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BIOPOLÍTICA Y CUERPO:
MEDICINA, LITERATURA Y ÉTICA EN LA
MODERNIDAD
Alberto Castrillón Aldana
Martha Lucía Pulido Correa
R E V I S T A E D U C A C I Ó N Y P E D A G O G Í A V O L. XV N o . 3 7 185
RESUMEN RESUMEN
R E V I S TA
RÉSUMÉ
ABSTRACT
E DUCACION RÉSUMÉ
ABSTRACT
PALABRAS CLAVE
y P EDAGOGIA PALABRAS CLAVE
RESUMEN
BIOPOLÍTICA Y CUERPO: MEDICINA, LITERATURA Y ÉTICA EN LA MODERNIDAD
Este artículo hace visible la relación entre biomedicina y modernidad a través de la implementación de unas biopolíticas que
normalizan los cuerpos de los sujetos. También presenta una alternativa literaria, que haciendo de la enfermedad una experiencia
de vida, aleja el miedo a la muerte y crea condiciones de convivencia vitales entre los sujetos.
RÉSUMÉ
BIOPOLITIQUE ET CORPS: MÉDECINE, LITTÉRATURE ET ÉTHIQUE DANS LA MODERNITÉ
Dans cet article on fait visible le rapport entre biomedicine et modernité à travers l’implementation des biopolitiques qui ont pour
but de normaliser les corps des sujets. On y présente aussi une alternative littéraire, qui faisant de la maladie une expérience de
vie, éloigne la peur de la mort et crée des conditions de coexistence vitales entre les sujets.
ABSTRACT
BIO-POLICY AND THE BODY:MEDICINE, LITERATURE AND ETHICS IN MODERNITY
This article makes the relationship between bio- medicine and modernity visible through the implementation of bio-policies that
normalize the subjects´ bodies. It also presents a literary alternative which, by turning illness into a life experience, banishes
dread for death and creates vital co-existence conditions among subjects.
PALABRAS CLAVE
Biopolítica, biomedicina, modernidad, normalización, enfermedad, experiencia, ética, literatura.
Bio-policy, bio-medicine, modernity, normalcy, illness, experience, ethics, literature.
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BIOPOLÍTICA Y CUERPO:
MEDICINA, LITERATURA Y ÉTICA EN LA
MODERNIDAD*
Alberto Castrillón Aldana* *
Martha Lucía Pulido Correa* **
Nietzsche dirá que es necesario conocer el presente para
comprender la historia. Sólo una gran lucidez sobre lo
que nos es contemporáneo, permite encontrar la justa
posición con respecto al pasado.
MODELOS BIOMÉDICOS Y
CUERPO EN LA MODERNIDAD
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en la historia, lo biológico entra en lo político ser viviente. Los hombres son solidarios, vi-
(c.f. Foucault, 1976). ven los unos de los otros; pero para que la
solidaridad se dé en el bien de la población,
Es el Estado moderno el que realiza el biopo- los modelos de funcionamiento como los ob-
der. La palabra clave para entender el funcio- jetivos de las políticas solidarias tienen que
namiento del Estado moderno es la de pre- ser de tipo biomédico (Ewald, 1985).
vención: la vida de cada uno es un factor de
riesgo para los otros. Las biopolíticas que ge- La modernidad con Broussais y después de
nera la biomedicina desde Broussais deben ser él, se caracteriza por una conjunción de las
políticas de Estado; por esto, la obligación del relaciones saber-poder en relación con el tema
Estado es hacer que cada quien se conduzca de la vida. Una vida que desde ese momento
de la manera más profiláctica posible. El Esta- la biomedicina comienza a gestionar técnica-
do tiene la obligación de gestionar la vida de mente.
la población con el fin de preservarla contra
ella misma y permitirle realizar potencialida-
des económicas que enriquezcan al Estado y
a los sujetos. La riqueza fundamental para el
EL MODELO FISIOPATOLÓGICO
Estado moderno es la vida. Es entonces la vida El modelo fisiopatológico involucra la atomi-
la que debe protegerse. El Estado moderno zación del cuerpo, la delimitación positivo-
vigila el derecho a la vida. Lo que da derecho estadística de la frontera entre lo normal y lo
no es lo que uno hace de su vida, sino el he- patológico, el anclaje del cuerpo en una nor-
cho mismo de ser un viviente y de tener ne- malidad positiva y formalizada, la atribución
cesidades para satisfacer. El problema no es de un valor negativo a la enfermedad conce-
entonces el de la libertad: la libertad no tiene bida como error. Según este modelo biomé-
un gran valor, sino el hecho de ser un vivien- dico, la enfermedad es producida por la exa-
te. De ahí la insistencia en cuanto a la gestión geración o el déficit de una secreción. Es de-
de los anormales. También en ellos hay una cir, por un movimiento celular que se libera
riqueza que es necesario saber explotar. Al de su control.
Estado moderno lo une la idea de que es ne-
cesario proteger al viviente para explotar las Según Claude Bernard (1813-1878), la no uti-
potencialidades generales de la vida. En el lización de azúcares que caracteriza la diabe-
Estado moderno, se trata de una economía tes no se explica solamente por la insuficien-
de la vida que garantiza el funcionamiento de cia pancreática, sino que el cuerpo es inunda-
una economía de las riquezas materiales. do de cuerpos cetónicos que provienen de
grasas no quemadas que terminan producien-
En este contexto, entonces, es evidente la do un estado de acidez, provocando la caída
fuerza que adquirió el poder biomédico y to- en el coma diabético. El desarrollo fisiológico
dos los especialistas de la vida. La institucio- propio a esta enfermedad organiza la escena
nalización de esta forma moderna de Estado patológica a través de un fenómeno antiinmu-
se hace a través del desarrollo de un pensa- nitario. El enfermo, así, crea su propia enfer-
miento de tipo positivista que objetiva la po- medad. De esta manera, el estudio de la fun-
blación como un ser vivo: el hombre moder- ción glucogénica del hígado sirvió como mo-
no saca su vida de la población a la cual en delo para determinar la formación de la me-
sentido propio él pertenece. Las doctrinas de dicina fisiopatológica.
solidaridad, de fraternidad, pero también las
racistas y las eugenistas, están relacionadas Si bien la condición de posibilidad de esta
con esta concepción de la población como un medicina está en Broussais y en el objetivo
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que Claude Bernard se había trazado desde la ción de su huésped. Supone una causalidad
perspectiva de Broussais, de comprender la determinable que prescribe modos de actuar,
fisiología general del organismo a través de especialmente en los sistemas de gran cohe-
una medicina experimental que involucrara rencia entre diagnóstico y terapéutica. Los
el laboratorio, la elaboración de protocolos conceptos vector, huésped, factores epidemio-
experimentales y una relación directa con la lógicos, vacunas, bacilos, hongos, bacterias y lue-
bioquímica y la física, el producto de la medi- go el de virus orientarán gran parte de la me-
cina bernardiana poco tendrá que ver con ese dicina a utilizar la experimentación y los cul-
objetivo. Al final, no sólo no se produce una tivos in vitro, para determinar el funciona-
comprensión general del organismo a través miento de los parásitos y las vías que utilizan
del estudio de todas sus fisiologías y de sus para infectar el organismo humano.
mecanismos de integración, sino que se inau-
gura el estudio de fisiologías aisladas, donde
priman las formas de explicación bioquímicas
y físicas y se deja de lado la explicación bioló-
LA CRISIS ACTUAL DE LOS
gica del problema del funcionamiento de la MODELOS BIOMÉDICOS Y LA
vida a través de sus relaciones (c.f Georges ALTERNATIVA LITERARIA
Canguilhem, 1966). Esas fisiologías aisladas
producirán la medicina que atomiza el cuer-
po en especializaciones desconectadas y acen- Hemos mostrado que la preocupación por la
tuará, en la comprensión fisiológica, la expli- normalidad de los sujetos y por la salud de la
cación bioestadística elaborada con ayuda de población sustituyó a la preocupación por su
parámetros bioquímicos y biofísicos. salvación. La medicina anatomopatológica
instituye la muerte como forma de conocer la
Según Canguilhem, quien ha estudiado a fon- vida. El cadáver abierto y exteriorizado es la
do la medicina bernardiana, a partir de ella, verdad interior de la enfermedad. Es la pro-
el peor enemigo de la medicina es la medici- fundidad extendida de la relación médico-
na misma, debido al dogmatismo al que ha enfermo. Lo que se modificó con la biomedi-
cedido. Para Canguilhem, el cuerpo es un cina fue la relación con la enfermedad a tra-
todo, no un encajaminento de órganos. Las vés de la medicina de la fuerza laboral. La sa-
partes reaccionan no sólo las unas sobre las lud comienza a tener un valor económico. Se
otras, sino con las otras. Además, la enferme- elaboran políticas de la salud, de la higiene
dad no sólo no es un error negativo, sino que pública y privada, con el fin de mantener sana
es a través de ella que se aprende a restable- la fuerza laboral. A partir del siglo XIX existe
cer la salud. La enfermedad también innova una sola medicina de valor universal, pero con
movilizando el organismo en relación con las dos campos de aplicación distintos: el hospi-
defensas y con las patologías. tal para las clases necesitadas y la profesión
liberal para los adinerados.
LA MEDICINA MICROBIANA Y EL La clínica es, probablemente, el primer inten-
to desde el Renacimiento de formar una cien-
MODELO ETIOPATOLÓGICO cia únicamente sobre el campo perceptivo y
una práctica sólo sobre el ejercicio de la mira-
Este modelo etiopatológico también tiene con- da. Ese ejercicio lo realiza el médico, a través
diciones de posibilidad en la medicina de del estatuto que define sus competencias y
Broussais. Concibe la enfermedad como la sus límites, sus relaciones con otros grupos y
entrada en el organismo de un parásito ene- con la sociedad, su definición reivindicada de
migo que se desarrolla utilizando la informa- ser el personaje que posee el poder de conju-
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rar el sufrimiento y la muerte. Estas modifi- fermo que su primo», insiste para que Hans
caciones, surgidas en el contexto de la socie- se haga examinar y quede clasificado como
dad industrial preocupada por la salud de las enfermo. Y a pesar de que Hans está seguro
poblaciones y por la fuerza laboral, fueron de estar sano y de paso, como Ulises en el
decisivas en la definición de los niveles de reino de las sombras, unos capítulos más ade-
productividad y de competitividad del capi- lante pasará de ser visitante a ser camarada,
talismo moderno (Ewald, 1985). con el termómetro debajo de la lengua tomán-
dose constantemente la temperatura. Kro-
Con respecto a este poder normalizador de la kovski, el ayudante de Behrens, se siente com-
biopolítica, la literatura nos permite tomar placido de que las relaciones con Castorp ha-
posiciones éticas con respecto al monopolio yan «entrado en una nueva fase».
de la salud, a la posibilidad de curarse por
otras vías no medicalizadas, a entender la re- Existe un sentimiento de indiferencia hacia la
lación sujeto-población-enfermedad con muerte en un ambiente en el que cada cual
parámetros no sólo normalizantes y someti- está a la espera de su propio decreto de muer-
dos al miedo a la muerte, sino también te, que podría explicarse como una especie
vitalistas. de “fascinación por la muerte”, en la que el
hombre toma consciencia de lo trágico de su
existencia. Y es que el tuberculoso «estaría
LA TUBERCULOSIS EN LA como de visita en la tierra», como dice Thomas
Mann escribiendo sobre la tuberculosis de
MONTAÑA MÁGICA DE THOMAS Chekov.
MANN (1924) La estadía de Hans en el Berghof, es como una
Cuatro siglos antes de Pasteur, un médico ita- larga noche de insomnio o como una pesadi-
liano, Fracastor (1478-1553), clasifica la tisis en lla. Hans gana y pierde quedándose con los
el grupo de las enfermedades infecciosas y de arriba. Pierde, en el sentido de que deja
contagiosas; hasta ese entonces se la creía he- interrumpida su vida profesional. Gana, pues
reditaria. Estos dos aspectos de infección y logra dar a su vida un sentido más elevado y
de contagio se olvidan rápidamente. De ahí más profundo. Castorp es un hombre sano,
que el cuadro que presenta el sanatorio en La elegido por la enfermedad; ésta, si no logra
montaña mágica no sea en un principio un
despertar en él una genialidad artística, por
cuadro clínico en el que reine el temor por el lo menos sí le permite adentrarse en el mun-
contagio. Thomas Mann describe esta “negli- do del humanismo, ilustrado por el tubercu-
gencia”, producto del desconocimiento de las loso Settembrini.
causas de la enfermedad. Hans Castorp «se Dice Hans de Settembrini:
dirigía en pleno verano desde Hamburgo, su
ciudad natal, a Davos-Platz, en el cantón de Es un pedagogo humanista, no hay duda. No
los Grisones. Iba allí a hacer una visita de tres cesa de darte lecciones, bien bajo la forma de anéc-
semanas» (Mann, 2001, 13). Hans, como tu- dota o de forma abstracta. ¡Y habla de tantas
rista desprevenido, hace una visita de verano cosas! Nunca hubiera imaginado que se pudiese
a su primo Joachim, quien se encuentra re- hablar de cosas semejantes, ni siquiera compren-
cluido en un sanatorio. Ni Hans ni Joachim derlas.
pueden presentir las consecuencias de esta
“corta” visita. Sin embargo, desde el primer Si le hubiese encontrado en la llanura, segura-
encuentro, el doctor Behrens, director del sa- mente no le hubiera podido comprender (Mann,
natorio, apuesta a que «Hans sería mejor en- 2001, 277-278).
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Gana, en el sentido de abandono de sí mismo rada que se había construido allí; una vida en
que permite vivir el sanatorio. Los enfermos la que la espera por el regreso de Clawdia
se sienten protegidos y liberados de toda res- Chauchat era tan sólo uno de los elementos
ponsabilidad, pues Behrens impone las reglas, que lo mantenían aferrado a la montaña. Así
vigila su comportamiento, su comida. Pierde, que cuando el tío James, informado por
en el sentido de que se vuelve pasivo, como Joachim del estado de buena salud de la que
todos los demás enfermos del sanatorio, con- gozaba Hans, sube hasta el Berghof en su bus-
sumidores de comida y medicamentos. Gana, ca, parece que se quisiera repetir la historia
pues la enfermedad le sirve para experimen- de Hans visitando a su primo Joachim. La vi-
tar una pasión que en la llanura nunca hubie- sita no tiene ningún efecto convincente sobre
ra podido experimentar. Gracias a la tubercu- Hans y el tío James parte de manera súbita, a
losis puede dar rienda suelta a su pasión por la madrugada, aterrorizado de que se le quie-
Madame Chauchat, mientras que los sínto- ra clasificar a la fuerza como enfermo, «feliz
mas exteriores de su amor se confunden –co- por haber huido sano y salvo: burgués fugiti-
mo en El amor en los tiempos del cólera– con vo hacia la bandera de la llanura» (607).
los síntomas de la enfermedad.
Estar en buena salud parece ya ser banal y
vulgar para Hans. En tanto que tuberculoso, FINALE
su imagen cobra importancia ante Madame
Chauchat y ante sí mismo. La tuberculosis La ética involucra la relación que cada quien
permite la promoción de la imagen de sí mis- construye con los demás. En la medida en que
mo, tristeza y tuberculosis se convierten en la biomedicina ha jugado un papel determi-
sinónimos y característicos de época y rango. nante en la organización de nuestra relación
Novalis decía que el ideal de una salud per- con nosotros mismos y con los demás, es per-
fecta sólo interesa a los científicos. La salud tinente mantener el discurso biomédico en
ya no interesa a Hans, de manera que cuando una constante aproximación crítica. Para te-
el doctor Berhens le anuncia que está sano y ner en cuenta la literatura en dicha aproxi-
que se puede marchar, se llena de horror, «Ha- mación, hemos elaborado este texto que no
bía adquirido la costumbre de vivir así y ese promete una emancipación, una liberación del
género de vida le resultaba agradable, era el discurso biomédico, sino, más bien, que ini-
único que podía imaginar y que le concedía cia la construcción de una ética de nuestros
la ventaja de hallarse tendido al abrigo y de diferentes modos de existir.
poder reflexionar en todo» (Mann, 2001, 580-
581).
Tenderse bajo el frío –el bacilo de Koch es re-
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Original recibido: junio 2003
Aceptado: agosto 2003
Se autoriza la reproducción del artículo citando la fuente y los créditos de los autores.
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