Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Carlos Coriolano Amador. En 1899 el hombre más rico de Antioquia trajo de Francia el
primer carro que rodó en Colombia.
El carro desembarcó en Puerto Colombia. Llegó en cajas desde París y tomó el rumbo
del río Magdalena hasta Puerto Berrío. De allí siguió a Medellín a lomo de mula, pero
en Barbosa la recua no pudo seguir y el final del recorrido tuvo que hacerse en andas.
Años después, cuando el auto no era ninguna rareza, gracias a que varios habían sido
importados ya, se inició algo parecido a una fiebre de automovilismo. Las carreras se
efectuaban en un descampado llamado el "Frontón del Jai Alai". Para 1916, había unos
13 automóviles registrados en Medellín, frente a 60 coches tirados por caballos. En
1909, 13 pudientes ciudadanos de la naciente villa juntaron tres mil dólares para traer de
los Estados Unidos el primer Pullman que pisó suelo colombiano.
Me parece que no es preciso demostrar que la novela policial es popular, porque esa
popularidad es tan flagrante que no requiere demostración. Para explicarla - aquellos
que niegan al género su significación artística - se fundan en la evidencia de que la
novela policial ha sido y es uno de los productos predilectos de la llamada “cultura de
masas”, propia de la moderna sociedad capitalista.
Pero hay que decir que ello constituye no sólo una manipulación del gusto en general,
sino también una manipulación de la propia novela policial, de sus válidas y legítimas
manifestaciones, una prostitución de sus mecanismos expresivos y sus temas. Los
auténticos conformadores del género policial (no hay que olvidarlo) fueron artistas de la
talla de Edgar Allan Poe y Wilkie Collins. Y desde sus orígenes hasta nuestros días, el
género ha producido una buena porción de obras maestras.
Me parece que no es preciso demostrar que la novela policial es popular, porque esa
popularidad es tan flagrante que no requiere demostración. Para explicarla - aquellos
que niegan al género su significación artística - se fundan en la evidencia de que la
novela policial ha sido y es uno de los productos predilectos de la llamada “cultura de
masas”, propia de la moderna sociedad capitalista.
Pero hay que decir que ello constituye no sólo una manipulación del gusto en general,
sino también una manipulación de la propia novela policial, de sus válidas y legítimas
manifestaciones, una prostitución de sus mecanismos expresivos y sus temas. Los
auténticos conformadores del género policial (no hay que olvidarlo) fueron artistas de la
talla de Edgar Allan Poe y Wilkie Collins. Y desde sus orígenes hasta nuestros días, el
género ha producido una buena porción de obras maestras.
Me parece que no es preciso demostrar que la novela policial es popular, porque esa
popularidad es tan flagrante que no requiere demostración. Para explicarla - aquellos
que niegan al género su significación artística - se fundan en la evidencia de que la
novela policial ha sido y es uno de los productos predilectos de la llamada “cultura de
masas”, propia de la moderna sociedad capitalista.
Pero hay que decir que ello constituye no sólo una manipulación del gusto en general,
sino también una manipulación de la propia novela policial, de sus válidas y legítimas
manifestaciones, una prostitución de sus mecanismos expresivos y sus temas. Los
auténticos conformadores del género policial (no hay que olvidarlo) fueron artistas de la
talla de Edgar Allan Poe y Wilkie Collins. Y desde sus orígenes hasta nuestros días, el
género ha producido una buena porción de obras maestras.
Esa condición de escenario ambulante y permanente hace que la ciudad sea casi un
imperativo temático o, mejor, el espacio natural de la imaginación narrativa
contemporánea. Por supuesto que existen otros temas y otros imaginarios, distintos a los
urbanos; pero quiero señalar de forma especial la impresionante presencia de lo citadino
en la literatura y, en este caso, primordialmente en la cuentística universal del presente
siglo.
Frente a la pregunta de qué es lo urbano en literatura, habría que contestar que urbano
no es necesariamente lo que sucede o acontece dentro de la urbe. Una narración puede
ubicarse legítimamente en la ciudad pero estar refiriéndose a una forma de pensar,
actuar y expresarse "rural” o ajena al universo comprendido por lo urbano. Esto último,
lo urbano, posee sus maneras específicas de manifestarse, sus lenguajes, sus
problemáticas singulares: en definitiva, un universo particular. En consecuencia se
podría afirmar que la narrativa urbana es aquella que trata sobre los temas y los
comportamientos que ha generado el desarrollo de lo urbano, y siempre a través de unos
lenguajes peculiares.
Esta definición no pretende ser exhaustiva ni excluyente, pero es útil para delimitar ese
universo esquivo y manoseado de lo urbano.
Fuente: Tamayo, S., Guido L. (1999). Prólogo al texto cuentos urbanos. Colección el
pozo y el péndulo. Bogotá, Colombia: Panamericana.
Del enunciado “La ciudad es la materia prima de los sueños y las pesadillas del hombre
moderno” se puede inferir que:
Respuestas: A.
El estado mental del hombre moderno depende del grado de desarrollo
expresado en la ciudad.
B.
El hombre moderno desarrolla su capacidad para soñar únicamente si vive en
la ciudad.
C.
La imaginación es una diferencia fundamental entre el hombre moderno y el
hombre antiguo.
D.
La problemática y el presente del hombre moderno se pueden estudiar a partir
de la literatura urbana.
Pregunta 8
1,66666 de 1,66666 puntos
Carlos Coriolano Amador. En 1899 el hombre más rico de Antioquia trajo de Francia el
primer carro que rodó en Colombia.
El carro desembarcó en Puerto Colombia. Llegó en cajas desde París y tomó el rumbo
del río Magdalena hasta Puerto Berrío. De allí siguió a Medellín a lomo de mula, pero
en Barbosa la recua no pudo seguir y el final del recorrido tuvo que hacerse en andas.
Años después, cuando el auto no era ninguna rareza, gracias a que varios habían sido
importados ya, se inició algo parecido a una fiebre de automovilismo. Las carreras se
efectuaban en un descampado llamado el "Frontón del Jai Alai". Para 1916, había unos
13 automóviles registrados en Medellín, frente a 60 coches tirados por caballos. En
1909, 13 pudientes ciudadanos de la naciente villa juntaron tres mil dólares para traer de
los Estados Unidos el primer Pullman que pisó suelo colombiano.
En el primer párrafo del texto Llegó el automóvil, paralelamente al relato del itinerario
seguido por el carro, se hace una descripción de la condición de las rutas de la época
para:
Respuestas: A.
Disminuir la importancia del transporte fluvial.
B.
Comparar a Medellín con la capital francesa.
C.
Mostrar los avances de la industria automotriz.
D.
Señalar la dificultad de la empresa de Amador.
Pregunta 10
1,66666 de 1,66666 puntos
Me parece que no es preciso demostrar que la novela policial es popular, porque esa
popularidad es tan flagrante que no requiere demostración. Para explicarla - aquellos
que niegan al género su significación artística - se fundan en la evidencia de que la
novela policial ha sido y es uno de los productos predilectos de la llamada “cultura de
masas”, propia de la moderna sociedad capitalista.
Pero hay que decir que ello constituye no sólo una manipulación del gusto en general,
sino también una manipulación de la propia novela policial, de sus válidas y legítimas
manifestaciones, una prostitución de sus mecanismos expresivos y sus temas. Los
auténticos conformadores del género policial (no hay que olvidarlo) fueron artistas de la
talla de Edgar Allan Poe y Wilkie Collins. Y desde sus orígenes hasta nuestros días, el
género ha producido una buena porción de obras maestras.
Esa condición de escenario ambulante y permanente hace que la ciudad sea casi un
imperativo temático o, mejor, el espacio natural de la imaginación narrativa
contemporánea. Por supuesto que existen otros temas y otros imaginarios, distintos a los
urbanos; pero quiero señalar de forma especial la impresionante presencia de lo citadino
en la literatura y, en este caso, primordialmente en la cuentística universal del presente
siglo.
Frente a la pregunta de qué es lo urbano en literatura, habría que contestar que urbano
no es necesariamente lo que sucede o acontece dentro de la urbe. Una narración puede
ubicarse legítimamente en la ciudad pero estar refiriéndose a una forma de pensar,
actuar y expresarse "rural” o ajena al universo comprendido por lo urbano. Esto último,
lo urbano, posee sus maneras específicas de manifestarse, sus lenguajes, sus
problemáticas singulares: en definitiva, un universo particular. En consecuencia se
podría afirmar que la narrativa urbana es aquella que trata sobre los temas y los
comportamientos que ha generado el desarrollo de lo urbano, y siempre a través de unos
lenguajes peculiares.
Esta definición no pretende ser exhaustiva ni excluyente, pero es útil para delimitar ese
universo esquivo y manoseado de lo urbano.
Fuente: Tamayo, S., Guido L. (1999). Prólogo al texto cuentos urbanos. Colección el
pozo y el péndulo. Bogotá, Colombia: Panamericana.
Esa condición de escenario ambulante y permanente hace que la ciudad sea casi un
imperativo temático o, mejor, el espacio natural de la imaginación narrativa
contemporánea. Por supuesto que existen otros temas y otros imaginarios, distintos a los
urbanos; pero quiero señalar de forma especial la impresionante presencia de lo citadino
en la literatura y, en este caso, primordialmente en la cuentística universal del presente
siglo.
Frente a la pregunta de qué es lo urbano en literatura, habría que contestar que urbano
no es necesariamente lo que sucede o acontece dentro de la urbe. Una narración puede
ubicarse legítimamente en la ciudad pero estar refiriéndose a una forma de pensar,
actuar y expresarse "rural” o ajena al universo comprendido por lo urbano. Esto último,
lo urbano, posee sus maneras específicas de manifestarse, sus lenguajes, sus
problemáticas singulares: en definitiva, un universo particular. En consecuencia se
podría afirmar que la narrativa urbana es aquella que trata sobre los temas y los
comportamientos que ha generado el desarrollo de lo urbano, y siempre a través de unos
lenguajes peculiares.
Esta definición no pretende ser exhaustiva ni excluyente, pero es útil para delimitar ese
universo esquivo y manoseado de lo urbano.
Fuente: Tamayo, S., Guido L. (1999). Prólogo al texto cuentos urbanos. Colección el
pozo y el péndulo. Bogotá, Colombia: Panamericana.
Esa condición de escenario ambulante y permanente hace que la ciudad sea casi un
imperativo temático o, mejor, el espacio natural de la imaginación narrativa
contemporánea. Por supuesto que existen otros temas y otros imaginarios, distintos a los
urbanos; pero quiero señalar de forma especial la impresionante presencia de lo citadino
en la literatura y, en este caso, primordialmente en la cuentística universal del presente
siglo.
Frente a la pregunta de qué es lo urbano en literatura, habría que contestar que urbano
no es necesariamente lo que sucede o acontece dentro de la urbe. Una narración puede
ubicarse legítimamente en la ciudad pero estar refiriéndose a una forma de pensar,
actuar y expresarse "rural” o ajena al universo comprendido por lo urbano. Esto último,
lo urbano, posee sus maneras específicas de manifestarse, sus lenguajes, sus
problemáticas singulares: en definitiva, un universo particular. En consecuencia se
podría afirmar que la narrativa urbana es aquella que trata sobre los temas y los
comportamientos que ha generado el desarrollo de lo urbano, y siempre a través de unos
lenguajes peculiares.
Esta definición no pretende ser exhaustiva ni excluyente, pero es útil para delimitar ese
universo esquivo y manoseado de lo urbano.
Fuente: Tamayo, S., Guido L. (1999). Prólogo al texto cuentos urbanos. Colección el
pozo y el péndulo. Bogotá, Colombia: Panamericana.
Se anunció que São Paulo iba a tener tranvías eléctricos. Los tímidos vehículos tirados
por burros, que cortaban la modorra de la ciudad provinciana, iban a desaparecer para
siempre. Nunca más veríamos, en la bajada de la ladera de San Antonio, frente a nuestra
casa, el tranvía bajar solo, equilibrado por el volante del conductor. Y el par de burros
siguiéndolo. Una fiebre de curiosidad tomó las familias, las casas, los grupos. ¿Cómo
serían los nuevos tranvías que andaban mágicamente, sin impulso exterior? Yo tenía
noticias, por el negrito Lázaro, hijo de la cocinera de mi tía, venida de Río, que era muy
peligroso ese asunto de la electricidad. Quien pusiese los pies en las vías se quedaría allí
pegado o sería destrozado fatalmente por el tranvía... Un amigo de casa informaba: El
tranvía puede andar hasta a velocidades de nueve puntos. Pero ahí se produce una
disparada de todos los diablos. Nadie aguanta. !
Es capaz de saltar de las vías! Y matar a todo el mundo... La ciudad adquirió el aspecto
de revolución. Todos se conmovían, intentaban ver. Y los más aventurados querían
llegar hasta la temeridad de entrar en el tranvía, ! hasta andar en el tranvía eléctrico!
Me parece que no es preciso demostrar que la novela policial es popular, porque esa
popularidad es tan flagrante que no requiere demostración. Para explicarla - aquellos
que niegan al género su significación artística - se fundan en la evidencia de que la
novela policial ha sido y es uno de los productos predilectos de la llamada “cultura de
masas”, propia de la moderna sociedad capitalista.
Pero hay que decir que ello constituye no sólo una manipulación del gusto en general,
sino también una manipulación de la propia novela policial, de sus válidas y legítimas
manifestaciones, una prostitución de sus mecanismos expresivos y sus temas. Los
auténticos conformadores del género policial (no hay que olvidarlo) fueron artistas de la
talla de Edgar Allan Poe y Wilkie Collins. Y desde sus orígenes hasta nuestros días, el
género ha producido una buena porción de obras maestras.
La relación entre el título y el contenido del texto anterior está dada por:
Respuestas: A.
El elitismo y el comercialismo como características de la cultura de masas.
B.
La polémica planteada con respecto al elitismo y el comercialismo.
C.
La exposición de dos puntos de vista diferentes acerca de la novela policial.
D.
El anticipo de la novela popular y su popularidad, como tema a desarrollar.
Comentarios Correcto: el título del texto es: novela policial, y la polémica de
para respuesta:
elitismo y comercialismo. El contenido del texto habla de la
popularidad de la novela policial abordada desde dos puntos de vista
polémicos (diferentes).
Pregunta 17
0 de 1,66666 puntos
Empieza por una suerte de revelación. Pero uso esa palabra de un modo modesto, no
ambicioso. Es decir, de pronto sé que va a ocurrir algo y eso que va a ocurrir puede ser,
en el caso de un cuento, el principio y el fin.
En el caso de un poema, no: es una idea más general, y a veces ha sido la primera línea.
Es decir, algo me es dado, y luego ya intervengo yo, y quizá se echa todo a perder.
Elijo “si se trata de un cuento porteño”, lugares de las orillas, digamos, de Palermo,
digamos de Barracas, de Turdera. Y la fecha, digamos 1899, el año de mi nacimiento,
por ejemplo. Porque ¿quién puede saber, exactamente, cómo hablaban aquellos orilleros
muertos?: nadie. Es decir, que yo puedo proceder con comodidad. En cambio, si un
escritor elige un tema contemporáneo, entonces ya el lector se convierte en un inspector
y resuelve: “No, en tal barrio no se habla así, la gente de tal clase no usaría tal o cual
expresión”.
El escritor prevé todo esto y se siente trabado. En cambio, yo elijo una época un poco
lejana, un lugar un poco lejano; y eso me da libertad, y ya puedo fantasear o falsificar,
incluso. Puedo mentir sin que nadie se dé cuenta, y sobre todo, sin que yo mismo me dé
cuenta, ya que es necesario que el escritor que escribe una fábula “por fantástica que
sea” crea, por el momento, en la realidad de la fábula.
Fuente: Biblioteca digital ciudad Seva. (2010). Cómo nace un texto. Consultado el 07 de
julio de 2014, en:http://www.ciudadseva.com/textos/teoria/opin/borges4.htm
De lo planteado en el texto, puede inferirse que, para Jorge Luís Borges, el principio y el
fin de un cuento:
Respuestas: A.
Son las etapas en las que debe acudir a sus conocimientos sobre literatura.
B.
Son las etapas de la escritura que menos dificultad le ocasionan.
C.
Son los momentos que mayor dedicación de tiempo le exigen al autor.
D.
Son los momentos en los que puede dejar a un lado su saber sobre historia.
Pregunta 18
0 de 1,66666 puntos
Texto: Continuo.
Competencia evaluada: Comprender cómo se articulan las partes de un texto para darle
un sentido global (Nivel literal e inferencial).
RESPONDA LA SIGUIENTE PREGUNTA DE ACUERDO CON LA SIGUIENTE
INFORMACIÓN
La ventanilla del bus
Un semáforo nos detiene en una esquina. Otro bus se acerca lentamente hasta quedar
paralelo al nuestro; ante mí pasan otras ventanillas con otros pasajeros de otra
comunidad igualmente apática. Pasan dos señoras en el primer puesto. Serán amigas -
pienso-, quizás compañeras de trabajo. Pero no hablan entre ellas. Sigue pasando la
gente detrás de las otras ventanas, mezclando su imagen real con nuestro reflejo. Creo
verme sentado en la cuarta ventanilla del bus que espera la señal verde junto a nosotros.
Es mi reflejo, intuyo; pero no es reflejo: soy yo mismo sentado en el otro bus. Con
temor y asombro, él y yo cruzamos una mirada cómplice, creo que nos sonreímos más
allá del cansancio del día de trabajo. Los dos vehículos arrancan en medio de una nube
de humo negro.
Se anunció que São Paulo iba a tener tranvías eléctricos. Los tímidos vehículos tirados
por burros, que cortaban la modorra de la ciudad provinciana, iban a desaparecer para
siempre. Nunca más veríamos, en la bajada de la ladera de San Antonio, frente a nuestra
casa, el tranvía bajar solo, equilibrado por el volante del conductor. Y el par de burros
siguiéndolo. Una fiebre de curiosidad tomó las familias, las casas, los grupos. ¿Cómo
serían los nuevos tranvías que andaban mágicamente, sin impulso exterior? Yo tenía
noticias, por el negrito Lázaro, hijo de la cocinera de mi tía, venida de Río, que era muy
peligroso ese asunto de la electricidad. Quien pusiese los pies en las vías se quedaría allí
pegado o sería destrozado fatalmente por el tranvía... Un amigo de casa informaba: El
tranvía puede andar hasta a velocidades de nueve puntos. Pero ahí se produce una
disparada de todos los diablos. Nadie aguanta. !
Es capaz de saltar de las vías! Y matar a todo el mundo... La ciudad adquirió el aspecto
de revolución. Todos se conmovían, intentaban ver. Y los más aventurados querían
llegar hasta la temeridad de entrar en el tranvía, ! hasta andar en el tranvía eléctrico!
Me parece que no es preciso demostrar que la novela policial es popular, porque esa
popularidad es tan flagrante que no requiere demostración. Para explicarla - aquellos
que niegan al género su significación artística - se fundan en la evidencia de que la
novela policial ha sido y es uno de los productos predilectos de la llamada “cultura de
masas”, propia de la moderna sociedad capitalista.
Pero hay que decir que ello constituye no sólo una manipulación del gusto en general,
sino también una manipulación de la propia novela policial, de sus válidas y legítimas
manifestaciones, una prostitución de sus mecanismos expresivos y sus temas. Los
auténticos conformadores del género policial (no hay que olvidarlo) fueron artistas de la
talla de Edgar Allan Poe y Wilkie Collins. Y desde sus orígenes hasta nuestros días, el
género ha producido una buena porción de obras maestras.
Con el texto “La vida está buena cuando tus chicos tienen más para divertirse y vos
menos para preocuparte” y la imagen de las niñas sonriendo, un aviso publicitario busca
que con la adquisición del producto el consumidor logre:
Respuestas: A.
Librarse de la preocupación de la atención a las labores domésticas.
B.
Facilitar las tareas en el hogar para poder disfrutar de los momentos
divertidos con la familia.
C.
Generar espacios de diversión mientras se atienden las labores del hogar.
D.
Integrar a los hijos en las labores del hogar.
Pregunta 23
0 de 1,66666 puntos
Fuente: Sabadell, M. (2002). Made in China, en revista Muy Especial, p. 28. Madrid,
España.
Esa condición de escenario ambulante y permanente hace que la ciudad sea casi un
imperativo temático o, mejor, el espacio natural de la imaginación narrativa
contemporánea. Por supuesto que existen otros temas y otros imaginarios, distintos a los
urbanos; pero quiero señalar de forma especial la impresionante presencia de lo citadino
en la literatura y, en este caso, primordialmente en la cuentística universal del presente
siglo.
Frente a la pregunta de qué es lo urbano en literatura, habría que contestar que urbano
no es necesariamente lo que sucede o acontece dentro de la urbe. Una narración puede
ubicarse legítimamente en la ciudad pero estar refiriéndose a una forma de pensar,
actuar y expresarse "rural” o ajena al universo comprendido por lo urbano. Esto último,
lo urbano, posee sus maneras específicas de manifestarse, sus lenguajes, sus
problemáticas singulares: en definitiva, un universo particular. En consecuencia se
podría afirmar que la narrativa urbana es aquella que trata sobre los temas y los
comportamientos que ha generado el desarrollo de lo urbano, y siempre a través de unos
lenguajes peculiares.
Esta definición no pretende ser exhaustiva ni excluyente, pero es útil para delimitar ese
universo esquivo y manoseado de lo urbano.
Fuente: Tamayo, S., Guido L. (1999). Prólogo al texto cuentos urbanos. Colección el
pozo y el péndulo. Bogotá, Colombia: Panamericana.
Texto: Continuo.
Competencia evaluada: Identificar y entender los contenidos locales que conforman un
texto (nivel literal).
RESPONDA LA SIGUIENTE PREGUNTA DE ACUERDO CON LA SIGUIENTE
INFORMACIÓN
La ventanilla del bus
Un semáforo nos detiene en una esquina. Otro bus se acerca lentamente hasta quedar
paralelo al nuestro; ante mí pasan otras ventanillas con otros pasajeros de otra
comunidad igualmente apática. Pasan dos señoras en el primer puesto. Serán amigas -
pienso-, quizás compañeras de trabajo. Pero no hablan entre ellas. Sigue pasando la
gente detrás de las otras ventanas, mezclando su imagen real con nuestro reflejo. Creo
verme sentado en la cuarta ventanilla del bus que espera la señal verde junto a nosotros.
Es mi reflejo, intuyo; pero no es reflejo: soy yo mismo sentado en el otro bus. Con
temor y asombro, él y yo cruzamos una mirada cómplice, creo que nos sonreímos más
allá del cansancio del día de trabajo. Los dos vehículos arrancan en medio de una nube
de humo negro.
Carlos Coriolano Amador. En 1899 el hombre más rico de Antioquia trajo de Francia el
primer carro que rodó en Colombia.
El carro desembarcó en Puerto Colombia. Llegó en cajas desde París y tomó el rumbo
del río Magdalena hasta Puerto Berrío. De allí siguió a Medellín a lomo de mula, pero
en Barbosa la recua no pudo seguir y el final del recorrido tuvo que hacerse en andas.
Años después, cuando el auto no era ninguna rareza, gracias a que varios habían sido
importados ya, se inició algo parecido a una fiebre de automovilismo. Las carreras se
efectuaban en un descampado llamado el "Frontón del Jai Alai". Para 1916, había unos
13 automóviles registrados en Medellín, frente a 60 coches tirados por caballos. En
1909, 13 pudientes ciudadanos de la naciente villa juntaron tres mil dólares para traer de
los Estados Unidos el primer Pullman que pisó suelo colombiano.
Esa condición de escenario ambulante y permanente hace que la ciudad sea casi un
imperativo temático o, mejor, el espacio natural de la imaginación narrativa
contemporánea. Por supuesto que existen otros temas y otros imaginarios, distintos a los
urbanos; pero quiero señalar de forma especial la impresionante presencia de lo citadino
en la literatura y, en este caso, primordialmente en la cuentística universal del presente
siglo.
Frente a la pregunta de qué es lo urbano en literatura, habría que contestar que urbano
no es necesariamente lo que sucede o acontece dentro de la urbe. Una narración puede
ubicarse legítimamente en la ciudad pero estar refiriéndose a una forma de pensar,
actuar y expresarse "rural” o ajena al universo comprendido por lo urbano. Esto último,
lo urbano, posee sus maneras específicas de manifestarse, sus lenguajes, sus
problemáticas singulares: en definitiva, un universo particular. En consecuencia se
podría afirmar que la narrativa urbana es aquella que trata sobre los temas y los
comportamientos que ha generado el desarrollo de lo urbano, y siempre a través de unos
lenguajes peculiares.
Esta definición no pretende ser exhaustiva ni excluyente, pero es útil para delimitar ese
universo esquivo y manoseado de lo urbano.
Fuente: Tamayo, S., Guido L. (1999). Prólogo al texto cuentos urbanos. Colección el
pozo y el péndulo. Bogotá, Colombia: Panamericana.
Esa condición de escenario ambulante y permanente hace que la ciudad sea casi un
imperativo temático o, mejor, el espacio natural de la imaginación narrativa
contemporánea. Por supuesto que existen otros temas y otros imaginarios, distintos a los
urbanos; pero quiero señalar de forma especial la impresionante presencia de lo citadino
en la literatura y, en este caso, primordialmente en la cuentística universal del presente
siglo.
Frente a la pregunta de qué es lo urbano en literatura, habría que contestar que urbano
no es necesariamente lo que sucede o acontece dentro de la urbe. Una narración puede
ubicarse legítimamente en la ciudad pero estar refiriéndose a una forma de pensar,
actuar y expresarse "rural” o ajena al universo comprendido por lo urbano. Esto último,
lo urbano, posee sus maneras específicas de manifestarse, sus lenguajes, sus
problemáticas singulares: en definitiva, un universo particular. En consecuencia se
podría afirmar que la narrativa urbana es aquella que trata sobre los temas y los
comportamientos que ha generado el desarrollo de lo urbano, y siempre a través de unos
lenguajes peculiares.
Esta definición no pretende ser exhaustiva ni excluyente, pero es útil para delimitar ese
universo esquivo y manoseado de lo urbano.
Fuente: Tamayo, S., Guido L. (1999). Prólogo al texto cuentos urbanos. Colección el
pozo y el péndulo. Bogotá, Colombia: Panamericana.