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Resumen
En este documento queremos analizar algunas de las posibilidades de la denominada Web 2.0 en el
aula. Hemos querido apostar por un término que sintetice lo que proponemos: “Escuela Inclusiva
2.0”. De este modo, deseamos centrar la atención en algunas directrices fundamentales para poder
conjugar dos conceptos: escuela inclusiva y Web 2.0. Sería un tópico decir que, en general, podemos
utilizar las TIC para responder con distintas alternativas según las necesidades de nuestros alumnos y
es que, a pesar de que cada vez el manejo de los nuevos medios es más comprensible y accesible para
la mayoría de los usuarios, es evidente que están pensados para la norma de la población. Es por
ello que abordaremos, desde la perspectiva de la escuela inclusiva, las posibilidades de la Web 2.0,
especialmente en cuanto a los e-contenidos se refiere.
Palabras clave: Atención a la diversidad, e-contenidos, escuela inclusiva, Tecnologías de la
Información y la Comunicación, escuela inclusiva 2.0, Web 2.0.
1. Introducción
En la actualidad vivimos en una incesante “revolución digital”, que afecta –queremos pensar
que así sea— para bien a todos los órdenes de la vida. Con la revolución y la era digitales se
acentúan –precisamente como prueba de la potencialidad de las Tecnologías de la
Información y la Comunicación [TIC]— nuevos paradigmas de conocimiento, que renuevan
aquellos a los que había dado lugar cada uno de los anteriores procesos de revolución cultural.
Existe, pues, un importante discurso sobre la presencia y utilidad de las TIC en la sociedad
actual y sobre sus aportaciones a la educación. Esto contrasta con la poca presencia de las TIC
en el sistema educativo y, sobre todo, en su integración curricular y en las relaciones
tecnología-alumnado (UNESCO, 2010). Se habla de “escuela analógica” frente a sociedad
digital”. Se habla de nativos digitales, de generación Y, de generación de la diversidad (Reig,
2010) y la escuela parece hacer oídos sordos a esta realidad.
El papel de las TIC en la enseñanza ha evolucionado en los últimos años, como lo ha hecho
también el sentido de la escuela inclusiva (Martínez Abellán, 2010), de manera que ha
superado el papel de instrumento cerrado de gestión y trabajo con información y datos, para
ser entendido como medio de comunicación donde fluye la información de manera amplia y
diversa pudiendo transformar dicha información en conocimiento. De esta manera, las TIC
deben ser utilizadas por el profesorado y alumnado adoptando una perspectiva activa, abierta
y crítica hacia este medio, con un fuerte componente de reflexión y de toma de conciencia de:
cómo funciona, cómo se transmite la información, cómo es codificada esta por los alumnos,
qué lenguajes y elementos usa, qué bondad, eficacia y calidad intrínseca, así como los
peligros e inconvenientes, posee en función de los usos que se le encomienden, qué valores,
cultura y forma de pensamiento potencia, y qué rol ha de asumir el profesor, el alumno y el
propio medio.
Por lo que respecta a la tecnología y la atención a la diversidad, consideramos fundamental el
uso de los medios tecnológicos para alumnos con necesidades educativas especiales. Este uso
debe abarcar desde aquellos instrumentos que puedan mediar facilitando así el proceso de
enseñanza-aprendizaje contemplado en la propuesta curricular correspondiente, hasta aquellos
recursos que den respuesta a las necesidades derivadas de la diversidad de los sujetos para
participar en igualdad de condiciones en esta sociedad tecnológica. Ahora bien, en este
documento donde se aborda el tema de las TIC no queremos centrarnos en este tema. Lo que
queremos es analizar las posibilidades didácticas de la llamada Web 2.0 en el aula actual, un
aula diversa. Hemos querido apostar por un término que sintetice lo que proponemos:
“Escuela Inclusiva 2.0”.
De este modo, deseamos centrar la atención en algunas directrices fundamentales para poder
conjugar dos conceptos –escuela inclusiva y Web 2.0— en los que muchos autores no ven
actualmente compatibilidad. Sería un tópico decir que, en general, podemos utilizar las TIC
para responder con distintas alternativas según las necesidades de nuestros alumnos y es que,
a pesar de que cada vez el manejo de los nuevos medios es más comprensible y accesible para
la mayoría de los usuarios, es evidente que están pensados para la norma de la población.
Pero pensemos que, además, en el ámbito educativo es importante tener en cuenta que “rara
vez se diseña tecnología ad hoc para su uso en educación, dado el alto coste que implicaría,
sino que se parte de productos tecnológicos ya comercializados que se consideran adecuados
para la enseñanza (como pizarras interactivas, netbooks, tablet-PCs, lectores de libros
electrónicos, etc.)” (Congreso Int. TIC, 2010). Con ello, lo que queremos apuntar como
primer punto fundamental es que debemos defender y exigir que, en este caso, la Web 2.0 sea
accesible para todo el alumnado, pero esta demanda no debe entorpecer el uso que podamos
hacer de este recurso en el amplio abanico de casuísticas existentes en el contexto escolar. Es
por ello que abordaremos, desde la perspectiva de la escuela inclusiva, las posibilidades de la
Web 2.0, especialmente en cuanto a los e-contenidos o contenidos electrónicos se refiere.
trata de ámbitos muy diferentes a lo que se encontrarán en el aula, donde todavía prima la
letra impresa. Debemos, pues, considerar esa posibilidad en cuanto a la utilización de recursos
motivadores para ellos.
Por otro lado, no podemos olvidar que el sentido real de la acción de innovar conlleva un
compromiso ético personal que persigue mejorar las situaciones cotidianas, y más en un
modelo de escuela inclusiva procedente de modelos anteriores (Susinos, 2002). Esa mejora
debe ser entendida como una actitud progresista, reflexiva con la realidad, en definitiva una
meta de vida (Roig, 2010). La posibilidad de hacer lo de antes aunque mediante otros
procedimientos –más rápidos, más accesibles, más simples– no representa una innovación
profunda. Visto de esta manera, la innovación educativa comporta un componente personal,
ético, que debe dotar a las tecnologías y recursos del “valor de educar”. Las TIC aplicadas a la
educación, serán novedad, en su sentido básico, en la medida que sean dotadas de un espíritu
con vocación de innovación por quienes las utilizan y, sobre todo, por quienes encuentren
utilidades educativas que permitan formar mejor, educar de forma más completa, más libre.
Por otro lado, en la integración de la Web 2.0 en la escuela inclusiva debemos apuntar nuestro
planteamiento en la parte más importante de este tándem: el modelo mismo de escuela.
Abogamos por un modelo de escuela inclusiva donde estará abocado al fracaso todo aquello
que sea una generalización de lo que ocurre, de lo que puede hacerse o de lo que debe hacerse
en cada una de las aulas y con cada uno de nuestros alumnos: las diferencias son algo natural
y consustancial a cualquiera de nosotros. Las singularidades deben tenerse en cuenta al
máximo y, en esta cuestión, no debemos hablar de integración sino de inclusión –términos
que no son sinónimos—. En este sentido, la UNESCO (2005) indica claramente que la
inclusión está relacionada con el acceso, la participación y los logros de todos los alumnos,
con especial énfasis en aquellos que están en riesgo de ser excluidos o marginados. De esta
manera, debemos conformar una escuela inclusiva contextualizada en una sociedad del
conocimiento inclusiva (Cabero y Córdoba, 2009) donde las denominadas brechas digitales –
división entre alfabetos y analfabetos tecnológicos— no sean factores de exclusión social.
En efecto, se deben dar una serie de medidas para favorecer la inclusión digital (Cabero y
Córdoba, 2009) o ciudadanía inclusiva (Rosales López, 2009) tales como la alfabetización
digital, facilitar la presencia y acceso a las TIC, y revisar sus características de adaptabilidad y
accesibilidad. Analicemos estas tres medidas. Al hablar de alfabetización en principio
pensamos en las competencias para la lectura y la escritura como vía de inserción de los
ciudadanos en la cultura pero en la actualidad este concepto implica también entender,
reflexionar y desarrollar competencias en diferentes ámbitos acordes con las características
fundamentales de la sociedad actual, en este caso, la sociedad de la información. En ella, las
TIC adquieren un papel relevante. Sería ingenuo no reconocer que los beneficios económicos,
sociales y culturales de las TIC, para quienes las utilizan, son innegables. Rechazarlas o
cuestionarlas sin más significaría mantener una posición tecnofóbica (Eco, 2004). Quienes
mantienen posiciones de esta naturaleza adoptan más bien una actitud conservadora
provocada muchas veces por la ignorancia y el miedo, utilizando argumentos más de
naturaleza emotiva que racional. Es por ello que consideramos que debemos atender a la
denominada alfabetización tecnológica o digital desde el aula con el fin de minimizar la
posible brecha digital existente en el entorno social (Roig Vila, en prensa a; Casado Ortiz
(Dir.), 2006).
En cuanto a facilitar la presencia y acceso a las TIC la aportación de este trabajo pretende
ubicarse en esta cuestión ya que consideramos que los recursos que pone a nuestro alcance la
Web 2.0 pueden facilitar dicha presencia y acceso a las TIC en las aulas. No queremos
extendernos ahora en esta cuestión porque lo abordamos con profundidad infra, pero sí
(y proliferación) de aplicaciones 2.0, sin tener en cuenta las pautas de accesibilidad, estaremos
ante una Web 2.0 repleta de barreras hacias las personas con discapacidad. En este caso, tal y
como hemos indicado supra, es necesario aunar esfuerzos para que el desarrollo tecnológico
de las aplicaciones y plataformas que sostienen dichos contenidos y recursos cumplan las
directrices necesarias para que cualquier usuario pueda acceder en igualdad de oportunidades.
En este sentido debemos recordar el continuo trabajo y estudio que se realiza en torno a las
pautas de accesibilidad: a partir de las Pautas de Accesibilidad del Contenido Web 1.0
(WCAG [web accessibility content guidelines] 1.0) de 1999 se han editado las Pautas de
Accesibilidad de Contenido Web 2.0
(http://www.sidar.org/recur/desdi/traduc/es/wcag/wcag20/). Estas proporcionan un amplio
espectro de recomendaciones para hacer el contenido Web más accesible para una amplia
variedad de personas con una discapacidad o varias, tales como ceguera o visión deficiente,
sordera y pérdida de audición, deficiencias de aprendizaje, limitaciones cognitivas, movilidad
reducida, deficiencias del lenguaje y fotosensibilidad.
Ahora bien, podemos esperar a que la Web 2.0 sea el 100% accesible o avanzar, por un lado,
en la utilización de la Web 2.0 en aquellos contextos escolares donde no haya exclusión en
cuanto al acceso y, por otro lado, reivindicar la necesaria “accesibilidad 2.0” (Ribera, 2008)
que debe estar “centrada en el usuario, teniendo en cuenta a todos los implicados, beta
permanente y flexible” y tener en cuenta las pautas correspondientes (especialmente las que se
refieren a Flash... –citamos a modo de orientación algunas de las técnicas para el desarrollo de
Flash accesible de Bob Reagan:
http://www.accesibilidadweb.com/blog/index.php/general/tecnicas-para-el-desarrollo-de-
flash-accesible—). Somos de la opinión de considerar la segunda propuesta e ir avanzando
desde diversas vías.
uso más social y participativo de dicha información. Esta tendencia ha generado la sensación
de que la Web está entrando en una nueva fase, una versión nueva y mejorada (mejorable en
cuanto a accesibilidad) que se ha denominado Web 2.0 o también Web social, donde las redes
sociales emergen como medio socializador de la Red. Dichas redes han abierto nuevos
espacios de expresión para las personas donde pueden manifestar sus intereses, opiniones,
expresiones artísticas, inquietudes, preferencias, etc. En otros foros (Roig Vila, 2009) hemos
expuesto las directrices acerca de las posibilidades en cuanto a la socialización que se crea a
través de las redes sociales y cómo estas pueden derivar en verdaderas comunidades de
aprendizaje. En este trabajo no queremos centrarnos en este aspecto, sino en otro igualmente
novedoso respecto al uso de la Web 2.0 en la escuela. Veámoslo.
Si la parte social es uno de los pilares de la Web 2.0, el diseño, creación y publicación de
contenidos que pueden ser compartidos con otros usuarios es el otro pilar donde se asienta la
Web 2.0 –el tercer pilar, la accesibilidad se está construyendo; cuando esté hecho, podremos
hablar de “máxima estabilidad” en la Web 2.0 al tener tres pilares de apoyo donde asentarse—
. Tal y como afirman Cobo y Pardo (2007), es evidente que la Web actual no es igual a la
Web que existía en 2000 y que aplicaciones de diferente calado y capacidad de relación
usuario-herramienta conviven entre sí para darle mayor riqueza a la Web. En ese momento,
escasas aplicaciones ofrecían espacios abiertos de acceso, escritura y producción de
contenidos de valor añadido en forma gratuita. La base de participación de los anteriores
productos era muy limitada. Con la Web 2.0 es posible una interconexión social mucho mayor
en la que las personas pueden realizar contribuciones en la misma medida en la que reciben
información y utilizan servicios. Es así como la democratización en la generación de
contenidos se hace más patente que con el paradigma Web anterior (Cabero, López, y
Llorente, 2009). Textos, imágenes, sonidos y vídeos, entre otros contenidos, se comparten
diariamente a través de la Red, lo que lleva a plantearnos la disyuntiva hacia una cuestión
importante respecto a la cantidad y calidad de la información: ¿valoramos la cantidad o la
calidad de dichos contenidos?, ¿la cantidad está perjudicando la calidad?
A simple vista pueden parecer sencillas las respuestas planteadas pero no consideramos que lo
sean tanto. La respuesta a la primera pregunta podría ser que siempre la calidad del contenido
va a pesar más que la cantidad –de nada sirve, por ejemplo, algo que estamos compartiendo
pero que consideramos que no va a ser de utilidad para nadie—. Ahora bien, en este caso
podríamos preguntarnos por qué ejercemos un filtro sobre la información emitida y no
dejampos que sea el receptor quien determine si una información la considera válida o no.
Como receptores, por tanto, tenemos que determinar si queremos toda la información y somos
nosotros quienes la clasificamos y la seleccionamos, o bien queremos filtros externos que
determinen la calidad de dicha información y, a partir de ahí, podamos acceder a ella o no.
Respecto a la segunda pregunta, debemos destacar el subtítulo de la obra de Cobo y Pardo
(2007) titulado Planeta 2.0. Inteligencia colectiva o medios fast food. Si nos fijamos,
aparecen dos ideas contrapuestas entre las cuales se sitúan los defensores y detractores de la
Web 2.0. Por un lado estarían aquelllos que consideran que la Web 2.0 puede permitir la
creación de un pensamiento compartido y colectivo mientras que en el otro extremo estarían
los que consideran que la Web 2.0 no es más que un caos donde los contenidos se agolpan,
amontonan y entorpecen provocando una cantidad ingente de información que nos impide
vislumbrar aquello que vale la pena: calidad frente a cantidad (?).
Somos de la opinión de que la Web 2.0 está evolucionando –ya se habla de Web 3.0 o web
semántica, aunque con este último nombre ya se quería definir la Web 2.0 en el año 2004, año
en el que participamos en el Congreso SPDECE sobre Objetos de Aprendizaje y oímos por
primera vez este término, el cual, sin saberlo entonces, englobaba el trabajo que presentamos
en dicho Congreso (Roig Vila, 2005)— y que dicha evolución implicará una mejora respecto
a lo que se ha conseguido. Sea como sea, la actual Web 2.0 aporta una serie de recursos que
pueden ser utilizados en la Escuela Inclusiva 2.0 con tal facilitar la consecución de los
objetivos que nos planteemos en ella. Para analizar dicha aportación, consideramos que hay
tres aspectos en educación sobre los cuales las TIC en general y, en concreto la Web 2.0,
inciden de una manera diferente según sea la finalidad con que se utilizan. Hablamos así del
uso de la Web 2.0 en el ámbito de la información, la comunicación y el aprendizaje (Roig
Vila, en prensa b). Veamos qué aportaciones pueden suponer para la Escuela Inclusiva 2.0:
1. Con respecto a la información, la Web se define como biblioteca de bibliotecas y la Web
2.0 añade el concepto de e-contenidos o contenidos electrónicos, que ofrecen más
posibilidades de interactuar con la información. Debemos pensar en las puertas que se
nos abren para llegar al conocimiento, en nuestro caso, de los contenidos curriculares,
de los valores, de los aspectos sociales, políticos, económicos, educativos y, en
definitiva, del saber cultural y colectivo. Es cierto que se está produciendo un cambio
importante en la manera de escribir la información, en la manera de almacenarla y en la
manera de comunicarla, lo cual podría significar una revolución similar a la que ocurrió
cuando apareció la imprenta. A partir de entonces se generalizó su uso como soporte de
la información; cambiando entonces una serie de patrones culturales que afectaron la
forma de trabajar, de leer, de vivir, de comunicar. Uno de los mayores impactos fue la
alfabetización generalizada: se rompió el carácter elitista de la cultura, porque posibilitó
que más gente tuviera acceso a ella. La tecnología de la imprenta impuso la era de
Gutenberg, que impulsó al papel como instrumento principal de comunicación del
conocimiento y como soporte principal de la información.
Las actuales tecnologías están sustituyendo este soporte: se pasa del papel a la pantalla y
la información ahora es digitalizada bajo la forma del “alfabeto” o código binario, lo
cual introduce una diferencia fundamental. Es cierto que el paso de uno a otro plantea
problemas, no sólo a los diseñadores, sino también a los usuarios, ya que la forma física
de los materiales electrónicos suele ser muy distinta a la de los materiales impresos (no
hay un índice al principio ni al final, no se puede incluir un punto de lectura entre dos
páginas para señalarlas mientras se busca otra cosa, etc.), pero simplemente deberemos
pensar qué soportes diferentes necesitarán aptitudes diferentes –y consideramos que
también actitudes—.
Son dos modos distintos de almacenar la información y de producirla; lógicamente eso
tiene como consecuencia que la forma de transmitir y recibir la información está más
mediatizada. Es en este sentido que va a perder la “naturalidad” o inmediatez que tenía
en la vida actual, necesitamos de un medio nuevo, el ordenador, para tratar la
información y comunicarla. Eso puede tener aspectos positivos y negativos; depende de
cómo se enfoque. Por otro lado, deberemos estar atentos, tal y como hemos indicado
supra, para que no se produzca la llamada “brecha digital” entre individuos o colectivos
con acceso a la información y aquellos que no pueden/no saben acceder a la
información. Esta cuestión es fundamental cuando hablamos de alumnos con
necesidades educativas especiales, de manera que debemos aunar todos los esfuerzos
con el fin de eliminar las barreras de acceso y uso de la tecnología, porque de lo
contrario estaremos frente a la polaridad entre el llamado “analfabetismo” y
“alfabetismo” tecnológico en la sociedad actual, con lo que de discriminatoria y
preponderante supone esta situación.
2. Con respecto a la comunicación, la Web 2.0 puede erigirse como estandarte de la lucha
contra la desigualdad social. Es posible conseguir la creación de espacios basados en la
igualdad de oportunidades con las aplicaciones que encontramos en la web social. Es lo
que se ha denominado software social, que ofrece así nuevas formas de socialización en
un diálogo que utiliza como medio la tecnología y como participante el e-ciudadano.
Las redes sociales que se conforman en el ciberespacio son la parte visible de esta
socialización. Sí es cierto que por un lado aparecen nuevas formas de socialización con
una mejora en la comunicación a través de la Red y, por otro, el aislamiento del
individuo ante la pantalla. Ahora bien, como educadores, debemos promover lo primero
y reducir lo segundo.
3. El tercer pilar sobre el que se asienta la actual Web 2.0 es el aprendizaje. El discurso que
estamos manteniendo a lo largo de este documento explica esta afirmación. No vamos,
pues, a extendernos aquí sobre ello y solo apuntaremos los principios que contribuyen a
conceptualizar el aporte específico que brinda la web social al mundo de la educación
(Cobo, y Pardo, 2007): aprender haciendo [learning-by-doing], aprender interactuando
[learning-by-interacting], aprender buscando [learning-by-searching] y aprender
compartiendo [learning-by-sharing].
En esta perspectiva es donde se sitúa el diseño, la creación y publicación de contenidos
educativos digitales (Cabero, 2001). Estos contenidos no son tan sofisticados como los
comerciales pero siempre tendrán a su favor el hecho de que serán los adecuados
precisamente a las necesidades educativas concretas de nuestro alumnado, por un lado,
y, por otro, conformarán nuevas perspectivas en los estilos de aprendizaje (García,
2010).
Así pues, los recursos que ofrece la Web 2.0 para una escuela inclusiva, además de ser
herramientas que optimizan la gestión de la información, se convierten en instrumentos que
favorecen la conformación de redes de comunicación basadas en la reciprocidad y la
cooperación y motivadas por la innovación y generación de conocimiento. Este proceso queda
sintetizado en lo que se denomina inteligencia colectiva, concepto puesto de relieve a partir de
la consideración de la web social. En 1997 Pierre Lévy (2004) publicó el libro Inteligencia
Colectiva: por una antropología del ciberespacio cuya idea principal giraba en torno a la
existencia de un saber colectivo. La inteligencia colectiva queda así definida como la
capacidad que tiene un grupo de personas de colaborar en la toma de decisiones sobre su
propio futuro, así como la posibilidad de alcanzar colectivamente sus metas en un contexto de
alta complejidad. En su trabajo indicaba que esta inteligencia colectiva está distribuida en
cualquier lugar donde haya humanidad y que puede potenciarse a través del uso de los
dispositivos tecnológicos. Es esta la perspectiva desde la cual consideramos debemos
plantearnos la Escuela Inclusiva 2.0.
Un ejemplo de cómo abordar estas cuestiones sería “un saludo en catalán” donde los alumnos
recién llegados a Cataluña graban en vídeo un saludo en catalán que es publicado en Youtube
y que se geolocaliza en el país de origen sobre una aplicación de GoogleEarth
(http://fmatlas.com/view/rbarlam/20070920_acollida_quercus_2007_08). Otro ejemplo sería
el “Atlas de la diversidad”, financiado por la Unión Europea, y que posteriormente quedó
conformada como ONG propia. En este proyecto se propone trazar un mapa de las diferentes
culturas de los países latinos, construido de manera colaborativa con las descripciones que los
propios alumnos hacen de su cultura (http://www.atlasdeladiversidad.net/es/). Cabe citar
también el proyecto Ourvoiceoursay (http://www.ourvoiceoursay.com/), un portal que facilita
el acceso a Internet a británicos con discapacidad intelectual, en cuyo diseño han participado
voluntarios con esa discapacidad de la localidad de Sunderland, al noreste de Inglaterra. Para
lograr ese objetivo su diseño es sencillo: incluye una herramienta que convierte en voz los
textos y espacios propios en Twitter y Facebook, para facilitar la utilización de estas redes
sociales a los usuarios con discapacidad intelectual.
esta caso, lo verdaderamente difícil no es cómo hacerlo sino qué hacer, qué contenido incluir
y cómo estructurarlo. Valga como orientación de qué aplicaciones 2.0 podemos usar las que
vamos añadiendo en nuestro blog con la etiqueta aplicación web (http://ntaeua.blogspot.com).
A continuación, indicaremos algunos ejemplos de dichas aplicaciones web que consideramos
interesantes por representar casuísticas diversas con las cuales podemos crear, a su vez,
diversos tipos de contenidos digitales para ser utilizados en el modelo de Escuela Inclusiva
2.0 que proponemos:
Glogster (http://www.glogster.com/). Se trata de una aplicación (beta) que permite crear
lo que podríamos definir como carteles multimedia (ver fig. 1), por analogía a los carteles
que hacemos en el aula recortando fotos y añadiendo texto sobre cartulina.
Personalmente, nos parece una herramienta potente para que nuestros alumnos puedan
utilizarla como recurso en el aula. Para utilizar directamente en el aula con nuestros
alumnos se ofrece GlogsterEDU (http://glogsteredu.edu.glogster.com/).
Fig. 1. Capturas de pantalla de dos glogs –uno sobre las tradiciones del pueblo de Agost (http://rosiboix.glogster.com/glog-2181-8794/) y
otro sobre la familia viento-madera (http://rosisoria.glogster.com/glog-familia-viento-madera/) –. Ver más ejemplos en
http://eduticaula.blogspot.com/
Fig. 2. Capturas de pantalla de dos presentaciones en Photopeach –una sobre la concienciación de la mejora del Planeta
(http://photopeach.com/album/17u7q14 y otra sobre la igualdad y el respeto (http://photopeach.com/album/yssmve) –. Ver más ejemplos en
http://eduticaula.blogspot.com/
Fig 3. Captura de pantalla de una página de un bookr sobre animales (http://www.pimpampum.net/bookr/?id=15101). Se ha captado el
momento en que la página está pasando a la siguiente, a modo a como lo hace un libro.
Fig. 4. Capturas de pantalla del mash-up Taggalaxy –la palabra clave introducida ha sido animales–.
Fig. 5. Imagen de la pantalla principal de EDUTIC-WQ, donde aparecen los enlaces a: listado de las WQs alojadas, generador de WQs y
tutorial de la herramienta.
Fig. 6. Imagen de un cuento generado con Zooburst. Aún está en versión alpha pero podemos ver lo que podremos hacer con esta
herramienta.
Los gadgets, widgets y el embed. Han pasado ya a la posteridad aquellos tiempos en los
que si queríamos de Internet contenidos que no fueran texto accedíamos para conseguir
imágenes y gifs fijos o animados. Con la Web 2.0 ha irrumpido un formato nuevo de
contenido digital en forma de gadget, widget, mash-up, todo ello con la posibilidad de
insertarlo en nuestras propias webs, blogs y escritorios personalizados. Se trata de
miniaplicaciones que podemos crear, importar e insertar en web como código html y que
supone poder disponer de contenidos multimedia creados sin tener conocimientos
informáticos. Podemos conseguir mascotas virtuales (http://bunnyherolabs.com/adopt/),
mash-up de palabras diseñadas con fotos de letras (http://metaatem.net/words/) o buscar
en portales con cientos de gadgets tales como Pyzam (http://www.pyzam.com/) o
aBowman (http://abowman.com/). La “palabra mágica” asociada a este intercambio de
contenido es el embed que, además de permitir intercambiar gadgets y widgets, permite
insertar en nuestro blog videos de Youtube, presentaciones en power point utilizando
Slideshare, documentos utilizando Isuu o Scribd, imágenes editadas con PiZap, etc.
Hemos expuesto algunos ejemplos, pero son sólo la punta del iceberg en cuanto a
aplicaciones existentes en la Web 2.0 para crear, intercambiar y publicar contenidos. Como
vemos, son muchas las posibilidades que se nos ofrece. La cuestión será qué seleccionamos y
cómo lo utilizamos en la escuela para que sea algo significativo y coherente con los objetivos
que nos hayamos propuesto. En este punto, fundamental por cuanto respecta a la planificación
docente, no tienen cabida aspectos tecnológicos sino únicamente aspectos pedagógicos, que
deben ser coherentes con el modelo de escuela que queramos, en este caso una escuela
inclusiva.
5. A modo de conclusión
Retomando el discurso que hemos seguido, y tomando las precauciones necesarias que
también hemos apuntado, consideramos que podemos utilizar la Web 2.0 en un modelo de
escuela inclusiva de tal manera que incluso esta se apoya en la otra con el fin de conjugar un
modelo de Escuela Inclusiva 2.0 contextualizada en la sociedad actual, la sociedad de la
información, resaltando sus posibilidades en torno a la generación de conocimiento y
posibilidades de socialización y de intercambio personal (Roig, 2009). Asimismo, podemos
afirmar que el uso de las aplicaciones y recursos de la Web 2.0 puede favorecer la existencia
de contenidos educativos digitales que sirvan para personalizar y adecuar los procesos de
enseñanza-aprendizaje existentes en el aula, siempre que tengamos en consideración la
necesaria atención que merece la accesibilidad a estos contenidos y que, por desgracia, apenas
está resuelta en la Web 2.0.
Decíamos que la Web 2.0 está construyéndose y evolucionando. Se habla de Web 3.0 como
término que sustituirá –o sustituye a la Web 2.0—pero también se habla de otros términos. Un
ejemplo curioso es el de web al cuadrado donde “los usuarios son los que siguen generando
contenidos y compartiéndolo en sus comunidades, como en la Web 2.0, pero con agregados
de información que hacen la experiencia más constante y real como fotos y videos de
ocasiones específicas” (http://www.tendenciasdigitales.com/472/de-la-%e2%80%9cweb-2-
0%e2%80%9d-a-la-%e2%80%9cweb-al-cuadrado%e2%80%9d/): un ejemplo sería cuando un
usuario le manda una foto a un familiar mostrándole un producto en el supermercado, sólo
para asegurarse de que es el que debe llevar a su casa o cuando se acuerda a través de la Web
realizar una protesta política pero además se comparten las fotos, comentarios y notas de voz.
Valga este ejemplo para hacer notar esa evolución/construcción/cambio que afecta a la Red y
que determina el proceso necesario también de adaptación a ello.
No queremos acabar sin antes retomar la idea principal que queremos resaltar (Roig Vila, en
prensa b) y es la consideración de utilizar la tecnología actual e innovadora, plasmada en la
Web 2.0, para construir una inteligencia colectiva –posible al 100% cuando la accesibilidad a
la Red sea un hecho real—. Tal y como apuntaba Lévy (2004), “la web del futuro expresará la
inteligencia colectiva de una humanidad mundializada e interconectada a través del
ciberespacio.” Desde esta perspectiva, la inteligencia colectiva parte del principio de que cada
persona sabe sobre algo pero nadie tiene el conocimiento absoluto. Porque tan cierto como
que no se aprende ni se debe aprender solo, no lo es menos que, por todo ello, resulta
fundamental la inclusión y participación de los conocimientos de todos. Desde esta
perspectiva, el ciberespacio que se forma en la Web, que es un entorno sin jerarquías, es el
contexto perfecto para reconocer y movilizar las habilidades, experiencias y competencias de
todas las personas.
Estamos convencidos de que merece la pena trabajar para que las escuelas sean inclusivas y
que contribuyan a una sociedad más accesible, justa y solidaria. Y es que no queremos hablar
en términos de discapacidad o minusvalía sino en términos de singularidad: individuos
únicos e irrepetibles con los que todos los educadores tenemos el compromiso de buscar vías
de acceso a la cultura y la sociedad actual, lo cual se conseguirá, en gran parte, a través de una
escuela tecnológicamente inclusiva, en estos momentos, un Escuela Inclusiva 2.0.
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