Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Introducción:
La época medieval se caracteriza por ser una confluencia de la cultura romana (en
declive) y la cultura germánica (en perfeccionamiento). Por lo que apoyándonos en
Perry Anderson distinguiremos las principales características de la economía de ambos.
En el siglo III hay una gran crisis en el sistema económico y social, y al poco
tiempo colapsa el orden político en medio de violentos ataques desde fuera del Imperio.
Cabe destacar que en el siglo III hay una disminución de población significativa
de la cual Europa Occidental no se recuperará. Y a finales de este siglo se da un
resurgimiento, débil, del Imperio Romano.
Las personas (sobre todo las clases más bajas) abandonan las ciudades, se instalan en el
campo, se ruraliza el Imperio (comienza a haber una transición ya que la vida en la
antigüedad se centraba principalmente en la ciudad).
Germanos:
(El objetivo de esta intervención era disminuir las disputas internas de los
germanos para neutralizar la acción bárbara en la zona fronteriza).
Los primeros germanos – de los que tenemos registro gracias a los romanos -
eran agricultores sedentarios de una economía pastoril. Tenían un modo de producción
primitivo y comunal. No existía la propiedad privada de la tierra (pero sí del ganado) y
esta se distribuía entre los diferentes clanes para que fuera trabajada, esta redistribución
impedía grandes diferencias de riquezas entre familias y clanes.
“Es cierto que el habitat propio de los germanos, por lo menos en los países del
norte, no era ni la ciudad rodeada de murallas, ni la villa romana de piedra, sino el
poblado donde se alineaban las chozas hechas de ramajes.”. Heers, J. (1976) Historia
de la edad media. Editorial Labor, S. A, Barcelona, España.
Tras las migraciones del siglo V se generó una simbiosis entre los componentes
germanos con los romano. Como se señaló al principio.
Otro aspecto que marca este periodo y que sin dudas influye considerablemente en
la economía es el constante descenso poblacional europeo. Sergi habla de entre 15 a 20
millones de habitantes, al hablar de la población europea en el siglo VIII.
La respuesta a esta situación por parte de Carlomagno fue intentar “ordenar” el
patrimonio público o curtes. Esta forma de organización de los grandes latifundios
tuvo auge hasta el siglo XI.
Las curtes son las antiguas villae romanas desarrolladas bajo una gestión mixta de las
tierras. Sergi explica su funcionamiento de forma muy clara:
“De una parte se ocupaba directamente el gran propietario, otra se dividía y se
confiaba a colonos. La parte llevada directamente era el dominicum (...) y se puede
definir como <<reserva señorial>>; la parte gestionada indirectamente era el
massaricium”Sergi, G. (2001). La Idea de Edad Media, Editorial Crítica. Pág. 79
El dominicum funcionaba bajo un sistema servil, donde la mano de obra provenía de los
colonos que pagaban parte sus tributos con jornadas de trabajo.
A su vez, los colonos del massaricium pagaban su alquiler con cuotas de producto y
dinero, además de las corveas (jornadas de trabajo en dominicum).
Para Sergi, el elemento que caracteriza el <<sistema curtense>> es esta forma de gestión
del dominicum, oponiéndose a la postura que considera este sistema implicando “una
economía cerrada, autosuficiente, basada en el trueque (...), sin circulación
monetaria”Sergi, G. (2001). La Idea de Edad Media, Editorial Crítica. Pág. 81
Una forma que tenían los colonos de conseguir dinero eran los pequeños mercados
locales, donde llevaban para comercializar productos que plantaban.
En lo que refiere a la condición jurídica de la mano de obra, podemos decir que los
campesinos que trabajaban en el massaricium eran en su mayoría hombres libres,
mientras que la mano de obra servil se encontraba en el dominicum (recordando siempre
la relatividad de la situación y las posibles excepciones particulares a este
comportamiento general).
Por otro lado Duby hace hincapié en la importancia del medio para el desarrollo
de la economía y la diversidad geográfica existente, y de esta diversidad dependen los
progresos del crecimiento. Nos indica, además, que: “Las condiciones climáticas
favorecen el desarrollo del bosque; en la época que nos ocupa el bosque parece reinar
sobre todo el paisaje natural.”. Este era el paisaje que condicionaba la vida humana.
Para la correcta interpretación, hay que considerar la extrema variedad entre los
suelos de este continente, diferenciando las tierras cálidas de las tierras frías;las cálidas
son más fáciles de trabajar que las frías, distinción acentuada por el nivel de erosión de
la tierra, las violentas lluvias y la vulnerabilidad del bosque ante los incendios. La lucha
contra el medio era permanente y “domesticarlo” no era fácil.
Esta importancia de la mano de obra, se acentúa a su vez por la baja calidad de las
herramientas de trabajo, por lo que para realizar las actividades económicas era
necesario un mayor número de personas.
“Una sociedad agraria mal equipada y obligada, para producir sus alimentos, a
enfrentarse a la naturaleza con las manos casi desnudas. El aspecto muy clareado que
presenta en el siglo VII la ocupación del suelo depende tanto de la precariedad de
equipos como de la insuficiencia demográfica. Las tierras cultivadas permanentemente
son raras; se reducen estrictamente a los suelos menos resistentes al trabajo
campesino.”. Duby, G. (1976) Guerreros y Campesinos. Editorial siglo XXI.
“La fisonomía del paisaje refleja la densidad del poblamiento y el estado de los
útiles de trabajo; pero también el sistema de cultivo que, a su vez, depende de las
tradiciones alimenticias. En efecto, no hay que pensar que una sociedad humana se
alimenta de lo que la tierra en la que está asentada podría producir más fácilmente; la
comunidad es prisionera de hábitos que se transmiten de generación en generación y
que difícilmente se dejan modificar; en consecuencia, lucha encarnizadamente para
vencer la resistencia del suelo y del clima, con el fin de obtener los alimentos cuyo
consumo le imponen sus costumbres y sus ritos.”. Duby, G. (1976) Guerreros y
Campesinos. Editorial siglo XXI.
En sí, Duby concluye que la decadencia de Roma lleva al retorno a formas organización
y de producción primitivas, más cercanas al mundo germánico que al romano, ya no se
organiza en torno al agersino al saltus. “La decadencia de Roma se manifiesta
también por este retorno a tipos de aldeas y a sistemas de cultivo que se habían
organizado en otro tiempo en función no del ager, sino del saltus, y de una amplia
explotación de la naturaleza salvaje, es decir, a tipos de aldeas y a sistemas de cultivo
muy próximos a los germánicos.” Duby, G. (1976) Guerreros y Campesinos. Editorial
siglo XXI.
La fuente a analizar es una representación iconográfica del trabajo de la tierra; en la
misma se puede apreciar –según el color – que las herramientas eran mayoritariamente
hechas de madera – como señala Duby – y en algunos casos tenían partes en metal.
También puede apreciarse el nivel de organización que tenían estos individuos a la hora
de trabajar la tierra, la división del trabajo y como ambos sexos participaban en esta
labor; no tenía el carácter incluyente de la mujer que solemos tener en el imaginario. Por
otro lado, en el centro abajo, se aprecia la representación de un árbol, símbolo de vida,
de vegetación; de bosque. Señalando la importancia de éste en el paisaje medieval, el
bosque (simbolizado por el árbol) era señal de vida, de subsistencia: dado que
complementaba las necesidades alimenticias que el suelo –con los precarios métodos y
herramientas – no podía cubrir. Cabe destacar que he seleccionado esta fuente por el
fuerte papel de la agricultura en la economía occidental.
Por otro lado, continuando con la importancia del bosque para subsistencia de los
individuos que habitaron Europa Occidental entre los siglos IV y X, he seleccionado un
mapa donde se puede apreciar como el bosque era el paisaje predominante, y por lo
tanto el medio de más amplio acceso. Porque a él podían acceder todos los individuos,
por más excluidos que estén de la comunidad, como los deformes o enfermos que huían
al bosque. Aquí, mientras se mantuvo como bien comunal, podían acceder todos los
sujetos y tomar de este aquello necesarios para su subsistencia: madera como
combustible o para hacer herramientas, miel, frutos, animales y alimento para el ganado.
Y por eso forma una parte sustancial en la economía natural de la edad media. Además
los diferentes poseedores y los trabajadores de las tierras tenían acceso a distintas
tierras, unas más fértiles que otras, y esta diferencia en muchos casos era compensada
con el acceso igualitario al bosque con el que contaban.
Bibliografía:
-
Anderson, P. (1979) Transiciones de la antigüedad al feudalismo. Editorial
Siglo XXI
-Bloch, M. - La Sociedad feudal
-Duby, G. (1976) Guerreros y Campesinos. Editorial siglo XXI