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Juan Sebastián Vargas Ramírez 2150017

REFLEXIÓN AL RESPECTO DE LA EDUCACIÓN COLOMBIA

En el año vigente se cumplen cien años del Manifiesto de Córdoba y cincuenta años de las
protestas de Mayo del 68, los cuales son, en esencia, los acontecimientos más relevantes en
Latinoamerica y Europa (respectivamente) en materia de reformas educativas. Pese a que el
primero de estos acontecimientos se dio en Argentina, y el segundo concentró sus fuerzas en
París, su carácter difusivo fue mundial de una forma inmediata o mediata. Si bien, las
acciones que se siguieron de estos movimientos no guardaron los mismos ideales en todos
los países, debido a que muchos de ellos se permearon con las circunstancias propias de
dichos territorios, sí se conservaron las arengas más elementales, es decir, las relacionadas
con la libertad. El espíritu de estos movimientos, en especial el de Mayo del 68, trascendió a
diversos polos políticos, pues si bien, los estudiantes franceses apelaban al individualismo y
a las nuevas subjetividades1, teniendo en cuenta la dirección capitalista de su entorno, otros
países, como en nuestro caso, vieron en Mayo del 68 una legitimación a la revolución armada
que empezaba a gestarse con el surgimiento de las guerrillas del ala marxista.
Entre las arengas más famosas del Manifiesto de Córdoba y Mayo del 68 se encontraba la
secularización de la educación, la libertad de cátedra, unos parámetros técnicos y la inclusión
de paradigmas científicos en las universidades, entre otros. Centrándonos en el caso
colombiano, el proyecto educativo universitario entre los años 50’s y 70’s, es producto de
unas políticas modernizadoras del país (Tarazona, 2012). Para dar un vistazo general a este
panorama, es necesario situarse (por lo menos) en el contexto histórico de las décadas
mencionadas anteriormente. Los cambios, producto del auge de La Violencia, no solo se
vieron representados en el ámbito político o social, sino también en el cultural. La
movilización hacia el entorno urbano permitió una variación en diversos aspectos antes
ignorados: las relaciones de género cambiaron de forma drástica, en especial con la incursión
de la mujer al ámbito laboral y educativo; la planificación familiar y la legitimación del placer
entran en una nueva etapa con la comercialización exitosa de los métodos anticonceptivos;
las nuevas ofertas universitarias y la ocupación inmediata de su demanda, no era vista solo

1
Al hablar de unas nuevas subjetividades, traigo a la vida uno de los debates más importantes del s. XX, el
proceso de ascenso de una sociedad masificada a las más importantes dimensiones vitales. La masa, que es el
conjunto aglomerante de individuos que no pueden determinar su existencia ni ir en contra de un sistema que
los domina, es un producto de la sociedad de consumo capitalista. Teniendo en cuenta lo anterior, la arenga por
la individualidad, es precisamente una crítica a dicho consumismo masificador, ante el cual la mejor arma es la
subjetividad, la cual se sigue del crecimiento exponencial de una casta de hombres, los intelectuales. Claro está,
la anterior es una interpretación propia (¿o no tan propia y más bien heterónoma?) basadas en algunas lecturas
vagas de intelectuales que se sumaron a estas manifestaciones, como por ejemplo Deleuze y Guattari, quienes
enriquecen las posibilidades de comprensión desde sus obras Diferencia y repetición y Lógica del sentido, la
primera publicada en 1968 y la segunda en el año posterior.
como una forma de ascenso social, sino como la capacidad de pensar la sociedad desde una
perspectiva más válida (Tarazona, 2012).
Las circunstancias políticas que cruzaban de forma perpendicular la política colombiana,
como la dictadura del Gnrl. Rojas Pinilla y el posterior pacto del Frente Nacional, tuvieron
una repercusión en el pensamiento generalizado de los estudiantes, en los que empezaba a
generalizarse el pensamiento de izquierda. A finales de la década de los cincuenta, la
revolución cubana dio muestras del triunfo del ala insurrecto, motivando así a jóvenes de
JUCO y MRL a considerar la vía de las armas para ir en contra de un gobierno en crisis
(Tarazona, 2012). Lo anterior llevó a muchos jóvenes a militar en la siguiente década en las
guerrillas que recién se empezaban a fundar.
Para finales de los 60’s y comienzos de los 70’s la universidad colombiana experimento un
segundo ciclo fuerte de protestas universitarias (motivados por la explosión mediática que
significo el Mayo del 68 parisino), luego del presentado durante la dictadura militar de Rojas.
El año de más alta crisis fue 1971, en el cual pulularon las tensiones entre las autoridades
políticas y universitarias y los estudiantes de toda la nación (Tarazona, 2012). Durante el
año mencionado hubo seis encuentros universitarios a nivel nacional, donde se discutió la
inserción de la universidad en las luchas ideológicas y la revolución armada. Así, de forma
mediata Colombia interpretó que las luchas estudiantiles mundiales, en su contexto propio
debían favorecer la legitimación de la revolución contra un gobierno de turno caracterizado
por el poder de la burocracia (CITA).

Notas
1. Pese a que el artículo del profesor Tarazona (2012) estudia la modernización en el
plano educativo poniendo haciendo un enfoque en el caso UIS, traté de recoger solo
los datos más generales, para que esta reflexión fuera muy breve.
2. Creo que tengo ciertas dudas al respecto de los modelos educativos europeo y
americano; no obstante, considero que es un tema a explotar, debido a que, cómo
explica Tarazona (2012), el caso de la UIS es único en el proceso modernizador por
ser un híbrido entre ambos modelos. Sería interesante ver cómo imaginaron los altos
funcionarios educativos estos modelos y como los aplicaron, es decir, en qué se
ciñeron a las ideas foráneas de forma dogmática y en qué innovaron y crearon más
que un híbrido, un nuevo modelo educativo.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Tarazona, Á. (2012). Modernización universitaria y protesta estudiantil en Colombia: el caso
de la Universidad Industrial de Santander (1953-1977). Anuario de Historia Regional y de
las Fronteras, 17 (2), 371-399.

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