Sunteți pe pagina 1din 4

Nicolás Martínez Arenas.

Arquitectura.

El SIDA como realidad del


proceso vital humano.

La epidemia del VIH ha sido objeto de discusión por las últimas décadas. Desde
la investigación sobre su origen, la forma en la que surgió y apareció, cómo se
transmitió y se expandió a través del mundo, se han desarrollado prácticas para
su control y su tratamiento para lograr combatir el virus.

Así mismo, la relación causal entre el VIH y el SIDA se ha analizado con el fin
de descartar potenciales riesgos, sin embargo, La Declaración de Durban,
afirmó que existe suficiente evidencia para sustentar que el virus es responsable
de la epidemia. Pero a lo anterior se suman diversos factores económicos,
sociales y políticos que han llevado a la afectación de un gran porcentaje de la
población, por intereses subjetivos que no son solidarios con las vidas de las
personas ya infectadas.

Con la epidemia del VIH/SIDA nos encontramos ante una realidad


esencialmente social. Y en los textos se plantea de una forma reiterativa, ya que
la discusión sobre el tema aborda múltiples ámbitos, refiriéndose a su naturaleza
y origen, su historia y la forma en la que se ha dado a conocer. Pero siempre ha
sido objeto de discusión la forma en la que se nos da a conocer la realidad.
Considero que existe una negación y una ocultación de muchos descubrimientos
e investigaciones que nos darían a conocer mejor la situación del mundo en
cuanto a temas de salud, en este caso.

Como se menciona en los textos, el conocimiento que se tiene sobre el cáncer


está ligado directamente con intereses particulares tanto económicos como
políticos, además de que se distorsiona la verdad por las ideas y valores de
aquellos que financian la investigación. De ellos depende si los resultados salen
a la luz o si nos es posible conocer la realidad o no.
Adicional a lo anterior, se menciona el acceso a la salud pública, en la que se
evidencian los privilegios de los tratamientos farmacológicos de los pacientes
sobre la prevención, lo que disminuye la importancia del papel de la
determinación social de la salud. Por lo tanto, existe el riesgo de vulnerabilidad,
por la inequidad frente al acceso de dichos sistemas de salud, lo que conlleva a
ignorar la realidad de pobreza extrema en países principalmente africanos.

Además, el interés de grandes potencias por financiar la distribución de los


medicamentos y asistencias de salud en las naciones africanas, se presenta como
una táctica comercial por medio de la cual las compañías trasnacionales logran
establecerse en los mercados internos de estos países, con el objetivo de
descargar responsabilidades económicas en los gobiernos nacionales que no
tienen la capacidad de mantenerse.

Se vive una falta de sensibilidad social, dejando de lado al individuo y su


familia, cambiando las prioridades del mercado, en lugar de enfocarlas
directamente en el vivir de la sociedad. El control de las medicinas y de los
ARV (antirretrovirales), los altos precios para la venta, la distribución de
productos genéricos en lugar de medicamentos de una calidad más alta, todo
resulta en una crítica hacia la sociedad, y en una total ausencia de solidaridad y
de apoyo.

Por otro lado, se hace un énfasis en los aspectos negativos de los medicamentos
ARV, donde, en primer lugar, se reitera el difícil acceso a los servicios de salud
por parte de las personas más pobres, por lo que la adherencia al tratamiento es
bastante compleja, ya que este tratamiento requiere prolongarse a lo largo de la
vida. Como segundo aspecto, la toxicidad de los medicamentos se evidencia
con efectos a corto y largo plazo, y por último la resistencia del organismo, que
requiere de un continuo reemplazo por nuevas y diferentes combinaciones.

Sin embargo, la existencia de las complicaciones por los medicamentos, así


como los efectos adversos por su consumo, quedan en un segundo plano cuando
los testimonios y pruebas de recuperación de los pacientes hablan de unas
situaciones bastante positivas, en donde los ARV han brindando una nueva vida
y nuevas oportunidades a quienes padecen de este virus.
Lo anterior lleva a pensar sobre la situación de obtener un beneficio a partir de
una serie de efectos negativos, que pueden resultar en una mejora de la calidad
de vida, en la recuperación social y económica, en una mejor vinculación y
adaptación a la sociedad.

Ahora bien, ¿cómo hacer posible que todos los que padecen del virus tengan la
esperanza que se les brindan los medicamentos? Primero es necesario reconocer
la pobreza como un factor primario en la dinámica de la pandemia, posicionarla
en su verdadera dimensión y tomar decisiones que profundicen en los problemas
que se derivan, tales como la prostitución, el uso de drogas intravenosas o la
venta de sangre.

La desigualdad en el mundo debe ser resuelta desde las políticas


macroeconómicas, reenfocando a los individuos y posicionándolos en el centro
de este complejo de relaciones que afectan su entorno. En la medida en que se
produzca un desarrollo humano iniciando en el nivel individual como la
estructura de este progreso, se logrará una participación total en el campo de las
interacciones culturales, intelectuales, socieconómicas y ambientales, lo que
tendrá repercusiones favorables en la salud.

En este sentido, como se resalta en los textos, la salud se logra por medio de
múltiples condicionantes y necesidades sociales que configuran y estructuran la
forma de vivir, de trabajar y relacionarse. La equidad, la tolerancia y el respeto
hacia los demás son claves en la mejora de la salud. Formular políticas que se
ajusten a los gobiernos, para que estos puedan lograr soluciones más enfocadas
en sus habitantes, para combatir la pobreza y la desigualdad social.

El aporte para la intervención del virus puede darse desde todos los campos,
cada uno con múltiples enfoques, pero que permiten dar soluciones a este
problema. En el caso de la arquitectura, se ve un desarrollo en la forma de
habitar, de vivir y de contener a las personas. Los estilos de vida y de habitar en
el espacio pueden modificarse, expandirse, impulsarse y mejorarse, si se tiene
en cuenta al individuo.

Una arquitectura enfocada en el tratamiento y el control del virus, ha llevado a


pensar en nuevas formas de atender las necesidades sociales de las comunidades
que padecen la falta de asistencia médica apropiada. Es así como se desarrollan
proyectos flexibles, móviles y que garanticen el acceso a todos.
Debe existir una cooperación a nivel internacional entre los grupos de
investigación y tratamiento, diseñando nuevos programas de prevención y a su
vez implementando políticas que promuevan condiciones materiales favorables
a la salud para las personas y comunidades. De la mano con la arquitectura, se
puede intervenir mediante una reforma a la arquitectura sanitaria, permitiendo
el desarrollo de nuevos procesos para el tratamiento en espacios adecuados para
su funcionamiento.
Adicionalmente, se pueden crear espacios que mejoren la calidad de vida
mediante nuevos estímulos que la arquitectura permita. Construcción con
materiales que no tengan una afectación en el medio ambiente, complementado
con el desarrollo de unidades médicas que puedan desplegarse y replegarse con
eficiencia y sumado con a todo el equipo necesario para examinar, prevenir y
tratar la enfermedad.

S-ar putea să vă placă și