Sunteți pe pagina 1din 5

Juanita Murcia

Ana María Fajardo


Alejandra Gutiérrez
2019
Titulo
Las mujeres de hoy en día somos afortunadas de haber nacido en esta época, es una
afirmación un poco difícil de imaginar si vemos todas las injusticias cometidas diariamente, pero si
retrocedemos un poco en la historia su papel se limitaba al aseo, la cocina y la crianza de los hijos.
La posibilidad de estar escribiendo esto hubiera sido imposible y ni pensar en la idea de tener la
habilidad de leer. El papel de la iglesia católica y el patriarcado hubiera sido tan poderoso que las
mujeres no encontraríamos nuestro protagonismo político hasta 1954, cuando se legalizó el sufragio
femenino en Colombia, por lo que antes de ese momento nuestra concepción como ciudadanas
hubiera estado negada, y dependeríamos de nuestro padre, esposo o hermano.

De manera que, es solo cuando se pone la historia y los acontecimientos que han ocurrido
en perspectiva, somos capaces de entender que, el hecho de hoy tener la capacidad de ser
escuchada y expresar mis ideas, es el conjunto de años de historia que en ocasiones pasamos
desapercibidas. Y es la lucha femenina la que toma protagonismo en el discurso que hoy les
presentamos, pero no para repasar su historia y sus múltiples acontecimientos, sino para entender
un poco su aplicación hoy en día, y más específicamente su expresión a través de las artes.

Para empezar a hablar de las múltiples expresiones artísticas feministas es necesario entender un
poco más este concepto. Margaret Pujal en su libro El Feminismo dice que la tarea del movimiento
feminista será conducir la transformación de la “normalidad” mediante la visualización de los
mecanismos y los procesos encargados de producirla. La normalidad de la que habla es provocada
por un contexto que nos enmarca y es el encargado de definir lo que se considera normal, lo que se
considera correcto y lo que no. Vivimos en una sociedad que considera la masculinidad y la
feminidad, el hombre y la mujer, como las 2 únicas maneras de estar en el mundo y establece
papeles que cada uno debe cumplir para poder encajar en ella y todo lo que se salga de esos
parámetros es rechazado. De manera que podemos decir que el feminismo busca hacer visible lo
que no queremos ver, y qué mejor manera para hacerlo que las artes visuales.

Pero ¿Cómo es una expresión artística feminista? En el libro “Feminism and visual culture reader”
las autoras Judith Barry y Sandy Flittermas-lewis hablan en su ensayo
“Textual strategies. The politics of art-making" de este tema en particular. Ellas dicen que para que
las prácticas artísticas feministas trabajen en pro a un cambio social, es necesario entender la
representación como un asunto político y analizar la subordinación femenina frente a las formas
patriarcales de representación. Establecen 4 categorías que buscan la teorización de las prácticas
artísticas feministas puesto que este ejercicio dirige las prácticas artísticas directamente a las causas
profundas y estructurales, provocando cambios más duraderos.

El siguiente ensayo busca utilizar las categorías de las autoras como herramienta para el análisis de
algunas artistas, esto con el objetivo de entender el alcance de este tipo de prácticas en la vida
diaria. ¿Realmente se consigue un cambio en pro de la lucha feminista a través de estos 4 tipos de
expresiones?

Primera categoría: Esencialismo femenino


La primera categoría habla de un arte que busca la glorificación del cuerpo femenino. Afirma que
las mujeres poseen una esencia interna que prima por sobre la existencia y que gracias a esto en el
arte es posible el cambio de los términos de dominancia y subordinación, por lo que las mujeres se
elevan sobre la supremacía patriarcal. Uno de los objetivos de esta categoría es impulsar la
autoestima de las mujeres a través de la valorización de las experiencias femeninas y el cuerpo.

La artista Elizabeth Romero, realizó un performance basado en la intervención corporal en sus


genitales, en el 2006 en la ciudad de México, titulado Cihuayo, sin embargo, la representación fue
con una intención de acto de culto, es decir, Romero buscaba convertir la acción de la perforación
de los labios vaginales en un ritual. De esta manera, la artista quiere realizar una asociación con la
figura de la virgen, haciendo una metáfora visual en tanto que la figura de la vagina era similar a la
iconografía guadalupana. Esta simbolización de la feminidad resulta bastante “incómoda” de
manera que enfrenta al espectador a una imagen que culturalmente está llena de tabúes, es una
zona oculta que incluso para algunas mujeres resulta un misterio.

Es en este punto en el que la obra de Romero empieza a tener algunos aspectos relacionados con la
primera categoría, pues busca una simbolización de lo femenino a partir de lo corporal, sin embargo,
lo hace desde un punto de vista cultural y no es con el fin de cambiar los términos de subordinación
y dominancia a los que se encuentran sometidas las mujeres por una ideología machista, aquí nos
comenzamos a alejar de lo que implica la primera categoría, impidiendo que sea clasificada en la
misma. Sin embargo, hay un elemento fundamental dentro de la obra de Romero, y es la reacción
que causó en sus espectadoras, pues muchas de ellas luego de observar la imagen de la vagina,
fueron a su casa a mirarse los genitales con un espejo.

Esto es parte de lo que busca la primera categoría, que las mujeres, por medio de las obras de las
artistas logren una identificación de su feminidad. Pero, es necesario mencionar que la finalidad de
Romero no era generar este tipo de reacciones en sus espectadoras, sin embargo, esto sería un
componente clave para clasificarla en la primera categoría.

1:3
Desde el ámbito colombiano, se nos habla de un sinfín de realidades que solo los hombres pueden
contar. Sin embargo, nunca se nos muestra el lado cruel de la cotidianidad, el otro lado de la
moneda, más conocido como “el sexo débil”, la mujer. Es ahí cuando entra Devora Arango quien
representa el colectivo de mujeres a principios del siglo XX y las problemáticas que se presentan en
este país.

Arango pertenece a la primera categoría donde se exalta el desnudo femenino no para mostrar la
belleza de la mujer sino su realidad como persona. Los estándares de una artista en una época tan
machista como la que vivió Arango no eran nada inclusivos y más aún cuando en su primera
exposición decidió exponer dos desnudos femeninos, algo que le acarreó varios escándalos sociales
y un sin fin de críticas que pudieron acabar con su carrera, ya que en muchas ocasiones la
amenazaron con ser excomulgada y durante la mayor parte de su vida la estigmatizaron
calificándola de desvergonzada e impúdica por mostrar tales imágenes. Sin embargo, no sólo dedico
su trabajo a pintar desnudos femeninos, también retrataba situaciones de violencia, la injusticia
social hacia la mujer, la realidad social de un país lleno de violencia, todo esto y más en un repertorio
censurable pero que hoy en día refleja la crueldad que se vivía en épocas de antaño. Este aspecto
también la incluiría en la última categoría donde se habla de las problemáticas sociales que vive una
mujer y como son retratadas. Gracias a todo esto y a su constancia como artista logró muchos
reconocimientos a pesar de su reputación y es considerada la primera mujer en Colombia que pintó
y expuso desnudos femeninos.
Tercera categoría: Artistas no feministas

El siguiente grupo es una categoría que, si bien las artistas que pertenecen a esta no se consideran
feministas, el contexto, los críticos y demás medios las clasifican como arte feminista. Estas artistas
dicen que su arte no está mediado por su género.
Desde el siglo XVII, considerado como la temprana edad media, el único discurso válido era el
masculino, de manera que la información que se tiene sobre las actividades cotidianas,
pensamientos y comportamientos son determinados desde la perspectiva masculina. Sin embargo,
generaciones después, algunas mujeres lograron destacar como es el caso de Angelica
Kauffmann artista suiza. Su padre fue quien le enseño a pintar, también aprendió varios idiomas,
leía incesantemente, y mostraba un destacado talento como música. Al cumplir los doce años ya
realizaba pinturas a obispos y nobles que posaban para ella.

Para esta época histórica, la mujer era la encargada de la casa, la educación de los hijos, la limpieza,
y en muchas ocasiones trabajaba como jornalera en el campo o en labores de hilado. Sin embargo,
gracias a sus dotes artísticos e intelectuales, Angelica Kauffmann logró destacar y codearse con
personalidades de alto rango quienes le ayudaron a escalar en su carrera. Fue una de las
fundadoras de la Royal Academy, estando entre los firmantes de la famosa petición al rey para
que se estableciera una Academia Real de Pintura y Escultura. Estas características la incluyen
en la categoría donde se concentran aquellas artistas que no específicamente eran feministas, pero
eran mujeres. Los temas que trató en sus obras son en su mayoría retratos, aunque también
presentan temas mitológicos y alegóricos, los históricos o los religiosos.

Kauffmann no solo se instaura como una gran artista sino que participó activamente en un mundo
de hombres lo cual no muchas mujeres pudieron disfrutar y fueron victimizadas sin ahora poder
conocer sus historias que muy lejos de ser aburridas darían a entender la ignorancia con la cual era
tratada la figura femenina y cómo los movimientos actuales que se dedican a luchar en contra de
prácticas en contra del bienestar de la mujer son algo que ha mejorado y cambiado el mundo de
buena manera.

3:2

Olga de Amaral nace en 1932 en la ciudad de Bogotá. Su trabajo funciona como referente al hablar
de esta categoría debido a que sus obras no poseen un contenido que gire en torno al ámbito de la
lucha femenina. Existen artistas que, si bien no se manifiestan como feministas, su producción
artística les permite introducirse en este movimiento. Los tapices con base en el lino y el algodón
dejan esa categoría de artesanía o manualidad y se adentran en el mundo de las artes. Estos
materiales son las bases de sus tapices que luego se transforman al aplicarle color, textura, detalles
y crear así las obras que, hoy en día, se exponen alrededor del mundo.

A través de ellos no quiere plasmar una idea o un pensamiento feminista, pero el hecho de que se
empiece a cambiar las antiguas consideraciones del arte, basadas en el posicionamiento patriarcado
y en unas artes mayores y menores, hace que su arte se considere feminista, puede que sus tapices
más que una expresión artística, sean una acción feminista. Al verlos no nos evoca ningún
pensamiento feminista, no existe representación en sus tapices, pero el hecho de que sea un tapiz
y no una pintura al óleo elaborada por un hombre que se está exponiendo alrededor del mundo,
eleva el papel de la mujer en el arte y transforma las antiguas consideraciones culturales a cerca de
lo que se debe exponer en museo y galerías y lo que no.
Pero, las obras de Amaral entran no sólo en esta categoría, sino que nos sirven al momento de
hablar del papel de las artesanías y los oficios, que han sido encasillados como femeninos a lo largo
de la historia. Este tipo de trabajo ha permitido la creciente valoración del trabajo femenino, las
artesanías salen de esa categoría peyorativa y entran en el gran mundo de las artes, donde miles de
años atrás fueron excluidas.

Segunda categoría: Manualidades y artesanías como arte.

El segundo tipo habla del arte femenino como una resistencia subcultural. Aquí entran las artes
artesanales y a partir de ellas se busca la valorización de las manualidades y las actividades de la
casa. Esto permite desarrollar una contracultura que busque reconstruir la historia de la
productividad y creatividad femenina, historia que ha sido negada por la categorización de las artes
altas y bajas.

Ghada Amer es una artista de origen egipcio mejor conocida por sus trabajos con el bordado que
tratan temas sociales incluyendo la sexualidad, identidad femenina y cultura Islámica. Nace en El
Cairo en 1963 y tiempo después se muda a Francia donde empieza su carrera artística.
Actualmente reside entre Nueva York y Paris.

La artista entra en la segunda categoría debido al vehículo con el cual transmite sus ideas: el hilo y
el bordado. El uso del bordado como práctica ha estado en la historia desde hace muchísimos años,
la primera prenda que se conserva bordada es egipcia y data del año 1360 a. de C y en todos estos
años posteriores esta tarea fue relegada al género femenino y eliminada totalmente de la historia
del arte. De manera que al utilizar estos elementos tan delicados para representar imágenes
eróticas o explicitas del cuerpo femenino hace que se genere una tensión interesante. El espectador
es capaz de identificar la imagen, pero al mismo tiempo, al ser elaborada en hilos no busca quedarse
simplemente en la representación. Se cambia el uso del cuerpo femenino, no se busca exponerlo
como un objeto, sino enmarcarlo como una obra de arte. En este sentido se cambia la utilidad inicial
del bordado, como ente decorativo, y aparece como vehículo político y social.

Y ahí está la diferencia entre el arte de Amaral y el de Amber que, si bien están en la misma categoría,
el uso de la manualidad tiene dos propósitos totalmente distintos. La primera utiliza la práctica del
tejido de una manera pura, utiliza como base las raíces precolombinas y colonial para crear un arte
que, se mantenga en esa construcción tradicional, pero que de igual manera se salga de la misma,
mientras la segunda lo utiliza como herramienta de transmisión de una imagen y un mensaje, ya sea
político o social.

Cuarta categoría: La mujer y problemáticas sociales

La última categoría habla de la actividad artística como una práctica que explota las contradicciones
sociales que existen, es decir, en esta categoría entran las obras de arte que buscan manifestar a
través del arte, los problemas sociales vinculados a la mujer y al problema de género.

A lo largo de la historia, las mujeres han sido víctimas de maltrato, acoso, abuso sexual, entre otras,
estas problemáticas sociales son unas de las temáticas más comunes en artistas feministas. La
denuncia de hechos atroces como la violación de una joven universitaria hace parte del contenido
de la artista cubana Ana Mendieta. En su obra, ella emplea su cuerpo como elemento principal para
desarrollar las ideas, así como también el uso de la sangre es un aspecto con el que dialogará en sus
obras a partir de 1972. Muerte de un pollo es una obra en la que la que Mendieta se encuentra de
pie, desnuda y cubierta de sangre, sosteniendo a un pollo recién degollado, posteriormente se
acuesta en una mesa y luego se amarra a ella, en representación del abuso sexual que sufrió una
mujer.

La manera en que Mendieta manifiesta estas injusticias es bastante cruda pero acertada, porque es
de esta manera que se deben expresar, es imposible disfrazar estos hechos otorgando cierto tipo
de estética visual, por el contrario, debe impactar, debe generar una reacción crítica en el
espectador que le permita actuar en pro de estas problemáticas a las que está sometida la mujer,
en este sentido es válido clasificarla en la cuarta categoría planteada.

Ahora, es evidente que Mendieta no busca normalizar un acto tan repulsivo como la violación de
una mujer, al contrario, se busca denunciarlo de tal manera que el espectador al verlo quede
impactado, se busca sensibilizar, en tanto que al ver esta obra muerte de un pollo, el observador
logre tener una imagen más cercana y veraz de lo que una violación implica, y de esta manera ser
más críticos y confrontar una realidad que tristemente las mujeres vivimos. Es clave mencionar que
afortunadamente, se han creado movimientos en pro de la defensa de los derechos de la mujer, lo
que ha permitido que salgamos a luchar y a alzar nuestra propia voz, permitiendo cambiar el
panorama tradicionalista de la subordinación de la mujer frente al hombre. Incluso, estas
expresiones artísticas hacen parte de esta lucha, pero la cuestión es ¿Qué tanto impacto
tienen estas obras? ¿Realmente contribuyen a un cambio?, tal vez en las mujeres se logre una
identidad femenina que las mueva a ser parte de esa lucha, pero ¿Qué pasa con los hombres? ¿Qué
generarán estás expresiones artísticas en ellos?

S-ar putea să vă placă și