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BITÁCORA – SEMANA 3

Apellidos y Nombres: Astucuri Guillén Ruanmarco Fecha de entrega:


17/04/19

1. Problematización del tema: (1pto.)

¿En basé a qué se determina el bien y el mal? Hay males naturales, metafísicos, morales,
sociales, etc., según la concepción antigua se decía que Dios proporcionada el bien y su
correlato el mal nacía en la sociedad misma. La preocupación es si existe un bien en sí o,
si depende de objetos. Ahora, el bien podría plantearse como intrínseco o extrínseco si
tienen valor por sí mismo, como los animales o, si se define por sí mismo (intrínseco).

El uso del bien absoluto puede servir como concepto para distintos campos de estudio,
esto puede entenderse como distintos tipos de bien, ¿es necesario un bien que agrupe a
todos?

¿El bien moral proviene del bien no moral? Es derivado el bien moral históricamente de
personajes nobles, pero se entiende mejor de los campos de uso del bien, articularlos por
objetos de estudio.

¿Por qué no puede ser definido el bien?, porque sería un término simple. Lo bueno puede
referirse a objetos pero ¿el bien en sí es definido igualmente por su objeto o
independientemente? Si dejamos el objeto de lo bueno, también se intentaría llegar al bien
en sí y de vuelta a la pregunta: ¿qué es el bien? Si el bien es uno solo, único, absoluto
entonces podría relacionarlo con cantidad, tiempo, identidad, términos universales que
están de acorde a la ciencia, y por lo tanto esto dejaría de ser absoluto porque al adoptar
esta manera de ver el bien llegaríamos a relativizar el bien más allá de cuestiones sociales,
y esto seguiría siendo metafísico, difícil.

Retrocediendo o negando el objeto del bien en lo social, habría tendencia a desear un


objeto del bien determinado, entonces: ¿las personas desean lo que ven bueno? La
determinación de bueno y deseable se da y también podría darse el caso de que algo no
sea bueno pero deseable, o a la inversa. ¿Y si el bien está en ambos campos? Que sea
deseable y bueno. ¿Y si aun así un bien es mayor a otro?

Una comunidad cultural determina lo deseable, y lo bueno igualmente pero se redefine.


Aunque los distintos bienes quedaban marcados por la época, ¿cómo podemos juzgar
desde nuestra época lo que antes era deseable? O puede ser que siempre queden
universales durante todo el tiempo del tipo sentimental, natural.

¿Cómo se articula el bien teórico con el bien estético, el bien económico con el bien
moral? Scheler cambio el término “bueno” con el de “valor”, entonces ¿lo bueno puede
ser intercambiado con el valor? él enumera una lista de valores y ¿podría ser lo mismo el
valor con el bien? Entonces la enseñanza de valores sería lo mismo que valores morales,
pero la educación es moral y eso incluye los valores ya que estos valores dispersados sí
funcionan en la cotidianeidad pero articulados no. La articulación viene dada cuando
mezclamos los bienes económicos con el estético, por ejemplo, y eso se presenta hacia
los ojos como lo mejor, lo bueno. Respecto a lo moral ¿por qué no se articula?

¿Una idea filosófica del bien está en relación a una teoría ética?, ¿cómo puedo saber qué
es el bien si no puedo entender qué es lo que considera la comunidad el bien? La teoría
ética racionaliza lo cultural. Ahora, el regreso del bien a lo social está en Aristóteles y su
relación del bien con la finalidad o función que cumplir y por eso cada cosa o persona se
limita, ¿y si la finalidad de la felicidad organiza a las demás? La centralidad como función
de ser feliz, o sea, con el propósito de ser feliz por medio de otras finalidades menores.

¿Podemos entender el bien kantiano y la racionalidad y la ética kantiana sin plantear el


tipo de ser humano desde el cual parte? Él dice que su ética está libre de antropología, o
sea, no presupone un modelo ideal de ser humano, y ¿qué pasa con la culturalidad y sus
abstracciones de leyes morales que conducen a los ciudadanos?

La felicidad en Kant está dada de diferentes perspectivas, pero ¿por qué la mantiene
dentro del bien supremo? Está dentro de un plano humano más que divino. La manera
restringida de la felicidad está subordinada a la moralidad.

La racionalidad tiene que estar sustentada en lo divino, además de suponer que el alma es
inmortal y que exista la libertad en lo divino. Estas suposiciones son base para ver que
esos ideales no son objeto de conocimiento, entonces esquiva la problematización sobre
dios, y construye a partir de esos ideales la construcción de objetividad racional de la
moral, pero ¿por qué dejaría de ser objeto de conocimiento si está basado en el
conocimiento?, algo que no es alcanzable racionalmente no tendría que ser separado de
la posibilidad de pensarse.

La ley moral determina el concepto de bien, según Kant, ¿si algo placentero se considera
bueno se podría obtener una ley moral? El paso de lo sensible a lo universal no puede
darse. La ley moral no nace de la experiencia, pero entonces ¿Cómo y a partir de qué?,
de la razón que legisla. Y es propio del actuar el seguir una ley universal y racional, pero
las circunstancias no tienen el patrón universal, por ejemplo: la amistad.

El bien se entiende en el modelo teleológico y lo correcto en el modelo kantiano (de las


normas), entonces uno puede actuar correctamente si hacer el bien o hacer el bien sin
actuar correctamente, pero va depender aun así del individuo ¿cómo evaluar entonces la
situación? Según Aristóteles sería la deliberación, que bien podría ser una armonía entre
ambos.
2. Desarrollo (según lo planteado por el docente): (1pto.)

El bien y, su correlato, el mal en cuanto al orden divino es propio de los males metafísicos,
morales y esa reflexión escapa de nuestra libertad. En cuanto al bien, puede tener un valor
intrínseco o extrínseco, ambas posturas son compatible respectivamente por el valor de sí
mismos y por la necesidad que brindan. Los contenidos que transmiten son de
consecuencias morales para medir conductas y, análogamente se puede hablar de buen
perro, buena clase, etc.

En sociedades laicas existen pluralidad de bienes ya su vez la necesidad de un bien que


agrupe a los demás. Esa idea del bien único serviría para entender a las demás. Este bien
absoluto, que a su vez abarca la moralidad y la felicidad (propuesta por Kant) es concebida
de otra manera, como ética deontológica.

El bien religioso, militar, económico, etc., es previo a la moral, y la idea del bien moral
se forma a partir de la derivación. Según Moore el bien es un término indefinible pero sí
puede definirse según su objeto de estudio. Pero lo que es bueno es diferente a preguntar
sobre el bien en sí.

El bien o lo bueno puede entenderse como lo deseable, y cada cultura lo determina, esos
contenidos son históricos, entonces tiene que asumirse como bueno lo deseable. La
comunidad cultural puede determinar, contrariamente, lo deseable y se redefine a través
de los años. En este cambio o redefinición también quedan los universales, como el
ejemplo de la humanidad, a partir del cristianismo, aunque las condiciones cambian en
épocas distintas. Esta idea de humanidad pasaba a estar en formación para funcionarios
que asumirían el control de la sociedad y a su vez se enriquece, ya sea para perfeccionar
o incluir su contrariedad.

Los analíticos señalaron la pluralidad de usos del bien, incluso sus tipos y clases. La
variedad del bien se articula cuando hay claridad, en el caso científico con lo estético por
su aplicación de las matemáticas y la reducción a fórmulas.

El valor intercambiado por lo bueno viene enumerado para reducirse a valores morales,
y también ocasiona la separación de valores según la educación (las materias enseñadas),
el problema es cuando se articula lo bueno con otros tipos de viene y valores en lo social
o económico.

El bien supremo, propuesto por Kant tiene dos dimensiones: la felicidad y la moralidad,
pero saca a la felicidad de la moral (porque se encontraba dentro) para colocarla junto al
bien supremo, o sea, como algo más humano que divino. Y es que mantuvo la felicidad
dentro de lo empírico porque es el ideal individual. La felicidad, de manera restringida
está por debajo de la moralidad porque el destino de la razón es ser dignos de la felicidad,
que la moral nos prepare y en esa búsqueda empírica de la felicidad sea una forma de
vivir. Solo se puede ser feliz en el mundo de la moral, ahí se es feliz, donde no hay causa-
efecto (determinismo) y libertad.

Se es libre cuando tenemos buena voluntad y eso se cumple cuando como buenos, además
de compatibilizar con el querer, esta es la armonía con el deber.

Ni la felicidad ni la moralidad son el bien en sí mismo. Ambas posturas se necesitan y en


Kant hay un proyecto humanista de tratar como un fin al ser humano (en general) a base
de la razón.

La razón como principio y legisladora da leyes para pensar y actuar bien, pero la ley moral
no tiene que estar universalizado, no en un modelo de ser humano, entonces solo se da en
base a la comunidad (teleológico). Este reduccionismo del bien para mí, se da en el campo
empírico, y lo empírico no genera ley moral.

Ross, en Fundamentos de Ética, dice que lo bueno (teleológico) y lo correcto (kantiano),


de normas. Estas propuestas se armonizan en situaciones prioritarias y determinadas. En
Rawl, dice que lo bueno determina la ley pero, lo bueno y lo justo tienen sentido en
relación teleológica.

3. Búsqueda bibliográfica (Revisar artículos o libros donde pueda profundizar sobre el


tema se la semana. Incluir la referencia bibliográfica): (1pto.)

En un texto que habla sobre el bien y el mal, específicamente del mal, y sus implicancias
históricas-religiosas, se empieza por afirmar que es necesario partir de la posibilidad del
ser humano como subjetividad construida en la relación con otro dentro de una cultura.
Así, desde el punto de vista religioso, San Agustín dice que el Mal no es un principio
activo, sino una ausencia de virtud… el Mal es una insuficiencia del Bien. En el
judaísmo, la primera religión monoteísta, presenta en sus libros de la Tora la presencia
de un Dios bueno y de un Dios vengativo y cruel. El cristianismo crea la idea de lo malo
mediante el Demonio y su repercusión en el sufrimiento humano. Para Spinoza las ideas
del Bien y del Mal están ligadas a supersticiones e ideas confusas de la imaginación que
son aprovechadas por las religiones.
El concepto de “mal radical” lo introduce Kant, que es la tendencia a desobedecer la ley:
“obra de tal modo según una máxima tal…”. De esta manera Kant distingue tres grados
de mal: como causa de la fragilidad humana, como impureza y como malignidad propia
de la naturaleza humana.
Levinas dice que la cuestión del mal nos enfrenta a tres problemas: limitaciones de las
teodiceas para dar una respuesta, la obscenidad que implica justificarlas y la
imposibilidad de la reconciliación.
“El problema es que la mayoría de sujetos se comportan pasivamente y se rigen por la
imaginación aumentado las pasiones negativas y disminuyendo las pasiones buenas.”
Según Carpintero. Por eso colectivamente no basta con la ética, que es la vía. Se hace
necesaria una política basada en una razón apasionada de las pasiones alegres que
permitan lazos de solidaridad. La relación con el otro aumenta y es completada, a su vez,
del colectivo social.
El bien, según Aristóteles, emparentada con la felicidad y a su vez finalidad del hombre,
tiene que ser una actividad de la mejor parte del hombre: el intelecto, aquella que conoce
los objetos más elevados y divinos. La realización de la función del hombre es lo mismo
que su fin último. Entonces se dice que el hombre es verdaderamente humano cuando es
más que humano, semejante a la divinidad.
Kant afirma que el concepto de felicidad tiene una definición universal por la que
siempre se remite a la relación práctica de un sujeto. Aun así, no determina nada
específico porque depende de la diferencia de necesidad según el cambio de sentimiento.
Esto implica que cada ser humano tenga que ser capaz de determinar su definición
específica. Pero todos dudamos acerca de lo que nos hará felices y acerca de qué medios
podrán promover sus fines.
Las éticas de la vida buena, entonces, busca reconocer e integrar una diversidad de
intereses dentro del sujeto moral: valorando actitudes, capacidades y tendencias; fuera:
reconociendo la compatibilidad y complementariedad de intereses individuales y
sociales, además de sus múltiples concepciones acerca de lo bueno y lo correcto.
Respecto a la amistad, que es la más social de las virtudes, es a su vez, necesario para el
individuo. En definitiva, hay que buscar, en toda pluralidad, una forma única.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Carpintero E. (2012). El mal y el bien son inmanentes a nuestra condición humana.


Topia, 22 (65).

Bravo F. (2009). Pluralismo y éticas de la vida buena. Del Filebo a la Ética a Nicómaco
de Aristóteles, Areté, 21 (2).

Tapia D. (2007). La felicidad de la teoría en la Ética Nicomáquea de Aristóteles. Estudios


de filosofía, 37 – 50

Marey M. (2017). El rol de la felicidad ajena en la filosofía práctica de Kant. Diánoia,


LXII (78)

Nota:
La bitácora deberá ser entregada el miércoles posterior a la clase de la semana. Los que
remitan fuera de fecha solo tendrán 1.5 puntos.
Se deberá remitir al email: polotzu@gmail.com, con el asunto: Apellido-Bitácora n°

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