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El objetivo de este documento es entender como el Plan Nacional de Desarrollo para el año 2018 –
2022 contempla la problemática de la desigualdad de la mujer, principalmente sobre el tema del
cuidado como trabajo no remunerado. Histórica y culturalmente el cuidado ha sido una tarea asignada
principalmente a la población femenina, que a su vez se comprende como un factor determinante para
mantener las brechas de género fuertemente arraigadas, gracias a los impactos que tiene este sobre el
mercado laboral.
El documento en principio hará una muestra general de los objetivos del Pacto de equidad para las
mujeres en cada uno sus objetivos, posteriormente desarrollará la contextualización del Objetivo (c),
sobre la importancia de los temas de cuidado no remunerado, luego enunciará la problemática sobre
la insuficiencia de las propuestas planteadas en el plan y, por último, se darán conclusiones acerca de
los aciertos y las falencias de las metas en el pacto.
1. El pacto de equidad para las mujeres dentro del Plan Nacional de Desarrollo (PND)
2018 – 2022.
El capítulo XIV de PND trata acerca de las condiciones de la mujer en Colombia teniendo en cuenta
principalmente el tema de desigualdad (específicamente la de género), como un determinante en el
diferencial de oportunidades con las que cuenta la población femenina en diferentes campos. Al
exponer todas las problemáticas en torno a este tema, se propone alcanzar varios objetivos
localizados, mediante la gestión de mecanismos y formulación de estrategias que por primera vez son
abordadas en un pacto (o capítulo) entero del Plan.
El documento describe ocho líneas, las cuales marcan rutas para lograr el objetivo principal de
corregir los problemas de desigualdad de la mujer en el país, las cuales son:
2. Lo que define y propone el PND acerca del La línea C del Pacto por la equidad de la
mujer: “El cuidado, una apuesta de articulación y corresponsabilidad”.
“Es una dimensión central del bienestar y el desarrollo humano1 y constituye el conjunto
de acciones que toda sociedad realiza para procurar la supervivencia orgánica, así como la
autonomía, el desarrollo integral, el bienestar cotidiano y la inclusión social de todas las
personas, en entornos configurados por condiciones humanas, sociales y materiales que
propicien la garantía de derechos.2”
Posteriormente el plan considera importante debido a la atención que requieren las personas a lo largo
de su vida (principalmente en la niñez y en la vejez, además de algunas condiciones de discapacidad
o dependencia), hacen que el cuidado sea un tema importante dentro de la agenda del gobierno. La
tendencia al envejecimiento de la población colombiana ha aumentado de un 4.5% en 1993 a un 9.2%
en el 2018, mientras que para la niñez existe una reducción considerable del 46.6% en 1993 al 22.5%
en el 2018 – como se puede observar en la Tabla 1. Esto nos muestra como la cantidad de personas
que nacen no lo hacen al mismo ritmo que las generaciones anteriores, debido una disminución
cercana al 12% del total de niños hasta los 14 años, y la población de más de 65 años comienza
aumentar lentamente en un 4.7%.
1
Tomado por el plan de Esquivel, Faur, Jelin, 2012.
2
Nota al pie del PND: “El cuidado comprende actividades tales como la atención de las personas que por
razones de edad o capacidad requieren apoyo para el desarrollo de la vida cotidiana, así como el suministro de
alimentos, la limpieza del hogar y el mantenimiento del vestuario”. Esta definición fue tomada del
Departamento Nacional de Estadísticas.
Tabla 1. Distribución de la población por edades – Tabla de PND Nº XIV - 2
Las labores de trabajo de cuidado remunerado y no remunerado3 tienen gran peso sobre el PIB (el
20.5% para el año 2017) y sobre el mercado laboral (13.3% del total de ocupados para el año 2017).
En mayoría estas tareas son realizadas por mujeres, ocupándoles más de un cuarto del total de su día
en promedio, mientras que para los hombres se calcula alrededor de media hora al día también en
promedio con cifras de 2012 al 2013. Las cargas más altas para trabajo no remunerado se encuentran
en las poblaciones rurales, debido a las condiciones más precarias de infraestructura, salud, servicios
públicos y de protección social.
Lo que el PND propone entonces en temas de cuidado para reducir las brechas en términos de
desigualdad:
En el Objetivo 1 se “busca desarrollar una política pública de cuidado que contemple la articulación
y coordinación de sistemas e instancias interinstitucionales que atiendan poblaciones sujetas de
cuidado y de las personas dedicadas al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado”.
La estrategia de este objetivo es formular políticas públicas en el plano nacional que promuevan el
reconocimiento, la reducción y la redistribución del trabajo de cuidado.
3
La diferencia entre el cuidado remunerado y no remunerado es que a pesar de que en ambas la finalidad es
producir bienes y servicios para satisfacer necesidades básicas, en el primer caso existe un pago por esta
actividad, en la segunda no.
La primer estrategia de este objetivo es rediseñar programas del orden nacional para la reducción
de la pobreza que comprendan los componentes del cuidado incluyendo con enfoque de género (para
mujeres). La segunda estrategia de este objetivo es promover el enfoque de género (para las mujeres)
en políticas y programas que permitan el acceso a infraestructura de vivienda, movilidad y servicios
básicos que permitan reducir las cargas de trabajo no remunerado.
En la próxima sección analizaremos las estrategias y las herramientas que se proponen en el pacto
con mayor detenimiento, teniendo en cuenta si estas son apropiadas o por lo contrario son insufientes
a los retos que se plantean.
3. Critica a los objetivos y estrategias del la línea C del Pacto por la equidad de la mujer.
Para poder desarrollar el primer objetivo, se propone que el Departamento Nacional de Planeación
cree una Comisión Intersectorial del Sistema de Cuidado, con el fin de articular todas las entidades
que manejen estos temas4. Se deben consolidar con ellas sistemas de información que muestren
aquellas personas que están sujetas al cuidado y aquellas que son cuidadoras. Con esto será posible
diseñar planes más eficientes respecto salud, servicio y regulación entre otros. La comisión a su vez,
buscará generar mecanismos de apoyo comunitario para generar un alivio dentro de la carga que
tienen las personas cuidadoras. El Ministerio de Trabajo (MinTrabajo) establecerá mecanismos de
formación para incorporar desarrollo de capacidades en temas de cuidado y autocuidado. De esta
forma se ofrecerán servicios de cuidado formales en centros de atención a primera infancia, adultos
mayores y personas en condición de discapacidad que permitan liberar el tiempo de cuidadores
actuales dentro del ámbito familiar.
Tener una sistematización de la información respeto al tiempo que le dedican los miembros del hogar
al trabajo no remunerado es una valoración esencial para la gestión de políticas nacionales más
eficientes. Una de las herramientas más importantes que se conoce es la Encuesta del Uso del Tiempo
(EUT), que se incluyen dentro de registros más amplios como son las encuestas de hogares y los
censos (Gómez, 2008). En la Tabla 2, se muestra que para el año de 2016 a 2017, la población sujeta
al cuidado es más o menos el 39.4% de la población total, mostrándonos de la mano con esto la
demanda de trabajo considerable que va a necesitar este porcentaje de la población. Es evidente que
4
Sistema Nacional de Bienestar Familiar (SNBF), la Comisión Intersectorial para la Atención a la Primera
Infancia, el Sistema Nacional de Discapacidad (SND), el Sistema Nacional de Atención y Reparación Integral
a las Víctimas (SNARIV), el Consejo Nacional del Adulto Mayor, y las que se propongan, con la asistencia
técnica de la Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer (CPEM) y el Departamento Nacional de
Estadística (DANE).
en el PND se plantea la importancia de esta herramienta pero no es fácilmente identificable el hecho
de que esta sea la idónea para la medición o si es posible que formulen otro instrumento para adquirir
la información.
Las medidas de apoyo comunitario no plantean algún programa de formación o una entidad específica
que se dedique a preparar personas que apoyen de manera profesional a quienes que se ocupan en las
tareas de cuidado. Además, tampoco existe una estructura de incentivos económicos que contribuyan
a poder desplazar las labores de cuidado a terceros, teniendo en cuenta que la población que más
requiere de personas dedicada al tema del cuidado son quienes a su vez viven en condiciones más
precarias (Gómez, 2008). De esta manera sería una medida contradictoria en su implementación. Lo
más factible en este caso sería especificar las instituciones mediante las cuales se preparará a las
personas en profesionales del cuidado y fomentar planes de transferencias monetarias o extensiones
de impuestos para generar incentivos en la población a dejar estas labores en personas altamente
capacitadas y calificadas para ello.
Para poder desarrollar el segundo objetivo, se plantea que MinTrabajo, el Sena y Departamento para
la Prosperidad Social (DPS), desarrollará una estrategia piloto para poder reincorporar en el mercado
laboral aquellas personas que únicamente se dedicaban a trabajos de cuidado. Se pretende hacer un
modelo de inclusión laboral para poder tener seguimiento la población en situación de pobreza que
salió de su trabajo remunerado para dedicarse al cuidado no remunerado. Pretende también rediseñar
estrategias para incluir enfoque de género en los diferentes programas con los que ya cuenta el
gobierno5. Por último, busca formalizar grupos poblacionales de personas con alguna clase de
dependencia funcional (personas con discapacidad), para poder distribuir los centros de cuidado y
gestionar en temas de movilidad dependiendo de la entidad territorial.
Como en evidencias anteriores, el plan hace expresas las entidades que van a desarrollar la estrategia
pero no plantea una solución en sí. Hace falta explicar la forma mediante el cual van a desarrollar el
plan piloto y como se hará la reincorporación laboral. A pesar de que se numeran una gran cantidad
de herramientas, uno de los temas principales que se busca resolver es la lucha por reducir las brechas
de desigualdad de género (hombre y mujer). No existe una estrategia específica acerca de la
redistribución de las tareas dentro del hogar (núcleos familiares) que no trate únicamente sobre la
sensibilización de la población sobre el tema. Se busca únicamente mediante mecanismos que provee
el estado, disminuir las cargas del cuidado sobre las mujeres, pero sin entregarle algo de
responsabilidad a los hombres (Bello, 2009).
5
Familias en Acción, Jóvenes en Acción, Red Unidos y entre otros programas.
4. Conclusiones y comentarios finales.
Es importante transformar lo más antes posible los sistemas de protección social (principalmente a
aquellos que no cuentan con ella)6 y las normas laborales, así como modificar las pautas tradicionales
que incentivan una distribución desigual del trabajo remunerado y no remunerado entre mujeres y
hombres (Pinzón, 2019). Además, se debe promover servicios de cuidado universales así como las
regulaciones e incentivos estatales que reconozcan y favorezcan la redistribución y articulación del
trabajo remunerado y no remunerado entre sexos.
El PND se debe reconocer un gran intento por poder abarcar un pacto entero del plan encaminado a
resolver todos los problemas de la desigualdad de la mujer, pero es necesario analizar si las propuestas
planteadas son lo suficientemente contundentes en lo que se quiere hacer. Constantemente, en los
Planes de Desarrollo cuando no hay claridad en las propuestas, no se termina haciendo nada. Para
finalizar, es importante cuestionar el concepto de género que plantea el documento es algo limitado
y es importante cuestionar si es apropiado para el momento histórico que le depara.
6
Las personas dedicadas al cuidado, cuando no es remunerado no cuentan con ningún sistema de protección
social.
5. Bibliografía.
Gómez, E. (2008). La valoración del trabajo no remunerado: una estrategia clave para la
política de igualdad de género. OPS. La economía invisible y las desigualdades de género.
La importancia de medir y evaluar el trabajo doméstico no remunerado. Washington DC:
Organización Panamericana de la Salud, 3-19.
Montaño, S., & Calderón, C. (2010). El cuidado en acción: entre el derecho y el trabajo.
Cepal.