RETRATO DE LAS LUCHAS

SOCIALES
Fueron por lo
menos 75 sectores
sociales que se
movilizaron
durante
# 31 septiembre y
octubre de este año.
LA PAZ, NOVIEMBRE
DE 2003 • AÑO 3 • PUBLICACIÓN MENSUAL DEL CENTRO DE ESTUDIOS 6,7 y 8
TERCERA ÉPOCA PARA EL DESARROLLO LABORAL Y AGRARIO

UN GOBIERNO ACORRALADO

Demandas sociales buscan

el cambio del
modelo
económico
La crisis de octubre
mostró un fuerte
cuestionamiento al
Estado neoliberal. El
nuevo gobierno enfrenta
el gran desafío de aten-
der las demandas sociales
en un contexto de fuerte
presión del sector
privado nacional y
transnacional. Un
análisis de las raíces
del conflicto social y
los factores que
impiden un cambio
más profundo del
modelo económico.

2,4 y 5

D E S T A C A M O S
3 Hablan tres dirigentes alteños: “El Alto es un espejo para el país”
2• OPINIÓN alerta
Noviembre de 2003

Editorial
LO QUE DEJÓ LA “GUERRA DEL GAS”
... parecen haberse inaugurado movimientos sociales de nuevo cuño y la emergencia de nuevos
liderazgos que cuestionan al conjunto del sistema político exigiendo su participación en la
toma de las decisiones que les afectan
La agenda política del gobierno de Car-
los Mesa ha dado prioridad a las demandas
nacionales emanadas al calor de la revuelta
popular: la recuperación del gas en beneficio
de los bolivianos, el referéndum vinculante
como mecanismo de consulta ciudadana y la
convocatoria a la Asamblea Constituyente.
Sin embargo, pese a su dimensión trascen-
dente, esta agenda resulta reducida ante las
demandas sectoriales que originaron un con-
junto de movilizaciones y enfrentamientos que
precedieron a la denominada “guerra del gas”.
Estas últimas” –que se orientan tanto a
cambios estructurales como a la superación
de la crisis económica, social en el país– si-
guen latentes y se expresan en una infinidad
de acuerdos y convenios que, salvando algu-
nas excepciones, han sido sistemáticamente
incumplidos por los sucesivos gobiernos en
los últimos 18 años.
Café tinto
Por esta razón, antes que en las reformas
legales o institucionales parece necesario de-
tenerse en el análisis de los factores que die-
ron origen a los conflictos en la región de La
Paz, como epicentro de la movilización po-
pular, por cuanto permiten ilustrar una com-
pleja realidad social que aqueja a sectores
amplios de la población.
Los planteamientos pasan por aspectos
de fondo como el cambio de modelo eco-
nómico comenzando por la recuperación de
la propiedad de los hidrocarburos y la in-
dustrialización del gas; el control de otros
recursos naturales (los bosques y su biodi-
versidad, el agua, etc.) y el rechazo a la aper-
tura al comercio y las inversiones bajo las
condiciones del ALCA.
En el ámbito sectorial, más de 60 de-
mandas han sido actualizadas para plantear-
las al nuevo gobierno. Entre otras, la modi-
ficación de la Ley INRA y el acceso a tierras
productivas para campesinos y los trabaja-
dores sin tierra; la modificación de la Ley
1008; el apoyo directo a la producción para
mejorar las bases productivas en la minería
mediana, agropecuaria campesina, micro y
pequeñas empresas; apoyo al desarrollo ru-
ral; anulación del Código Tributario y re-
chazo a medidas tributarias de carácter re-
gresivo; estabilidad laboral, nuevas fuentes
de trabajo e incrementos salariales en fun-
ción del costo de vida.
De esta manera parecen haberse inaugu-
rado movimientos sociales de nuevo cuño y
la emergencia de nuevos liderazgos que cues-
tionan al conjunto del sistema político exi-
giendo su participación en la toma de las de-
cisiones que les afectan, quizás la consecuen-
cia más sobresaliente de la llamada “guerra
del gas”.

Director
Javier Gómez Aguilar
Edición General
Gustavo Luna y Claudia Espinoza
Escriben
Bruno Rojas y Silvia Escobar
Diseño y armado
SALINASANCHEZ
Ilustraciones
Gonzalo Llanos
Fotos
CEDLA
Jaimes Freire 2940,
Tel. 2412429, Fax. 2414625
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Las 462 juntas vecinales de El Alto
iniciaron una ronda de evaluación de
los últimos sucesos, partiendo de la
constatación de que en octubre “se li-
bró una batalla, pero no la guerra”.
Esta visión es compartida por Rober-
to de la Cruz, secretario general de la
Central Obrera Regional, Carlos Ba-
rrera, vicepresidente de la Federación
de Juntas Vecinales y Marcos Bilbao,
ejecutivo de la Federación Universi-
taria Local.
¿Por qué dicen los dirigentes que
esta es sólo una batalla? Porque estos
sectores consideran que a pesar de los
muertos (se habla de por lo menos
81), 400 heridos y el derrocamiento
del ex gobernante Sánchez de Loza-
da, “los problemas del país no se van
a solucionar con un cambio de presi-
dente. Tiene que haber un cambio de
estructuras a un nuevo modelo polí-
tico y económico. Mientras tanto, el
sistema seguirá vigente”, explica Ba-
rrera, quien fue un trabajador obrero
por 30 años en el Servicio Nacional
de Caminos.
EL PODER DE LA
ORGANIZACIÓN VECINAL
En El Alto, las movilizaciones se
iniciaron con un paro cívico (15 de
septiembre) exigiendo la anulación de
los formularios “maya y paya” que,
según los dirigentes, derivarían en un
impuestazo a todos sus habitantes.
Como la FEJUVE es una organización
cívica, allí aglutinaron a todas las cla-
ses sociales “tomando en cuenta que
todos están en crisis” debido a las
políticas económicas de los últimos
18 años.
En medio de eso, los campesinos
habían iniciado un movimiento que
derivó en la masacre de Warisata (20
de septiembre). “Para apoyar a los
campesinos fue que decidimos un
paro general indefinido lo cual plan-
teó un salto de las demandas regio-
nales a las demandas nacionales. El
tema de las transnacionales y el gas
tiene que ver con Electropaz y Aguas
VOCES •3
Noviembre de 2003
Tres dirigentes de la COR, FEJUVE y la FUL analizan el movimiento alteño de
octubre y su perspectiva con el cambio de gobierno. Para ellos, “la primera
batalla pasó, pero no la guerra...”
“El Alto es un espejo para el país”
del Illimani, dos empresas extranje- el centro de atención tanto de los or-
ras que administran los servicios bá- ganismos internacionales (FMI, BM,
sicos en El Alto (luz y agua respecti- BID) como de los gobiernos de tur-
vamente)”, indica Barrera. no.
El dirigente vecinal cuestiona jus- Ese nivel de conciencia del pue-
tamente los fundamentos que sostie- blo alteño se refleja con fuerza en las
nen el modelo de ajuste aplicado en y los jóvenes. Según datos del Cedla,
Bolivia y sus efectos en una ciudad el 60% de los habitantes está com-
como El Alto, donde se concentran puesto por menores de 25 años, lo
migrantes de varios departamentos y cual explica su presencia masiva en
donde el 60% de los hogares vive bajo las protestas y en una batalla que para
la línea de pobreza, según un informe ellos fue vital en los últimos tres años:
del Centro de Estudios para el Desa- la autonomía de la Universidad Pú-
rrollo Laboral y Agrario (Cedla). blica de El Alto (UPEA).
Estos factores explican el levanta- El dirigente estudiantil Bilbao re-
miento alteño y sus proyecciones a afirma las posiciones de las organiza-
nivel nacional, por lo que dirigentes ciones alteñas y agrega que el sentido
como Barrera se sienten seguros al de lucha en la universidad es abrir
decir: “La ciudad de El Alto va a ser el caminos a las jóvenes generaciones
espejo para todo el país”. alteñas de modo que no sean pisotea-
das como en el pasado y sean recono-
MUERTE AL MODELO cidas como aymaras en todas sus di-
Con él coincide Roberto de la mensiones.
Cruz, quien desde la COR ad-
vierte que los alteños sólo se
han replegado. La expectati-
va es grande porque los sec-
tores afiliados a la COR, en-
tre sus resoluciones, ratifican
la necesidad de recuperar la pro-
piedad de los
recursos así
como de las
empresas ca-
pitalizadas.
Los traba-
jadores alte-
ños —mayorita-
riamente gremia-
les— reúnen
en su pliego
los problemas
nacionales que
atañen a toda la po-
blación boliviana
desde que la aper-
tura comercial, las ex-
portaciones y el libre
mercado pasaron a ser
4• INFORME ESPECIAL
La crisis de octubre mostró un fuerte cuestionamiento al Estado neoliberal, pero también amplia solidaridad entre los sectores laborales y sociales
marcada por el origen y la cultura. El nuevo gobierno enfrenta el gran desafío de atender las demandas sociales en un contexto de fuerte presión
del sector privado nacional y transnacional.
¿QUÉ CUESTIONARON LOS MOVIMIENTOS SOCIALES DE OCTUBRE?
El modelo económico se enfrenta a la
demanda social
Los distintos sectores laborales –urbanos y
rurales– se movilizaron en octubre del 2003 con-
tra un modelo de desarrollo que generó una
mayor concentración de la riqueza e ignoró las
demandas de campesinos, pequeños producto-
res, trabajadores del campo y las ciudades, a fa-
vor de los grupos de mayor poder económico.
Cuando la gente pidió a gritos–“¡Que se vaya
Goni!” y “¡Gas para los bolivianos!”, cuestionó
aspectos centrales de la forma en que se admi-
nistró el Estado, con leyes e instituciones que
brindaron privilegios extraordinarios a la inver-
sión extranjera directa.
Dentro de esas consignas se incluyeron, ade-
más, decenas de demandas sectoriales que du-
rante 18 años fueron incumplidas de forma cons-
tante. Cada sector empezó a exigir la derogatoria
del 21060, de la Ley de Seguridad Ciudadana,
del Nuevo Código Tributario, la modificación de
la Ley 1008, la derogatoria de la Ley de Hidro-
carburos, entre otras.
No obstante, “estas demandas deben ser en-
frentadas por el actual gobierno de Carlos Mesa
en un escenario de profundas limitaciones impues-
tas por la vigencia del modelo económico, por le-
yes sectoriales, acuerdos bilaterales de comercio e
inversiones, compromisos con organismos
multilaterales de financiamiento (FMI, Banco
Mundial, BID) y presiones tanto de grupos em-
presariales como regionales”, señala el Centro de
Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario
(Cedla), en alerta a lo que todavía puede suceder
puesto que la crisis boliviana no ha pasado.
LA DEMANDA Y
LA TREGUA SOCIAL
El Cedla llama la atención a que la demanda
social originada en la región de La Paz, como
epicentro de la movilización popular, “no puede
ser ignorada por más tiempo, si se busca que la
tregua social tenga un carácter relativamente
duradero”.
Sin embargo, existen factores que se constitu-
yen en verdaderos obstáculos para llevar adelante
políticas de cambio, que busquen satisfacer la de-
manda de un vasto sector de la población:
1. En lo legal e institucional: El ordenamiento
jurídico e institucional del país se transformó ra-
dicalmente a partir de 1985, favoreciendo peque-
ños grupos de empresarios extranjeros y naciona-
les. Un conjunto de leyes (de Inversiones, de Ca-
pitalización, de Hidrocarburos, Código Minero,
INRA, entre muchas otras) y un marco
institucional de regulación no permiten llevar ade-
lante políticas económicas con equidad social.
2. En lo económico: El crecimiento económi-
co tiene un comportamiento modesto –sus tasas
de crecimiento son muy bajas (no superan el 3%
en los últimos 5 años) – y depende de recursos
externos –inversión extranjera directa, préstamos
y donaciones–. Se trata de un crecimiento que no
tiene base en la generación de empleo.
3. En la producción: El país sigue siendo
exportador de materias primas y recursos natura-
les, con escaso valor agregado. La participación
de la agropecuaria y la industria manufacturera
en el producto interno bruto tiene un comporta-
miento muy variable, cada vez más condicionado
por factores climáticos y por cambios en los pre-
cios internos y externos, en un contexto de aper-
tura comercial extrema. Un vasto número de em-
presarios bolivianos ha logrado acceder a merca-
dos internacionales con precios competitivos sólo
con una mayor explotación de la mano de obra
(flexibilización vía reducción de costos laborales).
4. En lo social: El desempleo y los bajos sala-
rios e ingresos son parte de una realidad
inocultable que afecta a más de dos tercios de los
hogares bolivianos. Los trabajadores urbanos y
rurales no tienen condiciones para superar las
condiciones de pobreza, pues el Estado no ha
garantizado la vigencia de la Ley General del Tra-
bajo ni el acceso a tierra, tecnología y recursos
financieros para los campesinos.
alerta laboral
Noviembre de 2003
POBRES RESULTADOS
DE LAS POLÍTICAS
El Cedla pone especial énfasis en el sector
agropecuario campesino porque sus trabajado-
res han sufrido las consecuencias del ajuste de
manera permanente lo que ha generado fuertes
migraciones en la zona altiplánica y del oriente.
“Ninguna política o servicio dirigido al sec-
tor agropecuario tuvo como destinatario princi-
pal a los productores campesinos, ni antes ni
después de la aplicación del nuevo modelo eco-
nómico”, indica en su análisis.
En cuanto a la política de la tierra, luego de
siete años de aplicación de la Ley INRA, el resul-
tado es pobre en términos de reversión y por lo
tanto de dotación a campesinos sin tierra o con
extensiones insuficientes.
Esto se puede constatar en varias regiones.
Un reciente comunicado de la Federación Sindi-
cal Única de Trabajadores Campesinos de Santa
Cruz ilustra esta situación: en ese largo período
se habrían legalizado solamente las parcelas de
dos sindicatos con una extensión no mayor a las
500 hectáreas para cerca de 70 familias.
Lo mismo ocurre con los recursos que el Es-
tado destina el agro. Según datos del Cedla, la
poca inversión pública de no más de 60 millo-
nes de dólares anuales es igual a 1 dólar por ha-
bitante rural.
A eso se suma la ineficiencia de las instancias
estatales para gastar ese dinero. De acuerdo con
la información oficial para el año 2000, sólo el
16,11% del total de la inversión pública ha sido
ejecutada por los municipios (Bs.93.981), del
El Alto: Un polvorín en la crisis
El deterioro de las condiciones de pro-
ducción y de vida campesina del Altiplano
ha sido fundamental en la emergencia de El
Alto como la tercera ciudad en tamaño de
población en el país (después de Santa Cruz
y La Paz) con 650.000 habitantes en 2001.
En los 90, El Alto ha sido el principal des-
tino de la población inmigrante total en el
país con una tasa de crecimiento anual de su
población superior al 5%.
Este crecimiento tan rápido estuvo acom-
pañado de varios factores. Por un lado, una
extrema precariedad en las condiciones de
vivienda y cobertura de servicios básicos
(70% de los hogares no cuenta con alcantari-
llado e instalación sanitaria); y también de
una infraestructura social deficitaria conside-
rando los servicios hospitalarios, el número
y calidad de los establecimientos educativos.
Por otro lado, hay que mencionar que los
grupos migrantes llevaron consigo sus formas
organizativas y de sobreviviencia ante la falta
de asistencia estatal. Eso se expresa en los mi-
neros relocalizados, fabriles desempleados y
grandes grupos campesinos de varios depar-
tamentos que sembraron El Alto con el co-
mercio y los servicios. Es por eso que la orga-
nización gremial es la primera fuerza laboral
de la ciudad.
El Cedla menciona que “el 98% de las
actividades económicas en El Alto se basa en
una débil estructura de producción concen-
trada en micro y pequeñas unidades de co-
mercio, servicios personales diversos (repa-
cual apenas un promedio anual de 1,2% de los
recursos se destinó a la agropecuaria.
Es importante hacer una comparación entre
los productores del campo y los empresarios.
Mientras los campesinos tienen que movilizarse
—con saldos de muertos y heridos— para exigir
atención del Estado a sus demandas, los empre-
sarios sin mover un dedo reciben “perdonazos
tributarios” y “ayudas económicas” de más de 240
millones de dólares.
La gran revuelta popular de octubre tuvo su
origen en el campo. En sus exigencias se señaló
el rechazo al Área de Libre Comercio de las Amé-
ricas (ALCA), pues saben que esta política im-
pulsada por EEUU va a profundizar la apertura
comercial iniciada en 1985 y que tanto daño cau-
só a la producción agropecuaria.
INFORME ESPECIAL •5
ración y mantenimiento) y manufactura casi
artesanal. Sólo existe un reducido número de
empresas industriales grandes y medianas”.
LA CONTRADICCIÓN
ALTEÑA
Pese a que en El Alto se encuentra una de
las tasas más elevadas de actividad económi-
ca de hombres y mujeres, donde se ven los
mayores índices de trabajo infantil y el por-
centaje más alto de personas ocupadas por
hogar, “el 60% de los hogares permanece bajo
la línea de pobreza y la mitad de éstos en la
indigencia”, enfatiza el Cedla.
Si bien los jóvenes alteños han mejorado
notablemente sus niveles educativos, el fan-
tasma del desempleo los acecha de manera
constante por la falta de oportunidades, lo que
se agrava con la discriminación social en el
mundo del trabajo.
La dinámica excluyente del mercado y del
Estado deja afuera a las demandas de los cam-
pesinos, pequeños productores, trabajadores
del campo y las ciudades, y favorece a los gru-
pos de mayor poder económico.
Los movimientos sociales advierten que
eso ya no es posible. Es por ello que se vieron
grandes muestras de solidaridad durante el
conflicto marcadas por el origen y la cultura,
a lo que se unió con fuerza el rechazo al auto-
ritarismo y la represión. Todo lo que se vivió
en octubre muestra, por tanto, que una nueva
época comienza en la historia boliviana, en la
que la “guerra del gas” quizá sólo fue el inicio.
“La política abrió las fronteras sin proteger
ningún producto agrícola; favoreció a las impor-
taciones competitivas o sustitutivas de la produc-
ción campesina; el ingreso de productos presio-
nó a la baja de los precios domésticos repercu-
tiendo en los magros ingresos de los producto-
res y determinó cambios en los sistemas produc-
tivos”, puntualiza el Cedla.
El ALCA también aparece como amenaza a la
frágil industria del país. “Se apuesta peligrosamente
al desarrollo de una capacidad exportadora que no
existe. La apertura a ultranza a la inversión privada
extranjera con la sola promesa de un ilimitado mer-
cado para el desarrollo de la capacidad exportadora,
no parece augurar resultados a favor de las condi-
ciones de producción y reproducción para los cam-
pesinos u otros sectores productivos del país”.
6• CONFLICTOS SOCIALES
Septiembre y octubre de 2003
quedarán en la memoria. En este pe-
ríodo Bolivia vivió una de las movili-
zaciones sociales más importantes de
los últimos 50 años. De acuerdo a la
información sistematizada por el Cen-
tro de Estudios para el Desarrollo La-
boral y Agrario (Cedla), 75 sectores y
organizaciones laborales y sociales se
movilizaron vertiginosamente.
Las marchas, cabildos, bloqueos y
huelgas de hambre que comenzaron
demandando necesidades sectoriales,
culminaron en concentraciones ma-
sivas, en rebeldía colectiva, en movi-
lizaciones que articularon las ciuda-
des, las minas y el campo, la vecin-
dad y el sindicato.
En esta lucha social, que se deno-
minó “guerra del gas”, el Cedla ha
identificado cuatro fases relevantes:
1ª FASE:
LUCHA CAMPESINA Y
VECINAL. DEL 2 AL 19 DE
SEPTIEMBRE
El 2 de septiembre nació el mo-
vimiento campesino del Altiplano pa-
ceño (al que se sumó los Yungas), y
el de los vecinos y organizaciones te-
rritoriales de El Alto, cada cual con
demandas sectoriales, pero con un
inicial rechazo a la venta del gas na-
tural.
En este período irrumpió la Cen-
tral Obrera Regional de El Alto a par-
tir de una marcha iniciada en Caraco-
llo, la cual propició la coordinación
de acciones con la Federación de Jun-
tas Vecinales de El Alto, la CSUTCB
de Felipe Quispe, los transportistas in-
terprovinciales, maestros rurales, tra-
bajadores en carne y otras organiza-
ciones.
Las demandas sectoriales comen-
zaron a articularse con las demandas
nacionales. Otros sectores incorpora-
ron en sus plataformas de lucha a la
defensa del gas, el rechazo al ALCA y
a las leyes de Seguridad Ciudadana,
Código Tributario y de Hidrocarbu-
ros.
Noviembre de 2003
Fueron por lo menos 75 sectores sociales que se movilizaron durante septiembre y
octubre de este año. Esta movilización fue la más importante de los últimos 50 años
y desembocó en la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada.
LA EVOLUCIÓN DE LA LUCHA VECINAL Y SINDICAL
De la caída del presidente
a la tregua social
Al finalizar esta fase, una deman-
da política comenzó a tomar cuerpo:
la renuncia de Sánchez de Lozada,
precisamente el 19 de septiembre,
cuando varias organizaciones se mo-
vilizaron en torno a la COB en recha-
zo a la venta del gas.
2ª FASE:
LA LUCHA VECINAL
Y LA COB EN ESCENA.
DEL 20 DE SEPTIEMBRE
AL 12 DE OCTUBRE
El 20 de septiembre, la brutal re-
presión a los campesinos de Warisata
generó solidaridades de varios secto-
res sociales en El Alto, La Paz, Cocha-
bamba y otras latitudes. A partir de
ese hecho, los bloqueos de caminos
se intensificaron y los paros cívico-
vecinales empezaron a marcar huella
en las luchas sociales.
En esta fase, la COB lanzó la
huelga general e indefinida en tor-
no a un objetivo común: la no venta
del gas y la renuncia de Goni. El blo-
queo de caminos se generalizó y las
centrales obreras departamentales y
organizaciones matrices se movili-
zaron.
Con varios frentes en acción, el
gobierno de entonces apostó a la re-
presión desmedida. Así se produjo la
masacre de El Alto —11 y 12 de oc-
tubre— luego de un proceso intenso
de lucha diaria que combinó el paro
indefinido con las marchas y barrica-
das. Las muertes reafirmaron las re-
des de solidaridad, despertaron bron-
cas y fortalecieron la lucha al punto
que los trabajadores, vecinos y cam-
pesinos de base fueron adoptando
decisiones propias rebasando a los
dirigentes.
alerta
3ª FASE:
LA LUCHA ARTICULADA Y
NACIONAL. DEL 13 AL 17
DE OCTUBRE
Excepto las ciudades capitales (en
Santa Cruz, Beni y Cobija), gran par-
te del país paralizó sus actividades de
comercio, transporte, bancarias, edu-
cativas y otras. De acuerdo a datos del
Cedla, en los cinco días de esta fase,
se produjeron 91 manifestaciones sec-
toriales y conjuntas.
Un cuerpo social unificado enar-
boló: el gas, la renuncia de Sánchez
de Lozada y el repudio a las muertes
de alrededor de 80 personas y 400
heridas. El 17 de octubre, el ex Presi-
dente huyó del país.
4ª FASE:
LA LUCHA ENTRE
LA TREGUA Y LA
CONTINUIDAD
Una vez posesionado Carlos
Mesa como nuevo presidente se abrió
una etapa de “tregua social”, más for-
mal que real. Los sectores en con-
flicto expresaron al nuevo gobierno
61 planteamientos de carácter nacio-
nal, sectorial y local. Entre las de-
mandas nacionales comunes apare-
cen la derogatoria o revisión de la ley
de hidrocarburos y el D.S. 24806, la
abrogación del Nuevo Código Tribu-
tario y el no ingreso de Bolivia al
ALCA. Las demandas sectoriales bor-
dean las 50 peticiones y las más ur-
gentes sobre tierra, coca e impues-
tos se anuncian en momentos en que
el nuevo gobierno ratifica la conti-
nuidad de las políticas económicas
de ajuste.
Es hora de preguntarse, ¿qué ha
cambiado en el país?
laboral CONFLICTOS SOCIALES •7
Noviembre de 2003

CUADRO 1:
BOLIVIA: SECTORES LABORALES MOVILIZADOS SEGÚN DEMANDAS SEPTIEMBRE 2003

DEMANDAS PRINCIPALES SECTORES LABORALES OTROS SECTORES

Rechazo a la venta de gas Central Obrera Boliviana Coordinadora de defensa del gas
Campesinos de La Paz , Yungas – CSUTCB Vecinos - FEJUVE El Alto
Trabajadores carniceros de La Paz y El Alto Comité por la defensa del
Maestros urbanos y rurales Patrimonio Nacional
Jubilados y rentistas del país Estado Mayor del Pueblo
Trabajadores gremiales
Trabajadores fabriles de MANACO
Central Obrera Regional de El Alto
Campesinos de Río Abajo
Viudas de beneméritos de la Guerra del Chaco
Colonizadores del país
Campesinos de Cochabamba y Chuquisaca
Trabajadores de la prensa del país
Trabajadores mineros
Trabajadores universitarios
Trabajadores fabriles de La Paz, El Alto y Cochabamba
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
Trabajadores cocaleros de Los Yungas y el Chapare
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Renuncia de Central Obrera Boliviana Estado Mayor del Pueblo

Sánchez de Lozada Campesinos – CSUTCB Coordinadora de defensa del gas
Central Obrera Regional de El Alto
Trabajadores en carne
Maestros urbanos
FEJUVE El Alto
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Derogatoria de la ley Central Obrera Boliviana Federación de Juntas Vecinales

de Seguridad Ciudadana Trabajadores fabrilesTrabajadores en carne de El Alto
Maestros urbanos y rurales
Central Obrera Regional de El Alto
Trabajadores colonizadores del país
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
Campesinos de Chuquisaca
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Derogatoria del Central Obrera Boliviana Federación de Juntas Vecinales

Nuevo Código Tributario Central Obrera Regional de El Alto de El Alto
Maestros urbanos y ruralesTrabajadores en carne Confederación de Choferes de
Trabajadores gremialesTrabajadores profesionales Bolivia
Trabajadores universitarios
Trabajadores panaderos
Trabajadores colonizadores
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Rechazo al ALCA Central Obrera Boliviana Federación de Juntas Vecinales de

Trabajadores campesinos El Alto
Central Obrera Regional de El Alto Coordinadora de defensa del gas
Campesinos de Río Abajo Estado Mayor del Pueblo
Centrales Obreras Departamentales de La Paz,
Cochabamba, Oruro y Chuquisaca
Trabajadores fabriles
Trabajadores mineros
Trabajadores cocaleros de Yungas y Chapare
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○
Trabajadores en carneTrabajadores colonizadores
○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○

Cumplimiento de convenios Movimiento Sin Tierra

Campesinos – CUSCTB
Trabajadores en salud
Maestros urbanos de La Paz
Jubilados y rentistas
Trabajadores fabriles de MANACO
Enfermeras de Cochabamba
Viudas de beneméritos de la Guerra del Chaco
Trabajadores cocaleros del Chapare
Mineros cooperativistas
Fuente: CEDLA, Seguimiento a conflictos laborales realizado por el Departamento de Comunicación.
8• CONFLICTOS SOCIALES alerta
alerta laboral
Noviembre de 2003

CUADRO 2:
BOLIVIA: SECTORES LABORALES MOVILIZADOS SEGÚN DEMANDAS OCTUBRE 2003

DEMANDAS PRINCIPALES SECTORES LABORALES OTROS SECTORES

Rechazo a la venta de gas Central Obrera Boliviana Coordinadora de defensa del gas
Trabajadores en salud del país Vecinos - FEJUVE El Alto
Maestros urbanos y rurales del país Comités cívicos de Cochabamba,
Centrales Obreras Departamentales de La Paz, Oruro, Potosí, Chuquisaca,
Cochabamba, Potosí, Chuquisaca, Beni, Santa Cruz y Oruro Bermejo,Villazón
Trabajadores desocupados Consejo de Ayllus
Renuncia de Campesinos de La Paz ,Yungas, Santa Cruz, Oruro, Originarios de Potosí
Sánchez de Lozada Potosí, Chuquisaca – CSUTCB Asamblea del Pueblo Guaraní
Trabajadores gremiales de La Paz, Oruro y Cochabamba Comité por la democracia del Beni
Trabajadores profesionales del país CONAMAQ
Médicos CIDOB, Conf. de Pueblos
Trabajadores y docentes universitarios Indígenas de Bolivia
Jubilados y rentistas del país Asociación de esposas de policías
Trabajadores de la prensa del país Comité por la defensa del
Centrales Obreras Regionales de El Alto y Huanuni Patrimonio Nacional
Movimiento Sin Tierra Confederación de Artesanos de
Trabajadores fabriles: La Paz, El Alto y Cochabamba Bolivia
Trabajadores mineros Organizaciones femeninas
Cooperativistas mineros Estado Mayor del Pueblo
Trabajadores de la Caja Nacional de Salud
Colonizadores de Los Yungas y Santa Cruz
Trabajadores panaderos de La Paz y El Alto
Trabajadores carniceros de La Paz y El Alto
Vendedoras de mercados
Trabajadores cocaleros de Los Yungas y el Chapare
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Derogatoria de la ley Central Obrera Boliviana, COB Federación de Juntas Vecinales de

de Seguridad Ciudadana Trabajadores fabriles El Alto
Maestros urbanos y rurales Comité Cívico de Oruro
Central Obrera Regional de El Alto
Centrales Obreras Departamentales de La Paz,
Cochabamba, Oruro, Chuquisaca y Santa Cruz
Trabajadores cocaleros de Yungas
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Derogatoria del Central Obrera Boliviana,COB Federación de Juntas Vecinales de

Nuevo Código Tributario Central Obrera Regional de El Alto El Alto
Maestros urbanos del país Choferes propietarios
Trabajadores gremiales Pequeños industriales Artesanos
Trabajadores profesionales
Trabajadores universitarios
Trabajadores panaderos
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Rechazo al ALCA Central Obrera Boliviana Federación de Juntas Vecinales de

Central Obrera Regional de El Alto El Alto
Centrales Obreras Departamentales de La Paz, Coordinadora de defensa del gas
Cochabamba, Oruro y Chuquisaca Estado Mayor del Pueblo
Trabajadores fabriles
Trabajadores mineros
Trabajadores cocaleros de Yungas y Chapare
CampesinosTrabajadores colonizadores
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Cumplimiento Movimiento Sin TierraCampesinos – CUSCTB CIDOB, Confederación de Pueblos

de convenios Trabajadores en salud Indígenas de Bolivia
Maestros urbanos de La Paz
Jubilados y rentistas
Fuente: CEDLA, Seguimiento a conflictos laborales realizado por el Departamento de Comunicación.