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Experiencia Cotidiana: Fuente de Conocimiento

Desde la Complejidad del Saber Docente

Autor:
Dra. (PhD) Beatriz Valecillos
Universidad Pedagógica Experimental “Libertador” (UPEL)
beatrizvalecillosdoc2010@gmail.com

Resumen

En este ensayo, se plantea como propósito analizar aspectos inherentes a la


experiencia cotidiana, fuente de conocimiento desde la complejidad del saber
docente. En este sentido, cimentado en postulados de Tardif, (2004) acerca
del saber docente y Boud, Cohen y Walker, (2011) del Aprendizaje a partir de
la Experiencia. Concluyendo: a) las vivencias en forma de acervo
experiencial, se pueden socializar; b) considerar el ejercicio reflexivo, en la
formación del profesional desde la praxis y c), el profesionalismo en el saber
docente, puede construirse a través, de la racionalización de los
conocimientos puestos en práctica mediante el trabajo del docente.

Palabras Clave: experiencia cotidiana; conocimiento; saber docente.

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Everyday Experience: Source of Knowledge
From the Complexity of Teacher Knowledge

Author:
Dr. (PhD) Beatriz Valecillos
Pedagogical Experimental University "Libertador" (UPEL)
beatrizvalecillosdoc2010@gmail.com

Abstract

In this essay, the purpose is to analyze aspects inherent to everyday


experience, a source of knowledge from the complexity of teaching
knowledge. In this sense, based on postulates of Tardif, (2004) about
teaching knowledge and Boud, Cohen and Walker, (2011) of Learning from
Experience. Concluding: a) the experiences in the form of an experiential
heritage can be socialized; b) consider the reflective exercise, in the
professional training from the praxis and c), the professionalism in the
teaching knowledge, can be built through the rationalization of the knowledge
put into practice through the work of the teacher.

Keywords: daily experience; knowledge; know teacher

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Experiencia Cotidiana: Fuente de Conocimiento
Desde la Complejidad del Saber Docente

“La razón en el curso de la acción del maestro


está en relación con las contingencias
que éste debe enfrentar en función de las finalidades
que él mismo persigue a través de su acción.
En este sentido, se trata de una razón práctica
y no de una racionalidad teórica".

Tardif y Gauthier, 2008

Se observa la necesidad de construir un entorno más humanizado,


como perspectiva en el marco del actual panorama educativo. Actualmente,
existe una crisis mundial colocando en peligro a la humanidad, acentuándose
cada día mayores signos de deshumanización. El ámbito venezolano no
escapa a esto, sugiriendo a la educación redefinirse para responder a las
demandas de este tiempo posmoderno. Sin duda, para formar un nuevo
ciudadano, un nuevo hombre que contribuya a desarrollar altos niveles
humanos dentro de tanta conflictividad, donde se pueda construir un clima de
armonía y sana convivencia.
En tal sentido, se han formulado propuestas importantes iniciadas por
la Organización de las Naciones Unidas, para la Educación, la Ciencia y la
Cultura (UNESCO, 1995) sobre la necesidad de una educación
humanizadora. Al respecto, Tébar (2003) sostiene “la persona humana es el
primer camino que la escuela debe recorrer, haciendo de cada aula un
laboratorio de humanidad” (p.6). Es decir, la escuela se convierte en un
depósito importante donde se aspira lograr formar ciudadanos dignos y
ejemplares que requiere el país.
Lamentablemente, la misión de la educación está alejada de lo
humano porque se ha concentrado en impartir programas de estudio con un
fin en sí mismos, desmeritando la formación integral del ser humano que se
educa. Ante lo expuesto, debe haber el compromiso del docente para brindar
una formación humana, íntegra capaz de construir su experiencia cotidiana

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en el mundo educativo, debido a que en el campo pedagógico se trata este
concepto, con impresiones restándole importancia y valor.
En este momento, se observa que el debate académico le ha dado
escasa importancia al papel de la experiencia cotidiana como fuente de
conocimiento desde la complejidad del saber docente. La experiencia vivida
por el sujeto cognoscente sin duda, entra a ser parte de su actitud. Así, el ser
humano vive experiencias que le pueden producir impresiones fuertes,
permanentes que le quedan grabadas en su personalidad influyendo
notablemente en su conciencia y conducta.
Asimismo, el término experiencia obtuvo definición en la corriente
empirista-materialista del conocimiento, donde el término materialista según
Gutiérrez (2013) “reconoce la fuente de la experiencia como exterior e
independiente de la conciencia” (p.21). Con esto, se quiere demostrar que la
experiencia ancla en los diferentes estados de la conciencia del sujeto.
Tal como, es la premisa de la corriente idealista de acuerdo a Edmund
Husserl citado en Gutiérrez, (2013) “la que ha ejercido una significativa
influencia en la filosofía y sociología contemporánea cuya premisa
fundamental es que no hay objeto sin sujeto” (p.9). En otras palabras, la
experiencia vivida por el sujeto cognoscente que ha de extrañarse,
objetivarse para salirse de éstas y contemplarlas como algo diferente de él
mismo.
Con relación, a la experiencia cotidiana el hombre se encuentra
inmerso en múltiples aconteceres de su vida. Así, pues el sujeto en un
constante filosofar, se admira. En el fondo de las cosas su experiencia
humana, posee perspectivas filosóficas, respecto al ser que indaga dado que
se encuentra en medio de experiencias diarias y del historial humano.
Es así, que a juicio de Aristóteles, citado en Cubillos (2006) “la actitud
filosófica pertenece al campo de la experiencia cotidiana. Al curso ordinario
de las cosas pertenece también, esta visión repentina y -a veces- tan
sorprendente que nos hace ver el acontecimiento” (p.5). Con esto quiero

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decir, conocer la filosofía hace brotar y entender mejor la experiencia
cotidiana por el trato con el individuo y las cosas. En consecuencia, filosofar
se realiza mediante la reflexión cotidiana. Por lo que se refiere, al acto de
conocer la realidad, ésta ha estado en constante evolución en la historia
humana, a juicio de García-Pelayo y Gross (1993) “conocer significa tener la
idea o la noción de una persona o cosa” (p.263).
Es decir, el accionar del conocer en el ser humano, imbrica una
relación con el fenómeno u objeto sobre el cual se aspira comprender para
dejar claras las circunstancias presentadas y sus características. Este
proceso descrito, es lo que genera el llamado conocimiento definido por
Rosental e Iudin (2004) como “proceso en virtud del cual la realidad se refleja
y reproduce en el pensamiento humano; dicho proceso está condicionado
por las leyes del devenir social y se halla indisolublemente unido a la actitud
práctica” (p.80).
De hecho, esta búsqueda permanente de conocer hace de la
investigación científica el mecanismo para acceder a lo verdadero,
imponiendo un modo de pensar dominante entre el debate de las ciencias y
las disciplinas científicas. Con respecto, al Paradigma Emergente de la
Complejidad el acto educativo, posee nuevos matices que van más allá de
toda conceptualización disciplinar. Así, se desea buscar prácticas educativas
más humanas, sensibles donde su visión sea enseñar a investigar a
individuos autónomos, capaces de estar inmersos en su entorno contextual
para construir saberes.
Dicho de otra manera, recuperar la educación desde y para la
complejidad como premisa fundamental del saber docente en el siglo XXI.
según Andrade, De Jesús, Martínez y Méndez (2007):
…La complejidad escapa pues a nuestra plena comprensión y
control, más no a poder ser interpretada y manejada en alguna
medida, a partir de ciertos principios interpretativos y de una visión
abierta, relacional e integrada de los fenómenos que tienen al ser
humano por observador. Es en este sentido, que se puede

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considerar al pensamiento sistémico-complejo como una forma de
abordaje, un estilo cognitivo, un proyecto siempre vigente (p.41).

En otras palabras, el docente se encuentra inmerso en la complejidad,


más se podría pensar ¿Y cómo es esto? Pues en definitiva él puede ofrecer
hacer más inteligibles los problemas educativos, matizar su accionar
pedagógico, mediante diálogos, saber interpretar lo genérico o particular, lo
tecnológico, lo impredecible o determinante. En las mismas circunstancias, la
experiencia alude al proceso de descubrir u observar para permitir desde la
complejidad saberes prácticos que deben incluir tener y conocer.
De otro modo, este acontecimiento de la experiencia no se da de
forma aislada, independiente es más bien un acontecer con significación. De
hecho, el significado es el núcleo central de la experiencia, el saber significa
aprehender la realidad para que ésta quede sujeta, fija en el sujeto y
trasmitida a otros, capaz de ser sistematizada y poder anexarla a una
tradición.
En este sentido, es pertinente, resaltar la relevancia del saber del
docente, porque siempre se le atribuye como multiplicador de saberes de la
cultura, que han heredado desconociendo el saber propio de su experiencia
a través del transcurrir de los años. Igualmente, éstos los ha construido y por
no socializarlos; llegando a no reconocer que sus haceres son importantes y
en la práctica pudieran ser valorados por otros docentes, dando paso a una
diferente profesionalización del educador.
Hay que mencionar además, lo importante de las relaciones entre
tiempo, trabajo y aprendizaje del saber profesional. Estos saberes cuando
son empleados en las prácticas cotidianas de acuerdo a las vivencias del
docente, pueden ser usados en la resolución de problemas presentados en
el ejercicio de su accionar docente, para darle objetividad a las situaciones
de trabajo que le son propios. Por consiguiente, se alude lo expuesto por
Tardif (2004):

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Considero que es muy importante que los docentes empiecen a
construir de manera sistemática una epistemología de su práctica,
que implica tener en cuenta relaciones complejas que exigen un
intercambio constante de experiencias, donde a través de ellas el
docente puede identificarse como persona que se construye en el
tiempo con todo lo que es, su historia, personalidad, límites y
recursos (p. 14).

Dicho de otra manera, con esto se lograría dar modelo a la identidad


del docente, donde su praxis investigativa es asumida con posturas, valores,
vivencias y actitudes. Asumiendo, su escenario de actuación en este caso,
los espacios de enseñanza-aprendizaje como entorno socializador de
saberes. De este modo, se pretende analizar los aspectos inherentes a la
experiencia cotidiana, fuente de conocimiento desde la complejidad del saber
docente.
Así, amigos lectores me embarco en este “Tren de Ilusiones”, al
escribir este ensayo, sentir lo que argumento me llevó a comenzar un viaje
basado la mayor parte en mi experiencia cotidiana, con distintos puntos de
llegada, con un equipaje repleto de interrogantes que danzaron por mi mente
cierto tiempo. De hecho, inquietaron mi sentir por querer plasmarlo algún día
para compartirlo y analizar diferentes puntos que espero sean del agrado e
interés para ustedes. Teniendo en cuenta que, el aprender a partir de la
experiencia en opinión personal, es el núcleo central del saber docente,
donde hay cabida para que éste transforme su relación de carácter exterior,
con las del carácter interior, inmersos en su propia práctica.
Avanzando en nuestro razonamiento, en este análisis exhaustivo que
hice respecto a la temática tratada, los postulados de Tardif, (Ob.Cit) fueron
llenando en parte el contenido de mi equipaje de interrogantes acerca del
saber docente y los de Boud, Cohen y Walker, (2011) los del Aprendizaje a
partir de la Experiencia. Visto así, desde el ámbito educativo hago referencia
a las palabras de Tardif (Ob.Cit) ”el maestro no piensa sólo con la cabeza,
sino con la vida, con lo que ha sido, con lo que ha vivido, con lo acumulado
en términos de experiencia vital, en términos de bagaje de certezas personal

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e interpersonal” (p.72). Parafraseando al autor, el papel del docente ya no
debería seguirse interpretando como el que trasmite su cultura heredada,
desconociendo ese saber de su experiencia a través del tiempo.
Ahora veamos, lo dicho por Salazar y Miró (1987) cuando establecen
“la actitud filosófica y el saber filosófico pueden subdividirse en dos áreas: un
saber teórico entendido como reflexión crítica y un saber práctico como el
saber de la vida” (p.12). Así que, “como saber teórico la filosofía puede
entenderse como reflexión crítica y concepción del mundo, como saber
práctico puede ser entendida, como saber de la vida”. Al entender lo dicho
por el autor, la filosofía como reflexión crítica nos referimos que su campo de
es lo dado por la ciencia, es decir el conocimiento, praxis moral: la acción, la
creación artística: la invención y la vida cotidiana: la existencia; es decir, que
sobre lo producido por el ser humano, “no a nivel material sino inmaterial, lo
que hace la filosofía es dar una mirada diferente a todo ello para
comprenderlo mejor y desde una nueva mirada pero sin ir más allá de ellas”.
De manera semejante, Tardif, citado en Barrón (2006) respecto, al
saber docente expone “pueden ser agrupados en temporales, plurales y
heterogéneos, personalizados y situados, y llevan consigo las señales de su
objeto, que es el ser humano” (p.15). Así, define cada uno “los temporales
son situados en tres sentidos, los que provienen de su historia de vida
personal y escolar, de ritos iniciáticos y de rutinas que le dan seguridad en el
aula, y de las prácticas escolares institucionalizadas”. Son plurales y
heterogéneos “en función de las diversas situaciones a las que se enfrentan
cotidianamente”. Personalizados y situados, “se trata de saberes apropiados,
incorporados, subjetivados, saberes que no son posibles disociar de la
persona, de su experiencia y de su situación de trabajo”.
La postura del autor, dogmatiza que todo conocimiento, provecho del
aprendizaje o de actos de pensamiento o cognición pueden precisarse como
ubicados cuando ocurren en un contenido y situación instituida, siendo
resultado de la precipitación de la persona, cuyo aprendizaje es dado en

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interacción con otras personas en el marco de las prácticas sociales, en una
comunidad específica.
El siguiente aspecto trata de, cinco (5) proposiciones sobre el
aprendizaje a partir de la experiencia según Boud, Cohen y Walker (Ob.Cit),
citados en Gutiérrez (Ob. Cit) que a mi punto de vista personal considero
importantes, para que el lector los tome en cuenta sintetizados a
continuación: (p.58).
1. La Experiencia como Fundamento del Aprendizaje y Estímulo:
El aprendizaje individual, se produce a partir de una necesidad no satisfecha.
Acercarse y buscar conocer se encuentran inmersos en el mundo interior del
sujeto con su mundo exterior. Así pues, la gestación experiencial en el
individuo puede llegar a producir efectos negativos o positivos; los que
además pueden servir como inspiradores o inhibidores en el proceso de
aprendizaje. Sin embargo, el saber adquirido mediante la experiencia o la
práctica por sí sólo no nos llevan al aprendizaje, se hace necesario construir
significados como actos reflexivos, ser críticos y dialogar con otros para ser
un verdadero aprendizaje.
2. Los Aprendices Construyen Activamente su Experiencia: La
experiencia se acumula y el sujeto otorga significados poco a poco
individualmente la visión colectiva de éstos se construye de manera dialógica
al momento de comunicarse, por medio del lenguaje, sensaciones y
percepciones para expresar los significados con otros sujetos, lo que permite
generar interpretaciones comúnmente aceptadas del mundo que operan en
determinados contextos. En palabras de, Boud, Cohen y Walker, (Ob.cit) “La
experiencia se crea en la transacción entre el aprendiz y el medio en el que
opera: la experiencia es relacional” (p.113). De esta cita se infiere, cuando el
sujeto interpreta respecto a la experiencia vivida, es un elemento decisivo
para producir el aprendizaje.
3. El Aprendizaje es un Proceso Holístico: Los autores citados,
exponen la vivencia del aprendizaje como un todo sin percepción de

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continuidad y en el que influyen elementos de manera interdependientes.
Mas, aún, se establece lo cognitivo donde se involucra el pensamiento; el
afecto, referido a valores y sentimientos y lo psicomotor en cuanto, a la
acción y el hacer. Pensar en el aprendizaje implica percibir estos elementos
de manera interconectada y compleja. Añaden además, que el aprendizaje
es contextualizado, o sea, la forma de aprender y enseñar está influida por la
experiencia previa y el contexto en el que ocurre el aprendizaje. De donde
resulta que, apreciar la experiencia pasada y la actual, es un componente
que transgrede facilitar el aprendizaje.
4. El Aprendizaje se Construye Social y Culturalmente: Se parte
del principio según, el cual el principiante no vive con autonomía de su
entorno, es decir, los significados que edifican lo hacen en medio de
concluyentes valores legitimados culturalmente. Asimismo, mediante la
socialización, podemos trasladar y reinterpretar, los significados de nuestra
experiencia.
5. El Aprendizaje está Influido por el Contexto Socio-Emocional
en el que se Produce: La experiencia vivencial tiene una huella significativa
en el aprendizaje. Reconocer lo que se ha descuidado, cómo hemos
aprendido y los sentimientos que apreciamos al aprender, nos admiten
redirigir nuestra aplicación, hacia naturalezas que han sido descuidadas. El
aprendizaje puede completar el plano emotivo con la acción misma, lo que se
refiere al aprender haciendo, con cognición, criticidad y superando
dificultades.
Avanzando en nuestro razonamiento, se observa como las
proposiciones postuladas por estos autores, significan la complejidad de la
experiencia cotidiana. No cabe decir, viene dada de la nada, en ella
intervienen factores que la hacen ir construyendo los saberes, a medida que
el sujeto se interrelaciona con el ambiente, por ejemplo, y para darle mayor
certeza el docente deberá socializarla con otros docentes y estudiantes para
compartir todas las sapiencias, que la cotidianidad le ha ofrecido a lo largo de

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su existencia. En consecuencia, a partir de los develamientos mostrados en
este estudio, las teorías que sirvieron de soporte y la argumentación de la
ensayista, se edifican en este segmento una serie de conclusiones o cierre.
Las vivencias en forma de acervo experiencial o de “experiencia
cotidiana”, se pueden socializar para convertirlas en prácticas positivas que
le generan al sujeto un grado importante de satisfacción y logro personal
para la comunidad institucional y social a la cual pertenece. Aunado a esto,
las experiencias negativas, se relacionan con la escasa valoración de la
praxis del saber docente, para quienes les corresponde tomar decisiones en
esta área y a la carga emotiva que se le ha asignado a dicho saber.
Considerar el ejercicio reflexivo, en la formación del profesional desde
la praxis, puede darse como una forma de desafiar y responder a los
problemas a través, de un respeto activo, persistente y cuidadoso de toda
creencia o vivencia a la luz de los elementos que sustentan la experiencia
cotidiana, desde su complejidad.
Por último, el profesionalismo en el saber docente, puede construirse
a través, de la racionalización de los conocimientos puestos en práctica
mediante el trabajo del docente, sobre su propia experiencia cotidiana y
profesional. Esto debido, a que se desarrollan habilidades profesionales
fundamentales: la habilidad de ser capaz de dar cuenta de lo que se hace, y
la de poder distanciarse de las propias acciones, para pensar sobre ellas y
evaluar.

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desde la Perspectiva Docente en la Universidad Pública Venezolana.
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