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El choque se produce entre la tesis de la primacía del common laiu sostenida por el
juez Cocke y la absolutista de Jacobo I. Para el primero, este derecho histórico es la base
inalterable del sistema constitucional británico, con lo cual niega que la prerrogativa real sea
una facultad discrecional incondicionada, estando subordinada al common law y no
pudiendo, en consecuencia, el rey juzgar sino a través de los jueces "de acuerdo con el
derecho y la costumbre de Inglaterra", ni tampoco variar el derecho del país ni crear nuevos
delitos. Cocke lleva su tesis hasta someter al Parlamento también al common lato, al punto
de sostener que cuando un estatuto le sea contrario, o de imposible ejecución o irracional,
debe primar aquel y este declararse nulo.
Jacobo sostiene que la sustancia de la monarquía es un poder supremo sobre sus
subditos; el rey es quien hace posible la sociedad civil, pues sin él el pueblo es multitud
acéfala, inorgánica, incapaz de regirse por el derecho; los reyes existieron antes que los
estamentos y que la reunión de los parlamentos y antes que se elaboraran las leyes, y no a la
inversa; los jueces dicen o interpretan el derecho, pero no lo dan ni lo crean, debiendo por
ello sustentar la soberanía real que las crea, y no atacarla.
Por su parte, entre la tesis de la primacía de los jueces o del rey, el Parlamento niega que
el rey esté desligado y por encima del derecho,ya que, de conformidad con las antiguas
costumbres y privilegios del derecho tradicional, la autoridad soberana solo pertenece a la
Corona en el Parlamento, por lo cual prevalece el estatuto legislativo votado con el consen-
timiento parlamentario sobre la simple ordenanza real, de donde la prerrogativa real en que
esta se funda puede ser limitada por estatutos.
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2 GARCÍ A-PELA YO, OB. CIT., P. 261. '
Estas tres tesis plantean la crisis del sistema inglés, cuya solución conducirá al gobierno
parlamentario.
Esquemáticamente, los principales pasos en este tránsito del gobierno consiliar al
parlamentarismo son:
La Vetition of Rights del 7 de junio de 1688, que es la la primera restricción estatutaria
impuesta a los Tudor, para impedir los abusos del rey al violar las costumbres y estatutos del
reino, y que consigna una serie de prohibiciones protectoras que son, al mismo tiempo,
abolición o negativa de presuntos, poderes reales absolutos.
La abolición de. los tribunales de prerrogativa, la sujeción de los ministros del rey al
juicio del Parlamento, la pretensión parlamentaria a que los nombramientos reales tengan su
asentimiento, la proclamación de la Commonwealth, tras la guerra civil y la ejecución del
rey, que declara que Inglaterra es un Estado libre que se gobierna por los representantes del
pueblo, sin rey ni Cámara de los Lores, constituyéndose una dictadura militar e intentando
regularía por una Constitución escrita, el Instrument of Government de 1663.
Restaurada la monarquía y el relativo equilibrio con el Parlamento, este se quiebra
cuando Carlos II, en. ejercicio de la facultad real de dispensar del cumplimiento de un esta-
tuto particular en un caso concreto, suspende globalmente los estatutos dados por el
Parlamento en favor de los anglicanos, conflicto que surge entre las disputas sobre el control
del ejército, la expedición del Acta de babeas corpus de 1679, en que se recortan atributos
reales, y la organización de los partidos políticos como continuación de las rivalidades
dejadas por la guerra civil, entre realistas y herederos de los secuaces de Cromwell,
complicado todo por aspectos de lucha religiosa.
II. En cuanto a los antecedentes de alcance universal provenientes del constitucionalismo
norteamericano, se han hecho resaltar primordialmente: 1). la codificación escrita de las nor-
mas constitucionales, exigida seguramente por la complejidad misma del sistema adoptado,
que requería precisión y estabilidad de las fórmulas de relación entre las viejas colonias y el
nuevo Estado que las reunió; 2) el sistema federal como mecanismo de integración de una
pluralidad de colectividades autónomas en lo que les es común, sin arrasar sus
particularidades, y dentro de dispositivos que permiten hacer una desconcentración espacial
del poder mediante la distribución de competencias
entre el gobierno general de la federación y los gobiernos de los federados; 3) el gobierno
presidencialista, en el cual la conducción del Estado recae en el jefe del gobierno, aunque
con una prudente combinación de contrapesos entre los órganos del poder que controlan el
liderato del presidente; 4) el control jurisdiccional de la constitucionalidad de la ley, ca-
pacitando a los jueces para desecharla cuando de su aplicación en el caso que juzgan resulte
vulnerado un principio constitucional, declarada como está la primacía del estatuto
fundamental; 5) la declaración formal de los derechos del hombre, incorporada después en la
Constitución con el carácter de norma fundamental; y 6) un pragmatismo prudente en el
empleo del poder de reforma constitucional, conservando aún la Carta original, mediante su
actualización con pausadas enmiendas imprescindibles, que han dado una conveniente
estabilidad y continuidad al sistema.
Rozo ACUÑA3 considera que las bases del constitucionalismo norteamericano se
encuentran en su Declaración de Independencia (4 de julio de 1776), en la Declaración de
Derechos del Estado de Virginia (12 de junio de 1776), y en la propia Constitución del 4 de
marzo de 1789.
Sintéticamente, la Declaración de Independencia afirma como "verdades evidentes":
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EDUARDO ROZO ACUÑA, Introducción al concepto de Estado Moderno. Antología de textos políticos, t. H,
Bogotá, Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia, 1968, p. 170 y ss.
Entre los derechos que se declaran como del pueblo de Virginia, se enuncian:
Que todos los hombres son, por naturaleza, igualmente libres e independientes y
tienen ciertos derechos innatos, como el de la vida y la. libertad, "con' los medios de
adquirir y poseer la propiedad y de buscar y obtener la felicidad y la seguridad", y de los
cuales no pueden ser privados, ni despojados en virtud de ningún pacto "cuando entran en
estado de sociedad".
Que todo poder es inherente al pueblo y procede de él, siendo los magistrados .-.sus;
servidores y, "por tanto, responsables ante aquel.
El gobierno es para el común provecho, protección y seguridad del pueblo, pudiendo
la mayoría cambiarlo cuando sea contrario a tales intereses, lo que constituye derecho ina-
lienable.
No debe haber privilegios, salvo los derivados de los servicios públicos
prestados.
Los poderes públicos han. de estar separados,
Los cargos legislativos y ejecutivos deben ser electivos periódica y
regularmente.
Las elecciones han de .ser libres y' el sufragio universal.
Nadie debe quedar obligado sino por contribuciones y cargas votadas o
asentidas por sus representantes, por razones de interés público.
Todo inculpado tiene derecho, al debido proceso y a su defensa, debiendo-ser
juzgado por sus iguales, sin que se le prive de su libertad por razones distintas,
de las legales,
La libertad de prensa es el baluarte de la libertad.
Subordinación del poder militar al civil y Libertad religiosa.
Sus instituciones, sus prácticas; más quedas ideas de grandes pensadores, son el aporte
norteamericano al flujo del constitucionalismo.
III. HOBSBAWM4, al hacer el estudio" de "las revoluciones burguesas" fija los caracteres,
repercusiones e importancia de la Revolución Francesa, así: "Si la economía del mundo del
siglo xix se formó principalmente bajo la influencia de la Revolución Francesa". Francia
proporcionó el vocabulario y los programas de los partidos liberales, radicales y democrá-
ticos de la mayor parte del mundo, Francia ofreció el primer gran ejemplo, el concepto y el
vocabulario del nacionalismo. Francia proporcionó los' códigos legales, el modelo de organi-
zación científica y técnica y el sistema métrico decimal a muchísimos países. La ideología
del mundo moderno penetró por primera vez' en las distintas civilizaciones, que hasta en-
tonces habían resistido a las ideas europeas, a través de la influencia francesa. Esta fue la
obra de la Revolución Francesa"
Al preguntarse sobre la razón de tan profundo y vasto influjo, HOBSBAWM anota que esa
revolución no fue un hecho aislado de la crisis general de los regímenes antiguos, lo cual se
debe a que sucedió en el más poderoso y populoso Estado europeo de su tiempo, a que se
trató de una revolución social de masas más radical que las que le antecedieron y sucedieron
en ese siglo y en el siguiente —que fueron meros movimientos de independencia política—,
y a su carácter ecuménico, pues sus ejércitos se pusieron en pie de guerra para defenderla y
propagarla.
Apoya estas observaciones en que el conflicto entre la armazón del viejo régimen y la
subida de las nuevas fuerzas sociales era más aguda en Francia que en cualquier otro país, y
en que esas fuerzas tenían conciencia de lo que se proponían, y el retraso de la implantación
de reformas indispensables —que pareció un éxito de la monarquía— hizo más intenso el
deseo de cambio.
Los propósitos concretos de la revolución en la mente del economista fisiócrata
TURGOÍ7, básicamente eran: una eficaz explotación de la tierra, la libertad de empresa y de
comercio, normal y eficiente administración de un territorio nacional único y homogéneo, la
abolición de todas las restricciones y desigualdades sociales que impedían el desarrollo de
los recursos nacionales, y un justo y racional sistema de tributación.
La ideología que dio a la corriente revolucionaria está resumida en la Declaración de
derechos del hombre y del ciudadano (1789), que es para HOBSBAWM "un manifiesto
contra la sociedad jerárquica y los privilegios de los nobles, pero no en favor de una sociedad
democrática e igualitaria"8, destacando con ello más su acento polémico y negativo que sus
4
E. J. HOBSBAWM, Las revoluciones burguesas, Madrid, Ediciones Guadarrama, 1971, p. 103.
I-IOBSBAWM, ob. ext., p. 104.
teóricas libertades y derechos, pues, por ejemplo, si declara la igualdad de los hombres,
acepta que pueden existir distinciones por razones de utilidad común, considera la propiedad
derecho sagrado e inviolable, consagra la representación, pero no exige que sea de origen
democrático, y la igualdad ante la ley es puramente formal. Por lo que concluye que "una
monarquía constitucional basada en una oligarquía de propietarios que se expresaran a través
de una Asamblea representativa, era más adecuada para la mayor parte de los burgueses
liberales que la república democrática, que pudiera haber parecido una expresión más lógica
de sus aspiraciones teóricas".
Pero la revolución no se manifestó como clasista. Tácticamente radicó la soberanía en la
voluntad general del pueblo, identificado con la nación francesa y en la práctica con "el
Tercer Estado".
Aún más interesante que su análisis de la ideología y el proceso revolucionario, es la
determinación que de sus consecuencias hace el autor que venimos siguiendo.
Resumámoslas: