¿Cómo estudiar la Biblia?

1) Leer: Al estudiar la Biblia, se recomienda leer el pasaje seleccionado varias veces, para entender
mejor de qué trata. Mientras leemos, necesitamos observar cuidadosamente qué dice el pasaje, y
cómo lo dice. Hay que buscar:
 Forma literaria: La Biblia tiene tres clases principales de literatura: discurso (las epístolas);
prosa (las historias del Antiguo Testamento); y la poesía (los salmos). Debemos considerar
en qué forma está escrito el pasaje que leemos.
 Párrafos: La Palabra está dividida en párrafos. Cada uno contiene un mismo tema y un
mismo punto de vista de ese tema. Entendiendo cada párrafo entenderemos mejor el
mensaje del pasaje que estamos leyendo.
 Énfasis: Notaremos énfasis cuando varios versículos y párrafos se dediquen mismo tema.
Esto denota que este tema es importante. (Podemos notar, a modo de ejemplo, qué énfasis
tiene el Salmo 119)
 Repetición: Como el énfasis, la repetición de una misma palabra en un pasaje denota
importancia. (Por ejemplo, en 1° Corintios 13, la palabra “amor” se repite nueve veces, lo
que nos da una pauta del tema de este pasaje.
 Causa/efecto: “Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” (Mt. 25:21)
 Los “si” y los “entonces”: “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y
oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré
desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” (2 Cr.7:14)
 Preguntas y respuestas: “¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y valiente, Jehová el
poderoso en batalla.” (Sal. 24:8)
 Comparaciones y contrastes: “Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo
que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón.”
(Mateo 5:27-28)
2) Interpretar: La interpretación es descubrir el significado de lo que leemos. Mientras estamos
leyendo, debemos tener en mente una sencilla pregunta: ¿qué quiere decir este pasaje? Para
contestar esta pregunta (y otras que surgen durante la lectura) es útil usar la “regla de las 5 C”:
 Contexto: Podemos observar el contexto del pasaje leyendo el capítulo o versículo anterior o
el posterior. Debemos analizar en qué contexto fue escrito el pasaje (por ejemplo: Mateo 5;
lo que habló Jesús en el Sermón del Monte, o el Salmo 51; escrito por David luego de pecar
con Betsabé, cuando el profeta Natán le mostró su pecado).
 Referencias Cruzadas: Dejemos que la Biblia interprete la Biblia. Que otros pasajes de la
Biblia traigan luz al pasaje que leemos. Para este fin podemos leer los pasajes paralelos (en
el caso de los evangelios, los libros de Reyes y Crónicas y algunos salmos) y utilizar
concordancias y otros materiales.
 Cultura: Relacionada con el contexto, debemos entender la Palabra desde el punto de vista
cultural del escritor (por ejemplo: algunas las cartas de Pablo fueron escritas durante su
tiempo de prisionero del Imperio Romano; o los libros del Pentateuco fueron escritos por
Moisés durante el viaje a la Tierra Prometida)
  Conclusión: Habiendo respondido nuestras preguntas mediante los tres puntos anteriores,
podemos hacer un resumen del significado del pasaje leído. (recordemos que los pasajes
pueden contener más de un tema.)
 Consulta: Podemos leer comentarios bíblicos o utilizar biblias de estudio que pueden ser de
ayuda al interpretar. También podemos consultar con hermanos con más experiencia si hay
pasajes que nos generan dudas.
3) Aplicar: La aplicación del pasaje es descubrir cómo nos afecta a nosotros. Descubrimos qué
debemos hacer, por qué debemos orar, y en qué nos ayuda este pasaje. Para esto podemos
hacernos estas preguntas:
 ¿Cómo afecta mi relación con Dios todo lo revelado en el pasaje?
 ¿Cómo afecta mi relación con otros?
 ¿Cómo me afecta a mí?
 ¿Cómo afecta esto a mi respuesta a Satanás y la influencia que recibo de este mundo?

Pero esto no termina aquí. Debemos no solo pensar en cómo nos afecta el pasaje, sino que
también debemos poner en práctica todo lo que aprendimos. Si se nos da una orden, la
obedecemos, si se nos da una advertencia, la oímos, si se nos da una promesa, oramos para
poder recibirla. Debemos dejar que las Escrituras cambien nuestra vida. Como dijo Jesús:

Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.

Juan 13:17

Consejos prácticos para estudiar la Biblia:

 Elegir un momento del día para nuestro estudio. Es importante que sea un horario que tengamos
disponible todos los días, en el que nadie nos moleste. El estudio nos llevará una media hora, pero
es recomendable apartar 45 minutos, en caso de querer hacer una oración o toparnos con un
pasaje difícil.
 Orar a Dios antes de comenzar nuestro estudio, para pedirle entendimiento (para comprender qué
mensaje tiene el pasaje para nosotros), dirección (para no desviarnos de la doctrina de la Palabra
mediante una interpretación errónea) y agradecer por la Palabra que nos dejó para que podamos
conocerle. También es recomendable orar al terminar para que el Señor nos ayude a aplicar la
enseñanza que recibimos hoy.
 Tener a mano un cuaderno o libreta (para poder anotar aquellas cosas que nos enseña el pasaje).
 No leer demasiado en un día, ni tampoco muy poco. Un capítulo diario es más que suficiente
(aunque en pasajes difíciles, nos conviene dividir el capítulo en varias partes, o leer dos o tres días
el mismo).