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IUSNATURALISMO:
1
para poder sobrevivir, que hay una serie de derechos innatos que
se derivan de la naturaleza del hombre de buscar la
supervivencia.
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humana y en la naturaleza misma de las cosas que se mantienen a
lo largo de los tiempos y en distintos lugares y que son comunes
y generales. Para deducir dichos principios se ha utilizado la
razón, por ejemplo desde los griegos, pero también se ha
utilizado la metodología teológica (escolástica1 principalmente) que se
refiere a deducir dichos principios generales a través de una
serie de ideas universales, por ejemplo el amor al prójimo, que
son principios inmateriales que se deducen de la revelación o de
los textos sagrados y que tratan de coordinar la fe con la
razón. En el caso de la religión católica se toma como
principios los aspectos de “derecho divino” que se encuentran en los
mandamientos y en el antiguo y nuevo testamento (iusnaturalismo
teológico).
1 La escolástica fue la corriente teológico-filosófica dominante del pensamiento medieval, tras la patrística de la
Antigüedad tardía, y se basó en la coordinación entre fe y razón, que en cualquier caso siempre suponía una clara
subordinación de la razón a la fe (Philosophia ancilla theologiae -la filosofía es sierva de la teología-).
3
Lo que une a los filósofos del derecho natural es que se
plantean el mismo problema: ¿cuál es el origen de la sociedad? Y
que lo resuelven de la misma manera: el estado natural y el
contrato social. La respuesta y la pregunta misma revelan de
inmediato la concepción para la cual la sociedad ya no
constituye un orden natural creado por dios, sino que configura
un orden artificial, plasmado por los hombres. Lo que constituye
ahora el dato natural y primario es el individuo, que tiende a
asociarse con sus semejantes en tanto no puede dejar de vivir en
sociedad. Esta idea esta presente en Locke, Hobbes y Rousseau,
pero cada autor hace énfasis en los aspectos que mas le
interesan para abordar la teoría de la creación del Estado.
Según el pensamiento de Locke y de sus seguidores, el Estado no
existe para la salvación espiritual de los seres humanos sino
para servir a los ciudadanos y garantizar sus vidas, su libertad
y sus propiedades bajo una Constitución. Hobbes, por su parte,
busca darle una solución coherente y necesaria a la cuestión de
la rectitud de la conducta humana y el orden social para
mantener el difícil equilibrio entre protección y obediencia1.
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entre derecho y moral. Existen tres escuelas dentro del
iusnaturalismo. El iusnaturalismo teológico, el iusnaturalismo
racionalista y el racionalismo historicista, propio de San
Agustín y Santo Tomas, defiende la tesis de que existen
principios de justicia universales e inherentes al ser humano,
pero que solo pueden ser conocidos a través del culto a dios y
su ofrenda cotidiana Esta escuela plantea una estrecha relación
entre derecho divino, moral y justicia humana. El iusnaturalismo
racionalista, defendido por Kant, Locke, etc.; sostiene que
existen principios morales básicos y universales del hombre, y
que este puede acceder a ellos por medio del cultivo de la razón
y la indagación científica. Esta escuela pone el énfasis en la
relación estrecha que tiene la moral, la razón y la ciencia como
forma de dominar las leyes del mundo físico. Por ultimo, el
iusnaturalismo historicista representado por Savigny, hace
alusión a los principios básicos de justicia que han subsistido
a lo largo de la historia occidental, como resultado de la
dinámica histórica y del incuestionable asenso hacia el progreso
de la humanidad.
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comunidad es un sistema cuyos alcances pueden ser verificados
empíricamente, en una forma objetiva y concluyente, con
independencia de nuestras valoraciones subjetivas.”3 El
surgimiento del positivismo como escuela jurídica tiene relación
con el nacimiento de las ciencias naturales en el siglo XVII, el
movimiento de codificación en Europa impulsado por la Revolución
Francesa y el rompimiento definitivo de la razón con la
metafísica. El positivismo, defendido y desarrollado por Bobbio,
Kelsen, Hart y Austin entre otros, se caracteriza por
desarrollar ideas completamente contrarias a las del
iusnaturalismo antes expuesto. Por un lado, arguyen que no
existen principios morales validos universalmente, es decir, que
el derecho no puede ni debe tener relación alguna con la moral,
con lo valorativo, en últimas, con lo subjetivo. El derecho,
para los positivistas más duros, es un ente autónomo, objetivo,
coherente que no tiene lagunas, y que por ende puede solucionar
cualquier caso que se le presente por medio de una estructura
silogística.
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La Teoría del Núcleo Esencial 2 :
2 LÓPEZ CADENA, Carlos Alberto. Mutación de los derechos fundamentales por la interpretación de la Corte
Constitucional colombiana. Concepto, justificación y límites. Universidad Carlos III de Madrid - Instituto de Derechos
Humanos Bartolomé de las Casas. Madrid, 2007. p. 202 a 206.
3 CORTE CONSTITUCIONAL. Sentencia T-406 de 1992. M. P. CIRO ANGARITA VARÓN
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pese a que, respecto de la parte periférica, sí se admiten las
restricciones. Según la Corte Constitucional, esta denominación
de “límite de los límites” que tiene el núcleo esencial de los
derecho, se justifica porque la Constitución, como sistema, es
incompatible con la idea de unos derechos fundamentales
absolutos o ilimitados, es decir, los derechos pueden
restringirse pero esa restricción no puede ser ilimitada, pues
no se justifica la intromisión en la órbita del núcleo esencial.
En la sentencia C-475/97, La Corte dijo que entender que un
derecho es ilimitado quiere decir que no es susceptible de
restricción. Tal situación significaría que dicho derecho
prevalecería frente a todos los demás, y que en caso de
conflicto con otros derechos, éste siempre saldría victorioso,
pues gozaría de supremacía. Pensar en la existencia de este tipo
de derechos ilimitados sería negar la existencia de un sistema
iusfundamental donde siempre existirán colisiones4.
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En cuanto al proceso de determinación del contenido de ese
núcleo esencial, la Corte, en la sentencia T-426 de 1992, dijo:
“En el proceso de determinación de lo que constituye el núcleo esencial de un derecho
fundamental, el juzgador dispone de técnicas jurídicas complementarias. Visto desde la
perspectiva de los derechos subjetivos, el contenido esencial de un derecho fundamental
consiste en aquellas facultades o posibilidades de actuación necesarias para que el derecho
sea reconocible como pertinente al tipo descrito y sin las cuales dejaría de adscribirse a ese
tipo, desnaturalizándose. Por otra parte, la jurisprudencia de intereses ha diseñado una
fórmula según la cual el núcleo esencial del derecho fundamental es aquella parte de su
contenido que es absolutamente necesaria para que los intereses jurídicamente protegibles,
QUE DAN VIDA AL DERECHO, resulten real, concreta y efectivamente protegidos. De este
modo, se rebasa o se desconoce el contenido esencial cuando el derecho queda sometido a
limitaciones que lo hacen impracticable, lo dificultan más allá de lo razonable o lo despojan
de la necesaria protección”6.
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1. HOBBES, Thomas. El Leviatán: o la materia, forma y poder de
una república eclesiástica y civil. México, Fondo de
Cultura Económica, 1994, p. XII.
2. NINO, Carlos. Introducción al análisis del derecho.
Barcelona, Ariel, 1991, p. 28.
3. KELSEN, Hans: en NINO, Carlos. Op.Cit, p. 22.
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EL POSITIVISMO JURÍDICO O IUSPOSITIVISMO
Validez de la Norma:
El que una norma jurídica “valga” quiere decir que debe ser
cumplida y que, en caso de no cumplirse, debe ser aplicada o
impuesta la sanción que trae.
7 Según Kelsen, ese derecho positivo es aquel que está estatuido, ya sea porque está contenido en una legislación,
en un reglamento, etcétera, o en la costumbre.
8 Kelsen, Hans. ¿Qué es el Positivismo Jurídico?. Revista Juristenzeitung (Revista Jurídica), Nums. 15 y 16, 1965,
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soberano (directamente o delegado)9, y no en la “justicia” que dicha norma
pueda encerrar. Lo justo, a diferencia del iusnaturalismo, no
se encuentra en principios o valores inherentes al ser humano,
ni en postulados divinos, sino en la misma norma, producida por
el Ente Soberano, conforme, no a procesos científicos del
conocimiento, sino conforme a la voluntad de ese soberano (por eso
se dice que el proceso de formación de las leyes es una función de la voluntad, no del
conocimiento).10
9 En nuestro caso, que somos una Democracia, el poder soberano lo tiene el pueblo, que es el que, directamente (a
través de la Asamblea Nacional Constituyente), o a través de sus representantes (el Congreso Nacional), dicta las
normas.
10 KELSEN, Hans. La doctrina del derecho natural y el positivismo jurídico. Revista Jurídica de Buenos Aires, nro. IV,
Buenos Aires, Departamento de Publicaciones, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad de Buenos
Aires, 1961, pp. 9-45. Traducción de Eugenio Bulygin.
11
por los principios y valores inherentes al ser humano; por
ejemplo, el derecho (las normas escritas vigentes) durante la época de la
colonia, era aquel derecho (normas) que permitían que ese sistema
funcionara; ahora, el derecho que existe está determinado por el
tipo de Estado que tenemos, por las actuales necesidades de la
sociedad, etcétera, que no son las mismas que existían hace 100
o 120 años.
Características:
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Estado11. Por eso para el iuspositivismo, el derecho positivo
es formal, porque no se define ni por las acciones que
regula, ni por el contenido de tal regulación, ni por los
fines que esta acción persigue; se define únicamente con
relación a la autoridad que establece las normas, o sea, con
respecto al poder soberano. En pocas palabras, para el
iuspositivismo, detrás de la ley no hay nada más que la
voluntad soberana (autoritas non veritas facit legem).
11Según esta doctrina, la validez de la Carta Magna está dada por su fundamento en el Estado; y por su parte, la
validez de las normas secundarias (leyes, etc.) está dada por las normas superiores, como sería la misma
Constitución.
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su poder. Para los iuspositivistas, el motivo por el cual los
sujetos evitan cometer actos ilícitos no es el temor al
hipotético castigo que pudiera infligirles una supuesta "voluntad
divina", "moral" o "racional" (que, en última instancia, no es más que un asunto del fuero
interno de cada individuo), sino el temor al castigo, al que podría
condenarles efectivamente el Estado.
EXPOSITORES
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socialmente, debe unirse la idea de que esa vinculación persigue
unos fines, y es sólo a través del estudio de esos fines que se
puede concebir el derecho.
KELSEN (1881-1973)
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falta de sentido crítico, lo que ponía en peligro la verdadera
ciencia jurídica.
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a) La naturaleza tiene un sistema de elementos que se encuentran
relacionados entre sí por el principio de causalidad; es
decir, existe una relación causa-efecto que se presenta entre
los elementos de la naturaleza, y en los que no interviene la
voluntad humana; por ejemplo: si llueve, la tierra se moja y
allí no interviene la voluntad del hombre.
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En la sociedad, la sanción debe seguir, ser la consecuencia de
la comisión del acto ilícito, y esto implica que el orden
jurídico tiende a un “deber ser”, a lograr ese ideal social en el
que todos los intereses jurídicos viven armoniosamente. Los
hechos naturales, en cambio, no se encaminan a ningún “deber ser”
sino que simplemente “son” y ya.
LA NORMA FUNDAMENTAL
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Para la Teoría Pura esta norma es “la hipótesis necesaria de todo estudio
positivista del derecho”, y el elemento que “permite a la ciencia jurídica considerar
el derecho como un sistema de normas válidas”.
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Ahora bien, para Kelsen, una revolución consiste en un cambio no
legítimo de una constitución válida. Es decir, un cambio cuyo
procedimiento no se corresponde con el cambio de constitución
que está autorizado en la misma constitución válida.
H. L. A. HART
LA NORMA JURÍDICA:
Uno de los aspectos que le parecen más criticables de la postura
kelseniana es la reducción del derecho a la norma provista de
sanción. Hart reconoce que en cualquier ordenamiento hay
bastantes normas que responden a esa estructura, como las
penales, por ejemplo. Pero también hay otras que no. Muchas de
ellas confieren potestades para actuar, es decir establecen la
forma de constituir una situación jurídica (una donación, un matrimonio,
etc.). Si no se cumplen esas reglas no se infringe una obligación,
ni se produce la aplicación de una sanción; simplemente no
tienen lugar los efectos previstos en la norma, es decir, no se
ha cumplido el propósito pretendido.
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una sanción. A este tipo pertenecen las normas penales, las
de tránsito, etc.
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Las reglas secundarias proporcionan seguridad al orden
jurídico, porque permiten saber qué normas son válidas, cómo
pueden cambiarse, quién se encarga de vigilar su
cumplimiento, a quien hay que acudir en caso de
incumplimiento, etc.
LA REGLA DE RECONOCIMIENTO:
Toda esta argumentación hace que la explicación de Hart sea
más completa que la de Kelsen. Pero Hart permanece fiel al
mundo de ideas del positivismo, tal y como muestra el
concepto de regla de reconocimiento, que es, entonces,
aquella regla que contiene alguna o varias características
cuya posesión es requisito imprescindible para formar parte
del ordenamiento jurídico. La Regla de Reconocimiento es
entonces la que determina qué normas son válidas.
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trata de un mero hábito de obediencia, sino de una convicción
firme sobre el carácter obligatorio de la regla de
reconocimiento y de las normas que ésta ampara.
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cualquier sistema, si de hecho es obedecido y de hecho es
aceptado como jurídico, es ya derecho. Y eso con
independencia de su contenido. Nuevamente encontramos una
idea que puede considerarse central en el Positivismo
jurídico: lo que de hecho se impone, es el derecho. De todas
formas, la postura es ambigua porque esa aceptación depende
también de que los ciudadanos consideren las normas como
obligatorias y eso implica entenderlas como una realidad
diferente a lo meramente fáctico (esta cuestión no es del todo clara en la
literatura de Hart).
DERECHO Y MORAL:
Por otra parte, Hart mantiene (como todos los positivistas) la
separación entre moral y derecho. Las normas jurídicas pueden
–y deben- ser enjuiciadas desde el punto de vista de la moral,
pero el juicio negativo no quita juridicidad a la norma
considerada moralmente reprobable (es decir, si una norma es moralmente
reprochable, no necesariamente es antijurídica), aunque en algunos casos sí
se admite cierta interrelación entre derecho y moral:
“Para que una sociedad pueda vivir únicamente con tales reglas primarias,
hay ciertas condiciones que, concediendo algunas pocas verdades trilladas
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relativas a la naturaleza humana y al mundo en que vivimos tienen que estar
claramente satisfechas. La primera de estas condiciones es que las reglas
tienen que restringir, de alguna manera, el libre uso de la violencia, el robo y
el engaño, en cuanto acciones que los seres humanos se sienten tentados a
realizar, pero que tienen, en general, que reprimir, para poder coexistir en
proximidad cercana los unos con los otros”.
REALISMO JURÍDICO:
Hart negó que las normas generales pudieran aplicarse a los casos
concretos de manera puramente mecánica, y dijo que cuando la
norma general no era capaz de abarcar las particularidades del
caso, los jueces eran verdaderos creadores de derecho, pues
tenían que decidir discrecionalmente; cuando eso ocurre, la
sentencia es jurídica porque los jueces están habilitados para
tal labor, en virtud de las mismas normas del ordenamiento
jurídico.
En todo caso, para Kelsen y para Hart el derecho está formado sólo
por normas fundadas en otras normas. Esta mentalidad considera
que la ciencia jurídica sólo puede dedicarse a estudiar las
normas válidas. La forma en que estas normas son efectivamente
cumplidas, aplicadas, obedecidas o eludidas no es objeto de la
ciencia del derecho, sino de otra disciplina diferente: la
Sociología jurídica.
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Sin embargo, ni Kelsen ni Hart respetaban la pureza normativa,
aunque Hart al menos reconocía abiertamente sus reservas ante el
formalismo y no trataba de encubrir sus insuficiencias como
Kelsen. Ambos ubicaban el último fundamento del derecho a cierta
idea de adhesión o reconocimiento por parte de los propios
destinatarios del derecho. Y es que, en última instancia, todo
Positivismo reposa sobre una base: las normas que efectivamente
se imponen, con independencia de su contenido, son derecho.
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la sienta como vinculante y los ciudadanos acepten de hecho
comportarse de esa forma. El derecho existente es el derecho
eficaz, el efectivamente cumplido por los ciudadanos, no el que
está escrito en las normas consideradas válidas desde un punto
de vista exclusivamente formal. Si las normas no se obedecen,
aunque posean todos los requisitos formales, no son derecho. A
pesar de las diferencias con las posiciones normativistas, el
Realismo podría ser una forma de Positivismo, si entendemos por
tal la negación de la existencia de cualquier instancia
valorativa objetiva mediante la cual pueda ser medida la
juridicidad de los comportamientos de jueces y ciudadanos. Lo
que de hecho se obedece es lo que importa para ser conceptuado
como derecho. Por tanto, el Realismo también niega cualquier
vinculación entre derecho y moral.
13 Derecho común o consuetudinario de tradición anglosajona. Está compuesto por normas no escritas ni
promulgadas o sancionadas, sino en reglas que van creando los jueces a medida que van resolviendo los casos.
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ocurre en el tráfico jurídico. El derecho consiste en las
decisiones de los integrantes de una sociedad concreta, sobre
todo en la decisión de un juez. Uno de los precedentes de este
Realismo jurídico fue el juez Oliver Wendell Holmes, quien opinaba que
el derecho no es más que lo que los jueces dicen que es. Para
los realistas el derecho es vida cotidiana, hecho social. Su
visión del derecho es sociologista, no normativista, porque el
derecho no está en la norma sino en la vida social.
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ese motivo, la finalidad de la ciencia jurídica es precisamente
intentar predecir como decidirá el juez; en este sentido, las
normas no son prescripciones (como afirma Kelsen, por ejemplo) sino
descripciones más o menos afortunadas del comportamiento del
juez. Algunos realistas llegan a afirmar que es imposible
predecir su comportamiento, porque obedece a una cantidad
inabarcable de causas; en consecuencia, no es posible una
ciencia jurídica capaz de conocer normas. En todo caso, la norma
jurídica es un elemento secundario en la teoría jurídica de los
realistas.
CRÍTICAS:
En primer lugar se critica su radicalidad. Es falso afirmar que
las normas no controlan en absoluto la decisión del juez (porque
recordemos que existe el prevaricato, que es un delito que consiste en proferir una decisión
contraria a la derecho). Además, si los jueces crean derecho, deben
estar autorizados para ello por alguna norma previa. A esto
ellos contestarían que el derecho se basa en última instancia en
la aceptación sociológica: la idea de soberano, por ejemplo, es
una ficción para encubrir ese hecho. No obstante, resulta poco
realista negar el papel organizador de numerosas leyes, que no
dependen de lo que digan los jueces: buena parte de las leyes
procesales, administrativas, las que crean universidades, etc.
no dependen del arbitrio interpretativo, pues son de obligatorio
cumplimiento.
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procedente de una autoridad judicial sin tener en cuenta su
contenido. Por otra parte, relacionan estrechamente lo jurídico
con el desarrollo social y económico. En efecto, la valoración
acerca de la influencia social de la decisión es un elemento
básico en el derecho; esta actitud parece unir el derecho a
valoraciones morales de tipo utilitarista, algo que estaría un
tanto alejado del positivismo estricto, en la medida en que
introducen criterios de moralidad utilitarista en el momento de
determinar el derecho.
PRINCIPIOS Y PONDERACIÓN:
Las teorías de Hart fueron discutidas por el norteamericano Ronald
Dworkin. Él criticó la postura de Hart por reducir el derecho a un
sistema de reglas. Era un concepto insuficiente porque, según
Dworkin, existen otros preceptos llamados principios; la
experiencia muestra que los juristas discuten y razonan sobre
cuestiones jurídicas, especialmente en los casos considerados
difíciles, usando muchas veces estándares que no funcionan como
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reglas, que además poseen una validez independiente de la regla
de reconocimiento.
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jerarquía (ley superior se aplica preferentemente en lugar de la ley inferior) y
temporalidad (ley posterior se aplica de preferencia a la ley anterior); mientras que
en cuanto a los principios, usamos la ponderación.
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3) Definirse si la importancia de la satisfacción del principio
contrario justifica la afectación o la no satisfacción del
otro. (Bernal Pulido, 2005).
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en cuenta su historia ya larga que recorre la historia del
derecho occidental.
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justificación moral que sustenta el ordenamiento y al
mismo tiempo ha de ser compatible con las normas y
prácticas de ese mismo orden, es decir, asimilable al
orden jurídico positivo de esa sociedad.
No está claro hasta qué punto esta moral puede ser considerada
objetiva o es producto del consenso contingente. Dworkin explica
que esos preceptos morales no son pretensiones arbitrarias o
pasionales, ya que pueden ser argumentados de manera razonable y
fundamentada, aunque siempre dentro de esa misma moral. No es
posible, en cambio, conseguir fundamentos más allá de una
empresa moral concreta, porque no hay ninguna realidad externa
que sirva para medir la propia moral como conjunto. Posiblemente
Dworkin pretende decir que no existe ninguna moral universal, tal
y como la defendida por el iusnaturalismo.
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