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El preocupante fenómeno de la droga

En su discurso a los participantes en este Evento organizado por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el Santo
Padre recordó que, en estos días han afrontado temas y problemáticas relacionadas con el preocupante fenómeno de la droga y las viejas y
nuevas adicciones que obstaculizan el desarrollo humano integral. “Toda la comunidad en su conjunto – afirmó el Pontífice – es
interpelada por las actuales dinámicas socioculturales y formas patológicas derivadas de un clima cultural secularizado, marcado por el
capitalismo de consumo, la autosuficiencia, la pérdida de valores, el vacío existencial, la precariedad de los vínculos y las relaciones. Las
drogas, como ya se ha señalado en varias ocasiones – puntualizó el Papa – son una herida en nuestra sociedad, que atrapa a muchas
personas en sus redes. Son víctimas que han perdido su libertad a cambio de esta esclavitud, de una dependencia que podemos llamar
química”.

“Todos estamos llamados a combatir la producción, el procesamiento y la distribución de drogas en el mundo”

Drogas, vieja y nueva forma de esclavitud


El Papa Francisco recordando que, el consumo de drogas causa daños muy graves a la salud, a la vida humana y a la sociedad, dijo que
todos estamos llamados a combatir la producción, el procesamiento y la distribución de drogas en el mundo. “Es deber y tarea de los
gobiernos afrontar valientemente esta lucha contra los traficantes de muerte. El espacio virtual se está convirtiendo en un espacio cada
vez más arriesgado – puntualizó el Pontífice – en algunos sitios de Internet, los jóvenes, y no sólo ellos, son atraídos y arrastrados a una
forma de esclavitud de la que es difícil liberarse y que conduce a la pérdida del sentido de la vida y, a veces, de la vida misma”.Ante este
preocupante panorama, afirmó el Santo Padre, la Iglesia siente la urgente necesidad de establecer en el mundo contemporáneo una forma
de humanismo que sitúe a la persona humana en el centro del discurso socioeconómico y cultural; un humanismo que tenga como
fundamento el “Evangelio de la Misericordia”. De ahí que los discípulos de Jesús se inspiren para llevar a cabo una acción pastoral
verdaderamente eficaz a fin de aliviar, curar y sanar los muchos sufrimientos vinculados a las múltiples dependencias presentes en la
escena humana.

“Las drogas, como ya se ha señalado en varias ocasiones son una herida en nuestra sociedad, que atrapa a muchas personas en sus

redes”

La Iglesia y el mundo unidos en la lucha contra la droga


En este sentido, el Papa Francisco precisó que, la Iglesia, junto con las instituciones civiles, nacionales e internacionales y los diversos
organismos educativos, está activamente comprometida en todo el mundo en la lucha contra la propagación de las adicciones,
movilizando sus energías en proyectos de prevención, tratamiento, rehabilitación y reinserción para devolver la dignidad a quienes han
sido privados de ella. “Para superar las adicciones es necesario tener un compromiso sinérgico, involucrando a las diferentes realidades
presentes en el territorio en la implementación de programas sociales orientados a la salud, al apoyo familiar y, sobre todo, a la
educación. En esta perspectiva – señaló el Papa – me uno a las intenciones que han formulado ustedes en su conferencia, para pedir una
mayor coordinación de las políticas de lucha contra la droga y contra la dependencia, así como la creación de redes de solidaridad y
proximidad con los afectados por estas enfermedades”.

“Para superar las adicciones es necesario tener un compromiso sinérgico, involucrando a las diferentes realidades presentes en el

territorio”

Ayudemos a los que han salido del túnel de las drogas


Antes de concluir su discurso, el Papa Francisco agradeció a los participantes en esta Conferencia Internacional por la contribución que
han hecho en estos días de estudio y reflexión. “Les animo a que continúen, en los distintos ámbitos en los que trabajan, su labor de
animación y apoyo también a favor de los que han salido del túnel de las drogas y de las distintas adicciones. Estas personas – puntualizó
el Pontífice – necesitan la ayuda y el acompañamiento de todos nosotros, para que, a su vez, puedan aliviar el sufrimiento de tantos
hermanos y hermanas en dificultad. Encomiendo vuestro compromiso y vuestras buenas intenciones a la intercesión de María Santísima
Salud de los Enfermos y, mientras les pido que recen por mí, les bendigo de corazón a todos vosotros, a vuestras familias y a vuestras
comunidades”.
La biblia no aborda directamente ninguna forma de uso de drogas ilícitas. No hay prohibiciones expresas contra la
cocaína, la heroína, el éxtasis (MDMA), o metanfetaminas (Meta). No hay ninguna mención de la marihuana, el hachis, el
peyote, los hongos mágicos, o ácido (LSD). No se dice nada sobre inhalar, esnifar, tragar, fumar, inyectarse, lamer, o
cualquier otro método de ingestión. Esto no quiere decir, sin embargo, que el uso de drogas recreativas es permisible. Por
el contrario, existen varios principios bíblicos muy claros que colocan el uso de drogas fuera del ámbito del
comportamiento aceptable.Para empezar, los cristianos están bajo un mandato universal de respetar y obedecer las leyes
de la tierra (Eclesiastés 8:2-5; Mateo 22:21; 23:2-3; Romanos 13:1-7; Tito 3:1; 1 Pedro 2:13-17). La ÚNICA situación en la
que estamos autorizados a desobedecer las leyes de la tierra es cuando las leyes violan cualquier mandato divino (Daniel
3 y 6; Hechos 5:29). No hay otras excepciones a esta regla. Al contrario de la creencia popular, solamente discrepar con
una ley no constituye una licencia para romper esa ley.Muchos han argumentado que la marihuana no garantiza la
prohibición. Sostienen que fumando la yerba en contra de la ley es justificable por las razones expuestas y a la luz de (lo
que ellos perciben como) la hipocresía de prohibir la yerba, permitiendo al mismo tiempo la nicotina y el consumo de
alcohol. Quienes sostienen este punto, pueden ser sinceros en sus convicciones, pero a pesar de esto están equivocados.
Un profundo desprecio por la ley no justifica la impunidad hacia ella, como nuestro señor mismo lo aclaró. Mientras
reprendía a los fariseos por convertir la ley de Moisés en un excesivo yugo opresor, Cristo siempre le exigió a sus
discípulos que se sometieran a sus injustas y duras exigencias (Mateo 23:1-36, especialmente 1-4). Una sumisión
respetuosa a la autoridad y una perseverancia paciente a través del sufrimiento injusto y/o de la percepción de injusticia
(1 Pedro 2:18-23), es el alto estándar de Dios para nosotros, incluso si eso significa tener que abstenerse de marihuana en
cumplimiento con la legislación "injusta".No sólo vamos a sujetarnos a la autoridad en aras de la sujeción, sino que los
cristianos nacidos de nuevo están aún más limitados por un mandato para vivir por encima de cualquier reproche por
causa del evangelio (1 Corintios 10:32; 2 Corintios 4:2; 6:3; Tito 2:1-8; 2 Pedro 3:14). Sobra decir que la delincuencia es
altamente reprochable.Obviamente, este primer principio no afecta a los consumidores de drogas que viven en países
como Holanda, donde el uso de drogas recreativas es legal y permitido. Sin embargo, hay más principios universalmente
aplicables. Por ejemplo, se requiere que todos los cristianos seamos buenos administradores de lo que Dios nos ha
confiado, independientemente de nuestra identidad nacional (Mateo 25:14-30). Esto incluye nuestros cuerpos terrenales.
Lamentablemente, el uso de drogas ilícitas es una manera extremadamente eficaz de destruir su salud, no sólo
físicamente, sino también mental y emocionalmente.La marihuana, mientras que es la menos perjudicial de todas las
drogas ilícitas, igual sigue siendo potencialmente letal. Los entusiastas de la marihuana ("drogadictos") se consuelan en
que, a diferencia de la mayoría de otras drogas ilícitas, resulta imposible tener un sobredosis de yerba que sea fatal por
medio del consumo normal (es decir, fumar). Pero esto no contribuye para disminuir los riesgos potencialmente fatales de
cáncer de pulmón, enfisema y otras formas de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), causadas por el humo de
la marihuana. Mientras que la marihuana se puede ingerir sin fumar, eliminando así los riesgos, aún quedan consecuencias
fisiológicas y psicológicas negativas, incluyendo daño al sistema reproductivo, el sistema inmunológico y la capacidad
cognitiva.Más allá de la mayordomía, como cristianos, nuestros cuerpos no son de nosotros mismos. "Porque habéis sido
comprados por precio" (1 Corintios 6:19-20), y no "con cosas corruptibles, como oro o plata,sino con la sangre preciosa de
Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación" (1 Pedro 1:17-19).Habiéndonos comprado con su propia vida,
Cristo se ha deleitado en crear en nosotros algo totalmente nuevo, algo bastante extraño. Morando en nosotros por medio
de Espíritu, él nos ha convertido en una clase de templos orgánicos. Así que ahora, el cuidado de nuestra salud no es sólo
una cuestión de buena administración, sino que es una cuestión de devoción reverencial. Esto es tanto maravilloso como
aterrador.Otro principio bíblico afecta nuestra susceptibilidad al engaño. Como criaturas falibles, somos propensos al
engaño. Y ya que somos el objeto del profundo amor de Dios, sus enemigos son nuestros enemigos. Esto incluye EL
enemigo, el Diablo, el padre de mentiras (Juan 8:44), uno de los adversarios más formidables y determinados. Todas las
exhortaciones apostólicas para permanecer sobrios y en
alerta(1Corintios15:34; 1Tesalonicenses5:48; 2Timote4:5; 1Pedro1:13; 4:7; 5:8), están diseñadas para recordarnos que
debemos estar alerta contra las asechanzas del diablo (1 Pedro 5:8), que es quien trata de atraparnos mediante engaños.
La sobriedad también es importante para la oración (1 Pedro 4:7), como lo es la obediencia a Dios (Isaías 1:10-17).En
cuanto a la adicción a las drogas, no todas las drogas son adictivas físicamente. Sin embargo, todas son psicológicamente
adictivas. Mientras que la mayoría de las personas están familiarizadas con la adicción física, a través de la cual el cuerpo
se vuelve físicamente dependiente de una sustancia para poder funcionar correctamente, la adicción psicológica es menos
conocida. La adicción psicológica es una esclavitud de la mente, que a menudo se caracteriza por tendencias obsesivas y
una falta de voluntad para dejar de hacerlo. Mientras que la adicción física lleva el cuerpo a la sujeción, la adicción
psicológica lleva la voluntad a la sumisión. Los consumidores suelen decir cosas como, "Yo podría dejarlo si quisiera, pero
yo no quiero". Esta actitud tiende a garantizar un patrón a largo plazo del consumo de drogas, por lo cual los
consumidores se vuelven adictos en contra de un principio bíblico muy acertado. El hecho es que nadie puede servir a dos
señores de todo corazón (Mateo 6:24; Lucas 16:13). El tiempo que alguien pasa de rodillas delante del dios de la droga, es
el mismo tiempo que le está dando la espalda a Dios de la biblia

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