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Facultad de Psicología
Monografía sobre la
Terapia Racional Emotiva (TRE)
4to año - C
Lima, Perú
2019
Introducción
La Terapia Racional Emotiva es una de las terapias que más relevancia e importancia han
tenido, además es una de las pioneras de las terapias cognitivas, como nos cuenta su creador
Albert Ellis.
También estaba muy interesado por la filosofía y la psicología, especialmente por los escritos
de Epiceto, Marco Aurelio, Emerson, Coué, Dewey, Freud, Rusell y Watson. Empezó a
practicar la psicoterapia y la terapia sexual y marital en 1943 y se doctoró en Psicología en
1947.
Entre las bases teóricas de la TRE, también hallamos la influencia de Horney (la tiranía de
los debería), de la Semántica General de Korzibsky (ej., los problemas con la utilización del
verbo ser referido a las personas) y de antiguas filosofías orientales como las de Confucio y
Buda.
Desde 1955 hasta 1963, Ellis estuvo prácticamente solo en la práctica y difusión de la
Terapia Racional Emotiva. A partir de ahí, en gran parte debido al trabajo de los terapeutas
que se habían ido formando en la TRE, esta forma de Terapia comenzó a extenderse entre
los profesionales y a ser adoptada (y, en algunos casos modificada) por una serie de
reconocidos profesionales e investigadores.
CAPÍTULO 1: ANTECEDENTES E INFLUENCIAS
1) Que el pensar y sentir se hallan íntimamente conectados y, que a menudo, tan solo
se diferencian en que el pensamiento es una manera de distinción más tranquila, y
menos dirigida hacia la actividad que la emoción.
Siendo los seres humanos animales capaces de crear y utilizar símbolos y lenguaje,
es de esperarse que el pensar y sentir adopten la forma de conversación con uno mismo o de
oraciones internas (conversación interna o auto-verbalizaciones), y estas oraciones que nos
decimos se llegan a convertir en nuestros pensamientos y emociones.
Con esto Ellis no trata de decir que la emoción no pueda existir sin el pensamiento,
ya que es probable que sí pueda darse sola; pero en tal circunstancia, tan solo existe
momentáneamente. Por consiguiente, parece bastante difícil que podamos sostener nuestras
emociones sin que las estemos reforzando con nuestros pensamientos o ideas de forma
repetitiva.
Al tratar de ayudar a sus clientes a solucionar sus problemas, el Dr. Ellis pasó una
serie de etapas en cuanto al uso de diversos enfoques terapéuticos. Al iniciarse en la terapia
matrimonial, encontraba muy poco satisfactorias las alternativas que les ofrecía a sus
clientes, pues consideraba que no atacaba las bases del problema y de que su enfoque era
demasiado superficial. Comenzó a practicar el psicoanálisis ortodoxo, y logró mayores
resultados, pero aún no se sentía satisfecho con dichos resultados, ni con las teorías y técnicas
psicoanalíticas. Parece que existía una falta de correspondencia entre la personalidad de Ellis
y la pasividad que exige el análisis ortodoxo. Cambió entonces hacia un enfoque neo-
freudiano, pero aún esto no le satisfacía. Empezó a interesarse por el modelo
comportamental, y aunque notó que éste enfoque era más efectivo que los anteriores, no
estaba por completo satisfecho.
Fue en ese momento, cuando dio inicio el enfoque racional. Sin embargo, tuvo una
serie de problemas al tratar de introducir su enfoque, ya que era frecuentemente confundido
con otras orientaciones de ayuda que empleaban enfoques racionales. Entonces cambió el
nombre de terapia racional, por el de terapia racional-emotiva, ya que su orientación
enfatizaba en ambos aspectos.
Los seres humanos nacen con predisposiciones bilógicas, como la tendencia a tener
relaciones sexo- amor y a vivir en un grupo familiar. Además, se postula que son proclives
a cometer errores ya derrotarse a sí mismos en la persecución de sus metas y objetivos
básicos.
Ellis sostiene que las personas se crean sus propios trastornos cognitivos,
emocionales y conductuales; que las neurosis se originan y fortalecen en gran parte por las
ideas irracionales. Inclusive las personas muy inteligentes pueden tender por su herencia
biológica, a ser muy sugestionables, a generalizar y pensar irrazonablemente.
Importancia de los valores.
Afirma que la personalidad está constituida en gran parte por creencias, fundamentos o
actitudes. Muestra que los valores influyen de modo significativo en el comportamiento de
las personas, por lo que intentar modificarlos produce un cambio directo en la personalidad.
2.1.-Las bases teóricas del enfoque. Conceptos y terminología básica del enfoque.
Los principales conceptos de la terapia racional emotiva; son las siguientes en la que
se pondrá énfasis en lo teórico para el entendimiento de los lectores y pueda ser de fácil
aplicación. Se las describe a continuación:
Para el modelo de Ellis “lo racional significa aquello que es verdadero, lógico,
pragmático, basado en la realidad; por tanto, facilita que la gente logre sus metas y
propósitos” (Gabalda, 2007). Es decir, son datos que ingresan con mayor exactitud y
ayudan al individuo a centrarse de mejor manera en lo que proyectan conseguir, estos se
caracterizan por:
Utilizar una forma eficiente, científica, lógico- empírica, de lograr esas metas y
valores, evitando consecuencias contradictorias y perjudiciales.
Por consiguiente, lo irracional va a ser aquello que es falso, ilógico, que no está
basado en la realidad y dificulta que la gente logre sus metas y propósitos más básicos.
Como resultado del estudio realizado se aprecia que la mayoría de los pacientes con
insuficiencia renal están propensos a tener esta clase de ideas por los cambios expuestos
durante la enfermedad; al igual por interferir con la supervivencia y felicidad.
El individuo cree, la mayoría de las veces de forma muy firme, que está ajustado
a lo que es real o no.
Las personas que presentan una conducta irracional suelen rebajarse o no
aceptarse a ellas mismas.
Para reconocer con eficacia las emociones y conductas que pueden presentarse como
negativas, ligeras, fuertes inapropiadas o apropiadas; lo principal es poner énfasis en los
pensamientos, es decir todo lo relacionado con las creencias e imágenes que disparan de
un acontecimiento y estas son interpretadas de forma racional o irracional. Por este
motivo, Ellis citado en Shepard, (1986) resumió su teoría que denominó el "ABC"
recordando que "entre A y C siempre está B"; en la que se detalla a continuación:
Una idea de Ellis leída en una publicación de Gabalda (2007) define que la
“filosofía racional corresponde a las preferencias, los deseos; en cambio frente a la
filosofía irracional se encuentra los absolutos, demandas o exigencias, sobre cómo deben
ser las cosas, nosotros mismos o comportarse los demás”.
Por tal motivo, el terapeuta ayuda a modificar las ideas irracionales que están
interfiriendo en las emociones y conductas, con el objetivo de generar un cambio en todos
sus componentes. Para ello, el autor identificó las llamadas ideas irracionales más
frecuentes. Son en total 11 creencias irracionales que se dan más frecuentemente.
Windy y Ellis (como se citó en Gerril y Zimbardo, 2005) definen terapia racional
emotiva como un sistema detallado de cambio de la personalidad, basado en la
transformación de creencias irracionales que causan reacciones emocionales indeseables
y muy intensas.
Entonces, para lograr el buen manejo de las creencias irracionales que se generan
por las experiencias de vida a lo largo del desarrollo de cada persona, es necesario tomar
en consideración diversos factores como la cultura, la sociedad, la familia y la
personalidad como tal, para reconocer de una mejor manera todos aquellos pensamientos
disfuncionales que causan desequilibrio a nivel psicológico.
Este nuevo punto de vista o estructura cognitiva por la que se esfuerza la TRE
incluye la adquisición por parte de los clientes de filosofías de interés en sí mismas,
dirección propia, tolerancia consigo mismos y con los demás, aceptación de la
incertidumbre, flexibilidad, pensamiento científico, riesgo y compromiso con los
intereses vitales. (Ellis, 1973b, 1979a). La TRE parte de la hipótesis de que si los clientes
consiguen este tipo de perspectiva de cambio, se minimizará la creación de problemas
«emocionales» en el presente y en el futuro.
La Terapia Racional Emotiva tiene un cometido claro, tal como como afirma
Saranson (2006) en su libro Psicopatología anormal, el problema de la conducta
inadaptada, donde hace referencia a Ellis y Dryden (1977): las personas han de cuestionar
sus creencias fundamentales (en la mayoría de casos, irracionales), para después
sustituirlas por otras más constructivas (racionales).
La TRE también enseña que si una persona, a pesar de todo, cree fervientemente
esos rígidos “tengo que” y sufre por su causa, siempre puede utilizar el método científico
para cuestionarlos y arrancarlos de raíz, y empezar a pensar otra vez con sensatez. En esto
consiste en gran parte la salud emocional: el pensamiento saludable o científico. Es
prácticamente imposible, según la TRE, que una persona se neurotice y mantenga una
neurosis grave si abandona todo dogma, todo extremismo e intolerancia. Ya que, si piensa
científicamente, aceptará —aunque difícilmente puedan gustarle— problemas
imposibles de cambiar y dejar de convertirlos en “horrores sagrados”.
CAPÍTULO 3: EL PROCESO PSICOTERAPÉUTICO
La TRE también intenta de forma notable inducir a los clientes a rehusar evaluarse a
sí mismo pobremente, tanto si lo hacen bien en la terapia y ganan la aprobación de su
terapeuta como si no; y enseña a los terapeutas a aceptarse a sí mismos incondicionalmente,
tanto si tienen éxito con sus clientes como si no. Mientras la TRE intenta mostrar a los
clientes que son colaboradores iguales y activos con los terapeutas en el cambio de sí
mismos, también anima al terapeuta a ser un profesor altamente activo-directivo que a
menudo es mejor que tome el mando para explicar, interpretar, y discutir las creencias
irracionales de los clientes y dé con las mejores soluciones a sus problemas (Ellis, 1983a).
La TRE parte de la hipótesis de que si las metas principales de la gente son permanecer
vivo, evitar las penas innecesarias y actualizarse a sí mismos, en general sería mejor que se
esforzasen en conseguir un grupo de submetas importantes que les ayuden en los siguientes
aspectos:
- Arriesgarse. La gente emocional mente sana tiende a aceptar una cierta cantidad de
riesgo, tendiendo a hacer lo quieren hacer, incluso cuando existe la posibilidad de
que puedan fallar. Tienden a ser aventureros pero no temerarios.
- No-utópico. La gente sana acepta el hecho de que las utopías son probablemente
inalcanzables y por lo tanto no conseguirán todas las cosas que quieren y evitaran
todo el sufrimiento. Se niegan a luchar de una forma no realista por la felicidad o el
disfrute total o por carecer totalmente de ansiedad, depresión, autoderrotismo, y
hostilidad.
El terapeuta, está alerta para captar sus actitudes irracionales, ya que todas las
tenemos en mayor o menor grado y, al descubrirlas, se autoaplica la persuasión
y la firmeza (por ej. , a la hora de convencerlo para que haga tareas para casa) e
incluso, a veces, el ataque a sus ideas irracionales (una vez que el paciente tenga
clara la aceptación incondicional hacia su persona, por parte del terapeuta)
Utilizar el humor, ya que buena parte de los problemas del paciente se derivan
de que se toman las cosas demasiado en serio.
La TRE no afirma que la persona sea una víctima de sus padres, la sociedad o de
las condiciones pasivas del pasado. Los clientes se benefician más rápidamente si desean
llegar a no estar perturbados más que descubrir en qué lugar echan la culpa de su
perturbación.
La TRE funciona bien con clientes de inteligencia al menos media, pero se puede
usar con personas de inteligencia más baja en un estilo más o menos de repetición (lo cual
es probablemente la forma en que aprendieron su filosofía de vida inicialmente). Los
clientes que son rígidamente religiosos a menudo se resisten al mensaje ético humanístico
central de la TRE, pero uno no necesita renunciar a toda la religión para hacer la TRE o
para beneficiarse de ella. Casi todas las religiones ofrecen una versión racional que
desenfatiza o elimina el pensamiento absolutista encontrado en sus practicantes más
ortodoxos.
El objetivo inicial del fundador de este enfoque (Ellis) fue enseñar al hombre a
conducirse como un científico de la vida cotidiana para que sea capaz de ser
independiente y racional. Pero para conseguirlo primero hay que pasar por una terapia
activo–directiva, en la que el terapeuta desempeña el rol de “modelo relativamente no
perturbado”; dicho de otro modo, el autor prescribe explícitamente la identificación del
paciente al yo del terapeuta.
Los sentimientos apropiados se generan por creencias racionales, son una respuesta apropiada
a la situación, facilitan la consecución de objetivos, y son generalmente moderadas en
oposición a reacciones extremas; en cuanto que los sentimientos inapropiados se generan por
creencias inapropiadas, son una respuesta inapropiada a la situación, impiden el logro de los
objetivos, y son generalmente reacciones extremas, (p. 72)
Para los niños pequeños, los objetivos de la TRE pueden expresarse como sigue
(Waters, 1981, p. 1):
Entrevista
Entrevistador: Buenas tardes Licenciado Herrera. Quisiéramos que nos permita unos
minutos de su tiempo para realizarle una pequeña entrevista acerca de su especialidad
(Terapia Racional Emotiva). Solamente lo haremos con fines netamente académicos.
Psicoterapeuta: Está bien, justo ahora tengo un poco de tiempo. Les permito la entrevista,
solamente quiero aclarar que no usen algún tipo de filmación o grabación de audio porque
aquí está prohibido que se realicen entrevistas sin autorización, puedes tomar nota en una
hoja si deseas.
Entrevistador: Entiendo Lic. Herrera. No se preocupe, así será. Entonces empecemos: ¿Qué
es la terapia Racional Emotiva?
Psicoterapeuta: Pues algunos nos damos la TRE como herramienta o como modalidad de
terapia. Y bueno pues la pregunta de qué es ya nos damos una idea de lo que es la Terapia
Racional Emotiva existen unas dudas que visualizan como una terapia que es exclusivamente
del grupo pero también se puede en cuestión individual como proceso, pero este enfatiza lo
que es las emociones como dice el nombre de la Terapia Racional Emotiva, con la finalidad
de que los integrantes del mismo grupo exprese sus puntos de vista y proporcionan al
individuo una percepción diferente y como digo no puede afrontar su problemática
Psicoterapeuta: Ah, ¿te refieres a esa reseña que se encuentra en ese mural verdad? (señaló
el mural). Sí, básicamente está enfocada a lo que es el número de personas que conforman
los grupos en la pequeña escala que es una forma de llevarla a la terapia, se hacen fases que
solamente son de 10 a 13 personas las que interactúan como grupo. A grande escala que es
este tipo de grupo está interactuando 50 o más personas
P: Pues se debe considerar varios puntos, como mencioné hace unos momentos. Se enfatiza,
en que el individuo sea un poco más consciente de QUÉ ES LO QUE LE PASA, QUÉ ES
LO QUE SIENTE, de cómo se siente de interiorizar y el hecho de compartirlo con las demás
se siente como un poco más consciente, de que eres una persona puede equivocarse y fallar.
Entonces quitando de esa barrera limitante podemos externar nuestros puntos de vista y en
conjunto poder ayudar para ver que de repente tenemos problemáticas en común pero
diferentes percepciones, nos van a aportar tipos de cómo afrontar esta situación y nos pueden
ayudar a como esclarecer los diferentes puntos de vista.
Entrevistador: ¿Preguntando a algunas personas nos dimos cuenta que normalmente poca
gente se interesa sobre la TRE y usted sabrá por qué?
Psicoterapeuta: Pues más que nada la función del psicoterapeuta es que crea a los grupos,
en el sentido de que por van de diferentes tipos de pacientes, que ya sea de una neurosis e
incluso psicóticos. Pero el chiste es hacer participar a cada uno, sin hacerlo más o menos sin
ningún tipo de favoritismo. Darle un tiempo a cada quien y pues al mismo tiempo que las
personas que sean más tímidas que también participen y también cuidar que las personas que
suelen hablar mucho, no se vaya mucho tiempo para que sea de una manera equitativa y que
extiendan sus puntos de vista, además de que puedan retroalimentar.
CONCLUSIONES
Referencias
Ellis, A., & Harper, R. A. A guide to rational living. Englewood Cliffs, N. J.: PrenticeHall,
1961. (a) Ellis, A., & Harper, R. A. A guide to successful marriage. North
Hollywood, Calif.: Wilshire Books, 1961. (b)
Ellis, A. (1962). Reason and Emotion in Psychotherapy. Nueva York: Lyle Stuart.
Lega L.; Caballo, V.; Ellis, A. (1997). Teoría y práctica de la terapia racional emotivo-
conductual. Madrid, Siglo XXI de España Editores.
Waters, V. (1982). Therapies for children: Rational emotive therapy. In C. R. Reynolds &
T. B. Gutkin (Eds.), Handbook of school psychology. New York: Wiley and Sons.
Wessler R., & Wessler, R. L. (1980). The principles and practice of rational-emotive
therapy. San Francisco, Calif.: Jossey-Bass.