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RESUMEN
La ponencia busca abrir una serie discusión sobre lo que se entiende por ―lo
público‖ en la formación de los contadores, y especialmente propiciar una
reflexión sobre la responsabilidad y la fe pública del contador, más allá de los
estrechos estándares normativos vigentes.
INTRODUCCIÓN
Las palabras del maestro Nossa, que sirven de epígrafe al presente documento,
ilustran a la perfección el estado actual del sistema universitario en Colombia, y
dan buena cuenta de una universidad enclaustrada en la repetición de fórmulas
añejas y anacrónicas, de la copia de modelos importados que difícilmente se
adaptan a las condiciones propias.
Para la Contaduría pública, esta realidad es aún más preocupante, pues sumidos
en un aparente proceso de globalización cuya dimensión y sentido difícilmente es
percibida con claridad por docentes y estudiantes, e incluso por los profesionales,
la profesión y la academia han llegado a unos aparente acuerdos sobre el deber
ser de la enseñanza de la Contaduría pública en el país.
Estas tendencias se han reproducido con mayor o menor eficacia en las distintas
facultades a través de la difusión de discursos e ideologías, así como de
―eslogan‖ que ciertamente tienen más de forma que de fondo, es muy usual
encontrar en el escenario de la formación contable una serie de ―lugares
comunes‖ en la formación y el ejercicio profesional de los contadores públicos
(Mantilla, 2001).
En contabilidad, los trabajos han sido aún más escasos, y habría que señalar en
los últimos años los trabajos de Gómez (2008), Franco (2008), Bautista, (2009,
2010), Arboleda y Suárez (2006) como algunos de los que han alcanzado un
grado importante de profundidad en el tema.
Este contraste entre la importancia que ha ganado el debate sobre ―lo público‖
en el contexto internacional, frente a la escasez con que las ciencias sociales y
particularmente la contabilidad y la Contaduría pública lo han abordado en
Colombia, son una muestra más de lo que diversos autores como Garay, Múnera
(2001) y González reconocen como la debilidad estructural de lo público en
Colombia. Debilidad que se traduce en un conjunto de prácticas sociales donde
―lo público‖ termina por ser un espacio en donde la sociedad no encuentra una
satisfacción a sus necesidades.
De tal forma que los espacios públicos (en un sentido físico) son vistos como
focos de inseguridad —la calle, la cuadra, el parque—, el Estado como
representante y garante del ―interés público‖ se percibe usualmente como poco
legítimo para imponer ordenes, especialmente cuando se trata de cobrar
impuestos o hacer cumplir la ley, o como una fuente de rentas y privilegios para
pequeñas castas oligárquicas que logran hacerse a su control, como ocurre en
los sucesivos —y lamentablemente— nada escasos, casos de corrupción
administrativa, nepotismo y clientelismo.
Este ejercicio, que no pretendía más que ser una herramienta pedagógica para
que los estudiantes se introdujeran al abordaje del estudio de lo público, permite
inducir algunos hallazgos importantes sobre los imaginarios que predominan en
Colombia acerca de la idea de lo público.
Estas ideas coinciden con reflexiones realizadas por varios autores, entre los
cuales me permito destacar el importante trabajo de Varela (1998, 2005), al
respecto de la idea predominante de que en lo público ―cabemos todos‖ el
reflexiona:
1
Estos resultados son el promedio de las encuestas realizadas durante los semestres I y II de 2009 y I de
2010, en los cuales se realizó el ejercicio descrito. En las encuestas recabadas participaron 860 personas de
distintos estratos sociales y formaciones profesionales, las cuales sin embargo aun no han sido clasificadas y
sistematizadas.
El asunto es que siempre el ―Todo‖ remite a un continente delimitado
de cosas, de personas, de términos, de colectividades micro, meso y
macro, tales como una nación, una región geográfica o que se
identifican frente a un interés (v. gr. La equidad de los géneros, el
acceso a ciertos derechos, o la obligación frente a ciertos deberes)
(Varela, 2005, p. 3).
Este texto pone de presente una idea que no se desarrollará aquí, pero es
fundamental en los debates sobre lo público: ¿Qué es el interés público? ¿Cómo
se construye? ¿Cómo se forma o se identifica dicho interés? ¿Cabemos ―todos‖
realmente en el interés público?
Y, ¿por qué estas preguntas son fundamentales para los contadores públicos?
Precisamente porque la profesión y la disciplina reclaman para sí un papel
protagónico en la defensa del Interés público, pero autores como Baker (2005),
Lehman (2005), Neu y Graham (2005) y Cooper (2005) en el ámbito
internacional y Gómez (2008), Franco (2008) en el nacional, han ambientado
desde diferentes perspectivas, sendos cuestionamientos a la idea de interés
público promovido por la profesión contable. Llegando incluso a críticas como la
que ofrece el profesor Baker analizando el caso de la formación retórica de la
idea de interés público en la profesión contable norteamericana:
Son varios los espacios en que el concepto de interés público y fe pública (como
una potestad especial que se le otorga al contador) aparecen en las normas,
para un ejemplo particular, la Ley 43 de 1990 contiene varias definiciones
importantes y especialmente en los artículos 10 (define la fe pública como el acto
de atestar con la firma la legalidad de los actos propios de la profesión) y 35 (en
el que se proponen los elementos fundamentales de la actuación ética del
contador).
En estos marcos normativos la idea de lo público se construye desde la idea
según la cual existe una funcionalidad de la información contable en el proceso
de la toma de decisiones al interior de la organización —ente contable—,
consagra el carácter multiusuario de la contabilidad los cual supone que los
diferentes usuarios tienen intereses homogéneos o por lo menos ―no rivales‖ en
base a la información producida por la contabilidad, lo que en otras palabras
puede entenderse como que el trabajo del contador debe ser neutral a
cualquier interés particular que confluya en la organización.
Tampoco se puede pasar por alto otra concepción paralela, esta vez
desde el gobierno, expresada en diferentes oportunidades por la
Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (DIAN); ellos tienen el
criterio de que el contador público es una extensión de su entidad en
las labores de fiscalización y tiene como uno de sus compromisos
esenciales, desempeñar esa función pública, dentro de un criterio de
privatización de la administración tributaria, ya con larga trayectoria…
(ibid).
Se han escogido aquellos espacios que hacen parte del ciclo obligatorio o básico
de cada currículo, ello implica que otros espacios de formación que pueden
eventualmente hacer parte de los componentes flexibles, opcionales o electivos
no se tienen en cuenta, ello obedece a la dificultad en conseguir información
completa y consolidada sobre las ofertas electivas en las distintas universidades.
La metodología usada presenta otras limitaciones: no permite identificar espacios
que no sean fácilmente referenciados por sus nombres, de esta manera pueden
existir espacios académicos que efectivamente aborden el tema pero que no se
pueden identificar, una segunda limitante tiene que ver con la fuente de
información: se tomó como base la información disponible en las páginas de
internet y en muchos casos esta información puede no estar actualizada, o
completa.
Gráfico 1
Gráfico 2.
17% 20%
4%
15%
44%
CONCLUSIONES