propio en el que puede haber elementos de identificación colectiva y elementos
de identificación propia. Para sentirse a la vez, por ejemplo, de la cultura cristiano-
occidental o islámica, pero también gijonense, gaditano o sevillano. Eso es fantástico
en la vida de la ciudad.
Lamento que tengamos que dar por finalizado el debate, porque estamos retra-
sando demasiado el desarrollo de las jornadas. Quiero darles las gracias a todos, espe-
cialmente a los componentes de la mesa, que han hecho un esfuerzo tremendo en sus
agendas para poder estar con nosotros. Tenemos ahora un café esperándonos a todos.
Gracias.
Folio explicativo 73
74 Folio explicativo
albergar a una población de aluvión que venía del campo a las ciudades. Aquellas
periferias tenían una característica notable, y es que se conformaban con una fórmula
de continuidad-contigüidad con la ciudad existente. En cierta medida, la ciudad indus-
trial fue continuando la tradición de la ciudad europea de continuidad de los distintos
tejidos urbanos y de marcar la diferencia con el campo. En el caso de aquellas viejas
periferias, no era infrecuente observar ya el efecto de las expectativas de los nuevos
crecimientos, que vaciaban normalmente ese campo situado en los alrededores de las
áreas urbanizadas de toda actividad agrícola que aún mantuviesen.
Por el contrario, el fenómeno que vemos en las periferias nuevas es el de un conjunto
de piezas, más o menos singularizadas físicamente, que no parecen necesitar estar engan-
chadas con ningún otro espacio de la ciudad existente y que no pocas veces corresponden
a actividades sumamente importantes, incluso estratégicas desde el punto de vista de
la generación y la articulación de los nuevos crecimientos. Estamos viendo proliferar
en el aislamiento grandes equipamientos educativos y culturales, centros comerciales
y centros de ocio más complejos, espacios deportivos de cierta importancia y espacios
productivos asociados a la actividad industrial y la terciaria. Algunas de estas piezas se
caracterizan técnicamente por haber roto con algunas de las condiciones con las que
sus antecesoras se ubicaron en lugares preeminentes de la ciudad industrial (el llamado
Central Business District) para constituirse ahora en unos espacios donde las caracterís-
ticas de su organización espacial obedecen a fórmulas diferentes desde el punto de vista
de su integración en el funcionamiento de la ciudad. Vuelven a ser piezas relativamente
autónomas y organizadas como espacios de prestigio —por ejemplo, parques empresa-
riales—, generalmente intraspasables y con el derecho de visita reservado.
Otras piezas particularmente importantes en estos momentos son los llamados
parques logísticos, que pueden acoger actividades que consumen gran cantidad de
espacio y que normalmente desempeñan una función crucial en la distribución de
bienes de las sociedades urbanas actuales. Los centros de transporte, a su vez, se han
convertido en un asociado fundamental de este tipo de piezas urbanas.
Por otra parte, los nuevos espacios residenciales que han decidido situarse fuera de
la ciudad tradicional buscan formas de hábitat completamente diferenciadas. Son más
consumidores de suelo y pretenden proporcionar unas formas de vida diferentes a las de la
residencia en la ciudad convencional, pensando en que es posible estar próximo a la «na-
turaleza» y accesible a la actividad que hay en la ciudad existente y en cualquier otra parte
del territorio exterior donde se hayan creado esos equipamientos y actividades de nuevo
tipo. De hecho, la primera sorpresa que nos producen estas nuevas periferias frente a las
anteriores, con independencia de su consumo de suelo y su fragmentación en el territorio,
es que son periferias en las que aparecen funciones que concitan la atracción de personas
de lugares diversos, incluidas las áreas centrales. De hecho, detrás de este fenómeno se está
produciendo un proceso muy singular y muy importante que es, de alguna manera, una
quiebra en el modelo de centralidad clásica, que ha sido siempre lo que había caracterizado
Folio explicativo 75
el carácter y la imagen de las ciudades. Nos encontramos con espacios donde, por una
parte, hay una fuerte segmentación funcional de actividades tradicionalmente complemen-
tarias y, por otra, una cierta proximidad de actividades que son completamente distintas
sin que tenga que haber en ningún caso una relación funcional entre ellas.
Si hay un factor que es condición sine qua non de los cambios producidos, es el de las
transformaciones en las infraestructuras y los sistemas de transporte, así como en el acceso
al vehículo privado por una parte sustancial de la población. Uno de los fenómenos que
han sido cruciales en la configuración de estas nuevas periferias es la introducción de la
autovía o la autopista. Los ferrocarriles no han contado apenas en la conformación del «ar-
chipiélago» suburbano tal y como lo conocemos, aunque sí influyeron en la configuración
de las aglomeraciones metropolitanas surgidas de la industrialización. La autopista es un
artefacto preparado para acortar el tiempo en las distancias, y esto es una cuestión crucial.
Además, ha propiciado la movilización de todo un conjunto de procesos territoriales es-
pecialmente sensibles al problema de los precios del suelo, lo que ha favorecido en alguna
medida la salida de ciertas funciones que han podido gozar así de consumos mayores de
espacio a precios comparativamente menores que los que facilitaría la ciudad existente.
La autopista ha propiciado también las formas de estructuración de los nuevos territo-
rios urbanos al segmentar los espacios y crear las condiciones para articular grandes piezas
estratégicas (centros comerciales, de negocios, educativos, etcétera) con fuerte dependencia
de demandas masivas y regulares o espacios residenciales suburbanos que van, literal-
mente, «colgándose» de ella, individualmente o formando clusters. En ciudades nuevas
como algunas de China, con altísimas densidades, la autopista urbana interior desempeña
también un papel estructurador decisivo. En las ciudades europeas, en las que la historia de
la urbanística y la ordenación de la expansión ha sido tan ejemplar como en Amsterdam,
no ha sido posible plantear los nuevos crecimientos sin sustraerse a los impactos del «corte»
espectacular que han supuesto la autopista A10 de cintura y las otras nuevas de acceso.
Ustedes, al igual que yo, saben que la autopista es un artefacto diseñado fundamental-
mente para garantizar la velocidad con seguridad y que, por tanto, está llena de símbolos y
códigos que hemos ido internalizando. Sabemos que solo podemos entrar o salir de ella en
determinados puntos que luego pueden convertirse en puntos estratégicos de la construc-
ción del territorio. Sus diversos impactos pueden tratarse a partir de fórmulas proyectuales
y también de medidas de reconducción de algunos de los procesos y las situaciones que
generan y conforman este tipo de artefactos contemporáneos, de la misma manera en que
se fueron domesticando progresivamente muchas de las situaciones perversas a que daba
lugar la construcción de la pionera ciudad capitalista de la industrialización.
La autopista, las autovías o el ferrocarril se pueden convertir en elementos de comparti-
mentación del territorio, de división, fragmentación y separación de los espacios, de manera
que rompen literalmente con toda la tradición de la ciudad que había estado configurada
con la idea de la continuidad, de la contigüidad, del traspasar los espacios. El problema
fundamental es que, en la medida en que la movilidad con el vehículo privado se convierte
76 Folio explicativo
en el factor crucial de las relaciones en el espacio urbano, la capacidad de situar las piezas en
distintos puntos del territorio se multiplica a partir de la introducción de las autovías; así, nos
encontramos con un mundo en el que la fragmentación del espacio resultante termina siendo
consustancial al proceso. No obstante, en los intentos de «domesticación» de las autovías
urbanas o de las autovías urbano-metropolitanas, hay ejemplos interesantes, alguno más
próximo a nosotros como el del segundo cinturón de Barcelona, cuyo diseño ha permitido
jugar inteligentemente con las continuidades y las rupturas que producen esos artefactos.
Pero a mí me interesa resaltar aquí algo más profundo que esa compartimen-
tación producida por las infraestructuras. Esta imagen que ven es la de un paisaje
perfectamente urbanizado y primorosamente cuidado, y corresponde a un país con
una tradición de urbanismo fantástica, que es Reino Unido. Es un espacio en el que,
como ven, la autopista desempeña un papel central y hay un conjunto de funciones que
se reparten entre un parque tecnológico, polígonos industriales y logísticos, espacios
residenciales y un pequeño aeródromo. Lo que vemos es que, más allá de la división
del territorio que produce la autopista, que en este caso ha dejado la urbanización a
un lado y al otro el campo, hay un espacio urbanizado, perfectamente ordenado, pero
constituido por piezas totalmente individualizadas, intraspasables, sin relación con
las contiguas, que se organizan y resuelven en sí mismas prescindiendo del contacto
físico o funcional con las otras, y que están umbilicalmente colgadas de carreteras que
les dan acceso. Nos encontramos aquí con un paisaje civilizado, sutil, pero decidida-
mente fragmentado, que se ha ido construyendo aseadamente de acuerdo con códigos
y pautas como los que han ido configurando típicamente el desarrollo de la ciudad
suburbana contemporánea, en este caso bajo rigurosos principios de la urbanística.
Los rasgos básicos del modelo sobre el que se han asentado estos procesos en la
ciudad europea se han originado en los Estados Unidos. La ciudad europea empezó a
importarlos, primero en Reino Unido y en el resto de la Europa occidental, con cierta
generalidad, a partir de la década de los ochenta. Esta imagen que vemos corresponde
a la ciudad de Londres, que fue creciendo a lo largo de la industrialización englobando
pueblos de su entorno, aunque sin producirle grandes destrozos a su morfología origi-
nal. Evidentemente, tampoco ha podido sustraerse ahora a estas formas de crecimiento
según piezas relativamente individualizadas, al territorio cruzado por autopistas o
autovías metropolitanas o la intromisión de éstas en los núcleos urbanos. Es cierto
que estas nuevas formas de crecimiento se pueden organizar de otra manera, pero lo
que quiero destacar es que la fragmentación del espacio urbano que conllevan no es
fácilmente evitable.
Otra cosa que deseo poner de relieve es la importancia de las estructuras preexis-
tentes de los territorios para que este nuevo modelo cristalice de una forma u otra. En
el caso de Londres, ha ido configurándose de manera parecida a aquella en la que fue
creciendo, quizá con mayor libertad ahora en el salto y la individuación de las piezas
en el exterior. En una ciudad como la de la conurbación del Ruhr, que vemos aquí,
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80 Folio explicativo
Sin embargo, no es menos cierto que, detrás de algunos de los problemas más
graves que estamos viendo en este momento, están algunas de las secuelas implícitas
en ese sistema de planeamiento. En efecto, como he señalado alguna vez, este sistema
no se construye desde una legislación plenamente urbanística, sino más bien desde una
legislación sobre el régimen del suelo, y esto es definitivo. El epicentro de la ordenación
está montado sobre aspectos tales como la disposición y las limitaciones del derecho de
propiedad, el problema del aprovechamiento urbanístico, su distribución y las obliga-
ciones del derecho a edificar. En ese sentido, es, especialmente a partir de la reforma de
1976, cuando la cuestión del crecimiento urbano ha venido pivotando obsesivamente
sobre esa potestad de los planes para generar aprovechamientos lucrativos a partir del
desarrollo urbano, hasta llegar al paroxismo de esta última década.
Todo esto permite apuntar dos consideraciones interrelacionadas sobre aspectos
nada triviales. La primera se refiere a la progresiva dejación, de facto, del principio por
el que la ordenación urbanística de las ciudades descansaría, primordialmente, en el
interés general y, por tanto, los intereses particulares son instrumentales a esa ordena-
ción. Curiosamente, es impresionante el avance en los últimos años de la jurisprudencia
en defensa de los intereses privados frente a la escasa profundización en la defensa del
interés general que comporta la ciudad como hecho social. La segunda, por el contrario,
se refiere a la consolidación entre amplios segmentos de la sociedad de la idea de que el
urbanismo tiene como misión fundamental establecer un marco en el que se conjuguen
y arbitren los conflictos de intereses inmobiliarios que su propuesta genera. Quienes
estamos en la profesión sabemos que muchísimos de los crecimientos que se han produ-
cido en España en los últimos años han sido forzados a los ayuntamientos por intereses
previamente creados en el territorio para llevar la urbanización a esos lugares.
Quiero decir que el tema me parece realmente importante porque, detrás de esto,
está una gran parte del descrédito actual del urbanismo en nuestro país. Hemos per-
dido el discurso, y la práctica del urbanismo ha dejado que las ideas y las transforma-
ciones más conspicuas de la ciudad contemporánea hayan nacido, casi exclusivamente,
de combinaciones entre el avance tecnológico y el negocio «creativo». Es cierto que esa
combinación ha estado presente a lo largo de la historia del desarrollo urbano, pero
también es verdad que la intensidad y el desparpajo con que se presenta hoy no tiene
precedentes, asistida, además, por una retirada de los poderes públicos especialmente
preocupante en unos momentos de cambios muy profundos en la construcción y la
idea misma de la ciudad, que exigen por ello imaginación, capacidad de iniciativa y
liderazgo desde los intereses generales.
Creo que la respuesta pública a estas cuestiones está siendo, en general, muy
débil. No digo que no haya casos particulares positivos, y Gijón es un buen ejemplo
en este sentido, pero el panorama general del urbanismo español es aterrador. No lo
es solamente por el modo de crecimiento al que estoy haciendo referencia hoy —que
también—, sino fundamentalmente porque no se ha sido capaz de crear una respuesta
Folio explicativo 81
que no sea retóricamente defensiva, en el mejor de los casos, ante dicho modelo. Toda
esa cantinela política sobre la bondad de la ciudad compacta y la perversidad intrínseca
de la ciudad dispersa está falta de rigor conceptual y de voluntades reales.
Creo que detrás de la expansión reciente de nuestras ciudades podrían señalarse,
entre otros, dos factores superpuestos. Uno es el que ha estado enraizado con la mejora
económica y el aumento de la prosperidad, que ha supuesto un progresivo aumento de
los metros cuadrados por persona de suelo urbanizado, en línea con lo que sucede en las
ciudades de esos países europeos que mejor han ordenado su espacio urbano y su territo-
rio. El otro, ese brutal crecimiento por el crecimiento recogido en los planes urbanísticos
de los últimos años, el crecimiento de la especulación y la codicia que ni siquiera parece
necesitar recurrir a argumentos que lo justifiquen. Hay que pararse a leer muchos de
estos planes para darse cuenta de hasta qué punto ese tipo de prácticas se han terminado
por asumir sin rubor y escándalo alguno en el seno de los poderes responsables, ni en el
de la profesión ni, ciertamente, en amplísimos segmentos de la población.
Si algún instrumento de nuestro sistema de planificación urbanística tiene pro-
blemas hoy, es el plan general municipal. El plan general no solo no sirve para ordenar
adecuadamente la pléyade de municipios pequeños y muy pequeños que van quedando
en este país, sino que tampoco puede hacer frente al tipo de procesos territoriales y
las formas de crecimiento propias del modelo comentado aquí. Su poder anticipatorio
ante aquellos nuevos procesos y situaciones con una capacidad más estratégica para
impulsar crecimientos y estructurar el territorio es prácticamente nulo. Estos procesos
discurren sobre la base de lo intempestivo y la oportunidad, y terminan materializán-
dose a través de la negociación, pero, sobre todo, juegan en escalas supramunicipales.
La ordenación de estas escalas territoriales es, en los momentos en que vivimos, una
necesidad imperiosa, pero, desgraciadamente, solo se acomete, en el mejor de los casos,
a través de instrumentos de una intencionada blandura que resulta a la vez inocua e
inefectiva, que trata de no tensionar demasiado los poderes municipales afectados.
La ordenación en estas escalas deberá repensarse seriamente en contenidos e ins-
trumentación. Déjenme decirles que, con independencia de las posibilidades de su desa-
rrollo a través de planes y programas más convencionales, me parece particularmente
importante vincular las decisiones de ordenación de dichas escalas a la concreción de
proyectos territoriales más ejecutivos y, sobre todo, a fórmulas de proyecto urbano, con
su escala asequible para conformar con mayor precisión aquellos ámbitos en los que
esto fuese posible o necesario. Por otra parte, cuando estamos contemplando que la
continuidad de los crecimientos en mancha de aceite ya no es posible en una gran parte
de los territorios urbanos afectados por este tipo de procesos, es particularmente im-
portante establecer, como parte del proyecto del territorio, la iniciativa y el control, en
sus distintas formas, sobre los espacios vacíos de urbanización, entendiéndolos no solo
por ser paisajes escénicos maravillosos o ámbitos susceptibles de protección ecológica
o de otro tipo, sino también por su condición misma de vacío que le confiere una par-
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Voy a presentar a la ponente que cierra desde el punto de vista técnico estas jor-
nadas. Se trata de Cynthia Echave, que es doctora arquitecta. Se graduó en la unam
e hizo el doctorado en la Universidad Politécnica de Cataluña.
Desde el año 2003, trabaja en la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona, de-
sarrollando metodologías y estrategias con la habitabilidad en el espacio público y el
urbanismo sostenible.
Entre los trabajos que ha desarrollado, hay muchas cosas interesantes, como el
Plan de Movilidad y Espacio Público de Vitoria, que luego presentará. Tiene muchos
más trabajos muy interesantes en este ámbito que he comentado.
Cyntia además de la experiencia en la Agencia de Ecología Urbana, ha participado
en proyectos de investigación tanto en la Universidad Politécnica de Cataluña, como en
la unam sobre el análisis del comportamiento térmico en espacios interiores y exterio-
res; ha trabajado en numerosos congresos y ponencias sobre arquitectura bioclimática
y en un proyecto de cooperación internacional entre la Universidad Politécnica de
Cataluña y la Universidad Autónoma de Chiapas.
Cynthia viene representando a la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona.
Esta agencia es un consorcio público, formado por el Ayuntamiento de Barcelona, la
diputación de Barcelona y la Entidad Metropolitana de Servicios Hidráulicos y el Tra-
tamiento de Residuos. Esta agencia tiene como objetivo final el desarrollo y el estudio
de modelos sobre la gestión de la ciudad hacia la sostenibilidad.
En el apartado de estudios y proyectos, la agencia tiene básicamente tres ámbitos
específicos, que son el modelo de ciudad: la planificación estratégica, la movilidad y
la accesibilidad al espacio público y el metabolismo urbano.
Los dejo con Cynthia.
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que la cubierta verde tenga una conexión con el arbolado de gran porte. Lo que inte-
resa es generar una conectividad no solo a nivel horizontal, que sería la continuidad
entre una calle muy arbolada y dos espacios —como dos jardines—, sino también en
sentido vertical. Esto, sobre todo, potencia los índices de biodiversidad urbana.
Finalmente, desde el punto de vista de la cohesión social, hay dos indicadores que
proponemos, que son la proximidad a equipamientos y servicios básicos y una dota-
ción a la vivienda protegida. En cuanto a la accesibilidad, hay que tener en cuenta un
mínimo de techo que pueda dedicarse, por ejemplo, al uso comercial en planta baja. La
gran mayoría de las propuestas no destinaba techo comercial en planta baja, era prác-
ticamente todo residencial, con lo cual la cantidad de actividad que se podría albergar
sería muy baja. Esto suscitaría que la gente de este lugar tuviera que ir a comprar el
pan a Bellavista, y probablemente no lo haría andando, sino en coche.
También hay que considerar el aprovechamiento edificable destinado a la vivienda
protegida.
Para finalizar esta parte de los indicadores, he incluido esta diapositiva sobre
un análisis a escala territorial. Se trata del cálculo del índice de naturalidad de un
territorio. El objetivo es valorar el grado de alteración antropogénica de las cubiertas
de suelo. El índice es una herramienta de análisis muy interesante porque se tienen en
cuenta las actividades extractivas, el impacto sobre las cuencas hídricas, el impacto
que generan las líneas eléctricas en altura, el régimen de uso de suelo que tiene el
municipio, etcétera.
También interesa evaluar otras cuestiones, como el impacto en el paisaje, el ré-
gimen de uso de suelo y la movilidad en cuanto al nivel de proximidad a la población
y al nivel metabólico, lo que os comentaba antes. Al igual que se traslada o analiza
a escala de barrios, se traslada a escala territorial, donde tiene una mayor incidencia
sobre el dimensionamiento de la infraestructura necesaria.
Es un ejemplo del grado de antropización del territorio. Me ha parecido intere-
sante mostrarlo porque, a pesar de ser un documento que aún está en fase de apro-
bación (la revisión del Plan General de La Coruña), este es uno de los análisis que la
agencia elaboró dentro del marco del análisis ambiental. El proyecto lo está llevando el
equipo de Joan Busquets y nosotros hemos colaborado en la parte de los vectores am-
bientales. El resultado es muy interesante para identificar el potencial de conectividad
del suelo rústico —que sería lo verde— y las zonas con mayor antropización —cuanto
más rojo, mayor es el grado de impacto o de manipulación del medio—. En la proyec-
ción del Plan General de 1998, la cantidad de suelo urbanizable era muy alta y, de no
modificarla, llegaría al grado de antropización que se muestra. Sin embargo, la revi-
sión con la nueva estructuración de régimen de uso del suelo permite un crecimiento
del suelo urbanizable, pero hay una mayor protección de los rústicos. Este indicador
sirvió para que los técnicos y el equipo redactor del Ayuntamiento lo visualizaran y
vieran qué implicaba que una figura estuviese más cerca del continuo urbano o que
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se planteara una dotación o una reserva de espacio para mantener una continuidad
entre los espacios naturales.
Esto viene dado sobre todo en cómo se reparte y se distribuye en el tipo de cubier-
tas de suelo. En este caso, el Plan General de 1998 planteaba hasta un 53 % de cubierta
urbana; territorio impermeabilizado que ya no volvería a ser natural. Con la revisión,
se ha logrado constreñir, aun teniendo en cuenta los crecimientos, en un 46 %.
Como segundo instrumento de planificación, quería mostraros el Plan de Movi-
lidad y Espacio Público en Vitoria-Gasteiz. Es un proyecto que nos ha hecho mucha
ilusión desde la agencia porque es uno de los ejemplos más claros de los análisis teó-
rico-técnicos que hemos desarrollado en conjunto con los departamentos vinculados
y la Administración del gobierno de la ciudad. Hoy, el plan de movilidad se encuentra
en sus fases de implementación.
Tal y como sabemos, actualmente, en las redes de movilidad, el coche es el prin-
cipal protagonista. En gran parte, se debe a que, a partir de la unidad de manzana, se
ordena el espacio de tránsito vehicular, lo que hace que las redes de desplazamiento
del coche tengan afecciones por la propia morfología de las calles. Esta saturación de
red dedicada al viario privado es la que también genera la congestión y obstaculiza la
fluidez del flujo vehicular.
Actualmente, esta relación entre la calzada y el espacio dedicado al peatón en
Barcelona está en un 38 % dedicado a aceras, respecto a un 62% dedicado a calzadas.
Viladecans, que es un municipio dentro de la región metropolitana, oscila igual. Vitoria
se encuentra en la misma situación, a pesar de que tenemos una idea de que Vitoria
es muy verde y tiene unos espacios públicos estupendos. En Vitoria, el viario está en
esta situación: hay calzadas enormes, en las cuales está sobredimensionado el espacio
destinado al coche. San Sebastián está un poco más equitativo, alrededor del 45 % y el
55 %, respectivamente. Ferrol se encuentra en un reparto del 32 % destinado al peatón.
La idea de esta reorganización de la movilidad es generar una nueva cédula ur-
bana, saltar de la manzana constreñida por el viario a una siguiente escala, que sería
la supermanzana. Esto significa que el tráfico, rodado y de paso, podría circular por
estas vías, al igual que el transporte público en superficie. Después, el resto de las vías
que quedan interiores, permanecen reservadas únicamente al paso del vehículo —pero
no para el residente o para carga y descarga—. El vehículo de paso queda restringido
a estas vías interiores, con lo cual se consigue que las de red básica sean más fluidas.
Los repartos modales tienen que ir tendiendo a un cambio. Si actualmente hay
un 36 % de desplazamientos que se hacen en vehículo privado y se quiere cambiar la
situación, se ha de apostar por un transporte público que capte más viajeros de los
que utilizan vehículo privado. Para llevar esto a cabo, se necesita un plan de movilidad
integral que contemple la bicicleta, el transporte público, los peatones, el aparcamiento
y la distribución urbana. Han de estar todos regidos bajo una misma visión que ordene
las redes de movilidad de forma más eficiente.
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A pesar de que Vitoria es una ciudad que tiene unos indicadores de accesibilidad
muy buenos, las supermanzanas permiten mejorarlos. El reparto viario mejora, la
accesibilidad también, la contaminación disminuye y los niveles sonoros mejoran; se
pasa de un 48 % de calles por debajo de los límites de 65 decibelios a un 61 %.
Finalmente, con respecto a las variables de habitabilidad, con la implementación
paulatina de las supermanzanas, se consigue pasar de una situación actual, en la que
hay un 16 % de calles que tienen un alto grado de habitabilidad, a un 32 %.
Todo esto lo podéis consultar en la página web de la agencia y del Ayuntamiento
de Vitoria-Gasteiz.
Después de todos los debates que se han llevado a cabo sobre la manera en que la
Administración pública ha de crecer, considero que se ha de apostar y ser valiente con
este tipo de programas. Los procesos de actuación suelen presentar complicaciones
de tipo social y político; sin embargo, creo que es importante que la voluntad política
apueste por este tipo de acciones. En el caso de Vitoria, la población lo ha ido adop-
tando de manera positiva.
Estos son algunos de los recortes de prensa relacionados: «Vitoria inicia su red
de bidegorris», «Se va a producir una absoluta revolución». Generan expectativa y
emoción entre los ciudadanos, que preguntan mucho, y se escribe mucho del tema. Una
cosa que encuentro muy interesante del Ayuntamiento de Vitoria es que todos estos
recortes los encontráis en la misma página: se toman la molestia de ir recabando una
especie de recuento histórico de todo este proceso.
Por último, hay que hablar de cómo se puede vincular el análisis conceptual con
el técnico.
Dentro de Vitoria, una actuación que se quiere hacer para incentivar la actividad
económica es el Proyecto Alhóndiga. Consiste en una serie de calles que conforma-
rían unos corredores comerciales. Si conocéis Vitoria, conoceréis la calle Eduardo
Dato —la que se ve aquí abajo—, que es la que conecta el centro con la estación de
tren. Con el índice de habitabili-
dad y unas propuestas de incre-
mento de vegetación y de mejoras
de accesibilidad, entre otras cosas,
este sería el panorama dentro de
las supermanzanas. Y esta es la
situación actual, dentro de estos
tramos de calle y de cada una de
estas variables.
Esto, después, ¿cómo se
vuelca en el proyecto? Pues tienes
una situación actual de unos tra-
mos de calle, con una cantidad de
Folio explicativo 95
árboles existentes y un área de aceras; hay una serie de predisposiciones que se pueden
llevar a la cuantificación o la proyección de diseño. Para obtener un determinado
índice de habitabilidad, encontramos que sería necesaria la presencia de una determi-
nada cantidad de elementos, como son los árboles, que van ligados al confort térmico
y al volumen verde. Este es un proyecto de la calle Sancho el Sabio, que ya peatonali-
zaron y ya pasa por ella el tranvía; quizá le haga falta parte del mobiliario urbano aún.
Esto se hizo con otras sendas, que no solamente formaban parte del Proyecto
Alhóndiga, sino también con una senda piloto —que vemos marcada en azul— que
será la primera que intentará consolidar, puesto que ya esta conectada con las sendas
existentes.
Como conclusiones generales, creo que hay que identificar que hay una serie de
estrategias de actuación, las cuales estarán vinculadas al reciclaje, la rehabilitación y
la calidad de la ciudad. Hay otras que tendrán que ver con la eficiencia y la autosufi-
ciencia de nuestros entornos. Otra, que es muy importante también, es la innovación
y la atracción, vistas también desde el punto de vista productivo. Hay que replantear
esta competitividad entre las ciudades y, también a nivel interno, la manera en que la
propia población crece, intelectualmente hablando.
En ese sentido, algunas de las propuestas en cuanto a calidad del entorno urbano
son la movilidad, el espacio público y la edificación, en primer lugar. La autosuficien-
cia, por otra parte, incide en los vectores de energía, residuos e incluso alimentos.
En cuanto a la innovación, igualmente, supondría una influencia sobre el espacio
urbano. Y la edificación también, con la introducción de actividades @, o densas en
conocimiento, y, sobre todo, de estrategias de actuación que permitan detonar ciertos
sectores económicos.
Cabe mencionar también algo que está ocurriendo tristemente en muchos de los
cascos antiguos, que es que los corredores peatonales se han convertido en corredores
de franquicias. Esto se ha de regular también. Este espacio lo aprovecha una «especie»
privilegiada. ¿De qué manera se puede regular? No se trata de prohibir establecimien-
tos, pero sí de dar un adecuado reparto.
Muchas veces, se propicia poca flexibilidad con el tamaño de los comercios. Si
planeamos edificios cuyas plantas bajas de locales comerciales miden más de 500 me-
tros cuadrados, ¿qué costurera se va a meter ahí? ¿Qué zapatero? Pues ninguno, y esta
actividad de pequeño comercio se pierde. Lo que vendrá a establecerse allí seguramente
serán supermercados, agencias de coches y franquicias.
Por lo tanto, tiene que haber unas estrategias de gestión. Todas estas ideas hay
que plasmarlas y concretarlas en políticas económicas que repercutan en la generación
de instrumentos de gestión urbana. El propio plan de movilidad incita a varios de
estos. Lo que os decía antes: la cuestión del aparcamiento representa tanto una parte
de infraestructura necesaria de la ciudad como de sensibilización ambiental de la
población. La rehabilitación de barrios, la rehabilitación de viviendas, los bancos de
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recursos naturales, los planes de gestión energética para agua, residuos y alimentos y
un plan de equipamientos @. Esto último implica la inserción de espacios en el tejido
urbano que acojan actividades de información, pero que a su vez sean públicas. No
solamente hay que pensar en estos intersticios o en los parques tecnológicos —que
están muy bien, pero solo están ligados con la Universidad—, sino también en otros
más próximos al ciudadano general.
Todo esto tendrá como consecuencia una serie de externalidades sociales, ambien-
tales y económicas. Repercutirá en la disminución de CO2 y del consumo de recursos
que necesitamos para vivir, con lo cual podemos redefinir qué es vivir bien, qué signi-
fica satisfacer nuestras necesidades y con qué no podemos conformarnos.
Para acabar, quiero recalcar que la valoración de parámetros ambientales ayudan
en la toma de decisiones políticas. Cuando se evalúan diferentes escenarios y se ex-
ponen a tiempo las alternativas a las personas, al principio seguramente se mostrarán
reticentes, pero después los aceptarán.
Es necesaria, evidentemente, una coordinación de visión integral y participativa
con los gestores de la Administración. Es un factor clave para que realmente se lleven
a cabo las transformaciones urbanas.
Por último, debo reafirmar que, en el momento de establecer todas estas figuras
de planeamiento que se definen simplemente desde el punto de vista de los parámetros,
debemos poder incluir una serie de condicionantes que vayan ligados a una coheren-
cia territorial y de proyección de futuro; de un crecimiento poblacional determinado.
Saber la dinámica territorial que tiene un municipio.
Con esto concluyo mi presentación.
Participante
Hola, buenos días. Yo tengo una pregunta para la conferenciante y otra para el
resto del público. Empiezo por la suya.
En este planteamiento que ustedes hacen, salía una retícula, supongo que es el
plano de Barcelona, de las manzanas del Plan Cerdá. Ahí la aplicación es perfecta,
porque ya un hombre, mucho antes que nosotros, diseñó un plano en el que no se
construía toda la manzana completa, sino la zona de montaña y la de mar. Dejaba
Folio explicativo 97
esos espacios para disfrutar de una zona permeable en la ciudad. Con respecto a ese
ejemplo de zonificación, en el que queda una parte cerrada al tráfico, supongo que
no será lo mismo que se hizo en Oviedo, donde el casco histórico es impermeable,
porque una plaza como Porlier, que tenía zonas verdes, se cubrió toda de adoquinado.
La pregunta en sí es ¿eso de dejar una parte protegida en la ciudad y desproteger al
resto está bien? Las arterias que van a tener tráfico normalmente son las que ya sufren
el ruido y la contaminación. Eso de las áreas logísticas, en las zonas donde se puedan
instalar, me parece perfecto, pero, a día de hoy, yo le invito a ir a las doce del mediodía
a la calle Jovellanos de Oviedo. El tráfico que no entra dentro de esa ciudad, que está
para los turistas principalmente, está limitando el paso de los autobuses, porque están
los clásicos camiones de mercancías o de empresas de transporte. ¿Eso lo va a poder
resolver ese planteamiento?
Por otra parte, en cuanto a lo de los transportes, le agradecemos la información,
porque, en las dos ciudades más importantes de esta comunidad autónoma, el pro-
blema es patente. La mayoría de las líneas hacen el recorrido completo, recorren todo
el concejo, pero todas tienen que pasar por la calle Uría, de manera que yo, hoy, para
venir aquí, he salido a las ocho y media de mi casa para llegar a las diez, viviendo
en Oviedo. Un compañero de mi facultad llegaba antes de Gijón a Oviedo que yo de
Oviedo a la facultad, yo tardaba treinta minutos y él, veinte. Entonces, el trasbordo es
un buen planteamiento, pero, a día de hoy, solo se hace en determinadas circunstan-
cias. Por eso, creo que invierto dos horas en cualquier cosa que quiera hacer.
La pregunta al público es la siguiente: ¿cuántos de ustedes han venido en trans-
porte público hasta aquí? ¿Cuántos vinieron en bicicleta? ¿Cuántos vinieron andando?
Lo pregunto porque nos hacen creer que la cultura es para todos, pero hay una limi-
tación física a esa cuestión. No todos podremos llegar hasta aquí o irnos de aquí a la
hora que cierran. Y, ¿cuántos vinieron en coche? La gran mayoría.
98 Folio explicativo
Participante
Buenos días, soy Dulce Gallego, concejala del Ayuntamiento de Gijón. Es muy
interesante la exposición que nos has hecho, Cynthia. Conozco los trabajos que realiza
la Agencia por Salvador y os felicito por ello.
Respecto a lo que decía el asistente, que aquí nos acompaña, tiene mucha razón en
cuanto a las dificultades que hoy abordamos, y quiero comentarlo para que nos sirva
a modo de reflexión. Ocupamos un edificio que se proyectó en los años cincuenta.
De alguna manera, las ciudades tardan en rehacerse y son herederas de estratos del
pasado que tratamos de reordenar sobre lo existente. Estamos en un edificio histórico
de finales de los cincuenta, que hubo que recuperar como patrimonio. Por lo tanto,
tratamos de deshacer un nudo gordiano que viene del pasado y de mejorar todo lo que
está alrededor de él, tanto en lo que tiene que ver con la movilidad, para poder llegar
aquí, como incluso la propia cooperación entre las administraciones, con los consor-
cios de transporte. En el futuro, vamos a poder llegar aquí no solo en autobús, sino
también a través del metro-tren. El futuro de las ciudades, como el que nos muestras
de Vitoria, va a empezar a tardar en verse en su conjunto.
La situación de Gijón, que hemos empezado a dibujar a través de los planes ge-
nerales de ordenación que estos días pudisteis estar debatiendo aquí y que viene de
nuestro plan estratégico anterior, vamos a tardar en verla. Empezamos a dibujar esos
corredores verdes hace años, pero estamos empezando a disfrutarlos ahora. Todo lo
Folio explicativo 99
que nos has planteado, tan interesante, son algunas de las cosas que nosotros estamos
intentando poner sobre la mesa. Pedro, a buen seguro, intervendrá sobre ello. Son
soluciones que, en la ordenación territorial o los planes de movilidad, no son a corto
plazo. Lo digo por la reflexión que él hace, con tanta razón, de que, para movernos
con rapidez en conurbaciones como la nuestra, que es una gran urbe compuesta por
varias ciudades, vamos a ver los cambios a un plazo medio, y no inmediato. Pero tra-
bajamos desde esa perspectiva y, sobre todo, desde la promoción del transporte público
compartido entre administraciones desde los consorcios.
Os felicito porque es un trabajo muy interesante el que estáis haciendo, con el cual
otros estamos aprendiendo mucho.
Muchas gracias.
Nos entusiasma mucho y nos ilusiona. Vitoria es un ejemplo que nos hace espe-
cial ilusión, porque han sido perceptivos. Saben que tardarán tiempo, pero tienen una
visión que no es de período político. Está aprobado ya el plan general de movilidad.
También es verdad que, por parte de las asociaciones civiles, ha habido bastante
apoyo. Las asociaciones de bicicletas, por ejemplo, nos han apoyado para incentivar.
Creo que se trata de ser atrevidos y de tener el respaldo de cierto conocimiento
técnico que ya existe.
Buenos días a todos y a todas. Voy a hacer un breve recorrido profesional que jus-
tifique la invitación que amablemente se me ha hecho desde la organización y el encaje
con el tratamiento del apasionante y aparentemente contradictorio tema del desarrollo
urbano y territorial y la sostenibilidad económica, ambiental y social (cohesión territo-
rial). Está impregnado de una terminología que con el tiempo se ha ido desvirtuando
hasta convertir su atractiva acepción primigenia precisamente en su contraria. Pues
bien, soy economista y he sido vicerrector de la Universidad de Málaga durante seis
años. En los años previos a mi incorporación en la universidad como profesor estuve
trabajando en temas relacionados con el título la mesa debate; así, durante dos años
en un estudio de proyectos territoriales y urbanísticos de ámbito nacional aunque con
sede central en Madrid. Más tarde me fui a Inglaterra, donde trabajé como docente y
elaboré una tesis doctoral relacionada con las disparidades espaciales y su efecto sobre
la renta de regiones concretas de varios países. Durante el periplo anglosajón conocí a
Luis Felipe, que a su vez ya trabajaba en temas similares. Cuando volví a España, me
ofrecieron crear una asignatura, que entonces era menos común pero que ahora está
más difundida: la economía urbana. Desde entonces, he trabajado como consultor en
el ámbito privado, pero también en el ámbito académico en docencia e investigación
en cuestiones relacionadas directamente con este taller (urbanismo, territorio y medio
el fondo es cierto que tenemos esa esquizofrenia por vivir en la ciudad idílica, com-
pacta y con pocas distancias, aunque usemos los equipamientos de la ciudad difusa.
Sobre todo, hay algo muy importante, que es el concepto de la identidad. Las personas
buscan también una forma de re-
lacionarse con su territorio.
La foto que se muestra como
fondo de las trasparencias corres-
ponde a São Paulo, foto que hice
yo mismo hace menos de un año.
La gran ciudad suramericana sí
que es una ciudad compacta, vi-
ven en ella más de veinte millones
de personas. Esta otra es de una
portada de una revista que se pu-
blica en Málaga desde la época de
Altoraguirre, la época de la gene-
ración del 27, es una obra de lujo.
Es una revista dedicada, precisa-
mente, a la literatura en la ciudad,
que aconsejo. En el diseño de su
actual director, Lorenzo Saval,
bautizada como «la ciudad encon-
trada», están todos los artefactos
definidores de la nueva ciudad,
porque cada ciudad está buscando
un icono.
Desde el punto de vista con-
ceptual, hay que decir, en primer
lugar, que el territorio, igual que
el urbanismo, es una función
pública. Es una competencia de
las comunidades autónomas, re-
conocida por la Constitución es-
pañola. En el caso de Andalucía,
su estatuto de Autonomía la re-
fuerza, junto con la Carta Euro-
pea de Ordenación del Territorio
de 1983, la Estrategia Territorial
Europea de 1999 y la Agencia Te-
rritorial Europea del año 2007.
Para los consensos intra e interadministrativos, hay que tener las ideas muy claras
del modelo que se persigue, y este discurso, tal y como decía Luis Felipe, es el que nos
falta. Están ahí los elementos, pero todavía nos falta consensuar las estrategias.
Los grandes principios de la planificación, que se han introducido en algunos
lugares, incluida Andalucía, son
los de hacer la ciudad más equi-
librada y policéntrica, estable-
ciendo una nueva relación entre
el campo y la ciudad, dar acceso
equitativo a las infraestructuras y
al conocimiento y gestionar pru-
dentemente y desarrollar el patri-
monio natural y cultural. Todos
estos objetivos aparecen en el Plan
de Ordenación del Territorio de
Andalucía, así como en los pla-
nes de ordenación del territorio
subregionales. Los esquemas que
elaboraron en su momento Ferrán
Miralles, Julia Trías y Cristina Fi-
gols, de la Universidad Autónoma
de Barcelona, son muy clarifica-
dores sobre las ventajas funciona-
les, ambientales y de costo de los
procesos de urbanización compac-
tos:
Es un debate europeo que
se remonta al siglo xix, cuando
Von Thünen ya planteaba la
mejor distribución espacial de
las actividades productivas.
Los propios informes sobre el
estado de la suburbanización
en Europa, como muestran los
mapas adjuntos, impulsaron la
continuidad de la tradición ale-
mana en la Estrategia Territorial
Europea aprobada en Leipzig en
1999 y continuada con los docu-
mentos posteriores.
Desde Leipzig, las palabras clave son cohesión y diversidad territorial, que des-
pués se apuntan en el Libro Verde. Se liga con los objetivos de Lisboa, que tienen que
ver con el empleo.
Los objetivos específicos de la Agenda Territorial Europea son el desarrollo territorial
policéntrico —relacionando los distintos centros con transporte público—, la consecución
de la sostenibilidad económica, el desarrollo social, ambiental y cultural y la solidaridad
territorial.
Posiblemente, se ha perdido la noción de lo urbano y la ciudad sobre los que
una pensadora malagueña, María Zambrano, reflexionaba desde la revista Semana
en su exilio de Puerto Rico en 1964, en varios artículos titulados genéricamente «La
ciudad, creación histórica» y de los que aquí se reproducen algunos de sus párrafos
más significativos:
Pocas cosas hay en la humana historia que tengan más carácter de creación que la
ciudad. Es diversa del Estado, pues que ha habido ciudades, las más perfectas y ejemplares,
que han sido a la vez estado y han existido otras que solamente han vivido como ciudades
y a veces sede de un estado o de un reino […].
[…] La ciudad es lo más creador entre las estructuras de humana convivencia por
serlo en sí misma, y por haber sido a su vez el lugar donde las creaciones del espíritu
humano se han dado, como una planta que en ciertas ciudades especialmente brotara.
[…] Una ciudad es también una arquitectura, un hablar, unas tradiciones religiosas y
profanas, unas costumbres, un estilo y hasta una cocina: un orbe entero que lo contiene
todo; un sistema de vida. Un lugar privilegiado, una luz que le es propia, un paisaje.
[…] Y es también una ciudad un rumor que resuena por plazas y calles; unos
silencios que se estabilizan en lugares de donde nada puede romperlos; un tono en las
voces de sus habitantes y una especial cadencia en su hablar; una altura en los edificios
y un modo de estar plantada en el lugar que le es propio […].
Es en esta línea en la que se trabaja desde Andalucía en consonancia con la
Estrategia Territorial Europea, buscando mecanismos de compensación interterri-
toriales. Durante la elaboración del Plan de Ordenación del Territorio de la Costa
del Sol vislumbramos muchas dificultades, principalmente legales, para conseguirlo.
Participaron profesionales de toda España porque era un reto, porque es una ciudad
lineal caótica, dicho también en el sentido positivo del término. El reto era articular
de una manera coherente las diferentes centralidades, pero además mantener y ampliar
la protección territorial que en algunos municipios superaba el 90 % de su territorio
Para la Unión Europea, el objetivo central es convertir la diversidad territorial
en un punto fuerte. Las estrategias son la concentración, la conexión de territorios y
la cooperación. Hay programas específicos, evidentemente, para regiones concretas.
La situación actual de los planes subregionales andaluces se muestra en el cuadro
adjunto. Los que están en azul están aprobados, tienen una dotación económica bas-
tante importante y suelen ser a ocho años. Los que están en verde oscuro se aproba-
horquilla entre la baja y la media densidad. Las altas densidades de 0,75 o 1 por metro
cuadrado son reducidas localmente.
Otro cuadro interesante es el de la evolución de la población. Existen dos, el del
crecimiento de la población en Asturias en concejos entre el año 2007 y el 2008, y el
de qué concejos han crecido en Asturias entre el año 2003 y el 2008.
Si nos centramos en el primer esquema, vemos que, en los últimos años, cla-
ramente ha crecido el área central asturiana en población. El área oriental está ló-
gicamente vinculada a la autovía, y, donde hay tramos de autovía, va creciendo la
población. Entre el 2003 y el 2008, vemos que el mayor crecimiento se produce en el
área central y en todos aquellos municipios vinculados a la construcción de la autovía.
Entrando ya en materia, habría que plantear la pregunta de si existe un modelo
de crecimiento en la ley asturiana del suelo y si es un modelo reglamentario o si es el
reglamento el que establece el modelo. En mi juicio, la ley del Suelo no establece un
modelo predeterminado, es el reglamento precisamente quien lo concreta. La ley del
Suelo admite varios modelos, aunque con matices.
La naturaleza de la ordenación del territorio es lógicamente reglamentaria, con
lo cual la ley tiene que establecer los mecanismos generales, y ya será el reglamento
quien los concrete.
Lo que extrapolo en esta diapositiva es un párrafo literal de la memoria de la ley
del Suelo asturiana y del reglamento. Es una obviedad que Asturias es una región con
una escasez de suelo importante en la medida en que sus terrenos llanos son pocos
y, además, están en los valles donde hay ríos. Entonces, tienen sus condicionantes
territoriales y sectoriales. Lo que dice el reglamento en su memoria es que es el plan
general quien debe reflexionar sobre el concepto de edificabilidad —recordemos que
la ley eliminó el parámetro de densidad.
¿Cuáles son los principios ya plasmados en el reglamento a la hora de prefigurar
el modelo de crecimiento? El artículo 7 del reglamento establece que esta escasez de
suelo, considerado un recurso na-
tural no renovable, hace que los
modelos de crecimiento previstos
en los planes generales deban ser
aquellos que eviten la dispersión
de la urbanización y contemplen
la recuperación de las tramas
urbanas existentes. En principio
está apostando por un modelo
compacto.
Otro elemento muy impor-
tante del modelo territorial, lógi-
camente, es la protección del me-
Buenos días, soy Enrique Urkijo, licenciado en derecho. Nací en Durango (Viz-
caya). Desde 1980 hasta 1985 trabajé en Ferrocarriles Vascos, que son competencia de
la comunidad autónoma. Entre 1995 y el 2004 fui director gerente adjunto de Metro de
porque muchos más agentes tienen que ocuparse de él. Importa mucho dónde ubica-
remos los focos de atracción, como los hospitales y las universidades. El transporte
público tiene que ser de calidad porque tiene que competir con el vehículo privado y
con el avión. Finalmente, tiene que existir una política de aparcamientos y medidas de
restricción del vehículo privado.
Se tienen que dar cinco pasos. El primero, una coordinación absoluta en-
tre urbanismo, ordenación del territorio y la política de transportes. Es decir,
creación de autoridades únicas, a la cual se le cedan las competencias para que
ordenen y dirijan el territorio en estas cuestiones. En segundo lugar, el transporte
tiene que estar concebido como sistema. Es difícil que nosotros utilicemos un solo
modo de transporte, utilizamos varios. Especialmente el transporte en bicicleta
está teniendo un gran éxito, en concreto en Sevilla hay aproximadamente ochenta
mil viajes por día y sesenta kilómetros diarios y hay expertos que diseñan los
recorridos. Suele haber expertos para las carreteras y para el tráfico pero parece
que cualquiera puede ocuparse de los carriles para bicicleta. Esto no es cierto,
porque si tenemos un recorrido que está interrumpido por una glorieta en la que
el ciclista se juega la vida, se rompe la cadena de este recorrido. Hay que diseñarlo
con auténtico cariño.
En la fase de obras, cuando estamos diseñando, lo primero que nos traen los
constructores es cómo van a desviar el tráfico. Yo siempre pregunto por dónde está el
itinerario peatonal, por dónde va a ir una anciana de setenta años con bolsas, y si se
le va a hacer caminar más de lo necesario. No tengo ningún problema con el hecho de
que un coche tenga que circular diez minutos más, pero si una persona que lleva peso
tiene que andar cuatrocientos metros más, eso es un problema.
Una cosa fundamental para concebir el transporte como sistema es que tenemos
que cuidar mucho todo lo referente a los intercambiadores. Tienen que cumplir cua-
tro condiciones mínimas: primero, que el paso de un modo a otro sea un paso en un
entorno físico amable. Que una persona no tenga que preocuparse por si va a mojarse
si llueve, por si lleva maletas y tiene que abrir un paraguas. Dado que los transbordos
en sí son penalizantes, hay que mimar los aspectos restantes.
Segundo, es evidente, tiene que haber un sistema tarifario común, no tener que
circular con diferentes tipos de billetes.
En tercer lugar, es importante que haya una coordinación entre los servicios. No
es correcto que en unos haya mucha frecuencia y en otros casi nula y que haya que
esperar media hora en una estación por causa de esto.
Finalmente, es fundamental la integración de la información. Es decir, que pueda
tener información de todos los modos que quiera recorrer desde el inicio de mi viaje,
y si puede ser desde mi propia casa.
El alcalde de Burdeos hizo un cambio fundamental. Dijo que había que favorecer
el transporte público con voluntad política.
publicidad con productos de alta calidad como perfumes se preguntaban cómo iban
a anunciar en un metro. Les pagamos el viaje para que vinieran, y les enseñamos el
metro. A partir de ahí se anunciaban en el metro de Bilbao.
Es fundamental el papel del coche, como decía. En la movilidad actúan más
agentes que los propios expertos en los medios de transporte, y nuestro problema no
es tanto saber cómo desplazarnos sino cómo organizarnos para desplazarnos menos
y de otra manera. Debe olvidarse la dominación del automóvil, pero tiene que jugar
un papel. Cuando en el futuro deje de conformarse como un icono cultural, tiene que
pasar a ser lo que están siendo las bicicletas. Que quizá tengamos un coche en casa,
o quizá ninguno, pero que tengamos muchos sitios donde coger coches —estaciones,
hoteles, aparcamientos— con facilidad de arrendamiento —no como la actual—. Que
para ir a un centro comercial fuera podemos coger un coche en un momento determi-
nado, o que para ir con unos amigos a esquiar cojamos una furgoneta y lo dejemos allí.
Esta imagen os gustará si sois urbanistas. Es el casco viejo del Bilbao en el siglo xiii.
Y esta en el siglo xv; se ve cómo se ha ido desarrollando. Este es el casco viejo
actual, que se ha podido mantener así gracias a que existe el metro. Esta es la Gran
Vía antes y esta es la Gran Vía de Bilbao ahora.
Por lo tanto, hay que tener en cuenta que la dialéctica coche-ciudad exige optar
decididamente por opciones que antepongan uno u otro.
Gracias.
Muchas gracias, Enrique. Damos paso por último a Javier Domingo, que es el jefe
del Servicio Técnico de Urbanismo del Ayuntamiento de Gijón.
Dado que tenemos menos tiempo del previsto y a lo largo de estas jornadas se han
ido abordando la mayoría de los temas que os pretendía exponer, me limitaré a hacer
un breve resumen y comentaros alguna anécdota sobre la óptica que se tiene sobre el
urbanismo por algunos personajes que he tenido ocasión de conocer.
Mi experiencia en el campo del urbanismo se circunscribe casi exclusivamente
al desempeño desde la Administración pública local. Tras una breve experiencia en la
esfera privada, mis puestos de trabajo y, consecuentemente, mis lugares de observa-
ción del asunto fueron la Mancomunidad del Oriente de Asturias, el Ayuntamiento
de Llanes y el Ayuntamiento de Gijón, donde actualmente ocupo el puesto de jefe del
Servicio Técnico de Urbanismo.
• en los cascos antiguos: la ciudad preindustrial y la surgida de la revolución industrial. Tras
su degradación, un intento higienista: la reforma interior;
• los ensanches de las ciudades. Creo que todavía hoy se perciben como una de las decisiones
más acertadas y más amables. Destaca aquí, en España, el de la reforma y el ensanche de
Cerdá de Barcelona, del cual, por cierto, se conmemora ahora el 150 aniversario de su
aprobación por el Ministerio de Fomento (Año Cerdá);
• el crecimiento y la expansión del extrarradio;
• los barrios de ciudad jardín, en sitios muy concretos;
• los polígonos de viviendas de grandes bloques.
guramente, no habrá más remedio que ponerlos en orden, porque todo se ha ido
haciendo en función de unos viarios. El automóvil ha sido el que ha ido creando
los espacios a través de los viarios; al lado de ellos es donde se han desarrollado
los procesos urbanísticos.
En definitiva, los rasgos fundamentales de este tipo de ciudad de la que estamos
hablando, la contemporánea —no todos ellos favorables, como veremos—, son:
1) un creciente consumo de suelo, sin un paralelo crecimiento demográfico (el del suelo
representa hasta siete el de la población);
2) la descentralización progresiva de amplios sectores terciarios (oficinas, comercio, etcé-
tera);
3) la constitución de estructuras policéntricas, reticulares o malladas; suburbanización
residencial que aquí en Asturias es muy característica, con predominio de la vivienda
unifamiliar y que, por cierto, genera cierta idiosincrasia de la población;
4) la suburbanización residencial con predominio de las bajas densidades y la vivienda
unifamiliar;
5) la descentralización de la actividad industrial; en este caso, sin embargo, nadie lo ve
como desfavorable;
6) la transformación de la estructura urbana periférica, que se ha producido en el territorio
de manera fragmentada.
Aquí hubo una época en la que se habló mucho sobre la denominada ciudad as-
tur, que José Antonio Culliá nos ha plasmado en esas representaciones de núcleos que
van conformando la zona central de Asturias y que, quizá ahora, tal y como están las
cosas, deba ser replanteada.
En referencia al crecimiento y la idiosincrasia asturianos, yo siempre recuerdo una
anécdota. Estábamos redactando un plan general y, en el contexto de los debates sobre
lo que era y no era suelo urbanizable, un concejal dijo: «Esto del urbanismo es mucho
más sencillo, el que tenga un prao que edifique». En Asturias, sobre todo en las zonas
rurales, la gente lo percibía de esa manera. La gente no entiende que la Administración
sea quien tenga que decidir dónde y cómo se tienen que hacer las cosas, no se tiene
esa conciencia cívica y consideran que tienen un derecho intrínseco. Se ha comentado
antes que todo propietario es un especulador en potencia. Cada uno lo que quiere es
que lo suyo sea edificable. Es así de sencillo: qué hay de lo mío.
Recuerdo en las charlas que se impartieron en el Ayuntamiento de Oviedo cuando
se aprobó la ley del Suelo asturiana (a finales del 2002) que, uno de los ponentes,
representante de la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, nos contó,
sin reprimir su alborozo, cuál estaba siendo el proceso urbanizador en Madrid. Nos
dijo que prácticamente habían aprobado o estaban a punto de aprobarse los docu-
mentos de desarrollo del 100 % del suelo del municipio de Madrid y que, por tanto,
no iba a quedar ni un metro más de suelo por urbanizar. Que se proyectaba construir
en los próximos años tantas viviendas como las previstas en toda Europa. Dijo, va-
nagloriándose de ello, que, frente a etapas anteriores, en las que el Ayuntamiento de
Madrid había bajado su población en cerca de cuatrocientas mil personas, ellos habían
conseguido que aumentase en trescientos mil, pero que querían que el aumento fuese
de un millón. También nos habló del famoso desarrollo (conocido por otros como el
gran pelotazo institucional) de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, lo que provocó
un incremento sustancial de los murmullos en la sala. Lo contaba como algo positivo,
porque, con esas actuaciones, entre otras virtudes, se iban a aumentar el empleo y la
riqueza de la ciudad. Una pregunta aparentemente inocente formulada después de la
exposición, en lo que yo entiendo una clara crítica a este modelo de crecimiento, quedó
en el aire: pero ¿y eso es bueno…?
Lo cierto es que, por desgracia, el urbanismo mucha gente lo percibe como algo
con lo que se mercadea, un medio con el que se puede hacer dinero fácil. Todos hemos
oído hablar o sabemos de convenios en los que, bajo la promesa de un equipamiento
(campos de golf, puertos deportivos, estaciones de esquí, estadios de fútbol o, más
modestamente, pequeños polideportivos), se da cobertura a una reclasificación o
recalificación de suelos, mediante la cual se genera el aprovechamiento urbanístico
suficiente (generalmente viviendas) para que sea rentable la operación. Es cierto que
no todas estas actuaciones tienen por qué ser urbanísticamente indeseables y que, casi
siempre, son legales (tienen los refrendos urbanísticos necesarios), pero no resulta una
práctica deseable (debe potenciarse la ordenación a través de los marcos adecuados:
planes territoriales y planes generales) ni mucho menos ejemplar, tal y como en muchas
ocasiones se presentan. Se ve como una buena gestión urbanística conseguir «gratis»
un determinado equipamiento, pero a veces lo barato sale caro: ¿cuál es el coste medio-
ambiental?, ¿resulta sostenible económicamente?
A los técnicos que trabajamos en la Administración, fundamentalmente los muni-
cipales, nos toca controlar la legalidad de los documentos de desarrollo y procurar la
mejor ordenación posible, pero, como se suele decir vulgarmente, nos encontramos con
que «ya está todo el pescao vendido», ya que el pgo ha establecido las determinaciones
básicas: dónde, cómo y cuánto se puede construir.
Quiero comentar, para concluir, que, a mi modo de ver, en Asturias el problema
urbanístico no ha sido muy grande. Quizá esté motivado porque no ha tenido un gran
desarrollo económico o por la climatología, pero, para ser sinceros, creo que también
han influido las distintas normativas que a nivel regional se han ido aprobando con
objeto de controlar el desarrollo territorial y urbanístico.
En Gijón, digamos que se ha producido un desarrollo similar al de otras ciuda-
des de tamaño medio y pequeño en las que el crecimiento se ha visto atemperado, del
desarrollismo salvaje, por un planeamiento prudente, en el que se ha preconizando un
crecimiento ponderado, conjuntamente con iniciativas de recuperación de la ciudad
mediante la rehabilitación, la reforma interior o la integración de espacios en la ciudad.
Por cierto, debe tenerse en cuenta que la rehabilitación o la reforma es más complicada
que la obra nueva, pero genera más puestos de trabajo.
En definitiva, considero que no estamos mal situados y que aquí no se han hecho
las cosas tan mal. Creo que estamos a tiempo de que estos temas que se han tratado
en las jornadas a nivel nacional o mundial se puedan tener en cuenta para el futuro.
Se han hecho propuestas, que yo comparto, sobre la necesidad de realizar ac-
tuaciones tendentes a la rehabilitación o la reforma de lo existente. Hay un término,
crecimiento negativo, que implica un urbanismo de despojamiento, que elimine todos
los elementos innecesarios y agresivos del paisaje urbano, limite la presencia del au-
tomóvil, incorpore más vegetación y elimine poco a poco, en lo posible, los errores
del pasado.
En cuanto a qué papel tiene en todo esto la legislación urbanística estatal, creo
que ahora, en general, poco.
La ley de 1956 (primera ley del Suelo española) fue, obviamente, el marco que
por primera vez recogió el régimen urbanístico del suelo para todo el Estado español.
Muy ingeniosa, creó unos procedimientos para la gestión del suelo que, aunque han
ido evolucionando, básicamente se siguen manteniendo en las legislaciones actuales.
Sin embargo, quizá introdujo un inconveniente, que es al final lo que de alguna ma-
nera ha generado ciertos problemas. Esta ley puso en la iniciativa privada el desarrollo
urbanístico. Lo público empieza a estar un poco a la expectativa porque, en el fondo,
quien propone y actúa es la iniciativa privada.
Desde siempre, los planes generales planifican, establecen unos plazos, pero di-
gamos que la limitada capacidad de gestión de la mayoría de los ayuntamientos hace
imposible que estos controlen esos plazos y el orden de los procesos. Al final, el mer-
cado es el que va poniendo su orden, y el interés general, que es el que debe presidir
los desarrollos urbanísticos, queda muchas veces en segundo plano.
La Constitución nos habla de la prohibición de la especulación del suelo, de la
participación ciudadana, de la libre empresa, del medio ambiente adecuado rural y
urbano y de la vivienda digna y adecuada.
La ley del Suelo actual intenta un cambio radical. Nos dice en el preámbulo que,
frente al desarrollismo de etapas anteriores, se debe ir hacia «el crecimiento sostenible,
minimizando el impacto y apostando por la regeneración de la ciudad existente, por
el modelo de ciudad compacta». En realidad se enfrenta a la ley de 1998, totalmente
desarrollista, que, al estilo de la frase del concejal que antes mencioné, venía a decir
que todos los suelos que no fueran merecedores de una especial protección fueran
urbanizables (el que tenga un prao que edifique).
En el principado se está ahora adaptando la ley autonómica a estas premisas de
la ley del Suelo, por lo que entiendo que se aportarán algunas soluciones.
En definitiva, las legislaciones estatales han ido diluyendo su potencial, y es a las
comunidades autónomas a las que, en su ámbito territorial, les toca ordenar. En el caso
Buenos días. Vamos a iniciar esta parte de la mañana que corresponde a esta
mesa redonda con participantes políticos de tres ayuntamientos. Se enmarca dentro
del título «La ciudad vista por los responsables políticos». A mi izquierda está Pedro
Sanjurjo, que es concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Gijón y del Partido
Socialista. A mi derecha está José Antonio Carnevali Ramírez, que es concejal del
Ayuntamiento de Majadahonda, del Partido Popular y, más a la izquierda, está Mario
Nolla Fernández —porque la colocación también importa—, que es coordinador del
área federal de política territorial de Izquierda Unida.
A mí me toca presentarles el enfoque que la mesa puede tomar. Tendrán una
intervención cada uno de en torno a diez o quince minutos, y después abriremos un
tiempo de preguntas. El debate es tan amplio como el punto de vista de los responsa-
bles políticos, pero, sobre todo, tan amplio como el objeto de ese punto de vista que es
la ciudad. Yo haré también alguna reflexión de entrada, de forma breve, para intentar
encauzar algo que sentimos tan amplio como es la ciudad. La ciudad, que empezó
siendo fundamentalmente el conjunto de aquellos elementos principales de la orde-
nación del espacio y que históricamente ha servido para poblamientos que tuvieron
desarrollos diferentes.
La ciudad ha tenido una evolución que hemos ido viendo y que, en nuestros
días, sigue siendo la mayor concentración de actividades económicas y asentamientos
humanos. Han ido creciendo y concentrando grandes cantidades de personas, y han
podido añadir a eso también un debate continuado bajo la ordenación de todos los
espacios del urbanismo.
Eso supone que hoy todavía pueda aflorar un debate sobre la planificación o sobre
la necesidad de seguir manteniendo unos criterios planificadores dentro de la ciudad.
Especialmente Soriano García, ya en 1995, imponía algunos criterios de corte más
liberalizador. Vino a decir que el acto administrativo era el único que podía cambiar
el destino del suelo y, por tanto, hacer posible que desde un punto de vista, como digo,
más liberalizador, se pudiese permitir todo aquello que venimos conociendo.
Las ciudades tienen también un tratamiento de crecimiento y de estancamiento
que yo quiero poner de manifiesto. Esto tiene relación con la red de ciudades o con la
interconexión, en definitiva, para la competitividad que pueden tener distintos lugares
o polos de distinto signo que hayan tenido una evolución o involución en el tiempo.
Por lo tanto, en un sentido más amplio, conectando con esto, tiene que ver también
el modelo de ciudad. Para considerar también una ciudad territorio, una ciudad que,
con una opinión más reciente, hoy va tendiendo a hacerse más transformada y crecida
sobre sus propios centros en una búsqueda de rehabilitación o renovación urbana,
más que la extensión o el crecimiento que han tenido algunas ciudades, sobre todo
por concentración o alojamiento de población en momentos especialmente necesarios
de crecimiento de nueva vivienda.
El hecho de que las ciudades hayan tenido también una reflexión en un modelo
de ciudad significa que hoy tengamos que acuñar cada vez más una ciudad, desde un
punto de vista de la sostenibilidad, compacta y concentrada, o que, por el contrario,
pueda haber sido difusa, lo que tiene que ver con el propio agotamiento del recurso
principal —el suelo—, pero también con otras cuestiones de gestión y de evolución de
las propias ciudades. Hoy, es un aspecto cada vez más sensible todo lo que concierne
a un proceso urbanizador en el agotamiento de los recursos. Y en el agotamiento de
los recursos y la buena o mala utilización de estos, fundamentalmente en el sector
energético, haremos ciudades más sostenibles y una reflexión sobre el agotamiento y
la dificultad que tiene, además de ese recurso principal, en la movilidad de la pobla-
ción y la utilización del transporte, en lo que han venido siendo modelos seguramente
poco sostenibles.
Otro proceso que yo quisiera señalar también es el de la metropolización funcio-
nal. Es aquel en el que haya habido más de un intento de proceso de metropolización,
y no solo en torno a un polo. También estas ciudades habrán buscado una necesidad
de conectividad o movilidad para la vivienda.
Por último, lo que yo señalaría como hábitat abierto sería un modelo de urba-
nismo que, siendo integrador y sostenible, tuviera una llamada al alojamiento residen-
cial, pensando en las características especialmente marcadas del envejecimiento y la
dependencia de la población. Estamos en un sistema hoy cada vez más dependiente;
todos somos dependientes en alguna medida. Tenemos unos niveles sanitarios y socia-
les de alto coste que provocan, seguramente, una mala integración de estos usuarios.
El Libro Blanco de la Dependencia establece que tendremos en los próximos años 12
millones de personas en España mayores de sesenta y cinco años. Eso significa que ha
de pensarse algo más que lo que se ha pensado hasta ahora, y en una posible adecua-
ción de nuestras ciudades para esta población que cada vez va a ser más numerosa.
También tendrá más dificultades, y hay que pensar en la supresión de barreras y en un
favorecimiento de la atención a la discapacidad.
Por concluir, quiero plantear algunos puntos. En primer lugar, crecimiento frente
a rehabilitación y sustitución. Es un debate antiguo, el de cómo nuestros cascos anti-
guos se rehabilitan y se reforman, desde un punto de vista también de la reactivación
funcional que eso tiene.
En segundo lugar, crecimiento de nueva planta frente a transformación, ahorro
de suelo, en definitiva, y recuperación en parte de lo ya edificado.
En tercer lugar, transporte y movilidad, en relación con la cuestión no solo inter-
urbana, sino también de la propia ciudad, y de la intermodalidad en el transporte. Se
debe hacer un uso más sostenible del transporte.
En cuarto lugar, los usos del suelo. El uso residencial como elemento ordenador
principal, como decíamos antes. Lo ha sido tradicionalmente y lo sigue siendo hoy,
pero es importante que también tenga un concepto de equilibrio para entender que
el número de viviendas asociado a un boom inmobiliario que se haya podido dar en
momentos determinados es un error del que hay que aprender.
También los aspectos sociales, que comentaba antes en relación con los servicios
sociales, y la integración. La oferta de viviendas protegidas, la integración de colectivos
con mayor dificultad para el alojamiento o mayor integración cuando se den casos de
población inmigrante.
Por último, una renovación tecnológica urbana y de periferia, para lo que no
está estrictamente en la ciudad, pero que tiene una interconexión, porque la brecha
digital se puede marcar cada vez más sobre una población marcadamente urbana con
otra que no lo es; llamémosla rural o de periferia. La intercomunicación debe presidir
el crecimiento de nuestras ciudades para mantener la interrelación del espacio en el
mundo occidental que conocemos.
Le paso la palabra a Pedro Sanjurjo.
Pedro Sanjurjo
Muchas gracias, Juan. Vamos a pasar a una presentación referida a nuestra ciu-
dad, Gijón.
Antes de comenzar, quería indicar que he tenido la fortuna, durante estos treinta
años de democracia municipal, de asistir como testigo, y en algunos casos como
actor, a este proceso de cambio de la ciudad de Gijón en el período democrático. Se-
guramente, algunos de ustedes lo sabrán, otros no: yo ya fui candidato en las listas
municipales del Partido Socialista en 1979. Por lo tanto, esto me permite tener una
visión amplia de lo que ha sido la transformación de nuestra ciudad desde distintas
ópticas y experiencias, pero siempre con una mirada optimista de lo que puede ser la
acción transformadora de la política cuando se aplica para satisfacer el interés público.
Si pudiéramos resumir el bagaje de los treinta años de democracia municipal, en
el resultado coincidiríamos todos en que han sido satisfactorios, si bien, en los últi-
mos años, la explosión de la ocupación del territorio en determinadas zonas urbanas
de España —y sobre todo el incremento en algunos casos injustificado del parque de
viviendas— ha generado en estos momentos inquietudes e incertidumbres en cuanto a
los modelos de crecimiento urbano en nuestro país.
Voy a entrar a explicar de forma rápida lo que la ciudad de Gijón era y es.
Nos tenemos que situar en las primeras iniciativas de planificación urbana, que
todo el mundo conoce en Gijón como los planes Rañada, que se producen a partir de
los años ochenta. Por lo tanto, el modelo de crecimiento urbanístico de nuestra ciudad
se basa fundamentalmente en la concepción del equipo de Rañada del desarrollo de
nuestra ciudad.
De forma muy breve, quiero indicar que el Plan Rañada, en sus características
principales, decía lo siguiente:
Estos eran básicamente los criterios que inspiraban esta actuación de diseño de
planeamiento en nuestra ciudad. Estos días, estamos valorando como un hecho muy
positivo el crecimiento interno —el desarrollo hacia dentro de las ciudades—, y bá-
sicamente el Plan Rañada consistía en esto. En recomponer un tejido desarticulado,
desestructurado de la ciudad de Gijón que había crecido con una serie de barrios
satélites desconectados de la trama urbana. Hace treinta años, hablar del poblado de
Santa Bárbara, de Roces o de Contrueces en Gijón era hablar de la periferia. Eran
barrios con graves dificultades en cuanto a las dotaciones públicas y en cuanto a los
servicios básicos municipales. No hablemos ya de El Muselín o de La Camocha, que
eran espacios con otras connotaciones. Pero esto se daba incluso en el espacio más
urbano, más histórico y más consolidado de la ciudad, pues hablar de Cimadevilla era
hablar de degradación urbana y degradación social.
Por lo tanto, el planeamiento de esos veinte primeros años de democracia muni-
cipal en Gijón perseguían fundamentalmente restañar las heridas y soldar las piezas
desconectadas de nuestra ciudad.
de Asturias. Como respuesta a esa ley del Suelo, nace la última adaptación de nuestro
plan general de ordenación, que se aprueba definitivamente en el año 2007. Este nuevo
plan plantea fundamentalmente una novedad, que es edificar al sur de la autovía del
Cantábrico y crecer fuera de lo que configura el espacio ya consolidado en el planea-
miento anterior. Además de esto, también se plantea como objetivo el cierre de los
bordes al este y el oeste de la ciudad.
Fundamentalmente, de las estrategias de crecimiento diseñadas en esta adaptación
del plan general —aquí se sitúan las manchas de suelo urbanizable que surge al sur
de la autovía del Cantábrico—, la más significativa por la entidad es el nuevo Roces
Residencial, ya en fase de ejecución, que tiene como característica fundamental que
resuelve una necesidad en la ciudad de Gijón de suministro de vivienda protegida,
que era una necesidad muy sentida en los últimos años, con una promoción de 3700
viviendas de las que al menos tres mil serán protegidas.
Además de esto, surgen los nuevos urbanizables de Granda, Castillo, Bernueces
y Cabueñes, en las inmediaciones de la Universidad Laboral.
También, aunque inicialmente se había planteado, se hizo una previsión de un
nuevo suelo urbanizable en la parroquia de Jove, que hemos recuperado a través de
una figura contemplada en la ley del Suelo del Principado de Asturias, mediante una
acción concertada con destino a vivienda protegida, gracias a un convenio entre el
Ayuntamiento, el Principado de Asturias y los promotores titulares del suelo.
Por lo tanto, estas son las figuras que no voy a explicar con más detalle porque
en la ciudad de Gijón son conocidas. Son las piezas fundamentales de las zonas de
ampliación y ensanche de la ciudad más allá del ámbito de la Ronda.
La otra cuestión que se ha planteado como fundamental sobre el futuro creci-
miento de la ciudad tiene que ver con la naturaleza de Gijón como una cabecera indus-
trial muy identificable en el conjunto del país. Es evidente por el hecho de que Gijón
es la cabecera siderúrgica de España. Los altos hornos que funcionan en España están
aquí. Uno de ellos está inactivo en estos momentos, el otro sigue en funcionamiento a
consecuencia de los problemas de crisis industrial a nivel mundial. Pero Arcelor es la
clave para interpretar y entender la historia actual, pasada y esperemos que futura de
nuestra ciudad. El potencial industrial de Gijón y Asturias tiene que ver con el papel
fundamental que tiene la presencia de esta cabecera siderúrgica tan representativa.
En la configuración de ese nuevo ámbito de desarrollo industrial que prevé el
planeamiento, se han contemplado actuaciones de planes anteriores como los nuevos
desarrollos industriales en el entorno de Tremañes, en Lloreda, que está realizando
Sogepsa, y también, como una pieza separada que fue desarrollada a través de un plan
especial por el Principado de Asturias, la zona logística que se ve en la zona oeste del
concejo y las inmediaciones del embalse de San Andrés de los Tacones.
Esta zona logística, que ya hemos puesto en marcha, contempla una actuación
sobre una plataforma logística industrial con una superficie de cuatro millones de
Me voy a referir ahora a la otra intervención, la del ferrocarril. Gijón será estación
término del tren de alta velocidad del norte. Es un proyecto que nos va a relacionar con
Madrid y la meseta en menos de tres horas y, por lo tanto, será un sistema de trans-
porte alternativo al avión y la carretera, que son los que en estos momentos resuelven
las comunicaciones de Gijón y Asturias con la capital de España.
Esta apuesta por la alta velocidad no es solamente una apuesta por el ferroca-
rril de largo recorrido, sino que también lleva implícita una apuesta para potenciar
el sistema ferroviario de cercanías, que en el caso de Asturias ha de desempeñar un
papel fundamental en la estructuración de la movilidad y la captación de tráficos que
hoy circulan por las carreteras en todo el ocho asturiano. El tren de cercanías ha de
desempeñar en los próximos años un papel capital en la configuración de esa ciudad
que algunas veces se ha denominado ciudad astur o área metropolitana asturiana, en
la que vivimos aproximadamente ochocientos mil ciudadanos.
La intervención en el espacio del plan de vías afecta a una superficie de 200.000
metros cuadrados y va a producir la mayor transformación urbanística en el corazón
de la ciudad que haya sufrido Gijón a lo largo de su historia. Un nuevo espacio en el
que el protagonista es el ferrocarril. No queremos tapar y ocultar el ferrocarril, porque
éste ha de desempeñar un papel importante y, a la vez, que se produce la recuperación
de un espacio que divide a modo de barrera, el centro de la ciudad con el oeste.
Cuando el Ministerio de Fomento nos planteó este objetivo de prolongar el tren
de cercanías como un suburbano por Gijón, fue el Ayuntamiento el que demandó del
ministerio aprovechar esa oportunidad para suprimir esta barrera ferroviaria. Para
eso se convocó un concurso internacional de proyectos arquitectónicos, del que re-
sultó ganador Jerónimo Junquera. Esta maqueta obedece a la solución urbanística de
ordenación de ese espacio del proyecto de Jerónimo Junquera.
Se libera espacio, se permeabiliza con una densidad más bien contenida de un
metro cuadrado por un metro cuadrado, y se ha optado por liberar suelo, de modo
que se ha generado una zona mixta. Se nos muestra una zona más céntrica de edificios
de poca altura y un espacio situado más al oeste con edificios en torre que liberan y
permeabilizan todo ese entorno.
El ferrocarril, por lo tanto, será en el futuro de Gijón una pieza clave para el
desarrollo de ese modelo de ciudad compacta y ciudad sostenible.
Por último, lo que quiero manifestar después de esta presentación es que Gijón,
en los últimos años, ha sido una ciudad que ha recuperado sobre todo el optimismo.
Hemos vivido profundas crisis industriales, pero las hemos superado y hemos sabido
mirar hacia adelante. Esa visión de futuro la ejemplifica esta escultura que están
viendo, que es el Elogio del Horizonte, que preside en estos momento el Cerro de Santa
Catalina. Es una obra de Chillida que es la imagen del Gijón moderno, del Gijón que
pretendemos que siga siendo una referencia de un Ayuntamiento que se empeña y se
esfuerza por no resignarse y por atender las necesidades de los vecinos.
A eso se debe aplicar el urbanismo. El urbanismo no puede ser algo ajeno a los in-
tereses públicos y ha de prevalecer siempre en la toma de decisiones de quienes tenemos
responsabilidades políticas. Tenemos que supeditar el interés general a los intereses
particulares, que tanto presionan a la acción urbanística en las ciudades.
Muchas gracias.
Muchas gracias. En primer lugar, quiero dar las gracias a la Escuela Universitaria
Jovellanos por haberme invitado y por celebrar estas jornadas, que desde mi punto de
vista, no solo son muy interesantes y tienen un nivel muy alto, sino que además son
necesarias porque la política local en España adolece de foros como este. Lo digo a
título individual, pero creo que es una verdad muy palmaria.
Hay 8000 ayuntamientos en España y, como ustedes comprenderán, los represen-
tantes políticos en estos ayuntamientos son de muy variada formación y muy variada
procedencia. Normalmente, nos encontramos con problemas muy graves que afectan
a la vida diaria de las personas. Creo que se nos debería exigir, como mínimo, un
determinado nivel de formación, sobre todo en aquellas áreas en las que la incidencia
de lo que hagamos sea importante para la vida de nuestros ciudadanos.
Yo voy a ser breve, pero permítanme primero situarles y decirles de dónde
vengo. Vengo de una ciudad, Majadahonda, que está en la periferia de Madrid.
Aunque linda con Madrid, lo hace con una parte alejada del centro, que es el Plan-
tío Aravaca. Además, está entre otras dos grandes poblaciones de la zona, que son
Las Rozas y Pozuelo. Somos la tercera en tamaño de las tres. Formamos, junto con
Boadilla del Monte, una población de aproximadamente doscientas cincuenta mil o
trescientas mil personas.
Lo digo porque Majadahonda tiene un censo de 66.000 personas, aunque noso-
tros creemos que tenemos algo más de población, alrededor de setenta mil. Además,
la conectividad que hay entre todas las ciudades da pie a una zona urbana mucho más
amplia en cuanto a las necesidades de transporte, de servicio y administrativas. Ade-
más de todo esto, Majadahonda y el resto de la zona es básicamente residencial. Esto,
que hace unos años se veía con cierta alegría, ahora se está volviendo un problema,
porque, evidentemente, las ciudades no viven solo de ser residenciales, industriales o
de servicios. Las ciudades necesitan un poco de todo para poder ser ciudades. Eso es
algo de lo que nos estamos dando cuenta en este momento.
Como decía, es una ciudad de aproximadamente setenta mil habitantes, social-
mente es homogénea, lo cual es una característica muy particular de determinadas
zonas que rodean las grandes ciudades. La renta per cápita es alta, pero con la crisis
está cayendo, como era de suponer. Sobre todo, está produciéndose un cambio de po-
blación. Las personas que llegaron hace treinta o cuarenta años a estas ciudades, y las
pusieron en marcha, ahora se ven en una situación de jubilación o prejubilación y el
tipo de servicios que demandan o el tipo de necesidades que tienen no se corresponden
con las que tenían hace treinta o cuarenta años. En aquella época, la gente vivía en Ma-
jadahonda, pero hacía vida en Madrid, trabajaba en Madrid y la vida se concentraba
en la capital. Ahora no es así, es mucha menos gente la que va desde Majadahonda a
Madrid a diario, porque lo que pretenden es hacer una vida más calmada. Los servicios
que presta el Ayuntamiento quieren que se presten en su ciudad.
También les digo que son poblaciones que no tienen una entidad desde el punto
de vista municipal, como la pueden tener otras. Yo siempre digo que ser concejal en
Majadahonda es como ser funcionario del Ayuntamiento, porque nadie te conoce.
Pero, cuando eres concejal en Gijón, Ávila o Córdoba, la gente te conoce y tienes una
autoridad. No es que no tengamos autoridad, no me entiendan mal. Es que nosotros
estamos al servicio de una población que vive ajena a la vida municipal, porque un
80 % de ella no ha nacido allí. Tiene su referencia vital en otras ciudades de España y,
cuando hay fiestas o vacaciones, se van a otras ciudades. Las fiestas de Majadahonda,
para que se hagan una idea, están más cerca de lo que puede ser un «macrobotellón»
que de unas fiestas populares, aunque nosotros nos empeñemos en que las fiestas sean
lo más populares posibles. Eso no tiene nada que ver con las siglas de mi partido, pero
buscamos que sean populares en el sentido de que la gente las disfrute de una manera
normal, sin tener que consumir litros y litros de alcohol.
Nosotros estamos en el borde de la carretera de La Coruña, que siempre ha sido
una vía de comunicación fundamental y que ha dado perfil a toda la zona noroeste de
Madrid. Esta mañana, he podido escuchar en Telemadrid a Joaquín Leguina, que fue
el primer presidente de la Comunidad Autónoma de Madrid, decir algo en lo que creo
que tiene parte de razón, pero que se puede matizar. Dijo que la densidad urbanística
alrededor de la carretera de La Coruña es excesiva.
Algo de razón tiene, aunque creo que ahí todos somos culpables. Lo que tendría-
mos que haber hecho desde el principio es coordinar mejor la relación entre la zona
metropolitana y Madrid. Madrid, como saben, es una ciudad que absorbe absoluta-
mente todo lo que tiene alrededor. Es una ciudad muy potente en todos los sentidos y
que en estos momentos está hiperproyectada. Está muy bien para los españoles, pero
los que vivimos alrededor tenemos necesidades que no somos capaces de cubrir. Son
necesidades de comunicación, transporte público y modernización de la Administra-
ción pública. Poco a poco, lo estamos desarrollando, pero nos está costando mucho
trabajo establecerlas.
Volviendo a centrarnos en Majadahonda, hay que decir que estamos en plena
revisión del plan general. Estamos también en pleno desarrollo del proyecto del carril
bici. Hemos proyectado un carril bici muy ambicioso, porque queremos promocionar
la bicicleta como medio de transporte. Majadahonda es prácticamente llana y creemos
que el carril bici puede ir bien. Lo que pasa es que tuvimos una experiencia de carril
bici hace unos veinte años y fracasó. Son ciudades en las que el coche es el elemento
principal de transporte a pesar de la fortísima inversión en transporte público que se
ha hecho en estos últimos años en Madrid y a pesar del esfuerzo del Ayuntamiento de
Majadahonda por potenciar el transporte público. Nosotros tenemos líneas que nos
unen con pueblos de alrededor, que nos unen con Madrid cada diez minutos. Tenemos
además tren, y el metro de Madrid, en coordinación con el Ministerio de Fomento y el
tren de cercanías, va a llegar al centro de Majadahonda en una obra de infraestructura
como nunca hemos tenido en nuestra ciudad. Aun así, el coche sigue siendo el principal
medio de locomoción. El índice de coches en Majadahonda es altísimo. Tenemos ma-
trimonios, con dos o tres hijos mayores de edad, y cada uno tiene un coche. Imaginen
lo que eso significa a efectos de movilidad y aparcamiento.
Básicamente, hemos centrado el tema de la construcción en las tres alturas. No
hay edificios altos en Majadahonda ni en los alrededores. Esto tiene su parte buena y
su parte mala. Nosotros tenemos un problema grave con la financiación. La densidad
en este momento en Majadahonda es, a pesar de lo que pueda parecer, baja. Sus zo-
nas verdes, por cuestiones de reservas de zona natural protegida en la cuenca del río
Guadarrama y otra zona que tenemos hacia el norte, que es el Monte del Pilar, no nos
permiten construir demasiado. Entonces, es verdad que se concentró al principio una
determinada zona de la ciudad, pero ahora estamos en lo que se llama el urbanismo
esponjado, que quiere decir que intentamos que entre un edificio y otro haya espa-
cio. Esto tiene una dificultad, que es la cuestión de los ingresos y los impuestos. Una
ciudad residencial, como dije al principio, es una ciudad con muy poca industria, que
tiene algo de comercio, pero, sobre todo, derivado del establecimiento de franquicias y
grandes multinacionales comerciales —hipermercados, por ejemplo— y, por lo tanto,
sus ingresos reales no son excesivamente altos. Ocurre como en algunas ciudades
americanas, que de nombre son muy ricas, pero que luego tienen grandes dificultades
a la hora de recaudar. El ibi, en España, no es excesivamente alto si lo comparamos
con lo que puede ocurrir en otros países.
Yo planteo que la cuestión municipal debe ser tomada más en serio por las instan-
cias políticas superiores. Creo que la complejidad de las ciudades es cada vez mayor y
que esta crisis económica va a afectar mucho al mundo urbano. Eso nos va a obligar
a plantearnos algunos errores que se han ido repitiendo a lo largo del tiempo y que,
afortunadamente, parece que no solo nos hemos empezado a dar cuenta, sino que
además estamos empezando a poner remedio. Lo decía también Pedro Sanjurjo: hay
demasiados intereses en todo esto de la planificación de las ciudades y el urbanismo.
Sería bueno que el mundo local empezara a hacerse cargo de los intereses reales de la
población, y creo que el Estado debe plantearse que los municipios no somos un apén-
dice de la Administración Autonómica, sino mucho más. Incluso somos anteriores a
la Administración Autonómica. Con esto no le hago una crítica a esta, pero constato
un hecho.
Creo que la Administración Autonómica, en términos generales, debe respetar
más el hecho diferencial de las ciudades. Las ciudades son los ámbitos en los cuales
se desenvuelve la vida normal, la vida corriente de la gente, y eso hay que respetarlo.
Los experimentos y determinados planteamientos de resultados inciertos debemos
abandonarlos.
Para terminar, me gustaría plantear que, si en este momento se está haciendo
hincapié en la financiación autonómica y si el Gobierno está haciendo hincapié en la
necesidad del acuerdo, creo que es muy importante que el nuevo Ministerio de Política
Territorial, la nueva vicepresidencia y, en general, los grandes interlocutores que pueda
tener en este ámbito, como la Federación Española de Municipios, se tomen muy en
serio que, si de verdad vamos a hacer una nueva ley de bases de Régimen local, si de
verdad vamos a un nuevo formato y a un nuevo planteamiento de relaciones entre las
comunidades autónomas, el Estado y los ayuntamientos, los ayuntamientos debemos
poder decir algo, expresar cuáles son nuestros problemas reales y, de una vez por
todas, «pintar algo» en la política fiscal y financiera de manera que podamos hacer
política para los ciudadanos sin necesidad de estar pendientes del suelo, el urbanismo
y cuestiones que al final tienen que servir para hacer la vida más fácil, pero que no
podemos financiar.
Básicamente, y con el deseo de que, si alguna vez van a Majadahonda, me lo
hagan saber y les enseñe aquello, doy por finalizada la intervención.
Muchas gracias.
Buenos días a todos. Quería señalar que para mí es muy positivo no ser un res-
ponsable político, sino alguien que participa en la responsabilidad de intentar elaborar
políticas, lo cual no es exactamente lo mismo, aunque lo parezca. Desde ese punto de
vista, ni siquiera tengo la necesidad —en algunos casos bien justificada— de defender
o ilustrar las intervenciones efectivas en torno al planeamiento de la ciudad que en
este caso nos acoge tan amablemente o de otras. Mi responsabilidad aquí hoy está en
no salir en ningún momento de lo que creo que han sido los aspectos más básicos de
estas jornadas a las que he querido asistir desde el primer momento. Quiero ubicar
la situación actual en un contexto al que tenemos la obligación de identificar como
de crisis económica e inmobiliaria. Contexto en el que quiero dejar muy claro, como
decía Pedro, que son loables, permanentes y muy constantes los grandes esfuerzos de
algunas administraciones locales. Quizá sean suficientes o quizá insuficientes para
cumplir dignamente su papel y las competencias que les da nuestro marco normativo
para ejercer sus responsabilidades en el ámbito del urbanismo, eso es una realidad
indudable, y, desde luego, vista desde la perspectiva histórica, aún más evidente. No
es mi pretensión ubicar mi intervención en este contexto de la crisis, ni ningunear ese
esfuerzo y esa labor. Desde luego, nuestro Ayuntamiento anfitrión —y Gijón— lo ilus-
tra, y lo ilustra adecuadamente. Lo que tiene de insuficiente, que lo tiene, seguramente
no es por su responsabilidad ni por sus deseos.
Sentado eso, quisiera responder a la primera pregunta que se nos hace de qué es
la ciudad para los responsables políticos. Me sitúo en esa irresponsabilidad política
que terminó cuando tenía competencias el Gobierno anterior a Tierno Galván en el
Ayuntamiento de Madrid. Liberado de eso por mi propia tecnicidad, ahí terminó esa
misión de cargo público que recordaré mientras viva, la de nuestro querido alcalde
Tierno Galván. Pero tengo la necesidad también de decir qué hago aquí, en lo que se
refiere a qué es para nosotros, en este caso para Izquierda Unida, la ciudad. Nuestra
definición va más allá de las definiciones concretas de los modelos espaciales. La
ciudad para nosotros es el escenario más explícito de la organización social y, con él,
su capacidad o sus carencias para garantizar la convivencia social y la sostenibilidad
medioambiental de dichos asentamientos. Por supuesto, una ciudad de convivencias y
de solidaridades sociales puede ser también la imagen misma de la segregación. Una
ciudad de servicios públicos puede ser un escenario en el que haya carencia de ellos,
de responsabilidades asumidas en su mejor gobierno, que tiene como contrapartida la
inhibición en las responsabilidades de este. La ciudad que queremos de protección de
nuestro patrimonio urbanístico, arquitectónico y medioambiental también puede ser
la de nuestros gestores con indiferencia manifiesta y, en cualquier caso, manifestada
eventualmente, hacia esos mismos patrimonios. En consecuencia, la que queremos
es la de la convivencia y la solidaridad, y la que tenemos es una en la que eso se abre
camino a sobresaltos. Es un espacio de confrontación y búsqueda de ese encuentro,
pero también de segregación social. En consecuencia, es donde se ejercen casi todas
nuestras aspiraciones de vida social y, desde luego, una buena parte de nuestras res-
ponsabilidades públicas, profesionales y ciudadanas. Esta es nuestra ciudad. Por tanto,
naturalmente, la tenemos que ver de una manera profundamente política, en la que el
sustento, por lo menos en mi reflexión, tiene una base absolutamente técnica que ha
sido felizmente corroborada con casi todo lo que ha fluido en estas excelentes jornadas.
En una intervención anterior, más técnica, señalaba que el perfil de la crisis actual
inmobiliaria corresponde a la singularidad nacional de la crisis económica mundial. A
lo mejor en Estados Unidos la ven en las subprimes, en la crisis manifiesta del sector
del automóvil. En España, la personalización de la crisis más dolorosa es la de la crisis
inmobiliaria. Y detrás de ella y con ella, es la crisis en el empleo que algunos utilizan
evidentemente con una voluntad muy manifestada de establecer deterioros políticos.
En cualquier caso, tiene su origen, en su magnitud y su profundidad, en, primero, el
boom inmobiliario que propició una generación brutal de un empleo inestable por su
propia naturaleza. Y tanto más inestable en cuanto que se sustentaba en una produc-
ción de viviendas en absoluto acorde con nuestras necesidades reales y que, en conse-
cuencia, generó un nivel de paro que nunca habría sido el que ha sido si no hubiéramos
sustentado, alimentado y creído que el boom inmobiliario era una línea perfecta hacia
la felicidad individual, colectiva y de nuestros bolsillos.
Es responsabilidad manifiesta la que tenemos de ubicar en este contexto de crisis
inmobiliaria de nuestro país. Entonces, ¿qué perfil le doy a esta crisis inmobiliaria de
España, que, como digo, está indisociablemente vinculada a su primer capítulo, que es
el boom inmobiliario? Me niego a hablar de crisis inmobiliaria sin asociarla a lo que ya
era crisis inmobiliaria, sin la cual no estaríamos donde estamos ahora. Su manifesta-
ción más evidente es que ayudó a romper, de manera histórica, el modelo de ciudad en
este país. Cuando digo ciudad, me refiero a cualquier punto de encuentro de personas
y territorio. Para mí, en ese sentido, la ciudad es un ámbito de convivencia que puede
interpretarse en términos políticos y estratégicos con cualquier espacio, ya sea el más
humilde de los poblados. Lo digo para que no nos acusen de urbanitas cuando habla-
mos de ciudades; es un atajo para expresar la convivencia expresada territorialmente.
En primer lugar, lo que es evidente es, como digo, una ruptura inédita de un
modelo de acumulación, incluso con grandes colonizaciones de suelo.
Muchos países, de la mano de una enorme generación de recursos económicos
centrados en la accesibilidad y la comunicación, han dado el salto a la ciudad común
interna, como Majadahonda y muchos otros municipios. Es un paradigma de que la
ciudad salta y lo hace a otros espacios en los que se produce especialización funcional,
con lo que los aspectos de ciudad multiusos y multifunciones se rompen, y aparece
una ciudad desestructurada. Esto hay que verlo en un territorio cada vez más amplio,
en el que los ciudadanos solamente cumplen una o dos de las numerosas funciones
que tienen derecho a cumplir en unos desplazamientos muy rápidos como la ciudad
dormitorio. El impacto territorial es el vidente del boom. Pero es que, además, ese
impacto se ha traducido en un proceso, a su vez, de colonización de suelos rústicos sin
precedentes en nuestro país. Cuando nuestro amigo el concejal de Majadahonda pedía
que los ayuntamientos «pintaran más», se me ocurría una broma —no la interpretes
mal—. Y es que sí, pero cuidado con lo que pintamos. Porque los ayuntamientos,
puestos a pintar, han pintado muchísimo. Han pintado de suelo urbanizable todo
lo que han podido hasta ahora cuando han tenido la facultad de pintar. Entonces,
«pintores» somos todos, pero asumamos nuestra responsabilidad a la hora de poner
colores, porque si no, nos convertiremos en aprendices de brujo.
Es un inciso para señalar ese primer rasgo.
El segundo rasgo, de carácter más social, es que la cruel paradoja de nuestro país
es que esta hiperproducción de viviendas no solamente ha estado inflada en sus precios
a través de un maridaje excepcional del sector inmobiliario y el bancario —sobre el
que quiero volver más tarde—, sino que, además, ha seguido dejando sin vivienda a
los sectores más necesitados, por las vías del precio y la tipología.
En cualquier caso, los que han accedido a ella, lo han hecho endeudándose, por-
que, sabiendo ahora lo que pueden obtener por su vivienda, es claro que están endeu-
dados. Yo soy de los que piensan que ese endeudamiento de nuestra sociedad nos va a
dejar heridas morales. Orienta el gasto de las familias hacia donde quizá no era más
adecuado. Se van a deteriorar opciones de gasto y compra de servicios, bienes, estudio
para los hijos, cultura y ocio al servicio de pagar algo que estaba sobrevalorado. Ade-
más, ahora los bancos «descubren» de repente que donde daban cien solo pueden dar
cincuenta por el mismo bien; es algo que evidentemente ya sabían.
Ese es el tercer perfil.
Otro elemento básico de deterioro que raramente se menciona, pero que debería
aparecer en la contabilidad nacional, es esa colonización a saltos de nuestro territorio.
Es una característica del boom inmobiliario, ahora aún más manifestada en la crisis.
Esta colonización ha secuestrado la inversión pública territorializada en nuestro país.
Las administraciones centrales, locales y autonómicas han ido detrás de decisiones y
procesos de urbanización que no eran suyos, sino que tenían que ver con la relación
entre grandes promotores y una normativa urbanística que dimite respecto a las obli-
gaciones de planificación. Transforma el suelo en un espacio de juegos, en el que, de
una manera u otra, casi todo es urbanizable. Esa inhibición en las decisiones es una
inhibición también en el ámbito de la planificación urbanística.
Esto nos lleva al último punto de la descripción del modelo. El papel de las ad-
ministraciones con competencias en urbanismo ha sido la argamasa sin la cual ni el
boom inmobiliario ni la actual crisis se habrían manifestado en los términos en que lo
han hecho. Tenemos que mirar frontalmente estas responsabilidades. Yo, respecto a la
crisis inmobiliaria, tengo una conclusión política, y es la de que el modelo neoliberal
reflejado en el ámbito de la normativa urbanística, la ley del Suelo del 2002 y la nor-
mativa de numerosas comunidades autónomas hace creer a la ciudadanía que nadie es
mejor que el promotor privado para tomar decisiones del cómo, el cuándo y el dónde
de los procesos de urbanización. Ese modelo neoliberal ha fracasado con la crisis
inmobiliaria. Lo quiero repetir. Ha fracasado ese modelo con la crisis inmobiliaria.
Aquí no lo ha defendido nadie, pero, sin embargo, sus valedores siguen ahí. Y tengo la
sospecha de que hay demasiadas administraciones locales, demasiados agentes de la
intervención sobre el territorio que están agazapados esperando a que pase el tsunami
para volver a hacer lo mismo, que es lo único que saben hacer y lo único que los espa-
ñoles sabemos aceptar sobre el territorio. Nadie se atreve a defenderlo públicamente,
pero, sin embargo, las fuerzas económicas y sociales, que son las mismas que en el
ámbito de la interpretación sectorial de la crisis, reclaman que la salida de esta es una
«vuelta de tuerca» con más despido libre y la reducción del gasto en servicios públicos,
y aprovechan que «el Pisuerga pasa por Valladolid» para dar una salida a la crisis, la
de profundizar más en el modelo neoliberal que ha fracasado.
En el ámbito territorial, tenemos la misma amenaza, y los foros como este no lo
ponen de manifiesto porque aquí todos somos muy «guapos» y somos muy guapos
en la definición de nuestras técnicas —que, por cierto, algunas son verdaderamente
portadoras de futuro, desde las anteriores de Roberto hasta las de Cynthia—. Hay un
tesoro incalculable, en mi opinión, en que haya instrumentos de análisis sobre los cri-
terios espaciales de la sostenibilidad, que deberían dar pautas de comportamiento a las
administraciones locales a la hora de definir un diseño urbano como el que reclamaba
Luis Felipe. Yo, desde aquí, quiero reclamar que esas instancias que hoy en día tene-
mos, desde las administraciones locales y estatales, padecen un poco del tratamiento
que tenían hace unos años los estudios medioambientales. Es decir, hacerlos para que
queden «en un cajón». Ahora, si los estudios medioambientales no se cumplen, acaban
en Bruselas. Hay algunas comunidades autonómicas, dos o tres periféricas y una cen-
tral —es mi aportación— que son maestras en eso. Esas investigaciones se merecen una
mayoría de edad en cuanto a la interlocución con las administraciones para recuperar,
por dignidad, el papel que deben tener en el ámbito de la planificación territorial.
Por último, quería señalar —y desde las formaciones políticas considero que eso es
capital— que este boom inmobiliario ha arrasado una parte del capital de la confianza
de los ciudadanos en los cargos públicos. Es el boom inmobiliario y la potencia de los
agentes sobre él lo que ha deteriorado extraordinariamente algunas credibilidades de
muchos cargos públicos, implicados de una forma u otra en procesos que globalmente
aquí llamo de corrupción. Nuestra democracia es todavía frágil y, en consecuencia,
esa confianza es necesario recuperarla inmediatamente.
El siguiente elemento que quiero destacar es el de cuáles son, en estos momen-
tos, los agentes en los que voy a centrar luego las propuestas de naturaleza política
territorial.
Los grandes agentes, evidentemente, son aquellos que tienen las competencias
para intervenir. Los quería situar en tres ámbitos: las administraciones con competen-
cias urbanísticas, el sector inmobiliario privado —que creo que tiene en España unos
rasgos inéditos en Europa y que tiene que perder en buena parte— y el sector bancario.
Considero que se ha producido un maridaje que nadie menciona, entre el sector ban-
que están haciendo en ámbitos en los que a los urbanistas no nos dejaban antes la
responsabilidad de hacer «colorines», ahora la racionalidad en la sostenibilidad es un
elemento que tiene que incorporarse a la reflexión de las administraciones locales y va
a determinar buena parte de los diseños urbanos. A las administraciones que lo hagan,
las llamaremos valientes y, a las que no, les seguiremos diciendo que están al servicio
de los intereses privados y que utilizan lo público para dar pábulo a ese carácter ab-
solutamente subsidiario.
Muchísimas gracias.
para poder hacer un modelo diferente al que se ha hecho hasta ahora. También se
ha referido al sector financiero como unido en maridaje, lo que ha sido el origen de
la inflación de precios que ha tenido el sector inmobiliario en los últimos tiempos y
que ha endeudado a las familias. Por último, hace unas propuestas para recuperar la
primacía de la planificación y el territorio. Un Pacto de Estado para homogeneizar las
legislaciones urbanísticas, porque hay gran dificultad de conciliación entre las distintas
comunidades autónomas. También ha referido la modificación de los planes generales,
para que tiendan a mejorar, porque han provocado unos crecimientos indeseados.
Creo haber hecho un resumen de las tres intervenciones, y ahora ustedes tienen
la palabra.
Yo tengo que decir que, en mi intervención primera, había una introducción de
carácter muy general, pero que no ha entrado en ninguna de las líneas de cara a aspec-
tos de mayor preocupación en el futuro. Hablo de recursos energéticos, agua, eficiencia
energética o modelos de crecimiento. Sobre que nuestras ciudades no siempre han
tenido el mismo modelo, como en los últimos años, especialmente en el último ciclo
coyuntural de crecimiento masivo, digamos. Hubo una cultura anterior, democrática,
en el origen de los planes generales. El concejal Sanjurjo ha tratado algunos aspectos
que han sido también motivo de reflexión. La estación de Jovellanos, que fue poste-
rior a la de El Humedal, tiene una revisión posterior. Ha hecho una reflexión sobre
la lanzadera que en ese momento se proponía para reubicar algo más estructural, que
es la supresión de las vías, más allá de la llegada del metrotrén al otro extremo de la
ciudad. Esto ha sido de gran impacto, lo está siendo y lo va a ser sobre un crecimiento
que inevitablemente va a sustituir el modelo de suelo de infraestructuras de la ciudad
de Gijón por uno residencial más abierto, que permite la permeabilidad entre el norte
y el sur, o entre el Natahoyo y el distrito de Pumarín. Eso es lo que quería comentar.
Les presento a quienes abrirán las distintas cajas conceptuales que van a dar con-
tenido a este taller titulado «Crecimiento urbano y criterios de sostenibilidad». En la
mesa me acompañan Cynthia Echave Martínez Martínez, de la Agencia de Ecología
Urbana de Barcelona; Isidro López Hernández, del Observatorio de la Sostenibilidad
en España; Berta Rosón López, jefa del área de Urbanismo del Ayuntamiento de San-
tiago, y Mario Nolla Fernández, arquitecto que trabaja en la comunidad autónoma de
Madrid, aparte de desempeñar también una función política en este campo.
Hemos convenido que el método que vamos a utilizar es que cada uno de los in-
vitados comente qué le trae aquí. Cuáles son los elementos por los que está aquí y por
los que la organización habló con ellos. Un taller no debería ser una suma de cuatro o
cinco conferencias. Con la palabra taller parece que la organización quiere indicar que
debe tener un carácter interactivo; sin duda, la mayor responsabilidad en esta misión
corresponde a este lado de la mesa, pero también esperamos ser lo suficientemente
interesantes como para provocar la participación del respetable auditorio, a quien
invitamos a intervenir en cualquier momento para volver sobre lo dicho o llevarlo
hacia otro camino distinto.
Las intervenciones, que pueden durar entre quince y veinte minutos, las haremos en dos
bloques. Las primeras, las de Cynthia Echave Martínez e Isidro López; las segundas, las de
Berta Rosón y Mario Nolla. Al final de cada bloque, podríamos abrir un turno de comen-
tarios, o bien este moderador suscitaría algunas de las cuestiones que a él le han parecido
más destacadas en esas intervenciones, con el fin de facilitar o animar a los comentarios y
al debate. Después, si ustedes quieren, podemos hacer un pequeño descanso, aunque, por
supuesto, si alguien quiere levantarse, salir, entrar o sentarse en otra parte, desde la orga-
nización me dicen que lo hagan, que les parece bien e, incluso, lo incentivan, para darle al
taller un tono informal, aunque procuraremos que su contenido sea de carácter riguroso.
Voy a ofrecer la palabra a Cynthia Echave Martínez, de la Agencia de Ecología Urbana de
Barcelona, que tiene preparada una exposición sobre «Crecimiento urbano y criterios de
sostenibilidad» con referencia a su experiencia profesional, e, inmediatamente después, ella
se la dará a Isidro López, que hablará de los informes anuales de sostenibilidad.
del suelo rústico son precisamente la presión urbanística e incluso las explotaciones
agrícolas y ganaderas, lo cual conlleva a una paulatina fragmentación del territorio y
una explotación extensiva de los recursos.
Para ello, las estrategias am-
bientales buscan modificar el es-
quema actual. El esquema de un
modelo urbano futuro significaría
precisamente la búsqueda de una
mayor reutilización de los recur-
sos y un mayor uso de las ener-
gías renovables, pero a la vez una
mayor atracción hacia el entorno
rural que permita revalorizarlo.
Debemos plantearnos la recon-
versión de las ciudades, pero a la
vez hacer más atractivo el entorno
rural, porque muchas de estas zo-
nas empiezan a estar degradadas y
olvidadas. Seguramente, con una pequeña inyección económica y un acceso alternativo
a los servicios, podrían volver a ser más productivas.
Básicamente, es plantearse un cambio sobre los hábitos de consumo, una racio-
nalización y una protección del suelo que permitan una mayor conectividad biológica,
y, ante todo, el cierre del ciclo de la materia en todos los procesos.
Uno de los indicadores con
el que todos estamos ya bastante
familiarizados es el de la huella
ecológica. Hace algunos meses,
fue publicado un estudio rea-
lizado por la upc de Cataluña,
patrocinado por el Departament
d’Habitatge de la Generalidad. Se
trata de una proyección de escena-
rios en los que se calcula la huella
ecológica en relación con la bioca-
pacidad de la Tierra. El escenario
proyecta la situación para el año
2050, teniendo en cuenta que la
gestión de los recursos fuese tal
como la que ahora tenemos. En principio, el incremento y el traslado de estilo de vida
sobre los países subdesarrollados en América Latina, China o la India supondría un
cambio exponencial. Esta sería la proyección que ellos prevén en el cambio de modelo
sobre los grandes consumidores y la Unión Europea.
Partiendo de esto y basándome en el Informe de Sostenibilidad que Isidro os
comentará más exhaustivamente, es importante señalar el consumo energético final
y cómo está situada España con respecto a la Unión Europea. Es una de las cinco
potencias que más consumo tienen. Pero las acciones que se emprenden para reducir y
combatir las emisiones van en otro camino. La gráfica muestra claramente cómo las
tendencias de Francia, Alemania, Italia y Reino Unido van en descenso. En cambio,
en España no conseguimos disminuir estas emisiones. En gran parte se debe a que la
economía española está basada en la construcción y a que padece de una mala gestión
del transporte.
Para tener una idea en orden de magnitud a nivel de megajoules, andar en bicicleta
puede consumir 0,6 megajoules por kilómetro y persona; yendo en automóvil, se al-
canzan los 2 megajoules. Esto es especialmente importante cuando se traslada al re-
parto modal de las ciudades, el cual refleja cómo aún se realizan muchas de las activi-
dades cotidianas en coche.
Asimismo, debemos reconsi-
derar el tipo de edificaciones que
se hagan. Los planes de ordena-
ción urbana, cuando proyectan
las nuevas áreas de desarrollo,
plantean cuál es la edificabilidad
adecuada y el tipo de edificación
que se construirá. En este sentido,
es necesario considerar los perfiles
de consumo que existen en dife-
rentes edificaciones. Una edifica-
ción pasiva puede llegar a los 16,6
kilogramos de CO2 , mientras que
edificaciones previas al cte pue-
den llegar a los 113 kilogramos de
CO2 . El concepto de arquitectura
bioclimática implica una impor-
tante reducción de emisiones, y
debería asumirse no solo como
un estilo, sino más allá.
Hoy en día, se cuenta con una
serie de compromisos ambientales a
diferentes niveles de actuación. A
nivel internacional, están, por ejem-
En cuanto a lo que a eficiencia se refiere, hay que disminuir los consumos ligados
a la energía, el agua y los materiales. Ante todo, es necesario generar el discurso a par-
tir de la valoración de las emisiones de CO2 en cualquiera de los ámbitos, no solamente
en lo que se refiere a la energía útil, con la que estamos más relacionados, pues es la
energía que consumimos, sino también con respecto a la asociada a los materiales, que
es la energía gris; la asociada al transporte, y otra que tendremos que ir asumiendo,
que es la asociada a la alimentación. Esta última puede generar un impacto importante
en un territorio si, por ejemplo, disminuye la ingesta de carne en la población. Reper-
cutiría a nivel territorial en relación con la explotación ganadera.
Desde el punto de vista de la complejidad, el cual es bastante interesante, el dis-
curso va ligado a las estrategias económicas y productivas de un territorio. Es funda-
mental que en un modelo territorial sostenible pueda haber una alta autocontención.
En este sentido, nosotros trabajamos con un indicador que es el Índice de Diversidad,
que probablemente muchos ya conoceréis. Se trata de calcular el grado de organización
de un ámbito urbano. Se valora cualquier institución o persona jurídica como si fuese
una especie, una especie entendida como una entidad organizada. A partir de ahí, se
valoran la cantidad —es decir, el número de estas entidades— y la diversidad del tipo
de actividades. Esto nos da una idea de cómo está regulado el territorio en función de
esta complejidad, entendida como información contenida en dicho territorio.
Un ejemplo de los nuevos puntos neurálgicos de atracción es el lugar en el que
estamos situados ahora. Hay que combinar el conocimiento y las nuevas tecnologías y
generar espacios en los que se propicie la sinergia entre empresas privadas y públicas
y el conocimiento que existe en la Universidad. La ciudad experimenta un crecimiento
más intelectual que físico, por así decir.
Finalmente, desde el punto de vista de la estabilidad, es necesario, como criterio
de modelo sostenible, generar unas nuevas políticas de acceso a la vivienda y garantizar
que la población tenga la dotación y la proximidad adecuadas de servicios públicos
básicos. Los parámetros en los que están reguladas las dotaciones de equipamientos
se plantean a partir del total edificable —más físico—, sin ajustarse al perfil de la
población que asumirán. En ese sentido, los planteamientos de dotación de Agustín
Hernández Aja son muy interesantes, ya que hace todo un análisis de cuál sería la
dotación idónea en función de diferentes tejidos urbanos. La cantidad de demanda de
servicios que tendrá una población en una zona muy céntrica no será igual a la que
tendrán zonas más aisladas. Esto es muy importante en el momento de crear nuevos
planes, tanto dentro de la ciudad como en los crecimientos que se planteen hacer.
Hay que tener presente el perfil de la población, el índice de envejecimiento y en
qué estado se encuentra la oferta de las viviendas de protección oficial. Creo que, hoy
en día, la apuesta por el bien público ha de propiciar una mayor versatilidad detona-
dora que nos sirva para poder desencallar muchas de las viejas dinámicas, que nos
llevan a crisis.
En primer lugar, hemos hecho una recopilación de doce indicadores urbanos, que
veremos posteriormente. Los hemos estandarizado e integrado en un diagrama de
sostenibilidad urbana. Aparte de eso, para dar cuenta de las dimensiones de gober-
nanza, las dimensiones más institucionales del desarrollo sostenible a escala local,
hemos evaluado en qué estado se encuentra la Agenda 21 Local en las capitales de
provincia.
Aparte, hemos hecho un análisis de la huella ecológica municipal referido y com-
parado con los índices de desarrollo humano y el índice sintético de capital humano,
para ver cuánto se consume por un lado y cuánto se obtiene en términos de riqueza
social por el otro.
Por último, hemos hecho un análisis de la evolución del consumo de suelo en las
áreas urbanas, a través de la evolución de lo que, en terminología catastral, se llama
el Sunau (suelo de naturaleza urbana), que une el suelo urbano más el urbanizable en
el período 2000-2007.
Los indicadores de sostenibi-
lidad urbana que hemos utilizado
han sido en primer lugar econó-
micos, como la actividad econó-
mica por habitante. Este indica-
dor procede de la base de datos
de La Caixa, en términos locales,
porque es extremadamente difícil
encontrar datos económicos ho-
mogéneos para todo el territorio.
En concreto, la renta bruta dispo-
nible, que sería el indicador ade-
cuado, equivalente al pib. Otros
son la tasa de empleo o el índice
de motorizaciones. Este último es importante porque es un indicador de desarrollo
clásico: aunque siempre se ha pensado que es positivo un alto índice de motorización,
nosotros consideramos lo contrario, pues asumimos que se ha cubierto con creces el
déficit de vehículos en España y que cualquier aumento del índice de motorización es
generador de insostenibilidad. Es un planteamiento, quizá, criticable y matizable, pero
creemos que lo básico para un análisis de esta escala es correcto. También considera-
mos el consumo de energía eléctrica por habitante y el consumo doméstico de agua.
En estos dos indicadores, que son centrales, hemos encontrado una carencia de datos
enorme. Hicimos una encuesta directamente con los ayuntamientos, pero, aunque
obtuvimos algunas respuestas, no fueron todas las que nos hubieran gustado. Otros
indicadores son las superficies de zonas verdes por habitante, el uso eficiente del stock
de viviendas (ratio entre las viviendas principales y las no principales), la densidad
El objetivo deseable de este análisis sería maximizar los índices de desarrollo hu-
mano y el Índice Sintético de Capital Humano reduciendo la huella ecológica al máximo.
Estos son los resultados que obtuvimos en términos de déficit ecológico en las
capitales de provincia. Para matizar, hay que decir hay varias formas de medir la huella
ecológica. Se ha utilizado la biocapacidad disponible en la provincia o en el propio
término municipal, pero también se puede medir con la biocapacidad global. En todo
caso, también es importante decir que la medida son las hectáreas globales, es decir,
que los impactos son globales, no tienen por qué ser impactos de las cercanías de los
términos municipales.
En el caso de Asturias, la huella provincial supera seis veces su capacidad y, en el
caso de Oviedo, 41 veces. Esto implica que harían falta 41 «Oviedos» para seguir
sosteniendo el modo de patrón de consumo de la ciudad. En el ámbito de las ciudades
españolas, se sitúa en una posición media-alta. Madrid y Barcelona ocupan los lugares
más amplios. Allí donde hay mayor actividad económica, mayor huella ecológica hay.
Todas las capitales de provincia superan su biocapacidad disponible.
Si unimos la huella ecoló-
gica, el idh y el isch, Oviedo
se sitúa en un lugar en el que el
Índice de Desarrollo Humano es
medio-alto, y la huella es también
medio-alta.
Como veis, todas las ciudades,
haciendo este análisis, se sitúan en
este cuadrante de huella alta, así
como hay altos índices de idh y
isch. Lo deseable sería ir hacia el
cuadrante inferior, que es el de sos-
tenibilidad, donde se maximiza el
Índice de Desarrollo Humano y se
minimiza la huella ecológica.
Una cuarta dimensión, que en este contexto estoy seguro de que interesará, es
la evolución del suelo de naturaleza urbana. Este se compone por la suma del suelo
artificializado y declarado urbanizable por el planeamiento, que en gran medida es
irreversible. Hemos encontrado que el crecimiento medio de las ciudades que han
aumentado en dicho período es de un 38,13 %, lo que supone más de seis veces el
crecimiento poblacional en el período estudiado. También es cierto que, al utilizar el
período 2000-2007, las ciudades que han hecho planes generales tienden a salir repre-
sentadas con mayor consumo de suelo.
Otro aspecto, en el que ya se ha incidido, es la morfología de este crecimiento, que
ha sido de tejido urbano difuso. Hay una expansión que dificulta la planificación efi-
Turno de preguntas
Está abierto ahora un espacio de debate, para que cualquiera pueda intervenir.
Participante
Los arcos se sustentan sobre una clave, y es muy importante conocer la fiabilidad
de la clave sobre la que se construye y se sostienen los empujes del arco. En un debate
de carácter científico, el método cuenta; por ello, es importante reflexionar sobre
él. Podría haber dos métodos. Cynthia ha hablado de uno que tiene una grandísima
ventaja, pues permite trasladar el conocimiento que procede de la ecología para dar
un parámetro. Pero la ciudad no es lo mismo que un ecosistema físico, es algo más
complejo; por ello, hay otros enfoques de acercamiento. Hace unos años, hubo un gran
debate en Alemania entre Luhmann y Habermas acerca de la aproximación cibernética
al estudio de los problemas sociales, para ofrecer también cifras y parámetros y, en
definitiva, el control de los procesos. Pero el territorio no es un ordenador, no es un
sistema cibernético, no tiene estados meta. Seguramente, si yo toco una tecla ahora,
las imágenes que aparecen en la pantalla del ordenador cambiarán. En el territorio no
sabemos qué teclas tocar. Son aproximaciones para ver el funcionamiento. Tampoco
es un sistema biológico, pues no muere, sino que se transforma y revive en un nuevo
ciclo. Es un sistema, sí, pero territorial, tiene por tanto su propia lógica, que no se
descubre pasando sin más aportaciones y utilizando herramientas que dan resultado
en otros sistemas.
Todos buscan el indicador sintético, que en unos casos es la huella ecológica y en
otros se prefiere, como indicó Cynthia, trabajar con recopilaciones propias de indica-
dores adaptadas a los territorios; luego se hace el indicador sintético que no se llama
huella ecológica. Pero lo que ocurre es que, en los medios, tiene mayor prestancia el
concepto de huella ecológica que el que haya podido hacer el Instituto de Ecología
Urbana de Barcelona de la Sostenibilidad Social en Tarrasa.
Entonces, digamos que tendríamos dos parámetros para evaluar. Uno, las re-
copilaciones de indicadores convenientemente manejadas y otro, la huella ecológica.
La ventaja que tiene la huella ecológica es que quizá parte de un saber anterior y, en
segundo lugar, que puede ser comparable, comparabilidad que para un indicador es
un principio fundamental.
Participante
Al hilo de lo que se estaba comentando sobre la huella ecológica, sobre los indica-
dores, a mí me suscita la reflexión de que realmente estamos ante algo bastante nuevo.
Estamos tomando metodologías procedentes de diferentes disciplinas y utilizándolas
para ver qué hacemos con unas ciudades que están actualmente desbordadas. Creo
que se ve bastante bien en la formación de la gente que está trabajando en esto, que es
multidisciplinar. Desconozco la formación de los ponentes, pero lo que conozco de la
Agencia Medioambiental es la dirección de un ingeniero, y, de la agencia de Barcelona,
un psicólogo. Es gente que muestra una preocupación desde diferentes puntos de vista;
también hay aquí un geógrafo y una historiadora. Estamos trabajando más o menos
sobre lo mismo desde diferentes puntos de vista. Entonces, es lógico que algunos in-
dicadores fallen, otros funcionen mal y otros bien. En cualquier caso, la reflexión que
me suscita todo esto es que estamos aquí trabajando sobre este tema, preocupándonos
desde por la mañana con una magnífica intervención sobre lo mismo, sobre cómo
hacer las ciudades sostenibles, sobre cómo hacer arquitecturas bioclimáticas, cuando
la realidad fuera de estas paredes es que las grandes estrellas de la arquitectura están
vendiendo unos proyectos imposibles, absolutamente no sostenibles, no bioclimáticos,
y eso es lo que están comprando todos los alcaldes de este mundo. Como ejemplo,
esta maravilla de ciudad sostenible que se va a construir en Dubai, a partir de la no
sostenibilidad de todo lo demás, a la que están yendo a trabajar los grandes arqui-
tectos europeos y americanos para presentar sus proyectos. Uno de ellos proponía un
edificio bioclimático de más de cien pisos, con una base de sistema de refrigeración
que se utiliza normalmente en pequeñas casas de una planta. Mi reflexión es saber
hasta qué punto lo que aquí estamos haciendo sirve para algo cuando, en la calle, la
realidad es otra.
Creo que la primera cuestión está relacionada con la creación de un nuevo corpus
disciplinar para enfocar estas cuestiones. Hablabas del acercamiento enriquecedor de
profesionales de distintas formaciones. El asunto sobre el que trabajamos es un sistema
territorial, y tenemos que crear entre todos, partiendo de la necesaria pluridisciplina-
riedad, la interdisciplinariedad.
La sostenibilidad aquí se enfocaba desde un punto de vista determinado, y la
huella ecológica se refiere más a mantenimiento de los procesos físicos. Pero si habla-
mos de sostenibilidad social, el concepto cambia ligeramente. Se encuentra entonces a
unos profesionales que utilizan unos indicadores y unos parámetros para medir tanto
aquella versión de la sostenibilidad como esta otra. Creo que se está avanzando. El
gran factor de sostenibilidad en, por ejemplo, Barcelona, es que, hace un siglo, el índice
de mortandad infantil era altísimo, antes de planificar el ensanche, derribar las mu-
rallas y sanear la ciudad, lo cual parece que entonces era insostenible, según prueban
la esperanza de vida y el índice de mortandad infantil. En los países desarrollados,
nuestras tasas sobre estas cuestiones están superadas. Vamos a entrar ahora en otras
fases del proceso, de derechos sociales de nueva generación. Tenemos que situarlo
también en el contexto histórico del avance. Decía Castells que el mundo nunca había
tenido tanto empleo asalariado como ahora, aunque exista una crisis. En un contexto
histórico medido en una temporalidad histórica, política o mediática, hay grandes
progresos en los indicadores básicos.
Estas cosas las estamos viendo en el sistema capitalista avanzado actual y en el
mundo de hoy. Si retrocediéramos ligeramente en el tiempo, estaríamos hablando de
otro tipo de indicadores diferentes en su totalidad.
Participante
Se nos dice a los economistas que solemos explicar, en el mejor de los casos, las
cosas bien una vez que han sucedido. Pero ahora que estoy rodeado de especialistas
tengo la impresión de que esto empieza a ocurrir en todas las especialidades. Es decir,
todas las especialidades, al final, encuentran conceptos y metodologías que van ex-
plicando muy bien los desmanes que vamos haciendo. Desde luego, es verdad lo que
decía Alberta. Yo lo he vivido. En estas cuestiones, yo soy tan solo un observador como
ciudadano, pero he vivido ocho años dentro de un Ayuntamiento como director econó-
mico. A veces sentía impotencia porque vivimos en una sociedad que evoluciona muy
deprisa, en la que la rapidez en la toma de decisiones es muy alta y en la que todo lo que
supone generar nuevas actividades económicas o un nivel mayor de ellas es positivo.
Vivimos imbuidos en la idea del crecimiento y, probablemente, no tengamos a
corto plazo una respuesta a ello, pero no podemos dar por bueno este discurso que ine-
vitablemente conduce cada vez más a pronunciamientos institucionales y académicos
que afirman que esto no puede seguir así. Esto nos obliga a plantearnos el problema
del modelo o, en todo caso, cuestionar mucho el proceso de toma de decisiones. Este
proceso, hoy, inevitablemente consiste en seguir creciendo porque lo marca la presión
del entorno y, si acaso, aplicar los conocimientos cada vez mayores que tengamos para
a posteriori interpretar e intentar corregir las deficiencias, pero sin cambiar de modelo.
Dentro de las ciudades, nos hemos imbuido tanto en la cultura de la competitividad
que la hemos llevado a todos los terrenos. Tienen que competir las personas, tienen
que competir las naciones, tienen que competir las ciudades. Interdisciplinariamente,
aunque no tengamos alternativas claras, hay que cuestionar esta forma de reflexionar,
que es la que se mueve en el poder político y en la que se toman al final las decisiones.
Yo creo que no se puede plantear que sea sostenible un modelo económico que
está desapareciendo, pues su propia desaparición pone de relieve que en el mundo
actual no es sostenible, porque no se sostiene. Hoy en día, la población tiene unas
demandas a las que ya no da respuesta ese sistema económico. Evidentemente, creo
que tenemos que buscar una sociedad sostenible, pero probablemente no se consiga
mirando hacia atrás, a economías que ya no dan respuesta a las necesidades actua-
les, sino que habrá que buscar la sostenibilidad mirando hacia el futuro, viendo qué
alternativas económicas y de convivencia podamos implantar para dar respuesta a
necesidades esenciales e irrenunciables de la sociedad actual sin poner en peligro el
medio ambiente. No necesariamente la respuesta tiene que estar en un retorno que
—yo creo— no se va a producir.
Participante
no se puede mantener una sociedad ficticia, como no se puede mantener una arquitec-
tura ficticia. No se puede construir como hace trescientos años en el siglo xxi, porque
hay nuevos sistemas más sostenibles, más bioclimáticos, que afectan menos al medio
ambiente, más modernos y más actuales. Hay maneras de hacer ciudades modernas
que no tienen por qué conllevar la construcción de edificios de 150 pisos. Hay formas
de interacción entre la sociedad agraria y la urbana yendo hacia delante. Estamos ante
un dinamismo que no sabemos adónde nos lleva, porque nada ha vuelto a ser igual
desde 1900. Se dijo que 1900 supuso un punto de inflexión, en el que nada cambió
sustancialmente, pero desde el que nada volvió a ser lo mismo. A partir de la segunda
posguerra, nada ha vuelto a ser lo mismo. A partir del desarrollismo de los sesenta y
los setenta, así como desde Internet, ya nada es igual. Entonces, ¿hasta qué punto se
puede hablar de mantener una pequeña aldea? Se puede mantener inventada. Se pueden
mantener Mijas, La Alberca o Santillana del Mar si uno supone que sus habitantes,
por ejemplo los de Santillana del Mar, viven a base de quesadas y anchoas, porque
es lo único que se vende en sus tiendas de ultramarinos. Se sostienen estos sitios in-
ventándose, inventándose los pueblos como suponemos que pudieron ser hace ciento
cincuenta años si los hubiesen «fregado» y les hubiesen dado una capa de barniz. Pero
como, lamentablemente, eso no ha sido ni puede ser así, habrá que considerar estos
indicadores sobre los que ustedes están hablando, para ver qué se puede hacer y si entre
todos podemos ayudar. Gracias.
Gracias por sus intervenciones, con las que se amplía la participación y se alarga
la visión. Vamos a dejarlo para volver al final y dar la palabra a los otros ponentes. Si
suscitaba la cuestión sobre esto, era con una intención: la de hablar de sostenibilidad
y de cambio territorial, difíciles de predecir porque tenemos muchas incertidumbres.
Tenemos que ver cómo se produjo el cambio en el pasado y entender cómo se fueron
dando los procesos de cambio socialmente. Quizá, ese sistema que era sostenible
porque se reprodujo durante mucho tiempo —el sistema agrario tradicional— quebró
porque sus contradicciones fundamentales eran que sus costes sociales y laborales
pasaron a ser inasumibles, pues las condiciones y la atmósfera en la que se emplazaba
esa pequeña burbuja cambiaban por encima de su posibilidad de adaptación. Es decir,
estamos analizando el concepto de sostenibilidad siempre en el contexto histórico y
general. Hoy hay unas preocupaciones y mañana otras, y de lo que estamos hablando
es del cambio territorial y del cambio social, probablemente.
Para cerrar, se me ocurre que uno de los elementos es llamar la atención sobre los
posibles conflictos o las causas por los que se puede producir un cambio no deseado.
Es decir, dotarse de cautelas para gestionar nuestra sociedad; sintetizando lo que aquí
se dijo, se necesitan instrumentos para protegerse del riesgo previsible, lo cual, por
otra parte, es imposible por definición. Son instrumentos de vigilancia, de atención,
para esta sociedad y estos territorios, intentar ir gestionándolos de una forma pru-
dente para eliminar los posibles elementos de riesgo. Pero va a cambiar, sin duda. Lo
que esperamos es que no sea un cambio catastrófico, sino uno dualista, ilustrado, que
intente gestionar de una determinada forma el territorio, si eso es posible.
Volviendo más tarde a estas cuestiones, yo les preguntaría: ¿hacemos un pequeño
descanso o continuamos? Si no oigo nada, continuamos. He oído que preferirían con-
tinuar, pues continuemos.
En realidad, de lo que yo venía aquí a hablar era no tanto de los modelos de de-
sarrollo y crecimiento urbano, sino de los modelos de intervención sobre el territorio,
los que intervienen realmente. Vengo a hablar no tanto de la formalización espacial de
cómo se han organizado las ciudades o los hitos —pues una ciudad es un hito, como
ahora veremos—, sino de con qué pautas han intervenido los agentes públicos y pri-
vados relevantes en el último proceso urbanizador de este país. Es el que llamo de la
«crisis de dos caras», con lo que me refiero al boom inmobiliario y la crisis posterior.
Anticipo con esto una toma de postura al respecto.
En los últimos quince años, España no ha tenido un período de bonanza y luego
una crisis, sino una gran crisis con una lectura de aparente bonanza que ha ilustrado
y dado las claves de la cristalización de la crisis posterior. Afirmo, como toma de pos-
tura, que la crisis comenzó con la propia bonanza, que no fue tal. Explicaré también
por qué.
Yo entiendo que, en estos momentos, y casi veo una comunicación que estará
pronto en nuestras manos, el rasgo nacional más específico de la actual crisis econó-
mica es la dimensión inmobiliaria. Y, sin embargo, los grandes medios de comunica-
ción y los grandes partidos políticos enfocan la crisis desde su dimensión sectorial,
únicamente. Desde el punto de vista inmobiliario, hay crisis en el empleo, que lógica-
mente tiene su raíz en la crisis inmobiliaria básica y la del mercado crediticio y, en lo
que a las familias se refiere, en la presión hipotecaria. Sin embargo, nadie se plantea
aún un análisis crítico sobre el territorio, sobre el ámbito espacial de esa crisis; sobre
las heridas urbanísticas —algunas irreversibles— que ha generado, las medioambien-
tales y las relativas al deterioro de la dignidad de nuestras propias instituciones. Miles
o centenares de cargos públicos se han visto involucrados en procesos de naturaleza
corrupta, vinculados a la capacidad objetiva de corromper que tiene la presión in-
mobiliaria en este país, creando un deterioro que yo llamaría de déficit democrático
añadido, en una democracia relativamente frágil como es la nuestra. En ese sentido,
yes del suelo, en casi todas las comunidades autónomas, ha considerado al territorio un
tapiz verde en el que jugar en función de la capacidad de invertir realmente, salvando
unos espacios anecdóticos y, en consecuencia, de naturaleza de coartada casi política,
para esa especie de liberalización total en la decisión de los procesos de urbanización.
Las administraciones locales, autonómicas e incluso estatales hemos ido a remolque
durante decenios en decisiones de localización, de poblaciones y de procesos de urba-
nización que no eran nuestros, que han sido inducidos. La caricatura de las decisiones
que pudiera tomar un pocero no es más que otra coartada, porque poceros ha habido
muchos. No tan espectacularmente groseros, pero muchos en todos los ámbitos de las
comunidades. Desde ese punto de vista, en las administraciones locales, autonómicas
y estatales, ha habido un secuestro de la capacidad y la decisión de hacer inversiones
públicas en la administración del territorio, muy frecuentemente las únicas que han
viabilizado procesos de urbanización que, si hubieran mediado la racionalidad urba-
nística y el sentido común, a lo mejor no habrían encontrado base material suficiente.
En consecuencia, también está muy vinculado con lo anterior que hemos padecido
un segundo proceso, muy importante en la toma de decisiones futuras sobre inhibición
de los procesos de planificación territorial. Considero que hoy ese pacto estatal para
la recuperación de nuestro territorio tiene que pasar también por una recuperación
de la planificación urbanística. No se puede hablar de una crisis económica que ha
creado un modelo neoliberal de ocupación del espacio sin que ello se traduzca en casi
ninguna autocrítica de las administraciones locales, que estamos esperando todavía.
¿Qué ayuntamientos están revisando el planeamiento absolutamente extensivo que
han hecho al calor de que todo era posible y todo era bueno? ¿Qué Ayuntamiento está
revisando el planeamiento en función de esta crisis económica para adaptarlo verda-
deramente a ese crecimiento sostenible? ¿Estamos mirando hacia otro lado, esperando
a que «escampe» para volver a hacer lo mismo? Estos son los grandes desafíos que
tenemos en este momento.
Yo creo tener datos que me hacen pensar que hay demasiados que están esperando
a ver si se puede volver a hacer lo mismo, por prácticas, ambiciones, egoísmos y lujuria
económica.
Quería señalar que, tras este tsunami urbanizador y la posterior crisis, se ha
quedado en la cuneta parte de la credibilidad en nuestras administraciones para hacer
frente a la gestión honesta del territorio. Es evidente que los fallos, o las particulares
características de la financiación de las administraciones locales, que están dema-
siado pendientes de los ingresos derivados de los procesos de urbanización, facilitan
extraordinariamente esa mirada de soslayo hacia el promotor inmobiliario, hacia el
compadreo institucional con la promoción inmobiliaria. Hemos de reivindicar, efec-
tivamente, que en ese Pacto de Estado haya una nueva financiación de las administra-
ciones locales que nos ayude a ser un poco mejores para los cargos públicos y, colec-
tivamente, un poco más honestos desde el punto de vista de la gestión de lo público.
las hipotecas fáciles y la cuantía de las hipotecas en la inflación de los precios de las
viviendas. El mercado inmobiliario puede obtener regulaciones públicas en relación
con eso, que impongan precios prudentes. Tengo la íntima convicción de que los ins-
trumentos están ahí. Algunas fuerzas políticas pequeñas —me encuentro en una de
ellas— lo tienen estructurado.
Quería hacer para terminar una relación comunitaria con respecto a los modelos
espaciales de ocupación del suelo.
Como veis, esta intervención se centra no en los modelos espaciales de ocupación
del suelo, sino en los modelos políticos y profesionales que se refieren a intervenir sobre
él. Este modelo, del que yo quiero hablar aquí, está dirigido a administraciones públi-
cas y autonómicas y a grandes promotores públicos. Es el modelo de la intervención,
no de la traducción espacial.
Estamos en un país en el que, cuanto más se ha hablado de modelos territoriales,
más se ha actuado de manera desregulada sobre el territorio. En ese sentido, me da miedo
hablar de modelos territoriales. Ha llegado el momento de hablar de los de intervención,
de manera de intervenir, eso es lo importante. Es que en nuestro primer mundo, por
hablar de modelos y dar un cierto aire erudito a esta reflexión, verdaderamente la ciudad
que conocemos en la actualidad nada tiene que ver con la que hemos heredado, y la que
hemos heredado, a su vez, poco tiene que ver con una dimensión estrictamente mercantil
o de funciones urbanas en la ciudad. Incluso la ciudad tiene un denominador común
con el más pequeño núcleo de población, que es constituir un hito. Un hito de caminos,
un hito incluso de origen mucho más religioso, como dice Mircea Eliade, del que reco-
miendo vivamente leer Lo sagrado y lo profano. Es el gran historiador del pensamiento
religioso, y en este libro habla del espacio de lo sagrado y lo profano. Dice que la ciudad
es primero un hito religioso, para protegerse de los demonios del exterior. Después, fue
más civil para protegerse de los enemigos del exterior de la muralla; luego, para prote-
gerse de los propios que estaban en los extramuros, en los suburbios. Pero la ciudad que
tenemos ahora, que hemos heredado, ha roto los escenarios en los que había multifun-
ciones tanto sociales como espaciales, que están tan íntimamente vinculadas. Ha dado
saltos de la mano de la facilidad de las comunicaciones, saltos enormes. La Comunidad
de Madrid es un ejemplo, pero hay muchas otras en las que la ciudad ha quedado rota
en espacios metropolitanos —como los llamaba antes nuestro compañero—, pero es que
además se ha roto espacialmente creando gigantescos espacios de territorio vacío que ya
son espacios que se van a urbanizar, no son suelos rústicos como tal, y además, al mismo
tiempo, ha quedado desestructurada funcionalmente. ¿De la mano de qué tenemos este
modelo de ciudad? De la mano de la avaricia, más de la extraordinaria evolución de los
medios técnicos. Pero también de la mano de la ciudad que, más que soporte de usos,
ha llegado a ser mercancía.
Por eso creemos que, más que discutir sobre modelos territoriales sostenibles,
hay que hacerlo sobre modelos de intervención sobre el territorio y su sostenibilidad,
lo cual no es en absoluto lo mismo, sino que nos lleva a poner el énfasis en los agentes
de nuestra realidad urbanística. Situémonos como agentes en la intervención sobre el
urbanismo, y nuestra reflexión sobre la sostenibilidad y los modelos de ciudad tendrá
verosimilitud, credibilidad con la gente y, desde el punto de vista de la credibilidad
democrática, una nueva oportunidad que se nos ofrece a nuestras administraciones
locales y autonómicas.
Muchas gracias.
Desde luego, hemos pasado a una segunda fase con esta magnífica disertación,
que creo que va a poder dar lugar a media hora de debate sobre las cuestiones que
ahora Mario Nolla ha planteado.
En un cuadro comparativo, podemos ver que las viviendas de protección que re-
sultarán de la gestión privada que se ha puesto en marcha serían 271, y 969 viviendas
libres, mientras que las de protección que resultarían de la gestión pública serían 7447,
y 2566 libres. Lo veis reflejado en los planos de la revisión del plan general: los suelos
de promoción pública se ubican en el ensanche norte de la ciudad, y los de promoción
privada, fundamentalmente en la parte sur de la ciudad, una zona de uso residencial
y de baja densidad.
Otra de las líneas por las que apuesta también la revisión del plan general pretende
dar respuesta a un incremento de la actividad económica que sufrió el Ayuntamiento
en los últimos diez años. Esto generó una situación en la que las empresas demanda-
ban suelo, y se detectó un déficit de suelo para actividades empresariales y de carácter
económico. La revisión del plan lo que hace también es intentar aprovechar la opor-
tunidad que supone la llegada y la aparición de nuevas grandes infraestructuras de la
ciudad para intentar poner este suelo industrial en contacto con ellas. Hablamos de la
ampliación del aeropuerto internacional, la llegada del ave y la previsión de la creación
de una estación intermodal a la que llegaría el ave que conecta Santiago con la meseta,
pero también con el eje atlántico, hacia La Coruña y Portugal. También lo vemos ahí,
al borde de esos suelos industriales en color azul, una línea un poco ondulada que es el
Plan Sectorial de Transportes y Accesos de Santiago, que fue recientemente aprobado
por la Consejería de Galicia. Lo que se busca es intentar poner los nuevos suelos indus-
triales en contacto o proximidad con las grandes infraestructuras de comunicaciones
que están en desarrollo. También hay que destacar de la revisión del plan general que,
además de la estación de viajeros, crea una nueva estación de mercancías que permite
conectar los grandes suelos, a través de un tren de mercancías, con el aeropuerto.
La revisión del plan general, al hilo de lo que os venía contando, busca también
colocar a Santiago en una situación de centralidad. Para ello, recoge e intenta ampliar
las infraestructuras que tenía y que tiene la ciudad. Ahora mismo, las grandes apuestas
de la revisión serían la estación intermodal y la de mercancías. Las veis ahí reflejadas,
es ese gran cinturón orbital que permite el acceso a la ciudad y que, en contacto con
el suelo industrial, evita también que los transportes pesados crucen la ciudad y, sin
embargo, tengan rapidez en la entrada y la salida de ella. También hay que concentrar
algunos usos industriales de carácter terciario, porque no se permite la instalación de
industrias contaminantes próximas al aeropuerto.
Es también un criterio de la revisión del plan general, que hace explícito y que ya
se había planteado también en el del 89, planificar el crecimiento urbano con criterios
de consolidación de la ciudad. Esta ha tenido a lo largo de los años, en torno a la
ciudad histórica que veis ahí reflejada en el centro de la imagen, un crecimiento pen-
dular. Primero hacia el norte, después hacia el sur, luego de nuevo hacia el norte, pero
siempre intentando buscar darle compacidad a la ciudad. Lo que se busca también es
colonizar, aprovechar los espacios vacantes que ahora nos permiten acercarnos a las
Muchas gracias. Con esto damos por concluidas las aportaciones que tenían
como finalidad dar un hilo conductor al título de este taller, «Crecimiento urbano».
Acabamos de ver un ejemplo actual de un proceso de crecimiento urbano de carácter
ilustrado y ejemplar en cuanto a que representa ese modelo racional y lógico, que tiene
en cuenta distintos componentes. Anteriormente, creo que la intervención ha estado
centrada en los procesos de toma de decisiones, es decir, en la gestión, como elemento
determinante de la configuración de los modelos territoriales. Las dos primeras que
escuchamos, según mi opinión, tenían en cuenta o ponían el acento en intentar eli-
minar los riesgos; ponían el acento en la dimensión prudente a la hora de gestionar el
crecimiento de la ciudad.
Si se quiere hacer algún comentario, este es el momento, para aprovechar el
tiempo disponible, que es de media hora.
En mi papel de animador-moderador, yo voy a pedir la opinión de Mario acerca
de una cuestión de la que él ha hablado. Creo que su enfoque era amplio y territorial,
que podía sujetar a las ciudades dentro de una visión más amplia y relacionada con
nuestra historia reciente. Y jugaba con distintos planos para explicar asuntos clave
para la ciudad como la crisis sectorial de la construcción o la economía, situándolas
en un contexto general, que él exponía. Hablaba él de la crisis de Japón. Quizá esta
tenga algunas enseñanzas, en el sentido de que se desencadena a comienzos de los años
setenta y, sin embargo, Japón aún no se ha recuperado completamente. Creo que sería
interesante que nos comentase por qué ha hecho esa comparación.
Hablando del Pacto de Estado, quizá tengamos una ocasión buena para plantear
ese pacto, si es que en algún momento se reforma la Constitución. Quizá pudiera
interpretarse que la Administración central del Estado, en materia de ordenación del
territorio, también puede hacer algo. Observamos que las leyes de ordenación del te-
rritorio de las comunidades autónomas se llamaron primero leyes de ordenación del
territorio y, después, leyes de ordenación y urbanismo, lo que situaba en el mismo
una legislación de carácter estatal en el año 2002. Entonces, yo creo que no se puede
demonizar a los ayuntamientos porque creo además que se le hace un flaco favor a la
democracia, pues considero que los ayuntamientos son uno de los pilares esenciales de
la representación democrática en nuestro país. Creo que, cuando se habla de crecimiento
desordenado, hay que mirar a todas las administraciones y no demonizar a la local. Creo
además que tampoco es de una sociedad muy madura mirar a sus instituciones y pedirles
cuentas, porque no olvidemos que nuestras instituciones son democráticas y nosotros
las hemos elegido. Por tanto, no somos absolutamente ajenos a las decisiones que to-
men nuestros políticos. Ese cuestionamiento, que evidentemente hay que hacerlo, debe
referirse a todas las administraciones, pero también tenemos que mirarnos a nosotros
mismos y cuestionarnos como sociedad el modelo que hemos sustentado. Y lo hemos sus-
tentado a través de nuestros representantes políticos elegidos democráticamente. Al fin y
al cabo, nuestros políticos no nos han sido impuestos, sino que han salido de la sociedad.
No tengo datos, así que no me gusta hacer afirmaciones, pero creo que el cre-
cimiento de la ciudad de Santiago —el que la conozca lo podrá apreciar— ha sido
un crecimiento absolutamente contenido. Puede ser reflejo de esta contención el
hecho de que, así como en otras ciudades de Galicia el 100 % del suelo urbanizado
surgió a través de la promoción privada, en Santiago ha tenido que ser la interven-
ción pública la que lo sacara. La iniciativa privada es probable que no encontrara
lo suficientemente interesantes las plusvalías que se generaban con la planificación
de nuestra ciudad.
Me resulta un poco difícil, porque conozco bien Santiago y creo que también La Co-
ruña porque he vivido en estas ciudades y trabajado en sus ayuntamientos con relación al
urbanismo, pero no conozco Vigo lo suficiente para sostener una opinión fundamentada. Sí
creo que son tres modelos bastante diferentes de urbanismo; sobre todo, Santiago plantea
una alternativa diferente a La Coruña y a Vigo, que son quizá más próximas. Pero no co-
nozco lo suficiente Vigo como para hablar en este foro sobre ella con una opinión solvente.
Yo quería primero decir que, en general, estoy muy de acuerdo con todo lo que ha
planteado Mario. Hay un tema en concreto que me parece muy importante: cuando has
dicho que te niegas a considerar este período como una bonanza, volvemos a tocar uno
de los temas fundamentales: el de que posiblemente la idea de que estamos creciendo
sea una ilusión debida a las contabilidades ortodoxas. El pib no incorpora en su cuenta
la destrucción ambiental y la social. Entonces, cuando decimos que crecemos al 4 %,
estamos omitiendo una importante parte de lo que cuesta ese crecimiento, que son todos
sus impactos naturales y sociales. Esto me lleva también a una cuestión que antes se me
ha quedado en el tintero, cuando se hablaba de la rentabilidad de los modelos agrícolas
tradicionales. Precisamente, la falta de visibilidad de lo que producen esos modelos
agrícolas tradicionales, por culpa también de las contabilidades económicas, nos hace
verlos como no rentables. Es decir, si se ven las internalidades positivas que genera la
actividad agrícola tradicional en términos de mantenimiento de bienes y servicios de los
ecosistemas del capital natural, entonces sí que empiezan a aparecer como rentables, y
no como algo del pasado, sino como algo del futuro, del que estamos dependiendo no-
sotros. Cuando hablamos de que las ciudades absorben recursos, estamos hablando de
esto, de que en parte hay unas internalidades positivas que no se consideran en el campo,
en términos del correcto mantenimiento de los ecosistemas, y que hay unas externali-
dades negativas que tampoco mide la contabilidad tradicional que son lanzadas sobre
el campo. Esa doble función, efectivamente, nos hace ver que el campo no es rentable,
cuando posiblemente sea una verdadera alternativa de futuro. Se puede partir de estas
consideraciones para repensar los nuevos equilibrios entre el campo y la ciudad.
Si me permitís rápidamente, quisiera señalar que parece que hay una unanimidad
en todo lo que hemos escuchado entre esta mañana y ahora. Como suele ocurrir, y eso es
bueno, parece que la crisis, aunque sea de doble cara (bonanza y crisis posterior), da una
opción a la catarsis. En el ámbito territorial, Pezzi daba algunas claves cuando exigía ma-
durez en la reflexión. Esa madurez implica también que la sobriedad en el gasto público
en estos momentos tiene que pasar por un control de viabilidad territorial a las grandes
inversiones públicas de viabilidad económica, ecológica y ambiental. Son esas grandes
inversiones públicas las primeras a las que hay que pedirles la contabilidad económica y
medioambiental. Esa sostenibilidad la estamos reclamando desde distintos ámbitos. La
alcaldesa de Gijón lo mencionaba de una manera coloquial, pero muy clara y directa:
Gijón es una ciudad que ha decidido primero mirarse a sí misma antes de dar saltos. La
capacidad que tiene en estos momentos el esfuerzo conjugado de las altas tecnologías en
la comunicación y la accesibilidad, más lo que yo llamaría la lujuria en la búsqueda del
beneficio a ultranza, puede llegar a esquilmar verdaderamente territorios cada vez más
amplios. Las fronteras se van a situar en algunos casos en el mar, ya lo han hecho en
algunos ámbitos, pues solo se ha visto el mar como límite a colonizaciones cuanto menos
desmesuradas. La reflexión sobre eso, el esfuerzo conjugado de una contabilidad am-
biental, una búsqueda de la sobriedad en el gasto público y una recuperación de la pla-
nificación urbanística como elemento nodal para la toma de decisiones en los procesos
de urbanización nos van a conducir necesariamente a unos procesos que yo llamaría de
sostenibilidad urbana y urbanística. Procesos en los que los errores técnicos van a ser lo
menos importante, pues lo importante será tomar el buen camino y que, desde el punto
de vista urbano, haya grandes aventuras que movilicen no solamente grandes espacios.
Quiero decir, como inciso para terminar, que hay unos estudios elaborados por un
grupo de urbanistas italianos que hacen referencia al impacto del suelo establemente con-
solidado en los últimos treinta años en Europa. Lo han estudiado en ordenador y mediante
análisis comparado de fotografía aérea. Eso lo han relacionado con la muerte edafológica de
una cantidad creciente de suelo que ya no respira. Es curioso, porque vincula a la geografía
con la química y la edafología, y todo ello con los procesos de urbanización. La superficie
de suelo muerto por procesos de urbanización estables, en los que la tierra ya no respira, está
empezando a tener un impacto medioambiental creciente y decisivo. Eso está muy asociado
a esa ciudad que ha perdido su carácter de estructura articulada que funcionalmente dará el
salto a grandes espacios en los que los procesos de urbanización los decidirán en despachos
en los que habrá poco control y poco interés públicos. Demonicemos, en eso estoy de acuerdo
contigo, únicamente al demonio en esto. Pero parece que el demonio es una hidra de muchas
cabezas, y yo creo que la crisis nos tiene que ayudar un poco a encontrar el camino.
Como sabemos, es muy difícil predecir el futuro del territorio, pero la irremedia-
ble actuación sobre él, la gestión territorial pública, tiene obligatoriamente que mirar
hacia lo que va a venir. Y, para ayudar a los ejercicios de prognosis, se necesitan ciertos
instrumentos conceptuales u herramientas operativas, ya sea la huella ecológica, ya los
indicadores de sostenibilidad social o un indicador integrado de sostenibilidad, que
nos digan cómo vamos y que puedan ser comparables. Desde luego, no son perfectos,
pero sí perfectibles.
Otro método puede consistir en imaginarnos cómo pueden ser las cosas urbanas
dentro de veinte años. Es un modelo que utilizan algunas ciudades europeas, por
ejemplo Hamburgo, o americanas, como Boston. También es una técnica para ver e
intentar anticipar situaciones. Yo haría una llamada de atención sobre una de las cues-
tiones que me han llamado la atención. Pongamos en el horizonte del 2030 a nuestras
ciudades, que evolucionan de una forma que ha quedado reflejada en las preguntas
que se hacía Mario hacia la grandeza metropolitana. Esas ciudades empezaron en
Estados Unidos y después fueron extendiéndose, tras la segunda guerra mundial, por
el sentido de los tiempos y por decisiones e intereses de personas y corporaciones; hoy
son artefactos muy complejos, sofisticados, de una gran productividad general, pero
para funcionar necesitan unos aportes energéticos muy importantes. Hasta ahora, de
las fuentes manaba combustible y agua, y de los bancos créditos a un precio barato,
a la vez que era ubérrima la esplendidez gubernamental: la ciudad crecía, se expandía
y, con ella, las necesidades de movilidad han permitido que creciese y además han
incentivado tal crecimiento.
Pero hay evidencias de que las cosas van a ir cambiando. Hemos tenido el
verano pasado un antecedente de los problemas que podrían darse en el inmediato
futuro. El conflicto entre ucranianos y rusos provocó el cierre de uno de los oleo-
ductos suministradores a Europa oriental. Aquí no lo hemos notado, pero una
parte de Europa sí lo notó. Y no tanto como pudiera, porque la reserva estratégica
alemana permitió que el sistema productivo continuase y se pudo arreglar el pro-
blema. La prognosis con la que parece jugarse es que el incremento gradual del
precio del combustible no va a ser el elemento crítico. El precio va a ir creciendo,
pero, con el diferencial de cambio en la moneda, con la inflación, puede ser asu-
mible aunque se sitúe en niveles aparentemente altos. Más complicados pueden
ser los acontecimientos catastróficos en los grandes suministradores de la energía.
Por ejemplo, el suministro oriental en Europa depende de tres ejes de saturación
energética, de oleoductos. ¿Qué ocurriría en nuestros grandes sistemas urbanos
en caso de que se diera uno de estos episodios catastróficos en uno de estos ejes de
suministro de flujo? Es un horizonte muy relacionado con el diseño de la ciudad,
y con el modelo de la ciudad como producto final de una gestión. Esta sería una
gestión que convendría tener en cuenta dentro de lo que llamaríamos gestión pru-
dente del territorio, que no solamente consiste en medir la huella ecológica, sino
también en protegerse del riesgo previsible, para lo que hay que dotarse de unas
ciertas capacidades, que afectan al buen diseño de la ciudad, de la movilidad…
que tienen realmente que ver con la sostenibilidad de nuestras ciudades. Ambos
conceptos, sostenibilidad y capacidades sociales, hay que conjugarlos y, como sín-
tesis, obtenemos protección del riesgo previsible: esto es seguridad para nuestras
ciudades y, con ello, para su reproducción en ciclos largos a pesar de los posibles
acontecimientos catastróficos.
Participante
Soy José Luis Pablos y quería decir que vamos muy deprisa y que, cuando nos falta
esa velocidad, utilizamos una política de incentivos para que se mantenga. Hablo desde
mi ignorancia en los temas más técnicos, pero sobre los que considero que es efectiva-
mente importante trabajar. He escuchado aquí hablar sobre la huella ecológica y sobre
ir desarrollando la metodología y demás, y la verdad es que la mayoría de las veces
se tiene una cierta sensación de impotencia. Viendo la televisión estos días, ha habido
varios programas que muestran españoles en el extranjero. En los países nórdicos, que
sabemos que son sociedades más o menos equilibradas con unos flujos de población
no tan acelerados, parece que el proceso de toma de decisiones es lento. Las cosas
se analizan, se comparten con los que están viviendo en el territorio, se diagnostica
bien si merece la pena apostar por un determinado tipo de desarrollo o empresa y se
asumen las consecuencias, al menos aparentemente. Esto sería lo ideal, pero lo cierto
es que, al mismo tiempo, estamos echando una mirada desde un modelo de ciudades
que son las nuestras, que son unas ciudades europeas que tienen una estructura. Pero
si observamos el modelo del sudeste asiático u otros, vemos que la creación de áreas
metropolitanas se produce en gran medida bajo absoluta iniciativa privada porque no
existe un poder político —sencillamente no existe, y el que existe mejor que no lo haga
porque está totalmente corrupto.
Para terminar, yo haría la pregunta de si cabe ser un poco optimista. Yo creo
que la solución va un poco en la línea, que yo también comparto, de que en este
momento parece que todos volvemos a echar una mirada a la política. Es verdad
que la política tendría que dirigir más la mirada hacia este territorio sobre el que
estamos discutiendo y debatiendo, porque ellos van a un ritmo en el proceso de
toma de decisiones en el que lo inmediato se impone. Lo inmediato sigue siendo un
modelo de crecimiento tradicional. En la mesa, pediría entonces dos minutos a cada
uno. Mañana vamos a continuar en este mismo taller. He leído en la medida de lo
posible uno de los libros del ponente Roberto Bermejo, que es muy radical en sus
planteamientos y presenta una mirada alternativa que podría parecernos utópica,
pero que quizá habría que tomarse como posible. Puede que esta crisis nos sirva para
ser optimistas, para aprender y para que a partir de ahí podamos ser optimistas en
el desarrollo y el futuro de las ciudades.
Yo creo que debemos ser optimistas. Cómo no vamos a serlo, ¡y más nosotros! Si
se tratase del alcalde de Ciudad de México, cuya visión se extiende sobre colinas llenas
de chabolas donde las calles están verticales, donde se ha puesto un muro para que
las chabolas no asciendan y pasen a la otra vertiente —que también está subiendo—
y se macice, pues sí que tendríamos elementos objetivos para ser pesimistas. Y, sin
embargo, muchas veces es ahí donde se encuentra a mucha gente llena de esperanza y
con ganas de luchar por la vida.
En cualquier caso, ahora estamos intentando reflexionar sobre cosas que se han hecho
mal, que podrían inducir al pesimismo, pero creo que la pretensión es ilustrada, pues res-
ponde al deseo, a la obligación de organizar mejor el proceso de construcción de la ciudad
y de tener elementos para organizar el cambio obligado. Solo una pequeña parte del mundo
puede participar en ese proceso. Es decir, no hay derecho a quejarse amargamente por
cómo se hacen las cosas en el primer mundo, que es casi el paraíso desde una perspectiva
de toda la Tierra. Creo que estamos hablando, en resumen, de desarrollo, de control del
cambio territorial. Una de las cuestiones que va relacionada con este concepto es intentar
que el interés general prevalezca a la hora de tener cautelas para que el asunto no se vaya
de las manos. Existen diferentes técnicas de cautela o instrumentos, desde los instrumentos
de diagnóstico sobre una situación complicada, como la huella ecológica, las recopilacio-
nes de indicadores, los ejercicios de prognosis y los observatorios de anticipación, pero es
muy difícil predecir el comportamiento de un sistema hipercomplejo, como el territorial, e
intentar explicar y controlar el cambio, pues sobre una localidad hay intervenciones desde
distintas escalas, y se entremezclan las reacciones y los productos de las interacciones ver-
ticales y las horizontales, que se activan en distintos tiempos, en definitiva, una especie de
caos, en el que además se presenta el azar, lo contingente. En cualquier caso, que estemos
ante sistemas complejos no nos exime de la obligación de actuar, y desde la función pública
necesitamos un corpus disciplinario que oriente la acción hacia la excelencia y que el interés
general apunte a cómo gestionar en definitiva el cambio. Mario Nolla acaba de decirlo: eso
afecta a todos y no está delegado, porque no se puede decir que un territorio cambie por lo
que hacen los políticos solos. En definitiva, creo que no se trata de abjurar y de decir que,
como las ciudades tienen mucha huella ecológica, es mejor y más sostenible vivir en otra
fase histórica que no es la nuestra. Creo que aquí estamos hablando de gestión prudente
del territorio para el desarrollo sostenible.
Participante
Soy Cosme García Revilla y no creo que tengamos muchos elementos y criterios
para ser optimistas. Antes decía Isidro que el problema era de escala, y hemos pasado
Participante
Soy José Luis Pablos. Esto es lo que me ocurre a mí como ciudadano. Tiendo a ser
optimista por naturaleza a diferencia de mi amigo Cosme, que suele ser más pesimista.
Pertenecemos a una cultura en la que consideramos que tenemos gente muy preparada,
que disponemos de más conocimiento que nunca y que la innovación, el conocimiento
y la tecnología tarde o temprano terminarán resolviendo los problemas de ahora.
Pensamos que se descubrirá algo que sustituya el petróleo cuando deje de existir, algo
que solucione los problemas que vayan apareciendo en las ciudades, basándonos en
la idea de que, si siempre ha sido así, así será siempre. Frente a eso, hay visiones más
catastrofistas o sencillamente más realistas. Como decía Cosme, hasta hace poco no
teníamos conciencia del planeta, ahora sí la tenemos —sabemos, por ejemplo, dónde
está Manila sin pensar en ello, antes teníamos que hacerlo— y lo consideramos un
territorio mucho más limitado. A lo mejor, efectivamente, los más pesimistas o los
más realistas entienden que no podemos seguir creyendo en el dios del conocimiento,
la tecnología y la soberbia de la razón humana.
Participante
Yo recuerdo que se decía que, cuando los chinos consumiesen como los españoles,
el sistema se rompería. Y los chinos consumirán igual que los españoles en muy poco
tiempo. De hecho, parte de la crisis económica que sufrimos ahora tiene en esto su
causa. Las cosas no son tan sencillas, y el proceso de adaptación y mejora de los siste-
mas productivo y organizativo es algo muy lento, aparte de que en España estamos a
una enorme distancia del resto de Europa.
Yo soy optimista, pero realmente no tengo ningún criterio objetivo para convencer
a las personas de que tienen que serlo. Para no ser pesimista, tiendo a pensar que, de
la misma manera en que a la gente que vivía en el siglo xviii le resultaría inconcebible
plantearse la sociedad actual, a nosotros también nos resulta imposible saber cómo
va a ser el mundo dentro de un siglo o dos. Puede que en algún momento se descubra
el mercado no se ha dado todavía. Hace tres años, tanto el Banco de España como
la ocde consideraban que las viviendas en España estaban sobrevaloradas entre un
30 % y un 35 %, pero su precio no ha bajado en un 30 % o 35 %. En algunas zonas
del país sí han disminuido los precios, pero todavía no se ha llegado ni de lejos a ese
precio de equilibrio. Por esa razón y también debido a la crisis financiera que afecta
credibilidad de las instituciones financieras y a la reduccion drastica del crédito, las
ventas han caído en picado.
En el caso andaluz, la ocupación del suelo se ha multiplicado por cinco en los
últimos cuarenta años. Para el resto de España existen datos similares que se pueden
consultar en la página web del Observatorio de Sostenibilidad de España.
El caso andaluz genera un problema real de cara a las necesidades de las per-
sonas respecto a la vivienda, porque la vivienda se ha convertido en los últimos
años en algo parecido a una acción de bolsa, en un medio de cambio más que en un
medio de uso, cuando la vivienda, tal y como dice la Constitución, es precisamente
para satisfacer una de las necesidades básicas de la población que es precisamente
residir en un lugar digno. Este último aspecto podría suscitar un debate, y de hecho,
si nadie lo pregunta, yo quisiera iniciar este debate sobre las viviendas en el campo.
Concretamente, en las llamadas en Andalucía casas de aperos. Estas construcciones
no concebidas para vivir eran pequeñas casas de menos de sesenta metros donde
se guardaban los utensilios para las actividades agrarias y que excepcionalmente
servían de refugio o de estancias esporádicas en función de las necesidades de las
campañas agrícolas. En las últimas dos decadas empezaron a reconvertirse en «ca-
sas de aperos con columnas dóricas y con albercas transformadas en piscinas», por
lo que ya no podía mantenerse la justificación de apoyo a las actividades agrícolas
como sucedía en su origen.
Tenemos en Andalucía una situación donde hay cerca de setecientas mil viviendas
vacías o sin vender, haciendo falta una cifra similar para la población entre dieciocho
y treinta y cinco años, asumiendo que los jóvenes se deberían emancipar alrededor de
los veinte años, aunque por distintas razones, al margen de los precios de la vivienda,
no se dé hasta mucho más tarde, lo cual genera grandes distorsiones en la economía y
en la sociedad española en general.
Por otro lado, y en referencia a la costa española, querría recordar los datos que se
mencionaron esta mañana a partir del informe de Exeltur del 2005 y que se centraba
en los costes de oportunidad. Exceltur basó su estudio sobre las haciendas municipales
de todos los municipios españoles de la costa mediterránea, incluyendo Canarias y
Baleares, comparando los réditos para los municipios entre la demanda reglada y la no
reglada. La balanza se inclina claramente hacia los municipios que apostaron por un
modelo empresarial turístico basado en la demanda reglada. Partiendo del principio de
que «el turista no reside, sino que se aloja», hay que recordar que el llamado turismo
residencial es algo distinto, muy loable pero distinto.
caída, en unos precios que han bajado más de cuatro veces sobre los 147. Después
se inició una nueva escalada, al principio muy lenta y ahora con creciente velocidad
(aunque siempre dentro de una gran volatilidad). Ahora el precio está en alrededor de
setenta, en la mitad. Ya explicaré por qué.
La causa de fondo es que la oferta se ha mostrado incapaz de satisfacer una de-
manda en crecimiento. El problema se fue agudizando en el período 2005-2008,
porque la oferta permaneció estancada, salvo un pequeño repunte al final. El desfase
entre la oferta se corrigió, como siempre, mediante una escalada particularmente
aguda de los precios, que ajustó la demanda a la oferta. El fenómeno descrito viene
expresado con detalle en el gráfico siguiente. Las curvas corresponden a las dos fuen-
tes de información más importantes, que son la Agencia Internacional de Energía y el
Servicio de Información Energética de Estados Unidos. La curva de este organismo
refleja mejor el texto explicativo.
El gráfico anterior muestra
una fuerte caída de la oferta al fi-
nal. Ello es debido a la restricción
de la opep de la exportación de
petróleo para ajustar la oferta a
una demanda que se redujo fuer-
temente como consecuencia de la
crisis económica. Sin embargo,
este hecho oculta (en opinión de
muchos expertos) que en el 2009
se ha alcanzado la mayor capaci-
dad de extracción, tal como mues-
tra el gráfico siguiente. Después,
la previsión es que cada año se
ponga en el mercado menos petróleo. Así que hemos alcanzado el techo de las ex-
tracciones, a pesar de que la gente no se dé cuenta debido a la floja demanda; cuando
se supere la crisis y la demanda vuelva a crecer con fuerza a escala mundial, se hará
evidente la incapacidad de la oferta para satisfacer la demanda. El mundo se dará
cuenta de la existencia del techo y que este ocurrió en el pasado cercano. El gráfico
muestra que probablemente la conciencia del techo se producirá en el 2012, debido
a la fuerte reducción de petróleo nuevo. En los dos años anteriores, posiblemente la
insuficiencia del petróleo nuevo para satisfacer la demanda se vea compensada en parte
por los excedentes acumulados en la etapa actual de baja demanda, y ello a pesar de
que el petróleo nuevo se quedará lejos de los 4,7 Mb/d necesarios para compensar el
agotamiento de los yacimientos en explotación. Pero, en el 2012, la demanda no podrá
ser satisfecha, aunque la escalada de los precios habrá alcanzado este año una cota
alta, lo cual reducirá la demanda. Las zonas oscuras de las columnas de la gráfica
En relación con las repercusiones económicas del techo, la gráfica anterior refleja
de forma sumamente esquemática la repercusión de la escalada del petróleo al final
del período 2002-2008 y las previsiones en caso de que no se actúe adecuadamente en
el futuro. En realidad, el primer colapso es el que ya hemos recibido. La gente considera
que se ha producido la explosión de la burbuja inmobiliaria y la burbuja financiera,
pero lo cierto es que, sin el efecto de la escalada en el precio del petróleo, no tendríamos
ahora una crisis profunda. Parecía que esta escalada no generaba ningún efecto nega-
tivo en la economía hasta que em-
pezó a elevar mucho la inflación,
que llegó a superar el 5 % en bas-
tantes países de la Unión Europea.
Entonces, los bancos centrales
aplicaron la política clásica para
enfriar la economía: aumentaron
los tipos de interés para reducir la
inversión. En el momento en que
la burbuja inmobiliaria empezaba
a debilitarse, la subida de los inte-
resas produjo el encarecimiento de
las hipotecas y el sector inmobilia-
rio se colapsó, se entró en crisis y
el sector financiero también co-
lapsó, pero de forma mucho más
fuerte de lo habitual. Si en condiciones normales el sector financiero entra en crisis en
cuanto se produce una crisis económica, porque los bancos restringen el crédito y las
bolsas se hunden, en el caso de la crisis actual se daba un factor nuevo y de enorme
importancia: como consecuencia de las políticas neoliberales, un sector en una espiral
especulativa que desafiaba cualquier lógica o sentido común. Así que, resumiendo, la
escalada de precios del petróleo magnificó la gravedad de los problemas estructurales
del sistema económico y lo que pudiera haber sido una crisis habitual se convirtió en
la peor desde la segunda guerra mundial.
Así que el gráfico muestra que, una vez que la economía mundial comience a
remontar de la crisis actual, volveremos a una escalada más alta del petróleo, si no
cambiamos de modelo económico, y seguiremos en una espiral de colapsos sucesivos.
Por lo tanto, la crisis puede durar como mínimo un par de décadas. Todo dependerá
de la rapidez y la profundidad de las medidas transformadoras de los gobiernos. Tengo
claro que el fin de la era de los combustibles fósiles es la gran oportunidad para la
sostenibilidad. Muchas de las cosas que se han dicho hoy son muy razonables, pero la
mayoría de ellas no se pondrán en práctica si no es por la fuerza, porque el cambio de
cultura no puede ser rápido, a menos que una crisis obligue a hacerlo aceleradamente.
Sin embargo, el análisis genérico realizado hasta aquí debe ser complementado
con otros sobre las sociedades y los diversos sectores económicos. Los impactos econó-
micos van a depender mucho de las condiciones de cada país. Son factores amortigua-
dores una baja dependencia de los combustibles fósiles; una alta eficiencia energética;
una fuerte dotación de petróleo y gas natural; un elevado potencial en energías reno-
vables y en tecnologías solares; un alto grado de desarrollo; una fuerte inversión en i
+ d; una baja apertura de la economía, y una alta diversidad del tejido económico. Si
fallasen muchas de estas condiciones, el país tendría un futuro complicado. La eco-
nomía española es particularmente inadecuada para soportar una crisis energética.
Tiene una de las mayores dependencias de los combustibles fósiles de toda la Unión
Europea, sobre todo del petróleo. Normalmente, más del 50 % del consumo energé-
tico proviene del petróleo, frente al 35 % de los otros países europeos, en general. En
parte, esto es debido al predominio abrumador de la carretera, que no tiene parangón
en toda la Unión Europea.
En todas las crisis económicas, el comercio internacional se reduce (o, al menos,
su crecimiento disminuye mucho). Cuando la causa de la crisis es de tipo energético,
además de la reducción del comercio, se produce una bajada drástica del comercio de
larga distancia y un reforzamiento, por el contrario, del regional, debido a la elevación
de los costes del transporte. La crisis económica actual ha reducido el volumen del
comercio. Pero, en el 2007 y el 2008, aparentemente el comercio creció, aunque solo
en términos económicos y debido al enorme encarecimiento de las principales materias
primas (combustibles fósiles y minerales estratégicos). Por el contrario, decreció en
términos físicos, debido a que el encarecimiento de las materias primas restringió el
consumo y, por tanto, el comercio.
Ante las crisis energéticas, el transporte va a ser el sector más afectado. En los
años 2007 y 2008, se han mostrado tendencias de cambio en el transporte, y en el
futuro se harán mucho más visibles y dramáticas. El paradigma de transporte que he-
mos tenido y que ahora intenta remontar el vuelo es el de «más movilidad, más rápida
y más lejos». Y lo que he visto en los dos años indicados es que se han manifestado
tendencias de cambio hacia el paradigma inverso: «menos movilidad, más lenta y más
cercana». Además, se ha visto el inicio de una reestructuración del peso relativo de los
diferentes modos, tanto en pasajeros como en mercancías. Estos cambios se pueden
resumir en una tendencia de trasvase de pasajeros y mercancías de los modos menos
eficientes a los más eficientes. En concreto, se manifestaron tendencias de trasvase de
viajeros del automóvil a los medios colectivos, y de mercancías de la carretera al tren
y al barco. Estas tendencias deberían ser tenidas muy en cuenta en la planificación del
transporte a todos los niveles, desde el Gobierno central hasta las ciudades.
Concretando el análisis un poco más, se van a producir cambios muy fuertes en
el peso relativo de cada modo. En el transporte aéreo, vamos a una reestructuración
total, con menos viajeros, aviones y aeropuertos. En España, solo cinco aeropuertos
son rentables, los de Palma de Mallorca, Alicante, Málaga, Madrid y Barcelona. Los
más de cincuenta restantes son deficitarios. Un buen número de ellos tendrá que cerrar.
El transporte marítimo se ha reforzado y continuará haciéndolo, porque es el
modo de transporte de mercancías más eficiente. Pero, al contrario del caso de los
aeropuertos, los puertos menores van a tener su oportunidad, porque los elevados
costes del transporte de mercancías por carretera obligará a reducir su uso y llevar las
mercancías a los puertos más cercanos al punto de destino, aunque los barcos irán más
lentos, para ahorrar combustible, al menos hasta que no se produzca una revolución
tecnológica en este sector, que ha sido en el que menos ha crecido la eficiencia.
El ferrocarril tiene el potencial de ser receptor de gran parte de los viajeros de
cercanías y de largo recorrido (hasta unos quinientos kilómetros) y de mercancías de
largo recorrido a escala estatal e internacional. Pero este potencial va a depender de la
existencia de las infraestructuras adecuadas.
Por último, a consecuencia de lo dicho en los otros sectores, el papel de la carre-
tera se va debilitar mucho, especialmente en el transporte diario de viajeros y el de
mercancías de largo recorrido. Por el contrario, se verá reforzado el autobús, sobre
todo en recorridos cortos, y en largos, si un tren barato y eficiente no está disponible.
El problema español es que la política de transporte generalizada a todos los
niveles territoriales (con la excepción parcial en áreas metropolitanas) está guiada
por la estrategia estatal, el Plan Estratégico de Infraestructuras y Transportes (peit).
Es el plan más inapropiado para resolver los problemas de transporte incluso en un
escenario convencional (sin problemas energéticos). Todas las autonomías y las ciuda-
des quieren un tren de alta velocidad, autovías que las conecten con el resto del país
y aeropuertos. La política de transportes que incentiva tales demandas y está dirigida
a satisfacerlas es un despropósito económico en un escenario convencional, y en el
escenario real de crisis energética es una locura. El hecho de convertirnos en el 2010
en el primer país del mundo en alta velocidad ferroviaria (superamos a Japón) y el
hecho de habernos convertido ya en el primer país europeo en kilómetros de autovías
(superamos a Alemania, que tiene 82 millones de habitantes, es territorio de paso y
tiene una desarrollo industrial enorme) no tienen ninguna explicación racional. Al
hacer este juicio, no pretendo insultar a nadie, sino mostrar una patología que, de no
sanarse rápidamente, le va a generar enormes problemas al país en el futuro próximo.
En realidad, ya le está costando mucho: tener el peor sistema educativo de la ocde
y una inversión en i + d y un gasto social de los más bajos de la Unión Europea. La
política de apostar por la alta velocidad ferroviaria (avf) para todos está llevando al
endeudamiento del Estado, y además en un momento y ante un escenario próximo
de crisis económica y de la necesidad de multiplicar el gasto de las administraciones
públicas para atender las demandas de los sectores sociales más impactados.
La apuesta por la avf y el consiguiente abandono de la red convencional hacen
imposible el desarrollo del transporte internacional de mercancías y dificulta extraor-
gavatios instalados (2006), a 600 (2007) y a más de 2600 (2008). La incapacidad del
Ministerio de Energía para regular la tarifa de forma que el sector fotovoltaico se
desarrollara de forma sana provocó una descomunal inversión en huertos solares,
porque la tarifa era a todas luces excesiva. La respuesta fue congelar el sector, lo cual
provocó la destrucción de 25.000 puestos de trabajo, según la patronal, y posterior-
mente hacerlo con el resto de las otras energías renovables.
En este momento, hay 4000
megavatios fotovoltaicos que han
pedido las empresas al Gobierno,
que no se les va a conceder. Esto
es porque se ha decidido ponerle
una «camisa de fuerza» y, mien-
tras en Alemania se instalaron
1500 megavatios en el 2008 y el
sector aumenta cada año en unos
300 megavatios la potencia insta-
lada (a pesar de que tiene la mitad
de insolación de España), en este
país se van a quedar en 500 por orden del Gobierno. Y, para poder instalar, las empre-
sas tienen que presentar sus proyectos a concursos trimestrales y se les exige un fuerte
adelanto de dinero, sin que tengan ninguna garantía de que sus proyectos van a ser
aprobados. Ahora bien, en el 2010, no vamos a cumplir el compromiso comunitario
de que en este año en España las energías renovables suministren el 12 % de la ener-
gía primaria. No vamos a llegar al 9 %, pero al señor Sebastián no le preocupa esto.
Y ha puestos límites superiores de instalación anual hasta el 2013 a la energía eólica
(1500 Mw) y a la solar termal (500 Mw). De seguir esta política, ya se puede asegurar
que España se quedará muy lejos de los objetivos obligatorios que tiene asignados para
el 2020: contribución del 20 % a la energía primaria y del 40 % de la electricidad.
De todas formas, nadie se da cuenta de que el problema fundamental no es la elec-
tricidad, lo que nos va a faltar como consecuencia del techo de petróleo es el combus-
tible. Estamos viendo en las industrias automovilísticas una verdadera ceremonia de la
confusión, a la cual los medios de comunicación ayudan con muy poco conocimiento
del tema. Nos anuncian que la solución son los coches híbridos, tecnología que domi-
nan los japoneses. Pero no es cierto, porque es una tecnología aplicada a los motores
de gasolina, combustible que aquí se utiliza muy poco. Además, estos vehículos solo
son más eficientes con velocidades pequeñas, en las ciudades, no en los desplazamien-
tos largos. Ahora empiezan a decir que la solución es el coche eléctrico. Siempre que
ha habido una crisis energética, los fabricantes han producido coches eléctricos para
distribuirlos en régimen de alquiler. Pero las baterías solo permiten desplazamientos
de 100 o 120 kilómetros. La limitación, a pesar de las baterías de litio, es la baja capa-
combustibles fósiles. No creo que lo estén haciendo bien, pero tienen un compromiso. El
Estado australiano de Queensland y el estadounidense de Connecticut lo están haciendo
muy bien. Hay dos movimientos, el Post Carbon Cities en Estados Unidos, que después
se ha extendido por muchos países, y el de los Transicion Towns, que se inició en un
pequeño municipio de 8500 habitantes al lado de Londres, llamado Totnes. Ambos
movimientos buscan que los gobernantes acepten la inminencia del techo del petróleo y
actúen con celeridad para reducir el impacto del fenómeno en sus sociedades. El segundo
movimiento es mucho más autónomo del poder público y participativo que el primero.
Normalmente, una vez que los gobiernos aceptan el fenómeno del techo, inician
dinámicas muy semejantes: realización de un análisis de vulnerabilidad; diseño y
aplicación de un plan de choque para disminuir rápidamente los aspectos de mayor
vulnerabilidad, y diseño y aplicación de una estrategia transformadora del modelo
económico y social. Las estrategias que hay en este momento van en la línea de lo que
yo decía al principio, de ir a economías autosuficientes que intenten vivir lo más posible
de la energía solar, un fondo de materiales que sea permanentemente reciclado, una
producción industrial lo más autóctona posible, una proporción creciente de alimentos
locales, etcétera. Además, buscan la potenciación del transporte colectivo de viajeros,
la movilidad no motorizada y el transporte de mercancías por los modos más eficien-
tes. Las sociedades en emergencia energética constituyen el fenómeno social en más
rápido crecimiento del mundo.
Muchas gracias, Roberto, sobre todo por la claridad y por ajustarte al tiempo. Si
te parece bien, Manuel, introdúcete a ti mismo para acortar tiempo.
Buenas tardes a todos.1 Me llamo Manuel Hernández Muñiz y soy profesor del De-
partamento de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo, donde trabajo desde hace
diecinueve años. Básicamente, me dedico a enseñar economía en un sentido muy amplio,
pero creo que me he centrado en dos cosas muy concretas y que motivan mi presencia en
esta mesa redonda. En 1991, asumí la docencia de una asignatura, en quinto de carrera,
1 El presente texto intenta ser fiel a la sustancia de la presentación realizada en la mesa redonda, que ha
sido revisado en profundidad para facilitar la comprensión al lector del libro. Por tanto, incluye algunas referencias
bibliográficas y materiales propios de un texto, que añaden nueva vida e información. Agradezco a la organización
del seminario la trascripción realizada de la intervención oral, que me ha facilitado un excelente punto de partida
para esta revisión literaria de fondo de la exposición oral.
2 Y que acaba de prestar un gran servicio a la comunidad que emplea el español como lengua para
entenderse publicando en una editorial más accesible que la usada anteriormente uno de los libros por los que hay
que empezar a leer en este campo (junto con el profesor Mario Polèse). Yo iría a las librerías y me haría con él.
3 La proposición que sostiene esas identidades es muy sencilla de enunciar: mi debe es tu haber, si un
euro entra, un euro sale.
con algunas minas. En los últimos treinta años, ha habido una profunda revisión de
nuestros conocimientos en el campo de la economía del crecimiento, desde la cual
se ha propinado algún palo a los economistas que gustaban de usar el término de-
sarrollo. También es verdad que muchos economistas han incorporado con éxito los
vectores de la sostenibilidad, la equidad y la libertad como factores que promueven
el desarrollo de las personas y el crecimiento económico. Vamos a considerar que el
marcador del partido Chicago-mit-Harvard-Berkeley, universidades de las que pro-
ceden las mejores investigaciones sobre la economía del crecimiento, está empatado.
He oído que esta mañana se habló de filosofía; lamento no haber podido asistir
para escucharlo, porque tenía otras obligaciones. Pero me gustaría indicarles que
pinchamos en hueso: los valores importan, las reglas del juego que presiden el pro-
ceso económico, el proceso de desarrollo económico, sostenible o no, son cruciales.
Para decidir si es posible un modelo de ciudad sostenible y cuál es la forma de creci-
miento urbano que lo propicia, hay que tener un modelo, una visión microeconómica
y macroeconómica que lo haga posible, y hay que tener las instituciones adecuadas
que definan los incentivos económicos correctos para promover este proceso (ex
post, comprobaremos los resultados, y vuelta a empezar). Adelanto ya que esto es
más fácil de enunciar que de hacer, pero, en el caso de que así sea, hay que orientar
el curso de acción de la gente para que tomen sus decisiones de consumo o inversión
teniendo en cuenta el coste de oportunidad que ellas tienen para el conjunto de la
sociedad. Para ello, hay que ofrecer las señales adecuadas (palo y zanahoria), los
precios adecuados, para que la gente se tome en serio los valores de la sostenibilidad,
y premiar las buenas conductas y castigar las malas. Y lo que sugiere la economía es
que los agentes económicos responden a los incentivos y que los precios invitan a la
moderación en el consumo de los recursos escasos. Cuando valoramos las cosas por
su coste de oportunidad, por las cosas a que renunciamos, comenzamos a tener en
cuenta las que merecen la pena en la vida. Si a esta conducta basada en un sistema
correcto de precios, de incentivos (que orientan las motivaciones no altruistas de
los individuos), cultivamos y adoptamos buenos valores morales, pues miel sobre
hojuelas. Bienvenidos a la vida en sociedad y a la unidad de conocimiento, porque,
simplificando un poco, las motivaciones que mueven a los seres humanos se reducen
básicamente a dos: egoísmo y empatía, indispensables ambas para el abordaje de la
sostenibilidad (figura 1). En homenaje a Paul A. Samuelson y José Luis Sampedro (y a
los traductores que continuaron la labor de Sampedro), a quienes tantas generaciones
de estudiantes de economía tanto deben, brindo la nueva frontera del conocimiento
en forma de una frontera de posibilidades de producción más amable, que permita
sustituir a la clásica de cañones o mantequilla.
Es el momento oportuno para señalar aquí la gran contradicción de la mesa:
ciudades y crecimiento, son dos caras de la misma moneda; la moneda que surge
del progreso económico, porque las ciudades son el motor del crecimiento eco-
4 Véase Objetivo decrecimiento. ¿Podemos seguir creciendo hasta el infinito en un planeta finito, edi-
ción a cargo de Bárbara Serrano, Barcelona: Leqtor, Colectivo Revista Silence, 2006. También el libro Menos es
más, de Ridoux.
5 Algunos ya lo han pensado. Les ofrezco esta cita: «… la realidad sociológica es completamente distinta.
Incluso la gente pudiente de los países ricos aspira a consumir cada vez más. Lo que se necesitaría si un grupo
desease imponer esta política desde arriba no es “un mínimo de voluntad política”, sino un poder totalitario.
Este se las vería y se las desearía para contrarrestar una sed de consumo sin fin acuciada por años de sumisión a
la ideología publicitaria». Véase Bruno Clémentin y Vincent Chyenet: «Introducción: el decrecimiento sostenible.
Hacia una economía saludable», en Objetivo decrecimiento. ¿Podemos seguir creciendo hasta el infinito en un
planeta finito, edición a cargo de Bárbara Serrano, Barcelona: Leqtor, Colectivo Revista Silence, 2006, p. 15; el
subrayado no está en el original. Es decir, ¿saludable para quién? Eso de poder totalitario, ¿qué significa? Tomen
nota los despistados sobre el peligro de las catástrofes humanas cuando quieren salvar a otros humanos; todo esto
huele peligrosamente a hombre nuevo, y esta canción ya la conocemos y sabemos cómo acaba.
La ciudad sostenible, la vida sostenible, la meta que nos propone esta mesa es
muy interesante. Las mejores cosas de la ciudad versan sobre la sosteniblidad, porque
son externalidades positivas en el lenguaje de los economistas. Por eso son tan atrac-
tivas para la gente y esta se viene para la ciudad; la llegada de más gente convierte el
proceso en algo autoalimentado, hasta que el propio crecimiento hace brotar las conse-
cuencias no queridas de la aglomeración espacial —física— en forma de externalidades
negativas. Si reducimos estas últimas, si moderamos las negativas, ganamos en calidad
de vida, en desarrollo. Si logramos una ciudad sostenible, no tiene por qué reducirse
el crecimiento (caída del pib de la ciudad, el consumo y el empleo) y estaremos contri-
buyendo al desarrollo de las personas, la economía, la región o el país. El crecimiento
es un buen negocio cuando combina los ingredientes adecuados.
¿Por qué esto que estoy diciendo es así, es verdad? Por una idea sencilla y clásica:
porque la ciudad es el territorio por antonomasia de la cooperación de los individuos,
de la vida en comunidad, en sociedad.
Las mejores cosas de la vida son gratis, y en las ciudades disfrutamos, como
ciudadanos, de este tipo de consumo de unos bienes que en economía llamamos
bienes públicos. Cuando todos nosotros no ensuciamos las calles, conservamos
los parques y las fachadas de nuestras casas y respetamos las normas de circula-
ción, contribuimos sin quererlo y sin darnos cuenta al bienestar de los demás. Hay
muchas formas de aumentar el bienestar de los demás y con un coste adicional
despreciable (un pequeño esfuerzo). Hay muchas formas de crear valor social:
un curso de acción muy obvio es el de más civilidad y más urbanidad —más y no
menos—. Por eso se habla de las ciudades educadoras: los de la tribu educan a los
críos de la tribu.
La vida en ciudad es interacción social en estado puro, y los seres humanos so-
mos unos bichos muy raros que tenemos y podemos cultivar uno de nuestros mejores
rasgos: la empatía, la capacidad de ponernos en el lugar del otro. Este rasgo puede
hacer de nuestras ciudades lugares felices si aprendemos a cultivarlo. Todos estas cosas
que cito pueden revertirse también: ensuciar las calles, insultar, amedrentar, robar, la
congestión del tráfico, la conducción temeraria, el ruido, la exclusión social, la delin-
cuencia y el vertido de residuos por doquier. Las ciudades exhiben lo mejor y lo peor
de la condición humana.
7 Tenemos la suerte de contar en español con los dos mejores libros que explican esta tradición intelec-
tual. Véase Robert Mundell: El hombre y la economía, Buenos Aires: Amorrortu, 1972, y Edmund S. Phelps: Eco-
nomía política: un texto introductorio, Barcelona, 1986, además del discurso del Nobel, de próxima publicación
en RAE Revista Asturiana de Economía.
8 Edward E. Glaeser: «Introduction», en Cities, Agglomeration and Spatial Equilibrium, Oxford: Uni-
versity Press.
gente o distribuir en el espacio nuestras casas y hogares —una tarea que se realizaría
con empresas, urbanistas y ayuntamientos—. En mi caso, como desciendo de una
familia de ferroviarios, esta observación me parece natural, siempre me ha parecido
evidente, al estar en contacto con el material móvil y las infraestructuras ferroviarias
o ver los tinglados y la organización del funcionamiento de un puerto como el de Avi-
lés, o la lógica interna y externa del de Gijón. El contexto de descubrimiento importa
para fundar nuestro conocimiento de las cosas y la certidumbre —en el sentido de
verosimilitud— que le concedemos.
La tecnología es fundamental para comprender el lado de la oferta. Permítanme
una maldad: que no le pase a nadie lo que le pasó a un ministro de Fomento —que
además era ingeniero, para más inri— que, cuando le dijeron «llegamos tarde», pre-
guntó: «¿por qué?, ¿qué pasa?», y se le respondió: «Es que se enganchó un pantógrafo
con la catenaria». Y el ministro volvió a preguntar qué eran el pantógrafo y la catena-
ria. Era ministro de infraestructuras. Es importante que conozcamos estos detalles,
porque, si no sabemos de qué estamos hablando, si no sabemos cómo funcionan las
cosas, no entenderemos nada. Y el diablo está en los detalles y las organizaciones, los
contextos complejos organizativos con alta división del trabajo funcionan gracias a
los detalles. Todo se viene abajo por la falta de atención: es el fracaso, el fiasco, que
subyace al mensaje de Kremer en The O-Ring Economy (intento sacar adelante una
modesta revista y sé —«tengo datos precisos», como dijo el Terminator bueno en la
película— de lo que hablo y cuáles son los surcos por donde se desvanecen la produc-
ción y la productividad).
Las relaciones técnico-económicas subyacentes en la oferta de la economía las
describimos con la función de producción. La demanda es muy importante porque es
una hipótesis de trabajo muy fuerte: las subidas de los precios invitan a sustituir los
bienes y los servicios que se encarecen. Es el efecto de sustitución: si sube el precio, la
cantidad demandada disminuye. Es importante que tengamos claro que siempre hay
un efecto de sustitución, y luego se podrá discutir si es grande o pequeño. Pero, por
lo menos, partamos de esta idea, porque es decisiva para comprender los procesos de
asignación de recursos y para entender un aspecto que le preocupaba a Roberto, que
es la escasez de energía.
En este punto, alcanzamos el lugar común tan frecuente en la literatura que
debate estas cuestiones del crecimiento cero o decrecimiento y que late en el sentido
común de la gente y de la economía: ¿podemos seguir creciendo hasta el infinito en un
planeta finito?; ¿qué piensan al respecto? Lo dejo para el debate, es el debate, pero, sin
una cabal comprensión del funcionamiento del sistema de precios y de una economía
monetaria organizada alrededor de un sistema de mercados incompletos, con algunos
derechos de propiedad para recursos importantes, mal especificados, es difícil avanzar
en la conversación. Y convendría separar en este punto las creencias de las ideas: es
más fácil conversar sobre estas últimas y ponerlas a prueba.
Desde el punto de vista económico, tenemos una herramienta que explica nuestro
optimismo vital en la profesión sobre las posibilidades de crecer de manera ilimitada.
Es la que ven ustedes ahí, se llama función de producción y, básicamente, pretende
describir la relación entre la producción de la izquierda, que podrían ser por ejemplo
casas, y la tecnología que utilizamos para producir esas casas. A la derecha aparece
el capital, las horas de trabajo, el capital humano, la formación de las personas, los
recursos naturales, etcétera. Además de estos ingredientes, la vida en ciudad es vida
en sociedad: la vida cotidiana acumula, sin quererlo —o desacumula—, activos so-
ciopolíticos.
Podemos describir un proceso de producción como el resultado de la contribución
de distintos factores productivos acumulables:
estrellas de rock, aunque luego desafinen o toquen de oído—. ¡Ay! Este mercado de la
reputación se parece bastante al de los cacharros. Podían haber reparado en el magní-
fico artículo del excepcional contable nacional francés André Vanoli (y no solo en su
libro). Vean la figura 4 y podrán entender de qué estoy hablando: comprobarán que
no falta nada, que todo está ahí. Sabemos lo que medimos y por qué lo medimos —
observar el ciclo económico—, y somos conscientes de que las mejores cosas de la vida,
las que importan a largo plazo, quedan fuera de nuestra métrica, porque no son rele-
vantes para la política económica de la estabilización a corto plazo (para el reconoci-
miento y el control de las recesiones en el sentido clásico keynesiano). Y somos cons-
cientes de que ese pib está contaminado por producción que no genera bienestar (en
la casilla i, congestión, gastos de servicios de seguridad, cárceles…). Para echar las
cuentas del bienestar social, hay que gastar dinero en desarrollar toda la literatura
sobre cuentas satélites o matrices de contabilidad social. Pero este conocimiento hay
que pagarlo y para ello hay que cobrar impuestos. No es gratis. Su uso, una vez pro-
ducido, es gratis, pero hay que pagarlo antes vía impuestos (casilla ii).
Ahora que tenemos las herramientas y los conceptos, voy a concluir este apar-
tado y coger el toro por los cuernos ofreciendo mi respuesta a la pregunta básica del
seminario. ¿Es posible el crecimiento cero? Francamente, creo que no. Y ello puede
ser así (es mi predicción) porque la especie homo sapiens faber hizo ya hace tiempo
realidad el mandato de mayo del 68, «la imaginación al poder». La imaginación, el
talento y el descubrimiento de soluciones a problemas son los motores de la capacidad
creativa e inventiva del hombre. Quiero llamar la atención y recordar un momento
«Boris» de la historia, una inno-
vación fundamental —el descu-
brimiento del fuego, la energía—
que permitió a los seres humanos
comer un poco mejor, desarrollar
y alimentar el cerebro y aprender
a usar la mano. La clave en el pro-
ceso evolutivo, al parecer, está en
el cerebro y la mano —esa mano
con la que acariciamos y con la
que matamos—. Es lo que nos
hace distintos. Muchos años des-
pués, hacia los siglos xvi y xvii,
otros, usando ese mismo cerebro,
inventaron la caldera. Y estos son La contabilidad nacional y las ciudades
los dos motores del progreso eco- Fuente: André Vanoli (1984): «Las distintas
interpretaciones de la noción de producción»,
nómico de los últimos trescientos Información comercial española, 1991,
o cuatrocientos años. Los seres núm. 698, pp. 99-115. (Figura 4)
eligiendo. Estas son dos elecciones fundamentales, tenemos que valorar si nos sacrifi-
camos hoy para que las generaciones futuras estén mejor o no. Nuestro nivel de
egoísmo intergeneracional comparado con la empatía. Estamos haciendo un intercam-
bio en condiciones de gran incertidumbre, entre las generaciones presentes y las futu-
ras, que ni siquiera existen ni conocemos y cuya tecnología futura ignoramos. Por lo
tanto, es un síntoma de altruismo y de generosidad muy notable, el mismo que había
en la película entre el grupo de soldados que tenían que rescatar al soldado Ryan. Por
tanto, siempre estamos haciendo intercambios cuando nos enfrentamos a problemas
de sostenibilidad, solo que son arbitrajes en el tiempo con gente que ni siquiera cono-
ceremos, pero tenemos la intuición poderosa de que se parecerán bastante a nosotros
y de que serán buena gente (en promedio), como nosotros.
Por lo tanto, tenemos este tipo de elecciones, y esto forma parte del debate de la
sostenibilidad: cuán altruistas somos para sacrificarnos hoy en beneficio del mañana.
Pues aquí tenemos las cifras que
muestran la realidad, y es que es-
tamos usando un tipo de energía
que lo único que hace es contri-
buir al deterioro del planeta. Por
razones de tiempo, me quedo con
esta, en la que ven la evolución del
consumo de petróleo en millones
de toneladas en Europa. En algu-
nos países está controlado, pero
en España está disparado. Vean
cómo hemos aumentado nuestro
consumo de petróleo, como decía Fuente: British Petroleum: Statistical Review
antes Roberto, y que buena parte of World Energy 2008, junio del 2009.
de ese consumo se está utilizando
en el sector transportes. Por lo
tanto, tenemos mucho que sacri-
ficar, mucho que moderar, mucho
que pagar. Y esta cuestión me
lleva al tercer y último punto del
argumento.
Estamos usando esa energía
como consecuencia de los des-
plazamientos de mercancías en-
tre distintos puntos del planeta
(arbitraje). Tenemos un modelo
de localización, que ustedes han Fuente: Ministerio de Fomento.
renta per cápita. Por lo tanto, este es el panorama: hay que imaginar cuáles serían los
ajustes en nuestro modelo de vida individual para que las variables macro planeasen
hacia esa senda, porque consideramos que no es sostenible el actual modo de vida.
Este es el tipo de cosas que tenemos que dominar para hacer frente a los proble-
mas de equidad intergeneracional.
Ese modelo de crecimiento que deseamos cambiar es el que estimula, al mismo
tiempo, narraciones como la que a continuación les brindo y que constituyen la mejor
reflexión sobre el concepto de progreso, desde una perspectiva literaria, que es la mejor
forma de reconocer algo que llevamos dentro. Javier Reverte ofrece en este texto una
magnífica descripción de su Castilla-La Mancha natal y el cambio observado hasta
hoy. Es un buen ejemplo de la visión que ha calado hasta el tuétano de nuestros huesos,
que está genéticamente codificada en nuestras conciencias y creencias y que consolida
la visión más optimista de la especie humana:
Mi generación, la de los hombres y mujeres nacidos entre los cinco y quince años posteriores
a la guerra civil ha sido testigo privilegiado de las transformaciones más rápidas y más hon-
das que ha vivido España en toda su historia. Las gentes de mi tiempo han saltado en unos
pocos años de la carretera al jet, del desbaratado coche de línea al Mercedes o al bmw, del
locutorio de teléfono con operadora manual al móvil inalámbrico, del tren de carbonilla al
ave, de la Olivetti al ordenador, del lavadero público a la lavadora automática. Ese salto en
el progreso ha sido más llamativo en algunas regiones que en otras y Castilla-La Mancha se
encuentra, en mi memoria, entre las primeras. Mis padres vivieron casi toda su existencia en
condiciones no muy alejadas a las de mis tatarabuelos. En mi vida y en la de mi generación
pareció que podían haberse sucedido varias edades de la historia humana. La Castilla que
yo conocí de niño eran largas tierras sedientas en verano y congeladas en invierno, rotura-
das por carreteras infames, con poblachos de caserones helados, sin más calefacción que la
chimenea y el brasero, y viejas ventas muy parecidas a como eran en el siglo xvii. Tierras de
vino amargo criado en tinajas y curado en pellejo, de alpargata y botijo, de gentes pobres
y guisos concebidos para estómagos de hierro. Estoy hablando de hace algo más de treinta
años, esto es: de ayer mismo. Y todo ese paisaje desesperanzado y triste se ha transformado
en un horizonte de prosperidad de pueblos bellos y gentes alegres, de campos que da gloria
ver cuando llega la época de la cosecha […], Javier Reverte, «Un salto a otra dimensión», El
País. Especial El Viajero Castilla- La Mancha, sábado 28 de abril del 2007, p. 1.
Como contrapunto de todo lo dicho hasta aquí, quiero concluir esta intervención
con una cita complementaria de Fernando Savater, quien a su vez cita a otro autor:
«En cada cabeza humana se encuentra la catástrofe humana que corresponde a esa
cabeza».9 Yo también llevo una catástrofe en mi cabeza y los he castigado con ella (que
9 Fernando Savater: «Prólogo», en Héctor Subirats: El escepticismo feliz y otros ensayos, por supuesto
trágicos, Madrid: Mondadori, 1989.
he ampliado más abajo, cinco meses después, con mi tarjeta de Navidad). La cita de
Savater invita al escepticismo sobre nuestros modos de creer y conocer. Savater nos
anima a descreernos, invita al escepticismo. Mi escepticismo no trata de las metas
enunciadas por los que anuncian el apocalipsis, sino de las herramientas escogidas
para lograr esas metas. Es un escepticismo muy propio de economistas, que no creen
en los Reyes Magos y confían en la libertad del individuo. Mi escepticismo procede
de la experiencia histórica reciente de los últimos doscientos años, que nos permite
abrigar una modesta esperanza: la humanidad aprende, aprendemos a aprender, pero
muy despacio (es nuestro cerebro, el cerebro social y los problemas de comunicación,
que confundimos con el ordeno y mando, pero también con el «aquí participamos to-
dos»); sí, tenemos remedio, por mucho que digan lo más cenizos de la especie humana.
Hemos adquirido un acervo de conocimiento profundo, con sólidas bases empíricas
que contiene una brizna de esperanza, si logramos reducir los errores y maximizar
los aciertos. Claro que, para eso, hay que arrimar el hombro y cada palo tiene que
aguantar su vela. Porque no hay libertad sin responsabilidad.
Muchísimas gracias por su atención. Quedo ahora a su disposición para el debate.
(*) Tarjeta de Navidad para Manuel Alfredo. Alfredo, te envío este pequeño men-
saje al cielo, al cielo de las ideas, que es el lugar adonde viajan las personas de buena
voluntad y que solamente han tenido pensamientos puros y buenas ideas, aquellas
ideas que no hacen daño al hombre (porque esos hombres sí aman a sus mujeres y de-
fienden la igualdad con la mujer, a quienes todo debemos). Si los tienes a mano, reúne
a Tales de Mileto, Platón, Aristóteles, Sócrates, Arquímedes, Santo Tomás, Occam,
Luca Paccioli, Galileo, Bacon, Pascal, Descartes, Locke, Newton, Kant, Von Misses,
Hayek, Popper, Einstein, Ohlin, los hermanos Weber, Von Neuman, O. Morgersten,
Rosenstein-Rodan, Gauss y todos los demás; llama a Ricardo, Hume Smith, Marshall,
el cachondo de Veblen y Walras, y júntate con Leontieff y Joan Robinson para dar la
bienvenida que se merece al Olimpo a Samuelson. Seguro que él te ayudará, junto con
Leontief y Keynes, a esclarecer de qué va la economía. Será muy fácil que el resto lo
entiendan, pero prepárate, porque saltarán chispas.
Despacito y con letra clara, este es el abstract de mi tarjeta navideña: toda la
economía se reduce a un solo principio (bueno, son dos), pero el primero solo lo podéis
entender tú, Paccioli, Leontief, Keynes, Tobin y Euclides: (a) todo suma 100 en la vida.
Alfredo, la verdad está ahí y es evidente por sí misma. Todo suma 100 (la verdad está
en la cuenta de bienes y servicios, ya sabes de qué hablo). De otra forma: 2 + 2 = 4; «un
euro entra, un euro sale», «mi debe es tu haber» (a Tobin le gustará que se acuerden de
él), «no hay motores de agua», «no existen los Reyes Magos» (pero sí la ilusión, y la
ilusión de los niños para aprender y el placer que ello produce). Con este principio, se
unen la lógica y la termodinámica. El segundo principio económico es más difícil para
los matemáticos. Llama a Georgescu-Roegen, Heráclito, Fisher, Wiener, Rosenstein-
Rodan y Keynes, creo que te pueden echar una mano: (b) en la economía impera la
propiedad anticonmutativa. En los procesos económicos, en los sistemas sociales que
operan con valores, 2 x 3 es distinto de 3 x 2. La dialéctica importa, y el orden de los
factores altera el producto, el orden de las secuencias de inversión altera la relación
capital-producto; hay bifurcaciones, la senda importa. Nadie se puede bañar en el agua
del mismo río (pero el principio de identidad nos recuerda siempre quiénes somos, de
dónde venimos y dónde estamos, y los ríos están anclados en el territorio —lo peor es
que se sequen—. Machado te ayudará a mantener viva la llama de la intuición de todos
y la creatividad. Porque al cielo de las ideas también llegan las poetas).
Desde que te has ido, esto es lo que he aprendido. Hasta Tini lo ha aprendido ya
(apareció el domingo en El País). Pero no mucho: sigue largando pufos para mañana
(a mi pueblo le quieren llevar una autovía pagada con el pufo en la sombra. Y luego
hablan de transporte sostenible —sic—). Solamente nos queda que lo aprenda Javier
a tiempo, y el resto de los 6700 millones de seres humanos (más o menos); hay un nú-
mero de justos que ya lo saben; el resto de la humanidad todavía vive en las tinieblas y
cree en los Reyes Magos, en los motores de agua. Los peores y más peligrosos, porque
usan modelos matemáticos y no saben lo que hacen, operan en el sistema financiero
e inventaron la técnica del ventilador para distribuir el riesgo, empaquetándola. No
has estado aquí para verlo. Por cierto, a Krugman le dieron el Nobel (un Nobel por
publicar tres jcr con impacto. Sin palabras). No te preocupes, nunca irá al cielo; los
que deberíamos preocuparnos somos nosotros, porque está trabajando muy duro desde
el New York Times para provocar la gran crisis mundial: el hundimiento del dólar, el
megacrash, en un mundo interconectado en red. Como Lenin, sabe dónde atacar duro
y aprovecha la reputación del Nobel para vender motos averiadas; les está diciendo
a todos cuál es el nuevo Santo Grial: darle a la máquina de los dólares y a la deuda.
Krugman cree todavía en los motores de agua. Después de las subprime, el riesgo fidu-
ciario. Pero claro, el dólar no es una moneda cualquiera y, por ahora, B. Obama y B.
Bernanke no le hacen ni puñetero caso (explícale a Samuelson y Lösch por qué estoy
en lo cierto: el teorema fundamental de la economía espacial ya estaba descubierto
desde principios de siglo; Samuelson se lo olvidó en su manual —qué olvido; nadie es
perfecto; Phelps lo corrigió—, pero Tobin lo aplicó a la demanda cash de dinero la dé-
cada siguiente, y el resto de las mentes cortitas que poblamos el planeta no necesitamos
para nada el equilibrio general walrasiano, nos basta un mundo 2 x 2 y el diagrama
de coordenadas cartesianas. Samuelson estará de acuerdo —porque Salop lo cuenta
en un periquete— y Leontief, también. Nuestros estudiantes entienden el io en 2 x 2).
Nunca te lo dije: perdona mi examen de quinto. Algunas cabezas no llegan a
tanto; a mí no me daba y sigue sin darme. Por eso lo recorté con mis estudiantes y
el tiempo sigue corroborando que ha sido una buena decisión —hay que ponerse en
el lugar del otro; tú supiste hacerlo—. He tardado en atar cabos y descubrir por qué
sucede esto, pero O. Wilson lo explica por aquí abajo de maravilla: el pensamiento
queda Ricardo, en un mundo 2 x 2. Hayek necesita a Ricardo, y Ricardo necesita a Ha-
yek; tendrán que negociar, ponerse de acuerdo en los términos del intercambio (Coase
les podría ayudar a entenderse). Estoy trabajando en ello, para lograr la unidad y dar la
última batalla a la estupidez humana, en homenaje a los historiadores sabios. Recuerda
el lema de Kike: de derrota en derrota, hasta la victoria final. Cómo nos reíamos.
Muchas gracias, Manuel. Tenemos bastante tiempo, así que, si es posible, vamos
a interactuar. Dejo a los más atrevidos que rompan el hielo y que digan su nombre si
no les importa, para estructurar mejor el debate.
Participante
Mi nombre es Mario Nolla. Yo he querido percibir mucha más unidad entre las
dos últimas comunicaciones de lo que pudiera parecer por el tono aparentemente
polémico de Manuel Hernández Muñiz. Hay algo que me llama mucho la atención,
que es que, estando muy de acuerdo con la primera intervención y también queriendo
estarlo con la segunda, hay un elemento que podría llevar a una cierta perversión en
el planteamiento, que es el siguiente: yo entiendo que una reivindicación de la sos-
tenibilidad hoy planteado, desde un punto del modelo económico, pueda traducirse
en términos de sacrificio hoy para logros mañana. La perversión la veo en que eso
presupondría que el modelo económico de crecimiento que hubiese fuese nuestro, que
fuéramos sus dueños y, entonces, ese sacrificio estaría en relación con un modelo que
está funcionando y, en consecuencia, no tiene perversiones, ineficiencias ni despilfa-
rros. Por tanto, el sacrificio consiste en que tengo que combatir mi propio modelo,
que es eficiente, para buscar una segunda eficiencia. Pero, en realidad, los supuestos
de sostenibilidad hoy más transformadores son los que creen o creemos ver que lo
que está funcionando no es un modelo de crecimiento que nos pertenece, sino uno
que alguien nos ha impuesto, que tiene unas «deseconomías» y unos despilfarros
tales que el planteamiento de la sostenibilidad garantiza también hoy mejor vida.
No sacrificios, sino mejor vida desde este minuto. Es en ese sentido en el que me
encuentro un poco incómodo, porque parecería que estamos teniendo que combatir
lo excelentemente bien que hacemos hoy las cosas para poderlas mejorar mañana.
Yo creo que la batalla, en términos urbanísticos en relación con el problema de la
sostenibilidad, es en relación con un modelo que es hoy manifiestamente ineficiente
y contrario a nuestros intereses, no a los de nuestros hijos.
Gracias.
Participante
Participante
Participante
Buenas tardes, soy José Luis Pablos y quiero hablar sobre el crecimiento cero, que
creo que en realidad nadie sabe lo que es. En el mundo desarrollado, estamos plan-
teando estos problemas, pero más de la mitad de la población mundial está empezando
a crecer. En China, la India o Filipinas, donde he estado hace poco, están queriendo
hacer lo mismo que hemos hecho nosotros: irse a las ciudades y crecer. Por lo menos,
está extendida cada vez más la percepción subjetiva de que el mundo es limitado, hay
una situación de crisis y algo hay que hacer.
Como mínimo común denominador de todo lo que se ha dicho aquí, yo quería
mencionar dos cosas, y las dos las ha comentado Roberto. Una es sobre el tren de alta
velocidad, porque has hecho una declaración muy rotunda sobre él. Es una pregunta
para Roberto, pero también la extiendo a los demás.
gional. Eso es lo que va a ocurrir, y no quedará más remedio que producir lo que no se
puede ya importar. De hecho, el año pasado se produjo un boom del acero en Estados
Unidos, y en Europa vi también algunos signos, porque el acero chino ya no llegaba
a costes competitivos. México se benefició de la proximidad de Estados Unidos y au-
mentó mucho sus exportaciones, mientras que las chinas cayeron en muchos capítulos.
Además, hay otro problema: ¿cómo se cierran los ciclos de los materiales? ¿Con circui-
tos a escala mundial? Hasta la ocde dice que no, que así no puede hacerse. Entonces
hay que ir a un procedimiento más autocentrado, hasta un punto que dependerá de la
región, sus recursos, la población, su tamaño, etcétera. Pero, como filosofía de fondo,
hay que avanzar todo lo que se pueda. Por seguridad también, porque entramos en una
época fuertemente convulsa y, cuanto más abierta esté la economía, más se va a sufrir.
En este momento, se está haciendo una reflexión, y es que la India está sopor-
tando la crisis mucho mejor que China. En China se ha bajado del 11 % al 6 % de
crecimiento. Sin embargo, la India ha bajado del 9 % al 6 % porque tiene una econo-
mía mucho más autocentrada. Los países más abiertos son los que dependen de lo que
pasa a nivel mundial, no son dueños de su destino y nunca lo serán.
problema, a lo mejor comienzas a reducir el daño. Este tipo de pequeñas acciones con-
tribuyen a solucionar los problemas y a mejorar nuestro bienestar y nuestra asignación
de recursos. Pigou lo razonó hace casi cien años.
También quiero hacer un apunte breve sobre las viviendas. Creo que en realidad
desearíamos que los alemanes hubieran comprado nuestras viviendas, y no que hu-
bieran comprado «papelitos»; así no habría habido subprime. Es decir, el exceso de
exportación sobre el consumo que hacen los alemanes se fue a financiar el sistema
americano. Los alemanes están obsesionados con el ahorro, vamos a hablar claro de
los desequilibrios macroeconómicos que hay en estos momentos en el orden mundial.
Si hubieran comprado las viviendas españolas, al menos tendrían viviendas que existen,
y tendrían sus derechos de propiedad. Pero han comprado «papelitos» sobre cosas que
ha distribuido el sistema financiero a través del mecanismo de los productos estructu-
rados, y todo ese valor se ha esfumado (hay que saber demasiada ingeniería financiera
para saber de qué va esto; todo se reduce a no confiar tus ahorros a la falsa creencia
de que existen motores de agua). Esas viviendas se han construido y, ahora, un estu-
dio del Ministerio de Vivienda, publicado recientemente, nos dice que en Asturias, en
concreto, son 2500 las que están pendientes de venta.
Creo que habéis puesto un tema candente sobre la mesa: esa preocupación existe,
y hay gente que cree que podemos disminuir nuestros niveles de consumo en términos
absolutos, como he cuantificado yo aquí ahora, en términos muchos más grandes, y
que promueven un cambio de modelo de sociedad en estos términos. Pero lo mejor es
que cada uno se arregle en su casa y lo lleve a la práctica, sin salpicar.
Mi propuesta, mucho más modesta, es intentar estructurar ese cambio de prefe-
rencias a través del sistema de precios: palo y zanahoria, como razonan los economis-
tas desde hace cien años. Palo y zanahoria. Son dos ideas claras y distintas.
Me dice Vicente que opine algo, aunque yo nunca he estado en la alta velocidad
ni en las mercancías. He estado siempre en los cercanías y en los metros. Roberto plan-
teaba algo sobre la disminución de las horas de trabajo. Pues bien, son medidas que
seguro que están bien, pero me parece que hay que llevarlas a una escala incluso fuera
del país y fuera del Estado, y no sé si tienen viabilidad. A mí se me suelen ocurrir para
los cercanías otras cosas más sencillas que nunca conseguimos, como que por ejemplo
las universidades no empiecen todas a la vez o que los hospitales no empiecen todos a
las ocho. Las horas punta son las que al final definen la necesidad de instalaciones y
material móvil en un metro, en un transporte de cercanías o en un transporte urbano
como el autobús. En sitios fuera de Europa, las horas punta se reorganizan a través
del precio. En Santiago de Chile o Washington, el metro tiene precios distintos según
la hora. Eso aquí lo tenemos en las autopistas, pero es seguro que socialmente no es
admisible, por lo menos en la Europa meridional. Esto supone entonces una necesidad
de instalaciones y material móvil.
Leí en un estudio del este de Australia que hay mucha menos necesidad de mate-
rial móvil si se consigue laminar la demanda.
En todas esas medidas basadas en convencer, no suelo creer demasiado, suelo
terminar apostando por las medidas coercitivas. No conozco a nadie que use el trans-
porte público para no polucionar el medio ambiente, para no ocupar mucho territorio
y para que en la ciudad todo el mundo sea más feliz. Quien usa el transporte público,
lo usa por obligación.
Con relación a la alta velocidad, el planteamiento de Roberto convence. Sobre
todo la cuestión de las mercancías, que en España son un auténtico desastre porque se
lleva todo en camión. Lo que ocurre es que la alta velocidad en España es un icono,
como el tener una Universidad en cada provincia, y es muy difícil combatir eso. Yo
podría estar de acuerdo en planteamientos de por qué hay que ir a 300 km/h en todas
las distancias si podemos ir a 220 km/h, si en un recorrido determinado solo tardamos
diez minutos más. Me parece que son muy razonables.
En Andalucía había un planteamiento de hacer lo que llamábamos la cruceta.
Ya que había alta velocidad entre Madrid, Córdoba y Sevilla, pues podríamos hacerla
también entre Córdoba y Málaga, Sevilla y Granada. Luego ya, que se alargase a
Cádiz, Huelva y Almería a velocidades de 160 km/h, que está muy bien. Pero, políti-
camente, eso es una batalla, porque la oposición estaba esa semana planteando si eran
ciudadanos «de segunda» porque no tienen ave en una ciudad de 20.000 habitantes.
No entra una lógica racional en toda la clase política cuando está en el Gobierno y
cuando está en la oposición. Normalmente, la clase política, cuando está en la oposi-
ción, suele ser altamente irresponsable. Cuando se hacen los planteamientos del trans-
porte en superficie o del subterráneo, suelen estar basados casi siempre en argumentos
emocionales. Y, cuando esto ocurre, no hay nada que hacer, incluso si se plantea que
la diferencia entre un transporte subterráneo y otro en superficie es de cinco a uno,
y que un tranvía puede costar unos 12 millones de euros por kilómetro y un metro
alrededor de 60. Es cinco veces menos. Hablas de una línea de 20 kilómetros, y te
dicen, aunque estés hablando de mil millones de euros, que no importa, que «no sea
por dinero». Pero por supuesto que es por dinero, porque con mil millones de euros se
pueden hacer muchísimas cosas en una ciudad y en un país.
No hay ningún planteamiento racional, y por eso, cuando Roberto predica estas
cosas, no sé qué posibilidades va a tener. Y sobre esa encuesta que has mencionado,
pues en Bilbao se reflejaba siempre. Bilbao Metrópoli-30 hacía unos estudios y la gente
valoraba más el metro que el Guggenheim. Porque el Guggenheim está bien, y cuando
vienen los amigos de visita se los lleva, pero el metro les da una satisfacción diaria.
grandes oportunidades en la Costa del Sol. Y ahora, lo que sucede es que esas viviendas
estaban compradas porque se consideraba que se iban a revalorizar muy pronto, al
igual que hicieron muchos españoles. Y ahora hay que vender pronto porque se van a
desvalorizar. Pero no tiene nada que ver con las necesidades ni de la residencia ni de
la segunda residencia.
Otro caso claro se dio cuando hubo la última competición de motos en Jerez,
adonde sabéis que se acercan miles de moteros. Cerca de Jerez, en la costa, hay playas
magníficas y urbanizaciones vacías que solo están cubiertas dos meses al año. Me
acerqué un viernes por la noche y había cerca de doscientas mil personas en Jerez. En la
mayor urbanización que hay allí cerca, que tiene unas cuatro mil viviendas, había dos
luces encendidas y los tres restaurantes cerrados. Por esto, en este país estamos locos.
Lo que está construido habrá que utilizarlo, pero muchas de esas viviendas están
a siete kilómetros de los centros. No están pensados ni el transporte, ni las escuelas.
Es un problema, porque además los activos de los bancos tienen mucho suelo que está
valorado a precio de oro y cuesta menos del 10 % en el mercado actual. No tenemos
este problema de las subprimes, que afortunadamente no han calado, pero tenemos
otras subprimes distintas y, como país, tenemos que empezar a buscar soluciones.
Una cosa que dije esta mañana es que tuvimos que hacer, a través del plan de
ordenación territorial de Andalucía, una limitación que se discutió en el Parlamento
y fue un escándalo. Había un artículo que introdujo al final el Parlamento andaluz
por iniciativa de Izquierda Unida y después se consensuó, que era el «30, 40, 8». Es
decir, que no podía crecer en ocho años más del 30 % de la población ni utilizar más
del 40 % del suelo ya urbanizado. Esto a las ciudades grandes les afectaba menos
que a los territorios más pequeños y contamos con la oposición de todos los partidos
políticos. Pero hay que intentar ponerlo en marcha, a pesar de las dificultades. Hay
quien pregunta
de qué va a vivir entonces su pueblo, y yo creo que hay que pensar en una nueva
forma de vivir, porque esa va a conducirlos a la ruina.
Yo le preguntaba a algunos alcaldes cuánto les costaba recoger la basura de
«aquellos dos alemanes» que estaban viviendo a tres kilómetros y cuánto recoger
la del pueblo, y el resultado era que costaba casi el doble recoger la basura de dos
personas que de mil. Esto no puede ser, porque hay que observar si desde el punto de
vista económico la situación es eficiente. ¿Qué hacemos entonces con esas viviendas?
Tenemos que reconvertir las que sean posibles, y las demás no lo sé. Pero España sigue
necesitando viviendas, porque, por otra parte, la necesidad de viviendas es de 700.000.
Entonces, las que hay construidas tendrán que ponerse a un precio asequible, pero no
pensando que van a venir a vivir de repente 15 millones de personas a España, porque
eso era lo que fomentaba también la propia Administración española.
El propio «amigo» de Roberto, Miguel Sebastián, cuestionaba, cuando no era
ministro —cuando estaba en la Oficina Económica del Gobierno—, esta cuestión.
Decía que, gracias a las compañías de bajo coste y demás, se generaba turismo, y lo
dijo claramente en Madrid en un Fitur hace dos años. Lo dijo convencido y con mucha
prepotencia, basándose en datos falsos. Hizo una especie de matriz económica y no
tuvo en cuenta las externalidades en la fórmula. Pero el análisis coste-beneficio es un
cálculo entero, no solo de la mitad, porque así sí que sale más rentable. Esto ocurrió
también en los cálculos del ave Madrid-Sevilla, en los que no se incluyeron en la con-
tabilidad los costes de mantenimiento, ya que con ellos no era rentable.
Ahora seguimos, pero quiero saber si hay alguna pregunta.
Participante
Buenas tardes, soy Manuel Fernández Rouco, de aquí, de Gijón. Quería recordar
que, en los años noventa, apareció el Libro Blanco de Transportes, y recuerdo que re-
flejaba que el ferrocarril movía el 5,7 % de las mercancías, el marítimo un 1,8 %, la
carretera el 85 % y había unas determinadas expectativas para el 2010. Se decía que el
marítimo iba a crecer, que iba a llegar a un 18 %, el ferrocarril iba a liberar vía para las
mercancías e iba a aumentar también ostensiblemente, y la carretera bajaría. Estamos
llegando al 2010 y, actualmente, el ferrocarril no llega al 6 %, y estos cálculos los hicie-
ron los «sesudos» padres de Europa. Se ha impuesto el ave y se ha liberalizado vía, pero
no han aumentado las mercancías. El tráfico marítimo ha descendido y es muy limitado.
Por lo tanto, de todo esto que se vaticinó por parte de Europa no se ha cumplido nada.
Ustedes sí critican el sistema, y todos lo criticamos, y los combustibles son finitos
y producen CO2; pero ustedes no aportan ningún planteamiento. Ustedes no proponen
un plan, a excepción de, quizá, lo del palo y la zanahoria. Un ejemplo es la alta velo-
cidad en carretera: hoy difícilmente veremos que alguien pase de 180 km/h. Y no hace
tantos años, lo hacían bastantes. ¿Por qué ha pasado esto? Por el sistema de puntos
y por las multas. En el transporte público, estoy de acuerdo, si no se lleva a cabo el
sistema de palo, no hay forma de que sea rentable y sostenible. Y es un bien, además
uno de los principales de la Unión Europea, el libre tránsito de mercancías y personas.
Por lo tanto, a mí me gustaría escuchar un plan, que se digan otros aparte del dicho del
palo y la zanahoria. Tiene que haber un plan, defenderlo y aprenderlo. Todos podemos
criticar lo que ocurre y todos lo sabemos, porque, por lo menos a nivel de prensa, lo
leemos y sabemos lo que está pasando. Pero no escuché todavía un plan concreto que
nos diga qué tenemos que hacer y cuándo lo tenemos que hacer.
Participante
Participante
Sí, yo me llamo Roberto Gámbez. Quiero hacer una reflexión con lo que he
oído en la mesa tanto por la mañana como ahora por la tarde. Yo, como economista,
también soy defensor del sistema de precios en cuanto a la regulación de los cambios.
Hablaba Roberto de un caso concreto, comentaba que en la línea Bilbao-San Sebastián
se había producido un incremento del transporte público. Podemos preguntarnos por
qué, porque yo no creo que en Bilbao se tenga una conciencia ecológica mucho mayor
que la que hay en Asturias, León o Valencia. Creo que es porque en el País Vasco se han
seguido unas políticas de hacer que el coche sea más caro, y el sistema de transporte
público está pensado para que la gente se mueva en autobús, metro y tren. Todo esto
se ha organizado contra el coche.
Decía Enrique, no recuerdo en qué ejemplo de ciudad, que, si queremos limitar
la entrada de los coches a la ciudad, tenemos que quitar carriles. Todo esto, al final,
se convierte en un incremento en el coste de oportunidad de que la persona utilice el
coche. Yo que vivo en Siero, para venir a Gijón, vengo en mi coche porque me resulta
barato. Podría ir a Noreña, venir hasta Gijón, en Gijón coger el autobús y venir a mi
centro de trabajo. Pero me sale más barato venir en coche. Entonces, hasta que no ten-
gamos todos claro que si queremos hacer un cambio de modelo tenemos que gravar el
coche, la gente seguirá yendo en coche. En una ciudad como Gijón, de tamaño medio,
solo un 15 % de los tránsitos que se producen se realizan en transporte público, y el
resto en privado. Si queremos que eso sea al revés, hay que hacer lo que decía Manuel,
utilizar el palo y la zanahoria. La gente por concienciación social no va a cambiar,
solo cambia cuando tiene unos incentivos reales. Esa es la reflexión que quería hacer.
Participante
Buenas tardes, soy Manuel Pastor y contesto por alusión a la referencia que ha
hecho este señor ahora con respecto a las declaraciones de esta mañana, de que las
cajas de ahorros estaban sin fondos. La declaración fue mía, y yo no soy precisamente
sindicalista, sino empresario. Estas declaraciones salieron al hilo de una asamblea
empresarial del sector de la promoción y la construcción que se celebró ayer en As-
turias. La verdad es que el panorama en Asturias no tiene nada que ver con el que se
presenta en la Costa del Sol, Madrid, Murcia o Levante. Es cierto que en Asturias
prácticamente no hay morosidad, y es cierto que, probablemente, todos sus bancos
no tengan más de dos docenas de pisos. Y es cierto que la Caja de Ahorros de As-
turias todavía no ha ejecutado ninguna hipoteca. Esa es la situación real. También
es verdad que en Asturias se produjo más de lo que se consumía estos últimos años,
pero así y todo, no estamos en una situación comparable a muchas otras, ni mucho
menos. Nada más.
Roberto, puedes responder aquello que tenías pendiente y con esto terminamos,
a menos que queráis preguntar algo más.
que en realidad va a haber, con desviaciones hasta del 45 %. Exageran el número de
viajeros que van a ir y las ventajas sociales. ¿Hasta qué punto se puede considerar que
ganar media hora o una hora en un trayecto muy largo, que supone miles y miles de
millones de euros en una infraestructura más compleja, está justificado?
Esto es un problema, pero estamos metidos en esta demagogia, y en la realidad de
falta de transparencia. Es muy difícil sanear esa situación y entrar en términos reales
en lo que nos importa. Y ¿qué es lo que nos importa? Hay un clamor general sobre la
educación, hay un clamor sobre el sistema sanitario. Esas son cosas importantes, así
como el seguro de desempleo. Pues, racionalmente, no funciona esto en este país. Sin
embargo, en otros sí lo hacen. Acabo de leer en Vía Libre, que es la revista electró-
nica de Renfe, que Holanda acaba de establecer un sistema —hablando del palo y la
zanahoria— de fiscalidad sobre el movimiento de vehículos sobre toda Holanda con
un sistema de satélites. Y te graban el tiempo recorrido y, si estás metido en una zona
congestionada, todo eso supone más carga.
Se puede hacer, otros lo hacen. A mí me impresiona el modelo suizo, y Austria
y Alemania también tienen muchas cosas que contarnos. Lo que me preocupa es la
irracionalidad en la que vivimos en muchos aspectos.
Estoy convencido, y en esto puedo ser pesimista, de que las cosas no van a cambiar
nada en dos o tres años. Nos vamos a mover con el palo del petróleo. La gente va a
dejar de utilizar el coche porque no va a poder. Y lo del País Vasco no es debido a que
los vascos tengamos una política mucho mejor, es demencial, las diputaciones son las
que tienen el dinero y están haciendo carreteras como nadie en el mundo. Estamos en
el Guiness también. Recuerdo que participé en un programa de radio en el que estaba
el responsable de construcción de autovías y autopistas de la Diputación de Guipúzcoa,
que empezó a hablar de los grandes proyectos que tenían para acabar con el atasco
en el entorno sobre todo de San Sebastián. Y una periodista muy inteligente preguntó
«¿Y con eso van a acabar con los atascos?» y se oyó un «No» en un tono muy bajo.
Están endeudándose, están endeudando a las generaciones futuras y al Estado espa-
ñol, cuando nos llega una situación crítica en el terreno energético y no vamos a tener
recursos. Y se demandarán a las administraciones públicas múltiples soluciones para
todos los problemas que van a tener.
Por ahí va a llegar la racionalidad, y me duele que seamos tan irracionales. Creo
que los políticos, al final, son la expresión de la realidad social y tenemos los políticos
que nos merecemos. De todas maneras, yo sé que hay políticos estupendos que están
haciendo cosas muy interesantes; estoy hablando en general.
El Libro Blanco es del año 2000, y hay que decir que la Unión Europea acaba
de sacar un Libro Verde, del que hay que decir que es el documento más descarnado
que he visto en mi vida. Viene a decir en la introducción que hay que cambiar abso-
lutamente todo en política de transportes. Entonces, quizá esa reflexión comunitaria
permita entrar en razón a nuestra sociedad.
Damos diez minutos más y cerramos, a menos que alguien quiera hablar.
Y esto es lo que conviene saber, hay que hacer un diagnóstico correcto, el cual nos
escamotean nuestras autoridades. Les voy a mostrar los datos, porque, si no tenemos
muy presentes los órdenes de magnitud, difícilmente lo entenderemos. Vean el gráfico
que representa la evolución del tráfico interior de mercancías en España por carretera.
Entre provincias y comunidades autónomas, se acercaba a la friolera de casi cua-
trocientos millones de toneladas (350,3 millones de toneladas, como se ve en el gráfico,
en el año 2008; 380 antes de la crisis, en el 2007). En total, sumando lo que se mueve
dentro de las provincias, salen 1300 millones de toneladas por carretera. ¿Cuánto
creen que mueve el ferrocarril de larga distancia en España? El ferrocarril de ancho
nacional mueve del orden de 20 millones entre comunidades autónomas. Veinte millo-
nes. Estos son los órdenes de magnitud, y es necesario conocerlos para comprender la
situación de partida. Antes de querer aumentar el uso del ferrocarril, habría que com-
prender y preguntarse por qué en su momento desapareció. Esa es la cuestión.
El siguiente gráfico presenta
el tráfico por carretera internacio-
nal, en el comercio con Europa.
Les decía que, entre comunidades
autónomas, el ferrocarril movía en
torno a los veinte millones; en la
época en la que trabajaba mi pa-
dre, eran 34 millones de toneladas,
para el tráfico total en España; era
la época «gloriosa». Hoy día, 70
millones van y vienen por carretera
en el comercio con Europa; hasta
en el transporte a larga distancia
Fuente: Ministerio de Fomento.
ha salido más beneficiado el trans-
porte por carretera.
Les propongo dos ideas muy básicas para empezar un plan de transportes. Zapa-
tero a tus zapatos: en Europa, sospecho que el ferrocarril tiene que especializarse en
el transporte de viajeros, exactamente lo contrario que en Estados Unidos, donde, si
ustedes ven las estadísticas de transportes a larga distancia, el ferrocarril de mercancías
es muy competitivo. La gente, los viajeros, se mueve en avión. Previamente, en Estados
Unidos, el ferrocarril fue laminado en el transporte de viajeros y solo quedan algunos
tramos de red en el este de la nación. En Europa, por el contrario, nuestra densidad y
las distancias entre ciudades ofrecen un nicho de mercado para el transporte de viajeros
de cercanías y para la alta velocidad. El transporte de mercancías por carretera y el
tráfico de carretera en las ciudades, en mi opinión, conforman un problema a largo
plazo, porque la demanda de transporte depende de dónde se hayan localizado las
personas y las empresas, causa y consecuencia de esa demanda a largo plazo. Cambiar
10 Hace diez años que analicé el proceso histórico que llevó a la expulsión del ferrocarril español en
el mercado del transporte de mercancías. Es la consecuencia no querida de la adopción del camión como nueva
tecnología y del cambio espacial en la localización que introdujo, en la organización estructural de la economía
española durante la década de los años sesenta. Véase Manuel Hernández Muñiz: «Cambio espacial en la economía
verdad duele, se la cuentan los padres a los hijos —les duele aprender— y los hijos
buenos a sus padres.
Esta es una interpretación realizada ya hace diez años, que algunas peculiares
propuestas, históricas, contenidas en la nueva ley de Economía sostenible, quieren
revertir. Por tanto, les animo a que piensen en ese plan de transportes haciéndose
la pregunta correcta en toda organización social: ¿en qué se puede especializar
cada modo de transporte en España? Y esto me lleva a la cuestión que antes le
dejé a Pablo sobre el ave. Ya ven que la mesa es muy crítica: me limitaré a apuntar
un hecho, para no alargarme. La idea es sencilla: para los viajeros, el ave; pero
el ave, a corto plazo, no «paga el tiro». Hay muchos análisis coste-beneficio que
lo demuestran. ¿Cuánto ave necesitamos, cuántos kilómetros? Necesitamos algo
de sentido y sensibilidad; corremos el riesgo de incurrir en el mismo exceso de in-
versión que en las autovías (solo que aquí aportan un menor riesgo de accidente),
que cada provincia tenga un ave y que vayamos en ave hasta Cantabria o Galicia,
por poner un ejemplo. Por lo tanto, podemos terminar planchando el territorio de
España con trenes de alta velocidad, para mayor gozo de las constructoras, que
hacen caja. Ya lo estamos haciendo con el litoral cantábrico, tabicando la costa
con una peculiar política portuaria (por usar esa palabra con mucha generosidad).
Creo que es un buen momento para reflexionar sobre estas cuestiones, ver de dónde
venimos, cuáles son los niveles de inversión y qué modelo de transporte queremos
hacer. Eso sí que es importante. La planificación de calidad ex ante, porque el
papel lo aguanta todo.
En la cuestión de las mercancías, mi visión es muy pesimista, irreversible, y lo que
procede es hacer micropolíticas locales muy bien pensadas.
Concluyo: ¿qué puede pasar para que se produzca un cambio del modelo de
transporte? Que haya un shock enorme en el precio del petróleo. Y ya lo hemos visto,
pero los animo a pensar —y este es mi debate con Roberto— sobre el papel del sis-
tema de precios. La sorpresa para los economistas fue observar que entre el 2000 y el
2008 hubo un shock enorme por el precio del petróleo, pero el mundo no se hundió,
a diferencia de lo acontecido con la experiencia histórica de los setenta y los ochenta.
De repente, los econometras han empezado a pensar cómo puede funcionar el mundo,
porque tuvimos un shock de precios por el lado de la demanda y el sistema lo absor-
bió con alzas moderadas en los precios al consumo. Los problemas de limitación de
recursos naturales no se pueden analizar exclusivamente en términos físicos, hay que
introducir el sistema de precios para ver cómo los agentes económicos reaccionan a los
cambios en los niveles de precios, que estimulan ahorros en los consumos de energía
por unidad de pib y actividad económica.
española y cambio en la demanda de transporte de mercancías», en Miguel Muñoz Rubio, Jesús Sanz Fernández y
Javier Vidal Olivares (eds.): Siglo y medio del ferrocarril en España 1848-1998. Economía, industria y sociedad,
Madrid: Fundación de los Ferrocarriles Españoles, pp. 355-378.
Es un pequeño dato, y creo que hay que tenerlo en cuenta para analizar estas
cuestiones.
Este es el apunte que quería hacer.
Participante
Yo quiero saber algo muy sencillo: ¿se refiere solamente a la ciudad dispersa?
que podamos reutilizar esos datos y hacerlos llegar a nuestro trabajo, al ciudadano o
a quien esté solicitando esa información.
Esa actualización tenemos que hacerla dentro de un marco legal, en el que está
también, como sabéis, la ley de Protección de Datos. Tiene que haber, además, un
sistema de seguridad muy importante. Por lo tanto, existe un complejo backoffice,
y tenemos que asegurar un sistema seguro en cuanto a la fiabilidad de los datos. Su
almacenamiento debe preservarse, y garantizarse la autenticidad para impedir que se
corrompan o se destruya ese sistema de información. Es así como debemos empezar a
hablar de documento electrónico y de que ese documento electrónico tiene que estar
perfectamente documentado e incluso fechado, porque la información geográfica
también es histórica. El territorio cambia todos los años con las licencias de obra, las
obras públicas o el propio mobiliario urbano; está moviéndose de una manera perma-
nente y tenemos que ser capaces de saber qué información tenemos en un momento
determinado y qué información tenemos en otro, y hacer la comparativa. Eso es lo que
nos va a medir las incidencias, la gestión urbana en un período de tiempo. Se trata,
en fin, de hacer también un seguimiento temporal de las incidencias en la vía pública.
Por lo menos, es la propuesta que dejo en la mesa para discutir.
También tenemos que ser capaces de garantizar la autenticidad y la integridad de
los documentos, como os decía antes, a través de la firma electrónica, las referencias
temporales o los sistemas de copia de documentos auténticos, como los de planos en
pdf/a, que garanticen la preservación en el tiempo de este tipo de documentos. Tene-
mos que garantizar que ese documento esté almacenado y a disposición del ciudadano.
Este tiene derecho a que, si aporta en un momento determinado un plano, dentro de
cinco o diez años sea capaz de reproducirse y de facilitársele una copia. Eso es lo que
nos dice la ley y lo que tenemos que garantizar, y nuestro sistema de base de datos
tiene que ir en ese sentido.
Por lo tanto, los archivos que tengamos de documentación electrónica, en este
caso de planos, tienen que garantizar la integridad, la autenticidad y la confidenciali-
dad —los datos facilitados por el ciudadano no pueden hacerse públicos si no es con
su autorización—. Tenemos que garantizar la calidad de esa información, porque los
planos tienen que tener una información detallada que pueda ser útil. Debemos ga-
rantizar la protección y la conservación de ese documento en el tiempo, como os decía
antes, y tenemos que identificar a los usuarios que utilicen esa información.
No quería tampoco dejar de hacer una pequeña observación, unas conclusiones
finales. Los sistemas integrados de gestión administrativa deben tener sus bases de
datos totalmente interrelacionadas, como os decía antes, con la información geográfica
del territorio. La organización debe implantar sus sistemas de actualización de infor-
mación de forma que incorpore georreferencias, en los expedientes administrativos, de
sus licencias, las denuncias que se produzcan, las incidencias en vía pública, etcétera,
porque, en suma, para los ciudadanos es más comprensible la localización de la infor-
Gracias.
Buenas tardes a todos. Puesto que este seminario trata sobre urbanismo y urba-
nismo sostenible, he entendido que la mejor forma de presentar algo es mostrarles la
adaptación que hemos hecho del Plan General de Ordenación Urbana aprobado en el
2007 en Gijón al sistema de información geográfica municipal. La presentación será
muy corta, pero muy concreta, e iniciará con unas pequeñas reflexiones acerca de lo
que es la información geográfica y el planeamiento, qué información se requiere para
hacer planeamiento, la adaptación de un planeamiento hecho por métodos conven-
cionales a un sistema de información geográfica y qué utilidades se obtienen de esa
adaptación.
que se tuviera sobre ese edificio. Es decir, el plano dejó de ser un plano para empezar
a ser un soporte de información de todo tipo.
Desde el 2005 hasta ahora, hemos seguido evolucionando con los sistemas de
información geográfica. El software ha ido mejorando mucho, las aplicaciones per-
sonalizadas también, y ya hay software libre para aplicativos de sig. Es decir, ha
evolucionado mucho la tecnología, pero seguimos estancados ahí.
Desde hace pocos años, se viene hablando mucho en España, Europa y el mundo
acerca de las ide. En España hay ide prácticamente en cada comunidad autónoma o
provincia, y hasta incluso algunos municipios tienen su infraestructura de datos espa-
ciales. Hay un sentir general promocionado por el Ministerio de Fomento, a través del
Instituto Geográfico Nacional, para hacer una infraestructura de datos espaciales
española completa, que abarque no solo información a nivel nacional, sino que enlace
con las ide autonómicas, con las provinciales y con las municipales en última instan-
cia. El objetivo final es que, dentro de pocos años, presumiblemente todos los muni-
cipios de cierta envergadura tengamos nuestra propia infraestructura de datos espa-
ciales integrada en la ide nacional que nos permitirá obtener y utilizar información
no solo del propio municipio, sino también de cualquier otro organismo público o
privado que tenga relación con la información geográfica.
El plano de planeamiento
también ha tenido su evolución.
En los años setenta, en que se dio
el boom de los planeamientos, la
información eran los datos. Para
hacer un planeamiento con planos
que se estructuraban y se organi-
zaban, se escribía una normativa
referente al planeamiento y se di-
bujaban los planos.
Los ochenta se llamaron la
época de la información. Ya había
sistemas cad y sistemas gestores
de bases de datos. Los que somos
algo mayores conocemos db2. Las
bases de datos empezaron a tener mucho éxito en el mundo de la administración y en
la empresa privada, y ya había programas de cad que permitían diseñar y dibujar con
cierta facilidad.
Los años noventa, en este campo, se llaman la época del conocimiento. Ya se
trataba de comprender y explicar la información a base de experiencia, y se empezaban
a consolidar los sistemas de ayuda con decisiones a través de tecnología de sistemas
de información geográfica.
base de datos geográfica —en términos técnicos, una geodatabase, que estaría com-
puesta por varios tipos de información. Puede tener ficheros cad, de texto, imágenes,
ortofotos, etcétera, y, por supuesto, metadatos.
En ese conjunto, estaría integrado el planeamiento, y nos permitiría utilida-
des muy sencillas. Por ejemplo, una vez representado un territorio en el ordena-
dor, con aplicativos de localización de datos no muy complejos de desarrollar,
nos daría los datos asociados al elemento localizado y, a su vez, identificaría en
el plano la finca seleccionada. Obtendría información urbanística de ese terreno,
los usos permitidos, prohibidos y actualizables y las condiciones de edificación.
Es decir, de alguna forma, toda esa «literatura» se podría buscar de una forma
muy cómoda y eficaz.
En un sig, se puede vincular cualquier tipo de documento: literal, multimedia,
fotográfico, de sonido o vídeo, etcétera. Cualquier elemento del plano puede tener
vinculado cualquier tipo de documento, sea cual sea.
De la misma forma, no todo se organiza a través de coordenadas geográficas. Se
pueden tener asociadas las direcciones postales al planeamiento. Se asocia una placa
de la calle, una foto de ella, una foto del portal para saber cómo es la fachada de ese
edificio y, por supuesto, la información urbanística relacionada.
Aparte de los aplicativos específicos para workstation, la información debe ser
vista y consultada en Internet y la intranet. En el caso de Gijón, cualquier usuario de
la intranet municipal puede localizar los datos catastrales con la dirección de un de-
terminado terreno, obtener datos básicos de este y disponer de toda la información
urbanística asociada a ese terreno que se organiza a través de una sencilla página en
el navegador.
Como es lógico, un planea-
miento que no se publique es un
planeamiento muerto desde el
momento en el que se aprueba. Es
decir, uno de los objetivos fina-
les, aparte de su desarrollo y su
ejecución, es la publicación, que
todo el mundo pueda tener ac-
ceso a esa información de la
forma más cómoda posible. En el
caso de Gijón, el planeamiento
está publicado en la web del
Ayuntamiento en formato pdf,
formato este en algunos aspectos
muy cómodo de manejar. Ahora
hemos hecho una publicación
Turno de preguntas
Participante
Sobre lo que has dicho sobre la cartografía del Plan General del Ayuntamiento de
Gijón, que habéis distribuido en un cd, ¿no os parece peligroso entregarlo en un cd,
por el hecho de que el planeamiento sufre modificaciones? Si modificáis una parcela,
ese cd ya no estará actualizado y podrá dar lugar a confusiones y posibles responsa-
bilidades patrimoniales.
Participante
Participante
Participante
Tenemos información de cada línea, pero no tenemos creado ningún tipo de re-
cinto para darle una estructura inteligente. No sabemos qué tipo de pavimento existe,
si un parque tiene césped o zonas de macizos, de qué tipo son las masas arbóreas,
etcétera. Ahora mismo, estamos catalogando y dándole etiquetas a todos los elementos
urbanos para poder desarrollarla.
A su vez, se están intentando detectar con los análisis topológicos todos los erro-
res que hay cuando nos entregan la cartografía, como cruces o duplicidades de líneas.
Aunque creemos que tenemos una cartografía muy buena, hay errores. Con estos
sistemas intentamos corregirlos creando una estructura gis en los recintos del suelo,
la edificación y todos los recintos de viales, y completar todos los datos estructurantes.
Pasaríamos a tener esta visión de la cartografía con toda la información del viario
público.
A su vez, vamos a enlazar
todas las líneas a unas bases de
datos, y esto sería un ejemplo
de lo que es nuestra cartografía,
que tiene mucha información en
cuanto a líneas, pero no deja de
ser cad. Va a pasar a estar en for-
mato gis. Espero que en tres me-
ses tengamos concluidos los tra-
bajos. Es muy costoso, como dije
antes, pero era necesario dotar a
esa cartografía de una inteligen-
cia, poder exportarla a otros siste-
mas y poder publicar wms y wcs.
Es muy importante tener cartografía en un Ayuntamiento, pero no solamente
como mera cartografía. Es necesaria para muchas áreas, y una de las más importantes
quizá sea la del planeamiento.
El Ayuntamiento de Santiago participó, y yo estuve como miembro en la comisión
de expertos en Madrid, en el programa de Impulso del Urbanismo en Red que surge de
un convenio de colaboración con el Ministerio de Industria y Comercio, la Federación
Española de Municipios y Provincias y Red.es. Los temas que se abordaban, aunque
no quiero entrar mucho en el programa porque hay unas jornadas específicas, son los
relacionados con los problemas concretos que le surgen a un Ayuntamiento cuando
realmente quiere desarrollar un proyecto de estos. Allí se hablaba de que una de las
problemáticas principales que había era que los planeamientos, en primer lugar —el
90 % de los planes generales y los planes de desarrollo parciales—, están hechos en
papel. Y no es solo que estén hechos en papel. Es que, si miramos el plan general de
Gijón, el de Santiago y el de Madrid, no se parecen entre sí en cuanto a la simbología.
urbanística de esa parcela, pero del planeamiento refundido, como decía antes. Da la
información del plan parcial que se haga en ese ámbito a través de carpetas.
Este visor da la posibilidad de mostrar, aparte de todas las capas de información
de planeamiento, tanto calificación como clasificación, afecciones, protecciones, or-
tofoto, catastro, cartografía municipal y cualquier wms que se quiera cargar; es to-
talmente interoperable. Puede generar todo tipo de planos temáticos de planeamiento
y pueden verse las fichas con toda la normativa o incluso obtenerse una certificación
catastral vía correo electrónico. No tiene la misma validez que una certificación de
catastro, pero una de las cuestiones que se están tratando es que en un futuro tenga la
misma validez. De momento, se puede pedir por correo electrónico y tenerla en casa.
Esta sería la información que va generando. En este caso, esta que saqué es de una
zona del Plan Especial de la Ciudad Histórica de Santiago, en la que se muestran todos
los elementos catalogados que tiene ese edificio.
No os cuento más sobre el
proyecto de Impulso del Urba-
nismo en Red porque habrá una
sesión específica.
En otro de los proyectos en
los que estamos trabajando en
Santiago sobre sistemas de infor-
mación, llevamos más de un año
en colaboración con el Consorcio
de la Ciudad de Santiago, que es
un organismo que se creó para po-
tenciar la ciudad de Santiago. Lo
componen el Gobierno central, el
Gobierno de la Junta de Galicia y
el propio Ayuntamiento.
Este es un sistema de información patrimonial y geodocumental de la ciudad de
Santiago. Una de las novedades que tiene es que funciona con un sistema de gestión
documental muy interesante, aparte del de información geográfica. El sistema elegido
es Livelink. Los datos que se quieren cargar son de información del Plan Especial
de Protección y Rehabilitación de la Ciudad Histórica, que conlleva información
urbanística de la ciudad histórica —de cada edificio se están ofreciendo doscientos o
trescientos datos—, y ello tiene que estar en un sistema de información utilizable. Hay
planos escaneados de toda clase, algunos antiguos, como expedientes arqueológicos
—después veremos algunos pantallazos—, y los expedientes de rehabilitación de todos
los inmuebles dentro del ámbito de la ciudad histórica.
Contiene información arqueológica recogida y modelada por el Consejo Su-
perior de Investigaciones Científicas, que también participó, y está el proyecto
Esta intervención tiene dos partes. Una primera, que quizá sea algo redundante
con las dos anteriores, aunque se presenta desde otra perspectiva. Quiero comenzarla
con la pregunta «¿qué aportan los sig al planeamiento urbanístico?». No pretendo
responderla en un sentido amplio, sino que voy a dar una respuesta parcial. He querido
empezar con una visión documental de lo que es el planeamiento vigente. Como se
ha dicho también en alguna de las intervenciones anteriores, el planeamiento vigente
desde un punto de vista documental es, al final, lo único que hoy, legalmente, sigue
siendo válido, porque lleva sello. Todavía no tenemos un sello electrónico para el
planeamiento.
Aquí (ver imagen 1) he querido ilustrar cuáles son los documentos que componen
el planeamiento vigente. Hay uno principal, que es el del plan general —aunque ofi-
cialmente recibe distintos nombres—. Este tiene ya su complejidad. Se compone de
unos planos que muchas veces forman un mosaico y, por otra parte, hay una norma-
tiva. Todo con una referencia doble: de normativa a planos y de planos a normativa.
Como ya se ha dicho aquí,
este plan (el plan general) tiene su
complejidad y es difícil de consul-
tar. Por si esto fuera poco, prevé
su desarrollo con otros planes: los
derivados, planes de desarrollo
que tienen una estructura docu-
mental interna relativamente pa-
recida a la de este plan general.
Luego hay que considerar también
las modificaciones, tanto del gene-
ral como de los derivados, porque
a veces también, por su propia
dinámica, acaban apareciendo Imagen 1
modificaciones de los planes de-
rivados.
Esto, como ya se ha dicho también, para los expertos en planeamiento, es el pla-
neamiento vigente, pero, para el que no es un experto —incluso para algunos exper-
tos—, se puede decir que esto en el fondo es «un lío» de documentos. Yo planteo unas
preguntas, entonces: ¿qué pasaría si en vez de tener todo un mosaico de planos, de do-
cumentos, pasáramos a tener un único plano consultable con relativa agilidad? ¿Qué
pasaría si, además, sobre este único plano ubicáramos todos estos planes derivados y sus
modificaciones (los ubicáramos en su situación geográfica y sobre un único plano de
referencia)? ¿Qué pasaría si, además, fuese trivial conocer la normativa de aplicación a
un punto cualquiera del territorio (en este caso de un municipio)? Y ¿qué pasaría si di-
gitalizáramos todo esto? En síntesis: ¿que pasaría si elimináramos discontinuidades en
los planos, georreferenciáramos todos los documentos, vinculáramos planos y normativa
y digitalizáramos todo? ¿Qué pasaría en este caso? Pasaría que la consulta de todo sería
más ágil, con lo cual el trabajo sería mucho más eficaz, tanto para los técnicos como
para el personal no especializado. Incluso desde el punto de vista del que ya está habi-
tuado a manejar el planeamiento, esto representa un incremento de eficacia notable.
También mejoraría la cali-
dad de la información. Aquí se
ha hecho alguna mención a todo
el proceso de pasar de una car-
tografía cad a una estructura de
datos gis, y se habla ciertamente
de la complejidad que existe en el
proceso. Pero esta complejidad
redunda en una mucho mayor
calidad del resultado. El planea-
miento resultante de transformar
uno tradicional a uno gis es una
información mucho más coherente
Imagen 2
en sí misma, con lo cual, aumenta
la calidad y mejora el servicio que
se da al ciudadano. Conseguiríamos también que su difusión fuese más fácil, por estar
digitalizado. Además, como le hemos dado una estructura comprensible y lo hemos
referido al territorio, todas estas cuestiones que ya he comentado llegarían de una
forma mucho más fácil al ciudadano, de una forma más eficaz porque la comprensión
sería mucho mayor. Por añadidura, por el hecho de tenerlo todo digitalizado, la toma
de decisiones con respecto al planeamiento sería mucho más sencilla.
Aquí, una vez más en forma de síntesis, decimos que agilizaríamos la consulta,
mejoraríamos la calidad de la información, facilitaríamos la divulgación y simplifica-
ríamos la toma de decisiones.
¿Y cómo se consigue? La respuesta es obvia: con un sig. Pero alguien podría
preguntar, y más a raíz de lo que se ha comentado aquí: ¿y esto (un sig) no es aún más
complicado que todo ese «lío» de documentos?
fácil. Puede ser fácil este sistema de información geográfica. Su construcción, su con-
sulta y su manejo pueden ser sencillos si no tiene que ser un sistema absolutamente a
medida para cada organización (es decir, puede ser un sistema con cierta estandari-
zación), como ya se ha querido plantear con el programa Urbanismo en Red de Red.
es. Me gustaría decir en este punto que es realmente grave (para la estandarización)
el problema de divergencia que hay entre los distintos planteamientos, que además se
fundamenta en una distribución de competencias que establece la propia Constitución,
que es que el planeamiento es una competencia autonómica. Por ello, sobre todos los
esfuerzos de estandarización en este sentido, nosotros tenemos la duda de que puedan
fructificar de algún modo. En cualquier caso, lo que sí se puede estandarizar es el
software que da soporte a toda esta información. El modelo de datos, con toda pro-
babilidad, presentará diferencias sustanciales en unos y otros, pero el software que le
da soporte puede tener cierto grado de estandarización. Esto facilita la implantación
de un sistema de este tipo.
Por otra parte, puede ser fácil también si concentramos la complejidad que re-
visten estos sistemas concentrándola en unos pocos y determinados usuarios y en
unos pocos y determinados procesos vinculados. Un sistema de información incluye
procesos y, si de estos seleccionamos los más complejos y los aislamos del resto, lo que
queda son procesos de visualización y consulta, como ahora voy a tratar de ilustrar.
Y estos son procesos muy simples.
Sintetizando, puede ser fácil si existe un sistema estándar y si se aísla la comple-
jidad.
Ahora voy a tratar de concretar esto que acabo de decir desde dos puntos de vista:
desde el punto de vista de las herramientas —informáticas en este caso— y desde el
punto de vista de los procesos.
Desde el punto de vista de las herramientas (ver imagen 3), en nuestra visión, el
núcleo de estas lo constituyen los datos y una herramienta a la que hemos llamado
gestor de contenidos de planea-
miento (con el permiso de los
informáticos, porque no es pro-
piamente un gestor de contenido
en el sentido informático del tér-
mino, pero hemos creído que esta
denominación se ajusta bastante
a sus funciones). Al núcleo —los
datos—, más el gestor de conte-
nidos, se añade lo que hemos lla-
mado un visor público. Este tiene
salida a Internet y va publicando
la información a medida que está
ley estatal (esto es un concepto); casi todos los planeamientos utilizan la técnica de califi-
cación (esto es otro concepto). Con este menú de contenidos, podemos consultar todas las
calificaciones del municipio, ver dónde está ubicada cada una de ellas y dónde están todos
los expedientes (visualizar dónde está exactamente cada uno de ellos), así como dar el paso
inverso: hacer clic sobre el plano y consultar la normativa asociada a ese punto.
Esto último (lo referente al
menú de contenidos) serían ya las
funcionalidades de consulta. La
última ya ha sido mencionada, y
es la que llamamos informe ur-
banístico (imagen 5). Al principio
del desarrollo del software, lo ha-
bíamos llamado cédula urbanís-
tica; luego le retiramos ese título
porque hay legislaciones que re-
gulan la cédula urbanística como
documento legal, con lo cual lo
llamamos informe urbanístico.
Por varias razones, pensamos que
todavía le falta mucho para poder ser llamado certificado urbanístico, como certifi-
cado telemático, con lo cual de momento es un informe urbanístico que en la mayoría
de los casos necesita de la supervisión de un técnico especializado para darle la validez
y ponerle el sello. Pero, obviamente, representa una mejora de los instrumentos de
consulta de toda esta documentación. Tengo que decir que este informe urbanístico
de cada parcela urbana se obtiene por medio de una operación básica en los sistemas
de información geográfica: por la superposición de las parcelas catastrales y el resto
de las informaciones de planeamiento que hayamos modelizado.
Paso muy rápidamente por el resto de las herramientas del sistema:
— el visor público simplemente sirve para las funciones de consulta y visualización con
una herramienta más simplificada que esta que acabamos de ver, y cuya vocación es la
publicación en Internet;
— las herramientas de mantenimiento de información son básicamente herramientas de
mantenimiento de cartografía, pero con tecnología cad, que es la que los técnicos en
urbanismo están habituados a manejar;
— las herramientas de administración del sistema dan soporte a la carga inicial de los datos.
También dan soporte a las cargas posteriores y a la configuración de todos los sistemas.
Desde la perspectiva de los procesos (ver imagen 6), para terminar, hablaré del
proceso principal desde el punto de vista de la divulgación de este planeamiento, que
es el de visualización y consulta. Se utiliza tecnología web, lo que permite, por una
parte, facilidad de instalación y, por otra, hacerlo llegar a cualquier ciudadano sin la
necesidad de ninguna tecnología adicional, con el navegador que utilice para visualizar
cualquier tipo de información en Internet. Hay además dos procesos que, en cierto
modo, son los que acumulan la complejidad de la que hablaba al inicio, que son el
mantenimiento de la información y la administración del sistema.
Trasladado esto a los usuarios del sistema, la visualización y la consulta las sepa-
ramos en dos perfiles de usuarios: los que realizan una visualización y una consulta
básicas, que son los ciudadanos y el personal interno de los ayuntamientos, no espe-
cializado, y la visualización avanzada, que es la de los técnicos internos especializados,
que en el fondo están utilizando el gestor de contenidos con un conocimiento mayor
de los datos y, por tanto, pueden hacer una explotación más amplia.
En cuanto al mantenimiento
de la información, los perfiles que
lo llevan a cabo son los técnicos de
planeamiento que mantienen los
planos en cad y los textos de nor-
mativa y los de sistemas informá-
ticos que utilizan funciones de so-
porte a estos procesos. En cuando
a la administración de sistemas,
son técnicos de sistemas que dan
su soporte a los dos procesos que
había mencionado antes.
Para terminar, haré una
mención de casos de éxito en los
cuales hemos implantado este
sistema y se está utilizando ac-
tualmente. El del Ayuntamiento
de Reus es el caso más reciente,
el proyecto está cerrado desde
hace muy poco. Otros han sido el
concejo de La Coruña, el Ayunta-
miento de Rivas-Vaciamadrid y el
Ayuntamiento de Vilafranca del
Penedés, que fue pionero en todo
ese sistema, pues se construyó en
colaboración con el Ayuntamiento
de Vilafranca.
Muchas gracias.
cierta entre la existencia de los sistemas adecuados de los niveles de prestación de ser-
vicios y los crecimientos económicos. Los niveles de prestación de servicios determinan
también la calidad de la vida de la ciudad, ya que responden a unas necesidades básicas
que la sociedad expresa.
En la década de los noventa, los servicios urbanos han sido objeto de unas trans-
formaciones muy profundas, consecuencia fundamentalmente del abandono del mo-
delo Estado-operador. La ineficiencia de los recursos públicos ha implicado también
una búsqueda del equilibrio financiero en la prestación de los servicios urbanos con
la introducción creciente de criterios de eficiencia en un proceso promovido explícita-
mente por las organizaciones internacionales, en el marco de las políticas de moderni-
zación de las economías y en el de la Unión Europea, que ha promovido los procesos de
descentralización de los monopolios. Una gran contradicción se da en esta modalidad
de gestión y localización de servicios, que tienden a privatizarse, o en definitiva a frac-
cionarse, mientras que la operación de los servicios tiende a ser cada vez más global.
Se va produciendo, al mismo tiempo, un proceso de descentralización, de pri-
vatización en la gestión de estos servicios, lo que genera un fraccionamiento con
relación a la antigua manera en la que estos se venían prestando y gestionando. Por
otro lado, la operación es más global, más integrada, más internacional. La energía
eléctrica, por ejemplo, ya no está localizada en un solo país, sino que es una forma de
producción multinacional. Pero, sin embargo, a nivel local se puede contar con varias
opciones para la contratación de los servicios. Los avances tecnológicos, que afectan
a la mayoría de los servicios, facilitan la introducción de mecanismos de producción
más eficientes y de sistemas de gestión más transparentes, a pesar de que el interés en
la integración tecnológica varía entre los diferentes servicios. Todos están sometidos
a transformaciones profundas.
La separación entre producción, transporte y distribución final, que las nuevas
tecnologías permiten introducir sobre todo en los servicios basados en redes, hace
posible superar las condiciones de monopolio y de explotación integral que desde
siempre han caracterizado estos servicios urbanos. La separación vertical entre las
diferentes fases de la prestación de los servicios por redes, junto al tipo horizontal entre
las distintas áreas de la ciudad —inclusive para servicios de otro tipo—, promueve la
competencia, empuja la eficacia y, al menos en teoría, produce una disminución de
costes en la prestación de servicios.
La búsqueda de una mayor eficiencia y competitividad implica el manejo menos
discrecional de recursos y una definición más precisa de los objetivos que se buscan en
una redefinición de los roles del Estado y del sector privado en la prestación de los servi-
cios. Con la modificación sustancial de las funciones del Estado, se reduce la capacidad
financiera, mientras aumentan las expectativas y las demandas de la población. Con el
proceso de descentralización, la tarea de definir la política de los servicios pertenece a los
gobiernos municipales, y la estrategia que se busca con respecto a los servicios representa
una parte esencial del conjunto de las políticas urbanas en aras, como se ha dicho, de la
mejora de los servicios y de la calidad de vida de los ciudadanos.
En la mayoría de las ciudades, las condiciones financieras locales se han deterio-
rado como consecuencia de la crisis económica, y se han transferido unas responsa-
bilidades desde los estados centrales o regionales, siendo evidente un incremento de
la demanda de servicios y la calidad de estos y un recorte presupuestario, junto con
la necesidad de adoptar unos servicios eficientes y eficaces en el uso de nuevas tecno-
logías como herramientas multiusos, que deben ser el elemento central en el control y
la gestión de los servicios.
Hoy en la mesa nos acompaña Ignacio Díaz, que es una persona con una sólida
formación. Es ingeniero industrial, director de proyectos de gestión urbana en el Ayun-
tamiento de Gijón y conocedor de las tic de primera mano. Lleva más de quince años
desarrollando proyectos, tanto del Ayuntamiento como del Principado. Hoy nos va a
contar, en primer lugar, su experiencia en este taller.
Buenas tardes. Antes de nada, tengo que decir que, de los tres que estamos aquí
en la mesa, yo soy «el teórico», por así decirlo. Los dos prácticos vienen a continuación,
pero voy abriéndoles el camino facilitando la eliminación de malos entendidos que
existen sobre esta cuestión. Hay mucha confusión entre eficiencia, eficacia y produc-
tividad. Pues bien, una buena definición de eficiencia podría ser la que se entiende,
hablando en términos económicos, por la relación que hay entre los productos y los
servicios que se ofrecen por parte de una Administración pública —por lo tanto, son
principalmente servicios, y no productos— y el coste de los recursos humanos, mate-
riales y tecnológicos que se invierten para poder ofrecerlos. En cuanto a la producti-
vidad, la relación es fácil de calcu-
lar: cantidad de trabajo por hora,
independientemente del coste que
tenga. Cuando se habla vulgar-
mente de «mayor eficiencia», lo
que estamos entendiendo la gran
mayoría es que lo que se quiere es
que haya más productos con me-
nos recursos invertidos, o bien
que sean los mismos productos,
pero con menos recursos.
Hoy en día, las administra-
ciones públicas se están encon-
trando con un gran problema: la financiación de los servicios que presta es cada vez
más difícil de obtener. Lógicamente, en tiempos de crisis se acrecienta el problema. Sin
embargo, está obteniendo, al menos la Administración local —no la autonómica—, un
«regalo envenenado», por así decirlo, que son más competencias y servicios que ofre-
cer, pero con menos financiación para ello. La eficiencia, entonces, desciende, hasta el
extremo de que, desde hace unos días, tenemos la primera Administración local, la de
Palomares, que se declara en suspensión de pagos. El 92 % de los ayuntamientos en
la isla de Gran Canaria, en el mes de diciembre, no podía dar la paga extraordinaria
a sus trabajadores. Tenemos verdaderos problemas para obtener los medios para dar
los servicios.
Cuando entramos en el estudio de la eficiencia, nos encontramos con que las
administraciones públicas en general —y no solamente las locales, sino también las
autonómicas y la Administración general del Estado— ofrecen gran multiplicidad de
servicios a unos colectivos muy difíciles de controlar, tanto a personas físicas como
jurídicas. Difíciles de controlar porque en ellas se producen grandes cambios a lo largo
del tiempo.
Sin ir más lejos, ¿cuántas em-
presas habrán cerrado en los últi-
mos seis meses? El colectivo em-
presarial ha cambiado mucho en
los últimos meses. Las personas
físicas también hemos sufrido en
ese tiempo un cambio en nuestras
necesidades. ¿Cuántas personas
están demandando a los servicios
sociales mayor atención? Muchísi-
mas, pero los recursos han dismi-
nuido y quieren que aumentemos
los outputs. Pues bien, general-
mente y grosso modo, cuando no
queremos complicaciones a la hora de medir la eficiencia, buscamos variables fáciles
de conseguir: número de habitantes, población mayor de sesenta y cinco años, número
de automóviles que circulan por las calles o volumen de residuos en toneladas métricas
que se recogen cada día. También se pueden buscar variables en el territorio: hectáreas
de zonas urbanas, de zonas rurales, de zonas no construibles, etcétera. Como inputs,
generalmente también vamos a lo sencillo. Es decir, gastos en personal, facturación en
electricidad, etcétera. Dividimos y obtenemos unos valores, pero poco fiables porque
son valores sencillos. Es muy difícil calcularlos cuando añadimos que los ciudadanos
también quieren calidad en la prestación de los servicios, agilidad, comodidad y sen-
cillez. Eso es muy difícil de medir, no imposible, pero sí difícil.
Por otra parte, no creo que haya nadie aquí que considere que la Administración
pública es eficiente. Todos sabemos que es muy ineficiente, y parece que empeorará
con el paso del tiempo. Esto no es una primicia informativa, es una opinión personal.
Los únicos estudios, ya sean por métodos convencionales o a través de estimación,
así lo indican: somos muy ineficientes en la Administración pública. ¿No será porque
no tenemos un director general o un gerente que se encargue de que seamos eficientes?
Posiblemente sea eso.
La cruda realidad actual es que nos están exigiendo más servicios gastando me-
nos, es decir, que seamos más eficientes. Lo de la eficacia se da por hecho: queremos
que un autobús nos lleve el 6 de agosto hasta la Universidad Laboral, y lo hace. Pero
la segunda parte de esto es ¿a qué coste fue este viaje?
Los servicios públicos, los de la Administración en general, representan un por-
centaje muy elevado de los que se prestan, incluido todo el sector privado. Es cada vez
más importante. El Ayuntamiento de Gijón, creo recordar, es la empresa más grande
del concejo. Posiblemente seamos la empresa de servicios más grande del concejo de
Gijón. ¿Por qué no vamos a incluir la innovación como medio revulsivo para ser más
eficientes?
La innovación tiene que actuar sobre dos variables: el tiempo y el coste. Ser más
ágiles a menos coste. Si fuésemos así, nos convertiríamos en las mejores empresas del
país.
A día de hoy, cuando hablamos de las tic, se están considerando una herramienta
para informatizar, digitalizar, manejar informáticamente. Tendríamos que empezar
a romper con esa idea. Propongo que comencemos a considerar las tic como herra-
mientas estratégicas de primer nivel. Es decir, no una herramienta para informatizar,
sino para poder cambiar los modos de prestación de los servicios. Ser más económicos
—mejoraríamos el factor coste—, más ágiles y más cómodos. Además, romperíamos
esquemas, estoy seguro.
Desde el Ayuntamiento de Gijón, la experiencia es que, con nuestra oficina vir-
tual, estamos rompiendo esquemas, costumbres y hábitos que hemos tenido siempre.
La innovación en la gestión municipal tiene que ser considerada el ámbito de transfor-
mación fundamental de cara a mejorar estas condiciones de prestación de los servicios.
Nos dará la posibilidad de ser no solo eficientes, sino también eficaces. La ley 11/2007
de Acceso electrónico de los Ciudadanos a los Servicios públicos insiste en la búsqueda
de la eficiencia y la eficacia, y ¿cómo las buscamos? La eficacia es muy cara. Nos ha
costado año y medio obtener la licencia, pero la entregamos, hemos sido eficaces. Pero
¿a qué coste en tiempo y dinero?
La innovación es un proceso sencillo, requiere que pasemos nuestra experiencia y
nuestros conocimientos a la práctica. Se puede conseguir, pero es laborioso. A día de
hoy, además, se oye cada vez más que estamos en una sociedad de servicios avanzados,
o al menos se pretende que sea así. Pero ¿qué es una sociedad de servicios avanzados?
solo se llegase a un 80 % de ellos, tendríamos un campo de mejora que sería largo y
arduo. Tenemos un repertorio tan amplio que, por poco que hagamos, vamos a obtener
grandes beneficios.
Incluso os he traído esta noticia: «Las tic podrían suponer ahorros de eficiencia
energética de más de quinientos millones para el año 2020». No es en Gijón solo, sino
a nivel nacional. Pues, como esta noticia, se podrían tener muchas.
Insisto en que la innovación unida al uso de las tic nos puede llevar, no diré a
mejorar la eficiencia, sino a sobrevivir. No creo que el Ayuntamiento de Palomares
sea el último. Realmente, podemos hacerlo actuando sobre cinco atributos, que son
en general los cinco que hay en todos los servicios: la simplicidad para llegar al cliente
o usuario, la rapidez, la seguridad —no solo jurídica, sino que no haya ningún tipo de
riesgo para la obtención de ese servicios—, la atención —que no incluye solo el trato
cordial, sino también la personalización de los servicios— y la comunicación entre el
cliente y el prestador de servicios. Las tic tienen cabida en los cinco. Pueden mejorar
la simplicidad, la rapidez, la seguridad, la atención y, cómo no, la comunicación.
Voy a poner seis casos de ejemplo: las tecnologías Rfid, que utilizan la radiofrecuen-
cia, están siendo una revolución en determinados campos como el de la logística y el de
la gestión de residuos urbanos. Sin ir más lejos, en Alemania se están utilizando chips
en los contenedores para que los ciudadanos paguen solo por los residuos que producen.
Esto, obviamente, consigue una menor producción de residuos y más beneficios.
En cuanto a la logística, si
por ejemplo un camión de Seur o
de alguna otra empresa está con-
tinuamente localizado y se sabe
en todo momento a qué distancia
se encuentra del punto de destino,
esto constituye una revolución.
Implica una reducción de costes
o, al menos, una optimización de
estos.
Las tic están produciendo
grandes beneficios también en los
servicios de transporte público.
No solamente porque nos puedan
indicar que faltan cinco minutos para que llegue el autobús, sino porque también
podríamos llegar a pensar en hacer un transporte a medida. No es una locura, esto
ya se está haciendo fuera de España. Según el número de personas que estén en una
parada, llega a ellas el transporte de una determinada manera; si hay muchas personas,
llegará en menor tiempo. Podrían optimizarse incluso los recorridos de los transportes
públicos. En nuestro caso, emtusa, nos estamos aproximando a esto.
nes públicas desde hace año y medio o dos años. Si no se ponen medidas para poder
manejarlo de otra forma, con o sin las tic, estamos abocados a tomar medidas bas-
tante importantes. Sin ir más lejos, en el caso del Ayuntamiento de Gijón, desde los
cuatro primeros meses del año pasado hasta los cuatro primeros meses de este año, la
facturación de la energía eléctrica ha aumentado más de un 20 %. Los costes se han
disparado y la eficiencia ha bajado mucho.
Las tic nos pueden dar soluciones para ello, como crear el mapa lumínico y ac-
tuar sobre la gestión y el telemando de los cuadros de alumbrado.
Termino, y dejo algo de tiempo para que, si hay debate —que espero que lo
haya—, lo podamos llevar a cabo.
Gracias.
A continuación, Javier María Menéndez, que es jefe del servicio de Energía Re-
novable y Eficiencia Energética del Principado de Asturias, nos va a dar una visión,
quizá diferente, del tema que nos ocupa.
Luego hay otra parte más tradicional, que sería la del ahorro energético. De la misma
forma, con cambios de hábitos se podrían conseguir esos ahorros. Seguramente pueden
influir mucho más las tic que mejorar el rendimiento de los procesos tecnológicos.
En el sector transporte, hay otras medidas que utilizamos, como la conducción
eficiente de turismos. Estos cursos se contratan con unas empresas, y se dan bastantes.
Los ayuntamientos, si tienen interés en recibirlos por parte de su personal, los pueden
recibir. Se estima que con una conducción eficiente puede llegar a ahorrarse el 15 %.
Estos cursos los hay para autobuses y camiones, y los ayuntamientos los podrían reci-
bir también si estuviesen interesados, tanto para flotas de autobuses como para flotas
de recogidas de residuos y similares. Aquí sí pueden influir más las tic, porque, por
ejemplo, en el caso de los autobuses urbanos, que siempre tienen el mismo recorrido,
se puede programar y optimizar hasta el cambio de marchas automático que tiene el
vehículo para reducir el consumo. Y, aquí, los consumos pueden ser superiores incluso
a un 10 %. Para un transportista, esto puede suponer dinero en su negocio.
Tenemos otras subvenciones, como la de renovación del parque de automóviles.
En Gijón puede verse que hay casi cuarenta taxis híbridos. El vehículo híbrido tiene
un motor eléctrico y un motor de gasolina. Esa hibridación consigue que un motor de
combustión, que tiene un rendimiento muy bajo —de entre el 20 % y el 30 %— pase a
un 40 %. Con la hibridación y el motor eléctrico, se carga energía mientras realizamos
labores como la de frenado. Con ello, los taxistas gastan menos combustible y menos
pastillas de frenos. En su conjunto, hemos hecho, tecnológicamente, una mejora de la
eficiencia energética del sistema.
Hay otras subvenciones, como la del coche eléctrico. Se prevé y se busca que en
España, en diez años, haya un millón de ellos. Estos coches se cargarían de energía
por la noche, la utilizarían por el día y sería posible aparcarlos, enchufarlos y que
dieran energía a la red para equilibrar la carga. Es un proyecto muy pensado tecno-
lógicamente.
Por último, tendríamos la renovación de las flotas de transporte, que perseguiría
los mismos efectos.
Dentro del sector de la edificación, hay cuatro medidas, y estas pueden afectar
también a la Administración local.
Una de ellas es la rehabilitación energética de la envolvente térmica de los edificios
existentes, para disminuir su demanda energética. La segunda es la mejora de la efi-
ciencia energética de las instalaciones térmicas de los edificios. Aquí podríamos aplicar
los dos conceptos: podemos mejorar el uso que se hace de la energía en un edificio a
través de la concienciación ciudadana o poner unas calderas de mayor rendimiento, que
utilizaran sistemas con variadores de frecuencia en las bombas con menores pérdidas
por caídas de presión.
Aquí las tic actuarían sobre todo en esa fase de poder hacer telegestión de las
instalaciones, dominar la información y demás. Como ejemplo, podemos poner los
Nos marcan unos ratios de euros por kilovatios/hora de ahorro y nos dejan que lo
repartamos por medio de convenios, contrataciones o subvenciones. En el principado,
el Consorcio de Transportes gestiona el dinero del transporte; el relacionado con la
vivienda, la Dirección General de Vivienda, y el resto lo tramitamos mediante pro-
gramas de subvenciones. Estos son los ámbitos de la empresa, los particulares, las
comunidades de vecinos y los ayuntamientos.
Hay unas sanciones legislativas que en muchos casos consisten en legislar la obli-
gatoriedad de cosas para evitar infracciones. Es otro sistema de imponer las acciones
que se necesitan para el Plan de Eficiencia Energética. Una de ellas está relacionada
con los servicios públicos, con el alumbrado, para el que es obligatorio cumplir en su
tramitación con una serie de medidas.
Las medidas transversales que se realizaron para la eficiencia energética que
anunció el presidente del Gobierno son las que nos interesan a nosotros. Una es el
impulso de lo que se denomina empresas de servicios energéticos. Esta es la principal
por el ahorro que supone en los consumos de energía, y consta básicamente de cuatro
partes. Una de ellas es financiar las inversiones de eficiencia energética. Si a una co-
munidad de vecinos se le dice que, en lugar de una derrama, va a venir una empresa
que va a cambiar la caldera, que se va a hacer un contrato a diez años, que vamos a
tener una instalación más eficiente y que no nos va a costar nada de momento, la co-
munidad de vecinos seguramente se quede convencida.
De la misma forma, la Administración —ahí sí podría estar de acuerdo con Na-
cho— se parece bastante a una comunidad de vecinos, y si su eficiencia en el desarrollo
de la mejora energética de sus ins-
talaciones es mala, posiblemente
le sea de mucho interés contratar
una empresa de servicios energé-
ticos.
Para eso, el ministerio y
el Estado han desarrollado, de
acuerdo con la ley de Contrata-
ción pública, las fórmulas para
poder hacer ese tipo de contratos
de servicios a diez años.
Las otras medidas transver-
sales del Estado son destinar más
dinero al idae para estas medidas
y valorar también, dentro de la
implantación de los sistemas de calidad, tener una especie de sistema de calidad que
sería la certificación energética de las empresas, de forma que su implantación sirviera
para la contratación pública y se valorase.
Después de la visión que nos ha dado Javier, muy interesante, vamos a escu-
char a Luis Estrada. Es gerente de Imesapi, y lleva una destacable trayectoria tanto
en el ámbito privado, en el ejercicio libre de su profesión, como en importantes
empresas del sector. Además de todo ello, tiene una sólida formación como inge-
niero industrial.
Buenas tardes. Como bien habéis visto, desde aquí se ha dado el punto de vista
de una Administración local. Javier ha explicado el punto de vista de una Adminis-
tración regional. Tengo que agradecer al Ayuntamiento de Gijón que haya pensado en
nosotros, en Imesapi, para dar el punto de vista de una empresa privada que se dedica
fundamentalmente a la gestión de servicios públicos.
Voy a intentar exponer lo más brevemente posible los datos de mi empresa. He
elegido, dentro de todas las aplicaciones tic que tenemos, las más significativas a tenor
de las ponencias y del título de nuestra conferencia.
Lo primero que voy a hacer es presentar a la empresa, porque habrá gente que
nos conozca, pero otra que no. Esta empresa se creó en 1929, en plena crisis del 29.
Está fundada en Madrid, y somos una empresa de largo recorrido que nos dedicamos
a todo tipo de servicios para las administraciones públicas.
Hay dos grandes áreas, una de ellas de instalaciones y servicios, en la que somos
la empresa líder nacional en alumbrado público y mantenimiento de instalaciones.
Llevamos aproximadamente un 40 % del alumbrado nacional; llevamos el alumbrado
de Gijón, Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla. Somos una empresa especialista en
mantener y diseñar fuentes ornamentales, como las de Madrid, Valencia o el parque
acuático de Tenerife.
Hemos evolucionado poco a poco y nos dedicamos a todo tipo de montajes, hi-
dráulicos, eléctricos y contra incendios. Abarcamos prácticamente todos los servicios
que pueda llevar una ingeniería a la Administración pública. También nos dedicamos
al mantenimiento integral de edificios, en los ámbitos de la construcción y la depu-
ración.
En el año 2007, absorbimos una empresa que se llamaba Api —de ahí el nombre
Imesapi— que ofrecía productos similares a los nuestros y se dedicaban fundamental-
mente al mantenimiento de infraestructuras de carreteras, pero también a cuestiones
de organización, medio ambiente y fachadas.
Como veis en el mapa, la implantación es nacional. Incluso tenemos una dele-
gación en Lisboa desde hace tiempo, y se acaba de abrir una en Oporto. La empresa
sigue expandiéndose y creo que es porque la calidad del servicio que ofrecemos es
buena. Somos unos siete mil empleados, de los cuales unos doscientos cincuenta somos
ingenieros. Nuestro volumen de producción es de unos seiscientos millones de euros
anuales.
Con todos estos datos, lo que
quiero es daros una idea de que
nosotros, como empresa grande,
sí podemos tener un departamento
de i + d + i, de forma que no tenga
costes para la Administración, que
es una de las cosas sobre las que se
ha hablado aquí mucho. Se decía
que a veces no se llegaban a utilizar
las tic por los costes que suponen.
La decisión que ha tomado esta
empresa es que, dentro de todos los
servicios de mantenimiento posi-
bles, intenta asociar una aplicación tic para el control y la gestión del servicio que estemos
llevando. No vendemos programas informáticos ni los vamos a vender; simplemente, si
llevamos el mantenimiento del alumbrado público de Gijón y el Ayuntamiento de Gijón
considera buena nuestra herramienta de gestión, la tiene gratuita a su disposición.
Otro de los grandes problemas que está habiendo con las tic es que los costes de
comunicaciones a la hora de hacer gestiones y telemandos suelen ser muy elevados,
especialmente si se utiliza el sistema de mensajes de móvil. Nosotros hemos optado
por otros tipos de comunicaciones, como gprs, Wi-Fi y fibra óptica, para cuando se
puedan aprovechar. Para que el Ayuntamiento no sustente los costes de las comunica-
ciones, los asumimos nosotros con nuestros contratos. Yo he visto morir un proyecto
muy bueno que se hizo inviable cuando llegó la factura de Telefónica.
Quiero ahora entrar en la visión global que tiene la empresa sobre algunos pro-
yectos. Uno es el proyecto Sigma, que ha nacido en Gijón, una experiencia que tuvimos
aquí con el Ayuntamiento; también un luxómetro, que antes comentó Ignacio; un
programa de mantenimiento de edificios que va siempre en programación web; un pro-
grama que se llama gema, que gestiona el mantenimiento de todo tipo de pavimentos
y aceras de la ciudad; otro que se llama Juegos Map, que mantiene parques y jardines
infantiles para niños con toda la normativa aplicable a juegos infantiles, y luego daré
una pincelada sobre un programa de telecontrol de paneles de información variable,
que son estos paneles que se ven en las autopistas o los autobuses.
El proyecto Sigma, como he dicho antes, ha nacido en Gijón de la mano de nues-
tro director técnico y con el apoyo de empresas del Parque Científico Tecnológico.
El sistema de información geográfica del alumbrado público está teniendo buena
aceptación entre nuestros clientes. Está implantado en Salamanca, Valencia, Sevilla y
Canarias, entre otros sitios. Nos faltan Barcelona y Madrid, donde los ayuntamientos
han decidido tener su aplicación propia y, por lo tanto, donde tenemos más dificultad.
Son ayuntamientos que sí pueden tener un departamento de i + d + i y pueden contar
con una herramienta propia.
Es un programa también con información geográfica, multiusos, personalizable
y en tiempo real. Con la tecnología gprs, podemos establecer una comunicación con
un centro de mando de alumbrado público cada minuto, lo cual, de todas formas, es
excesivo, y la hacemos cada cinco, dependiendo de lo que decida el Ayuntamiento. En
cuanto a la cartografía, tengo la suerte de tener aquí la del Ayuntamiento de Gijón,
de la que habló antes Agustín Lanero, que es una muy buena cartografía. Cuanto
mejor sea esta, mejor servicio se puede dar. Hay una parte de gestión de manteni-
mientos y otra de gestión energética, y otra de telemando, control de encendidos y
control de apagados.
Voy a daros unos pantallazos que creo que son bastante significativos del pro-
grama Sigma, para que veáis cómo funciona.
Al entrar en el programa, se arranca un cliente Citrix con nombre de usuario,
contraseña y dominio. Es una herramienta de filtro para que no pueda entrar cualquier
persona en el programa y activarlo. Dentro de los perfiles de usuario, por otra parte,
hay diferencias: de control total del programa, de solo visualización o de acceso a
varias herramientas.
Tras entrar en el programa, se selecciona «alumbrado de Gijón», y a partir de ahí
se entra en una cartografía muy similar a las que habéis visto antes. La única diferen-
cia es que aquí la información geográfica, en vez de consistir en número de fachada y
registro del catastro, es el punto de luz, el mástil, el soporte y la luminaria o la lámpara
que lleva, y ahí se van asociando todos los trabajos de mantenimiento, cables, canali-
zaciones, arquetas, etcétera. Cuanta más información se introduzca en el sistema,
mejor será la aplicación y más control nos dará del alumbrado público.
Tras pasar la monitorización, aparece un control de la última comunicación que
se hizo con el cuadro. Hay gráficas de tensión, intensidad, potencia activa, poten-
cia reactiva, factor de potencia,
etcétera. Esto consigue obtener
un control energético de la insta-
lación. Por ejemplo, si una insta-
lación tiene energía reactiva, esto
implica que está mal mantenida.
Falta un condensador. La energía
reactiva tiene un recargo enorme
en la tarifa de la energía eléctrica,
con lo cual hay que tender a que la
instalación tenga energía reactiva
cero. Con un telecontrol, se podrá
saber en cada centro de mando
qué energía reactiva se tiene.
Aquí veis otra pantalla con
el control de encendidos y apaga-
dos. Con cualquier cuadro de te-
lemando, se puede encender y apa-
gar en tiempo real y saber en qué
minuto o segundo se ha encendido
o apagado una luz. Esto es muy
importante en una ciudad como
Gijón, que tiene 40.000 puntos de
luz y en la que cada cinco minutos
de encendido o apagado mal reali-
zados suponen una gran cantidad
de dinero. Y, si se decide hacer en-
cendidos parciales —por ejemplo, que una determinada calle se apague a las doce de
la noche—, esto también se puede programar.
Esta es una típica gráfica de tensión. El operario llega por la mañana, observa
el cuadro —los cuadros tienen alarmas que se ponen en rojo o en verde para que se
vea si hay algún tipo de incidencia— y sabe si todo funciona correctamente. Si ve una
desviación en el encendido o el apagado, puede corregirla.
Todos los centros de mando tienen asociado un pequeño dispositivo electrónico
que se llama analizador de redes, que nos hace ver el consumo que tiene el cuadro.
Entonces, puede ir analizándose la gráfica de consumos. Aquí, por ejemplo, veo un
consumo reactivo cero, que es correcto, y cómo va evolucionando el avance del con-
sumo; si veo que tengo algún tipo de desviación, puedo observar si se está consumiendo
más de lo necesario. También aparece en la gráfica si se añade una nueva parte a la
instalación.
Se tienen fichas completas con fotos, esquemas unifilares de los centros de mando
y tipos de líneas y tipos de observaciones. Todo esto lleva un proceso de implantación
y gran trabajo de mantenimiento. Se sacan históricos de toda clase en los que puede
verse si estuvo apagada o encendida, si era urgente o no, quién fue, qué vehículo, a qué
hora salió y llegó, etcétera. Se puede llegar a tener un tipo de gestión más eficaz de los
recursos humanos, lo cual es importante.
Lleva también asociado el mantenimiento preventivo y uno que es fundamental
sobre todo para los técnicos de la Administración, que es el técnico-legal. Si en cual-
quier problema que haya en una instalación el mantenimiento técnico-legal no es el
correcto, la culpa siempre va a ser de la Administración.
Hay otro punto muy importante: en el mundo en el que nos movemos de las tarifas
energéticas, que son totalmente impredecibles, es muy difícil tener una herramienta
para ir metiendo la facturación eléctrica en ella de forma que se pueda tener una si-
mulación de facturas y saber si están bien o mal hechas. Además, es normal cometer
errores, hay errores hasta en las compañías eléctricas. Se puede comparar la factura-
ción real que aparece en el cuadro con la hipotética que estoy sacando en el analizador
de redes y establecer una comparativa. Metiendo todos los datos, lo ideal sería que,
cuando todas las administraciones pasen a mercado libre, lo cual será irremediable,
una de las exigencias que se hiciera a la compañía elegida fuera que las facturas fuesen
dadas en un formato electrónico legible, y no en un pdf. Así podríamos introducir la
información en una base de datos de forma automática, porque hacer factura a factura
a mano es inviable. Lo que se hace actualmente es, con cada factura, simular todas
las tarifas. Si tengo un determinado alumbrado contratado en la 302, la factura es de
78 euros, pero si lo tengo en la 301, es de 13,92 euros. Entonces, esto nos da la idea
de que hay que corregir las tarifas que tenemos contratadas para poder optimizarlas.
Está siendo muy difícil porque las tarifas cambian cada tres meses y, para que nosotros
podamos ofrecer un buen servicio, tenemos que cambiarlas constantemente.
También hay que tener muy clara la gestión del personal. Muchas veces, cuando
se envía un técnico a un edificio, se pierde, no encuentra inmediatamente el lugar al
que tiene que ir a arreglar la avería. Con esta herramienta, podremos controlar más los
tiempos y sabremos cuánto tiempo llevó realmente arreglar esa avería, que pueden ser
tales como arreglar un enchufe o cambiar un fluorescente. Esto puede ser muy barato,
pero la mano de obra incrementa mucho los costes.
La web tiene que partir de un inventario de instalaciones. Cuanto más exhaus-
tivo sea este, mejor se podrá hacer el proceso de mantenimiento. Lleva una gestión
de proyectos de trabajo, así como un mantenimiento predictivo y otro correctivo.
El predictivo engloba todas las revisiones de calderas, cuadros eléctricos o tomas de
tierra que hay que hacer para que quede documentado en el edificio que se ha hecho
todo el mantenimiento preventivo. El correctivo se refiere a las averías puntuales de
las que nos avisen.
Hemos incluido también el mantenimiento preventivo para que se sepa cuándo
tiene que pasar la oca por un edificio. Hoy en día, la oca tiene que pasar por la parte
eléctrica cada cinco años y, por el transformador, cada tres. Es decir, hay todo un
proceso de calderas y demás que tiene su mantenimiento técnico-legal. Por otra parte,
elabora certificaciones y valoraciones de todas las obras que se van haciendo y todos
los informes necesarios del edificio a medida.
Igual que antes, muestro
otros pantallazos. Arranca la pá-
gina web, se introduce usuario
y contraseña para la protección.
Aparece una pantalla que indica
el tipo de servicios, tarifas, com-
ponentes, cómo se dan de alta
o de baja, cómo se adaptan los
servicios, etcétera. Se pueden ir
anexando planos y fotos. Este es
el mantenimiento preventivo del
alumbrado, que hay que hacer
anualmente. También se realiza
un control de los trabajos que va
ejecutando cada equipo, que se
refleja en partes que se van fir-
mando y guardando en bases de datos en formato pdf.
Este es un ejemplo de un parte correctivo. Se puede ver quién llamó y el nivel de
urgencia; siempre se da prioridad a las averías.
Y ya voy a pasar a otra pequeña aplicación. La llamamos gema, y se encarga de
la gestión del mantenimiento de pavimentos y aceras, como os decía antes. Apareció
un poco después que el proyecto Sigma, y veréis que se parece. También lleva carto-
grafía, inventario y compatibilidad con cualquier formato gis, y también hace todo
tipo de informes en herramientas. Se puede tener información muy detallada, como
por ejemplo saber el número de baldosas instaladas en la plaza Mayor de Salamanca.
Como cualquier otra aplicación, tiene unos componentes básicos y unos de in-
formación cartográfica, iconos y todo tipo de fichas de función y de datos. Como con
Sigma, cuanto mejor sea la cartografía, mejor serán los datos que nos aportará. Tiene
un buscador y un configurador de capas personalizable. Este inventario de pavimentos
es precisamente de la plaza Mayor de Salamanca, donde se tienen detalladas todas las
baldosas: de qué tipo son, dónde se compraron, cómo se compraron e, incluso, si se
cambia alguna baldosa porque esté rota, se puede anotar. Así, puede observarse que
quizá en una determinada zona se rompen o caen muchas, por lo que habrá que hacer
un cambio general en toda la zona y anotar también todo tipo de mobiliario que esté
dentro de la plaza, como papeleras o bancos.
Aquí se muestra una típica avería, una grieta en el pavimento. Indica cuándo se
observó la fisura, si se puso un testigo de la fisura, cómo evolucionó, si hay que repa-
rarla, si se reparó y, finalmente, se puede añadir una foto de la reparación si se desea.
Juegos Map se parece también a las aplicaciones anteriores, son todas parecidas
porque el departamento así lo decidió. Los juegos infantiles tienen una reglamenta-
ción muy específica de obligado cumplimiento y que ha traído problemas a algunos
ayuntamientos. Es necesaria porque es muy fácil que un niño tenga un accidente si los
tornillos no están bien ajustados o el pavimento no está bien acolchado, por ejemplo.
Nosotros llevamos el mantenimiento de los parques infantiles de Madrid, entre otras
cosas, que fue por lo que se creó la herramienta. Luego se fue exportando al resto de
España.
Volvemos a tener otra vez la visión global: visualización, búsquedas, selección
de elementos, planificación y seguimiento de las estaciones, control de los equipos
de mantenimiento para que vayan
a tiempo y en forma, documen-
tación del mantenimiento y bases
de datos.
Para las posibles incidencias,
tenemos un call center para toda
España, con técnicos informáti-
cos.
La base de datos se entrega
completa a la Administración que
la quiera, en el formato que nos
diga o incluso en el mismo for-
mato que tiene el programa. No
tenemos ningún inconveniente. Por ejemplo, tengo firmado con Agustín Lanero del
Ayuntamiento de Gijón un acuerdo cartográfico, y ambas partes estamos encantadas.
Volvemos otra vez: salimos de la cartografía y hacemos un inventario de juegos y
uno de instalaciones. Podemos configurarlo a nuestra manera y hacer la misma opera-
ción que hicimos con el alumbrado, con los resultados que ello conlleva de ahorro en
los equipos de trabajo y, sobre todo, en los accidentes. Además, se hacen estadísticas,
informes y demás.
Con los paneles informativos, lo que hacemos es monitorizarlos y tenerlos contro-
lados remotamente. No lleva cartografía asociada, sino una especie de plano de dónde
están las zonas. El ejemplo que he puesto aquí es la autopista AS-I, que en Asturias
llamamos La Minera. Tiene este sistema y lo utiliza la Consejería de Carreteras con
gran satisfacción, que tiene un control completo a través de los mensajes. Al igual que a
La Minera, se puede aplicar a los autobuses o a cualquier tipo de información variable
que tenga un panel en cualquier ciudad. Es de nuevo lo mismo: hay una contraseña y
se entra en un primer panel, y aquí está la autovía con sus paneles y los mensajes que
tiene puestos de uso del cinturón de seguridad o similares. Los técnicos pinchan sobre
el panel, este se abre, y pueden poner los mensajes a distancia, de modo que se evita que
vaya un operario al lugar a hacerlo y llegue tarde, cuando ya no es necesario —como
cuando ya no hay coches después de un accidente—. De esta forma, el principado
ahorra en gestión de personal y en lo que suponían los problemas derivados de los
accidentes de tráfico. Además, sirve para llevar el mantenimiento del propio panel,
para saber si están en orden, si tienen alarmas, si tienen tensión, etcétera. Se elaboran
igualmente todo tipo de informes, desde la persona que puso el mensaje hasta a qué
hora lo puso, para por ejemplo poder demostrarle a una compañía de seguros que
estaba puesto.
Muchas gracias, si tienen alguna pregunta, podemos hacer un coloquio.
El ahorro energético que han calculado ronda los sesenta mil euros para unos
cuatro años de contrato.
Me gustaría también señalar que nosotros, cada vez más, hacemos la gestión del
servicio que ofrecemos. Este no siempre se da por medios propios. Es más, cada vez se
da más por medios externos, y el criterio no es siempre el económico. A veces seguimos
también criterios sociales en la prestación de los servicios, con lo cual la eficiencia no
siempre se puede medir estrictamente en dinero.
Aunque probablemente me queden por mencionar algunos de los proyectos en
los que estamos participando, este es el apunte que quería hacer desde la posición del
Ayuntamiento.
Si no hay ninguna pregunta, a mí me gustaría hacerle una a Luis. Quiero saber
cuál es el retorno de la inversión que obtenéis con todos estos programas de gestión
que aplicáis en los servicios; cómo influye en la valoración de nuevas ofertas y qué
conocimiento recogéis. En fin, cómo valoráis todo ese retorno de la inversión que
evidentemente supone la aplicación de la tecnología.
Ya que no lo pregunta nadie, voy a preguntar yo: realmente, ¿qué se está haciendo
en cuanto a eficiencia en lo que se denomina nuevo modelo de gestión pública, del que
últimamente tanto se está hablando? Tanto en Inglaterra, desde hace unos pocos años,
Yo no estoy muy de acuerdo con esa posición, por lo que dije antes: no todos los
servicios que la Administración presta tienen la misma entidad ni el mismo peso, ni
todos se pueden medir con criterios estrictamente económicos. Evidentemente, hay que
hacer las cosas bien y considerando los costes, pero también hay componentes sociales
que a veces es importante tener en cuenta cuando se dan determinados servicios y en
la forma en que estos se dan. Eso no siempre se puede medir con una regla porque, si
no, muchos servicios que prestamos hoy en día o vamos a prestar a los ciudadanos,
probablemente se cuestionarían. Estoy pensando en servicios Wi-Fi, en contratar per-
sonal cuya estancia con nosotros aprovechamos para dar formación a través de planes
de empleo, en diferentes alternativas que al final nos ayudan a crecer en los servicios
que damos y en las que no necesariamente el último objetivo que se tiene es el econó-
mico. No todos los servicios que un Ayuntamiento da son poner puntos de luz o poner
ordenadores o calcular la disipación térmica que pueda tener un cpd.
Si no hay más preguntas, gracias.
Buenas tardes a todos. Si les parece, vamos a dar comienzo al taller de esta tarde,
que se titula «Las tecnologías aplicadas a la planificación y la gestión urbana».
Las tecnologías, en general, son unas de las grandes palancas de las que dispone-
mos para mejorar la eficiencia de todas nuestras organizaciones, privadas o públicas.
Sirven para hacer nuestras empresas más competitivas y nuestros organismos públi-
cos más eficientes y, por tanto, mejorar el servicio público prestado a través de ellos.
Claramente, el entorno local es un campo muy claro para la aplicación de todo tipo
de tecnología, y que tiene además un efecto muy directo y muy claro en la calidad de
vida de los ciudadanos. La Administración está muy próxima a estos y, por eso, es
la que les presta servicios de una forma mucho más directa y da una sensación más
inmediata de utilidad y mejora.
Desde el Ministerio de Industria y la iniciativa pública Red.es, que es para la que
yo trabajo, hemos venido desarrollando en los últimos años toda una serie de actua-
ciones englobadas en el Plan Avanza, que ha movilizado más de cinco mil millones de
euros en los últimos años para impulsar el uso de las tecnologías de la información
Introducción
La primera fase, previa al 2003, se inicia en 1997 con una organización interna
de todos los procesos del backoffice derivada de la implantación de las fases i y ii
del Plan de Sistemas de Información.1 El modelo de gestión integrada se basa en la
unicidad y la integridad de los datos con el dato único, una integración de procesos y
toda la trazabilidad desde el principio del proceso hasta el fin, desde que aparecía la
comunicación de la incidencia hasta que llegaba su resolución final y la comunicación
a la persona que había informado de ello inicialmente. El procedimiento normalizado
general contempla particularidades para todo tipo de servicios de mantenimiento,
como veremos a continuación.
En el caso del servicio de conservación viaria, el proyecto nace por la necesidad
de realizar un seguimiento a un gran contrato para el mantenimiento urbano que
1 Pueden ampliar la información sobre el plan de sistemas del Ayuntamiento de Gijón en el libro que
recoge las ponencias de la iv edición de este seminario.
2 Se incorporan las diapositivas utilizadas como anexo a este texto para facilitar al lector la comprensión
de lo expuesto.
Conservación viaria
Alumbrado público
los que tenemos incorporados en este sistema de gestión de incidencias urbanas, hay
que decir que el contrato del alumbrado público es bastante diferente, o tiene parti-
cularidades que lo diferencian del de conservación viaria por la naturaleza del propio
contenido de la actividad que se ha de desarrollar.
A diferencia de la conservación viaria, en la que las incidencias se dan de alta por
comunicación de los ciudadanos o de oficio por la propia Administración municipal,
en el alumbrado público hay una gran cantidad de acciones programadas a lo largo
del año, acciones que están reguladas en el propio pliego de condiciones técnicas y
cuya ejecución supone, como es lógico, su incorporación en la certificación mensual
correspondiente.
Por lo tanto, el módulo de conservación del alumbrado público se diferencia bási-
camente en esta programación de actividades, como pueden ser la pintura de las farolas
o la sustitución de bombillas. Con este sistema, podemos realizar el seguimiento de la
ejecución del contrato a lo largo de los meses y de si esta se está realizando conforme
a lo que tenemos contratado, por ejemplo, si esa programación de sustitución de bom-
billas se está realizando de acuerdo con los compromisos adquiridos en el contrato.
Todos estos trabajos programados los gestiona directamente la empresa adjudicataria
para descargar de trabajo a los técnicos municipales. En este caso, nos focalizamos
mucho más en la fase de inspección que en la de comunicación de las incidencias.
Otra diferencia del módulo de alumbrado público es la relativa a la clasificación
de las vías; están definidas todas las vías, porque el contrato se ajusta exactamente al
pliego de condiciones técnicas. En este caso, el pliego define diferentes tipos de vía:
de primer nivel, urbana, rural y de segundo nivel; en función de eso, los tiempos de
respuesta son diferentes. Ha sido necesaria esta diferenciación para poder evaluar el
grado de cumplimiento del acuerdo de servicio.
Gestión de indicadores
Fernando Palomar
tura hay en todas las aulas e incluso actuar sobre esa temperatura (adecuando el coste
y el confort). Imaginemos que Cajastur pueda controlar todas las sucursales que tiene
repartidas por toda Asturias o por toda España con todos esos automatismos.
Asociado a inmótica, surge otro concepto, el de urbótica. En este marco,
estaríamos hablando del control remoto de automatismos en ámbito urbano (por
ejemplo, el alumbrado público). Imaginemos por un momento que pudiésemos
controlar 40.000 puntos de luz y revisar si se han fundido o regular su intensidad.
Imaginemos el ahorro tanto en coste como en emisiones de CO2 que estaríamos
generando.
Vamos a centrarnos en la inmótica, pero todos los conceptos son aplicables a la
urbótica. Y sobre todo teniendo en mente la misión que Telefónica le ha asignado a los
automatismos, la eficiencia energética.
El Servicio de Inmótica le ofrece al cliente un triple beneficio económico
(que se traduce en una reducción de emisiones de CO2 y talas de árboles). Le per-
mite reducir su coste energético,
conocer su consumo en tiempo
real (sin esperar a recibir la si-
guiente factura) y, por último,
modular el flujo de energía en
función del confort deseado o el
presupuesto del que se disponga.
En definitiva, es dar respuesta a
la pregunta de en qué nos esta-
mos gastando el dinero, cuánto y
cómo podemos modularlo.
Y todo esto lo hacemos con
un servicio que tiene dos vertien-
tes:
— una vertiente operativa que
permite telegestionar y super-
visar todos y cada uno de los
inmuebles del cliente;
— una vertiente estratégica que
permite poner en valor toda la
información que se genera en
los inmuebles.
Con esto termino, pero antes quiero mostraros cómo sería esto en un banco.
Podríamos tener todas las sucursales agrupadas, lo que nos facilitaría la gestión de
horarios y reglas de encendido y apagado; conocer cuáles tienen alarmas y cuáles no,
y telegestionar todos las sucursales a un golpe de clic.
Por otra parte, en los análisis proporcionados por el módulo de Inteligencia Ener-
gética, el cliente podría ver, por ejemplo, a nivel nacional, cuál es el consumo que tiene
cada sucursal bancaria un año u otro, hacer una discriminación entre sucursales para
saber cuáles están gastando más y por qué, tomar actuaciones sobre el consumo diario
de una sucursal, sobre cómo se reparte el consumo, y saber cuánto gasta un clima o
una iluminación y dónde hay que aplicar una mejor eficiencia.
La gestión de las sucursales es muy intuitiva, ya que el cliente podrá ver el
plano de cada sucursal, dónde están sus bombas de calor y cómo están funcionando
(emitiendo calor o frío), cómo están las luminarias (encendidas o apagadas), la tem-
peratura de consigna, etcétera. Y todo se podrá realizar de forma remota haciendo
clic en el mapa.
Lo que quería presentaros es cómo las tic pueden ayudarnos al control del con-
sumo y el despilfarro energético que estamos teniendo prácticamente en toda España.
Hay muy poco hecho en este terreno, y mucho por hacer.
Gracias.
que me quedaré hasta el fin de semana. Quiero darle a Senén, Eduardo y Déborah, las
personas con las que más me he relacionado, las gracias de nuevo.
Mi intervención se enmarca dentro de un seminario que habla de las tic, pero
yo quiero darle una orientación que me parece más fundamental, más esencial y más
necesaria.
Quiero también enlazarla con las estupendas exposiciones que se han hecho esta
mañana —que no digo que las demás no lo sean—, en las que se ha plasmado la imagen
de la ciudad clásica, la árabe y la moderna. Realmente, tengo que agradecer de nuevo
a la Universidad esta posibilidad de haber estado en ese foro porque me aporta mucho
y me llena de satisfacción.
Se ha hablado de la polis, el espacio de la ciudad como proyección de la actividad
humana y las características y las capacidades de nuestra especie para desarrollar un
proyecto común y modificar el entorno. Se ha hablado de la urbe como entorno más
cercano y como realidad construida en la que se desarrolla un espacio escénico y de
representación también fundamental en nuestra historia. Se han comentado también
los aspectos singulares en lo referente a la capacidad de estas ciudades clásicas y de
esta cultura musulmana para establecer un ambiente cómodo y saneado con la insta-
lación de las obras de canalización y las letrinas, que aportaban una capacidad de
sanidad y comodidad al habitante de esta urbe.
Digo esto porque, antes de hablar de lo que me parece más fundamental, quiero
enlazarlo con lo de esta mañana y pasar por un pequeño recuerdo de dónde estamos
y de dónde venimos.
Si las ciudades árabe y romana tenían este tipo de canalizaciones, algo pasó
cuando, en el Siglo de Oro, se hacían comentarios como el que aparece en la pantalla.
En las ordenanzas de la ciudad de Madrid, que recoge Teodoro Ardemans, arquitecto
del primer rey borbón, se comentaba:
El boom de la construcción, que ahora se maldice tanto, fue una buena oportu-
nidad también porque permitió, con el desarrollo urbanístico, repensar qué servicios
se podrían montar en las áreas de nuevo crecimiento, las zonas de expansión de las
ciudades.
Esta posibilidad nos ha permitido establecer una serie de premisas para los que
pensamos que podrían ser los próximos sistemas deseables de gestión de residuos.
Por lo tanto, no vengo a hablar de una tecnología de gestión de residuos, sino de una
filosofía.
El diseño integral de los futuros sistemas de recogidas de residuos es el núcleo de
la cuestión. Pensamos, los que nos hemos dedicado a esto en nuestra ciudad, con la
experiencia que tenemos y que hemos podido compartir con los compañeros que se
dedican a este negocio desde hace muchos años, que fundamentalmente los sistemas
de gestión de residuos deben integrarse en el desarrollo urbanístico. Es algo impres-
cindible. No pueden vivir la ciudad, el planeamiento y el desarrollo urbanístico de
espaldas a una actividad tan intensa que pone en la calle cada día tantos vehículos,
tanto movimiento de contenedores y tantas toneladas de residuos sin que esté ordenada
e integrada en esta planificación.
No se trata de mover algún tipo de residuo, sino de dar una solución integral a
todos los que se generan en el ámbito urbano. Desde luego, el binomio sobre el que
bascula este concepto debe contar con la comodidad para el usuario en primer lugar.
No podemos pensar, por ecológico que sea, que la gente llevará sus residuos a un punto
lejano e incómodo.
Por otra parte, no se trata solo de integrarlo en el desarrollo urbanístico, sino de
que esté integrado en el entorno.
Por último, ha de ser coherente con la normativa actual de gestión de residuos.
No puede inventarse un sistema que vaya en contra de las normativas.
Nosotros hemos tramitado esta norma con un plan especial que ha sido funda-
mentalmente impulsado por la Gerencia de Urbanismo de Córdoba, en el sentido de
que es una modificación del diseño del planeamiento urbano que se potencia desde la
propia área urbanística. Será de obligada aplicación en los nuevos desarrollos.
La planificación urbanística tendrá en cuenta el modelo de recogida que sea de
aplicación a la zona. Es obligatorio y, además, está adaptado al modelo de cada zona,
de cada ciudad y de cada entorno.
La concepción integral de la recogida de todos los residuos significa que hemos
de dar respuesta a todos los tipos, como aquellos que vemos en estas imágenes: los
domésticos no voluminosos de producción diaria —lo que llamamos materia orgánica,
envases de papel y cartón y vidrio— y aquellos que no se producen todos los días, pero
se generan en un entorno doméstico, que es lo que llamamos pequeños enseres domés-
ticos de producción esporádica. Son, por ejemplo, el palo de la escoba o el hueso del
jamón, que no se gestionan fácilmente ni de la misma forma.
Hemos de dar solución a un problema diferente, que es el del comercio, y hay que
darle una solución específica. Hay unos residuos comerciales no voluminosos y otros
voluminosos.
Por último, en el entorno urbano, se producen grandes enseres y restos de gran
volumen a los que también tenemos que dar solución.
Todas las soluciones tienen que estar englobadas bajo los mismos principios
de responsabilidad y comodidad. Y, para que haya comodidad, los puntos de de-
pósito tienen que estar situados cerca de los usuarios. Nosotros proponemos que
los residuos no voluminosos y los pequeños enseres se dispongan en el interior de
los inmuebles: el punto de depósito debe estar en el interior de los inmuebles o, en
todo caso, en una zona común privada. Pero no en la zona pública, donde producen
problemas porque todo se tira y nada se cuida. Al igual que ya no compartimos
cualquier otro sistema de abastecimiento de evacuación, ya no tenemos letrinas
compartidas ni aseos en la mitad de la calle, no podemos depositar los residuos en
la calle.
Daremos un tratamiento es-
pecial a los grandes productores,
porque no es igual un gran co-
mercio que una casa particular.
Debemos ubicar sistemas de ges-
tión de esos residuos voluminosos
que no se canalizan fácilmente de
forma inmediata, sino que nece-
sitan otros medios más grandes.
Hablamos de los puntos limpios,
que deben estar cercanos para
darles salida.
La interacción con el entorno
nos llevó a definir que hemos de
evitar al máximo la ubicación de
cualquier punto de depósito en
la vía pública, hemos de evitar
al máximo que pasen vehículos
todos los días ocupando y moles-
tando y, si hay que poner alguna
infraestructura en la vía pública,
que se procure que sea soterrada
o semisoterrada.
En cuanto a la coherencia en
los modelos de recogida, evidente-
distintos tipos de residuos, de manera que podemos depositar en cada uno de ellos
materia orgánica, envases, papel, etcétera.
Hay otra forma, y es que haya un único buzón. Se tira la basura en una deter-
minada franja horaria: hay una franja para cada tipo de residuo. Esto es mucho más
difícil, porque no se corresponde con la forma que tenemos nosotros de relacionarnos
con las obligaciones en general.
Este sistema que hemos pre-
ferido funciona por niveles. Hay
un detector de nivel que pone en
funcionamiento el sistema cuando
se llena el buzón, de forma que no
es necesario duplicar o triplicar
los puntos de depósito más allá
que la discriminación por tipo de
residuos.
Hay una gestión de agrupa-
ciones de buzones, de forma que
no se abra uno solo, porque sería
muy poco eficiente. A fin de cuen-
tas, permite separar y recoger to-
dos los residuos que se producen
en el punto en que se ponen.
Como resumen del modelo, para los domésticos, establecemos un cuarto de
residuos al menos por cada noventa viviendas equivalentes, con contendedores para
vidrio y pequeños enseres. El vidrio no se puede canalizar por las redes neumáticas,
que son conducciones de 50 centímetros de acero, porque produciría fricción. Por eso
tiene que seguir haciéndose en contenedores.
Nuestro modelo cuenta con un cuarto en el cual hay una parte dedicada a los
residuos que van canalizados por la red neumática y otra que se recoge todavía en
contenedores. Todo este cuarto está dentro de la zona privada, y a la calle da una
puerta por la que los servicios municipales sacan estos contenedores. No es necesario
recoger a diario vidrio y pequeños enseres, pensamos que con una vez a la semana es
más que suficiente. Los residuos de producción diaria se recogerían desde los buzones
neumáticos. El vecino siempre accede por zona privada, y los servicios de recogida
por zona pública.
Este sería un infograma de cómo quedaría un cuarto de residuos con este tipo
de contenedores.
En cuanto a los comerciales, hemos distinguido dos comunidades de propietarios
dentro de cada inmueble. Los vecinos y los comercios. Los comercios tienen otros
problemas, otras dificultades y otro comportamiento. Hemos responsabilizado a los
del espacio mancomunado —este es un caso real—, vienen a suponer unos mil euros
por vivienda equivalente. La red de transportes y la canalización bajo la calzada, que
se establece a la vez que se hace el alcantarillado, o de una forma similar, repercuten
en unos trescientos euros por vivienda.
También hay que comentar que ha sido fundamental la oportunidad de la publi-
cación del código técnico de la edificación. Ha armado todo este puzle y nos ha dado
la fuerza para argumentar la ocupación de cuartos de residuos y la ocupación dentro
de la vivienda, del espacio privado.
El código técnico de edificación establece la obligatoriedad de disponer de una
serie de metros cuadrados para cuartos de contenedores de edificios. Y solamente esa
superficie se pondrá en vigor cuando el Ayuntamiento correspondiente dictamine que
se va a hacer recogida de puerta en puerta. Pues bien, en todas las zonas de actuación
de referencia del plan especial de recogida neumática de residuos urbanos de Córdoba,
se establece que serán todas también zonas de recogida puerta a puerta.
Sin embargo, hemos querido darle una orientación. El primer día, vino el presi-
dente del Colegio de Arquitectos de España, Carlos, que representa en buena parte la
responsabilidad del desarrollo del código técnico de edificación. Nosotros pedimos
una flexibilidad en la aplicación de este código técnico, ya que, tal y como está estable-
cido, es difícilmente viable su desarrollo. Pero, basándonos en él, decimos que, con lo
que establece nuestro plan especial de recogida neumática, damos por cumplido —no
sé si todo lo legalmente posible— lo establecido en el código técnico de edificación en
cuanto a acceso y superficie de los cuartos.
Por otra parte, damos un paso más y, en el plan de Córdoba, decimos que la su-
perficie que se dedique a la gestión de residuos es superficie no computable a efectos
de edificabilidad. Por tanto, el promotor debe pagar el cuarto, pero tiene la posibilidad
de recuperar esa superficie edificable ampliando los límites iniciales.
Finalmente, quiero comentar que es necesario desarrollar una normativa, que
se ha de inscribir en los registros de la propiedad, en cuanto a normas de uso de
estos cuartos de basuras y el acceso a esta propiedad privada. Los servicios públicos
deben tener acceso a la propiedad privada para la gestión de residuos a la hora y en
el momento que veamos oportuno; tienen que disponer de una llave de ese cuarto del
edificio, y de nada más, para poder moverlo; tienen que firmar la obligatoriedad de
contratar un servicio de mantenimiento como en otras instalaciones, por ejemplo, los
ascensores. Es obligatoria la contratación de un servicio de mantenimiento y la firma
de la responsabilidad en el uso y la respuesta desde el punto de vista monetario.
Para acabar, no he dicho que la presentación es fruto también del trabajo de una
compañera que está hoy con nosotros, Remedios Robles. Es profesora de la Universi-
dad de Córdoba y desarrolla su tesis en el estudio de los métodos de gestión de resi-
duos, fundamentalmente dirigidos a la eficiencia energética. Con datos preliminares
de este trabajo, les presento aquí algunas cifras que pueden ser interesantes.
Muchas gracias a los tres ponentes por su exposición. Creo que hemos visto tres
ámbitos de aplicación de la tecnología. La aplicada a la gestión a través de un Ayun-
tamiento o una entidad municipal, la aplicada a la mejora de la eficiencia energética y
la aplicada a la gestión de residuos urbanos.
Ahora procede dar la oportunidad a cualquier pregunta que surja.
Participante
Sí, aquí hay una pregunta. Me llamo José Manuel Pazos. Está bien claro que lo de
la gestión de la inmótica produce un ahorro considerable de entre el 20 % y el 40 %,
creo recordar. Está claro entonces que debería ser obligatorio en todos los sitios, y solo
se ve en edificios públicos o en bloques de viviendas de alto standing. Entonces, ¿es
caro introducir la inmótica en todos los edificios de nueva creación?
Participante
Sí, lo que pasa es que parece muy claro que, con esos retornos de inversión tan
cortos, debería ser mucho más solicitado. No sé qué porcentaje de pymes o empresas
lo llevan a cabo, pero yo pensaba que el roi era más extenso.
Participante
Gracias a los tres por la intervención. Yo tengo, más que una pregunta, una duda
sobre la intervención de Jesús. Ha hablado de que la repercusión total del sistema de
recogida era de 2000 euros, ¿incluye ese precio el mantenimiento?
¿Alguna pregunta más? Yo tenía una para el final, que no quería dejar de hacer.
Al final, desde nuestra visión como organismo del Ministerio de Industria, que la Ad-
ministración local se convierta en demandante de tecnología es una oportunidad para
que la propia empresa española se desarrolle, mejore y sea capaz de ir conquistando
mercados. Entonces, me gustaría tener una pincelada de la visión que tenéis concre-
tamente vosotros de las capacidades de las empresas tecnológicas que los respectivos
proyectos que habéis estado contando os han venido apoyando, y si realmente tenéis
unos buenos aliados a la hora de incorporar tecnología en los distintos procesos, en
este caso de la Administración local.
residuos que se realizan por cada buzón, saber los horarios de uso, telecomandar la
central y pasar avisos de averías a operarios que están en remoto y tener una gestión
más optimizada de la energía en cuanto que hay un software de optimización de este
funcionamiento de la central. Comentaba antes que no es eficiente extraer los residuos
de un solo buzón, sino que hay que buscar los que están llenos y más cercanos, y la
posibilidad de determinar el volumen de llenado de cada uno de ellos es un desarrollo
de la tecnología que nos permite también gestionar más eficientemente los sistemas.
Por tanto, desde este punto de vista, sí aportan las empresas tecnológicas una capaci-
dad para mejorar la gestión y optimizarla.
Muy bien, pues si nadie quiere hacer ninguna pregunta más, damos por cerrada
la sesión. Gracias otra vez tanto a la organización del seminario por montar este taller
como a los ponentes por sus intervenciones y, por supuesto y ante todo, a los asistentes
por estar aquí esta tarde.
Muchas gracias.
Buenas tardes. Vamos a comenzar este último taller de las tecnologías aplicadas
a la planificación y la gestión urbana que tiene por título «La ciudad en red». El título
es tan genérico que casi puede caber cualquier cosa en él, y hoy vamos a tener una
muestra de ello con los ponentes que nos acompañan.
Al igual que sucedió en la mesa redonda anterior, vamos a tener tres visiones com-
pletamente diferentes para un mismo título. Inicialmente, yo pensaba que fuera más en
el sentido de la participación de los ciudadanos en la gestión urbana, pero, como eso
se vio ya un poco en la otra mesa, vamos a ver cosas muy diferentes.
¿Qué cabe en la ciudad en red? ¿De qué estamos hablando? Podemos estar ha-
blando de la ciudad en general, de su red de transportes o de sus redes de residuos,
de su mantenimiento urbano. Podemos estar hablando de la red Wi-Fi y de cómo se
pueden conectar los ciudadanos para acceder a cualquier tipo de servicios a través de
Internet como uno de los derechos imprescindibles en la sociedad actual. Creo que
las administraciones públicas tienen que ser las valedoras al menos de unos servicios
mínimos. Yo siempre pongo el ejemplo de que el Ayuntamiento tiene que ser como la
«cocina económica»: tiene que dar unos servicios mínimos a los ciudadanos que no
compitan con los operadores. Que den por lo menos esos servicios mínimos, que no
pueden incluir ni la gran velocidad ni la utilización de redes p2p, pero sí al menos la
utilización hoy en día imprescindible de correo electrónico o acceso a servicios admi-
nistrativos a través de la red.
Las redes sociales cada vez se están implementando más en nuestras ciudades.
Hoy en día, muchos de los jóvenes ya ni siquiera conocen los navegadores, porque
navegan a través de Facebook o Tuenti. Las redes sociales desempeñan un papel im-
portante.
Con la Web 2.0, tenemos pensado en nuestro Ayuntamiento dar toda una vuelta
a nuestra página web para integrarnos más en este nuevo paradigma.
Para estas tres visiones diferentes, tenemos a tres ponentes, y creo que cada uno
de ellos va a tocar un área completamente distinta.
En primer lugar, va a intervenir Pedro López. Pedro es responsable de la página
web del Ayuntamiento y director de proyectos. Entre otros, ha implementado el de
la tarjeta ciudadana y ha trabajado en cuestiones de movilidad. En su día, se ocupó
de las máquinas que utilizaba la policía, las cuales estamos en estos momentos empe-
zando a desarrollar, tanto para los cuerpos de seguridad como para los inspectores de
urbanismo o medio ambiente.
Después, él contará lo que está haciendo en nuestro Ayuntamiento en esta área.
En segundo lugar, intervendrá Pedro Antón Alonso, que desde enero del 2007
es director de sistemas de Segittur, una sociedad para la innovación en el turismo.
Tiene una amplia trayectoria en este campo. Es ingeniero de telecomunicaciones y ha
estado trabajando en Indra e incluso en software para aviones de caza F18. También
ha estado un amplio espacio de tiempo en la sección de informática de El Corte Inglés
dirigiendo infinitud de proyectos.
Después intervendrá Víctor Solla, que es un gurú reconocido en cuestiones de
Wi-Fi. Ha abierto una tercera vía, con todos los problemas que tenemos las adminis-
traciones públicas que estamos intentando dar servicios Wi-Fi en nuestras ciudades
porque nuestros responsables políticos los han llevado a sus programas electorales, in-
dependientemente incluso del partido; todos quieren Wi-Fi en las ciudades, pero luego
nos encontramos con que tenemos una legislación que lo impide. Lo impide al menos
en las condiciones que se pretendían de dar un servicio gratuito a los ciudadanos.
Avilés ha encontrado esa tercera vía, la piedra filosofal, de la que luego seguramente
se nos hablará.
Tienen ahora la palabra nuestros ponentes.
Buenas tardes. Creo que todos conocéis un poco la trayectoria de Gijón de in-
tentar acercar la Administración a los ciudadanos y simplificarla. Prueba de ello es
que intentamos ofrecerle la mayor información y facilitarle los trámites. Queremos
acercarnos a los ciudadanos y hacérselo más sencillo a través de diferentes canales.
Algunos son, por ejemplo, el despliegue de cajeros ciudadanos por la ciudad de Gijón.
En cualquier punto de la zona urbana, a menos de diez minutos, los ciudadanos pue-
den realizar una serie de trámites en los cajeros municipales. Algunos de ellos están
abiertos las veinticuatro horas.
Hace siete años, comenzamos con un proyecto de tarjeta ciudadana, de las cuales
hoy en día tenemos más de doscientas mil emitidas en una población de 277.000 per-
sonas. Esta tarjeta integra casi todos los servicios municipales en un único documento,
desde coger un autobús en cualquiera de sus modalidades, una bicicleta en uno de los
puestos ubicados en la ciudad, acceder a unas piscinas o sacar un libro. Llevamos más
de un año trabajando en ello, y no solo en la web: hemos dado un paso más allá y
hemos ido a la Web 2.0 y las redes sociales. ¿Con qué objetivo entra un Ayuntamiento
en redes sociales como Twitter o Facebook? El objetivo principal es romper el modelo
que estamos siguiendo hasta ahora, en el que es la Administración la que informa y
decide, y el ciudadano un receptor de la información. En este caso, queremos hacerlo
partícipe. Que el ciudadano se sienta identificado con la ciudad, ayude a construir su
modelo y su opinión sea valorada.
Durante mi presentación, hablaré de algunos de los ensayos que estamos haciendo
en esta línea. No me voy a centrar en la página web, sino que voy a adentrarme en
otros desarrollos que se han hecho en la línea de las redes sociales y de interactuar con
el ciudadano.
Este último año, hemos lan-
zado una serie de boletines elec-
trónicos, con una determinada
periodicidad semanal, quincenal
y mensual, que permiten enviar
mensajes a los correos electróni-
cos de los ciudadanos que pre-
viamente se han inscrito desde
gabinetes de prensa, la oficina de
información juvenil o cultura.
Estos boletines, obviamente,
no suponen un esfuerzo extra aña-
dido. Si no, iríamos mal. Si cada
nuevo servicio que intentamos
hacer para los ciudadanos nos supone que haya una persona detrás que tenga que
trabajar para conseguir esos contenidos y dedicar parte de su tiempo y su esfuerzo en
desarrollarlos, no vamos por el buen camino.
Entonces, ya que tenemos esa información publicada para la web, la podemos
aprovechar y difundir a través del mayor número de canales posibles. No solo publi-
camos a través de la página web, también tenemos varios blogs. En mayo del 2006, el
Ayuntamiento de Gijón promovió una iniciativa para que cualquier ciudadano pudiera
crear su blog dentro de la página web del Ayuntamiento. Hoy en día, prácticamente
está superada esta alternativa, y las hay gratuitas en el mercado que ofrecen más fun-
cionalidades. Es un ejemplo como el que nos pasó con iGijón: algunos recordaréis que,
antes de que existieran adsl y la banda ancha, en los tiempos de Infovía, el Ayunta-
miento de Gijón sacó un servicio para dar correo electrónico a los ciudadanos. Si hoy
en día contamos esto, no parece una gran novedad porque todo el mundo ofrece correo
electrónico, pero en el año 2000 no había empresas o herramientas que ofrecieran ese
servicio. Tuvimos alrededor de cinco mil cuentas abiertas, de cinco mil ciudadanos que
utilizaron este servicio.
Entre los blogs de que disponemos, está el de empleo, que tiene bastante parti-
cipación. Sabemos que muchas de las críticas que tienen los blogs es que en principio
están muy abiertos a la participación, pero que luego la gente no participa o que,
cuando participa, no lo hace con críticas constructivas, sino destructivas. Yo creo
que el blog de empleo es un ejemplo de lo contrario. Hay bastantes comentarios que
aportan valor añadido.
Los jóvenes son uno de los grupos sociales más propensos a utilizar este tipo de
redes sociales, son los que tienen más afición por las nuevas tecnologías, por lo que
hemos lanzado desde febrero un
blog de juventud.
Hay otro para el centro mu-
nicipal de empresas y otro para
turismo.
Muchas veces, no hace falta
que los blogs sean excesivamente
voluminosos, sino que se puedan
hacer cosas muy útiles con poco
esfuerzo. Por poner un ejemplo,
las bibliotecas municipales tienen
un programa que fomenta la lec-
tura a través del club de lectura,
en el cual se reúne un grupo de
personas que tienen una afini-
dad. Seleccionan un libro, que
van leyendo, y van quedando pe-
riódicamente para hablar sobre
él. Tenemos un blog que sirve de
apoyo a este club de lectura, que
es de septiembre del 2006 y sigue
siendo muy activo.
Estamos trabajando en un
sistema, que pronto verá la luz,
que nos permitirá en una sola
ventana reunir todo lo que hace
el Ayuntamiento, no solo a través de los blogs, sino también de las noticias, la agenda
y las contrataciones que va creando. Se trata de organizar la información de forma
temporal y, en un vistazo, observar las novedades que vayan saliendo. No solo nos
interesa la parte municipal, también queremos integrar al ciudadano. Entonces, a
aquellas personas con un blog que genere rss y tenga relación con la ciudad de Gijón,
se les habilitará la opción de que obtengan difusión en esta página. De esa forma, lo
que se busca es crear comunidad en un único portal.
Yo creo que Facebook lo conocéis todos. Es la red social a nivel mundial que más
crece. A nivel nacional, hay otra que se llama Tuenti, que crece más todavía, y desde
el Ayuntamiento estamos ensayando. Tenemos diferentes departamentos que tienen
presencia en Facebook e informan de lo que van haciendo a través de estos canales.
Twitter, si no lo conocéis, es
un sistema que va un poco a me-
dias entre mandar un mensaje a
un móvil y un blog. Es lo que los
técnicos llamamos microblogging.
Consiste en contar en un texto pe-
queño lo que se está haciendo en
ese momento. A nivel español, las
administraciones públicas se su-
man cada vez más a Twitter. A ni-
vel mundial, conoceréis los casos
de Estados Unidos o Reino Unido,
en los que uno de los principales
canales de información de los go-
biernos es a través de Twitter. No-
sotros, en Gijón, tenemos Twitter desde el 14 de abril del 2008, y no sé si habremos
sido el primer Ayuntamiento en tenerlo, pero sí de los primeros.
En Twitter, también podemos estar conectados con las noticias de la prensa.
Cualquier información que se genere en la página web del Ayuntamiento, se publica
en Twitter.
Otra forma de interactuar con las herramientas sociales es a través de Youtube.
Además de ser una herramienta para agregar vídeos, tiene un canal en el cual permite
que un usuario tenga sus vídeos alojados. El Ayuntamiento cuenta con uno desde
octubre del 2008, y se da un caso particular. ¿Por qué puede querer un Ayuntamiento
un canal de Youtube? Yo creo que principalmente por dos motivos: el primero es que
los vídeos ocupan mucho y siempre constituyen un problema en los servidores. Así,
se puede publicar perfectamente y, además, la integración se realiza de una forma
muy sencilla. No perdemos nada, son todo beneficios. El otro es que nuestro objetivo
es difundir, y en este canal de Youtube tenemos vídeos de la tarjeta ciudadana, de la
oficina virtual, los que se hacen desde la agencia local de empleo o los del Festival
Internacional de Cine. Nuestro objetivo es difundir estos vídeos, y hay muchos de los
usuarios que los ven sin haber pasado por la página web: entran en Youtube y buscan
«Festival Internacional de Cine», y les sale nuestro vídeo. Es otra forma de entrada a
nuestra información.
Para el turismo y el centro municipal de empresas, estamos desarrollando la di-
namización a través de otras redes sociales. Principalmente, dinamizamos la imagen
de Gijón a través de estas redes. Algunas son nacionales y otras de ámbito internacio-
nal. No me voy a extender más, pero, si luego me queréis preguntar alguna cosa sobre
ellas, podéis hacerlo.
La sindicación de contenido
(rss) es otra forma de intercam-
bio de información. Muchas ve-
ces, hablamos de interoperabili-
dad entre administraciones o de
compartir información. Pues las
rss nos permiten abrir parte de
la información que tenemos en
nuestra página web a otras admi-
nistraciones o a los ciudadanos.
No es necesario que el ciudadano
navegue por nuestra página para
encontrar las contrataciones que
están en ese momento vigentes. El
ciudadano o la empresa puede seleccionar este canal de contratación que ofrecemos y
automáticamente recibirá cada nueva contratación sin tener que buscarla en la página
del Ayuntamiento.
Es algo que cada vez se usa más. Para los que no lo conozcáis, os aseguro que es
tremendamente útil, no solo por lo que ofrece el Ayuntamiento de Gijón, sino porque,
prácticamente, hoy en día todos los periódicos digitales y gran parte de las adminis-
traciones públicas lo usan. Es muy sencillo y muy útil.
El año pasado, recibimos 25.000 peticiones de información por esta vía. En el
primer semestre del 2009, las hemos duplicado, así que podéis haceros una idea de
cuánto crecen nuestras consultas a través de rss.
Hace unos años, para tener información sobre la Administración del Estado, la
única opción que había era irse al centro municipal de la plaza mayor, al tablón de
anuncios, y buscar entre la documentación que estaba allí colgada con una chincheta
la información que se necesitase. Un paso más es tener esa información publicada en
la web, lo cual tenemos hecho desde hace varios años. Y el siguiente paso que damos
es que publicamos esa información en rss. Si alguien tiene la necesidad de saber lo que
Hoy en día, Twitter y Facebook siguen siendo grupos minoritarios. Todos estos
entornos siguen sin ser accesibles y las administraciones estamos obligadas a cumplir
con la ley de Accesibilidad. Nunca podrán llegar a ser un canal único; creo que las
administraciones nunca podríamos utilizar uno de estos canales como único, no es
el objetivo.
Otro de los problemas es que las herramientas cambian constantemente. Hoy en
día, podemos formar al personal para que trabaje con estas herramientas, pero, proba-
blemente, dentro de un año, Facebook o Tuenti habrán sido sustituidas por cualquier
otra. Por lo tanto, no se trata del proceso de la herramienta en sí, porque esta puede
cambiar. Tenemos que quedarnos con la idea, con el concepto de llegar al ciudadano
a través de otros canales.
Hoy en día, sigue existiendo la brecha digital, y las redes sociales son un paso
más allá.
Estas redes sociales son prácticamente gratuitas, económicamente muchas de
ellas no tienen licencia, así que pueden existir problemas de licencia y derechos de
autor. Pero los costes de inversión son muy reducidos y muchas de las plataformas se
integran entre ellas, por lo tanto, no es necesario tener una persona dedicada a ello.
No hace falta generar noticias para todos estos canales, las generamos una vez y las
difundimos a través de diferentes canales, y además es una forma rápida y directa de
llegar a los ciudadanos.
Pensad que hay grupos sociales, como comentaba antes José Manuel Pazos, que
nacieron con ellas. Hay unos grupos sociales llamados los nativos digitales que no ven
la televisión, que gran parte de su tiempo de ocio están delante de una pantalla inmer-
sos en entornos de este tipo. Estos grupos sociales son los que vienen en un futuro.
Esto era todo. Se trata solo de que, más que la idea de quedarnos con las redes
sociales, lo que buscamos desde la Administración es poner al ciudadano en el centro
de la información y hacerlo partícipe en la Administración.
Muchas gracias.
hecho internamente, que me he hecho durante los planteamientos en los que hemos
trabajado. Vamos a verlo constatado en un informe que ha publicado recientemente
uno de los mejores analistas de Forrester según mi punto de vista. Es un informe
tremendamente bueno sobre hacia dónde va el futuro. Eso es lo que quería haceros
reflexionar conmigo.
Todos estos conceptos Web 2.0 sobre los que nos han bombardeado en estos
últimos dos o tres años, se basan en una frase de Tim O’Reilly, al cual llaman gurú.
Dice que las Web 2.0 son aquellos websites que obtienen su valor de las acciones y
la participación de los usuarios. Entonces, ahora, alrededor de todo esto, durante los
últimos dos o tres años se ha producido una auténtica revolución.
Como os han dicho, yo trabajo en turismo y, en el ámbito turístico, el que no está
en la Web 2.0 es un auténtico paleto. Entonces, voy a reflexionar con vosotros sobre
por qué esto no tiene por qué ser así.
Esta fue mi primera conexión a Internet; hace veinte años, tenía este aspecto. Me
conectaba para transferir ficheros. Esto es un protocolo que data de 1985 y que empleá-
bamos entonces para intercambiar
información, para compartir un
conocimiento de algo.
Antes decía Manuel que yo
trabajaba en el F18, y es verdad,
porque lo que a mí me gustaba
era programar gráficos en tiempo
real, era mi hobby. Tengo tres li-
bros publicados sobre eso y mu-
chos artículos.
Entonces, no existía la in-
formación. La bibliografía no era
como la de ahora, que está en In-
ternet. Y con esta terminal encon-
traba información.
En 1985, me conectaba a In-
ternet, a una terminal de la Uni-
versidad, e intercambiaba infor-
mación. Acordaos de lo que decía
Tim O’Reilly: «obtienen el valor
de las acciones y participación de
los usuarios». Este era el aspecto
que tenía un ftp entonces. Era
una lista de ficheros y nos comu-
nicábamos asíncronamente con el
correo electrónico, algo que ahora ya empieza a no usarse porque usamos Twitter u
otro tipo de cosas. Usamos el correo electrónico casi como ftp.
En 1982, alguien definió el protocolo de comunicaciones de correo electrónico y
lo usamos para comunicarnos asíncronamente. Ocurrió que era insuficiente porque la
comunicación asíncrona no daba juego. Si tú estabas programando un algoritmo ex-
cesivamente puntero y querías hablar con alguien inmediatamente para que te hiciera
pruebas en una tarjeta gráfica de la que no disponías, necesitabas contacto con gente
que como tú compartiera esas ganas de intercambiar conocimiento.
En 1993, se define el protocolo de Internet Relay Chat. No hay nada con más
comunicación, más foros y más social que un chat. Ahora, todas las redes sociales
tienen uno.
Os voy a enseñar cómo eran los buscadores en 1993. Eran así. Había un fichero
de texto en el que escribíamos cómo se llamaba el fichero que habíamos subido al ftp
y qué tenía para que otro lo buscase. Esto algunos hoy lo llaman web semántica 3.0.
En un fichero se escribe un breve resumen, lo que hoy llaman micro tagging.
Curiosamente, para enredar aún más la cosa, en 1996 se inventa lo que conoce-
mos como Web, el primer rfc de Http (Hypertext Transfer Protocol). Cuando se im-
plementa este protocolo, las empresas se dan cuenta de que Internet es algo estupendo
y nace el mundo de las «.com» y la Web.
Pero fijaos en que hemos comenzado diciendo que la Web 2.0 es para intercambiar
información y, como todos sabéis, que Internet nace para intercambiar información.
Entonces, algo está pasando, no podemos negarlo. Fijaos en la cantidad de etiquetas
y términos que existen; hay una gran cantidad de herramientas y términos orientados
a la comunicación, y también a compartir, es cierto. Es verdad que hay miles de miles
de millones de personas conectadas cada día, y cada día más personas conectadas.
Todo esto es cierto.
¿Sabéis lo que está pasando?
Que esto es mentira. Antes tenía-
mos un nick, ahora tenemos una
identidad. Si yo fuese «maria-
nita3994», José Manuel no habría
podido localizarme. Sin embargo,
cuando él supo que yo venía a dar
una conferencia, fue a buscarme
en Twitter, Facebook y Linkedin.
Me encontró rápidamente, y rápi-
damente supo quién era, cuál era
mi currículum, cómo me llamaba
y que estaba en Alemania. El gran
cambio es que ya no somos nicks,
mento, no existe un modo fácil de lograr esto, y lo que hacemos es captar su compor-
tamiento, analizarlo y buscar sus intereses. Pero este es el futuro en el que van a estar
inmersos todos los sites en los próximos años.
La siguiente fase va a ser mucho más rica e interesante: el site se adaptará a los
gustos del visitante. Llevaremos nuestra identidad con nosotros. Llegaremos a un site
y diremos «Hola, soy Pedro Antón», y el site sabrá quiénes son mis amigos, qué me
gusta, cuántos hijos tengo, quién es mi mujer y que estoy en una web de turismo. Y
automáticamente me va a dar la información que quiero sin que yo le pregunte. Ese
es el contexto del futuro.
En la quinta era social, las empresas se incorporarán también.
¿Qué quiere decir esto? Que desaparecerán las webs corporativas y los crm, y, en aque-
llos sitios en los que estén los usuarios, las empresas serán las que facilitarán esos servicios.
Estas, a grandes rasgos, son las cinco eras de la red social. Buscad el informe, tiene
muchas más cosas. No lo he podido traer y hacerlo público porque no tengo permiso
para hacerlo, pero hay mucha gente que ha escrito sobre él.
En la propia web de Jeremiah Owyang, que es el consultor, habla mucho sobre esto.
Para finalizar, este es el cronograma temporal de lo que va a ocurrir.
El repaso que hemos estado viendo, para llegar hasta aquí, es la primera franja
de arriba. El nivel máximo de madurez, donde ya no se puede hacer más, se alcanza
entre el 2003 y el 2007.
Twitter y Facebook desaparecerán entre los años 2010 y 2012.
La era de la colonización ya ha comenzado, la tercera era. Entre este año y el que
viene, comenzaréis a ver cosas. Sin saberlo, algunos estamos trabajando ya en algunas
de estas cosas.
El futuro de verdad comenzará en el año 2011 o el 2012, cuando llevemos nuestra
identidad. Pero vamos a depender mucho de la crisis mundial y de lo que inviertan las
empresas, porque hace falta alguien que sea capaz de unificar este concepto.
Según este analista, las empre-
sas se incorporarán entre el 2012 y
el 2013. Estas cifras de futuro las
estoy leyendo, no sé si serán verdad
o mentira. Tengo claro que, por
lo menos hasta la cuarta era, es el
futuro; no sé si la quinta ocurrirá
o no. No soy ningún gurú, simple-
mente os las leo. Pero tened claro
que la cuarta está ahí, que es que
los sites, cuando lleguemos a ellos,
se van a comportar para nosotros.
Esto es todo.
La mesa está siendo muy interesante, yo comparto lo que han dicho los que han
hablado. Estamos un poco perdidos, porque, realmente, con respecto a lo que se ha
dicho de que dentro de unos años se acabarán las redes tradicionales y serán mucho
más personales, no sé si eso la Administración sabrá hacerlo. El mercado privado sí
lo sabe hacer, pero las administraciones, no lo sé. De hecho, aquí se han utilizado
palabras como moderadores, nuestras redes sociales que comentábamos; sin embargo,
la mayor parte de la gente joven no tienen necesidad de ello, por lo tanto, no sabemos
hacerlo muy bien.
Yo, más que hablar de redes sociales y esas cosas, voy a comentaros un poco
cómo hemos llegado en Avilés a montar esa red que os decía antes, en torno a una
Wi-Fi municipal.
Todo esto empezó en el año 2007, con un grado de nerviosismo en el equipo de
gobierno importante, porque, si aún a fecha de hoy hay cierta intranquilidad en torno
a este tipo de redes, en el año 2007, aquello no era intranquilidad, era pavor, porque
todas las redes que se estaban abriendo se fueron cerrando sistemáticamente y, además,
con unas multas o unos avisos del regulador bastante importantes. Nosotros, desde
el principio, siempre creímos que era un camino correcto, y aquí tengo unos deberes.
Como voy a tardar diez minutos, mañana si queréis los comentamos. Voy a citar
primero una frasecita corta, que Javier Linares usó en el seminario del mes pasado;
como me llamó mucho la atención, estuve revisando un poco lo que se había dicho en
su ponencia y me quedé con lo que me interesaba, dice «el futuro es Wi-Fi». Dentro
de toda su ponencia, dice que el futuro es Wi-Fi. Yo creo que está bien, el futuro yo
creo que pasa por la Wi-Fi, no es que lo sea. Pasa por ella. Lo que es cierto es que los
ciudadanos nos piden cada vez estar más conectados, lo estamos viendo, las redes
sociales no están estáticas, están moviéndose, por lo tanto, nos piden conectarse, ¿y
dónde?, donde estén.
Por lo tanto, movilidad; por lo tanto, casi Wi-Fi o lo que sea. Wi-Fi o lo que sea,
pero conectarse y movilidad. Luego vemos unas cosas muy curiosas, y es que estos son
datos del ine, no se ven muy bien, pero este es el porcentaje de horas de conectividad
en Asturias el año pasado. Está Gijón, con un 51 % de su parque de ordenadores en los
hogares; luego Oviedo, con el 45 %, y Avilés con un 40 %. Es decir, estamos hablando
de que hay un 49 % en Gijón, un 55 % en Oviedo y más en Avilés de hogares que no
tienen conectividad a Internet. No sé por qué no la tienen. No sé si es un problema
económico, si es un problema de brecha social, no lo sé, pero es una realidad, y, sin
embargo, en esta parte de aquí vemos que, en Avilés, el 94 % de los avilesinos tienen
un teléfono en el bolsillo, un teléfono móvil. Teléfonos móviles que cada vez hacen más
cosas, las uses o no las uses, pero cada vez hacen más cosas. Por el propio dispositivo,
ya se fabrican con esa funcionalidad.
Dentro de este escenario, nosotros, como Administración local, tenemos que hacer-
nos algún planteamiento. A ver, qué hacemos con esto, tenemos que hacer algo con este
panorama. Es decir, con el panorama de que la gente quiere conectarse y movilidad, y no
todo el mundo tiene el mismo dinero para conectarse con un sistema tradicional. Habría
que dar una vuelta a esto. Nosotros empezamos por aquí. ¿Qué podemos hacer? Porque
el problema de Internet, muchas veces, en estos números, es por los servicios. Entonces,
¿qué podemos hacer? ¿Generamos servicios y movilidad? Es una opción. Todos estamos
un poco en ello, pero ¿y por qué no intervenimos un poco? ¿Por qué no hacemos algo
más que generar servicios? Con los criterios generales, hasta ahora, los números siguen
siendo testarudos. No despegan, algo pasa. Algo hay que discurrir.
Luego tenemos un regulador, que es la cmt, que tiene un papel, nos guste o no.
Y mientras eso no cambie, nosotros nos tenemos que leer el papel e intentar hacer lo
que nos dice. Pero la piedra filosofal a que se refería José Manuel fue que nosotros lo
leímos y cumplimos lo más a rajatabla que pudimos lo que ponía en él. Y luego viene,
digamos, dónde está la variación del modelo. La posibilidad existe, porque el regulador
la ha dado, nos la ha dicho. El problema es cómo explotamos el modelo. Entonces,
aquí hay tantas soluciones como administraciones. Yo voy a contar un poco la nuestra,
en la que estamos, y qué es lo que estamos poniendo encima de ese modelo; si puede
servir para algo, pues mejor. Nosotros empezamos en el año 2007, como os digo, con
una motivación de tener un poco más de calidad. De más calidad para los ciudadanos
y, desde luego, no pretendimos nunca hacer negocio de esto. Con la Wi-Fi, simplemente
pensábamos que era un área en la que los operadores convencionales no intervenían,
no sabíamos muy bien por qué, luego lo fuimos adivinando. No sabíamos muy bien
por qué no intervenían, porque había mucha banda ancha. La más moderna, tenemos
cable, tenemos de todo; sin embargo, los operadores no estaban. Suponíamos que no
era un negocio muy bueno, por eso la Administración tampoco quería hacer negocio
con esto. Pero seguimos adelante con el proyecto.
Entonces, pensamos qué era
lo que queríamos hacer. Y aquí he
puesto una descripción exacta de
lo que queríamos hacer, exacta,
y he puesto en rojo lo que quiero
resaltar: una red inalámbrica
pública, propiedad nuestra, del
Ayuntamiento, primero, e impor-
tantísimo, que fuera tecnológica-
mente neutra. Cuando empeza-
mos con el proyecto, tuvimos por
lo menos 17 novias, pero, cuando
cada novia sabía que estábamos
con otras novias, nos quedamos sin ninguna. Estábamos hablando de neutralidad
tecnológica y además de permitir que fuera explotada por terceros de forma conjunta.
Este fue el planteamiento general de nuestra red: teníamos que hacer una que fuera
nuestra, neutra tecnológicamente y que permitiera la coexistencia de varios agentes,
entre ellos nosotros.
¿Qué nos decía el regulador? Pues lo que sigue diciendo ahora, es decir, que hay
que hacer algo cuando el sector privado no lo hace. Pues ya está, lo estamos haciendo
porque el sector privado no lo hacía. Que las soluciones tenían que ser neutras, pues
neutras, muy bien. Que había que hacer las cosas mediante concurso público para que
los principios de transparencia y no discriminación estuvieran satisfechos, pues noso-
tros todo lo hemos hecho por concurso público, todo. Hasta lo que podíamos no hacer
por concurso público. Y, seguramente, hasta lo que podíamos no hacer por concurso
público de forma más rápida. Pero es que el regulador se empeña en aplicar estos cri-
terios. Y luego dice una cosa, que ya la decía en aquel momento, y es que no puede
estar por debajo del precio de mercado, para no lesionar la competencia, a menos que
se trate de una estrategia comercial asumible por cualquier entidad privada. Esto ya
lo decía de aquella, la cmt. Entonces, lo primero que tuvimos claro era que queríamos
hacer nosotros una red propia. Nos inscribimos en el registro de operadores y le diji-
mos todo lo que queríamos hacer. Mira, queremos hacer una red propia y además
explotarla. No sabíamos muy bien para qué, pero queríamos una red propia y explo-
tarla. En muy poco tiempo, la cmt nos dio permiso para hacer el despliegue y la ex-
plotación.
¿Qué tenemos ahora? Pues, dos años más tarde, una red neutra que ya está explo-
tada por varios agentes, tal como pretendíamos, y 66 antenas, que, para lo que es el
concepto en que está desplegada la red, es un número elevado, porque no está en todo el
municipio. Es una red mesh que nos permite tener hasta 16 agentes diferentes con una
calidad de servicio extraordinaria, viviendo en el mismo espacio radiométrico, hasta
16, con un total de hasta cuatro-
cientos usuarios simultáneos con
una calidad razonable. No com-
petitiva con los operadores con-
vencionales, pero muy razonable
para los fines que se han pensado,
y que puede llegar incluso en su
momento a garantizar servicios
como la voz sobre ip, lo cual no
estamos ni siquiera explorando.
La calidad del servicio de la red
se notó con este conocimiento. No
sabemos si alguno de los agentes
meollo de todo esto, nosotros siempre lo tuvimos muy claro. Hay otros modelos: los
que apuestan por un solo explotador, los que apuestan por ceder todo, la propiedad y
la explotación, a una empresa… hay mil, mil no, hay tres o cuatro mil. Nosotros esco-
gimos este, y ello nos permite tener este modelito tan limpio, es decir, el Ayuntamiento
está aquí arriba y no tiene que ver nada, prácticamente, con el modelo.
Los usuarios que se conectan no llegan a nosotros, tienen relación directa con los
operadores u otros agentes explotadores. Es decir, el Ayuntamiento se evita tener una
cola de ciudadanos descontentos por el rendimiento de la red Wi-Fi, provocado por ele-
mentos que no controlamos, que dependen de cosas que el Ayuntamiento no controla.
Yo puedo garantizar la calidad del servicio de la red, pero no que el portátil o la pda
desde el que se conecta el ciudadano sea un dispositivo correctamente configurado.
No queremos tener una cola de ciudadanos que dicen que no pueden conectarse; eso lo
hemos dejado aparte. Hay modelos que están en el medio en el que nosotros tenemos
nuestro Ayuntamiento y el ciudadano, en los que reconocemos ese tipo de casuística.
Y esta estructura, a su vez, la reconduce al que sea responsable.
¿En este momento qué agentes tenemos funcionando? Pues un operador, que ex-
plota la red. Va a explotar la red comercialmente para él, aunque sea con la condición
que el Ayuntamiento le puso cuando se hizo cargo de la explotación del servicio, y es la
gratuidad. Él la da, pero solo para sus abonados. Y el resto de la red, la comercializa.
Perfecto. Es decir: parte de los abonados del operador tienen acceso gratis a la red,
la otra parte es la de regresión del dinero, porque es una empresa que tiene que sacar
dinero y, entonces, lo que ha hecho es meter este servicio, que no pensaba poner, que
económicamente no es rentable, dentro de su carta de servicios. De acuerdo. Entonces,
ofrece televisión, Internet, teléfono y movilidad, porque es una red pensada solo
para la calle. Luego tenemos la figura del patrocinador, que hemos resuelto, afortu-
nadamente, esta semana. No es fácil, pero es otro negocio, es decir, hay un señor o
una empresa que ve negocio aquí. Y, como buen negocio, ha apostado por explotarlo.
¿Donde ha visto el negocio? En el entorno local. Es como un canal más. Quién nos iba
a decir hace años que el 010 o, perdón, El Cero, iba a ser un periódico rentable, o que el
QUÉ! lo regalarían. Están locos, si deben cobrar el periódico. Alguien vio en aquello un
negocio que debía de funcionar bastante bien. Alguien debió de ver en este mercado un
negocio. A nosotros nos da igual, lo que sí le pedimos es reversión, y este patrocinador
nos va a permitir dar acceso gratis, cumpliendo con la normativa de la cmt. Y, por úl-
timo, estamos nosotros, también la cmt nos ha reconocido como agente para intervenir
en este tipo de explotaciones, no solamente dando prestación; en cuanto a prestación,
la cmt te la da ya, de hecho. Hay municipios enormes que están prestando una red Wi-
Fi y son modelos ideales. No sé si conocéis el caso de Rivas-Vaciamadrid, en Madrid:
hicieron una inversión impresionante en red Wi-Fi y creo que ahora llevan un 80 % de
los servicios municipales a través de red Wi-Fi, pero hasta unos extremos insospechados
de control de costes, de eficacia, de instalaciones, de apertura de instalaciones, todo en
autoprestación. La cmt no se ha metido con ese proyecto, tienen cientos de antenas. Ellos
están dando el salto ahora hacia lo siguiente. Hacia aquí, entonces tendrán que pasar
por un modelo parecido. Con más o menos agentes, pero parecido.
¿Qué estamos haciendo nosotros? Pues nada, la autoprestación que, como he
dicho, la da por supuesta. Fijaos en esta resolución de la cmt de septiembre del año
pasado, es un resumen perfecto de lo que hay que hacer. Ellos, la cmt, diferencian
entre acceso a la base de datos y acceso a Internet. Los diferencian como servicio. Han
utilizado un nombre rarísimo, acceso a base de datos, y otro que es acceso a Internet,
mucho más claro. El acceso a base de datos no es, ni más ni menos, que el Ayunta-
miento, como agente, pone su información en la red Wi-Fi. Las personas que accedan
a esa información no pueden salir del entorno público, y entonces la cmt dice «estu-
pendo» y, al decirte estupendo, te permite que seas un agente más que hace sostenible
la red. Es decir, nosotros tenemos tres agentes que pagamos. Uno es el Ayuntamiento,
otro el operador y otro el patrocinador, con lo cual, casi, casi, hasta nos cuadran los
números. No del todo, pero no es un negocio, por lo tanto, el plan de amortización de
la cmt no dice que sea a cinco años, o a ocho o diez. Lo que dice es que tú no puedes
poner dinero a fondo perdido. Estamos haciendo cosas para el Ayuntamiento, básica-
mente para las brigadas, para la policía. Estamos utilizando esa red de movilidad, y
todo dentro de ella tiene coste cero. Mejora de la gestión, mejora de la eficacia y aho-
rro de costes, contraprestación.
El operador convencional,
¿qué es lo que hace? Pues dar ser-
vicio gratuito a sus abonados, mu-
chos o pocos, que lo sabemos, pero
lo da. Y, entonces, la persona que
tiene un teléfono móvil y quiere
hacer algo mientras pasea por Avi-
lés no tiene nada más que sacar el
teléfono de su bolsillo, conectarse
a la red de Telecable, en este caso,
y navegar. Por lo tanto, entende-
mos que él está haciendo lo que
cree comercialmente y poniendo a
disposición de los ciudadanos un
servicio gratuito, a través de una
red Wi-Fi que nosotros ponemos. Y el servicio de acceso a base de datos. Aquí debemos
hablar también de la ley 11 del 2007, que nos obliga a hacer todas estas cosas. Habla
de canales, pues el Wi-Fi es un canal más. Un canal más con mucho futuro. Entonces,
¿qué es lo que hemos hecho? En nuestra parte de servicio de acceso a base de datos,
hemos colocado nuestra carpeta ciudadana, que ya tenemos en el portal y los cajeros,
que es el de muni-Wi-Fi, ciudades Wi-Fi. No hace falta que sea toda la ciudad, con que
sea una red es suficiente. En Gijón tienen una iniciativa de redes Wi-Fi enorme. Oviedo
tiene una iniciativa de redes Wi-Fi enorme, Mieres tiene una iniciativa de redes Wi-Fi
enorme. ¿Qué nos cuesta unir todas esas redes y convertir a todos nuestros ciudadanos
en ciudadanos de primera? Tres duros. Roaming Wi-Fi, es decir, yo ofrezco Wi-Fi, pero
además no te lo ofrezco solo en el entorno local, tú te vienes a Gijón, tienes Wi-Fi en
Avilés y tienes Wi-Fi en Gijón. ¿Por qué, para qué quiere dar Wi-Fi Gijón? Y además de
para los gijoneses, para el resto de los avilesinos. Y nada más. Las estadísticas, como
siempre, nos adelantan por la derecha y por la izquierda. Por cierto, este proyecto tuvo
un reconocimiento en Tecnimap, en el año 2007 y, para que veáis que nosotros llevamos
realmente adelante las ideas, aquí
seguimos con el proyecto y hace-
mos publicidad donde podemos.
Hay una media al mes de
3050 conexiones, ¡3050! 75.000
desde que la hemos puesto en mar-
cha. Una cantidad impensable para
nosotros. Es decir, sin saberlo,
hemos acertado un poco. Y nada
más, muchas gracias, perdonad
por el retraso y fin de jornada por
hoy, que ya está bien. Si queréis ha-
cer alguna pregunta todavía…
Como hemos empezado con retraso, pues evidentemente ya son casi las siete y
media, esperamos que haya aquí alguna pregunta; estamos en un entorno de 2.0, de
escucha activa en la mesa.
Participante
O tres.
Participante
Para Pedro López y Víctor. A mí me extraña que hayas dicho que luego supisteis
por qué la iniciativa privada no entraba en un negocio como ese. Yo no sé si 3050
conexiones al mes alguien puede pensar que es rentable o no, quizá esa es la situa-
ción; la pregunta sería ¿es posible la colaboración entre lo público y lo no público,
no lo privado, porque no tiene que ser privado? ¿Y no podemos pensar que a lo mejor
eso sí que es rentable para el ciudadano, aunque sea a coste de lo público? Y pongo
el caso de ciudades de Estados Unidos, en las que, cuando llegas, abres el portátil,
te ofrecen tres redes y solo tienes que ir a la primera tienda a pagar 10 dólares y ya
puedes conectarte a la que quieras. ¿Es posible un modelo así? Y, en el caso de Gijón,
¿no es ese el modelo de tener un blog de un club de lectura? ¿Qué hace el Ayunta-
miento fomentando un club de lectura? Le sale a cuenta, pero seguramente no es
el Ayuntamiento el que tira del carro, sea o no público. Me gustaría que explicaras
esa experiencia.
calidad, de ese estilo. La persona vendría, vería tres redes de tres operadores —el
Ayuntamiento ha puesto una infraestructura— y se conectaría al ssid del operador
que le diese la gana, en función de su conocimiento o de la calidad que le pudiese
ofrecer. Rellenaría los datos, que el operador le recogería para cumplir con la ley de
Protección de Datos, y pagaría por el canal o por cualquier otro sitio. Es decir, este
modelo responde a eso, la diferencia es que el Ayuntamiento se aparta un poco. Se
aparta, pero podría funcionar perfectamente así. En el caso concreto del patroci-
nador, el Ayuntamiento le exige dar acceso gratuito a Internet porque un objetivo
era tener un canal gratis autorizado por el operador, por lo tanto, en ese modelo
de explotación, el patrocinador tiene que ganar dinero de otra manera. Siendo un
operador convencional el que lo explota, me parece que es una salida perfectamente
viable. Tres operadores, no uno, tres, y cada persona que escoja el que quiera. Que
tenga un bono, diez bonos, lo que quiera. Yo creo que este modelo ya lo permite. No
sé si te he contestado a la pregunta.
Participante
No se entiende.
Víctor Solla
¿Alguna pregunta más? Pues, entonces, yo creo que, viendo que son las siete
y media, me parece a mí que la gente tiene ganas de marcharse, porque llevamos
una jornada intensa, solo resumiré que creo que hemos tenido una mesa interesante
con tres visiones diferentes, pero que las tres nos han aportado valor. La verdad es
que voy a cumplir treinta y seis años en la Administración en septiembre y, en esta
última fase, con la entrada de las redes sociales, con la maravillosa herramienta que
es Internet, yo creo que estoy viviendo una época que es de las más interesantes.
Por eso, antes, cuando oía la historia que nos contaba aquí Pedro, me recordaba mi
primera compra hace treinta y seis años, que fue una enciclopedia Larousse, ¡Dios
mío!, de diez tomos que no uso desde hace años, porque, naturalmente, cualquier
cosa que necesito buscar la busco en Google, mucho antes, mucho más rápido y
mucho más completa.
Yo creo que esto resume las posibilidades que tenemos, lo que hay que saber
es sacarle el fruto adecuado. Tenemos por delante unos años muy interesantes, al
principio, pues esta época es todavía costosa, estamos en una frontera en la que hay
que cambiar lo viejo por lo nuevo. Esos nativos digitales pronto nos arrinconarán a
los viejos dinosaurios y accederán a la Administración pública, la controlarán o se
relacionarán con ella con todas estas herramientas que para la gente de mi genera-
ción son tan complejas. Nada más, simplemente queda daros las gracias a todos los
que habéis quedado aquí, ya sabéis que los últimos, esta es la selección natural de
la especie, sois los mejores, pues sois los que realmente os habéis interesado por este
tema, que habéis venido porque realmente os interesa, muchas gracias y nos veremos
en otras ocasiones, gracias.
Buenas tardes. En primer lugar, quiero presentarme. Soy Pedro Sanjurjo, concejal
del Ayuntamiento de Gijón. En esta tarde lluviosa, vamos a iniciar esta presentación
reconociendo la presencia del Ministerio de Industria en esta actividad en la ciudad de
Gijón. Quiero dar mi agradecimiento al ministerio por haber tomado esta iniciativa
de presentar este ambicioso proyecto en nuestra ciudad. Lo hago en representación del
Ayuntamiento de Gijón y de nuestra alcaldesa, que hoy tiene otras actividades que le
han impedido estar aquí en estas jornadas.
En la responsabilidad que me concierne como concejal de Urbanismo y, durante
ocho años, anteriormente, concejal de Coordinación Administrativa y Hacienda del
Ayuntamiento de Gijón, tengo que trasladar una experiencia que, a juicio de quienes
tenemos responsabilidades políticas y de la mayoría de los ciudadanos de nuestro
municipio, ha producido resultados muy satisfactorios en la apuesta por la innovación
tecnológica aplicada a la Administración local. En Gijón hemos realizado un esfuerzo
durante los últimos años, especialmente durante los últimos doce, en la profundización
y el aprovechamiento de las tecnologías de la información y la comunicación aplicadas
a la gestión local. Hoy, a cualquier ciudadano de Gijón no le resulta extraño hablar
de tarjeta ciudadana, y no le resulta extraño porque, en estos momentos, tenemos
operativas 200.000 tarjetas ciudadanas en una población de 278.000 habitantes. Es
nuestro elemento de identidad a la hora de realizar gestiones con el Ayuntamiento,
obtener servicios e incluso, en muchos casos, satisfacer necesidades elementales como
el uso del transporte público.
Todo ello es fruto de una acción sostenida del Ayuntamiento durante años, que
implica una voluntad política, de avanzar en el uso de las nuevas tecnologías. Una
es un desafío para todas las administraciones locales. La enseñanza que podemos ex-
traer de nuestra experiencia es que es muy importante que nos esforcemos en mejorar
nuestros hábitos de trabajo porque eso va a redundar en el objetivo fundamental de
cualquier Administración, que es la eficiencia. Tener unos servicios públicos modernos,
ser eficientes y dar calidad en la gestión administrativa es un desafío que tenemos por
delante.
El Gobierno de España, las comunidades autónomas y los ayuntamientos, en
cooperación, podemos hacer muchas cosas.
Eso es lo que les quería transmitir y, en nombre del Ayuntamiento y de nuestra
alcaldesa, damos las gracias al ministerio y a todos los presentes por estar aquí. Espero
que lo que hoy se va a presentar resulte de interés y utilidad para el conjunto de los
usuarios dentro de las distintas administraciones locales.
Aunque a las cinco de la tarde tengo una reunión en la alcaldía, me gustaría mu-
cho quedarme y conocer en profundidad la presentación, pero me resulta imposible.
En nombre del Ayuntamiento, muchas gracias por habernos invitado.
Gracias.
Articulación institucional
La convocatoria está abierta a todos los municipios ubicados en las regiones sus-
ceptibles de recibir financiación europea Feder. Cualquier municipio puede participar
siempre y cuando satisfaga una serie de requisitos previos dirigidos a asegurar que el
proyecto se pueda ejecutar en tiempo y coste.
Se establecen dos modalidades de participación. Una individual, para aquellos
ayuntamientos que tengan suficientes recursos económicos, técnicos y humanos para
acometer el proyecto; de acuerdo con las bases, los ayuntamientos de población supe-
rior a 20.000 habitantes, aunque se admiten excepciones.
Para aquellos ayuntamientos que no tengan recursos y se apoyen en las diputa-
ciones para la producción de servicios tic, se ha establecido una segunda modalidad
de participación para las entidades supramunicipales, que pueden ser diputaciones,
cabildos —en el caso de Canarias— o conjuntos de ayuntamientos.
Una vez resuelta la convocatoria, comenzaría la ejecución del programa en los
municipios participantes. Las actuaciones son ejecutadas íntegramente por Red.es, a
través de licitaciones públicas. Una vez establecidos la metodología y el plan de trabajo
con el Ayuntamiento, se llevarán a cabo el resto de actuaciones.
La primera de ellas será do-
tar del equipamiento hardware
necesario para dar soporte a la
solución informática. Ese equipa-
miento puede ser de dos tipos, de-
pendiendo de las necesidades que
tenga el Ayuntamiento en cuanto
a capacidad de procesamiento.
Además, se van a instalar to-
das las aplicaciones informáticas
que van a dar soporte a la solu-
ción. Todas son de fuentes abier-
tas y están basadas en estándares
para que puedan ser interconecta-
das con cualquier sistema de información del Ayuntamiento.
La convocatoria prevé también que se hagan dos cursos de formación, uno para
el usuario en el ámbito urbanístico y otro para los técnicos de sistemas.
La actividad central del proyecto es la sistematización de los planes urbanísti-
cos del Ayuntamiento y su inclusión en un registro de planeamiento digital para su
posterior publicación en Internet a través de un visor cartográfico, para su consulta
por el ciudadano, y un conjunto de servicios web, para su acceso por parte de otras
administraciones.
Para acreditar todos estos requisitos, solo se necesita una declaración responsable
por parte de la persona que firma la solicitud de participación. Los requisitos son ex-
cluyentes. Si no existe la declaración responsable, la solicitud queda excluida.
El procedimiento de selección será el estándar en este tipo de convocatorias.
Se constituirá un comité de selección, en el cual estarán representantes de Red.es y
un representante de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones y Sociedad de la
Información.
Para aquellas solicitudes que presenten la declaración responsable que acredita el
cumplimiento de los requisitos, se realizará un proceso de valoración de acuerdo con
los criterios establecidos en las bases de la convocatoria. En caso de empate entre dos
solicitudes, se utilizará la fecha de presentación de la solicitud.
En caso de que el número de solicitudes excediese el presupuesto, se quedaría
un registro de reserva en el que estas solicitudes tendrían preferencia para futuras
convocatorias. Una vez finalizado el proceso, se comunicará y se publicará en nuestra
página web. Una vez comunicada la resolución, se abre un período de cuatro meses,
que es el plazo máximo que tiene la entidad local, si ha sido seleccionada, para firmar
el protocolo de adhesión y realizar la transferencia del 30 % del coste estimado.
La duración del proyecto va a depender fundamentalmente del planeamiento que
haya que sistematizar. Para que os hagáis una idea, en un municipio de 5000 habitan-
tes, es de aproximadamente un mes. En uno de 200.000, de unos cinco meses. Una vez
finalizadas las actuaciones, se inicia el período de garantía de un año.
Las bases de la convocatoria, que acaba el 31 de julio, están disponibles en la
página web de Red.es, en la zona de perfil del contratante.
El programa cuenta con una página web, <www.urbanismoenred.es>, en la que
está toda la información de la convocatoria y toda la documentación que se ha gene-
rado en la primera fase del proyecto, así como todas las recomendaciones y los datos
de los proyectos piloto.
Buenas tardes. Quiero deciros que la confianza que tiene María en la amenidad
de mi exposición es totalmente infundada.
Voy a hablar de cómo vamos a convertir los planes en planeamiento digital, cómo
va a funcionar en el futuro todo esto, qué va a pasar después de que Red.es termine
sus trabajos y hacia dónde vamos. Vamos a intentar verlo muy rápidamente. Vamos
a pensar cómo hemos concebido el sistema, cómo se ha establecido la sistematización
formal, cómo vamos a formalizar los planes y cómo concebimos nosotros en el futuro
la sistematización conceptual del urbanismo. Aunque Red.es no es un organismo com-
petente en materia urbanística, se puede establecer una visión de futuro. Veremos cómo
se explotará y publicará el planeamiento en el futuro, cuáles son los visores, los resul-
tados provisionales que hay, las primeras pruebas de cómo veremos el planeamiento
del futuro y si esto tiene éxito y cómo vamos a hacer los trabajos en cada entidad local
en esta primera fase de los trabajos.
Respecto a las premisas de diseño, ¿cómo concebimos nosotros un sistema de
planeamiento futuro? ¿Vamos a tramitar los planes en formato digital? ¿Vamos a hacer
un pdf de los planes para firmarlo digitalmente y meterlo dentro del proceso de trami-
tación como un pdf? Pues no. Queremos construir información, queremos construir
un sistema de información en el que el planeamiento sea información de verdad, no
una información impresa en un formato pdf.
Tenemos que empezar por una definición. Cuando decimos «Urbanismo en Red»,
tenemos que considerar que urbanismo es una palabra que abarca muchas cosas.
Abarca la ordenación, la gestión, la ejecución y el seguimiento. Todo eso es urbanismo,
pero todo eso no lo podemos abarcar desde el principio. Vayamos por partes.
es una operación de interplanes. Nosotros decimos que los planes parciales desarrollan
un plan general, y eso supone que tiene que haber un mecanismo que recorte el gene-
ral, abra una ventana e inserte la ordenación del parcial. Cuando un equipo redactor
formula una modificación puntual que establece la sustitución de un artículo del plan
general por otro del plan general, o elimina un elemento catalogado para añadir otro, o
modifica las condiciones de aprovechamiento de un ámbito de gestión, o redimensiona
el diseño gráfico de la ciudad, todas esas operaciones que realizan la modificación
contra el plan se definen con un lenguaje que llamamos semántica no estricta. Las
describe literalmente.
En tercer lugar, debe ser normalizable porque, hoy en día, el planeamiento, aun-
que se formula ateniéndose a una legislación estatal o regional que define claramente
algunos conceptos urbanísticos —la clasificación, la categorización, algunos conceptos
de ordenación y algunos conceptos de gestión—, en muchos casos deja a los equipos
redactores la posibilidad de formular su ordenación mediante conceptos urbanísticos
propios. Propios de su cultura urbanística, de su capacidad de innovación, propios
y particulares. Eso también significa que los planes de un municipio tienen un equi-
pamiento conceptual ligeramente diferente del de otro municipio, o el equipamiento
conceptual de un plan parcial es ligeramente diferente del de un plan general al que
desarrolle.
Tenemos una situación de planeamiento heterogéneo en sus componentes y asumi-
mos que es bueno que en el futuro exista un escenario más normalizado. No completa-
mente normalizado, pero sí que aquellos parámetros básicos que definen la ordenación
territorial deben ser compartidos por el conjunto de los organismo y los agentes que
participan en el mundo del urbanismo. Como partimos de un entorno no normalizado,
que debemos respetar, nuestro sistema debe admitir que cada plan tenga su propio
equipamiento conceptual, pero, también, que en el futuro los planes compartan un
bagaje conceptual común y que, mientras tanto, haya una situación de transición.
También deben permitir que, en ese futuro, tengan los equipos redactores posibilidad
de innovar y crear términos urbanísticos nuevos que permitan construir ordenaciones
basadas en parámetros nuevos para necesidades nuevas.
Por último, el sistema tiene que ser completo. No podemos construir un sistema de
información de planeamiento digital que contenga una parte de los planes. Al menos,
la fracción normativa de los planes debe estar contenida íntegramente dentro del sis-
tema de información. Podemos dejar fuera la fracción informativa de los planes, pero,
necesariamente, toda la parte normativa tiene que estar contenida dentro del sistema.
Estas han sido nuestras premisas de diseño. A partir de ahí, tenemos que cons-
truir un sistema de información que tiene una forma concreta y se basa en los planes.
Estos son esas piezas de información individuales selladas, diligenciadas, firmadas
electrónicamente, que han sido sujeto de un proceso de tramitación y aprobación y
que se registran en un registro de planeamiento. Ese registro es el que garantiza que
absoluta la futura forma de las parcelas del territorio resultante. Esas determinaciones
forman un bagaje de conceptos normativos que fundamenta el diseño del modelo del plan.
Los planes, como os decía antes, tienen diccionarios normativos propios. Algunos
conceptos son heredados de la legislación y otros son propios definidos por el equipo
redactor. Otros son, en el caso de un plan parcial, heredados de su plan general. Por
eso, aunque de forma intuitiva, todos sabemos que cuando un plan parcial se refiere a
parcela mínima y no lo define, se está refiriendo al concepto parcela mínima definido
en el plan general. Esa herencia en la que los planes heredan diccionarios normativos
de otros es algo fundamental en este proyecto. Las relaciones de herencia de los con-
ceptos normativos entre unos planes y otros es una característica básica del sistema.
Los conceptos normativos deben ser definidos por un plan, y pueden ser reutilizados
por los planes que los desarrollan. En un ambiente normalizado futuro, como os decía
antes, la comunidad autónoma debe establecer un equipamiento conceptual mínimo
de los planes. Ese equipamiento conceptual deberá ser heredado por los generales y los
parciales. Esa es la forma en que los atributos que cualifican las entidades gráficas son
atributos con un contenido normativo muy claro, y con una forma de ser utilizados por
todos los planes que intervienen en la ordenación también muy clara.
Antes os decía que la parcela mínima en esta zona de casco tiene 400 metros. Pues
ese es el valor, esos son los valores, la expresión concreta de una determinación en una
entidad gráfica que se expresa mediante un número, un texto o una lista de opciones.
Nosotros decimos que la clasificación del suelo es una determinación que cualifica a
las clases de suelo. Y esa clasificación de suelo se expresa mediante un valor. Aquí es
suelo urbano, y allí suelo no urbanizable. La parcela mínima se expresa mediante un
número. Aquí es 400 metros y allí, 700. Las determinaciones se expresan en las zonas
mediante valores, y son valores a veces muy complejos. Puede ser un valor o pueden
ser varios, o un valor y un texto aclaratorio. Los valores que adquieren las determi-
naciones dentro de los recintos pueden llegar a ser extraordinariamente complicados.
Como hemos tomado como premisa esencial que el sistema debe contener todo el plan,
todo el contenido normativo del plan y todos los matices que el equipo redactor haya
querido expresar dentro del plan, la forma en que se expresan las determinaciones
dentro de las entidades gráficas pueden ser extraordinariamente ricas.
Hay otra cosa importante. Las entidades gráficas de un plan, como son entidades
situadas sobre el territorio, tienen entre sí una serie de relaciones. Yo puedo saber que
un edificio catalogado está dentro de suelo urbano porque el sig me lo dice. O se puede
saber la distancia o la colindancia mutua entre dos entidades gráficas. Estas relaciones
topológicas pueden ser evaluadas por sistemas de información geográfica. Pero estos
no pueden decirme que un determinado sistema general está adscrito para su obten-
ción en un determinado sector, porque están en posiciones del espacio completamente
distintas. Entre ellos no hay una relación topológica, hay una adscripción. Ese es el
mecanismo por el que establecemos relaciones no topológicas entre entidades gráficas.
Por último, hay operaciones. Hemos dicho que los planes, para conseguir cons-
truir refundidos, hacen operaciones entre ellos. Una determinación en un plan puede
operar contra otro, y una modificación puede pedir la definición de un concepto urba-
nístico nuevo y su aportación al plan general. Puede eliminar un determinado artículo
o sustituir la definición de un determinado concepto urbanístico por otra. Puede decir
también que el elemento catalogado número 23 cambia su nivel de catalogación y pasa
de ser protección ambiental a protección estructural. Esas son operaciones entre pla-
nes, y se establecen en una semántica estricta, que permite luego el refundido.
Para hacer todo esto, sería ideal que los equipos redactores formularan sus pro-
puestas de plan conectándose al registro de planeamiento y, desde un puesto remoto,
definiesen sus propuestas de plan de forma remota transaccional contra un registro
de planeamiento. Como esto todavía no es así, pero puede que lo sea en el futuro,
los equipos de actores tienen que fabricar un plan digital contenido en un fichero, un
fichero gml, un lenguaje estándar de información geográfica abierta. Lo define en un
fichero con una estructura y una semántica muy estricta, y ese fichero lo envía al regis-
tro de planeamiento para su validación y su inscripción. Pero, en ese fichero, cuando
un equipo redactor formula una modificación puntual, está alterando componentes
del plan general. Componentes que deben ser identificados inequívocamente. Yo estoy
cambiando este artículo, estoy añadiendo esta zona o estoy modificando la definición
o la delimitación gráfica de este elemento.
Se está refiriendo continuamente a elementos del plan vigente. Por lo tanto, todo
equipo redactor que formule un plan necesita saber cuál es la situación refundida vi-
gente porque su modificación va a estar continuamente refiriéndose a elementos de ese
plan. Por eso decimos que hay un diálogo, un circuito de comunicación entre el registro
de planeamiento y los equipos redactores, en el que el registro de planeamiento envía
planeamiento refundido al equipo redactor y el equipo redactor, sobre la base de ese
planeamiento refundido vigente, formula su propuesta. Luego se lo reenvía al registro
para que lo valide y lo inscriba y asegure que el resultado final de la colaboración en-
tre el registro de planeamiento y el equipo redactor es un plan refundido consistente,
coherente espacial y normativamente.
Antes os decía que Red.es no es un organismo con competencia urbanística, pero
también que uno de los intereses fundamentales es que avancemos todos juntos hacia
una sistematización conceptual; que utilicemos los mismos conceptos normativos; que
en este plan no se diga que la altura máxima en planta se define de una determinada
manera y en este otro se haga de otra. Por lo tanto, nosotros proponemos, desde este
proyecto, que desde los órganos urbanísticos competentes se avance en la definición
de diccionarios conceptuales, diccionarios urbanísticos únicos. En algunas regiones,
se han empezado a hacer, y en muchas ocasiones no tienen carácter vinculante. Pero
deben convertirse en diccionarios urbanísticos unificados, incluso que avancen hacia
tipologías urbanas unificadas, es decir, que, independientemente de que en un de-
terminado municipio la tipología urbana sea muy específica, haya muchos modelos
tipológicos urbanos que sean ampliamente compartidos.
Todos estamos acostumbrados a ver la parte gráfica de los planes mediante un plano
de papel. Si el municipio es pequeño, cabe en una hoja y, si es muy grande, cabe en una serie
de planos, en la que cada uno de los planos se especializa para mostrar una información.
Si el equipo redactor lo está haciendo en color y quiere reducir al máximo el número de
planos para que luego no cueste demasiado reproducir el plan, lo que hace es comprimir
el máximo de información en un único plano de papel, y va a establecer un lenguaje de
representación en el que las zonas las pinta en tramas, los ámbitos de gestión en línea,
los elementos catalogados como un punto y la clasificación de suelo por detrás como un
fondo de determinada forma. Establece un lenguaje de representación a veces extraordi-
nariamente elaborado para que quepa el máximo de información en el mínimo espacio de
papel y para que los mecanismos de reproducción, tanto en blanco y negro como en color,
funcionen. En un entorno digital, muchas de las esclavitudes inherentes a los sistemas
de papel han desaparecido. Ya no nos importa tener ocho planos porque no hay coste
de reproducción. Y no tiene que estar a una escala determinada porque la información
gráfica tiene un zoom. Además, puede haber transparencias y puedo ver distintas cosas en
distintos planos y puedo cambiar el orden para verlas y cambiar las transparencias. El len-
guaje de representación de los planes digitales será inevitablemente distinto al empleado en
papel. Todavía hay muchos sistemas de información digital de planeamiento que arrastran
las esclavitudes propias de la representación sobre papel porque no exploran las nuevas
opciones que la información digital proporciona. Nosotros también, aunque no hemos
profundizado a fondo, hemos establecido cómo se pueden formular los nuevos lenguajes
de representación gráfica del planeamiento de un entorno digital; estamos empezando
a establecer cuáles van a ser las técnicas de explotación de la información de un plan.
Estamos acostumbrados a ver los planes en papel, pero no podemos preguntarle al papel
cómodamente qué superficies están dentro del suelo urbano o qué superficie residencial
unifamiliar está en un determinado sitio. Pero esa forma de acceder a la información digital
va a cambiar sustancialmente. Nuestra forma de entender y comprender la información de
los planes cambia y, por lo tanto, hay nuevos métodos de explotación.
Estamos proponiendo también nuevas formas de presentación, nuevas capas de
información que además se sirven a través de Internet mediante servicios estándar en
wms. Pueden ser visibles desde los visores municipales o desde cualquier explorador
o herramienta capaz de conectarse a un servicio. La información de planeamiento
deja de estar anclada en un documento de papel para convertirse en algo absoluta-
mente transparente y utilizable en cualquier entorno de trabajo que tenga conexión
a Internet y sea capaz de visualizar un servicio wms. Al mismo tiempo, la forma de
consultar la información va a cambiar. Nuestro objetivo final es que la información
digital, proveniente del registro de planeamiento, sea vinculante y que, por lo tanto,
la posibilidad de obtener información del sistema no sea una información meramente
informativa —valga la redundancia—, sino que sea vinculante. Lo que aparece ahí no
es una ficha informativa, sino una cédula urbanística. Además, habrá muchas otras
formas de construir información del sistema.
Ahora veremos un ejemplo de cómo esa información se puede enseñar por capas
y además se puede enseñar contra otros fondos de referencia. También estamos muy
acostumbrados a ver el planeamiento con el trasfondo de referencia de la cartografía
vigente en el momento en que se redactó el plan, pero las cartografías en el mundo
digital pueden ser sustituidas unas por otras o por ortofotografías, o por otras capas
de información provenientes de otras administraciones u otros productores de infor-
mación. Por lo tanto, nos vamos a abocar a un mundo en el que la información de
planeamiento está compartida y es posible superponerla sobre cualquier otra.
¿Cómo vamos a llevar a cabo este trabajo de construir a partir del planeamiento
vigente una información digital inscrita en un registro? Pues tenemos que recolectar la
documentación de los planes y, allí donde no esté escaneada, escanearla, auditarla y veri-
ficar que la tenemos toda. Muchas veces, se escanea parte de la documentación, o no se
escanean los recursos con sus sentencias, o se hace con las sentencias, pero no con el cuerpo
del recurso, donde se establece qué es lo que se quiere hacer. O solo se escanean algunos
planos porque alguien los seleccionó y dijo que esos eran los importantes, y se dejaron otros
creyendo que no lo eran. O no se escaneó toda la documentación y las fichas de los sectores
que estaban en documentos separados se dejaron. Por lo tanto, hay que coger toda esa
información y auditarla, porque nuestro sistema, como os decía antes, debe ser completo.
Lo vamos a escanear y seleccionar, para asegurarnos de que tenemos toda la
documentación del planeamiento vigente de un ámbito. Con la parte normativa de
la documentación, tenemos que construir los diccionarios normativos. Tenemos que
extraer el concepto parcela mínima, su definición y su regulación, e insertarlo como
un elemento básico del plan digital, un concepto normativo que será utilizado por el
plan digital para establecer su ordenación. Por lo tanto, a partir de un documento
escaneado, sellado y diligenciado que nos aseguren que es el definitivo, la obra de
conservación se convertirá en una determinación, que tiene una definición. Se en-
tiende por obra de conservación aquella cuyo fin consiste en lograr el mantenimiento
del edificio. Nuestro objetivo es construir un diccionario normativo a partir de todo
eso, así que pasaremos una técnica de ocr, nos aseguraremos de que hemos extraído
convenientemente ese texto y un experto decidirá que la obra de conservación pasa a
ser un acto de ejecución en un índice concreto de determinaciones, cuya definición es
la que se ha extraído del texto y que se regula de esta determinada manera.
A partir de ahí, construirá, con la técnica que está prevista en este proyecto, un
diccionario de las determinaciones del plan.
Identificará todas las entidades gráficas establecidas en los planos y los textos y
establecerá también en qué casos hay disfunciones. Por ejemplo: definen una unidad de
actuación en los textos, pero no la dibujan, o dibujan un elemento catalogado, pero no
están las listas. Establecerá todas las entidades gráficas definidas por ese plan, desde la
clase de suelo hasta la última acción definida en el plan. Las extraerá, las identificará
y, con todas ellas, construirá lo que llamamos el árbol jerárquico de las entidades del
plan. Eso es un ejemplo en el que, a partir de la clase de suelo, llegamos a la unidad de
actuación «Redondillo B»: las definirá y establecerá sus claves y sus formas completas.
Además, en este trabajo, como queremos ir hacia un entorno futuro normalizado,
vamos a proponer que, aunque no exista en la comunidad un diccionario normalizado de
determinaciones, nosotros, tentativamente, sin ningún interés de sustituir al órgano com-
petente correspondiente en definir los diccionarios conceptuales regionales, enseñaremos
cómo concebimos el mecanismo por el que, desde un entorno heterogéneo, en el que los
diccionarios de los planes son distintos unos de otros, vamos a ir hacia un entorno homo-
géneo. En este caso, partimos de una situación heterogénea por la vía de las equivalencias.
Iremos diciendo que el espacio libre que está definido en un determinado plan corresponde
a las zonas verdes del diccionario conceptual básico. Así, estableceremos todas las equiva-
lencias del mundo heterogéneo de los planes hacia un mundo homogéneo en el que todo se
llamará de la misma manera. Y, como hemos descrito las determinaciones y las entidades
gráficas, ahora diremos, por ejemplo, que, en la ordenanza de casco, la altura máxima son
cinco metros o que en el elemento catalogado 43 hay protección integral. Y, así, iremos,
entidad por entidad, asignándole todos los valores que le corresponden, extrayéndolos de
las fichas de las ordenanzas, los sectores, los elementos catalogados, las acciones; de todos
los contenidos normativos que están descritos en el plan en un documento de papel.
Por último, definiremos todas las operaciones que se realicen entre planes. Igual
que sistematizamos el plan general, sistematizamos todos los instrumentos que a
continuación se desarrollan. Aquí, vamos a ver un ejemplo en gráficas, que son más
vistosas. En este ámbito de calificación, habremos identificado una lista, como esta, de
todas las operaciones que afectan a ese ámbito de calificación promovidas por distintos
instrumentos. Vamos a ver alguna.
Esta dice que va a sustraer un trozo del viario. Al ejecutarla, sustraed un trozo de
viario, porque, en la modificación puntual, lo que habremos creado será una entidad
gráfica con esta forma y diremos que esa es una entidad gráfica que opera contra el
plan sustrayendo contra el viario. Exactamente igual en la siguiente operación, hay
otra que sustrae contra la zona lucrativa de reformas en suelo urbano. En la modi-
ficación, habrá que realizarlo. Ejecutadas las dos operaciones, lo que tendremos es
que, en esa manzana, el plan habrá quedado sin ordenación, porque hemos quitado la
ordenación preexistente mediante entidades gráficas operadoras y, a continuación, lo
vamos a rellenar. Vamos a añadir el viario, y a continuación habrá otra operación que
añada la zona lucrativa de reformas en suelo urbano.
En una modificación puntual compleja, puede haber centenares de operaciones
gráficas normativas que cambien la situación preexistente del planeamiento y estén
descritas de una forma estricta, de tal manera que esto que hemos visto lo pueda ejecu-
tar el motor de refundido. Y, desde una ordenación así, podamos ir a otra distinta. No
porque alguien haya dibujado el refundido, sino porque, en la modificación puntual,
están descritas todas las operaciones que se han hecho sobre el plan.
En el caso de estos municipios, lo vamos a hacer sobre una cartografía porque necesi-
tamos asegurar que los planes, en todo el tracto urbanístico, construyen un refundido que
sea espacialmente coherente. Si cogemos ahora los planes de Gijón y, como os decía antes,
comenzamos a recortar las modificaciones y los planes parciales y los ponemos unos encima
de otros, encontraremos que no encajan. No encajan porque se basan en cartografías distin-
tas o en equipos diferentes que han utilizado la cartografía de distinta forma o, simplemente,
aunque tengan la misma cartografía y la misma metodología de trabajo, no se han puesto de
acuerdo para establecer un desarrollo coherente. Esa es una situación que, en este entorno
que os estoy explicando, es imposible. El refundido tiene que ser espacialmente coherente.
Por lo tanto, tenemos que partir de una cartografía que sepamos que va a tener estabilidad
en el futuro; tenemos que saber que su alineación no va a cambiar porque alguien contrate
una nueva cartografía, cambie la proyección, una nueva empresa venga, hagan un nuevo
trabajo de campo y, donde antes había una alineación, ahora haya otra, porque entonces
volveremos a la misma situación. Tenemos que partir de una cartografía estable. Cuanto
mejor sea, mejor. No tiene que ser absolutamente precisa, porque el planeamiento nunca ha
sido preciso. Pero tiene que ser estable. En esa cartografía, georreferenciaremos toda la docu-
mentación en papel y empezaremos a dibujar con los técnicos municipales. Lo redibujamos
todo. Pintamos la calificación, la gestión, las protecciones, las afecciones, lo pintamos todo
y lo redibujamos todo asegurando la coherencia final.
Nuestro proceso de trabajo va a intentar reproducir lo que ha sido la realidad del
proceso urbanístico del municipio. Por lo tanto, haremos un formato de intercambio de
planeamiento del plan general vigente y de todos aquellos planes que ese plan general
incorporó y a los que se refiere muchas veces sin incluirlo dentro del plan. A continua-
ción, después de pasar los doce meses de garantía y, una vez que tengamos bien definidas
todas las herramientas de trabajo, le indicaremos a los municipios que entonces tienen
que seguir solos. Que tienen que conseguir que los equipos redactores les den planes y
que sean coherentes y bien construidos para que todo eso no exija que una empresa de
fuera u otra administración construya y siga construyendo, manteniendo, sistematizando
y digitalizando planeamientos nuevos. Porque esto tiene que ser un sistema automante-
nible. No lo he dicho al principio, pero la premisa básica de este sistema es que, dentro
de un determinado número de años, el planeamiento sea un sistema automantenido por
parte de los equipos redactores y el registro de planeamiento.
Os vamos a enseñar rápidamente, porque vamos mal de tiempo, el resultado del
piloto de La Coruña.
Bueno, es un visor estándar. Está hecho con tecnología Flash, muy extendida. La
estamos cambiando porque no es una tecnología de fuente abierta, pero los próximos
visores sí estarán en tecnología de fuente abierta. Enseñan un refundido del planeamiento
de transición en la que todavía los planes son de papel, incluso podemos colocarlos
todos y verificar que la versión digital es fiel al documento original.
Participante
Participante
Sí, yo tengo varias. La primera es en relación con las diputaciones, para la intro-
ducción de estos proyectos. En esta primera convocatoria, saldrán una serie de pro-
yectos para las entidades a las que se los aprueben; pero, estos proyectos, ¿se licitarán
de nuevo individualmente o por lotes? ¿Cómo se piensa hacer esto y en qué fechas
aproximadamente sería esta visitación?
Participante
Tengo otra pregunta. Me parece muy importante algo que comentabais antes,
casi diría que es imprescindible, que es la implicación de los expertos de urbanismo
de los ayuntamientos en estos proyectos. Te cuento una experiencia práctica. Noso-
tros hemos implantado aquí en una región, en varios ayuntamientos, LocalGIS. Uno
de los objetivos, al inicio de estos proyectos, era cargar algunas capas de planea-
miento en la herramienta para poder publicarlo a través de Internet. Este objetivo,
los ayuntamientos lo veían también con muy buenos ojos cuando lo propusimos. Pero
no pudimos llevarlo a la práctica porque, en ayuntamientos pequeños, normalmente
solo hay una persona encargada de la parte de urbanismo, y materialmente no tenía
tiempo. Entonces, ¿qué mecanismos prevé el programa para asegurar que esto se va
a cumplir? Porque el comentario de muchos, que será casi un lamento, será el de que
necesitan gente, que necesitarían una subvención para contratar gente para poder
hacer esto.
Participante
De todas formas, puede ser que el Ayuntamiento pueda ampararse en otro tipo de
subvenciones que no estén relacionadas con el programa Urbanismo en Red. Hay otras
subvenciones, incluso del propio Ministerio de Industria, desde el Plan Avanza hasta
las de la propia comunidad autónoma o las de otros órganos. Se puede complementar
con otro tipo de apoyos.
Participante
El coste estimado para un Ayuntamiento, ¿en qué momento de este año prevéis
que pueda saberse? Porque vosotros prevéis un coste al principio, nosotros presenta-
mos la solicitud y vosotros la revisáis y lo retocáis si fuera necesario.
El coste tenemos que verlo con vosotros, porque desde la oficina tampoco lo po-
demos retocar. Entonces, en esa fase previa de iniciación de las actuaciones, es cuando
nosotros vemos en detalle con el Ayuntamiento la complejidad del planeamiento y la
situación tic que tiene, siempre que el planeamiento no esté en formato papel, sino que
lo tengan ya montado en un sistema gis. Eso sería a partir de noviembre.
Hola, buenas tardes. Voy a procurar ser breve. Alguien preguntará qué hace el
catastro en esta reunión. Pues hay dos motivos claros: uno, que nos interesa muchísimo
lo que se está diciendo aquí, y dos, que pensamos que podemos aportar algo también
al trabajo que se está haciendo.
Por una parte, como decía, está la necesidad de información que tenemos del
planeamiento a la hora de hacer todos nuestros trabajos de catastro. Es decir, estamos
interesadísimos en lo que se está comentando aquí. Luego hablaremos de ello. Muchas
veces, uno de los problemas graves en los trabajos catastrales sobre las ponencias de
valores es disponer del planeamiento urbanístico; hay ayuntamientos a los que, como
antes se planteaba, muchas veces, por falta de personal o de medios, no les resulta fácil
suministrarnos el planeamiento. En ese aspecto, todo lo que fuera homogeneizar sería
para nosotros sumamente bueno.
Legalmente, ya la ley del Suelo habla de que hay que tratar de coordinarse con
otras administraciones, y en particular con el catastro, para lo cual habla de la ma-
en marcha el nuevo wms de ponencias de valores, en el que se ven las zonas de valor.
Las capas de ahí son las de suelo urbano, texto de suelo urbano, polígono, texto de
polígono, zonas de valor y texto de zona de valor. Entonces, se puede ver desde Google
Earth: haciendo clic en el centroide de las parcelas, aparecen los datos catastrales del
bien, sin, como decíamos antes, el valor y la titularidad.
En muchas ocasiones, hay una característica principal, y es que la información no
es algo estático. El volumen de actualización en España es grande, cada año se están
modificando dos millones de parcelas. Sin embargo, la Dirección General del Catastro
hace un esfuerzo grande para recoger todas las modificaciones que se han hecho el día
anterior en las distintas gerencias en toda España. Los datos que se están viendo en la
Oficina Virtual del Catastro, quitando algunos días en los que alguna actualización
informática no se hace, reflejan las modificaciones que se han hecho ese mismo día.
La virtualidad que ofrece el catastro es de unos datos que están actualizados.
La tercera parte es la de las conclusiones de este Urbanismo en Red desde la visión
del catastro.
Por una parte, pensamos que es un avance la ley de Acceso electrónico a los
Ciudadanos a los Servicios públicos. Es una actualización continua de la información
interesante y nos va a servir a todos para profundizar en la legalidad de la información
del planeamiento a través de Internet.
Hay una necesidad de normalización de toda la información urbanística y de
apostar por los servicios web de acuerdo con las directivas europeas.
La interoperabilidad entre usuarios sería clave a la hora de trabajar conjuntamente
entre nosotros, para que trabajen las máquinas en vez de las personas, que pueden ser
las que se encarguen de modificar y entrar en la Oficina Virtual del Catastro, sacar la
información y trasladarla.
Por otra parte, no puede más que parecernos bien la participación del ciudadano
en el planeamiento y el conocimiento del planeamiento urbanístico.
También servirá como potencial de desarrollo de nuevos servicios de programas
de cédula urbanística.
Muchas gracias por su atención. Enhorabuena, y adelante con Urbanismo en Red,
porque creo que es un proyecto muy positivo para todos.
Yo voy a hablarles del sistema de información urbana que está intentando desa-
rrollar el Ministerio de Vivienda. Lo está intentando desde el inicio, desde la propia
creación del Ministerio de Vivienda en el 2004. En el propio establecimiento de fun-
ciones de las distintas direcciones generales, para la Dirección General de Urbanismo
y Política de Suelo, se establecía un real decreto del 17 de abril del 2004 en el que,
como funciones, teníamos el diseño, la creación y el mantenimiento de un sistema
de información urbana para la recogida y el tratamiento de datos estadísticos sobre
urbanismo y suelo en la totalidad del territorio nacional.
Posteriormente, en la ley del Suelo del 2007, se reitera en la disposición adicional
primera. Finalmente, en el texto refundido de la ley del Suelo que se aprobó hace un
año, el 20 de junio del 2008, se establece que
[…] con el fin de promover la transparencia, la Administración General del Estado, en cola-
boración con las Comunidades Autónomas, definirá y promoverá la aplicación de aquellos
criterios y principios básicos que posibiliten, desde la coordinación y complementación con
las administraciones competentes en la materia, la formación y actualización permanente de
un sistema público general e integrado de información sobre suelo y urbanismo, procurando,
asimismo, la compatibilidad y coordinación con el resto de sistemas de información y, en
particular, con el Catastro Inmobiliario.
Como se puede ver, es un objetivo tremendo, sobre todo teniendo en cuenta que
las posibilidades del propio ministerio, desde el punto de vista de la financiación, son
mínimas. Por lo tanto, y es el objeto por el que estamos aquí, apoyamos programas
como el de Urbanismo en Red, que van a permitir el objetivo final del ministerio, que es
difundir una información que tiene que surgir de los propios organismos competentes,
en este caso los municipios y las comunidades autónomas.
El siu (Sistema de Información Urbana) recogerá y ofrecerá información sobre
el medio urbano y territorial, que, en último extremo, permite plantear objetivos de
desarrollo sostenible. El ministerio, lo que pretende con la recopilación de toda esta
información es poder utilizarla para sacar datos estadísticos, y será el eje que articule
realmente su modelo de datos.
El sistema está basado en normas y estándares promulgados por la comunidad
científica nacional e internacional, en cuanto a información geográfica y a tecnolo-
gías asociadas a Internet. Se caracteriza por su interactividad, su interoperabilidad
—utilización de información propia y externa de forma conjunta y transparente al
usuario— y su escalabilidad, que permite el crecimiento de la información accesible y
del número de operaciones que el usuario pueda ejecutar.
Los objetivos generales del siu serían:
— en primer lugar, incorporar transparencia al sistema. Este es un objetivo general y básico
de cualquier Administración, con el que se espera conseguir que la participación ciuda-
dana se generalice al máximo posible;
— en segundo lugar, conocer el planeamiento en vigor de todos los municipios;
— en tercer lugar, conocer la disponibilidad de suelo y la evolución en su ocupación, es
decir, el análisis de esa información de planeamiento; mediante unos mecanismos que
veremos posteriormente, se podrá conocer la disponibilidad del suelo para su ocupación;
— en cuarto lugar, podríamos hablar de la coordinación y la complementación con las ad-
ministraciones competentes. Es fundamental que exista esa coordinación, porque, como
digo, la información parte de una Administración competente, y estamos hablando de
difundirla a nivel general;
— por último, son fundamentales la compatibilidad y la coordinación con los sistemas de
información. Todos los esfuerzos de normalización y sistematización, algunos de los
cuales se han traducido en la aprobación de diferentes normas o instrucciones técnicas
por parte de las propias comunidades autónomas, facilitarán la necesaria compatibilidad
y coordinación con el Sistema de Información Urbana, a través del establecimiento de los
oportunos sistemas o pasarelas de conversión e intercambio de información.
Después, veremos que lo que hacemos con esto es ser egoístas, porque, cuando se
ponga toda esta información en el formato que estamos necesitando, el siu la podrá
fagocitar.
Otras fuentes de incorporación en el siu son el ine, el Instituto Geográfico o el
catastro.
Lo que está claro es que los dos aspectos fundamentales que va a incorporar en
cuanto al planeamiento el siu son, por una parte, la clasificación del suelo y, por otra,
las áreas en desarrollo, que pasarán a llamarse áreas de desarrollo. Son aspectos que
el grupo de trabajo va incorporando.
Como veis, se trabaja sobre una base ortográfica, de ortofoto, sobre la que se
plasman las diferentes clases de suelo. Por una parte, el urbano consolidado. Por otra,
las áreas de suelo en desarrollo, que van a incorporar tantos suelos urbanos no con-
solidados como urbanizables delimitados o sectorizados. En tercer lugar, el que está
excluido del desarrollo urbano, en principio el urbanizable no delimitado o sectori-
zado, hasta que adquiera la condición correspondiente. Finalmente, el no urbanizable.
Como digo, las áreas en desarrollo, que tienen una importancia fundamental
desde el punto de vista de lo que estamos comentando, tanto para el presente como
para el futuro de las ciudades y el territorio, son las zonas que el planeamiento prevé
para las transformaciones urbanas.
La consideración y el análisis pormenorizado de estas zonas en el sistema de
información, debidamente definidas y delimitadas, con necesarios para aportar la
perspectiva temporal que permita realizar previsiones, decrecimiento y transformación
de las ciudades y el territorio.
En lo relativo a las áreas urbanas en desarrollo, deberán incorporarse, por un
lado, las determinaciones básicas. Estamos estudiando cuáles deberán ser, pero, proba-
blemente, algunas serán el número de viviendas y la edificabilidad por usos, los datos
mínimos, pero necesarios, para definir esas áreas y todas las determinaciones básicas
que contenga el planeamiento urbanístico que permitan cuantificar su potencialidad
edificatoria. Por otro lado, es preciso también informar al sistema de información
acerca de la situación actual. Es decir, a partir de la información de las áreas de de-
sarrollo, lo que hacemos es, a través de imágenes satelitales lo más recientes posibles,
hacer una estimación del grado de urbanización y edificación de estas áreas. Aquí lo
podemos ver.
Sobre la ortofoto más actualizada, la superposición del planeamiento nos per-
mite hacer una distinción entre las áreas que están en suelo consolidado —que sería el
marrón oscuro—, el construido o en proceso de construcción —el azul oscuro— y el
urbanizado o en proceso de urbanización —el otro azul.
Es decir, hay un análisis para poder ver las capacidades de esos suelos.
Hasta aquí hemos hablado del contenido del siu.
Para hacer el resto de la presentación muy simple, vamos a pasar rápidamente las
Participante
cuestión es que todos estamos de acuerdo en que el procedimiento para lo que estamos
hablando es el adecuado. El mecanismo que ha diseñado Red.es para conseguir el
objetivo final es el que es. Y, por otra parte, las comunidades autónomas son las que
están desde hace bastante tiempo pasando la información a pdf, no porque se les haya
exigido, sino porque ellas mismas consideran necesario disponer de ello. Desconozco
si el Ministerio de Vivienda ha exigido eso, pero, desde la subdirección mía, no. La
legislación, posiblemente, sí; el ministerio, no.
Y en cuanto a lo que decíamos del dinero, sintiéndolo muchísimo, el ministerio
no tiene presupuesto en este momento para eso. Ojalá lo tuviera y pudiera ayudar en
ese 30% a los municipios.
este seminario de gestión pública, como resultado de la consolidación del trabajo con-
junto entre la Escuela Universitaria Jovellanos y el Ayuntamiento de Gijón, además de
la inestimable colaboración del Gobierno del Principado de Asturias.
Como anunció nuestra alcaldesa, el debate entre la ciudad compacta y la ciudad
difusa está planteado desde hace bastante tiempo, aunque la crisis económica actual de
crecimiento nos brinda una estupenda oportunidad para profundizar en este debate.
A continuación, me gustaría hacer un resumen de las principales ideas recogidas
o aportadas a lo largo de estos días.
Las principales ideas del taller 1 fueron, en primer lugar, que el crecimiento
económico de una ciudad y la expansión urbana son dos conceptos distintos, y
no directamente relacionados. Hay que apostar por otro modelo de crecimiento
de las ciudades: crecer madurando con ahorro de energía y suelo, alejarnos de los
excesos de los últimos años y apoyar el transporte colectivo como facilitador de
la movilidad en las ciudades. La siguiente, que debemos apostar por la rehabili-
tación urbana como alternativa a la expansión incontrolada, pues el suelo es un
recurso que se agota y hay que saber administrarlo. Finalmente, que la ordenación
del territorio corresponde a las administraciones supralocales, y la planificación y
el desarrollo urbanístico, hasta el producto final, deben estar controlados por las
administraciones públicas.
En el taller 2, se trataron cuestiones como las aplicaciones dirigidas al manteni-
miento urbano y la búsqueda de la eficiencia en el funcionamiento de los servicios y la
idea de la ciudad en red como una necesidad de que los ciudadanos participen a través
de las nuevas tecnologías en el debate de construcción de las nuevas redes sociales.
Merece destacarse el taller 3, que dedicó la jornada de Urbanismo en Red a la
ciudad de Gijón. Hay que agradecer al Ministerio de Industria su presencia en estas
jornadas.
Finalmente, no me queda más que agradecer su apoyo a este XV Seminario a
todos los participantes, patrocinadores y ponentes, así como a las autoridades y los
representantes de todas las instituciones que han colaborado.
También quiero recordar la gran labor desarrollada por los diplomados de gestión
pública.
Muchas gracias a todos.
Muchas gracias y buenos días a todos. Para nosotros, para los ayuntamientos
asturianos, poder participar en un seminario como este hace que los gobiernos loca-
les tengamos relación directa con aquellos ejemplos o prácticas que pueden haberse
llevado a cabo y, por lo tanto, reflexionar sobre las tendencias a nuevos modelos de
crecimiento, renovación y rehabilitación urbana que se puedan dar.
Atravesamos tiempos de crisis, cuyo desencadenante puede haber sido o no una
casuística relacionada con algunos sectores muy relacionados con nuestras ciudades.
Tenemos que considerar estas situaciones, frente a tesis más contradictorias, como
dije antes en la exposición, que pueden poner en riesgo la planificación urbanística
tal y como se ha llevado hasta ahora dentro de los marcos generales de las distintas
leyes del suelo. Se trata de ver hacia dónde tiene que ir el nuevo urbanismo para que
la eficiencia energética, el ahorro de recursos naturales y el mejor aprovechamiento
de estos y la mejor movilidad de personas y flujos entre ciudades sean patentes. Bus-
car modelos de crecimiento más equilibrados, que puedan ofrecer una convivencia
mejor.
Quiero agradecer a la escuela y a la organización de este seminario que hayamos
podido estar aquí. Los ayuntamientos asturianos también velamos por que el nuevo
urbanismo sea mejor para todos.
Gracias.
Tengo que compartir una sensación de satisfacción con todos los que habéis par-
ticipado en este seminario. Nos ha permitido a personas con distintas labores en el
ámbito de la gestión, la planificación e incluso el estudio, reflexionar con pausa en un
ámbito de trascendental importancia en la vida de los ciudadanos.
Hacer ciudad es algo que puede surgir de forma espontánea, pero hacer ciudad
pensando en la satisfacción de los intereses de los ciudadanos requiere, en primer lugar,
convicción, voluntad y tener los objetivos claros.
En los últimos años, lo que hemos experimentado quienes estamos en la Admi-
nistración pública es una sensación agobiante. Una dinámica de ir deprisa, donde era
difícil pararse a revisar o replantear hacia dónde caminábamos. La dinámica social nos
sociedad. Por lo tanto, el dinero fácil, el rendimiento inmediato de ese recurso que
es el suelo obliga a que todos, de forma colectiva, nos replanteemos seriamente hacia
dónde queremos caminar.
De eso podemos hacer acopio en las conclusiones de este seminario, y por eso
me siento enormemente gratificado; porque se han alcanzado los objetivos que se
perseguían.
Enhorabuena a la Universidad. Desde el Ayuntamiento de Gijón, y en nombre de
nuestra alcaldesa, queremos felicitaros por el éxito de este XV Seminario.
Gracias.
el centro no las tenga. Tened en cuenta que Asturias está protegida por sistemas de
protección en más de un 30 %. Tiene cinco reservas mundiales de la biosfera. Tened
en cuenta que contar, en un territorio tan pequeño, con cinco reservas mundiales de
la biosfera es una cantidad muy importante. Es muy importante además porque, en
su momento, se hicieron las cosas bien. Se está construyendo sobre un esquema de
ordenación territorial que viene fundamentalmente de 1987, con esa gran ley de Co-
ordinación y Ordenación territorial, en la que ya se hablaba de ese centro y de las alas.
A partir de esa ley de Coordinación, como os digo, se posibilitó que Asturias
tenga hoy la costa mejor preservada de España. Una de las cuestiones que han contri-
buido fundamentalmente a que la crisis se haya sentido algo menos en esta comunidad
autónoma es la buena ordenación del territorio y que se haya evitado la especulación
urbanística. Decíamos el otro día que un billón de euros de los créditos que se han
concedido a las entidades financieras eran para el sector de la construcción, tanto para
empresarios como para personas físicas. Eso significa que seis de cada diez euros del
crédito otorgado en este país iba dirigido a cuestiones relacionadas con la construcción.
Gracias a nuestra buena ordenación, sucede que estamos asistiendo al fin del
aislamiento de las infraestructuras en esta comunidad autónoma, con la potente en-
trada de la autovía del Cantábrico, la autovía minera o la llegada del ave. El previo
de la ocupación del territorio ha evitado que tengamos ahora una ocupación masiva
e indeseada.
Dentro de este esquema, creo que hay un punto fundamental, que es la legislación
asturiana del suelo. Como saben, fue aprobada en el año 2002, con texto refundido
del 2004, y, desde ella, se ha seguido avanzando en esta política y en este esquema de
ordenación del territorio. Tenía un principio fundamental, del que quería daros dos
pinceladas. Aunque a veces pasan desapercibidas, creo que son el núcleo fundamental
de la legislación asturiana.
La ley asturiana, frente a otras muchas legislaciones, hace una atribución genérica
de las competencias urbanísticas a los ayuntamientos. Es la ley que más respeta la
autonomía local de toda la legislación comparada autonómica. Hace una atribución
expresa al Principado de Asturias de algunos puntos fundamentales relacionados con
la ordenación del territorio, con la puesta en el mercado de vivienda protegida y con
el control del cumplimiento de las directrices.
Lo demás es una atribución genérica de competencias urbanísticas. Podríamos pre-
guntarnos cómo van los 78 concejos a ejercitar esas competencias urbanísticas, si no tienen
medios. Pues se ha hecho una red de oficinas urbanísticas territoriales al servicio de los ayun-
tamientos por todo el territorio asturiano. Hay dos principios fundamentales. El primero,
las estrategias urbanísticas o de ciudad que se contemplan en la ley —y que no se cumplen,
aunque estamos intentando concienciar a los ayuntamientos—. Se suprime el antiguo avance,
tal y como era concebido —como una parte más del documento del plan, que al final es
prácticamente el plan general hecho por los técnicos—, y aparecen las estrategias de ciudad.
Es una fase absolutamente previa e independiente, en la que se puede buscar entre todos
el modelo de ciudad y contratar a las consultorías correspondientes. Ese es el proceso de
participación en el que los ciudadanos de verdad quieren establecer su modelo de ciudad. A
partir de ahí, se contrata a un equipo, para que ordene esas especificaciones que el proceso
previo del planeamiento ha señalado. Este es un punto fundamental que yo, siempre que
tengo ocasión de estar en un foro como este, resalto. Es un artículo muy claro y concreto,
que prácticamente es el núcleo de la legislación asturiana de suelo en cuanto a planeamiento.
El otro punto fundamental es el establecimiento de un registro de planeamiento
y gestión urbanística que realmente dote de una información pública veraz, y que no
accedan a los boletines oficiales los planeamientos que previamente no han pasado
por ese registro ni han actualizado esa información pública.
Son dos puntos fundamentales que os pongo sobre la mesa.
Para que identifiquéis todo lo que se está haciendo en relación con el urbanismo,
os doy algunos datos.
En el año 2003, se diseñaron siete estrategias del área central de Asturias. Es-
tamos hablando de un territorio en el que solo tres ciudades, Gijón, Oviedo y Avilés
(el 5 % del territorio asturiano), tienen medio millón de habitantes, la mitad de la
población de Asturias. El 80 % de ellos están en esa área metropolitana. Dado que
estoy en un foro universitario, aprovecho para dar mis ideas en este sentido. Yo quiero
desechar toda idea, que algunos han propuesto también desde foros universitarios, de
la ciudad astur. La ciudad astur es un concepto que equivoca; yo estoy hablando de la
ciudad de Asturias. Una cosa es la zona metropolitana y otra diferente la ciudad astur.
Antes decíamos que, si había un 30 % de espacios protegidos en Asturias, algo
pertenecerá al área central. Pues, evidentemente, la primera estrategia consiste en
localizar esos espacios que hay que preservar y preservarlos con un documento en el
que se reflejen perfectamente cuáles son esos parques metropolitanos y periurbanos y
dónde hay zonas protegidas.
Otra estrategia de las siete es ordenar el nudo metropolitano del área central, que
algunos confundieron en su día con la ordenación del área central de Asturias. El nudo
metropolitano es ese desastre histórico de las grandes superficies comerciales, del paso
de las grandes autovías a las caleyas, sin ninguna conexión. Esa es otra estrategia sobre
la que estamos trabajando y que pronto se someterá a un debate. Es el plan territorial
del nudo metropolitano del área central.
Otra estrategia es la conexión interportuaria con la zona de ciudades logísticas
e industriales con las grandes ampliaciones del puerto de El Musel y Avilés y, desde
luego, con las zonas logísticas industriales. Esto ha servido, entre otras cosas, para
que ya tengamos las autopistas del mar concedidas, concretamente al puerto de Gijón.
Otra sería la estrategia del Nalón. Se van a preservar el Alto Nalón, el Medio
Nalón —más industrial— y el Bajo Nalón —con la desembocadura en San Esteban
y Muros.
estos seminarios ha sido un lujo, así como contar con todos los expertos que hemos
tenido aquí este año. Como señalaban Cosme, Pedro y los demás participantes, los
resultados de este seminario han sobrepasado bastante las perspectivas que en un prin-
cipio teníamos. No solamente por el amplio número de personas inscritas, sino porque,
realmente, el tema se ha tratado con exhaustividad y se ha analizado esta necesidad
de hacer un urbanismo distinto.
Creo que se ha hablado también de hacer un planeamiento al servicio de los
ciudadanos, y no al de los intereses privados. También se ha tratado el problema de la
burbuja inmobiliaria, y de cómo la crisis económica ha afectado y está afectando al
planeamiento de las ciudades y a su reordenamiento.
Creo que esos resultados estarán publicados pronto, y el próximo año volveremos
con la siguiente edición, con los resultados de estas jornadas de debate y análisis del
fenómeno urbanístico.
Para terminar, quiero decir que estas jornadas también son fundamentales para
nuestros estudios. Nuestros estudios de gestión y administración pública, que se hacen
en esta escuela, y que por fin van a ver reconocido su máximo nivel al acceder al grado.
Ser una licenciatura nos permitirá que nuestros estudiantes puedan acceder a todos los
niveles de la Administración, sin ninguna cortapisa.
Estos seminarios, durante estos quince años, han servido también para que
esa formación fuera más profunda y actualizada. Hemos podido contar con cada
uno de estos expertos en estas semanas, pero a lo largo del año esto ha permitido ir
formando un plantel de profesores que realmente están actualizados con las últimas
tendencias.
Quiero comunicar que la formación que hacemos en esta escuela es algo que
el Ayuntamiento ha reconocido con la Medalla de Oro de la Villa de Gijón. Se nos
entregará el próximo lunes a las seis de la tarde. Aprovecho para invitaros a asistir.
Esta medalla significa el reconocimiento a todo lo que hacemos, a lo que llevamos
haciendo ciento diez años y a lo que hemos hecho más recientemente. Creo que estas
titulaciones nos permitirán seguir creciendo, consolidar este centro e incrementar el
interés por este foro de reunión que queremos seguir haciendo.
Quiero dar las gracias, en primer lugar, al Ayuntamiento de Gijón, porque nos ha
apoyado siempre. Este seminario no sería posible sin el concurso del Ayuntamiento y
su personal. También hay que dar las gracias al Gobierno del Principado de Asturias,
que también nos apoya año tras año con financiación y con el concurso de sus expertos
en nuestros debates. Finalmente, debo agradecer su participación a otros organismos
como el Jardín Botánico Atlántico, Imes API, Telefónica, T-Systems, El Corte Inglés,
la Federación Asturiana de Concejos y nuestra Asociación de Diplomados en Gestión
y Administración Pública.
Gracias a todos por vuestra participación. Hasta el año que viene.