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Universidad Nacional de Educación a Distancia

Facultad de Filosofía

Departamento de Antropología Social y Cultural

Trabajo de Fin de Grado en Antropología Social y Cultural:

“MITAKUYE OYASIN”.
El Camino Rojo. Espiritualidad y medicina tradicional
americana en contextos rur-urbanos en el Estado Español.

Investigación llevada a cabo por


Carlos Cuartero Ropa

Tutor: Dr. Julián López García


Curso 2016/2017
DECLARACIÓN JURADA DE AUTORÍA DEL TRABAJO CIENTÍFICO, PARA
LA DEFENSA DEL TRABAJO FIN DE GRADO
Fecha: 31/08/2017
Quién se suscribe:

Autor(a): Carlos Cuartero Ropa


D.N.I/N.I.E/Pasaporte.: 47464307N

Hace constar que es el(la) autor(a) del trabajo:

“MITAKUYE OYASIN”.
El Camino Rojo. Espiritualidad y medicina tradicional
americana en contextos rur-urbanos en el Estado Español.

En tal sentido, manifiesto la originalidad de la conceptualización


del trabajo, interpretación de datos y la elaboración de las
conclusiones, dejando establecido que aquellos aportes intelectuales
de otros autores, se han referenciado debidamente en el texto de
dicho trabajo.

DECLARACIÓN:
✓ Garantizo que el trabajo que remito es un documento original y
no ha sido publicado, total ni parcialmente por otros autores,
en soporte papel ni en formato digital.
✓ Certifico que he contribuido directamente al contenido
intelectual de este manuscrito, a la génesis y análisis de sus
datos, por lo cual estoy en condiciones de hacerme públicamente
responsable de él.
✓ No he incurrido en fraude científico, plagio o vicios de autoría;
en caso contrario, aceptaré las medidas disciplinarias
sancionadoras que correspondan.

Fdo.
Amigo mío,

Volverán.

Ya están volviendo

Por toda la Tierra.

Las antiguas enseñanzas de la Tierra,

las antiguas canciones de la Tierra,

Están volviendo.

Amigo mío, están volviendo.

Te las doy a ti,

Y gracias a ellas

Comprenderás,

Verás.

Están volviendo a la Tierra.

La Canción de Crazy Horse.

-ÍNDICE-
1. Introducción: ¿Sobre qué versa este trabajo?

2. Metodología, objetivos y observación participativa: Implicaciones para el trabajo de campo.

3. Marco contextual: Secularización, espiritualidad y antropología.

3.1 Precedentes: Religión, espiritualidad y chamanismo.


3.2 Espiritualidad y tradiciones en el capitalismo global y la era de las
comunicaciones. Arcaismo y neochamanismo.

4. El “Fuego Sagrado de Itzachilatlan” y la Fundación Cultural “Camino Rojo” A.C.: la tradición


lakota a revisión y el Camino de la Alianza.

5. Bases metodológicas y rituales de la Fundación Cultural “Camino Rojo” A.C.: Observaciones.

5.1 Las Bases: La Pipa Sagrada (Chanupa) y la Rueda de Medicina.


5.2 El Temazcal o cabaña de purificación (inipi).
5.3 La Búsqueda de Visión (Hemblakeyapi).
5.4 La Ceremonia de la Medicina o de Cuatro Tabacos: el uso ritual de enteógenos.
5.5 La Danza del Sol (Wiwanyag Wachipi).
- La Danza de la Estrella
- Ceremonia Wixarika de Híkuri

6. El Género y el cambio social

7. Conclusiones

8. Bibliografía, videografía y páginas web.

Anexo:

- Canciones de Poder. Breves consideraciones sobre el rezo.

Agradecimientos
Gracias a María y José Manuel por descubrirme este bonito camino, a Miguel y Luis
por sus enseñanzas, a Conchi por su confianza y a la gente de Santo Daime y Tierra de Gredos
por abrirme el corazón, en especial a Vicente por su precioso trabajo. Gracias también a toda
la gente de la Danza del Sol por abrirme las puertas y compartir sus experiencias y a Alfonso
por sus bendiciones. Este trabajo no es sólo mío, también vuestro, disfrutadlo, que sirva para
dar a conocer al mundo el Camino del Corazón.
1.
INTRODUCCIÓN: ¿SOBRE QUÉ VERSA ESTE
TRABAJO?
Desde antaño el ser humano y sus ancestros han vivido en sociedad, cuidando unos de otros,
desarrollando técnicas de curación y de mantenimiento de la salud, no solo individual, si no también
grupal. Una muestra de ello es el descubrimiento de restos neandertales en la Sima de los Huesos o en
la Chapelle aux Saints de individuos que sufrían fuertes lesiones, enfermedades degenerativas,
malformaciones… y que lograron alargar su vida gracias a los cuidados proporcionado por el grupo y
a las técnicas sanadoras que se fueron desarrollando con la experiencia y la transmisión del
conocimiento acumulado a lo largo de las generaciones1. Además, los paleoantropólogos han dado
constancia de la capacidad simbólica y de indicios sobre creencias en los que comúnmente se denomina
“Más Allá”, gracias a los yacimientos funerarios que se han descubierto y a ciertas representaciones
rupestres de lo que se consideran “hechiceros” o “chamanes”2, lo que se encuentra -bajo mi propio
punto de vista- íntimamente ligado al desarrollo de cosmovisiones y comportamientos de índole
espiritual y “religiosa”. Por tanto, partiendo del supuesto de que estas cosmovisiones configuraban la
representación del mundo que los individuos y los grupos poseían y las fuerzas que intervenían en la
supervivencia de la sociedad, podemos asumir que, desde antiguo, condicionaron de en gran los
métodos de sanación.
Para algunos autores es el chamanismo el que integró estos conocimientos desde los primeros pasos
de la Humanidad, ayudando al equilibrio de la sociedad en su constante diálogo con el “mundo de los
espíritus”3, o como lo llaman desde estas tradiciones, el Astral. Mircea Eliade lo caracterizó como “las
técnicas del éxtasis”, ya que observó entre los shaman siberianos (de donde procede el término) como
recurrían a métodos para hacerles abandonar el cuerpo y viajar a otros mundos o planos, en lo que
denominó “el vuelo mágico del chamán”4. Este era el encargado de mantener el equilibrio entre los
mundos material y metafísico y, por tanto, de la salud y el bienestar de la comunidad.
Por otra parte, la difusión y surgimiento de nuevos sistemas sociales, tecnologías, ritos, creencias
y demás “saberes culturales” ha contribuido al enriquecimiento y desarrollo de las sociedades en
contacto y al avance de numerosas formas de supervivencia, relacionalidad y técnicas de sanación;
produciéndose hibridaciones y sincretismos que han favorecido -aunque no siempre- a la expansión
del ser humano.
Este hecho se hace radicalmente patente en el mundo del capitalismo globalizado; en el que -a
pesar de las fuertes tendencias hacia la “secularización” y la modernidad; por la que los procesos de
individuación, racionalización y diferenciación funcional han cobrado protagonismo, provocando
tendencias hacia la “extirpación de los modos tradicionales” y hacia el “desencantamiento del
mundo”5-, gracias al impulso de las “tecnologías de la información” y a la tensión generada entre
globalización e identidad se ha generado un “renacimiento de las comunidades religiosas” debido a lo

1
Bermúdez de Castro, 2004:270-271
2
Bermúdez de Castro, 2004: 315-321
3
B. Morris, 2006:28
4
Íbid
5
M. R. Ramírez Morales, 2009
que Castells denominó “las búsquedas de sentido […] en la reconstrucción de identidades defendidas
en torno a principios comunales”6.
Así, el cuestionamiento de ciertos paradigmas predominantes en Occidente provocó -sobre todo a
partir de los años 60-70, a raíz del surgimiento del movimiento de la New Age y los Nuevos
Movimientos Religiosos7- una ola de apropiación de filosofías, prácticas, religiones, movimientos,
ideas… que contribuyeron y continúan contribuyendo profundamente al cambio social a lo largo y
ancho del globo, modalidades sincréticas que generan una suerte de “hibridismo posmoderno”8; a raíz
de lo cual han aparecido lo que Champion denomina “religiones a la carta”9 o “submakers”. Para
Mendoça, los movimientos de la Nueva Era no tenían únicamente que ver con el nivel de las creencias
y las cosmovisiones, si no que se centraban en la “mejora holista” del individuo, un ámbito en el que,
según la autora, “los límites entre religión y psicoterapia […] son muy tenues, si es que pueden estar
entrelazados”10. Así, estos movimientos se han relacionado con lo que Rocchi denominó “reseaux
psychomystiques”; en las que las creencias y prácticas “tienen una dimensión terapéutica y otra
espiritual supraempírica” que se fundamentan en el deseo de “transformación interior”11. Estas
dinámicas se pueden relacionar y englobar en lo que N. Saavedra denomina healthism; un “fenómeno
sociocultural […] relacionado con el consumo de bienes para la salud”12.
En este contexto de partida, el caso que pretendo estudiar es la llegada de ciertas tradiciones y
prácticas de sanación provenientes de los nativos americanos (tanto del norte como del sur) a Europa;
y más concretamente a España en el contexto de la globalización y de la modernidad mencionada;
estudiando dicho fenómeno en el ámbito rur-urbano del territorio español, donde se han instalado desde
hace pocos años representantes de “vías espirituales” como el Camino Rojo o el Santo Daime,
dedicadas a la “propagación de los conocimientos adquiridos con los indígenas en el Nuevo Mundo
[…] el encuentro consigo mismo, la buena relación con la espiritualidad y con la naturaleza” como
un camino de autoconocimiento y sanación, que da primacía a la “necesidad de volver al grupo, al
sentimiento comunitario” 13
Estas tradiciones se han instalado en la sociedad occidental a través de personas influenciadas
por la New Age (aunque muchas veces no se identifiquen con ella) y el espiritualismo posmoderno14.
Pretendo averiguar cómo y por qué estas prácticas se han instalado en un territorio y una cultura que,
al menos en apariencia, poco tienen que ver con ellas, y cómo a través del ritual y el “evento espiritual”
se “sanan las relaciones” en un ámbito de vida urbana y de intensa individualización; con todos sus
problemas y trastornos asociados. No pretendo averiguar si estas cosmovisiones se asemejan o no a la
realidad, si no tratar de entender de qué forma funciona una práctica sanadora subalterna en nuestra
sociedad, qué personas la “consumen”, sus ámbitos de aplicación, sus modos y métodos para incentivar
su puesta en práctica en otros contextos más escépticos, como clínicas y hospitales, en muchas de las
cuales existe una sistematización de la sanación semejante a una cadena de producción; modelo
tomado del contexto capitalista en el que se encuentran. Estas relaciones han de estudiarse, por un

6
M. Cantón, 2001: 203
7
P. Mendoça, 2006:17-21
8
R. de la Torre, 2012
9
M. R. Ramírez Morales, 2009
10
P. Mendoça, 2006:21
11
P. Mendoça, 2006:23
12
N. Saavedra, 2010
13
P. Mendoça, 2006:45-96
14
P. Mendoça, 2006:21
lado, de forma diacrónica; debido a la necesidad de comprender sus orígenes y su pragmática en los
diferentes contextos y épocas en los que se ha llevado a cabo, la cual no consta únicamente de una
dimensión sanadora, si no también política y social para poder descubrir las posibilidades que encierra.
Desde este punto de vista merece la pena, además, entender las relaciones que se establecen en su seno
y entre diferentes vías y tradiciones, ahondando en los sincretismos entre ellas para comprender los
modos organizativos y relacionales, sus puestas en práctica y sus performances.
Este interés por estudiar formas subalternas, no científicas, de sanación me llegó a través de
Jose Manuel Embid, un antiguo hombre-medicina del Camino Rojo, cuando participé en una
ceremonia conocida como temazcal (en su acepción náhuatl), inipi o cabaña de sudor (en su acepción
lakota). Este es una ceremonia considerada, según algunos participantes de la misma, como “si no la
más antigua, de las más antiguas de la humanidad”, ya que según estas personas “se encuentra
ampliamente difundida entre culturas de tradición milenaria a lo largo y ancho del mundo” (es
revelador el hecho de que en el yacimiento íbero de Ulaca (Ávila) se han encontrado restos de lo que
se consideran cabañas de sudor). La experiencia resultó tremendamente reveladora, ya que no había
experimentado nada parecido. Desde entonces participo siempre que puedo en ceremonias de este tipo
e investigo y leo sobre las culturas aborígenes de América o como se la denomina desde el movimiento
indigenista, Abya-Yala (palabra originaria de los Cuna panameños). Por otro lado, siempre me han
interesado las diversas formas de espiritualidad originarias de lo que se llama desde nuestra posición
eurocentrista Oriente y todas las formas de equilibrio cuerpo-mente-espíritu que aquí perdimos en el
camino hace ya mucho tiempo. Este es un viaje por las prácticas sanatorias y espirituales de un
colectivo de gente que cree que otro mundo es posible y que trabaja por buscar ese mundo en el interior
de sí mismas.
2.
METODOLOGÍA, OBJETIVOS Y OBERVACIÓN
PARTICIPATIVA: IMPLICACIONES PARA EL
TRABAJO DE CAMPO
La perspectiva de partida de esta investigación se da en la Antropología de la Religión,
apoyándome en parte en la Antropología médica, debido a las numerosas confluencias que se dan en
el fenómeno a estudiar. Sin embargo, no haré depender exclusivamente de estas dos subdisciplinas las
premisas del estudio, apoyándome a su manera en los estudios críticos y epistemológicos que se han
elaborado desde la Antropología y la Sociología, recurriendo a estudios sociopolíticos sobre la
secularización y las corrientes sociales de la subalteridad; ya que, como afirma Manuela Cantón,
“la antropología de la religión corre el riesgo de reificarse si se la hace formar parte de la
cultura entendida como sistemas de significación y considerada como algo separado de los
procesos sociopolíticos y económicos” (M. Cantón, 2001:233)

Por otro lado, debido a la complejidad del fenómeno, realizaré un estudio crítico sobre conceptos
como el de religión, chamanismo, espiritualidad… para lograr dilucidar lo que realmente tomo por
objeto de estudio, con la intención añadida de contribuir a esclarecer debates que se han dado en estas
disciplinas desde su formación.
He de destacar la dificultad reflexiva de estudiar a través de la observación participante en este
contexto, debido a la alta implicación que he asumido en las ceremonias y las relaciones personales
establecidas con los miembros de este movimiento, además de las implicaciones ideológicas que han
chocado con mis propias ideas y conocimientos sobre la religión, la espiritualidad y lo metafísico. A
instancias de la observación participativa no siempre me he presentado como el investigador que soy,
participando como un miembro más en todo lo que pudiera ayudar, ofreciendo mi trabajo en la vida
de los campamentos y hasta participando en alguna ocasión como ayudante del hombre-del-fuego,
aprendiéndome algunos cantos, poniéndolos en práctica, riendo, llorando, dejándome llevar por las
ceremonias, hablando, fumando, elevando mis rezos (e intentando caminarlos), abriendo mi aceptación
a las experiencias, sintiendo, comprendiendo y compartiendo lo que nos hace básicamente humanos,
la sociabilidad del propio acto, aunque procurando en todo momento conservar una mirada crítica y
reflexiva sobre los procesos en los que me he visto envuelto en el curso de mi investigación e
intentando hacer mía una postura que observa Cantón, por la que no se ha de ignorar las implicaciones
prácticas, las condiciones causales de la acción “ni se debe ignorar las asimetrías de poder y las
diferencias de intereses en el examen de las normas sociales”15. En relación a esto, he procurado,
además, no dejarme llevar por mis prejuicios en lo tocante a la religión o las creencias, ya que es un
campo muy sensible a este tipo de preconcepciones, en el que es complicado conservar una mirada y
una actitud adecuada a la consecución de los objetivos y la metodología de la investigación. En este
ámbito, me gusta destacar una frase de Marta García Alonso -siguiendo a Celia Amorós- que expresa
una de las posturas sobre el trabajo ético de esta investigación y de la que he aprendido bastante a
través del objeto y los sujetos de mi trabajo, dirigiéndola hacia los prejuicios y las creencias de mi
propia persona:

15
Cantón, 2001: 233
“Debemos esforzarnos por desvelar las contradicciones de las culturas ajenas y aceptar que,
del mismo modo, nos hagan conscientes de las contradicciones presentes en la cultura propia:
hay que discutir todas las reglas de todas las tribus” (García-Alonso, 2016:71).
La base de esta investigación ha sido observación participante en las diversas ceremonias del
Camino Rojo, asistiendo a numerosos temazcales en Madrid, a una Búsqueda de Visión y a una Danza
del Sol en Gredos. También he apoyado mi investigación sobre las entrevistas realizadas a algunos
miembros de este movimiento, así como a todo lo aprendido durante las ceremonias y rituales que,
aunque no constan como entrevistas en sí, me han valido tanto o más como estas.
Por tanto, he procurado realizar entrevistas a:
- Hombres/mujeres medicina del Camino: historias de vida, cómo llegaron a ser lo que son,
comprender relaciones de poder y autoridad, relaciones de género, experiencias
comunitarias, “redes de activismo transnacional” (A. Appadurai), representación y
significado de los rituales, concepto de enfermedad y sanación, cambio social, crítica a la
racionalidad cartesiana, incorporación y asimilación de la práctica terapéutica (corpo-
mental-espiritual), espacio de práctica, actividad económica, mercado y contradicciones…
- Personas iniciadas y que asistan de forma regular a ceremonias: historia de vida, historia
médica, cómo asimilaron estas prácticas, formas de incorporación, relatos tanto positivos
como negativos, influencias de movimientos y búsquedas de espiritualidad, influencia de
la “enfermedad” y rol de “enfermo” …
- Pacientes sin contacto o poco contacto con las vías mencionadas; sobre todo asistentes a
ciertas terapias y rituales: historia “médica”, cómo se enteraron, familiaridad con otras
formas de espiritualidad y sanación subalternas (yoga, reiki, medicina china, religión.),
relatos sobre la efectividad, detractores, narrativas de la enfermedad, jerarquía
terapeuta/paciente, extracto social, actitudes desde y frente a estas terapias…
Aunque no logré realizar demasiadas, procuré suplirlo hablando y manteniendo múltiples
conversaciones durante mis estancias en la Búsqueda y en la Danza. Así mismo, analicé los medios
tecnológicos y vías de comunicación y contacto que utilizan sus miembros; como páginas webs,
emails, foros…. Para descubrir sus influencias, buscar detractores, observar sus métodos de
comunicación, sus formatos, a qué público están enfocadas estas prácticas; tanto a nivel de difusión
como a nivel económico…. En este aspecto, he mantenido el nombre de todos los participantes, ya que
consideré innecesario ocultar ninguna acción u opinión, debido a que este trabajo tiene la intención de
ser abierto a estas personas y su difusión dependerá de las mismas. En otro sentido si he mantenido la
privacidad de los entrevistados, conservando únicamente sus iniciales, debido a la sensibilidad de
algunas opiniones, por homogeneizar la metodología.
Recopilé material audiovisual de las ceremonias y prácticas terapéuticas para acompañar los
análisis y transmitir con mayor fidelidad las ideas y prácticas a estudiar.
A nivel teórico he realizado un estudio exhaustivo de la bibliografía seleccionada, con el
objetivo de recopilar el máximo conocimiento posible generado en función de estudios sobre
medicinas nativas, sus agentes y agencias, ámbitos de aplicación, teorías sobre lo espiritual y lo
religioso y sobre las nuevas formas en las que se presenta en el contexto de la globalización, etc…para
así poder respaldar con una fuerte base teórica las observaciones y entrevistas, aportando a su vez
información y conocimiento sobre los motivos contextuales de la aparición de estas prácticas en el
Estado Español y Europa, enfatizando “la importancia de lo local”16 en el estudio de los movimientos
espirituales; lo que rescatan y lo que cambian en relación a la sociedad y los valores entre los que se
manejan estas personas.
Una cuestión más, de vital importancia, se ha cruzado durante esta investigación y es el tema
de la racionalidad, muy bien analizada por M. Cantón. ¿Cómo podemos analizar lo espiritual y lo
religioso desde el punto de vista científico y antropológico? ¿en sus propios términos? ¿desde una
postura científica que muestre la irracionalidad estas concepciones? ¿son estas prácticas irracionales,
prelógicas, como afirmaba Lévy-Bruhl? Durante mis observaciones y entrevistas se me ha dado a
entender, por miembros del Camino Rojo, la dificultad de comprender desde un punto de vista
científico las prácticas espirituales que llevan a cabo. La dificultad estriba en la imposibilidad de
explicar y justificar desde la postura científica la existencia de los espíritus, de Wakan-Tanka o de las
conexiones energéticas que se establecen durante las ceremonias. Sin embargo he procurado hacer mía
una postura de algunos miembros del Camino, la que se refiere a la comprensión analógica de las
prácticas y conceptos utilizados, una postura que recuerda a la Verstehen de Weber y Dilthey, que
partieron de una visión interpretativa y que Wittgenstein llevó al ámbito de la religión y el lenguaje, al
afirmar que la religión es algo diferente a la ciencia “ni racional ni irracional, tan solo no racional”17.
Desde esta postura, en ocasiones me han comentado la capacidad comprensiva del organismo, no tan
sólo del cerebro. Siguiendo este enunciado he procurado sentir y no sólo analizar empíricamente, ya
que para poder comprender lo que mueve a estas personas he intentado introducirme de lleno en sus
prácticas para apreciar de la mejor manera el sentido de las mismas, el por qué y el para qué. Según
M.
“[…] Hoy en día lo vemos desde nuestro punto de vista, hemos dejado la realidad casi
reducida al mundo de la vigilia y aun así el mundo de los sueños sigue estando presente en
nuestra cultura con mucho poder, eso es un resto de tiempos en que esos estados de conciencia
formaban parte de la realidad… al construir un consenso sobre qué es la realidad, creas el
mundo, le vas dando forma de alguna manera… y enlazando así con principios de la física y de
la mecánica cuántica, tenemos el mundo que hemos construido a través de generaciones, hemos
ido poniendo capas de realidad, por así decirlo y por eso nos resulta tan difícil trasladarnos a
un mundo mágico como el que viven los indígenas, en el que todo habla y todo se comunica…
lo visible y lo invisible, en el que los vivos y los muertos forman parte de la comunidad al mismo
nivel, en el que en los sueños se recorren otros espacios, en el que a través de visiones, ya sean
con plantas, retiros, meditaciones, ayunos o lo que quieras se llegan a visiones sobre qué es la
realidad y de qué está hecho el Universo y cómo funciona… Hoy en día, la ciencia… los que son
honestos científicamente, sobre todo en el terreno este de la física cuántica, saben que están
abocados a un diálogo entre la ciencia y la conciencia, entre el mundo científico y sus
descubrimientos y los descubrimientos de los exploradores de conciencia antiguos, ya sean
tradiciones como el hinduismo, el budismo o las de los nativos norteamericanos, que llegaron a
conclusiones muy parecidas con otros medios… todo esto son especulaciones, no deja de ser mi
visión… te cuento mi experiencia y todo mi bagaje cultural, por así decirlo…”
El objetivo de todo esto es:
- Conocer la tradición del Camino Rojo y los cambios introducidos desde la mexicanidad.
- Conocer el papel que juega en Europa, a través del deseo de recuperación de las antiguas
tradiciones precristianas.

16
M. Cantón:2001, 236
17
M. Cantón, 2003:260
- Conocer el origen del FSI y El Camino Rojo
- Describir las ceremonias que se llevan a cabo y los motivos que llevan a realizarlas.
- Comprender y explicar el uso de las plantas de poder y su estigmatización como droga para
poder desestigmatizarlas de algún modo y apoyar su consumo dentro de ambientes
controlados.
- Averiguar en qué medida puede ayudar al cambio social en España y Europa.
- Cómo pueden ayudar las técnicas de sanación como modo alternativo y complementario a
la medicina alopática.
- De qué manera contribuye al equilibrio del ecosistema y de las personas con su entorno.
- Qué enseña y cómo lo hace. Analizar las relaciones de género para concienciar sobre la
importancia de la mujer en nuestra sociedad.
3.
MARCO CONTEXTUAL: SECULARIZACIÓN,
ESPIRITUALIDAD Y ANTROPOLOGÍA.

3.1 Precedentes: Religión, espiritualidad y chamanismo.


La categoría de religión ha sido usada, denigrada y revisada en multitud de ocasiones desde las
ciencias sociales como un concepto analítico intercultural válido para definir las diversas experiencias
transcendentes o de “origen divino”. Me resulta muy estimulante el análisis que realiza Cantón en “La
razón hechizada” (2001) sobre las diversas teorías sociológicas y antropológicas que versan de la
religión y la espiritualidad. En esta obra se muestra una perspectiva de análisis, crítica -que considero
importante y en la que se basa la autora- del sociólogo francés Pierre Bourdieu, por la cual
“los procesos de disolución de lo religioso pasan […] por […] el control del campo de la
manipulación simbólica y la orientación de la visión del mundo”, para el que “se producen
definiciones diversas acerca de la salud, la curación, el cuidado del alma y del cuerpo” (M.
Cantón, 2001:234)

Desde esta perspectiva es a través de la “manipulación de las palabras” por lo que consiguen
“manipular la estructura de percepción del mundo social”, lo cual es fundamental para la legitimación
de sus propias perspectivas sobre la realidad. Para esta autora, los sistemas religiosos “son sistemas de
sentido” y las prácticas religiosas “son prácticas sociales”, lo cual pasa por definir la religión como
“la puesta en marcha de una relación de intercambio simbólico con una realidad, que es sólo
a veces considerada transcendente por los actores”, en la que “las negociaciones con lo divino
son un salto imaginativo a partir de negociaciones bien terrenales” (M. cantón, 2001:235).
Esta perspectiva es muy interesante en el ámbito de mi estudio, debido a que los agentes
fundamentan sus prácticas en la palabra y la acción del ritual; en el “rezo” y en el “propósito”, que
expresan a través de la lengua y de las canciones y que negocian con lo numinoso a través “del humo
del tabaco de la Chanupa (la pipa sagrada), que eleva los rezos hacia el cielo”. Para ellos las canciones
constituyen rezos y estas se cantan en los rituales y las ceremonias para que lleguen a Wakan Tanka,
el Gran Misterio, y les escuche.
Es muy interesante, en este sentido, las concepciones sobre la representación ritual y el
concepto de “diseño” que usan desde las ceremonias. Aquí la “negociación de sentido” es donde cobra
su máxima expresión. Según me contó M.:
“[…] … yo la clave la encontré en el mecanismo de la representación… ¿entras en el juego
o no entras? Es como una representación de teatro… entras en el papel y te lo crees, mientras
trabajas y actúas, porque así logras hacer un buen papel, meterte en el personaje… de alguna
manera si aceptas el ritual y el juego, la magia que pueda dar como lo que es, una
representación no es más que un mecanismo para entrar en algo […]
[…] tienes que entrar en la creencia de este papel o cuando vas al terapeuta tienes también
confiar en ciertas representaciones que te van a dar ahí o que te van a proponer como ejercicio…
[…]
[…] … incluso en el mundo, para poder estar aquí necesitamos ponernos una máscara,
aceptar un juego, unas reglas, unas normas y entrar en este juego y en este papel de
representación… así en todas las esferas de la vida, eso lo trasladas a un trabajo espiritual o a
un rito y es lo mismo, puede parecer más exótico o más extraño, pero si entras y penetras, el
Misterio te regala algo…”
Así mismo, todo este trabajo de representación se hace patente a través de los “diseños” de los
altares y de los rituales:
“[…] el concepto de “diseño” es muy interesante, es muy americano… que a mí me cuesta
hasta explicarlo ¿eh? Pero mira, un diseño es un artefacto, es un transmisor de algo, suele
constar de un emisor y un receptor, ahí escondidos andan… entonces los diseños son altares
que, a través de una estructura, de una serie de líneas energéticas, se despliega toda una
maquinaria de significado y de energías, con muchos significados, unos encima de otros… es
como una mochila en la que la Humanidad ha ido guardando cosas intangibles y muy abstractas
y que… mirándola, mirándola y sintiéndola te va llegando mucha comprensión y mucho
conocimiento; es una manera de entender el mundo ¿no? Como que existen diseños en el
Universo, en la vida y que bien alineadas las piezas hay un movimiento de energías, que uno
puede utilizar a favor… […]”
Estas perspectivas muestras en qué medida los miembros del Camino incorporan dichas
prácticas a su vida y a su comprensión de la realidad, así como cobran conciencia de su relación con
su vida, las personas que les rodean, la naturaleza, etc... Los diseños funcionan a través de los símbolos,
como lo entiende Schwarz; como un aglutinador y un mensajero, mediador entre lo sagrado y lo
profano, dos niveles de conciencia diferenciados18.
¿Pero, qué es el Camino Rojo? Los miembros del Camino Rojo lo ven como una vía o tradición
espiritual sincretizada con diversas tradiciones y cosmovisiones de los pueblos indígenas de toda
América; no se considera en sí una religión, ya que no se concreta en una doctrina o en un corpus
institucionalizado, es algo más, como una filosofía de vida. Según Miguel:
“El Camino Rojo es una tradición espiritual, un camino de vida, una filosofía que proviene
de América del Norte, del continente, de los nativos norteamericanos… ha estado y está vivo,
porque todavía quedan hombres de medicina, tribus y gente que lo practica ¿no? […] Mira, este
es un camino de hombres libres… entonces siempre desde la libertad; pero para tener la libertad
hay que tener los medios y el conocimiento, estar en condiciones de poder ejercer la libertad de
una buena manera… te lo he sugerido antes, es reconectar; en Occidente estamos desconectados
en todos nuestros planos… y en el plano espiritual, que puede ser muy abstracto y que aquí
queda muy vinculado a una perspectiva religiosa por un enfoque laico en Occidente, pero es
algo muy diferente a lo religioso, a una religión institucionalizada ¿no? Al ser un camino de
hombres libres, lo que te concede es la libertad de tener tu propia relación con el Espíritu, el
Misterio, la Creación, sin intermediarios… es a donde llegas al final… puede servir para, desde
esa conexión con lo esencial, con lo importante, con lo que nos vincula a este planeta, con lo
que nos vincula a nuestra relación con el agua, con el aire, con los alimentos, en definitiva, con
nuestra manera de vivir, nos puede devolver a una conciencia medioambiental y social muy
potente y que pueda servir para frenar este ciclo de autodestrucción en el que estamos metidos…

18
Y. Cruz Balderas, 2016:30
y también devolvernos a una forma de ver el mundo y de volver a dar sentido a la palabra
“comunidad”, a la palabra “familia humana”… […]”
Esta vía espiritual es englobada por sus practicantes dentro de lo que se denomina, no sin
controversias, chamanismo. La palabra chamán proviene de los Evenki (tungus) de Siberia (shaman),
aunque también del pali samana y del sánscrito çramana y fue estudiado por primera vez por M. Eliade
en “El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis”. Según Eliade el chamán era una persona que
se encargaba de velar por la seguridad y el equilibrio de la comunidad a través de la comunicación con
el “mundo de los espíritus”19 o Astral, como lo denominan en las diferentes tradiciones alrededor del
mundo. Normalmente el chamán debía de pasar una experiencia tremendamente traumática o cercana
a la muerte para poder iniciarse y debía de aprender los rudimentos de su labor durante un período
muy extenso de tiempo. Se cree que fue una de las primeras prácticas espirituales de la Humanidad y
de sus ancestros. Sin embargo, el enfoque de Eliade se ha considerado tremendamente reduccionista
por su limitada descripción de un fenómeno que él consideraba exclusivo de Siberia y Asia Central y
que otros autores han considerado como un fenómeno a escala mundial20. Así, A. Hultkrantz lo define
como conjuntos de técnicas y cosmovisiones que se dan en el seno de ciertas religiones, como
elementos ritualísticos y ceremoniales característicos y comunes, como la inducción de estados
alterados de conciencia y de trance a través del uso de ciertas plantas (enteógenos o plantas de poder),
el uso del tambor, la música y la danza rítmica, el ayuno y otras privaciones sensoriales y sociales, la
actividad física intensa, la concentración y la meditación, el dolor, la privación de sueño…21 Y es en
este tipo de actividades donde se muestran los conocimientos que se desean encontrar y transmitir.
Según L.:
“[…] en el chamanismo hay prácticas, como estas del Camino Rojo, que son de límites
físicos, buscas el límite porque en el límite hay conocimiento y sanación… y eso, si buscas tú
ese límite es un conocimiento que llega para ti, para tu vida de ahora y eso te ayuda a
caminar…yo, sobre todo, es la preparación para la muerte y tener esos conocimientos para la
vida física.”

O referido a los aspectos chamánicos de ciertos rituales en el seno de la Iglesia del Santo Daime:
“[…] Santo Daime […] me chocó mucho todo el rollo que tiene, porque es una religión, son
cristianos también… […] pero bueno, empecé a ir al Vuelo del Águila, que es un ritual que
hacen, que es chamánico y empecé a conocerlos […]”
Por tanto, llegamos a un punto en el que es importante discernir entre espiritualidad y religión.
Yolanda Cruz realiza una reflexión muy interesante a este respecto en su estudio sobre el Camino Rojo
en México. Citando a Renée de la Torre, que se apoya a su vez en Bauman, afirma que lo espiritual se
asemeja a la “experiencia líquida de la vida”, en contraposición de la “experiencia sólida de la
religión”22. Con esto quiere decir que la religión se fundamenta en el dogma, los libros sagrados, la

19
Morris, 2006:28-29
20
Morris, 2006:28-31
21
Morris, 2006:32-33
22
Y. Cruz Balderas, 2016:9
institución eclesiástica de tinte burócrata, las leyes y sanciones morales… en cambio la espiritualidad
es más fluida, se basa en la propia experiencia, extática muchas veces y aunque se guíe por ciertos
esquemas, estos no son inquebrantables, pueden variar con el paso del tiempo con mucha más facilidad.
En este sentido, McKenna escribió
“Las únicas religiones que son algo más que los códigos morales tradicionalmente
sancionados son las religiones del trance, el éxtasis de la danza y la intoxicación mediante
alucinógenos” (McKenna, 1995:305)
Quiero aprovechar la ocasión para apropiarme, en parte, de la postura de T. Fitzgerald, por la
que el concepto de “religión” no debe considerarse, a priori, como una “categoría analítica válida,
puesto que no recoge ningún aspecto intercultural característico de la vida humana”23. Este punto de
vista es interesante para reflexionar hasta qué punto analizamos la realidad a partir de categorías no
reflexivas que damos por hechas de antemano. En este sentido la distinción religioso-secular adolece
de un etnocentrismo, originario de la tradición judeocritiana, que no permite aproximarse de manera
adecuada a experiencias de componente sobrenatural que en la mayoría de sociedades son consideradas
como partes íntegras del propio día a día, no estando separadas del resto de experiencias cotidianas.
Para este autor, la religión, como base de una “teología ecuménica liberal”, debería estudiarse como
categoría ideológica, como un “aspecto de la ideología occidental moderna”24. Para él, esta categoría
se encuentra en el centro de la sociedad capitalista moderna, ya que se define en oposición a “lo
secular”, construyéndolo, lo que “constituye el campo de lo manifestamente auténtico de la realidad
científica factual, la racionalidad y lo natural”25. Así propone que los estudios religiosos se tomen
como estudios culturales;
“[…] entendidos como el estudio de las instituciones y de los valores institucionalizados de
sociedades específicas y la relación entre dichos valores institucionalizados y la legitimación
del poder (T. Fitzgerald, 2000:36).
Para Fitzgerald, al hablar de “religión” en un modo no teológico, nos referimos a lo cultural en
función de “instituciones ritualizadas imbuidas de significado mediante un reconocimiento colectivo”.
Una oposición harto analizada es lo sagrado-profano, categoría que Fitzgerald toma desde una posición
no teológica en la que el valor intrínseco otorgado por diversas comunidades a objetos, periodos de
tiempo, personas, animales… simboliza los valores de la propia comunidad, dentro del ámbito de las
representaciones colectivas y de las identidades, por lo que si lo considera una categoría transcultural
base para explicar todo fenómeno relacionado con lo sobrenatural26. Esta es la base interpretativa que
pretendo tomar cuando analizo el saludo lakota “Mitakuye Oyasin” (“por todos mis parientes”), que se
refiere al parentesco con todo lo vivo, o cuando analizo la actitud ante el fuego, las piedras, las plantas
de poder, los taitas y espíritus y las ceremonias y ritos sagrados lakotas, e incluso la misma concepción
del Camino Rojo. Así, los sistemas de creencias, siguiendo a P. Mendoça (y esta a su vez a Cantón),
basados en esta relación tienen una “función social”, estando destinada la selección no arbitraria de
objetos sagrados fundamental para permitir la comprensión del mundo, “como fuente individual y
grupal” de como entendemos la realidad, el individuo y la relación entre ambos27.

23
T. Fitzgerald, 2000:24
24
T. Fitzgerald, 222:25, 26
25
T. Fitzgerald, 2000:55
26
T. Fitzgerald, 2000:52-53
27
P. Mendoça, 2006:9
En este aspecto quiero continuar este argumento con el concepto crítico que usa Martínez
González de “chamán”28. Este autor critica a M. Eliade por no haber realizado ninguna observación ni
haber conocido a ningún chamán siberiano sobre los que escribió. El único trabajo que realizó fue en
la India con los yogi, y estas consideraciones las traslada a muchos otros estudiosos del chamanismo
de la época de la Guerra Fría, como Harner, Kalweit o Hultkrantz, ya que no pudieron tener acceso a
estas zonas29. Para realizar su estudio Eliade tomó escritos sobre “chamanes” de diferentes partes del
mundo, descontextualizándolos y atribuyéndoles características similares, haciendo que el término
perdiera su especificidad y se convirtiera en algo impreciso30. Así ocurrió con los términos de “trance”
y “éxtasis”, ya que no fueron explicados de forma demasiado concreta ni hacen alusión a un tipo
específico de estado. “Estados alterados de conciencia” no define al chamanismo, ya que no
“constituyen por sí mismos la finalidad del ritual”, como afirma el autor. Para Martínez el trance es un
“evento social y no un proceso neuropsicológico” y definir este tipo de actividades en base al trance
niega “al Otro la capacidad de relativizar sus propias creencias”31, ya que, al englobarlo en un término
tan difuso, las tradiciones espirituales “chamánicas” se tienen que adscribir a una categoría occidental
de la que no pueden librarse con facilidad. Hago mía su pregunta “¿De qué sirve reemplazar los
vocablos indígenas, suficientemente específicos, por un término tan oscuro como chamán?”32
Considera la imagen del chamán como algo estereotipado bajo el que se han englobado prácticas
culturales de las más diversas índoles, lo cual no hace justicia a dichas culturas. En este sentido yo he
tratado de no usar este término más que en lo referido a estudios sobre “chamanismo” o
“neochamanismo”. He procurado usar conceptos como hombre-medicina, facilitador, mara’akame,
taita, pajé etc…
3.2 Espiritualidad y tradiciones en el capitalismo global y la era de las comunicaciones.
Arcaismo y neochamanismo.
Esta puntualización del concepto de religión me parece importante en lo tocante a la
conceptualización de los Nuevos Movimientos Religiosos y la New Age, entre los que se intersecciona
el Camino Rojo. Según Mendoça, esta intersección es debida a que el Camino parte de los NMR como
un movimiento que intenta burocratizarse en la sociedad (esto es, “insertarse legalmente”), y a su vez,
sirve y se maneja entre un público que proviene fundamentalmente de la New Age o que ha llegado al
Camino por una enfermedad o un problema que ha querido solucionar a través de vías alternativas “no
médicas”33. A pesar de ello, el Camino, como ya he mencionado, no se identifica como una religión
(en el sentido teológico de la palabra), sino como una vía espiritual, basada en la “mejora holista”,
confundiendo en numerosas ocasiones las fronteras entre religiosidad y psicoterapia, en lo tocante a
las cosmovisiones expresadas a través de las técnicas terapéuticas34.
Y es que estas vías basan sus agencias en la medicina, la sanación. Cuando en una ceremonia
se consume un enteógeno o cuando se dice que el canto es medicina se está apelando a una actitud ante
la cual el equilibrio, desde una actitud holística, es el fundamento de la buena salud del individuo, del
grupo y del ecosistema. Los lakotas no cazaban más que cuando era necesario, para sobrevivir y

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R. Martínez González, 2009
29
Íbid
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Martínez González, 2009:200-202
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Íbid
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Martínez González, 2009:212
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P. Mendoça, 2006:21
34
P. Mendoça, 2006:21
siempre lo hacían con una actitud de veneración ante la presa, pidiendo perdón y dando las gracias 35.
Cuando los miembros del Daime y de la Unión Vegetal consumen yagé (ayahuasca) apelan a la
conexión con el espíritu de la planta y a la conexión con la selva y la naturaleza, el soporte de la vida.
Para M.
“[…] yo creo que hay sanación personal… a nivel de los pedos, de los problemas que cada
uno traiga en su vida, de su biografía y su relato en la falta de amor, etcétera… y también hay
una dimensión colectiva de sanación en que solo generando conciencia colectiva y actuando en
comunidad y cambiando la manera de organizarnos… porque esto nos lleva al final al
desarrollo insostenible en el que vivimos… un modelo de vida sostenible… es el principio otra
vez de nuestras relaciones… la sanación también se da a través de nuestras relaciones… a veces
queremos que sean los otros los que nos lleven… los otros son el infierno o el infierno son los
otros, que decía Sartre, la ventaja es donde te lleva, que es donde muchas filosofías te llevan,
tanto orientales como indígenas… que es solo a través del camino de la propia sanación puedes
sanar a tu alrededor, solo estando tu bien puedes hacer que alrededor estén los demás bien…
no es tampoco un camino de misionero, de salvador, no va por ahí… yo no tengo que salvar a
nadie, me tengo que salvar a mí mismo.”
Pero existe una pregunta que es esencial responder para comprender estos fenómenos ¿por qué, en
la civilización occidental moderna, de tradición judeo-cristiana y envuelta en un fuerte proceso de
secularización, aparecen y se difunden estas tradiciones? ¿para qué?
Para responder a estas cuestiones debemos comprender el marco histórico y sociocultural donde
se desenvuelven, lo que implica estudiar los procesos y crisis identitarias, además de otros muchos
problemas a los que se enfrenta la sociedad capitalista contemporánea y la individuación de sus
ciudadanos. ¿A qué responde este surgimiento de formas alternativas de sanación? ¿Por qué apelan a
la reconexión con la realidad, con la tierra, con nuestros ancestros? ¿A qué necesidades responden este
tipo de agencias?
En las últimas décadas el mundo que conocíamos ha sufrido profundas transformaciones. Para L.
E. Alonso la globalización, como proceso social, ha consistido en una crisis del consumidor medio, ya
que ha cambiado las formas de consumo y su sentido, impulsando la fragmentación de los estilos de
vida, individualizando las prácticas y contribuyendo a la diferenciación de los ritmos de desarrollo
humano, que tan patente se hace en los efectos negativos en las áreas vulnerables del planeta36. Según
Ramírez Morales, siguiendo a Willaime, la modernidad basa sus pilares en la diferenciación funcional
y en un fuerte proceso de individuación y racionalización, lo cual ha tenido como consecuencia un
gran impacto en las formas tradicionales de subsistencia y en las concepciones sobre lo religioso y lo
espiritual37. Esto ha provocado un desencantamiento con el cristianismo y con el Mundo y una
desconexión con nuestro lado espiritual, lo cual ha contribuido a la anomia y al deseo de una búsqueda
de sentido de la vida. Y es a partir de los 60 del siglo pasado cuando esta situación alcanzó su más
intensa manifestación en Occidente38. Para Morris el surgimiento del denominado neochamanismo
proviene de los deseos de los jóvenes de esta época por no ser víctimas del “nihilismo, el consumismo

35
A. Fire Lame Deer & R. Erdoes, 1992:185
36
L. E. Alonso, 201
37
M. R. Ramírez Morales, 2009:2
38
Morris, 2006:49
y la razón instrumental”, todo ello influido por la aparición del movimiento del potencial humano y
los movimientos feminista y ecologista que criticaron abiertamente al capitalismo39.
Así, Según me contaba M., el perfil de personas que pertenecen y asisten al Camino y otras
tradiciones espirituales de tinte chamánico:
“[…] así echando un vistazo a primera vista parecía estar lleno de locos, enfermos y de gente
muy revuelta y tal… al final te das cuenta de… llegan muchos tipos de personas, con problemas
vitales, personales psicológicos y mucha gente insatisfecha con la vida, con cómo funciona el
mundo y que busca otras cosas… mucha gente que andaba buscando el camino del corazón sin
saber lo que andaba buscando… también llega gente con afanes psiconáutas, de exploración de
las drogas, pero yo creo que a casi todos les pasa lo que a mí, que se encuentran con algo mucho
más grande que aquello y vienen mucho a parar aquí rebeldes, inadaptados, gente sensible y
gente, sobre todo que no le tiene miedo a hurgar en sus heridas, en su conocimiento y ponerse
patas arriba y cuestionar su vida… en ese sentido creo que hay mucho valiente, por lo general
la gente no se atreve a cuestionar su vida y lo que tiene como vida y donde vive, porque se le
derrumbaría, porque tal y como está construida esta sociedad, es una puta mierda, se te
derrumba a poco que lo examines, que para esto no nacimos, para estar todo el día pillados y
angustiados, como esclavos o como gilipollas y sin capacidad de cambiarnos… y encima
destruyendo todo nuestro alrededor… pues ahí hay gente más hipersensible, problemática,
algunos dirán que enfermos, vamos a dejarlo en una familia muy especial y que se la juega…”
Sin embargo, Morris obvia los movimientos por los derechos civiles y la movilización del pueblo
nativo americano, un componente tremendamente importante para lo que nos toca. Para M.
“[…] a partir de los años sesenta, con las luchas por los derechos civiles en EEUU, siempre
se ha hablado de Luther King y del movimiento negro, pero los nativos americanos también
estaban movilizados, sobre todo para reivindicar la soberanía sobre sus tradiciones antiguas y
espirituales, su derecho a volver a realizar ritos que les habían sido prohibidos… ellos tenían
un paraguas desde comienzos del s. XX, que era la Iglesia Nativa Americana, donde habían
podido continuar, de alguna manera, practicando sus cosas… alguno con visiones, digamos, en
síntesis con el cristianismo, otros introduciendo la medicina del peyote y en muchas
variedades… el caso es que les permitió un paraguas legal para seguir practicando su
espiritualidad… pero aun así había rituales que continuaban estando prohibidos, como la
Danza del Sol y la Danza de los Espíritus… el movimiento no solo fue por reivindicar su legado
cultural y espiritual, sino también por su soberanía […] a raíz de este movimiento también hay
un grupo de mejicanos que deciden ir a recuperar su tradición con los indios lakotas… hay una
profecía que dice que hace 500 años guardaron el fuego, cuando llegaron los conquistadores…
guardaron el fuego en las tribus del norte y curiosamente los lakotas, en alguna línea, tienen
otra profecía que habla de lo mismo y que algún día vendrían a recuperar ese fuego…[…]”
Pero sobre todo los escritos de tres antropólogos fueron determinantes para la expansión del
neochamanismo: Castaneda, Jalifax y Harner. Carlos Castaneda es el más influyente de ellos y la
mayor parte de los miembros del Camino con los que tuve la oportunidad de hablar habían leído “Las
Enseñanzas de Don Juan” y demás obras, que es una historia visionaria de cómo el autor conoció a un
brujo yaqui, que le transmitió su conocimiento con ayuda de experiencias alucinógenas inducidas por
el peyote. Esta fue la primera de muchas publicaciones de gran éxito editorial y se ha demostrado la

39
Íbid
falsedad de sus experiencias, tanto por el lado antropológico como por las experiencias extáticas. Sin
embargo, es todo un referente en estos movimientos espirituales, ya que la filosofía que demuestra
coincide en gran medida con el conocimiento que se transmite en su seno, incluyendo sabidurías
orientales, mesoamericanas; como la tolteca, que coinciden en gran medida con la visión del Camino
de la Alianza, que explicaré más adelante.
Así el neochamanismo se caracteriza por considerarse un arcaísmo, como lo denominó
McKenna, una recuperación de la antigua tradición, arrebatada por los conquistadores y por la Iglesia
y la Inquisición, un holismo sistémico, en el que el ser humano es considerado una parte más de la
naturaleza y del Cosmos como un ente metafísico, la existencia de diferentes planos de realidad a
través de los que se puede “viajar” y la existencia de canales y nódulos energéticos en todo ser vivo,
ecosistema y en el Universo, los cuales se encuentran total o parcialmente interconectados. Además,
sus ritos se basan en la alteración de la consciencia y el ritual se basa en la curación y la restauración
del equilibrio de la persona y de la comunidad40. Sin embargo, existen notables diferencias entre el
chamanismo tradicional y el neochamanismo. La primera es la desconexión existente entre los medios
de susbistencia nómadas y el sedentarismo que vivimos en nuestros días. Por otro lado, el chamanismo
cuida de la comunidad local en función a sus cosmovisiones, el neochamanismo debe reconfigurar sus
ideas sobre el mundo para pasar por el filtro occidental de “autorrealización y poder personal”, lo cual
puede llegar a ser un espejo del capitalismo globalizado por su “obsesión por el ego, el individualismo,
la subjetividad y la reflexividad41
Para Cruz Balderas el movimiento del Camino Rojo es un “grupo espiritual emergente”, que
tiene su lugar en el fenómeno de la globalización y en la era de las comunicaciones, configurando sus
tramas y redes transnacionales a través de internet y las redes sociales, constituyendo “comunidades
sin iglesia” o “corporaciones espirituales globales”, sincréticas, que aúnan múltiples conceptos de
tradiciones espirituales y religiosas a lo largo y ancho del mundo42. Y es que sus miembros se organizan
y comunican, fundamentalmente, mediante el uso de las tecnologías de la información. Numerosas
páginas de Facebook, foros y blogs de miembros del Camino de todo el mundo se encuentran
interconectadas para la difusión de los conocimientos, las ceremonias y los principales eventos.

40
Morris, 2006:51
41
Morris, 2006:51
42
Y. Cruz Balderas, 2016:57-58
4.
EL “FUEGO SAGRADO DE ITZACHILATLAN” Y LA
FUNDACIÓN CULTURAL “CAMINO ROJO” A.C.: LA
TRADICIÓN LAKOTA A REVISIÓN Y EL CAMINO
DE LA ALIANZA

En 1992 tuvo lugar el “Vº Centenario del Descubrimiento de América por Cristóbal Colón”. En
dicho año diversas organizaciones gubernamentales desde España, Vaticano y los diferentes Estados
latinoamericanos celebraron el acontecimiento con gran pompa, como el gran hito de la civilización y
evangelización del continente y de las gentes que lo habitaban. Sin embargo, muchas organizaciones
indigenistas de todo el continente se pusieron en movimiento para reclamar su identidad como “indios”
y la expropiación de sus tierras y tradiciones durante los últimos 500 años. Celebraron, así, sus “500
años de resistencia”, bajo la reclamación de un nuevo paradigma, influido por un fuerte componente
étnico, un desencanto con las políticas neoliberales asimilacionistas, una recuperación de su historia,
su memoria y sus costumbres, el énfasis en el derecho a “ser diferentes” y la protección y reconexión
con la Madre Tierra43.
Este año constituía, además, el fin de un ciclo y el comienzo de uno nuevo, según el Calendario de
Piedra Sagrada del Pueblo Mexica. Para Alfonso Pérez Tenoch, este cambio de ciclo produciría un
“resurgimiento de la conciencia”, en el que se cumpliría la “Profecía del Águila y del Cóndor” -
también denominada por los sacerdotes mayas “profecía de Coalkán” e interpretada por Fco. Jiménez
Tlakaelel en “Nahui Mitl, Cuatro Flechas” (1992)44-, por la que confluirían las reivindicaciones por
las tradiciones y el legado indígena en una “reconexión espiritual” que recorrería todo el continente;
desde Tierra de Fuego hasta Terranova45.
Aurelio Díaz Tekpankalli; futuro fundador de la Iglesia Nativa Americana de Itzachilatlan, creó
en ese momento la “Confederación del Cóndor y el Águila” y Alfonso Pérez llevó a cabo las “Jornadas
de Paz y Dignidad”, por la que dos flechas salieron de Alaska y Machu Pichu, correspondientemente,
para juntarse en la ciudad sagrada de Teotihuacán (México). Desde entonces se realiza cada cuatro
años una “corrida espiritual” de este tipo con el objetivo de
“la preparación personal y colectiva para una Nueva Era […] caracterizada por el
resurgimiento y la unión de la ancestral sabiduría de los pueblos autóctonos de todas las
Américas en el símbolo del Cóndor y el Águila […] En busca de una unión espiritual de los
pueblos indígenas, con la acogida e integración de su herencia espiritual tradicional” (H.
Valentín Hampejs, 1995: 10)
Desde entonces Alfonso y Aurelio procuraron difundir las tradiciones y sabiduría de los pueblos
ancestrales; partiendo de una reinterpretación de la vía lakota (sioux) del “Camino Rojo”, creando la
“Fundación Cultural Camino Rojo” sincretizada con componentes de sabidurías de los toltecas,
wixarikas (huicholes), incas....
Este concepto se refiere a la vía espiritual de los nativos de las llanuras centrales de Norteamérica,
que es rojo como el corazón y la tierra, y que se basa en la relación entre el mundo espiritual y el

43
R. Xavier, 2005:9-10
44
Y. Cruz Balderas, 2016:39
45
Mendoça, 2006: 43
terrenal a través de la Pipa Sagrada o Chanupa. Mediante sus ritos y ceremonias se expresa una
cosmovisión muy particular heredada de la estancia que llevaron a cabo Alfonso y Aurelio en reservas
sioux a través de su participación en la Iglesia Nativa Americana, auspiciada por el abuelo Wallace
Hehaka Sapa (Alce Negro); uno de los integrantes del consejo nativo de ancianos y descendiente del
famoso Alce Negro y el contacto con otros líderes nativos como Leonard Crow Dog o Archie Fire
Lame Deer. Según lo que indica en la web de la “Danza del Sol Europa”:
“La Fundación cultural Camino Rojo es una asociación cultural sin fines de lucro, cuyo
propósito es difundir, preservar y practicar diversas manifestaciones y rituales de los pueblos
ancestrales. Para contribuir al desarrollo humano de la sociedad actual; todo ello a través del
temaskali, ceremonias de danza, búsquedas de visión y eventos culturales.
Nuestra misión es recuperar y aprender las enseñanzas de nuestr@s ancestr@s, para
compartirlas con la humanidad y así brindar a los jóvenes y la sociedad en general la
posibilidad de construirse una vida armónica y digna semejante a la de las antiguas
civilizaciones como la maya, mexica, lakota, wixarica…De las
cuales gracias ellas estamos también recordando antiguas
tradiciones de nuestra Iberia.”
Actualmente, en el Camino Rojo promovido desde el “Fuego
Sagrado de Itzachilatlan”, el conocimiento se basa en la Rueda de
la Medicina y la Pipa Sagrada (Chanupa) y las ceremonias que se
realizan son el inipi o, en su versión mexica, temazcal, la
Ceremonia de medicina o de Cuatro tabacos, la Búsqueda de
Visión y la Danza del Sol, la Danza de la Luna y la Danza de las
Estrellas (estas últimas, creadas desde la Fundación). Este Camino
se encuentra fuertemente sincretizado, en un proceso denominado
de Alianza (el Camino de la Alianza, como me refirió Mauricio en
la Danza del Sol) como ya he mencionado, con numerosas sabidurías indígenas, como la tolteca, la
amazónica o la wixárika; esta última es una de las que posee también el concepto de las siete
direcciones y comparte con la “Iglesia Nativa Americana” el consumo de híkuri o peyotl; que
recolectan en el desierto de Wirikuta en San Luis Potosí en una peregrinación de más de 400 km que
denominan la “Caza del Venado Azul”.
5.
BASES METODOLÓGICAS Y RITUALES DE LA
FUNDACIÓN “CAMINO ROJO” A.C.:
OBSERVACIONES

5.1. LAS BASES: LA PIPA SAGRADA (CHANUPA) Y LA RUEDA DE MEDICINA


La tradición lakota original basa su legado en la transmisión oral del conocimiento a través del
poder de las historias46. Cuenta entre sus leyendas la forma en la que les llegó las ceremonias y la
medicina del Camino Rojo, a través de la “Mujer Búfalo Blanco, La Cría de Búfalo, Lilan Wakan o
Ptesan Win”. Esta es una de sus historias más importantes. En ella se cuenta cómo tras una época de
escasez y hambruna dos jóvenes se aventuraron en las montañas para conseguir algo de caza. En un
momento dado vieron a un pequeño búfalo solitario, de color blanco. Cada vez que daban un paso en
dirección al animal este parecía transformarse; hasta que, al llegar a una distancia prudencial se les
apareció en forma de una joven, bella y esbelta. Uno de ellos, al verla, se sintió atraído por la joven,
que iba envuelta en una manta blanca de armiño y se acercó. Al tocarla, el joven desapareció en un
destello. Su compañero conmocionado miró fijamente a la mujer, quien le dijo que había castigado a
su amigo por sus pensamientos impuros. Le dijo que fuera de vuelta al poblado y advirtiera a la gente
de su llegada al cuarto día; que se vistieran con ropas ceremoniales y prepararan todo para recibirla.
En ese momento el joven comprendió que ella era un ser “wakan”; sagrada. El joven volvió a su tribu
y les explicó todo a los ancianos. Al cuarto día apareció la muchacha y les entregó la Pipa Sagrada, el
Calumet o Chanupa, explicándoles para qué servía y cómo usarla:
“Con esta Pipa de misterio caminaréis por la Tierra; pues la Tierra es vuestra Abuela y Madre
y es sagrada. Cada paso dado sobre ella debería ser como una plegaria. La cazoleta de esta
Pipa es de piedra roja (catlinita); es la Tierra. Este bisonte joven que está grabado en la piedra,
y que mira hacia el centro, representa a los cuadrúpedos, que viven sobre vuestra Madre. El
cañón de la Pipa es de madera, y esto representa todo lo que crece sobre la Tierra. Y estas doce
plumas que cuelgan de donde el cañón penetra en la cazoleta son de Wambali Galeshka, el
Águila Moteada, y representan al Águila y a todos los seres alados del aire. Todos estos pueblos,
y todas las cosas del Universo, están vinculadas a ti, que fumas la Pipa; todos envían sus voces
a Wakan-Tanka, el Gran Espíritu. Cuando oráis con esta Pipa, oráis por todas las cosas y con
ellas.

46
Con esta Pipa estaréis unidos a todos vuestros antepasados: vuestro Abuelo y Padre, vuestra
Abuela y Madre. Vuestro Padre Wakan-Tanka también os hace don de este guijarro redondo
que está hecho de la misma piedra roja que la cazoleta de la Pipa. Es la Tierra, vuestra Abuela
y Madre, y es el lugar donde viviréis y creceréis. Esta Tierra que Él os ha dado es roja, y los
hombres que viven en ella son rojos; y el Gran Espíritu os ha dado también un día rojo y un
camino rojo. Son venerables; no lo olvidéis. Cada aurora que llega es un acontecimiento
sagrado, y todos los días son sagrados, pues la luz viene de vuestro Padre Wakan-Tanka; y
debéis también acordaros siempre que los hombres y todos los demás seres que están en esta
Tierra son sagrados y deben ser tratados como tales.” (Black Elk, 1953)

Calumets o Chanupas dispuestas junto al Fuego Sagrado, sobre un lecho de cedro, durante la celebración de la
Danza del Sol.

Así Ptesan Win es, según Paz Torres, su “héroe cultural”47, el que entrega a la nación lakota las
herramientas y los conocimientos que les van a otorgar su particularidad identitaria, ya que, junto con
el Calumet, les proporciona los Siete Ritos, en este orden: el Nagi Yuhapi o custodia del alma (rito
funerario), el inipi o cabaña de sudación (rito de purificación), la Hamblecheyapi o Búsqueda de la
visión, el Wiwanyag Wachipi o Danza del Sol (su rito más importante), el Hunkapi o ceremonia de
parentesco (matrimonio), el Ishna Ta Awi Cha Lowan o rito de pubertad femenino y el Tapa Wanka
Yap; el lanzamiento de pelota . Cuando hubo hablado se transformó en un bisonte rojo, luego blanco
y por último, negro. Así comprendió el pueblo lakota que Ptesan Win era el espíritu encarnado de
Tatanka; el Búfalo, del que se consideraban hermanos y descendientes directos.
Para Paz Torres, esto no es casual48: el Búfalo (Tatanka) es el representante de sus tradiciones, ya
que los alimentaba, les otorgaba abrigo y los ciclos de vida estaban pautados según los suyos, debido
al seguimiento que realizaban los sioux de las manadas durante las migraciones. Fue a partir de la
exterminación de las grandes manadas por parte del hombre blanco, la construcción del ferrocarril y
las consiguientes Guerras Indias cuando su estilo de vida calló en picado.
Según me enseñaron durante la Búsqueda de Visión, “la Chanupa es la clave de todo” (Dani),
“[…] es la asamblea tribal, alrededor de la cual se discutían los problemas y se compartía todo”

47
Paz Torres,
48
Paz Torres,
(Vicente). Durante mis observaciones aprendí cómo se carga y se fuma y qué sentido tiene el acto de
fumar el tabaco. El tabaco era la planta más sagrada para los nativos norteamericanos. Según su
cosmovisión el humo del tabaco ayudaba a elevar sus rezos hacia Wakan Tanka, el Gran Misterio o el
Gran Espíritu, padre de la Creación. Cuando los participantes de una ceremonia cargan una Chanupa,
introducen en la cazoleta una mezcla de tabaco, pétalos de rosa y salvia, mientras le rezan. Cuando
prenden la Pipa, los rezos que han depositado en la cazoleta se elevan como he mencionado. Además,
este tabaco no debe introducirse en los pulmones, ya que, irónicamente, lo contaminaríamos con
nuestros procesos y energías internos.
Lejos de detenerme aquí, quiero profundizar un poco en la relación que tuvieron y tienen todavía
los pueblos originarios de Abya-Yala (América, el Continente Tortuga) con esta planta. Existen dos
variedades de tabaco. Por un lado, la que comúnmente conocemos por ser un producto de consumo
que se ha expandido en los últimos siglos por todo el mundo, la Nicotiana tabacum. Esta variedad se
caracteriza por su baja toxicidad (a nivel químico) y su principal forma de consumo es mediante el
cigarrillo. Esta planta fue una de las que abrieron el comercio a las américas a partir del descubrimiento
europeo (junto con el azúcar, el chocolate y el café), y supone una de las principales causas de muertes
en el mundo. Según McKenna, el uso recreativo que se le dio al tabaco durante esta época, extirpó a
dicha planta de las connotaciones chamánicas y su poder como planta de conocimiento49.
Por otro lado tenemos la Nicotiana rustica o mapacho, una variedad más potente y tóxica de tabaco,
usada desde tiempos ancestrales por el chamanismo amazónico. Según McKenna, el fumado de esta
variedad era la base del chamanismo maya50, sin embargo, esta variedad se consume, principalmente,
en forma de rapé, un pulverizado de tabaco y cenizas de otras plantas (la mezcla depende de las
diferentes etnias y zonas donde viven). En ocasiones estas mezclas contienen pequeñas cantidades de
DMT, dimetiltriptamina, una sustancia psicoactiva presente en la naturaleza, que, según algunos
miembros del Camino y del Santo Daime que lo tomaban, actúa como un catalizador, un purgante y
un modulador, estando presente en la mayoría de ceremonias y tomas de plantas de poder o enteógenos,
como el yagé (ayahuasca)51. La vía de entrada del rapé es nasal, mediante la proyección en las fosas
nasales del polvo mediante una caña alargada y hueca. Normalmente se precisan de dos personas, el
que sopla y el que recibe el rapé, aunque existen cañas en forma de “V” para la autoproyección, y este
no debe aspirarse por la nariz, evitando su entrada a los pulmones, ya que sería altamente dañino. La
sensación es intensa, ya que el picor es muy fuerte, y al ser una planta altamente purgante, saca todo
lo que tenemos almacenado en lo más profundo de los senos nasales, aliviando jaquecas,
taponamientos y demás. En las Ceremonias del Vuelo del Águila y demás rituales en los que se

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McKenna, 1995:228
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McKenna, 1995:228-229
introduce el yagé, el rapé es el medio mediante el cual se provoca la purga, tanto física, mental y
espiritual.

Toma de rapé en el Amazonas. Obsérvese la caña mediante la que se administra el polvo.52

Considero importante reflejar algo que me dijo L. durante nuestra entrevista:


“[…] la planta más sagrada para todos los indios americanos es el tabaco y es una planta
curandera, el tabaco cura, pero nosotros lo pervertimos porque lo fumamos que eso es dañino
y además hemos ido creando variedades que nos permiten fumarlo y que son adictivas a tope,
para engancharnos, es un tema comercial… entonces es malo, es un uso pernicioso de la
planta… el tabaco es una planta curandera, por ejemplo, para purgarte… hacen purgas de
tabaco fuerte, mapacho, con mucha nicotina limpia tu organismo, y eso te hace tener más
salud… luego el rapé o la infusiones por la nariz… tomarlo ya, por una vía de entrada, sin
combustión, porque es importante que no tenga combustión, también tiene otros efectos…
efectos mentales, no de colocón, pero te traen al presente, te purgan la mente... al mantenerte
en el presente cada vez estás más pleno, más feliz, porque no tienes la ansiedad del futuro por
lo que va a ocurrir, ni la depresión del pasado por las cosas que te han pasado en tu vida…
entonces, al final, cambia el uso, cambia el efecto… luego esto la humanidad lo ha hecho
siempre…”
Salvando ya la cuestión del tabaco, el Camino Rojo se fundamenta en el Círculo de Medicina,
un concepto muy complejo, en el que según vamos profundizando se van desvelando capas de
significación, a modo de conglomerado. Llegó a mis manos un texto anónimo, escrito desde la
Fundación hablando sobre ello. Según este texto el Círculo de Medicina es un símbolo que representa
al Universo en su conjunto y es visto como una suerte de maestro, ya que lleva en sí, implícitamente,
muchas enseñanzas. Sobre todo, es un símbolo de la interconexión de las cosas, de la naturaleza, de la
vida, de la espiritualidad y la materia. Además, es un símbolo que, si se conoce y se profundiza en él,
proporciona las condiciones necesarias para el desarrollo pleno del ser, siendo así un modelo de
actuación y del caminar por la vida. En este aspecto la Rueda trabaja sobre los cinco aspectos que se
consideran propios del ser humano, a saber: el físico, el mental, el emocional, el espiritual y el volitivo
(referido a la voluntad). Todos estos aspectos se equilibran entre sí y en el momento en el que uno se

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Imagen extraída de https://www.sacredparadise.com/wp-content/uploads/2013/10/Pajés-huni-kuin.jpg
desajusta toda la rueda sufre un desequilibrio, por lo tanto, el modelo tiende hacia el equilibrio, que
redunda en salud, por eso se le denomina “de Medicina”.

La Rueda representa según cuatro colores los cuatro puntos cardinales o direcciones. Cada uno
de ellos posee una serie de “dones” o conocimientos, que nos ayudan en nuestro camino para alcanzar
un desarrollo pleno. A su vez estos dones vienen representados simbólicamente por diferentes
elementos, animales o plantas, ya que son de gran ayuda para representar y corporizar dichos
conocimientos. En el recorrido que hace la Rueda todo tiene un orden y un sentido. Es importante tener
en cuenta que la Rueda tiene presencia en todas las ceremonias y cosmovisiones del Camino, como
mostraré más adelante, siendo un referente a la hora de organizar y llevar a cabo los ritos, de tal forma
que sus enseñanzas se muestran a través de los ciclos y el trabajo que se realiza en ellas.
La posición por la que se empieza es el Este, de color rojo. El este es por donde sale el sol, es
el lugar de la renovación, la alegría, la calidez, la confianza, la espontaneidad y es la dirección de todos
los comienzos. A través de sus enseñanzas aprendemos a amar “como ama un niño”, ya que es también
la dirección de la infancia, enseñándonos, así mismo a enfocar toda nuestra atención en lo nuevo.
Representa la renovación de la vida y enseña a vivir el presente, a focalizar en el aquí y ahora y a veces
se representa como el ratón, ya que pone toda su atención y su ser en lo que hace. Su principal cualidad
es la humildad. Al ser el lugar por donde sale el sol es también la dirección de la iluminación, del guía
y del líder. También se representa a la par como el águila, por su nobleza, su grandeza de espíritu. El
hecho de que se represente al este mediante estos dos animales es significativo, ya que la humildad y
la nobleza son importantes en el servicio a las personas. Cuando se recorre la Rueda al completo la
labor no termina, es algo para tu vida, así que muchas veces debemos retornar a estas enseñanzas para
lograr mantener el camino recto, el Camino Rojo.
Una vez iniciado el camino por el este continuaríamos hacia el Sur, la dirección donde el sol
alcanza su punto más alto, representado por el amarillo. Así, sus propiedades son la fuerza, la juventud,
la plenitud y es el lugar del corazón. En ella se aprende el amor de una persona por otra, a diferencia
del este, que es amor incondicional, en el sur se aprende sobre la posesión y la dominación sobre los
otros. La planta que representa esto es el rosal, hermoso pero recubierto de púas para defenderse de
quien pretende adueñarse de su belleza. Al ser el segundo paso en la Rueda, una vez realizada la
iniciación es el punto en el que se debe disciplinar al cuerpo y la mente a través de la voluntad y la
determinación. Su símbolo animal es el jaguar. Así mismo el sur enseña sobre el idealismo, ya que el
sol, representante por excelencia de este concepto brilla alto en su máxima plenitud. A través de este
idealismo se desarrollan las intuiciones y las sensibilidades. Por tanto, aprendemos también a controlar
nuestros impulsos y no dejarnos llevar por nuestras pasiones, evitando acumular negatividades a través
de su canalización y liberación, mediante el aprendizaje de la capacidad de expresar nuestros
sentimientos sin tapujos, siempre procurando evitar la ofensa.
Una vez adquiridas estas enseñanzas continuamos nuestro viaje hacia el Oeste, el lugar donde
se pone el sol, hogar del Misterio, representado por el negro. En este lugar se aprende sobre la humildad
y la intuición espiritual. Aprendemos a luchar para el desarrollo pleno de nuestro ser a través del ayuno,
la ceremonia, el autoconocimiento y la visión. Este último punto es importante; trata sobre la capacidad
de ver claramente lo que está en nuestro interior y comprender nuestro propósito, desde un punto de
vista crítico, lo que nos ayuda a juzgar si lo que estamos llevando a cabo es realmente bueno. Está
representado por el búho, ave que simboliza la muerte, la sabiduría y la curación y por el oso, un animal
que conoce profundamente la naturaleza y las plantas, siendo denominado el “Gran Doctor”, un
“almacén” de conocimiento.
Finalmente llegamos al Norte, el lugar de las nieves, representado por el blanco, el color de la
canosa cabellera de los/las abuelos/as. En él se aprenden las enseñanzas intelectuales (pensar,
sintetizar, especular, predecir, discriminar…), simbolizados por la montaña y el lago sagrado (muy
importantes en la Búsqueda de Visión, con su referencia constante a la montaña). En el norte tenemos
que actuar con decisión y voluntad, ya que la montaña se hace cada vez más difícil de escalar según
nos acerquemos a la cima. La lucha es una de las capacidades que se deben desarrollar una vez
alcanzado este punto de la Rueda Medicinal. Es también el punto de la realización, de la culminación
y de la fuerza de voluntad, la perseverancia. Y es a través del desapego como podemos acceder a la
sabiduría, al conocimiento, ya que todo lo aprendido puede llegar a suponer una carga. Esto nos
permite juzgar con criterio y a ser autosuficientes.
Una vez realizado el recorrido hemos de retornar siempre a las enseñanzas de cada una de estas
direcciones. La clave está en situarse en el centro de la Rueda, para obtener una visión completa de
todo lo aprendido y aprender a liberarnos de la dominación de nuestros sentimientos intensos, a estar
en el equilibrio. Así aprendemos que no somos nuestros pensamientos o nuestros deseos, somos el ser
que tiene esos pensamientos y deseos, algo mucho más profundo. El desapego se descubre también en
este punto, ya que para poder discernir adecuadamente debemos encontrarnos en calma, en equilibrio.
Y es que este concepto del centro es muy importante en las cosmovisiones del Camino, es el corazón,
el propio ser y es a través del viaje a través de la Rueda como nuestro centro, nuestro corazón se
enriquece de la experiencia y el conocimiento. Como me informba L.
“[…] es el Camino del Corazón… de tu mente al corazón y luego de vuelta del corazón a tu
mente… […]”
Por otro lado, es importante este equilibrio, ya que, como he mencionado, si nos quedamos con
enseñanzas parciales de la Rueda desembocaríamos en un desequilibrio, por eso la Rueda es redonda,
para recordarnos que debemos continuar siempre girando y aprendiendo, para ayudarnos a mantener
el equilibrio en nuestras vidas. Estos son los fundamentos de la Rueda Medicinal y el Camino Rojo.
5.2. EL TEMAZCAL O CABAÑA DE PURIFICACIÓN (INIPI)
3 de febrero de 2016: Temazcal (Manzanares el Real, Madrid, España)
Era una fría mañana de febrero, cuando María me
dijo que iba a ir a un temazcal a Manzanares del Real.
Yo sentía mucha curiosidad, sabía más o menos en lo
que consistía, pero nunca había tenido la oportunidad
de asistir a uno; ni siquiera sabía que se realizaban este
tipo de ceremonias aquí, en Madrid. Así que me decidía
a acompañarla. La ceremonia se realizó en casa de Jose,
un “facilitador” y terapeuta, amigo de María, con la que
tenía muy buena relación. Al llegar a su casa nos
recibió con una inmensa sonrisa, y su hijo, Ohián (de
10 años) nos saludó con un abrazo a cada uno.
Dispusimos la comida que habíamos traído en la cocina
y tomamos un café con él. Yo estaba muy emocionado,
ya que nunca había tenido la oportunidad de participar
en una ceremonia de este tipo.
El temazcal (del náhuatl temaz, calor y calli, casa) es un rito muy antiguo, presente a lo largo y
ancho del mundo en multitud de culturas. De hecho, existen restos arqueológicos en lugares tan
distantes entre sí como Teotihuacán (México) y Ulaca (Ávila) y me llegaron a contar que podría llegar
a ser “el rito más antiguo del mundo”. Consiste en un baño de vapor, al estilo de una sauna (aunque
mucho más complejo), en el interior de una estructura que puede estar hecha en forma de casa de barro
y adobe; como en la tradición mexica o puede estar hecha en forma de iglú, que en la tradición lakota
se denomina inipi. Este inipi está formado por un esqueleto de varas de sauce blanco, hecho
significativo, ya que se considera una planta medicinal (de su corteza se extrae el principio activo que
compone en ácido acetilsalicílico, la aspirina) y simbólicamente es una representación del
renacimiento de la vida y de la vida después de la muerte, ya que, una vez cortada la rama puede volver
a brotar53. Esta cabaña se construye, normalmente, con doce o dieciséis tallos, que se colocan de tal
forma que señalen las cuatro direcciones cardinales; de esta forma, según Alce Negro, se refleja el
Universo en el inipi,

53
Black Elk, 1953: 53
Esta estructura se orienta de tal forma que la entrada quede mirando hacia el Este (“[…] pues de
allí viene la luz de la sabiduría”54) y se realiza un agujero (“ombligo”) en la tierra en el centro del
inipi. Este agujero representa
“[…] el centro del Universo, en el que mora el Gran Espíritu con su Poder, el Fuego.” (Black Elk,
1953)
A unos cinco metros de la entrada se sitúa el fuego, contenido en un altar de media luna, que
representa la realidad tangible (en su parte visible, en el extremo occidental del conjunto) y la realidad
intangible (la parte invisible, al lado oriental de la hoguera). En este fuego se calientan las piedras, que
representan a la Abuela Tierra55 y a Tunkashila, el Espíritu Abuelo, otra forma de representar a Wakan
Tanka, el Gran Misterio. Una vez calientes, las piedras se introducen en el hoyo y se rocía agua sobre
ellas, con la puerta del inipi cerrada, de tal modo que el vapor actúa sobre las personas que se
encuentran en el interior. Todo el conjunto se orienta hacia el oeste y su finalidad es la purificación y
la apertura para otras ceremonias.
Entre la hoguera y la entrada del inipi se realiza el altar de la Tortuga con barro, en la cual se
depositan todos los instrumentos y medicinas que vayan a usarse durante la ceremonia. Durante la
Búsqueda de Visión Miguel me explicó el por qué de este altar:
“La tortuga es el símbolo de la vida. Viene del agua
femenina; el mar, a desovar a la tierra. Cuando las crías nacen
vuelven al agua. Es la metáfora del temazcal. La tortuga (agua)
deposita los huevos (fuego) en la playa (tierra), que es el
soporte de la vida terrestre. Igual pasa en el temazcal; el fuego
calienta (fecunda) las piedras (tierra), que entran en el inipi
(útero de la Madre Tierra) y a través del agua sagrada se
produce el vapor (nacimiento). Cuando salimos del inipi, es
como un nacimiento, ya que salimos puros. Además, para los
indígenas de toda América, este continente es el Continente
Tortuga”
El agua es sumamente importante en la cosmología del
Camino Rojo, ya que es el elemento mediante el cual se originó
la vida. El tema de los orígenes es muy importante también, por
eso se hace alusión al vientre materno56. Así mismo el fuego es
también fundamental, representa a los ancestros, a los abuelos.
El trabajo con el fuego es muy importante habiendo incluso
personas que se dedican a ello casi exclusivamente dentro del
Camino; los fogoneros.
En cuanto terminamos comenzamos a prepararlo todo para
la ceremonia. Observé el altar de media luna, donde se dispone
el fuego con las “abuelas” y al fondo el inipi. Limpiamos con una escoba el interior de esta estructura
y dispusimos mantas superpuestas por encima de la misma para cerrar el lugar, asegurándonos de que
quedaba completamente hermético, sin dejar que entrara un ápice de luz. Acto seguido Jose, con la
ayuda de Pablo y Jethro, empezó a confeccionar una cama para el fuego en el seno cóncavo del
semicírculo de piedras.

54
Black Elk, 1953: 54
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Black Elk, 1953: 54
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Y. Cruz Balderas, 2016:63
En este fuego las piedras se calentaban previamente entre unas 2 o 3 horas antes de meterse todos
al inipi. Jose, al encender el fuego, echó unas hebras de tabaco al mismo, realizando una plegaria para
sí, acto que podíamos reproducir cada uno de nosotros, para poner un “propósito” en el fuego. Jethro
y Pablo iban a ser los “hombres del fuego”, es decir, los encargados de mantener la hoguera encendida
y de introducir posteriormente las piedras o “abuelas” en el seno del temazcal. A Jose le gustaba
explicar en qué consistía el ritual y que significación tenía, y me contó muchas cosas sobre el porqué
de todo esto. Recuerdo que me explicó cómo normalmente nosotros objetivamos todo lo que nos rodea:
piedras, hoguera, árboles, agua, animales… arrebatándole, reduciéndola, a la realidad y a la naturaleza
su auténtica condición de existencia y su relación con nosotros mismos y con la totalidad del ser
natural. Quedé un poco sorprendido ante estas declaraciones, pero intenté comprender. ¿Acaso la
hoguera o las piedras eran un ser vivo? “son seres, no están vivos como lo entendemos desde la
racionalidad científica, pero no son seres inertes, como nos enseñaron en la escuela; las piedras están
relacionadas contigo, son tus abuelas, en un momento hace miles o millones de años ellas fueron agua,
tierra, vida, fuego… y cuando nosotros morimos, a través de los milenios, pasamos a formar parte de
las piedras que nos rodean, de la tierra, del agua… nosotros solemos ver recursos donde realmente
hay bendiciones, el agua está viva, los árboles están vivos, son nuestros parientes… ¿Qué piensas tú
que es el oxígeno, una molécula, algo inerte? Yo prefiero pensar que es el amor de los árboles ”, una
visión un tanto romántica, pero me atrajo, así que sonreí. Me explicó que este punto de vista lo había
aprendido de la tradición lakota, y que su trabajo consistía en ayudar a la gente a comprender estas
cosas, en contra de la cosmovisión tecnocientífica, que había hecho mucho daño a la naturaleza al ver
únicamente “recursos” y no “parientes”. En este aspecto me explicó el significado de unas palabras
que oí en repetidas ocasiones: “Ahó Mitakuye Oyasin” (o “Ahó Metakyasi” u “Oh Meteoh”); “por todos
mis parientes”. Esta es una fórmula en lengua sioux que reifica las relaciones de la realidad física y
metafísica, de la naturaleza, los animales, las plantas, el agua, la tierra… afirmando que todo está
relacionado en una especie de parentesco holístico que abarca la totalidad de la existencia.
Sorprendido por estas afirmaciones observé como discurría la mañana ante mis ojos. El cielo se
encapotaba, los asistentes se congregaban alrededor del fuego y del altar (el semicírculo de piedras) y
algunos, con ayuda de un tambor “chamánico” comenzaron a cantar. Eran cantos a la Madre Tierra, al
Agua y los Ancestros. Eran rezos dirigidos a Wakan Tanka, “El Gran Misterio”, la entidad superior
que emana de todo ser según la tradición sioux. Algunos echaban más hebras de tabaco al fuego,
mientras este iba tomando fuerza.
El fuego con las “abuelas”, el altar de la media luna, con bastón de poder, un tambor chamánico calentándose junto
al fuego y el altar, a medio hacer sobre la manta.

Jose se situó en el seno convexo del altar, frente a una manta sobre la que había dispuesto algunas
cosas, y empezó a liar hojas de tabaco secas y enteras. Observé cómo las enrollaba sobre una hoja de
maíz, también seca y cómo la embadurnaba delicadamente con agua. “A este tabaco le gusta mucho el
agua”, dijo con ternura. Yo no entendía cómo iba a lograr encender esta Chanupa, pero cogió un ascua
y lo consiguió prender. En ese momento pidió silencio y atención. Frente al fuego, de pie, nos explicó
a todos los asistentes el por qué de esta ceremonia. Quería celebrar su cumpleaños y honrar la memoria
de su familia, de sus seres queridos, “pedir” por el agua, por su hijo Ohián…
Habló con la parte encendida del tabaco mirando hacia su pecho, hacia su corazón, y dirigiendo la
otra parte hacia el fuego “para que el abuelo fumara también” y para poder “hablar desde el corazón”.
Nos explicó que el tabaco nos otorgaba el don de la palabra y que era entorno a lo que se reunía la
tribu para hablar sobre cosas importantes; los lakota consideraban que el que sostuviera el tabaco no
podía mentir. Nos fuimos pasando la Chanupa de uno en uno, lanzando una plegaria al aire o
guardándola para uno mismo. En el momento en el que yo fumé ocurrió algo digno de mención; la
chica que había a mi lado no cogió el tabaco cuando se lo ofrecí, en vez de eso lo cogió el chico que
estaba a su otro lado y quien era su compañero. Cuando esto sucedió Jose preguntó que por qué
habíamos pasado a la chica. Nos miramos confundidos y le dije que se la había ofrecido, pero que no
la había cogido. Acto seguido la tomó el mismo y se puso delante de ella. Nos dijo que no podía ser
que nadie no fumara o al menos, no sostuviera el tabaco entre sus manos. Le preguntó amablemente
que por qué no la había cogido. Ella se encogió de hombros y dijo que no sabía, que no le dio tiempo
y que la cogió el otro chico. Estaba un poco confundida y cortada. Entonces Jose le preguntó qué quería
hacer. Ella le miró extrañada. “¿Quieres cogerla?” Le dijo Jose, ofreciéndole la Chanupa. Ella afirmó
con la cabeza. “¿Pero qué quieres hacer?”, le volvió a preguntar, insistiendo. “Cogerla”, aseveró ella.
“Entonces tómala, cógela, y que nadie te la arrebate… cógela con uñas, como un águila coge a su
presa y pelea por lo que te corresponde”. Cuando lo hizo, la agarró con fuerza y dio dos potentes
bocanadas, Jose siguió hablando “Curioso, aunque no haya sido intencionado, cómo hemos ignorado
a una mujer a la hora de darle la palabra…. Si os la quitan, peleadla, no dejéis que otros hablen por
vosotros”. El otro chico, cuando cogió el tabaco, le pidió perdón a ella. Al acabar el círculo, Jose situó
lo sobrante de la Chanupa en el centro del altar, con la parte encendida mirando hacia el oeste y la
boquilla hacia el este, dirigido hacia el fuego. Nos pidió que sacáramos la comida y que la
consagráramos al fuego.
Cuando dispusimos toda la comida delante del fuego, depositamos un poco de cada plato en la
hoguera, para que el “abuelo comiera”. Una vez realizado este acto se sirvieron primero las mujeres y
el único niño que había y después los hombres. Comimos y nos preparamos para entrar al temazcal.
Jose pidió que primero entraran con él las mujeres, para sahumar el espacio sagrado del inipi.
Cuando terminaron, nos indicó que fuéramos entrando y que podíamos depositar cualquier objeto que
quisiéramos que se impregnara de la energía purificada del temazcal, sobre el altar de la tortuga,
situado junto a la entrada del inipi. Hacía frío, pero dentro se estaba a gusto.
Entraron primero las mujeres que había quedado fuera, mientras que los hombres entraríamos a
continuación. Cuando estuvimos todos en el interior, Jose nos dio la bienvenida al “vientre de la Madre
Tierra”. Tenía la Chanupa en la mano y nos explicó para qué servía esta ceremonia y con qué propósito
se estaba realizando: estaba consagrada a la purificación y limpieza del alma, el cuerpo y el espíritu y
su propósito era por el agua y por la vida, por nuestras relaciones con la Tierra. Llamó al hombre de
fuego y le dijo que trajera siete “abuelas” (piedras) bien calentitas. Las introdujeron una a una con la
ayuda de un trinche y unos cuernos de ciervo. Colocó cada una en una dirección (este, sur, oeste, norte,
cielo, tierra y corazón) e invitó a pasar al hombre de fuego y su ayudante. Al cerrar la puerta se hizo
la oscuridad total. Hacía calor, pero cuando Jose empezó a esparcir el agua sobre las piedras reconozco
que me agobié. El aire quemaba al entrar en mis pulmones y rompí a sudar casi inmediatamente.
El temazcal, según me explicaron numerosas personas, representa el vientre de la Madre Tierra, su
útero, de donde nacemos y volvemos a la luz purificados. Es el rito previo y posterior a los demás,
siempre se realiza un inipi antes y después de la Búsqueda de Visión y en la Ceremonia de Cuatro
Tabacos y cada día en la Danza del Sol. F. La Flesche interpreta la salida a la luz tras la oscuridad
como la disolución del Ego57, lo cual coincide con numerosas prácticas chamánicas que buscan esta
disolución a través de ritos, trances o sustancias psicoactivas58.
Jose nos indicó que, si bajábamos a la tierra y nos tumbábamos, aguantaríamos mejor: “Agachen
la cabeza… abajo se respira mejor, se está más fresquito… el temazcal nos enseña sobre la
humildad… entramos a él de rodillas y nos muestra lo insignificantes que somos… no se trata sobre
a ver quién es el más macho y el que aguanta más, si no de rendirse, de abandonarse… de dejar de
luchar y dejar que venga lo que tenga que venir… de aceptar y purificarnos…”. Me tumbé. Los demás
cantaban, el calor se estabilizó y conseguí relajarme. Jose abrió la manta que hacía de puerta,
terminando la primera “puerta” o período ritual, ventiló poco y pidió otras siete piedras. Cada vez que
entraba una, le daba la bienvenida (“Ahó abuelita”) y esparcía “medicinas” (cedro, copal, palo dulce…)
sobre ella. Finalmente cerró de nuevo la puerta. Inició un canto y, tras esto fumamos uno a uno de la
Chanupa. Hablamos cada uno sobre nuestras inquietudes, nuestros miedos, deseos… Fue de gran
ayuda para mí desprenderme de una pesada carga que llevaba tiempo arrastrando. La oscuridad, el
calor, los cantos… sentía como si mi mirada, mi atención pasaran de centrarse de lo exterior a mi
interior. Las condiciones “extremas” en las que se trabaja en el temazcal hicieron que me observara
por dentro, que reflexionara sobre lo bueno y lo malo que me rodeaba, que hacía… Entras en un
proceso de introspección, similar a una meditación, por eso dicen que purifica, además del tema
fisiológico. Fue una experiencia muy liberadora.

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Black Elk, 1953: 61
58
T. McKenna, 1992
Los demás hablaron, algunos se sinceraban y liberaban, otros daban gracias por su vida y la de su
familia, otros pedían por el sufrimiento de muchos que viven tan mal en el mundo o por el agua… En
total se realizaron cuatro “puertas”, en las que entraban cada vez varias piedras o “abuelas” al rojo
vivo. Cuando se cerraba la puerta estas rocas parecían corazones incandescentes en el interior del inipi
y al echarles las medicinas un espectáculo titilante se desplegaba ante nosotros, unido al dulce aroma
del cedro, del copal, de la yerba andina… se creaba una atmósfera muy acogedora, hasta que el agua
se derramaba sobre las piedras calientes y estallaba el vapor a borbotones. Al finalizar el ritual Jose
nos dio las gracias por asistir y nos dijo que si queríamos podíamos permanecer dentro del inipi el
tiempo que necesitáramos. Al salir, a gatas, todos apoyaban la frente sobre la tierra y recitaban el “Ahó
Metakyasi”. Al salir descubrimos que Pablo había realizado con las ascuas de la hoguera un corazón,
ante lo que nos quedamos maravillados, ya que estaba incandescente aún. Nos dimos un cubazo de
agua fría para quitarnos el sudor, aunque algún participante afirmaba que era bueno quedarse un rato
con ese sudor encima. Cenamos muy relajados. La sensación al salir fue de tranquilidad y paz, todo
agobio o ansiedad propios del día a día se habían esfumado y el cuerpo estaba muy relajado, la mente
estaba tranquila y la felicidad me inundaba. Nos quedamos un buen rato hablando con Jose, mientras
los demás se iban yendo. Nos quedábamos a dormir a la luz de la hoguera, muy a gusto con el trabajo
realizado.
Así, la gente del Camino afirma que el temazcal posee numerosas virtudes, tanto físicas como
psicológicas, algunas de las cuales pude experimentar, como he referido anteriormente, en mis propias
carnes; entre las que destacan, según nos informan en la web de Origogenia:
Alivio de molestias premenstruales
Ayuda en la bajada de peso
Eliminación de toxinas
Mejora de la circulación sanguínea
Depuración del aparato digestivo
Filtración de las vías respiratorias
Incitación a la introspección
Merma de transtornos hepáticos
Relajación del sistema nervioso
Resolución de irregularidades menstruales
Tonificador de la piel
Un largo etcétera

Así, según me contó C.:


“[…] yo en la sauna me mareo, me baja la tensión y no tiene absolutamente nada que ver,
porque estás sobre la tierra, porque es más fácil, porque te refrescas y porque estás con unos
cantos donde puedes llegar incluso a una meditación… aunque parece imposible meditar en ese
sitio, puedes alcanzar una meditación. Y es lo que más me engancha… ahora mismo procuro
hacérmelos una vez al mes. […]
Mira, el temazcal a mí me ha quitado los soponcios de la menopausia… yo además me
tuvieron que operar[…] por lo que la menopausia fue de sofocos continuos bestiales… al
empezar con los temazcales una vez al mes o, en esa época, incluso alguna más, el cuerpo se
regula, porque… a ver, el soponcio que les da a las mujeres con la menopausia, es porque el
cuerpo nota que hay órganos que no funcionan, entonces él lo arregla con calor, como si
tuvieras fiebre… entonces lo soluciona metiéndote un calor bestial, porque sabe que algo no
funciona… pero al meterle esos calores bestiales voluntariamente, el cuerpo como que ya no lo
necesita (risas) y me quitó los soponcios… eso sin contar lo bien que te viene para la circulación,
para soltar toda la mierda… para todo, el temazcal sí que es una medicina que recomendaría a
todo el mundo…”
5.3. LA BÚSQUEDA DE LA VISIÓN (HAMBLECHEYAPI)
8 al 17 de Abril de 2017 (Semana Santa): Búsqueda de Visión 2017 en “Tierra de Gredos”
(Guisando, Ávila, España)
Me costó decidirlo. El fin de semana anterior Miguel y Nuria me
habían informado sobre la celebración de una Búsqueda de Visión en la
finca de Vicente durante la Semana Santa. Me había llamado mucho la
atención y vi una oportunidad para recoger información y conocer más
sobre el Camino Rojo, aunque estaba indeciso. Nueve días me parecían
demasiado y no me encontraba en una buena situación económica, pero
hablé con Vicente y me pidió que por favor fuera, que no me preocupara
por el dinero, que no fuera por eso por lo que no asistiera. Tenía dudas
al respecto, pero quería ver a los Buscadores subir a la Montaña y verlos
bajar, además del trabajo en el campamento de apoyo durante toda la
semana, así que acepté. Hice un macuto y me fui el sábado por la
mañana con Iker, el hijo de Vicente, de unos 22 años. Nos acompañaba mi perra, que siempre le gusta
visitar la naturaleza, y la finca de “Tierra de Gredos” ofrecía un ambiente óptimo para la desconexión
de la vida cotidiana del urbanita.

El privilegiado enclave natural de la “Tierra de Gredos”, situado a las afueras de Guisando (Ávila)

Al llegar me encontré a Luis, Nuria e Isabel comiendo unas lentejas, ya que rondaba la hora de
comer, así que les saludé, me serví un plato y me senté con ellos. Hablamos sobre reciclaje, sobre
política y el sistema. A mitad de conversación llegaron María y Mónica, nos saludamos, se sirvieron
un plato y nos acompañaron en la charla. Surgieron temas como el amor romántico, la familia… y le
siguió el tema que nos había traído allí; la Búsqueda de Visión (Hamblecheya). Hablamos sobre la
dura prueba que resultaba, la necesidad de los apoyos y las enseñanzas que proporcionaba. Yo sabía
en qué consistía a través de los relatos de los sioux, quienes poseían este rito como un rito de paso para
los jóvenes varones, quienes se iban solos a las montañas a implorar una visión y buscar su espíritu
guardián. Este rito, en el Camino Rojo actual traído por Alfonso y Aurelio, tiene dos versiones: el 4x4
y el “largo”. En ambos casos se contrae un compromiso por cuatro años, en los que se debe subir a la
montaña en soledad, recluido en un círculo constituido por un hilo en el que se encuentran atados los
365 rezos de tabaco. Estos, se sustentan por estacas, cada una de un color que representa los cuatro
puntos cardinales:
Este-Rojo-Fuego-Águila-Humildad,
Sur-Amarillo-Agua*-Coyote-Voluntad,
Oeste-Negro-Tierra*-Oso-Poder,
Norte-Blanco-Viento-Mujer Búfalo Blanco-Ancestros, Visión.
(*Nuria me contó que a veces estos dos elementos cambian con respecto a las direcciones. En una
ocasión ella dudó, porque le mencionó a Vicente que el sur era el agua y éste le dijo que no, que era la
tierra, que a esas alturas lo debía de saber ya. Así que le preguntó a Miguel que cual era el elemento
del sur. Miguel le dijo que era el agua y que a esas alturas lo debería de saber de sobra. Me lo contó
riéndose con actitud resignada ante la a veces cambiante simbología)
Además, estas estacas se relacionan con cada uno de los cuatro años que el Buscador debe
“plantarse” en la montaña:
1º año: Este-Rezos y Estaca Roja
2º año: Sur-Rezos y Estaca Amarilla
3º año: Oeste-Rezos y Estaca Negra
4º año: Norte-Rezos y Estaca Blanca

Ovillos de rezos y las estacas o bastones de los Buscadores (izquierda, rojo-este-Primer año, derecha, blanco-norte-Cuarto año)
Las estacas Azul (Padre-Cielo), Verde (Madre-Tierra) y Morado (Corazón) se sitúan tras la
estaca del color que le corresponda ese año al Buscador. De esta manera si es nuestro primer año de
Búsqueda los situamos tras el bastón rojo, al este. Estas son las “Siete Direcciones” o las “Siete
Flechas” del pueblo lakota. De esta manera los Buscadores se centran en la cualidad que han de trabajar
ese año en función de su posición con respecto a la Rueda Medicinal (Primer año; humildad, segundo
año; voluntad…). Deben permanecer 4 días y 4 noches sin salir del círculo de rezos, sin comer ni beber
y sin poder hablar. En la versión “larga”, según el año han de permanecer, 4, 7, 9 y 13 días
respectivamente.

Nuria “plantándose”. Se aprecian en primer plano los bastones del padre, la madre y el corazón (“La Puerta”) tras el bastón del oeste
(negro), símbolo del tercer año de Búsqueda, y el hilo de rezos en negro.

Esta es la explicación que da Vicente a través del evento creado en la página de Facebook de
Tierra de Gredos sobre lo que es la Búsqueda de Visión:
“[…] La Búsqueda de Visión. “El Sueño del Ayuno” es una práctica hacia la disolución del Tiempo. Es
traspasar el umbral hacia la conciencia y recuperar los ritos de paso, saliendo de las distracciones cotidianas
que nos desconectan de nuestra esencia. Encontrar el significado de nuestro verdadero ser en la Naturaleza
Madre.

Es la oportunidad de agradecer por nuestra vida y lo que tenemos. Encontrar el equilibrio, y mejorar como
seres humanos, para nuestro beneficio y para nuestras relaciones.

Abrirse y expandir la visión.

Tomar la responsabilidad de nuestra vida y poder transmitir a nuestros hijos y parientes, de una forma
respetuosa, el compromiso del cuidado de Nuestra Casa, que es la Madre Tierra.

Rito ancestral de autoconocimiento, de observación, de mirase al interior en presencia de La Creación y elevar


un buen propósito para nuestro mundo.

Humildad, voluntad, sinceridad e integridad

[…]”
Me contaron diversas experiencias sobre las Búsquedas de otros años. Me resultó significativo
que María me contara que ella se plantó el año anterior y que se bajó a la noche. Me explicó que allí
entendió, tras dudar largo tiempo, que ella poseía el poder de poder bajarse cuando eligiera, que no era
una prueba obligada en la vida, que no iba a ser menos que nadie por no aguantar los cuatro días allí.
Ella interpretaba que ya había aprendido lo que debía aprender de esa experiencia y que no se subiría
de nuevo, pero que estaba encantada de ir allí a apoyar a los que decidían ir a la montaña. Este es un
relato sobre la capacidad del ser humano de comprometerse con la acción que está llevando a cabo, sin
llegar a depender de la misma.
Me explicaron cómo sería el día a día en el campamento. El trabajo en el campamento era
comunitario, horizontal. También me dijeron que el trabajo de los apoyos era tan importante como el
que estaban llevando a cabo los Buscadores allá arriba; tal y como escribía Vicente en el evento antes
mencionado:
“[…] También los apoyos Integran la vida en comunidad, en la importante tarea de sostener la intención y
el campamento en un solo corazón. De esta forma sanar en la convivencia. Honrando la memoria de nuestros
antepasados y el trabajo colectivo.
[…]

Es importante asistir de apoyo y tener esta experiencia para conocer de primera mano el trabajo que existe
en el campamento para nuestra gente que pone su vida en la Montaña. Por eso es permanecer en el campamento
realizando los trabajos necesarios y mantener en orden y armonía nuestro rezo. Cocina – fuego – leña - limpieza
- Amor. Es la mejor forma de apoyar y prepararse para ser semilla otro año.
[…]”

Nos pusimos en marcha y fuimos a


acondicionar la casa redonda, donde dormiríamos.
Al llegar Vicente nos pusimos Iker y yo a trabajar
con él en la estructura del tipi. Montamos tres pinos
pelados y sin ramas a los que se le habían dejado los
penachos de hojas en la punta. Vicente los ató
paralelos con una cuerda de cáñamo de tal manera
que al levantarlos formaran un trípode de unos 10 m
de altura. En el trascurso del montaje pasé por
encima de las varas y Vicente me explicó que por
favor evitara pasar por encima de las mismas, ya que
representaban a los “huesos de los ancestros”, y que
debía intentar rodearlas para alcanzar el otro lado. A
lo largo de la semana observaría cómo el pasar por
encima de los altares, la hoguera y otros objetos
sagrados (“wakan”) era muestra de irreverencia ante
la comunidad y la tradición del Camino, así que
intentaría evitar herir las sensibilidades de los
camineros y respetar los diseños y las maneras que
se debían guardar ante ellos. Al formar el trípode se
le añadieron más “huesos” a la estructura, bien
atados para evitar el derrumbamiento del tipi (o de
la tipi, como a veces les oí llamar a esta estructura).
Una vez asegurados, le colocamos la lona y el
“linning”, que es el faldón que se coloca en el interior, para regular la entrada de aire por la base. Este
tipi; el “tipi ceremonial”, albergaría el altar con el fuego (“el abuelo fuego”, como le dicen), que iba a
ser el “medio de conexión” con las personas que se subirían a la montaña, sobre el que hablaré más
adelante.
Tras colocar el tipi, llegaron Conchi, Miguel (con el que ya había realizado temazcales en El
Álamo) y Manuel. Nos pusimos a cortar leña con un hacha y a realizar estacas para asegurar la lona
del tipi.

El “abuelo fuego”, donde se calientan las “abuelas piedras” frente al inipi

Mientras tanto habían estado preparando un temazcal junto a la casa redonda. Llegó Andrea,
una chica asturiana, muy simpática y alegre. Cada uno entró de una manera: unos con pareo, otros con
bañador y otros desnudos. Antes de entrar nos dimos unos baños de humo con la copalera. Noté el
olor acre del copal, la resina “purificadora”, que me relajó y entré al interior de inipi. Una vez dentro,
Vicente nos dio las gracias por asistir esa semana a la Búsqueda de Visión. Era un evento muy
importante para él, porque se “plantaban las semillas” en la montaña a través de una recuperación de
las tradiciones que nos ayudan a reconectar con la Madre Tierra; con el soporte de nuestra existencia.
Dio las gracias a Miguel por apoyarle en este evento, ya que le daba tranquilidad tenerle a su lado,
debido a la confianza existente entre ambos. Al entrar las piedras se les rociaba una por una con copal
y algunos le decían “Ahó Abuelita” o “Bienvenida Abuelita”. Cada vez que una de las mujeres
restregaba la resina por las piedras, éstas despedían un humo oloroso que algunos tomaban con la
mano, pasándosela por encima de la cabeza de adelante hacia atrás, llevándose la mano finalmente al
corazón. Miguel preguntó si sabíamos por qué se hacía este gesto y nos contó que cada vez que alguien
lo realizaba era “para recordar a sus siete generaciones anteriores, llevándoselas al corazón.”
Entraban en primer lugar siete piedras, una por cada dirección, y se colocaban con la ayuda de unos
cuernos de ciervo empezando por el este, siguiendo de ahí hacia el sur, oeste, norte, padre a la derecha,
madre a la izquierda (de la piedra del sur) y el corazón en el centro del montón. Al cerrar la puerta
Vicente nos dio la bienvenida y, pidiendo permiso a los guardianes de las cuatro direcciones, empezó
a rociar las piedras con el agua, mientras elevaba un canto. Empezó a hacer calor, pero era agradable,
un calor húmedo que se metía por las fosas nasales y los poros, liberando mediante el sudor las toxinas
que mi cuerpo contenía. En la tercera puerta Vicente le dio más caña al agua, subiendo
considerablemente la temperatura, pero duró muy poco. Al finalizar nos dio las gracias por entrar en
el vientre de la Madre Tierra a purificarnos y nos invitó a salir. Permanecí unos minutos más en el
interior; se estaba muy a gusto y quería demorar mi salida lo máximo posible. Una vez afuera, me
duché y me situé junto al fuego para secarme. La sensación fue maravillosa.
Fuimos a cenar. Al llegar estaban todos reunidos,
nos servimos la cena y hablamos. Vicente nos contaba,
con aire cómico, historias y peripecias sobre las
Búsquedas de otros años. Nos contaba cómo una vez se
olvidaron de uno (de entre setenta) en Erratzu en la
montaña, dándose cuenta antes de irse o como una vez a
un buscador se le apareció la Guardia Civil o como a otro
le habían confundido con un ladrón de leña. Reímos
mucho y comimos bien. Al acabar fui a por una cosa a la
casa redonda y me encontré con Isabel. Estaba ella sola
en la oscuridad, frente a la hoguera del temazcal, en
actitud pensativa. Me comentó que había decidido subir
a la montaña, a pesar de haber venido como apoyo.
Aprobé su decisión y me preguntó si quería ir a ver el
Palo de Mayo que se encontraba en la colina entre la casa
redonda y los tipis. Accedí y fuimos para allá. La luz de
la luna despuntaba clara. Al ver el Palo, me dio la
impresión de ostentar una forma fálica, que la penumbra
nocturna le otorgaba un aura especial. Según me contó
Isabel, el Palo de Mayo representaba el acto sexual (eso
le dijeron cuando vino a un curso de biodanza al mismo
sitio). Según me contaron unos días después (al
preguntar si es que hacían ritos celtas aquí), este altar se
encontraba ahí debido a la anterior compañera de
Vicente, Morgaine; que era sacerdotisa de la Wicca (“la
tradición celta recuperada”) y que habían realizado
celebraciones de la primavera y otros ritos en el pasado y que de vez en cuando continuaban
realizándolos. Volvimos a la zona de la cocina, donde estaban hablando sobre el fuego y sobre la
evolución del ser humano junto al mismo, refiriéndose a él, entre bromas, como “la televisión del
paleolítico”. Esta concepción que tienen del fuego desde el Camino Rojo me resultó tremendamente
interesante en los días que sucedieron, por lo que me referiré a ello más adelante.
El siguiente día; el domingo me levanté tranquilamente. Hacía un día estupendo. Bajé a
desayunar y me encontré con la mayor parte de la gente despierta y desayunando a su vez. Al rato nos
pusimos a trabajar. Acondicionamos el tipi y, mientras yo cortaba leña para el temazcal, que se
celebraría a la caída del sol, Iker y María levantaron el altar en el interior. Éste constaba de una media
luna construida con barro, con su seno mirando hacia la puerta. La mitad derecha de la media luna iba
pintada de azul, con una línea en la parte superior de color rojo, y la parte izquierda iba pintada de
rojo, con la línea superior pintada de azul. En la zona central se clavaron dos flechas. Según me contó
Miguel más tarde estas flechas representaban la caza del venado (como llaman al peyote los wixarikas),
y que normalmente no se encontraban en los diseños de los altares del Camino, pero que se acordó de
un altar que montó así Alfonso y que, al venirle el recuerdo, decidió incluirlas en el diseño.
Se decoró el altar con pequeñas piedras y conchas y entre las dos flechas se colocó un cristal
de cuarzo tallado y la Chanupa; la Pipa Sagrada. Tras el altar se dispuso una manta sobre la que se
colocaron los diferentes abanicos de plumas (cada uno con una función distinta), un ramo de hojas que
se agitaban durante los cantos a modo de sonaja, bolsas con cedro, tabaco, copal y mezcla de tabaco,
salvia y pétalos de rosas. A estas yerbas se las denomina medicinas (como a tantas otras plantas), y se
usan para realizar los rezos ante el fuego, antes de depositarlas en las cenizas. A la izquierda del altar,
por detrás, se colocó un tambor de agua, el Bastón de Poder y las sonajas de calabaza, seguido de un
cubo con agua fresca y la caracola, a través de la cual se soplaba para señalar las acciones y tiempos
rituales, siendo escuchada en los días sucesivos tanto por la gente del campamento como por los
Buscadores en la montaña. Frente a la puerta, separado un metro del seno del altar se colocó el fuego
en forma de “cola de águila” (forma que sirve de forma idónea tanto para la recogida de ascuas, como
para señalar a modo de punta de flecha la dirección hacia la que se mueve la energía del conjunto),
apuntando hacia el centro de la media luna. En el espacio que quedaba entre ésta y la hoguera se colocó
una piedra puntiaguda, que constituiría el centro (“la montaña, el corazón de los que están arriba, de
los que no han venido y de los que se han ido”) de los diseños o dibujos que se harían los días de la
Búsqueda con las cenizas. Alrededor se colocaron alfombras y esterillas para que la gente pudiera
sentarse cómodamente alrededor del fuego y del altar.

Altar en el interior del tipi. Se aprecia en el fondo el fuego, el diseño de cenizas, el altar de media luna pintado, con las flechas y la
Chanupa y la manta con los objetos sagrados y las medicinas.
Detalle del altar. Se aprecian de izquierda a derecha las medicinas, los abanicos o “plumeros”, la Chanupa y el Bastón de Poder.

Mientras tanto ayudé a Manuel a despejar el camino junto al tipi de leña, hojas y matojos.
Hablando con él me contó que acababa de llegar de México, donde se había ido a iniciar de cero su
vida, pero no le salió bien y tuvo que volverse. Me contó que él se dedicaba al coaching para empresas
y que solía dar conferencias, cursos y talleres. Al preguntarle cómo le llegó el Camino me comentó
que él seguía el “Camino del Héroe”. Según me contó Manu y lo que yo he podido investigar sobre el
tema, esta vía fue propuesta por Joseph Campbell a través de la publicación del libro “El Héroe de las
Mil Caras. Psicoanálisis del Mito” (1949). Esta obra consiste en un estudio sobre los fundamentos de
los mitos y las religiones de todo el mundo, apoyado en la herramienta del psicoanálisis, a través del
cual Campbell descubre los arquetipos subyacentes en los periplos heroicos de las diferentes
tradiciones y mitologías de muchas culturas (el Monomito). En dicho estudio recupera las nociones de
viaje visionario, iniciación y regreso que caracterizan historias desde la Odisea hasta el Gilgamesh,
pasando por los cuentos americanos y amazónicos. Según escribe Campbell:
“El héroe, por lo tanto, es el hombre o
la mujer que ha sido capaz de combatir y triunfar
sobre sus limitaciones históricas personales
y locales y ha alcanzado las formas humanas
generales, válidas y normales. De esta manera las
visiones, las ideas y las inspiraciones surgen
prístinas de las fuentes primarias de la vida y del
pensamiento humano. De aquí su
elocuencia, no de la sociedad y de la psique
presentes y en estado de desintegración, sino de la
fuente inagotable a través de la cual la sociedad
ha de renacer. El héroe ha muerto en cuanto a
hombre moderno; pero como hombre eterno —
perfecto, no específico, universal— ha vuelto a
nacer. Su segunda tarea y hazaña formal ha de ser
(como Toynbee declara y como todas las mitologías
de la humanidad indican) volver a nosotros,
transfigurado y enseñar las lecciones que ha aprendido sobre la renovación de la vida.” (J. Campbell,
1949: 19).
Así, quien sigue el Camino del Héroe persigue la mejora personal, el autodescubrimiento, la
superación de las barreras, sin importar los métodos utilizados para lograrlo. En este ámbito Manu se
valía del Camino Rojo, su filosofía, sus ceremonias… como fuente de esta autosuperación, para poder
llevar a cabo su objetivo personal.
Tras terminar la tarea vi llegar a Jonathan, un chico venezolano de unos 28 años que vive en
Arenas de San Pedro con Gabriela, su pareja, con quien esperaba a que naciera su hija, Alma. Jonathan
se subía en su primer año de Visión, estando Gabriela fuera de cuentas. Se le veía alegre y un poco
nervioso. Le saludé, nos alegramos de vernos. “¡Qué bueno verte de nuevo por aquí!”, me dijo. Miguel
le comentó “¡este ya está enganchado!”. Reímos y hablamos durante un rato. Me bajé al río a darme
un baño. El agua bajaba directamente del deshielo de los Galayos, así que estaba muy fría, pero me
sentó genial un baño de agua pura y limpia. Al subir de nuevo les encontré preparando la comida.
Comiendo hablamos sobre más historias de gente que se había bajado de la montaña en plena
Búsqueda. Vicente nos contó algunas historias, entre las que se encontraba la de un tipo que se bajó a
las tres horas de ser “plantado” y, sin despedirse ni nada, cogió el coche y se largó, y de otro que se
bajaba al bar del pueblo sin que los demás se enteraran, hasta que al bajar le vieron tan fresco que le
pillaron.
Al acabar de comer los Buscadores comenzaron a
preparar sus rezos y sus estacas. Como he mencionado con
anterioridad deber atar a un cordel o un hilo 365 bolsitas de
tabaco (una por cada día del año) confeccionadas con tela del
color que les corresponda ese año, en función de la dirección
en la Rueda Medicinal. Estos rezos sirven, por un lado, para
delimitar el espacio donde van a permanecer durante cuatro
días, y por otro para cobrar consciencia durante la
manufactura de los rezos de lo que quieren para su vida y la
de los de su alrededor, para así, tras bajar de la montaña,
“comenzar el verdadero trabajo, el de andar los rezos que se
han realizado.”
Ayudé a confeccionar algunas estacas de pino. Las fui
acumulando en un rincón, para que quien las necesite las
cogiera y las usara. Veía a los Buscadores preparando sus
propias estacas, atando los pañuelos de colores con un poco
de tabaco cada uno en los postes. Me preocupé de sacarles
bien punta, para que aguantasen bien los cuatro días clavados
en la tierra. En un momento dado Vicente nos explicó que las
estructuras de todo lo que estábamos moviendo eran la base
para mantener las tradiciones y el trabajo, y que estas estructuras eran las direcciones y los elementos;
que de una cultura a otra variaba, pero que la base era la misma para todas ellas. Y la más fundamental
de ellas, eran las direcciones.
A la caída del sol realizamos un temazcal. Ya ha llegado la mayor parte de los buscadores. Aún
faltarían algunos apoyos que vendrían en días posteriores y tres Buscadores que vendrían a mitad de
semana, debido a responsabilidades y trabajo. Según me dijeron, es de las pocas Búsquedas donde se
puede hacer eso, llegar a mitad de la semana, ya que Vicente no podía negarle una Búsqueda a alguien
que la necesitara sólo por el tiempo o el dinero. Vicente encendió una Chanupa frente a la hoguera del
temazcal. Refiero su discurso aquí, en la medida en que lo pude captar y registrar, muchas de las
siguientes palabras fueron literalmente pronunciadas por él, pero otras son consecuencia de la
limitación de mi capacidad para registrar el discurso, incluidas las omisiones de ciertas partes del
discurso que no pude captar. Esta afirmación sirve para todos los registros, conversaciones y discursos
que escuché y que he procurado reflejar en el presente trabajo:
“Con este tabaco quiero agradecer a los Buscadores por querer ser mejores personas, por
querer mejorar la sociedad. Gracias también a las otras Búsquedas, porque no estamos aquí
para competir, somos todos hijos de la misma tierra y esa es la única verdad. Quiero pedir una
buena Visión. No es que vayamos a ver algo aquí, pero tened por seguro que algo habrá para
vosotros allí.
Me gusta que venga gente de todas las edades y también que vengan animales, porque
debemos integrar a todos los seres. Integrando nuestras diferencias podremos vivir en paz,
porque nuestra casa es la Madre Tierra y está contenta, porque venimos a trabajar en
comunidad, en la común-unidad.”
Vicente pasó el tabaco a Miguel, quien oficiaba esta ceremonia:
“Dando las gracias a Vicente y a todos vosotros por asistir a esta Búsqueda, es algo muy
importante. Es una de las cosas más auténticas que haréis en vuestra vida. Y tiene especial
importancia en la relación con el agua, con vuestras emociones; ya que todos somos agua.”
Miguel le volvió a pasar el tabaco a Vicente. Explicaron en qué consistiría la subida a la montaña
del siguiente día:
“Esto hay que tomárselo en serio, aunque es más formal que serio. Bien formal y bien duro.
Pero la vida es alegría, como cuando nos metemos en un temazcal bien chicharrero, pero
aguantamos ahí y al salir salimos limpios, purificados.
Mañana, los Buscadores, cuando salgan del inipi ya serán sagrados (wakan); pondrán su
palabra en las piedras, por lo que estarán ya mirando para adentro. No hagáis dramas, ni
abrazos efusivos, porque se cuelan cosas y nos llevamos la caspa de otros arriba. Hay que
procurar viajar con el mínimo peso.
[…] El tema de los móviles, no es que estén prohibidos; yo no prohíbo nada, pero se cuelan
a través de ellos energías que no nos interesan, y además, lo que le digo siempre a la gente, que
no tengo una central nuclear en la casa, que está alimentada por una placa solar limitada.
Somos insaciables, consumidores compulsivos de energía. Así que pongo un rezo por la
saciabilidad del ser humano, que aprendamos a vivir con lo importante y lo fundamental para
que las generaciones futuras vivan bien. Tengan en cuenta que suben a la montaña por sus hijos,
no al revés. Por tanto Gran Misterio, pido una bendición por los niños. Recen también por los
mayores y háganse aliados de corazón, tienen cuatro días para rezar; las dudas son la puerta,
el momento para cambiar.
Váyanse al abuelo al tipi todos los visionarios, que se echen una mano. ¡Abrácense esta
noche, que son de la familia de la luz! […] Las abuelas están rojas ya, me callo.”
Miguel presentó una medicina que se iba a introducir en el inipi; los “Niños de Luz”; psylocibe
mexicana. Preguntaron quién iba a entrar al inipi y quien iba a tomar la “medicina”. Luis, quien los
había traído, explicó que llevaban macerando en miel de encina seis meses, y que la dosis recomendada
era sobre los dos gramos por cabeza. He de decir al respecto que la toma de plantas de poder está
sumamente controlada y es opcional (no se obliga a nadie a tomarlas) y a pesar de que cada uno puede
tomar lo que considere oportuno no se observa un fin lúdico como puede ocurrir con las drogas
sintéticas con fines recreativos. Estos enteógenos son de suma importancia para la práctica de las
actividades ritualísticas en numerosas culturas de América y del mundo y los miembros del Camino
Rojo han adoptado sus costumbres. El consumo de tabaco, peyote, San Pedro, marihuana, ayahuasca,
rapé, psylocibes… no adolece más que de fines ritualísticos y de conexión con el Espíritu o el Misterio,
como sacramento, ya que se considera que estas plantas poseen una sabiduría interna59, de la cual se
nos transmite una parte cuando las consumimos en espacios ceremoniales. Sobre todo, no se suele
contemplar su consumo (y menos de las más potentes) con fines lúdicos, ya que no proporcionan una
experiencia ociosa como podría dar cualquier droga sintética al uso (cocaína, éxtasis…), todo lo
contrario, tomados fuera de estos contextos pueden inducir a sufrimiento e incomprensión. De hecho,
el peyote es usado en terapias para curar adicciones y toxicomanías en EEUU por los nativos y en el
resto de América, aunque desgraciadamente se ha extendido mucho el uso de algunos, como la
ayahuasca en la Amazonia como un atractivo turístico, mermando la disponibilidad de esta planta para
las culturas que las usan o del peyote en el desierto de Sonora en México. Por ejemplo, uno de los
miembros del Camino que asistió a la Búsqueda me contó unos días después que él, en el pasado,
padeció por la adicción a las drogas. Un día su madre le llevó a una ceremonia de medicina, aquí en
España, y consiguió curar su adicción.
Antes de entrar al inipi, Vicente nos pidió que estuviéramos tranquilos, que procuráramos no
reír demasiado, ya que “a los Niños les da por jugar y son muy divertidos”, pero que debíamos
conservar la suavidad y la calma propias de la ceremonia. Nos dijo que los disfrutáramos, que nos
abrirían la percepción, que era la medicina de la montaña, que extrajéramos sus enseñanzas. Las
enseñanzas que cada uno extrae de los enteógenos pueden ser colectivas o personales, dependiendo de
cómo se canalice la energía de la planta en las ceremonias y de lo que cada uno tenga en su cabeza.
La experiencia fue muy intensa para mí. Estos hongos poseen dos fuertes principios activos,
denominados psylocibina y psilocina. Estos psicoactivos producen una apertura de percepción que
hace que, por un lado, los sentidos se agudicen y por otro las percepciones y los procesos cognitivos
se disparen. En el interior del inipi, al no poder ver en la oscuridad, la percepción es puramente
kinestésica (tacto, percepción de la temperatura, intuición…) y los procesos mentales son muy
intensos. Entiendo cuando dicen que es una medicina en el sentido en el que, al consumir esta sustancia
tu mente se dispara y comienzas a pensar sobre tu vida, sobre lo que has hecho bien y mal, sobre tus
errores, cobrando consciencia de cosas que habías enterrado en el subconsciente o que aún no has
superado. Cobré consciencia de lo frágiles que podemos llegar a ser a nivel emocional y como a través
de estas enseñanzas podíamos ser más conscientes de la relación con la naturaleza y la comunidad. Al
salir no pude ponerme de pie hasta pasados unos diez minutos aproximadamente, debido al
entumecimiento de las piernas. Todo el mundo se situó alrededor del fuego. Yo me senté a su lado,
únicamente arropado con una toalla, y sentí una sensación de paz interior increíble. Estaba
tremendamente a gusto. Lo expresé en voz alta (“¡Qué a gusto!”); los demás rieron y aprobaron mi
comentario (“¡Ahó!”). Tras secarme me dirigí hacia la cocina para cenar un poco. Encontré a unos
cuantos cenando y riendo. El ambiente era de distensión y bromas. Cené y me fui a dormir. Antes de
conseguirlo, escribí un poco de lo que sentí en mi libreta y me metí al saco. En ese momento me sentí
muy feliz. Había hecho bien en venir a apoyar y a aprender más sobre este Camino.

59
En este aspecto quiero señalar la postura de Josep Mª Fericcla, antropólogo y estudioso de los enteógenos, que opina que
la antropomorfización de plantas y objetos es incorrecta, ya que la planta no contiene una sabiduría intrínseca. Según este
autor y lo que yo mismo he experimentado el conocimiento se encuentra en nosotros y mediante la activación de vías
neuronales y fisioquímicas específicas podemos llegar a una mejor comprensión interior a nivel psicoemocional, aunque
siempre apoyados por personas que han estudiado este tipo de sustancias en ámbitos tradicionales de transmisión oral
generacional.
El lunes amanecimos a las 6:30 de la mañana. Miguel, Vicente y Dani se habían despertado a
las 5 para preparar el temazcal de subida a la montaña. Íbamos a subir a los Buscadores esa mañana,
por lo que realizaron un inipi de purificación en el que se les retiraría la palabra, el agua y la comida.
Antes de entrar muchos de ellos fueron a desayunar, para subir con fuerza a su “plantación” y llevar
la máxima cantidad de reservas posibles. Vi a Almudena comiendo una magdalena y una naranja. Días
después, cuando bajó, me comentó que arriba pensó en lo poco que había desayunado, pero ya era
tarde.

Inipi de purificación por la mañana, antes de subir a los Buscadores. Se ven los apoyos esperando a que terminen los
Buscadores para poder entrar.

Este temazcal consistiría en dos puertas para los buscadores y otras dos puertas para el que
quisiera entrar de los apoyos. Yo decidí entrar, nunca había hecho un inipi de mañana y sentía
curiosidad. Al salir nos dijo Vicente que no habláramos con los buscadores ni les miráramos a los ojos,
que ya eran “wakan” y se encontraban en un momento de introspección.
Tras la purificación fuimos a la tipi. Se hicieron ofrendas de cedro al fuego. Reinaba el silencio,
la calma y la concentración. El proceso por el que iban a pasar los Buscadores era muy importante para
ellos y necesitaban asumir la gesta que iban a realizar. Antes de ponernos en marcha todos los
Buscadores prepararon sus macutos (saco de dormir, esterilla, abrigo… lo básico para no pasar frío y
estar lo más cómodos posible) y sus bastones de rezos. Vicente tocó la caracola en las siete direcciones
y habló:
“Gracias por vuestra vida. La montaña está contenta, hoy se van a plantar diez semillas
(Luis, Nuria, Pilar, Almudena, Tomás, Pepe, Isaac, Isabel, Jonathan y Félix). Estamos en Semana
Santa, si os encontráis con turistas, no os preocupéis porque ellos se asustarán de vosotros”
(risas).
Nos pusimos en camino. Íbamos unos pocos apoyos para acompañar y ayudar. Vicente
encendió la Chanupa mientras andaba y no la apagó hasta que estuvieron todos/as plantados. Miguel
fue por otro lado a plantar a Almudena, Félix y Jonathan. A estos dos los puso bien cerca del
campamento, debido a que Félix padecía epilepsia y tenía miedo (justificado) de padecer un ataque,
por lo que se trajo una vuvuzela para avisar y puso a Jonathan justo por encima, por si acaso, que
hubiera alguien cerca para atenderle mientras llegasen los demás. Además, Jonathan esperaba al
nacimiento de su hija, por lo que fue designado a un sitio cercano por esta causa también. Por la otra
parte plantamos en primer lugar a Isabel. Se le colocó en un lugar entre árboles, bastante acogedor.
Clavaron las siete varas como expliqué al principio, rodeándolas con los rezos. Continuamos y
plantamos a Isaac un poco más arriba. El lugar estaba bastante expuesto a los elementos, a excepción
de un arbolito que había en el centro del círculo. Acto seguido, seguimos subiendo y plantamos a Nuria
en el lugar más alejado, ya que se lo pidió a Vicente, para “superar la tentación de bajarse”. El lugar
me pareció bonito, aunque estaba un poco en cuesta. Cada vez que situábamos a alguien en su círculo
Vicente ayudaba a clavar las estacas en el lugar correcto y a colocar bien el círculo de rezos. Acto
seguido cogía la Chanupa y echando el humo a cada uno de los postes saludaba a la dirección
correspondiente, pidiéndole al Guardián de dicha dirección que cuidara del/la Buscador/a, que le
otorgara Humildad (Este), Alegría (Sur), Poder (Oeste) y Visión (Norte). Después se situaba delante
de los bastones del Padre, la Madre y el Corazón (“la Puerta”), frente al Buscador y le deseaba una
buena Búsqueda de Visión. Echaba el humo (sin tragárselo) a los bastones y al/la Buscador/a y nos
marchábamos. Después plantamos a Luis en un espacio que Vicente denominó la “caverna del oso”
(Luis sabe mucho sobre plantas y animales, igual que el oso, que en la tradición lakota es el Gran
Doctor, ya que posee el conocimiento sobre las plantas y raíces que sanan los diferentes desórdenes y
enfermedades). Era un espacio rodeado de maleza, a modo de cueva. Tras el ritual de plantación de
Luis fuimos con Pepe y le plantamos bajo un hermoso castaño, un sitio que me resultó de lo más
bonito. Le dejamos con una gran sonrisa en la cara. Vicente me pidió que bajara ya, que plantaría él a
Tomás y a Pilar un poco más abajo.
Al llegar al campamento serían las 12:00 o las 13:00 horas. La comida estaba ya preparada.
Andrea me preguntó qué cara habían puesto los Buscadores al dejarles, cómo eran los sitios…. Le
conté un poquito y al llegar Vicente preparamos la mesa para comer. Mientras lo disponíamos todo,
Conchi se llevó un poco de comida y de bebida para echarle al fuego. Cada vez que se comiera o se
bebiera algo de forma colectiva se le debía echar antes al fuego, “para que les llegara a los Buscadores”
(en días sucesivos oí mucho la frase “lo que es arriba es abajo”, que quería expresar la conexión
establecida entre el campamento y la montaña a través del fuego del tipi y los altares). Vicente nos
comentó que la tarea de apoyo era muy importante también, porque consistía en una recuperación de
la vida comunal y las tradiciones de la comunidad, representada por los/las Abuelos/as, cuyas
expresiones en el Camino Rojo se encontraban en el fuego, el sol, las piedras (de hecho “Tunkashila”
es otra palabra lakota para designar a “Wakan Tanka, el Gran Misterio”, y quiere decir literalmente
Piedra -Tunka- Antigua, aunque la traducción más común es la de “el Gran Abuelo”).
Tras comer bajamos al tipi a cuidar del fuego Manu y yo. Hablamos largo rato sobre las
civilizaciones antiguas, sobre la conquista de América, batallas, barbaries, enfermedades etc…. Al rato
apareció Vicente y nos pidió que no habláramos cosas feas delante del fuego, que todo lo que
hiciéramos en su presencia les llegaría a los Buscadores. Le pedimos perdón y me subí a la casa a
cambiarme de ropa. Descubrí un libro; “El don del poder”, escrito por Archie Fire Lame Deer, un
hombre medicina lakota. En él se relataban muchas de las ceremonias, el conocimiento y
cosmovisiones lakotas, junto con historias y experiencias del autor. Me lo bajé al tipi, donde encontré
a Manu e Isabel, que se había bajado de la montaña. Al verla me sorprendí: “¡Hombre! ¿Ya te has
bajado? ¡Duró poco la cosa!”. Me contestó que sí, que no lo vio claro y decidió bajarse, prefería estar
en el campamento que ahí arriba. Le enseñé el libro que había encontrado y leímos juntos relatos sobre
la Búsqueda de Visión. Nos acompañó David, que había subido a la montaña el año anterior. Según
descubrí la Visión no era algo que vieras en sueños, ni una alucinación visual despierto. Según me
contó David y lo que pude extraer del libro la Visión consistía en detalles; me contó su historia:
“Estaba yo en mi Búsqueda, donde el campamento y el lugar de la montaña se encuentra
separados un trecho. Uno de los días hacía muchísimo calor y yo me repetía un mantra para
lograr olvidarme del agobio –“soy fuego, no me quemo”-, ya que estaba sufriendo
considerablemente. En un momento dado miré hacia arriba y vi una cosa blanca bajar hacia
mí, era un fragmento de ceniza, que se posó en mi rodilla. ¡No había más fuego que el del
campamento, y se encontraba bastante lejos! Esas son las cosas que te ocurren en la montaña,
no tienes que alucinar, sólo fijarte en las casualidades y reinterpretarlas”
Durante el día Miguel realizó un diseño con las cenizas, entre el fuego y el altar de media luna;
en su seno. Este primer diseño consistió en un lauburu o tetrasquel; el símbolo del movimiento, de la
vida y del sol. Según me contó, cada día de la Búsqueda poseía una energía diferente, cambiando por
tanto el diseño durante la noche de cada jornada, representando así el paso de una energía a otra. El
del primer día era un lauburu debido a que, según lo que logré interpretar, a los Buscadores, al
plantarles esa jornada en la montaña, comenzaban a mover sus emociones, sus pensamientos…
También representaba los cuatro puntos cardinales y los cuatro elementos en movimiento. Esto es
importante dentro del Camino, ya que estos símbolos de las direcciones sirven “para alinearse, con el
trabajo y con tu vida” y así poder llevar a cabo un esfuerzo eficazmente dirigido y que las energías no
se dispersen. A estas representaciones con las cenizas los Buscadores “se agarraban”, para así focalizar
su energía y sus pensamientos. Esto formaba parte del trabajo de apoyo en el campamento, ya que la
energía proyectada desde el mismo “llegaba arriba” y viceversa. Estábamos “conectados”.

Lauburu en forma de sello, que se irían realizando en torno al altar según iban cambiando los diseños de las cenizas.

Ya por la noche me reuní con Miguel y Conchi en el tipi, junto al fuego. Estaba teniendo una
conversación muy interesante. Hablamos sobre evolución humana y el fuego. Sobre cognición y
memética. Miguel nos explicó el por qué del altar de la tortuga, que se sitúa frente al temazcal, en la
línea con el fuego (“línea de la vida”), que ya he referido en el apartado del temazcal.
Me comentó que la cantidad de información contenida en estos diseños era como las capas de
una cebolla. Existen numerosas interpretaciones superpuestas en los altares, en las ceremonias…. Para
Miguel, eran necesarias todas estas simbolizaciones “para profundizar en el conocimiento intrínseco
que había en todas ellas”. Cansados, Conchi y yo nos fuimos a dormir, mientras Miguel se quedó
encargado de cuidar de que el fuego no se apagara., ya que debía permanecer encendido toda la semana
sin descanso.
El martes, segundo día de Búsqueda, se cambió el diseño de las cenizas. Cuando me asomé al
tipi Miguel estaba dibujando a Iktomi; la araña. Para los lakotas Iktomi es la tejedora de sueños, la que
conecta a través de su tela el cielo y la tierra, lo visible y lo invisible, es la que enseñó al pueblo lakota
la función del atrapasueños. Era el día en que los Buscadores comenzaban a hacer conexiones, cuando
el trabajo que se había puesto en marcha se asentaba y cuando tomaban más consciencia de su situación
en la montaña.

Iktomi, La Tejedora. Diseño en el segundo día de Búsqueda de Visión.

Fue un día sin demasiado trabajo, bastante tranquilo. En un momento de la mañana se realizaron
cantos al fuego. Me llamó la atención la forma de realizarlos: el/la cantante se situaba tras el altar, de
rodillas, sosteniendo en la mano izquierda el bastón de poder y en la derecha la sonaja. Mientras tanto
se acompañaba con el tambor de agua y algún tambor chamánico. Probé a tocar un poco el tambor de
agua. Observé que era bastante difícil mantener el ritmo, que según me dijeron era el del corazón de
un neonato -120 a 160 latidos por minuto-, teniendo en cuenta que no hay que parar de tocarlo mientras
duren los cantos y tiene un sistema para variar el tono del instrumento. Dominarlo me pareció bastante
complicado.
Al terminar bajé al río a darme un baño. Al subir se estaba preparando la comida. Ayudamos
entre los que estábamos a recogerlo todo y a preparar la mesa. En una marmita vi lo que interpreté
como judías verdes: “Menuda olla de judías”, “No son judías, es medicina”. Era infusión de híkuri
(peyote) cocinándose. Al día siguiente se la subiríamos a los Buscadores, para que pudieran
“profundizar” en su trabajo en la montaña. Al acabar de comer, recogimos y vi una cajita con cartas
del horóscopo celta. Durante el tiempo que pasé allí, se me remitió en repetidas ocasiones a las
tradiciones celtas. Para los integrantes del Camino Rojo todas las tradiciones y diseños antiguos,
precristianos, son dignos de consideración, debido que, aunque cambien en la forma, el fondo es el
mismo. Leí un librito que incluía la cajita, muy interesante, sobre los diseños celtas.
A la tarde llegó Paco, un hombre de mediana edad, amigo de toda la vida de Vicente, muy
risueño y simpático, que no paraba de reír y que iba a subirse a la montaña al día siguiente, en su cuarto
año de visión. También llegó Rocío, quién iba a subir en su último año. Realizamos un temazkal de
dos puertas “para descargar la energía acumulada durante el día y mandarle fuerza a los buscadores”.
Salimos con la cabeza dando vueltas, los cantos no habían salido muy bien; la energía estaba un tanto
viciada. Según interpretó Vicente “están debiluchos allá arriba”.
Era una noche de luna llena, al mirar al cielo me sorprendió el tinte anaranjado que tenía. Me
acordé de los Buscadores, quienes debían de estar alucinando con una noche tan maravillosa. Los
compañeros del campamento pensaban lo mismo.
A la mañana del miércoles nos enteramos por
Miguel que uno de los buscadores se había bajado de la
montaña a mitad de la noche. Había estado en el fuego
del tipi y había intentado dormir, pero no lo consiguió.
Volvió al tipi y le dijo a Miguel que quería volver a
subirse. Miguel le recomendó hablar con Vicente
cuando se despertara. A la mañana bien temprano
Vicente le dio el permiso y se volvió a subir. Era el
tercer día de Visión, el día del Poder; representado por
el búfalo. “Es el día más duro, en el que el búfalo te
puede envestir y hacer que te bajes, en el que la cabeza
te dice constantemente que te vayas de ahí, pone en
cuestión todo lo que estás haciendo, la deshidratación
empieza a hacer su efecto y tu instinto de supervivencia
te pone a prueba. Pero debes seguir y luchar contra
todo eso”.
Realizamos un temazcal para Paco y Rocío. Al
salir se prepararon y les subimos a la montaña. A dejar
a Paco vimos a Jonathan que se levantó al vernos,
nervioso, ya que pensaba que íbamos a por él, creyendo
que su hija venía de camino. Bajamos un poco de leña ya cortada y nos preparamos para subir la
infusión de peyote a los demás Buscadores. Fuimos Vicente y yo.
Subimos la cuesta y Vicente encendió una Chanupa. Íbamos andando en silencio.
Llevábamos dos botellas y un vaso ancho. Vicente subió a Nuria, mientras yo le
esperaba. Les visitábamos de uno en uno porque, según Vicente, se encontraban
en un estado mental y emocional muy sensible y debíamos acercarnos en silencio
y tranquilamente, para no molestarles. Yo subí un poco a Luis, que estaba echado
en ese momento, pero al verme se incorporó y me saludó con un gesto. Le di de
fumar de la Chanupa, como me indicó Vicente y le di un vaso casi lleno de
“Medicina”. Se la bebió de un trago y me pidió por gestos más, pero yo hice caso
omiso y me despedí de él. Acto seguido visitamos a Pepe, que nos recibió con una
sonrisa resplandeciente. Hicimos el mismo proceso uno por uno. Cuando
visitamos a Isaac, se encontraba apoyado de espaldas a un arbolito, la única
sombra que había. Hacía bastante calor y al mirarle a la cara vi una expresión de
sufrimiento y tristeza que me hizo apiadarme. Le dimos la Medicina, le dimos las
gracias por estar ahí plantando y seguimos la ronda. Al pasar por el sitio donde
había estado Isabel, observé que seguían sus cosas allí. Vicente me pidió que las
recogiera y las bajara al campamento, ya que quería plantar allí a María, que
vendría al día siguiente. Mientras recogía los rezos, él se adelantó a darle la
infusión a Tomás y pilar. Al llegar al campamento vi a Isabel y la llamé “¡Mira Isa!”. Al verme con
sus rezos se sorprendió y Dani le dijo de lejos “¡Tenías que haber ido tú a por ellos!”. Me dio las
gracias y los cogió, para dejarlos apartados y quemarlos al final de la semana, en la ceremonia de
cierre.
Hablando antes de la comida, Miguel comentó que estaban acalorados, que al subirles él la
infusión a Jonathan, Almudena y Félix se encontró con éste último y no le dio, diciéndole “Contigo ya
hablé anoche”. En todo el tiempo que pasé me fijé en la importancia de la superación de ciertos ritos
de paso (Búsqueda y Danza del Sol), para poder oficiar las ceremonias, ya que esto -además del trabajo
de realizar muchas ceremonias, de “hartarte a currar y a hacer temazcales un día sí y otro también”
como me decían Miguel y Vicente- le otorgaba a la persona en cuestión un conocimiento, a modo de
“especialista en ceremonias”. Los conocimientos aprendidos durante el trabajo con temazcales, durante
las ceremonias y los ritos era muy importante a la hora del reconocimiento del grupo, pero sobre todo
de estos “especialistas”, de los hombres-medicina. Según un texto de la página web de la Asociación
del Fuego Sagrado, refiriéndose a la Ceremonia de Cuatro Tabacos:
“La ceremonia se lleva a cabo por un hombre-mujer-medicina o curandero / a, es decir, una
persona que ha estado durante años conociendo y está en estrecho contacto con estas personas
mayores y las medicinas mismas. Su tarea consiste en acompañar a todos los participantes en el
conocimiento y uso con el fin de llevar al descubrimiento del curandero que vive dentro de nosotros”
(http://www.fuegosagrado.eu/rituales/ceremonia-de-medicina)
Tras bajar, Dani se me acercó y me dijo que le comentó Miguel que estaba realizando un estudio
sobre todo esto. Le conté un poquito y él, interesado, me dijo “ficha bien, fíjate y aprende. La Chanupa
es la clave de todo y Vicente, aquí, es el pegamento. Sin él esto no saldría como lo está haciendo…
Esto crea tejido social. Al final estamos todo aquí juntos; sabes de uno, sabes del otro… nos
terminamos conociendo entre todos y hacemos comunidad, como una tribu”.
“El verdadero fuego sagrado, el fuego que nutre a la familia, es el que está en la cocina. El
otro es una extensión sostenida para poder recordarlo. Entonces a través del fuego que está encendido
los cuatro días les sostenemos, poniendo el amor… El abuelo fuego siempre come primero… La
comida se prepara con amor, los que están en el temazcal están ahí con amor, el que está ahí con la
leña… ¿pensamos que estamos ahí alineados con ellos? Aquí está toda la gente que sabe lo que es y
siente lo mismo que tú. Está todo dispuesto para que todos los trabajos y todos los propósitos se
realicen de manera fácil, de una buena forma” “¿Pero cada uno trae su propósito?” “Estamos todos
en el mismo”.
Andrea vino y me preguntó por los Buscadores. Me preguntó qué cara tenían, cómo les había
visto. Le comenté cómo les vi a cada uno y me dijo que ella, al subirle a los del otro lado con Miguel
y al “haber estado trabajando con el agua”, lloró. “Qué bueno poder dejarles allí un poquito de agua
también”.
Mientras hablábamos vi de repente a Isaac, yendo hacia Vicente, se le veía cabizbajo y agotado.
Al verle a su lado, Vicente le dio un abrazo y le dijo que se bajara a la tipi. Cuando fui para allá, vi a
Isaac tumbado a un lado y a Gustavo, Isabel y David en silencio sentados alrededor del fuego. Me
senté con ellos. Acto seguido apareció Dani, se asomó, mirando a Isaac y le dio la bienvenida,
abrazándole. Isaac comentó que es que estaba “asado de calor”, a lo que contesté que el sitio donde te
plantaban era clave para aguantar o no. Isaac apoyó mi comentario con un movimiento de cabeza y
hablamos sobre la dureza de la prueba, sobre la influencia del clima y sobre los problemas médicos.
Él tenía problemas de tensión, y estuvo luchando contra ello. Al final tuvo que rendirse y bajarse,
porque le dio una bajada de tensión bastante intensa María le apoyó “Ahí tienes que bajarte o subirte
la medicación, al igual que para la epilepsia…”. El tema de la seguridad y los riesgos sanitarios se
hablaron en diversas ocasiones. En una de ellas hablamos sobre la responsabilidad de los Buscadores
por su propia salud y la responsabilidad de la organización sobre un posible ataque o perjuicio para la
salud del que estuviera plantado en la montaña. En principio el que subía se hacía responsable de sus
propios problemas, pero la preocupación de Vicente y los demás apoyos por los problemas médicos
de algunos buscadores se hizo patente. En este caso colocaban a los que tuvieran problemas lo más
cercanamente posible y se les hacía alguna visita de vez en cuando para controlar su buen estado.
Al salir de la tipi, Vicente nos pide ayuda para colocar las mantas del inipi, para dejarlo
hermético. Mientras tanto Dani montó el fuego para el temazcal del día siguiente: “Es mi forma de
ayudar a los Buscadores, manteniendo las piedras bien rojitas”.
Al cabo de un rato llegaron María -la última Buscadora que llegaría y que se subiría al día
siguiente-, acompañada de sus hijas Silvia y Luna y Pablo, quien llevaba ya tiempo aprendiendo de
fogonero y que había abierto una finca junto a Majadahonda para correr ceremonias.
El jueves, tras el temazcal y la subida de María a la montaña comenzamos a prepararlo todo
para la ceremonia del viernes. Es el último día; el día del águila, de la visión. Montamos el tipi grande,
del que tuvimos que recortar la lona por arriba, ya que estaba podrida por el paso del tiempo. El
resultado fue un tipi “descapotado”, desde el que se veían las estrellas por la noche. Lo hicimos entre
la mayor parte de hombres del campamento.

El tipi grande, “descapotado”, donde realizaríamos la Ceremonia de Cuatro Tabacos. Al fondo el tipi con el
Fuego Sagrado

A la tarde organizamos una reunión todos los integrantes del campamento en el que Vicente
tocó varios puntos, en lo referente a la organización del campamento. Al día siguiente bajarían la
mayor parte de los buscadores y había que prepararlo todo para la ceremonia. Nos dio las gracias por
el trabajo realizado y por estar allí:
“Todo el mundo está tirando ya del carro. Esto es una colectividad horizontal. Os doy las
gracias por hacerlo todo tan llevadero y tan fácil. Se trata de encontrar nuestra esencia. Es la
gente de la montaña la que nos reúne. Hay que poner atención, sobre todo ya en la última etapa
de la Búsqueda. Aprended de lo que estáis viviendo; tomen ejemplo de Carlos, que se tira todo
el día tomando notas. Eso es signo de una persona inteligente. Gracias por el trabajo familia”.
Mientras tanto Pablo preparaba una copalera y Miguel ofrendaba tabaco al fuego. Se hicieron
cantos y, al terminar, subí al tipi pequeño.
El viernes nos despertamos bien temprano. Sonó la caracola a las 6:30 de la mañana y, aunque
me costó despertar, finalmente me levanté con energía; iba a ser un día muy especial; en el que iríamos
a bajar de la montaña a los Buscadores. Arreglamos el tipi lo mejor posible; lo limpiamos de cenizas
y colocamos todo en su sitio. Subimos casi todos; guiados por Vicente y por Dani, que portaban sendas
Chanupas, ahumando el camino. Llegamos por Nuria. Dani ahumó cada uno de los postes del círculo,
echó al suelo los postes de la madre y el padre y con una navaja previamente ahumada, cortó el hilo
negro a nivel del bastón del corazón. Nuria tenía una expresión de paz y felicidad maravillosa, pero
estaba bastante débil por la falta de agua y alimento. Al cortar el círculo nos abrazó; “las reglas están
para saltárselas”. Enrollamos los palos y bajamos hacia donde estaban los demás. Recogimos a Luis,
Pepe, Tomás y Pilar; repitiendo el mismo proceso. Aún era temprano, pero ya empezaba a hacer calor.
Entre tres bajamos a Nuria, que se encontraba mareada. En un momento dado le comenté que se había
puesto morena, pero Dani me dijo en voz baja que intentara no hablar a ningún buscador hasta después
del temazcal. Tras llegar al campamento les acompañamos al tipi pequeño, donde estaba el altar y el
fuego. Se sentaron en silencio y les dejamos solos, para que se adaptaran poco a poco al ambiente
después de estar cuatro días a solas. Nos dimos unas bendiciones con copal para “cerrar el trabajo y
soltar cualquier cosa que agarráramos arriba”.
Limpiamos el tipi grande, pusimos mantas tras el altar y dispusimos la comida que iban a
consumir los buscadores. El menú estaba confeccionado con alimentos ligeros; fruta, ensaladas, arroz
con verduras y algo de pollo y de jamón, zumos, agua e infusiones. Tras tanto tiempo sin consumir
alimentos el estómago necesita recuperarse poco a poco, no pueden ponerlo a trabajar intensamente de
golpe.
Realizamos un temazcal de dos puertas para Buscadores -donde se les devolvía la palabra y
bebían un vaso de agua- y dos para apoyos. Vicente, pidiendo permiso a las cuatro direcciones, dio
gracias por la vida, por los padres y las madres y les dijo que estos lo hacían por las siete generaciones
venideras. En la segunda puerta les dio de beber y les dio la bienvenida. Salieron, se fueron a por la
comida y los apoyos nos preparamos para entrar. En el interior, Vicente nos pidió que no agobiáramos
a los Buscadores, ya que llevaban cuatro días solos y estarían muy sensibles.

Banquete para los buscadores en el interior de la tipi


Salimos y fuimos a comer con los Buscadores, que estaban resplandecientes. Me encontré con
Luis y me quedé hablando con él. Me preguntó si me había gustado la experiencia y si subiría yo el
año que viene. Tenía mis dudas, así que le dije que en principio no, aunque estaba abierto a las
posibilidades. Le pregunté sobre su Búsqueda: “Qué obsesión tiene esta gente con el agua. Buscan la
deshidratación, los límites, porque en ellos está la sabiduría y el conocimiento. Es una experiencia
bien dura”. Al rato me pasé por la tipi grande, donde estaban los chavales; Manu (17), Mario y
Alejandro (15) y Mauro (20). Me senté con ellos a charlas y les pregunté que qué les parecía todo esto,
qué opinaban sobre esta gente, las ceremonias etc…
Manu, que era hijo de Juan Carlos -uno de los amigos de Vicente-, me dijo que él siempre había
ido a ceremonias del Camino por su padre, y que siempre lo había visto como algo normal, “pero según
me voy haciendo mayor, veo que esto es algo bastante raro”. Mario y Alex me comentaron que ellos
no estaban acostumbrados y que les parecía muy extraño. Ambos eran hijos de dos buscadoras -
Almudena y Rocío-, pero no tenían mucho contacto con el Camino. Me dijeron que al llegar vieron a
una chica desnuda entrando al temazcal -alucinaron en colores-, que ellos no aguantarían los cuatro
días en el monte y que, si se lo contaran a sus amigos, éstos se reirían de ellos. Sin duda este era un
contexto extraño para cualquier persona que no tenga contacto con el Camino; y ellos estaban muy
extrañados. Aun así, les dije que tenían suerte de conocer estas cosas de primera mano desde tan
jóvenes. Pienso que en estas cosas realmente no importa si crees o no en el aspecto espiritual de la
realidad. El sentimiento de grupo que se crea, la solidaridad, la horizontalidad y el apoyo mutuo que
viví en el campamento haría las delicias de cualquiera. A través de estas experiencias se propone un
regreso a la tribu, a la comunidad, en contra del individualismo secular de la sociedad occidental
capitalista. A mí me pareció muy bonito el trabajo que llevan a cabo estas personas y me encontraba
como en casa; podías hablar con cualquiera sobre casi cualquier tema; ya que eran personas bastante
abiertas de mente. Al subir a la cocina les dije a algunos lo que había hablado con los chavales.
Almudena me dio las gracias. También estuve hablando con Tomás; que era médico. Al oír que estaba
realizando una investigación me comentó que él hacía colaboraciones con algún profesor de
antropología de la UCM. Me contó que pedían colaboraciones en investigaciones sobre VIH,
programas de riesgo y otros ámbitos, ya que necesitaban de perfiles antropológicos y sociológicos para
sus trabajos. Casualmente conocía a un antiguo profesor mío, que había realizado estudios sobre saunas
del colectivo gay y el SIDA.
5.4. CEREMONIA DE MEDIA LUNA O DE CUATRO TABACOS: EL USO RITUAL DE
ENTEÓGENOS
A la caída del sol ya estaba todo preparado. El tipi había sido acondicionado y se había llevado
unos leños ardientes del fuego del altar para formar la hoguera que nos calentaría durante la noche.
Algunos se pusieron sus mejores galas. Vicente, quien oficiaba la ceremonia iba vestido de blanco,
bien afeitado y con el pelo largo recogido hacia atrás. Al reunirnos todos ocupamos el sitio que
conservaríamos durante todo el ritual. Me hice con un saco y dejé mi guitarra apoyada en la lona detrás
de mí. Todos los instrumentos eran bienvenidos, aunque no faltaban los tambores de agua, las sonajas
y el tambor “chamánico”.
Esta es llamada Ceremonia de Medicina, debido al uso durante la misma de algunas “plantas
de poder” o “medicinas”: aguacoya, yagé, tabaco y cannabis.
El uso ceremonial de lo que denominan “plantas sagradas”, “plantas de poder” o “medicinas”
viene de antiguo. Siguiendo a Glockner, el uso ritual de enteógenos tan solo en Mesoamérica está
datado en tres mil años antes de nuestra era; observándose yacimientos arqueológicos donde existen
pruebas de su uso en el entierro nº 154 de Tlatilalco o en el yacimiento de hongos de Izapa60, sin tener
en cuenta los usos que se han dado desde la antigüedad en Eurasia o África (por ejemplo; amanita
muscaria entre los bersherker normandos, mandrágora y beleño entre las brujas de la Edad Media,
iboga entre algunas tribus africanas o cannabis entre los brahmanes hindúes).
Para Mendoça, en la actualidad, estas ceremonias de la Rueda Medicinal tienen mucho en
común con lo que se conoce como “culto del peyote” que realizan los miembros de la “Iglesia Nativa
Americana (INA)” de las Grandes Llanuras y también con el uso ritual que le dan los huicholes o
wixárikas -que lo denominan “Híkuri”; “Venado Sagrado” o “Venado Azul”-; quienes realizan una
peregrinación cada año de Jalisco hasta la región de Wirikuta, en el desierto de San Luis Potosí -una
ruta de cerca de 400 km-, donde crece este cacto. Como ya he mencionado, dichas plantas han sido
usadas por los pueblos de Mesoamérica durante miles de años61, pasando, a finales del s. XIX, a formar
parte de las ceremonias de los nativos norteamericanos -en principio por los apaches mezcaleros-;
como un sacramento que les ayudaría en la superación de su estigma y de la pérdida de su identidad y
sus tradiciones; a raíz de lo cual se fundaría en 1936 la INA, o como se la conocía popularmente; “La
Iglesia del Peyote”, en un sincretismo con el cristianismo62. Para los integrantes del Camino su uso es
una parte importante de algunas liturgias, como esta ceremonia, ya que en ellas se contiene la sabiduría
que les proporciona el conocimiento para poder sanar y progresar en comunidad. Según Glockner,
estos ritos han sido utilizados -en contextos nativos- para resolver a lo largo de las generaciones los
problemas ante los cuales se sitúa la comunidad; procurando salud, unión y bienestar -entre otros
problemas de la vida cotidiana63-
Es común que se confunda desde fuera su uso medicinal como un uso recreativo, ya que el
statu quo las clasifica como drogas y su uso está prohibido en toda Europa. Pero lejos de constituir una
forma dañina de recreación, su consumo se relaciona con el sacramento, la forma de conectar con la
divinidad, de abrir el corazón y aunar fuerzas en pos del mantenimiento de la unidad con el Gran
Espíritu. Vicente suele ser muy cuidadoso con la forma en que se habla de las “medicinas” ya que la
gente suele confundir sus usos, al no conocerlos. Así procura proteger a la comunidad del “mal uso”
de las mismas –“de su corrupción”-; de gente que únicamente busca el “colocón”, de quién no
comprende el uso que le dan; intentando así evitar los prejuicios de base que he mencionado. Por todo
esto he recurrido al uso de la palabra enteógeno -theos genos; generar lo sagrado o engendrar dentro

60
Glockner, 2008: 3-4
61
Mendoça, 2006: 52-53
62
Mendoça, 2006: 54
63
Glockner, 2008: 7
de sí lo sagrado- que resulta más adecuada que el concepto droga, ya que remite a un uso milenario
en el que se evocaban estados extáticos y de modificación de la conciencia -o, como me afirmaran
alguno de los integrantes del Camino; “expansores de la conciencia”- para establecer un contacto
comunicativo con una dimensión espiritual y no tiene nada que ver, como afirma Glockner, “con
adicciones y persecuciones policíacas”64. M. me explicaba cómo el uso de la palabra “medicina” ya
constituía en sí un cambio en la referencia sobre estas sustancias:
“La propia palabra “medicina” pretende devolverle la dignidad a las plantas… se habla
también de plantas de poder, plantas maestras, son herramientas… en esto, hay también muchas
maneras de enfocarlo… para un indígena, estas plantas en realidad son herramientas sin la
transcendencia que les damos los occidentales, nosotros lo pasamos un poco por el tamiz de lo
devocional, es como que la medicina, la planta de poder me va a traer la instrucción y el
conocimiento que ando buscando en mi vida, es algo externo a mí… es como en el cristianismo,
la Gracia es algo externo que viene de Dios y me ilumina, en este sentido nosotros hemos
trabajado mucho las plantas con ese concepto cristiano, es algo que me va a traer la gracia…
para un indígena esto no es así, la Gracia, digamos… no creo que piensen en ese concepto, pero
si lo trasladáramos, es algo que está dentro de uno mismo… la planta es una cosa más dentro
de un mundo mágico que funciona para muchas cosas…”
Los diseños de esta ceremonia varían según el oficiante o facilitador, aunque siguen un diseño
de base -transmitido por Alfonso a sus “aprendices”-, en el que se realiza un altar -en relieve, con la
misma tierra- en el centro en forma de media luna, mirando en su parte cóncava hacia la puerta, que
se encuentra situada mirando hacia el Este. Esta media luna posee un surco en la parte superior -que
representa el camino del ser humano, la vida- que se rellena con polvo rojo en su la izquierdo -
representando el camino material- y con polvo azul su lado derecho -representando el camino
espiritual65-; teniendo en su parte central un vástago de cactus de San Pedro o Aguacoya (echinopsis
pachanoi), aunque a veces puede ser de Híkuri/Peyotl (lophophora williamsii). Tras la parte roja se
colocan los tambores de agua y las infusiones y tras la azul, los abanicos de plumas, y las medicinas
(cedro, copal, tabaco…). El Fuego Sagrado se sitúa frente a la puerta, en la línea -imaginaria- que
parte desde el centro del altar, dejando un espacio considerable entre ambos.

64
Glockner, 2008: 4-9
65
Mendoça, 2006: 55
El Altar de Media Luna, con el águila bicéfala de cenizas y algunas medicinas en botellas.

Cada uno ocupó un sitio, entrando por la puerta y recorriendo el tipi en el sentido de las agujas
del reloj, hasta encontrar su asiento. Vicente se situó detrás del altar, en el extremo oeste del tipi. A su
lado se situaron Gade e Isaac, que eran los tamborileros de la Ceremonia. Juan Carlos se ocupó del
cedro y el copal, por lo que se situó al otro lado, junto a las bolsitas que contenían estas plantas. Los
fogoneros; Dani y Miguel se sentaron a sendos lados de la entrada. El resto se dispuso donde consideró
oportuno. Durante la noche había que permanecer sentado, intentando evitar no salir del tipi a menos
que fuera necesario.
Esta Ceremonia se denomina “de Cuatro Tabacos”, ya que está dividida en cuatro tiempos
rituales; como el inipi. En cada uno de estos tiempos se lía una Chanupa, de ahí el nombre de la
ceremonia. La Ceremonia dura toda la noche -desde la puesta de sol hasta el amanecer- y cada Tabaco
cumple una representación:
1º El Tabaco del Propósito
2º El Tabaco del Agua Masculina
3º El tabaco del Poder
4º El Tabaco del Agua Femenina
Cuando todo el mundo estuvo sentado y atento Vicente dio la bienvenida a todo el mundo. Dio
las gracias, mientras liaba una Chanupa a los Buscadores por “poner su vida en la montaña”. Juan
Carlos echó salvia al fuego “para recordar a los guardianes sioux de esta tradición y presentarles
nuestros respetos”. Tras este acto vertieron un poco de cedro sobre las ascuas, mientras Miguel,
ayudado de una pala, iba dibujando con las mismas un haz de siete flechas -las siete direcciones- entre
el fuego y el altar. Vicente presentó la Chanupa al fuego y la encendió. Era el Primer tabaco; el tabaco
del Propósito. Mientras fumaba hablaba:
“Agradeciendo todo lo que tenemos; el abuelo fuego, la madre tierra, los espíritus del viento,
el agua, el vapor del temazcal, los tres corazones que siguen en la montaña… Pidiendo por los
Buscadores que vengan, por buenas alianzas humanas y por seguir disfrutando de este Camino.
Agradeciendo la vida de nuestros antepasados, pidiendo por los jóvenes y por los que se están
marchando y agradeciendo a los que nos han enseñado, por el regalo de tener todo esto.
El propósito de este tabaco es celebrar la voluntad de nuestros hermanos de plantarse en la
montaña y de haberlo llevado a cabo”.
Entonces le pasó el tabaco a Miguel, que actuó como apoyo de Vicente en las ceremonias de la
Búsqueda:
“Agradeciendo a la montaña, que nos da una importante lección sobre el agua. Agradeciendo
lo vivido, la implicación de todo el mundo en esta búsqueda. Aquí no hay jefes, somos todos
hijos de la tierra. El fuego es el único jefe, al único al que yo obedezco”.
Dicho esto, compartió el tabaco con los Buscadores. A parte, cada uno poseía el tabaco que
subió en su Búsqueda a la montaña. Vicente dio la posibilidad de usar este o el que él había liado. Uno
a uno fueron hablando, con el tabaco en la mano, dirigiendo la boquilla hacia el fuego -y la ceniza
hacia sí mismos-, en señal de respeto, para que el Abuelo -Fuego- fumara y al hablar, hablaran desde
el corazón. Dieron las gracias por la experiencia, por el apoyo, que “se sentía desde allá arriba”, por el
amor puesto en el trabajo y en la gente, la cocina, el uso de las medicinas, la espiritualidad…
Tras esto se dio de fumar al fogonero, Dani -ya que Miguel había realizado sus rezos- que dio
gracias al fuego por las enseñanzas recibidas de él. Acto seguido nos lo pasaron a los apoyos que más
tiempo llevábamos en Tierra de Gredos: a Conchi, Blanca, Andrea, Gustavo, David, Manu y yo. Tras
hablar, colocaron el tabaco sobre el altar, dirigiendo siempre la boquilla hacia el fuego. Cada vez que
se pasaba el tabaco, nadie podía cruzarse entre él y la hoguera, así que la mayor parte de las veces
debían dar la vuelta al tipi por el otro lado para evitar el cruce.
Hecho esto se colocó un poco de copal en las cenizas y se sahumó uno de los abanicos, “para
agradecer la vida de esos buitres que cedieron sus plumas”. Acto seguido Pablo fue dispensando un
vaso con infusión de aguacoya uno por uno. Una vez bebido todo el mundo que quisiera -no es
obligatorio- elevaron los instrumentos hacia el fuego; ofreciéndolos y comenzamos a cantar. Se debían
realizar bien 1, 2 o 4 cantos, sin parar la sonaja ni los tambores. Cada cual podía acercarse al altar,
coger el bastón de poder y la sonaja y levantar un canto. Al cabo de cuatro rondas Miguel cambió el
diseño de las siete flechas de las cenizas, al del pájaro de agua. Era la señal para pasar al segundo
tabaco; el tabaco del Agua Masculina.
Miguel presentó otra Chanupa al agua, depositada en un cubo frente a él, tocando un silbato de
agua -que realizaba el sonido de un pájaro- siete veces.
“Rezo por nuestra relación con el agua, por el sacrificio de los Buscadores, por la sencillez,
la humildad, la transparencia, la adaptabilidad y la fluidez. Deteniendo las aguas, las
emociones, allá arriba; en esa quietud, reconocerse… Esta agua es hoy medicina, que nos da la
capacidad de transformación. Somos Guerreros del Agua.”
Acto seguido realizó una ofrenda de agua con el abanico a las siete direcciones, al fuego, al
altar, los tambores… y, uno a uno, nos ofreció un vaso. Una mujer salió del tipi y vomitó largo rato,
era la forma en la que planta podía actuar, como purgante; Almudena cuidaba de ella, así la ceremonia
prosiguió. Al acabar Dani depositó unas ascuas sobre el vómito. Se realizaron cantos al agua, de la
forma que he explicado.
Tras la ronda de cantos, Miguel cambió las cenizas y dibujó un águila; era el momento del
Tabaco del Poder. En el que se regresa al propósito. Vicente levantó la tercera Chanupa y comenzó a
hablar, esta vez más distendido:
“Pidiendo por la recuperación de la memoria de la vieja Europa. Allá al lado tenemos restos
arqueológicos de cabañas de sudor celtíberas, en Ulaca y existe gente que recupera la tradición
celta… gracias por ello. Pidiendo también por el buen uso de estas plantas… El águila que ven
ahí es un símbolo de poder, no de autoridad, como nos han hecho creer durante tanto tiempo;
que eso no sea por más tiempo así. Debemos venerar desde el poder a los misterios de la Madre
Tierra, a sus plantas sagradas. Estos diseños son para hacernos conscientes de nuestra vida.
Son diseños tribales, no democráticos, pero hablan sobre la horizontalidad. La responsabilidad
del ritual es global y es necesaria, ya que esto proviene de la Cultura de la Tierra. Protéjanla
bien, tiene que durar. Estas cosas son ayudantes del astral, no quiero que nos las tomemos como
ocio. No se trata ni de convencer, ni de adoctrinar; si no de actuar, no tengan miedo a la
espiritualidad. La medicina es el medio, no el fin, es una herramienta que fortalece nuestro
corazón. Esto no es un negocio, sino una responsabilidad, un regalo…”
Tocamos un poco y alguien propuso usar un poco de Cannabis, para honrar a las plantas.
Vicente estuvo de acuerdo con ello, así que se liaron dos cigarros de marihuana (o Santa María, término
prestado del Daime) en hoja de maíz y se pasaron desde el centro del círculo a sendos extremos. Quien
no quisiera no tenía que fumar, y quien lo hiciera debía dar tres caladas; una por el sol, otra por la luna
y otra por las estrellas. Se fumó en silencio. Tras esto Vicente cogió el Bastón de plumas y comenzó a
cantar. Se animaron Gade e Isaac, sucesivamente a elevar cantos, mientras Vicente sustituía al que
estuviera en el altar, con el tambor. En un momento dado se hicieron cantos muy rítmicos, muy
poderosos, muy cañeros. Se respiraba un ambiente muy energético, muy cargado y hubo gente que
saltó de su sitio a bailar. Tras la vuelta a la calma las mujeres se fueron a por la comida ritual. Fue el
momento de estirar las piernas, salí y me quedé mirando al sol salir de detrás de las montañas. Fue un
momento increíble, me sentía flotar, estaba muy relajado y en paz. Cuando oí la voz de las chicas,
todos entramos de vuelta al tipi. Vinieron cantando, en primer lugar, Blanca -que, al ser la mujer de
mayor edad, representaba a la Madre-, con el cubo de agua, seguida por las demás que portaban la
carne, el maíz y la fruta. Dispusieron una manta frente al fuego, en la línea de la vida, donde colocaron
los alimentos y una silla al final, donde se sentó la Madre. El último tabaco, el tabaco del Agua
Femenina, lo prendió ella. En este último Tabaco se agradece; por la vida, por los alimentos, por lo
que cada uno considere oportuno. La Madre simboliza a todas las mujeres, que son dadoras de vida, y
es la que dispensa el tabaco, el agua y los alimentos; primero entre las mujeres y después entre los
hombres. Vicente, conmovido nos dio las gracias. Las lágrimas aparecieron en sus ojos y su voz se
quebró. Con un ramillete de plumas de buitre en la mano, emocionado, nos dijo que las cogiéramos,
que eran para nosotros, para que pudiéramos llevarnos un recuerdo de esta experiencia. “No puedo
pedir más, tengo aquí todo lo que necesito. Muchas gracias a todos. Os quiero”. Tras finalizar las
rondas todos nos levantamos y nos dimos uno a uno, un abrazo, dando los buenos días y las gracias
por estar allí. Vicente nos agradeció y nos comentó que habría en poco rato un temazcal “de aterrizaje”.
Tras meternos en el temazcal, la sensación fue maravillosa, sentí una gran relajación. Fui a
desayunar y a charlar un rato, pero finalmente, vencido por el sueño me fui a dormir.
El domingo desperté temprano. Tras desayunar fui a limpiar el tipi pequeño, ya que debían
bajar Paco y María. Mientras estaba en ello asomó Paco por la puerta. Se había bajado solo, impaciente,
porque creía que iríamos antes a por él.
Al bajar a Rocío realizamos un temazcal. Vicente les dio las gracias “Gracias Wakan Tanka
por esta familia y así, que podamos caminar y pedirle por el corazón de mi hermana María que sigue
allá arriba”. Tras la comida Vicente habló sobre las plantas:
“No habléis mucho sobre las plantas. Esto se transmite hacia afuera y la gente no lo entiende.
En vuestra casa haced lo que queráis, pero en reuniones con chavales que todavía no lo tienen muy
claro o gente que desconozca, intentad no mencionarlas o llamarlas por su espíritu; aguacoya híkuri…
y así no se percatarán de lo que estáis hablando. Hay que protegerse también, porque si no se pervierte
en cierta forma lo sagrado.
Hay gente en su casa con televisiones de plasma, que contaminan muchísimo y niños haciendo
móviles; esos sí es peligroso. Entonces hay que procurar concienciar a la gente sobre esas cosas, y
no tanto que si la ayahuasca, que si el peyote…”
Se refería a hablar sobre estas cosas delante de los chavales, que son muy jóvenes y no
entendían aún el sentido de todo esto, para ellos era algo confuso. La mayoría de gente se iba ya a su
casa. Yo me quedaría para ayudar en lo necesario y subirme a Madrid con Paco. Al despedirnos, cada
uno nos dimos un abrazo, contactos… había sido una semana muy especial y ahora cada uno se llevaba
todas estas enseñanzas en el corazón.
Al día siguiente bajamos a María y repetimos el proceso. La búsqueda de Visión tocaba a su
fin, lo cual me entristeció por todas las experiencias vividas, pero era hora de volver a casa. Le di las
gracias a Vicente por la oportunidad y el trabajo que lleva a cabo en esa tierra y nos fuimos de vuelta
a la “civilización”.
5.5. LA DANZA DEL SOL (WIWANYANG WACHIPI)
16/08 al 20/08 Danza del Sol en “Tunkashila” (Casa Vieja, Ávila, España)
Era de noche y el camino de acceso a la acampada no se distinguía en la oscuridad. Era una
carretera de montaña en el interior de un bosque en plena Sierra de Gredos y ya había caído el sol.
Afortunadamente logré encontrar el camino y me introduje en él; había hablado con María para que
me recibiese, ya que no conocía el lugar. Al llegar distinguí numerosos coches y tiendas en la noche y
una figura humana y otra canina aparecieron tras un recodo. Eran María y su perro Arco. Me recibió
con una sonrisa y un beso y me indicó que aparcara en cualquier sitio. Dejé el coche y descargué el
equipaje, me condujo a donde estaban durmiendo ella y su pareja y planté allí mismo la tienda. Hablé
un rato con ellos, le pregunté a María por la Ceremonia del Árbol, que había tenido lugar ese mismo
día ya que no asistí. Me comentó que no habían cortado el árbol, como se suele hacer y que habían
preparado el círculo sagrado donde se iba a desarrollar la Danza, limpiándolo, colocando los rezos en
el árbol y sus congéneres contiguos, así como la colocación de las varas que delimitarían el espacio.
Era tarde y a la mañana había que madrugar, ya que realizarían temazcales a las 7.00 h en una casa
a unos cinco minutos en coche. Estaba cansado del viaje, así que me dispuse a dormir.

El Círculo Sagrado, donde se desarrolló la Danza. Se observa a primer término, los bastones que delimitaban el
espacio y en el centro del círculo, el Árbol de la Vida y los otros tres árboles rodeados con los rezos. Al fondo la carpa
donde descansaban los danzantes y a la izquierda la tipi.

A la mañana siguiente me levanté temprano, me acerqué a la zona donde se servía el desayuno. En


el camino vi a algunas personas colocándose una falda roja y una tiara con plumas en la cabeza, eran
los danzantes que habían regresado del temazcal y se estaban preparando para el ritual. Nada más
llegar vi a Conchi y a Luis, a quienes saludé efusivamente, entre más personas y a lo lejos vislumbré
a Miguel, que aún debía vestirse para la Danza. A eso de las 9.30 h oímos el sonido de una caracola;
era la llamada al Círculo Sagrado.
El sitio donde se iba a desarrollar era un camping denominado, casualmente, “Tunkashila”. Había
sido alquilado, ya que en la tierra de Majallana (Piedralaves, Ávila) no se habían podido preparar las
infraestructuras ni los permisos necesarios a tiempo para la Danza del Sol, debido a su reciente
adquisición por miembros del Camino Rojo. El lugar donde se habían realizado las anteriores danzas,
Erratzu, había cumplido con el compromiso y no estaría ya por más tiempo disponible.
El espacio donde se iba a desarrollar la Danza era un
claro en el camping, en el que se disponían cuatro árboles
en hilera, en el centro. Habían atado numerosos rezos de
ciertos colores (rojo, amarillo, negro y blanco) alrededor
del tronco de estos árboles, junto con ciertas flores y
adornos en su base. A sí mismo, formando un círculo de
aproximadamente 20 m de diámetro, se disponían varas
de madera pintadas de rojo en su parte inferior
(representado a la tierra y el camino material) y de azul
en su parte superior (representando al cielo y el camino
espiritual), con un rezo en tela roja atado en su parte
superior. En este círculo se encontraban situadas
diferentes puertas con varas más largas, una a cada
dirección, con una tela del color correspondiente en cada
vara y una bandera de dicho color con un símbolo distinto
para cada puerta (rojo-este-triskel, amarillo-sur-llama,
negra-oeste-cruz celta…). En la puerta sur, por fuera del
círculo se encontraba dispuesto el pow-pow (el cual sólo
podían tocar los hombres); el tambor ceremonial, bajo
una lona que hacía de sombra, con numerosos rezos
atados en sus laterales junto a una bandera Wyphala, la
bandera de los Pueblos Originarios de América. En el
lado norte estaba situada una bandera con los símbolos de
un águila, la rueda de la medicina con una matriz en el
centro y el símbolo del árbol de la Vida y la Danza del
Sol, sobre un fondo verde. Al otro lado se encontraba la
carpa donde descansarían los danzantes entre rondas y al
lado oeste se encontraba la tipi con el Fuego Sagrado en una especie de recipiente para hogueras; en
el interior de esta tipi estaba dispuesto a un lado el cráneo de búfalo, ante el cual se desarrollaría la
Danza.
El hecho de que se simbolicen muchas cosas de forma circular no es casual, según Alfonso, en una
entrevista recogida por Yolanda Cruz, afirmaba que el círculo es sagrado ya que el Gran Espíritu lo
dispuso así, el sol, la luna, la tierra…es el diseño de la naturaleza66
Los danzantes, que habían estado junto al fuego rezando, se colocaron en la zona de la lona en seis
filas. Alfonso guiaba la ceremonia, así que les habló. Estuvo un rato hablando, pero fui incapaz de oír
lo que tenía que decir, ya que me encontraba con el resto de apoyos al otro lado, junto al tambor.
Cuando terminó de hablar empezó a sonar el pow-pow. Éste era tocado por seis músicos, guiados por
un hombre alto de pelo largo y aspecto nórdico. En cuanto sonó, los danzantes levantaron las plumas
que tenían en la mano hacia el oeste, cambiando hacia el norte, este y sur sucesivamente. Mientras
tanto, dos mujeres con sendas copaleras (solo podían copalear las mujeres) iban quemando copal en
las cuatro puertas y junto al tambor, para purificar las vías energéticas del círculo. Acto seguido, Masa
colocó el cráneo de búfalo frente a la puerta oeste, en el interior del círculo. Una vez colocado, los
danzantes, precedidos por una niña que portaba una Chanupa, entraron en fila en el círculo, por la
puerta del este (roja). Esta niña era de Piedralaves, un pueblo próximo y, según me comentaron,
representaba la inocencia. Alfonso iba detrás de la niña, seguido por otro hombre que según me
contaron era uno de los responsables del Camino en Europa y el resto de danzantes, que entraron sin
criterio de antigüedad. Una vez dentro del círculo, se dirigieron hacia el árbol, le presentaron la

66
Y. Cruz Balderas, 2016:77
Chanupa y, uno a uno, lo tocaron, rezándole y pidiéndole por una buena danza, dando una vuelta
completa al çírculo (por el interior), girando en cada puerta. Una vez completado el recorrido, la niña
se dispuso frente al cráneo de bisonte, junto a Alfonso y este hombre que he mencionado. Los demás
se dispusieron en filas, mirando al oeste (donde se encontraba el cráneo). Masa y Wambli iban
colocando a los danzantes de forma que estuvieran bien ordenados, mientras el tambor cobraba fuerza.
Los cantos se elevaban con entusiasmo, en lengua lakota, y el sol brillaba con intensidad. Los
danzantes bailaban en el sitio, pisando con fuerza el suelo, con pies descalzos y alguno soplaba su
silbato de hueso de águila.

La Danza del Sol. Cada persona iba vestida con los colores que le correspondían ese año, abanico de plumas en
mano.

En la Danza existen cuatro tiempos rituales, a semejanza del resto de ceremonias, entre las cuales
los danzantes descansaban bajo la lona que les hacía sombra. Es importante destacar la dureza de este
rito y, en especial, en el emplazamiento donde se realizó, ya que, en Gredos, según me comentaron,
estaba haciendo muchísimo calor ese verano. Las puertas fueron relativamente cortas, para lo que
suelen durar, ya que rondábamos los 40º. Al igual que en la Búsqueda de Visión, la Danza del Sol se
realiza durante cuatro años y los danzantes portaban ropajes del color que les correspondía por el año
de danza; es decir, si es su primer año, portan el rojo (este), si es el segundo, el amarillo(sur), el tercero
es negro (oeste) y el cuarto es blanco (norte). La Danza del Sol es un rito muy antiguo y, por lo que
me contaron, fue practicado desde Alaska a Tierra de Fuego. Es un rito que busca la unión entre las
personas, el dar consciencia sobre nuestro lugar en el mundo y las fuentes de nuestra vida. Según indica
en la página web de la Fundación:
“Antiguamente la danza del sol tenía como fundamento perpetuar la descendencia de las tribus
y clanes que participaban en ella, en nuestros días se busca conseguir la armonía de la
sociedad con la naturaleza, aunque cada individuo presenta sus propias necesidades, sin
embargo, se preserva ese sentido de comunidad y hermandad. Sirve para establecer lazos
fraternos entre los participantes.
El ritual consiste en danzar siguiendo el recorrido del sol por 4 días consecutivos, en el último
día se realiza una ofrenda como extensión de la vida al espacio que ocupas, y a todas tus
relaciones.67”

En este sentido los miembros del Camino, en las Búsquedas de Visión, en los temazcales o en las
Danzas del Sol y otras ceremonias ponen su cuerpo al límite ya que los lakota carecían de plantas,
enteógenos, antiguamente, que les permitieran comunicarse con su espiritualidad y necesitaban de
otras técnicas para lograr esta comunicación. De ahí proviene el legado cultural de estas naciones. Se
me presentó de forma continua el deseo de recuperar las antiguas tradiciones europeas, los canales de
conexión espiritual con el Misterio a través de la apropiación de estas vías espirituales, para aprender
los métodos de comunicación con la espiritualidad y encontrar así las vías para retomar la vieja
espiritualidad precristiana. T. Mckenna, en “El manjar de los dioses” se refiere a esta actitud como
arcaismo68. Según me contaba L.;

“[…] en Norteamérica no había plantas (de poder)… entonces, ellos, para poder conectar el
alma, trascender la mente, alterar la conciencia y entrar en estado místico… las técnicas que
tienen son más físicas… el temazcal o inipi, la danza del Sol y la Búsqueda de Visión… son
límites físicos que llegas a ellos por privación de alimento y de agua, de ayunos… entonces,
tenían ese diseño porque no tenían plantas… y llegas a eso… lo que pasa que son físicos, son
límites y son intensos […]”
Durante la Danza realizan cuatro movimientos, uno por cada dirección, situándose de frente a cada
puerta. El momento más intenso llegó cuando algunos danzantes cogieron sus Chanupas, donde habían
depositado tabaco con rosas y salvia, habiéndoles rezado con cariño previamente. Y realizaban la
Entrega de Pipas a los apoyos, de dentro del círculo hacia afuera. Según me contaron era un honor
recibir la Chanupa, ya que el danzante había depositado su vida en ella y te la cedía para custodiarla y
fumarla, de manera que los rezos que habían depositado en el tabaco subieran al cielo y llegaran al
Gran Misterio. Una mujer comentó que rezaran también por sus vidas y no solo por las de los
danzantes. Una vez entregadas los danzantes se fueron a descansar y los portadores de las pipas fueron
a fumarlas, compartiéndolas también con otros apoyos, para que todo el mundo contribuyese. Una vez
fumadas, los dueños de las Chanupas volvían a situarse donde se habían colocado a la hora de cederlas
para recibirlas de vuelta. La forma de darlas y recibirlas consistía en hacer un ofrecimiento tres veces69

67
https://caminorojo.wordpress.com/danza-del-sol/
68
Mckena, 1992
69
El procedimiento de entrega de Chanupa estaba pautado por una persona que gritaba ¡Hoka! cada vez que había que
hacer un ofrecimiento, en relación a los tiempos de la canción.
y a la cuarta darla. Siempre se cantaba la misma canción y se realizaba el traspaso junto a la puerta
sur. Transcribo la canción para que el lector se haga una idea:

“Oyate wama yanka po

Oyate wama yanka po

Canupa wakan ca

Yuha cewaki yelo heey

Oyate yanipi’ kta ca

Leca mu welo he”

[Traducción:

Pueblo mírame

Hay una Pipa Sagrada

Rezo con ella

Nuestra gente pervivirá

Por ello lo hago]

Tras esto hubo un descanso


relativamente largo. Mientras tanto algunos apoyos fueron a ayudar en cocina y otros a
descansar. El calor empezaba a apretar. Al cabo de un rato sonó de nuevo la caracola y
oímos el pow-pow a lo lejos. Me dirigí al Círculo, había comenzado la segunda puerta,
que estaba dirigida a la voluntad para mantener los rezos, era la puerta del sur, aunque
comenzaron con el mismo proceso, mirando al oeste donde se encontraba impasible, con
dibujos de rayo, el cráneo de búfalo. Los danzantes tenían otra cara. El tambor sonaba
alto, pero Alfonso les instó a aumentar el volumen y la fuerza, tenía una actitud bastante
seria, ya que la labor que estaba desempeñando como guía de la ceremonia lo requería.
El proceso fue el mismo, miraban a las cuatro direcciones, daban la vuelta al círculo,
entrega de Chanupas y salida del círculo por el este. Al finalizar Alfonso regañó a los
músicos por no llevar bien el ritmo, por no compenetrarse bien. Les pidió que dejaran a
parte su orgullo, que fueran humildes y no se complicaran la vida elevando cantos que
los demás no se sabían bien. El tambor estaba al servicio de la Danza, no al revés.
Durante el día conocí a algunas personas de lo más interesante. Iñaki, uno de los
tamborileros me ofreció ver una cuadernilla con los cantos y Pali, un hombre mayor,
practicante del gnosticismo conversó conmigo largo rato. Junto con Luis tocamos varios
temas, pero el que más relevante me resultó para la labor que estaba realizando fue una
conversación que tuvimos sobre la conciencia y la forma de comprender estas prácticas.
Me comentaron que un análisis de estos fenómenos desde un punto de vista científico era
totalmente posible, pero muy complicado, ya que, tradicionalmente, espiritualidad y
ciencia se han llevado mal. Me comentaron que realmente somos una mente analógica,
completa, en oposición a la mentalidad lógica del científico, confrontando la ciencia con
la conciencia. Para ellos, el método científico tiene una forma de trabajar muy limitada,
ya que es un trabajo plenamente mental. Según M.
“[…] como somos seres muy mentales y vivimos en otros planos y desechamos
parte de la realidad que escapa a lo racional o a lo visible, haciendo estos trabajos
puedes llegar a integrar percepciones y conocimientos que no llegan por la
mente… es la distinción antigua de lo que se llamaba en la antigüedad la “filosofía
perenne”, era la comprensión frente al conocimiento, el conocimiento puede ser
mental, racional, analítico, pero la comprensión es algo más físico… […]”
Para continuar con la tesis de McKenna, en referencia a esto escribió:
La ciencia no ha sido de ayuda en el asunto de los evasivos contactos humanos
con otras inteligencias. Prefiere dirigir su atención a otro lugar, con el comentario
de que las experiencias subjetivas, por peculiares que sean, no son de su dominio.
Qué lástima, puesto que la experiencia subjetiva es todo lo que tenemos. De
cualquier modo, la muy subjetiva naturaleza del supuesto universo objetivo se ha
visto ahora asegurada por la más objetiva de todas las ciencias, la física.
(McKenna, 1992: 298)
He de destacar, a este respecto, que gracias a la antropología hemos podido
aproximarnos a este tipo de fenómenos espirituales y religiosos con más facilidad, gracias
al trabajo intersubjetivo, que tiene en cuenta las diferentes subjetividades que participan
de estos procesos, aunque he de admitir que siempre existirá una separación entre la
comprensión plena que defienden estas personas y la comprensión intelectualista que he
llevado a cabo con mi investigación.

El Pow-pow, el tambor ceremonial

Durante la tercera y cuarta puerta la Danza se desarrollaron de la misma manera, el


tambor retumbaba fuerte y los danzantes empezaron a sufrir los estragos del calor y la
deshidratación. Alguno lo pasó auténticamente mal, se veían caras de agotamiento y
mareo. Cuando hubieron acabado las dos últimas rondas todo el mundo fue aprisa al
temazcal. María, Sergio y yo llegamos tarde, pero aún quedaba calor en las piedras, así
que nos dejaron pasar y estuvimos diez minutos en el interior. Fue más que suficiente,
con el calor que hacía no necesitamos más.

Al día siguiente me comentaron que se llevarían a cabo las ofrendas de sangre.


Esta era la parte más llamativa de la Danza del Sol y el principal motivo por la que fue
prohibida por la Iglesia y el Estado en USA. Las dos primeras puertas discurrieron del
mismo modo que el día anterior. Tuve la oportunidad de custodiar una Chanupa en la
entrega de la segunda puerta. La fumé y la compartí con gusto. Al devolverlas empezaron
a relaizar los preparativos para las ofrendas. Sacaron una piel de bisonte y la colocaron
junto al Árbol. Sacaron también material hipodérmico, alcohol, bisturís, etc… lo dejaron
ahí. Embadurnaron con agua el Árbol, a modo de ofrenda y al grito de ¡Hoka! Los
danzantes se dispusieron en fila. Se oían gritos y frases de apoyo (¡Vamos guerreros!).
Todos los sahumerios estaban humeando, mientras los danzantes daban la vuelta al
círculo. EN vez de disponerse en filas rodearon todos el Árbol y le dieron un abrazo
colectivo, algunos extendiendo sus manos hacia la copa. Una vez realizado este acto todos
los danzantes se colocaron en la circunferencia del círculo y cuatro danzantes se
aproximaron a la piel de búfalo. Previamente habían colgado una cuerda, atada de un
tronco para que pudieran tirar de ella hasta cuatro personas a la vez. En su otro extremo
tenía dos sogas. Uno a uno se fueron tumbando en la piel y entre los dirigentes de la
ceremonia les hacían unos cortes en el pecho, colocándoles dos huesos que se habían
tallado previamente los danzantes, perforando su piel, de tal manera que saliera un
extremo a cada lado de la herida. Una vez realizadas las perforaciones se le colocaban las
sogas en los huesos y, mientras el danzante ofrecía su pecho al cielo, tiraban de la cuerda,
haciendo que la piel se desgarrara, provocándole sendas heridas en el pecho (Alguno se
lo hacía en la espalda). Acto seguido dos danzantes cogían al que había realizado el
sacrificio y lo llevaban corriendo, dando la vuelta al círculo y exhibiendo sus heridas al
resto. Cuando daba la vuelta completa se apoyaba en el Árbol para que Alfonso les cortara
un pedacito de carne y aplicara un cicatrizante y le diese un abrazo y las gracias.

Los danzantes, antes de la ofrenda de sangre, pidiendo al Árbol de la Vida


Así fueron transcurriendo uno tras otro. La música fue incrementando su
intensidad con cada ofrenda o sacrificio. Algunos danzantes están exaustos, se sientan o
tumban. Inmediatamente vinieron a restregarles por los brazos y la cara agua florida, una
infusión usada en numerosos contextos para aportar vitalidad y frescura70. Una vez
realizadas las ofrendas, se recogió todo contra el árbol, hicieron al entrega de Chanupas
y fueron a descansar. La siguiente puerta discurrió de la misma forma, pude vislumbrar
cómo habían cicatrizado las heridas, eran muy visibles, pero los danzantes tenían una cara
exultante de felicidad, a pesar del cansancio. Debido al tremendo calor Alfonso pidió que
se dispusiera una ofrenda de fruta y agua para los danzantes, así que preparamos entre
todos un montón de sandías, melones, melocotones, etc… y agua junto al tambor. Era
importante que los danzantes no vieran el agua mientras estaban en el círculo, y por lo
que me contaron, esta era una excepción por el calor que estaba haciendo, pero
normalmente se completan los cuatro días en ayuno completo, y en ocasiones hasta se
prohíbe a los danzantes y a los apoyos a mezclarse durante el ritual. En cuanto terminaron
de danzar, fueron derechos a hidratarse y nutrirse. Todos daban las gracias y no paraban
de beber agua. Antes de que salieran Alfonso pidió un momento de atención: “ayer unos
locos atentaron en Barcelona, estas cosas son las que trabajamos por cambiar, por la
resolución de conflictos sin violencia”.
Quiero reflejar algo que me dijo M. en referencia al sacrificio, al por qué de estas ofrendas
de sangre:
“[…] una Danza del Sol, que implica un trabajo de ayuno, más un trabajo de
esfuerzo físico durante cuatro días, de estar bailando ante el árbol de la vida, para
poner ahí delante… tiene algo de sacrificio, que le espanta a mucha gente, porque
parece que es a través del sufrimiento que se consigue estar bien… pero mira, si te
vas a la raíz de la palabra “sacrificio”, “sacro-oficio”, “oficio sagrado”… es una
manera de entrar en contacto con lo sagrado que hay en uno mismo y en la vida y
en el mundo… […]”
Tras recoger fuimos al temazcal. Se realizaba un primero para las mujeres,
después dos para los hombres (ya que eran más numerosos y no cabían a la vez) y otro
para los apoyos. Al salir me fui con Josah, Joan, Mauricio y Suad a unas piscinas naturales
que se encontraban en las cercanías, por refrescarnos y disfrutar de la tarde. Tuve una
conversación muy interesante con Mauricio, que me explicó que realmente este Camino
Rojo no es el puro, de los lakotas, si no que era un sincretismo que cogía elementos locales
de cada país por el que pasaba. A esto es a lo que se le llamaba la Alianza, afirmando que
él no seguía al Camino Rojo, si no al Camino de la Alianza.
[Nos contó una historia en la que se unió a una danza en USA. Cuando iba de
camino, flamante con una pluma en la cabeza, una señora nativa le dijo que se acercara,
por lo que nos contó, no parecía muy contenta de que usara esa pluma, debido al
estereotipo de los nativos norteamericanos que se conoce en todo el mundo. Le preguntó,
básicamente, si era un “submaker”, término usado en inglés para designar a aquellas
personas que no siguen un camino espiritual, si no que cogen los elementos de diferentes
caminos para elaborar el suyo propio, asistiendo a diferentes ceremonias en función de
sus apetencias. Por lo que parece no son muy bien vistos por los nativos norteamericanos.
Al final le permitió conservar su pluma, pero con la condición de que no la usara.]

70
Se suele usar en ceremonias de yagé, para traer a la persona de vuelta, cuando el oficiante observa
que está pasando por un mal momento o cuando vomita.
Al volver pude conocer a Don Julio, un marakame
wixarika (o wirra), de 69 años, que había llegado a parar
a la Danza del Sol gracias a la mediación de Joan y Gladis,
que se encargaban de una asociación en ayuda a la región
donde los wixarikas viven. El mara´akame (“el que
sabe”) es la persona que está en contacto con el Astral,
por decirlo grosso modo, el hombre de conocimiento de
la etnia wixarika, que habita en las profundidades de la
Sierra Madre Occidental de México. Además, es el
curandero de su gente y una de sus formas de curar es
realizando un ritual muy especial: uno se sienta y el
mara´akame saca un conjunto de bastones cortos con
plumas. En primer lugar comienza a cantar versos en su
lengua materna, agitando las plumas y pasándolas por el
contorno de la persona. Realiza unas proyecciones con las
plumas del individuo hacia fuera y acto seguido coge un
cuarzito blanco, lo pega en la frente y chupa a través de
él. Hace lo miso en el plexo solar y en ambas rodillas. Al escupirlo sobre su mano el
cuarzo sale con motas negras en su base, lo que él interpreta como lo malo que ha
conseguido extraer del cuerpo del paciente. Sin embargo, según me contó, ese mal pasaba
cada vez por su cuerpo, lo que le provocaba malestar en numerosas ocasiones. Era una
persona muy agradable y humilde, al servicio de la gente. Pero esta no es la única función
de los mara’akame, según Porras Carrillo es “el guía espiritual del grupo, depositario de
la memoria histórica y mítica, sacerdote o funcionario religioso y, en ocasiones, incluso
llega a ocupar alguno de los cargos civiles tradicionales y actúa como autoridad
representativa dentro del complejo sistema de cargos que organiza la vida sociocultural
de las comunidades y poblaciones huicholas”.71
Gladis dispuso una mesa con artesanía característica wirra que había
confeccionado a mano el hijo de Don Julio. Era muy bonita y colorida, confeccionada
con cuentas de colores. En la mayoría de avalorios se representaba al peyote, el híkuri en
wirra, el Venado Azul. Para los wixarikas esta planta es una de las más sagradas, ya que
les proporciona la base de sus ceremonias y de su medicina. Todos los años realizan al
completo una peregrinación hasta Wirikuta, en el desierto de Potosí, a más de
cuatrocientos kilómetros de sus hogares. Tradicionalmente la han hecho a pie, pasando
por lugares sagrados, donde rezaban y depositaban ofrendas para pedir por la lluvia, el
alimento…. Pero ahora la mayor parte la hacen en camioneta o en autobús, así que ya no
paran por muchos de sus lugares sagrados, por lo que, según me contó Don Julio, no
llueve igual y sus tradiciones se pierden poco a poco. Me dijo que encabezaba una

71
Porras Carrillo, 2003:6
iniciatiba para pedir a la gobernanza del Estado de Zacatecas que habilitaran espacios en
los lugares sagrados para poder parar en su peregrinación.

Artesanía wixarika

El ambiente era de distensión y relajación. Vi a algunos danzantes que habían


realizado el sacrificio, se les veía agotados pero contentos.
Al día siguiente siguieron el mismo procedimiento. No he mencionado que el día
anterior sólo presentaron su ofrenda los hombres. En esta ocasión lo harían también las
mujeres. En las ceremonias de Camino Rojo las funciones de ambos sexos están muy
delimitadas. Los hombres tocan el tambor, las mujeres copalean, los hombres realizan su
ofrenda de sangre y las mujeres, en teoría, no deberían de hacerlo, ya que realizan su
ofrenda a la tierra todos los meses. Sin embargo, las que quieran (que son casi todas, por
no decir todas), se realizan las perforaciones en los brazos, colgándoles unas plumas de
los huesos. Son dos personas las que tiran de los mismos. Pero hay algunas mujeres que
sí se realizan las perforaciones en el pecho o la espalda. Este es un punto interesante e
importante y lo analizaré en un apartado específico más adelante.
Hablando con algún danzante, posteriormente: “El sacrificio es un turbo, no es solo
una ofrenda de sangre, segregas DMT y endorfinas, te da poder; es muy devocional, es
un camino guerrero”
Al ver todo esto percibí mucha unidad en todo el conjunto; en los cantos, en el baile,
ya que era un trabajo conjunto en el que todos pusieron de su parte, fuera cual fuera el rol
que desempeñaran. Cada uno estaba al servicio del grupo y el grupo estaba al servicio de
cada uno de ellos. El apoyo era real, se palpaba, la sincronía, muy potente, comprendía
cuando dicen que son una familia, toda esa gente ponía su vida o parte de la misma en el
altar, lo cual creaba tejido social, como me decía Dani, crea comunidad con un propósito,
el de descubrir los canales que llevaran a recuperar lo perdido. Al finalizar, se sirvió agua
y fruta a los danzantes, como el día anterior. Tenían que coger fuerza para el último día.
Alfonso anunció que a la noche iba a realizarse una Danza de la Estrella. Nunca
había asistido a una, así que sentí mucha curiosidad. A continuación describiré aquello
que vi.
* LA DANZA DE LA ESTRELLA
Comenzó a la noche. A lo lejos, en la oscuridad escuché el tambor golpeando fuerte.
Al llegar al círculo Sagrado vi lo que me pareció un aquelarre. Una fogata en el centro
(mucho más pequeña de lo que se suele hacer, ya que puede llegar a medir tres o más
metros de diámetro), en forma de estrella de siete puntas. El tambor tocando a ritmo de
Ceremonia (160-180 ppm) y dos filas, una de mujeres y otra de hombres, corriendo
alrededor de la hoguera, entrelazándose y separándose. Cada persona portaba un bastón
de madera y cantaba un grupo de mujeres junto al tambor canciones muy energéticas.
Alfonso se encontraba en el centro, cuidando del fuego. Los participantes lanzaban
chillidos y gritos al aire y poco a poco incrementaban el ritmo y los movimientos de su
danza.

Hoguera de la Estrella de Siete Puntas (fuente:internet)

Esta es una ceremonia creada por Aurelio y representa el lado opuesto a la Danza
del Sol; mientras que una representa el don masculino la otra representa lo femenino.
Según Cruz Balderas la Danza de la Estrella está enfocada a la “relación del/la danzante
con las fuerzas de la noche” y a la “reconciliación del hombre (el ser humano) con las
estrellas”72. Esta autora recoge un testimonio según el cual esta ceremonia “renueva una
serie de rituales milenarios de relación con el origen de la vida” y según me contaron se
tomó como referente la tradición europea, los aquelarres de brujas y demás, aunque por
los testimonios que recoge Cruz podemos afirmar que aglutina muchos tipos de rituales
a lo ancho del mundo. Algunos me contaron que esta danza fue creada para darle un
espacio a las mujeres en los rituales, para darles uno que fuera específicamente movido
72
Y. Cruz Balderas, 2016:83
por energía femenina, y en verdad yo las vi muy empoderadas, parecían auténticas brujas,
mujeres poderosas que reclamaban su espacio y su ser.

Las filas son como serpientes, como la anaconda, el símbolo de la femeneidad, de


la selva, de la exuberancia. Suele durar toda la noche, aunque por problemas con el fuego
duró solo unas 3 horas. En ella se realizan cuatro puertas, como en el resto de rituales y
se realizan ofrendas al fuego, lo que lo hace crecer cada vez más. Durante esta danza se
realizó una toma de yagé, que, unido al ejercicio físico constante, debió de afectar
rápidamente a los danzantes. Me pareció una ceremonia muy intensa y divertida, aunque
solo tuve una pequeña muestra de lo que realmente es.

Danza de la Estrella. Los danzantes descansan (fuente:internet)

Al día siguiente se acababa la Danza del Sol. Esta vez realizarían únicamente dos
puertas, para cerrar la ceremonia. En la última puerta pasamos los apoyos para recibir las
“bendiciones de los danzantes”. Nos dispusimos alrededor del círculo (por dentro), con
los pies descalzados, y los danzantes fueron pasando uno a uno tocando a los apoyos con
sus plumas en la frente o en el corazón o bien realizando un movimiento del corazón al
Árbol, dando todos las gracias. Fue un momento muy emotivo, algunas personas se
emocionaron mucho. Mientras tanto surgió un Heyoka, un “payaso sagrado”. Esta
persona se dedicaba a realizar todo al revés y a provocar la risa entre la gente, ya que esta
es un factor importante de la vida, según me comentaban. Fue uno de los danzantes más
carismáticos, que se colocó una capucha negra con el dibujo cosido de una calavera,
portando un bastón largo con telas de colores. Iba corriendo en sentido contrario, haciendo
que daba patadas a los danzantes para que fueran más rápido, saltando y haciendo burla
a los asistentes. Al salir, pasamos todos por el Árbol de la vida, para darle las gracias, y
salir copaleados por la puerta del este. La Danza del Sol había tocado a su fin. Se dispuso
de un buen banquete. Una vez realizado esto muchas personas sacaron sus artesanías y se
montó un mercado improvisado, para aportar a la gente que venía de lejos y que todo el
mundo pudiera regresar con algo más a sus hogares.

Heyoka, “el payaso sagrado”


Por la noche Don Julio realizaría un Ceremonia Wixarika de Híkuri, que describiré
a continuación.
* CEREMONIA WIXARIKA
A la caída de la noche nos reunimos en la tipi, donde se encontraba el fuego.
Éramos en torno a diez personas, todas sentadas alrededor del fuego, en esterillas y
mantas. Don Julio se sentó frente al fuego, al lado opuesto de la puerta, acompañado a
sendos lados por Gladis y Joan, que irían explicando los fundamentos de la ceremonia
por el mara´akame (“aquel que sabe”). Según los miembros de Tierra de Gredos, que me
enviaron un mail con información sobre una ceremonia similar:
“La ceremonia consiste en pasar la noche
alrededor de Tatewari, el Abuelo Fuego, y hablar
con él, mientras escuchamos los cantos del
Marakame mientras comemos Hikuri, cactus que
desde tiempos ancestrales es usado por los
Wixaritari para despertar el auto conocimiento y
empleado como medicina para sanar y obtener de
ella RESPUESTAS CLARAS PARA ENFRENTAR
NUESTRO PRESENTE.
La intención principal es la de SANAR en cuerpo,
mente y espíritu para vivir día a día en armonía así
como agradecer a nuestra Madre Tierra y nuestro
Padre Sol, para tener fuerza y andar nuestro
camino sobre ella con gracia y amor”.
Joan y Gladis nos explicaron en qué consitiría. Tatewari, es el Fuego y los wirras
hablan con él para pedirle, para encontrar la sabiduría. Kayomari es el espíritu del
Venado, con el que nos comunicamos a través del consumo del híkuri, el peyote, cactus
de la región sagrada de Wirikuta. En primer lugar, dispusieron una vela frente a cada uno
y nos dieron un hilo y un palo. Nos dijeron que este hilo representaba nuestra vida sexual
y que debíamos hacer un nudo por cada relación sexual que hubiéramos tenido y que
quisiéramos limpiar de nuestro ser, de aquellas personas con las que quisiéramos cortar
el enganche emocional y sexual. Una vez realizados dichos nudos, se enrollaban en el
palo y se ofrecía al fuego. Después nos dijeron que las velas nos las llevaríamos a casa
para continuar con el trabajo de la ceremonia los días posteriores.
El mara’akame comenzó a cantar. Era un canto entrecortado y con cada frase
realizaba una serie de movimientos muy específicos. Nos levantamos todos y fue pasando
uno por uno cantando esta canción y realizando una limpieza con sus bastones de plumas,
proyectándolos hacia el fuego. Al acabar continuaron explicando. El mara’akame
realizaría cinco cantos durante la noche que dividirían la ceremonia en tiempos rituales.
Nos dieron agua y comentaron que, antes de beberla, teníamos que ofrecer un poco a la
tierra y un poco al fuego. Me resultó significativo que Don Julio, entre canto y canto
dormitaba. Según me explicó posteriormente Gladis, ellos “sueñan”. Es a través del sueño
que ellos pueden llevar a cabo la ceremonia y comunicarse con los espíritus. Dejaron una
bolsa con tabaco para ofrendar a Tatewari y Kayomari, lanzando un puñado al fuego,
orando en voz, para que el fuego lo escuchara.Cada vez que se realizaba un canto o se
realizaba una ofrenda se daba las gracias (“pamparius”).
Fue a partir del segundo canto que presentaron la medicina del híkuri en un vaso.
Uno por uno fueron bebiendo, no sin antes ofrecer a la tierra y al fuego. Una vez
consumido, Mauricio, que estaba cuidando del fuego comenzó a elevar unos cantos.
Pasamos así toda la noche, a la luz de la hoguera, cantando. A partir del segundo canto
del mara’akame el híkuri se consumió en forma de infusión, “para presentar la medicina”
y a partir del tercero ya en forma de pasta, pudiendo tomarse las veces que uno estimara
oportuno hasta que se acabara. Según fue transcurriendo la noche los cantos subían en
tono y en alegría. El híkuri expande el corazón y produce la alegría al sacar todo lo malo
que tenemos en nuestro interior. Esto es lo que me llegó. Se cantaron canciones muy
intensas y dulces, energéticas y tranquilas, aunque el auge llegó antes de la salida del sol.
Una vez terminada la ceremonia nos abrazamos todos, aunque yo no me encontraba
muy bien, tenía mareos, así que esperé a que se me pasara. Finalmente fuimos a
desayunar, había gente ya despierta, de lo que no asistieron a la ceremonia. Joan nos
indicó que debíamos llevarnos las velas a casa y encenderlas hasta que se acabara la cera,
poniendo especial atención en los sueños, para desvelar cosas que el híkuri quisiera
transmitirnos posteriormente a la ceremonia. Me llevaría después a Gladis y a Don Julio
al aeropuerto, ya que el mara’akame volaba de vuelta a México. Fue una gran noche,
divertida, aunque estaba cansado no tenía sueño, estaba fresco.
6.
EL GÉNERO Y EL CAMBIO SOCIAL
El papel de la mujer es muy significativo en el movimiento del Camino Rojo. Ella
es la dadora de vida y la guardiana de las generaciones, sin embargo, el papel que tiene
es muy específico como madre y abuela, respectivamente. Al llegar el Camino a Europa
se ha encontrado con actitudes culturales que han chocado con la tradición lakota. Por
ejemplo, en la Danza del Sol no podían participar mujeres, en los temascales las mujeres
menstruantes no podían pasar, la Búsqueda de Visión en un principio era sólo para
hombres…. y muchas cosas por el estilo. Sin embargo, estas tradiciones se han tenido que
adaptar. No todo lo que traen en sí es genuino y perfecto, también están acompañados por
elementos que chocan con las culturas de acogida.
Estas prácticas han sido introducidas debido a que las mujeres en nuestra sociedad
se encuentran reconocidas a un nivel mucho más amplio que en la tradición lakota, que
les otorga un papel más estrecho. El hecho de que se adapten las tradiciones a la cultura
donde se implantan de forma novedosa apoya lo que me decía Miguel de que es una
tradición que está viva y puede cambiar. De hecho, debe cambiar aún más en cuanto al
rol que se le designa a la mujer, que sigue siendo bastante tradicional. La división sexual
del trabajo está muy marcada y, aunque las mujeres estén más reconocidas que en la
cultura lakota73, eso no quiere decir que no quede camino por andar. Para C.
“[…] yo, por ejemplo, he tenido la pelea con los temazcales de hombres a un
lado y mujeres al otro ¿no? Esto se supone que es una unión de energía ¿por qué
tenemos que estar separados? El tabaco de la mujer, en la ceremonia, que es el
último… eso es un desmadre… no se respeta… mientras que el del agua del hombre
es sagrado; ese tabaco… y llega el de la mujer… y yo entiendo que es a última
hora, que la gente está muy cansada que ya se acabó todo… pero es de decir, bueno
¿y qué? Lo que queréis es que la mujer os baje la comidita y punto, y ya está… y
ahí si veo como que a la mujer no se la respeta nada, es su momento, el momento
de la mujer… entonces la culpa es nuestra por no ponernos en nuestro sitio y meter
un par de gritos de vez en cuando… […] Por ejemplo, el rollo con la Danza, que
yo me bajo los tambores y tal y apoyo los tambores y no sé cuánto… “y ¿irás a
cantar no? Porque el tambor no lo toca la mujer…” ¿no? “no, las mujeres no
pueden tocar el tambor…” hombre, yo no me voy a poner ahora, porque no tengo
ni puta idea, pero la mujer puede tocar el tambor como cualquier tío… no se las
permite… el fuego es casi exclusivo para los hombres, ahora se está dejando a
alguna mujer lo trabaje… pero, sobre todo, en temazcales de círculo de mujeres…
pues bueno, que la fogonera sea una mujer… pero si no… es imposible que una
mujer lleve el fuego, y lo puede llevar como un hombre, si es pasar unas piedras…
[…] de todas formas, hay muchas mujeres dentro del Camino, las hermanas
mayores que son más machistas que los machos… por ejemplo el rollo de que se
supone que la carne solo la puede tocar una madre y ponerse en la línea del fuego
en el tabaco de la mujer una que haya parido y que no esté con la regla… eso del
tema de la regla yo es que no… […]
[…] cambiar tiene que cambiar y va a cambiar por narices porque estamos aquí
y hay que cambiarlo… lo que si es cierto que, si se cambia, se pierde la
73
No es que los lakotas desprecien a la mujer, si no que fundamentan su valor principal como madres y
abuelas, lo cual encaja muy bien en la cultura europea patriarcal tradicional.
tradición…[...] La tradición lakota es súper machista… si tú lo cambias estás
perdiendo esa tradición […] Es que cuando tú vas conociendo más cosas tienes
que fusionarlas a la fuerza… es evolucionar… están evolucionando… […] yo lo
considero mejor, creo que hay que hacerlo porque estamos en otro siglo, estamos
en otra zona, entonces hay que mezclar y hay que adaptarse a lo que hay… pero
también entiendo su negatividad a hacerlo, porque están perdiendo el poder…. Es
que es muy difícil perder el poder a cualquiera que se nos dé.”
Por otro lado M. decía:
“[…] ese ha sido un tema de mucho conflicto al llegar acá, porque si algo hay
en Occidente muy diferente con estos mundos es que aquí la mujer ha tenido que
realizar un proceso de liberación y de conquista social para denunciar al
patriarcado, al que seguimos sometidos todavía y digamos que también las
sociedades indígenas de cazadores-recolectores han participado de esa visión…
[…] en este sentido el acople con lo occidental está siendo muy difícil y yo creo que
es algo tenemos que aportar como indígenas blancos de ojos azules es a través del
movimiento de la mujer y de la liberación…[…]
[…] es un diseño que puede ser cambiado y transformado, siempre desde el
conocimiento, sabiendo que es lo que se cambia y lo que se transforma, pero que
está abierto porque está vivo… y a donde va a llegar no lo sé… hay algunos que
temen que cambiando los papeles o dándole más poder a las mujeres se acabe con
la esencia de esto… pero yo pienso que detrás de eso solo hay miedo a perder el
poder y el chiringuito (risas) y esto requiere un trabajo de recolocación de los
hombres, porque tampoco esto de echarse piedras encima de nosotros ¿no? Si ellas
están jodidas, también muchos hombres andamos jodidos por el patriarcado…”
Es un tema muy importante y que ha creado mucho debate en el seno de la
organización, de las ceremonias, etc… lo cual es completamente justificable. Muchas
personas. desde el Camino, piensan que esto debe cambiar y cada vez hay más mujeres
que corren temazcales, tocan el tambor y asumen papeles que tradicionalmente se les ha
impuesto a los hombres. Esto me recuerda a una persona, la abuela Margarita, mexicana
y no ligada a la Fundación, que realiza trabajos de Alianza, algunos de ellos
“caminorojeros”, como la Búsqueda de Visión. Aunque no he tenido la suerte de
conocerla hasta el día de hoy, me han hablado de ella y he visto alguna entrevista en las
redes. Reflejo aquí un fragmento que me pareció ideal para reflejar las preocupaciones
sobre la cuestión del género:
“Uno de mis trabajos es hablar del despertar femenino… el despertar femenino
pensamos que es de la mujer, pero el femenino tiene una relación muy directa con
el corazón… con cambiar nuestras emociones en amor… yo creo que ahora el
femenino, tanto en el hombre como en la mujer, es realizarse con amor… el amor
no es solo la sexualidad, es la disposición para amar… el poder está dentro de
nosotros, entonces el miedo también… nosotros nacemos con dos posibilidades, el
amor y el miedo… tanto nos han metido en la cabeza la devaluación que ya nos lo
estamos creyendo y allá vamos… yo creo que lo mejor es no tener miedo. La mujer
tiene que empezar a valorarse, a amarse y a honrarse, a saber que vale… en el 93
yo caminé por dos meses y medio por invitación de los indígenas sheminoles por
toda Florida… cada día caminábamos y el tema era: el cambio tiene que venir por
la mujer… y una de las cosas que se decían es que por miles de años la mujer era
considerada igualita que el hombre, con la única diferencia de ser una
manifestación masculina o una femenina y mientras la mujer fue tenida así en
cuenta nunca se envenenó la tierra, el día en que la mujer dejó su espacio es el día
en que empezó a envenenarse la tierra”74
Me llama la atención el hecho de que la Fundación lo constituyan tres hombres y
no haya mujeres que participen. En una de las observaciones de Mendoça se hace patente
este hecho, en el que una mujer preguntó por ello. Un hombre le respondió que el consejo
directivo estaba abierto a quien quisiera tomar la responsabilidad, esto me recuerda a algo
que me comentó M.
“[…] Alfonso siempre dijo “todos estos diseños los guardamos para ustedes,
las mujeres”, pero a veces suena como “bueno, ya se lo daremos”.
Sin embargo, hay personas que intentan salvar esta distinción, este “pedo” como le
dicen, que “sirve para desviar la atención de lo que verdaderamente importa”75. Sin
embargo, considero que esta actitud es una forma de apartar la mirada y es algo muy
importante y que debe cambiar. El hecho de que no haya mujeres en el consejo es muy
significativo, ya que son las “guardianas de la tradición” y deberían de poder dirigir y ser
las vías del cambio, como dice la abuela Margarita. Esto, unido a algunas actitudes y
comentarios que me contaron de Alfonso sobre las mujeres lo hacen aún más relevante.
Aunque sé de algunas mujeres que empiezan a llevar estos roles, algunas personas no lo
consideran suficiente. Si quieren empoderar a su movimiento se considera que deberían
empezar por empoderar a las mujeres que se encuentran en él, dejando e incentivando que
dirigieran ceremonias, como he visto en otras vías del Camino distintas de la Fundación.

74
https://www.youtube.com/watch?v=x5jDj6CbIRY
75
P. Mendoça, 2006:85
7.
CONCLUSIONES
El movimiento espiritual del Camino Rojo constituye, según sus miembros, una
“gran familia espiritual”. La creación de redes transnacionales a través de los contactos
establecidos a través de las ceremonias, viajes e internet son creadoras de “tejido social”,
de comunidad; una comunidad que trabaja activamente por el cambio, tanto en Europa
como en América. Este cambio viene condicionado por el ecologismo y la espiritualidad,
la reconexión con la Naturaleza, en contra del capitalismo y el individualismo, mediante
lo que Cruz Balderas denomina “el trabajo tribal”76, el trabajo grupal mediante relaciones
de horizontalidad entre sus miembros, a pesar de la estructura jerárquica que se establece
en el seno de la Fundación. En este aspecto, los “abuelos” (los miembros con más
implicación y líderes) establecen una relación de igual a igual con las demás personas,
aunque también son exigentes y puedan dejarse llevar por sus responsabilidades.
El ámbito de internet es muy importante, porque es a través de las redes sociales
como se mantienen en contacto y se comunican los miembros del Camino Rojo. La
identidad y el sentimeinto de pertenencia se potencian a través de estos contactos, por lo
que resulta una herramienta tremendamente útil para la difusión de las ideas y ceremonias
del Camino. Además, los contactos con otras tradiciones y grupos espirituales como el
Santo Daime, miembros de la etnia wixárika o pajés del Amazonas se establecen también,
en gran medida, a través de estas redes y asociaciones, asistiendo miembros de vada vía
a ceremonias de las otras, existiendo un sincretismo y una participación conjunta,
produciendo procesos de etnogénesis en el encuentro y la Alianza de las medicinas y los
diseños sagrados a un nivel internacional.
El sentido de recuperación y de sanación de nuestras relaciones, “corrompidas”
por el estilo de vida de la modernidad capitalista, es un modelo de actuación y una forma
de expresión de los agentes de su trabajo por el cambio. La recuperación de las tradiciones
y la espiritualidad antiguas encuentran en el amor su máxima representación, ya que era
a través de la unión de la comunidad como se convivía en equilibrio con el entorno. Este
es un proceso en el que la educación juega un papel muy importante, tanto a adultos como
a jóvenes y es el deseo de transformar la actitud de la sociedad ante la explotación de las
personas y la naturaleza lo que mueve a estas personas a congregarse y realizar estos ritos,
a compartir y contribuir con su trabajo y su pasión con los demás, con “el corazón por
delante” como dicen muchos. Esto proporciona una alternativa al capitalismo
desenfrenado y al nihilismo que impregna nuestra sociedad, nuestras relaciones,
otrogando, como me dijo Sara, esperanza. Esperanza de poder construir y sanar. Todo
esto nos regala una visión diferente de cómo nos relacionamos entre nosotros y con el
mundo, aunque muchos consideran que tienen que cambiar cosas que no son vistas como
positivas junto con los diseños. Como he mencionado anteriormente, las relaciones de
género son importantes en las transformaciones que estamos viviendo a día de hoy en
nuestra sociedad y en el seno del Camino, siendo uno de los factores por los que vendrá
el cambio, tanto hacia dentro como hacia afuera del movimiento.
Por otro lado, la legalización del uso de plantas psicoactivas y el reconocimiento
de rituales y formas de vida que se valen de estados expandidos de conciencia es una

76
Cruz Balderas, 2016:111
lucha que se está llevando a cabo en México (y en el resto del continente americano) y
que aún no ha cobrado fuerza en Europa y, mucho menos, en España, está en proceso de
transformar el punto de vista de la sociedad para con la concienciación sobre el término
de “droga” y de “medicina”. La “Guerra contra la Droga”, que inició EEUU para prohibir
sustancias que permitían romper los esquemas educacionales y doctrinales del statu quo
se desmorona poco a poco y, a pesar de que llevamos mucho tiempo bajo la sombra de
esta ideología en España y en gran parte de Europa, y aunque los gobiernos no quieran
admitirlo, la población y la ciudadanía va aprendiendo, poco a poco, sobre el uso y abuso
de sustancias perjudiciales (como el azúcar, las carnes procesadas, las harinas, el
tabaco…), como lo demuestra la legalización de la marihuana medicinal en muchos
estados de EEUU y la permisibidad con fines rituales de ciertas plantas como el peyote y
la ayahuasca en Brasil, México…. En este sentido queda mucho trabajo por hacer, pero
la voluntad de estas y otras muchas personas en el uso responsable, controlado y
respetuoso de estas tradiciones y plantas va camino de una aceptación y un mayor
conocimiento sobre las mismas.
En resumen, la importancia social que vive el movimiento es paulatina, no está
formado por muchas personas en comparación con otras tradiciones espirituales y
religiosas, pero está creciendo poco a poco, llegando a más personas, realizando más
ceremonias y abriendo nuevas tierras al servicio de estas actividades, procurando a su
vez, ganar legitimidad, educando sobre las relaciones, el cuidado del ecosistema, el uso
de plantas maestras y la sanación de los problemas asociados al capitalismo globalizado
que vivimos actualmente y a las tradiciones sociopolíticas que conforman nuestra historia.
La importancia de este movimiento estriba en el ámbito sociopolítico del ecologismo, la
cooperación y el reconocimiento de formas terapéuticas alternativas a la medicina
alopática; todo esto unido a un fuerte sentimiento de identidad como seres humanos en
relación con el organismo vivo que para ellos constituye el planeta y el Universo, todo
ello circunscrito, a su vez, dentro de los movimientos indigenistas de Abya Yala
(América) que reivindican la alteridad y la otredad como modos de vida dignos de respeto
y consideración, en contra del colonialismo interno que impregna sus respectivas
sociedades y su calificativo como “salvajes” o “primitivos”. La forma que tiene de
legitimar y aportar seriedad a sus narrativas es a través de estos fundamentos, viviendo la
espiritualidad de una manera muy personal y libre, sin entrar en formas demasiado
ortodoxas de actuación, reservando la vivencia espiritual como una experiencia subjetiva
y personal, un camino de sanación que cada uno de nosotros debemos andar a nuestra
manera, aunque siempre acompañando y siendo acompañados por la comunidad, por la
familia que incluye a todo lo vivo.
8.
BIBLIOGRAFÍA, VIDEOGRAFÍA Y WEBS
7.1 Bibliografía

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7.2 Videografía y radio:

Película “Dreamkeeper” /”El Guardia de los Sueños” (2003, EEUU) de Steve Barron:
https://www.youtube.com/watch?v=EQdYBnaGvOc

Documental “Ayahuasca, la Serpiente y yo”, del canal Odisea:


https://www.youtube.com/watch?v=KUGSkoQeuhs

Documental “Lakota: los últimos indios norteamericanos”:


https://www.youtube.com/watch?v=QmU3VfAzVyg

Documental “Del peyote al LSD – Una aventura psicodélica” del canal Historia:
https://www.youtube.com/watch?v=iHpMHcXIv7Y

Documental “Eco de la Montaña” (2014, México) de Nicolás Echevarría.

Vídeo Una Voz para los Hijos de la Tierra por Aurelio Díaz Tekpankalli, desde Apu
Waraira Repano: https://www.youtube.com/watch?v=Bv20tXnJ44c

Entrevista a Santiago Andrade León en programa de TV checo “En los confines de la


Ciencia – Plantas Sagradas”: https://www.youtube.com/watch?v=kgz8ZlZSCLQ

Entrevista a la abuela Margarita: https://www.youtube.com/watch?v=x5jDj6CbIRY

Programa de radio “Metanoya: psicología del despertar de la conciencia – Camino


Rojo”: https://www.youtube.com/watch?v=4CMkyUnNCdI

Clases de Fundación Josep Maria Fericgla: Ayahuasca–AUDIO 1. Antropología de la


ayahuasca. Aplicaciones en psicoterapia
https://www.youtube.com/watch?time_continue=176&v=k-D_t229sDM

7.3 Páginas Web:


Asociación Fuego Sagrado de Itzachilatlan: http://www.fuegosagrado.eu
Camino de los Hijos de la Tierra:
http://www.caminodeloshijosdelatierra.org/13862/Inicio
Camino Rojo Uruguay: http://www.caminorojouruguay.agile-cms.com/6038/Inicio
Cantando para sanar: https://cantandoparasanar.wordpress.com
Mujeres del Camino Rojo:
http://descalzasporelcaminorojo.blogspot.com.es/2011/02/que-es-el-camino-
rojo.html
Danza del Sol Europa: https://danzadelsoleuropa.wordpress.com
Medicina del Alma; “la religión sioux y la danza del sol”: http://medicina-
alma.blogspot.com.es/2012/08/la-religion-sioux-y-la-danza-del-sol.html
De todo un poco; “medicina nativa: el temazcal”:
http://nodejardeleer.blogspot.com.es/2016/01/medicina-nativa-el-temazcal.html
Fundación Josep M. Fericgla: http://www.josepmfericgla.org/index.shtml
ANEXO
CANTOS DE PODER

J. M. Embid, en su muro de Facebook (28/07): Los cantos para las culturas indígenas
son rezos y llamados de poder, hay que entender que hay cantos sagrados, cantos que
llaman espíritus y cantos que abren puertas entre mundos....El canto es parte de una
ceremonia, aunque hay que saber diferenciar, entre el practicar y el cantar en ceremonia,
ya que la diferencia es muy sutil, y si no se tiene la experiencia necesaria se pueden
invitar espíritus no deseados, la importancia del canto y los instrumentos en ceremonia
es la fuerza, es el alimento vibracional o energético, es el medio de inducción a niveles
alterados de consciencia, es la protección y la guía dentro de la misma...decía una vez
un abuelo lakota, "nuestros cantos abren puertas entre este mundo y el mundo del
espíritu, algunos le llaman el astral, uno tiene que estar a un nivel vibratorio muy alto
para cantar, ya que nuestras mismas canciones sagradas, pueden atraer espíritus
sedientos, parásitos o espíritus enfermos. Uno debe saber cómo usar el poder, y siempre
que se use debe de ser en un bien común, no para mostrarse poderoso, si así lo
hiciéramos, este nos golpearía tarde o temprano como un escorpión, por detrás".
Detrás del velo del mundo del espíritu hay espíritus esperando la oportunidad de cruzar,
es por eso que tenemos que tener mucho cuidado a las ceremonias que asistimos, las
palabras que repetimos y los cantos que practicamos, todos estos rezos han sido pasando
a través de generación en generación, fueron dictados por los mismos espíritus para su
llamado, así como inspirados por el gran misterio, dependiendo de los cantos y
ceremonias.
Nota; el siguiente texto es un post hecho por un amigo en la sección de comentarios.
en EU, un abuelo, se quejaba muy triste de cómo algunos cantos que él no había podido
ofrendar en años por no darse las condiciones cósmicas, eran interpretadas sin la menor
idea del ¿porque?...
(A través de Los cantos del Corazón)

CAMINANTE DE LAS ESTRELLAS Me transforma el amarte.


“Soy de un pueblo que viene de lejos, Cuando el Fuego calienta la roca,
Más allá del principio del tiempo, Viene el Agua
Y venimos cantando los versos que y descubre que es Aire,
cantaba mi abuelo...
Yo descubro que soy la mirada,
Cantando a la Tierra primero,
la memoria de un pueblo.
Luego canto a mi padre en el Cielo,
Porque soy un viejo caminante,
Luego canto a mis 4 Abuelos,
caminando un camino de estrellas,
Luego canto a mi Sueños...
En la Tierra soy un pequeñito
Para que no se apague este grito
Y en el Cielo un cometa.
Que derrama mi sangre en la Tierra.
Porque soy un viejo caminante,
Como el agua transforma la piedra,
caminando un camino de estrellas, “Hermoso espíritu del agua, llega ya (2)
En la Tierra soy un pequeñito Curando, purificando, llega ya (2)
Y en el Cielo un cometa.” Hermoso pájaro del agua, llega ya (2)
Curando, purificando, llega ya (2)
ME VA GUIANDO UN VIEJO Hermoso espíritu del cielo, llega ya (2)
TAMBOR
Curando, iluminando, llega ya (2)
“Desde los tiempos
En el corazón de este fuego brillan ya (2)
en que mi abuelo soñó
Siete flechas en el centro brillan ya (2)
Que un día yo viviría
En el corazón de este fuego soplan ya (2)
para cantarles esta canción
Cuatro vientos en el centro soplan ya (2)
En el corazón de este fuego brilla ya (2)
Desde los tiempos
La gran águila del cielo brilla ya (2)”
en que mi abuelo soñó
Que un día yo moriría
“Agua vital purifícame
para entregarles mi corazón
Fuego del amor, quema mi temor
Viento del alba, llévame al altar
Vivo cantando por mi camino
Madre Tierra , vuelvo al hogar
Me va alegrando un viejo tambor
En el Temascal, este Temascal”
Y voy danzando por mi camino
Me va guiando un viejo tambor
AGUA DE ESTRELLAS
“En tus ojos de agua infinita
Por las quebradas veo
Se bañan las estrellitas, mama.
Mi Cóndor volar
Agua de luz, agua de estrellas
y siento que voy abriendo
Pacha mamá viene del cielo
pongo en sus alas
Limpia, limpia, limpia corazón
mi corazón
Agua brillante
Sana, sana, sana corazón
Por las Montañas veo
Agua bendita
que mi águila va
Calma, calma, calma corazón
me va mostrando el camino
Agua del cielo
Camino Rojo del corazón”
Mama”

87
NIÑO SALVAJE ya tiraron sus flechas al aire y ya te
tocaron venadito azul
“Soy un niño Salvaje,
corre, corre, venadito,
Inocente, libre, silvestre.
corre, corre para Wirikuta
Soy hermano de las nubes,
iana heine io uei
Mis abuelos viven en mi.
alguien con su arco adelante de la fila
iana heine io
Tengo todas las edades
con guitarras y violines van abriendo ese
y sólo se compartir. portal
Sé que todo es de todos iana heine io uei
y todo está vivo en mi. hombres y mujeres con espejos van
siguiendote el rastro venadito azul

Mi corazón es una estrella,


soy hijo de la tierra. corre, corre, venadito,

Viajo a bordo del espíritu corre, corre, para Wirikuta

Camino la eternidad” iana heine io uei

CORRE VENADITO debajo de tus patitas,

“corre, corre, venadito… debajo de tus patitas,

Corre, corre, venadito… va creciendo la rosita tututate waris


Warikuta
Corre, corre, venadito azul,
iana heine io uei
Corre, corre para Wirikuta
debajo de tus patitas,
iana heine io uei
debajo de tus patitas,
va creciendo el hermanito,
corre, corre, venadito…
hermano mayor, Peyotito…
corre, corre, venadito…
iana heine io uei
corre, corre, venadito azul,
corre, corre para Wirikuta
corre, corre, venadito…
iana heine io uei
corre, corre, venadito…
corre, corre, venadito azul,
los emplumados ya lo soñaron y lo
cantaron corre, corre para Wirikuta
iana heine io uei iana heine io uei

88
corre, corre, venadito… y fuego mi espíritu.
corre, corre, venadito… Nos acompañan los elementales,
corre, corre venadito azul, nos dan fluidez, ondinas y corales,
ya son muchos peyoteros defendiendo flotan en libertad las sílfides del aire,
Warikuta
salamandras de fuego en nosotros
iana heine io uei” arden.
Tierra mi cuerpo,
CUATRO DIRECCIONES agua mi sangre,
"Tiene nuestro cielo cuatro direcciones, aire mi aliento
nuestra tierra tiene cuatro estaciones, y fuego mi espíritu.
tiene nuestro mundo cuatro elementos, Vivimos el Presente en nuestra canción,
esparcidos todos por los cuatro vientos. la Madre Tierra escucha nuestra
oración,
Tierra mi cuerpo,
con los cuatro elementos formamos una
agua mi sangre, cruz
aire mi aliento y se abren los cielos al encuentro de la
luz"

89

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