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DECANATO DE POSTGRADO E INVESTIGACIONES

DIRECCIÓN DE ESTUDIOS DE POSTGRADO


FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y SOCIALES
ESPECIALIZACIÓN EN RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL
ESTÁNDARES Y METODOLOGÍAS DE GESTIÓN DE LA RSE

TENDENCIAS, CONCEPCIONES Y ENFOQUES DE LOS ESTÁNDARES


Y METODOLOGÍAS DE GESTIÓN DE LA RSE

Profesora: Estudiante:
Antonieta Costantini. Luis Daniel Orta Alvarado.
V-21.603.509

Caracas, 20 de mayo de 2019.


TENDENCIAS, CONCEPCIONES Y ENFOQUES DE LOS ESTÁNDARES Y
METODOLOGÍAS DE GESTIÓN DE LA RSE

Éste análisis plantea 3 interrogantes cuyas respuestas permiten construir


epistemología y metodología de la RSE, aquella que hoy por hoy, a mi juicio, con sus
distintos enfoques, se ha constituido como una disciplina técnico científica de las Ciencias
Sociales; a saber, una primera con relación al enfoque trisectorial de la RSE, una segunda
que explica la trayectoria de los estándares, códigos y marcos de la misma, y una última
de opinión con base en los planteamientos de Chatterji & Levine y sus postulados para
añadir valor a las organizaciones y con ello la empatía de sus stakeholders.

1. ¿Cómo describiría que ha sido y es la relación entre mercado, Estado y


sociedad? (8 ptos)
Dentro de las primeras funciones empresariales, se resalta la creación de vacantes, lo
cual permitía generar recursos para los trabajadores, esto se consideraba como parte de
la responsabilidad social empresarial (RSE); el ofrecer un trabajo digno según Vives
(2013) eran las posturas de empresarios como Milton Friedman y Adam Smith.

Para los mencionados autores, la única responsabilidad de la empresa era generar


empleos y condiciones “buenas” para sus trabajadores, aunque más allá de eso,
vislumbraban el compromiso de ésta con el bienestar social de sus grupos de interés. En
este orden de ideas, durante los años 60 y 70, cuando se inician las diversas protestas
sociales, como remanente del daño industrial a la sociedad y el ambiente, surge la
iniciativa de vincular la RSE al desarrollo social, ecológico y cultural. De modo que, se
inicia una relación entre mercado y sociedad (Lorenz, 2006).

A partir de esto se crean una serie de cambios en la relación empresa-sociedad, ya la


empresa no trabaja por fines meramente económicos, sino que progresivamente entiende
la necesidad de una sociedad sólida para poder operar y desarrollarse, por lo que se
inicia la convicción sobre el trabajo de “responsividad” (Lorenz, 2006). Como en cualquier
proceso de cambio, se forjaron ciertas resistencias en entender y asumir esta nueva
perspectiva, pero el trabajo en conjunto para el desarrollo económico de los países
pobres, genera mayores ganancias y mejor visión en el ámbito empresarial.
En este proceso, fue ineludible que los empresarios y la sociedad civil comprendieran
que la responsabilidad no es solo de la empresa, sino que es necesario la actuación del
Estado, como ente primordial en el diseño e implementación de políticas que respondan
a las necesidades sociales, por lo que la empresa puede sumarse al apoyo de una
política pública (incidiendo positivamente en la misma), pero no debe asumirla como
propia, rol que venía desempeñando.

Por su parte, la visión de la relación entre empresa, sociedad y Estado ha sido


compleja, como cualquier relación que está en proceso de construcción. La empresa
desea responder a las necesidades de la sociedad y la sociedad está abierta a participar
en las actividades que le generen bienestar y mejor calidad de vida. Con el paso del
tiempo, la visión se ha modificado desde lo asistencialista y filantrópico hacia el concepto
de “empresa ciudadana”, donde coexiste una visión estratégica de corresponsabilidad
proactiva de los tres actores en la resolución de necesidades, sin embargo creo que aún
queda mucho por comprender de la definición, ya que existen formas efectivas de lograr
un impacto social que genere una transformación en las comunidades, donde la empresa
empodere a las mismas, para que estas puedan desarrollarse con sus propias
capacidades “empowerment” y así no dependan exclusivamente de ella.

Ahora bien, el rol del Estado debe ser acompañar en los procesos sociales y
empresariales, garantizando el cumplimiento de las normas, sin olvidar su
responsabilidad como actor principal en las intervenciones (regulación y consenso). Aun
no se llega a esta visión ideal, pero considero que la definición de “empresa ciudadana”
va en vías de importantes transformaciones, en cuanto a la relación de estos tres actores
y/o sectores económicos y sociales.

Para ejemplificar la corresponsabilidad y relación entre Estado-Empresa-Sociedad, se


pueden mencionar los ODS (Agenda 2030), dado que la misma implica un trabajo
cooperativo y trisectorial para alcanzar las metas y objetivos en función del desarrollo
sustentable-sostenible.
2. ¿Qué asociación establece entre la concepción de John Elkington de las “tres
olas” de la RSE y la trayectoria de los principales estándares, códigos y marcos
de RSE? (6 ptos)
La trayectoria de los principales estándares, códigos y marcos de la RSE, tiene
similitud con las tres olas propuestas por Elkington. La primera ola, refiere un carácter
reactivo, la cual se corresponde con las iniciales aproximaciones donde la empresa
reconoce y actúa frente a los problemas sociales, medioambientales, derechos humanos,
seguridad, condición laboral, impacto en la comunidad, entre otros; considerando estos
problemas, se inician las reuniones para unificar una metodología que permitiera reportar
con efectividad y transparencia, los proyectos y programas de RSE.

La segunda ola, a raíz de los impactos ambientales causados por diversas empresas,
plantea la necesidad de crear nuevos sistemas de producción, con el fin de liderar sus
procesos hacia la sostenibilidad; pero es en la tercera ola donde se puede ver la mayor
asociación, ya que para ese momento se hace cada vez más visible la necesidad de
asumir un cambio profundo de actitud en el área gerencial de las empresas, para que
estas puedan adoptar el modelo de “empresa ciudadana” y contar con el apoyo de la
sociedad civil y del sector público o Estado (Lorenz, 2010).

Esta visión se da a partir del poder que gana la sociedad civil como agente de cambio,
quien estimulando al gobierno, logra que se exija la aprobación en las empresas de incluir
el voluntariado como parte de la RSE, lo que permite que la gestión sea más
transparente. Estas modificaciones tienen un alto impacto en la reputación e imagen de
las empresas, quienes constantemente tratarán de responder a las expectativas de sus
stakeholders. Para este momento se comienza a considerar la idea de que las buenas
intenciones no son lo resaltante, lo importante es el desempeño ético, estratégico y
responsable de las mismas (responder a necesidades de los distintos grupos de interés,
rendir cuentas claras, transparentes y auditables).

En este sentido, un aspecto importante de precisar es que en 1994, varias empresas


se reúnen y concluyen un estándar para los negocios, tomando en cuenta 3 elementos:
“prosperidad cívica, justicia y responsabilidad cívica” (Lorenz, 2010); posteriormente se
incluyen ONG, corporaciones, organizaciones internacionales, agencias de Naciones
Unidas, consultores, asociaciones empresariales, universidades, entre otros. Todos estos
participantes pasan a ser voluntarios para identificar sus stakeholders y evidenciar el
desempeño en cuanto a las dimensiones económicas, ambientales y sociales (triple
impacto de sustentabilidad) de sus actividades, productos y/o servicios.

En síntesis, las “tres olas” describen la trayectoria recorrida por las distintas
metodologías que permiten formular informes de sostenibilidad y auditorias, mientras que
los principales estándares, códigos y marcos de la RSE, buscan contribuir a gestionar e
implementar prácticas de negocios más responsables y transparentes. Ambas nociones,
aportan a la consolidación del concepto-desarrollo de la responsabilidad social y apuntan
hacia la denominada globalización responsable que implica y facilita mayor participación
de los actores involucrados en el crecimiento económico, social y medioambiental
(Estado-Empresa-Sociedad Civil).

Esta nueva circunstancia (globalización) exige a las empresas innovar y trabajar de


una manera diferenciadora, en un entorno disruptivo, en el que los grupos de interés
tienen una importancia creciente, sobre sus actividades, especialmente en clave de
sostenibilidad.

3. ¿Qué opina de las acciones propuestas por Chatterji y Levine para que las
empresas incrementen su valor accionario y los grupos de interés hagan un
mejor juicio sobre la RSE? (6 ptos)

A mi juicio, cada una de las acciones propuestas por los autores, contribuyen con el
crecimiento y fortalecimiento de las empresas, ya que los grupos de interés se verán
atraídos y atendidos por éstas. En el marco de las referidas acciones, la necesidad de
generar estándares mundiales que permitan comprender cómo medir y qué se va a medir
exactamente, lo considero de suma importancia para poder evaluar e identificar mejoras
en las estrategias y actividades de RSE a realizar en el futuro.

Coincido en que es necesario y urgente invertir en expertos que puedan diseñar


pruebas lo suficientemente homogéneas, con altos niveles de validez interna y externa
para cuantificar los datos con la más alta calidad, minimizando los errores estadísticos.
Para esto no solo será necesario estandarizar las pruebas y unificar criterios, sino
también formar a las personas para que puedan interpretar, manejar los instrumentos de
medición y así minimizar los errores por manipulación.
En este orden de ideas, es importante destacar que no todos los datos deben ser
numéricos, aunque lo ideal sería estandarizar los instrumentos de medición, las
diferencias culturales son un factor importante a considerar, puesto que no
necesariamente la estandarización será mundial; por ello, se podría acompañar la
medición con enfoques metodológicos cualitativos, lo cual permitiría comprender a
profundidad la percepción de los grupos de interés sobre las acciones de las empresas
en su contexto histórico y realidad social.

Lo anterior, permitirá a mi criterio, saber cómo se deben informar los resultados, las
formas en las que se llevaron a cabo las investigaciones y la calidad de los datos
recolectados. Aspectos que mejorarán la transparencia y permiten que los stakeholders
(fundamentalmente los consumidores) tomen decisiones informadas; recordando que
cuando se mide de forma errónea, se pierde tiempo, financiamiento y lo más importante,
reputación (Lorenz, 2010). Por último, se debe reiterar que, según Chatterji y Levine, es
imprescindible que haya claridad sobre el proceso de recolección de datos al medir la
gestión o desempeño socialmente responsable de las empresas, eso brindaría, como se
ha mencionado, mayor transparencia al juicio de sus grupos de interés y en consecuencia
obtener o mantener la licencia social para sus operaciones.

REFERENCIAS

Lorenz, I. (2006). Modelo de Análisis de los Resultados de la Inversión Social de las empresas
petroleras en Venezuela (MAR –ISEP). Trabajo de Grado Magíster en Gerencia de
Programas Sociales, UCAB 2006. III.2. La responsabilidad social empresarial.
Responsabilidad y responsividad social de las empresas. Empresa y Desarrollo.
Ciudadanía económica. Pp. 46-69.

Lorenz, I. (2010). Estándares, marcos y códigos de la RSE: ¿De dónde vienen y a dónde van?
Visiones Complementarias. Hacia un modelaje social. Venamcham. (Comp) Pp. 350-357.

Vives, A., (2013). ¿Enemigos de la responsabilidad de la empresa?. Recuperado de:


http://cumpetere.blogspot.com/2013/01/friedman-y-smith-enemigos-
dela.html?utm_source=feedburner&utm_medium=email&utm_campaign=Feed%3A+Pro
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