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El término fue acuñado1 por el escritor y humanista mexicano Alfonso Reyes (1889-1959)
en un artículo de 1929.2 Reyes explica que tomó la palabra de un poema del poeta
cubano Mariano Brull (1891-1956),2 donde este juega con los sonidos, inventando
palabras sin significado.23
Una de esas palabras es «jitanjáfora», como se aprecia a continuación:
Filiflama alabe cundre
ala olalúnea alífera
alveolea jitanjáfora
liris salumba salífera.
Mariano Brull, Leyenda
Índice
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1Historia de la jitanjáfora
2Jitanjáfora en la vanguardia
3Jitanjáforas infantiles en juegos de sorteo
4Véase también
5Referencias
Historia de la jitanjáfora[editar]
Se han encontrado testimonios de realización de este modo de expresión poética en
la poesía popular y en escritores influidos por esta, como el español Lope de Vega (1562-
1635)4 o la mexicana sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695).
Jitanjáfora en la vanguardia[editar]
La jitanjáfora fue cultivada por algunos artistas de vanguardia, especialmente por
los dadaístas. El escritor guatemalteco Miguel Ángel Asturias (1899-1974) destacó en el
uso de la misma, especialmente en su obra El señor Presidente, así como el escritor
español Gonzalo Torrente Ballester (1910-1999) en La saga/fuga de J. B. y la escritora
argentina Alejandra Pizarnik(1936-1972) en la extravagante La bucanera de Pernambuco o
Hilda la polígrafa.
apetem sem bem tucumán lenyí a mamá surtí buri buri garchí
apetén sen den tucumán lenyí a mamá surtí guri guri garchí
a petén sen ben cutibán len li mamamí sur ti buribú car che
ape ten sen blen tucumán len bri ama mer tur qui gary gary gary chi
apetén sen den tucumán nenchí a mamá surtí buri buri carchí
a petén sen ben tucumán lenchí a mama surtí gury gury carchí
a petén chen ben cutival lendí a mamá surtí curi buri carchí
ape tem sem brem tucu man len yi mame mi sur quí turu rú ca chí
apentén sen den tucumán lenchí a mamá surtí buri buri carchí6
primer verso segundo verso tercer verso cuarto verso
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Información personal
Nacionalidad Peruano
Familia
Información profesional
Ocupación Poeta, escritor
Obras
5 metros de poemas
notables
Índice
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1Biografía
2Obra poética
3Últimos años y legado
4Ediciones de su obra poética
5Traducciones a otros idiomas
6Libros sobre el autor
7Tesis académicas sobre el autor
8Enlaces externos
Biografía[editar]
Carlos Augusto Luis Humberto Oquendo Amat, su nombre completo, nació el 17 de abril
de 1905 en la ciudad de Puno ubicada a las orillas del Lago Titicaca, en la zona del
sureste del altiplano peruano, aproximadamente a 3,900 metros sobre el nivel del mar. Sus
padres fueron el político y periodista Carlos Belisario Oquendo Álvarez, también afamado
médico graduado en la Universidad de París, y Zoraida Amat Machicao, dama proveniente
de una de las familias más prestigiosas del Distrito de Moho. Carlos Oquendo de Amat
recibió una esmerada educación de parte de sus padres, lo que le permitió adquirir una
sólida formación intelectual. A raíz de la persecución política a su padre, candidato
progresista a diputado provincial, por parte de los sectores conservadores, la familia se vio
obligada a instalarse en Lima, en 1908, cuando el poeta contaba con tres años de edad, y
entonces comenzaron las dificultades económicas. El médico Oquendo volvió a exiliarse
en una provincia norteña (Pokabamba) en busca de trabajo, en vista de que el oficialismo
le cerraba todas las puertas, quedando el pequeño Carlos al cuidado de Zoraida. La
educación del poeta se desarrolló íntegramente en la capital, volviendo al terruño materno
en esporádicas y breves ocasiones. Estudió la primaria en una escuela de Barrios Altos,
un suburbio obrero colindante al centro de Lima y, posteriormente, gracias a una beca
estatal, estudió la secundaria en calidad de alumno interno en el Colegio Nacional Nuestra
Señora de Guadalupe (1917-1921), considerado entonces como el centro escolar más
importante del país.
A raíz de su ingreso a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional Mayor de San
Marcos, en 1922, logró vincularse con el ambiente literario limeño y conoció a figuras como
el narrador Manuel Beingolea, su amigo y benefactor, los hermanos poetas Enrique Peña
Barrenechea y Ricardo Peña Barrenechea, los también vates Adalberto Vara, su más
íntimo amigo y quien fuera introductor de la prosa surrealista en el Perú, Xavier
Abril, Rafael Méndez Dorich. Otros amigos suyos fueron los escritores José Vara Llanos,
hermano menor de Adalberto, Martín Adán, Armando Bazán, Jesús Burga de los Ríos,
Carlos Schiaffino, Jorge Jiménez Monsalve, Ricardo Arbulú Vargas, el historiador Jorge
Basadre y el dibujante Emilio Goyburu , autor este último del grabado que aparece en la
carátula de 5 metros de poemas. A pesar de su carácter alegre y de vivir más o menos
inmerso en su propio mundo poético, su vida estuvo jalonada por momentos trágicos que
lo marcarían en el futuro. En 1918, a la muerte sorpresiva de su padre, hizo que las
falencias económicas empezaran a agudizarse. En 1923 falleció Zoraida Amat Machicao,
su madre, bisnieta del virrey Manuel de Amat y Junyent, mujer de reconocida belleza
aunque sumida en sus últimos años en las garras del alcoholismo y otras enfermedades.
Fue éste el golpe más duro que al poeta le tocó soportar a lo largo de su breve vida.
Obra poética[editar]
Su obra es de carácter claramente vanguardista, una de las que inauguran esta corriente
literaria en el Perú. Publicó un solo poemario entre los 23 y 24 años de edad llamado: 5
metros de poemas, su obra maestra (1927-1929), que es una única hoja que mide
aproximadamente cinco metros, desdoblable como un acordeón y que, al abrirse, deja ver
el panorama de poemas que corren uno detrás de otro, a manera de una película de cine y
en la que cada poema es una imagen casi onírica de un mundo extraño pero sugerente,
fotogramas con escenas que se suceden de una belleza incomparable.
En algunos poemas utiliza el recurso de los caligramas que ilustran las imágenes poéticas
que desea crear. Asimismo, hace referencia a la tecnología y la cultura de su tiempo. Sus
poemas, influidos por el Creacionismo y el Ultraísmo, sorprenden así por su forma
literalmente gráfica. Aunque también tiene poemas como "aldeanita" de sentida nota
nativista o andinista, colorido y musical, al igual que un alegre huayno serrano.
De espíritu soñador, su trabajo poético se expresó en su propia naturaleza interior, que le
proporcionó sugestivas imágenes que, quién sabe, seguramente lo ayudarían a vivir. "Tuve
miedo/ y me regresé de la locura", dice, o: "Se prohíbe estar triste". Pero también nos
muestra imágenes de América. "El cielo de pie con su gorrita a cuadros/ espera/ los
pasajeros/ DE AMÉRICA". La vanguardia llegó al Perú principalmente a través de
Oquendo de Amat, cuyo libro se abría como un acordeón, y que era un objeto lleno de
poemas, absolutamente diferente de los libros tradicionales, de tal modo, 5 metros de
poemasescrito desde su adolescencia (algunos poemas figuran fechados con los años
1923 y 1925) y publicado por la editorial Minerva en 1929 (aunque aparece impreso con
fecha del 31 de diciembbre de 1927, lo cual parece ser que por razones monetarias no se
concretó), siendo un libro que en su tiempo se incorporó desafiante a la corriente
vanguardista, caracterizada de una intención renovadora, de avance y exploración, ya que
después de la Primera Guerra Mundial se buscaron nacientes símbolos que pudiesen
reflejar el camino de una nueva civilización social, artística y cultural. Oquendo de Amat
sorprendió a todos con una obra de peculiares características: estaba presentado en papel
continuo, plisado en partes iguales, que se desplegaba como film respondiendo dicho
formato por exactos cinco metros. Ya en la primera hoja anunciaba: "abra este libro como
quien pela una fruta".
Mención aparte merece la delicada sensibilidad de su composición "madre", poema
cumbre de Oquendo que es comentado por Carlos Meneses: "Junto a esa mujer bella, que
la pobreza derrotó, que la soledad y la incomprensión marchitaron, vivió Oquendo años de
angustia, momentos dramáticos y humillantes. Sin embargo, en su canto, en su homenaje
al recuerdo de su madre, no hay protesta. El dolor de aquellos años de adolescencia no
está reflejado en estos versos. Y no es que el poeta se resigne, no es que cobardemente
agache la cabeza, es que quiere ofrendarle amor a cambio del amor recibido. No
anteponer lágrimas y angustias a esa majestuosa remembranza. "Tu nombre viene lento
como las músicas humildes / y de tus manos vuelan palomas blancas". En la madre se
reúne la ternura, la humildad, la divina paz simbolizada por las palomas. Ella lo es todo,
justamente lo que ahora -cuando escribe- le falta. "Mi recuerdo te viste siempre de blanco /
como un recreo de niños que los hombres miran desde aquí distante". Blanco representa
pureza, quietud, serenidad, comprensión, hasta elegancia, y la madre está cubierta de
todos esos atributos que semejan "un recreo de niños", o sea, el candor en su plenitud, y
al que los hombres -contaminados de mundo, traspasados de ciudad- no se acercan"
(Tránsito de Oquendo de Amat).
Recién en los últimos años, es que se reconoce el valor de Carlos Oquendo de Amat a
través de su trabajo literario, rompiendo las fronteras y siendo considerado pionero de la
vanguardia de la Literatura latinoamericana.
Su vida de soledad, pobreza y miseria, como un ejemplo "misterioso y lamentable" del
destino de muchos jóvenes poetas latinoamericanos, que terminaron creando sin querer
un mito con respecto a su vida, motivó al escritor peruano Mario Vargas Llosa a tomarlo
como el poeta modelo en su discurso oficial en Caracas, cuando fue distinguido con el
reconocido Premio Rómulo Gallegos el 4 de agosto de 1967. Leamos las palabras iniciales
de ese discurso:
"Hace aproximadamente treinta años, un joven que había leído con fervor los primeros
escritos de André Breton, moría en las sierras de Castilla, en un hospital de caridad,
enloquecido de furor. Dejaba en el mundo una camisa colorada y "Cinco metros de
poemas" de una delicadeza visionaria singular. Tenía un nombre sonoro y cortesano, de
virrey, pero su vida había sido tenazmente oscura, tercamente infeliz. En Lima fue un
provinciano hambriento y soñador que vivía en el barrio del Cercado, en una cueva sin luz,
y cuando viajaba a Europa, en Centro América, nadie sabe por qué, había sido
desembarcado, encarcelado, torturado, convertido en una ruina febril. Luego de muerto, su
infortunio pertinaz, en lugar de cesar, alcanzaría una apoteosis: los cañones de la guerra
civil española borraron su tumba de la tierra, y en todos estos años, el tiempo ha ido
borrando su recuerdo en la memoria de las gentes que tuvieron la suerte de conocerlo y de
leerlo. No me extrañaría que las alimañas hayan dado cuenta de los ejemplares de su
único libro, enterrado en bibliotecas que nadie visita, y que sus poemas que ya nadie lee,
terminen muy pronto trasmutados en "humo, en viento, en nada", como la insolente camisa
colorada que compró para morir. Y, sin embargo, este compatriota mio había sido un
hechicero consumado, un brujo de la palabra, un osado arquitecto de imágenes, un
fulgurante explorador del sueño, un creador cabal y empecinado que tuvo la lucidez, la
locura necesaria para asumir su vocación de escritor como hay que hacerlo: como diaria y
furiosa inmolación".
César Vallejo
Para otros usos de este término, véase César Vallejo (desambiguación).
César Vallejo
César Vallejo en 1929.
Información personal
Nombre de
César Abraham Vallejo Mendoza
nacimiento
Lugar de
Cementerio de Montparnasse
sepultura
Nacionalidad peruana
Familia
Información profesional
Género Poesía
Firma
Índice
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1Biografía
o 1.1Primeros años
o 1.2La bohemia de Trujillo
o 1.3El recuerdo de María Rosa
o 1.4Viaje a Lima. Los heraldos negros
o 1.5Prisión en Trujillo. Trilce
o 1.6Viaje a Europa
o 1.7Muerte en París
2Obras
o 2.1Poesía
o 2.2Narrativa
o 2.3Teatro
o 2.4Ensayo
o 2.5Traducciones
3Compilaciones de la obra de Vallejo
o 3.1Obras completas
4Véase también
5Referencias
6Bibliografía
7Enlaces externos
Biografía[editar]
Primeros años[editar]
César Abraham Vallejo Mendoza nació el 16 de marzo de 1892 en Santiago de Chuco,
pueblo en una zona alta del departamento de La Libertad, en Perú. Hijo de Francisco de
Paula Vallejo Benítez y María de los Santos Mendoza Gurrionero, fue el menor de once
hermanos; su apariencia mestiza se debió a que sus abuelas fueron indígenas y sus
abuelos gallegos, uno de ellos fue el sacerdote mercedario José Rufo Vallejo, quien yace
en las catacumbas de la iglesia del pueblo de Pallascaen Áncash.5 Vallejo era un “hombre
muy moreno, con nariz de boxeador y gomina en el pelo”, recordaba César González
Ruano, en una entrevista publicada en el Heraldo de Madrid, el 27 de enero de 1931.
Sus padres querían dedicarlo al sacerdocio, lo que él en su primera infancia aceptó de
muy buena gana; de ahí que existan tantas referencias bíblicas y litúrgicas en sus primeros
versos. Sus estudios primarios los realizó en el Centro Escolar Nº 271 del mismo Santiago
de Chuco, pero desde abril de 1905 hasta 1909 estudió la secundaria en el Colegio
Nacional San Nicolás de Huamachuco.
En 1910 se matricula en la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo, pero
debido a problemas económicos retorna a su pueblo, con el propósito de trabajar y ahorrar
para continuar luego sus estudios. Apoya a su padre en las tareas administrativas de
gobernador y toma contacto con la realidad de los mineros de Quiruvilca, cerca
de Santiago de Chuco, lo que recordará más adelante en su novela El tungsteno.
Viaja a Lima en 1911 para matricularse en la Facultad de Medicina de San Fernando, pero
nuevamente abandona el claustro universitario por razones económicas o tal vez por
desilusionarse de dicha carrera. Consigue un empleo de preceptor de los hijos de un rico
hacendado de Acobamba (departamento de Junín, sierra central peruana), trabajo en el
que permanece durante siete meses. Luego regresa a Trujillo, y en 1912 consigue un
modesto empleo como ayudante de cajero en la hacienda azucarera “Roma”, en el valle
Chicama, donde fue testigo de la cruel explotación de los peones indios.
La bohemia de Trujillo[editar]
Artículo principal: Grupo Norte
La “bohemia trujillana” o Grupo Norte, 1916. Vallejo es el cuarto de los sentados, de izquierda a derecha. Atrás de él, Antenor
Orrego.
Al estallar la Guerra Civil Española en 1936, colabora con fervor en la fundación del
Comité Iberoamericano para la Defensa de la República Española y de su vocero, el
boletín Nueva España. Le acompaña en esa labor Pablo Neruda. En diciembre de dicho
año viaja por unos días a España, pasando por Barcelona y Madrid, preocupado por el
desarrollo de los acontecimientos. En julio de 1937 vuelve por última vez a España para
asistir al Congreso Internacional de Escritores Antifascistas.
Visita Barcelona, Valencia, Jaén y el frente en Madrid. De vuelta a París, es elegido
secretario de la sección peruana de la Asociación Internacional de Escritores. Entre
septiembre y noviembre escribe sus últimas composiciones líricas de Poemas
humanos y España, aparta de mí este cáliz; así como el drama de tema incaico La piedra
cansada.
Muerte en París[editar]
A inicios de 1938 trabaja como profesor de Lengua y Literatura en París, pero en marzo
sufre de agotamiento físico. El 24 de marzo es internado por una enfermedad desconocida
(después se supo que fue la reactivación de un antiguo paludismo que sufrió de niño) y
entra en crisis el 7 y el 8 de abril. Fallece una semana más tarde, el 15, un viernes santo
con llovizna en París, pero no un jueves, como se cree que vaticinó en su poema «Piedra
negra sobre una piedra blanca». Se le realiza un embalsamamiento. Su elogio fúnebre
estuvo a cargo del escritor francés Louis Aragon. El 19 sus restos son trasladados a la
Mansión de la Cultura y más tarde al cementerio de Montrouge.
Después de treinta y dos años de reposar en el cementerio Montrouge, el 3 de abril de
1970 su viuda Georgette Vallejotraslada sus restos al cementerio de Montparnasse,
escribiendo en su epitafio:
He nevado tanto para que duermas.
Obras[editar]
Vallejo abarcó prácticamente todos los géneros literarios: poesía, narrativa (novelas y
cuentos), teatro y ensayo. Se debe también mencionar su copiosa labor periodística
(crónicas y artículos).
Poesía[editar]
Comprende el libro de poemas Los heraldos negros (Lima, 1919). Constituye el comienzo
de la búsqueda del poeta por una diferenciación expresiva, la cual se irá consolidando a lo
largo de toda su obra. Para Vallejo era necesario fundar un lenguaje poético diferente a lo
tradicional. Vallejo estuvo influenciado por el nicaragüense Rubén Darío, fundador de
modernismo y máximo exponente en Hispanoamérica, y el poeta modernista
uruguayo Julio Herrera y Reissig.
Según Mariátegui «en estos versos principia la poesía peruana, en el sentido indigenista».
Efectivamente, el poeta nos habla de lo nativo. Allí están las profundas vivencias de los
sucesos cotidianos, la vida familiar y aldeana, el paisaje tierno y eglógico, pero expresados
todavía con el gusto modernista y las formas métricas y estróficas de la poesía clásica.
También encontramos temas más elevados como la protesta contra el destino del hombre,
la muerte, el dolor, la conciencia de orfandad, el absurdo, todos ellos tratados por el poeta
con un acento muy personal.
En efecto, el poeta despliega en el poemario características que lo convierten en un libro
único: la exhibición impúdica de sentimientos, la muestra descarnada del sufrimiento, la
radical desnudez de la palabra.
El primer poema de la serie da título al libro y se refiere a los momentos en que la muerte,
o el simple paso del tiempo, nos dan una señal angustiosa, cual sacudida. «... son las
crepitaciones de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.» Esta imagen, en
realidad tan fundada como innovadora, fue objeto de burla de Miguel de Unamuno, ya que
el anquilosamiento retórico en que se hallaba la poesía y la literatura española por
aquellos tiempos, aún no podía permitir entender que se pudiera extraer lo profundo de lo
cotidiano, incluso de lo doméstico.
Etapa vanguardista
Artículo principal: Trilce
Comprende el poemario Trilce (Lima, 1922), uno de los mayores libros de poesía de
la vanguardia posbélica a nivel mundial. El poemario nace en un contexto muy especial
para el poeta. Su perplejidad ante el mundo se había acrecentado: la muerte de su madre,
sus fracasos amorosos, la experiencia de no ser aceptado totalmente en Lima y su estadía
en una lóbrega cárcel de Trujillo, son los principales acontecimientos que marcaron el
profundo sentimiento de exclusión del poeta. Estas experiencias forjaron en él ese
sentimiento de ser humano preso de la existencia o de la sociedad y fueron el origen del
desgarramiento del poeta, del dolor infinito que encierra cada poema, y de su densidad y
hermetismo.
El nombre del poemario es un neologismo inventado por Vallejo, cuyo significado hasta
ahora es incierto. De acuerdo a la versión más extendida, derivaría de «tres», pues el
cambio del nombre del libro (originalmente Vallejo le puso el título de Cráneos de bronce)
fue cotizado por el impresor en tres libras (treinta soles oro).
Al momento de aparecer cayó en el mayor vacío, pues la gente todavía estaba
acostumbrada a los versos románticos y modernistas. El mismo Vallejo lo explica en carta
dirigida a Antenor Orrego, y defiende a la vez su posición:
«El libro ha nacido en el mayor vacío. Soy responsable de él. Asumo toda la responsabilidad de su
estética. Hoy más que nunca quizá, siento gravitar sobre mí, una hasta ahora desconocida
obligación sacratísima, de hombre y de artista. ¡La de ser Libre! Si no he de ser libre hoy, no lo seré
jamás. Siento que gana el arco de mi frente su más imperativa fuerza de heroicidad. Me doy en la
forma más libre que puedo y ésta es mi mejor cosecha artística. [...] ¡Dios sabe cuánto he sufrido
para que el ritmo no traspasara esa libertad y cayera en libertinaje! ¡Dios sabe hasta qué bordes
espeluznantes me he asomado, colmado de miedo, temeroso de que todo se vaya a morir a fondo
para que mi pobre ánima viva!»7
Fue calificado como «disparate». Críticos como Luis Alberto Sánchez se preguntaron
extrañados por qué Vallejo había escrito un poemario de esas
características. Trilce significó la creación de un lenguaje muy personal, lo que ya en sí
implicaba una hazaña descomunal. Fue una ruptura con la tendencia del pasado literario y
con respecto a las normas expresivas tradicionales. El libro refleja la poética personal de
Vallejo, tal como él mismo lo explica: «La gramática, como norma colectiva en poesía,
carece de razón de ser. Cada poeta forja su gramática personal e intransferible, su
sintaxis, su ortografía, su analogía, su prosodia, su semántica. Le basta no salir de los
fueros básicos del idioma. El poeta puede hasta cambiar, en cierto modo, la estructura
literal y fonética de una misma palabra según los casos.» (El arte y la revolución).
Trilce es un libro revolucionario porque pulverizó las normas estéticas y retóricas:
Los poemarios de esta etapa son de publicación póstuma, labor que realizó la viuda del
poeta, englobando los textos bajo el título común de Poemas humanos (París, julio de
1939). Aunque hay que señalar que España, aparta de mí este cáliz, ya había sido
ordenado por el mismo Vallejo en forma de libro individual y fue publicado meses antes, en
enero, en España.
El título de Poemas humanos fue impuesto a sugerencia de Georgette Vallejo, quien
afirmó haber leído en una libreta de apuntes de Vallejo que éste tenía planificado un libro
de "poemas humanos", aunque sin mayor especificación. La ambigüedad de esta
afirmación ha llevado a diversos críticos y editores a considerar arbitraria dicha imposición.
Posteriormente, Georgette Vallejo dividió los llamados Poemas humanos en dos bloques
titulados Poemas en prosa (19 poemas) y Poemas humanospropiamente dichos (76). Así
aparecieron en la Obra poética completa, Francisco Moncloa Editores S.A., 1968. Según
Georgette, los primeros fueron escritos entre 1923 y 1929, y los segundos entre 1931 y
1937. Otros editores no han estado de acuerdo con esta división y han preferido mantener
en un solo cuerpo todos los poemas póstumos de Vallejo, a excepción de España, aparta
de mí este cáliz.
Aunque estos poemas tratan algunos temas recurrentes del autor, muestran claras
diferencias respecto a su obra poética anterior. Lo primero que se nota, en el plano formal,
es su retorno a los ritmos conocidos, al menos en buena parte de los poemas, así como el
abandono de la experimentación del lenguaje, que había sido la nota predominante
en Trilce. En esta nueva fase de su poética su lenguaje es pues más accesible para el
lector común. El poeta buscaba precisamente acercarse más al pueblo.
Se considera que uno de los factores que más influyó en este cambio de rumbo de su
poesía fue su adhesión al marxismo, pensamiento que coincidía con algunas de las
preocupaciones que lo habían acompañado a lo largo de su vida.
Si bien la nota reiterativa en estos poemas sigue siendo la insatisfacción del poeta ante la
vida y el pertinaz dolor de vivir; sin embargo, esta vez trae consigo una nota de esperanza.
Ella radicaría en su fe en la unidad de todos los hombres. En Poemas humanos el poeta
se abandona con seriedad o patetismo exacerbado al dolor humano y nos obliga a pensar
en las angustias y esperanzas de todos aquellos que con el estómago vacío no tienen ni
siquiera una piedra en que sentarse. La obra está llena de paralelismos y oposiciones. Usa
el lenguaje de la conversación cotidiana, por eso parece que el yo poético conversa con un
amigo o un obrero. Hay fuertes exclamaciones en la estructura lingüística, quiere
dramatizar su poesía. Presenta un humanismo esencial, literatura social y revolucionaria.
España, aparta de mí este cáliz, escrito en 1937 y publicado en 1939, compendia los
versos más intensos y hondos que escritor alguno haya llevado a cabo sobre la guerra civil
en ese país. La visión de la España combatiente había conmovido a Vallejo, por lo que su
poética estuvo al servicio de la causa. Consta de 15 poesías y se considera el testamento
poético de Vallejo.
En los versos que dan nombre al poemario, se manifiesta una prueba premonitoria de su
amor por España y su miedo por la derrota de la que consideraba la causa justa.
Narrativa[editar]
En la narrativa de Vallejo también se aprecia su transformación ideológica.
Escalas melografiadas (Lima, 1923) es un libro que agrupa doce relatos, divididos en
dos secciones: seis estampas lírico-narrativas (Cuneiformes) y seis relatos o cuentos
psicopatológicos (Coro de vientos). Algunos de ellos son de un sorprendente
vanguardismo, poco cultivado entonces.
Fabla salvaje (Lima, 1923) es una novela corta de carácter psicológico que aborda la
locura de un campesino de los Andes. Cercano al género fantástico.
Más allá de la vida y de la muerte (Lima, 1923), relato fantástico.
Los caynas (1928), relato fantástico8
Hacia el reino de los Sciris (terminado en 1928, se publicó póstumamente) es
una nouvelle histórica de tema incaico, todavía ligado al modernismo.
Hacia 1930, influenciado por el marxismo, empezó a escribir relatos más imbuidos de la
problemática social y circunscritos en el llamado realismo socialista.
El Tungsteno (Madrid, 1931) es una novela desigual sobre un conflicto en una mina de
los Andes. Es una novela "proletaria" que ataca no solamente a los "gringos", sino
también a los "arribistas" que imitan a los extranjeros y explotan y oprimen a los
pobres, los indios, y los "conscriptos" del ejército. Publicada en España, fue muy
popular en la década de 1930, la de la depresión económica mundial.
"Paco Yunque" (escrito en 1931), un tierno cuento infantil de denuncia social que fue
rechazado por muchos editores. Finalmente fue publicado en 1951. Ahora en el Perú,
"Paco Yunque" es lectura obligatoria durante la enseñanza primaria.
Se debe mencionar también otros relatos escritos entre 1935 y 1936, pero que dejó
inconclusos: