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Joselyne Merchán Plúa

La cinematograficidad en las pinturas del Barroco

La relación de la pintura en el cine.

Desde la época prehistórica siempre existió en el ser humano una necesidad por querer

representar el movimiento, y siglos más tarde se reveló que ya hubo un primer intento de

registrar el movimiento en las cuevas; donde los primeros hombres a través de grabados,

plasmaron lo que llamaremos el principio de la cinematograficidad. Es así que con la llegada

de los primeros movimientos culturales, nace una corriente artística que se destaca por

conseguir reflejar la expresión del movimiento de una manera que hasta ese momento no se

había logrado; nos referimos al arte Barroco. Esta corriente artística cuyas bases están en lo

político y lo religioso; rompe con la pasividad y la esteticidad de su antecesor, el arte

Renacentista.

El movimiento cultural Barroco es un periodo de la historia occidental que surge en

Italia entre los siglos XVII y XVIII, y de ahí se extiende hacia la mayor parte de los países

europeos. Este estilo artístico surge en primera instancia con la pintura y la escultura pero

posteriormente va tomando fuerza en el resto de las demás artes: literatura, danza, arquitectura,

teatro y música.

“En un principio el término barroco tuvo un sentido despectivo, con el

significado de: recargado, engañoso, caprichoso, hasta que fue posteriormente

revalorizado a finales del siglo XVII. Barroco significa en realidad grotesco, y


este término fue empleado por los defensores de la pureza del estilo clásico,

cuyas reglas no debían ser profanadas”.1

El arte barroco emerge en un período crítico para la iglesia, sus edificaciones que hasta

ese momento se caracterizaban por ser simétricas y armoniosas se fueron transformando por

estructuras recargadas en decoración.

La representación del movimiento en el arte Barroco se da con mayor fuerza en la

pintura, donde representantes como Caravaggio y Velázquez, lograron plasmar en sus pinturas

la sensación de movimiento con una teatralidad que daba lugar a que el espectador recrease

una historia observando la pintura.

La pintura barroca ya ha sido extensamente estudiada en el pasado, como un arte que

se caracterizó por representar fuertemente el dramatismo del movimiento en sus obras. No

obstante siglos después, la ambición del artista por querer lograr transmitir una mejor

representación artística del movimiento, hizo que se diera paso a un arte que llegaría a

revolucionar y fusionar a todas las artes ya existentes, en especial a la pintura, nos referimos al

más joven y aún cuestionable arte, el cine.

La intención por capturar y reproducir el movimiento hizo que los hermanos Lumiere

desarrollaran un dispositivo mecánico que fuera capaz de capturar y proyectar imágenes en

movimiento, a lo que ellos llamaron cinematógrafo. Es así que producto del funcionamiento de

este dispositivo se dio el 28 de diciembre de 1895 la primera proyección de película “La salida

de los obreros de la fábrica Lumiere en Lyon” dirigida por los hermanos Lumiere, considerada

1
Gombrich, Ernst, Historia del Arte. Madrid: Editorial Alianza, 1992.
como la primera película documental de la historia; la misma que fue proyectada en presencia

de un público que se encontraba impresionado ante lo novedoso del espectáculo que surgía;

dando como inicio a este nuevo arte llamado cine o cinematografía, que adquirió su nombre

del derivado del cinematógrafo.

Y aunque el cine en sus inicios solo era visto como espectáculo de ferias, a lo largo del

siglo XX, el cine va tomando más fuerza como manifestación artística, desarrollando diversas

corrientes durante este siglo, muchas de ellas inspiradas en la pintura. Entre algunas de estas

corrientes están: el impresionismo, surrealismo, expresionismo alemán, cinema verité,

neorrealismo italiano, la nueva ola francesa, entre otras.

La relación más cercana que el cine ha tenido con otras artes ha sido con la pintura. La

condición del movimiento en la corriente artística del barroco ha sido abordada ampliamente

en el pasado, por eso en el presente ensayo se pretende hacerlo desde su sentido

cinematográfico. Para esto se va a tomar en consideración ciertas obras de pintores barrocos

como Velázquez y Caravaggio, para analizar el dinamismo que existe en sus pinturas donde la

teatralidad característica de sus obras dan como resultado una mayor y fiel representación del

movimiento, algo que anteriormente no se había logrado sino hasta la llegada del Barroco. Y

partiendo de aquello se podrá establecer una reflexión sobre la relación existente entre cine y

pintura tomando como ejemplo a las películas Ciudadano Kane, 1941 de Orson Welles y Los

Siete Samurais, 1954 de Akira Kurosawa que se han inspirado en las pinturas de estilo barroco

para crear un universo en sus films.

Entre estas dos artes, cine y pintura, hay una evidente diferencia. El cine es la

reproducción de imágenes en movimiento; mientras que en la pintura la imagen es estática e

inmutable. Sin embargo en el cine, las imágenes en movimiento hacen que el espectador se
deje llevar por lo que ve, puesto a que la trama ya está armada. Lo contrario pasa con la pintura,

aquí en cambio se nos presenta una imagen fija que se presta para la contemplación, dándole

tiempo al espectador de asociar y reflexionar sobre lo que está viendo y con su libre

interpretación pueda recrear una historia a partir de imagen estática. Sin embargo estas dos

artes también tienen sus semejanzas como por ejemplo el manejo artificial de la luz, el encuadre

y la posibilidad de reflejar movimiento que tanto el cine como la pintura lo tienen.

Como anteriormente se mencionó, el estilo barroco se caracterizó por la saturación de

objetos, distorsión en las formas, efectos forzados y exagerados, así como también fuertes

contrastes de luces y sombras. El juego de estos elementos hizo que la pintura barroca se vuelva

la más acertada para la representación de la teatralidad y el dramatismo. Lo que demuestra que

en las pinturas barrocas ya existía un principio de cinematograficidad; entendiéndose como

principio de cinematograficidad a la búsqueda del movimiento o el movimiento sugerido, en

este caso los elementos que dan forma a las pinturas barrocas hacen que haya un movimiento

implícito que se complementa con la interpretación del espectador ante la obra.

A finales del año 1500 surge en Italia la escuela naturalista, donde destacan artistas

como Caravaggio y Velásquez, quienes en sus obras hacen uso de un gran dominio por el claro

oscuro generando mayor dramatismo y teatralidad. A ellos se los considera como los pintores

más exponentes del barroco.

Cuando a Caravaggio le encargaron por primera vez que pintara obras religiosas, se vio

envuelto en problemas y criticas debido a que sus pinturas eran exageradas y generaban cierta

esencia tenebrosa a sus obras, y aunque en primera instancia a la Iglesia no le agradó, esta

nueva forma de realismo lo catapultó entre el gremio de artistas de la época. Obras como La

crucifixión de San Pedro, 1601 y La muerte de la Virgen, 1601- 1606 estuvieron envueltas en
polémicas porque representaban otro estilo de “redención y sufrimiento” diferentes al de su

antecesor el Renacimiento, donde su estilo se consideraba dentro de los canones del clasicismo.

Por otra parte, en España empieza a existir una gran influencia del naturalismo de

Caravaggio y es así como surge una nueva rama del movimiento barroco llamada Tenebrismo,

donde se evidencia el uso del claroscuro de una forma aún más teatral y exagerada. Influenciado

por la técnica de Caravaggio, Diego Velázquez sigue sus pasos, y se posiciona como el máximo

exponente del barroco español. Entre sus obras maestras están Las Meninas y Las Hilanderas

Tanto en las obras de Caravaggio como en las de Diego Velázquez, el efecto por generar

más dramatismo y realidad en sus obras nos hacen dar cuenta que en sus pinturas ya hay una

conciencia cinematográfica, que se terminan de complementar o recrear con la lectura del

espectador ante sus obras. Por lo que podemos atribuir que gracias a la cualidad de

cinematograficidad que existe en las pinturas del barroco, se puede concretar aún más la

relación directa que tienen el cine y la pintura; dando paso a que importantes cineastas tomen

como referente a la pintura barroca para incorporarla en sus filmes.

Orson Welles director de la película Ciudadano Kane; emplea el estilo barroco en este

film. Cuando vemos su película podemos constatar la relación que esta tiene con el arte barroco,

el universo estético de Ciudadano Kane están compuestos por elementos inspirados en esta

corriente artística que se ven reflejados en la decoración de los escenarios como por ejemplo

el exterior de la Mansión Xanadú que aparece en la primera secuencia del film, donde vemos

una majestuosa edificación con puertas inmensas y relieves en su fachada; que posee

características arquitectónicas similares a la de las iglesias y palacios de estilo barroco. Otro

aspecto técnico que hacen de esta una película abarrocada es el constante uso del claro oscuro

en sus escenas, y también el excesivo uso de la profundidad de campo y los grandes angulares
deformantes e irregulares que dan sentido para que esta pieza cinematográfica sea concebida

bajo la referencia del estilo barroco.

Otro director que se ha inspirado en el esteticismo de las pinturas barrocas para hacer

sus películas es Akira Kurosawa quien se apropia de la técnica del claro/oscuro, sombras

fuertes y bien marcadas; que son también características de las pinturas barrocas, para

plasmarlas en sus largometrajes.

“En los dibujos y storyboards, en el decorado, el vestuario, el maquillaje, en las

localizaciones y escenarios, en el diseño de la imagen, la composición de la

pantalla, la dirección de los actores y las cámaras, en el montaje y la edición. La

historia de la pintura barroca europea le sirve de precedente y tiene una poderosa

influencia en la creatividad de Kurosawa, y nos provee de un vocabulario para

entender su obra”2

No es necesario hacer hincapié o referencia solo a una película de Kurosawa ya que

esto que menciona James Goodwin en la cita antes expuesta se puede apreciar en toda la

filmografía de este director. Sin embargo para ejemplificar la influencia del barroco en las

películas de Kurosawa nos vamos a remitir a su film Los Siete Samurais donde los constantes

claro oscuros, la tensión provocada a partir de las figuras geométricas y la composición

triangular son cualidades de la pintura del barroco que Kurosawa ha adaptado al lenguaje

cinematográfico de sus largometrajes. La composición triangular expuesta en Los Siete

Samurais, es un orden estructural recurrente en la pintura barroca, la cual permitía ordenar a

2
Goodwin, James. Los dibujos de Akira Kurosawa: La mirada del samurái. Madrid: Fundación

Colección ABC y TF Editores, 2011


más de seis o siete figuras en el lienzo de manera clara y equilibrada. Lo que es evidente en las

escenas en donde comparten los siete samuráis.

“Otro elemento destacado de la debilidad de Kurosawa por el barroco, es la

evolución que estos movimientos suponen respecto al punto de vista del artista

y del espectador hacia el mundo. La sensibilidad barroca, pese al atrevimiento

de algunos ángulos y perspectivas, mantiene un patrón frontal que sitúa a ambos

al mismo nivel de los hechos que se representan. El artista y el público dominan

el mundo.”3

Conclusión:

Aunque estas dos películas: Ciudadano Kane y Los Siete Samuráis no pertenecen a la

misma década ni sus directores son del mismo continente; si son obras que perduraran en el

tiempo cuyos directores plasmaron en ellas un aprecio e influencia por este periodo de la

historia del arte, el movimiento artístico del barroco. Y a pesar de que estas dos obras no son

fieles exponentes del arte barroco, sus directores lograron representar en ellas elementos

característicos a este periodo que incluidos en una estructura narrativa a través de aspectos

técnicos y estéticos reflejan una idea abarrocada en estos filmes.

El cine está vinculado con todas las artes pero la relación entre cine y pintura sigue

siendo muy directa; aun así cada una tiene sus propios méritos; ambas aportan una narrativa

solo que en espacios y tiempos diferentes.

 3
Álvarez, Raúl. Claves de la pintura barroca en el cine en blanco y negro de Akira Kurosawa.

Fotocinema. España: Fotocinema. Revista científica de cine y fotografía 2018.


Bibliografía:

 Gombrich, Ernst, Historia del Arte. Madrid: Editorial Alianza, 1992.

 Wölfflin, Heinrich. Renacimiento y Barroco. Barcelona: Ediciones Paidós, 1991.

 Carringer, Robert L. Cómo se hizo Ciudadano Kane. Barcelona; Ultramar Editores,

1987.

 Álvarez, Raúl. Claves de la pintura barroca en el cine en blanco y negro de Akira

Kurosawa. Fotocinema. España: Fotocinema. Revista científica de cine y fotografía

2018.

 Goodwin, James. Los dibujos de Akira Kurosawa: La mirada del samurái. Madrid:

Fundación Colección ABC y TF Editores, 2011.

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