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PERSPECTIVAS HISTÓRICAS

SOBRE LA CRIMINALIDAD Y
LOS CONFLICTOS SOCIALES
EN BUCARAMANGA,
SIGLO XX
PERSPECTIVAS HISTÓRICAS
SOBRE LA CRIMINALIDAD Y
LOS CONFLICTOS SOCIALES
EN BUCARAMANGA,
SIGLO XX

René Alvarez Orozco


Natalia Ramírez Ocampo
Compiladores

Colección Escuela de Historia 25 años


Bucaramanga, 2013
© Universidad Industrial de Santander

Colección “Escuela de Historia, 25 años”


N°4.: “PERSPECTIVAS HISTÓRICAS SOBRE LA CRIMINALIDAD Y LOS
CONFLICTOS SOCIALES EN BUCARAMANGA, SIGLO XX”

Compiladores: René Alvarez Orozco y Natalia Ramírez Ocampo

Dirección Cultural
Universidad Industrial de Santander

Rector UIS: Álvaro Ramírez García


Vicerrectora Académica: Janeth Aidé Perea Villamil
Vicerrector Administrativo: Luis Eduardo Becerra Ardila
Vicerrector de Investigación y Extensión: David Alejandro Miranda Mercado
Director de Publicaciones: Óscar Roberto Gómez Molina
Dirección Cultural: Luis Álvaro Mejía Argüello

Diseño: Cart Spim / cartspim@gmail.com


Impresión: División de Publicaciones UIS
Comité Editorial: Gabriel Samacá Alonso, Álvaro Acevedo Tarazona,
Luis Álvaro Mejía A.

Primera edición: Junio de 2013

ISBN:

Dirección Cultural UIS


Ciudad Universitaria Cra. 27 calle 9.
Tel. 6846730 - 6321349 Fax. 6321364
divcult@uis.edu.co
Bucaramanga, Colombia
Impreso en Colombia
Contenido
Presentación. 7

Introducción. 11

Homicidios en Bucaramanga 1930 – 1957. 27


René Álvarez Orozco

El homicidio en la Provincia de Soto 1903 – 1930. 63


Jairo Antonio Melo Flórez

Tres versiones de la cárcel La Concordia de Bucaramanga 1930


1942: la ley, un presidiario y el periódico. 109
Manuel Faustino Cardozo

El suicidio en Bucaramanga:
Su caracterización a través de Vanguardia Liberal 1970 – 1985. 145
Melisa Johanna Jaimes Manosalva

Sexo venal y mujeres tarifadas: Bucaramanga 1940-1960. 155


Piedad Otero Uribe
Colección Escuela de Historia 25 años

Presentación

E
n sus 65 años de existencia la Universidad
Industrial de Santander ha venido brindando
cada vez más espacios y acompañamiento
a los estudios sociales y humanísticos como parte de
su proyecto educativo institucional. Baste recordar
cómo en los años sesenta se creó el primer programa
relacionado con las Ciencias Humanas, y luego, desde
los años ochenta hasta entrado el siglo XXI, se configuró
paulatinamente una Facultad de Ciencias Humanas
que hoy cuenta con varios programas de pregrado,
especialización y maestría. Precisamente, la Escuela
de Historia cumplió el año anterior sus primeros 25
años de existencia, fecha de relevancia para nuestra
institución, pues constituye una de las principales
experiencias académico-formativas de la UIS en el
camino de consolidación de las Ciencias Sociales en
Colombia.
Uno de los indicadores más importantes en el
mundo académico para dar cuenta del cumplimiento
de la misión institucional de las universidades es
la generación de nuevo conocimiento. El apoyo a
eventos académicos, ya sea en su organización o en la
participación de docentes y estudiantes, los programas
de becas y, en general, toda clase de estímulos para la

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Colección Escuela de Historia 25 años

investigación, contribuyen al fortalecimiento de los


programas y al posicionamiento de la universidad como
institución. Durante sus veinticinco años de labores, la
Escuela de Historia y sus profesores han contado con el
respaldo de la institución para difundir los resultados
de sus proyectos de investigación, especialmente
por intermedio del Anuario de Historia Regional y de las
Fronteras, el VI Coloquio de Estudios Históricos de los
estudiantes del programa –en su VI versión– y varios
libros publicados por la editorial de la Universidad.
Entre ellos, cabe destacar las memorias, en texto
impreso, del VIII Congreso Colombiano de Historia
y, en versión digital, del XIII, organizados por la UIS
y la Asociación Colombiana de Historia en los años de
1992 y 2006, respectivamente; la colección bibliográfica
dedicada a la historia de los procesos de poblamiento
de las provincias de Santander y, más recientemente,
la colección bicentenaria de la independencia nacional
con una producción investigativa que supera la
veintena de títulos. A estos resultados se pueden sumar
compilaciones de eventos académicos organizados
por la Escuela de Historia, trabajos de investigación
de pregrado y maestría, compilaciones documentales
como el libro sobre las constituciones santandereanas
del siglo XIX y, últimamente, una producción de
investigaciones y textos sobre la memoria del conflicto
en Colombia y de la historia del tiempo presente o de
nuestros días.
Con motivo del primer cuarto de siglo de labores
del programa de Historia, la Rectoría y la Dirección
Cultural de la Universidad Industrial de Santander
se han propuesto apoyar una colección bibliográfica
que recoge algunos de los más recientes desarrollos
investigativos de profesores y egresados. El lector
interesado encontrará obras sobre historia de la
educación nacional en perspectiva regional, historia de

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Colección Escuela de Historia 25 años

la salud pública, la justicia y la criminalidad, el hecho


religioso, entre otros campos de reflexión historiográfica
que se vienen abriendo un lugar en Santander y el país.
Sin abandonar las tendencias más importantes que han
caracterizado la historiografía elaborada desde la UIS,
dirigida a la historia política y regional, la colección
que presentamos pretende ampliar el horizonte sobre
el devenir regional y nacional con nuevas temáticas de
la historiografía actual.
El estudio de problemas históricos en el campo
de la criminalidad y el conflicto social también han
sido tema de interés por parte de los historiadores
profesionales formados en la escuela de Historia de la
Universidad industrial de Santander. A partir del uso
de diversas metodologías y el análisis de fuentes de
información documental como los archivos judiciales,
se ha logrado reconstruir representaciones históricas de
las conductas sociales de las comunidades de la región
y su percepción del orden y de la ley, y la aplicación de
ésta por parte de las instituciones del Estado, todo ello
en el marco de un contexto histórico y social.
El desarrollo de estas investigaciones históricas
se constituye en un esfuerzo académico por comprender
los procesos de consolidación de nuestra sociedad en
diferentes periodos de tiempo. Las investigaciones
realizadas en este campo nos han permitido acercarnos
a la comprensión de tópicos históricos vivenciados por
la sociedad santandereana como la violencia política
bipartidista, la criminalidad urbana, los conflictos
interpersonales, la violencia de género y los estudios
sobre instituciones de justicia y centros carcelarios.
Con la publicación de estos trabajos también
esperamos confirmar y mantener el compromiso de
la institución por contribuir no solamente con la
promoción de los logros científicos y profesionales de

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Colección Escuela de Historia 25 años

los docentes y egresados del programa de Historia, sino


por tender puentes de diálogo con la sociedad.
Como rector de la Universidad Industrial de
Santander, y conocedor de su configuración histórica
como la casa de estudios más importantes del nororiente
colombiano, me complace entregar a la comunidad
de interesados en los temas históricos este nuevo
proyecto editorial liderado por la Escuela de Historia
y la Dirección Cultural de la Universidad Industrial de
Santander. Esperamos que el oficio de los historiadores
en la búsqueda de respuestas cada vez más elaboradas
sobre el acontecer permita hacernos a mejores y
más claros argumentos para diseñar el futuro de la
institución y, en la medida de nuestras posibilidades,
de la región y la sociedad colombiana.

Álvaro Ramírez García


Rector Universidad Industrial de Santander

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Colección Escuela de Historia 25 años

Introducción

L
a coyuntura de los grandes cambios
sociales y políticos de mayo de 1968
generó en Occidente toda una corriente
historiográfica interesada significativamente por el
estudio del conflicto y de diversas problemáticas
sociales. Desde entonces, conceptos como marginación,
pobreza, enfermedad, migración, homosexualidad,
entre otros, empiezan a ser reivindicados como
objeto de estudio de los historiadores, alcanzando
gran importancia el estudio de la problemática de la
delincuencia, la criminalidad y los conflictos sociales.
En esta perspectiva, aparecerían en el escenario
académico diversos autores que se interesarían en
sus obras por el abordaje de la temática criminal, y
de temas más específicos como la construcción social
del sujeto delincuente, la organización de la sociedad
disciplinaria, el control social, el sistema carcelario y
las prácticas punitivas, la marginación, entre muchos
otros1.

1  Michel Foucault sería precisamente uno de los primeros autores que


se ocuparía de la temática criminal en libros como “Yo Pierre Riviere”,
“Historia de la Locura” y “Vigilar y Castigar, el nacimiento de la pri-
sión”.

11
Colección Escuela de Historia 25 años

Los aportes de conocimientos así como la


irrupción de nuevas propuestas de investigación con
diversos enfoques teórico-conceptuales, abrirían otras
posibilidades y metodologías para abordar el estudio de
problemáticas vinculadas a la criminalidad y el conflicto
sociedad actual.
El desarrollo de esta nueva forma de hacer historia
en las últimas décadas ha traído consigo la búsqueda
de nuevas fuentes documentales que permitan estudiar
la conducta de los grupos sociales en sus múltiples
dimensiones, más específicamente aquellas que nos
interesan, es decir, las dimensiones de la delincuencia,
la criminalidad y el conflicto social.
Después de más de dos décadas de trabajo
continuo y sistemático, una nueva generación de
profesionales en el campo de la ciencia histórica están
dando a conocer el fruto de sus investigaciones en
temáticas no tradicionales y novedosas, enriqueciendo
significativamente una parte del conocimiento del
pasado de la región santandereana que hasta entonces
no se había estudiado.
La presente compilación de resúmenes de
trabajos de investigación pretende mostrar la
importancia de abordar el estudio del tema de
la criminalidad y los conflictos sociales desde la
perspectiva de la investigación histórica. En el caso
de la región santandereana, en las dos últimas décadas
los historiadores profesionales han venido orientando
sus investigaciones hacia el estudio de las conductas
de los grupos sociales, su percepción del orden y de la
ley, y la aplicación de ésta por parte de las instituciones
del Estado, todo ello atendiendo el contexto social
e histórico de una época. Esta labor no hubiese sido
posible sin el trabajo con nuevas metodologías y
fuentes documentales para la investigación histórica,

12
Colección Escuela de Historia 25 años

como los archivos judiciales, que pueden proporcionar


al investigador la información necesaria para
comprender los procesos de consolidación de nuestra
sociedad en diferentes periodos tiempo. Esta nueva
generación de historiadores es consciente, de que solo
a partir de un mayor conocimiento de las fuentes puede
avanzarse hacia la construcción de esquemas teórico-
metodológicos más coherentes.
Durante los 25 años de existencia institucional
de la Escuela de Historia de la Universidad Industrial
de Santander, se han realizado entre los años de 1993
y el 2011 cerca de 21 trabajos de investigación cuyo
tema versa sobre distintos aspectos de la criminalidad;
es importante entonces, hacer un balance general
en cuanto a subtemas, periodos, enfoques y fuentes
documentales de esos primeros ensayos investigativos.

Las fuentes documentales de la


criminalidad y el conflicto social
El desarrollo de la investigación histórica
durante los últimos años, nos ha permitido adentrarnos
más en la búsqueda de diversas y variadas fuentes de
información que permitan estudiar la conducta de los
grupos sociales en todas sus dimensiones. Una de las
fuentes más ricas para el estudio de la criminalidad y los
conflictos son los expedientes judiciales. El estudio de
tendencias presentes en delitos como el homicidio, las
lesiones personales o el hurto, permiten examinar los
puntos de oposición o de armonía existentes dentro de
una comunidad y la actitud o la percepción que tenían
las personas frente a la norma y la justicia2.

2  PATIÑO, Beatriz. Criminalidad, Ley Penal y Estructura Social en la


Provincia de Antioquia, 1750 - 1820. Medellín: IDEA, 1994

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Colección Escuela de Historia 25 años

La historiadora francesa Arlette Farge nos


descubre cómo en el Archivo “nace la sensación ingenua,
pero profunda, de rasgar un velo, de atravesar la opacidad
del ser y de acceder, como tras un largo viaje incierto, a
lo esencial de los seres y de las cosas. El Archivo actúa
como un despojamiento; plegados en algunas líneas
aparecen, no solamente lo inaccesible, sino lo vivo.
Trozos de verdad actualmente vencidos aparecen ante
la vista: cegadores de nitidez y de credibilidad. No cabe
duda, el descubrimiento del Archivo es un maná que se
ofrece y que justifica plenamente su nombre: fuente”3.
Para Farge el acercamiento al Archivo parece, en
un inicio, excesivo: “es tal la cantidad de fuentes que
nos seducen que pueden provocar la inhibición. Por una
parte, sentimos la tentación de abarcarlo todo y leerlo
entero. Pero la razón nos dice que debemos interrogar a
los documentos, situar al hombre en sus circunstancias
y separar al hombre de sus circunstancias, distinguir
entre los hechos y la imagen de los hechos. En este
dilema, que es tan antiguo como la discusión sobre la
validez de las fuentes históricas, nos servirá la figura del
archivero, ese intermediario que devuelve la sensatez
al investigador y le orienta entre millares de huellas. El
archivo ha dejado de ser un lugar secreto y cerrado y el
archivero su cancerbero”4.
A través de los procesos judiciales seguidos
contra las personas acusadas de haber cometido un
delito, se pueden conocer las ideas y motivaciones de
quienes estaban encargados de aplicar la ley, así como el
punto de vista de los acusados. Los archivos judiciales
y los expedientes, nos permiten conocer lo que hicieron
y pensaron los hombres en un determinado periodo de
la historia5.
3  FARGE, Arlette. La Atracción del Archivo. Valencia: Institución Valen-
ciana de Estudios e Investigaciones, 1991. p. 11.
4  Ibid. p. 12.
5  PATIÑO, Beatriz. Criminalidad, Ley Penal y Estructura Social en la
Provincia de Antioquia, 1750 – 1820. Medellín: IDEA, 1994

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Colección Escuela de Historia 25 años

Para el caso de los expedientes judiciales,


estos tienen una importancia esencial para explicar
el problema de la criminalidad porque brindan con
relativa exactitud información precisa sobre las fechas
(días, horas) donde se cometieron los delitos, aspectos
que no van a permitir establecer periodizaciones, así
como también nos indican los lugares (bares, cantinas,
cabarets, tiendas, calles, residencias familiares, etc.) en
los que ocurrieron los actos delictivos. El expediente
registra además una amplia caracterización personal de
los agresores y de las víctimas: sexo, edad, estado civil,
grado de alfabetismo, ocupación, procedencia y lugar
de residencia, así como la posible existencia de relación
entre los implicados y los antecedentes penales de éstos.
La fuente judicial nos proporciona gran cantidad
de información sobre las personas que tuvieron
problemas con la justicia, suministrándonos datos con
los cuales se pueden establecer los conflictos y algunas
características de la sociedad de forma parcial. A través
de los interrogatorios a testigos, víctimas o acusados,
se pueden conocer las ideas y creencias vigentes en la
comunidad a la que pertenecen, pero esto no quiere decir
que refleje las verdaderas motivaciones de lo sucedido.
De allí que sea necesario contrastar los datos obtenidos
en los juicios criminales con los suministrados por otras
fuentes.

Diversas formas de abordar la


criminalidad y el conflicto social
El problema de la criminalidad ha sido investigado
desde diferentes perspectivas en las que se incluyen
otras disciplinas de las ciencias sociales que enriquecen
el análisis del historiador, teniendo además, como
denominador común, el uso de la estadística como una
herramienta interpretativa de sus resultados. En cuanto

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Colección Escuela de Historia 25 años

a las fuentes primarias, como se anotó anteriormente,


la totalidad de los Expedientes Judiciales del Archivo
Judicial del Circuito de Bucaramanga, desde el siglo
XIX hasta 1970, se encuentran ubicados en la actualidad
en el Centro de Documentación para la Investigación
Histórica Regional CDIHR de la Universidad Industrial
de Santander, estando a completa disposición de
los investigadores. Allí los autores han tenido a su
disposición los fondos judiciales que contienen los
expedientes penales sobre hurtos, homicidios, raptos,
violaciones, prostitución y otros, además de otras
fuentes documentales periodísticas como el diario
Vanguardia Liberal.
Entre esa variedad temática el grupo más
numeroso lo constituye los trabajos sobre el homicidio
en Santander (tabla 1), seguido por las tesis sobre la
violencia femenina (tabla 2) y por la violencia política
bipartidista (tabla 3), finalizando una miscelánea de
temas tales como el rapto, el suicidio y la cárcel (tabla
4).
El tema del homicidio ha sido abordado en seis
investigaciones, entre las cuales cinco de ellas están
enmarcadas en el periodo conocido como La Violencia,
es decir, entre 1930 y 1957, poniendo de manifiesto la
importancia que ha adquirido el estudio del conflicto
bipartidista de mediados del siglo XX, relacionándola
con problemáticas puntuales, en este caso el homicidio;
en otro ámbito, sin estar enmarcado en ningún conflicto
violento de carácter nacional, Jairo Melo Flórez hace una
representación histórica del homicidio en la provincia
de Soto entre los años 1903 y 1930, enfatizando en
los escenarios, los momentos y las motivaciones que
condujeron a los crímenes.
Geográficamente, Santander y Norte de Santander
son los departamentos sobre los cuales han versado los

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Colección Escuela de Historia 25 años

trabajos, unos sobre municipios puntuales, como el


realizado por Oscar Mauricio Pabón quién estudió el
homicidio en los municipio de Arboledas y Cucutilla
(Norte de Santander), René Álvarez Orozco y Gerson
Gustavo Uribe Murillo estudiaron el homicidio en
Bucaramanga y Guillermo Antonio Sarmiento Fonseca
investigó el homicidio en los municipios de Matanza
y Suratá; asimismo, se han realizado dos trabajos
sobre el homicidio a nivel provincial, el primero es el
ya mencionado de Jairo Melo cuyo marco espacial lo
constituye los municipios que conforman la provincia
de Soto y el de Ana María Pinto sobre la provincia
García Rovira. Es necesario mencionar que aún faltan
más trabajos de carácter comparativo ya sea a nivel
municipal o provincial.

Tabla N° 1: Trabajos de investigación sobre


criminalidad y homicidio.

Título Autor Fecha Director


EL HOMICIDIO EN
LAS POBLACIONES OSCAR JUAN
DE ARBOLEDAS Y MAURICIO ALBERTO
2005
CUCUTILLA NORTE PABON RUEDA
DE SANTANDER SERRANO CARDOZO
1946-1955

RIÑAS, CONFLICTOS
Y HOMICIDIOS ARMANDO
RENE ALVAREZ
EN LA CIUDAD DE 2006 MARTIÍNEZ
OROZCO
BUCARAMANGA, GARNICA
1930-1957

UNA HISTORIA DE
HOMICIDIO EN GERSON GLORIA
BUCARAMANGA DE GUSTAVO URIBE 2007 CONSTANZA
1938 AL 9 DE ABRIL MURILLO REY VERA
DE 1948

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Colección Escuela de Historia 25 años

EL HOMICIDIO EN WILLIAM
JAIRO ANTONIO
LA PROVINCIA DE 2009 BUENDIA
MELO FLOREZ
SOTO 1903-1930 ACEVEDO

HOMICIDIOS,
LESIONES
PERSONALES
JUAN
Y AGRESIONES
ANA MARIA ALBERTO
VERBALES. EL CASO 2009
PINTO ORTIZ RUEDA
DE LA VIOLENCIA
CORZO
POLITICA EN LA
PROVINCIA DE
GARCIA ROVIRA

CARACTERIZACION GUILLERMO
HECTOR
DE LOS HOMICIDIOS ARTURO
2010 ELIAS
EN SURATA Y SARMIENTO
HERNANDEZ
MATANZA 1930 - 1955 FONSECA

El segundo grupo temático lo constituye la


criminalidad relacionada con la mujer; un total de
cinco trabajos de investigación se han adelantado en
torno a este tópico, tanto en su papel de víctima, como
en el de infractora de la ley. El primer aspecto estudia
a la mujer en el ámbito de la violencia intrafamiliar, la
violación y otros tipos de actos violentos cometidos en
contra de la población femenina en Santander; en este
grupo tenemos las investigaciones de Dora Johana Peña
Almeida, Nidia Liset Romero Parra y Diana Álvarez
Vásquez. En cuanto al segundo aspecto, encontramos
los trabajos de Ana Milena Torres sobre la delincuencia
femenina, quien aborda el tema de la mujer delincuente
desde una perspectiva de género en un periodo
comprendido entre 1885 y 1930; y el de Piedad Otero
referido al tema de la prostitución, problemática que
mezcla el papel de la mujer como víctima de los dueños
del negocio y como transgresoras de la ley al dedicarse
a ese oficio.

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Colección Escuela de Historia 25 años

Tabla N° 2: Trabajos de investigación sobre


criminalidad y género.

Título Autor Fecha Director


DELINCUENCIA
ANA CARMEN
FEMENINA EN
MILENA 2005 ADRIANA
SANTANDER 1885
TORRES FERREIRA E.
– 1930

SEXO VENAL
Y MUJERES PIEDAD
IVON SUAREZ
TARIFADAS : LUCIA
2005 PINZON
BUCARAMANGA OTERO
1940-1960 URIBE

OFENDIDAS Y
MANCILLADAS :
UN ESTUDIO DE
LOS PATRONES DIANA
RENÉ ÁLVAREZ
DEL DELITO DE ALVAREZ 2009
OROZCO
ACCESO CARNAL VASQUEZ
VIOLENTO EN
BUCARAMANGA
1938-1968

VIOLENCIA
INTRAFAMILIAR NIDIA LISET
GLORIA
EN ROMERO 2009
CONSTANZA REY
BUCARAMANGA PARRA
1932-1944;

“ Y ME PRENDIO
Y ME SACUDIO
CON FUERZA “, DORA
DELINCUENTES JOHANA RENE ALVAREZ
2010
E INFRACTORES PENA OROZCO
EN ALMEIDA
BUCARAMANGA
1890 – 1910

Dentro de esta interesante producción


historiográfica regional también encontramos algunos
trabajos de investigación cuyas temáticas, aunque no
están referidas directamente al estudio de la criminalidad

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Colección Escuela de Historia 25 años

y la ley penal, han abordado tópicos relacionados


como los conflictos cotidianos y la violencia política
en algunas zonas del departamento de Santander,
tomando también como base de sus investigaciones los
expedientes judiciales del Archivo Judicial Superior
de Bucaramanga. Todos ellos desde luego, desde una
perspectiva netamente histórica. En el caso del tópico
referido a la violencia, tenemos el trabajo de Luís
Penagos para la coyuntura de la violencia política de
19486, allí el autor se interesó por estudiar el periodo
de La Violencia desde el análisis de los discursos de los
líderes políticos en la prensa de Bucaramanga, iniciando
de esta manera una serie de trabajos que integran la
metodología del análisis del discurso para interpretar
procesos históricos, al tiempo que brinda un enfoque
distinto al estudio del conflicto al centrar su atención
en los enfrentamientos de tipo verbal que sostenían a
través de la prensa los líderes regionales de los partidos
tradicionales en Santander. Las otras investigaciones
que integran este grupo estudiaron La Violencia
vista desde los enfrentamientos bélicos entre ambos
partidos tradicionales; allí encontramos los trabajos de
Adriana Santos, Laureano Rivera y Omar Suárez en lo
concerniente al estudio del bandolerismo y la violencia
política en los municipios de Guaca, Tona, Charta y
Piedecuesta7, que en suma representan un intento por
abordar el problema de la violencia y sus repercusiones
políticas y económicas sobre la sociedad.

6  PENAGOS, Luís. Bipartidismo, Prensa Regional y Violencia Política


en Santander, 1948 – 1953. Tesis Historiador. Bucaramanga: UIS, 1993.
7  SANTOS, Adriana. Violencia Política Bipartidista entre dos Munici-
pios: Tona / Charta, 1948 – 1953. Tesis Historiadora. Bucaramanga: UIS,
1995. RIVERA, Laureano. El Bandolerismo en el Conflicto Bipartidista
en Guaca, Santander, 1930 – 1953. Tesis Historiador. Bucaramanga: UIS,
1999. SUAREZ, Omar. La Violencia Política Tradicional en Piedecuesta
1930 – 1938. Tesis Historiador. Bucaramanga: UIS, 2002.

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Colección Escuela de Historia 25 años

Tabla N° 3: Trabajos de investigación sobre


criminalidad y violencia bipartidista entre 1930 - 1958.

Título Autor Fecha Director


LA VIOLENCIA EN
SANTANDER 1948-
1953 : ENFOQUE
DADO, DESDE LA LUIS
ARMANDO
PRENSA CAPITALINA ERNESTO
1993 GOMEZ
SANTANDEREANA, PENAGOS
ORTIZ
POR ALGUNOS HORMIGA
LIDERES
BIPARTIDISTAS
REGIONALES

CONFLICTO
JUAN
BIPARTIDISTA ENTRE ADRIANA
ALBERTO
DOS MUNICIPIOS : YANETH 1995
RUEDA
TONA-CHARTA, 1948 SANTOS
CARDOZO
1953

EL BANDOLERISMO JUAN
LAUREANO
EN EL CONFLICTO ALBERTO
RIVERA 1999
BIPARTIDISTA EN RUEDA
DELGADO
GUACA (1930 - 1953) CARDOZO.

LA VIOLENCIA
JUAN
POLITICA OMAR
ALBERTO
TRADICIONAL EN SUAREZ 2002
RUEDA
PIEDECUESTA 1930- MEJIA
CARDOZO
1938

En lo concerniente al estudio de los conflictos y la


cotidianidad, figuran los trabajos de Melissa Jaimes, “El
suicidio en Bucaramanga y su caracterización a través
del diario Vanguardia Liberal 1970-1985”; Manuel
Cardozo, “Tres versiones sobre la cárcel La Concordia
de Bucaramanga 1930-1942”; Gloria Constanza Rey,
“Administración de justicia y sistema penitenciario
en el Estado de Santander 1857-1878”, y Andrés
Román “El Rapto en la Provincia de Soto (1938-1958).
Esbozo de un acto humano: El Delito”. Todos ellos

21
Colección Escuela de Historia 25 años

son estudios realizados en el campo de la disciplina


histórica con un enfoque jurídico-social, en donde se
busca identificar y establecer aquellos aspectos que
rodearon el surgimiento de conflictos y la comisión de
delitos en diversos escenarios y contextos histórico-
sociales, atendiendo además, el papel desarrollado por
la administración de justicia y el sistema carcelario en
el departamento de Santander.

Tabla N° 4: Trabajos de investigación sobre distintos


aspectos relacionados con la criminalidad

Título Autor Fecha Director


EL SUICIDIO EN
BUCARAMANGA, SU MELISA
ROBERTO
CARACTERIZACION JOHANNA
2006 SANCHO
A TRAVES DE JAIMES
LARRAGANA
VANGUARDIA MANOSALVA
LIBERAL 1970-1985

ADMINISTRACIÓN
DE JUSTICIA
Y SISTEMA GLORIA ARMANDO
PENITENCIARIO CONSTANZA 2006 MARTÍNEZ
EN EL ESTADO DE REY VERA GARNICA
SANTANDER 1857-
1878

TRES VERSIONES
DE LA CARCEL LA
MANUEL
CONCORDIA DE JUAN ALBERTO
FAUSTINO
BUCARAMANGA. 2006 RUEDA
CARDOZO
1930-1942: LA LEY UN CARZDOZO
RUIDIAZ
PRESIDIARIO Y EL
PERIODICO
EL RAPTO EN LA
PROVINCIA DE
ANDRES GLORIA
SOTO : (1938-1958)
ERNESTO 2008 CONSTANZA
ESBOZO DE UN
ROMAN REY VERA
ACTO HUMANO: EL
MARTÍNEZ
DELITO

22
Colección Escuela de Historia 25 años

Como conclusión se puede afirmar que el interés


por el estudio de problemáticas relacionadas con el
tema de la criminalidad y los conflictos sociales, ha
venido cobrando especial importancia en los últimos
años a partir de los trabajos investigativos que han
realizado los historiadores profesionales formados en
la Escuela de Historia de la Universidad Industrial de
Santander. Este somero balance muestra la amplitud
de los enfoques temáticos, metodológicos, teóricos
y conceptuales que se pueden dar al interior de la
problemática, posibilitando adentrarnos más en la
búsqueda de diversas y variadas fuentes de información
que permitan estudiar la conducta de los grupos sociales
en todas sus dimensiones. Asimismo, todos los autores
confluyeron en describir, en primer lugar, el contexto
social y legal del periodo objeto de estudio, en el marco
de las tendencias y motivaciones presentes en crímenes
como el homicidio, las lesiones personales, las injurias o
el hurto, permitiendo examinar los puntos de oposición
o de armonía existentes dentro de una comunidad y la
actitud o la percepción que tenían las personas frente a
la norma y la justicia. En segundo lugar, es evidente la
importancia que le dieron al uso de fuentes documentales
como los expedientes judiciales, la prensa escrita, y en el
proceso metodológico, el empleo del análisis estadístico
de los datos como herramienta de apoyo fundamental
para la interpretación de los hechos y la comprensión
de los fenómenos sociales abordados.
Aun cuando nos hallamos bastante lejos
de resolver las no pocas dificultades teórico –
metodológicas, que agregadas a las limitaciones
bibliográficas, hacen de estos estudios una compleja
tarea, resulta conveniente y necesario continuar
orientando la investigación histórica hacia el estudio de
la criminalidad en nuestro departamento, con el ánimo
de contribuir al esclarecimiento de este campo en la

23
Colección Escuela de Historia 25 años

región santandereana, mediante el trabajo riguroso con


los archivos judiciales como fuente de información vital
para el estudio del delito, el conflicto y la aplicación de
la ley penal en diferentes periodos de tiempo.
La tarea antes dicha apenas comienza. Somos
conscientes de que solo a partir de un mayor trato y
conocimiento de las fuentes puede avanzarse hacia
la construcción de esquemas teórico-metodológicos
más coherentes. En este sentido, la labor a emprender
estaría orientada inicialmente a subsanar las lagunas
que existen en el conocimiento del fenómeno de la
criminalidad local y el conflicto social para luego
teorizar y construir modelos de interpretación de la
realidad regional y nacional.
A continuación se presentan las reseñas
correspondientes a cinco trabajos de investigación
histórica que recogen la variedad temática y
problemática de sus objetos de estudio, teniendo
como marco de referencia común el abordaje de
la criminalidad y el conflicto social. En el primer
capítulo encontraremos el trabajo realizado por René
Álvarez Orozco, historiador, magister en historia y
profesor de la Escuela de Derecho y Ciencia Política
de la Universidad Industrial de Santander, referido
al estudio de los “Homicidios en Bucaramanga 1930-
1957”. Seguidamente, “El Homicidio en la Provincia de
Soto 1903 – 1930”, trabajo realizado por el historiador
y candidato a magister en historia, Jaro Antonio Melo
Flórez; el tercer capítulo está conformado por el estudio
intitulado “Tres versiones de la Cárcel La Concordia
de Bucaramanga 1930 – 1942: la ley, un presidiario y el
periódico”, del historiador Manuel Faustino Cardozo.
Por su parte, el cuarto capítulo lleva por nombre “El
Suicidio en Bucaramanga: su caracterización a través
de Vanguardia Liberal 1970 – 1985”, estudio realizado

24
Colección Escuela de Historia 25 años

por la historiadora Melisa Johanna Jaimes Manosalva.


Y cerrando el tomo, en el quinto capítulo, encontramos
el trabajo de la historiadora Piedad Lucía Otero Uribe
sobre la prostitución en Bucaramanga, bajo el título de
“Sexo Venal y Mujeres Tarifadas: Bucaramanga 1940 –
1960.

René Alvarez Orozco y


Natalia Ramírez Ocampo

25
HOMICIDIOS EN
BUCARAMANGA
1930 – 1957

René Álvarez Orozco*

*  René Álvarez Orozco. Magíster en Historia, Universidad Industrial de


Santander, Colombia; Especialista en Investigación Social; Historiador de
la Universidad Industrial de Santander; Licenciado en Filosofía de la Uni-
versidad Santo Tomás de Bogotá; Docente e investigador en la Escuela de
Derecho y Ciencia Política de la Universidad Industrial de Santander.
Correo electrónico: realvaor@uis.edu.co
Colección Escuela de Historia 25 años

E
l estudio del problema del conflicto,
traducido en formas delictivas desde
una perspectiva histórica, aún no ha sido
abordado suficientemente por los científicos sociales
en la región santandereana. Estudiar el homicidio en
una sociedad como la santandereana, representa hacer
análisis de conflictos y valores que tienen en el crimen
una de sus manifestaciones.
En la presente investigación se estudian los
móviles de 218 homicidios acaecidos en el área urbana
de la ciudad de Bucaramanga, entre los años de 1930
y 19571. Por tanto, nos hemos limitado al estudio de
expedientes de procesos por homicidio existentes en el
Archivo Judicial de Bucaramanga, en el fondo del mismo
nombre. El preguntarnos ¿qué indujo a una persona a
quitarle la vida a otra?, nos conduce a plantearnos a la
vez la necesidad de estudiar los móviles del crimen.
El espacio geográfico en donde se escenificaron
los hechos comprende el plano urbano de la ciudad
de Bucaramanga, en donde se encontraba concentrada
la mayor parte de la población por ser capital del
departamento de Santander, además de ser el lugar
en donde se generaba el mayor impulso económico
1  Se revisaron los homicidios ocasionados por el uso de la violencia mo-
tivada por un fin y el empleo de un arma o instrumento en su ejecución;
por ende, no fueron tenidos en cuenta los homicidios provocados por
accidentes de tránsito y abortos.

29
Colección Escuela de Historia 25 años

y comercial de la región nororiental del país para el


periodo en mención.

El Contexto: 1930 – 1957, un periodo de


violencia en Colombia
El periodo de estudio 1930 - 1957 se sitúa en un
contexto de constantes cambios sociales, económicos
y políticos provocados por hechos coyunturales que
marcaron la historia de nuestro país. En el año de 1930
el partido liberal retorna al poder tras una ausencia de
casi cincuenta años, poniendo así fin a la hegemonía del
partido conservador en el poder.
La vuelta al poder implicaba, además del
nombramiento del gabinete ministerial, también el de
los jefes departamentales y municipales, así como el
de los jefes de policía. La administración y el gobierno
en manos de un partido político ocasionaban, por una
parte, los abusos de autoridad y las persecuciones
políticas hacia los miembros del partido de oposición,
y por otra, la resistencia de quienes se negaban a
reconocer la legitimidad institucional del nuevo partido
en el gobierno.
Durante las sesiones del Congreso de la República
del año de 1932 el entonces senador del partido
conservador, Laureano Gómez, denunció por primera
vez ante el parlamento en pleno, hechos de violencia
política acaecidos en el departamento de Santander, en
donde algunos de sus copartidarios habían sido víctimas
de los atropellos y las agresiones de las autoridades
liberales patrocinadas por el mismo gobernador del
departamento, el señor Alejandro Galvis Galvis2. “La
matanza de Piedecuesta”, fue el encabezado utilizado
2  GOMEZ, Laureano. Obras Selectas. Primera Parte. Bogotá: Cámara
de Representantes, 1981. Tomo XV. Pp. 482 – 485.

30
Colección Escuela de Historia 25 años

por el parlamentario Gómez al momento de referirse a


los hechos de sangre que se suscitaron en la mencionada
población durante los procesos electorales de 1931, para
la asamblea departamental3.
Dieciséis años después, en 1946, los liberales
pierden las elecciones presidenciales y el conservatismo
se alza nuevamente con la jefatura del Estado. El
cambio de gobierno y de autoridades jurisdiccionales
ocasionaría ahora un fenómeno de reversión en donde
las víctimas pasarían a ser victimarios y lo contrario.
Estos dos hechos de trascendencia política generaron
un clima de violencia que enfrentó a militantes de los
dos bandos en diferentes zonas del país, con trágicos
resultados que alteraron seriamente el orden público y
la convivencia social. Los alarmantes hechos de sangre
suscitados en este periodo serían denominados por
la historiografía colombiana como el periodo de “La
Violencia”, para destacarla de otros hechos de crisis en
la historia del país.
En la década de los cincuenta y ante la creciente
ola de violencia bipartidista, una junta militar
encabezada por el general Gustavo Rojas Pinilla, asume
el poder a través de un golpe de Estado y se tratan de
establecer diversas medidas con el fin de evitar que se
sigan suscitando nuevos hechos de sangre. Estos hechos
coyunturales de la historia colombiana incidieron
sustancialmente en el crecimiento de la criminalidad en
algunas regiones del país, entre ellas Santander, sobre
todo en las zonas rurales.
La revisión de los expedientes criminales del
Archivo Judicial de Bucaramanga4 para el periodo
en mención, no da cuenta del desarrollo de notables
3  Ibid. pp 482.
4  La totalidad de los Expedientes Judiciales del Archivo Judicial de
Bucaramanga se encuentran ubicados en la actualidad en el Centro de
Documentación para la Investigación Histórica Regional CDIHR de la
Universidad Industrial de Santander.

31
Colección Escuela de Historia 25 años

hechos de sangre con móviles políticos partidistas en


el área urbana de la ciudad de Bucaramanga, lo que
confirma para el caso del departamento de Santander,
que la violencia política se suscitó a gran escala en las
zonas rurales del interior5, mientras que el la capital
sólo se dieron algunos eventuales casos entre los que se
destacan las víctimas del 9 de abril de 1948. La búsqueda
de registros judiciales para esa fecha y el apoyo de
otras fuentes secundarias, nos lleva a determinar una
cifra de cinco homicidios de ciudadanos en manos de
las autoridades por el delito de asonada y uno más de
carácter político que sucedió en horas de la noche.

Los expedientes Judiciales


Los expedientes del Archivo Judicial de
Bucaramanga están relacionados con delitos que se
cometieron en el circuito judicial de Bucaramanga
cuya jurisdicción se extendía por aquel entonces no
sólo a su área urbana, sino también a municipios como
Guaca, Charta, Concepción, Barrancabermeja, Tona,
Piedecuesta, Rionegro, Girón, Floridablanca, California,
Capitanejo, Cepitá, Cerrito, Concepción, Lebrija,
Málaga, Matanza, Molagavita, Puerto Wilches, Suratá,
Carcasí, Macaravita, Los Santos, San Andrés, San José
de Miranda, San Miguel y otras poblaciones, con sus
respectivos corregimientos, fracciones y caseríos.

5  Ver los trabajos de grado de: HERNÁNDEZ, Héctor. Antecedentes,


Hechos y Consecuencias del 9 de Abril en Bucaramanga y su Area de
Influencia. Tesis Historiador. Bucaramanga: UIS, 1995; PENAGOS, Luis.
Bipartidismo, Prensa Regional y Violencia Política en Santander, 1948
– 1953. Tesis Historiador. Bucaramanga: UIS, 1993; RIVERA, Laureano.
El Bandolerismo en el Conflicto Bipartidista en Guaca, Santander, 1930
– 1953. Tesis Historiador. Bucaramanga: UIS, 1999; SANTOS, Adriana.
Violencia Política Bipartidista entre dos Municipios: Tona / Charta, 1948
– 1953. Tesis Historiadora. Bucaramanga: UIS, 1995;

32
Colección Escuela de Historia 25 años

El denuncio del hecho se instauraba ante la


oficina de la permanencia de la policía, en el caso de
Bucaramanga, o ante el alcalde o el corregidor de la
localidad en que sucedía. Es común encontrar en la
mayoría de los expedientes el encabezado con el cual se
abre el sumario, que en la mayoría de los casos es como
sigue:
“En Bucaramanga a (fecha), siendo las
(hora) se recibió aviso telefónico del agente Luis
Pinzón de que al final de la calle 10 y 11 Sur, había el
cadáver de un hombre. En el acto el señor Inspector
de Permanencia, acompañado del suscrito
Secretario, fue al lugar indicado y en realidad
encontró tendido en mitad de la calle y frente a
la casa número 16 – 22 a Antonio Aranguren, en
dirección de Sur a Norte, es decir, la cabeza hacia
el Norte; sobre el costado izquierdo....”6
Inmediatamente se designaba a un grupo de
hombres (investigadores, peritos o el mismo alcalde
o corregidor y su secretario), quienes realizaban las
diligencias correspondientes al levantamiento del
cadáver y procedían a tomar las declaraciones a los
testigos, generalmente vecinos del lugar y a tomarle
indagatoria al sindicado las veces que fuera necesario,
según lo requiriera el juez que asumiera el caso.
Los demás procedimientos de rigor, como eran los
exhortos a los curas párrocos y alcaldes municipales
para indagar sobre la identidad y los antecedentes
penales del sindicado y el ofendido, la opinión del
médico legista y los peritos, servían como complemento
para aportar nuevas pruebas e indicios sobre el hecho
de sangre. Luego se citaba a los testigos del hecho
para que rindieran su versión sobre lo ocurrido o
proporcionaran información sobre cómo pudo haber
6  AJB. Causa contra Alejandro Gómez por Homicidio en Antonio Aran-
guren. Fondo Homicidios. Caja 69. Legajo 1329.

33
Colección Escuela de Historia 25 años

sucedido el crimen. A continuación el juez a cargo de


fallar el caso presenta sus conclusiones conforme al
acervo probatorio, de igual forma el abogado defensor
argumenta las suyas con ayuda de las declaraciones de
testigos adicionales. De esta manera se iba cerrando el
ciclo sumarial, que concluía con la sentencia proferida
por el juez superior y que se encontraba sustentada
jurídicamente en las disposiciones legales del Código
Penal y de Procedimiento Penal.
Al detallar las partes que conforman un
expediente judicial, éste puede proporcionarnos
básicamente cuatro tipos de informaciones7:
Tabla No. 1
INFORMACIÓN CONTENIDO
Hora, día, lugar, razones del
1) Cuadro Criminal y Acto ataque, armas empleadas,
Delictuoso heridas producidas, palabras
que se intercambiaron.
Nombres, edad, estado
civil, grado de escolaridad,
2) Antecedentes
ocupación, lugar de residencia,
personales y sociales del
lugar de procedencia, relación
Homicida y la Víctima
entre agresor y víctima,
antecedentes judiciales.
Argumentos que declaran
3) Argumentos de la
la inocencia del inculpado o
Defensa
buscan atenuar las penas.
Declaración de culpabilidad
o inocencia, apelación al
4) La Sentencia del fallo, segundas instancias,
Tribunal absolución del sindicado,
sobreseimiento del sindicado,
prescripción del proceso.
7  TAYLOR, William. Embriaguez, Homicidio y Rebelión en las Poblacio-
nes Coloniales Mexicanas. México: FCE, 1987.

34
Colección Escuela de Historia 25 años

La Legislación Criminal
Para el periodo de estudio 1930 – 1957 la legislación
criminal en Santander se encontraba reglamentada
por dos leyes nacionales correspondientes a periodos
consecutivos: La Ley 19 de 1890 y la Ley 95 de 1936.
La vigencia de la Ley 19 de 1890 expedida por el
Congreso comenzó a regir en todo el territorio nacional
el 15 de junio de 1891 en virtud del Decreto 443 del 14 de
mayo del mismo año y tuvo vigencia hasta el primero de
enero de 1938, fecha en la cual entró a regir la Ley 95 de
1936, conforme a la Ley 205 del mismo año.
A nivel penal se reconoce que la Ley 95 de 1936
sobre código penal “sustancialmente es el mismo que
el de 1837, modificado en algunas épocas, al vaivén de
las vicisitudes políticas, y que en 1890 sufrió la última
revisión para acomodarlo un tanto a las exigencias de
la transformación política llevada a cabo en 1886”.8 Esta
situación le permitió a la Comisión de Asuntos Penales
y Penitenciarios del Congreso a comienzos de los años
treinta afirmar que “la sociedad colombiana carecía
de un instrumento de defensa en la lucha contra la
delincuencia y que había estado ausente la adopción de
una política de prevención social contra el crimen”9.
El Código Penal de 1890 especificaba dos clases de
castigo: los corporales y los no corporales. El Artículo 4º
de la mencionada ley contemplaba dentro de las penas
corporales la de presidio, reclusión, prisión, arresto,
destierro, confinamiento y la de muerte10. El Código
Penal contemplaba la aplicación de la pena de muerte
8  Código Penal. Ley 95 de 1936. Decreto 2300 de 1936. Comisión de
Asuntos Penales y Penitenciarios. Bogotá: Imprenta Nacional, 1937. p.
5.
9  Ibid.
10  MARTÍNEZ, Miguel. Código Penal Colombiano con anotaciones y le-
yes reformatorias. Medellín: Imprenta del Departamento, 1899. p. 9.

35
Colección Escuela de Historia 25 años

para los delitos considerados graves, que en su totalidad


eran 11 artículos de los 916 que conformaban el código11.
Es interesante destacar el enfoque aleccionador
y de escarmiento público que se pretendía producir
en la población de la época, ya que el reo habría de ser
conducido al suplicio, vestido con un atuendo color
negro, acompañado de un ministro religioso y de un
miembro de la justicia que formalizaba la ejecución. El
escarmiento público no se quedaba sólo en las imágenes,
sino que recurría a la palabra escrita y oral:
“Artículo 51: Al salir de la cárcel y al llegar
al patíbulo, se publicará un pregón en esta forma: N.
N., natural de N., vecino de N., y reo del delito (tal),
ha sido condenado a la pena de muerte que va a
ejecutarse (...); Artículo 52: Ejecutada la sentencia,
el ministro del culto que haya acompañado al reo,
pronunciará en el mismo lugar una oración alusiva
al acto. El cadáver del ajusticiado permanecerá
expuesto al público por dos horas (...)”12.

Con estas prácticas la rama judicial buscaba


reiterarle al pueblo todo el poder del Estado y sus
instituciones. La pena muerte fue abolida por el Acto
Legislativo No. 3 de 1910.
Por su parte la Ley 95 de 1936, aunque no
clasificaba textualmente las penas en corporales y
no corporales, admitía de forma implícita que la pena
perdía el carácter de castigo y asumía el criterio de
defensa social. Así, la ley establecía la siguiente división
para las penas:
11  Los delitos graves eran: Rebelión, Art. 174 y 178; Piratería, Art.
196: Asalto en cuadrilla de malhechores, Art. 252; Homicidio, Arts. 586
y 598; Envenenamiento, Arts. 624, 625 y 627; Incendio, Art. 644; Heri-
das, golpes y malos tratamientos, Art. 645; ver Código Penal de 1890,
Bogotá, Imprenta de la Nación, 1890. pp. 31, 33, 34, 41, 89, 92, 94,
95, 97.
12  Ibid. Pp. 11.
36
Colección Escuela de Historia 25 años

“Las penas para los mayores de diez y ocho


años son las siguientes: presidio, prisión, arresto,
confinamiento y multa. Son penas accesorias,
cuando no se establezcan como principales, las
siguientes: la prohibición de residir en determinado
lugar; la publicación especial de la sentencia; la
interdicción de derechos o funciones públicas; la
prohibición o suspensión del ejercicio de un arte o
profesión; la pérdida de toda pensión, jubilación
o sueldo de retiro de carácter oficial; la caución
de buena conducta; la relegación a las colonias
agrícolas penales; la pérdida o suspensión de
la patria potestad; la expulsión del territorio
nacional, para los extranjeros13.

Así mismo, junto a estas penas accesorias


contempladas por la Ley 95 de 1936, la Ley 19 de 1890
establecía como penas no corporales las siguientes:
“Privación temporal o perpetua de
los derechos políticos o de algunos de ellos;
inhabilitación temporal o perpetua para ejercer
empleo público o profesión u oficio determinado;
privación o suspensión de empleo o pensión;
obligación de dar fianza de buena conducta;
sujeción a la vigilancia de las autoridades y
apercibimiento”14.

La definición misma de “homicidio” varía


sustancialmente en cada uno de los códigos reflejando
el contexto político de su época. Por ejemplo, el Código
penal de 1890 en su Artículo 583, definía al homicidio
como “la muerte que un hombre da a otro, sin mandato
13  ARAGÓN, Arcesio. Código Penal (Ley 95 de 1936). Bogotá: Librería
Colombiana Camacho Roldán, 1938. pp. 70 – 71.
14  MARTÍNEZ, Miguel. Op. Cit. P. 9 – 10.

37
Colección Escuela de Historia 25 años

de autoridad legítima expedido en cumplimiento de las


leyes”15. Prácticamente el establecimiento de la pena
de muerte en este código penal obedeció más a causas
políticas que de tipo penal, pues el poder centralista
del régimen de la Regeneración, necesitaba garantías
constitucionales para hacerle frente a las sublevaciones
de sus adversarios políticas. El Artículo 583 del Código
Penal de 1890 nos conduce a pensar que este derecho
está reservado por lo tanto, al poder del Estado y para
esto el Estado crea las leyes con las cuales regula los
castigos que deben aplicarse a la sociedad, es decir,
es el único que tiene el derecho de “hacer morir y de
dejar vivir”. Por su parte, el Código Penal de 1936 nos
presenta una definición de homicidio muy diferente
del código anterior: “Art. 362: El que con el propósito
de matar ocasione la muerte a otro, estará sujeto a la
pena de ocho a catorce años de presidio (...) es la muerte
injusta de un hombre causada por otro hombre”16. Esta
concepción del homicidio se aparta de los matices
políticos del código de 1890.
Dado que el periodo de nuestro interés, 1930
– 1957, estaba regido por dos códigos penales, fue
precisamente la Ley 95 de 1936 la que tuvo mayor pase
como parte normativa en el delito de homicidio en
Bucaramanga, pues ésta reglamenta un mayor lapso de
tiempo que la de 1890.
Paralelamente a la legislación de ámbito
nacional contemplada en los códigos penales, existía
también una legislación penal que regía a nivel de
los departamentos. La autonomía que poseían las
Asambleas Departamentales les permitía legislar su
propio Código de Policía en el que se establecía las
infracciones que el Código Penal no contemplaba por
considerarlas “delitos veniales”.
15  Código Penal de 1890, Bogotá: Imprenta de la Nación, 1890. p. 88.
16  Código Penal. Ley 95 de 1936. Op. Cit. P. 245 – 246.

38
Colección Escuela de Historia 25 años

El Código de Policía se encargaba de tratar


temas relacionados, entre otros, con la reglamentación
en cuanto a la seguridad de las propiedades, los
procedimientos de policía, la moralidad pública y las
buenas costumbres, las vías públicas, el orden público, la
seguridad de las personas, el comercio, los espectáculos
y las diversiones y el orden doméstico17.

El Espacio: la ciudad
El crecimiento de la ciudad de Bucaramanga
durante el periodo comprendido entre las últimas
décadas del siglo XIX y los primeros años del siglo XX
no estuvo al margen de importantes acontecimientos
que afectaron la estabilidad económica, política y
sociales, tanto de la región como del país. A partir de
1870 el café se consolidó como un cultivo comercial
importante que alcanzó altos precios de exportación,
situación que generó prosperidad al interior de las
crecientes comunidades de comerciantes en ciudades
adyacentes a las zonas de cultivo como Bucaramanga y
Cúcuta que mantenían una dinámica comercial gracias
a que se constituían en estratégicos centros de acopio
de la producción . Si bien es cierto el derrumbe de la
industria del tabaco, los sombreros y los textiles habían
repercutido de manera dramática en los cultivadores
y artesanos del sur de Santander durante la década de
1870, ello conduciría a que éstos trabajadores buscaran la
forma de subsistir emigrando a las zonas de producción
cafetera.
Johnson considera que el mayor movimiento se
produjo durante el periodo de la expansión cafetera
de 1886 a 1896, cuando gran cantidad de personas
17  Código de Policía de Santander. Ordenanza No. 62 de 1943 y dis-
posiciones legales que la complementan. Bucaramanga: Imprenta del
departamento, 1944.

39
Colección Escuela de Historia 25 años

provenientes de las otrora regiones tabacaleras y


textileras del sur del departamento migran hacia tierras
cafeteras aprovechando el breve boom del producto en el
mercado internacional18. Vemos entonces, que el cultivo
de este importante producto no sólo dependió de la
existencia de condiciones ecológicas óptimas, sino de
otros elementos tales como la concentración progresiva
de la población en zonas de explotación agrícola; por
otra parte, la dinámica comercial imperante en la
región, la consolidación de una nueva élite de hombres
de negocios y la progresiva acumulación de capital,
contribuyeron a que Bucaramanga emergiera como una
ciudad importante y se le reconociera como capital del
departamento de Santander en 1886.
Una vez terminada la guerra de los Mil Días
y superada la crisis cafetera de 1899, la ciudad de
Bucaramanga continuó creciendo, por un lado gracias
a las políticas proteccionistas del presidente Reyes a
la industria nacional y su programa de obras públicas
que creó un clima favorable para el desarrollo urbano y
la acumulación de capital19; por el otro, la permanencia
del intercambio comercial de productos agrícolas,
la movilidad del capital a través de los negocios y el
crédito, y la construcción de caminos y carreteras para
el traslado de mercaderías, consolidaba a Bucaramanga
como la cabecera del desarrollo económico de la región
santandereana.
La creciente migración rural vinculada al “boom”
de las obras públicas20 y la búsqueda de medios de
subsistencia condujo al crecimiento poblacional de la
ciudad. Así, la población de la ciudad pasó de 18.827
18  JOHNSON, David. Lo que hizo y no hizo el café: los orígenes re-
gionales de la guerra de los Mil Días. EN: Revista UIS – Humanidades.
Vol 20. No. 1. Enero – Junio. Bucaramanga: Universidad Industrial de
Santander, 1991. pp. 80.
19  VALDIVIESO, Susana. Bucaramanga Historias de 75 años. Bucara-
manga: Cámara de Comercio, 1992. pp. 13 - 14
20  Ibib. Pp. 24 – 25.

40
Colección Escuela de Historia 25 años

habitantes en 1904 a 19.735 en 1912 con una tendencia de


crecimiento poblacional de sólo 0.6% anual; no obstante,
en la siguiente década encontramos un crecimiento
acelerado de la población que pasa de 24.919 habitantes
en 1918 a 44.083 en 1928, casi el doble de la población,
con una tasa de crecimiento promedio anual de 7.3%.
Incremento que según Valdivieso se explica por el éxito
sostenido de la economía cafetera de las poblaciones
vecinas que motivan flujos poblacionales de esos
lugares hacia la capital departamental en busca de
mayores niveles de vida y nuevas oportunidades y por el
desarrollo petrolero del municipio de Barrancabermeja
que le asigna a Bucaramanga nuevas funciones en el
contexto regional21.
Para el año de 1930 la ciudad cuenta con 35 barrios22,
construcciones públicas, sucursales bancarias, plaza de
mercado, tres casas periodísticas locales, empresas de
transporte, un hospital de caridad, parques, colegios,
empresas de servicios públicos como la telefónica,
acueducto y electricidad, sociedades comerciales,
teatros, tiendas y cantinas, fábricas y almacenes, todo
ello en el marco de un incipiente ordenamiento urbano
que permite diferenciar status social y económico, que
le dan un toque de colorido y dinamismo propio de las
primeras ciudades colombianas de la tercera década del
siglo XX. La diferenciación social en el espacio urbano
está presente cuando para la época se habla de “barrios
obreros como el Girardot, barrios de clase media baja
como La Concordia, barrios residenciales para la clase
alta Cabecera del Llano y el Chapinero bumangués, o
el Guacamaya con su carácter de barrios nocturnos y
bochincheros”23.
21  VALDIVIESO, Susana. Bucaramanga 1900 – 1950: la lenta construc-
ción de la ciudad. EN: Fronteras, regiones y Ciudades en la Historia de
Colombia. VIII Congreso Nacional de Historia. Bucaramanga: Universi-
dad Industrial de Santander, 1992. pp. 221.
22  ALVAREZ, Jaime, et al. Estructura Urbana de Bucaramanga 1901
– 1930. Tesis Historiador. Bucaramanga: Universidad Industrial de San-
tander, 1999.
23  VALDIVIESO, Susana. Bucaramanga 1900 . 1959... Op. Cit. Pp. 223.

41
Colección Escuela de Historia 25 años

El crecimiento urbanístico está representado en


la construcción de viviendas que ha pasado de 2.402
casas en 1912 a 4927 en 1928 según los datos del censo
nacional24.
La vida nocturna de los barrios populares gira
en torno a las tiendas, las famosas “guaraperías”, sitios
en los que se expenden bebidas fermentadas, como el
guarapo, que alegran la vida y hacen olvidar las penas y
los sufrimientos de los más humildes. Un reportaje del
periódico Vanguardia Liberal nos muestra la vida de los
primeros barrios bumangueses:
“... en el barrio Chapinero, a las cinco de la
tarde se inicia el movimiento, la agitación nocturna.
De Caras y Caretas, la fonda más ruidosa del
barrio, empiezan a salir peregrinos. Unos humildes
y sencillos, otros con síntomas de embriaguez y
muchos con malas entrañas: son gentes que van en
pos de la zambra, el licor y las mujeres. Obreros,
choferes, lustrabotas, cantineros, vociferen,
discuten, cortejan a las mujeres, bailan...”25

La problemática social y los conflictos


interpersonales en la sociedad bumanguesa no fueron
exclusivos de una clase o grupo social en particular, ni
de un barrio o lugar específico, sino que involucraron
diferentes grupos y espacios haciendo que la violencia
se hiciera presente tanto en las familias distinguidas de
la capital santandereana como entre los pobladores más
humildes y desfavorecidos de ésta.

24  ALVAREZ, Jaime, et el. Op. Cit. Pp. 133.


25  Vanguardia Liberal. Febrero 11 de 1940. Citado por VALDIVIESO,
Susana. Bucaramanga Historias... Op. Cit. Pp. 29.

42
Colección Escuela de Historia 25 años

Los móviles del Homicidio


Sobre el estudio del homicidio y los móviles que lo
originan existen muchos trabajos que señalan distintas
versiones que a su vez apuntan hacia cuestiones de
índole económica y social, en donde se relacionan los
hechos con factores motivacionales como la codicia, la
lucha de clases y la subsistencia personal. En el presente
artículo se establece una tipología del estudio de los
móviles vinculados al homicidio y las circunstancias que
lo rodearon, con el propósito de identificar los motivos
que llevaron a las personas a eliminar físicamente a
otras, empleando para ello a su vez diversos medios e
instrumentos.
Pasaremos a hacer un desglose de los homicidios
y los móviles que condujeron a éstos, teniendo para
ello que recurrir al estudio de las procesos judiciales, es
decir, los expedientes que abrieron las autoridades de
la época con el fin de indagar en lo ocurrido, esclarecer
los hechos y aplicar la ley penal a los infractores, para
asegurar el orden público y proteger la vida, bienes y
honra de los ciudadanos.
Una vez revisados los 218 casos de homicidios
cometidos en la ciudad de Bucaramanga durante el
periodo de 1930 a 1957, se detectaron los siguientes
móviles con su respectiva frecuencia: ocasionados por
el uso y abuso del alcohol 81 casos; abusos de autoridad
6 crímenes; riñas por discusiones y reclamos 31 muertes;
fuga de presos 1 caso; por asuntos pasionales amorosos
27 muertes; defensa de la vida por parte de civiles y
autoridades 1 oportunidad por cada uno de ellos; como
consecuencia de robos 14 víctimas; por venganzas
personales 23 muertes; accidentes o fatalidades 8 casos;
situaciones que comprometían el honor 5 casos; como
resultado de violación 2 víctimas; enajenación mental
1 caso; castigo excesivo 1 víctima; asonada 5 casos; por
último, casos cuyos móviles fueron políticos 11.

43
Colección Escuela de Historia 25 años

Gráfico 1

Fuente: Archivo Judicial de Bucaramanga, fondo Homicidios


1930 - 1957

Al detallar los móviles de los 218 casos de


homicidio en la ciudad, podemos observar que un 38%
de éstos corresponde al uso y abuso del alcohol tanto
en consumidores como en no consumidores. Le sigue
en número de casos las riñas motivadas por discusiones
y enfrentamientos que terminaban en el empleo de
armas y por ende en el homicidio de una de las partes
de la disputa. Estas alcanzaron un 15%. La utilización
de palabras ofensivas en las discusiones podían herir
susceptibilidades políticas o mancillar el honor el buen
nombre de las personas, por lo que el ofendido recurría
al uso de la violencia física para defenderse o lavar las
ofensas proferidas en su contra.
Las muertes causadas por asuntos pasionales
o amorosos constituyen el 13% del móvil de los

44
Colección Escuela de Historia 25 años

homicidios, mientras que las venganzas personales


el 11%. El siguiente gráfico nos muestra el porcentaje
correspondiente a los otros móviles del homicidio en la
ciudad.

Gráfico 2

Cuando se habla del alcohol como motivación, se


hace referencia a los homicidios cuya única causa está
relacionada con el consumo de bebidas embriagantes
que afectaban el comportamiento, ya sea de las víctima
o de los agresores. Un par de amigos, compañeros
de trabajo o simples desconocidos en estado de
embriaguez, pueden zanjarse en cualquier momento en
una disputa que llevaría a la agresión física, el uso de
armas y la comisión del crimen.
Un hecho que llama la atención sucedió en una
famosa cantina bumanguesa llamada “Luces de Buenos
Aires”, ubicada en el barrio Chapinero, en donde
se hallaban ingiriendo guarapo Rafael Villamizar y
Jorge Barbur. Ya en estado de embriaguez, Villamizar
le reclamó a Barbur el porqué este andaba hablando

45
Colección Escuela de Historia 25 años

cosas que ponían en tela de juicio la reputación de su


familia, en especial la de su señora madre. Se suscitó una
discusión en la que se cruzaron palabras soeces de parte
y parte y uno que otro empujón, hasta que Villamizar
blandió un revólver disparándole a Barbur en tres
oportunidades causándole la muerte26. El juez encontró
culpable a Villamizar y lo condenó a 6 años de prisión.
En otra cantina ubicada en el “Puente del
Comercio”, actual carrera 15, Pedro Ríos bebía guarapo
en compañía de otro amigo cuando un hombre que
departía en otra mesa y que también se encontraba
borracho se refirió a él en términos desafiantes. Ríos
se levantó de la mesa y le respondió con insultos, por
lo que Manuel Giraldo se aproximó a él y esgrimiendo
un cuchillo le propinó una puñalada en el pecho que la
causó la muerte27. El abogado defensor pese a considerar
en sus argumentos que “la embriaguez, el alcoholismo,
fomentados por el Estado como arbitrio fiscal, son
causa inmediata del 95 por ciento de los delitos de
sangre”, nada pudo hacer frente a la condena de 13 años
y 8 meses de presidio impuesta por el juez superior28.
Las disputas entre borrachos por mujeres,
también estuvieron a la orden del día. Tal fue el caso
de Prudencio Moreno quien resultó muerto en manos
de Manuel Suárez y Pedro Ordúz; el hecho se suscitó
en una casa de familia en el momento en que se
realizaba un baile. Los sindicados habían ingerido licor
y se encontraban charlando, cuando llegó Moreno a la
fiesta en estado de embriaguez y tomó por el brazo a
una jovencita obligándola a ir por la fuerza a la calle.
Suárez se percató de que se trataba de su prima y acudió
e su ayuda arrebatándosela a Moreno quien lo desafió
26  AJB. Causa contra Rafael Villamizar por Homicidio en Jorge Barbur.
Fondo Homicidios. Caja 0074, Legajo 1407.
27  AJB. Causa contra Manuel Giraldo por Homicidio en Pedro Ríos.
Fondo Homicidios. Caja 0064, Legajo 1258.
28  Ibid.

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Colección Escuela de Historia 25 años

a pelear con una navaja. Ordúz buscó un machete y se


dirigió hacia la calle para ayudar al primo de la novia. Los
ánimos se exaltaron cuando Moreno profirió insultos
que atentaban contra el buen nombre de la jovencita y
puntualizó diciendo: “¿Usted cobra duelo por eso?”29.
Inmediatamente Suárez tomó el machete de su amigo y
atacó a Moreno produciéndole heridas de consideración
que provocaron su muerte, no sin antes ser golpeado a
puntapiés por Ordúz. El tribunal condenó a Suárez a 9
años de presidio mientras que Ordúz fue absuelto.
Las armas empleadas en los homicidios son muy
diversas; van desde armas de fuego como revólveres
utilizados por civiles hasta los fusiles de policías y
soldados involucrados en hechos de sangre. Dada la
variedad de las mismas, fue necesario tratar de agruparlas
en cuatro grupos de acuerdo con sus características más
afines: de fuego, contundentes, corto-punzantes y otras,
como el veneno, del cual se hallan registrados sólo dos
casos. (Ver Tabla No. 2)
Según los estudios realizados por J. Cockburn30 las
armas que son empleadas por los homicidas suelen variar
a lo largo de un periodo revelando cambios al interior
de las sociedades. De acuerdo con sus investigaciones
realizadas en algunas ciudades inglesas, Cockburn
encontró una estrecha relación entre el uso de armas, la
moda y avance de la tecnología. Así, ante factores como
los periodos de paz y guerra, la inseguridad en las calles
y los ataques a la propiedad, las armas dejan de ser de
uso exclusivo de un sector como el militar y pasan a ser
utilizadas por la sociedad civil para la defensa de la vida
y los bienes privados31.

29  AJB. Causa contra Manuel Suárez y Pedro Ordúz por Homicidio en
Prudencio Moreno. Fondo Homicidios. Caja 003, Legajo 0056.
30  COCKBURN, J. Patterns of Violence in English Society. EN: Past and
Present, Oxford University Press, No. 130. February 1991, pp. 71 – 106.
31  Ibid.

47
Colección Escuela de Historia 25 años

Desde esta perspectiva, a través del análisis de


los expedientes judiciales encontramos una gran gama
de armas en manos de la población civil bumanguesa,
cuyo uso permitió, no sólo la defensa de la vida y los
bienes particulares de los bumangueses, sino también
la comisión de delitos como el homicidio. Revólveres,
machetes, escopetas, fusiles, cuchillos, garrotes,
piedras, son apenas algunas de las armas relacionadas
en los expedientes.
Las armas que más se emplearon en la comisión
del delito de homicidio fueron las corto-punzantes, que
arrojaron un total de 110 víctimas; de éstas el arma más
utilizada fue el cuchillo en cien ocasiones, seguida por
el machete en 6 ocasiones. Las armas de fuego causaron
un total de 91 víctimas, de las cuales 69 murieron a
consecuencia de disparos causados por revólver, 13
por fusil y 8 por escopeta. Los instrumentos de tipo
contundente, dejaron un total de 15 víctimas de las
cuales 4 fueron causadas por cuerdas e igual número
por la acción de las manos y 3 por garrote.

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Colección Escuela de Historia 25 años

Tabla No. 2
Instrumentos Usados por los Homicidas
1940
1930 - 1950 -
ARMAS - TOTAL
1939 1957
1949
Revólver 21 25 23 69
Escopeta 4 4 - 8
De Fuego Carabina - - 1 1
Fúsil - 8 5 13
Total 25 37 29 91
Garrote 1 2 - 3
Piedras 1 - - 1
Manos 1 3 - 4
Tabla - 1 - 1
Contundentes
Tubo - - 1 1
Látigo 1 - - 1
Soga - 1 3 4
Total 4 7 4 15
Cuchillo 40 36 24 100
Machete 5 1 - 6
Navaja 1 - - 1
Azadón - - 1 1
Corto-
punzantes Pala - 1 - 1
Lezna 1 - - 1
Total 47 38 25 110
Veneno 1 1 - 2
Otros
Total 1 1 0 2
Total 77 83 58 218

Fuente: Archivo Judicial de Bucaramanga, Fondo Homicidios


1930 - 1957

49
Colección Escuela de Historia 25 años

Algunos casos de homicidio revelan el uso de un


tubo, una pala o un azadón como potenciales armas
capaces de arrebatar la vida a una persona. Estas
herramientas de trabajo se constituyeron en auténticas
armas en el momento en que la persona que hizo uso
de alguna de ellas intentaba protegerse de los ataques
de otra, o por el contrario, sirvió como elemento para
atacar a otra con intención de agredirla.
Tal fue el caso de la señora Carmelita Silva quien
falleció víctima de un fuerte golpe en la cabeza propinado
con un tubo de hierro. El hecho sucedió en una casa
de inquilinato ubicada en el barrio Chapinero, donde
la mencionada Silva y otra mujer de nombre Abigail
Bernal discutían acaloradamente porque la primera
acusaba a Bernal de haberle estropeado una planta
ornamental en su patio. La discusión degeneró en una
sarta de improperios mutuos que llevaron a la señora
Carmelita a tratar atacar a Bernal con una olla, lo que
motivó a ésta última a tomar un tubo que se encontraba
cerca y golpearla por la cabeza32. En este hecho quedó
demostrado que la exaltación de los ánimos puede
conducir a una persona a utilizar cualquier elemento a
su alcance para infligir daño a otra.
Otro elemento poco común que según consta
en los expedientes fue empleado como medio para
provocar la muerte en una persona fue el látigo. El hecho
sucedió en 1938, cuando el señor Luis Antonio García
le propinó varios latigazos (o fuetazos) a su hijastro de
tan solo 4 años de edad. El cruel padrastro, cuentan los
testigos, acostumbraba a maltratar al menor de modo
despiadado hasta que se sobrepasó. El castigo extremo
en el menor condujo a su muerte. El juez superior dictó
una condena de sólo 6 meses de reclusión alegando que
“si le ocasionó la muerte, pero sin intención maliciosa
sino por imprevisión culpable”33.
32  AJB. Causa contra Abigail Bernal Angel por Homicidio en Carmelita
Silva. Fondo Homicidios. Caja 0054, Legajo 6355.
33  AJB. Causa contra Luis Antonio García Acevedo por Homicidio en
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Colección Escuela de Historia 25 años

El uso de la soga como elemento para provocar


la muerte se encuentra registrado en cuatro ocasiones
en los expedientes. Algunos por móviles políticos otros
por venganza. Un caso muy conocido y recordado
por la sociedad bumanguesa dada la conmoción que
provocó34, fue el homicidio de la señora Eumelina Silva
Suárez quien murió estrangulada en su propia casa. Las
autoridades lograron la captura del asesino de nombre
Luis Rojas quien confesó, no sólo haber utilizado una
cuerda en el hecho, sino también el ser contratado por
un hermano de la víctima para cometer el horrendo
crimen.
La división por periodos de aproximadamente
diez años, nos permite apreciar el número de homicidios
ocurridos para cada uno, destacándose el comprendido
entre los años de 1940 – 1949 que registró una cifra
de 83 homicidios frente a la década del treinta con 77
homicidios, y la del cincuenta con 58 homicidios. La
cifra de la década del cuarenta coincide con los hechos
de violencia política que se suscitaron en todo el país.
De estos 218 casos de homicidios en Bucaramanga,
los registros judiciales nos permiten detallar el
promedio de ellos por décadas y establecer que para el
periodo comprendido entre 1930 y 1939 se cometieron
77 homicidios; 83 entre 1940 y 1949 y sólo 58 en los
últimos 7 años, 1950 – 1957, lapso en el que transcurre
el gobierno del general Rojas Pinilla y la Junta Militar.
Sin embargo, como lo habíamos anotado antes, más
que la presencia de móviles políticos partidistas la
gran mayoría de homicidios en el área urbana de la
capital santandereana tuvieron su origen en disputas
interpersonales ligadas al contexto del alcohol, las
venganzas, los sentimientos, el honor, entre otros.

Hernando Remolina. Caja 0072, Legajo 2349.


34  HARKER VALDIVIESO, Roberto. Y sucedió en Bucaramanga. Bucara-
manga: Academia de Historia de Santander, 1977.

51
Colección Escuela de Historia 25 años

Dentro de los considerados homicidios con


móviles políticos y de asonada se destacan los acaecidos
la tarde del 9 de abril de 1948 en Bucaramanga. Esa tarde,
luego de conocida la noticia del trágico asesinato del
líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, grupos de hombres y
mujeres se lanzaron las calles a protestar y lanzar arengas
en contra del gobierno conservador, calificándolo como
asesino y represivo. Un grupo de personas, algunas
portando armas de fuego, se movilizaron hacia el
edificio de la gobernación departamental con el ánimo
de tomarse el lugar. Los policías que prestaban la
guardia en el palacio se atrincheraron y repelieron el
ataque del cual resultaron muertas cinco personas en los
alrededores de la gobernación, todas ellas con heridas
de fúsil, y otras más heridas. Los testigos del hecho
afirmaban haber visto a varios agentes de la policía con
heridas de bala. Los hechos resultan ser muy confusos
y sesgados al matiz político; no existen registros en el
Archivo Judicial que demuestren la muerte de otras
personas ese día a causa de los desórdenes.
Otro conocido homicidio con móviles políticos
sucedió en 1949 en un depósito de maderas de propiedad
de un conocido liberal de la ciudad llamado Santos
Ríos. Al negocio, ubicado en el barrio San Francisco,
llegó el policía Manuel Castellanos a proferir insultos
al mencionado Ríos sobre su vinculación partidista,
a la vez que intentaba agredirlo con un garrote. Ríos
blandió su revólver sobre la humanidad de Castellanos
propinándole un disparo que cegó su vida.

52
Colección Escuela de Historia 25 años

Gráfico 4

La gran mayoría de los homicidas fueron del


género masculino; del total de 218 homicidios, 189
fueron cometidos por hombres cuyas edades oscilaban
entre los 18 y los 60 años. El seguimiento hecho a los
procesos judiciales nos lleva a establecer un homicida
por cada víctima, incluso cuando en el móvil de asonada
se señala a una institución, sea la policía o el ejército
la que causa la muerte de la persona o de un grupo de
personas en distintos espacios. De allí que coincida el
número de homicidas con el de las víctimas. Sólo 10
homicidios fueron cometidos por mujeres y en otros 19
no se logró establecer el género.
De los homicidios cometidos por mujeres, llama
la atención el ocurrido en las horas de la madrugada del
25 de marzo de 1941 en el bar “Rio Bamba” de la calle
61, zona de tolerancia de la ciudad; allí una prostituta
de nombre Ana Bersi Franco departía con un taxista
llamado Antonio María García, cuando llegó al lugar
su amante; la mujer se levantó de la mesa y se dirigió
inmediatamente hacia el recién llegado a saludarlo. El
gesto no le agradó al taxista García por lo que empezó a

53
Colección Escuela de Historia 25 años

gritarla y a desafiar al amante de ésta a pelear. La mujer


sacó un cuchillo y le propinó al taxista un puñalada
en el pecho que le causó la muerte35. Los argumentos
de la defensa consideraban que el asesinato había sido
consecuencia de la trágica y azarosa vida que tenía la
sindicada en calidad de prostituta, por lo que el defensor
no pedía la absolución sino la atenuación a la sentencia.
Franco fue condenada a 5 años de presidio36.
Otro caso de homicidio que vincula a una
mujer como sindicada sucedió el 7 de julio de 1946
en el bar “El Cafetal” ubicado también en la zona de
tolerancia. Un hombre llamado José Angel García que
se encontraba en estado de embriaguez preguntaba a
gritos que si alguien había visto a una mujer apodada
“la ratona” quien le había causado hacía unos instantes
unos arañazos en la cara; pasaba en ese momento la
sindicada a quien apodaban así y el occiso empezó a
agredirla propinándole puñetazos y patadas. La mujer
sacó un cuchillo de su bolso y lo apuñaleó en la pierna
derecha causándole hemorragia a García. Aunque en el
momento la herida no fue mortal, la víctima si murió
por la hemorragia. El juez consideró que la mujer había
actuado en legítima defensa por lo que fue absuelta37.

35  AJB. Causa contra Ana Bersi Franco por Homicidio en Antonio María
García. Fondo Homicidios. Caja 0177, Legajo 3021.
36  Ibid.
37 AJB. Causa contra Victoria Carvajal Rico por Homicidio en José Angel
García. Sección Homicidios. Caja 0137, Legajo 2398.

54
Colección Escuela de Historia 25 años

Gráfico 5

Gráfico 6

En lo concerniente a las 218 víctimas de homicidio,


189 eran hombres y sólo 29 mujeres que constituían un
13% del total de las muertes.

55
Colección Escuela de Historia 25 años

Gráfico 7

Las edades de las víctimas variaba entre los 4


y los 80 años; el Código Penal de 1936 establecía que
la mayoría de edad se alcanzaba sólo hasta cumplir
los 21 años. Por tanto tenemos a 19 víctimas menores
cuyas edades oscilaban entre los 4 y los 20 años que
representan el 9% del total. Clasificamos a un primer
renglón de adultos cuyas edades oscilaban entre los 21
y los 50 años que arroja un promedio de 108 muertes, es
decir, un 49%. Luego encontramos un segundo renglón
de adultos mayores cuyas edades oscilan entre los 51
y los 80 años, para un promedio del 3%. Debido a que
los expedientes judiciales no suministran detallada
información personal sobre la víctima, existen 85
homicidios con edades sin establecer y que arrojan un
promedio del 39%.

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Colección Escuela de Historia 25 años

Gráfico 8

En resumen, el estudio en la criminalidad en la


ciudad de Bucaramanga y en área del departamento de
Santander es un trabajo que apenas comienza. La fuente
documental existente en el Centro de Documentación
para la Investigación Histórica Regional de la
Universidad Industrial de Santander, aún sin organizar,
merece la atención de los nuevos historiadores que se
forjan a nivel profesional en las universidades, para
de esa manera contribuir al esclarecimiento de la vida
cotidiana de nuestra sociedad en el pasado.
El estudio del periodo comprendido entre 1930 –
1957, nos permite observar las transformaciones de la
sociedad bumanguesa en su transito hacia la modernidad
y su progresiva constitución como ciudad capital. Los
cambios sufridos en la producción agrícola y artesanal
desde finales del siglo XIX, el desplazamiento de la

57
Colección Escuela de Historia 25 años

población rural a la ciudad, contribuyó a la irrupción


de nuevas pautas de comportamientos individuales y
colectivos que influyeron en las costumbres y por ende
en la cultura.
La ciudad que crecía paulatinamente, mostró una
nueva comprensión en la organización del espacio que
dejaba ver la existencia de ambientes de lujo y opulencia
que contrastaban con los de pobreza y de miseria. Nacía
una época de clubes y parques para elite en un extremo
y de bares y cantinas de mala vida en el otro.
Los 218 casos de homicidios en la ciudad de
Bucaramanga nos permitieron construir una tipología
de los móviles, en donde se podía apreciar las pautas
conductuales que servían a las personas como medio
para solucionar los conflictos y las confrontaciones
cotidianas, propias de las relaciones entre los individuos
de una sociedad.

58
Colección Escuela de Historia 25 años

FUENTES

Anuario General de Estadística 1954. Presidencia


de la República. Bogotá: Dirección Nacional de
Estadísticas, 1956.
Archivo Judicial de Bucaramanga. Sección:
Homicidios. Cajas correspondientes al periodo 1930 -
1957
Código de Policía de Santander. Ordenanza No.
62 de 1943 y disposiciones legales que la complementan.
Bucaramanga: Imprenta del departamento, 1944.
Código Penal. Ley 95 de 1936. Decreto 2300 de
1936. Comisión de Asuntos Penales y Penitenciarios.
Bogotá: Imprenta Nacional, 1937.
MARTÍNEZ, Miguel. Código Penal Colombiano
con anotaciones y leyes reformatorias. Medellín:
Imprenta del Departamento, 1899.
Decreto 2300 de Septiembre 14 de 1936
Código de Procedimiento Penal. Ley 94 de 1938.
Revista Judicial de Bucaramanga. Rama Judicial.
Bucaramanga: Imprenta del departamento. Nos. 1930 –
1957.

59
Colección Escuela de Historia 25 años

LIBROS Y ARTÍCULOS

ALVAREZ FUENTES, Jaime, et al. Estructura


Urbana de Bucaramanga 1901 – 1930. Tesis Historiador.
Bucaramanga: Universidad Industrial de Santander,
1999.
ESPINOSA, Carlos Humberto. Crecimiento
Urbanístico de Bucaramanga 1850 - 1900. Tesis
Historiador. Bucaramanga: Universidad Industrial de
Santander, 1996.
HARKER VALDIVIESO, Roberto. Y sucedió en
Bucaramanga. Bucaramanga: Academia de Historia de
Santander, 1977.
JOHNSON, David Church. Lo que hizo y no hizo
el Café: los orígenes regionales de la Guerra de los Mil
Días. EN: Revista Uis-Humanidades. Vol. 20. No. 1.
Enero – Junio. Bucaramanga: Universidad Industrial de
Santander, 1991.
______________________. Impacto Social de la
Guerra de los Mil Días: Criminalidad. EN: Revista
UIS-Humanidades. Vol. 24. No. 2. Jul. – Dic. 1995.
Bucaramanga: Universidad Industrial de Santander.
LOZANO ARMENDARES, Teresa. La
Criminalidad en la Ciudad de México 1800 – 1821.
México: UNAM, 1987.

MELO, Jorge Orlando. La Historia de los Sectores


Populares y de la Cultura Popular. EN: MORA, Pablo
y GUERRERO, Amado (Comp.) Historia y Culturas
Populares. Tunja: ICBA, 1989.

60
Colección Escuela de Historia 25 años

PATIÑO MILLÁN, Beatriz. Criminalidad, Ley


Penal y Estructura Social en la Provincia de Antioquia
1750 – 1820. Medellín: IDEA, 1994.
REYES CARDENAS, Catalina. Vida Social y
Cotidiana en Medellín, 1890 – 1940. EN: MELO, Jorge
Orlando (Comp.). Historia de Medellín. Tomo 2.
Medellín: Suramericana, 1996.
RICO, José. Crimen y Justicia en América Latina.
Bogotá: Siglo XXI, 1981.
VALDERRAMA BENITEZ, Ernesto. Real de
Minas de Bucaramanga. Bucaramanga: Imprenta del
Departamento, 1947.
VALDIVIESO CANAL, Susana. Bucaramanga:
Historias de setenta y cinco años. Bucaramanga: Cámara
de Comercio, 1992.
___________________________. Bucaramanga
1900 – 1950: la lenta construcción de la ciudad. EN:
GUERRERO, Amado. (Comp.) Fronteras, Regiones
y Ciudades en la Historia de Colombia. Memorias
del VIII Congreso Nacional de Historia de Colombia.
Bucaramanga: Universidad Industrial de Santander,
1992.

61
EL HOMICIDIO EN LA
PROVINCIA DE SOTO
1903 – 1930

Jairo Antonio Melo Flórez


Candidato a Magister en Historia
Universidad Industrial de Santander
Colección Escuela de Historia 25 años

L
a presente investigación tuvo como
propósito abordar el problema de los
conflictos interpersonales y de los
factores relacionados con este, tales como el honor, la
impulsividad y la agresividad. Se escogió un periodo
de tiempo donde, aunque siempre bajo la sombra de la
Guerra de los Mil Días, se consideraba de relativa paz
política aunque de un constante auge en la sensación
de inseguridad y la criminalidad. En ese sentido, esta
investigación valoró, en primer lugar, el aumento de
homicidios y su distribución geográfica, y en segundo
lugar, el nivel de impulsividad en los homicidios
cometidos en el periodo, el papel del alcohol en los
mismos, el espectro del trabajo y el tiempo libre.
Se enmarca dentro de lo que podría constituir
un área de investigación historiográfica en torno a los
fenómenos de la violencia cotidiana y el delito violento,
los cuáles han tratado el homicidio ya sea buscando
las pautas de violencia interpersonal y su relación con
el sistema de castigo y el bipartidismo,1 o tratando el
fenómeno de una manera algo más descriptiva y en muy
estrecha relación con el marco teórico que William
Taylor utilizó para el estudio de las poblaciones

1  ÁLVAREZ OROZCO, René. Riñas, conflictos y homicidios en la ciu-


dad de Bucaramanga, 1930-1957. Tesis de grado para optar al título
de Magíster en Historia. Escuela de historia, Universidad Industrial de
Santander, Bucaramanga, 2006.

65
Colección Escuela de Historia 25 años

campesinas en el México colonial,2 enfocándose así en


las conductas delictivas y la manera cómo la estructura
jurídica reacciona para frenar o castigar estos
comportamientos agresivos.3
También es interesante saber que existe en
este momento un buen número de tesis sustentadas
y en preparación que abordan el tema del conflicto
violento en planos cotidianos, revisando los problemas
del crimen, el delito y la penalización de este en el
departamento de Santander, aprovechando la cantera
de expedientes provenientes del Tribunal Superior de
Bucaramanga que cuenta con casos desde por lo menos
la década de 1870 hasta los años sesenta del siglo XX,4
con lo cual es posible acercarse a una perspectiva más
general con respecto a la criminalidad en Santander
desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo
anterior.
Esta tesis es una representación histórica del
homicidio donde se prestara especial atención a los
escenarios, los momentos y las motivaciones por las
cuáles se llevaron a cabo una serie de homicidios entre
2  TAYLOR, William B. Embriaguez, homicidio y rebelión en las pobla-
ciones coloniales campesinas. México: Fondo de Cultura Económica,
1987.
3  URIBE, Gerson Gustavo. Una historia del homicidio en Bucaramanga
de 1938 al 9 de abril de 1948. Tesis de grado para optar al título de
Historiador. Escuela de Historia, Universidad industrial de Santander,
Bucaramanga, 2007.
4  De 2009 hasta el primer semestre de 2012 han sido sustentadas por
lo menos ocho tesis de pregrado que abordan el problema de la crimina-
lidad desde diversas perspectivas. De estas, seis abordan el homicidio,
ya sea como objeto central o dentro del análisis con otros delitos; los
maltratamientos de obra han sido abordados por dos tesis en tanto los
delitos de acceso carnal violento, agresiones verbales, heridas, hurto,
lesiones personales, riñas y robo han sido estudiadas por separado. Así
mismo, estos delitos se han acompañado de las variables del honor, el
alcohol, la violencia política, y la violencia intrafamiliar. Aunque hay
tesis que abordan un espacio temporal que va desde 1890, la mayoría
abordan las décadas del 30 y 40 del siglo XX, predominando así mismo
el estudio de los crímenes cometidos en Bucaramanga y sus municipios
aledaños, siendo una sola tesis la que ha abordado la provincia de Gar-
cía Rovira y una más que trata sobre el municipio de Simacota.

66
Colección Escuela de Historia 25 años

1903 y 1930 en la provincia de Soto, prestando especial


atención a la dinámica que se presentó en las zonas de
producción cafetera (Rionegro, Bucaramanga, Lebrija,
Girón y Matanza) donde se cometieron la mayor parte
de los homicidios. Esta investigación fue además un
primer acercamiento al problema del homicidio y los
conflictos interpersonales violentos, en los cuales
se podrían encontrar los precedentes o los patrones
emocionales que permitieron el desarrollo de la
violencia política de los años posteriores. Así mismo, se
realizó un nuevo acercamiento a las motivaciones de los
homicidios y a los valores expuestos por los victimarios
y testigos sobre lo que vale la pena morir, matar o vivir;
con lo cual se contribuye a la realización de un análisis
a largo plazo del problema.

El homicidio desde el punto de vista


jurídico
Prohibir, castigar, multar y regular responde a unos
objetivos propios del gobierno del momento, y de cierta
manera se busca detener o regular los comportamientos,
conductas, fenómenos y demás aspectos de la sociedad
que se consideran en desacuerdo con el principio ideal
del Estado. Se considera que el delito es la ruptura con la
norma, y en este sentido, el homicidio es más fácilmente
comprendido por las personas bajo el principio católico
“no matarás”. El Ingeniero Matíz, un héroe liberal
ficticio de la novela La Parroquia de Guillermo Forero
Franco, alegaba este principio, el cual consideraba
no era cumplido por los conservadores, a pesar del
sentido fuertemente católico de los partidarios del
conservatismo.5 De esta manera, alegaba un principio
reconocido por cualquiera de sus lectores, ya que esta
novela tenía como fin la confrontación política del
5  FORERO FRANCO, Guillermo. La Parroquia. Bucaramanga: Instituto
Municipal de Cultura – SIC, [1911] 2000, p. 116.

67
Colección Escuela de Historia 25 años

conservatismo, para demeritar la validez del discurso


de su opositor político frente al discurso liberal.
Las personas saben que están actuando contra
las normas legales o sociales, pero estas normas no son
tan simples como un “no matarás”, el acto de matar a
otro es jerarquizado, tipificado, castigado según su
grado, interpretado por los abogados, jueces y fiscales;
y esta interpretación se transforma a través del tiempo
y depende en buena medida del proyecto político
que asuma y transforme, o simplemente anule, las
legislaciones precedentes en pos de ajustarlas a los planes
de gobierno, o aun mejor, a los planes de construcción
de Nación, como es el caso de los proyectos políticos
que tuvieron lugar durante las primeras tres décadas
del siglo XX. Para validar esta hipótesis, se tomaron las
principales legislaciones que rigieron a Colombia, y por
momentos al departamento de Santander convertido
en Estado Federal, desde mediados del siglo XIX hasta
1936.
Se partió del derecho Castellano como una
manera de tener una visión del proceso de construcción
histórica de las leyes contra el homicidio, mas aun
cuando se puede afirmar que este derecho rigió hasta
por lo menos la década de 1830 en la Nueva Granada.
Para el siglo XIX, se tomaron tres Código Penales,
el Código Penal de la Nueva Granada de 1837, el cual
se convertiría no sólo en el primer Código Penal
republicano, sino que además sería un referente para las
codificaciones que le siguieron por lo menos hasta 1936.
Para 1873 se promulga el Código Penal de los Estados
Unidos de Colombia, con el cual se pretendía unificar
las codificaciones federales que ya venían funcionando
desde los inicios del experimento federal. Dentro de
estos códigos federales, el de Santander fue consultado
en dos versiones, la primera promulgada en 1859, y una
segunda versión que comprende algunas reformas, cuyo

68
Colección Escuela de Historia 25 años

pie de imprenta muestra la fecha de 1870. Finalmente,


el Código Penal de 1890 será tratado de una manera
un tanto más detenida, puesto que es el que va a regir
hasta 1936. Además del Código, se observaron algunas
monografías realizadas por juristas y las apreciaciones
de los jueces en los debates previos al veredicto de los
expedientes judiciales. De esta manera se pretendía dar
una visión de conjunto, de un proceso de construcción
de una normatividad, dejando en claro desde el principio
que este proceso no está, necesariamente, acompañado
de cambios en la sociedad a la cual se pretende aplicar.

1.2. Evolución histórica del concepto


de homicidio
Homicidio, tal y como lo afirman las Siete Partidas,
es una palabra que proviene del latín Homicidium, que
literalmente significa matar a un hombre6. También
dicen las Partidas: “El homicidio es aquello que hacen
los hombres en ocasiones por agravio y en otras en
derecho”7 En esta legislación, se tipificaban tres formas
de homicidio, “la primera es cuando un hombre mata
a otro traicioneramente; la segunda es cuando lo hace
con derecho; la tercera cuando sucede por casualidad.”8
La primera forma es el homicidio como tal, es decir, el
que se convierte en delito. La circunstancia que define
este tipo de homicidio es bastante sencilla en este
código, y se resume en el matar a otro “a sabiendas”,
es decir, de manera voluntaria. Es interesante notar
que solamente existe una línea dedicada a esta forma
de homicidio, en tanto existe una serie de artículos
que se dedican a observar circunstancias en donde
6  LAS SIETE PARTIDAS DEL REY DON ALFONSO EL SABIO. Partida VII,
Título VIII, Ley I. op cit, Tomo III, p. 566.
7  “Homiciello es cosa que facen los homes á las vegadas á tuerto et
á las veces á derecho.” LAS SIETE PARTIDAS DEL REY DON ALFONSO EL
SABIO, op cit, p. 565.
8  LAS SIETE PARTIDAS DEL REY DON ALFONSO EL SABIO, op cit,, p. 566.

69
Colección Escuela de Historia 25 años

puede existir el homicidio. La segunda manera es la que


exculpa al homicida, y por ende no merece una pena.
Esta forma será analizada con más detenimiento más
adelante. Pero tal vez la forma más rica en variedad, la
da el homicidio “por ocasión”, es decir, el que depende
de las circunstancias. De inmediato se abre una serie de
posibilidades de inculpar o exculpar a un homicida.
Las circunstancias van desde la defensa propia
hasta el intento de suicidio. En la defensa propia, por
ejemplo, se justifica la acción porque “es cosa muy
comentada que todo hombre pueda amparar su persona
de muerte”,9 es decir, porque todo hombre tiene derecho
a defenderse de un ataque que ponga en peligro su vida,
e incluye una cuestión que luego va a transformarse, y es
que no era necesario, para ejercer este derecho, esperar
a que el otro atacara primero “porque podría suceder
que por el primer golpe que diez, podría morir por este
y después no se podría amparar.”10
Básicamente, el matar accidentalmente se refiere
a hacerlo de manera no intencional, como lo ilustra la
ley IV: “si un hombre corre en su caballo y algún hombre se cruza
por su camino matándolo, no tendría ningún problema, pero,
si este mismo jinete corriera por un camino no dedicado para
hacerlo y no tuviera cuidado con las personas que pasaran por allí
matando a alguna, entonces sería culpable, y por ende, punible”.11
Aunque existen otra serie de circunstancias, todas
tienen un elemento común, la inexistencia de voluntad
de matar, es decir, el elemento de castigo es el descuido,
solamente que en la primera forma el descuido es de la
víctima, en tanto la segunda forma muestra un descuido
por parte del homicida. Por ello, más que accidental,
es circunstancial la manera de formalizar este tipo de
homicidio. Algunas circunstancias son más complejas y
sus penas más fuertes. El cirujano, “físico”, o el hombre o
9  Ibíd., Ley II, p. 566.
10  Ibidem.
11  Ibíd., Ley IV y V, p. 567 – 568.

70
Colección Escuela de Historia 25 años

mujer que le diera una medicina a alguien o le practicara


una cirugía y terminara dándole muerte accidentalmente
merecería el destierro, pero si “maliciosamente” supiese
que la medicina o el procedimiento terminaría dando
muerte a la persona, sería condenado a muerte.12
El valor de la voluntad, del sentido de lo
“malicioso”, del actuar mal a conciencia de ello, eso era lo
que modificaba la circunstancia de accidente a delito. El
vender venenos sabiendo que van a matar a alguien era
condenado, darle un arma a otro sabiendo que con ella
va a matar a otro o así mismo era así mismo condenado,
la mujer que tomara yerbas o medicinas sabiendo que
eran abortivas era condenada. El castigar físicamente a
los hijos, a los siervos u hombres libres o al discípulo
estaba permitido y si por exceso en el castigo llegaba
a matarlo sería a su vez castigado, pero si lo hacía con
intención era castigado como un homicida.13
La Novísima Recopilación tuvo otra forma de
presentar el homicidio, cada ley era presentada como una
pena a quien matara a otro por tal o cual circunstancia.
Podrían identificarse dos tipos de homicidio, el
voluntario y el ocurrido “por ocasión, sin querer
hacerlo”. El primer tipo es definido como el cometido “a
sabiendas”, es decir, con la voluntad de hacerlo, en tanto
el segundo se debería a circunstancias accidentales,
o como dice la ley, “no por razón de mal hacer, sino
jugando”.14 A diferencia de la legislación de las Partidas,
la Novísima Recopilación se centra más en las formas
del delito y el tipo de víctima, que a las circunstancias
específicas de la acción. En este sentido, trata las penas
por matar a otro a traición, por haberlo hecho en una
riña o pelea, a no ser que hubiera sido en defensa propia;
por cometer una asesinato en la Corte, por matar o herir
12  Ibíd., Ley VI, pp. 568 – 569.
13  Leyes VII al X, pp. 569 – 570.
14  NOVÍSIMA RECOPILACIÓN DE LAS LEYES DE ESPAÑA. Libro XII, Título
XXI, Ley I y XIV. op cit, p. 396 y 398 – 399.

71
Colección Escuela de Historia 25 años

al Aposentador del Rey, por matar y además robar y


por hacerlo mediante incendio.15 Aunque no se habla de
agravantes, en general se está tratando con diferentes
formas del homicidio voluntario, teniendo cada forma
su pena correspondiente.
Es el Código Penal de 1837 el que va a redactar
el concepto de homicidio que dominará durante todo
el siglo XIX y, por lo menos, hasta el surgimiento del
Código Penal de 1936. Este código define al homicidio
como “la muerte que un hombre da a otro sin mandato
de autoridad legítima expedido en cumplimiento de las
leyes”16 El homicidio se define en torno a su legitimidad,
es decir, por lo menos al nivel legislativo, el poder
matar a otro es algo reservado al Estado, en este caso, al
recientemente creado Estado de la Nueva Granada. En
las Partidas, provenientes de un contexto poco menos
que medieval, existía cierta legitimidad en el hecho de
que un hombre matara a otro, sobre todo si lo hacía
defendiendo su honor o su vida, lo que interesaba es
que no lo hiciera de manera maliciosa; en estos primeros
años republicanos ya se anula tal posibilidad, como
una manifestación del proceso de monopolización de
la violencia física. Este Código Penal, establecido bajo
la presidencia de José Ignacio Márquez y teóricamente
(aun cuando no realmente) basado en el código francés
de 1810 y en el español de 1822,17 es el resultado de un
proceso de consolidación del Estado en medio del temor
por la fragmentación federal de la nación. Sin embargo,
esta consolidación aun era débil, sobre todo en torno a la
construcción de una nueva legitimidad de la autoridad
proveniente de los dirigentes republicanos.18
15  Ibíd., Ley II a XIII, pp. 396 – 398.
16  RECOPILACIÓN DE LEYES DE LA NUEVA GRANADA, Libro IV, Título I,
Capítulo 1, p. 210.
17  NAVAS CORONA, Alejandro. Breviario histórico de derecho penal.
Bucaramanga: Sistemas & Computadores, 2000, p. 117.
18  MARTÍNEZ, Frédéric. El nacionalismo cosmopolita. Bogotá: Banco
de la República, 2001, p. 52.

72
Colección Escuela de Historia 25 años

Es interesante notar como el Código Penal de


los Estados Unidos de Colombia, quien sustituiría
por corto tiempo al Código de 1837, lleva el concepto
hasta su nivel máximo: “Es homicidio la muerte de un
ser humano dada por otro” 19 Siendo así, cualquier tipo
de muerte sería un homicidio, y en este sentido habrían
dos formas básicas de homicidio: punible e inculpable,
siendo tan sólo el primero un delito.20
El Código Penal de 1873 fue un proyecto del
profesor de derecho Agustín Núñez, que va a ser uno
de los resultados del proyecto de modernización estatal
a través de la redacción y adopción de una nueva
codificación nacional en reacción al avance que tenía
la codificación que los estados ya habían llevado a
cabo.21 En efecto, ya para el año de 1859 se implementó
el Código Penal de Santander, el cual, según Héctor
Elías Hernández, habría seguido los lineamientos del
Código Penal de la Nueva Granada de 1837.22 La primera
redacción del Código Penal, correspondiente a la fecha
antes citada, catalogaba al homicidio dentro de una
serie de delitos graves como las heridas, el estupro y
el incendio, entre otros; definiéndolo como “quitar la
vida a otro por cualquier medio que sea”, sin extenderse
en torno a si existen tipologías, ni circunstancias
agravantes o atenuantes, tan sólo lo define y lo incluye
dentro de la categoría antes mencionada.23 Una edición
de 1870, muestra una nueva redacción del delito del
homicidio, aunque conserva la misma estructura
del anterior en cuanto lo vincula a la serie de “delitos
19  CÓDIGO PENAL DE LOS ESTADOS UNIDOS DE COLOMBIA (Ley 112 de
26 de junio de 1873). Libro IV, Título I, Capítulo 1, Art. 459. Bogotá:
Imprenta de Medardo Rivas, 1873, p. 69.
20  Ibidem.
21  MARTÍNEZ, Frédérik. Op cit., p. 377.
22  HERNÁNDEZ, Héctor Elias. “La legislación penal en el Estado de
Santander. 1857-1886” en: MARTÍNEZ GARNICA, Armando y PARDO, Or-
lando (Ed.) El Sistema Jurídico en el Estado de Santander, 1857 – 1886.
Bucaramanga: Universidad Industrial de Santander, 2008, T14.pdf, p. 4.
23  CÓDIGO PENAL DE SANTANDER DE 1858, Capítulo 4, Artículo 15.
Anexo documental en Ibíd., p. 17.

73
Colección Escuela de Historia 25 años

graves”, pero, le añade al artículo antes citado: “siempre


que la muerte tenga lugar dentro de los sesenta días
después de empleado el medio que la cause.” 24
No es claro por qué se añade esta condición
temporal en esta reedición del Código, lastimosamente
el reciente estudio realizado sobre el tema no arroja
mayores luces que contribuyan a dilucidar tal cuestión,
que aunque parezca sencilla, es un aspecto peculiar
dentro de todas las legislaciones analizadas en este
trabajo. Aún más similar al Código de 1837 es el de 1890,
este Código Penal básicamente reescribe el código
promulgado en la presidencia de José Ignacio Márquez.
El artículo 583 define al homicidio como “la muerte que
un hombre da a otro, sin mandato de autoridad legítima
expedido en cumplimiento de las leyes.” Era por lo
tanto una especie de transcripción literal del código
neogranadino.
El Código Penal de 1890 fue propuesto por el
Doctor Juan Pablo Restrepo, recibiendo severas críticas
provenientes primordialmente de los propios abogados
y magistrados. Entre estos detractores se encontraba el
Doctor en Jurisprudencia Arturo A. Quijano, abogado
bogotano quien fue catedrático de derecho internacional
público en el Externado de Colombia. En su Ensayo sobre
la evolución del Derecho Penal en Colombia25 este se refería al
nuevo código, ocho años después de su promulgación, y
sería la idea que predominaría acerca de este:
24  CÓDIGOS LEGISLATIVOS DEL ESTADO DE SANTANDER, Código Penal.
Bogotá: Imprenta de Medardo Rivas, Tomo 2, 1870, p. 597. Existe otra
edición de este Código publicada en 1884, la cual fue publicada recien-
temente como adjunto documental del artículo de Héctor Elias Her-
nández antes citado, el cual no presenta ningún cambio con respecto
al anterior, al menos en este artículo. Ver: HERNÁNDEZ, Héctor Elias,
op cit, p. 45.
25  Es bastante probable que esta tesis haya tenido una buena difusión
entre los abogados de Santander y en especial de Bucaramanga. Por
lo menos G. Forero Franco, director de la Revista Blanca agradeció al
autor el haberles hecho llegar un ejemplar de sus tesis, y es factible
que lo mismo haya realizado con otros abogados y magistrados en el
país. Revista Blanca, Bucaramanga, enero 28 de 1899, Serie IV, No. 38.

74
Colección Escuela de Historia 25 años

Cierto que la evolución penal tuvo en


Colombia sus bellos días y que alcanzamos
grandes progresos, poniéndonos, en ciertos
puntos, á la altura de las más avanzadas
Naciones; pero cierto es también que aquellas
conquistas fueron obra de un día, porque vino
la reacción, que se exageró como la acción y
ese doble movimiento dio por resultado la
destrucción de lo hecho. Hoy estamos a pocos
pasos del abismo, porque, como lo hicimos
notar en otro lugar, 1837 y 1890, se dan la mano
en sus códigos.26

Cuando se promulgó el código penal de 1890 se


reconoció como una especie de reedición del antiguo
código de 1837, los jóvenes abogados, quienes venían
asumiendo los postulados de la hoy denominada
escuela positivista o criminológica italiana, entraron
en choque con el nuevo código penal, con la escuela
clásica27 y de paso con el sistema legislativo en materia
penal. Quijano, por ejemplo, decía:
26  QUIJANO, Arturo. Ensayo sobre la evolución del Derecho Penal en
Colombia. Bogotá: Imprenta de Medardo Rivas, 1898, p. 142.
27  La llegada de las ideas del positivismo a Colombia generaron una
fuerte confrontación con la escuela clásica. El abogado antioqueño Be-
lisario Gómez Ballesteros en la década de los veinte del siglo XX resaltó
que la escuela clásica (donde ni siquiera ubica a Bentham sino exalta a
los penalistas italianos Gian Domenico Romagnosi, Giovanni Carmignani
y Francesco Carrara) estableció como principio la libertad del hombre
y como fin la proporción entre la pena que sigue al delito y el grado y
el grado de responsabilidad moral, consecuencia de aquella libertad.
En contraposición, la escuela positiva estaría basada en la observación
con el fin de “investigar las causas de la delincuencia en primer lugar,
y una vez halladas proporcionar remedios para combatirlas, si no para
eliminarlas –porque eso sería imposible, dada la naturaleza humana– al
menos para atenuarlas, en segundo lugar.” GÓMEZ BALLESTEROS, Beli-
sario. “El Poder Judicial, por sus deficiencias, es causa de impunidad y
hace parte del factor social de la delincuencia en Colombia” en Revista
de Derecho Penal, Bogotá, marzo-abril de 1920, Nos. 11 y 12, p. 391-
393. En este sentido, sería una lucha entre la “tecnificación” (razón,
eficiencia y economía. Cfr: Jaime Jaramillo Uribe, El pensamiento co-
lombiano del siglo XIX, op cit, p. 122) y el positivismo (realidad, he-
chos, experimentación y verdad).

75
Colección Escuela de Historia 25 años

La enseñanza y ejemplo oficiales, sobre


todo, son los menos apropiados para preparar
una revolución penal, y dentro de medio siglo
estará nuestra Magistratura muy contenta
con el Código Restrepo, convencida de que
es la última palabra de la ciencia. Lambroso
[sic], Ferri, Garofalo y todos los de la escuela
criminalista moderna, hoy son unos infelices
herejes y mañana serán un misterio para los
que reciben cierta educación.28

Para Quijano, el Código Penal de 1890 fue la mayor


muestra de anti-cientificidad que se hubiese poder
manifestado en la codificación colombiana. De hecho,
se consideraba un retroceso ya que después de “llegar á
la cumbre de la humanidad y la ciencia, retrocedimos de un salto
al pavoroso abismo de la legislación granadina, y fueron una
pesadilla los esfuerzos, los anhelos y los progresos de medio siglo
de poderoso ascenso evolutivo.”29

28  QUIJANO, Arturo, op cit


29  Ibíd., p. 104.

76
Colección Escuela de Historia 25 años

El homicidio: Tiempo y espacio, armas y


motivos
Comportamiento temporal y geográfico
del homicidio en la Provincia de Soto30
En el Archivo de Historia Regional de Santander,
existe una totalidad31 de 511 expedientes respectivos a
homicidios en la ciudad de Bucaramanga de 1903 a 1930,
los cuales representan un 43,38% del total de casos
que se guardan en el Archivo del Tribunal Superior
de Bucaramanga para estos años. Con estos datos se
realizó una base de datos con la cual se pudo entrar a
analizar de una manera más detallada la forma como
el homicidio se comportó estadísticamente durante el
periodo de tiempo estudiado.

El gráfico 1 muestra el comportamiento temporal


de los casos por homicidio en la provincia de Soto según
el número de homicidios cometidos en la totalidad de
la provincia en cada año, incluyéndose así mismo la
tendencia central a largo plazo sobre la cual se calculó
la tasa de crecimiento.

30  Buena parte de este capítulo está basado en: MELO FLÓREZ, Jai-
ro Antonio. “Contexto social y cultural de la violencia homicida en la
Provincia de Soto, Santander 1900 – 1930” en: Memorias VII Encuentro
de Estudiantes de Historia, Universidad Nacional De Colombia, Sede
Medellín, 2008, pp. 304 – 323. [CD–Rom]
31  Esta “totalidad” es sin embargo relativa, ya que el carácter de fon-
do acumulado de este archivo, sumado a la permanente e inadecuada
manipulación y las deficiencias en el almacenamiento, hacen que haya
una pérdida constante de expedientes y folios. Estas cifras correspon-
den a los inventarios realizados antes del año 2009 y por ende pueden
cambiar dependiendo de las organizaciones y eliminaciones que se pue-
dan realizar en un futuro.

77
Colección Escuela de Historia 25 años

Gráfico 1. Tendencia lineal de los homicidios


existentes en el Archivo Histórico Judicial de
Bucaramanga.

La tasa de crecimiento relativo en este caso sería


de un 15,6% anual si tomamos como fechas límites
para el cálculo 1902 y 1930, tendencia que mostraría un
crecimiento acelerado del homicidio para el periodo.
Este crecimiento no es sin embargo lineal en la realidad,
ya que si miramos los datos vemos que este movimiento
es cíclico. Tenemos entonces un crecimiento continuado
del homicidio que se acelera más es unos periodos que en
otros. Los años en los cuales los datos se separan más de
la tendencia son 1924 y 1925, que pueden considerarse
incluso como fechas atípicas.
Según los datos obtenidos también fue posible
determinar cómo el comportamiento temporal de la
provincia está determinado en mayor medida por la
manera como se comportan los datos en las series
Rionegro y Bucaramanga. Es necesario tener claro esto
ya que las series que presentan un comportamiento
más dinámico con respecto a la provincia son Rionegro,
Bucaramanga, Lebrija, Girón, Floridablanca y Matanza,
las demás series tienen un comportamiento más estable

78
Colección Escuela de Historia 25 años

con una media anual menor de uno (>0 y <1). Cuando


hablamos entonces de tendencia de crecimiento
nos referimos primordialmente a las series arriba
mencionadas, ya que los cambios en la tendencia al
prescindir de las series estables no son mayores.
Ahora, se tiene claro que el comportamiento
que se ha descrito hasta el momento es de los casos
que es posible documentar y que yacen en el Centro
de Documentación e Investigación Histórica Regional
de Universidad Industrial de Santander. Por ello,
hay que tener claro que se está trabajando con datos
imperfectos32. El número de casos que se conservan en
el Archivo de Historia Regional de la UIS son solamente
una parte de aquellos que pudieron ser rescatados de
un antiguo archivo donde por lo menos la mitad de los
expedientes que allí se conservaban fueron destruidos
por la humedad y en general por un inconveniente
manejo documental. Siempre, por lo tanto, se estará
hablando de un número relativo de casos, ya no sólo por
la presunción de que no todos los casos de homicidio
fueron denunciados, sino además porque un buen
número de ellos quedaría definitivamente destruido.
Los ciclos que presentamos aquí pueden
responder entonces a coyunturas estructurales tales
como una bonanza cafetera, una nueva etapa de
movilidad social, revueltas sociales, etc.; o a cuestiones
incidentales como la mejora en el sistema de archivo
de los expedientes o la pérdida de material en una
época específica. El aumento de casos puede incluso
responder a un cambio de actitud de los habitantes
de la provincia respecto al sistema judicial, cuando
la venganza deja de canalizarse a través de la acción
directa y se asume el sistema judicial como mediador
en el conflicto. Sin embargo, esto no se puede definir
32  Respecto al problema de los datos imperfectos puede remitirse
a FLOUD, Roderick. Métodos cuantitativos para historiadores. Madrid:
Alianza editorial, 1983. p. 185 y ss.

79
Colección Escuela de Historia 25 años

hasta no tener mayores soportes de la situación de la


Provincia de Soto en esos años. Aceptamos entonces
en este trabajo que los casos de homicidio tuvieron
un aumento proporcional anual del 13,24%, que estos
casos tienen un comportamiento cíclico del cual pueden
identificarse cuatro ciclos principales, el primero que va
de 1903 a 1910, el segundo de 1911 a 1918, el tercero de
1919 a 1925 y el último de 1926 a 1930.
Para mostrar el comportamiento geográfico del
homicidio en la provincia se utilizan mapas síntesis,
los cuales nos permiten observar la dinámica espacial
y territorial del homicidio de una forma esquemática.
Cada mapa corresponde a uno de los ciclos descritos
en el primer apartado y se hace una distribución por
municipios según la frecuencia de homicidios que se
presentaron en la totalidad del ciclo. Para la totalidad
del periodo se realizó el siguiente mapa síntesis:
Gráfico 3. Comportamiento geográfico del
homicidio en la Provincia de Soto de 1902 a 1930

80
Colección Escuela de Historia 25 años

Como puede observarse el homicidio estaba muy


ligado a las zonas económicamente más activas como
son Rionegro y Bucaramanga, sin embargo no se debe
llegar a explicar a la ligera la relación entre la estructura
socioeconómica y los homicidios. Bucaramanga y
Rionegro no son sólo las regiones con mayor dinámica
económica, sino que además son las que tienen el mayor
número de población (19735 y 14256 respectivamente
en 1912. Para 1918 la población de estos municipios era
de 24919 y 15874), Rionegro es además el municipio
con mayor extensión con 2146 km2 seguido por Girón y
Lebrija (909 km2 y 697 km2 respectivamente).

Estadísticas y tasas de homicidio33


En 1913, la Secretaría de Gobierno presentó un
informe estadístico de la criminalidad del Departamento
de Santander, partiendo de los datos obtenidos por
número de personas sentenciadas por delitos graves
en los años 1909 a octubre de 1912 en los Juzgados de
Santander, exceptuando los del Circuito de Vélez,
el Juzgado Superior de Bucaramanga, el Juzgado 2°
de la misma ciudad y el Juzgado de Circuito de San
Andrés, los cuales no enviaron datos para realizar la
estadística, y muestran de qué forma se dificultaba aún
el levantamiento de una cifra oficial de criminalidad en
el departamento.
En este informe se evidencia cómo el principal
delito de Santander, o por lo menos de la muestra que
se pudo obtener, era el de heridas, el cual representó el
60,7% de toda la muestra, seguido por los homicidios
en el Distrito de San Gil con un 11,7%, el hurto con un
8,8% y el amancebamiento con un 8%. Hay que aclarar
33  Este apartado viene a reemplazar el análisis estadístico realizado
en la tesis original ya que contiene información empírica más precisa
y confiable.

81
Colección Escuela de Historia 25 años

que solamente se están tomando los casos donde existió


sentencia condenatoria, y que el número de individuos
no es un absoluto del número de delitos, ya que en un
caso podían condenarse más de una persona. Si se toma
en términos de número de personas condenadas por
número de procesos, entonces se tendrá un 36% de tasa
de condenas por el total de procesos, lo cual deja un
64% de procesos que o bien no terminan en condena o
bien son absolutorios.
Con los datos anteriores y el Censo de 191234 es
posible hacer un aproximado de la Tasa de Homicidios,
la cual sería de 19 homicidios por cada 100.000
habitantes en todo el departamento. Si se compara con
cifras anteriores a la Guerra de los Mil Días se muestra
un aumento significativo pero que será similar a las
cifras que se presentan en esa década.35 Esta Tasa se
calculó solamente con los casos y la población de la cual
se publicaron datos en el informe de 1913, pero aunque
no es una cifra absoluta corresponde al 50% de la
población del Departamento de Santander en esa época
y al 65% del Distrito Judicial de San Gil, por lo que no
deja de ser una cifra significativa.
El anuario estadístico de 1916-1917 mostraba que
para 1916 hubo en Santander un total de 1676 detenidos,
sin especificar cuáles eran mujeres y hombres; de los
cuales la mayor parte fueron detenidos por el delito
de heridas, sumando 435 presos por este delito. El
siguiente delito con mayor cantidad de detenidos era el
de embriaguez, con 148 presos. Las riñas, con 146 presos,
fueron el tercer delito con mayores presos, seguido por
los hurtos con 131 presos y el homicidio, por el cual
fueron presas 128 personas. En contraste, los delitos
34  Censo General de la República de Colombia Levantado el 5 de mar-
zo de 1912. Bogotá: Imprenta Nacional, 1912, pp. 46-47
35  Para 1890 la provincia de Soto contaba con una tasa de homicidios
de 10,4 hpccmh. La Voz de Soto, Bucaramanga, octubre 5 de 1890, año
I, No. 25, p. 99

82
Colección Escuela de Historia 25 años

con menor número de presos fueron la riña, el parricidio


y la inmoralidad, con un solo detenido cada uno; dos
personas estaban detenidas por fraude, en tanto tres lo
fueron por abuso de confianza. Los delitos sin ningún
detenido fueron el asesinato, el abuso de autoridad,
el aborto, el ataque a la propiedad, la circulación
de moneda falsa, la corrupción, el escalamiento,36 el
envenenamiento, los incendios, el infanticidio y la
tentativa de asesinato. En su gran mayoría los detenidos
fueron agricultores, obreros, comerciantes, mineros
y albañiles, y las detenidas se dedicaban a los oficios
domésticos y unas cuantas eran mujeres públicas.
Para el año de 1917 los detenidos sumaron un total
de 1706, es decir, 30 más que el año inmediatamente
anterior, aunque esta vez sí se especificaron 1706
detenidos hombres y 644 mujeres. Para este año el
delito con mayor cantidad de detenidos fue el hurto
con 457 detenidos, seguido por el delito de heridas,
con 415 detenidos, un número ligeramente menor al del
año anterior. El homicidio aumentó a 195 detenidos, el
irrespeto a la autoridad pasó de 20 a 142 detenidos en
1917, en tanto el fraude pasó de 2 detenidos en 1916 a 133
en 1917.37
El Boletín de Estadística de Santander, dirigido por
Manuel Peña, presentó en sus números seis y siete las
cifras de criminalidad en el año de 1917 correspondientes
a los Distritos Judiciales de Bucaramanga y San Gil.
Este informe, inició con la apreciación de que no era de
extrañar el constante aumento de la criminalidad ante la
cifra elevada de sobreseimientos dictados por el juzgado
de Bucaramanga, correspondientes a 109 casos de un
total de 131 negocios criminales que se sustanciaron
36  Equivalente al allanamiento de cárceles u otros establecimientos
de castigo, pero con la especificidad de hacerse escalando los muros de
dichos edificios. Código Penal Colombiano de 1890, Libro II, Título V,
Capítulo I, artículos 282 – 284.
37  Anuario Estadístico 1916-1917. Bogotá: Imprenta Nacional, 1920.

83
Colección Escuela de Historia 25 años

en el Distrito Judicial, quedando solamente 22 sobre


los que recayó fallo condenatorio, correspondientes a
solamente el 16,79% del total de las causas criminales
juzgadas en el Distrito.38
En el oficio remisorio de los cuadros publicados
por el Boletín, el Juez Superior del Distrito de
Bucaramanga, Marcos S. Cadena, decía:
“Causas com[p]lejas y hasta esporádicas,
obran de modo aterrador en el aumento del
delito. Y no es la pobreza la que inspira el
robo; ni la venganza ni el amor los que mueven
el brazo y hacen derramar la sangre; ni es el
alcohol lo que despierta la bestia adorm[i]da,
le couchon qui sommeille39 [sic] que decía Verlaine;
hay algo podrido en la estructura de la masa
que h[a]ce brotar en el hombre inculto ese
fruto de maldición que se llama crimen.”

“Un poco de impunidad, un algo de


debilidad y un mucho de falsa noción de a[l]
to, altísimo deber de juzgar. Los jurados, lejos
de mirar esa función como la culminación
del sentido democrático, la miran como una
enorme e inaguantable contribución de oficio
que gravita peor que la del dinero para el
sostenimiento del Poder que le da garantía
al derecho de vivir, de poseer, de crecer y de
mejorar.”40

38  Boletín de Estadística de Santander. Órgano de la Oficina Depar-


tamental de Estadística. Dir., Manuel Peña, Año III, No. 6, Tipografía
Mercantil, Bucaramanga, Agosto 1 de 1918, p. 290.
39  Mala escritura de la frase del francés, le cochon qui sommeille. En
español “el cerdo que duerme”. [Traducción personal]
40  Boletín de Estadística de Santander, Director: Manuel Peña, Año III,
Número 6, Tipografía Mercantil, Bucaramanga, Agosto 1 de 1918, p. 290

84
Colección Escuela de Historia 25 años

Por una parte, la interpretación del origen


del crimen, cuyas motivaciones más comúnmente
aceptadas eran la pobreza para el robo y la venganza y
la embriaguez para el homicidio, no eran consideradas
como tales para el Juez Cadena, para quien el asunto era
más propio de la maldad individual y de la podredumbre
de la sociedad, la cual podía ser refrenada por el hombre
culto más no por el inculto. Un asunto de temperancia,
moderación y moralidad. Y si a este inherente impulso de
maldad se le suma la debilidad en la acción de la justicia
por parte de los jurados, entonces esto conllevaría,
necesariamente, a un aumento en la criminalidad.
Uno de los delitos que más interés tenía para los
índices de criminalidad era el homicidio, de los cuales
en 1917 se sustanciaron 86 casos, un 65,6% del total de
causas criminales. Sobre estos, en 18 expedientes se
dictó fallo condenatorio (20%), en la misma cantidad
se dictó un fallo absolutorio, en tanto 50 expedientes
terminaron en auto de sobreseimiento (58%). En total
se investigaron 86 homicidios, correspondiendo al
Circuito de Bucaramanga un total de 10 homicidios, uno
para el Circuito de Concepción, 26 para el de Málaga,
20 para el de Piedecuesta y 29 para el de San Andrés; de
todos estos Circuitos el índice de homicidios41 más alto
correspondía a Piedecuesta con 141 homicidios por cada
cien mil habitantes [hpccmh], seguido de San Andrés
con 140 hpccmh, Málaga con 71 hpccmh, Bucaramanga
con 14 hpccmh y Concepción con 8 hpccmh, dando un
total para el Distrito Judicial de 55 hpccmh, una cifra
bastante alta incluso para índices actuales.42

41  El índice de homicidios corresponde al promedio de homicidios que


se cometen en un año en una población determinada por cada cien mil
habitantes, debido a la baja demografía de la época esta se calculaba
sobre cada mil habitantes, por ello se realizó la conversión a la tasa
aceptada actualmente con el fin de unificar el valor de la tasa y con ello
poder realizar comparaciones de larga y mediana duración.
42  Boletín de Estadística de Santander, Año III, Número 6, Tipografía
Mercantil, Bucaramanga, Agosto 1 de 1918, p. 290.

85
Colección Escuela de Historia 25 años

Estos datos dan cierta seguridad de estar


tratando con homicidios y no con otros casos como
accidentes, suicidios o muertes por causas naturales,
aunque no deja de ser importante tener en cuenta que
mientras la tasa de homicidios en el Distrito Judicial de
Bucaramanga contando todos los casos denunciados
era de 55 hpccmh, cuando se toman solamente las
causas con sentencia condenatoria desciende a 12
hpccmh, la cual a pesar de la diferencia estaría aún
dos puntos por arriba de la calculada para 1888. Esta
significativa diferencia entre una tasa y otra muestra
también la disparidad manifestada por los redactores
del Boletín de Estadística entre los casos juzgados y
los que efectivamente recibían justicia, esto es, que
conllevaban a una condena efectiva, lo cual incluía
capturar al sindicado correcto y llevar a cabo el proceso
debidamente de tal manera que este recibiese su castigo
proporcionalmente al delito que había cometido de
acuerdo con el Código Penal.

Tabla 14. Total de los procesos que recibieron fallo


condenatorio en el Departamento de Santander en 191743

Jurisdicción TH* NTH† TP‡


Bucaramanga 8 6 72.029
Concepción 0 0 12.977
Málaga 19 7 36.411
Piedecuesta 14 2 14.212
San Andrés 14 3 20.769
DJB§ 12 18 156.398
*
Tasa de Homicidios †
Número Total de Homicidios

Total de Población §
Distrito Judicial de Bucaramanga

43  Ibíd., p. 294

86
Colección Escuela de Historia 25 años

Lo anterior puede estar relacionado con lo


manifestado por Donald Black, quien en 1976 aseguraba
que la ley podía ser cuantificada por su uso, por lo que,
en términos penales, un arresto es “más justo” [more law]
que ningún arresto, una denuncia [charge] es “más justo”
que ninguna, y así, una sentencia sería “más justa” que
ninguna sentencia. Para Black, el uso de la ley y la justicia
demuestran cuan valorada es la vida de una persona, y
para este autor, entre mayor sea el estatus social de la
víctima, mayor será el nivel de justicia aplicado por la
policía y el poder judicial.44
La importancia de esta descripción general del
homicidio durante las tres décadas posteriores a la
Guerra de los Mil Días en la Provincia de Soto, radica
en que esta muestra un proceso de aumento de los
homicidios que aunque puede conllevar a errores,
corroboraría la hipótesis de Jorge Orlando Melo quien
afirmó que “el periodo entre 1902 y 1947 es de una
violencia relativamente baja, aunque la impresión que
dan las estadísticas es la un incremento gradual de las
muertes violentas.”45 Esta impresión es vista de la misma
manera en la Provincia con los datos que se disponen
en la actualidad, la inexistencia de una estadística
confiable y detallada para estos años implica que habrá
que confiar de cierta manera en los datos que podemos
tener a la mano hasta que los métodos o las fuentes
permitan realizar afirmaciones más fiables.
Spierenburg considera que el aumento o
disminución de los homicidios puede representar un
indicador del proceso de la civilización o, lo que sería
igual, de construcción de un Estado – Nación, pero así
44  TRUSSLER, Tanya. “Explaining the Changing Nature of Homicide
Clearance in Canada” en: International Criminal Justice Review, Geor-
gia State University, No. 20, diciembre de 2010, p. 368.
45  MELO, Jorge Orlando. “Violencia y sociedad: algunos elementos
para su análisis.” En: Violencia, salud y universidad. Bogotá: Primer
encuentro de egresados Fundación Escuela Colombiana de Medicina,
1989, p.: 75.

87
Colección Escuela de Historia 25 años

mismo lo es si este aumento o disminución es hacia un


eje de violencia impulsiva o instrumental46. Volviendo a
Jorge Orlando Melo, la construcción del Estado – Nación
se habría consolidado después de la Guerra de los Mil
Días, con un mayor control de los medios de violencia
por parte del Estado, al derrotar definitivamente a
los ejércitos disidentes, lo cual se acompañó de la
consolidación de un ejército nacional más poderoso que
cualquiera otro que pudiese organizar cualquier facción
política, lo cual garantizó, por lo menos en ese nivel, la
paz.47
¿Estamos entonces ante una contradicción
entre la formación del Estado – Nación y el aumento
de los homicidios? O es simplemente que la teoría no
coincide con la realidad. Según lo visto, es tanto lo uno
como lo otro. La década de 1930 controla los medios
de violencia, pero no por ello se consigue controlar el
nivel de afectividad en la población. En tanto las élites,
como una especie de sociedad cortesana, se alejan
cada vez más del sentimiento guerrero para acercarse
más al desarrollo mercantil, se comienza a considerar
al pueblo llano como enfermo y a la “raza” colombiana
como simplemente degenerada. El deseo civilizador y el
referente europeo que se manifestó durante el siglo XIX
se proyecta por estas tres décadas, al final de las cuales
será más evidente aún que la civilización no se concreta
con simplemente organizar un ejército, también es
necesario dominar los impulsos y las pasiones de las
llamadas masas.

46  SPIERENBURG, Pieter. “Violencia, castigo, el cuerpo y el honor: una


revaluación” en: Figuraciones en proceso. Santafé de Bogotá: Funda-
ción Social, 1998, pp. 131 – 135.
47  Citado en: KALMANOVITZ, Salomón y LÓPEZ ENCISO, Enrique. La
Agricultura colombiana en el siglo XX. Bogotá: Fondo de Cultura Eco-
nómica, 2006, p. 35.

88
Colección Escuela de Historia 25 años

Los Espacios del homicidio


Para los años posteriores a la Guerra de los
Mil Días, la Provincia de Soto se encontraba dividida
en dos provincias: Bucaramanga y Piedecuesta. La
provincia de Bucaramanga comprendía los municipios
de Bucaramanga, California, Florida, Girón, Lebrija,
Matanza, Puerto Wilches, Rionegro, Suratá y Tona,
siendo Bucaramanga su capital; la provincia de
Piedecuesta comprendía su capital homónima y los
municipios de Los Santos y Umpalá.48 En 1930 se funda
el municipio de Charta que entra a comprender la
provincia de Bucaramanga desde esa fecha. Los centros
urbanos se concentraban en las montañas, dedicados
primordialmente a la agricultura y la artesanía; en tanto
el valle del río magdalena estaba casi deshabitado, con
excepción de Puerto Wilches, que se había convertido en
el punto de salida de mercancías de la Provincia hacia el
Magdalena y de allí hacia los mercados internacionales.
Buena parte de la ribera de los ríos Lebrija y Sogamoso,
cuya importancia para el comercio de la provincia es
harto conocida, estaban prácticamente despobladas,
siendo zonas consideradas de clima malsano y en las
cuáles el paludismo era considerada una enfermedad
endémica.49
La Provincia de Soto era un espacio
primordialmente rural, basado en la economía agrícola
y que concentraba la industria en el centro urbano de
Bucaramanga. Las haciendas cafeteras eran, a pesar de
su decaimiento con respecto a la producción nacional,
espacios importantes de producción agrícola que
tenían como una de sus características la escasez de
48  Censo Nacional de 1918. p. 299.
49  Gaceta de Santander. Bucaramanga, 28 de abril de 1902, Año XLIV,
Núm. 3492, p. 19. GALÁN GÓMEZ, Mario. Geografía económica de Co-
lombia. Tomo VIII, Santander. Bucaramanga: Imprenta Departamental
de Santander - Sección de publicaciones de la Contraloría Nacional,
1947, p. 137.

89
Colección Escuela de Historia 25 años

mano de obra.50 Este elemento, hacía necesario que


se enganchara mano de obra de otros municipios y
departamentos con excedentes,51 lo cual hizo que los
actores de los homicidios no fuesen únicamente nativos
de la provincia.
Como lo muestran los expedientes, la provincia
recibía a un buen número de personas de diferentes
lugares cercanos al departamento. Las zonas que
proveían mano de obra y que pueden ser referenciadas
en los expedientes eran Guaca, Barichara, Güepsa,
Guavatá, San Gil, Silos, San Andrés, Charalá, Jordán y
Socorro por el departamento de Santander; Sogamoso,
Duitama, Cocuy, Nobsa y Laguna Seca por el
departamento de Boyacá; y otros trabajadores en menor
medida de Antioquia y Venezuela.
En un caso de homicidio sucedido en Piedecuesta
en 1927, el hijo de la víctima declaró que ellos hacía tres
meses habían llegado a ese municipio provenientes
de San Andrés, un hombre que los acompañó, y que
posteriormente sería el homicida de la mujer, se dedicó
a trabajar como jornalero, en tanto la mujer se colocaba
en casas de familia para trabajar como cocinera o
panadera.52
La Provincia resultó ser un espacio sumamente
dinámico, donde la estructura de trabajo agrícola exigía
en buena medida el enganche de personas de otros
lugares. Es interesante notar como muchos testimonios
afirman que llevan pocos meses radicados en un lugar,
y que provienen de un municipio particular pero han
50  Esta escasez de mano de obra era bastante común, sobre todo para
los municipios de Rionegro y Lebrija, especialmente en la época de co-
secha. GALÁN GÓMEZ, Mario. Geografía Económica de Colombia. Tomo
VIII, Santander. Bucaramanga: Imprenta Departamental de Santander
- Sección de publicaciones de la Contraloría Nacional, 1947, p. 350.
51  JUNGUITO BONNET, Roberto y PIZANO SALAZAR, Diego. Producción
de café en Colombia. Bogotá: FEDESARROLLO, 1991, p. 26.
52  AHR - UIS, AHJB, Penal homicidios, Caja 45, expediente 901, f. 68v.

90
Colección Escuela de Historia 25 años

vivido en otro en los últimos meses. Los espacios


identificados para el homicidio fueron los caminos
rurales, las haciendas, las casa – tiendas, guaraperías
y cantinas y las plazoletas de los municipios. Los
espacios de venta de bebidas alcohólicas fueron el
espacio predominante de los homicidios, seguido por
las haciendas y los caminos rurales.
Los caminos rurales por lo general están
relacionados con las haciendas, pero se tratan como
categoría aparte puesto que no todo camino rural
está dentro de la hacienda y no necesariamente son
sus trabajadores, vivientes o arrendadores quienes
participan en las acciones homicidas. Casas, plazoletas,
bodegas y otros espacios conforman entre sí un 24%
de la muestra total, lo cual advierte que eran espacios
donde los enfrentamientos violentos eran mucho
menores. Por lo general el espacio de la casa se relaciona
con un asalto y en menor medida con un accidente; en
contraste, las haciendas y caminos rurales conforman el
41% de la muestra, seguido por los expendios de licores
y bebidas fermentadas.
Finalmente, los espacios rurales, es decir, aquellos
ubicados por fuera de las cabeceras municipales y cuya
base económica es fundamentalmente la explotación
agrícola, corresponden al 61% de los homicidios de la
muestra. Esto no es una sorpresa teniendo en cuenta
que la provincia de Soto era fundamentalmente agrícola
y sus habitantes se dedicaban especialmente a labores
relativas al agro.

Las armas
Desde la clásica investigación de William Taylor
el análisis descriptivo de las armas para describir el acto
homicida tiene suma importancia53. Pieter Spierenburg
53  TAYLOR, William B., op cit, p. 130.

91
Colección Escuela de Historia 25 años

va un tanto más allá, él propone que el cambio entre el


predominio de las armas blancas a las armas de fuego,
en el caso de Amsterdam, revela una evolución en el
proceso civilizatorio debida a la prohibición por parte
del Estado de las peleas con arma blanca desde el siglo
XVIII.54
La sistematización de las armas utilizadas
para matar dio como resultado que la mayoría de
los homicidios fueron cometidos con arma de fuego,
siendo un 41% de ellos cometido con un instrumento
cortopunzante. Esta investigación partió con la idea
que las armas cortopunzantes tendrían un porcentaje
superior de participación en los homicidios, sin embargo
se nota una tendencia equilibrada entre la una y la otra.
De manera más detallada, el arma más utilizada
para asesinar era el revólver, seguido por el cuchillo y el
machete. La escopeta ocupó un 6% de los homicidios en
tanto el puñal lo hizo un 8%. También hay presencia de
garrote en una ocasión, pero esta arma se utilizaba sobre
todo en las asonadas, como la ocurrida en la ciudad
de Floridablanca en enero de 1922, donde militantes
y personas afines al partido conservador agredieron a
garrote a los líderes liberales que estaban en medio de
una “conferencia”55.
Spierenburg considera que el mayor uso de armas
de fuego se debe al paso de la violencia ritual – impulsiva
a la racional – instrumental; por su parte, Jorge Mario
Betancur observa el mismo fenómeno de aumento de
los homicidios con arma de fuego y llega a la misma
conclusión, el aumento de armas de fuego implica una
tendencia de los homicidios hacia el eje instrumental.56
54  SPIERENBURG, Pieter. “Violencia, castigo, el cuerpo y el honor: una
revaluación” op cit, p. 140.
55  AHR - UIS, AHJB, Penal Homicidios, Caja 62, expediente 1221, ff.
2 – 2v.
56  BETANCUR GÓMEZ, Jorge Mario. Moscas de todos los colores. Bogo-
tá: Ministerio de Cultura, 2000, pp. 302 – 307.

92
Colección Escuela de Historia 25 años

En el apartado siguiente, se observa que la


violencia instrumental aún ocupa un lugar bastante
marginal dentro del conjunto de homicidios recopilados,
de hecho, parece que la masificación del homicidio por
arma de fuego se debería más a la proliferación de armas
a nivel comercial. El juez de un caso ocurrido en Charta
en 1930 desestimó la sospecha de una persona que había
sido acusada como sospechosa por haber ofrecido una
escopeta a un testigo, sabiendo de antemano que la
víctima había sido ultimada con un disparo de escopeta;
y basaba su desestimación en la afirmación que “es
sabido que son muchísimas las armas y objetos de
idéntica clase que se expenden en el comercio.”57
El uso del revólver en el contexto de la Provincia
de Soto, entró a cumplir el papel de una nueva arma en
el homicidio, sin que aun sean claras las incidencias
dentro de la dinámica del homicidio y su transición del
eje impulsivo al instrumental. Es difícil afirmar que el
aumento en el número de homicidios se haya debido
a la proliferación de armas de fuego, sin embargo
puede ser tomado como un argumento válido en una
profundización de la investigación. Por el momento
es difícil medir la influencia de este tipo de armas
puesto que están presentes durante todo el periodo
de tiempo y en todos los municipios, incluso Charta,
donde solamente existe un caso, este tuvo como arma
una escopeta. Lo que si indica esta proliferación de
armas es la debilidad del monopolio de la fuerza física
estatal, donde los ciudadanos permanecían armados
para proteger sus vidas y sus bienes, o para amenazar
las vidas y bienes de los demás. En este sentido, aunque
los ejércitos de la oposición habían dejado sus armas y
su romanticismo guerrero, estas armas pasaron a ser
de uso común, dinamizando una forma de violencia
impulsiva que el estado aún no podía controlar.

57  AHR - UIS, AHJB, Penal Homicidios, Caja 41, expediente 864, f. 78v.

93
Colección Escuela de Historia 25 años

En la teoría procesual, el estado logra disminuir


la violencia de los pobladores en tanto fortalece la
represión de sus habitantes a la vez que les ofrece
protección. En un caso sucedido en Puerto Wilches, un
hombre estaba siendo amenazado por otro físicamente
superior a él, este lo agredía físicamente de manera
permanente, por lo que este pedía protección a la policía
o solicitaba fuera aprehendido su agresor, cuestión que
nunca fue estimada por el inspector de policía, por
lo que Escolástico Jiménez tuvo que armarse con un
revólver para proteger su vida, como efectivamente tuvo
que hacer el 20 de diciembre de 1918, cuando terminó
dando muerte a su agresor y llevando a cabo un juicio
por homicidio.58
En este sentido, lo que se observa no es un cambio
de la cultura del cuchillo a la cultura del arma de fuego,
como se presentó en Amsterdam o en Medellín, sino
un arma nueva que entra a jugar dentro de la misma
cultura donde el aparato represivo del Estado aún está
confinado a los centros urbanos.

Los motivos
Uno de los elementos de análisis más importantes
para entender los cambios en la violencia y el homicidio
es la transición de violencia impulsiva a violencia
instrumental. Aun cuando este concepto va a ser tratado
con mayor profundidad más adelante, basta con aclarar
que la violencia instrumental es aquella que se utiliza
como medio para un fin, por ejemplo un robo o una
violación; en tanto, la violencia impulsiva, o afectiva
como se suele llamar, se refiere más a aquellos actos de
violencia que son motivados por factores pasionales o
58  AHR - UIS, AHJB, Penal Homicidios, Caja 67, expediente 1293, ff.
103 – 103v.

94
Colección Escuela de Historia 25 años

emocionales como los celos, la defensa del honor, la ira,


etc.59
En primer lugar, existen formas o manifestaciones
del homicidio relacionadas con la situación en la cual
es cometido el hecho: riña, pleito, asonada, defensa del
honor, de la vida, accidente, venganza, robo, etc. Estas
son categorías que se le han adjudicado al hecho, que
no siempre corresponden a elementos jurídicos. Estas
categorías permiten describir el homicidio en una serie
de manifestaciones con unas características propias, y
su dinámica puede observarse en la gráfica. En esta se
observa que la riña es tal vez la situación más frecuente
en la cual se presentan los homicidios, lo sigue el
homicidio pasional, es decir, aquel relacionado con
relaciones sentimentales, pasionales o sexuales; y la
venganza, entendida como el asesinato de otra persona
como medio de ajuste de cuentas. En otro nivel bastante
uniforme se encuentra el homicidio para cometer un
robo, el que fue consecuencia de la defensa propia, el
pleito, que es una forma ritualizada de riña, y en menor
medida el accidente, causado primordialmente por
la manipulación imprudente de armas de fuego o de
la forma de comportarse en la vía pública frente a los
automóviles. En un nivel mucho menor está la asonada,
la resistencia al arresto, el ataque sorpresivo y el abuso
de autoridad.
Estas categorías pueden ser ampliadas si se
observan más detalladamente, pero se trató de hacer
una categorización basada en elementos comunes que
podían ser acumulados, en un método similar a Taylor
cuando propone el estudio de las acumulaciones de
coincidencias individuales. Más allá de ver las formas
como se manifestaba el homicidio, interesa analizar
59  SPIERENBURG, Pieter. “Masculinity, Violence and Honor: An intro-
duction” en: Spierenburg, Pieter (ed.) Men and Violence. Gender, Hon-
or and Rituals in Modern Europe and America. Chicago: Ohio University
Press, 1998, pp. 1 – 35, p. 13.

95
Colección Escuela de Historia 25 años

hacia qué eje tiende el homicidio en la época, si hacia


el homicidio impulsivo o hacia el instrumental. Para
ello se parte de las formas de homicidio y se las vincula
con el tipo de homicidio impulsivo, instrumental o al
relacionado con las circunstancias. Para el homicidio
instrumental se consideraron las formas de homicidio
para cometer un robo y el que tiene como finalidad
la venganza; esto debido a que el tipo instrumental
corresponde a aquellos homicidios que responden a
una finalidad, así existan elementos pasionales en su
ejecución.
Los circunstanciales son aquellos relacionados
con los accidentes y con causa desconocida. El impulsivo
correspondería a las demás formas. Valga la pena
aclarar que la asonada puede ser de tipo instrumental
o impulsivo, dependiendo de la circunstancia específica
del homicidio. Una asonada como la ocurrida en La
Gómez en 1928 remite a un homicidio instrumental,
donde el asesinato de una persona puede ser considerado
como un medio para un fin, presionar o protestar frente
al gobierno,60 en contraste, las asonadas sucedidas en
Floridablanca en los años veinte, que implicaban el
conflicto entre liberales y conservadores, surgen de
un impulso, de la ira al sentirse ofendidos ante una
manifestación liberal.61
De esta manera, se encuentra un predominio
del homicidio impulsivo frente al instrumental y el
circunstancial; este tipo de homicidio corresponde al
61% de los casos analizados, en tanto el impulsivo apenas
correspondería a un 21%, tal y como se ve en la gráfica.
Esta muestra valida la hipótesis de que, a pesar de
existir una manifestación del homicidio instrumental,
es el homicidio impulsivo el que domina los conflictos
interpersonales que terminan en homicidios, lo cual
60  AHR - UIS, AHJB, Penal homicidios, Caja 38, expediente 800.
61  AHR - UIS, AHJB, Penal Homicidios, Caja 62, expediente 1221; AHR
- UIS, AHJB, Penal Homicidios, Caja 59, expediente 1184.

96
Colección Escuela de Historia 25 años

es una demostración de la debilidad del aparato de


represión estatal que permitía que la población diera
rienda suelta a sus impulsos agresivos y además
necesitara de ellos para defender su vida y sus bienes.
Formas atípicas de homicidio fueron la asfixia,62
los golpes63 y la violación y posterior homicidio. Este
último es un caso que llama la atención en particular ya
que es posible que, valga el anacronismo, haya existido
un asesino en serie, quien habría violado y asesinado a
por lo menos dos niños de 9 y 11 años de edad, de los
cuales se tenía denuncia, uno de los cuales era primo del
asesino, a quien llevó a su finca con permiso de su tía
con la promesa de enseñarle a trabajar y pagarle bien;
a los pocos días violó y mató al niño escondiendo el
cuerpo en un sitio apartado.64

Consideraciones generales en torno al


homicidio en la provincia de Soto
La presente investigación realizó un recorrido
por las formas del homicidio en la Provincia de Soto
desde 1903 hasta 1930, analizando primordialmente la
relación de este delito con la construcción del Estado
Nación, analizando la efectividad del aparato represivo
del estado para controlar los impulsos y el ejercicio de
la violencia física de la población que habita el territorio
nacional.
En primer lugar, la legislación y el aparato
legislativo se construyó a partir del referente europeo,
aplicando modelos, códigos y escuelas jurídicas en
pos de conseguir el monopolio fiscal y de la violencia.
Las leyes y el pensamiento jurídico que construyeron
62  AHR - UIS, AHJB, Penal Homicidios, Caja sin numerar, expediente
sin numerar.
63  AHR - UIS, AHJB, Penal Homicidios, Caja 12, expediente 254.
64  AHR - UIS, AHJB, Penal Homicidios, Caja 3, expediente 53.

97
Colección Escuela de Historia 25 años

el Código Penal de 1890, fueron construidas con


base en dos ejes fundamentalmente, por un lado una
tradición heredada del derecho castellano español y
por otro las transiciones políticas que endurecieron o
reblandecieron los límites del delito, las exculpaciones,
atenuantes, agravantes, penas y castigos.
Así mismo, sobre todo en la ciudad de
Bucaramanga, se intentó organizar una Sociedad
Jurídica, que era ante todo una reunión de intelectuales
que analizaban los casos, las jurisprudencias y
elaboraban monografías que eran publicadas por ellos
mismos a través de la Revista Jurídica de Bucaramanga.
Este afán intelectual era también una crítica al Código
Penal de 1890 y al régimen judicial conservador, de
hecho, esta sociedad reflejaba el impulso de la escuela
positivista de Ferri que se oponía a la clásica del Código.
Las exculpaciones, penas y la concepción de
la premeditación fueron el resultado de una política
conservadora que buscaba fortalecer las condenas
y ejercer la ley con mayor dureza como reemplazo
de la política liberal que era mucho más laxa con la
consideración de la ley y la aplicación de la pena. Sin
embargo, si se compara la tendencia de crecimiento de
los homicidios y la aplicación de la pena, es claro que
estas dos tendencias son contrapuestas, de hecho, la ley
existe formalmente, pero se hace efectiva a través de los
agentes del estado encargados de vigilar y hacer cumplir
la ley, como los agentes de policía y los detectives,
así como un cuerpo judicial competente para ejercer,
juzgar y condenar de acuerdo con la legislación y el
código judicial.
Lo que se observa es, por un lado, una debilidad
en el ejercicio de la fuerza y en el papel de protección
de los ciudadanos. De hecho, los ciudadanos en muchas
ocasiones tenían que asumir su defensa propia, los

98
Colección Escuela de Historia 25 años

cuerpos policiales en las zonas rurales no tenían la


posibilidad de asumir la defensa de la vida y bienes
de los ciudadanos que habitaban en estas zonas, o
que transitaban por sus caminos. Las haciendas, casas
quintas y otros espacios privados eran defendidos por
mayordomos y “vasallos”, es decir, en tanto se había
conseguido, como consecuencia misma de la Guerra
de los Mil Días, monopolizar la formación de cuerpos
armados organizados y centralizar la fuerza en torno al
ejército nacional, el control de la distribución de armas
y su uso por parte de los ciudadanos y habitantes en
general de la Provincia era una cuestión común.
De cierta manera, existía una concepción
popular del homicidio, además de los valores que se
consideraban válidos para matar o morir. El homicidio
como delito era una cuestión conocida, se sabía que el
matar a alguien implicaba “pagarlo”, es decir, implicaba
una condena, un castigo. Si esto era así ¿por qué la gente
se mataba solamente por el impulso de hacerlo? Esta es
una pregunta que queda abierta y que esta investigación
aun no puede responder, sin embargo, es cierto que las
personas podían asesinar a otras por el impulso agresivo
de hacer daño al otro como respuesta a una ofensa, una
injuria u otro detonante de la agresividad del individuo
o del colectivo de personas.
El aumento en los casos por homicidio durante
estas tres décadas puede deberse a muchos factores
interconectados, puede implicar en buena medida una
mejor estructura judicial que era capaz de reconocer
progresivamente más casos y de juzgar más delitos en
una mayor porción del territorio; así mismo, el aumento
poblacional contribuye a que la tendencia por número
de homicidios aumente, sumado esto a la migración
temporal de trabajadores que se vinculaban durante
las épocas de cosecha de café a las haciendas. Incluso,
el aumento en el comercio de armas de fuego puede

99
Colección Escuela de Historia 25 años

tener implicaciones en el aumento de la tendencia por


casos de homicidio, una masificación de los revólveres,
escopetas y otras armas de este tipo pueden hacer que
las heridas sean cada vez más mortales, lo cual implicaría
un aumento de los casos de homicidios frente a los de
heridas, cuestión que también vale la pena investigar en
una nueva oportunidad.
En sí, los homicidios se comportan a nivel
general de una manera interesante, muy vinculados
al centro político administrativo de la Provincia que
era Bucaramanga, y al eje productivo regional, que
comprendía Rionegro, Matanza, Lebrija y Girón. Un
municipio que fue posteriormente desagregado de
la provincia como fue Puerto Wilches, presentó así
mismo mayor número de particularidades que otras
zonas, sobre todo teniendo en cuenta que fue un
espacio cercano a un centro industrial de explotación
y de exportación; el ferrocarril y los puertos eran los
espacios cotidianos del este municipio en contraste con
las haciendas y los centros de producción agrícola del
resto de la provincia.
Pero a pesar de estas particularidades en el número
y proporción de los homicidios en los municipios, el eje
del homicidio impulsivo fue una cuestión generalizada,
así como era el espacio rural el que mayor contribución
al número de homicidios aportó durante el periodo.
Estos dos factores pueden llevar a conclusiones ligeras
como considerar que las áreas rurales se relacionan con
la impulsividad, sin embargo, lo que muestra el análisis
de los casos particulares es que en las zonas rurales fue
donde la mayoría de casos por homicidio instrumental
se presentaron, y de hecho, el homicidio instrumental
analizado para el municipio de Bucaramanga fue
realizado por jóvenes campesinos vecinos del municipio
pero ligados a Lebrija.

100
Colección Escuela de Historia 25 años

La diferencia entre casos en las zonas urbanas y en


las zonas rurales no son tan evidentes, de hecho, no se
encontraron mayores particularidades que permitieran
considerar que existiera una diferencia radical entre
ambos espacios; en tanto sí, los homicidios cometidos
en el espectro del tiempo libre y del trabajo, donde no
sólo se diferencian los espacios, sino además, el origen y
motivo de los conflictos suele ser diferente.
El alcohol así mismo es un elemento transversal
en la dinámica del homicidio en el periodo estudiado,
pero no se podría decir que este era un mecanismo que
conducía al homicidio, es decir, que lo motivaba. Lo que
se observó fue que homicidios impulsivos sin mediación
del alcohol tenían la misma forma de ejecutarse que
aquellos donde mediaba el alcohol, aunque no se puede
negar que el alcohol contribuye a un mayor nivel de
distensión que implica una mayor impulsividad, lo claro
es que no era necesario el alcohol para que las personas
terminaran asesinando a otras por motivos pasionales
o afectivos, y más aún cuando el alcohol permeaba la
mayoría de las actividades sociales, incluido el trabajo,
y aún más en los espacios de sociabilidad.65
Lo que se pudo concluir fue que el homicidio
en la provincia de Soto después de la Guerra de los
Mil Días, estuvo predominantemente signado por las
motivaciones impulsivas, que corresponde al asesinar
como una reacción ante una ofensa, injuria u otro tipo
de motivación que radicaba en principios emocionales y
afectivos. En este sentido, si es el caso, lo que demuestran
los casos de homicidio analizados es que la construcción
del estado nación aún estaba en un nivel periférico, no
sólo a nivel geográfico, sino a nivel social, donde la élite
que en el siglo XIX alentó su espíritu guerrero a través
65  MELO FLÓREZ, Jairo Antonio. “Pasión y Honor. Elementos culturales
del homicidio en la Provincia de Soto (Santander) de 1903 a 1930.” En
Anuario de Historia Regional y de las Fronteras, Volumen 15, 2010, pp.
245-262.

101
Colección Escuela de Historia 25 años

de un sinnúmero de guerras civiles, ahora se dedicaba


a combatir en el marcado y en el capital, tratando de
modernizar muy a su estilo la economía de exportación
en decadencia, dejando el ejercicio de la fuerza a la
policía y a sus mayordomos y “vasallos”. Entre tanto,
las personas del común, dejaban a un lado el cuchillo y
guardaban el machete, sin olvidar cargar sus revólveres
para responder a lo que les pudiese esperar a la vuelta
del camino.66

66  MELO FLÓREZ, Jairo Antonio. Crimen y Castigo en Santander a ini-


cios del siglo XX. Bucaramanga: Gobernación de Santander, 2011, p. 73

102
Colección Escuela de Historia 25 años

Archivo
Archivo Histórico Regional – UIS
Sección Archivo del Tribunal Superior de
Bucaramanga
Serie Homicidios

Fuentes Primarias Publicadas


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Levantado el 5 de marzo de 1912. Bogotá: Imprenta
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Bogotá: Librería Camacho Roldán – Concha y
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DE COLOMBIA (Ley 112 de 26 de junio de 1873). Libro
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SANTANDER, Código Penal. Bogotá: Imprenta de
Medardo Rivas, Tomo 2, 1870
GALÁN GÓMEZ, Mario. Geografía Económica
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103
Colección Escuela de Historia 25 años

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publicaciones de la Contraloría Nacional, 1947
GÓMEZ BALLESTEROS, Belisario. “El Poder
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y hace parte del factor social de la delincuencia en
Colombia” en Revista de Derecho Penal, Bogotá, marzo-
abril de 1920, Nos. 11 y 12, p. 391-393.
NOVÍSIMA RECOPILACIÓN DE LAS LEYES
DE ESPAÑA. Madrid: sin pie de imprenta, 1805,
QUIJANO, Arturo. Ensayo sobre la evolución del
Derecho Penal en Colombia. Bogotá: Imprenta de Medardo
Rivas, 1898

Fuentes seriadas
Gaceta de Santander. Bucaramanga, 28 de abril
de 1902, Año XLIV, Núm. 3492
La Voz de Soto, Bucaramanga, octubre 5 de 1890,
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Tesis de grado para optar al título de Magíster en
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Bucaramanga: Instituto Municipal de Cultura – SIC,
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GALÁN GÓMEZ, Mario. Geografía económica
de Colombia. Tomo VIII, Santander. Bucaramanga:
Imprenta Departamental de Santander - Sección de
publicaciones de la Contraloría Nacional, 1947.
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MELO FLÓREZ, Jairo Antonio. Crimen y Castigo en


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de Santander, 2011
_________________________ “Pasión y Honor.
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Historia Regional y de las Fronteras, Volumen 15, 2010,
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algunos elementos para su análisis.” En: Violencia, salud
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Fundación Escuela Colombiana de Medicina, 1989.
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derecho penal. Bucaramanga: Sistemas & Computadores,
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historiadores. Madrid: Alianza editorial, 1983.
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and Honor: An introduction” en: Spierenburg, Pieter
(ed.) Men and Violence. Gender, Honor and Rituals in Modern
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Santafé de Bogotá: Fundación Social, 1998

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University, No. 20, diciembre de 2010, pp. 366-388.
URIBE, Gerson Gustavo. Una historia del homicidio
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para optar al título de Historiador. Escuela de Historia,
Universidad industrial de Santander, Bucaramanga,
2007.

107
TRES VERSIONES DE LA
CÁRCEL LA CONCORDIA
DE BUCARAMANGA 1930
1942:
LA LEY, UN PRESIDIARIO Y EL
PERIÓDICO

Manuel Faustino Cardozo


Historiador de la Universidad Industrial de
Santander
Colección Escuela de Historia 25 años

L
a institucionalización de las personas es
una práctica legítima que puede observarse
con relativa frecuencia a lo largo del
tiempo. Ciertamente, desde el momento en que la
sociedad empezó a reunirse y a vivir en comunidades,
la institucionalización comenzó a surgir, como una
forma de especializar, modificar y al mismo tiempo
de aislar a las personas y sus conductas durante un
tiempo y en un lugar específico. Este trabajo es un
aporte a esa historia institucional. Sobre como el
Estado colombiano implementó a través de la ley, las
instituciones carcelarias, pero a su vez, dimensiona
por medio de diferentes fuentes de información el
distanciamiento que separa las leyes de la situación
real de dichas instituciones. Tomando como centro la
cárcel La Concordia, principal cárcel del departamento
de Santander.

El Objeto Histórico
La cárcel de Distrito de Bucaramanga fue
trasladada a finales de los años veinte, del palacio
municipal en la plaza García Rovira, donde había
funcionado por más de un siglo, al costado occidental
de la plaza La Concordia, de donde toma su nombre.
Allí comenzó a funcionar en el año de 1928.

111
Colección Escuela de Historia 25 años

Realmente no se trataba de una construcción


planificada para fines de reclusión, sino la adecuación
de una casona de dos plantas, con trece habitaciones
y sin un orden establecido que dio una respuesta, por
el momento eficaz, a la creciente población carcelaria.
A su vez que la posibilidad de remodelar el Palacio
Municipal, que hasta el momento la albergó, mejorando
el ornato de la ciudad.
El primer director de La Concordia fue el señor
Miguel García (1928-1931) quien estuvo encargado de
su administración y funcionamiento. El establecimien-
to fue dotado con 10 fusiles Grass franceses, sus bayo-
netas, tahalíes y 1730 municiones, 10 fusiles Mausser
alemanes con 500 cartuchos. También se le entregó a
“La Concordia” por parte del Ministerio de Gobierno 7
picotas, 6 esposas, 4 barras y 13 argollas para grilletes.
La sección administrativa estaba compuesta por
una oficina de escritorio, maquina de escribir Rémington
Standard, sillas giratorias, papel, tinteros, plumas y
una mesa para visitas oficiales, otra para el servicio de
guardia con un reloj y un timbre, dos tinteros y tres
sellos de caucho para registrar sus servicios. Habían
tres campanas que eran utilizadas para anunciar la hora
de levantarse, acostarse y el momento de las comidas.
Las fuentes de luz las proporcionaban doce lámparas y
dos linternas eléctricas.
En La Concordia los reclusos carecían de camas,
estos dormían en esteras de fique o de paja y en el suelo.
Para ellos había 27 bancos y 11 taburetes. Un escaparate
con libros conformaba la biblioteca y una enfermería
dotada con dos jeringas hipodérmicas, un depósito para
baños de fuente, un platón esmaltado, dos depósitos
de latón y un aparato para tomar estaturas. Se carecía
de personal para atender a los enfermos, estos eran
remitidos, solo en caso de ser necesario, al hospital de la

112
Colección Escuela de Historia 25 años

ciudad y si el preso era el portador del bacilo de Hansen


(productor de la lepra), era enviado inmediatamente
al Lazareto de Contratación para su tratamiento y
condena.
Esta era la estructura física, ubicación y
equipamiento del objeto histórico de este trabajo de
grado. El siguiente paso será realizar un recorrido por
las tres diferentes versiones desde las cuales se investigó
el tema. No sin antes exponer el marco teórico que se
empleó para abordarlo.

Herramientas Conceptuales
El marco teórico de esta investigación esta
constituido principalmente por dos conceptos, el
primero es el de “institución total” desarrollado por Erving
Goffman en su libro, internados. Ensayos sobre la Situación
social de los enfermos mentales (1961), el cual es definido
como:
“lugar de residencia o trabajo, donde
un gran número de individuos en igual
situación, aislados de la sociedad por un
periodo apreciable de tiempo, comparten en
su encierro una rutina diaria, administrada
formalmente”1
Según el autor las “instituciones totales” tienen
cuatro características generales:
1. Todas las dimensiones de la vida
se desarrollan en el mismo lugar y bajo una
única autoridad.

1  GOFFMAN. Erving. Internados. Ensayos sobre la situación social de los


enfermos mentales. Buenos Aires: Amorrourtu, 1961. 1ª Ed. Castellano
1970, p. 13.

113
Colección Escuela de Historia 25 años

2. Todas las etapas de la actividad


cotidiana de cada miembro de la institución
total se llevan a cabo en la compañía
inmediata de un gran número de otros
miembros, a los que se da el mismo trato y
de los que se requiere que hagan juntos las
mismas cosas.
3. Todas las actividades cotidianas
están estrictamente programadas, de
modo que la actividad que se realiza en
un momento determinado conduce a la
siguiente, y toda la secuencia de actividades
se impone jerárquicamente, mediante un
sistema de normas formales explícitas y un
cuerpo administrativo.
4. Las diversas actividades
obligatorias se integran en un único plan
racional, deliberadamente creado para
lograr objetivos propios de la institución.2

Todas perfectamente aplicables a la institución


carcelaria, pues es esta es el mejor y claro ejemplo de la
“institución total”.
El segundo concepto que se empleó es el de
“poder”, en este caso institucional, desarrollado
por Michael Foucault en el texto Vigilar y Castigar.
Nacimiento de la prisión (1975). y del que se desprenden los
subconceptos como “disciplina”, “control”, “Vigilancia”
y “castigo” indispensables herramientas a la hora de
encarar las técnicas especificas de ejercer el poder
e identificar a los agentes encargados de ejecutar el
discurso que lo legitima. Este autor ha desarrollado el
concepto de poder desde diversos ángulos, económico,
2  Ibíd., p. 19-20.

114
Colección Escuela de Historia 25 años

social, político, cultural y psicológico. Pero es en


la prisión y su poder institucional donde Foucault
encuentra la forma en que el poder se muestra de
manera abierta y sin enmascaramientos. Es decir
como la actuación de una tiranía que al mismo tiempo
es considerada pura y justificada. Puesto que puede
insertarse por completo en el interior de una moral, que
al amparo de la justicia, justifica su ejercicio brutal, ya
que aparece como la dominación del bien sobre el mal,
del orden sobre el caos.
El concepto de poder es entendido como el
despliegue de una relación de fuerza, que encuentra en la
prisión la esencia de lo que se consideran “los operadores
de dominación”. Estos elementos conceptuales se
emplearon para identificar los dispositivos de poder,
como el “silencio”, el “aislamiento celular”; describir los
mecanismos de control empleados por la institución
carcelaria como el examen, la vigilancia, los castigos,
las privaciones del “yo civil”; las implicaciones en los
individuos dentro de ella como el comportamiento, las
relaciones, los ajustes, las adaptaciones y resistencias.
Todo esto para comprender en funcionamiento
institucional del objeto de investigación.

Primera versión: La Ley


La base documental de esta primera parte de
la investigación está compuesta por un conjunto de
leyes, decretos, reglamentaciones, idearios y planes de
reforma dictados por las autoridades competentes para
su publicación y acatamiento.
Aquí no se hace referencia a una cárcel o
penitenciaria en particular, sino a todas en general. La
forma como han sido pensadas desde la oficialidad. El
“deber ser” de su funcionamiento, objetivos y funciones
sociales.

115
Colección Escuela de Historia 25 años

Resultan claves las legislaciones de 1839 sobre


“Establecimientos de Castigo” y la de 1934 sobre
“Reforma Carcelaria y Penitenciaria”. El análisis
de estas dos importantes fuentes de información
permitió rastrear las teorías penales italianas que las
influenciaron. La primera proviene de la escuela clásica
donde se concebía la cárcel como un castigo, y la segunda
de la escuela positivista en donde la cárcel y diferentes
actores sociales como el profesor, el doctor y el cura
actúan en la resocialización del individuo delincuente.
Es en este contexto teórico del positivismo
jurídico, cuyos fundadores fueron los italianos Erico
Ferri (jurista), Cesar Lombroso (biólogo) y Rafael
Garofalo (sociólogo), en el que se desarrolla la historia
de la cárcel La Concordia. Donde el castigo deja de ser
un fin en si mismo, para convertirse en un elemento
punitivo con características positivas, esencialmente la
“reforma” del individuo delincuente, su “regeneración
moral” y “readaptación a la disciplina social”. Sin
embargo para ello no solo se prescribía la necesidad
de contar con un personal especializado sino la
importancia sobre la clasificación del delincuente para
de esta forma implementar el tratamiento adecuado. El
recluso era tratado como un enfermo social al que se
estudiaba y se clasificaba en delincuentes patológicos y
circunstanciales. Siendo este y no el “castigo” el centro
del accionar punitivo.
El Estado a través de la reforma carcelaria
y penitenciaria de 1934, prescribió también las
características físicas de las instituciones penales,
dando espacio a variaciones dependiendo de las
circunstancias políticas y económicas de las ciudades
y pueblos colombianos. Se planificó una detallada
estructura y procedimiento de la administración
carcelaria y penitenciaria. Se promovió la especialización
del personal en saberes científicos relacionados con
criminología, psiquiatría, antropología y psicología.

116
Colección Escuela de Historia 25 años

ESTRUCTURA ADMINISTRATIVA DEL


SISTEMA CARCELARIO Y PENITENIARIO EN
COLOMBIA EN 1934.

Fuente: figura elaborada con base en Diario Oficial:


Decreto 1405 de 1934. Art.26. Pág.: 130.

No se encontraron evidencias en ninguno de los


informes consultados después de la mencionada reforma
de 1934, que indiquen que se llevaron a cabo cambios
estructurales dentro de la cárcel de Bucaramanga.
Años después de promulgada esta ley, es claro que la
Concordia siguió funcionando en la misma edificación
y con los mismos funcionarios y cuerpo de guardia.
Lo que si se concretó fue la organización nominal del
sistema carcelario y penitenciario en Colombia, es decir
independientemente de las condiciones inadecuadas
de la mayoría de cárceles de país, se consideraban
estas bajo la ley como un articulado sistema a cargo
del ministerio de gobierno y la dirección general de
Prisiones compuestas por 53 instituciones a lo largo
del territorio nacional entre cárceles penitenciarias y
colonias agrícolas. Además esta figura legal ratificaba

117
Colección Escuela de Historia 25 años

la existencia y funcionamiento de las cárceles de


Distrito y de Circuito en el departamento de Santander
ya referidas en anteriores informes del Secretario de
Gobierno.
CARCELES EN EL DEPARTAMENTO DE
SANTANDER

Fuente: Gaceta de Santander: Secretario de Gobierno Informe


Anual 1928. Cap: XVI.

La reforma también dedicaba extensos apartes


sobre la necesidad de llevar un registro del movimiento
interno de cada institución carcelaria o penitenciaria.
Observación que debía ser plasmada en diferentes
libros, permitiendo, según la ley, un mayor control
sobre los individuos a fin de que el aislamiento cumpla
con su fin correctivo.

118
Colección Escuela de Historia 25 años

Libros de matricula3
- Matricula del personal administrativo, religioso
y sanitario adscrito al establecimiento.
- Matriculas de guardianes con el correspondien-
te índice.
- Matricula de condenados o índice correspon-
diente.

Libros de registro
- Registro de condenados enviados por la
autoridad competente.
- Registro de detenidos que han entrado al
establecimiento o hayan salido de el por cualquier caso.
- Registro numérico de los cambios en el personal
de detenidos
- Registro de visitas a los detenidos y condenados.
- Registro de correspondencia de los detenido o
condenados recibida o enviada por ellos.
- Registro de las deliberaciones del consejo de
disciplina.
- Registro de sanciones a los presos.
- Registro de rebajas de pena.
- Registro de la cartilla biográfica de los reos.

3  Diario Oficial: Decreto 1405 de 1934. Art.26. p. 131.

119
Colección Escuela de Historia 25 años

En el caso de la Concordia, los únicos registros


que existen se encuentran en el archivo de la Cárcel
Modelo de Bucaramanga, que esta aun si clasificar y en
condiciones inadecuadas de almacenamiento. Se trata
de los libros de filiación del reo de los años:
1936: 19 de Oct. A 31 de Dic.
1937: 2 de Ene. A 28 de Oct.
1938: 6 de Juli. A 9 de jun.

Esta información permitió realizar una


caracterización de los delincuentes que estuvieron en
“La Concordia” esos años. Una muestra total de 880
presos, donde se encontró que más de la mitad eran
agricultores campesinos. Con una tendencia hacia
los delitos contra las personas, es decir, heridas y
homicidios específicamente y en su mayoría cometidos
con arma blanca, dejando en segundo lugar los delitos
contra la propiedad como hurto o robo.
Estos libros también contenían datos sobre el nivel
de alfabetismo, edad, nivel económico y estado civil. Por
medio del análisis estadístico de esta información se
puede afirmar que el perfil del recluso de La Concordia
correspondía a individuos solteros de 18 a 24 años,
agricultores, analfabetas, de un nivel económico bajo y
con tendencia al alcoholismo. Arquetipo criminal que
correspondía a la concepción que los teóricos penalistas
tenían sobre el “delincuente nato colombiano”4 y
su comportamiento. El cual estaba determinado por
condiciones geográficas, raciales, sociales y culturales.
A su vez que factores permanentes y connaturales a su
medio como lo eran el analfabetismo, la despoblación y
4  ROMERO, Conti Gustavo. (Profesor de la penitenciaría Central) Idea-
rio de la reforma penal y penitenciaria. Estudio de organización carce-
laria y pedagogía criminal. ABC, 1940, p. 162.

120
Colección Escuela de Historia 25 años

el alcoholismo. Características que correspondían a las


regiones campesinas del país.
No obstante, estas características solo explican
la cárcel desde la superficialidad, es decir, un
organismo creado desde el Estado para resocializar,
vigilar y castigar a los delincuentes. Funciones
sociales claramente conocidas por todos, y que solo
proporcionarían la posibilidad de rastrear las teorías
penales que influenciaron la reglamentación de las
instituciones carcelarias en Colombia. Los fenómenos
sociales y políticos a los cuales estuvieron conectados.
Dejando de lado el funcionamiento real, los discursos
que se generan al interior y dejando vacíos a preguntas
como: ¿Se cumplen los fines de la pena? ¿Qué se obtiene
verdaderamente después de varios años de prisión?
¿Cuáles son las manifestaciones producidas por la
norma a los sujetos privados de la libertad?

Segunda versión: El Presidiario


Es en este apartado donde este trabajo de tiene
el mayor aporte a investigaciones futuras que aborden
no solo la historia de la cárcel sino de las demás
“instituciones totales”. Por que contrasta las ideas
de la oficialidad con sus resultados prácticos, para
comprender con qué intensidad y de qué formas han
impactado estos saberes en la realidad social carcelaria.
Esto solo fue posible por la existencia de un manuscrito
llamado “Las miserias de la cárcel La Concordia en
1940” escrito por Luis María Millán Triviño. Ex -
sacerdote que estuvo recluido en la cárcel La Concordia
de Bucaramanga acusado de corrupción de menores.
Quien expone el contexto al interior, las estructuras,
ceremonias y símbolos del mundo carcelario que
vivenció.

121
Colección Escuela de Historia 25 años

Este manuscrito contiene información detallada


sobre las condiciones carcelarias en “La Concordia”.
Millán Expone en un lenguaje claro y erudito la vida
cotidiana de los reclusos, como el ritual de bienvenida y
la ceremonia anual del “cuasimodo”, describe como era
la alimentación, el aseo, al igual que los pasatiempos de
los internos en los juegos de azar, bebidas alcohólicas y
relaciones sexuales. También hace una descripción de
la jerga carcelaria y los apodos. Relata como se realizan
las visitas familiares y las oficiales. Millán no deja
de exponer sus propias ideas sobre lo que significa la
perdida de la libertad, la justicia, la ley y la sociedad. A
través de todo el texto realiza constantemente fuertes
críticas a lo que considera la mala administración por
parte de los funcionarios y entidades del estado sobre el
establecimiento carcelario de la concordia, calificándolo
como uno de los peores del país.
Aquí, un breve aparte de su manuscrito donde
expone sus ideas sobre lo que significa la cárcel y la
pérdida de la libertad:
“En la cárcel juega un hombre su porvenir
entero, al azar de una causa que la mas de las veces es
la mas cruenta de su historia trágica. La perdida de
la libertad es para el hombre conciente la enajenación
mental de sus bellas ideas, la tisis que lentamente
consume y extenúa su vida, la parálisis que irrumpe
su vigor vital. La lepra que corroe todos los más nobles
sentimientos. La ceguera que lo priva de la vista de todo
lo bello que Dios entregó al hombre para su recreo. La
hemofilia que sangra toda la escarlata espiritual que
circula por las corrientes de la vida sustantiva.”5

5  Segunda parte del Sumario seguido contra Luis María Millán Triviño
por corrupción de menores en la ciudad de Bucaramanga. Archivo His-
tórico – Universidad Industrial de Santander. Fondo judicial, Expediente
Judicial 2689. Caja Num. 12. manuscrito anexo sin paginar. Las citacio-
nes que siguen a partir de esta fueron tomadas del mismo documento.

122
Colección Escuela de Historia 25 años

La privación de la libertad trae consigo la pérdida


de autonomía. La cárcel elimina aquellos actos que
en la sociedad civil demuestran al actor, en presencia
de testigos ocasionales, que tiene cierto dominio
sobre su mundo y que es una persona dotada de
autodeterminación, como elegir de que manera vestirse,
que comer, donde trabajar o que lugares divertirse.
Todo un despojo de derechos civiles que un aspecto
jurídico se traducen en la negación del voto, de testar
dinero o girar cheques, litigar en procesos de divorcio
o adopción. Todo un proceso de negación que sumen al
individuo en una especie de “muerte civil”.
Millán también describió al comienzo de su
manuscrito sus percepciones acerca del sistema y la
cárcel que lo albergaba. Percibía a este lugar como un
recinto de características dantesca, lejos de todo ideal ,
de toda belleza, hediondo y putrefacto, que además de
albergar las almas enfermas de sus presos, contenían,
según él, tres “cadáveres”: la justicia, la ley y la sociedad,
representadas en su escrito como tres hermosas mujeres
vírgenes que han visto arrebatada su castidad, vitalidad
y pureza.
“Estos cadáveres según reconocimiento que se
ha hecho con el correr de los tiempo es el uno el de una
virgen tal bella que al contemplarla se nota el vestigio
de la veldad de uno de los ángeles que fueron desterrados
del paraíso celestial, cuando se sucedió ese conflicto
bélico entre luzbel y el comandante de las guardias
celestiales, eres esa virgen que así ha sido arrojada, fue
estuprada, vulnerada y cobardemente asesinada; Es la
justicia.”

Es clara la crítica dirigida, no a la justicia, sino a


los hombres encargados de impartirla, los cuales habían

123
Colección Escuela de Historia 25 años

desvirtuado sus importantes funciones dentro de la


sociedad. La ley la representa de la siguiente manera:
“Entre los muchos cadáveres que forman
ese montón de inanimaciones, es el amor al trabajo
que también murió, cuentan que lo asesino una
mujer que era una virgen virtuosa que cantaba
himnos a la pureza como Santa Cecilia; pero que
se corrompió, se entregó a la prostitución; se volvió
altanera, rebeldía, impúdica, que vomita odios, y
que se llama la Ley, fue la asesina de ese joven todo
vigor, fortaleza, vida, así feneció el trabajo.”

Aquí resulta clara la relación que establece el autor


entre la ley y el trabajo, como se había dicho la privación
de la libertad establece barreras a las actividades diarias
del ser humano, dormir, jugar y trabajar. Además “La
Concordia” carecía de talleres que permitieran a los
presos desempeñar algún tipo de actividad productiva,
Millán Triviño tenia la concepción de que la ley se
había encargado de confinar al hombre a un encierro
además de injusto, improductivo. A su vez se describe
la sociedad como:
“Una mujer muy entrada en años, que por
cabellos tiene unos hilillos largos como serpientes;
que las narices tienen una curvatura como la de ese
demonio que pintó Miguel Ángel, en el gran cuadro del
juicio final, que la boca a pesar del largo tiempo de su
extinción es fétida y arroja como un volcán en erupción
un fuego hediondo azafétida: se llama sociedad.”

Millán describe una sociedad en decadencia y ve


a la población carcelaria como aquello que es arrojado
de la sociedad por representar lo anormal, lo dañado, lo

124
Colección Escuela de Historia 25 años

peligroso, lo corrompido, pero que la misma sociedad


ha engendrado.
Las representaciones descritas, a través de
metáforas, además de contener una crítica al manejo de
las instituciones y a la sociedad, reflejan el sentimiento
de traición, de considerarse víctima del mundo. Para el
excapuchino lo que lo había llevado a la cárcel no era su
comportamiento anormal, sino la arbitrariedad de los
hombres encargados de administrar justicia y ejecutar
la ley.
Después de estas dilucidaciones Millán Triviño
se adentra en el mundo carcelario de La Concordia, pero
no como visitante curioso o empleado del gobierno sino
como:
“Sindicado, que es así como se siente el peso
angustioso de la amargura, del dolor extraño, del
dolor propio, de la traición, de la desunción, del
desagradecimiento”.

Para describir La Concordia Millán comenzó con


su ubicación y nombre:
“La cárcel queda en la plaza que lleva por
nombre el de una del las más bellas plazas de Francia, en
París: “La Concordia”. La cárcel ha tomado su nombre
del a misma plaza y ambas del barrio así denominado.
Pero el barrio es uno de los más pobre de Bucaramanga,
la plaza que tiene un reducido espacio; la cárcel que es la
más mísera moralmente y materialmente considerada es
la peor de la nación, pero que son tres locos que se les ha
dado por llamarse “La Concordia” con una alucinación
mental como la de esos locos que en asilo de dementes de
Bogotá les ha dado por llamarsen (SIC) presidentes de
Colombia que por ironía de la locura partidista el uno
es conservado y el otro es liberal”

125
Colección Escuela de Historia 25 años

La ironía y el sarcasmo estilizado a través de


la metáfora, son el estilo literario de Millán, quien
denomina la de Bucaramanga como una de las peores
cárceles de la nación. Idea que no iba en contravía con la
información que han proporcionado a esta investigación
otras fuentes como informes de funcionarios y artículos
de presa. El autor también hace una descripción de las
características del edificio utilizando el mismo estilo:
“El edificio de la cárcel es regularmente grande
y es como un símbolo de nuestra situación geográfica
en el país pues las tres cuartas partes del país están
deshabitadas. Tiene una fachada o como dicen los
snobistas frontis que no es sino un paquete chileno.
Si realidad simbólica es un sepulcro blanqueado tras
de cuya la pida hay tanta hedionda y nauseabunda
podredumbre. Tanto gusano, tanta miseria. ¡OH
mísera Concordia. Las imprecaciones de mi alma son la
irradiación del dolor que la embarga

La Concordia contaba hacia 1940 con trecientos


presos, la vieja casona podía albergar hasta doscientos
más, sin embargo los trescientos que residían en ese
momento se encontraban custodiados por solo once
guardias y un director. Los cuales no eran suficientes
para mantener la custodia y vigilancia adecuada.
La vida carcelaria, los individuos participantes, los
comportamientos y características fueron interés
del preso Millán Triviño, aquí la ultima cita de su
manuscrito, que realiza antes de describir eso que
aquí se a dado por llamar el mundo carcelario de “La
Concordia”, pero que aquí solo se denota por medio de
estas citas introductorias para dar paso a la invitación
a leer el documento completo sobre el que esta basado
esta reseña.

126
Colección Escuela de Historia 25 años

“Me puse a husmear en la intimidad de la vida


de los que enseguida serían mis forzados compañeros
y husmie (SIC) en la intimidad de su decadencia, de
su degeneración. No había sino un murmullo de ideas
desconcertantes, con tintes pálidos de sublevaciones
sin sentido; había unos presos desmesuradamente
apasionados; otros cínicamente románticos; algunos
que tenían a sus espaladas muchas sombras; ninguno
que sabía que yo era un malicioso pesquisador de ideas.

Es esta descripción de la vida carcelaria al interior


de la concordia, lo que constituye la piedra angular de
esta investigación. Puesto que el objeto de estudio cárcel
no cuenta con estudios históricos que den voz a los que
sufren la privación de la libertad. Los que vivencian y
conforman el mundo carcelario. Aquí es necesario decir
que los problemas de la penalidad se han abordado
preferentemente desde dos caminos: el problema
sociológico de la población delincuente, y el sistema
jurídico penal y de su fundamento. La práctica misma
del castigo solo había sido estudiada por Kirschheimer
y Rusche6, en la línea de la escuela de Frankfurt y por su
lado Foucault, que estudia el nacimiento de la prisión
en Francia. Si bien es cierto que ha habido estudios
sobre las prisiones como instituciones pero ninguno
expone la vivencia de la práctica punitiva en nuestras
sociedades. Este es un registro documental que permite
conocer como fue esa experiencia desde el sujeto que
vivencia el aislamiento.
Por otro lado, desde su entrada a la Concordia,
Millán Triviño se destacó dentro de la comunidad
carcelaria como un líder carismático. Así lo demuestran
sus escritos, cuando se describe así mismo llevando a
cabo acciones en nombre de la población carcelaria.
6  RUSCHE, Georg; KIRCHEHEINMER, Otto. Pena y estructura social. Te-
mis, 1984.

127
Colección Escuela de Historia 25 años

En su manuscrito, unas veces aparece dirigiéndose en


publico a los reclusos, otras haciendo una lista de los
presos mas pobres o entrevistándose con el Director
General de prisiones, en nombre de sus compañeros de
encierro. También ayudaba a algunos reclusos a redactar
solicitudes dirigidas los funcionarios judiciales. En
otras ocasiones redactó cartas que fueron publicadas en
el diario local en las que se dirige a altas autoridades
denunciando las anomalías dentro de la cárcel.
Esto provocó la curiosidad del diario Vanguardia
Liberal quienes le realizan una entrevista y le dedican
la portada de la edición del 6 de octubre de 1940 con el
extenso titular de: “Luis María Millán Triviño. El capuchino
que se fugo del convento, después de haber oficiado misas
rezadas para casarse con una seductora muchacha de Bogotá.
Las relaciones desde el confesionario, su opinión sobre Dios, las
mujeres, el demonio la cárcel y la libertad”7. En esta entrevista
Millán relata su historia al periodista. Desde su época
de novicio en el convento de Massamagrell en Valencia
España, hasta las relaciones con una joven de la que se
enamora y por la cual pide ser retirado de la comunidad
religiosa, su trágica muerte que termina llevándolo
al manicomio de Sibate en Cundinamarca, También
da algunas opiniones sobre la libertad , la cárcel y sus
creencias.
Todo esto contribuye a que sea el mismo Millán
el que escribe una carta Presidente de la Republica
Eduardo Santos a través de Vanguardia Liberal8 en la
que informa los hechos acontecidos en la sublevación
de los presos de “La Concordia” donde resultaron
varios presos heridos y otro muerto. Fueron seguidos
los espacios que dedicó el periódico para dar voz a este
preso quien resultaba un personaje importante no solo
dentro de la cárcel.
7  Vanguardia Liberal, Bucaramanga, domingo 6 de octubre de 1940,
pp. 1 - 4.
8  Vanguardia Liberal, Bucaramanga, jueves 25 de septiembre de 1941,
p. 8

128
Colección Escuela de Historia 25 años

Esta investigación también dedica un aparte


para analizar el proceso judicial seguido contra Millán
Triviño por corrupción de menores en Abel Camargo
Infante. Este expediente contiene los acontecimientos
según la versión de cada uno de los participantes: la
victima, Abel Camargo Infante; su corruptor, Luis
María Millán y el testigo inflagranti de los hechos, el
agente de policía Luis Mancipe Salamanca.
El proceso se caracteriza por utilizar un método
que consiste en recolectar información que permite
determinar si el acusado correspondía al perfil de
corruptor y su culpabilidad en los hechos denunciados.
Además de proporcionar valiosa información sobre
los antecedentes y comportamientos del acusado, de
esta forma, a la luz de la teoría penal positiva de la
época, efectuar su filiación biográfica, características
morfológicas, desviaciones patológicas, y características
físicas de este delincuente en particular.
De esta manera se estableció que el sujeto en
cuestión era hijo de Ezequiel Millán y Nepomucena
Triviño. Que había nacido en Bogotá el 6 de septiembre
de 1898, era soltero y como profesión tenia la de
comerciante ambulante. Sabía leer y escribir y como
señal particular Millán tenía una verruga en el lado
derecho del cuello. El proceso a través de la técnica
judicial y el peritaje demostraría que si bien el acusado
no cometió un acto de violación en el menor Abel
Camargo Infante, lo inició en actos eróticos sexuales
impropios para su edad y condición. Lo que se considera
como un claro delito de corrupción de menores según el
código penal de 1936.
A la luz de este proceso judicial y la teoría
penal de la época Millán Triviño era un delincuente
con una desviación patológica homosexual y con una
fuerte tendencia a la pederastia. Así lo demuestran no

129
Colección Escuela de Historia 25 años

solo sus escritos eróticos dentro de la cárcel. Sino una


nueva causa abierta contra el en marzo de 1941 por
el mismo delito en los menores en Mario Pérez y Luis
Guillermo González, cuando se encontraba en libertad
provisional conseguida el 3 de diciembre de 19409,
debido a vencimiento de términos. Por esta acusación
estuvo de nuevo detenido y fue excarcelado porque se le
concedió un sobreseimiento temporal, ya que no había
pruebas suficientes para seguir una causa judicial. Sin
embargo Millán fue solicitado por el Juzgado Primero
superior para continuar con su primer proceso. Este
recibió entonces un veredicto que lo condenaba a 9
meses de cárcel y pagar una multa de mil pesos10. Como
era de esperarse, Luis María Millán apela a la sentencia
aduciendo la falta de recursos para pagar dicha multa.
Por eso fue ordenado un estudio de sus recursos después
del cual el juzgado le concede la libertad provisional sin
fianza el 21 de octubre de 1941.
Luis María Millán Triviño estuvo en “La
Concordia” durante 17 meses, 8 meses más que la
condena emitida por el juez que llevó su caso. Este
fenómeno era común en las causas judiciales de la época.
Toda la tramitología en diligencias, careos, permisos,
sellos, memoriales, peritajes, declaraciones y citaciones
eran tan demoradas que el procesado muchas veces
pasaba en la cárcel más tiempo del que realmente era
sentenciado al final del proceso.

9  Segunda parte expediente Millán Triviño, f 223.


10  Ibíd. f 269.

130
Colección Escuela de Historia 25 años

Tercera versión: La Prensa, la cárcel a


través de Vanguardia Liberal.
El siguiente paso fue contrastar la información
que proporcionaba el manuscrito con una fuente que
permitiera dar credibilidad a las palabras del que sufre
la privación de la libertad, pues nunca fue descartada la
posibilidad de que este presentara un panorama sesgado,
producto de la situación emocional que conlleva ser un
recluso. Por ello haciendo uso de la crítica de fuentes, se
abordó el papel desempeñado por vanguardia liberal en
la difusión de su discurso en lo carcelario, lo policivo y lo
judicial. Lo que permitió en un segundo nivel establecer
la distancia entre la prescripción oficial y la situación
real de la cárcel La Concordia de Bucaramanga.
Esta pesquisa en el diario Vanguardia Liberal,
permitió registrar en esta investigación el proceso
de una crisis carcelaria. Siguiendo las publicaciones
acerca de la administración de justicia, las condiciones
carcelarias de los diferentes establecimientos en
Santander, las fugas de los presos, motines, huelgas y
sublevaciones, que comenzaron en el año de 1938 con
diferentes protestas en las cárceles de Circuito en varios
municipios del departamento y tuvieron como cúspide
un enfrentamiento violento que terminó con un saldo
de doce heridos y un muerto en la cárcel de Distrito de
La Concordia.
Vanguardia Liberal no solo publicaba noticias
sobre presos o sus comunicados a la opinión pública o a
los funcionarios. También dedicaba espacios acerca del
aumento de la criminalidad, de la necesidad de mejorar
el personal de las cárceles, el trato y las condiciones del
los presos. La intención de estos registros era anunciar
y denunciar las condiciones del sistema judicial y
carcelario y su efectividad en el Departamento de
Santander, en procura de su mejoría.

131
Colección Escuela de Historia 25 años

De igual forma la prensa liberal actuaba


claramente como órgano de difusión del gobierno en
su “Lucha Contra el Delito”. El Ministro de Gobierno
Carlos Lozano y Lozano y el Director general de
prisiones Francisco Bruno, emitieron a través de
Vanguardia Liberal en el mes de octubre de 193811, una
nota en la que hablaban sobre los recursos fiscales, la
reforma carcelaria y penitenciaría de 1934. Instando a
los municipios del Departamento de Santander a que
contaran con una porción propia del territorio para
la adecuación de una cárcel, obligación que, según el
escrito, ningún municipio había cumplido.
La primera noticia sobre la situación carcelaria se
publica después de dos años de este llamado a acatar las
normas expuestas en la ley. Se trataba sobre la condición
en la cárcel de mujeres de la ciudad, Vanguardia Liberal
denunciaba: “En la cárcel de mujeres se imponen castigos
inhumanos”. “La situación de la recluidas en la cárcel de mujeres
de la ciudad es un tanto delicada según nos han hecho saber
personas conocedoras de la marcha del establecimiento en lo
referente a los castigos que allí se aplican a quienes cometen
cualquier falta.”12 El castigo al que se hacia referencia, era
utilizado hacia algunos años en la cárcel de mujeres.
Este consistía en una especie de cajón en donde la mujer
castigada quedaba emparedada, a este castigo las presas
lo llamaban “El Brete”, que para aquellos días se hallaba
en desuso, pero unas cuantas reclusas pretendieron
desobedecer las ordenes de las “hermanitas” bajo cuya
dirección se hallaba el penal, lo que las llevo a tomar la
decisión de implantar de nuevo el singular castigo, para
aquellas que osaran revelarse.
El caso al que se refería vanguardia liberal se
presentó cuando una de las reclusas expreso que
“tanto rezar es como hacer morcillas para el diablo”, por ello
11  Vanguardia, Liberal. Lunes 10 de octubre de 1938. Pag: 2.
12  Vanguardia, Liberal viernes 5 de abril de 1940. Págs: 1 y 2.

132
Colección Escuela de Historia 25 años

fue castigada con varios días el “El Brete”. Si bien esta


cárcel no presentaba por aquello días un problema de
hacinamiento, la prensa anunciaba esto como un trato
inhumano, un castigo que para la directora era necesario
como forma correctiva, pero en clara contraposición
de los nuevos métodos positivistas propuestos por la
reforma carcelaria.
La primera huelga de 1940 se presento en la
cárcel de Málaga en el mes de abril, la prensa titulaba:
“Comunicaciones telefónicas recibidas en la tarde de ayer de la
ciudad de Málaga nos dan cuenta de que los presos de la cárcel de
circuito se revelaron contra las autoridades por motivos que mas
adelante se especificarán”13 Las razones que refiere el titular
y que motivaron la protesta fueron la reparaciones que
se llevaban a cabo en la edificio donde funcionaban los
juzgados del circuito, que era donde se hallaban los
calabozos de la cárcel. Cuya reparación hacía más de
ocho días tenía a los presos durmiendo en condiciones
higiénicas inadecuadas. Sin embargo los guardianes, con
ayuda de la policía lograron calmar el ánimo exaltado de
los presos.
La siguiente protesta fue en la ciudad de Socorro.
Los presos de esa cárcel de circuito se quejaban de las
condiciones inadecuadas de higiene a alimentación en
que se encontraban. El diario publicó la noticia con el
titular: “Los presos del Socorro decretaron huelga”14 . Esto
Anima al diario a publicar una editorial dedicada a
exponer la situación de los diferentes establecimientos
carcelarios del departamento que comenzaba: “En el
curso de este mes se han registrado dos huelgas en establecimientos
de castigo de Santander; fue la primera en Málaga cuando los
detenidos firmaron letreros lacónicos que decía PELIGRO DE
MUERTE, a la par que dieron al ayuno riguroso eso que ahora
13  Vanguardia Liberal, Bucaramanga, sábado 20 de abril de 1940, pp.
1 - 2.
14  Vanguardia Liberal, Bucaramanga, 25 de mayo de 1940, pp. 1 y
última.

133
Colección Escuela de Historia 25 años

se denomina huelga de hambre. Ahora corresponde el turno


a los presos de Socorro, que han elevado su protesta enérgica y
han hecho oír su voz ante el Ministerio de Gobierno. Una y otro
(SIC) huelga se fundamentan en las malas condiciones de vida en
que se tienen a los presos, que carecen de elementales comodidades,
a quienes muchas veces contratistas sin escrúpulos proporcionan
una alimentación apenas buena para cerdos en contravención
al compromiso firmado por el gobierno, sin pliego de cargos
elaborados por el Ministerio.15
Esta situación de inconformidad en los
establecimientos carcelarios del Departamento, era un
reflejo de lo que ocurría en el país en el ramo de prisiones
y penitenciarías. El diario también anotaba “Muchos
proyectos, magníficos programas de reforma, pero impracticados,
es la frondosa literatura oficial de que vamos estando ahítos”16
al final de esta editorial, que como propósito tenía el
de hacer ver a las autoridades y a la opinión pública, la
necesidad de dar solución al delicado problema. Cuatro
meses después le correspondería el turno a la cárcel del
municipio de San Andrés.17 El periódico dio voz a los
presos de esa cárcel quienes denunciaban las pésimas
condiciones de higiene, infraestructura y alimentación.
Por su parte la prensa de ninguna manera pretendía
deslegitimar la instituciones del Estado, su labor era
esencialmente de denuncia frente a un problema que
amenazaba con convertirse en una crisis del sistema
judicial y carcelario. Propender por su mejoramiento
con claras alusiones a las deficiencias de los organismos
a cargo en cumplir las reformas que se habían hecho
solo en el papel y no llegaron a materializarse.

15 Vanguardia Liberal, Bucaramanga, domingo 26 de mayo de 1940.


Editorial.
16  Idem.
17  Vanguardia Liberal, Bucaramanga, domingo 4 de agosto de 1940,
p. 1.

134
Colección Escuela de Historia 25 años

De igual forma no fueron pocas las ocasiones en


que la cárcel de La Concordia fue noticia en el periódico
local. Como la fuga del detenido Antonio Torres Villa
alias “Entrisale” noticia que Vanguardia tituló: “Temible
hampón se fugó de la cárcel, el edificio carece de la seguridad,
manifiesta el director.” 18 El señor Rafael Ordóñez ponía
de manifiesto las condiciones de inseguridad en que se
hallaba el establecimiento por su estructura inadecuada
y la falta de guardianes para la custodia de los presos.
Puesto que desde la adecuación de la casona en los años
20 no se le había hecho ninguna reparación u obra de
mantenimiento.
El periódico insistía en repetidas publicaciones
en exponer esta situación, haciendo un llamado a las
autoridades para que pusieran fin a este problema
anotando: “Por que así lo exige la responsabilidad del mismo
gobierno para la sociedad, la dirección del establecimiento y
la tranquilidad general, pues no podemos mirar impasibles la
fuga de presos de gran peligrosidad, como aconteció la tarde del
lunes último.19 Sin embargo el problema persistía y hubo
otros intentos de fuga como el registrado en enero de
194120, cuando varios presos intentaron cavar un túnel
con herramientas que sustrajeron clandestinamente de
algunas obras que se realizaban en el establecimiento.
Las fugas e intentos de fugas eran cada vez más
frecuentes en la cárcel La Concordia. Seguetas, túneles o
lazos eran utilizados para burlar la escasa seguridad que
proporcionaba la vieja casona. Después de este último
acontecimiento el Director declaro a los periodistas del
periódico,21 que estos hechos ocurrieron por que ni el
18  Vanguardia Liberal, Bucaramanga, martes 15 de octubre de 1940,
pp. 1 y última.
19  Vanguardia Liberal, Bucaramanga miércoles 16 de octubre de 1940
Editorial p. 3.
20  Vanguardia Liberal, Bucaramanga, domingo 5 de enero de 1941,
pp. 1 - 2.
21  Vanguardia Liberal, Bucaramanga, martes 14 de enero de 1941.
Págs.: 1, 2.

135
Colección Escuela de Historia 25 años

Departamento ni el Municipio sostenían el número de


guardianes que por ley correspondía e informó también
que “hasta ahora la nación no ha girado suma ninguna para
pagar los servicios médicos de los presos en el curso del presente
mes, no obstante que en años anteriores, a esta fecha, ya había
sido enviada la suma necesaria para los gastos que demandaban
tales servicios”22
Con estos ejemplos se puede valorar el estado
en que se encontraban algunos establecimientos del
departamento, incluyendo el más importante, la cárcel
de Distrito de Bucaramanga. Las malas condiciones y
la inadecuada administración por parte del gobierno
revelaban un gran distanciamiento entre la ley
promulgada y la realidad de estos lugares de reclusión.
Confirmando los informes de los funcionarios y relato
hecho por Millán Triviño en su manuscrito. Crisis
carcelaria que tendría como cúspide el motín acontecido
en la cárcel “La Concordia” donde los guardias se vieron
obligados a disparar contra los reclusos, resultando
doce heridos y un muerto. Noticia que Vanguardia
liberal tituló: “Se sublevaron los presos de la concordia y la
guardia hizo fuego”.23
El hecho del motín en “La Concordia” ocurrió
el 23 de septiembre de 1941 y fue un hecho que
conmocionó a toda la ciudad. Lo que ocasionó el
altercado fue el enfrentamiento entre un guardia y
un preso llamado Bernardo rueda el cual había sido
castigado por su comportamiento agresivo contra le
personal. Esto estimuló a los presos a salir en defensa
de su compañero intentando derribar la puerta que
separaba el dormitorio del lugar donde sucedían los
acontecimientos, ante la arremetida, la guardia hizo
fuego para controlar a los amotinados. Este hecho fue
seguido de cerca por el periódico, el cual público seguido
22  Ibíd.
23  Vanguardia Liberal, Bucaramanga, miércoles 24 de septiembre de
1941, p. 1.

136
Colección Escuela de Historia 25 años

informes sobre el estado de los heridos, fotografías de la


cárcel y los sujetos implicados, entrevistas y publicación
de comunicados de los presos a la opinión publica y a
los funcionarios públicos. Como el telegrama escrito
por Millán Triviño al Presidente de La Republica que
decía:
“Cárcel de Bucaramanga, septiembre 24 de 1941

Exelentisimo Señor Presidente de la Republica.

Bogotá.

Doctor Eduardo Santos; Reverentemente,


mancomunadamente, deducíamos su excelencia: anoche
varios guardianes oficiales servicio cárcel, dispararon
armas gobierno contra integro proceso, alevosamente,
indefensamente, villanamente, matando presos, hiriendo
varios, angustiosamente, indefensamente, villanamente,
matando presos, hiriendo varios, angustiosamente,
doloridamente solicitamos Exmo. Señor ordene precisa
justicia, investigación rigurosa. Hoy fiesta del cautivo,
en tanto presos república gozan profusamente, nosotros
gemimos espantados ante cobarde masacre, disparando
contra comunidad íntegramente pacífica, humilde.
Sociedad, prensa esta hallase indignada asesinos,
investigador no los ha detenido. Sometido incalificado,
peligros desgraciados, que si delincuentes fuéramos,
hijos de Colombia democrática somos.

¡Piedad señor!

Por las victimas

Luis María Millán Triviño.24

24  Vanguardia Liberal, Bucaramanga jueves 25 de septiembre de 194,


p. 8

137
Colección Escuela de Historia 25 años

He aquí los tres enfoques desde los que se abordó


este objeto de investigación, la cárcel de Distrito
de Bucaramanga llamada La Concordia: la ley, un
presidiario y el periódico desde 1930 hasta 1942. Periodo
que abarca la Reforma Carcelaria de 1934, el Código
Penal y de Procedimiento implementado en 1936, dos
iniciativas legales influenciadas por el positivismo
jurídico italiano. A su vez el análisis del manuscrito
de Luis María Millán Triviño en 1940 y el registro del
diario local Vanguardia Liberal sobre temas judiciales,
criminales y carcelarios.

Conclusiones
Esta investigación es un acercamiento al proceso
de construcción y fortalecimiento institucional del
Estado colombiano durante las primeras décadas
del silgo XX, en la esfera de lo judicial y lo carcelario.
Instituciones de control social para aquellas personas
que han infringido la norma. El individuo realiza una
acción, que es considerada por la ley como delito,
después viene la captura, el denuncio, la permanencia,
el juicio, la sentencia y la cárcel. Todo un accionar
punitivo del Estado sobre el sujeto, anulando su “yo”
civil, para proteger a la sociedad de lo que representa
un peligro para ella.
Se registró el cambio de clásicos a positivistas
respecto a las teorías penales que influenciaron la
reglamentación del sistema carcelario en Colombia. Se
pudo apreciar que el Estado prescribía la ley conociendo
sus limitaciones en el territorio nacional. Por esto
exhortaba a los funcionarios a que acondicionaran la
ley a las circunstancias particulares de cada cárcel y
penitenciaría. Es decir que el gobierno vio la ingente
necesidad de manifestarse por medio de la reforma
carcelaria de 1934, ante la aguda crisis de estas

138
Colección Escuela de Historia 25 años

instituciones reglamentadas por primera vez en el siglo


XIX (1838-1839). Puede concluirse que esta reforma se
pensó con fines proyectivos a largo plazo, por que, como
lo demuestran el manuscrito de Millán de 1940, el diario
Vanguardia Liberal (1938-1942), y diversos informes
de funcionarios, el Estado no pudo proporcionar a
cárceles y penitenciarias las condiciones requeridas que
prescribía la ley.
Si no se pudo realizar la reforma carcelaria a nivel
nacional, fue por las causas que se dejaron identificar
en los diferentes informes de los directores generales de
prisiones al Ministerio de Gobierno:
Causas de tipo político: el subordinamiento
del Departamento General de Prisiones al Ministerio
de Gobierno, encargado de la política y la inexistencia
de un Ministerio de Justicia. Causas Fiscales:
incapacidad financiera del Estado para implementar
y sostener presupuestalmente un sistema carcelario
con el montaje y la infraestructura que la ley ordenaba.
Causas teórico penales: la pretensión de organizar e
implementar un sistema carcelario basado en teorías
penales desarrolladas en Italia, que fueron implantadas
en Colombia, sin tener en cuenta las características
propias de la delincuencia colombiana, ni de los factores
sociales causantes de las acciones delictivas.
El manuscrito de Millán Triviño además de
contener información detallada sobre el mundo
carcelario de La Concordia, su cotidianidad, sus
símbolos, relaciones, estructuras y ceremonias.
Permitió dimensionar el distanciamiento entre la ley y
lo que realmente ocurría dentro de un establecimiento
como la cárcel de distrito de Bucaramanga. En donde
las condiciones no concordaban con los objetivos que
la ley asignaba a este tipo de establecimientos y que
por el contrario, tales condiciones contribuían a que

139
Colección Escuela de Historia 25 años

se generara en el individuo privado de su libertad un


resentimiento contra la sociedad, el Estado y el poder
judicial a quienes culpaba de su condición. El ambiente
carcelario degeneraba su comportamiento, por el ocio,
el hacinamiento, la insalubridad, la mala alimentación
y la violencia. Se podría concluir que la cárcel de
Distrito La Concordia funcionó todo el tiempo sin otro
propósito que servir como depósito de delincuentes,
conllevando a que la vida carcelaria se desenvolviera en
una contradicción básica entre la norma jurídico y lo
que realmente ocurre al interior del penal. De esta forma
resultan falsos los fines asignados a la cárcel por la ley,
pues la institución no educa, no reforma, no resocializa,
no reinserta.
Por su lado el periódico Vanguardia Liberal actúa
como un agente externo que presiona al gobierno para
que mejore las condiciones de los establecimientos
carcelarios. Pero de ninguna forma deslegitimando el
accionar punitivo del Estado, sino propendiendo por
su fortalecimiento. Esto lo hace por medio de seguidas
publicaciones, sobre las condiciones inadecuadas
de las cárceles en el departamento. Este órgano de
comunicación adopta la función de portavoz de la
comunidad carcelaria, como de los funcionarios,
cuando la necesidad de cada grupo lo requería. Tanto
unos como otros emplearon el diario para dirigirse a la
comunidad o a las autoridades en busca de solución a
las necesidades perentorias de la cárcel.
No fueron pocas las ocasiones en que el
director de Vanguardia Liberal redactó artículos y
editoriales dirigiéndose a los funcionarios de gobierno,
informándoles sobre las pésimas condiciones de
seguridad e higiene en el establecimiento que funcionaba
como cárcel de la ciudad.

140
Colección Escuela de Historia 25 años

En otras publicaciones se puede apreciar como


este mismo diario encuentra en La Concordia un foco
noticioso que utiliza para estimular la curiosidad de
sus lectores. La entrevista realizada a Millán Triviño
el 6 de octubre de 1940, es un claro ejemplo donde el
periódico explota la historia del excapuchino que se
fugo del convento, pero deja de lado la macabra historia
que se esconde detrás de este particular personaje, que
vemos convertido en un líder dentro de La Concordia
y que es de nuevo entrevistado al año siguiente para
conocer los hecho que llevaron a la muerte de uno de
sus compañeros de encierro, cuando se enfrentaban
en motín contra la guardia. Hasta llega a dirigirse en
carta abierta, publicada también por el periódico, al
presidente de la republica Eduardo Santos solicitando
se hiciera justicia en los hechos ocurridos. Que fueron
el punto culmen en lo que aquí se ha logrado identificar
como la crisis carcelaria de Santander a finales de los
años treinta y principios de los cuarenta del siglo XX.
Vanguardia Liberal sigue publicando noticias sobre la
concordia hasta el año de su cierre en 1961, para darle
paso a otra forma de castigo y corrección, La Cárcel
Modelo, que aun se encuentra por estudiar.

141
Colección Escuela de Historia 25 años

BIBLIOGRAFÍA

TEXTOS METODOLOÓGICOS Y
CONCEPTUALES
FOUCAULT, Michel. Vigilar y castigar.
Nacimiento de la prisión. Ed Siglo XXI. 1998 (1ª Ed. En
frances 1975)
GOFFMAN. Erving. Internados. Ensayos sobre
la situación social de los enfermos mentales. Ed.
Amorrourtu. Buenos Aires, 1961. 1ª Ed. Castellano 1970.
RUSCHE, Georg; KIRCHEHEINMER, Otto.
Pena y estructura social. Ed. Temis, 1984.

FUENTES PRIMARIAS
BRUNO, Francisco. Director General de
Prisiones. Lucha contra el delito (realizaciones y
planes) Exposición de motivos al Ministro de Gobierno
1937- 1938. Por : Imprenta Nacional Bogota. 1938.
ROMERO, Gustavo. (Profesor de la penitenciaría
central). Ideario de la reforma penal y penitenciaria.
Estudio de organización carcelaria y pedagogía
criminal.. Ed. ABC Bogotá 1940.

142
Colección Escuela de Historia 25 años

ARCHIVO HISTÓRICO – UNIVERSIDAD


INDUSTRIAL DE SANTANDER
Codificación Nacional. Tomo VII: Ley que
estableció casas de castigo 30 de mayo de 1838 y decreto
del 17 de abril de 1839 por el cual se forman destritos
para los establecimientos de castigo y se designan
lugares donde deben tenerse.
DIARIO Oficial. Tercer trimestre. Año LXX. Num.
1405 de 1934 Sobre régimen carcelario y penitenciario.
EXPEDIENTE Judicial de Luis Maria Millan
Trviño. Num. 2689. caja Num. 12 sección penal.
Corrupción de menores 1940. Manuscrito “Miserias de
La Concordia en 1940” Anexo a su expediente.
GACETA de Santander: Secretario de Gobierno
Informe Anual 1928. Cap: XVI.
VANGUARDIA Liberal 1940-1941.

CÁRCEL DISTRITAL MODELO DE


BUCARAMANGA.
Sección: Archivo
Cárcel de Distrito Judicial de Bucaramanga “La
Concordia” Filiación de reo: 1936-1942.

ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN


Sección: segunda. Prisiones. Fondo Republica.
Ministerio de Gobierno. Tomos de 1921-1934.

143
Colección Escuela de Historia 25 años

ARCHIVO DE LA GOBERNACIÓN DE
SANTANDER
Sección: Gobernación. Fondo miscelánea.
INFORMES del secretario de Gobierno al
Gobernador 1938.
INFORMES del ejecutivo de Santander a la
asamblea Departamental.

144
EL SUICIDIO EN
BUCARAMANGA:
SU CARACTERIZACIÓN A
TRAVÉS DE VANGUARDIA
LIBERAL 1970 – 1985.

Melisa Johanna Jaimes Manosalva


Historiadora
Universidad Industrial de Santander
Colección Escuela de Historia 25 años

E
l suicidio ha sido una de las formas más
controversiales de alcanzar la muerte a lo
largo de la historia, ya que su existencia
ha llevado a despertar en quienes lo presencian
(directa e indirectamente) una serie de actitudes y
comportamientos, a favor y/o en contra, que varían de
acuerdo a la época y cultura en que sucede. Es así como
podemos encontrar diversidad de valoraciones que van
desde su estigmatización, enjuiciamiento, e incluso la
desacreditación del suicida, hasta su aceptación como
parte de un ritual, como medio de alcanzar el honor
y la gloria, o como alternativa para terminar con el
sufrimiento. Estos aspectos, junto con la particularidad
de ser un tema tabú al convertir a quien lo ejecuta en
víctima y victimario, se convirtieron en algunas de las
motivaciones por las cuales el suicidio fue seleccionado
como objeto de estudio de investigación.
Luego de una revisión bibliográfica se encontró
un vacío de estudios que abordaran el tema para el
caso local, y más desde la perspectiva historiográfica,
razón por la que se acudió a la interdisciplinariedad
como punto de partida de los conceptos clave de la
misma1, y a definir el proyecto hacia la caracterización
del cubrimiento que Vanguardia Liberal, uno de los
1  El sociólogo Emile Durkheim y la socióloga en ciencias sociales y
letras, Stella Martini, fueron pilares fundamentales para abordar los
conceptos de suicidio y realizar el acercamiento a la prensa escrita,
respectivamente.

147
Colección Escuela de Historia 25 años

principales diarios de la ciudad, hacía de este tipo de


muerte; para esto, la investigación estuvo soportada por
fuentes documentales conformadas por las ediciones de
Vanguardia Liberal correspondientes a los años 1970 –
1985, con las cuales se analizaron las publicaciones que
del suicidio hizo la prensa local, resaltando los aspectos
más relevantes que acompañaban cada noticia, tales
como las imágenes, titulares, entrevistas, notas dejadas
por los suicidas, desarrollo de la publicación y demás
artículos referentes a este tipo de muerte.
A su vez, se tuvieron en cuenta las estadísticas
vitales expedidas por los anuarios estadísticos, por el
Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas
(DANE), regional Bucaramanga, y también la fuente
oral suministrada mediante entrevistas audio grabadas
a algunos habitantes del Barrio San Martín, ubicado
bajo el puente Benjamín García Cadena conocido
popularmente como “el Viaducto”, quienes fueron
testigos de algunos suicidios.
En cuanto al período escogido, giró en torno
a la construcción del Viaducto Benjamín García
Cadena hacia el año 1969, que con el paso del tiempo
se convertiría en uno de los principales espacios
asociados al suicidio en la ciudad, pasando por la
década de 1970 como período de transición respecto a
la ejecución de los suicidios y auge del viaducto como
escenario propicio para este tipo de muerte, hasta
1985 con la implementación de medidas para controlar
los lanzamientos desde el puente y la pérdida de su
importancia como escenario de los mismos – o al menos,
como fuente de noticia para Vanguardia Liberal.
Con el objetivo de reconstruir y jerarquizar las
caracterizaciones que del suicidio recibió la sociedad
bumanguesa durante el periodo 1970-1985, a partir
de las publicaciones que sobre este tema construyó el

148
Colección Escuela de Historia 25 años

diario Vanguardia Liberal, principal medio impreso


de la ciudad, se desarrolló el proyecto de grado,
estructurada en cuatro capítulos fundamentales: En el
primero, titulado “El suicidio en la historia”, se realizó
un balance acerca de lo que ha sido la autoeliminación
a lo largo de los diferentes periodos históricos,
estableciendo ejemplos puntuales desde algunas de
las principales civilizaciones, perspectivas filosóficas
y literarias, hasta llegar al caso nacional y local, en los
que se hizo mayor énfasis. Igualmente, este capítulo fue
el espacio adecuado para situar al lector en el contexto
nacional y local en que se desarrolló la investigación.
La fatal determinación, segundo capítulo, se
centró en la reconstrucción del discurso emitido por
Vanguardia Liberal sobre el suicidio, a fin de identificar
las caracterizaciones difundidas por la prensa en sus
publicaciones diarias. Para su elaboración se tomaron
en cuenta los casos de suicidio publicados por el
diario, excepto los sucedidos en el Viaducto García
Cadena que tendrían un espacio aparte. Debido a la
diversidad de víctimas, métodos, posibles causas y
lugares en que sucedieron estas muertes, al interior del
capítulo se realizó una división, de manera que pudiera
entenderse el tratamiento dado en las noticias, pues las
características de cada caso determinaron la prioridad
que Vanguardia les daba al momento de publicarlos.
Entre las prioridades de la prensa se establecieron:
• La edad de la víctima: las personas jóvenes eran
centro de la noticia, pues no lograba entenderse cómo
“alguien con la vida por delante” podía llegar a esta decisión.
• El estado en que podía encontrarse al momento
de tomar esta determinación (embriaguez, embarazo,
desempleado, entre otros);

149
Colección Escuela de Historia 25 años

• El lugar en que sucedieron los hechos y la forma


en que fue encontrada la víctima, eran decisorios para
darle espectacularidad a la noticia, pues el que se diera
en lugares públicos permitía ampliar la noticia con las
declaraciones de los posibles testigos de los hechos.
• El método empleado por la víctima para
quitarse la vida, entre los que se destacaron el uso
de arma de fuego, el ahorcamiento y el consumo de
martinicas, de gran protagonismo en las páginas del
diario, especialmente durante la temporada navideña.
• Las posibles causas del suicidio, establecidas ya
sea por especulación de personas que decían conocer a
la víctima o por el conocimiento de una nota suicida,
podían llegar a ocupar los titulares de la noticia, hasta el
punto de titularlas según líneas específicas contenidas
en estas notas.
• El que la víctima lograra o no su objetivo, era otro
de los factores determinantes, pues si así era, aumentaba
el amarillismo de la redacción de la nota; pero si lograba
sobrevivir, daba un giro a las publicaciones, llegando
incluso en algunos casos a que la noticia hiciera un
seguimiento posterior de la salud del suicida

Con la caracterización de los artículos publicados


por Vanguardia, se logró establecer que de la conjugación
de estos factores dependía la magnitud de la publicación
de la noticia en el diario, que en constantes ocasiones
llegó a estar acompañada de fotografías ya sea del
documento de identidad de la víctima, del lugar de los
hechos, de las notas suicidas e incluso de los cuerpos
sin vida, que captaban aún más el interés de los lectores.
El diario también publicó otra serie de artículos
relacionados con el suicidio, que fueron catalogados en
tres ejes temáticos:

150
Colección Escuela de Historia 25 años

• estudios realizados a nivel nacional y local


sobre el suicidio
• artículos de opinión sobre la fatal determinación2
• propuestas encaminadas a finalizar con estos
acontecimientos.

No obstante, la presencia de este tipo de notas fue


bastante limitada, y alcanzó especial relevancia en las
páginas del diario, sólo a partir de la oleada de suicidios
en el Viaducto García Cadena.
El tercer capítulo, “Puente hacia la muerte”,
buscó resaltar la trascendencia que tuvo el Viaducto
Benjamín García Cadena en las páginas del diario
Vanguardia Liberal, respecto a las demás modalidades
de suicidio que fueron publicadas en este medio
impreso. Aunque en este capítulo también se realizó
una caracterización de las víctimas, de sus motivaciones
para escoger esta alternativa y de las publicaciones
cada vez más relevantes que la prensa le otorgó a estos
casos, es importante señalar que durante el análisis de
la prensa, se identificaron tres connotaciones especiales
que debido a los suicidios, Vanguardia le atribuyó al
Viaducto:
• Fue considerado un lugar fatídico, pues la
estructura que fue considerada durante su diseño
y construcción como un eslabón más en el avance y
progreso de la ciudad, ahora era identificado como
un lugar trágico, de muerte, que contribuía a dar una
imagen negativa de la ciudad cordial.

2  Esta expresión fue una constante en Vanguardia Liberal, al momento


de referirse al suicidio podrías ampliar la citación con un pie de página
que describa uno de esos titulares y citar la fuente.

151
Colección Escuela de Historia 25 años

• El puente se convirtió en el espacio propicio


para ubicar historias sobrenaturales y temores
fundamentados en creencias populares referidas al
deambular de las almas de los suicidas.
• Con la cotidianidad de los suicidios, el respeto
inicial que tuvo la estructura desapareció para dar paso
a la burla, al corrillo y la diversión. Igual que un “circo
romano,” como lo llamó el periódico cita la fuente de
donde tomaste este nombre, esta estructura se convirtió
en un espacio al que podían asistir a divertirse los
gallinazos que se alimentaron del espectáculo ofrecido
por los suicidas.

La última parte de este capítulo evidencia el


llamado de alerta que los bumangueses y sectores de la
sociedad hicieron frente a la proliferación de casos de
suicidio en el puente, y a la inexistencia de autoridades
que hicieran frente a este flagelo.
Entre artículos científicos, religiosos, de opinión,
e incluso de asociación del puente con otras estructuras
a nivel nacional reconocidas también por ser espacios
de muerte3, sobresalían entre las páginas del diario las
propuestas de vigilancia en los accesos del puente, al
igual que los diseños para cercarlo y evitar a como diera
lugar, que aumentaran las cifras.
“Cifras que alarman” es el nombre dado al
último capítulo de la investigación; en este se tipificaron
estadísticamente las noticias de suicidio publicadas
en el periódico Vanguardia Liberal, de manera que
permitieron cuantificar las características aportadas
3  El Viaducto Benjamín García Cadena llegó a ser comparado con el
Salto del Tequendama y el Viaducto de Pereira, lugares también vincu-
lados con la muerte, por ser escogidos por los suicidas para realizar allí
su determinación. Cita donde menciona esos lugares como sitios para
el suicidio.

152
Colección Escuela de Historia 25 años

por cada caso, y elaborar una relación de los casos de


suicidio presentados en este diario.
Teniendo en cuenta algunos de los principales
alcances obtenidos en este aparte, podemos establecer
que los suicidios masculinos y femeninos más señalados
por el diario, obedecen respectivamente a:
• Hombres jóvenes, con edades entre 15 y 29 años,
solteros o sin ningún tipo de compromiso formalizado,
empleados en labores del campo, que recurrieron al
arma de fuego para autoeliminarse, principalmente
por razones amorosas o padecimientos de salud, en las
zonas rurales del departamento.
• Las mujeres fueron personas jóvenes, cuyas
edades también oscilaban entre los 15 y 29 años, solteras,
que realizaban oficios en el hogar y que se suicidaron en
el casco urbano al ingerir algún tipo de tóxico a causa
de decepciones amorosas, principalmente en el interior
de su residencia.

De las conclusiones obtenidas en el proyecto,


podemos señalar:
• Las noticias que el diario bumangués
Vanguardia Liberal divulgó de los casos de suicidio
no tuvieron un patrón de redacción homogéneo, pues
cada artículo publicado dependió de la cantidad de
información obtenida por el reportero, así como de la
prioridad que el periódico otorgó en su página roja a
otras notas violentas.
• El Viaducto Benjamín García Cadena sufrió un
doble proceso de resignificación en la forma en que era
concebido por los bumangueses, pues a causa de las
constantes muertes sucedidas allí, la estructura dejó de

153
Colección Escuela de Historia 25 años

ser considerada un espacio de progreso para relacionarse


con el fracaso; y de nuevo, con el paso del tiempo, su
connotación dejó de ser de muerte y desesperanza, para
ser sinónimo de vida con el ganador de los proyectos que
fueron postulados como alternativas para disminuir los
índices de suicidio: el parque de la vida
• Finalmente, la casi inexistencia de artículos
que estuvieran dirigidos a los lectores, en un diario que
se alimentó de este tipo de muerte para incrementar
las ventas de sus publicaciones, evidenció la falta
de preparación de los organismos pertinentes de la
ciudad, así como el poco interés que la erradicación de
suicidios significó tanto para los reporteros como para
los ciudadanos en general. De esta forma, el tratamiento
de las noticias que Vanguardia Liberal publicó, al
tiempo que saciaba la curiosidad y el amarillismo de sus
lectores, dejaba tan sólo a las familias de las víctimas el
verdadero dolor que estos hechos pudieron significar.

154
SEXO VENAL Y
MUJERES TARIFADAS:
BUCARAMANGA 1940-1960

Piedad Otero Uribe


Magíster en Historia
Universidad Industrial de Santander
Colección Escuela de Historia 25 años

“Con todo es un personaje (la prostituta) esquivo


para el historiador, porque no ha tenido voz. Y cuando
ha hablado, la mayoría de las veces lo ha hecho desde el
discurso oficial, el de la ley. Muchas veces iletrada no
ha escrito autobiografías, memorias o relatos que nos
permitan entrar en su intimidad”1.

Consideraciones conceptuales y meto-


dológicas
Se ha empleado el título de sexo venal para
hacer referencia a la sexualidad que se vende en el
cuerpo mercantilizado de la mujer prostituta y mujeres
tarifadas para definir a aquellas mujeres que decidieron
ingresar a hacer parte del sexo prostituido. Título que
originalmente fue utilizado por un fiscal de la época
de estudio, el cual definía la prostitución como “amor
tarifado.”2
El interés hacia esta temática surgió ante la
carencia de estudios históricos sobre la prostitución
en la ciudad. Los trabajos realizados hasta ahora, solo,
estaban abordados desde la perspectiva política o
económica, pues éste tipo de historia parafraseando
a Víctor Hugo, sería “la historia de los miserables”
o los “marginados”3. No solo se quiere construir la
historia del personaje social marginado, sino también
la historia de una mujer que pese a la profesión que
debió ejercer, fue un sujeto histórico al igual que otros,
que se preocupaba por ser un personaje reconocido
1  Martínez Aida, y Rodríguez Pablo. Placer, Dinero y Pecado: Historia
de la prostitución en Colombia. Bogotá: Aguilar, 2002, p. 9.
2  A.H.R (Archivo Histórico Regional- UIS). Fondo Judicial de Bucara-
manga. Sumario contra Alfonso Puyana Barajas por el homicidio en Mer-
cedes Ríos. Caja nº 112. Legajo nº 2002. Abril 5 de 1945, f 75.
3  GEREMEK. Bronislaw. Les Marginaux parisiens aux XIVe et XV e
siécles, Paris: Flammarion.

157
Colección Escuela de Historia 25 años

socialmente, que poseía y practicaba rituales, ideologías


y formas de ver el mundo. Queremos rescatar del
mismo modo el componente femenino que formaba
a una “mujer pública”, decantando su figura de
aquello que quedó registrado en los medios escritos
de la época, en dónde solo se la concebía como “dona
delincuente”. Se pretende rescatar el componente
histórico de la prostituta, el ejercicio de su profesión y
las dinámicas económicas, políticas, sociales y urbanas
que posibilitaron la configuración del comercio carnal
en la ciudad de Bucaramanga, visibilizando a las
“innombrables” como sujetos de esta historia: “La
prostituta no ha sido un personaje reconocido por la
historia colombiana. Sujeto despreciado, ignorado,
silenciado; personajes de muchos rostros, de todas las
razas, la meretriz encarna la cara oculta de la sociedad;
conforma una clase de innombrables”4. Como toda
interpretación histórica debe develar un acontecimiento
específico, esta investigación pretende señalar la
tendencia por parte de abogados, penalistas, policías,
prensa, Iglesia y demás; a imputar a la prostituta actos
de criminalidad, delincuencia, maldad atávica, genética
desviada, hurto, predisposición a la violencia, por el
solo hecho de pertenecer al gremio de “ mujer pública” y
en cambio, se pretende desmitificar esta figura sombría
de “dudoso proceder” a través, de la existencia misma
de estas mujeres y de un seguimiento exhaustivo
hacia los testimonios que de sus actos “ delictivos” nos
muestran tanto las fuentes oficiales, en este caso, los
expedientes judiciales, como también sus propias voces,
reproducidas en sus declaraciones escritas, a través,
de los funcionarios públicos encargados de captar
la realidad de sus testimonios, y de proporcionar el
verdadero esclarecimiento sobre la presunta hipótesis
de su alta criminalidad.

4  Martínez Aida, y Rodríguez Pablo. Placer, Dinero y Pecado: Historia


de la prostitución en Colombia. Bogotá: Aguilar, 2002, pág. 9.

158
Colección Escuela de Historia 25 años

Son escasas las investigaciones estructuradas


de teóricos consolidados, sobre la historia de la
prostitución en Colombia, algunas de las únicas
referencias serias se encuentran en el trabajo de Aída
Martínez y Pablo Rodríguez5, su riqueza en el abordaje
de la prostitución como objeto histórico y sociológico
no deja de ser prioritario para esta investigación,
aunque, éste trabajo investigativo tiene una función
compiladora, faltaría abordar de forma profunda
y especializada los diferentes contextos del sexo
prostituido en las diferentes regiones de Colombia.
A pesar de ser un objeto de análisis poco estudiado y
valorado para la historiografía colombiana, señalaré
algunos teóricos que han aportado a la interpretación
histórica de su emergencia.
Jacques April6 y Renan Cantor7, al escribir
sobre los procesos económicos de Barrancabermeja,
han hecho algunas referencias a la prostitución, para
referirse a la prostituta como el primer personaje que
aparece cuando hay desarrollo económico. El autor
Renan Cantor logra demostrar además, las ventajas
económicas que al mismo tiempo dejaba la prostitución
en la economía de Barrancabermeja, con todos los
impuestos que debía pagar esta empresa comercial.
Al igual que los autores citados, Catalina Reyes8 logra
dar una interpretación histórica de la prostitución, en
el contexto de la ciudad de Medellín, posibilitando
la comprensión de este fenómeno, a través, de las
componentes sociales, políticos, culturales, económicos
y de urbanismo.
5  MARTÍNEZ, Aida, y RODRIGUEZ, Pablo. Placer, Dinero y Pecado: His-
toria de la prostitución en Colombia. Bogotá: Aguilar, 2002.
6  APRILE GNISET, Jacques. Génesis de Barrancabermeja. Ensayo. Cali.
Mayo de 1991.
7  VEGA CANTOR, Renan. Gente muy rebelde: Protesta popular y mo-
dernización Capitalista en Colombia (1909-1929). Vol. 1.1 Enclaves,
transportes y protestas obreras. Pensamiento crítico. Bogotá, p. 214.
8  REYES CARDENAS, Catalina, “La condición femenina y la prostitución
en Medellín durante la primera mitad del siglo XX”. EN: MARTÍNEZ, Aída
y RODRIGUEZ, Pablo. Placer, Dinero y Pecado: Historia de la prostitu-
ción en Colombia. Bogotá: Aguilar, 2002.

159
Colección Escuela de Historia 25 años

Julia Varela9 deconstruye la prostitución como


“la profesión más antigua del mundo” y en cambio,
coloca nuevos lineamientos sobre la emergencia de la
prostituta, a través, de las nuevas relaciones sociales
y económicas, basadas en el capitalismo, donde el
referente de intercambios económicos priorizan la
relación tarifada, de la mujer prostituta.
Con los trabajos de Pilar Jaramillo10, José
Fernando Hoyos11, y Aida Martínez12 se puede examinar
el comportamiento criminalístico de las meretrices,
pues estos autores en sus investigaciones indagan en las
fuentes judiciales, las formas estereotipadas de acceder
al delito o al crimen, con todos los matices en que dichos
comportamientos sociales se produjeron.
La tendencia de considerar a la meretriz como
delincuente fue estudiada con base en el trabajo del
historiador Rafael Sagredo de Baeza13. El cual nos
permitió obtener una mirada al contexto mexicano,
situación que a su vez se estaba viviendo en toda
América Latina, que mostraba la tendencia de clasificar
a la prostituta dentro de los postulados lombrosistas.
Con éste texto se permite observar cómo eran tratadas
las meretrices como delincuentes, por el hecho de
evadir la obligación moral de ser “mujeres castas” al
pervertir su sexualidad y encontrarse entre los sectores
marginales de la sociedad.
El objetivo general de la investigación será
producir una construcción histórica que ayude a
9  VARELA, Julia. La mujer burguesa. Barcelona. La piqueta. 1997.
10  JARAMILLO DE ZULETA, Pilar. Las arrepentidas. EN: Placer, dinero
y Pecado, Op. Cit.
11  HOYOS, José Fernando. El placer de lo ajeno. EN: Placer, dinero y
Pecado, Op. Cit.
12  MARTÍNEZ CARREÑO, Aída. De la moral pública a la vida privada,
1820-1920. . EN: Placer, dinero y Pecado, Op. Cit.
13  SAGREDO BAEZA, Rafael. “la prostitución en el porfiriato: el caso de
la chiquita” EN: Familia y vida cotidiana en América Latina. Siglo XVIII
y XX. Lima. IRA-PUCP-IFEA. 2003, p. 385.

160
Colección Escuela de Historia 25 años

comprender el fenómeno social de la prostitución


en Bucaramanga, entre los años 1940 y 1960. Para
conseguir este fin nos apoyaremos del discurso
emanado de las declaraciones orales y escritas de las
mismas prostitutas, como sujetos históricos y de la
representación discursiva que la sociedad se formó
sobre las “mujeres caídas”, concepto con el que se les
denominaba habitualmente y, el crecimiento de la
ciudad como indicador de la proliferación del sexo
venal y las mujeres tarifadas. En la búsqueda de dicha
interpretación se emplearon las siguientes fuentes
principales: las declaraciones de las prostitutas en los
procesos judiciales, entrevistas a las prostitutas de la
misma época, revistas, periódicos, Gaceta de Santander,
Boletas de Inhumación del Cementerio Universal y
una variada bibliografía existente sobre el tema, que
permitía entender este tipo de fenómeno social.
Se tratará de conocer cuál fue la visión social
que se tejió sobre la figura de la meretriz, en las
representaciones sociales de la población. Para ello
se utilizará como fuente el discurso contenido en
los periódicos, la legislación, el Código de Policía, el
Código Penal, las declaraciones de abogados, la Revista
de la Policía Nacional, la Revista de Criminalidad de la
Policía Nacional.
En aras de conocer las representaciones sociales
que se tejieron sobre las prostitutas, examinaremos las
enseñanzas culturales que se manifestaban en la Iglesia
y el Estado y cómo éstas se inculcaron a partir de “la
moralización de las costumbres”14, la cual permeaba
todos y cada uno de los espacios y las mentes de los
“cristianos”. Sus enseñanzas se reproducían en los
medios de comunicación escritos, tales como revistas,
periódicos y diarios oficiales. Por su parte los emisarios
14  Urrego, Miguel Ángel. Sexualidad, Matrimonio y Familia en Bogotá
1880-1980. Bogotá. Tercer Mundo. 1997.

161
Colección Escuela de Historia 25 años

del orden social también se interesaron por mantener el


statu quo y por ello insertaron la teoría positivista en
sus discursos.

El sexo venal y la tarifa de mujeres en


Bucaramanga.
Al querer reconstruir una representación históri-
ca, sobre la configuración del sexo venal o prostituido
y las mujeres tarifadas en Bucaramanga, no se pretende
caer en visiones o explicaciones unidimensionales, que
solo logren minimizar el complejo circuito económico
y social que se estableció en Bucaramanga, a través, del
ejercicio de la “mercantilización de los cuerpos femeni-
nos”. La mayor ambición en esta investigación fue in-
sertar a la “meretriz” o “mujer pública” como sujeto his-
tórico de la ciudad, pese a las ambigüedades que sobre
su figura se tejían y a la doble moral de la sociedad, en
el terreno discursivo-normativo y real-funcional, éste
último evidenciado en la masificación de las demandas
sexuales. Pero, no solo su rol como sujeto es relevante
históricamente, sino también dilucidar la compren-
sión de su emergencia como individuo y como grupo,
gracias a unas dinámicas específicas de la ciudad, que
intentaba paulatinamente integrarse a la modernidad.
La figura de la “mujer pública” en Bucaramanga,
inserta en el “comercio carnal”, distribuido espacial-
mente en variados, estratificados y abundantes zonas
de tolerancia, no se circunscribirá desde el enfoque de
análisis particulares, sino desde una visión global, que
logre incluir componentes económicos, sociales, cultu-
rales, políticos y religiosos, que revelen la proliferación
de estas prácticas sexuales “licenciosas” en la ciudad,
en los años comprendidos entre 1940-1960 y los varia-
dos y matizados factores que hicieron posible la ejecu-
ción de las mismas. No es posible hablar de la prostitu-

162
Colección Escuela de Historia 25 años

ción y su ascendente crecimiento, sin primero señalar


las condiciones urbanas, geoestratégicas, económicas,
de implementación de infraestructuras que moderni-
zaban la ciudad y permitían el tránsito de grandes par-
celas a la ciudad, las incipientes relaciones sociales y
económicas marcadas por el capitalismo, donde el va-
lor por antonomasia era el intercambio de servicios por
dinero, el componente político y agresivo del biparti-
dismo, que obligaba a los desplazamientos masivos de
mujeres huérfanas y viudas a buscar un mejor porvenir
en la ciudad, y terminaban envueltas en los espacios de
la prostitución, y finalmente no podía faltar los agentes
encargados de hacer cumplir el orden social, tales como
la iglesia y el Estado.
Entre las siguientes autoridades y entidades,
párrocos y curas, salud pública, policía, penalistas,
prensa regional: Vanguardia Liberal y el Frente, cárceles
de mujeres y otros más; se fundamentaban las ideologías
más fuertes sobre la visión de la mujer prostituta y su
representación social como transgresora moral, social,
y criminal y solo, a partir, de estos lineamientos, la
sociedad entera la concebiría e interiorizaría de forma
dogmatica.
Pero antes de empezar a señalar el contexto
en el que surge la prostitución en Bucaramanga, es
importante rescatar ¿Por qué Bucaramanga fue un lugar
estratégico para las migraciones masivas de hombres y
mujeres de todo el país, los municipios circunvecinos de
la región, los migrantes extranjeros y por ende, para la
afluencia de prostitutas?
Las razones que explicitan estas migraciones
eran las desventajas socio-económicas que se
experimentaban en los municipios, el auge petrolero
de Barranca, que alcanzaba a beneficiar la economía
santandereana, el desarrollo de los puertos alrededor

163
Colección Escuela de Historia 25 años

del Magdalena, la demanda de obreros que trabajaran en


infraestructura para modernizar la ciudad, el comercio,
la condición geoestratégica, pues fue “un centro de
acopio agrícola y artesanal de los municipios vecinos.
Con Rionegro por el norte, se comerciaba el café; con
Lebrija, por el oeste, también café, sombreros y ganado;
con Girón por el sudeste, tabaco, cacao y algo de oro;
con Floridablanca y Piedecuesta, ganado porcino,
panela, maíz, arroz, objetos textiles de mimbre, fi
que y alfarería; y con Tona, Matanza y Surata por el
este, café, harinas y ganados”15.
Como señala Rueda Gómez, la ciudad crecía en su
demanda laboral ya que las obras de infraestructura de
la ciudad, necesitaban mano de obra, que en su mayoría
fue abastecido por el mundo campesino.
“El contexto nacional que se vivía para entonces
también repercutía sobre la economía de la ciudad; los
intentos de modernización del país, el auge capitalista,
los recursos obtenidos por la reciente industria
petrolera y la posición de Bucaramanga como centro
agrícola y artesanal de los municipios vecinos y de
redistribución comercial regional, la ciudad atrajo a
una gran masa de población inmigrante, en busca de
nuevas oportunidades y empleo, especialmente en obras
de infraestructura. La vinculación de la región y la
ciudad como eje del modelo agroexportador obligaban
a mantener una red eficiente de caminos, carreteras
y una adecuada malla vial urbana. Proyectos como el
ferrocarril del norte y la red de carreteras regionales,
fueron las principales depositarias de esa mano de obra
arrancada del campo”.
Pero aunado a un crecimiento económico,
que prometía esperanzas reales y alcanzables a una
población tanto rural como urbana, también se
15  RUEDA GOMEZ, Néstor José. Bucaramanga, paradojas de un ordena-
miento urbano. Bucaramanga. Santo Tomas. 2003, p. 52.

164
Colección Escuela de Historia 25 años

propició la migración masiva a la ciudad, gracias, a


la violencia política bipartidista. Fueron muchos los
desplazamientos forzados del campo a la ciudad, y
con ello también muchas las oportunidades de ingreso
al espacio del burdel, en el caso de las mujeres. Lo
importante de reconocer las ventajas económicas
y políticas que ofrecía la ciudad de Bucaramanga,
es identificar que así como la economía regional se
robustecía, de la misma forma se nutria el comercio
sexual, generando circuitos y redes comerciales
realmente dinámicas, basadas en el sexo venal y las
mujeres tarifadas que ofrecían sus servicios sexuales,
a cambio de intercambios monetarios, fortaleciendo
de esta forma las adoptadas y nuevas relaciones del
capitalismo.
Las relaciones sociales y económicas establecidas
con el burdel y sus ofrecimientos sexuales, integraba
cada vez más, personajes o migrantes que habían llegado
a la ciudad a comerciar o en cualquiera de las dinámicas
expuestas con anterioridad. Es así como: proxenetas,
“mujeres públicas”, población migrante, agentes del
orden social, sectores rurales, población desplazada
por la violencia partidista, representantes del enclave
petrolero de Barranca, entre otros, potenciarían el
mercado masivo de la prostitución.
Pero sin perder de vista a las meretrices, es
necesario preguntar, ¿cómo este personaje femenino se
insertó en los lupanares? ¿Que hizo posible su decisión
para ingresar en este mercado carnal, aunque no menos
lucrativo? Hubo muchas razones, de las cuales se
expondrán algunas; la pobreza y pocas oportunidades
de progreso que experimentaban en sus cerrados
círculos campesinos, la esperanza de sus padres que
ellas ingresaran a ambientes citadinos, que prometían
todo un abanico de oportunidades y mejoramiento de
su calidad de vida, la decisión de aprender un oficio

165
Colección Escuela de Historia 25 años

más especializado en la ciudad, entrar a formar parte


de las incipientes fabricas de las cigarrerías, tabacos,
hilados; la violencia por filiaciones políticas familiares
que las hacía emigrar del campo a la ciudad, el
maltrato y abuso por parte de sus padres, a través de
arduas labores domesticas en el campo, decepciones
y traiciones amorosas con sus esposos, promesas
fraudulentas por parte de los proxenetas, liberación
de la explotación y abuso por parte de los patrones
de las empleadas domesticas internas en la ciudad, en
menores proporciones, desvalorización femenina por
la pérdida de la virginidad, son tan solo algunos de los
factores estudiados y analizados.
Ante toda esta problemática de complejidad
social, económica y política; el burdel se presentaba
como un lugar de escape y de oportunidades económicas
que no se podrían menospreciar.

La moralización de las costumbres.


Dentro de una sociedad fuertemente influenciada
por los preceptos de la iglesia católica, y los ideales
construidos a partir de esta institución, en torno a
la “mujer virtuosa” y con “deberes específicos” y
determinados por cumplir; siendo uno de los más
elevados, “entregar a la nación ciudadanos patriotas y de
buenas costumbres”. Se hacía imperiosa una pedagogía
de la buena mujer, transmitida desde los pulpitos,
disertaciones escritas en hojitas parroquiales, mensajes
contundentes en páginas femeninas de la prensa
regional y escritos sublimes de poemas y poesías, que
engrandecían la noble tarea de la mujer. Su función en la
sociedad era poseer el vínculo sagrado del matrimonio,
bajo el cual se contraía una licencia exclusiva con su
cónyuge, para acceder a las relaciones sexuales. Luego
su rol se determinaba por el cuidado de su esposo, hijos,

166
Colección Escuela de Historia 25 años

y hogar. Cualquier acto salido de estos parámetros


sería juzgado con severidad y más si se trataba de la
“desviación sexual” ejercida en la prostitución.
Para hacer una alusión ejemplarizante, señalo
las fuertes disposiciones de algunos párrocos en el
contexto del siglo XIX hacia los hijos o hijas de las
meretrices. Éstos mandatarios de la iglesia, escribían
en las partidas de nacimiento: “hijos de putas”.” En
un registro de nacimiento se le decía a una niña de la
siguiente forma: “niña, sexo femenino, hija de puta”16
Esta visión dejaba marcada la vida futura de la niña,
ya que en adelante se prevería su predeterminación
hacia la prostitución. A principios y mediados del siglo
XX la sociedad bumanguesa era mayoritariamente
conservadora y tradicional. El registro en periódicos
católicos de la ciudad para caracterizar a sus gentes era:
“la sociedad de las almas”17, se exigía el respeto por “las
tradiciones centenarias”18, se equiparaban en igualdad
de condición “los criminales materiales a los criminales
morales”19, cuando había liviandades carnales “aun la
pluma se resistía a escribir”20, las madres que tenían
hijos fuera del matrimonio, eran llamadas “madres
diabólicas”21 y sus hijos “monstruos de iniquidad”22. La
Tradición era “el alma misma de la Patria”23, se llamaba
a la movilización santandereana “por la fe y por la
patria”24. Estas y muchas más referencias son tan solo
16  ARCHIVO UIS, AHR. Vanguardia Liberal. Viernes. 9 de Junio de 1950.
17  A .H .R. República de Colombia. Norte de Santander. Registrado
en el ministerio de correos y telégrafos el 19 de Septiembre de 1940.
Licencia N. 791. Mi Parroquia. Semanario Religioso. Director: Lisandro
Infante R. Pbro. Año 3. Bochalema. Septiembre 19 de 1943. Número
129, p. 4.
18  Ibíd., Julio 16 de 1944. Número 164, p. 4
19  Ibíd., Diciembre 12 de 1943. Número 140, p. 1.
20  Ibíd., Marzo 19 de 1944. Número 148, pp. 1-2.
21  Ibíd., Marzo 19 de 1944. Número 148, p. 3.
22  Ibíd., Julio 23 de 1944. Número 165 p. 1.
23  Unidad Católica, periódico oficial de la diócesis. Pamplona, 15
noviembre 1903. N. 375 Rollo N. 1 Tomado de: Hemeroteca -Biblioteca
Luís Ángel Arango (Bogotá).
24  El catolicismo, 12 septiembre. N. 91 1853 Rollo 2 Tomado de: He-
meroteca -Biblioteca Luís Ángel Arango (Bogotá).

167
Colección Escuela de Historia 25 años

unas alusiones de frases manejadas con naturalidad en


Santander por los párrocos residentes, queriéndolas
rescatar para ubicar mejor la mentalidad de la época.
Dentro de la “moralización de las costumbres”
fueron varios los actores que intervinieron en la
implementación e intento recurrente de formar la
mentalidad y prácticas de la buena mujer de la época,
y por consiguiente fustigaron, atacaron y persiguieron
todo acto pervertido que las alejaran sustancialmente de
su rol verdadero, aceptado social, civil y religiosamente.
Entre ellos tenemos la visión y gestión de Salud pública,
policía, penalistas, prensa regional, entre otros.

Construcción del sujeto femenino


(prostituta) en los imaginarios de Salud
Pública, policías, penalistas y prensa.
Es importante señalar que la “mujer pública”,
de la “vida alegre”, “meretriz”, “damisela”, de “vida
horizontal”, entre otros tantos calificativos que
recibía en la época, será regulada o sojuzgada por los
imaginarios discursivos que sobre ella se hacían los
diferentes actores e instituciones del Estado. Por ello,
vale la pena rescatar algunos de los mayores lineamientos
discursivos y de vigilancia que tenían estos garantes del
orden social.

La Visión de Salud Pública sobre la


Meretriz.
Dentro de los controles y regulaciones que
establecía Salud Pública para el ejercicio legal de
la prostitución, se encontraba prioritariamente las
visitas por parte de las meretrices a los dispensarios,

168
Colección Escuela de Historia 25 años

y el control de enfermedades venéreas. Sin embargo,


todo no transcurría linealmente entre controles de
salud-enfermedad. Las influencias de incriminación
por parte de Salud Pública hacia la meretriz y su
oficio, reproducían momentos fuertes de repudio
y en ocasiones, acciones conjuntas encaminadas a
la extirpación absoluta de éstas prácticas sexuales
desviadas y corruptoras del orden moral y físico. No es
extraño que la visión de Salud Pública con respecto a la
mujer de “vida horizontal” la colocara en el estereotipo
del cuerpo de mujer prostituida/ enfermedad, anomalía,
sífilis. A continuación remitiré la lectura de una
revista norteamericana que se difundía prolijamente en
Bucaramanga, al igual que las ideas que promovía:
El Departamento de Salud Pública de
Norteamérica decía lo siguiente:
“Los miembros de este comité deploran la práctica de la
tolerancia y de las prostitutas públicas o clandestinas, y urgen
la necesidad de constituir una policía represiva de tal actividad.
Todos los médicos de Sanidad deben cooperar y convencer a las
autoridades para la promulgación de leyes que prohíban a toda
persona el ejercicio de la prostitución o sus actividades afines”25.
La proliferación de prácticas sexuales tarifadas en el
centro de la ciudad, alarmaban al Departamento de
Salud Pública, al punto de enunciar el peligro que estas
prácticas representaban para la ciudad, produciendo
simultáneamente un perjuicio moral y físico:
“Hemos insistido para que se proceda al saneamiento
moral de la ciudad, porque las pensiones del centro de
Bucaramanga se han convertido prácticamente en residencias
de mujeres de vida licenciosa y esto además de constituir un acto
afrentoso, constituye también un serio peligro, ya que dichas
mujeres, burlan los preceptos establecidos por la sanidad, y son un
notable perjuicio para la moral social”26.
25  Archivo de la UIS, A.H.R. Fondo Judicial de Bucaramanga. Revista de
Higiene. Año primero. Nº 6. Enero de 1950, p. 16.
26  A.H.R. Vanguardia Liberal. Mayo 17 de 1947.

169
Colección Escuela de Historia 25 años

A las meretrices se les consideraba “Poseedoras


de una vida irregular”. De allí que todos sus actos fueran
vistos como ilícitos y peligrosos. De la mano de Salud
Pública, el Discurso de la ley buscaba la existencia de
un “meretricio organizado, pudoroso y hasta casto”,
para fines de una aparente conciliación con los intereses
morales de la ciudadanía:
“Se ordenaba que existiera un reducido número de
mujeres en el interior de los Lenocinios, eran prohibidas las
mujeres menores de edad, los cuartos no debían estar divididos
por canceles, los horarios de servicios de los establecimientos
debían ser a partir de la media noche, con el fin de proporcionar
la tranquilidad de los vecinos, el vestuario de las meretrices debía
ser con decoro, sin asomos de desnudez, la prostituta debía tener
cuidado de un vocabulario obsceno, no podía incitar a cometer
actos sexuales27.
La ley dejaba ver la doble moral de la legislación
y de la sociedad. Esta serie de exigencias “morales”
buscaba legitimar la práctica del meretricio bajo un
tapiz de recato y buenas costumbres, para así apoyar la
censura social que suponía la ciudadanía santandereana.
Estos lineamientos éticos y morales, como era de
esperar, no se llevaban a la realidad, y menos aún, al
tratar de excluir la razón primera del sexo prostituido:
“incitar a cometer actos sexuales”. Lo que se presenta
entonces, es un discurso con un fuerte componente de
moralidad, que invitaba a una racionalidad ética de las
prácticas sexuales legalmente constituidas y amparadas
por el Estado, pero que se cumpliría solo en el ámbito de
la pretensión.
La ley visualiza a la meretriz como cuerpo
enfermo, como peligro de contaminación y degradación
de la raza. De allí que se buscara reiterar las
obligaciones de acudir semanalmente al dispensario.
27 Archivo Departamental de Bucaramanga. Gaceta de Santander,
1942, p. 300.

170
Colección Escuela de Historia 25 años

En el capitulo primero de la Resolución en cuestión se


leía: “Los funcionarios de higiene tendrán a su cargo,
en primer lugar la vigilancia y control del ejercicio de
la prostitución28. Y los controles más acuciosos tenían
que ver con las enfermedades venéreas.
La evidencia de amenaza del cuerpo de la meretriz
como propagadora de enfermedades de transmisión
sexual se evidencia en la dispendiosa labor desarrollada
por Salud Pública para regular la enfermedad. En 1960 se
encuentran registradas en el Memorial del Ministerio de
Salud personas diagnosticadas con Sífilis, Blenorragia,
Chancro Blanco, Linfo Granuloma, Granuloma Inginal
y otras enfermedades venéreas. Las cifras muestran que
aún cuando se habían realizado controles médicos, no
se había podido exterminar la enfermedad, pues los
índices de enfermas se mantenían29.
En 1940, en el Departamento de Estadística
también se llevaban los registros de las mujeres públicas
que se encontraban enfermas. Estas cifras generaban
preocupación en la población. Y es posible que por
ello se pierda luego este tipo de registro. Los datos
reaparecen en 1959 cuando se constatan en el Anuario
Estadístico 1.278 mujeres públicas, repetidas 2.909
para un total de 4.187 mujeres públicas afectadas por
una enfermedad venérea. En Bucaramanga aparecían
registradas 1012 mujeres públicas inscritas, en los
departamentos más representativos en el ejercicio de la
prostitución, aparecen cifras con cantidades inferiores,
en Barranca se registran 336 mujeres públicas, en Puerto
Wilches 73, Rionegro apareció con 10, Socorro con 230
y en Vélez 1430. Como se observa, la ciudad aparece con
28 Archivo Departamental de Bucaramanga. CRUZ , Pedro Eliseo. Me-
moria de Higiene. Tomo 1. Imprenta Nacional. Bogotá. 1947, p. 90.
29 Archivo Departamental de Bucaramanga. Memorial del Ministerio
de Salud Pública al Congreso Nacional.1960. Alfonso Ocampo Londoño.
Cuadro número 20.
30  Archivo Departamental de Bucaramanga. Montero Castro. Anuario
Estadístico de Santander. 1940. Imprenta del Departamento. Bucara-
manga.
171
Colección Escuela de Historia 25 años

mayor proporción de mujeres prostitutas. Pero lo más


preocupante son las enfermedades que transmiten a la
población.
Sin embargo lejos de creer que la prostitución se
presentaba en el ámbito de lo clandestino, sin mayores
controles y bajo la dirección exclusiva de los proxenetas,
o departamento de Higiene y Salud, existía toda una
regulación por parte del Estado para la legalización
del sexo venal y las mujeres tarifadas en Bucaramanga,
que de forma explícita evidenciaba por un lado, la
aceptación en la sociedad de este oficio y por otro, su
legal constitución a través de registros de inscripción,
entre otras pautas necesarias para la formalización de
la prostitución en Bucaramanga. A continuación se
esbozarán los lineamientos legales que una mujer de
la vida pública debía cumplir para hacerse “pública”,
además de las características que debía poseer y la
condición social para pertenecer al “dominio y espacio
público”.
En la Gaceta encontramos el concepto que
definía a una mujer como pública: “Será inscrita como
prostituta, toda mujer que habitualmente practica el
coito, con varios hombres, indistintamente, vive en
prostíbulos o casas de lenocinios o las frecuenta”31.
Además del registro del oficio de la prostituta, esta tenía
que ser soltera y no contar con vínculos matrimoniales,
ni tutoría de sus padres u otra responsabilidad social
que la impidiera para ejercer la prostitución.
Se lee Artículo 12: “Para la inscripción de una
mujer como prostituta, deben tenerse en cuenta
únicamente las condiciones sociales de ésta, y en ningún
caso su estado sanitario. Por mujer prostituta debe
entenderse la que no está sometida a la patria potestad,
a la potestad marital, tutela o curaduría”. Para que una
31  Archivo de la Gobernación de Santander. “Disposiciones sobre lucha
Antivenérea, Resolución numero 282 de 1942”. En: Gaceta de Santan-
der, 4 de Mayo de 1942, p. 299.

172
Colección Escuela de Historia 25 años

mujer fuera pública, debía cumplir con las siguientes


condiciones: Inscribirse como pública en los registros
oficiales de Higiene y reunir los siguientes requisitos:
a) Tener más de 17 años.
b) Probar que tiene el discernimiento para
comprender el alcance y significación de la inscripción.
c) No estar atacada en ninguna de las
enfermedades enumeradas en los artículos 50 y 51 de la
presente resolución.
d) Estar en completo uso de sus facultades
mentales32.
Según los lineamientos de la figura que se
construye sobre la meretriz, ésta era una mujer
con mayoría de edad para responder por sus actos,
y con capacidad de raciocinio para aceptar el nuevo
rol que desempeñaría como mujer pública. No podía
estar enajenada mentalmente, lo que comprueba la
mayordomía de sus actos y socava la pseudo- teoría
positivista de los penalistas italianos sobre su proceder
determinado por “taras” y “retraso mental”

La Visión de los Penalistas sobre la “Dona


delincuente”.
La imagen que el Código de Policía reprodujo
sobre la prostituta, fue la de una mujer corruptora del
orden social y de las leyes, cuya conducta se encontraba
delimitada al orden delincuencial. La Revista
Criminal de la Policía solía describir a la meretriz con
características que figuraban dentro de la clasificación
de un personaje criminal. Por ello, era “frecuente
32  Archivo Departamental de Bucaramanga, Gaceta de Santander,
1942, p. 202.

173
Colección Escuela de Historia 25 años

su inserción en los censos de criminalidad33. Felipe


Serpa representante de la Policía de Bucaramanga,
escribió para la Revista de la institución, una serie de
instrucciones sobre la predisposición hacia la maldad
que tenía “la mujer caída”.
“las mujeres, una vez perdidos el control de
la honestidad, son muy agresivas, sienten especial
propensión al irrespeto, y buscan las maneras más
escandalosas de exhibir sus vicios y de ostentar su
relajada conducta34. También se clasifica a la mujer
prostituta, como cómplice del crimen y aquella que
promueve la delincuencia, hurto y decadencias humanas,
lanzando una hipótesis arriesgada sobre la certeza del
hallazgo del criminal en la “ guarida de la prostituta”:
“ Si echamos una mirada a todas las llamadas Zonas de
Tolerancia descubrimos allí punto menos de un infierno
de criminalidad, podríamos asegurar sin temor a
equivocarnos, que no existe una sola mujer publica que
no esté amparada por un hampón, la tiene aleccionada
para que lo proteja, lo oculte y le guarde ya las armas,
ya el fruto de sus robos, ya sus ropas ensangrentadas,
cuando ha cometido un crimen. Los antisociales, tienen
por su parte, siempre ha una mujer publica que les
ayuda en todas sus andanzas. Podemos asegurar que
después de cometido un crimen, el primer lugar visitado
por el criminal es la guarida de la prostituta35.
En cuanto a la estructura de los procesos
judiciales, se evidencia una fuerte estigmatización hacía
las prostitutas y una predeterminación agresiva hacia
la criminalidad de éstas, por la simple condición de
meretrices.

33  A.H.R. Código de Policía. Art 20, 7 y 8. 1943, p. 12.


34  SERPA, Felipe. La Mujer Caída: Lecciones de Felipe Serpa en la
Escuela de Policía de Bucaramanga. En: Revista de Policía Nacional. N
163 y 164(Agosto-Septiembre.1940). Bogotá: Órgano Oficial, 1940. p 38.
35  Ibíd., p. 40.

174
Colección Escuela de Historia 25 años

Los procesos judiciales que se instauraban a


las prostitutas evidenciaban su clasificación como
“mujeres delincuentes”, según el término utilizado por
Lombroso desde 1848, debido a que antes de iniciarse
la verificación de los hechos por los cuales se les
inculpaba, se procedía a realizarles un interrogatorio
que dejaba vislumbrar la estigmatización social de la
que eran objeto. El interrogatorio empezaba sobre las
posibles enfermedades sifilíticas entre sus familiares,
sus niveles de educación, miseria, deficiencias orgánicas
y psíquicas. Al parecer estas preguntas encontraban
su justificación en la presunción que se tenía sobre su
procedencia criminal. El ideario penalista difundía las
ideas sobre la calidad “inferior” de las mujeres que se
dedicaban a la prostitución, argumentando que éstos
oficios, obraban especialmente entre los medios: “ Más
débiles, tarados, sifiloides y heredo-alcohólicos de la
sociedad”. Consideraba asimismo, que la prostitución
era el agente directo de una multitud de conductas
criminales: “A nadie escapa que la prostitución, es
fuente de innumerables delitos, de innumerables
predisposiciones criminales y especialmente de
reincidencia criminal”36 El estereotipo de la mujer
prostituta según la visión de los penalistas, era el
de una mujer pobre, analfabeta, con tendencias a la
locura o incapacidad mental, cuya personalidad tendía
a lo criminal y a lo enfermizo. Este modelo de fuerte
estigmatización social y predeterminación a lo criminal
y delincuencial, fue difundido por la Escuela Positivista
italiana y trasferido, a los continentes americanos
para juzgar a los “reos enfermos” con demostrada “
inhabilidad mental”.
Una de las primeras críticas, que se realizó a
la teoría positivista, hace mención a que los teóricos
italianos, observaban el actuar social del criminal
36  CONTI ROMERO, Gustavo. Ideario de la Reforma Penal y Penitencia-
ria. Bogotá. ABC. 1940, p. 84.

175
Colección Escuela de Historia 25 años

“desviado” de la sociedad que lo formaba, y en este


sentido tal teoría se constituía “ una teoría apolítica,
ahistórica, acultural.”37 Según la teoría positivista se
consideraba que la prostituta poseía una naturaleza
criminal implícita, cuya acción social la condicionaba al
delito. Se explicaba que su actuar social era “desviado”
de la sociedad a la que hacía parte y por ende no
dependía del contexto histórico de su época, así los
procesos históricos cuyos procesos se definían por la
realidad política y cultural, nada tenían que ver con
su formación como prostituta y mucho menos como
prostituta criminal38. La explicación de la conducta
criminal de la prostituta, se buscaba de una forma
aislada del análisis de la sociedad que la circundaba y
de la cual era producto social39.

Consideraciones sobre la tendencia


criminal de las prostitutas.
Según las convenciones y teorías positivistas de
la escuela Italiana, y las consecuentes interpretaciones
jurídicas colombianas con respecto a la “la prostituta”
o “meretriz” como sujeto directo de criminalidad. Se
difundió la creencia generalizada, sobre el proceder
habitual delictivo de la prostituta, solo, bajo la forma
“natural” de una atávica corrupción. Por ello, las
37  ZINO TORRAZA, Julio, BODELÓN GONZALES, Encarna. Historia del
pensamiento criminológico. Universidad de Barcelona, Facultad de
Pret, graduat en criminología i política criminal.
38  Características generales de la criminología positivista según los
postulados de Ferri.
39  Hegel, será el pionero en utilizar el término “Producto social”,
cuya significación demostraba la incidencia tan fuerte que tiene sobre
el individuo la sociedad que lo circunda, con todas sus costumbres,
lenguaje, mentalidad, etc. Más tarde otros teóricos, demostraran la
influencia de la cultura en nuestro condicionamiento de la vida, de
modo, que siempre seremos “el producto social” de la sociedad de la
cual hagamos parte. Así para esta época la prostituta fue el “producto
social” del capitalismo y aún lo continuará siendo con las nuevas pautas
culturales de la época actual.

176
Colección Escuela de Historia 25 años

difundidas creencias de considerar a la meretriz como


homicida y criminal, pues de inmediato, se remitía a
una cuestión de “genética de la maldad”. Es por ello
que esta investigación además de mostrar los referentes
teóricos que nutrieron la vejada y delictiva imagen de
la prostituta, sugirió una propuesta de análisis crítico,
dónde se contextualizara su verdadero involucramiento
en los delitos y una cabal interpretación de su “herencia
como criminal”, evidenciando los factores reales que las
involucraron en algunos litigios penales, la mayoría
de veces, procesadas por los delitos de “ lesiones
personales, hurto, golpes, sospecha” y “en menor
proporción homicidios”.
Ahora bien, intentaré esclarecer los espacios en
los que las prostitutas tomaron el papel de agresoras y
víctimas, en los espacios del burdel, para dilucidar su
verdadera “herencia ancestral de corrupción”. Se tomó
como fuente primaria para realizar una aproximación a
los espacios de criminalidad, 135 expedientes judiciales
de mujeres prostitutas procesadas por algún delito. Bajo
el rol de agresoras las prostitutas fueron procesadas en
mayor medida por lesiones personales, insultos, hurtos
y solo en pequeñas proporciones por homicidios. Pero
la fuente también reveló matices, y nuevas hipótesis,
lejos de encontrar un componente masivo de la mujer
meretriz como criminal, lo que se evidenció en la
muestra poblacional fue una mayor incidencia de su
cuerpo, como objeto de vejámenes y homicidios por
parte de sus clientes. Aunque no se puede negar que
también la prostituta presentaba conductas conflictivas
y violentas, que las llevaron a ser procesadas ante la
justicia, no se presentaron evidencias empíricas para
comprobar la tesis difundida por abogados, juristas,
policías y demás instituciones del Estado, del alto
componente de criminalidad y de actos homicidas de
éstas hacia la población varonil y femenina.

177
Colección Escuela de Historia 25 años

Sin embargo, si se presentaron casos de muerte


propiciadas por las mujeres de la “vida pública”, pero, en
proporciones mínimas, que en absoluto, las convertían
en mujeres criminales sui generis. Ellas entonces, se
presentaron también como víctimas de delitos por
parte de hombres y mujeres.
A continuación se mencionará los móviles más
frecuentes de delitos y crímenes, tanto, de hombres
como de mujeres prostitutas en los bares o cabarets de
Bucaramanga.
Los motivos de ciertos homicidios dejaban
vislumbrar la inconformidad de algunos demandantes
sexuales, por no ser correspondidos a sus solicitudes
eróticas:
“José Sanabria, requería de amores a la Rueda,
pero esta no atendía con la solicitud debida a su galán y
por este hecho la asesinó dentro del establecimiento”40.
Una mujer fue herida por Miguel Villa, quien la atacó
porque la muchacha se negó a atender sus requiebros
amorosos41.
Otra índole de homicidios se ocasionó
motivada por los celos o disgustos desprendidos de
instintos pasionales masculinos. El honor sexual
masculino muchas veces se sentía agredido por
las “mujeres públicas” al no aceptar las demandas
sexuales masculinas, “El preferido” también fue factor
determinante de homicidios, ya que se convertía en un
sujeto promotor de conflictos y delitos, ya fuese por
representar una amenaza para los demás clientes o para
el proxeneta, o por sus reacciones de celos ante otros
contrincantes. El siguiente es el caso de un Preferido
que asesina a su meretriz por desafiarlo delante de sus
clientes. “Luego de llegar donde se encontraba la Ríos
40  A.H.R. Marzo 12 de 1949.
41  A.H.R. Abril 15 de 1952.

178
Colección Escuela de Historia 25 años

y sus acompañantes, y ante su miserable condición de


hombre cornudo arremetió feroz contra la que mas
amaba y con mano firme y certera rubricó en el cuerpo
de sus inolvidables delicias tres heridas penetrantes42.
Otros prefirieron en vez de acabar con la vida de sus
mujeres, acabar con la de sus rivales así: “El finado
Miguel fue y sacó a bailar a María Elena Poveda, por
este motivo el encoñado de esta lo asesinó”43
Otros móviles de violencia derivan del no pago
de los servicios sexuales que solicitaban las meretrices
a los hombres. El siguiente caso reporta un homicidio
por este hecho: “Después de haber tenido acceso carnal,
Londoño le manifestó que no tenía dinero para pagarla.
La prostituta Teodilia Castro se dirigió a Vargas
diciéndole que pagara él la cuenta (…) ante su negativa
esta lo aruñó provocando la ira de Castro quien la
asesinó”44
Una prostituta nos relata así los hechos: “Este
muchacho me dijo que fuéramos a la pieza, donde hizo
uso de mi carnalmente una vez, salió de la pieza y como
le dije que me pagara el servicio que le acababa de darle,
entonces el dicho muchacho se puso a pegarme”45
Otro motivo de maltrato y muerte hacia la
meretriz, era la no aceptación de exclusividad sexual
de la meretriz con alguno de sus clientes. Este último
por amor, celos u obsesión decidía quitarle la vida a la
prostituta sin más:

42  A.H.R. Fondo Judicial de Bucaramanga, Sumario contra Alfonso Pu-


yana por homicidio en Mercedes Ríos. Abril 5 de 1948, f 68.
43  A.H.R. Fondo Judicial de Bucaramanga, Causa contra Marco Antonio
Valencia, por homicidio en Miguel Antonio Gómez Estévez. Junio 15 de
1947, f 3.
44  A.H.R. Fondo Judicial de Bucaramanga, Causa contra José del Car-
men Celis por homicidio en Teodilia Castro. 7 de Julio 1948, f 5.
45  A.H.R. Fondo Judicial de Bucaramanga Causa contra Alberto Parra
por lesiones personales en Aura Duarte. Febrero 10 de 1942, f 1.

179
Colección Escuela de Historia 25 años

La víctima, mujer liviana a quien la sociedad


ampara, fue conocida por su amante, antes de serlo,
en sitio por cierto no santo(…) éste quiso satisfacer su
lascivia y ella le ofreció fácilmente su cuerpo, aunque no
le exigió pago, gustó de ella tanto, que uniéndose varias
veces, su pasión llegó a desbordarse que llegó a quererla
para sí solamente. Sin embargo querer de la viciosa, o
simplemente querer de la mujer aquella, “La Venus
Lasciva”, “La Venus Vértice” ( como también llama
Ferri a las prostitutas), no quiso entregar a él solo su
carne, ni sus otras liviandades, esto le bastó al hombre
para encenderlo en su pasión, quizá sintió dolor , quizá
ira, tal vez una mezcla de ambos, y cayó en la acción
homicida, mató a su amante”46
Muchos expedientes aducían al delito de lesiones
personales. Las causales mayores de este tipo de delito
se motivaron por la negativa de las mujeres a satisfacer
placeres eróticos de sus demandantes. Otro tipo de
delitos se presentaba por el alcohol: “El señor Juan se
abalanzó y me tiró una patada y me pego por la cara
tumbándome los dientes”47
El otro tipo de enfrentamientos que se evidenció
en los burdeles, tenía relación con las tensionantes
relaciones entre el mismo género femenino. Las
discordias frecuentes entre meretrices se presentaron,
por lo que en su argot se denominaba, “quitarse” los
clientes: “Dirigiéndose a Teresa le dijo hijueputa, y le
respondió mire tan puta es usted como ella, y me dio tres
puñaladas”; “estaba yo conversando con un muchacho,
cuando llegó Isabel, y me prendió sorpresivamente y
me agarró a muela(…)nada más porque yo conversaba
46  A.H.R. Fondo Judicial de Bucaramanga, Sumario contra Alfonso Pu-
yana Barajas por el homicidio en Mercedes Ríos. Caja nº 112. Legajo nº
2002. Abril 5 de 1945, f 75.
47  A.H.R. Fondo Judicial de Bucaramanga. Causa contra Juan Hernán-
dez, por lesiones personales en Olivia Díaz, Caja numero 22, 6 de no-
viembre de 1950, f 2.

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Colección Escuela de Historia 25 años

con un mozo de ella”48. “Sin mediar discusión alguna


la Rodríguez propinó a Rosa una tremenda puñalada,
parece que la causa de esa lesión son los celos y una
vieja enemistad motivada por rivalidades amorosas”49.
Algunas aducían su estado de embarazo como la causa
que les había producido obrar violentamente contra sus
compañeras: “y empezó a insultarme (…) yo cogí una
cuchilla de afeitar ya oxidada que tenía en la pieza y le
corte la cara como en el lado derecho de la oreja, pero
fue un aruñito, una cosa muy poquita, agrego que yo
me encuentro embarazada y que en este estado a uno
le asiste mucha rabia50. “Dos cabareteras se batieron a
cuchilla en una cantina”51
El homicidio se presentaba como una práctica, que
en ocasiones resolvía tensiones personales o tensiones
de otra índole. Algunas prostitutas se vieron envueltas
bajo esta clase de delito, bajo la legítima defensa por
los abusos repetitivos cometidos por algunos de sus
clientes. “ En la calle 61 este señor me tiró del pelo(…) me
propinó varios cascarazos, a donde yo iba el me sacaba
a pata(…) me prendió y me dio como dos cascarones,
por lo cual tuve que defenderme también, como yo no
era ningún macho, le metí un cuchillo que yo cargaba
permanentemente52.
Otro aspecto que provocaba la furia de los
clientes, era que después de invertir altas cantidades de
dinero con acompañantes nocturnas, estas no quisieran
finalmente acceder a sus deseos sexuales. Una prostituta
48  A.H.R. Fondo Judicial de Bucaramanga. Sumario contra Isabel N,
por lesiones personales en Rosalbina Monsalve. Caja n. 47. 30 de Octu-
bre de 194, f 4.
49  A.H.R. Junio 1 de 1947.
50  A.H.R. Fondo Judicial de Bucaramanga. Causa contra María Rodrí-
guez Gallete por lesiones personales en Lucrecia Carvajal. Caja n. 58.
19 Octubre 1949. F,1.
51  A.H.R. Junio 14 de 1952.
52  A.H.R. Fondo Judicial de Bucaramanga. Causa contra Victoria Car-
vajal Rico por el delito de Homicidio en José Ángel García Núñez, Julio
6 de 1946. F, 6.

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Colección Escuela de Historia 25 años

de 1946 relata lo siguiente: “ Estaba yo tomando con el


señor Baldomero Torres en el Café de los Santanderes,
y como a esa misma hora nos fuimos al bar Colonial
(…) luego pasamos a una cantina a la calle 61, de allí
seguimos al antiguo establecimiento del Rialto y el
Carioca, de ésta cantina volvimos a los Dos Santanderes
y en seguida pasamos al hotel Táchira, estando en ese
hotel el señor Torres me descalabró una botella porque
no quise ir a dormir enseguida con el cómo lo deseaba53.
Al preguntársele por la razón de su actuación
contestó: “yo no estaba disgustada con él, yo lo que
quería era que se devolviera para dónde yo estaba
acostada, ya que en toda la noche no había ido a la casa”54.
Sus declaraciones demuestran que dicho asesinato fue
un accidente, pues en sus declaraciones manifiesta el
afecto que sentía por el finado: “yo nunca pensé en que
lo pudiera herir, yo no quise sino asustarlo. Álvaro es
toda mi vida y lo quiero infinitamente”55. El homicidio
ocurre en el burdel con el arma del finado.
Por otro lado, al hacer un análisis de las
consecuencias de la teoría positivista entre algunos
sectores de nuestra sociedad, se puede establecer que las
bases teóricas que fueron tomadas por los legisladores,
abogados y periodistas de la época, en su gran mayoría
reprodujeron los mismos argumentos de la teoría
positivista a la hora de mostrar sus posicionamientos,
frente a las “mujeres públicas”. Ellos las consideraron
en sus discursos como “mujeres criminales”, que habían
llegado a la sociedad por “generación espontanea”,
sin causales políticas, económicas o culturales que
explicaran su presencia en la comunidad.
53  A.H.R. Fondo Judicial de Bucaramanga. Sumario contra Baldomero
Torres Montañés por lesiones personales en Alicia Flórez. Caja nº 47. 19
de Noviembre de 1946.f,1.
54  A.H.R. Fondo Judicial de Bucaramanga. Cuaderno nº 1. Causa con-
tra Teresa Montoya Zuleta por Homicidio en Álvaro Gaviria Díaz. Agosto
27 de 1938. F,10.
55  Ibíd., f 8.

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Colección Escuela de Historia 25 años

De allí que la única medida que veían para


salvaguardar a la sociedad de semejante “Dona
delincuente”56, era erradicar a ésta a un lugar apartado
de la ciudad, o mantenerlas encerradas o vigiladas en la
cárcel.

Conclusiones
La mujer “prostituta”, de “vida horizontal”, y de
“conducta reprobada, fue clasificada indistintamente
por todos los estamentos de la sociedad, como un sujeto
inmoral, que determinaba su actuar exclusivamente
hacia la criminalidad, el delito, el hurto y la bajeza
humana. Su vida fue sojuzgada por las influencias de
juristas italianos, que promulgaban la teoría positivista
del delito, sobre la que se estableció la herencia genética
de perversión y maldad que recaía sobre la meretriz,
su ascendencia y descendencia. La “herencia sifilítica,
de taradez y de analfabetismo” contextualizaría a los
jueces para dar un tratamiento severo y sin tregua hacia
aquella que fuera considerada la “encarnación misma de
la maldad” o en términos jurídicos “la dona delincuente”.
Entonces la prostituta como sujeto desviado del
orden social y de los mecanismos de poder establecidos
por el Estado y la Iglesia, recibió desde todos los
frentes una acusación perenne de responsabilidad
criminal. Sus actos, o respuestas fueron determinados
por la presunta predisposición hacia actos violentos,
carentes de sensibilidad y humanidad. Por ello todos los
procesos judiciales que se establecían sobre la meretriz,
estaban cargados de ideologías pseudocientíficas sobre
“atavismo de maldad”.

56  La Dona Delincuente es el Título de una de las obras de Cesar Lom-


broso, donde trata el tema de las mujeres delincuentes y donde incluye
a la prostituta como una de ellas.

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Colección Escuela de Historia 25 años

La tendencia en los juzgados fue colocar a la


prostituta como agresora potencial, en beneficio
de dichas teorías positivistas y para beneplácito de
una sociedad que utilizaba a la prostituta, pero al
mismo tiempo la confinaba a la desprotección jurídica
y social. Todo el tiempo estudiado 1940-1960, se
descontextualizó a “la mujer tarifada” de sus condiciones
sociales, políticas, culturales, religiosas y económicas,
reduciéndola exclusivamente a los parámetros de la
condición moral de la ley cristiana, jurídica y policíaca,
desde los cuales la mujer pública nunca saldría bien
librada, por su desviación etica y moral. Se desproveía
entonces a la prostituta de derechos y dignidad humana.
El trato dado a la meretriz, en los expedientes
judiciales siempre estuvo determinando por un proceso
que de antemano auguraba la sentencia fallida, por su
presunta condición de criminal. Se estableció a partir
de la prensa regional, expedientes judiciales, códigos
de policía, revistas de criminalidad, entidades de
higiene y de salud pública, y discursos de la iglesia, la
construcción discursiva de un personaje promotor de
disturbios y de quebrantamiento del orden social y
moral de la sociedad, sobre el que a toda costa, debía
recaer el peso de la autoridad por su “desviación sexual”.
Sin embargo, gracias a las fuentes primarias
judiciales, eclesiásticas, jurídicas, urbanísticas, y demás,
recopiladas en esta investigación, se pudo sustraer
a la prostituta no dentro de las estigmatizaciones
y convenciones sociales y religiosas, sino desde las
mismas experiencias históricas de la prostitución
en Bucaramanga. Entonces se pueden deducir
sintéticamente una serie de factores que posibilitaron
la prostitución en Bucaramanga y que logran desvirtuar
a la prostituta de su potencial criminal.

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Colección Escuela de Historia 25 años

Primero, Bucaramanga se convierte en una


zona estratégica para las grandes movilizaciones
de inmigrantes tanto, de las ciudades como de
las áreas rurales, por su ascendente crecimiento
económico y modernización en la implementación de
infraestructuras, además de los valores agregados que
pudiera ofrecer la ciudad idealmente.
Segundo, dentro de las movilizaciones hacia
la ciudad, acuden masivamente niñas y mujeres
perseguidas por la violencia política del país, que
después de recibir vejámenes en la ciudad, a través, de
oficios poco remunerados y maltratos de sus patrones,
deciden complementar o dedicarse con exclusividad al
“comercio carnal” o “sexo tarifado”.
Tercero, existió en Bucaramanga una proporción
directa, entre el auge del crecimiento económico y la
emergencia y proliferación de la prostitución como
oficio.
Cuarto, las relaciones tarifadas se comprenderán
en el nuevo marco del sistema capitalista, dónde el
valor por antonomasia de las relaciones sociales, estaría
determinado por la transacción monetaria.
Quinto, La prostitución o el comercio carnal
en Bucaramanga tuvo factores sociales, políticos, de
violencia, económicos, religiosos, y de pudor, que
posibilitaron el ejercicio del “sexo tarifado” como
profesión.
Sexto, la prostituta se desdibujó como sujeto
histórico al atribuírsele reiterativamente, solo, desde los
parámetros de moralidad todo su proceder y, confinarla
acríticamente hacía las tendencias de criminalidad y
maldad.

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Colección Escuela de Historia 25 años

Séptimo, Según los expedientes judiciales, la


prostituta lejos de ajustarse a las teorías positivistas
sobre su tendencia criminal, lo que se halló fue
suficiente evidencia que más bien, las colocaba en
mayores proporciones como víctimas de los vejámenes
de sus clientes, compañeras de oficio, o condiciones
adversas de su trabajo, y de su tiempo, que propiciaba
en índices alarmantes el homicidio de éstas últimas.
Octavo, la tendencia generalizada en los procesos
judiciales seguidos a las prostitutas, las convertía,
casi siempre, en agresoras de forma sistemática y sin
mayor investigación, por su condición desprestigiada
de mujeres públicas. Pero, pese a que las prostitutas
también incurrían en homicidios, los índices de
criminalidad fueron muy bajos, y en cambio si se
presentaron altas tasas de homicidios cometidos
en contra de sus cuerpos, por violencia de género,
desprestigio social, no pago de sus servicios sexuales,
celos de los amantes, la no exclusividad de sus “delicias
inolvidables”57 confrontaciones políticas de sus clientes
sobre el bipartidismo, y demás móviles que propiciaron
su muerte.

57  A.H.R. Fondo Judicial de Bucaramanga, Sumario contra Alfonso Pu-


yana por homicidio en Mercedes Ríos. Abril 5 de 1948. F, 68. En este
expediente se comete un homicidio hacia una meretriz, por parte de
un cliente que se sintió disgustado, porque ésta mujer compartía sus
ofrecimientos sexuales con otros clientes, y entonces decidió clavar
un puñal y propinarle tres heridas penetrantes mortales en “las inolvi-
dables delicias” de “su amada meretriz”.

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Colección Escuela de Historia 25 años

BIBLIOGRAFÍA.

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(Bogotá)
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Tomado de: Hemeroteca -Biblioteca Luís Ángel Arango
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