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"LOS ORÍGENES DEL CONSTITUCIONALISMO MODERNO”

Siendo el constitucionalismo actual resultado de un largo proceso en que confluyen los


esfuerzos de muchos pueblos, pero- principalmente del inglés, el francés y el norteameri-
cano", es necesario fijar algunos de los precedentes que en tales naciones sirvieron de hitos
en su lucha contra el absolutismo.
I. El aspecto más ilustrativo, por su continuidad y carácter deliberado, es el del
constitucionalismo inglés. Su evolución está caracterizada, según GARCÍA-PELAYO11, por el
triun: fo: del Parlamento, por la transición del Estado estamental' al- democrático-liberal, .y
por. su tendencia tradicionalista, pues sin cambiar .las instituciones..les va dando el nuevo
sentido que requieren los tiempos; proceso histórico en que son principales protagonistas:, el
rey, invocando su prerrogativa, el Parlamento, con sus pretensiones de supremacía, y los
jueces, afirmando, la. preponderancia del common lato.
La monarquía inglesa, originada en la conquista normanda, por razón, de esa
circunstancia y quizá de su posición insular, afirmó mayormente su soberanía y ejerció una
centralización más intensa, que las del continente, frente al pluralismo feudal. Es por eso por
lo que, aprovechando un momento de crisis, la resistencia de los estamentos superiores se
exterioriza con 1a exigencia de restablecer las antiguas costumbres, haciendo otorgar al rey
una Carta en la que se consignan los derechos subjetivos de los miembros de aquellos
órdenes que el monarca se obliga a respetar. Fue ese el origen de la Carta Magna dada por
Juan sin Tierra en 1215, que, aun cuando no es una declaración general en que se reconocen
los derechos iguales de los ingleses, sino apenas los de "los hombres libres", esto es, el alto
clero y la nobleza, contiene en germen principios como el de la limitación de la prerrogativa
real, el de representación (así sea clasista), el de que no hay tributación extraordinaria sin
representación, y el de garantía de la libertad física, que servirán de base al futuro
constitucionalismo.
No obsta que ese hecho carezca de novedad, porque el sistema del otorgamiento de esta
clase de documentos es usual en la Edad Media, ni que el contenido mismo de la Carta sea
heterogéneo, nada sistemático, y tenga un sabor de privilegio estamental; su significado
simbólico es profundo, al enfrentar al poder del rey el de algunos de sus subditos y admitirse
que el poder real puede ser reglado por normas en que se expresan formas de vida
1
MANUEL ' GARCÍA-PELAYO, Derecho ' constitucional comparado, Madrid, Edit. Revista de Occidente,
1965> p. 251 a 253.
tradicionales, anteriores y superiores al rey; y que, por tanto, este no puede abolirías ni
suspenderlas, como se consagró también en dicha Carta.
La primacía del derecho es una tesis indiscutida en la Edad Media. Pero en Inglaterra
esta idea tiene un sentido diferente del de los países continentales en los que el rey detenta el
poder pleno y exclusivo para formular las leyes. En Inglaterra, el rey no puede ejercer su
poder de gobernante sino de acuerdo con las leyes asentidas por el pueblo, por lo cual su
poder legislativo es un poder limitado.
Ese asentimiento se expresa en esta primera etapa por intermedio de una asamblea
llamada Consilium Regís, cuerpo de carácter enteramente feudal, o sea, de representación
vinculada y no libre que, por lo tanto, estaba totalmente influida por el rey. Solo en 1254
aparecen en dicha asamblea representantes de los caballeros de los condados que aportan un
elemento nuevo, haciendo mixto dicho cuerpo, porque estos representantes no tenían
vinculación feudal directa con el monarca, inaugurando un factor de relativa independencia.
El Parlamento propiamente dicho nace con la convocatoria hecha por Simón de Montfort en
1265, bajo el difícil reinado de Enrique III, en el que se reúnen tanto las jerar quías
eclesiásticas, los grandes señores feudales, los caballeros y funcionarios de la Corona, como
también representantes de los condados y los burgos, injertando en la asamblea no solo una
nueva clase, sino un criterio de representación regional y local, que regenera el puramente
estamental.

Los tres órdenes de parlamentarios obran separadamente en sus deliberaciones con el


rey y sus reuniones son ocasionales, pues dependen de la voluntad real. Sin embargo, hacia
1343 el clero y los nobles han adquirido la costumbre y el derecho de consultarse y obrar
conjuntamente, de donde resulta la separación del Parlamento en sus dos Cámaras actuales, y
desde 1330 se establece por estatuto la reunión anual del parlamento, norma que se afianzará
por las necesidades financieras del; rey, que le obligan a reunirlo regularmente, y por el
enriquecimiento de los comunes, que les permitirá ir cobrando mayor importancia.
Habiendo consolidado el Parlamento el derecho de asentir los tributos que heredó del
Consilium Regís, y adquirido el de implantar directamente tributos extraordinarios sobre
los cuales tiene poder de vigilancia y de rendición de cuentas, así como el atributo de que los
estatutos generales no puedan promulgarse sin su asentimiento, y la posibilidad de juzgar por
intermedio de la Cámara de los Lores a los funcionarios de la Corte, hay que reconocer que
empieza a configurarse una tenue separación de poderes que anuncia el constitucionalismo
por venir.
En este camino, no debe olvidarse la supervivencia de la Curia Regia o Consejo del
Rey, integrado por los funcionarios de la Corte que le asistieron siempre en sus funciones
primitivas de legislador, administrador y juez, y cuya ampliación permitió el desarrollo del
Parlamento, pero que en el siglo xiv se separará y diferenciará de este, para servir de refugio
a los intereses de la nobleza cuando pierde poder parlamentario.
Bajo los Tudor se crea el Estado nacional centralizado que rompe con el localismo y
pluralismo medievales, mas no por abolición sino por incorporación de sus instituciones en
el nuevo Estado, y varía sus funciones o modo de ejercicio según los requerimientos de la
situación llegada.
A consecuencia de esa centralización, de apoyarse el rey en el pueblo en su forcejeo con
la nobleza y de la desaparición del particularismo local, se generalizan los'derechos con
miras a- la igualdad ante la ley.
Los cambios económicos y políticos desplazan a la nobleza y elevan la condición social
de los burgueses, pequeños propietarios y gentes dedicadas a profesiones liberales.
Dentro de este marco, la .pugna rey - parlamento termina con éxito para el primero, pero
sin que el parlamento haya podido ser eliminado, convirtiéndose aquel, en el centro del
sistema de los poderes estatales, pero ejercidos en cooperación con el Consejo y
el.Parlamento.
El Consejo se fortalecerá especialmente, como Privy Council, por ser seleccionado por
el rey entre la intelectualidad de clase media, convirtiéndose en un organismo técnico, capaz,
bien informado, aunque carente de poderes propios. El Parlamento no será aún autónomo,
pero mantendrá su condición representativa que le asegura que sin su asentimiento no
pueden variarse las leyes del reino, ya que el rey solo legisla en o con tal corporación.
El Consejo tendrá especial importancia por razón de sus funciones judiciales, pues
ostenta una jurisdicción originaria que ejerce por medio de comités, pero sin someterse al
common lato y pudiendo promulgar leyes, facultades que crearán grave conflicto con el
Parlamento.
En síntesis: Inglaterra es para entonces una monarquía mixta, un régimen templado, en
cuanto el poder real está moderado por algo de aristocracia y democracia. Hay equilibrio
entre rey y Parlamento, por cuanto ninguno es absoluto. Pero como el Parlamento está
compuesto por el rey, la nobleza y los comunes, tiene un carácter nacional que implica su
soberanía, tiene el poder de todo el reino, porque en él todo inglés está presente, én persona'
o en la de un procurador2
De esta situación resultará, como hace notar GARCÍA- PELAYO3, que como "tal cuerpo
compuesto era soberano no había posibilidad de zanjar una situación en la que sus elementos
componentes aparecieran en radical o irreductible oposición. Y en este caso el' resultado
habría de ser la sumisión voluntaria o forzada .de uno de ellos", caso que se presentará al
agudizarse el antagonismo Corona-Parlamento y el de los tribunales de prerrogativa con los
del common lato, lo que llevará a la abolición del Consejo, cortando con ello toda evo-
lución en el sentido del absolutismo del monarca.

El choque se produce entre la tesis de la primacía del common laiu sostenida por el
juez Cocke y la absolutista de Jacobo I. Para el primero, este derecho histórico es la base
inalterable del sistema constitucional británico, con lo cual niega que la prerrogativa real sea
una facultad discrecional incondicionada, estando subordinada al common law y no
pudiendo, en consecuencia, el rey juzgar sino a través de los jueces "de acuerdo con el
derecho y la costumbre de Inglaterra", ni tampoco variar el derecho del país ni crear nuevos
delitos. Cocke lleva su tesis hasta someter al Parlamento también al common lato, al punto
de sostener que cuando un estatuto le sea contrario, o de imposible ejecución o irracional,
debe primar aquel y este declararse nulo.
Jacobo sostiene que la sustancia de la monarquía es un poder supremo sobre sus
subditos; el rey es quien hace posible la sociedad civil, pues sin él el pueblo es multitud
acéfala, inorgánica, incapaz de regirse por el derecho; los reyes existieron antes que los
estamentos y que la reunión de los parlamentos y antes que se elaboraran las leyes, y no a la
inversa; los jueces dicen o interpretan el derecho, pero no lo dan ni lo crean, debiendo por
ello sustentar la soberanía real que las crea, y no atacarla.
Por su parte, entre la tesis de la primacía de los jueces o del rey, el Parlamento niega que
el rey esté desligado y por encima del derecho,ya que, de conformidad con las antiguas
costumbres y privilegios del derecho tradicional, la autoridad soberana solo pertenece a la
Corona en el Parlamento, por lo cual prevalece el estatuto legislativo votado con el consen-
timiento parlamentario sobre la simple ordenanza real, de donde la prerrogativa real en que
esta se funda puede ser limitada por estatutos.

2
2 GARCÍ A-PELA YO, OB. CIT., P. 261. '
Estas tres tesis plantean la crisis del sistema inglés, cuya solución conducirá al gobierno
parlamentario.
Esquemáticamente, los principales pasos en este tránsito del gobierno consiliar al
parlamentarismo son:
La Vetition of Rights del 7 de junio de 1688, que es la la primera restricción estatutaria
impuesta a los Tudor, para impedir los abusos del rey al violar las costumbres y estatutos del
reino, y que consigna una serie de prohibiciones protectoras que son, al mismo tiempo,
abolición o negativa de presuntos, poderes reales absolutos.

La abolición de. los tribunales de prerrogativa, la sujeción de los ministros del rey al
juicio del Parlamento, la pretensión parlamentaria a que los nombramientos reales tengan su
asentimiento, la proclamación de la Commonwealth, tras la guerra civil y la ejecución del
rey, que declara que Inglaterra es un Estado libre que se gobierna por los representantes del
pueblo, sin rey ni Cámara de los Lores, constituyéndose una dictadura militar e intentando
regularía por una Constitución escrita, el Instrument of Government de 1663.
Restaurada la monarquía y el relativo equilibrio con el Parlamento, este se quiebra
cuando Carlos II, en. ejercicio de la facultad real de dispensar del cumplimiento de un esta-
tuto particular en un caso concreto, suspende globalmente los estatutos dados por el
Parlamento en favor de los anglicanos, conflicto que surge entre las disputas sobre el control
del ejército, la expedición del Acta de babeas corpus de 1679, en que se recortan atributos
reales, y la organización de los partidos políticos como continuación de las rivalidades
dejadas por la guerra civil, entre realistas y herederos de los secuaces de Cromwell,
complicado todo por aspectos de lucha religiosa.
II. En cuanto a los antecedentes de alcance universal provenientes del constitucionalismo
norteamericano, se han hecho resaltar primordialmente: 1). la codificación escrita de las nor-
mas constitucionales, exigida seguramente por la complejidad misma del sistema adoptado,
que requería precisión y estabilidad de las fórmulas de relación entre las viejas colonias y el
nuevo Estado que las reunió; 2) el sistema federal como mecanismo de integración de una
pluralidad de colectividades autónomas en lo que les es común, sin arrasar sus
particularidades, y dentro de dispositivos que permiten hacer una desconcentración espacial
del poder mediante la distribución de competencias
entre el gobierno general de la federación y los gobiernos de los federados; 3) el gobierno
presidencialista, en el cual la conducción del Estado recae en el jefe del gobierno, aunque
con una prudente combinación de contrapesos entre los órganos del poder que controlan el
liderato del presidente; 4) el control jurisdiccional de la constitucionalidad de la ley, ca-
pacitando a los jueces para desecharla cuando de su aplicación en el caso que juzgan resulte
vulnerado un principio constitucional, declarada como está la primacía del estatuto
fundamental; 5) la declaración formal de los derechos del hombre, incorporada después en la
Constitución con el carácter de norma fundamental; y 6) un pragmatismo prudente en el
empleo del poder de reforma constitucional, conservando aún la Carta original, mediante su
actualización con pausadas enmiendas imprescindibles, que han dado una conveniente
estabilidad y continuidad al sistema.
Rozo ACUÑA3 considera que las bases del constitucionalismo norteamericano se
encuentran en su Declaración de Independencia (4 de julio de 1776), en la Declaración de
Derechos del Estado de Virginia (12 de junio de 1776), y en la propia Constitución del 4 de
marzo de 1789.
Sintéticamente, la Declaración de Independencia afirma como "verdades evidentes":

 que todos los hombres son creados iguales;


 que están dotados por su Creador de ciertos derechos naturales e inalienables;
 que entre esos derechos, son esenciales: la vida, la libertad y la búsqueda de la
felicidad;
 que los gobiernos se instituyen para garantizar esos derechos;
 que solo son legítimos poderes del gobierno los que se derivan del
consentimiento de los gobernados;
 que cuando las formas de gobierno atenten contra estos principios, el pueblo
puede cambiarlas y erigir otras que los asegure.

Lacónico resumen de la filosofía del constitucionalismo de base democrática, como forma


limitada del poder político, limitación hecha por la ley, y con concepto dinámico y evolutivo,
como resulta del último aparte enumerado; pero el documento contiene esta precaución: "La
prudencia, claro .está; aconsejará que no se cambien por motivos leves y transitorios
gobiernos de antiguo establecidos", a menos que se trate de formas de absolutismo-
intolerable.

3
EDUARDO ROZO ACUÑA, Introducción al concepto de Estado Moderno. Antología de textos políticos, t. H,
Bogotá, Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia, 1968, p. 170 y ss.
Entre los derechos que se declaran como del pueblo de Virginia, se enuncian:
Que todos los hombres son, por naturaleza, igualmente libres e independientes y
tienen ciertos derechos innatos, como el de la vida y la. libertad, "con' los medios de
adquirir y poseer la propiedad y de buscar y obtener la felicidad y la seguridad", y de los
cuales no pueden ser privados, ni despojados en virtud de ningún pacto "cuando entran en
estado de sociedad".
Que todo poder es inherente al pueblo y procede de él, siendo los magistrados .-.sus;
servidores y, "por tanto, responsables ante aquel.
El gobierno es para el común provecho, protección y seguridad del pueblo, pudiendo
la mayoría cambiarlo cuando sea contrario a tales intereses, lo que constituye derecho ina-
lienable.
 No debe haber privilegios, salvo los derivados de los servicios públicos
prestados.
 Los poderes públicos han. de estar separados,
 Los cargos legislativos y ejecutivos deben ser electivos periódica y
regularmente.
 Las elecciones han de .ser libres y' el sufragio universal.
 Nadie debe quedar obligado sino por contribuciones y cargas votadas o
asentidas por sus representantes, por razones de interés público.
 Todo inculpado tiene derecho, al debido proceso y a su defensa, debiendo-ser
juzgado por sus iguales, sin que se le prive de su libertad por razones distintas,
de las legales,
 La libertad de prensa es el baluarte de la libertad.
 Subordinación del poder militar al civil y Libertad religiosa.

Sobre estos moldes se redacta la Constitución norteamericana' que,con las"• principales;


enmiendas que le fueron hechas en 1865, 1868, 1870, 19ÍX 1919:y" 1933;, sobre abo
lición de h. esclavitud y los trabajos forzados, derechos ciudadanos, sufragio, restricción
de licores, impuesto de renta y elección presidencial; - ha soportado las alternativas de los
Estados Unidos de orden interno, como la guerra de secesión, y los externos, ya como
poder aislado o activo en los conflictos internacionales.

Sus instituciones, sus prácticas; más quedas ideas de grandes pensadores, son el aporte
norteamericano al flujo del constitucionalismo.
III. HOBSBAWM4, al hacer el estudio" de "las revoluciones burguesas" fija los caracteres,
repercusiones e importancia de la Revolución Francesa, así: "Si la economía del mundo del
siglo xix se formó principalmente bajo la influencia de la Revolución Francesa". Francia
proporcionó el vocabulario y los programas de los partidos liberales, radicales y democrá-
ticos de la mayor parte del mundo, Francia ofreció el primer gran ejemplo, el concepto y el
vocabulario del nacionalismo. Francia proporcionó los' códigos legales, el modelo de organi-
zación científica y técnica y el sistema métrico decimal a muchísimos países. La ideología
del mundo moderno penetró por primera vez' en las distintas civilizaciones, que hasta en-
tonces habían resistido a las ideas europeas, a través de la influencia francesa. Esta fue la
obra de la Revolución Francesa"
Al preguntarse sobre la razón de tan profundo y vasto influjo, HOBSBAWM anota que esa
revolución no fue un hecho aislado de la crisis general de los regímenes antiguos, lo cual se
debe a que sucedió en el más poderoso y populoso Estado europeo de su tiempo, a que se
trató de una revolución social de masas más radical que las que le antecedieron y sucedieron
en ese siglo y en el siguiente —que fueron meros movimientos de independencia política—,
y a su carácter ecuménico, pues sus ejércitos se pusieron en pie de guerra para defenderla y
propagarla.
Apoya estas observaciones en que el conflicto entre la armazón del viejo régimen y la
subida de las nuevas fuerzas sociales era más aguda en Francia que en cualquier otro país, y
en que esas fuerzas tenían conciencia de lo que se proponían, y el retraso de la implantación
de reformas indispensables —que pareció un éxito de la monarquía— hizo más intenso el
deseo de cambio.
Los propósitos concretos de la revolución en la mente del economista fisiócrata
TURGOÍ7, básicamente eran: una eficaz explotación de la tierra, la libertad de empresa y de
comercio, normal y eficiente administración de un territorio nacional único y homogéneo, la
abolición de todas las restricciones y desigualdades sociales que impedían el desarrollo de
los recursos nacionales, y un justo y racional sistema de tributación.
La ideología que dio a la corriente revolucionaria está resumida en la Declaración de
derechos del hombre y del ciudadano (1789), que es para HOBSBAWM "un manifiesto
contra la sociedad jerárquica y los privilegios de los nobles, pero no en favor de una sociedad
democrática e igualitaria"8, destacando con ello más su acento polémico y negativo que sus
4
E. J. HOBSBAWM, Las revoluciones burguesas, Madrid, Ediciones Guadarrama, 1971, p. 103.
I-IOBSBAWM, ob. ext., p. 104.
teóricas libertades y derechos, pues, por ejemplo, si declara la igualdad de los hombres,
acepta que pueden existir distinciones por razones de utilidad común, considera la propiedad
derecho sagrado e inviolable, consagra la representación, pero no exige que sea de origen
democrático, y la igualdad ante la ley es puramente formal. Por lo que concluye que "una
monarquía constitucional basada en una oligarquía de propietarios que se expresaran a través
de una Asamblea representativa, era más adecuada para la mayor parte de los burgueses
liberales que la república democrática, que pudiera haber parecido una expresión más lógica
de sus aspiraciones teóricas".
Pero la revolución no se manifestó como clasista. Tácticamente radicó la soberanía en la
voluntad general del pueblo, identificado con la nación francesa y en la práctica con "el
Tercer Estado".
Aún más interesante que su análisis de la ideología y el proceso revolucionario, es la
determinación que de sus consecuencias hace el autor que venimos siguiendo.

Resumámoslas:

Cree HOBSBAWM10 que la más formidable herencia de esta revolución es su poder


ejemplarizante, al dar modelos y patrones para los levantamientos políticos de tendencia
liberal moderna de los aristócratas y de la clase media alta, la radical-democrática de la clase
media baja y los intelectuales de avanzada, y la socialista de los trabajadores pobres de la in-
dustria nueva, representados por las constituciones de 1791, la jacobina de 1793, y la
"Conspiración de los Iguales" de Babeuf, respectivamente.. Significan esas tres tendencias
las fuerzas renovadoras, frente al conservadurismo, y a las que hoy se engloba genéricamente
bajo el rubro de "la izquierda" o pasan por "progresistas".
Además, el nacionalismo es una fuerza desatada por la Revolución Francesa, fundado en
la creencia de que cada pueblo tiene una misión histórica por cumplir y cuya realización
contribuirá a la realización de la humanidad. El destino de la Francia revolucionaria fue la
implantación de sus ideales de igualdad, libertad y fraternidad.
No podía ser extraña al pensamiento revolucionario de Francia la destinación de la
tierra, factor esencial aun en la economía de entonces, a pesar de la revolución política y la
industrial. El progreso requería que la tierra fuera de libre comercio para los particulares;
debían poseerla gentes capaces de desarrollar sus recursos racionalmente, y sus antiguos
siervos deberían ser obra de mano libre. Toda la estructura social y económica feudalista
quedaba así destruida.
La explosión demográfica, el desplazamiento rural hacia las urbes, las comunicaciones
rápidas y fáciles, el auge del comercio, concomitantes y consecuentes a la Revolución,
enrumban al mundo hacia la sociedad industrial capitalista.
El impacto de esta revolución se extiende a todos los campos de la vida personal y
social, de la civilización misma. Toca las capas más profundas de esa vida, porque aporta el
sentimiento y la conciencia de que ha advenido una clase nueva, un hombre nuevo, una
nueva forma de vivir. La sicología predominante es la del hombre que nada debe a la
tradición, a la familia, pues se ha hecho todo por su propio esfuerzo, y con ese título se
enfrenta a la caída nobleza y al proletariado naciente. Los hechos, la realidad, el interés como
motivo, el trabajo como deber, la productividad traducida en beneficio personal, cualifican la
nueva aristocracia.

La revolución liberal de Francia provocó, también, indirectamente, el despertar de la


clase pobre, canalizada después por el sindicalismo. Al liberarse políticamente, pudo ali-
nearse ante las organizaciones capitalistas, ya no en esporádicos levantamientos, sino en un
largo proceso de conquistas laborales y de equilibrio frente a aquellos.
En el orden religioso, se produjo un movimiento de laicismo o secularización
racionalista; el libre pensamiento, la libertad de conciencia y opinión, tendieron al
agnosticismo, al ateísmo, al materialismo, al endiosamiento de la inteligencia. Es "la edad de
la razón", de "la ilustración", del saber enciclopédico, de la ciencia, contra los prejuicios y las
supersticiones.
En líneas generales, se. pensaba en la capacidad de la razón para conocerlo todo, para
resolverlo todo, y por tanto, en el poder del hombre para dominar la naturaleza, dominio que
significaba progreso, concibiendo linealmente la historia como un procreso continuado,
indefinido e ilimitado, de avances y logros obtenidos por la ciencia, hasta poder descartar to-
do rezago de actitudes e instituciones irracionales.
Estas trasformaciones conducen en el plano artístico al romanticismo, en el campo
religioso al laicismo o secularización y en el científico a la. deshumanización tecnocrática.
De esta sucinta ojeada a los antecedentes del constitucionalismo moderno resulta —-sin
olvidar lo que significaron para su evolución el florecimiento del racionalismo humanista del
Renacimiento, la crisis religiosa de la contrarreforma protestante y el movimiento iluminista
del siglo xvm— que la creación institucional historicista de los ingleses, la pragmática
construcción norteamericana de su sistema constitucional, y la atrayente propagación
ideológica de Francia, hicieron posible el triunfo del constitucionalismo en el siglo xrx, hasta
mediar el presente.

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