"AÑO DE LA LUCHA CONTRA LA CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD"

I.E. 80032 GENERÁLÍSIMO JOSÉ DE SAN MARTIN ÁREA DE COMUNICACIÓN

FLORENCIA DE MORA -TRUJILLO DOCENTE: Ronald Rivera

Arroyo
LA CULTURA DE LA EXCUSA
“Aquellas personas que son buenas dando excusas, es probablemente para lo único que
son buenas".
Benjamín Franklin
Cuando la cultura de las excusas se asienta en las empresas, es como si le sacasen las
llantas a un automovil. Dentro del auto uno siente que el motor esta prendido, que
puede acelerar; pero no se llega a ningun lado.

Cuentan que un anciano ya no podía salir de cacería para alimentar a su familia, por lo cual le
pide a su hijo que se encargue de ello. El hijo sale a cazar y regresa rapidamente con un conejo
para la cena. Al día siguiente regresa sin haber cazado nada y se excusa diciendo que no hay
animales. Al día siguiente tampoco trae nada y se excusa nuevamente. Intrigado, el anciano sale
a verificar como cazaba su hijo, y lo encuentra sentado junto a un arbol. El anciano le pregunta
que hace allí. El hijo le responde: "Silencio, estoy esperando que los conejos se estrellen contra
el arbol. ¿Te acuerdas del primer conejo que traje a casa? Bueno, ese lo recogí cuando se
estrello contra el arbol. Se paciente, padre, seguro que mas tarde otro se estrellara contra el
arbol".

Cuántas veces, como en esta historia, nos quedamos esperando que los éxitos en la vida nos
vengan de pura suerte o damos excusas para encubrir nuestra falta de responsabilidad y
perseverancia. "No tengo tiempo", "no tengo recursos", "no me dejan trabajar", "no me siento
bien", "es culpa de otro departamento", "es el sistema que no funciona". ¿Reconoce estas
excusas? La excusa es la distancia más corta entre la responsabilidad y la irresponsabilidad.
Cuando damos una excusa no nos hacemos responsables y dejamos de perseverar.
Presuponemos que una circunstancia externa a nosotros es más poderosa y domina nuestro
destino.

Si es tan negativo para nosotros, ¿por qué lo hacemos? A los que tienen baja autoestima les
cuesta mucho admitir sus equivocaciones, pues ello confirmaría que no son competentes.
Culpar a otros de sus problemas aleja la sensación de inferioridad generada por el
incumplimiento de sus responsabilidades. Aparentemente, las excusas son muy útiles: reducen
el trabajo y no cuestan nada. Lo único que se necesita es un poco de creatividad para que
parezcan verdaderas. Pero las excusas tienen el costo escondido de mermar nuestra
responsabilidad, encubriendo nuestra dejadez y generando un clima de desconfianza e
hipocresía en la organización.

Según Williamson, los padres normalmente celebran con amor y alegría los logros y aciertos de
los niños. Pero otros también critican, humillan o no dan muestras de afecto cuando los niños
fallan. Esto condiciona al niño a querer hacer todo perfecto para recibir siempre el cariño. De
adultos tenemos el mismo problema: creemos subconscientemente que si nos equivocamos
nos retirarán el cariño. Por eso las excusas nos permiten engañarnos a nosotros mismos y
creer que no somos nosotros los equivocados, pues de esa forma evitamos el dolor.

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Las empresas también contribuyen a fomentar la cultura de la excusa cuando penalizan los
errores de su personal. Si maltratamos o despedimos a nuestro personal cuando falla al
emprender algo, damos un mensaje muy claro: "Mejor no emprenda, y si lo hace tenga una
excusa en caso no funcione". Tenemos que cambiar la valoración negativa de la palabra "error".
Normalmente asociamos la palabra "error" con términos negativos como "malo" o
"destructivo". Recuerde que un error solo es negativo cuando no aprendemos de él. Si no
hubiésemos aprendido de nuestros errores estaríamos en la empresa vestidos de terno, pero
gateando. Todos hemos aprendido a caminar cayéndonos, tropezándonos, pero parece que lo
hemos olvidado.

Cuentan que a Thomas Watson, presidente de IBM en sus inicios, le preguntaron si despediría
al empleado que había hecho perder 600 000 dólares a la empresa. Él respondió: "¡De ninguna
manera! ¡Acabo de invertir 600 000 dólares en su entrenamiento! ¿Ustedes piensan que lo voy
a despedir?".

Las empresas que penalizan el error también penalizan el riesgo. Hoy, si las empresas no
corren riesgos, tomarán automáticamente el riesgo de ser desplazadas por su competencia.

David Fischman
El camino del líder. Lima: UPC. El Comercio, 2000

COMPRENDEMOS LO LEÍDO
NIVEL LITERAL
1. En el texto, ¿cómo cazaba conejos el hijo del anciano?
2. Según el autor, damos excusas constantemente para encubrir. ..
3. De acuerdo con el texto, ¿por qué los niños quieren hacer todo con perfección?
4. ¿Cuál de los siguientes enunciados es compatible con las ideas de David Fischman?
 Las empresas suelen penalizar el error, pero no las actividades de riesgo.
 Los padres solo se deben dedicar a criticar lo que hacen sus hijos.
 a excusa es la distancia más corta entre la responsabilidad y la irresponsabilidad.
 Son pocas las empresas que contribuyen a fomentar la cultura de la excusa.

NIVEL INFERENCIAL
5. ¿Cómo interpretas la siguiente cita: "Cuando la cultura de las excusas se asienta en las
empresas, es como si le sacasen las llantas a un automóvil"?
6. ¿Cuáles son las consecuencias de asumir la cultura de la excusa en nuestro ámbito
de estudio o trabajo?
7. ¿Con qué propósito el autor introduce, al inicio, la historia del anciano y del hijo?
8. ¿Cuáles serían las consecuencias de tener baja autoestima?
9. Elabora una lista de cinco razones por las cuales solemos recurrir a las excusas.

NIVEL CRÍTICO
10. ¿Piensas que el Perú se caracteriza por tener una cultura de la excusa? ¿Por qué?
11. Desarrolla una breve crítica a la “Cultura de la excusa”
12. ¿Qué te sugiere la siguiente expresión?

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 “No podré con el trabajo ¡Es muy difícil! Le diré a mi jefe que ingresó un virus a mi
computadora y destruyó mi archivo completo.”

ACTIVIDADES DE EXTENSIÓN

APLICAMOS LO APRENDIDO

Cuando la adversidad se convierte en oportunidad

Ángel Añaños Jerí, presidente del directorio de la multinacional Ajegroup, señala que el secreto de su
éxito es la pasión que le ponen a su trabajo cotidiano. A los Añaños no les gustan las entrevistas y
mucho menos ser fotografiados, prefieren los negocios y dar trabajo a más peruanos.

Su historia de éxito empezó hace 18 años en Ayacucho, para ser más exactos en la ciudad de San Miguel.
Y si queremos ser más precisos, en la sala de la casa familiar que aún permanece intacta por el valor
emocional que tiene y que refleja el inicio de un emporio comercial que sale del Perú al mundo. Es la
historia de los Añaños, o, lo que es lo mismo, de Kola Real.

Ángel Añaños Jerí, presidente del directorio de Ajeroup, contó a La República algunas razones de su
éxito. Tener una cultura de grupo corporativa y una pasión para hacer las cosas con intensidad, sin
rendirse, y trabajar para y por la empresa.

"Nuestras limitaciones no están en las oportunidades sino en nuestra mente, salirte de lo que te han
dicho que existe y buscar nuevas fronteras, abrir oportunidades y aprovecharlas es indispensable",
afirma. Pero hay que añadir que, además de la pasión que ponen en cada producto que lanzan al
mercado, la unión entre los hermanos es el otro elemento que sitúa a los Añaños Jerí en el lugar donde
se encuentran.

Ante la adversidad
Para ellos, la adversidad es oportunidad. 1988: el terrorismo invadía las zonas más pobres del país.
Ayacucho, la ciudad más golpeada, no podía acceder a los productos de primera necesidad. De ahí nace
la idea de llevar la gaseosa a esas zonas.

Sin embargo, algunos han sobredimensionado su pobreza. Si bien es cierto que la familia Añaños inició
el negocio de forma artesanal, eran agricultores medianos que con un poco de capital y buenas ideas
iniciaron su empresa. "Comenzamos con 15 trabajadores, entre familiares, padres y amigos, donde el
trabajo era muy arduo -relata- y después, en 1991, gracias a un préstamo del Banco Industrial iniciamos
nuestra pequeña planta en Huancayo, luego Bagua en 1993 y Sullana en 1994". El gran paso a Lima fue
en 1999 superando estrechez de infraestructura y competencia desleal, pero con la misma fórmula que
en las provincias: "Dar calidad a precio justo".

Después vino la internacionalización. Desde 1999 hasta el 2004 pusieron la bandera peruana en
Venezuela, Ecuador, México (la sede Ajegroup) y Centro- américa.

"Cuando iniciamos Ajegroup nadie confió en el proyecto, solo nos dieron 6 meses y después se dieron

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cuenta de que sí, se podía. Muchos empezaron a copiarnos", confiesa Ángel, el mayor del clan Añaños.

Queremos saber a cuánto ascienden las ganancias de la multinacional. Pero ese es el secreto mejor
guardado. En algunos temas, los Añaños son herméticos ante la prensa. "El primer semestre del 2006 lo
hemos cerrado con 714 millones de litros vendidos y creemos que se pueden incrementar las ventas en
10 o 15% más", nos dice.

Reto superado
Una de sus incursiones más importantes fue ir tras el mercado asiático. Tailandia iba a consumir,
además del estadounidense sabor de Pepsi y Coca Cola, la bebida del precio justo. A tierras tailandesas
no llevaron Kola Real, sino Big Cola, hermana de la primera. Se decía que las ventas no les eran
favorables en un inicio, situación que desmiente. "Son especulaciones de las cuales prefiero no opinar;
lo que puedo decir es que las ventas en Ajetai (el nombre del grupo en Tailandia) superan las 300 000
cajas por día y la operación es muy exitosa hasta el momento".

El otro ambicioso proyecto que verá la luz a fines del próximo año será la planta cervecera que ya está
en plena construcción, en Huachipa, aliado de la que actualmente fabrica Kola Real, Cielo, Sporade, Pulp,
Feeling y Oro.

Más proyectos
Lo que sí fue descartado por Ángel Añaños es la operación de la compra de la empresa de bocaditos
Laurel, más aún, que pretendan copiar la dupla Pep- si-Frito Lays. Si bien Laurel no ha sido adquirida
por los mismos Añaños, lo hizo un familiar muy cercano, pero el apoyo de ellos no se hizo esperar.

¿Qué más les falta conquistar a los Añaños?, preguntamos y recordamos una frase de la matriarca de la
familia, doña Mirtha Añaños: "El planeta es grande". Y así lo creen. "Salvo México, todavía nos falta
muchísimo de Norteamérica y hay muchos países todavía en Sudamérica y Asia que no hemos tocado.
Habría que pensar en esos mercados antes de otros", responde.

Aún está pendiente retomar la incursión a Colombia y, por qué no, a Argentina, aunque no lo quieren
confirmar. "Estamos desarrollando nuevos productos con valor agregado, pero se verá en un
futuro próximo; lo importante es innovar siempre, la empresa se hace al andar", concluye, mientras
piensa en qué otros mercados conquistar.

1. ¿Cómo interpretas la frase de doña Mirtha Añaños: "El planeta es grande"?

2. ¿Qué es tener una cultura de grupo corporativa?
3. Con tus propias palabras, explica el título de este artículo.
4. ¿Cómo explicas el hermetismo de los Añaños?
5. En una línea de tiempo, destaca los hechos principales en la gesta de los Añaños.
6. Si los Añaños sufrieran pérdidas al intentar ingresar en un nuevo mercado, ¿crees que se
retirarían o persistirían en el empeño?
7. Si un empresario dijera que lo esencial es ganar más dinero, ¿qué comentaría Ángel Añaños?

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