Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
UNIDAD 4-
LA OPOSICIÓN A PLATON
Platón fue el primero que quiso demostrar el carácter inmaterial del alma como
garantía de su inmortalidad; según él existe una unión entre el alma y el
cuerpo; articulada en funciones diversas. Para Aristóteles el alma no puede
subsistir sin un cuerpo. En pocas palabras el alma no es esa exiliada de que
habla Platón, encerrada en un cuerpo con la nostalgia de despojarse para
siempre de el; es ella la que asegura la armonía funcional de las funciones
vitales.
Además de los cinco sentidos específicos, que producen cada uno particulares
sensaciones (colores, sonidos, sabores, etc.), hay un sensorio común, que
hace distinguir las sensaciones proporcionadas por órganos diferentes, por
ejemplo, lo blanco de lo dulce, de la misma manera que cada sentido distingue
las sensaciones que le atañen, por ejemplo, lo negro de lo blanco, lo amargo
de lo dulce. La sensación en acto coincide con el objeto sensible; por ejemplo,
coinciden el oír el sonido con el sonido mismo. En ese sentido puede decirse
que si no existieran los sentidos no existirían los objetos sensibles (si no
hubiera vista no habría colores). No los habría en acto, pero sí en potencia,
porque coinciden con la sensibilidad solamente en el acto de ésta.
Hay que distinguir del sentido la imaginación, que se distingue también de la
ciencia, que es siempre verdadera, y de la opinion, que es acompañada por la
fe en la realidad del objeto, porque la imaginación carece de esta fe. La
imaginación. es producida por la sensación en acto, y las imágenes que
produce la primera se asemejan a las sensaciones; puede, pues, determinar la
acción en los animales o en los hombres cuando tienen la inteligencia ofuscada
por los sentimientos, las enfermedades o el sueño.
o malos.
Como el acto de sentir es idéntico al objeto sensible, así el acto de entender es
idéntico al objeto inteligible. Esto significa que cuando el intelecto comprende,
el acto de su comprensión se identifica con la verdad misma, con el objeto
entendido; más precisamente se identifica con la esencia sustancial del objeto
mismo. Por lo cual dice Aristóteles: "la ciencia en acto es idéntica con su
objeto" o más en general, que "el alma es, en cierto modo, todos los entes";
efectivamente, los entes son o sensibles o inteligibles y mientras la ciencia se
identifica con los entes inteligibles, la sensación se identifica con los sensibles.
Sin embargo, esta identidad no se da cuando se considera, no ya la conciencia
en acto, sino en potencia. Aristóteles insiste en la distinción entre intelecto
potencial e intelecto actual. Este último contiene en acto todas las verdades,
todos los objetos inteligibles.
- El intelecto actual obra sobre el potencial como la luz que hace pasar al acto
los colores que en la oscuridad existen en potencia: actualiza, pues, las
verdades que en el intelecto potencial están solamente en potencia. Por eso
Aristóteles lo llama intelecto activo, y lo considera "separado, impasible, no
mezclado" Sólo él no muere y dura eternamente, mientras el intelecto pasivo o
potencial se corrompe, y sin el primero no puede pensar nada.