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PARA
NOFILOSOFOS
GabrielJ. Zanotti
/^
Ge)
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editorial de belgrano
ll .
harce A.
I l¡¡r¡ rlc kls objeüivos principales
rlr. enl.r. lil¡rr¡ es tratar de 'l¿t-qla
¡rn,sentnr una imagen de la filosofÍa
¡¡r'¡'o¡iilltc ¡rara los no filósofos.
l¡t¡es la filosofía, tan profunda
v oser¡r:ialmcnLe humana, es
vi¡t¡¡ con frecuencia, sin embargo,
r'()m() unA serie de reflexiones
l.r¡talmente aparte de los problemas
cotidianos de la vida del hombre,
¡rresentados además en un lenguaje
r'onrplejo e inabordable.
Lus consideraciones filosóficas
FILOSOFIA
(lu(' sc prescntan en este libro
l,ierrcn, por consiguiente, la PARA NO FILOSOFOS
intcnr:i<in «le presentar lo esencial
rk. hal¡iüuales cuestiones filosóficas
on un lenguaje accesible,
y, sobre üodo, poder mostrar
l¡r ncr:esaria relación
r¡uc tiene la filostlfía con lo
mris profundo de la vida
«lc k¡s scres humanos.
Gabriel J.Zanotti nació en
lluen«¡s Aires en 1960. Es
¡rrofesor y licenciado en Filosofía
¡rrlr la llnivcrsidacl del Norte
Sunto'l'omás de Aquino (UNSTA)
(lutí¡lica de Tucumán. Actualmente
sc dedica a la investigación en
tlshlADE (INscuela Superior de
Hconomía y Administración
de l,)mpresas) y a la docencia en
csta misma casa de estudios, en la
tINS'IA y en el Profesorado de
I'ilos<¡fía Don Bosco.
lla publicado divcrsos trabajos
r.n su especialiclad, entre ellos
et ensayo "Liberalismo y Religión
Católica Apostólica Romana", en
el libro Cristianismo Y Libertad
(varios auüores, FAE, Buenos Aires,
1.984) y l)cono¡nt'a de Mercado Y
l)octrina Social de la lglesia,
I.kliüorial de Belgrano,
Bucnos Aires, 1985.
A Patricia A.
CAPITULO L: La filosofía.
Qué es la filosofÍa. La filosofía y el hombre.
Sus temas centrales. La filosofía y las ciencias. La utüdad de
la filosofía. El compromiso del filósofo. Filosofía y religión.
CAPITULO 2: Dios.
Dios y la vida humana. El planteo racional del
tema. El punto de partida. El "exist[r" en las cosas. La causa
del "existir". Dios y su "concepción". Su perfección y eterni-
dad. La creación. Algunas objeciones. Dios y el sentido último
de las cosas.
CAPITULO 3: El hornbre.
La esencia del hombre. La inteligencia y su
relación con lo corpóreo. La libertad. Los condicioúamientos.
El hombre como dueño de su destino. Qué es ser persona. La
moral. La objetividad de la moral. El fin ultimo y Dios. Las
nonnas de la étiea. Los derechos del hombre. La dignidad del
hombre. El amor. El amor a Dios. El fin y los medios. Dios y
el hombre. Dios y la libertad. Dios y el mal. Dios y la toleran-
cia. El trabajo y la familia.
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CAPITULO 4: El conocirniento.
De dónde comenzamos. El conocimiento y zus
problemas. Las posiciones. El escepticismo. El relativismo.
Nuestra posición. Las facultades. La inteligencia y los sentidos.
El realismo. La intencionalidad. Kant. La verdad. Laintuición.
La intuición y la metafísica. Las ciencias positivas- La seguridad PREFACIO
de las ciencias positivas. La limitación del conocimiento.
Ilume. La raz6n y la fe. La fe natural. Su razonabilidad. La fe
religi«rsa. Su diferencia con lo irracional.
dos palabras del griego antiguo: "sofía", que significa sabidu- hasta que se llega a una respuesta tar que ya no es necesario
I
ría, y "fileo", verbo que significa arnar. Entonces parece que la seguir preguntando por qué. En ese sentido podemos decir
filosofía es el "amor a la sabiduría", Io cual, traducido a que la filosofía es el estudio de los ..últimos', o ..primeros,,
nuestro lenguaje coloquial, podría expresarse diciendo que el porqués. "IJltimos", po4lue son lo ultimo a lo que ie llega en
filósofo es el que tuvo un filo con Sofía y se casó con ella para tu estudio, y "primeros', porque al llegar a ellos descubres que
siempre. Pero la primera dificultad surge cuando advertimos que son como la "base,'de todo. Eso es lo que se quiere decir cuan_
tambidn pueden amar a la sabiduría personas que habitualmen- do se afirma que la filosofía estudia ras úrtimas causo,s o prime-
te no son llamadas "filósofos". Por ejemplo, lo que general- ros principacs de todas las cosas. Esto es, esas cuestiones que
mente tenemos en la mente cuando decimos "un científico": habitualmente no nos preguntamos, o damos por ,.supuestis,,
un señor de guardapolvo blianco, metido en un laboratorio (ya sabidas o conocidas). Realicemos una sencilla oplración:
como los de las películas, rodeado de tubitos, microscopios y tomemos un lápiz en nuestras manos y digamos ,,esto es un lá_
pizanones llenos de fórmulas matemáticas. ¿Acaso no ama piz". Analicemos las cuestiones que se esconden tras esa senci-
también él a la sabidu¡ía? Yo me atrevería a contestar que sí, lla afirmación. Primero, esüarnos suponiendo que ese lápiz
salvo que con lia palabra "sabiduría" nos estemos refi¡iendo gxiste. ¿Qué quiere decir que ,,existe',? podríamos decir: qrür"
a algo muy especial, que sólo estudiaría la filosofía. decir que "está ahí", en tu mano, entre tus dedos. ¿y qué
Para sortear esta primera dificultad que nos presenta la quiere deci¡ "estar ahí,2 (¿Ves cómo seguimos pruguñt-áo,
etimología del término, tratemos de ver en qué se diferencia la como un chico preguntón?). Segundo: ¿por qué existe? Diga_
filosofía de las demás disciplinas o "materias" de estudio. mos que porque alguien o algunos lo hicieron. y los que hicie_
Supongamos que lo único que existiera en el mundo fuera un ron el lápiz, ¿por qué existen, a zu vez? y así sucesivamente.
auto. Entonces, todo el saber humano se dividiría en los Tercero. Estás suponiendo que puedes conocer o saber que ese
diversos "enfoques" según los cuales puedes estudiar un lápiz está entre tus dedos. pero entonces: ¿qué es co-nocer?
auto: algunos estudia¡ían el sistema de frenos, otros el motor, Y a su vez: ¿estás seguro de que puedes conocer el lápiz tal
otro eI encendido, etc. Todos estudiarían el auto, pero cada cual es? ¿Sí? ¿Por qué?
uno desde un "enfoque" distinto. Pues bien, lo que tratan de
hacer los hombres con sus estudios es conocer "las cosas". Y
hay muchas cosas para estudiar, y cada una, a su vez, desde La frlosofía Muy probablemente, en este momento te gus_
un "enfoque" distinto. Entonces: ¿cuál es ese peculiar enfo- y el hombre. taría tenerme delante y decirme:
¡basta!
que de la filosofía? Si eso es la filosofía, ¡me voy! Bueno, calma,
Ese enfoque es el mismo que el de un chico de cuatro o calma, que no te estoy pidiendo que te pases
cinco años que se pasa todo el día preguntando "por qué". todo el día pensando en esas cosas. por otra parte, m" pádús
Habrás escuchado alguna vez habliar de "la edad de los 'por decir que todo lo referente allápiz no te importa, excepto que
qué' ''. Pues bien, Ia filosofía es simplemente eso, transformado escriba cuando lo necesites, lo cual serfa obviamente comprensi-
en un método de estudio de las cosas. La filosofía es pregun- ble. Pero creo que las cosas cambiarían si enfocas tu uida con
tarse permanentemente el por qué de las cosas. Pero no es pre- el enfoque de la filosofía. ¿Nunca te has preguntado por el ori-
guntar sólo unn uez. Sino que es seguir preguntando por qué, gen último de tu existencia? ¿O por tu destino
final? ¿IJay algo
16 GABRIEL J. ZANOTTI
FILOSOFIA PARA NO FILOSOFOS
-a, ;"iJo;;á;"r,i;,tt_
centrales. los primeros principios de aquellas cuestiones habitual. A veces, para 3onocimientos
más fundamentales para tu vida; no aquellas lizamos la palabra ,,§at)er,,: se supone que et médico sUe'arra-
cosas que necesitamos saber cuando, por ejem- pero lá filosáfía, pr"g¡rrrt--
plo, tenemos que cambiar la rueda de un auto, sino esos pro-
.t:.:: _$_:upone,
uesa, pregunta:
¿no?).
..conocemos,, ; ;;;-
¿qué del conocei? ¿eué ás co-
nocer? ¿Podemos conocer?
blemas en los cuales alguna vez habrás pensado, en otras opor- ¿Con qué conocemos? Estos in-
tunidades. tal vez cuando contemplabas con calma una puesta terrogantes son típicos de la filosofíi y la
diversida¿ ae us Á-
GABRIEL J. ZANOTTI FILOSOFIA PARA NO FILOSOFOS 19
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puestas explican la multiplicidad de posiciones filosóficas que tubitos ymicroscopios, sino algo más amplio, que no sea
hay al respecto. Esta parte de la filosofía es denominada ha- úb eso, aunque lo incluya. Esto no es fácil de determinar,
bitualmente gnoseología o, más simplemente, toría del cono- pero trataremos de hacerlo. De manera muy general, diremos
cimiento. Por ahora, lo importante es que la metafísica y Ia que todo conocimiento que trate de circunscribi¡se a un tema
teoría del conocimiento forma¡r "el tronco" esencial de toda muy especial, con un cierto orden en el estudio que se está
teoría filosófica, y que a¡nbas se encuentran íntimarnente re- realizando, con una teroinologra más o menos precisa y con
lacionadas. un cierto método en el referido estudio, puede ser llrmado
"científico". Si bien, una vez definidas así las cosas, quedan
dos problemas: cómo definir con cierta precisión qué significa
La ñlosofía Pasemos ahora a veralgunos temas que no§ que- tttéma especial", ttorden", ttmétodot', y ttterrrinología pre-
y las ciencias. daron pendientes. Por ejemplo, la filosofía y cisa". Pero este problema, con un poco de esfuerzo, puede
las "ciencias". Algo hemos dicho de pasada resolverse. El otro problema es que algunos filósofos no
sobre este tema. ¿Es la filosofía una ciencia? admiten circunscribir su estudio a esas ca¡acterísticas, por-
Bueno, en mi opinión todo depende de lo que entendamos que, afiruran, sería limifur, particularbar, algo íntimamente
por cicncb. Podemos entender por "ciencia" lo gue hacen geneml como el "ser". Como vemos, la cosa tiene sus vueltas.
aquellos que llamamos cbntífbos, y al comenzar este capí- Yo, personalmente, opino que todo conocimiento ordenado y
tulo habíamos visto qué imagen tenemos habitualmente sistemático -incluso el estudio del "ser"- puede ser llamado,
del cientÍfico: el señor de guardapolvo blanco, en un laborato- de manera muy general, "ciencia", si bien habrá que distinguir
rio como los de las pelíeulas, rodeado de tubitos, microscopios después diversos tipos de ciencia. En ese sentido, la filosofía
y pizarrones llenos de fórmulas matemáticas. (Habitualmente, puede ser considerada una ciencia.
además, en las películas el científico tiene una hija que será
salvada de los villanos por un valiente detective; o es un genio
La utiüdad Otro tema pendiente es el de la utilidad. de la
loco que destruirá al mundo; o está por vender una peligrosa
fórmula a una potencia extranjera, pero, obviarnente, nada de Ia filosofía. filosofía. Muchas veces se afirma, en efecto,
de eso tiene que ver con la ciencia en cuanto tal.) Esta imagen
que la filosofía "no sirve para nada". Tal
vez mi respuesta te asombre, pero, en ci,erto
de la ciencia está muy difundida y muchos científicos y filó'
modo, es así. Tratemos de ver, pues, en qué sentido Ia filoso-
sofos se refieren a este tipo de conocimiento (llamado, tam-
fía es "inútil" y en qué sentido no lo es.
bién, "eiencia experimental") cuando dicen "la ciencia". Por
Volvamos por un momento a nuestro señor de los tubi-
zupuesto, si eso es la ciencia, la filosofía no es una ciencia,
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sino otro tipo de conocimiento. Ante esto, las actitudes han
tos y las fórmulas matemáticas en el pizarrón. Supongamos
que nuestro amigo científico ha descubierto una nueva ley
sido habitualmente dos: la filosofía no es ciencia y por lo tan-
química sobre el modo de combinación entre tales y cuales
to la filosofía no me importa nada, o la filosofía no es ciencia elementos, y entonces nos dice, entusiasmado: " ¡miren lo que
y no me importa que no lo sea y hago filosofía igual.
descubrí!", y nos explica contentísimo la nueva ley química
Ahora bien, las cosas cambian si por "ciencia" o "cono' que descubrió. Pero ahora supongamos que nosotros, no tan
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cimiento científico" entendemos no sólo lo del señor con los enh¡sirasmados cómo é1, le preguntamos: ¿y eso para qué te
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sirve?Y entonces puede ser que nuestro científico se nos que- mismas, desde el punto de vista de sus primeros principios
de mirando, medio extrañado, y finalmente nos conteste: (los últimos "porqués). O sea que la filosofía busca la verdad
"no sé, pero es fascinante, ¿no?". por h verdad misma;no busca la verdad por aquello que poda-
Esa respuesta del científico nos muestra lo que varno§ a mos hacer con la verdad. Y quisiera acotar aquí que la relación
denominar actitud conternplatiua ante la realidad. EI cientí- del frlósofo con la verdad (con las primems verdades, que son
fico está contento porque está viendo cómo son b co8o8, las que él busca) es una relación amorosa: el filósofo está ena-
independientemente de la utilidad concreta que ese conoci- morado de la verdad; ella es su eterna novia; y es una novia en
miento pueda proporcionar. Tal vez esa nueva fórmula quí- cierto sentido misteriosa, subyugante, y difícil de alcanzar.
mica sirae para hacer un nuevo remedio o un detergente, o lo Pero el filósofo, si es tal, le es fiel: sólo ella es objeto de sus
que fuere, pero como vemos, no es eso lo que entusiasma tan- desvelos; y la seguiní buscando siempre por más inconvenientes
to a nuestro amigo de los tubitos. Su gozo deriva del hecho de que ello implique; y cuando capte algo de su dulzura, la sos-
que ha visto cómo son las cosas, independientemente de tendrá siempre, por más problemas que ello le cause. Si el filó-
para qué son. (El filósofo, más que el "cómo", se preguntará sofo miente, habrá sido infiel. Pero en este mundo, aunque el
qué son las cosas y por qué son.\ Esa actitr¡d contemplativa filósofo ame la verdad para siempre, su amada parece a veces
es intrínsica a lo que llamamos eonocimiento especuhtivo, querer dejarlo; y el filósofo intuye que el casamiento definitivo
que nada tiene que ver con lo que habitualmente pensamos no es de este mundo.
cuando decimos "especular", sino que en este caso es sinó- Ahora bien: podemos también utilizar los términos
nimo de ver o conternplar (de aquí que se llame espectadores "utilidad" y "hacer" en un sentido más amplio, y advertir,
a quienes contemplan un acontecimiento). El conocimiento es- entonces, que contemplar la verdad es también un 'ohacer"
peculativo es distinto del conocimiento prdctico, que cbntesta muy especial, y que ese "contemplar la verdad" sirue para . - .
a la pregunta cómo se hace dgo, y que por lo tanto está con- ¡Pues para ser feliz! Nada más ni nada menos que para eso. Ese
testando también a la pregunta para qué sirue. Sin embargo, el es el peculiar "servi¡ para" de la filosofía: como habíamos
conocimiento práctico requiere aunque sea un mínimo de dicho, ayudarte en la búsqueda de las verdades más fundamen-
conocimiento especulativo, pues pÍrra saber cómo se hace tales de tu propia existencia, lo cual, a veces, no es fácil, ni sen-
algo hay que tener un mínimo conocimiento de qué son las cillo ni agradable, pero sí necesariamente relacionado con tu
cosas con las cuales se está trabajando (como el carpintero, que plenitud como ser humano. Y con esa plenitud, te aseguro,
tiene un conocimiento práctico sobre cómo hacer much¿ts co- está relacionada tu felicidad, aunque hasta ahora no hemos
sas con madera, y tiene un mínimo conocimiento, aunque sea, filosofado sobre la felicidad.
'sobre qué es la madera y sus principales características y pro- Por otra parte, la filosofía tiene una especie de constante
piedades, aunque sin llegar a saber necesariamente la composi- presencia invisible en toda nuestra cultura (como el cristal
ción química de la madera). Ahora bien: la filosofía es máxi- del anteojo, a través del cual se están mirando las cosas). Detrás
mamente especulativa, y por eso, si reservamos la palabra de toda organización política hay una determinada filosofía
"útil" para el conocimiento práctico, entonces vemos en qué p_olítica, detrás de la cual hay una determinada filosofía. Detrás
sentido la filosofía no es "útil": porque su misión no es hacer de toda técnica hay una determinada filosofÍa de las ciencias,
cosas (fabricar elementos), sino contemplar todas las cosas en sí detnás de la cual hay una determinada teoría del conocimien-
FILOSOFIA PARA NO FILOSOFOS 23
GABRIEL J. ZANOTTI
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GABR,IEL J. ZANOTTI
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GABRIEL J. ZANOTTI FILOSOFIA PABA NO FII,OSOFOS
nadie nos preguntó si queríamos nacer. Y tienen raz6n. Al pa- es lo gue nuestra mz6n puede deci¡nos sobre el origen ultimo
recer, hemos sido "arrojados a la vida", y a una vida que, de todas las cosas. Tlatemos de ver qué podemos decir de Dios.
además, sabemos que va a terminar alguna vez. Y nos pregunta-
mos: ¿por qué? ¿Tiene todo esto algún sentido, o es todo una
enorrne castralidad? Es natural para el hombre hacerse estas El planteo Tal vez estás pensando que ahora plantearemos
preguntas, pues es natural al hombre buscar la explicación racional el tema exponiendo una serie de "pruebas de la
del terna. existencia de Dios". No, no procederemos de
4!!ima de gu uida; el sentido de su existencia.üna vez recibí ese modo, y no porque yo no considere razona'
una carta donde se me decía textualmente: " . . . Es terrible
no encoirtrarle un sentido a esta vida. No encontrarle sentido bles a las pruebas de la existencia de Dios,
al sufrimiento, a las angustias. Vos tenés tus explicaciones en la
sino porque ese modo de plantear lias cosas produce rechazo en
quien esté eonvencido de que no puede demostrarse racional-
religión. Yo no las encuentro en ningún lado". iIe allí, magní-
ficamente expresado, el problema más importante de Ia vida mente que Dios existe. Y no es mi intención discutir, sino filo-
del hombre. Y la filosofía inquiere: ¿seguro que no hay res- sofar juntos. El phnteo es: si el tem ,
Yo no creo que sea evidente por sí mismo, como lo es el prin- existen, y un modo de ser, esto es, un modo de existir distinto {
i
cosa e-xiste'T
El punto de En este n¡omento nos encontramos como si ---Temos encontrado también una caracterización común
partida. tuviéramos que llegar a un primer piso y no para lo que queremos deci¡ cuando decimos "cosa": una cosa /_0.a
contásemos ni con una escalera ni con un ascen-
sor. Pero entonces, si necesitáramos imperiosa-
§_gygllo qlle g*i!.!9.4leqa"r_f,lér_q&§. áÉr ,i¡
pregsa, pgro- -l¡g.tan "U*d.'jl"e-nk]. O sea que es ente todo
mente llegar a ese primer piso, buscaríamos a nuestro alrede- aquello que "está existiendo". No dejemos de destacar, nueva-
dor algo o va¡ias cosas que pudiéramos apilar de algún modo mentg" que ,
para utilizarlasi como escalera. Bueno, tal vez mi solución es
algo torpe, pero al menos éstaras de acuerdo conmigo, en que
wa*fuIru_o.*e¡1 o!¡a (no es lo mismo existir siendo silla que
el espíritu de la solución que propongo es partir de lo que ya existir siendo persona). Podríamos decir que la "existencia" (el
tg_ry-gmos para llegar a lo que,todavía no tenemgs.
ser) es como el agua, y las cosas que existen, como las botellas
Y en este caso, ¿qué es lo que ya tenemos? Tal vez mi que tienen agua: todas tienen agua, pero algunas tienen más y
respuesta te resulte extraña: las cosas. ¿Qué cosas? ¡Pues las otras menos, y de una forma y de otra, según el tamario y
cosas, simplemente! Las cosas que están ahÍ, delante de noso- f ormadelabotella.Deigp4gg§-9.!941{49_c_o-gq§*_[q-e*eésLen-l
tros. Las páginas de este libro, la silla donde estás sentado (no "tienen" existencia _(*0, p.ero qg_rna forrr_a ojle_ otra, o e! |
leas este libro caminando o te darás un golpe); los á¡boles, las -*áüñ 1ó- tñ
$L{ó; .t@gE
plantas, los animales . . . Todo. Incluso algo muy importante:
tú mismo. Porque, al menos, estás seguro de que existes, ¿o no?
gutq."" l
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No lo dudes ni por un momento, porque no podrías siquiera
duda¡ si no existieras. Aquí tenemos algo que es evidente por El "existir" Ahora viene algo un poquito más complicado.
sí-mismo: tu propia existencia, y, además, la existencia de las en Iias cosas. Como ves, estamos tratando de filosofar juntos
cosas que te rodean.
sobre la base de 1o que se nos presenta a nuestro
alrededor. Y atrora tenemos que pens¿rr un poco
Ahora tratemos de busc4{_ en las cosas algo en común. más sobre todo esto.
vamos a zupónei tres cosas: este libro existe¡.esia silla existe; Hemos visto las cosas existen tienen dos elemen
tú existes. ¿Tienen algo en común? Sí: las- tres ,.existen',.
Pero: ¿existen las tres del mismo modo? euiero decir: ¿sor¡ lo modo de exisllrnctg, §g_-§g¡. Lry_!n9dg__dp. se_r). Ahora bien:
-.r ! mismo? No. Unaexiste @mo libro,laotracomosilh, ylaotra fijémonos en el detalle de que del "r,ng4,p _{e ser'l_de una cosa
li-i ,lf l, (tú) como perñru. Lo cual significa que las tres tienen modps ¿o¡!-epqgs afirqgr-§9lgIfnif¡flde§_.99lppj"e_ri.[t*iges"Sge"*ne-pUe*rr
i- d9 ser distintos. Mira qué interesanfe: estamos aquí en un Ug__es@Lgn ll_c.gga. Supongamos que vamos a un arroyo y
típico modo de enfocar las cosas que la filosofía lrama metafí- vemos un pato. Una cosa que existe, cuyo modo de existir
fsicc (¿recuerdas?). Hemos descubierto que en todas las cosas (modo de ser) es existir siendo pato. Y lo interesante es que
I que existen hay un ser, es decir, aquello por lo cual las cosas del "ser pato" (o existir como pato) se desprenden varias
GABBIEL J. ZANOTTI FILOSOFIA PARA NO FILOSOFOS 31
cosas;por ejemplo, que es un vertebrado, o, más específica- Pero volvamos a nuestro pato, que lo habíamos dejado medio
mente, nadar y hacer "cuá'cuá"' Podemos deci¡ esas cosas del muerto por ahí. Lo que estábamos tratando de decir es que,
pato por el solo hecho de ser pato. O sea, cada cosa tieSte¡¡n dado que su modo d,e59_r (el S_ef p-alel -ua-le asegurabanqcera-
cgnjqnto de características que' en Ciérto modo, la define4' riggr_e- n!9 _eL exi t_it fde -l-q_gant_raf io- jarnás_p odd-a-JrnAdl§g ),
ffif que responde a la pregunta "por qué esta cosa existe" (y vimos
que no podemos encontrar la respuesta en el modo de eristir
es-coiQelgdar leq Cgpqas_qasA§,gn_tUSdq td-e'exi§lfi_delenninado
(¿te acuerdas?: existir como libro, como silla, como ser huma-
de la cosa). O sea que las cosas tienen su existir "prestadol' no . . .), sino que*e_q .r..-i$"lq¿istircomoldlElejemplodelagua
y no "propio". ¿Te acuerdas del ejemplo del agua? Bueno, nos ayudará nuevamente: una cosa mojada no e8 agua, sino
todo esto es parecido a las cosas húmedas, que tienen agsa, que tiene agua. Pue¿ bien, la pIilqera causa no úiene el existir
pero no pn agua. Aquí sucede lo mismo. Las cosas que existen lser), sino qqq eq qldgtlfler).Y así, es lo único a lo cual le per-^. -
.
tienen existencia (el existir; el ser) pero esa eristencia (ese tenece-de neCisariamente y propiamente ser. Y a esta piiA;OrrDt¡-
existir) no les pertenece propiamente. causa la existencia de todas las cosas l¡a llamamos Dios.
La causa Todo lo cual nos lleva a esta conclusión funda- Dios y su Si todo esto te resulta medio "inconcebible"
del "existir", mental: las cosas tienen su razón de existi¡ "concepción". no te preocupes. Quiere decir que entendistJ
(su cqusaffi-ótra óosa. No en elqg -ruiglL;. Si bien. Por eso te dije que esto es sencillamente
volvemos a nuestro ejemplo, el pato tiene la cau- asombroso. Pues todo lo que pensamos, lo pen-
sa de su existencia en otra cosa, no en él mismo. Cla¡o me dirás: samos de un modo o de otro. Nuestra mente parece siempre
er¡ gl _q4qo del pato, como todo ser yivignte, decimos que nació querer "circunscribir" o "embotellar" todo (recuerda el ejem-
porque sus progenitores, de igual especie, le tr¿nsmitieron -la plo de las botellas). Y aquí nos encontramos con algo cuyo
v-Ida. Y así comenzaríamos a remontamos p¿rra atrás. P,-ero gn- modo de ser es que no es de un rhodo o de ottoi rlue no es
toñóes: ¿hasta dónde llegamos? Cada cosa depende de--oira esto o oqueÜo, sinLs W.es el mismo &r. Y la prueba de que
gqla su existencia, y así sucesivamente. . . . Entonces tenemos, nuestra mente no puede evitar embotellar y clasificar todo es
que ya lo hemos etiquetado: "Primera Causa". ¡Cuánto sen-
_e-n_-este caso, que cada cosa se comporta con respecto a la otra
cplqg -qn gslabón de- una cadena. Pero, como hemos visto, eq tido tiene, pues, decir que ante Dios la actitud más digna es el
gna cadena de cosas que ti,enen el existir, y es como si fuer,an silencio! Porque entonces, si se nos pregunta " ¿qué es Dios?,
"transmitiéndoselo". Por lo tanto, es lo mismo qu-e- una cade¡a deberíamos contestar: Dios es nada . . . de la que habitualmente
de cosas mojadas, que tienen agua pero no son agua. Pero sería es. Fíjate qué curioso lo que nos est'á diciendo nuestra razón:
inconcebible que esas cosas mojadas estuvieran mojadas si no Dios es algo tan grande, tan ilimitado, tan inconcebible, tan
g¡istiera el agua en sí rnismc (el agua). De igual mod-g, s.g¡ía impresionante . . . Que pqáq gggpg$g_dggq.-lg*gUg_g§,-p_q-ggp-o s
inconcebible una cadena de cosas que tienen el existir sin-el decir lo qlJe no es: no es ninguna de las cosas de este mundo.
existir mismo. Ese "existir en sí mismo" (el ser en sÍ mismo) _es lt rro. rr r(
pg$ B primera causa, que explica el existir de todas hs óosas que (es) el ser como (Puse "es" entre paréntesis porque l& .,r,. *,..'
-tgl.
prácticamente nos estamos quedando 1r]' " ''
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ces, ¿las sacó de otra cosa, como un carpintero saca sus muebles el ser es " no se deriva del modo de ser.
delá'-máaiérá?'Pero si es así, esa otra cosa también tig¡r,"e qge uer con
haber sido creada por Dios (porque esa otra cosa, como vimos, existir
áo puede ser Dios, y entonces tiene que ser distinta de Dios, eso no interesa; lo
y sl es distinta tiene ser y modo de ser distintos, y entonces
tiene el ser prestado y es creada), y entonces eI problema se existe, y que Dios es parte de todo lo que existe, y si Dios creó
repite: de dónde sacó Dios esa otra supuesta cosa. Entonces, al universo, Dios se creó a sí mismo, Io cual es contradictorio
si Dios no saca las cosas de sí mismo, ni de otra cosa, las crea . . . con la creación, pues sólo son creadas las cosas que no son
,!S_le npda! Sí, ya sé que esto es asombroso, pero, ¿qué otra Dios. Pero: por supuesto que sólo son creadas las cosas que no
alternativa queda? Todos nosotros, al hacer cosas, siempre las son Dios; P-t$-qs- incfeqdg p.ySp n1die-le -{"g."gl qXiqtir, pues el
hacemos de algo y con algo (como el carpintero, que utiliza existir Ie pertenece propiamente, y lo que es propio no se reci-
la madera, o el escultor, que utiliza el mármol, etc.). Pero eso be prestado. Pero decir "el universo es todo lo que existe" es
es transformar coffis que ya existen. Pero, como vemos, "dar totalmente impreciso: nosotros no hemos partido de "todo lo
el existir" (crear) es distinto a transformar. Dios, aI crear, no que existe", sino de las cosas que tenemos a nuestro alrededor,
utiliza ninguna materia preexistente. (Y ya vimos por qué: si a partir de las cuales vimos que tienen una diferencia entre ser
fuera así, a esa materia también la tendría que haber creado, y y modo de ser, y de allí nos temontamos a Dios (el ser en sí
así sucesivamente). -P_o¡ eSo, ta__S¡-e_a-c_iép, de Dios es de la nado. mismo). "Crear el universo" no es ctear todo lo que existe,
¿Increíble, no? Y lo más increr'ble es que todo esto son conclu- por lo tanto, sino que es crear lo contingente (las cosas que
siones lógicas a partir de lo que significa "dar el ser". Y es pueden o no existir).
obvio gue estemos mudos, boquiabiertos, frente a lo que la
razbn nos dice. Pero creo que la pobre raz6n, propiamente
hablando, ya no da para más. el
Dios y A partir de aquí, si no nos hemos equivocado,
aentido los interrogantes del principio pueden comenzar
último a contestarse. No totalmente, por ahora' pero
Algunas Todo esto nos lleva a reflexionar sobre el hecho de las cosas. las cosas van adquiriendo su sentido. Ahora
objeciones. hay un por qué de todas las cosas. El mundo no
es una enorlne casualidad. Y hay una esperanza
para nosotros. Nosotros, los seres humanos, que entre nuestras
hace al fondo ?e la cuestióú.- Por supr características definitorias tenemos la de poder preguntarnos
nos que ha sido por nuestro destino final. Pues hemos sido creados por Dios.
Cada uno de nosotros. Y entonces, ¿para qué nos creó Dios?
pero racionalmente es posible que el universo haya siempre ¿Es compatible con la absoluta perfección de Dios que nos
existido. El fondo de la cuestión es, como hemos visto, que las haya creado para el mal, para la infelicidad? Digamos que es
cosas del univeiso 1y éste en su conjunto) tienen una diferencia razonable contestar que no es compatible.
errtre el modo de ser y el ser, y allí está la clave de la cuestión: Por lo tanto, Dios esmotivo de esperanza. Una perfección
inmensamente infinita es el origen de nuestra existencia . .
I
GABRIEL J. ZANOTTI
cosas prestadas, sino de aquello que nos pertenece propiamen- lrr <lescripta, algunos animales parecen tener y presentar conduc-
te, es decir, de aquellas características que tenemos por el solo l,rrs que revelan algún tipo de inteligencia pruictica, esto es,
hecho de ser seres humanos. rr.suelven un problema buscando eI medio adecuado para llegar
"Pero eso no es tan complicado", me dirás. Porque tal ul fin (por eso es o'práctica", porque lo que se resuelve es algo
vez te estés acordando del tema de la fa¡nosa "inteügencia". que hay que hacer). Pero, ¿es sólo eso la inteligencia? O ¿se-
Además, es muy conocida la definición del hombre que viene reduce a eso la inteligencia del hombre? Algunos opinan que
desde Aristóteles: "animal racional". La inteligencia; el razo- Hí. No porque lo único que podamos hacer sea alcanzar una
llilill namiento; la tazón, la famosa taz6n que estamos exprimiendo, banana, sino porque nuestra inteligencia sería en nosotros sólo
es lo que más razonablemente se nos aparece cuando tratamos l<¡ necesario para resolver -_como cualquier otro animal- el
de ver qué nos distingue de las demás cosas. ¡rroblema de la supervivencia, para lo cual el hombre ha ideado
Yo no te voy a decirque esto no es así. Pero el problema las diversas técnicas (desde una hoguera, el arco y la flecha
es que las cosas no son tan sencillas, por cuanto hay que espe- hasta un proyectil supersónico y un acondicionador de aire)
cificar qué entendemos por "inteügencia". Además, siempre que le permiten sobrevivir y defenderse de las otras especies'
surge esta cuestión: ¿y no tienen inteügeneia, también, algunos Podríamos decir que es cierto que la inteligencia signifi-
animales? También aquí debemos recordar contestaciones ca eso. Pero, nuevamente, ¿sólo eso? Y hacemos esta pregunta
habituales: "no, Ios animales tienen i¡utinto". Lo que ocurre recordando que en el primer capítulo habíamos distingrido
es que, a veces, ¡flor de instinto!, ¿no? entre conocimiento prdctico y conocimiento contemplatiuo
Para que veamos mejor esta dificr¡ltad, te algo (especulativo). Habíamos visto que,para hacer algo, hay que
muy interesante. A principios de este siglo este "orr¡r¡§
tema estaba tener un conocimiento aunque sea mínimo sobre quá son los
muy candente, y por todos lados se hacÍan experimentos. elementos con los cuales trabajamos. Y vimos también que ese
con la conducta de los animales. Uno de los más famosos conocimiento sobre lo que las cosas son no es sólo para fabri'
consistió en poner a un gorila, que se Ilamaba Sultán, en un car o hacer cosas, sino también para ver cómo son las cosas en
lugar donde había una banana co@ando a una altura donde el sí mismas. Y esto es lo que llamábamos actitud contemplatiua
gorila no la pudiera alcanz.ar. Más o menos alejado de la de h realidad. A lo que estamos apuntando, pues, es que lo
banana había un cajón suficientemente alto como para quá que propiamente caracteriza a la inteligencia en ei ser humano
quien se subiera en él alcanzara la banana. Ya te lo puedes ima' es esa actitud, de la cual deriua su enortne capacidad práctica'
ginar a nuestro pobre Sulüán dando vueltas y saltos para tratar Esto es, podríamos definir a la inteligencia como la capacidad
de alcanza¡la. Pero, en un determinado momento, Sultán se de captar el ser y el modo de ser de las cosas. Permanenternente,
queda quieto y mim a zu alrededor. Y después de un pequeño nuestra mente se caracteriza por esLar abierta a la realidad,
lapso, al parecer sin dudar, toma el cajór-r,lo pone debqio de la a lo que las cosas son; a su existencia y modo de existencia.
banana, se sube en él y lo alcanza. Ha logrado su objetivo. Esto se manifiesta en el ser humano desde pequeño, cuando
Los científicos dicen que eso es una conducta inteligentei comienza a preguntar "qué es esto? (su modo de ser), y "¿por
esto es, resolver un problema, al encontra¡ cuáles son los qué?" (su causa). Incluso, el mismo término "inteligencia"
medios adecuados para llegar a un determinado fin. Definida nos indica eso: viene del latín "intus" (dentro) y "legit" (lee),
así, es muy difícil negar que, sobre la base de experiencias como o sea, leer dentro (de la cosa; ver lo que es); de allí el latín
GABRIEL J. ZANOTTI FILOSOF'IA PARA NO FILOSOFOS 43
"intelligere", gü€ es inteligir e entender, que es el acto propio ror (de existir) de las cosas. sino que significa que se conoce
de la inteligencia, como uer es el acto propio de la vista. O sea: algo o parte de ese modo de ser; a veces más, a veces menos; en
así como la vista "ve", y t'ver" es "captar la luz" (o el color), general, lo suficiente como para no confundir una cosa con
de igual modo, la inteligencia "entiend€", y "entender" es otra. O sea que la inteligencia se encuentra generalmente a
"capta^r la realidad", que implica captar la existencia y el modo mitad de camino entre conocer nada de las cosas y conocerlo
de existir de las cosas. Incluso -y esto es muy importante- todo.En realidad, sólo podemos conocer completamente aque-
la inteligencia puede captar el modo de ser en si mismo de algo. llas cosas que, en alguna u otra forma, hacemos. por ejemilo,
¿Qué quiere decir esto? Pues si decimos, por ejemplo, "este rl alguien es un experto mecánico, puede llegar a
pato existe" (volvemos a nuestro pato del arroyo), entonces "o*p""rrd",
perfectamente los hasta mínimos detalles de funcionamiento
captamos a una cosa que existe como pato (su modo de ser). de un automóvil; pero un médico jamás podrá estar en la
Pero entonces podemos incluso abstmer ese modo de ser en sí mi¡ma situación con respecto a su paciente. pues hemos inven_
mismo, lo cual significa que podemos no sólo considera¡ aeste tado el automóüI, pero no nos hemos inventado a nosotros
pato, sino al modo de ser pato solamente, esto es, lo que espe- mismos, como tampoco a ninguna de las cosas naturales que
cíficamente distingue al modo de ser pato de otro modo de nos rodean, que siempre guardarán secretos por revelar.
ser. Lo cual es la esencia del pato o "pateidad" (habitualmen- Y una última característica de la inteligencia humana,
te los modos de ser en sí mismo terminan en "eidad" o "idad"; muy importante, es que es capaz de uoluer sobre sí misma y
de allÍ "humanidad", por ejemplo). Y lo imporbante es que el entend.erw a sí misma. áQué significa esto? pues supongamos
modo de ser pato en sí mismo, o aquello por lo cual algo es que estás mirando algo a través de un largavista. puedes mirar
pato y no es perro, considerado en sí mismo no está solo muchas cosas con el largavista, excepto el largavista. Esio es:
en este pato (nuestro pato del anoyo), sino en fodos los patos. el largavista no puede verse a sí mismo; no puede ser su pro_
Lo cual significa que la inteligencia del hombre, al captar el pio objeto. O sea: si miras por el largavista aparecerán mrr"has
modo de ser en sí mismo de las cosas, ua mds alkí de lo con- cosas, excepto el Iargaüsta que estás utilizando. (Esto pasa
creto. O sea: la inteligencia no sólo capta a este pato en también con los sentidos, que utilizan órganos corporalei: el
particular, sino también a.la "pateidad" en sí misma. Lo más ojo no puede verse a sí mismo; una zona de la piel no puede
curioso de esto es que los modos de ser en sí mismos no se tocarse a sí misma). Pero en cambio la inteligencia, cuyo acto
pueden dibujar ni fotografiar. Por ejemplo, puedes dibujar un propio es "entender", puede entenderse a sí misma. Lo hemos
determinado triángulo, pero no puedes dibujar a la "triangula- estado haciendo: dijimos que la inteligencia es la capacidad de
ridad", esto es, aquello por lo cual llamas triángulo al triangulo caplu el ser y el modo de se¡ de las cosas: eso significa que
que dibujaste. Inténtalo, y verás que no puedes. Siempre la también estamos captando con la inteligencia lo que ella es:
concretarás en un determinado triángulo, aI cual lo llamaús tal au modo de ser es captar el ser y el modo de ser de las cosas.
porque se adecua a la "triangularidad". Pero los modos de ser Lo cual implica que la inteligencia se está ,,viendo" a sí misma
(modos de existir) siempre existen, en la realidad, en una cosa (cosa que no puede hacer el largaüsta ni nada que s@ esencial-
concreta que estd existiendo, mente corpóreo). Esto es lo que muchos filósofos llaman re-
Todo esto no significa que la inteligencia pueda conocer flexión. Además, por esta reflexión captamos nuestra propia
totalmente, completamente, exhaustiuamente, los modos de existencia, y por eso decimos ,,yo existo,, (¿recuerdas?, esto
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"intelligere", gu€ es inteligir o entender, que es el acto propio aer (de existir) de las cosas. Sino que significa que se conoce
de la inteligencia, como uer es el acto propio de la vista. O sea: algo o parte de ese modo de ser; a veces más, a veces menos; en
así como la vista "ve", y "ver" es "captax lafuz" (o el color), general, lo suficiente como para no confundir una cosa con
de igual modo, la inteligencia "entiende", y "ent€nder" es otra. O sea que la inteligencia se encuentra generalmente a
"captar la realidad", que implica captar la existencla y el modo mitad de cemino entre conocer nada de las cosas y conocerlo
de existir de las cosas. Incluso --y esto es muy importante- todo.En realidad, sólo podemos conocer completamente aque-
la inteligencia puede captar el modo de ser en sí mismo de algo. llas cosas que, en alguna u otra fonna, hacemos. porejemplo,
¿Qué quiere decir esto? Pues si decimos, por ejemplo, "este si alguien es un experto mecánico, puede llegar a
pato existe" (volvemos a nuestro pato del arroyo), entonces "o-pr"rrd"r
perfectamente los hasta mínimos detalles de funcionamiento
captamos a una cosa que existe como pato (su modo de ser). de un automóvil; pero un médico jamás podrá estar en la
Pero entonces podemos incluso abstmer ese modo de ser en sí misma situación con respecto a su paciente. pues hemos inven-
mismo, lo cual significa que podemos no sólo considera¡ a este tado el automóvil, pero no nos hemos inventado a nosotros
pato, sino al modo de ser pato solamente, esto es, lo que espe- mismos, como tampoco a ninguna de las cosas naturales que
cíficamente distingue al modo de ser pato de otro modo de nos rodean, que siempre guardarán secretos por revelar.
ser. Lo cual es la esencia del pato o "pateidad" (habitualmen- Y una última característica de la inteligencia humana,
te los modos de ser en sí mismo terminan en "eidad" o "idad"; muy importante, es que es capaz de uoluer sobre sí misma y
de allí "humanidad", por ejemplo). Y lo importante es que el entender* a sí misma. óQué significa esto? pues supongamos
modo de ser pato en sí mismo, o aquello por lo cual algo es que estás mirando algo a través de un largavista. puedes mi¡ar
pato y no es perro, considerado en sí mbmo no está solo muchas cosas con el largavista, excepto el largavista. Esto es:
en este pato (nuestro pato del anoyo), sino en úodos los patos. el largavista no puede verse a sí mismo; no puede ser su pro-
Lo eual significa que la inteligencia del hombre, al captar el pio objeto. O sea: si miras por el Iargavista aparecerán muchas
modo de ser en sí mismo de las cosas, ua mds alb de lo con- cosas, excepto el largavista que estás utilizando. (Esto pasa
creto. O sea: la inteligencia no sólo capta a este pato en también con los sentidos, que utilizan órganos corporales: el
particular, sino también a.la "pateidad" en sí misma. Lo más ojo no puede verse a sí mismo; una zona de la piel no puede
curioso de esto es que los modos de ser en sí mismos no se tocarse a sí misma). Pero en cambio la inteligencia, cuyo acto
pueden dibujar ni fotografiar. Por ejemplo, puedes dibujar un propio es "entender", puede entenderse a sí misma. Lo hemos
determinado triángulo, pero no puedes dibujar a la "triangula- estado haciendo: dijimos que la inteligencia es la capacidad de
ridad", esto es, aquello por lo cual llamas trir{ngulo al triangulo captar el ser y el modo de ser de las cosas: eso significa que
que dibujaste. Inténtalo, y verás que no puedes. Siempre la también estamos captando con la inteligencia lo que ella es:
concretarás en un determinado triángulo, al cual lo llamarás tal au modo de ser es captar el ser y el modo de ser de las cosas.
porque se adecua a la "triangularidad". Pero lic.s modos de ser Lo cual implica que la inteligencia se está ,,viendo,, a sí misma
(modos de existir) siempre existen, en la realidad, en una cosa (cosa que no puede hacer el largaüsta ni nada que seo esencial-
concreta que estd existiendo. mente corpóreo). Esto es lo que muchos filósofos Ilaman re-
Todo esto no significa que la inteligencia pueda conocer flexión. Además, por esta reflexión captamos nuestra propia
totalmente, completamente, exhaustiuarnente, los modos de existencia, y por eso decimos "yo existo', (¿recuerdas?, esto
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T1l-¡
lo habíamos dado antes como un ejemplo de una euidencia). un espejo, pero en ese caso es como si mirara su propia foto, lo
Y es eyidente porque cuando dices "yo entiendo que . . .", es cual es también ofra cosa). Vemos pues que la capacidad del
obvio que estás existiendo, porque no podrías entender ni hombre de tener conciencia de sí mismo y decir ,.soy,, (o
hacer ninguna otra cosa si no existieras --por eso se dice que "existo") es algo que difícilmente pueda reducirse a algo
tndo lwcer supone un ser previo-. (Un gran filósofo, Renato rólo corpóreo. ¿Puede una moderna computadora decir, por
Descartes, decía que esto es tan evidente, que en el sólo e{ y ante st-,"soy" ("existo") y, de ese modo, tomar conciencia
hecho d,e dudar nos damos cuenta de que existimos, porque no de sí misma? Yo creo que no. Por supuesto, la puedes progra-
podríarnos dudar si no existiéramos; y otro gran filósofo, que mar para que después, cuando hagas "correr', el programa, apa-
además fue un santo, san Agustín, decía que en el solo hecho de rezca la palabra "soy" en la pantalla. Por eso te subrayé ..por
equiuocamos nos damos cuenta de que existimos, por el mismo eí y ante sí", es decir, espontáneamente.
motivo: no podríamos equivocarnos si no existiéramos). Y este "soy", tan sencillito, pero que aparece como algo
imposible para una supercomputadora, nos señala otras cosas.
Por ejemplo, su simplicidad. No sólo porque sea simple, para
La Ahora üene algo muy interesante. Todas un ser humano, pensar "soy", sino también por zu no-d¡u¡slb¡t¡-
inteügencia estas características de Ia inteligencia humana
y su relación que estamos analizando, ¿son explicables dad. O sea, no lo puedes "cortar", ni medir_ Todo lo corpóreo
con lo por un proceso corpóreo, de tipo físico-quími- ee puede medir. Y también puede dividirse en partes más
pequeñas, aunque no siempre se tengan los instrumentos para
corpóreo. co oelectrónico?Esteesuntemaquehapreocu-
ello. Pero, ¿,cuánto mide el "soy,'? Sencillamente, nada. ¡Lo
pado a muchos filósofos, y tiene graves conse-
cuencias. Porque si esta capacidad definitoria del
cual no implica que no exista, si justamente al decir ,,soy',
eetás diciendo que existes! Pero, ¿cuántas partes tiene .,soy',?
hombre, la inteligencia, es sólo materia, entonces no habría
ninguna conclusión lógica que nos indicara que no todo termi-
(Y por supuesto, no nos estamos refiriendo a la palabra, a,sí
que no es cuestión de decir "s", .'o", etc.). ¿Se puede ser por
na con la muerte. Con lo cual estamos nuevamente rodeando
la mitad? No. Existes o no existes, pero no tiene sentido decir
el tema de nuestro destino final. Por lo tanto debemos ahora
que existes un poquito,
afilar nuestta taz6n, porque entramos en zona tormentosa.
En mi opinión, hay varias cosas que nos indican que la Esto nos está indicando que el objeto de la inteligencia
inteligencia no utiliza un órgano corpóreo para realizar su tarea humana (el ser y el modo de ser de las cosas) es algo que no
puede reducirse a cosascorpóreas. Loscuerpos existen, pero eso
específica, que es "entender". En priiner lugar, porque si así
fuera, no podría "reflexionar": como habíamos dicho, volver no implica que necesariamente sólo lo corpóreo puede existir.
sobre sí misma y captarse a sí misma. Lo cual implica captar la
Ya vimos en el capíhrlo anterior que nuestra tazón puede no
existencia de quien está entendiendo. Ninguno de los sentidos sólo suponer la posibilidad de la existencia de Dios, sino tam-
corpóreos pueden captarse a sí mismos: el ojo no puede verse, bién demostrarla. Pero entonces, si nuestro intelecto fuese
ni el tacto tocarse, ni el olfato olerse; esto es, siempre captan sólo una cosa material y corpórea, no podría captar sino cosas
otra cosa, no a ellos mismos (el ojo de Juan puede ver el ojo de materiales y corpóreas, dado que nada puede hacer cosas que
Pedro, pero si Juan mira no verá su propio ojo -recuerda el estén más allá de su propia naturaleza (al menos, ninguna cása
ejemplo del largavista-. Por supuesto, puede verse mediante puede hacer eso por sí misma) . O sea que sería igual que nues-
B*-
F-
tros sentidos, que sóIo captan cosas materiales y corpóreas grave daño funcional. Los médicos y psiquiatras, cada vez más,
(que siempre se pueden medir y dividir -al menos, esa es una hablan de las enfermedades y poblemas "psicosomáticos", lo
de las características más firmes y evidentes del mundo mate- que significa que problemas al parecer sólo corpóreos causan
rial, si bien no conocemos totalmente zu modo de ser-). Pero daños psíquicos y problemas al parecer sólo psíquicos influyen
si esto fuera así, entonces nuestra inteligencia no podría ni si- en lo corpóreo y pueden ser causa de enfermedades somáticas.
quiera concebir la posibilidad de la existencia de cosas no El hombre se muesttn pues como uno, con su espíritu y su
corpóreas. Pero no sólo nuestra inteligencia sípuede hacer eso, cuerpo. Pero, si esto es así, ¿cómo explicarlo? Y si el espíritu
sino que también puede ocuparse de Dios, que no es corpóreo, es hasta tal punto uno con su cuerpo, ¿cómo sostener que
además de poder volver sobre sí, como hemos visto, y captar podemos seguir existiendo más allá de la muerte?
los modos de ser en sí mismos de las cosas (recuerda el ejemplo Bien, no es este un problema sencillo de resolver, pero
de la triangularidad) que no son reducibles a imágenes corpó- te daré la respuesta que hasta ahora me ha parecido más razo-
reas (recuerda que no podias dibujar la triangularidad). Por nable. Viene del viejo Aristóteles. El azunto es más o menos así:
todo esto, creo que es razonable afirmar que la inteligencia no tupong¿rmos que tenemos cuatro piedritas, y las colocamos en
puede explicarse por un solo proceso corpóreo (como los cinco el suelo de forma tal que cada una de ellas represente cada uno
sentidos, que tienen un órgano corporal). de los vértices de un cuadrado imaginario. Esto es, lias coloca-
Por lo tanto, hay en el hombre una dimensión no reduci- mos en forma de cuadrado. Observemos que allí tenemos dos
ble a lo material, que es lo que muchos filósofos llaman espiri- elementos: las piedritas (el elemento material) y la forma de
tualidad, que lo abre a una existencia más allá de la muerte. cuadrado (el elemento formal). La forma tiene la función de
Pero, me áirás, aquí hay algo ra¡o. No somo espíritus "puros" organizar y disponer en un determinado orden a los elementos
o "solitos", me dirás. Y tienes raz6n- Tenemos r¡n cuerpo' materiales. Las cosas fabricadas por el hombre siempre tienen
Un cuerpo que, podríar-nos decir, forma parte esencial de otte esquema: una seri- de elementos materiales unidos y
nuestra existencia. Pero en este tema los filósofos han tenido onsamblados en una forma determinada, forma que habitual-
muy diversas opiniones. Muchos opinan que el hombre es mente permite cumplir una determinada función. Fíjate en
I
esencialmente su espíritu, y que el cuerpo es otra cosa, total- eualquier cosa que tengas a tu alrededor, (una silla, un televisor,
mente distinta, que el hombre maneja como un automóvil' o lo que fuere) y verás que tiene ese esquema. Pero esto
El espíritu estaría "dentro" del cuerpo, como el conductor también lo observamos en la naturaleza y, sobre todo, en esas
"dentro" del automóvil. Pero, la verdad, yo nunca me atreve- cosas tan especiales que llamamos seres vivos. Para no ir muy
ría a sostener tal cosa; no sé si estarás de acuerdo conmigo' loJos, vayamos a lo que los biológos llaman la unidad mínima
Hay muchas cosas que nos indican una unidad muy profunda de la vida, la famosa "célula", y veremos ese esquema (incluso,
I
entre nuestra parte espiritual con la corpórea, hasüa tal punto lu biología nos enseña la existencia de animales unicelulares,
que podríamos decir que son dos elementos de una sola cosa, que tienen una sola célula, como los paramecios). En una
que es el hombre en su totalidad. La inteligencia no es reduci- cólula hay una gran cantidad de elementos materiales: hidra-
ble a lo material, pero eso no implica que no use de algún tos de carbono, proteínas, lípidos, agua, etc., etc. En sí mis-
modo (y use no quiere decir "ser") al cuerpo, pues si alguien mos, apilados uno sobre otro, no formarían una céIula, de
sufre un daño cerebral serio, sus funciones psíquicas sufren un lgral modo que si desensamblas y desarmas tu televisor y
rl
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GABRIEL J. ZANOTTI FILOSOFIA PARA NO FILOSOTOS
pones todas las piezas en una bolsa, colocadas según vayan ca- habíamos visto que la capacidad intelectual no depende de lo
yendo, esas piezas ya no forman un televisor' Pero volvamos a material para su existencia. Por lo tanto, tampoco el principio
la célula. Eios elementos materiales, que está'n en la célula, último del cual deriva, pues lo no-material no puede apoyarse
eslán ordenados en una d,eterminada forma' Esa "forma" es y sostenerse, pdo su existencia, en lo material (pues ninguna
lo que nos permite hablar de una cierta unidad (decimos que r:osa da lo que esa cosa no tiene, y por eso una cosa solamente
hay- "rrrru" célula) y además cumple una función: mantener material y corpórea no puede dar u originar lo intrísecamente
ta vl¿a de la célula (o, como dirían los biólogos, su funciones lnmaterial; es lo mismo que si me pidieras un millón de dólares:
i
metabólicas). Inclusive muchos de esos elementos materiales no te los puedo dar porque no los tengo - ¡en serio!-). Enton-
(:eB, es cierto que nuestro principio organzativo último y nues-
van cambiando, a lo largo del tiempo, por los sucesivos inter-
cambios de la célula con el medio en el que se encuentra: si en tra capacidad intelectual están más atlá de lo corpóreo y mate-
el lugar "x" de ta célula hay un determinado hid¡ato de rial, pero eso no impide que puedan organizar y estructurar al
('uerpo humano, pues hemos visto que las estructuras en
carbono, es muy posible que después de un tiempo, en ese
mismo lugar haya oúro hidrato de carbono, cumpliendo una r:uanto tales son distintas de los elementos materiales que
función iáéntica que el anterior. Como ves, en la célula hay r¡rdenan. Por lo tarito, podemos concluir que la relación y
una determinada-estructura que en cierto modo trasciende unión entre el espíritu y el cuerpo del hombre es que nuestro
(esto es, es distinta) a los elementos materiales que está orde- orpírihr cumple la función de principio organizativo último de
nando. O sea: la estructura (la forma) no es lo mismo que los nuestro cuerpo, lo cual no implica que su existencia dependa
elementos materiales, sino que es aquello por lo cual éstos se tlo esa función. Todo lo cual explicaría la íntima relación que
ordenan, y en función de lo cual cumplen una determinada rc observa entre nuestras funciones psíquicas y corpóreas.
función, como siguiendo un "programa" similar aI de una ltosumiendo, todo cuerpo tiene una forma que lo organiza y
computadora (entre paréntesis: ¿pudo la célula haberse tunifica, y la forma de nuestro cuerpo es espiritual. Por eso se
programado a sí misma? -relacionar con el capítulo dos-)' A rlir:e que el espíritu del hombre es un espíritu "encarnado".
r,, ,"r, células de iguales características se ensamblan forman- Por supuesto que todo esto es para seguirlo pensando,
do tejidos, Ios cuales a su vez se ensamblan y ordenan fonnan' ¡rr.ro hasta el momento esto es Io que me parece más razonable.
do órganos, sistemas y aparatos (como el sistema nervioso, o el Itlrte tema sirve como ejemplo sobre cómo la filosofía y las
aparato respiratorio), todo lo cual se -ordena a su vez en una clr.ncias experimentales (en este caso la biología, la física)
fórma última que conforma u.n organismo viviente. Ese orga- ¡rueden y deben ayudarse mutuamente. Pero lo importante de
nismo tendrá pues un púncipio organizativo último (su forma l,rxlo esto es la afirmación del elemento fundante del hombre,
"principal") del cual "emergerán" o derivarán sus otras capa- nr cspíritu, y que ese espíritu lo abre a una existencia más allá
Por ejemplo, la capacidad de subirse a un árbol y rk. la muerte corpórea.
"iauaur.
comer bananas estará "programada" por la "forma principal" Pero con todo esto no estamos terminando nuestra in-
(el principio organizativo ultimo) del mono. si aplicamos este rllgat:ión sobre el hombre. Al contrario, apenas hemos comen-
mismo esquema al ser humano, deberemos conclür que todas an«lo. Porque de este elemento fundante del hombre surgen
nuestras capacidades, incluso la inteligencia, derivan de nuestro ol,rrs características muy importantes sobre las cuales debemos
principio organizativo último como organismos humanos. Pero flkrsofar un poco.
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50 GABRIEL J. ZANOTTI FILOSOFIA PARA NO FILOSOTOS ó1
||ililil
desear si nuestra inteligencia no las detectara como buenas r¡ur. satisfacer, y en esta vida constantemente nos estamos
para nosotros. No estés pensando que me estoy refiriendo en nroviendo en tomo de objetivos todavía no cumplidos. Todo
este caso a un bien necesaria¡nentn moral. Al tema de la rrrlo quiere decir que tendemos naturalmente a la felicidad
moral nos introduciremos después. En este caso estamos lla- l,ot,rü que puede se¡ concebida por nuestra inteligencia, Y €s
mando bueno a todo aqueüo que la inteligencia nos presenta frr,nte a esa felicidad total que no somos libres (no podemos
como conveniente para nosotros ("conveniente" en cuanto rro r¡uererla), pero no la podemos alcanzar con las cosas de este
nos permite üegar a un fin). Por eso, un error de la inteligencia rr¡undo. Las cosas de este mundo no son el bien total, sino que
I
producirá que nos perjudiquemos (en cuanto no alcanzaremos rr¡n bienes parciales. Y entonces, si sólo el bien total tiene el
el fin). Volvemos a reitera¡ -rsto es muy importante- que ¡x»rlnr de determinar totalmente tu voluntad, de manera que
dejamos el tema del bien moral para más adelante, si bien lo rro ¡ruedes no quererlo, los bienes parciales no l,ienen ese
que estamos diciendo ahora se reliaciona con el planteo ético. ¡rorler. Y en ese sentido somos libres. Somos libres en el
Y ahora pensemos en algo muy importante. ¿Recuerdas ¡rrntido de que podemos autodeterminarnos frente a los bienes
cuando decíamos que nuestra inteligencia puede concebir ¡rnr«:iales. No podemos no querer el bien total (que implica la
la "triangularidad" en sí misma? hres bien, de igual modo frrli¡'¡¿u, total) pero podemos querer o no querer cualquier
-y como hemos venido haciéndolo- nuestra inteligencia nos toxu de este mundo, porque no tienen la capacidad de ofrecer
permite no sólo conocer esta o aquella cosa buena (concreta nr¡ucllo que nos dejaría totalmente satisfechos. Como cual-
y particular) sino también "lo" bueno en sí mismo, o sea, r¡rrier bien de este mundo puede dejarte insatisfecho en algún
la noción de "el" bien en sí mism«¡. Y eso es lo que nuestra n,rrtido, en ese sentido puedes no quererlo, y puedes quererlo
inteligencia hace cuando mediante ella decimos que tendemos r,lr cl sentido en el cual te deje satisfecho. En este sentido
"al" bien. Y is frente a esta tendencia "al" bien, así en abstrac- nr¡r'stra voluntad es libre: en cuanto que se autodetermina
to considerado (reiteremos, otra vez, que no se trata necesaria- frr.¡rte a los bienes parciales. Por eso, si, por ejemplo, te traen
mente del bien moral), quenosomos libres. Y es esta tendencia rtrr ¡rlato de comida y tienes hambre, puedes decir "no quiero".
a "el" bien la que se expresa con nuestra tendencia a "la" No porque no tengas hambre, sino porque puedes considerar
felicidad. Ahora bien, ¿cuá podría ser la característica princi- r¡ur. cl plato de comida satisface tu hambre, pero no tus deseos
pal de la felicidad total? Yo creo que podemos razonablemente rl¡, ¡r«¡ engordar. Entonces, como no quieres engordar, dices "no
contestar que, si tuviéra¡mos la felicidad total (que sería fruto r¡uicro". Y esto es a lo que nos referíamos cuando decíamos
de tener el bien total), se caracterizaría por el hecho de que es- r¡uc cualquier bien de este mundo puede satisfacerte en un
ta¡íamos tan plenarnente satisfechos en todos nuestros deseos n,¡ll,ido y no en otro sentido. Y por eso podemos decir que el
y aspiraciones, que ya no tendríamos más nada que querer o Irr¡mbre es necesariamente libre internamente, porque su
deeear. Pero, ¿qué cosa buena de este mundo tiene esa carac- ttr[eligencia lo abre a la distinción entre bien total y bien
terística? Pues ninguna. Todas las cosas buenas de este mundo ¡rrrrt:ial, y a poder elegir f.tente a los bienes parciales. Que son
nos satisfacen en este o en aquel sentido, pero ninguna nos l.rxl«ls los bienes de este mundo.
produce una plenitud tal que ya no tengamos ningún otro
deseo o aspiración. Pues cada vez que nos movemos para
conseguir algo, eso implica que todavía tenemos algún deseo
GABRIEL J. ZANOTTI FII,OSOFIA PARA NO FILOSOFOS 56
Los Muy posiblemente, muchos te di¡án que esto rle decidir ante el conjunto de opcianes que las circunstancias
condicio- no es así, y que el hombre actúa necesariamente nos presenten; significa que somos responwbles de nuestra uida
namientos. condicionado por diversascircunstancias.Pero (¡lues "respondemos" de ella). Y de esto, paradójicamente,
lo que ocurrre es que Ia libertad es como un ins- no somos libres. No podemos no ser responsables (no como
tn¡mento muy delicado que tiene la capacidad r:ualidad moral, sino en cuanto que somos dueños de nuestra
de ponerse a sí mismo en peligro de descomponerse, o, al con- vida). Cuando una persona dice .,no respondo de mí',, es
trario, cuida¡se. Puedes, por ejemplo, ponerte delante de deter- r:omo si estuviera anunciando que ha decidido no ser libre. y
minados estímulos sensibles y corporales tan fuertes que tu ruo es imposible. Pues si lo decidió, es libre. Los filósofos exis-
voluntad ya no responda, pero serás responsable de tu conduc- tencialistas dicen que el hombre no tiene una forma de exis-
ta si tú mismo has decidido ponerte en esa situación, y en ese l¡lncia determinada, sino que se da a sí mismo su propia
sentido tu acción segufuá siendo libre. Puedes también actuar r,xistencia, y, en el sentido de que el hombre es libre de decidir
todos los días siguiendo hábitos y costumbres de la sociedad trl curso de su vida, tienen razí»n.
que te rod@, pero tienes la capacidad de decidir si los vas a se- Me dirás que tal vez estoy exagerando un poco todo esto,
guir o no. O puedes también tener limitadas las opciones, pero rlrdo el enorme conjunto de circunstancias que condicionan
siempre guardas una capacidad de elección final. Por ejemplo, ¡x,rmanentemente nuestra vida. Pero el asunto es que yo no
alguien puede amenazarte con un anna y decirte que mates rutoy negando la importancia de esas circunstancias condicio-
a tu madre o te dispara, V Do creo que vayas y mates a tu nuntes; sólo estoy diciendo que ellas no anula¡t tu libertad in-
madre diciéndole que no eres libre de decir que no. l¡rrna. Incluso, puedes decidir "abandonarte" a ellas, y en ese
r:u¡o también lo has decidido libremente. Mira, una vez leí
un libro de un psicoterapeuta vienés, que se llama Víctor
El hombre Por eso el hombre, por su libertad, es dueño de It'runkl, que estuvo en el campo de concentración de Auschwitz,
como dueño de su destino. Ser dueños de nuestro destino rk. los nazis. ¿Podemos concebir algo más "condicionante" y
de s¡ destino. no significa manejar el conjunto total de cir- nronos "libre" (en cuanto a libertad de algo) que un campo de
cunstancias que se nos pueden presentar, r:«¡ncentración? Yo creo que es difícil. Digarnos que es un buen
ni tampbco poder evita¡ las consecuencias ne- oJcm¡,ls de imposición violenta de todo tipo de condiciona-
cesarias y/o probables de nuestra conducta. Por ejemplo, ser lnientos. Pues bien, en ese libro (que te citaré después en las
dueños de nuestro destino no significa que podamos evitar hr«:turas) Frankl explica cómo pudo ver que el hombre podía
que haya un terremoto, sino que significa que decidiremos tr«l perder, si lo deseaba intensamente, su libertad interna, aún
qué actittrd tomaremos en el momento del tenemoto (por $n ese campo de concentración. "Los que estuvimos en cam-
ejemplo, si estamos caminando con alguien en el momento
¡ros de concentración -dice Frankl- reco¡damos a loshombres
del terremoto, ¿nos preocuparemos de quien tenemos aI lado o r¡ue iban de banacón en banacón consolando a los demás,
correremos al primer refugio que encontremos dejando aban- rlóndoles el último trozo de pan que les quedaba. Puede que
donada a la otra persona?). Y si decidimos comer algo que ñ¡eran pocos en número, pero ofrecían prueba,s zuficientes de
sabemos que nos hace mal, no podremos deci¡ que no somos r¡uc al hombre se le puede arrebata¡ todo salvo una cosa: Jc
libres porque no podemos evitar la indigestión posterior. Ser última de las liberto.des humcnas -la elección de la actitud
dueños de nuestro destino significa, pues, tener la capacidad
rI illl
GABRIEL J. ZANOTTI FILOSOFIA PARA NO FTLOSOFOS
per$ntl frente a un conjunto de circutatorciar para decidir cir lo mismo): que Ia persona es una cosa muy especial, o un
su propio camino". Y continúa a renglón seguido: "Y allí tlgo tan especial, que le ponemos el término "alguien" y no
siempre había ocasiones para elegir. A diario, a todas horas, "olgo", y "quién" y no "qué". O sea, la persona e§ una cosa'
se ofrecía la oportunidad de toma¡ una decisión, decisión que ¡,orá ,ro-"omo las demás. Su modo de ser es ser
libre e inteli-
determinaba si uno se sometía o no a las fuerzas que anlenaza- l¡ente. Y cuando ese modo de ser libre e inteligente está
ban con a¡rebatarle su yo mas íntimo, la libertad interna; que iincarnado (en un cuerpo) decimos que es una persona humana'
determinaban si uno iba o no iba a ser el juguete de las ci¡- Y eso somos nosotros. Y por eso tenemos el "peso" y la
cunstancias, renunciando a la libertad y a la dignidad, para de- üremenda responsabilidad (de la cual no podemos huir) de ser
jarse moldear hasta convertirse en un recluso típico" (pag. 69). tlueños de nuestra Propia vida.
Los relatos de Frankl siempre me impresionaron; inclu-
so hay una parte en la que cuenta cómo veía entra¡ a ottps
judíos a la cámara de gas rezando el "§hama Yisrael" (una l,a moral. Y porque tenemos La responsabilidad de ser
oración judía). ¡Eso es libertad interna! No, por supuesto, dueños de nuestra propia vida, es que tenemos
libertad polÍtica, pero sí es ser dueño de la propia vida, que es una calacterística importantísima, derivada de
io que nos interesa. La libertad política es un derivado de la nuestro *r pe?sotut Es algo que ha estado latente hasta
libertad interna, cuando los hombres se tratan mutuamente ahora, como una atmósfera que nos ha rodeado permanente-
como lo que son: seres dueños de su destino. mentá, y de la cual todavía no hemos hablado explícitamente.
y
§e traia ae la ETICA o MORAL. ahora que nos hemos refe-
ridoalalibertaddelhombre,estamosenplenascondiciones
para reflexionar racionalmente sobre eI bien y eI mal moral'
Qué es Como ves, nos estamos introduciendo cada vez
ser per§ona. más en la natt¡raleza humana, en nuestro por
iustamente, lo primero que trataremos de establecer es
"modo de ser" más íntimo. Y hemos dado qué hablamos dá moral en el hombre y no en los animales
y/o
hasta ahora dos pasos muy importantes, pües (y ya hqmos utilizado
hemos hablado de'las ca¡acterísticas definitorias de nuestro
* tu, plantas. Supongamos, en efecto, que decimos que
este ejemplo, que nos seguirá dando servicios)
modo de ser, que serán origen de otras características. Somos
todas las plantas tienen orientadas por naturaleza sus
parbes
espíritus encarnados dueños de nuestro destino. Porque (lo cual llamado
con clorofila (sus partes verdes) hacia el sol es
tenemos inteligencia y uoluntad (que como hemos visto,
por los biólogos fototropismo positivo)' Toda planta' necesa-
es voluntad libre). Y por eso somos personas. Todo aquello
que, existiendo en sí mismo, tiene inteligencia y voluntad, es riamente, se orientará hacia la luz del sol al desarrollarse. Pero
planta debe orienlarse a la luz del
PERSONA, y por eso nosohos somos per@nas humanas. Ju- ¿tenarÍa's"ntido decir que la
lián Marías, filósofo español contemporáneo, dice que el üt, y que está bien moralmente si así lo hace, y mal siennóeste lo
I
GABRIEL J. ZANOTTI FILOSOFIA PARA NO T'ILOSOFOS
un juicio sobre una realidad bien tangible, que nos üce cuál es esta es la cuestión. ¿No habíamos visto, cuando razonábamos
la conducta adecuada para llegar a la finalidad natural del sobre la libertad, que hay algo que no podemos no querer? ¿Y
hombre. Se trata de una relación objetiva de medio a fin. Pero no era ese algo la felicidad totai? Pues bien, allí está nuestro
entonces se nos objetará: " ¡Ah, pero allí está su error! Porque fin último, aI cual naturalmente todos los seres humanos
todos los seres humanos tienen fines distintos. ¿No dijo usted tienden: el bien total, ese bien que implicabaqueestuviéramos
que los seres humanos son dueños de sus vidas? Pues bien: totalmente satisfechos, del cual se derivaba nuestra felicidad
unos querrán hacer esto, otros aquello, y en relación a lo que total. Todos los seres humanos -tengan los fines particulares
cada uno quiera tener como fin de su vida será la conducta que que tengan- tienden a ese lien total. Pero me dirás que esto
en ese caso debe realizar. Por eso la moral es algo subjetivo y es un poco confuso, porque primero digo que el fin último es
depende de cada uno". ¿Qué responderíamos a este planteo? desarrollar totalmente nuestras capacidades humanas y ahora
Pues que se refiere a la clave de Ia cuestión que, al ser analizada, te digo que nuestro fin último es el bien totat al cual tendemos.
nos'permitirá seguir adelante. "En efecto, diremos que, por Lo que ocurre es -tal vez ya lo advertistr que ambos están
supuesto, cada ser humano tiene fines distintos para su vida; si íntimamente unidos: porque desarrollar plenamente nuestras
todos quisiéramos hacer lo mismo sería un gran problema. ¿Te capacidades humanas, tan plenamente que ya no tengamos
imaginas si todos quisieran ser médicos, o todos abogados, o nada más que desarrollar, implica que estamos plenamente
todos jugadores de fútbol? Afortunadamente no nos gusta a satisfechos; tanto, que no tenemos nada más que querer, y que
todos lo mismo. Pero el asunto no es este. El asunto es que hemos colmado totalmente las apetencias de nuestra naturaleza,
todos podemos tener gustos muy distintos, pero todos tene- lo cua-I, como dijimos, implica haber alcanzado el bien total.
mos la misma naturaleza humarw, y por eso la ética no es cues- Quiere decir eü€, resumiendo, el fin último objetivo del
tión de gustos. Y porque todos tenemos la misma naturaleza, hombre es el bien total, que implica el pleno desarrollo de sus
es que tenemos una finalidad natural, 1o cual no implica que capacidades específicas como hombre, todo lo cual tiene como
esa finalidad no se pueda lograr a través de nuestras particu_la- fruto la felicidad total, a la cual todos tendemos naturalmente.
res vocaciones. Pero entonces surge aquí nuevamente el La ética se nos presenta pues como el camino a seguir para
problema. Porque, me dirán, ¿cuál es esa finalidad natural? alcanzar nuestro fin último, camino que libremente decidimos,
¿Cómo saber cuáI es? ¡Bueno!, cuestión de razonar de nuevo. en cada instante de nuestra vida, si vamos a seguir o no.
Y así como es perfectamente razonable decir que el fin último
de la planta es desarrollar totalmente sus capacidades (sus El fin Pero, me dirás, ¿qué es ese "bien total"? ¿Exis-
potencialidades) como planta, de modo que llegue a su pleni- último te? ¿Dónde está? ¿No habíamos dicho que nin-
tud como planta, diremos que el fin último del ser humano es y Dios. gún bien de este mundo es ese bien total?
desarrollar plenamente sus capacidades como ser humano, para Sí, habíamos dicho eso, pero a la vez, en el
lo cual hay que fijarse bien cómo es nuestra naturaleza y ver capítulo anterior, habíamos demostrado la exis-
cuáles son sus inclinaciones y tendencias naturales. Ese será tencia de Dios. Y ese bien total, eapaz de plenificamos total-
pues nuestro fin último, o finalidad natural. Pero esto no mente, es Dios. Pero, ¿cómo puede laraz6n decirnos tal cosa?
soluciona nada, me podrán volver a decir, porque, ¿y si alguien Pues porque habíamos demostrado que Dios se nos muestra
no quiere llegar a ese fin último? ¡Ah!. como diría llamlet, como la existencia en sí misma (el ser en sí mismo) y en ese
GRABRIEL J. ZANOTTI
FILOSOFIA PARA NO FILOSOFOS
húmeda. Y si la plantita dijera, por ejemplo, ..voy a encerrarme natural a reproducirnos, a unirnos con el otro sexo y a cuidar
en un sótano, sin luz y sin agua,, eso sería inmoial, pues eso le nuestros hijos, lo cual debemos hacerlo en un ámbito adecuado
impediría desarrollarse como planta. a esos fines, que es una familia unida y estable. Tenemos,
Pero ya vimos que la planta cumple necesariamente con tarnbién, uira específica capacidad de conocer eI ser y el modo
su orden natural; no así el hombre. El hombre es interigente de ser de las cosar¡ --y esto es propiamente humano-, de
y libre. Con su inteligencia, el hombre advertirá cufl ás su lo cual se desprende que debemos buscar siempre la verdad; y
modo de ser (su naturaleza) más fundamental, y con su volun_ tenemos también una específica capacidad de voJuntad libre,
tad libre adecuará o no su conducta a esa naturaleza. por lo de lo cual se desprende que debemos buscar el bien moral y
tanto, p¿ua ver cuáles son las leyes morales básicas adherimos a él libremente, no por temor, sino por propia de-
1ue serán
las normas básicas de nuestra rey natural- deberemos tazotrar cisión. Y tenemos una tendencia natural a vivir en sociedad, de
sobre qué conductas se adecuan o no a nuestra naturaleza. lo cual se desprende que debemos cuidar todo aquello que
afiance los lazos sociales y favorezca la convivenc.ia pacífica.
- .Esto te explica porqué los hombres tienen tantas disi-
dencias sobre qué es lo bueno y qué es lo malo moralmente, Para lo cual hay una norma fundamental: la justicia, que es dar
cosa que alguna vez te habrás preguntado. La causa no es que a cada cual y a nuestro semejante lo que le pertenece, y le
la moral sea algo totalmente subjetivo, como una cuestión de pertenece en primerísimo lugar que respetemos su naturaleza;
gustos. Lo que es adecuado o no a nuestra naturaleza
no es una que lo tratemos como lo que es, un ser humano, y que por lo
cuestión de gustos, como no lo es t:rmpoco en el caso de la tanto respetemos en él todas esta.s mismas cosas que son buenas
planta. El problema es que nucstr¡r naturaleza es algo mucho para cada uno de nosotros. A cada ser humano (sea del país,
más-complicado que la de la planta. Los hombres difieren lugar, raza, sexo o cultura que fuere) le debemos pues las si-
muchas veces sobre qué características ti.n. nuestra naturareza. guientes cosas: debemos respetar su vida, esto es, jamás arre-
Y aunque se pongan de acuerdo en eso,l<¡s r,zonamientos sobre batársela (y menos aún cuando es totalmente indefenso y está
cuál es su orden natural pueden ser corn¡rlcjos. pero estos pro_ dentro del vientre de su madre); debemos trata¡lo como un
blemas no deben desalentarnos. Las limitacir¡nes de nuestra ser dueño de su destiDo, V por lo tanto proponerle nuestros
raz6n sólo nos indican que debemos anclar t:«ln cuidado y
no proyectos vitales pero jamás imponérselos; y como es inteli-
apurarnos' pero jamás debemos dejar dc razon¿lr. Es como si gente y libre, enseñarle la verdad y convencerlo pacíficamente
pretendiéramos dejar de ser seres human«rs. I)or r. tanto, inten- de ella, pero jamás imponerle por la fuerza la verdad, porque
témoslo, aunque sea tratando de establecer lo más general de eso es imposible.
la moral.
Los derechos Me dirás que estoy hablando mucho de los
del hombre. deberes del hombre. Pero, ¿qué hay de sus
Las normas Pa¡a razonar correctamente, ¡rirrtamos de derechos? Lo que ocurre es que jamás se puede
de la ética. "nuestras inclinaciones naturares. como todos hablar de los derechos del hombre si no se habla
los seres vivientes, tenemos una tendencia natu- primero de sus deberes. Porque, como vimos, uno de nuestros
ral a la vida, de lo cual se desprende que no de- deberes fundamentales es tratar a la otra persona como tal
bemos atentar contra ella. Tenemos, tambión, una tendencia (que es una de las exigencias básicas de la justicia), y eso, visto
!
66 GABRIEL J. ZANOTTI
FILOSOFIA PARA NO FILOSOFOS 67
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GABRIEL J. ZANOTTI
FILOSOFIA PABA NO T'ILOSOFOS
l
con nuestros deberes morales, pues si amamos realmente, no
desearemos perjudicar a nadie, sino al contrario; y para benefi-
que sólo podremos quedar absortos al saber que es el Ser
perfectísimo e inconmensurable, y que nos ha creado para que
cia¡ a las personas debemos ante todo cumplir cán nuestros
lleguemos a El.
deberes morales.
Dado que el cumplimiento de nuestros deberes morales
es lo que nos permite desarrollarnos eomo personas, y dado El ftr La moral se nos ha presentado asf como un
que el amor nos estimula a cumplir gustosamente con y los medios. camino para llegar a nuestro fin último, Dios, a
nuestros
deberes, el amor es la norma principal para nuestro desanollo través del amor. Pero entonces surge la ütima
personal. Esto soluciona esa aparente antinomia que a vece§ dificultad que quisiera reflexionar contigo.
se da entre el bien de la otra persona y el bien propio. pues En ultima instancia, las normas morales se nos han presentado
amor implica pensar en la otra persona y preocupÍrrse por como medios para llegar a un fin (Dios). Pero entonces, ¿el fin
ella, pero ello redunda en beneficio propió, prr", justifica los medios? Bueno, no te azustes, pero en un sentido
nos perfeccionamos como personas, al c.rmpli, nuestros "--¿o es cierto que el fin último es el que da sentido y justifica todos
deberes morales y ejercitando además nuestra capacidad de los medios para llegar a El. El asunto es que luy medios que
ejecutar- actos libres en relación con el cumplimiento de esos gon intrínsecamente ineficaces para llegar al fin último, aunque
deberes. De ese modo no necesitamos que nadie nos amenace seati eficaees o idóneos para llegar a otros fines.Y eso es lo que
con un castigo para cumplir con nuestro deber. El amor exclu- se quiere decir cuando se afi:ma que el fin no justifica los
ye el temor servil. Todo ro cual imprica que el beneficio medios. Por ejemplo, robar puede ser un medio efectivo para
de ra
otra persona implica el nuestro. y eso aún en el caso de que el obtener recursos con los cuales ayudar a los más pobres, pero
beneficio de la otra persona implique algunas molestias o perjui_ es a la vez instrínsecamente incompatible con el hecho de llegar
cios aparentes para nosotros. por ejemplo, si tienes qrr" a tu fin último. Por eso el fin (ayudar a los pobres, que es un
uy.,á",
a tu madre, ese tiempo lo podrías haber utilizado án aescan- fin bueno) no justifica el medio (atentar contra la propiedad).
sar, pero es indudable que ayudar a tu madre te ha perfeccio- Así entendido, que el fin no justifrca los medios es uno de los
nado como persona, y por eso úe benefició. y en el caso de que preceptos más importantes de la moral, y, a la vez, uno de los
estés que es una mala persona y no te ama, más difíciles de cumplir.
-ayudando alguien
a
también te beneficias. porque el amor impüca deseár q,r" q,riu.,
es una mala persona mejore y deje de serlo, y el amor
imptica Dios Todas estas reflexiones sobre la.moral nos ayu-
desear que quien no ama, ame también.
y el hombre. dan a ruonar sobre un tema que siempre ha
preocupado alos filósofos, que esla RELACION
El_amor y, además, el amor a tu prójimo se volverá más ENTRE DIOS Y EL HOMBRE. Es muy habi-
a Dios. fácil para ti si lo ves como parte del amor que tual que el tratamiento de esta relación sea desequilibrado.
debes tenerle a Dios. Claro que el amor a Algunos filósofos colocan al hombre como un ser absolutamen-
Dios te malo y perverso, con una naturaleza intrínsecamente corrup-
será algo muy especial, dado que, como Dios
es ¡rrlrfe.ctísimo, no podremos darle algo que ta y enferma mortalmente, incapaz de rcalizar alguna obra
le :,fult",,, sirro buena por sí mismo y carente, por lo tanto, de dignidad natural.
GABRIEL J. ZANOTTI FILOSOFIA PARA NO FILOSOFOS
Todo lo que el hombre tenga o haga de bueno, en esta posición, falso. Decir que el hombre es poderoso y digno porque Dios
se debe auna acción de Dios sobre el hombre, que seríá maneja- no existe carece de sentido: si Dios no existiera, el hombre
do como un títere por Dios. En esta posición sólo Dios es no sólo no tendrÍa ninguna dignidad, sino que no existiría.
bueno y el hombre, en cambio, absolutamente malo, sin üg- En ütima instancia, esta posición intenta poner al hombre en
nidad natural ni libertad. el lugar de Dios. Lo cual es, precisamente, desubicarse. ¿Viste
En la posición contraria, en cambio, el hombre es visto cuando alguien nos parece un "desubicado"? Bien, es el caso de
como absolutamente bueno y poderoso, y la existencia de Dios esta posición, que saca al hombre de su lugar como criatu¡a
I
se ve como un obstáculo a la grandeza del hombre y a su (lo des-ubica) y lo coloca en el lugar de Dios.
libertad. Esta posieión es calificada habitualmente como hu- En resdmidas orentas, el ser criatura de Dios es lo que
manismo ateo. nos tiene que "ubicar": por un lado, en nuestras limitacio-
Es curioso ver que ambas posiciones coinciden en decir nes y en la humildad correspondiente, justamente porque no
algo así: o Dios es bueno o lo es el hombre, pero no pu:den somos Dios; y por el otro, en nuestra dignidad natural, porque
ser ambos buenos alavez. O también: o existe Dios o existe el no somos Dios pero Dios nos ha creado inteligentes y libres.
hombre. Aunque a veces parezcamos medio tontos y nos guste escla-
Yo estoy en desacuerdo con ambas posiciones, y te expli- vizamos a muchas cosa¡¡, pero eso es porque no habremos
caré por qué. Tal vez ti también estés en desacuerdo óon desarrollado nuestras capacidades como snres humanos.
ambas. Porque coincidirás conmigo en que si es cierto, como Por lo tanto el hombre, en la medida en que reconoce la
hemos dicho, que Dios ha creado al hombre, y todo lo que Dios glandeza de Dios, se engrandece, y enlamedidaen que se olvida
ha creado es bueno, entonces algo sencillo como iro, p"r- de Dios, se empequerlece. Querer engrandecerse olvidándose
mite ver porqué la relación entre Diosy el hombre es"ro
de armonía de Dios es imposible. Esta relación armónica entre el hombre
y no de ehoque. La natwaleza del hombre no puede ser abso- y Dios se denomina habitualmentn humanismo teocéntrboz
lutamente mala, pues el hombre ha sido creado por Dios, y la afirmación del valor del hombre justamente por el reconoci-
Dios no crea lo malo. El hombre, en la medida en que ha sido miento de su origen último en Dios.
creado por Dios, es bueno, y en la medida en que adecue su
conducta a su ley natural, será bueno moralrnentá. por supues-
to, el hombre puede ponerse, libremente, de espaldas a Dios, y Dios y la Consideraciones muy parecidas debemos hacer
en esa medida se¡á malo moralmente, pero eso no anula su libertad. si consideramos el t¿ma de DIOS Y LA LIBER-
bondad por ser c¡iatura de Dios ni su dignidad natural por ser TAD. Algunos ven la existencia de Dios como
inteligente y libre. Por lo tanto, es justamente la existencia de un obstáculo a la libertad humana. Y entonces,
Dios el fundamento último de la dignidad del hombre, defini- nuevamente debemos decir lo mismo: el hecho de que el
da como la hemos definido. hombre sea libre y dueño de su destino Íw sido d.ispuesto asi
La segunda posición es igualmente errónea, en mi por Dios. Por zupuesto, dado que Dios existe, no cualquier
opinión. si hemos concluido que Dios es el fundamento últi- conducta es apta para llegar a Dios, y en esa medida no pode-
mo de la dignidad del hombre, ver en la existencia de Dios un mos hacer lo que se nos antoja y luego seguir lo más panchos.
obstáóulo a la dignidad y grandeza del hombre es sencillamente Pero protestar por eso es lo mismo que protestar porque libre-
GABRIEL J. ZANOTTI FII,OSOFIA PAEA NO FII,OSOFOS
nada y voy a seguir mi camino. ¿Significa eso que yo quiero secretos y maravillas de zu naturaleza, para que los descubramos
que eso ocurra, o que yo sea cómplice del que lo dejó mal y después colaboremos en la realizaciín de la paz y el bienes-
estacionado? Nada de eso. Simplemente, dejo las cosas como ta¡ de todos los hombres. Y me vas a disculpar que defienda mi
están porque sería un mal mayor que yo me pusiera a arrastrar gremio, pero no puedo dejar de recordarte un trabajo muy espe-
al coche a una comisaría asumiendo funciones que no me cial, el filosofar, del cual ya hemos hablado en el capítulo uno.
corresponden. En resumidas cuentas, los males se toleran ¡Bueno! Parece que hemos filosofado bastante sobre
cuando ello es necesrio para euitar males mayores. De igual el hombre. Pero no mucho; en realidad, sólo hemos reflexio-
modo pasa con Dios. El tolera muchas cosas --de lo contrario, nado juntos sobre los aspectos más importantes, en mi opinión,
no sucederíatr- y, evidentemente, con buenas razones para ha_ del ser humano, de manera muy concisa, tratando de llegar a lo
cerlo. Ahora bien, pretender conocer las razones áe Dios esencial de las cosas. Pero queda una última cuestión que quisie-
ya es un poco una irreverencia. La tazón indica que el Ser ra charlar contigo. Al final de cuentas, hemos visto que las dos
Absolutamente Perfecto tiene raz ones absolutamente perfectas. cosas más importantes que el hombre tiene que hacer son
Y punto. conocer la verdad y practicar el bien, por medio del amor. La
verdad y el bien moral son para el hombre como la luz y el sol
para las plantas; la mentira y el mal moral son los enemigos
El trabajo Volviendo, pues, a la relación entre Dios, el mortales del hombre; productos ambos, paradójieamente, de
y la familia. hombre y su libertad, digamos que el hombre él mismo. La mentira y el odio son la verdadera muerte para el
no debe ver en Dios un competidor, sino el fun- hombre; la verdad y el amor, su vida más plena. Pero entonces
damento último de sus logros aquí en este mun- ffjate en lo siguiente: las dos cosas más importantes en la vida
do. Nuestro destino final es Dios, pero no creo que podamos del hombre no pueden 1y por eso no deben- imponerse por
concluir de allí que debemos quedarnos cruzados de brazos la fuerza. Muchasveces lagente toma por verdadero lo falso y/o
en este mundo. Al contrario, para llegar a nuestro destino final, por bueno lo malo; en ese caso lia conciencia del hombre se
que no es de este mundo, debemós trabajar mucho en este equivoca, y eso es lo que se llama conciencia errónea. Si una
mundo. La ciencia, el arte, la tecnica y todas las realizaciones persona se equivoca de buena voluntad (esto es, hizo todos
del hombre no son más que el despliegue de sus posibilidades los esfuerzos para busca¡ la verdad, pero igual se equivocó)
como persona, lo cual implica ponerse en camino de Dios. o de mala voluntad (esto es, se equivocó porque voluntaria-
Para lo cual hay una fórmula muy sencilla: tratar de ser muy
mente no se esforzó en buscar y encontrar la verdad) es algo
buenos, y lo mejor que se pueda, en dos cosas muy importantes
que los demás hombres rlunca sabemos con plena certeza y
de este mundo: la familia y el habajo. Por medio de la familia
algo que compete en última instancia a la justicia perfecta de
desarrollamos nuestra capacacidad de amar para siempre y edu-
Dios, y no tenemos nosotros que metemos en ello. Peroo inde-
car a nuestros hijos de tal modo que colaboren en la realización
pendientemente de eso, la única manera que tenemos para que
de un mundo pacífico y más digno del hombre. Y por medio
una persona equivocada reconozca la verdad---o sea, pase de
del trabajo ---sea cual fuere- desarrollarnos nuestra capacidad
tener conciencia errónea a conciencia verdadera- es por medio
de colabora¡, en cierto modo, en la obra de Dios, pues al pare-
de la argumentación racional; esto es, por medio del convenci-
cer, Dios nos ha dejado allí, como un tesoro inexplorado, los
miento interno que esa persona tenga de que lo que nosotros
I
-
decimos es la vetdad. No hay otro medio, dada la naturaleza A veces no da rezultado, pero es el único camino.
de hombre --racional y libre- y la naturaleza de la verdad Por eso, la verdad y el amor, al ser las cosas más impor-
--que es la adecuación de la inteligencia del hombre a la reali tantes de la vida del hombre, demandan la paz y la libertad
dad-. Si, por ejemplo, una persona está convencida de que dos para su realización. La fuerza bmta, en cambio, es casi siempre
más dos son cinco, es inútil -y muy probablemente contra- el lenguaje del odio y La mentira. No siempre. Pero casi siempre.
producente- que lo amenacemos con un fusil y le digamos: ¡Bien! Ahora sí que podemos tomarnos un descansito.
Espero que tu visita guiada por los temas de la filosofía vaya
" ¡dí que dos más dos son cuatro o disparo!" En ese caso,
no sólo habremos hecho algo malo moralmente, sino además más o menos bien. Espero también que hayas advertido la im-
muy torpe, dado que, en todo caso, Ia persona amenazada portancia de las reflexiones de este capítulo. Puedes haber
puede decir que dos más dos son cuatro; puede pronunciar esas tenido conmigo algún desacuerdo, pero es importante que, sin
palabras, por temor de que disparemos; pero en su interior no embargo, hayas visto lo fundamentales que son estas cuestio-
nes para tu vida.
estará conuencido racionalmenfe de las palabras que pronunció,
y estará pronunciando palabras que para él son dudosas o _ Resumiendo, hemos tratado de averiguar cuál es la esen-
cira del hombre, y hemos visto que es un ser espiritual encar-
falsas, con lo cual, además, le estaremos haciendo decir lo que
para él no es verdad, lo cual es malo para é1. El camino correcto nado, inteligente y libre; su inteligeneia le permite contem-
plar la verdad y su voluntad le permite adherirse libremente al
de nuestra parte, en cambio, es argumentar racionalmente y,
pacíficamente, convencerlo de que dos más dos son cuatro. De amor; que el amor es el camino fundamental de su vida moral,
que a su vez es el camino para llegar a su destino trascendente
este modo lo estaremos tratando doblemente como persona:
en cuanto que trato de convencerlo de la verdad, y en cuanto de este mundo, que es Dios.
que eso mismo implica que no intento hacerlo por la fuerza. Todo lo cual es algo esencialmente distinto, creo, de
Iguales consideraciones con el caso del amor. ¿Cómo vamos utilizar un cajón pÍüa agamar una banana.
a amenazar a alguien con un fusil y decirle " ¡ama o disparo!"?
Hacer eso sería medio ridículo, ¿no te parece? El amor tiene
que surgir espontáneamente y libremente con el convenci-
miento racional de que amar es bueno, porque sólo así es amor.
Y la mejor manera de estimular el amor es amando. El odio
sólo genera más odio. El amor, en cambio, es eminentemente
reproductivo. Genera vida; y no sólo en el caso del amor
entre marido y mujer, sino en todos los casos del amor: entre
los amigos, parientes, etc. Genera vida del alma humana, pues
produce su acerc¿rmiento a su Creador y Fin Ultimo. Por eso,
si ves que alguien no ama, y odia, no está mal que te defiendas
de su odio, pero no lo odies;no te conviertasenél;muéstrale
en cambio el bien y la verdad, lo cual es amarlo, y de ese modo,
sólo de ese modo. lograrás convercerlo de las ventajas del amor.
JA
CAPITULO 4. EL CONOCIMIENTO
!9c9,fr p.ara después llegar a la conclusión de que podemos co-_ Trgs; ¿,qó¡¡q !e c.oLr9--c-g*? {o con qué se conoce). Hay,
qotlo-qe?
Il-9cer algo. O sea : s;¿pg!ge¡po§_.qgg.-d-e-S,Ugp.,p.i.-q¡¡!"r_de_cenocer además, una cuarta pregunta, emparentada con todas, pero so-
algo, vqln-o.-s. a y"p:. §l_pgdqgrgq coloe-er: _Er bre todo tal vez con la primera: ¿qué es conocer? Comence-
.gss iaso el gran pro-
bléma g¡re,rlg"áry-qo, gglo_gpy .sj pá-Qe.iios q.gnocír, u.-o, mos a analizar estas preguntas.
"i
alffi@rcfiü;sa misdñpácidad ae conocer que !sta-
m&'poniggd_ó:É¡_"Püd4. Fn ló óüál nós esta¡emos ántráai-
eiendo. Es lo mismo que álguien dijera: ..dudo que pueda razo-
Las A l¡-pt"S"t" "¿t" puede ',r !)Ílr
ñai-. Entonces, voy a tazonar p¿üa ver si puedó razonar,'. Lo
posiciones. den, obviamente, Eos respuestas básicas: si o - t)-rlgF,
no. Si decimos que sí, a partir de allí se trata de
cual implica dudar que se pueda razonar y ponerse a r¿rzonar
pasar a las demás preguntas v se abre todo un
para solucionar la duda, y eso es medio absurdo.
abanico de posiciones distintas. Alrora bien, puede conte_starse
[ 9oq tod_o esto lólo* gg_ietg decirte que siempre estamoE gg_gno¡ a partir de lo cual, obviamente, no tiene sentido seguir
lelg_giendo nuestra capacidad de conocer. por lo tanto, lo que
-sí podemos hacer, sin caer en el problema aludido es refleiio- preguntando las demás cosas. Es.E_.re§pggsJe,-ftqg. d-igg qge n.o
,
ncr sobre esa capacidad. Y habrás notado que ya van dos veces
que te subrayo la palabra "reflexionar',. En efecto, lo que po-
demos hacer es uoluer sobre este conocimiento que hastá ahára
hemos estado utilizando, como un carpintero que está hacien-
clgnalmente calificada como escepticismo. Será la primera que
do muebles y se pone a reflexíonar sobre su actividad como
comentaremos, antes de describir nuestra posición.
carpintero. Por eso he considerado mejor que este capítulo ha-
La segunda pregunta era sobre qué * conoce. Esto se rerá'
ya quedado para el final. No es que era imposible haber co- I
fiere a lo siguiente: ¿se eqrlqqen *coqqigqg- g¡,isten-ind"penlo '-'
menzado con este capÍtulo desde el principio, pero era más di-
dientemente de gue las conozcamos? O también: el hecho de ,. ,
fícil. Más fácil es hacer como dice la canción: ise hace camino que conozcamos algo, ¿es causa de la existenCia dc_ls_Sue só- ii i
al andar". De igual modo, se conoce sobre el conocimiento qq_c_eq]_a§? Aunque en principio esto te parezca fácil de respon-
conociendo.
der, este ha sido uno de los problemas más complejos de la
filosofía. Habjtualmente_se deqomjta r-eqli,§U!o__tla- posieión (,
,r1,, rr.
que afirma que pueden conocerse cosas cuya existenc_ia s_ea_ in-
El cono- Lo primero que haremos en esta reflexión so- dependiente del sujeto que está conociendo, y qge_ e_i ql¡á-o de \t'i ,
cimiento bre el conocimiento es trata¡ de ver cuáles son sg¡_de gsas cosas no queda totqlmente ocu!-tg al¡gjglg que-c*o-
y sus sus principales problemas o cuestionamientos. ry§li,lgeq¡tsmo es la posición gont¡q44: ,'l ,!t:n.
problemas. O, dicho más fácil, cuáles son las preguntas qve La tercera pregunta cuestionaba con qué (o cómo) se; .,
sugiere el problema del conocimiento. Habi- conoce. Se denomina racionalismo la postura que A,fi¡ma que ii,
tualmente, en la filosofÍa distinguimos tres pre- conocemos fundamentalmente con el intelecto y la taz6n, y
guntas principales, cuyas respuestas van delimitando las prinói- emplr_ilAo la postura que sostiene que se'conóóé iünaámental-
p4lé_s ¡_osiciones en teoría del conocimiento (gnoseología). mente con los sentidos. Hay_una poitüi?-iñ6rfne4iá-g-g9- qgstie- raronaln
-Bsas.'tre,q: preguntas son: uno, ¿se puede conocer?bo., ¿q.,é ," lg" gge, -c.o-_! ocem o s f undámentatrne nte c on am bos f aóüiiádes de Y'
efn?' r 6rf0
GABRTEL J. ZANOTTI FILOSOFIA PARA NO FILOSOFOS 8Ít
conocimiento (en cuanto que ambas son necesarias y ninguna o q_ue eq!_gmos 4t4gn9o, egtgyoj e1t1
@y_irtiendo que erramos
se puede dejar de lado). Algunos lla¡nan a esta posición ,.int&- conttando una uerdad que podemos afirmar con certeza. Y
-- -Quisiera
lgctualispo".
advertirte que estas clasificaciones son ..peligro-
muchas cosas ile-las que diremos ahóra tas trabÍamós uisto-en
el capftulo anterior, cuando hablábamos de la inteligencia hu-
sas". Su peligrosidad radica en que desdibujan graue-"rrtá h mana, al reflexionar sobre el hombre. Es en la reflación sobre
complejidad de los diversos matices que aparecen en las posi- el escepticismo donde el hombre pued.e ad.uertir con mós pro-
ciones de diversos autores. Permíteme pedirte que nun"a liagas
fundidad la esencial apertura de su inteligencia a la realidad. Si
esto: fulano es -?or ejemplo- .,idealista',; el idealismo dice dudamos, ¿podemos duda¡ entonces de que dudamos? No. Es
"tal cosa", luego fulano dice tal cosa. No, cuidado; lo que al- verdad, pues, que tenemos dudas, y he allÍ una verdad de la
guien "sea" ylo diga es algo muy complejo como para calificar- cual no dudamos. Podemos, pues, dudar, pero no de todo. De
lo de manera tan rápida; hay que leer directamente a fulano igual modo, si cometemós errores, al decir "esto es un error"
para tener una idea acabada de su pensamiento. Estas clasifica- eso lo suponemos verdad, y tenemos también allí una u"rd"á
ciones sólo siwen para ordenarse un poco mentalmente en el de la cual no dudamos. Es más: a través de la reflexión sobre
complejo mundo de la filosofía; cumplen la misma función estos actos de pensamiento -tus dudas, tus errores- se te apa-
que una pequeña vela en una ciudad a oscuras, que al menos rece, de manera evidente, tu propio ser, como también decía-
evita que tropieces y te lastimes gravemente; póro para ver mos en el capítulo anterior. Eres tú el
más claramente hay que introducirse directamente en el pen- no as dudar, existen-
samiento de cada autor. Cla manifiestas
una veroad evldenf,e, segura, fan segura que no nece-
sita ser demostrada (por eso es eviden'be), Por !o tanto, todo_ esa ,, ',t,l
€S'lt'r''
EI Como te había dicho, no quisiera describirte '
escepti- mis opiniones sin antes meditar contigo el tema
!o nos_lnuestra que sostener una posición escéptica total esle ¡1
contradictorio, pues si dices "no se puedg ggnoger la ygr!-4d],1
eismo. del esceptic¡.smo. En efecto, muchas veces ha-
,
lo cual implica captar la exis- ejemplo, la vista es la capacidad de ver, y ver es captar la luz).
I conocer es "captar" la realidad,
i tencia y algo del modo de existencia de las cosas. Y no duda- Por eso podemos decir que cada potencia se define por su ob'
-mos de que podemos conocer, porque aún en esa misma duda jeto, y por eso objetos de conocimiento distintos necesitarán
advertimos ya nuestra propia existencia, lo cual es una expe- potencias de conocimiento distintas.
riencia interna de nuestra apertura al existir de las cosas (esto
no implica que no tengamos dudas, sino.que no dudamos La Pero el hombre no conoce sólo por su inteligen-
de todo). Este es, en mi opinión, el punto de partida defini- inteligencia cia. Hay tamfgAg pgt-glliry 9g cp-.,c¡¡.,1i:
torio de la teoría del conocimiento. ylos nociniieñto señi6les,"Ugm!r!
que pg&f4ó¡Sxpgqime¡r-
sentidos. ta¡ en nosotros miüoq -t-o.g[gs *lq-q-"días. Por
ejemplo, los cinco sentidos. Estas potencias de
Las A partir de aquí, veriís que reitera¡emos algunas
conocimiento nos informan de las característi-
facultades. cosas que ya hemos meditado en capÍtulos an-
cas palpables y visibles de Ias cosas, mientras que la inteligencia
teriores. Si conocer es, en cierto modo, estar a:]
nos muestra su existencia y su modo de existencia (su esencia).
biertos a la realidad que nos rodea, cuando de-l
cimos "realidad" nos estamos refiriendo al conjunto de cosas i
De ese sentidos íntimamente
unidas, un solo de co-
que eiislón, lon sü existir y su modo de existir (como había-,
mos visto cuando analizábamos el modo de llegar racionalmen-*
humana). Si, por ejemplo, se nos aparece un perro por delante,
te a Dios). psje gpnos¡gry{g es, como habíamos visto, carac-
los sentidos nos informarán de ciertos caracteres concretos (su
terística esencial del
color, su tamaño, su forma exterior, sus ladridos -si ladra-) y
de sus
nuestra inteligencia advertirá su existi¡ y su modo de existir;
conocimiento. A
in¿lu§ó, riüestra inteligencia podrá después universalizar ese
través de esas facultades, el hombre llega al objeto de conbci
modo de existt (el concepto "perro" en sí mismo) y podiá
élaborar también razonamientos necesarios sobre ese modo de
el hombre, es, como hemos visto, la inteli-
esencial en
--ggnc!a, existii. Por ejemplo, las reflexiones filosóficas que hemos he-
(cuyo nombre viene, como vimos en el capítulo p, de cho sobre el hombre, cuando vimos, por ejemplo, que todo ser
"in!usl'(dentro) y "legit" (lee),. porque "lee dentro" de !a_q9- humano es inteligente y libre, con una dignidad natural, etcéte-
m, seltqnq-o_ !ll*!§rJ §_!!¡1no-*d9"de*ser). Toda potencia de qong- ra, constituyen un conocimiento universal sobre la naturaleza
-cimiento tiene una acgión específica y un objeto (aquello que del ser humano que va más allá de los datos que nos pueden
Cóñóóel específico. Ásí, si preguntamos qué es la inieligencia, dar nuestros sentidos sobre tal o cual hombre concreto (de allí
podemos decir: ts !"Ell,gg¡19_iq 9s_ _lq c-qppcidad de "ente4§q¡";
la frase "lo esencial es invisible a los ojos"). Por ejemplo, nues-
y si a sq _yg_z_fi-o! pregqnt4¡¡ro*§-.q¡¡é.gs
entender, podemos decir tros sentidos pueden decirnos que Juan es alto y de raza negra,
qqe, entender es captar el existir y el modo de existir (ser y mo- pero sólo nuestra inteligencia nos dirá que Juan, por ser perso-
do*_d-e ser) de las cosas. Algo que hacemos todos los días, cuan-
na, tiene una dignidad natural que debe ser respetada.-Pero es-
do miramos a nuestro alrededor y decimos "allí hay tal cosa o
tal otra". Como ves, la potencia se define por su relación a su !o no implica que este tipo de conocimientos sean "innatos",
como si naciéramos ya con ellos. De ningún lqBdo, !-a inteli-
acción propia, y ésta por su relación al objeto (para dar otro
L
GABRIEL J. ZANQTTI
FILOSOFIA PARA NO FILOSOF'OS
Kant. Hubo un gran filósofo, I. Kant --que era ade- mente. Podemos conocer, por ejemplo, que Juan es un ser
más un gran hombre y un gran profesor_ que humano y no una piedra, aunque ello no implique que cono-
pensaba en cierta medida distinto de nosotros. cemos absolutamente todos los secretos de la humanidad de
Kant también unía lo sensible a lo intelectual. Los datos de los Juan.
sentidos -por los cuales nos informamos de ta eiistencia Podríamos decir, además, que si decimos lo que las ca-
de una cosa- son rec Kant, en uná "orr- tegorías a priori "son", entonces presuponemos que estamos
conociendo lo que ellas son en sí mismas. Con lo cual ya esta-
mos experimentando en nosotros mismos nuestra inevitable
apertura a lo que las cosas son, aunque nos digamos kantianos.
Por supuesto, estos desacuerdos que tenemos con Kant
no significan que neguemos la importancia de su planteo. Al
contrario, creemos que no puede haber una seria reflexión so-
bre el tema del conocimiento sin analiza¡ aunque sea mínima-
mente la posición kantiana. Hay grandes filósofos que ayudan
s lo mismo que decir que no tomamos un jugo de naraqja co- mucho a nuestra meditación filosófica, más por sus planteos
mo es en sí mismo, sino como aparece después de ser que por sus soluciones, y Kant es un ejemplo.
por un colador. "áludo
Pa¡a dar un ejemplo más ajustado, según Kant sucede
que, si dices que tal cosa fue la causa de tal otra, no es que es_ La La posición realista que estamos sosteniendo
tés conociendo una causa que existe realmentó, sino que la verdad. nos permite afirmar la esencial apertura del
causalidad es una "categoría a priori", un criterio ordenador hombre a la verdad. Muchas veces hemos habla-
que viene en tu mente, que ordena datos sensibles de otro do de la verdad, pero ahora va¡nos a tratar de
mo- ln sí misma. La verdad es como si fuera un pa--
caracteriaarla en pal
do caóticos.
rlidad. Verdad Iy iealidadión
ralelo de la realidad. ieAiAaaión córrelatiüá-.
córrelatiüá. Cuañ-i
Cüáñ-
llay cosas muy importantes en todo esto. En primer Iu_ egún lo que las cosas §on realmente, éstamos en
Baf, 1em9¡ que Kant coincide con nosotros en que loi sentidos
1
da cosa puede manifestarse, en su existir y su modo de existir, nar un sentimiento, o una cuestión emocional, que no está
1
fuñdada racionalmente. Pero, en este caso, Ia intuición a la que
l_a cualquier sujeto que pueda conocerla. Esto significa que to-
das las cosas están allí, como t'esperando" a que se corra un ve-
nos referimos es /o mós alto de la inteligencia y la razón_i,Por
lo que las cubre (al parecer, esta es la posición del gran filósofo qu-é? Porque es lo que te permite llegar a los puntos de partida
..
M. Heidegger, pero te digo "al parecer" porque este filósofo de tu conocimiento racional. Vamos a detenernos con más de--
puede tener muy diversas interpretaciones), y así ser ..devela- talle en esta cuestión.
das" por un zujeto de conocimiento que tenga esa facultad, la Hay un momento de la inteligencia, que diariamenlg rlti- ,.,'rli l.l.
inteligencia, que lo comunica con las cosas. De este modo to- lizamos, qüe se llama t'azonamiento. En los razonamientos ex-
das las cosas son como lamparitas de luz que est.án esperando traemos una conclusión a partir de uno o varios juicioq, gt_g é"
que los ojos de tu inteligencia se abran; y por eso decimos que ese caso se llamanpremisas. Por ejemplo, vamos a suponer que
las cosas son "verdaderas", de igual modo que las lamparitas decimos, de acuerdo al capítulo anterior, que "Juan es dueño
son luminosas. Como ves, hay un correlato muy íntimo entre de su destino". Varnos a suponer que nos preguntan por qué.
el ser, la verdad y la inteligencia. Y por eso Dios, que es el Ser Es muy probable que entonces digamos la premi,u que nos
en sí mismo, es la Verdad en sí misma. Y por eso todos los permite llegar a esa afirmación, y contestemos: "porque es
hombres que buscan honestamente la verdad están buscando un ser humano". Con esa contestación, estamos manifestan-
a Dios, aunque honestamente puedan llegiu a negarlo.
do el razonamiento que est'á implícito: "todo ser humano es
dueño de su destino; Juan es un ser humano; por lo tanto,
Juan es dueño de su destino". Como vemos, de las dos premi-
La sas que utilizamos (todo ser humano es dueño de su destino,
Vamos ahora a analizar explícitamente un tema
intuición. que ha estado tácito en todo esto. Hemos visto y Juan es un ser humano) deriva la conclusión del razonamien-
que esta 4pg{tq13 del hombre a la realidad sg to (Juan es dueño de su destino).
p¡ggqgg a- lpvés de su esencial facultad de co- Pero ahora supongamos que nos preguntan el por qué
nocimiento, la inteligencia, que tiene justamente a las cosas (o de la premisa de la cual partin,os. O sea, por qué todo ser hu-
al "ente", como dijimos en el caprtulo dos) como su objeto de mano es dueño de su destino. Muy probablemente, podamos
conocimiento. Hemos visto también que la acción de la inteli- encontra¡ otro razonamiento para da¡ la respuesta. Pero ese
ggngia se manifiesta mediante una especie de "captación direc- razonamiento, a su vez, tendrá también una premisa principal
tell dq.s! o-pje!o, qgan_{g, afrryq4os !g prgsgncia de_las _c_osas de la cual hemos partido. Y nos pueden volver a preguntar el
que sqq_'_'-4adas'l a la inteligencia; cuando decimos, por _ejem- por qué de esa premisa, nuevamente. Y entonces: ¿dónde
pl_o_, 'falli hay un átbol", o cuando escuchamos un ruido y paramos? O bien: ¿hasta dónde llegamos? Porque si tuüéra-
preguntamos " es eso?", o cuando captamos directamente mos que segufu así hasta el infinito, esto sería un cuento de
-nue¡lra pro.pia ¿qué
existencia y decimos "yo existo" (yo ppy). A nunca acabar. Necesitamo_srpggs:*yLpunto d-9 n-a1.1§a q-uQ¡ r". ,
esta "captación directa" la llamamos intuición intelectual. Hay no necesite ser demostrado mediante un razonamienfo. No ne-f rJ.
' que tener mucho cuidado cesariamente uno; pueden ser varios puntos de partidá por i'o
con la palabra "intuición", pues ha-
bitualmente se la entiende de manera distinta al significado estilo. Y, precisaryente, esos diversos "puntos de partida" son"É¡-r
que aquí le estamos dando. En general se la utiliza para desig- fruto de la intuición intelectual de la que hablábamos. Y
I
entonces, ves que esos puntos de partida tienen que ser m¡ixi- nuestras afirmaciones y conocimientos están fundados en
marnente evidentes y seguros, pues son los que deben fun- razonamientos (incluso, como vimos, temas tan importantes
dar en última instancia todos nuestros razonamientos posterio- como el de Dios, y casi todos los que hemos tratado en este
res. Y, como muchas veces hemos dicho, hay cosas qr" aon n"- libro), pero asentados en última instancia en "puntos de
lgralmente "dadas" a la inteligencia, que las llamamos eviden- partida" intelectualmente captados mediante la intuición.
tes, y que no necesitan ser demostradas. por ejemplo, el famo_
'so Entre esos puntos de partida encontramos sobre todo a la
"yo existo" (o "yo soy',), del cual hemos hablado tantas primera captación de la característica fundamental de las cosas
veces. o cualquier oración que puedas decir que manifieste una de este mundo (esto es, que todas las cosas tienen un existir y
cosa existente directamente dada a tu conciencia, con su exis- un modo de existir) y los primeros principios de la raz6n,
tir y su modo de existir; por ejemplo, ..aquí hay un lápiz,,. O, como el principio de no contradicción y otros parecidos. -ESod',
, como dijimos en el capítulo dos, el principio de contraáicción. puntos de partida, desarrollados sucesivamente mediante
¿Te acuerdas? Decia: ',nada puede ser y no ser al mismo tiem_ co¡nbinaciones de razonamiento e intuición intelectual, nos i r,
po y en el mismo sentido', (generalmente se dice ..bajo el mis_ permiten desarrollar la ciencia de los principios generales de ¡r''
;
1,"'
mo respecto"). Por ejemplo, un pato no puede ser un pato y, lqdps las cosas existentes en cuan_to existentes, que es lo que ,
al mismo tiempo, no ser un pato. Ahora fíjate qué interásante: lla-¡*nqlnos metafísica racional (de la cual ya habíamos hablado.
si intentas "demostrar" el principio de contradicción con un en el capítulo uno). Puse el calificativo "racional" pues mu-
razonámiento, verás que es imposible, porque en el razona_ chas veces escucharás o leerás que Ia metafísica es algo "irra-
rniento que intentas hacer estarás utilizando el principio de cional", y, como ves, eso nada tiene que ver con lo que noso-
contradicción que intentas demostrar, pues toda afi¡mación tros llamamos metafísica. Tal vez la frase "de todas las cosas
que hagas supone ese principio (si dices ,.Juan es un hombre,, existentes en cuanto existentes" te resulte un tanto oscura.
eso implica que Juan no puede ser al mismo tiempo algo que Pero no es nada del otro mundo. Con eso queremos decir que
no sea hombre, y eso es el principio de contradicción _--o tam_ la metafísica no se va a ocupar de cada cosa en particular, sino
bién: "de no contradicción,,-). ¿Ves? No lo puedes demostrar de los principios generales de las cosas en cuanto a todo lo que
y, al mismo tiempo, es algo máximamente evidente y seguro (o se pueda reflexionar del hecho de que las cosas tengan existen-
sea, tenemos "certeza" de que es verdadero). El piirr"ipio ae cia y un modo de existencia. Por ejemplo, en todo el capítulo
no contradicción es, como vemos, uno de los mejores ejemplos dos hemos hecho metafísica racional. Cuando decíamos, por
de la existencia e importancia de la intuición inteiectuai. ejemplo, que a las cosas de este mundo la existencia no les
pertenece propiamente, o que todas las cosas coinciden en que
existen pero tienen un modo de ser distinto, todo eso es una
La t a intetigencia tiene, por tanto, dos ,,momen- perspectiva metafísica de la cuestión.
intuición Ij tos": uno, máximamente intelectual y fundan_ Todo esto no significa que estos puntgs de partida seanl
y la I te, que es la intuición; y otro, derivado, que es "innatoiti o "a priori" del conocimiento sensible. Como d!i- I
metafísica. el razonamiento. El primero es más impbriante mos, la inteligencia y los sentidop lra!,qdgn jU-UlgC y-S9-!l.qv¡rn'
- en ',calidad,', y el segundo es más importante q]!]y bign: Nadie ¡.race con conqciryig¡tgs adeqtro. La inteli-
en ',cantidad,,. En efecto, la gran mayoría de ge,!lq-i4v3§eqqryg-[.ap-o-pl¡sSqno,q-t¡g!9gL<¡§"ap-a¡-t-uJ.9n-cpn--tac-
GABRIEL J. ZANOTTI g7
FILOSOFIA PARA NO FILOSOFOS
to con los datos de los sentidos. Pero la inteligencia Ilega más Y entonces hago observaciones en la experiencia concreta' Con
al!á de lo que loi sentidos pueden informar.. un buen largaüsta, mucho tiempo y mucha par:iencia, y anota-
ciones preciias, observo más o menos unas 200 hembras de tal
Las Ahora es necesaria una aclaración. ave dando de comer a sus pichones. Y en Ios 200 casos veo
clenclas que se comportan como yo había imaginado en mi hipótesis'
positivas. Éntonces yá puedo estar razonablemente seguro de que mi hi-
farcaramtnrrlos pítulo dos vimos lo que era lo "necesalio" fi pótesis se ha transformado en la siguiente "ley": "las hembras
,r i losóficamente). O sea que,,pu_eqtaq_ las,premlsgs, ie la especie X dan de comer a sus pichones de tal o cual mo-
la conqlg§_l_o! pe desprende necesariamente de ellas-(en el ejem- do". Peio aquí debemos tener mucho cuidado' ¿Por qué dije
plo que vimos, si todo ser humano es dueño de su destino y "razonablemente" seguro? Precisamente, porque esa conclu-
rr ri 1,1 ! Juan es un ser humano, entonces necesariamente Juan es due- sión (la ley que hemos enunciado recién) no se desprende ne'
'' ¡ ri1 cesariamente de las premisas (las premisas son' en este caso'
iL ,, j lusión no se desprende necesariamente de las premisas, cada uno de los 200 casos observados). ¿Y por qué? Porque
e son llamados generalmente razonamientos no-deductivos. nada excluye la posibilidad de que la hembra 2O1 * comporte
razonamientos o modos de razonar fundan el conoci- de otro modo. De lo único que estoy seguro es de que las 200
miento de lo que habitualmente se llama "las ciencias", ó observadas se han comportado así, pero no puedo estar seguro
ciencias no-filosóficas o también, como a veces se las llama, de que todas se comportarán así. ¡Si ni siquiera sé cuántas
ciencias positivas. E¡las_clencial ge catacteriz.an por el hecho hay! Tal vez hay 250, o tal vez 25O millanes. A lo sumo, podré
de que no van más allá de los datos de la experiencia de tipo decir "probablemente", todas las hembras de la especie X . . .
La seguri- Todo esto te muestra que el conocimiento cien- Muchas veces los científicos positivos creen que lo que
dad de las tífico-positivo es mucho más inseguro de lo que ellos conocen es lo único que se puede conocer' rechazando to-
ciencias frecuentemente pensamos. La ilusión de seguri talmente la filosofÍa y la metafísica; y, también, muchas ve-
positivas. dad absoluta que a veces dan las leyes cientÍfi ces algunos filósofos tienen una actitud de desprecio hacia el
qas se debe a que muchas de ellas se han cum- conocimiento de las ciencias positivas. Te podrás imaginar lo
plido siemprc hasta ahora; sobre todo en sus que se pelean ambos gnrpos, y el sin sentido de toda esa discu-
aplicaaiones técnicas. Pero nad-a sión. Ambos tipos de conocimiento son perfectamente legíti-
-e_Icluyg qge,¡¡os en_f¡g$g¡nqp mos en su campo y con su método, distinguiéndose sin mez-
en ly!¡¡o con lgn_ómenos que desborden nuestras actual-g_s
-e-L
y que demanden nuevas hipótesis que ce_ry¡ple- clarse, y justamente poreso es que pueden, alavez, comple-
-e,_yptlcaciones
menten (o contradigan) las explicaciones anteriores. Lo cual mentarse y ayudarse el uno al otro.
siempre ha sucedido así en la historia de la ciencia.
Hume. Un ejemplo de una limitación del conocimien-
to humano más alla de lo necesario es, en mi
La Todo esto nos está mostrando que el qgllo_ci_-] opinión, la posición de D. Humii: gume fue un
limitación miento humano es esenciarm enii l¡Á¡tiaó. ur" i gran filósofo político y un gran economista. Pero veamos por
del cono- es el motivo por el cual muchos pensadoresl un momento su teoría del conocimiento. Para Hume hay mu-
cimiento. contemporáneos insisten mucho en que es in_ cha.s cosas que no podemos conocer. No podemoiéoñoóéilos
dispensable la división del trabajo en materia modos de ser (esencias) de las cosas; son sólo meros nombres.
de conocimientos y un intenso intercambio de E¡ tamlién_Uqq mgra figción la existencia de u4 "yo" (nuestro
información sobre las teorías y descubrimientos efectuados, soy que
para de ese modo acrecentar lo poco que la humanidad sabe. .ar un centro unificado que reciba-lás
Pero, entre saber nada y saberlo todo bay, como ya diji- idad
mos muchas veces, un punto intermedio en ,.uya delimitación real en las cosas, ni tampoco, por supuesto, podemos conocer
no todos coinciden. Ya vimos que en las ciencias positivas los racionalmente nada sobre Dios. Y tampoco tenemos ninguña
conocimientos son siempre provisionales, pero también hemol cgr*eza de que existan las cosas que percibimo§; de üál cosa só-
visto que en la meditación filosófica es posible llegar a lo tenemos una creencia y nada más. ¿Qué conocemos, enton-
_cg¡ogi_
gtq¡r!*o-p.más seguros f pues tenemos la posibiliduJáu ces? Pues solamente nuestras impresiones (las sensaciones) y
razon4lnientos necesarigs, con puntos de parüida basados "tÁ"i"u,
en lgs ideas que de ellas nos quedan. Como vemos, estamos ante
p¡incipiós evidentes, acercán4o.,". ;¿"-aJ;-il ;r;;; á" un empirismo total y máximamente coherente (coherente po
glgrias cosas); lo cual no implica, reiteramos, agotar totalmente significa verdadero, sino consecuente con sus puntgs de parti
el gofroglgriento- de lo rgal. Sólo significa esto que decir que la da). El único conocimiento seguro es el matemático, el cual,
razón nada tiene que hacer en temas como Dios, la esencia del por otra parte, no nos informa de nada real. Por lo demás,
hombre, la libertad y la ética es una posición muy cercana a sólo quedan las sensaciones y las relaciones de contigüidad y
un escepticismo total (el cual, como vimos, se refuta a sí mis- sucesión que hay entre ellas. ¿Qué quiere decir esto? Quiere
mo al pretender afirma¡se como verdadero). decir, por ejemplo, que si ves una bola de billar que golpea a
100 GABBIEL J. ZANOTTI FII,OSOFIA PA&A NO FILOSOT'OS 101
otra, en primer lugar lo único que conoces son las imágenes Claro, seguramente Hume me dirá que no puede.", d"rno.tr"'
(impresiones) que recibes; que a esas impresiones correspon- da, con lo cual yo no estaría de acuerdo, por todo lo visto en
dan dos bolas de billar reales es una simple creencia; en segun- el capítulo tres.
do lugar, no exist¿ realmente una causalidad real entre una bo- En última instancia, tenemos en Hume una especie de
la y la otra en cuanto una sea causa del movimiento de la otra, negación radical de la apertura del hombre a lo real (como ves,
sino que las dos impresiones (las bolas de billar) aparecen una conocer lo real más allá de las impresiones y la realidad del
junto a la otra (relación de contigüidad) y el movlmiento de propio yo son creencias y no una certeza) y, por consiguiente,
una precede al de la otra (sucesión); y de ese modo, si esto se de la característica propia de la inteligencia humana. Pero yo
repite varias veces, el hábito de ver esas dos impresiones rela- creo que en estas negaciones se encuentra tácitamente afirma-
cionadas de manera contigua y sucesiva nos hace decir que una do lo que se quiere neg¿u. Pues, como señala Ga¡cía Morente,
es la'ocausa" de la otra. en- Hume, a diferencia de Kant, subsiste Ia afirmación de las
Li,, ,l r ,., ., Tenemos va¡ias cosas que comentar. En primer lugar, el impresiones como "cosas en sí", pues la teoría {e--Hu¡4e prq
" ' ' " 'tema de las esencias. Es cierto que el concepto universal
," I j ,' "hu- @n{g_{e¡cri"pi¡ lo que las impresiones Y l-as ideas son. Y siem-.
" lmanidad", como tal, eiiste sóló en mi mente, pero _tigne q4 _ -p-Ig quq alguien diga "esto ¿s tal cosa. . ." está afirmando, con-
fun$qln-e_rylo .rgal, gue- eg el_ mo-dg de gey de aquello existente cientemente o no, la apertura del hombre, a través de su inteli-
qu9_llq¡So_-{ue!-- _fe_a¡q j-Pl_U!"_.*P"t lo tañtó h esencia de una gencia, a lo que las cosas son, con su ser y modo de ser.
cosa no es un simple nombre, sino un modo de ser real, que Sobre el tema de la causalidad, varias cosas. Hemos visto
puede darse igualmente en va¡ios individuos (por ejemplo, que es cierto que, en el campo de las ciencias positivas, no po-
Juan, Pedro y Pablo tienen los tres el mismo modo de ser), y demos conocer relaciones necesarias de causalidad (o sea, que
por eso mi mente puede universaliza¡ y concebir ese modo no puedan no darse), pues ya hemos visto que sus leyes son'
de ser "en abstracto" que se da en los tres. Si fuera cierto que provisionales. En este campo del conocimiento, Hume tenía ta-.r.;. -,
no podemos conocer las esencias de las cosas, no podríamos zón. Pero el problema es que la noción de causa va más allá, y
distinguir a un ser humano de una piedra. parece que Hume no tuvo en cuenta este "más allá". La causa-
lidad hace referencia a todo aquello que tenga influencia en el
Dgg{_gllg e! plopio yo es una ficción es lo mismo gue,
ser y modo de ser de una cosa; no sólo se refiere a fenómenos
Cgc.U-"j'yg-ng- g¡{js,t-o-]', lo cual no tiene sentido, pues tu existen-
cia se evidencia en el mismo momento en el que la niegues y físicos. De ese modo podemos decir que el escultor es realmen-
digas "yo no existo", pues no podrías decirlo si no existieras. te causa de su estatua, o que la unión de tus padres ha sido una
Hemos meditado muchffi, verdadera causa para que tú existas. Pero, sobre todo, hemos
t; ¿"ñ;;; t; visto en el capítulo dos que la noción más profunda de causa-
opino que las meditaciones de san Agustín y Descartes salen
ganando de lejos frente a las opiniones de Hirme; tal vez tú, lidad hace referencia a que todo aquello a lo que no le compe-
pienses de otro modo. Ahora bien, creo que también es muy te existir propiamente (o sea, que tiene su existencia "presta-
probable que Hume estuviera reaccionando contra la afirma- da") tiene el origen de su existencia en otra cosa, que se dice
ción de que la existencia de un espíritu que subsista a la muer- causa de la primera. Y esta es justamente la noción de causali-
te es algo evidente, y si es así, Hume tenía razón. Como vimos, dad que permite analizar racionalmente el tema de Dios, cosa
esa afirmación no es eüdente, sino que debe ser demostrada. también rechazada coherentemente por Hume.
¡
A pesar de estos desacuerdos, Hume es un filósofo im- seguinín cumpliendo. Cada día, al acostatnos, creemos que al
portante por los problemas que plantea. La meditación de sus día siguiente las leyes físicas que conocemos se seguirárr cum-
opiniones es importante, tarnbién, porque son una buena oca- pliendo. (Y ya vimos porqué: por la misma estructura de los
sión para poner a prueba nuestras propias opiniones. razonamientos científico-positivos, no necesarios, no podemos
exclui¡ un caso o más que escapen a la explicación hasta el mo-
mento no contradicha por los hechos). Veamos otro caso de
Laruzón Queda, por último, una cuestión que cierra una "creencia natural" muy común: el testimonio de las de-
y la fe. muy bien todo este conjunto de meditaciones más personas. Corroborado, muchas veces, por testimonios quelo_ lr)lbrlrr
filosóficas. Y es el famoso tema de la relación dejan las cosas mismas. ¿Uas estado alguna vez en la ciudad dg
entre la raz6n y la fe, tema sobre eI cual algo Moscú? Probablemente no. Peq-o, s[ 4o has estado, sin g1nb4rgo.rlr
n*:"";
:{r¿
habíamos dicho en el capítulo uno, aunque muy poco. Ahora /' '
g_rees,que existe, porquti" ióag el mundo dice que existe, por-['r.r.¡
vamos a extendernos un poco más, teniendo en cuenta que la que hay fotos de ella, porgue aparece en los diarios, etcétera.
fe es también una forma de conocimiento.
Bgr."9- ¡r-g hay ningún lq?.9¡L?rsi9-nt9 n-e--c-e-§ad-o---dgl q+al pledas
con_cluir: "Moscú existe". (Si vas a Moscú, y la ves, su existen-
f,a fe Ante todo, cia te será eüdente, y no necesitarás, por lo tanto, ningún ra-
natural. zonamier¡to). Y el caso de los conocimientos históricos es to-
solamente a al-
davra más ca¡acterístico de esta "fe natural". ¿Cómo sabes
nuestros que San Martín cruzó los Andes? Porque en la escuela prima-
de la vida
ria te lo decían una vez cada tres segundos; porque está lleno
fr se
l#X'i;'*:]
o de lo cual no se tiene evidencia 1 muchos filósofos esta_
rían de acuerdo con esta definición- debemos obsewa¡ que no
de libros donde se dice que los cruz6; porque todos los histo-
riadores dicen lo mismo; porque quedaron testimonios de la
época, etcétera. Pero ningún razonamiento neceurio te permi-
te concluir que San Martín cruzó los Andes; es más, ereo que
son muchos los conocimientos de los cuales tenemos evideneia; no podemos reglesar al siglo pasado para verlo directamente ¡
como, por ejemplo,los principios evidentes captados por intui_ (problema que no teníamos con Moscú).
j.
ción intelectual 1ue como vimos, son pocos, aunque impor_ En este tipo de conocimientos, la certezapuede aumen- i J '
tantes- o la evidencia que también puede surgir de razona_ tar a medida que aumenta la confwwgs.nJq-Bgrcona qug la -\ ,t
mientos en los cuales una cosa se deduce de otra (como nues- tg§lrysn¡o deJs; he*hos. Yo no dudo ni por un momen[ó, por ', ! 'r-',,
ejemplo, de lo quJñifpadres me cuenten sobre mis abuelos.-{vt1s'tttl: ^
tro ejemplo de "todo ser humano es dueño de su destino,,. . .
etcétera); o la evidencia de los juicios simples de existencia de Quiere esto decir que este tipo de conocimientos, a pesar de su , fi,",t
tal o cual cosa (como ,'en este momento tengo un libro en la inseguridad intrínseca, pueden alcanza¡ un alto grado de cerbe-J' . I ,l ,i r
mano", etcétera). Pero hay otro gran sector en el cual lo que za si tenemos la seguridad de que la persona que da testimonio
tenemos es, específicamente, una .,creencia,'. ya hemos visto de los hechos no miente.
que las leyes científicas de las ciencias positivas te informan de
cosas de las cuales no tenemos plena certeza de que siempre se
104 GABRIEL J. ZANOTTI FII,OSOFIA PARA NO FILOSOFOS 106
Su razona- Me he detenido con cierto detalle en este tipo algo que derive de las fuerzas del hombre (como la fe natur¡üJ..
bilidad. de creencias cotidianas para que nos demos sino que es una t -
u 6
cuenta de varias cosas. Primero, que, indepen- "rr -
dientemente de cuestiones religiosas, cr_q3Los, NAíU{fl-
elin estúctamente hablando, en más cosas de las que "creemos" no del hombre, pero ño contra ella. Es sobre su inteliggncia por- i
eeeflu¿5 cieer. Y, segundo, que estas creencias no atentan contia nueS- hgtEg:qtq.-19 cbsas ilas 9-qe§-ll-9-3.1¡9e.iY.¡af
o0 $n tiálDoñ"ñí ;n ;üffi4;;ñi inazonabtes; es }llfo' 1tr,i" "l
I[é§ar deductivamente
ivamente (por
(por medio de razonamientos neces?-
tnaloBklqt a(uí tenemos pues iíJO ,,, r"f"-rr,¡ede!cia. (Comá un astrónomo llega
larazbn y la fe, que vi- ";r, """;i"¡,,ffi,
su telescopio a cosas inaccesibles para su ojo sin el telescopio).Cr¡dA ..-il
vimos todos los días, sin darnos cuenta. Tenemos razones para Pero no es contra la inteligencia del hombre, si el mensaje dadol g6¡¿
creer en muchas cosas, como vimos. Es razonable, como ümos, no es ahsurdo (o contradictorio). Y entonces laruzbn del hom- Oklq¡O)
que afirmemos la existencia de la ciudad de Moscú, aunque bre, aunque crea en un "misterio", ese misterio será tal porque
f
muy probablemente nunca estemos allí. fcgqs ellgr _:!gq:na- no es totalmente cla¡o para nosotros (para Dios todo es claro),
turales -sol, por lo tanJo, actos de la inte_lienci4, por fop cuales pero a la vez no es totalmente absurdo. La fe religiosa es pues
ésta, con la participación de la voluntad, afirma algo que no es como un telescopio sobrenatural, que Dios coloca en nuestra
de un inteligencia prira que lo veamos (a El y sus cosas) mejor (por-
no necesarlo o que con nuestra sola razón, algo de El podemos ver, como vi-
del testimonio de alguien en quien confiamos). La fe es pues mos en el capítul«r dos).
razonable cuando tenemos esas razones para creer]J6sffi6ffil
ce-
lag lg§Lqo§as.fnlslEa§ (como las rurnas de la antrgua Grecla). Al
Su diferen- La fe irracional --romo
cia con lo muchas veces
contrario, si yo un dÍa te digo que vi un elefante volando
cerca de mi casa, tú seguramente no me creerás, porque, ¿qué iracional. gue no u*-;-
_es-lg*giqp". ra-
'
taz6n tienes para creerme? zones pará la fe. Esas razones no derivan cod
necesidá? 16§ñá-én lo que la fe afirma
caso ya no sería fe- sino gge dan indicios.de po
-en ese
-
r".lg_IgljgtSsg- eq-"ue.tlór, ¡ n
La fe
la aeeptación del mensaje religioso, que seguirá siendo libre y
religiosa.
voluntaria, por su propia naturaleza, y dependiente, necesaria-
mente, de la acción de Dios, ya que la fe deriva de Dios.
r€[ En algunas religiones hay ejemplos impresionantes de la
la misma característica que la fe natural: es acepta¡ lo no g!'i- armonía que es posible lograr entre la raz6n y la fe (y no por-
qg.te. Pero, en la mayoría de las religiones ---especialmente en que sean iguales, sino que, justamente por ser distintas, pue-
las monoteístas- hay un Ser Sobrenatural que es el que revela
den complementarse los dos sexos-). En el Judaísmo
la verdad, y está el hombre gue recibe y acepta ese mensaje, y el Cristianismo --que-como
comparten el libro sagrado llamado An-
por confianza absoluta en quien revela. Esa fe, además, no es tiguo Testamento-, cuando leemos el libro del Exodo, capí-
I
tulo 3, Moises le pregunta a Dios cuál es zu nombre, y Dios afirme que toda fe es un absurdo y una fe que afirme que toda
responde (vers. 14): "Dijo Dioe a Moisés: ,Yo soy el que wy,.
filosofía es mala, en cuyo caso esa filosofía y esa fe estarán
Y arladió: 'Así dinis a los hiios de Israel: 'Yo soy' me ha enüa- erradas.
do a vosotros' " (el zubrayado es mío). Ahora piensa en todo Bien, hemos llegado al final de nuestras pequeñas refle-
lo que dijimos en el capítulo dos, guiados por la sola razón, y xiones sobre el conocimiento, y al final, también, de esta pe-
dime si no notas alguna coincidencia. ¿No habíamos concluido queña visita guiada por la filosofía. Por supuesto, queda mu-
que Dios es el Ser como tal? ¿No habíamos dicho que de EI no
cho ca¡nino por recorrer. Un camino que no es sencillo y que
se puede decir que es esto o aquello, sino sólo que eo? ¿No
requiere mucho esfuerzo de nuestra parte. Pero de esto y otras
habíamos dicho que su Ser y su modo de ser son lo mismo? y
cosas vamos a meditar, después de un descansito, en la refle-
entonces tenemos aquí que Dios se revela a sí mismo exacta-
xión final.
mente como la razónseñala: "Yo soy el que soy,';.,e1 que soy"
indica el modo de ser, que como vemos es igual al ser.
Lo que octure es, además, que tanto Dios, como la es-
piritualidad del hombre y zu libertad son temas aecesibles a
la sola raz6n, pero al mismo tiempo forman parüe de la reve-
lación en La fe religiosa. Si tenemos fe en Dios y nos preguntá-
REFLEXION FINAL
LECTURAS RECOMENDADAS
Capftulo 1
Capitulo 2
Capitulo B
Capltulo 4 INDICE
CAPITULO 2: Dios . .. . . 25
CAPITULO4:Elconocimiento ......79