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Comentarios generales sobre la sexualidad dentro de la mirada del Espíritu.

---- aclarar que en primera instancia el concepto de sexualidad esta deficiente, pue ssolo se aboca al cuerpo,
al acto sexual de las gonadas. Últimamente a aspectos de la psique, pero nunca al espíritu, entonces aquí
sexualidad le daremos un concepto inédito y al final resultara delimitante, lo espiritual.-------

El problema de la sexualidad, como realidad multifacética y metafísica, siempre ha sido tópico de discusión
teórica en la mayoría de las disciplinas del Conocimiento, puesto que tal tema es, con toda propiedad, un
enigma cognoscitivo más ponderable, obscuro y urgente en la búsqueda del Hombre por su noción existencial.
Desde la Filosofía hasta las enervantes y pululantes especializaciones de las ciencias, tanto humanas como
materialistas imperantes en el Siglo de Hierro, el problema del Sexo se ha levantado siempre en alza, como
un enorme obelisco erecto, agudo e infinito, empero de su belleza recóndita y mistérica. Que, mientras más
se intente avizorar su piramidión, presumido hecho de un revelador prisma diamantino, cual corona la
comprensión del Secreto, más se eleva la vista hacia nebulosas densas imposibles de evaporar. En este
entendido, lo que me interesará, en esta ocasión, será tratar de manosear con uñas gnósticas, si bien un poco
largas, terrosas y no muy aliñadas, un respecto que se desprende de aquél enigma, más en realidad hace a la
médula de tremendo misterio, me refiero al sexo como la esencialidad de las características biológicas y
espirituales. La presentación de este proyecto, que adolece seguramente de la no poca presunción propia de
la lozanía de los años, sólo puedo formularla, por ahora, con una pregunta de la siguiente manera: ¿Qué es el
Hombre y la Mujer sexuales? O mejor inclusive: ¿Qué es la Masculinidad y la Feminidad como esencia de
aquellos? O MÁS BIEN, DELIMITANDO EL TEMA: ¿QUÉ ES LO QUE HACE AL HOMBRE HOMBRE Y A LA MUJER
MUJER, Y DÓNDE SE ENCONTRARÍA, SI EXISTIECE, COMO LO PROPONGO AHORA, ESE “INGREDIENTE” QUE LES
BRINDARÍA TAL CUALIDAD ESENCIAL? Es lo que me he impuesto a resolver, a la rápida como se diría.

El Sexo, como fenómeno, tiene, pues, su basamento en la sexualidad diferenciada. Antes siquiera de poder
inmiscuirnos en los secretos del sexo, y consiguientemente del Amor, debemos primero, como se acentuó,
investigar las raíces fundamentales de tal relación, es decir, sobre lo “masculino” y lo “femenino”, que
estructurados dan sentido posterior al acto sexual. Pero el interés por la Verdad trasciende por lejos estas
realidades humanas: el enfoque filosófico, psicológico y, aun, metafísico, no despejan la auténtica importancia
de estas esencias, pues si con el acto sexual toda la significación material encuentra una apoteosis, una fusión
de energías y sentidos; para hallar una ontología espiritual se deberá proceder al reverso, desde el acto sexual
(y el amor) hacia los opuestos, reintegrando así a cada uno la potencia que cedieran al argumento entelequial,
y, desde allí, arribar a la fuente mística del Poder de Eros y Ágape, que , al contrario de lo que se piensa, sólo
pueden comprenderse desde la individualidad sexual. La realidad natural que pesa sobre el Humano se puede
conjugar fácilmente en la esfera sexual, de allí a la dicotomía fundadora que, llevada al campo biológico,
contiene a la totalidad dramática y sémica dentro de la macroestructura social que suponen las realidades de
“Hombre” Y “Mujer”. Todo esto nos interesa, desde luego, no porque se intente fundamentar un estudio
racionaloide ni ideal sobre estas realidades contexto del plexo microcósmico, sino PORQUE DETRÁS DE LA
MENCIONADA DICOTOMIA SE ENCUENTRA UNA VERDAD ESPIRITUAL DE SUMA IMPORTANCIA.

Todo apetito gnóstico tiene, o debe tener, como norte la dilucidación de aspectos que encierran, cubren o
empolvan las cristalinas joyas metafísicas del Espíritu, y no deben fundarsae por la pretensión desarrolladora
de la Pisque como fundamentación de la vida. Lo que nos interesará aquí explorar será la verdadera
naturaleza, esencia del impacto del encadenamiento espiritual DENTRO de la esfera sexual del virya, sus
alcances e implicancias. En este entendido el trabajo no podrá apoyarse demasiado ni entrar a desarrollar
plenamente ciertos aspectos clave de dicha cuestión, es decir, que tópicos como el Sexo (como acto sexual y
sensualidad), el Amor, el A-mort, la magia sexual, la biología del pasú y en general, la sociología del sexo (como
la moderna conspiración sexual de Sodoma), la Alquimia ni el esoterismo, el Patriarcado y la sociedad
tradicional, la Civilización en tanto grandeza masculina, etc., etc.; sino que se atendrá limitativamente a
describir la naturaleza masculina y femenina del virya y sus conceptos. Pero, sin embargo, el aspecto
psicológico nos interesará sobremanera pues uno de los objetivos es la tipología del comportamiento de estas
dos categorías, y además vislumbrar si su explicación o génesis se encuentra enmarcada en el ámbito de la
psique o en algo más…

Y esto, primeramente, no se hizo antes realmente por cuanto nunca se tuvo, ni se contaba, con dato cierto,
en la filosofía, en la psicología, en la Ciencia, etc., de una diferenciación esquemática y completa entre Cuerpo,
Alma y Espíritu, hecho que suscitaba entonces, para los efectos ya esbozados, un problema sobre la indagación
de la esencia del Hombre. Así pues, empecemos desde lo más básico, que en la perspectiva de la evolución es
lo más valioso y complejo, es decir por el Cuerpo, para explicar la naturaleza de lo masculino y lo femenino.

La naturaleza orgánica de la sexualidad

En primera instancia, debemos reconocer categóricamente que el Ser Humano es, en principio y
objetivamente, un animal. Como sabemos, todo animal que mora en este apreciable y benigno planeta, desde
el más pequeño protozoario hasta el organismo más complejo y desarrollado, es un ente material biológico
sostenido y determinado, en primera instancia, como individualidad por una mónada animal o alma
energética, y luego conformada en su morfología por los arquetipos universales. Es decir que un animal, es el
resultado biológico y genético base de las determinaciones más sutiles del Plan demiúrgico para desarrollar
entes materiales consientes, de los cuales saldrá, mediante mucho esfuerzo y tiempo evolutivo, el ente que
tiene por misión existencial poner sentido a los otros entes creados y, en ultimas, hacer cultura. Los animales
son pues el pasado (y presente) genético o FILOGENÉTICO, del Hombre, creados como entes totalmente
circunscritos en una sociedad o especie (en sus etapas más desarrolladas) los cuales constituyen el elemento
consiente y activo de la Creación. El cuerpo biológico de los animales es en realidad el mecanismo ideal (o el
más perfecto que encontró el sabio y piadoso Demiurgo) para contener materialmente al alma y soportarla
en su objetivo vivencial y microcósmico de desarrollar la esfera de conciencia y progresar entelequialmente,
pero hay que añadir algo de suma importancia: este desarrollo SE PRODUCE DENTRO DEL TIEMPO
TRASCENDENTE, es decir que indefectiblemente, posicionándonos en el estadio orgánico, SOBREVENDRÁ LA
MUERTE Y POSTERIOR DESINTEGRACIÓN DEL ANIMAL INDIVIDUAL. Se hace necesario entonces, para el bien
proseguir y efectividad de este mecanismo, para que el alma monádica que NUNCA SE DESINTEGRA NI MUERE,
la posibilidad de reencarnar (metempsicosis en el caso del Humano) en nuevos ejemplares biológicos, y he
aquí lo que nos interesa: se hace NECEARIA, ENTONCES, LA REPRODUCCION DE LAS ESPECIES.

El sistema biológico que utiliza el Demiurgo para hacer sostenible la puesta de sentido por parte de la mónada
individual en el mundo de materia densa, requiere que el ente biológico en el cual encarna, es decir donde se
gesta el “huevo cosmogónico, pueda MULTIPLICARSE orgánicamente (además de esta función la
multiplicación orgánica también importa a la necesaria formación de una estructura plural de individuos
indispensable para crear y sostener la Cultura, es decir la Sociedad). La égida del Tiempo, que es el correr o
fluir de la conciencia demiúrgica, el Logos, al que todos los entes están íntima e inmanentemente ligados en
su devenir evolutivo arquetípico, hace que éstos, y en mayor medida los organismos biológicos, sincronicen
su tempo procesual a los relojes cósmicos, situación que llevará, en menor o mayor medida entre ellos, a la
disolución material o muerte. Así pues, el ente orgánico (animal o planta en este caso) deben presentar por
fuerza en su complexión una función que asegure la perpetuación de los vehículos materiales, es decir deben
ser capaces de multiplicarse para la futura encarnación de las almas en su etapa dentro del planeta. Este
mecanismo biológico se ha venido a denominar “reproducción”, proceso el cual ha sufrido de variadas
modificaciones evolutivas a lo largo de la historia evolutiva del planeta, desde la división de organismos
unicelulares y protozoarios o de seres multicelulares como la Porifera, pasando por los mecanismos asexuales
de organismos primitivos (especialmente invertebrados) como los gusanos, equinodermos, celentéreos, etc.,
donde, ciertamente, la reproducción no produce UNA MEJORA GENÉTICA cualitativa, resultante de la mezcla
genética de DOS organismos, sino que produce un espécimen en todo igual genéticamente al prototipo;
pasando por la partenogénesis, presente en muchos invertebrados como platelmintos, parásitos
microscópicos como los tardígrados, rotíferos y en diversos artrópodos y algunos anfibios y reptiles, donde la
reproducción se produce sin fecundación del gameto femenino, el cual inicia la partición celular impulsada
por causas excorporales y ajenas; arribando ya a la reproducción sexual típica entre vertebrados y animales
superiores, donde se da la MEZCLA DE GENES que posibilitan la selección natural y la máxima evolución
biológica del cuerpo estructural (y del alma diremos puesto que en los genes van además elementos
“anímicos”). Enumeramos todo aquellos de forma resumida para establecer la NATURALEZA de la sexualidad
animal humana.

¿Qué es pues, el sexo en los humanos desde el enfoque material? Respuesta: EL SEXO HUMANO, QUE
DIFERENCIA ENTRE ANIMALES MACHO Y ANIMALES HEMBRA, ES EL RESULTADO EVOLUTIVO DE UNA
ESPECIALIZACIÓN BIOLÓGICA DEL ORGANISMO EN ORDEN DE POSIBILITAR Y MAXIMIZAR LA FUNCIÓN
REPRODUCTIVA DE LA ESPECIE. La obviedad de esta respuesta, que no resultará ser tanta, será debidamente
aclarada a continuación.

Como el lector, ágil de mente, se habrá dado cuenta de lo expuesto anteriormente, quedará denotado que el
mecanismo que utiliza el Demiurgo para la encarnación de las almas se da primigeniamente en un organismo
ASEXUADO. Sí, en primera instancia, el pasú, o cualquier otro animal, comenzó su desarrollo filogenético (en
otros planetas y pasando por diferentes formas arquetípicas) como un ente fisio-morfológicamente único,
reproduciendo a escala orgánica la naturaleza monista de la mónada, es decir que el ente biológico evolutivo
animal se estructura únicamente como medio catalizador para cumplir ambos objetivos de la finalidad del
pasú (crear cultura y alcanzar la autonomía óntica), donde el proceso evolutivo tiende, en buena parte, a
asegurar la función multiplicadora del ente, mas, como se entenderá, no como un objetivo primario, sino que
utilitario y accesorio. El animal biológico fue pues, en sus principios un ser carente de sexualidad, pues el
mecanismo de reproducción vigente no pasaba por la fecundación, sino por la división celular; luego,
mediante una actualización evolutiva, el organismo adherirá a su método reproductivo, el concepto de mezcla
genética por unión de “semillas” genéticas (gametos en el mundo animal) de diferentes organismos, esta
nueva amplitud dará nacimiento a seres HERMAFRODITAS cuya especialización biótica hace, pues, necesaria
la aparición de DOS naturalezas distintas DENTRO el mismo organismo que funjan como mecanismo
operacional y funcional de dicha mezcla genética, es decir aparecen los gametos propiamente dichos y las
estructuras que deberán producirlas, sostenerlas e impulsarlas. Primitivamente, el organismo hermafrodita,
ya animal medianamente superior, presentaba ambas naturalezas estructurales (cromosomáticas) dentro de
su plexo, donde podía fecundarse él mismo o intercalar el sexo según la pareja ocasional, pero, sea notado, la
especialización evolutiva no trascendía la esfera estructural del sistema reproductor, es decir que todas las
células del organismo eran de la misma naturaleza que otro, independientemente de su calidad sexual
reproductora. Será posteriormente, cuando la evolución de la especialización reproductora llegue a su
cumbre, aparecerán organismos típica, morfológica, fisiológica y GENÉTICAMENTE diferenciados en sexo, y en
el caso del Ser Humano, PSICOLÓGICA Y HASTA METAFÍSICAMENTE DIFERENCIADOS. Retomaremos esta idea
luego de decir algunas palabras sobre la Flora o el mundo botánico.
Es interesante observar el mismo desarrollo estructural, PARALELO, al de los animales en la especialización
reproductiva de las plantas, como si se pudiera constatar la mano misma del Demiurgo probando y
experimentando, mediante el logos solar, en diferentes órdenes, amén de la acción directa de los
extraterrestres “policías y granjeros” universales en la manipulación genética directa de los organismos. Las
plantas también comenzaron su periplo evolutivo e manera asexuada, reproduciéndose por división celular,
como los tubérculos, los helechos, las algas, los hongos (que ya pasaron a formar su propio y alegre reino
biológico según el siempre clasificador criterio del científico), pero luego, al estilo animal, evolucionaron en
organismos sexuales que debieron reproducirse entonces mediante “semilla” (huevo o germen de vida). En
primera instancia aparecieron las plantas gimnospermas, plantas vasculares y espermatofitas (que producen
semilla) como las coníferas, cícadas y gnétidas entre otros, donde la semilla se encuentra expuesta, no
presentan fruto y el proceso de fertilización depende de la autofecundación. Luego pasarían muchos millones
de años, hasta que la mano de laboratorio del Demiurgo diera la combinación perfecta: aparecen de golpe o
por arte de magia (en geología y antropología debemos acostumbrarnos a la participación de la magia y el
misterio) en el cretácico inferior las plantas angiospermas, desde luego espermatofitas, aunque pueden ser
de otra índole, que se caracterizan por desarrollar la flor como especialización estructural sexuada de
polinización y fertilización, y también por presentar el superdesarrollo del óvulo en fruto, que encierra,
protege y nutre a las semillas germinales. En esta ocasión ya se puede observar claramente la diferenciación
sexual en las plantas, donde, en nivel primitivo se desarrollaron angiospermas con flores hermafroditas, es
decir que presentaban en una misma flor ambas estructuras sexuales (gineceo en el caso “femenino” y
androceo en el “masculino”), dándose igualmente la desventaja genética eventual de la autofecundación o
autogamia y también la endogamia que no aumentaban la calidad genética de la semilla, mas luego la
especialización dará lugar a plantas con flores unisexuales. Aquellas plantas que presentaran ambos tipos de
flores unisexuales en el mismo organismo, donde la característica biparental ya se halla presente, llamanse
monoicas y aquellas que son puramente macho o puramente hembra se denominan dioicas, en este último
escenario ya podemos comparar a ambas estructuras, animal y vegetal como análogas, haciendo hincapié en
que la característica “masculina” se da a aquella estructura DADORA del “esperma” o polen y “femenina” a
aquella receptora, gestante y nutridora de la semilla o germen. Cabe añadir que en las plantas se da el singular
caso de la alogamia, que vendría a ser, para nuestro mejor entendimiento, una especie de mezcla de razas de
la misma especie donde se producen individuos genéticamente nuevos.

La evolución del sistema o método reproductivo de los entes biológicos es de suma importancia para el
Demiurgo en la sostenibilidad orgánica del planeta y su envoltura biótica, como ya dijimos, para el indefinido
y siempre creciente sostén material de las mónadas trasmigrantes. Como pudimos observar lo que importa
en el biotipo de los entes orgánicos es, pues, entre otras funciones de conservación, la multiplicación, donde
la especialización evolutiva que llega a la diferenciación de sexos es accesoria, utilitaria, eventualmente
conveniente tanto como método en la rapidez, en la calidad genética y en su función de formar sociedad. Más
adelante observaremos que la evolución sexuada, además de importar a la esfera material, también repercute
en inéditos sistemas que, entre otras cosas, se relacionarán íntimamente con el arquetipo familiar. Por el
momento centrémonos en resaltar la calidad UNISUBSTANCIAL del ente orgánico.

EN LA BIOLOGÍA DE LOS ENTES ORGÁNICOS NO PUEDE HABLARSE, EN VERDAD, DE UNA VERDADERA


DIFERENCIACION TIPOLÓGICA ENTRE LO MASCULINO O FEMENINO, ENTRE MACHO O HEMBRA, sino que
ambos contextos, morfológica y estructuralmente hablando, no son sino, bajo el axioma hermético siempre
vigente, polos de una misma substancia. El ente orgánico, como “masa asexual” en el principio de la evolución,
es un protoplasma genético que se ha desarrollado según precisos y diversos planes arquetípicos actualizados
en millones de años, que han mutado la forma y la estructura tanto externa como interna del ente, como de
un alfarero dando perfil a un terrón de arcilla se tratase, resultando la diversidad de aparente de organismos
pululantes hoy en día, dentro de nuestro interés, la realidad fáctica de los sexos, no sería, entonces, más que
la especialización evolutiva de un mismo ente que como una gelatina plástica, se asienta en la forma de
determinados modelos preestablecidos sobrevinientes de una mutación o evolución de las especies en un
determinado tiempo. La diferenciación sexual de animales y plantas (y claro de los humanos) no es más que
una única masa primigenia que ha divergido según el logos gérmico o fundamental de cada ente, fruto de su
designio específico resultante de la evolución susodicha, que, en la máxima actualización del sistema
reproductivo que han alcanzado hoy los organismos, se consolida para la posteridad material por medio de la
unión cromosomática del “esperma y el óvulo”, quienes le darán forma o tipo sexual al embrión (protoplasma
biológico animal o vegetal), y, sólo en determinados organismos como el humano, esta calidad quedará
plasmada en todas las futuras células del ser. Por evolución y herencia, ya todas las características de ambos
sexos, en potencia se encontraban en la carga genética (designio) del huevo cosmogónico, y aunque ya se
activas uno de ellos, permanecen en estado latente en el genoma. Así que NOY EXITE, PUES UN MACHO
TOTALMENTE MASCULINO, NI HEMBRA TOTALMENTE FEMENINA, sino organismos mayormente machos y
organismos mayormente hembras anatómica y genéticamente.

En la Naturaleza, como mundo material en el cual trascienden y se desarrollan progresivamente los entes cuya
diversidad, en realidad, no es más que resultado de la aparente actualización de una sola substancia (monada
arquetípica estructurada por “no más de 22 voces o elementos”), no puede existir en ningún caso una
separación definitiva, una “auténtica y gran dialéctica”, sino cualitativa o cuantitativa de una misma realidad
entre dos conceptos de una misma categoría. Como que el Bien y el Mal sólo son polos opuestos de una misma
vara o los estados de la materia de un metal cualquiera que va de sólido a líquido y luego a estado plasmático
no es más que una apariencia temporal y “vibracional” (térmica, etc., aspectos fisicoquímicos que describen
mediocremente el accionar del Logos), o la aparente morfología escalar que va de saurios a las modernas
aves. Así también las naturalezas masculinas y femeninas son sólo aspectos especializados que elige (más
bien, se le es elegido) un ente orgánico al momento de “germinar”; lo que nos lleva a aceptar que existirían
innumerables estadios “intersexuales” e un determinado ente que se localiza más aquí o más allá en la escala
lineal de la especialización sexual de la especie. Al respecto el profesor Weininger nos dice:

“Las observaciones realizadas por los embriólogos pueden colocarse


en una dependencia sistemática con las recogidas en otros
campos. Designando, como hace Hdckel, con la palabra ≪gonocorismo
≫, la separación de los sexos, puede distinguirse, en las diferentes
clases y especies, diversos grados de este gonocorismo. No
sólo las diferentes especies de plantas, sino también las diferentes
especies de animales se distinguen entre sí por la marcada o insignificante
latencia de los caracteres del otro sexo. El caso más
extremo de diferenciación sexual, es decir, el gonocorismo más agudo,
se encuentra en el dimorfismo sexual, particularidad que ofrecen,
por ejemplo, algunas especies de miriápodos, en las cuales
los machos y las hembras de la misma especie difieren exteriormente
más de lo que pueden diferir miembros de dos especies o
incluso de familias diferentes. En los vertebrados jamás se encuentra
un gonocorismo tan marcado como suele hallarse, por
ejemplo, en los crustáceos o en los insectos. En aquéllos nunca
aparece una diferencia tan completa entre los machos y las hembras
como corresponde al dimorfismo sexual, pero también se presentan
innumerables formas sexuales mixtas, incluso casos denominados
«hermafroditismo anormal», y algunas familias de peces
están constituidas exclusivamente de miembros con «hermafroditismo
normal».”

La diferenciación sexual en animales, además de decidirse mediante herencia genética primordial (es decir, la
herencia genética y cromosomática, que empieza a patentizarse en el embrión recién en la quinta semana del
embarazo, a los tres meses ya se empiezan a formar las gónadas o caracteres sexuales primarios, hasta ese
momento los cromosomas “dormían”), se reafirma somáticamente en tal cualidad específica mediante un
conjunto de procesos biológicos dentro del organismo en crecimiento. La función endócrina de las glándulas
es la responsable en mayor medida, de la adaptación sexual del ser en desarrollo, hecho que apoya la tesis de
una “programación intencionada y modulada” del ente por etapas, apareciendo así la diversidad de caracteres
sexuales primarios, secundarios, terciarios etc., apoyando así la estructuración morfológica y estructural del
organismo ya diferenciado desde el génesis. Es principalmente por la falla de la correcta funcionalidad
hormonal que se presentan casos de “androginismo”, siendo el hermafroditismo una característica
limitativamente genética (cuando la diferenciación especializada del sexo no “toma una decisión firme” en el
huevo”). En la tesis intersexual, las características masculinas o femeninas, como ya pusimos en claro, se
encuentran presentes en ambos sexos empíricos por igual, sucediendo que, por alguna mal función, una de
estas características latentes se active y se desarrolle indebidamente en el organismo, de allí los casos de
desorden morfológico y fisiológico como las mujeres barbudas y de musculatura extraordinaria o los casos de
hombres que nunca desarrollan su característico pelambre ni el gravamen de la voz. Inclusive, podemos
observar, mediante la modulación escalar genética, una infinidad de características típicas en el sexo opuesto,
desde caderas anchas en varones, hombros prominentes en mujeres, contextura facial, etc. Volvemos a
repetir: corporal y orgánicamente hablando NO EXISTE UNA DIFERENCIA SUBSTANCIAL, ESENCIAL NI
INMANENTE ENTRE MACHOS Y HEMBRAS, ENTRE LO MASCULINO Y LO FEMENINO.

El Sexo como realidad funcional biológica e instintiva

Ya pusimos en relieve que la naturaleza sexual diferenciada de los organismos evolucionados (bisexual en los
humanos) se debe a la necesidad de agilizar, mejorar y desarrollar la funcionalidad reproductiva de los entes
corporales biológicos que tienen como fundamento ontológico la sostenibilidad material de las almas, y que,
en realidad, esta necesidad es sólo una de muchas que hacen a la total existencia fáctica del ente. Además de
la reproducción el organismo necesita otros atributos y funciones indispensables para su existencia y que
igualmente se pugna por su evolución arquetípica, sistémica , y funcional, como la movilidad, la alimentación
o captación de energía, la complejidad del metabolismo y de los diversos sistemas orgánicos para un mejor
desarrollo, la supervivencia general mediante la agudización y proliferación de sentidos cada vez más
desarrollados, y más acá en la realidad entelequial y teleológica del microcosmos potencial, la capacidad
psíquica y de expresión, y finalmente la conformación social. Es así que al organismo son muchas funciones
que lo limitan y dependizan con la realidad del macrocosmos material, y se hace necesario, pues, que el ente
cumpla con todas estas funciones de autoexistencia y supervivencia VOLUNTARIAMENTE, es decir, como
conducta o pulsión del ser, así que el Demiurgo dispone la facturación de un mecanismo propio para tal fin:
el INSTINTO, O MÁS BIEN LA VOLUNTAD INSTINTIVA, que se encuentra suficientemente detallada en los
Fundamentos.
Biológicamente se hace conveniente la especialización sexual, no sólo para la reproducción, sino que tal
diferenciación operativa, desarrollada verticalmente otras necesidades primarias del ente. Así pues, en la
supervivencia existirá una verdadera revolución por “división del trabajo”, el macho, quien es el que insemina,
también será quién cace o recolecte el alimento, quien defienda a la familia de amenazas o bien, luche en
orden de la dominancia, mientras que la hembra quien es la que gesta, por su lado, se dedica al mantenimiento
de la guarida o a la crianza de la prole y la defensa de la misma. Pero todo esto, debe recordarse, es solamente
un panorama de eventualidad, puesto que lo principal SIEMPRE es la funcionalidad y las características
conductuales e instintivas específicas de los sexos cambiarán según el ambiente y el entorno. Se hace notorio
lo anterior en algunas colonias de insectos, donde la hembra es quién recolecta el alimento y conforma la
fuerza de ataque (abejas y temitas) o el caso del caballito de mar macho quien es el que madura a las crías en
su vientre, o el caso de los pingüinos antárticos, quienes, impelidos por la crudeza climática y el escaseo de
alimento, turnan las funciones de supervivencia y crianza, todo esto en función íntima y simbióticamente
relacionada con la especie, su hábitat, el ecosistema y cómo el específico desarrollo evolutivo y el instinto
biológico determinado han deparado su enfrentamiento a la vida.

En este entendido, debemos aprehender en la mente una consideración de suma relevancia: la importancia
crítica del buen desenvolvimiento y realización de las funciones de existencia y supervivencia del organismo,
que se encuentran tanto más desarrolladas y perfeccionadas tanto mayor sea el grado de especialización
evolutiva del ente, se encuentra circunscrita en la egida del instinto, así que éste, en las primaras etapas del
desarrollo del organismo, debe comandar continua y eficazmente el comportamiento, Y PARA QUE ESTO
FUNCIONA DE TAL FORMA, SE HACE IMPRESINDIBLE UN ELEMENTO CONDUCENTE Y CATALIZANTE QUE TIÑA
A DICHA NECESIDAD FUNCIONAL DE GANACIA O PREMIO PARA SU REALIZACION EFECTIVA: ES DECIR SE
ADITAMENTA A LA RELACION EL PLACER. Sí, el sentimiento o emoción del placer (como carga energética y
psicológica que enerva la estructura biológica) es el elemento activo que asegura el éxito instintivo de las
necesidades básicas del ente, es la triquiñuela del Demiurgo que inserta en el organismo animal para que éste
cumpla por propia necesidad y gusto con la voluntad instintiva. Por eso toda satisfacción de necesidades
corporales básicas acarrea paralelamente el premio orgánico-somático del placer, en la alimentación y el
sabor gustoso y el hartazgo estomacal, en la conformación familiar y el afecto tribal, en la caza y el ejercicio y
la emoción de adrenalina, en la función de eliminación residual del detritus y la…; y, sobre todo, EN LA
REPRODUCCIÓN CON EL PLACER SEXUAL. El sexo como acto corporal, como se sabe, está primaria y
fundamentalmente asociado a la reproducción función reproductiva, el apareamiento, sea en animales o en
plantas (polinización y fecundación), es el resultado fáctico de la especialización biogenética de las especies
más evolucionadas de la diferenciación sexual como actualización mejoradora de la necesidad multiplicadora
de los entes biológicos, y para que dicho mecanismo o sistema de reproducción tenga un carácter primordial
y urgente en el ente, para asistir de potencia a la voluntad instintiva desde la emergencia biológica interna, se
desarrolla paralelamente a la acción de la cópula, el placer carnal excitante. Es así que, solamente en los
animales, el deseo sexual del placer (lujuria) SUSTITUYE convenientemente la eminencia de la función
reproductiva, como pasa también con los anteriores ejemplos, donde la gula ha apartado del sitial instintivo
de supervivencia a la alimentación.

El placer o goce es un contenido psicoorgánico que se ha desarrollado con mucha potencia en la esfera animal,
y superlativamente en la raza pasú, suponiendo en la historia de la evolución un paradigma, en el entendido
que la mayoría de las acciones exteriores del ente se deberán a la búsqueda de placer, a la satisfacción crónica
de una necesidad inconsciente y no aplacable, porque como dijimos, se encuentra específicamente detrás de
toda apetencia básica del organismo y no supone necesidad misma, sino creadora de necesidad. El placer
nunca podrá ser “aplacado” o satisfecho por el pasú en realidad, puesto que es precisamente este efecto el
que es deseado para la constante y efectiva realización de las funciones básicas de existencia del ente
corporal, hecho que hoy en día, en la sociedad pasú, ha mutado –para la sorpresa y alegría de los arcontes y
Siddhas Traidores seguramente- en la más perfecta esclavitud exterior e interior como direccionamiento
conductual del Hombre, de su parte animal, para con las determinaciones psicosociales del Kaliyuga. Tanto es
así que ya no solamente son las necesidades básicas quienes son cubiertas por el instinto del placer, sino que
toda una pléyade de comportamientos y accionares, incluso perjudiciales para con la entelequia, han sido
resignado por el placer, desde el anacrónico envenenamiento alcohólico y la drogadicción, el
sadomasoquismo corporal (un tema interesantísimo de analizar sería la dicotomía dolor-placer), la gordura
mórbida, las distintas parafilias en su perspectiva eminentemente sexual, etc. Es cierto que tales placeres
pudieran estar conectados con una “necesidad psicológica” sin conexión orgánica ni fisiológica, es decir
determinadas por ciertos requerimientos anímicos que son necesarios para el desarrollo psíquico, como
experiencias indispensables y valiosas en el progreso de la conciencia, pero esto trasciende por el momento
el tema aquí esbozado. Además, también supone un interesante tema de psicoanálisis, la moderna endemia
de afecciones psicopatológicas totalmente asombrosas y bizarras, relacionadas al placer puro, como los
trastornos de personalidad corporal del síndrome “de cirugía plástica” dañina y demás preciosuras por el
estilo.

Por otro lado, el instinto sexual presenta diversas modulaciones en lo referente a su función reproductiva
según las determinantes fisiognómicas y ambientales como atracción la atracción sexual, elemento que
tocaremos con más profundidad adelante. Algunos animales evolucionan un instinto “monógamo”
dependiendo de sus realidades fácticas, como por ejemplo algunas aves de alta mar, que por la escasez de
terreno propicio para incubar los huevos y las especiales características de su movilización y migración, deben
formar parejas para toda la vida, o los cisnes, o algunas especies de ballenas, que por su periodo de
reproducción y celo tan alargado podríamos decir que se ayuntan una sola vez en la vida, como sucede en
algunos insectos, especialmente pterygota como dípteros y lepidópteros, pero en sentido opuesto ya que su
tiempo de vida es tan corto que sólo atinan a aparearse una sola vez. Mientras que, en la mayoría de las
especies, la poligamia es una institución definida y fundamental dada las condiciones de vida donde la
procreación numerosa es deseable, demás está decir que a estos pertenecen por naturaleza los pasues.

Por último, debemos resolver la cuestión de la “atracción sexual”, como sublimación y concreción, del deseo
sexual como elemento interno que posibilita la conductualización de la voluntad instintiva en orden de realizar
la función reproductiva. La atracción sexual que sienten las criaturas animales por el sexo opuesto es
eminentemente una actitud interna, es decir PSICOLOGICO-ISTINTIVA. Sin la presencia de una esfera de
conciencia, por lo menos rudimentaria (pre conciencia en el pasú) no habría atracción sexual como “deseo”
interior, pues, si lo pensamos bien, el compuesto fanático y apetecible de la figura sexual opuesta es una
condición “arquetípica”, y luego, “cultural”: Sí, la estética sexual (y cualquier otra esfera de la Estética) es una
categoría psíquica que deviene de los arquetipos universales de forma, donde la figura del sexo opuesto se ha
circunscrito en la psique del Hombre como contenido psicológico y es utilizado y “vivificado”, a su vez, por el
instinto sexual que hace a una parte de la elemental preconciencia. El ser Humano tiene DEBILIDAD ESTÉTICA
POR LA CURVA, puesto que el designio de la Serpiente, como modelo universal y múltiple de los patrones del
desenvolvimiento de la energía, ha desarrollado, junto a la programática formación secuencial y logarítmica
de los Arquetipos, un universo CIRCULAR “donde el ángulo recto no existe como construcción natural”
(relativamente digo yo). El designio humano, representado por el símbolo caracol (la curva progresiva), hace
que los patrones curvos sean natural y arquetípicamente los más apreciables y deseables por el pasú en la
conformación exterior de los entes, y es aquí, donde la función reproductiva, mediante la utilización subliminal
de la psique hace de la corporalidad externa del sexo opuesto hermosa y sensual. Esta tendencia la podemos
verificar específicamente en la atracción que nos producen las partes erógenas del sexo contrario a donde
aquellas partes las caracteriza la circularidad (senos, glúteos, caderas cóncavas y cintura convexa en las
mujeres, músculos marcados en varones, muslos, labios, ojos, etc.).

La erótica, además de constituir la esfera de la estética humana, también contiene a elementos de distinta
índole, es decir psicológicos e incluso metafísicos; ya dijimos que la atracción sexual parte de la forma exterior
“aquetípicamente” deseable, pero también dijimos que existe un elemento netamente psicológico. En
realidad, la sexualidad general del Hombre, trasciende lógicamente los ámbitos de la biología, la anatomía, la
fisiología, etc., es decir, ámbitos netamente materiales-orgánicos, pues la “belleza” del Manú no solamente
se encuentra inscrita en el ADN, sino que se demuestra inconscientemente en la conformación racional y
cultural del modelo sensual. La pregunta verdadera entonces sería: ¿la sexualidad humana, como realidad de
lo Masculino y lo Femenino, además de ser una aptitud biológica (ya pusimos en claro que esta diferenciación
DESDE esta esfera es aparente), encuentra su fundamento en otro contexto, de ser así, desde lo psíquico? La
respuesta es, obviamente, que sí. A continuación, nos ocuparemos de esta complementariedad estructural.

El Alma, fundamento psíquico y metabiológico de la sexualidad psicológica.

¿Qué es, pues, la sexualidad psicológica? Convenimos atrás sobre la primacía que supone la evolución
orgánica de la función reproductiva como fundamento de la diferenciación biológica sexual en determinados
organismos superiores, donde, en realidad, la separación dicotómica sexual hace a un momento secundario
en el tiempo del desarrollo de una mismo y primordial “protoplasma orgánico”, cuya posterior divergencia
sustancial sugiere que no existe, entonces, una verdadera diferencia esencial ni inmanente entra ambos
conceptos. Lo que procede ahora es adentrarnos al campo de lo Psíquico, para probar si en esta esfera
podemos encontrar datos o referencias sobre este respecto.

Primeramente, debemos poner en claro las características primarias y fundamentales de lo que entendemos
por Psique. La Sabiduría Hiperbórea es el Conocimiento que ha logrado, por primera vez en la Historia, dar
una descripción minuciosa y perfecta de la realidad interna o microcósmica del ente humano, en donde se
desarrolla una descripción natural y metafísica del alma (cuerpo astral como materialización energética de la
mónada impertérrita) donde, lo que nos interesa aquí, es el apartado relativo a la Metempsicosis. Dentro de
este acápite, resaltamos la analogía extraordinaria que desarrolla Nimrod acerca de la encarnación del alma
de manera secuencial y ordenada vivificando las distintas estructuras biológicas del pasú en desarrollo a
manera de un haz de luz saturado de un color determinado, al cual se le van imponiendo placas que
determinan su difuminación (Pag. 118 FSH). Tendremos en claro entonces que el alma es un ser de naturaleza
energética sutilísima que encarna en diferentes organismos (en referencia a los entes orgánicos) aportándoles
la “animación energética” de todas sus estructuras biológicas, y posibilitando todas las facultades inmanentes
de los sujetos que vivificarán todas aquellas estructuras como el pensar (totalidad de la actividad energética
psíquica cerebral), el sentir (como la integración sensible de la esfera sensitiva del pasú), el sentir emocional
(relativo a la esfera afectiva), etc. En la primera parte de este escrito nos abocamos a tratar la importancia
que le asigna el Demiurgo al cuerpo material orgánico del pasú, formado por determinados arquetipos
universales (Manú en este caso) y sostenidos en su designio individual por una mónada (para un desarrollo
más detallado de este aspecto consultar la parte “El principio plasmador radica en el germen microcósmico”
de la segunda parte de los FSH, TOMO cuarto); es pues esta mónada, que sostiene la vida animada de dicha
estructura biológica, el alma. Tanto el cuerpo (y su multiplicación como especie) como el alma encarnada son
consubstanciales en importancia para cumplimentar la finalidad macrocósmica del Pasú (poner sentido a los
entes, al Universo y crear cultura sostenible), mas, para que esto se efectué de manera idónea, se nos aclara
que la finalidad micocósmica (autonomía óntica o evolución de la Conciencia) debe de progresar en igual
medida, es aquí donde nosotros daremos la siguiente tesis: la diferenciación sexual biológica, además de
suponer una mejora escalar de la función orgánica de la reproducción, OPTIMIZA, DE IGUAL MANERA, LA
EVOLUCION CONCIENTE E INTEGRAL DEL ALMA EN SU TRAVESÍA POR EL MUNDO MATERIAL. Esta enunciación
no cobrará verdadero alcance hasta que lleguemos a la parte donde se analizará el efecto específico del
encadenamiento espiritual en la sexualidad, pero ya en esta parte existen varios elementos de suma
significación. Veamos.

El Alma, como substrato biológico de la estructuración y animación corporal, se encarna en el momento de la


concepción del ser orgánico, variando el tiempo preciso según diferentes doctrinas (inmediatamente después
de la unión de gametos, al día, a los tres días, al mes, etc.), para la Sabiduría Hiperbórea, el ser orgánico ha de
ser resultado del desarrollo material del germen orgánico (gérmen microcósmico en el caso del Pasú) cuando
el globo de Akasa (o Logos Kundalini, actual y potencial) ha leído y aperturado la plasmación del plan del
designio pasú contenido en el alma (átomo gravis del microcosmos), siendo así que el alma consiste en el
cuerpo doble del ente orgánico. Ateniéndonos a estos dos condicionamientos ónticos (Manú y designio
humano respecto al alma), surge inmediatamente una pregunta: ¿Siendo el arquetipo Manú el que estructura
material y formalmente (el modelo antrópico: cuatro extremidades, una cabeza, un torso) al ente orgánico,
es de éste que el ente orgánico humano (y otros más primitivos) han sacado la diferenciación sexual? En otras
palabras, ¿existe en el modelo Manú, el microcosmos masculino y femenino como tipo entelequial puro?
Nosotros decimos que sí.

En toda cultura y civilización (limitémonos por el momento a la cosmogonía pasú y/o semítica, tanto como a
las versiones atlantes morenas del paraíso y la teogonía) se encuentra presente la marcada existencia de los
pares de opuestos sexuales dentro de los Dioses. Estos dioses, como sabemos, separándolos de las categorías
deicas y etéricas de la Jerarquía Universal (titanes o esferas cósmicas, potestades, devas, daimons
elementales, logos jerárquicos, kumaras, planetas, etc., son seres extraterrestres, es decir criaturas corporales
que tanto pueden designar a especies de pasues muy evolucionados de otras coordenadas del Espacio, con
distinto rango o categoría consciente (más o menos entelequiados en la autonomía óntica y próximos a la
perfección corporal Manú), como a seres extrauniversales encarnados en cuerpos entelequiales Manú
(Siddhas Traidores). Es patente notar que tanto en la Mitología, en el Esoterismo, en la Ufología, etc., estos
entes se distribuyen en varones y hembras dentro de la raza, por ejemplo, existen “felinoides” hembras y
machos, “pleyadianos” hembra y macho, hasta los siempre simpáticos “insectoides” también hembras y
machos. Se supone que el arquetipo Manú como modelo que rige la forma del microcosmos en este
Manvantara (posiblemente en otro anterior el Manú fue de naturaleza cefalopoide, como el Señor Cutulhu)
afecta a TODO ENTE ORGÁNICO POR MÁS EVOLUCIONADO QUE ESTE SEA, donde la especialización diferencial
del sexo como culmen evolutivo del tipo orgánico, está presente hasta la misma entelequia. Esto lo queremos
aclarar puesto que precisamos denotar que la especialización sexual es eminentemente de carácter
MATERIAL-CORPORAL desde el mismo Manú, que conduce o “llama desde el futuro” a la evolución de los
entes orgánicos (en este caso al Pasú). Ahora bien, ¿qué sucede con la Monada arquetípica humana, es decir,
el alma? Respuesta: ésta, como ya dijimos, al ser un ser primordial precipitado “al principio” de todas las cosas,
como pluralidad pantocrática de UN MISMO ELEMENTO REPETIDO AL INFINITO y el alma como expresión
material de la Mónada inalterable en su estructura o ser, NO POSEE, PUES, UNA DIFERENCIACIÓN SEXUAL NI
DE CUALQUIER OTRA ÍNDOLE. Es decir, EL ALMA NO ES MASCULINA NI FEMENINA.
La Sabiduría Hiperbórea corrobora estas afirmaciones en las páginas 832 y 833 de los Fundamentos (pedimos
tomar a bien saltar todo lo referente al Espíritu Hiperbóreo por el momento), es decir, reconoce que la
diferenciación sexual es una función especializada dentro de la evolución orgánica del Manú (y de otros
arquetipos universales que rigen organismos eucariotas superiores), y que el Alma del Pasú “NO POSEE SEXO.
PUEDE ENCARNAR INDISTINTAMENTE EN CUERPOS MASCULINOS O FEMENINOS”. Esta afirmación nos
permite tener una idea más abarcante y clara sobre la sexualidad del Ser Humano en tanto psíquica. La función
principal del alma, en lo que se refiere a la finalidad microcósmica, es posibilitar la formación de la esfera de
conciencia del ente microcósmico (y sólo este será capaz de cumplir con la finalidad macrocósmica del pasú)
y CONSERVARLA aun después de la muerte o disolución material del cuerpo para la evolución de la mónada;
el alma es quién registra y guarda los esquemas de Sí Mismo producidos en las diferentes encarnaciones, Y
SON A ESTAS QUIENES PODEMOS TILDAR DE ALGUNA MANERA COMO “MASCULINOS” O “FEMENINOS”.
Aclaremos esto último.

El esquema de Sí Mismo se refiere a aquella construcción de orden mnémico que se estructura en la psique
del pasú, como síntesis y summun del desarrollo psíquico, que se estructura en base de un símbolo primigeneo
(de la autonomía óntica) y se apertura desde el momento que el ente microcósmico “se descubre a sí mismo”,
es decir, ente entre entes, diferencia al sujeto inmanente de los objetos externos. Esta construcción es, pues,
eminentemente de carácter HISTÓRICO, como bien explica y desarrolla la Sabiduría Hiperbórea, lo que nos
interesa aquí es determinar la característica específica de este esquema (el esquema de Sí Mismo o esfera de
conciencia, como relación de la estructura cultural, al que se referirán posteriormente todas las demás
relaciones o emergencias, NO ES el Sí Mismo total, que hace a la completa estructura del organismo
microcósmico, sino su esquema mental), en tanto que, al ser, valga la redundancia, “conciencia histórica de Sí
Mismo”, dentro de esta categoría ENTRA LA NATURALEZA SEXUAL DUAL DE LA PROPIA ESTRUCTURA
CORPORAL. La “vida” mental de un organismo humano, la vida psíquica, que hará después a la esfera de
conciencia animada como sujeto consciente por el alma, está determinada, en su desarrollo, por la condición
sexual, es decir que, y que se me perdone la tautología aparentemente obvia, el sujeto consciente se irá
conformando de manera masculina, es decir como varón, mientras anime y se desarrolle en un microcosmos
de naturaleza más o menos (atenerse a la concepción intersexual) masculina, y de manera mayor o
menormente femenina en tanto anime un cuerpo femenino relativo a la escala intersexual. Es decir, que
mientras más correspondencia o cercanía tenga el organismo a uno de los polos ideales de tipo sexual, más
masculina o femenina tenderá a ser el esquema de Sí Mismo desarrollado. Es notorio que esta descripción es
muy general y presenta contradicciones en el momento de la observación fáctica en la realidad, por ello será
necesario ampliar más estos comentarios.

Anteriormente dijimos que la especialización sexual importa especialmente, entre otras cuestiones, por la
división del trabajo que ello supone para facilitar las necesidades de supervivencia y de sociedad. En realidad,
ES ESTA DIFERENCIACIÓN CONDUCTUAL Y CULTURAL EN SU EVOLUCIÓN SOCIAL, QUE FUNDAMENTA LA
CONSTRUCCIÓN SEXUAL DE LA PSIQUE. La masculinidad, en términos “materiales”, además de suponer la
conformación orgánica del cuerpo, significa una multiplicidad de características psicológicas e institucionales
derivadas de la estrecha funcionalidad natural de los sexos, es así que determinadas posturas o conductas
propias de la posición históricamente desarrollada de los sexos son la fundamentación BIOLÓGICA de la
“masculinidad” y la “feminidad”; es importante aclarar que el término “biológico” no solamente hace
referencia a la estructura orgánica del cuerpo, es decir material, sino que también engloba en su definición a
realidades sutiles y psicológicas, es decir al alma: como toda ciencia natural, la Biología, la verdadera biología
como la que describe Evola y los Sabios, tiene como campo de estudio la esfera física y material de la vida,
como la esfera metafísica y oculta de tal. Es así como debe entenderse en verdad la psicología, máxime la
conductual y caracterológica, puesto que las conductas sexuales devienen inseparablemente de la naturaleza
orgánica del cuerpo y DE LA NATURALEZA ATROPOLÓGICA Y SOCIAL DEL MISMO.

Desde siempre, las características masculinas se han visto ancladas en la función básica social del macho, es
decir, la caza o la procuración de la alimentación, como también de muchas otras tales como el constante
apareamiento, la agresividad ligada a la misma como al copamiento del poder entre otras cosas. Resultará
entonces que las actitudes que surgen de tales actividades serán las características directivas del desarrollo
psíquico sexual masculino; la agresividad, la dureza, la brusquedad, el desarrollo físico, la excitación sexual
constante y la apetencia poligámica, la dominación tribal y la competencia activa ligada al sexo y al mando,
etc., serán las aptitudes que definan la masculinidad, y en las cuales el esquema de sí mismo se irá
construyendo como psique masculina. Otro tanto podemos decir de las características femeninas de la
hembra tipológica y el desarrollo psíquico de la mujer donde la maternidad, el deseo sexual pasivo pero
constante, la seducción “feromónica”, la sumisión, etc., harán a las características socio-culturales femeninas.
Es en este sentido que podemos observar que tales características pueden englobarse en dos conceptos
significativos respectivamente: La diferencia psíquica de los sexos se encuentra vívidamente representada (o
desprendida) tanto en la forma de los genitales (emisor y receptor, prominente y cavernoso, eyaculador y
absorbente, etc.), como por la naturaleza orgiástica respectiva, en el macho la expansión del placer es
“catastrófica”, es decir volcánica, activa, violenta, fogosa, singular; mientras que el orgasmo femenino es
“ondulatoria”, secuencial, múltiple, acuosa, como marea, etc. Toda la formación psico-cultural del esquema
de Sí Mismo, en tanto historia social del pasú, se desarrollará en base a este panorama.

El androginismo primordial del Alma y la integración Anima-Animus

Como se advirtió en el prolegómeno de estos comentarios, muchos de los conceptos aquí esbozados ameritan
una profundización más desarrollada y específica de cada tema, mas, nos contentaremos en esta oportunidad
solamente con un análisis superficial de los mismos.

La idea platónica del hombre y mujer absolutos es inexistente dentro de la biología como dijimos, puesto que
existe una infinidad escalar intersexual, además de poder decirse que en la esfera psíquica NO HAY ALMA
HOMBRE Y ALMA MUJER, sino la encarnación especifica de ésta en la diversidad intersexual de los organismos
pasú, quienes le aportan a su vez, en su desarrollo vivencial, la determinación conductual, o personalidad
(sexual en este caso). El Alma es entonces en su esencia SIEMPRE ANDRÓGINA, es decir que como diverge de
la Mónada humana, que es única y la misma en su aparente pluralidad, y que contiene innumerables
esquemas de Sí Mismo de ambas sexualidades en su plexo sutil, su naturaleza no puede ser “dividida” (como
sí sucede con el cuerpo orgánico) y a lo sumo podemos decir que contiene potencialmente todas las notas de
verdad referentes a ambos sexos.

El androginismo del Alma es un tema abundantemente conocido en el mundo del esoterismo y la metafísica.
Este conocimiento fue harto respetado y venerado en la antigüedad por diversos pueblos (no es necesario
aclarar su filiación al pacto cultural) y ritos que mitologizaron y mistificaron dicha realidad metafísica dándole
determinadas simbologías y enarbolando diferentes doctrinas, donde el símbolo primordial del PEZ se
destaca. El dios-pez es una figura presente en diversas mitologías, desde el famoso Oannes sumerio al semítico
Dagón (cuyos cultos subsiste hoy en día “ocultamente” en el catolicismo judeocrsitiano y en otras religiones
del mismo orden, donde la mitra o gorro papal es el elemento más representativo), el símbolo del pez es
estudiado por Jung muy específicamente en AION y se sugiere remitirse a dicha obra para ahondar el tema
(sea dicho de paso, no necesariamente se está de acuerdo con dichos conceptos, los cuales tratan sobre
muchos aspectos bocetados en este acápite). Este Símbolo conlleva, para nosotros, una triple significación
sobre la naturaleza oculta y velada el pasú: 1.- el pez simboliza la evolución filogenética animal del Pasú, que
“desde el fango de las aguas emergió hacia la sequedad solar de la tierra”, evolución, como ya se ha repetido,
comenzó en otros planetas, 2.- simboliza la naturaleza hermafrodita del cuerpo humano, en tanto
protoplasma asexual que se diferenció en los opuestos sexuales, y 3.- significa la androgenitura primordial del
alma humana. Esta simbología, como es de suponerse, es hartamente conocida y sustentada por los cultos
sinárquicos y fue entrinizada en diversas religiones como tapasignos para los pueblos del Pacto de Sangre,
donde el Cristianismo significó la catástrofe más significativa, desde el Mito fundacional, es decir Yeshua o
transliterado “Jesús el Cristo”, la metafísica de la naciente religión exotérica tomó en su esencia la simbología
del Pez. Algunos sistemas gnósticos de la antigüedad que bebieron de doctrinas ocultistas egipcias y
mesopotámicas (shambállicas) erigieron el concepto del “Cristo” como figura de la Iluminacion, o Salvación,
o Trascendencia, etc., en flagrante intencionalidad de suplantar al Kristo atlante; la significación de Cristo es
compleja, tanto en la etimología como en su etnografía, pero nos atendremos a su acepción griega (Christos).
La palabra designada para obscurecer este antiguo término fue “Ikhthys” o “ichtus”, acrónimo de aquella que
fue prohijada por los primeros “gnósticos cristianos” (esenios, zelotes, judíos, etc.) y que describe a un símbolo
arquetípico que consiste en dos arcos opuestos que se cierran en un extremo y divergen en el otro, es decir
un pez (poner el símbolo), cuya asignación semiótica de las letras viene a formar un acróstico que vendría a
significar algo como “Jesús Cristo hijo de Dios y Salvador”. Podemos suponer que la formación lexicológica de
donde deviene el griego “Christós” o el latín “Christus” se remonta a las aguas del pasado de los pueblos arios,
donde tal término corresponde a un sólo Mito, rememorado y cultivado en todos aquellos pueblos y que
remite a la figura mitológica del “Padre de la Raza”, el verdadero crucificado (en este entendido, no solamente
Wotan sería el Kristo, sino que podemos hablar de un “Kristo Quetzalcóatl”, un “Kristo Shiva”, etc.) y no así la
reciente y falaz acepción de “ungido”. Por el contrario, “Ikhthys” supondría una conspiración semita en orden
de cubrir tal término de raigambre indogermana con la figura del Mashiaj o Messiah hebreo, donde los
conspiradores cristianos de la primera le dieron tal representación y naturaleza “ictiológica” para designar al
“Avatara de la Era de Piscis”, de ahí su equiparación con el término Ikhthys, cual fue posteriormente, como
acabamos de decir, acaparado por los gnósticos decadentes o judeocristianos y muchas otras sectas ocultistas
y “guerrilleras” en su afán de sincretizar las cosmogonías arias y semitas.

Los padres de la Iglesia, posteriormente, se encargarían de entronizar institucional y dogmáticamente el


símbolo del pez en el magisterio y rito judeocristiano, desde una nueva interpretación del bautizo, hasta la
relevancia de la escena famosa de la multiplicación de los pescados, el epíteto iniciático de “pescadores de
hombres”, etc. (consultar Tertuliano). Lo cierto es que el Símbolo Sagrado del Pez se encuentra
fundamentalmente interiorizado en el culto cristiano, y éste, subrayémoslo, FUE LA FUENTE EXO-ESOTÉRICA
DE TODA LA PRODUCCIÓN Y ESPECULACIÓN METAFÍSICA Y COGNOCITIVA DE LA EDAD MEDIA HASTA HOY.
Esto nos interesa ya que muchos sistemas y doctrinas místicos y alquímicos construidos en aquel paradigma
(amén de las modernas doctrinas), enarbolan una concepción mágico-sexual, de la Iniciación y el Opus, que
integra en su esencia la concepción del Pez, es decir que erigen un panorama donde el Hombre, como pez,
debe bucear en las profundidades del alma y de la mente (Inconciente) para conseguir la integración, y aquí
lo preocupante, COMO fusión de los opuestos (sexuales en este caso) para formar al Hombre Alquímico, al
potador de la Piedra Filosofal mediante el mercurio y el azufre (nótese que en el 80% de los textos y manuales
alquímicos que nos llegan hoy en día toda la terminología hermética es dualista), al Homúnculo o hijo de la
Obra, es decir al ANDRÓGINO.
Como no podía suceder de otra forma en pleno Kaliyuga, todas las vías secretas de liberación espiritual
resultaron falsificadas, tergiversadas y confundidas, máxime aquellas que ameritan en su complexión alguna
referencia o utilización del sexo y la lívido (especialmente la Vía Húmeda, la Vía Seca y la Alquimia).
Regresaremos a este punto en otra parte de estos comentarios, pero, especialmente querremos en este lugar
ocuparnos de la descripción del Andrógino que se halla relatada en el “Banquete” del Divino Platón, para ello
citaremos un capítulo, si bien un poco largo para consistir en una cita, del libro “Homosexualidad en la antigua
Grecia” de Eduardo Velasco donde el autor se ocupa de desmitificar certera y plenamente la tan mentada
como falaz homosexualidad endilgada a varias figuras del pasado griego por parte de la conspiración
académica judía moderna, y además, considero de suma conveniencia reproducir tal capítulo en su entereza
para mejor entendimiento, incluido, el contexto de la obra de Platón:

“ASUNTO "IRREFUTABLE" #1: EL "BANQUETE" DE PLATÓN

El "Banquete" es un diálogo filosófico en el que diversos participantes rinden


tributo a Eros, el dios del amor, en forma de discurso ensalzándolo y
aportando la visión que cada cual tiene del amor, con lo cual es una fuente
de primera mano para conocer la mentalidad ateniense de la época
(estamos hablando, en todo caso, del Siglo IV AEC, una etapa ya
decadente). Sin duda, todos los eruditos especialistas subvencionados que
se dedican a dar conferencias y vivir del cuento, apoyados por un Sistema al
que le interesa difundir la mentira, sacan siempre a colación el "Banquete"
de Platón como ejemplo de que "la civilización griega era homosexual",
basándose en algunas líneas halladas en ese libro.
Sin embargo, y desafortunadamente para los apóstoles de la
homosexualidad griega, todo el mundo debería saber que los diálogos
platónicos consistían a menudo en un debate que contrapone puntos de
vista opuestos, representados por los participantes. La razón es que, para
Platón, todas las partes debían estar presentes en un debate y tener la
oportunidad de exponer y defender su punto de vista. Hay personajes que
representan ideas contrarias a Sócrates, precisamente con el objetivo de
contrastar opiniones distintas, y por ello mismo no pueden ni deben citarse
al tuntún como si las hubiese pronunciado el mismo Platón. Por estas
razones, en cada cita, es preciso especificar quién la ha pronunciado e
indagar sobre el personaje, para saber si representa un punto de vista afín
al platónico (del cual Sócrates y otros son portavoces) u opuesto.
De la intervención de Pausanias se puede decir que él mismo debate
diversas aproximaciones al tema, y que nunca menciona el amor carnal
homosexual. Podemos destacar una cita relativamente contundente: "Sería
preciso, incluso, que hubiera una ley que prohibiera enamorarse de
los mancebos" (Pausanias, 181d).
En otra cita, reflexiona sobre por qué la relación de maestro y alumno es
necesaria y beneficiosa y no debería abolirse, diciendo que "uno puede
contribuir en cuanto a inteligencia y virtud en general y el otro necesita
hacer adquisiciones en cuanto a educación y saber en general". (Pausanias,
184d-e). En este caso, como en el espartano, se está hablando de una
relación con vistas al perfeccionamiento personal y al "entrenamiento", en la
que la sabiduría de un hombre maduro ayuda a un muchacho a convertirse
en hombre y en la que, de nuevo, la interacción entre soplanucas y
muerdealmohadas brilla por su ausencia.
Después de estas citas bastante vagas, entra en escena Aristófanes, un
personaje que no debería caer bien al buen platónico, ya que en el diálogo
de la "Nube", se burla abiertamente de Sócrates, y en el "Banquete", muestra una conducta excéntrica que
acaso fue introducida por Platón como
señal para dar a entender al lector que el punto de vista expresado por él no
merece reverencia. Así, podemos leer:
…me dijo Aristodemo que debía hablar Aristófanes, pero que al
sobrevenirle casualmente un hipo, bien por exceso de comida o por
alguna otra causa, y no poder hablar, le dijo al médico Erixímaco, que
estaba reclinado en el asiento de al lado:
―Erixímaco, justo es que me quites el hipo o hables por mí hasta que
se me pase.
Y Erixímaco le respondió:
―Pues haré las dos cosas. Hablaré, en efecto, en tu lugar y tú, cuando
se te haya pasado, en el mío. Pero mientras hablo, posiblemente
reteniendo la respiración mucho tiempo se te quiera pasar el hipo; en
caso contrario, haz gárgaras con agua. Pero si es realmente muy fuerte,
coge algo con lo que puedas irritar la nariz y estornuda. Si haces esto
una o dos veces, por muy fuerte que sea, se te pasará. (185c-d-e).
Es tal el desconcierto que este pasaje siembra, que no pocos ríos de tinta
han corrido especulando sobre su significado. Y es que la presentación que
se hace de Aristófanes, que no puede hablar a causa de su hipo y debe
cederle el turno a Erixímaco hasta que se le pase, es dudosa y algo cómica,
por no hablar de que, en un acto ritualizado como lo era un diálogo
filosófico, en el que cada intervención se consideraba rodeada de signos de
los dioses para bien o para mal, el hipo de Aristófanes no constituye
precisamente un buen augurio.
Cuando finalmente termina su hipo y le toca hablar, Aristófanes desarrolla
un extravagante discurso sobre el andrógino, un ser esférico con ocho patas
y dos caras, que se desplazaba rodando por el suelo, que reunía las
condiciones sexuales de tanto varón como hembra, aunque algunos eran
varón por ambos lados o hembra por ambos lados. Según el disparatado
razonamiento de Aristófanes, estos seres desafiaron a los dioses y Zeus los
hizo partir por la mitad, de modo que, haciendo inverosímiles cabriolas
argumentativas e inventándose toda una mitología para justificar que a dos
hombres les guste irse a la cama y convertir un * en un O, Aristófanes ―el
del hipo, el de las gárgaras y los estornudos, el que se burló de Sócrates―
nos dice que:
En consecuencia [de la partición del "andrógino" originario], cuantos
hombres son sección de aquel ser de sexo común que entonces se
llamaba andrógino son aficionados a las mujeres, y pertenece también a
este género la mayoría de los adúlteros; y proceden también de él
cuantas mujeres, a su vez, son aficionadas a los hombres y adúlteras.
Pero cuantas mujeres son sección de mujer, no prestan mucha atención a los hombres, sino que están más
inclinadas a las mujeres, y de este
género proceden también las lesbianas. Cuantos, por el contrario,
son sección de varón, persiguen a los varones y, mientras son
jóvenes, al ser rodajas de varón, aman a los hombres y se
alegran de acostarse y abrazarse [5]; éstos son los mejores de
entre los jóvenes y adolescentes, ya que son los más viriles por
naturaleza. Algunos dicen que son unos desvergonzados, pero
se equivocan. Pues no hacen esto por desvergüenza, sino por audacia,
hombría y masculinidad, abrazando lo que es similar a ellos. (191de-
192a).
Por la excentricidad de su propio discurso, no es de extrañar que Aristófanes
ande incómodo, que en un momento dado ruegue “que no me
interrumpa Erixímaco para burlarse de mi discurso" (193b) y que
poco después, finalice su intervención poco menos que pidiendo clemencia:
Éste, Erixímaco, es mi discurso sobre Eros, distinto, por cierto, al tuyo.
No lo ridiculices, como te pedí, para que oigamos también qué va a
decir cada uno de los restantes o, más bien, cada uno de los otros dos,
pues quedan Agatón y Sócrates. (193de).
A pesar de que Aristófanes sólo representa un punto de vista de tantos, de
que no es presentado en modo alguno como alguien fiable y de que él
mismo es consciente de que se lo deja a huevo a los demás para burlarse de
su discurso, los autores pro-teoría homosexual citan sus palabras sin más,
como si representase el punto de vista del mismísimo Platón.”

Como podemos observar, la figura del andrógino se encuentra en la Filosofía desde la época clásica, y mucho
antes, puesto que “misterios” como este son incontables, como la Esfinge o diversos mitos referidos a
monstruos mitológicos, puesto que tales reminiscencias nos vienen desde la Atlántida, donde, seguramente,
la realidad estuvo por lejos lindante a la ciencia ficción y experimentos genéticos entre humanos y animales
inconfesables y terribles se llevaron a cabo por parte de los “dioses” siempre embargados por el “espíritu de
la ciencia”. Tales misterios han cobrado vigencia los últimos milenios en el Esoterismo merced a la labor
mercenaria de diversos sujetos que trajeron o “canalizaron” los “manifiestos” metafísicos de Shamballa, de
forma directa o indirecta, tales como la mayoría de “sabios” de la Edad Media, y recientemente todos los
representantes de las escuelas ocultistas y esotéricas de la modernidad (H.P.B, Crowley, S.A.W., Saint
Germain, Levi, Kardec, o los mentecatos de oriente como Lobsang Rampa, Krishnamurti, Sivannanda y una
infinidad de otros lamentables y funestos personajes). Ahora bien, TODA LAS REFERENCIAS ALQUÍMICAS QUE
TENEMOS HOY EN DÍA, A EXEPCIÓN DE ALGUNOS AUTORES Y TEXTOS VERÍDICOS AVALADOS POR LA
SABIDURIA HIPERBOREA (Agrippa, Dee, Paracelso, Rosarium Philosophorum, Von Licht, etc.), SON DE ÍNDOLE
SINARQUICA. Sí, incluyendo la labor de Jung no ha precisado este tema suficientemente como amerita la
Gnosis Hiperbórea, toda la epistemología esotérica de la Alquimia moderna se refiere al Opus como cocción
de opuestos, bastardizando a tal modo la labor de la Soror misticae o Amasia Uxor (despojándola de su
naturaleza mágica, de sacerdotisa maga, sacra y virgen, confundiéndola inclusive con una simple mujer kaly
del oriente, pero ya nos ocuparemos de una tipología más precisa de la mujer virya más adelante) que la
verdadera Ciencia, la Gaya ciencia, ha quedado irreconocible. No podremos detenernos es esta cuestión, sólo
diremos que hasta el entrañable Kamarada Miguel Serrano tuvo que vérselas con semejante conspiración en
su búsqueda hiperbórea, cayendo en errores imposibles de prever en ese entonces (y que no hubiera logrado
la orientación que caracteriza su obra posterior al “Circulo Hermético” y “Elella” sin la ayuda de Nimrod) donde
la figura del Andrógino aparece como Rebis, el hermafrodita de la alquimia “salomónica”. Hoy sabemos muy
bien, gracias a la Sabiduría Hiperbórea, que la figura moderna ocultista del andrógino data del culto templario
a Baphomet (el demonio Bera, sirviente del gran sacerdote de Shamballa Melquisedec, en este punto es
interesante denotar cómo Serrano, en su confusión NUNCA estuvo en ascuas de la desorientación peligrosa,
pues en “Las visitas de la Reina de Saba”, el hermoso poema que hiciera de Salomón y Melquisedec, muestra
que su visión del amor no coincidía para nada con el carácter o naturaleza de aquellas figuras golen, puesto
que como sucede a menudo entre el trabajo antropológico y etnológico del Revisionismo, algunos autores
sostienen en sus investigaciones que el verdadero pueblo israelita, en sus anales mitológicos y raciales, fueron
arios, produciéndose luego una fagocitación sectaria y éntina por parte de los elementalwessen, como
sucediera con los Celtas), donde la “iluminación” es de carácter satánica, el templarismo todo es “satanismo
cristiano” o “judaísmo católico”. Aquí podremos observar, a pesar de ello, que si bien tal ser (Baphomet) es el
arquetipo religioso (satánico) del andrógino, conserva aún su característica “masculina”. Deberemos,
primeramente, retomar la aseveración que hiciéramos anteriormente: “la diferenciación sexual biológica,
además de suponer una mejora escalar de la función orgánica de la reproducción, OPTIMIZA, DE IGUAL
MANERA, LA EVOLUCION CONCIENTE E INTEGRAL DEL ALMA EN SU TRAVESÍA POR EL MUNDO MATERIAL”,
para, luego, responder a esta interrogante.

El Alma, en primera instancia, se sirve del cuerpo material del pasú para lograr concretizar ambas finalidades
designadas por el Demiurgo para con éste, gestándose, sin embargo, una dependencia jerárquica entre ellos:
el objetivo macrocósmico de la finalidad (poner sentido y crear cultura) requiere, por parte del pasú, la
existencia de un sujeto consciente (expresión consciente del alma) quien será, en realidad, el encargado de
cumplir con el objetivo macrocósmico. Pero antes se deberá desarrollar una esfera de conciencia o esquema
de Sí Mísmo, que consiste, en su evolución y progreso, la esquematización cada vez más completa y rigurosa
de Sí Mismo (microcrosmos) y sobre todo de SU DESIGNIO, ES DECIR EL DESIGNIO HUMANO DE SU MÓNADA
COMO INTUICION DE LA AUTONOMIA ÓNTICA. El Sí Mismo como esquema del microcosmos, debe contener,
pues, a la compresión consciente del designio humano, y como este es el designio por excelencia, “aquel en
el que se encuentran contenidos todos los demás designios, y también aspectos complementarios del
arquetipo universal Manú, para esquematizarlo y así desarrollar el mayor progreso consciente posible o
totalidad, habrá, pues, QUE EXPERIMENTAR, DESCUBRIR Y COMPRENDER TODO EL MUNDO DE LA VIDA, LA
TOTALIDAD DEL MUNDO LOS ENTES Y LA NATURALEZA TRASCENDENTAL Y PANTEÍSTICA DEL UNIVERSO
MISMO. Para comprenderse habrá que comprender al macrocosmos reza la le ley hermética, y para que esto
suceda, NO EXISTE MAYOR ESTÍMULO E INCITACIÓN SUBLIMINAL QUE EROS. ¿Quién no construye su vida y
ama y descubre el Mundo, consciente o inconscientemente, en orden del sexo opuesto o del amor?
Desarrollar que esta idea se tornará completa cuando entremos a revisar el concepto del amor como fruto
del Encadenamiento.

Como dijimos, el alma en el pasú entra (se encarna) a animar energéticamente el cuerpo material orgánico,
mas, merced a la especialización reproductiva de la diferenciación sexual, éste SOLAMENTE DESARROLLARÁ,
COMO NOTAS DE VERDAD DE LA ESTRUCTURA DEL ESQUEMA DE SÍ MISMO, AQUELLOS ELEMENTOS
PRIVATIVOS DE SU NATURALEZA SEXUAL. Es decir, que el varón solamente podrá llegar a descubrir la “parte
masculina” del designio humano (o destino de la mónada, que valga aclararlo nuevamente, es andrógina
primordial, es decir indiferenciada sexualmente como alma) y lo que “masculinamente”, relativo a la
especialización socio-cultural, pueda a llegar a descubrirse, captar el designio y la FORMA DE
ESTRUCTURARLO en la estructura cultural, del macrocosmos. De igual manera pasa con la mujer. Pero esto,
lejos de suponer un escollo o desventaja, supone un panorama más idóneo y eficaz (máxime en el sistema
del encadenamiento espiritual o Kalachakra) para desarrollar la esfera de conciencia, pues el pasú, como
organismo primitivo portador de una preconciencia, debe “partir de cero” en su labor descubridora e
integradora, y en el escenario original asexual, debería “comenzar” desde un punto central, neutro,
equidistante a los extremos dialécticos (que convenimos denominar lo masculino y lo femenino) de la
naturaleza humana; mientras que en el módulo de la diferenciación sexual, solamente deberá partir del
centro de una de las mitades dialécticas del sistema humano (designio humano), desarrollar y concientizar
esa parte y ESPERAR, POR SUPUESTO, LA INTEGRACIÓN CONSCIENTE DEL CONOCIMIENTO ARQUETÍPICO Y
PSICO-CULTURAL FALTANTE POR MEDIO DE LA PARTICIPACIÓN DEL OPUESTO SEXUAL. Esta es, y no otra, la
importancia y el funcionamiento intrínseco del sexo como psíquico-afectivo y del Eros o amor, solamente
agregaremos que el Maithuna, como asegura la Sabiduría Hiperbórea, “constituye para el pasú, aparte de la
ejecución de su función procreativa, UN MODO DE CONOCIMIENTO SENSIBLE: en efecto, durante el
apareamiento el cónyuge es un ente externo que impresiona intensamente la esfera sensorial y aporta a la
razón el descubrimiento del designio humano. El esquema de tal designio, obtenido por la vía del contacto
sexual, posee su potencia activa referida en gran medida hacia la esfera afectiva; esto es: todo pensamiento
sobre este esquema producirá conceptos cuyas representaciones corresponda al caso (c) extremo, vale
decir, representaciones que se orientarán hacia el corazón y jamás se harán conscientes…” (Fundamentos,
Pag. 217). Ahora bien, lo anterior fundamenta, esotéricamente, la función “iniciática” del tantrismo
sinárquico, como disciplina de integración; por el contrario, a nosotros nos interesa ahora mismo exponer
tal integración sexual (como relacionamiento o interacción empírica sexual, típica de Occidente, y no como
acto) de manera un tanto más racional, es decir consciente, dando así una explicación psicoanalítica de Eros,
y esto remite insoslayablemente a la Psicología Profunda, pues: “La dualidad es siempre la condición
para observar y comprender. Si preguntamos a la psicología cuál
es la condición cardinal de la conciencia, recibiremos la respuesta
de que la condición necesaria es el contraste. Si tan sólo existiera
un gris uniforme estaríamos muy lejos de tener el concepto del
color; la uniformidad de un ruido nos hace dormir; la dualidad
(la luz divide y diferencia las cosas) es la causa del despertar de
la conciencia.” (Weininger, O.p.)

Para desarrollar esta idea, nos serviremos de la terminología acuñada por Jung (obviamente se verterán
interpretaciones subjetivas de la misma y de naturaleza, sino superficial, resumida), donde el autor designa al
contenido, esencialmente inconsciente arquetípico y simbólico del sexo opuesto, en el caso del varón como
Ánima y en el caso de la mujer como Ánimus. Para Jung, el Ánima supone la proyección arquetípica del
inconsciente del varón (de aquellos elementos arquetípicos y simbólicos), su “alma”, de la figura o Imago
Mater, la mujer-madre, la “Señora Alma”, es decir, el contenido inconsciente proyectado representado por
ella; nosotros equipararemos este arquetipo con el arquetipo Mujer (habrá que distinguirlo del arquetipo
Dama, en cuanto ésta es un arquetipo de cuño artificial cultural y posterior como parte de la Estrategia O de
los Siddhas, más adelante nos ocuparemos de dicho arquetipo) que consiste en una cuádruple representación
simbólica como madre, hermana, hija y esposa. Dicha proyección NO INTEGRADA EN LA CONCIENCIA sería,
para Jung, la culpable de que el varón no alcance a independizarse como adulto ni como autónomo, vivir la
vida plenamente, completamente, y aceptar los retos y desafíos de la misma, donde la integración numinosa
de dicha proyección supondría la totalización psíquica del Sí Mismo. Se colige de esta proposición que “lo
femenino integrado” viene a significar “lo compensatorio” de su ser integral, el opuesto que complementa.
Lo mismo sucede en el caso del Ánimus y la mujer, aclarando solamente que el artquetipo toma consistencia
como Pater, donde Jung diferencia ambos conceptos arquetípicos asignándoles una determinada
caracterización, al Ánima lo designa escencialemnte como Eros, y al Ánimus, el Pater, como Logos, es decir
razón, fuerza, voluntad, voz (nos ocuparemos de desentrañar esta acertada apreciación posteriormente).
Así tenemos: el Ánima y el Ánimus son proyecciones inconscientes (es decir irresueltas, no esquematizadas
conscientemente, anhelantes de representación consciente del sentido cultural) sobre el prójimo, como
puesta de sentido al sexo opuesto partiendo de elementos innatos, pero inconscientes, de nuestra estructura
arquetípica y cultural, más estos elementos se encuentran “incompletos”, no integrados al Sí Mismo. Ahora
expondré claramente nuestro original análisis de CÓMO FUNGE LA DIFERENCIACIÓN SEXUAL COMO
INTEGRACION PSÍQUICA: para que la integración total del esquema de Sí Mismo, o que es lo mismo, la
construcción de la esfera de conciencia, que proviene del exterior (de un ente externo, en este caso el sexo
opuesto) como esquematización del ente corporal biológico en tanto sexo opuesto, SE HACE NECESARIO “UN
TERCER MOVIMIENTO” (INTEGRACIÓN PSICOLÓGICA) DE LA ESFERA PSÍQUICA REFERENTE A LA FINALIDAD
DEL PASÚ, ADEMÁS DE LAS DOS OPERACIONES DE LA RAZÓN Y LA EXPRESIÓN DEL SENTIDO; ES DECIR, LUEGO
DE HABER DESCUBIERTO EL “DESIGNIO DE LA MUJER EN TANTO ENTE O ANIMA” Y HABERLO ESTRUCTURADO
EN LA ESTRUCTURA CULTURAL, DE DONDE EMERGERÁ USUALMENTE COMO SÍMBOLO DE MANERA
INCONSCIENTE Y CAÓTICA, Y LUEGO DE HABERLO DEVUELTO A AL ENTE COMO SENTIDO (PROYECCIÓN),
REABSORBER, RESTITUIR EL SENTIDO PROYECTADO DE VUELTA, PERO AHORA CONSUBTANCIALIZADO COMO
DESIGNIO HUMANO COMPRENDIDO EN SU PROFUNDIDAD, CONCIENTIZADO, POR MEDIO DE LA
REINTEGRACIÓN PSÍQUICA. Claro que dicho suceso no solamente está limitado al proceso psicológico racional
o de algún sistema preestablecido, puesto que al representar tal relación (hombre-mujer) una realidad natural
psico-afectiva, una experiencia amorosa o psicológica emocional, basta con que ambos opuestos convivan
relativamente en el tiempo de manera profunda y sentimental para que dicha reintegración se geste; sin
embargo, se hace necesario, tanto en el proceso analítico de la psicología profunda de los arquetipos como
en la relación empírica, la participación activa de ambos sexos, la CONFRONTACIÓN, la intensidad dramática
sea cual fuere su índole no necesariamente amorosa, para reintegrar las proyecciones; en nuestras palabras,
el hombre que no a concientizado el arquetipo mujer lo saca de la mujer y viceversa, así el esquema de Sí
Mismo se ha integrado: se ha vuelto la conciencia total, el alma como sujeto consciente completo. Y resulta
ciertamente así: la realidad de la conjunción sexual entre hombre y mujer, como amor o relacionamiento
amoroso SUPONE EN SÍ LA INTEGRACIÓN PSÍQUICA DEL ESQUEMA SÍ MISMO COMO COMPLEMENTACIÓN DEL
AUTOCONOCIMIENTO ANÍMICO MICROCÓSMICO DEL DESIGNIO PROPIO (ALMA HUMANA ANDRÓGINA),
ADEMÁS DE SUPONER EL ESTÍMULO SUBLIMINAL Y VOLITIVO DE DESCUBRIMIENTO EXPERIMENTAL Y
VIVENCIAL DEL MUNDO O MACROCÓSMOS. La integración del Ánima y del Ánimus dentro de lo consciente (
esquematización consciente del designio humano de la estructura cultural, habitual o real, en torno a SÍ
Mismo DESDE AFUERA), correspondería así a aquella parte “faltante” en el ente psicobiológico (alma cuerpo)
que, por estar “partido” como andrógino primordial por la especialización reproductiva de la diferenciación
sexual, debe necesariamente completar el designio humano mediante esta operación para alcanzar la
totalidad o autonomía de la psique. Es esto, en el ámbito sexual occidental (pues en Oriente no se conoce
nada parecido al relacionamiento afectivo de pareja y estos símbolos alcanzas otro significado), lo que
profundamente significa el Mandala, círculo anímico integrado que parte de la MANDORLA, nuevamente
tenemos el pez como símbolo de integración arquetípica, al Cristo como varón y la Iglesia como esposa, el
círculo del Yin Yang. Pero, como dijimos, lejos de suponer esto un contratiempo supone una ventaja mayúscula
para aprovechar aún más la voluntad resultante del encadenamiento espiritual en el virya, que, como ya
hemos señalado, se encuentra circunscrito principalmente en el occidente geográfico.

Con esta exposición breve de la funcionalidad esencial del Eros como relacionamiento sexual de los opuestos,
ciertamente, no alcanza para una comprensión cabal sobre “las reglas o leyes de la atracción sexual y
amorosa”, pues esto mismo debe quedar para otro análisis de u orden más coyuntural, psicológico y
sociológico; mas, estamos ahora en posición de contestar a aquella interrogante que quedó flotando
anteladamente respecto a la condición “masculina” de almas necesariamente andróginas de los
representantes de Shamballá y de la jerarquía celeste del Demiurgo.

El Alma andrógina perfeccionada como autonomía masculina aparente

Pusimos en claro que la diferenciación sexual (que esencial y ontológicamente es aparente) es un fenómeno
restrictivo de la esfera material orgánica del cuerpo del pasú, de la especie y su genética evolutiva. Luego
describimos que el Alma, que encarna, planifica y anima las estructuras biológicas (esfera psíquica y todos los
modelos energéticos de los órganos y tejidos internos preestablecidos y planificados en el cuerpo astral) es
andrógina, o asexuada (como tal, contiene todas las notas o verdades en que pueda constar el designio
humano, entre ellos los sexos potenciales), y que si adquiere una caracterología sexual, es merced a su
formación socio-cultural y psicológica dentro de un cuerpo pasú varón o hembra. Después, en una parte
específica, dijimos que la diferenciación sexual se encuentra como elemento entelequial del arquetipo Manú,
aquél arquetipo que rige la evolución y FORMA del ente consciente llamado a reinar y descubrir el universo
material, y en últimas al Creador, en esta Era Cósmica; así existirían, pues, los opuestos sexuales macho-
hembra presentes en toda especie pasú del Universo y no solamente en los de este planeta. Todas las
supuestas razas de extraterrestres que moran a lo largo y ancho del Cosmos, desde los más primitivos hasta
los que han alcanzado la entelequia, se dividen en varones y hembras, tal como muestra la Ufología, la
Mitología y las religiones politeístas, pero, ciertamente, en lo que respecta al alma de todos estos seres, EL
ELEMENTO EXTERIOR O MATERIAL FEMENINO ES SECUNDARIO, ACCESORIO, DEPENDIENTE, UTILITARIO; EN
SUMA, CIRCUSTANCIAL.

Es una realidad evidente que la naturaleza masculina de la evolución constituye la parte más fuerte, lograda
y evolucionada del desarrollo del pasú, el elemento activo, la conciencia perfeccionada y principio
inseminador del mundo. Ciertamente, el alma pasú encarna en un cuerpo masculino, indefectiblemente,
cuando está en vísperas de alcanzar la ansiada autonomía óntica, la iluminación, el Nirvana y abrirse paso
finalmente a los palacios etéricos de Dios y sus Ángeles (pleyadianos y seres de luz y amor dirán los new agers).
Ahora es de capital importancia notar que, en verdad, NO SE PUEDE ENCONTRAR UNA SOLA FIGURA
FEMENINA DENTRO DE LA COMPLEXÓN REGENTE DEL CIELO, A NO SER DE TÍTULO REPRESENTATIVO DE
ALGUNA FAZ DEL DEMIURGO, COMO BINAH O GAIA: en toda la religión sinárquica (monoteísta, semita o
pantocrática) no existe la trascendencia metafísica, inmortal e imperecedera, del alma como femenina. Es
decir, que todas aquellas almas que hayan cumplido la entelequia o santidad, de todos los cultos, geografías
o destinos. Para demostrar esta realidad incómoda citares unos párrafos del Misterio de Belicena Villca, en
donde se podrá entrever la calidad eminentemente masculina de estos seres:

“El movimiento de los astros denotaba el acto de los Dioses: los Planes
Divinos se desarrollaban con tales movimientos en los que cada ritmo, período, o
ciclo, tenían un significado decisivo para la vida humana. Por lo tanto, los Atlantes
morenos divinizaban el Tiempo bajo la forma de los ciclos astrales o naturales y
trasmitían a los pueblos nativos la creencia en las Eras o Grandes Años: durante
un Gran Año se concretaba una parte del Plan que los Dioses habían trazado
para el hombre, su destino terrestre. El último Gran Año, que duraría unos veintiséis mil años solares, habría
comenzado miles de años antes, cuando el
Cisne del Cielo se aproximó a la Tierra y los hombres de la Atlántida vieron
descender al Dios Sanat: venía para ser el Rey del Mundo enviado por el Dios
Sol Ton, el Padre de los Hombres, Aquel que es Hijo del Dios Perro Sin. Los
Atlantes morenos glorificaban el momento en que Sanat llegó a la Tierra y
difundían entre los pueblos nativos el Símbolo del Cisne como señal de aquel
recuerdo primigenio: de allí que el Símbolo del Cisne, y luego el de toda ave
palmípeda, fuese considerado universalmente como la evidencia de que un
pueblo nativo determinado había concertado el Pacto Cultural; vale decir, que
aunque el Dios al que rendían Culto los pueblos nativos fuese diferente, Beleno,
Lug, Bran, Proteo, etc., la identificación común con el Símbolo del Cisne delataba
la institución del Pacto Cultural. Posteriormente, tras la partida de los Atlantes, el
pleito entre los pueblos nativos se simbolizaría como una lucha entre el Cisne y la
Serpiente, pues el conflicto era entre los partidarios del Símbolo del Cisne y los
que “comprendían al Símbolo de la Serpiente”; por supuesto, el significado de
esa alegoría sólo fue conocido por los Iniciados.
El Dios Sanat se instaló en el Trono de los Antiguos Reyes del Mundo,
existente desde millones de años antes en el Palacio Korn de la Isla Blanca Gyg,
conocida posteriormente en el Tíbet como Chang Shambalá o Dejung. Allí
disponía para gobernar del concurso de incontables Almas, pues la Isla Blanca
estaba en la Tierra de los Muertos: sin embargo, a la Isla Blanca sólo llegaban las
Almas de los Sacerdotes, de aquellos que en todas las Epocas habían adorado al
Dios Creador. El Rey del Mundo presidía una Fraternidad Blanca o Hermandad
Blanca integrada por los más Santos Sacerdotes, vivos o muertos, y apoyada en
su accionar sobre la humanidad con el Poder de esos misteriosos Angeles,
Seraphim Nephilim, que los Atlantes blancos calificaban de Dioses Traidores al
Espíritu del Hombre: de acuerdo a los Atlantes blancos, los Seraphim Nephilim
sólo serían doscientos, pero su Poder era tan grande, que regían sobre toda la
Jerarquía Oculta de la Tierra; contaban, para ejercer tal Poder, con la
autorización del Dios Creador, y les obedecían ciegamente los Sacerdotes e
Iniciados del Pacto Cultural, quienes formaban en las filas de la “Jerarquía
Oculta” o “Jerarquía Blanca” de la Tierra. En resumen, en Chang Shambalá, en la
Isla Blanca, existía la Fraternidad Blanca, a cuya cabeza estaban los Seraphim
Nephilim y el Rey del Mundo.
Cabe aclarar que la “blancura” predicada sobre la Mansión insular del Rey
del Mundo o su Fraternidad no se refería a una cualidad racial de sus moradores
o integrantes sino a la iluminación que indefectiblemente estos poseerían con
respecto al resto de los hombres. La Luz, en efecto, era la cosa más Divina,
fuese la luz interior, visible por los ojos del Alma, o la luz solar, que sostenía la
vida y se percibía con los sentidos del cuerpo: y esta devoción demuestra, una
vez más, el materialismo metafísico que sustentaban los Atlantes morenos.
Según ellos, a medida que el Alma evolucionaba y se elevaba hacia el Dios
Creador “aumentaba su luz”, es decir, aumentaba su aptitud para recibir y dar luz,
para convertirse finalmente en pura luz: naturalmente esa luz era una cosa
creada por Dios, vale decir, una cosa finita, el límite de la perfección del Alma,
algo que no podría ser sobrepasado sin contradecir los Planes de Dios, sin caer
en la herejía más abominable. Los Atlantes blancos, contrariamente, afirmaban
que en el Origen, más allá de las estrellas, existía una Luz Increada que sólo
podía ser vista por el Espíritu: esa luz infinita era imperceptible para el Alma.
Empero, aunque invisible, frente a ella el Alma se sentía como ante la negrura
más impenetrable, un abismo infinito, y quedaba sumida en un terror
incontrolable: y eso se debía a que la Luz Increada del Espíritu transmitía al
Alma la intuición de la muerte eterna en la que ella, como toda cosa creada,
terminaría su existencia al final de un super “Gran Año” de manifestación
del Dios Creador, un “Mahamanvantara”.
De modo que la “blancura” de la Fraternidad a la que pertenecían los
Atlantes morenos no provenía del color de la piel de sus integrantes sino de la
“luz” de sus Almas: la Fraternidad Blanca no era racial sino religiosa. Sus filas se
nutrían sólo de Sacerdotes Iniciados, quienes ocupaban siempre un “justo lugar”
de acuerdo a su devoción y obediencia a los Dioses. La sangre de los vivos tenía
para ellos un valor relativo: si con su pureza se mantenía cohesionado al pueblo
nativo aliado entonces habría que conservarla, mas, si la protección del Culto
requería del mestizaje con otro pueblo, podría degradarse sin problemas. El Culto
sería el eje de la existencia del pueblo nativo y todo le estaría subordinado en
importancia; todo, al fin, debía ser sacrificado por el Culto: en primer lugar la
Sangre Pura de los pueblos aliados a los Atlantes blancos. Era parte de la misión,
una obligación del Pacto Cultural: la Sangre Pura derramada alegraba a los
Dioses y Ellos reclamaban su ofrenda. Por eso los Sacerdotes Iniciados debían
ser Sacrificadores de la Sangre Pura, debían exterminar a los Guerreros Sabios o
destruir su herencia genética, debían neutralizar el Pacto de Sangre.”

Las anteriores palabras, además de constituir la más bella y perfecta descripción de la guerra esencial y
esotérica que se ha venido gestando en el Planeta desde el “hundimiento de la Atlántida”, demuestra cómo
solamente aquellas almas de SACERDOTES Y SANTOS son los capaces de llegar a la iluminación y poner sus
plantas en el Cielo (Chang Shamballa). Además de reconocerse que toda entidad o potestad etérea (los
dioses Sanat, Ton, Sin, o lo que es lo mismo, el Ánima Mundi terráqueo o espíritu del planeta Tierra, el
espíritu o logos solar Samash y el espíritu estelar de Sirio o el Can del Cielo) son masculinos. Entonces,
¿cómo podemos explicarnos esta condición? Sabemos pues, que Los Seraphim Nephilim o Anunnakis o
Siddhas Traidores son ciertamente ESPÍRITUS MASCULINOS, doscientos espíritus hiperbóreos masculinos
que traicionaron a la raza espiritual del Origen, pero, ¿qué decir del resto de las potestades cósmicas?
Nuevamente nos serviremos de las irrefutables y sabias palabras de la Novela:

“He de referirme ahora a un aspecto escabroso de la conducta de los


Golen. Acaso la clave esté en el hecho de que consideraban al Dios Creador, en
su unidad absoluta, como masculino. El Uno, en efecto, era un Dios macho y
nada había más arriba ni más abajo de El que equilibrase o neutralizase aquella
polaridad. Admitían una relativa androgenia cósmica hasta determinado nivel,
poblado por Dioses y Diosas debidamente apareados; pero en la cima, como
Creador y Señor de los demás Dioses, estaba El Uno, que no era ni andrógino ni
neutro sino masculino. El Uno no admitía Diosas a su lado pues se bastaba a sí mismo para existir: era un Dios
macho solitario. Con tan aberrante concepción,
no debe sorprender que los Golen fuesen también hombres solitarios. Empero,
aunque la clave de su conducta esté aquí, no ha de ser tan fácil derivar de ella el
principio que los llevaba a practicar entre ellos el onanismo y la sodomía ritual.
Por su costumbre de habitar en los bosques, alejados del pueblo, y sus
prácticas depravadas, muchos creyeron que los Golen procedían de Frigia,
donde existía un Culto antiquísimo a la Abeja macho Bute, el cual también era
realizado por Sacerdotes sodomitas: allí los Sacerdotes se castraban
voluntariamente y el templo estaba guardado por una corte de eunucos. Otros
suponían que procedían de la India, donde se conocía de antiguo un Culto de
adoradores del falo. Pero los Golen no procedían ni de Frigia ni de la India sino
del País de Canaán y no practicaban la castración ni la adoración del falo sino la
sodomía simple y llana: habían desterrado a la mujer del mismo modo que su
Dios había destronado a todas las Diosas; llevaban una vida solitaria y a menudo
excenta de placeres, salvo la sodomía ritual, que representaba la Autosuficiencia
de El.
Lógicamente, si bien los Golen eran extremadamente tolerantes hacia la
forma de los Cultos, y en lo único que no transigían era en lo concerniente a la
unidad de Dios en el Sacrificio, se entiende que manifestasen predilección hacia
los pueblos cuyos Cultos se personificaban en Dioses masculinos y cierto
desprecio por los adoradores de Diosas. A muy corto plazo esta actitud de
indiferencia o desprecio, cuando no de franco rechazo, que los Golen
dispensaban a las Diosas, iba a entrar en colisión con la forma tan particular que
había adquirido en mi pueblo ibero el Culto a Belisana.”

Está claro ahora. Las “entidades consientes”, Devas constructores, Logos planetarios, solares y galácticos,
ángeles, etc., son solamente mónadas emanadas por el Demiurgo encargadas de regular la matriz del Universo
material (Matrix) mientras éste “duerme”, y como meras apariencias de ÉL, deberán, por consiguiente,
representar su calidad masculina, aunque sea solamente una apariencia. En la misma línea, aquellas almas de
los sacerdotes, santos, yoguis, choans, etc., mantienen su tipología masculina del alma, después de la muerte
física o no, como consideración nuevamente a ÉL. Esto es entendible, al respecto de que el sacerdote, como
ritualista y religioso de todas las doctrinas o cultos del orbe, no tiene la necesidad del contacto integrativo de
la mujer de carne, puesto que toda la labor descubridora y concientizadora la recibe directamente del culto,
la iniciación sinárquica y de las enseñanzas esotéricas secretas y satánicas de la Gnosis Negra de Shamballá.
El sacerdote recibe el Conocimiento, la Cábala y la ciencia Kalachakra de las manos de los demonios y sus
representantes terrenos (Sabios de Sión, Maestros tibetanos y los Enviados místicos) y el designio humano, el
destino y el progreso de la Conciencia no la recibirá de la mujer pasú, pues él, como elegido, crema y nata de
la Sinarquiía de YHVH-Satanás, será perfeccionado y completado como SODOMITA. He aquí, pues la verdadera
naturaleza que representa El andrógino Baphomet, el alma asexuada primordial, esculpida y rezumada como
sacerdote sodomita. ¡La más bella de todas las criaturas del Reino a los ojos del Demiurgo, que belleza! Así, el
Mito de Adán y Eva supone una dicotomía falsa y aparente como fundación de los principios masculino y
femeninos en el Hombre, más bien, representa el mecanismo cinemático de evolución de los entes biológicos
(“del polvo vienes y al polvo volverás”), culminando en la especialización sexual de la diferenciación como
mecanismo mejorado en las faenas de las funciones biológicas básicas, como en la función desarrolladora de
la construcción de la esfera de conciencia, entre lo cual, aprovechando sobremanera el encadenamiento
espiritual. En realidad, la sexualidad como la hemos representado hasta aquí, cuerpo y psique, es una realidad
circunscrita solamente al contexto material biológico del pasú terrestre; vemos, no con poca sorna y
divertimento, cómo aquellas doctrinas de paz y AMOR que son arrojadas desde lo alto como mixturas
coloridas y chispeantes por aquellas figuras celestiales, sean de representación tradicional religiosa o tipología
alienígena del New Age, que versan sobre el amor entre pareja, el amor bendito y sacro, la sexualidad
sacralizada del Matrimonio y el Tantra, etc., NO TIENEN CONSISTENCIA NI VIGENCIA EN LA PROPIA ESFERA DE
ESTOS PAYASOS Y FARSANTES. Pues la realidad amorosa del relacionamiento humano de pareja es solamente
un sistema utilitario y trucho que funciona mientras el pasú se desarrolla y progresa materialmente como
sanguijuela; luego de esto, el papel de la mujer, y del Amor en suma medida, habrá menguado y finalmente
habrá terminado en las esferas superiores y sutiles del alma, donde pululan solamente sacerdotes sodomitas
y pederastas y eunucos budistas, muy santos por cierto, que gustan de “bombear la cañería” por los siglos de
los siglos entre nubes aureoladas y togas sugestivas. El traslado de esta situación a la esfera humana, o lo que
es lo mismo, la “precipitación del Dragón de Sodoma”, vendrá ser tratado al final del escrito.

Para finalizar, nos queda pendiente descifrar un aspecto que debemos rescatar. Se ha afirmado de manera
tajante que el Demiurgo es MASCULINO, es decir hombre, y que la diferenciación sexual proveniente de la
androginia es solamente aparente. ¿Cómo se entiende esto y qué pasa, entonces, con la verdadera figura
femenina que, a no dudarlo, se encuentra presente en el Drama del Espíritu? ¿Quién es pues, Sophia gnóstica,
Kaly, Venus, Belisena, Freya, las Walkyrias míticas, Beatriz, Brunhild, Esclaramonde de Foix, la Vraya y tantas
otras figuras femeninas PATENTEMENTE ESPIRITUALES? ¿Serán solamente meras apariencias resultantes de
la falsa dialéctica universal? En los próximos capítulos nos ocuparemos de contestas estas urgentes preguntas,
además de entrar de lleno al tópico que se informó como materia de estos comentarios, es decir, LA
VERDADERA Y REAL ESENCIA MASCULINA Y FEMENIA QUE HABITA EN EL SER HUMANO.

Como preámbulo, diremos que todo aquello hace a lo que nosotros los viryas hemos conocido como “Misterio
de Amor y de A-mort”, pero sería insulso y ridículo tratar de dar, como dice el mismo Pontífice, informaciones
o conocimientos gnósticos de tales misterios vía el lenguaje y peor aún de un talante “académico” racional,
especialmente si son de cuño subjetivo. Como dijimos en al inicio, solamente nos atendremos a aquellos
elementos objetivos y metafísicos que están estrictamente relacionados con la sexualidad, y como tema
específico, lo masculino y femenino, sin entrar a tocar rigurosamente temas como el Amor (que de por sí
ameritaría varios volúmenes para su minuciosa descripción), el A-mort (peor aún,), la Magia sexual, etc., etc.
Pero sí utilizaremos varios elementos de dichas realidades mistéricas para alumbrar el tema propuesto,
máxime, significando desde ahora, la intromisión propia del Espíritu Hiperbóreo. Recapitulando tenemos: el
sexo, como acto biológico y metafísico, y el amor psicológico-afectivo son realidades propias del pasú y su
evolución entelequial, pero SOLAMANTE DESPUÉS DE UN DETERMINADO HECHO, EL ENCADENAMIENTO
ESPIRITUAL, TALES REALIDADES SE RESIGNIFICARÁN, ALCANZANDO UNA CARGA TRASCENDENTAL, ESOTÉRICA
Y TELEOLÓGICA NUNCA ANTES REGISTRADA O CONOCIDA EN EL UNIVERSO DEL UNO, Y QUE APERTURA EL
MÁS GRANDE DRAMA INTERNO EN LA NATURALEZA DEL SER HUMANO.

La verdadera esencia de lo masculino y femenino: el espíritu encadenado

Finalmente ya tenemos elementos como para responder la pregunta importante sobre la naturaleza esencial
e inmanente de lo verdaderamente masculino y femenino en el Hombre. Alineándonos a la tesis fundamental
de la Sabiduría Hiperbórea, sabemos que existió una Traición Primordial gestada por los Siddhas Traidores
hacia su propia raza espiritual extrauniversal que concluyó con su alianza con el Demiurgo y la fatídica caída y
subsecuente encadenamiento espiritual de muchos espíritus hiperbóreos en la evolución del mísero pasú
terrestre. Ahora bien, el relato de dicho hecho está bastantemente descripta en los Fundamentos, en el
apartado de la modificación del designio Pasú, por lo que no es necesario dar mayor amplitud al tema. Lo que
sí nos interesa es puntualizar que lo verdaderamente espiritual en el virya (pasú con linaje hiperbóreo, o sea
la Minne o símbolo del Origen plasmado en la sangre astral) es el Yo que aparece, confundido con el sujeto
consciente desde el inicio, DENTRO DE LA ESFERA PSÍQUICA como resultado de la reflexión de una de las
miradas gnósticas del Rostro Espiritual que conforman la síntesis gnóstica del Yo absoluto, ahora Yo Infinito
después de la Reversión; así que no hay que olvidar que el Yo perdido del virya NO ES EL ESPÍRITU COMO TAL,
SINO UN EFECTO MANIFIESTO INDIRECTO DE ÉSTE PRODUCTO DE LA CAÍDA, UNA INFIMA PARTE DEL
VERDADERO YO INFINITO. Una vez aclarado esto debemos continuar.

El Demiurgo, como afirma la Sabiduría Hiperbórea, ES TAMBIÉN ESPÍRITU, uno muy enloquecido y pérfido por
cierto, lo que le confiere ciertamente una VERDADERA CALIDAD DE MASCULINO. La Sabiduría Hiperbórea nos
revela:

“Primero: los “Hiperbóreos” son miembros de una Raza Cósmica en la cual existe una diferenciación sexual.
Esta afirmación significa solamente que sus miembros son masculinos y femeninos EN ESTE UNIVERSO; nada
podemos saber sobre lo que ocurre fuera de él.

Segundo: El sexo, entre los Hiperbóreos, no cumple la función de procrear. La Raza no ha disminuido desde
que se halla en el cautiverio material PORQUE ES INMORTAL; pero tampoco ha crecido.

Tercero: El Sexo de los Hiperbóreos nada tiene que ver con la diferenciación en pares de opuestos que
caracteriza la creación del Demiurgo. La venida, y el posterior cautiverio, de los espíritus Hiperbóreos, es
mucho más reciente que el origen de la creación del Sistema Solar; para no hablar de la colosal antigüedad
del Universo del Uno. Cuando ellos penetraron por la “puerta de Venus” ya la creación estaba consumada, los
opuestos separados y el hombre u homínido habitaba la Tierra. No es correcto, pues, atribuir a los Hiperbóreos
una ANDROGÍNIA PRIMORDIAL. Quien pasó por una etapa evolutiva andrógina es el pasú.

En la memoria genética está grabado este proceso, que también puede reconocerse en la fisiología humana
observando la bisexualidad glandular endócrina, y por eso en las composiciones culturales se entremezcvlan
los dos ascendentes mnémicos: el genético del pasú y el minneico del hiperbóreo. Ya explicamos que la cultura
surge de combinaciones semejantes y no será difícil comprender ahora porqué aparecen confusas las
imágenes religiosas de Shiva y Kaly.

LOS ESPÍRITUS HIPERBÓREOS SE HALLAN ABSOLUTAMNETE DIFERENCIADOS POR SEXO. SIEMPRE HA SIDO ASÍ,
DESDE QUE LLEGARON AL UNIVERSO FISICO, Y NO HAY NINGÚN REGISTRO QUE PRUEBE LO CONTRARIO. EL
PASÚ, EN CAMBIO, HA PASADO POR UNA ETAPA EVOLUTIVA EN LA CUAL SU CUERPO ERA ANDRÓGINO,
MUCHO ANTES DE ARRIBAR A UNA DIFERENCIACIÓN “BIOLÓGICA” DEL SEXO. PERO EL ALMA DEL PASÚ NO
POSEE SEXO. PUEDE ENCARNAR INDISTINTAMENTE EN CUERPOS MASCULINOS O FEMENINOS.

Cuarto: Hay, entonces, espíritus hiperbóreos masculinos y femeninos…”

Se hace necesario ahora hacer ciertas aclaraciones de orden preliminar. Cuando Nimrod se refiere aquí a los
“Hiperbóreos”, lo hace notoriamente cuando estos están “materializados”, es decir han confirmado un cuerpo
en el cual habitar y poder interactuar en el Universo físico, es decir seres antropomorfos como individuos
pertenecientes a la Raza espiritual del Origen (en mi opinión y solamente mía, esta Raza podría primordial
podría ser la reptiliana, que no sería entonces una raza extraterrestre más entre las miles que son creación
del Demiurgo, sino una raza extrauniversal de estructura fisiológica NO CREADA por éste y su Manú). Por
demás sabemos que la verdadera (analógicamente hablando) estructura del Espíritu es “esférica”, UN SOL
ESPIRITUAL DE ANTIMATERIA INMENSAMENTE MAS PODEROSO Y LUMÍNICO (LUX INCREADA, NEGRA) QUE
LA MÁS COLOSAL Y PODEROSA ESTRELLA CREADA DEL UNO, (¿un hoyo negro que gira levógiramente quizá?).
Como fuere, la naturaleza sexual de ambos panoramas es el mismo: EXISTE PUES, UN ESPÍRITU ESFERA
MASCULINO Y SU ELLA, EL ESPÍRITU ESFERA FEMENINO, A LA QUE PODÍA VER POR EL ÚNICO PUNTO QUE NO
MIRABA A SÍ MISMO Y LO CUAL FUE MOTIVO DE SU CAIDA. Igualmente habría espíritus femeninos físicos que
encarnan en Hiperbóreos físicos.

Se sabe, con seguridad, que el Espíritu es pues eterno, perfecto, increado, único e irrepetible, ABSOLUTO. Si
esto es así, entonces no cabe más que concluir que: HABIENDO DOS NATURALEZAS TOTALMENTE
DIFERENCIADAS EN LA ABSOLUTEZ DEL ESPÍRITU, ES DECIR LO MASCULINO Y LO FEMENINO, ESTAS DEBEN SER
TOTALMENTE DIFERENTES PERO ABSOLUTOS CON RESPECTO AL MUNDO INCREADO, ES DECIR EXISTE LO
MASCULINO ABSOLUTO Y LO FEMENINO ABSOLUTO, QUE ES EL ESPÍRITU MASCULINO Y EL ESPÍRITU
FEMENINO RESPECTIVAMENTE. Es decir, que si algo existe a lo que podemos tildar de masculino es al espíritu
“hombre” y viceversa, sólo el espíritu “hombre” puede ser masculino, lo mismo respecto a la feminidad. Mejor
aún, parafraseando al Pontífice: hay concepto de masculino porque el Yo del virya es masculino, porque es
espiritual, y así, hay concepto de femenino por la gracia del espíritu femenino intuido en el mundo material.
La masculinidad y la feminidad son aspectos esenciales e innatos del espíritu, es decir, ninguna otra cosa
puede contener estas características limitativas, lo “masculino” y lo “femenino” son pues, características
espirituales. Es hora de sacar importantes conclusiones al respecto.

La auténtica diferenciación masculina y femenina en tanto que espiritual DENTRO DEL SER HUMANO, tiene su
origen en la aparición del Yo dentro del Virya, un Yo que puede ser masculino (como mirada gnóstica
perteneciente a un espíritu esfera revertido masculino) o femenino (perteneciente a un espíritu esfera
femenino, E-LLA); y no tiene nada que ver con la genética biológica ni con el alma metafísica. Es bueno ahora
recordar que NO TODOS LOS HUMANOS SON VIRYAS, O LO QUE ES LO MISMO, NO TODOS LOS HUMANOS
TIENEN ESPÍRITU, más bien, SON SOLAMENTE “HUMANOS”, EN LA CABALIDAD DEL TÉRMINO, SOLAMENTE
LOS VIRYAS. Esta capital consideración nos permitirá hacer, pues, una diferenciación no sólo entre los sexos,
sino ENTRE LOS COMPONENTES DEL MISMO SEXO: no solamente entre hombres y mujeres hay diferencia
esencial, sino entre hombres con hombre y mujeres con mujeres. Hay hombres CON ESPÍRITU, LOS CUALES
SON, ENTONCES, VERDAERA E INMANETEMENTE MASCULINOS, y hay también mujeres CON ESPÍRITU,
VERDADERA Y ESENCIALEMNTE FEMENINAS. El resto, es decir hombres pasú y mujeres pasú NO PUEDEN SER
TILDADOS DE MASCULINOS NI FEMENINOS PER SE; esto es, que el animal-hombre varón no es pues UN
HOMBRE VERDADERO, ni la hembra animal-hombre es una MUJER VERDADERA. Hasta aquí hemos utilizado
indistintamente la significación de “masculino”, “varón”, “macho” y “hombre”, lo mismo con las categorías
femeniles, por razón de comodidad conceptual; pero DESDE AHORA hemos de hacer una diferenciación
semántica: al animal-hombre varón lo denominaremos simplemente “MACHO” y a la hembra pasú
simplemente “HEMBRA”, haciendo gala de su naturaleza puramente anímica-animal. Los términos “hombre
masculino” y “mujer femenina”, o simplemente HOMBRE Y MUJER serán utilizados para designar
específicamente a los viryas de tal o cual sexo. Ahora tenemos dos categorías ontológicas del Ser Humano, ya
no como ser humano en general, sino como hombre y mujer, categorías totalmente separadas metafísica y
espiritualmente con sus propios mundos y naturalezas, y que no tiene que ver con el ámbito material biológico
de sus respectivos cuerpos humanos.

Lo que no queda aclarado, aunque parezca una pregunta idiota o desconcertante, es POR QUÉ los espíritus
masculinos SÓLO pueden expresarse en pasues macho y lo mismo en las viryas. La respuesta a esto,
ciertamente queda en la incógnita. Tal vez responda a una necesidad de correspondencia estructural y real
“psicológico-funcional”.
El Amor sentimental, resultado e instrumento para capitalizar el Encadenamiento

Arriba afirmamos repetidamente que la diferenciación sexual del pasú, si bien ya estaba preestablecido y
consumado, se acomodó pertinentemente como LA MÁS UTIL HERRAMIENTA PARA USUFRUCTUAR LOS
EFECTOS QUE EL ENCADENAMIENTO ESPIRITUAL, Y LA POSTERIOR EMERGENCIA DEL YO, QUE SE
PRODUCIRÍAN EN LA COMPLEXIÓN INTERNA DEL PASÚ. Nunca antes, en los registros evolutivos hasta donde
sabemos, se gestó una relación entre macho y hembra con similares características a las que hoy podemos
observar en la relación amorosa del occidental, aún más, en CUALQUIER TIPO DE RELACIÓN ENTRE UN MACHO
Y UNA HEMBRA del mundo moderno. Solamente el virya indogermano o indoario, que últimamente se
encuentra enclaustrado en el occidente, ahora reino de los Golens, ha desarrollado, históricamente, una
noción de la sexualidad como algo “metafísico”, es decir, no circunscrito simplemente a la esfera orgánica ni
psicológica sentimental: ¡el virya masculino ha empezado amar, respetar y considerar a las hembras pasú!
Desde que existe el pasú, el modo de vida del macho siempre fue dominante y POLÍGAMO, materialista incluso
con las mujeres a las que consideraba simples objetos. En el mundo antiguo, propiamente semítico y
perteneciente a las corrientes del Pacto cultural, la hembra fue siempre un objeto, un sr humano de segunda
categoría, más emparentada con los animales que con el Varón. Sin entrar en detalles que posteriormente se
comentarán, podemos decir que, en ninguna cultura antigua, hubo datación sobre algo que se pareciera al
relacionamiento afectivo y sentimental que se produjo entre los sexos de los pueblos arios. Es en esta raza
que se deben buscar los anales de las relaciones masculino-femeninas IGUALITARIAS y el inicio del amor
sentimental. ¡Ay! Si tal situación se hubiera mantenido restringida a la raza, el daño no sería tan grave, pero
lamentablemente, con el trascurrir de los años, el avance y conquista de la estrategia del Pacto Cultural sobre
los pueblos de Sangre, el virya ha APRENDIDO A AMAR CON EL CORAZÓN A LA MUJER DE CARNE, INLUIDA A
LA HEMBRA PASÚ. ¿Cómo ha podido gestarse tal estado de cosas? Ahora veremos el funcionamiento
intrínseco que el encadenamiento espiritual y lo que fomenta en la conducta del virya, en su esfera psíquico-
afectiva.

Ya hemos dicho que el amor sentimental DE PAREJA ES ÚNICO Y EXCLUSIVO DEL VIRYA HUMANO. El virya,
que en verdad es un pasú (de cuerpo animal y con alma) de linaje hiperbóreo, es el único en “buscar” algo en
el opuesto sexual. Primeramente, como ya advertimos, busca a su “alma”, a su Ánima y Ánimus, la integración
psíquica y la totalidad de la conciencia, la búsqueda de su destino como ser creado, el amor caliente que le
revele el funcionamiento del Universo; pero hay algo más, ALGO OCULTO, que tiene que ver particularmente
con el Yo desorientado. Al estado del espíritu revertido se lo ha calificado de DESORIENTACIÓN ABSOLUTA, es
decir, ha perdido toda noción de su ser y de su Yo Absoluto, síntesis perfecta de su Gnosis y su Eternidad, el
Vril, pasa “DE SER A NO SABER”. Esto sucede, como bien nos explica la Sabiduría Hiperbórea, porque: “EL
ESPÍRITU-ESFERA REVERTIDO IGNORA SU SITUACIÓN PORQUE ENTRE ÉL Y SU TO INFINITO SE INTERPONE EL
ABSOLUTO DESORDEN DEL “ORDEN ARQUETÍPICO” O “PLANO MATERIAL”; EL ESPÍRITU REVERTIDO SE OPONE
ESENCIALMENTE A DICHO “ORDEN” Y, TAL OPOSICIÓN, CREA UNA BARRERA DE INCOMUNICACIÓN CON SU
PROPIO YO INFINITO QUE SE ENCUENTRA “MÁS ALLÁ DEL PLANO MATERIAL”; POR OTRA PARTE EL YO
INFINITO, DESDE EL INFINITO, SÓLO “VE” LA SUPREMA ILUSIÓN DEL ORDEN ARQUETÍPICO, AL “MIRAR” HACIA
EL ROSTRO ESPIRITUAL. Tal es el Drama del Espíritu revertido que se denomina: CONFUSIÓN ESTRATÉGICA.”
(FSH. Pag. 18). Lo que sucede ahora es que el Yo perdido del Virya, al ser una parte sintética del Yo Infinito,
DESEA, como pulsión o VOLUNTAD inmanente y esencial, REGRESAR a la normalidad, es decir a la Orientación.
Pero como leímos, entre él y el Vultus Spíritus, se encuentra el desorden o ilusión (Maya, Matrix, etc.) del
orden arquetípico de la creación material del Demiurgo, que consiste en mayor medida de entes materiales;
y he aquí la clave: EL ENTE MATERIAL POR EXCELECIA DONDE, LAMENTABLEMENTE, EL YO DESORIENTADO O
PERDIDO, ATRAPADO EN LA ESTRUCTURA PSÍQUICA DEL PASÚ, BUSCA LA ORIENTACIÓN ANHELADA, SU
ETERNIDAD PERDIDA, ¡ES EN LA MUJER DE CARNE! He aquí el verdadero fundamento del porqué el virya
perdido, profundamente (espiritual, además de arquetípica y psicológicamente), estructura su vida
completamente en dirección a la Hembra, es decir, en base al Sexo y al Amor, si no es en otras cosas
groseramente más materiales.

Claramente, la constitución amoroso-afectiva tiene sus raíces en el impulso sexual reproductivo, que como ya
aclaramos, se encuentra “acaramelizado” orgánicamente por el placer fisiológico y arquetípicamente por la
fantasía erótica de las formas estéticas (principalmente la curva), como también por el afán inconsciente de
su psiquis (sujeto anímico) por completar su contextura metafísica. Pero aquellas cuestiones solamente hacían
al relacionamiento “normal”, es decir, de pasú, de animal, que caracterizó, y que caracterizaba Oriente y
América precolombina hasta hace pocas décadas, entre machos y hembras sin ninguna escatología referente
a “un amor trascendente”, de “Romeo y Julieta”, donde el macho deja aparte su efectiva posición dominante
y toma a la hembra como a su IGUAL, a su PAREJA, a la que puede escuchar y permitir la palabra, opinar,
acompañarle en la vida, en la guerra y en la muerte. Este inédito sisma psicosocial, nace justamente como
efecto del encadenamiento del espíritu hiperbóreo y la subsecuente aparición del Yo perdido en el virya
indoario; de allí, este nuevo comportamiento será APRENDIDO arquetípicamente por el resto de los pueblos,
culminando catastróficamente en el despotismo del arquetipo Dama en todo el orbe, pero antes de meternos
específicamente en esta evolución, describamos un poco más tal efecto “amoroso”.

En primera instancia, el Yo perdido espiritual, cautivo dentro de la esfera psíquica del virya, NO SABE NADA
ACERCA DE SU SITUACIÓN. No sabe que se encuentra perdido, amputado de su verdadera fuente ORIGINAL,
o sea del espíritu esfera, que es él mismo, no sabe que se encuentra, por esencia, no sabe lo que busca, es
más, no SABE SIQUIERA QUE ANDA BUSCANDO, anhelando el Origen, como un caballo enloquecido y
amnésico dentro de un establo aborrecible y enclaustrado que se encuentra corriendo y despotricando sin
apuntar a rumbo cierto. Porque HA CAIDO DE CABEZA AL MUNDO MATERIAL, como dice Serrano, como la
Runa TYR, asi: (poner la runa tyr). En esta situación, el Yo del virya constituye, ciertamente, UN MOTOR
VOLITIVO INFINITO E INAGOTABLE, que sólo piensa en una sola cosa, aunque lo desconozca: REENCONTRARLA
A E-LLA, QUE SIGNIFICA SU ETERNIDAD PERDIDA, EL VRIL, QUE ES SIMULTÁNEAMENTE SU PAREJA ORIGINAL.
Es aquí donde el alma y el cuerpo entran en acción, utilizando tal energía volitiva, “gasolina increada”, para
hacer mover el automotor de sus respectivas estructuras; el cuerpo disfrazará aquella búsqueda, aquél anhelo
o ANSIA inagotable por E-LLA, QUE SE EXPRESA BIOLÓGICAMENTE COMO LA LÍBIDO, como la necesidad de
procreación y la necesidad sexual del placer erótico, por su parte, el alma superpondrá a aquella nostalgia
primigenia un manto de “vacío existencial sexual”, es decir, una necesidad artificial por encontrar la RAZÓN
DE LA EXISTENCIA, la completitud, en lo que la buena Naturaleza le ha designado como complemento, es decir
la hembra. Así, en ambos casos, el objeto de la Búsqueda, E-LLA, queda disfrazado por la mujer de carne, y
aquella fuerza volitiva inagotable del Yo por retornar al Origen, reencontrarse con E-LLA, es la energía que
lleva al virya, fatídica y trágicamente, de manera más que inconsciente, es decir, espiritualmente, a, primero,
darle un sentido y valor INEXISTENTES E ILUSORIOS a la mujer de carne que trasciende ya lo biológico-
psicológico (designio y arquetipo Mujer) y, segundo, por esto mismo, construir, avocar y dependizar su vida
hacia tal figura. Es aquí, de cómo se estructura el arquetipo Mujer (más propiamente hembra como vimos) en
la psique y de cómo es tomado por el Yo perdido en su constricción vivencial y psicológica de su determinado
ambiente, donde se encuentran las causas profundas de la Patología y la filias, en otro momento habrá que
ahondar más en este interesantísimo y apasionante tema. Pero, como es de notar, al nunca ver colmada,
saciada, templada, finalizada aquella Búsqueda, ese fuego esencial y profundo, abisal y esencial, el virya irá
totalmente desbocado por la vida, nunca satisfecho con la mujer de carne, PONIENDO SENTIDO A LOS ENTES
Y CREANDO CULTURA, BUSCANDO RESPUESTAS Y DESCUBRIENDO LA TOTALIDAD DEL MUNDO PARA ELLO,
SIEMPRE BUSCÁNDO A SU E-LLA QUE CREE ESCONDIDA POR ALGUNA PARTE. Se ve aquí, pues, cómo la
búsqueda volitiva y esencial del Yo es utilizada por el Demiurgo, específicamente mediante la realidad sexual
dialéctica de los opuestos sexuales, para conferirle al mísero pasú energía ilimitada para su misión entelequial,
y por medio de la hembra, el mayor incentivo y señuelo para que el objetivo macrocósmico de la finalidad se
cumpla con la mayor amplitud y drama posibles; es por esto mismo que el encadenamiento espiritual TIENE
UNA NATURALEZA MANIFIESTA, A PRIORI Y A POSTERIORI, EMINENTEMENTE SEXUAL.

Este “ingeniosamente infernal” mecanismo se ocupa entonces de sublimar la Búsqueda esencial del Yo
espiritual desorientado en DESEO ERÓTICO, es decir, sexual y sentimental, hacia la mujer de carne o hembra,
ocultando la naturaleza espiritual y trascendental de la E-LLA increada y original tas la figúra arquetípica de
Eva. Al Demiurgo y sus “celestiales” cortesanos les conviene sobremanera hacer pasar la tal búsqueda de la
Pareja Original (que es la Eternidad Perdida que se tenga en claro esta esencial sinonimia) por la anímica y
biológica (arquetípica y material) COMPLEMENTARIEDAD DE LOS OPUESTOS SEXUALES DEL PASÚ, cosa
totalmente ruin y falsa. Para fortalecer la visión de esta situación dramática tengamos a bien leer algunas
palabras de Platón, que tiene la gentileza de traernos la famosa conversación entre Sócrates y la sibila del
Erotismo, Diotima:

“Si bien ―dijo― podía pensarse que los hombres hacen esto [los

sacrificios asociados al apareamiento y el cuidado de la prole] por

reflexión, respecto a los animales, sin embargo, ¿cuál podría ser la causa

de semejantes disposiciones amorosas? ¿Puedes decírmela?

Y una vez más yo le decía que no sabía.

―¿Y piensas ―dijo ella― llegar a ser experto algún día en las cosas del

amor, si no entiendes esto?

―Pues por eso precisamente, querida Diotima, como te dije antes, he

venido a ti, consciente de que necesito maestros. Dime, por tanto, la

causa de esto y de todo lo demás relacionado con las cosas del amor.

―Pues bien ―dijo―, si crees que el amor es por naturaleza amor de lo

que repetidamente hemos convenido, no te extrañes, ya que en este

caso, y por la misma razón que en el anterior, la naturaleza mortal

busca, en la medida de lo posible, existir siempre y ser inmortal.

Pero sólo puede serlo de esta manera: por medio de la

procreación, porque siempre deja otro ser nuevo en lugar del viejo.

….
Esta acción especial es, efectivamente, una procreación en la belleza, tanto según el cuerpo

como según el alma.

―Lo que realmente quieres decir ―dije yo― necesita adivinación, pues

no lo entiendo.

―Pues te lo diré más claramente ―dijo ella―. Impulso creador,

Sócrates, tienen, en efecto, todos los hombres, no sólo según el cuerpo,

sino también según el alma, y cuando se encuentran en cierta edad,

nuestra naturaleza desea procrear. Pero no puede procrear en lo feo,

sino sólo en lo bello. La unión de hombre y mujer es,

efectivamente, procreación, y es una obra divina, pues la

fecundidad y la reproducción es lo que de inmortal existe en el

ser vivo, que es mortal.”

Aquí podemos notar claramente la naturaleza tramposa y aprovechadora del amor y del sexo,
como instinto, que utilizan al Espíritu en su sempiterna y ciega búsqueda por la Eternidad, la
trascendencia. En este entendido, el Yo perdido pugna en su desesperación natural, “realizar la
Obra”, el Opus alchimicus, es decir la trascendencia espiritual del Mundo material; es cuando,
hembra mediante, las fuerzas de la Materia y sus sistemas lo utilizan y PARA “LLENAR LAS ANSIAS”
PRESENTES DE INMORTALIDAD Y DE A-MORT EN EL HOMBRE MORTAL O VIRYA DE MANERA
ILUSORIAMENTE, le engañan y contentan psicológica (subliminal) y biológicamente
(materialmente) con la DESDENDENCIA (Y NO CON EL “HIJO DEL HOMBRE” O VRAJA) Y CON EL
AMOR CALIENTE O ANIMAL. Para ayudarnos traemos a colación algunas frases del pesimista
Schopenhauer -sobretodo pesimista en el Amor- en lo respectivo:

“Definición del Amor

El amor es el mal.

Su único origen es el instinto sexual

Todo enamoramiento, por muy etéreo que se intente presentar, radica exclusivamente en el
instinto sexual; incluso se podría decir que no es

más que la determinación ulterior, especifica-

ción e individuación máxima -en el sentido lite-

ral del término- del instinto sexual.”


Hablando del amor sentimental cortesano tan vituperado y gastado en esa época triste y
ambivalente conocida como Romanticismo. Otra:

“La sensación de actuar en asuntos de enorme

trascendencia es lo que eleva al amante tan por

encima de todo lo terrenal y hasta de sí mismo,

dotando a sus deseos, que en el fondo son muy

físicos, de un ropaje tan hiperbólico, que el amor

llega a ser un acontecimiento poético hasta en la

vida de las personas más prosaicas; con lo que

la cuestión adquiere a veces, por cierto, un cariz

bastante cómico.”

De cómo el “instinto nato” de trascendencia del Hombre, su búsqueda de inmortalidad, cae en


balde siendo utilizado para la expresión idealista de una realidad tan notoriamente animal, es
decir el Amor. El Amor, en este entendido, sería, como la Poesía epicúrea, dionisiaca, sentimental
y cursi, una trampa que tiende a desfigurar la miseria del ámbito humano, de su existencia y de su
vida animal. ¿Para qué de esto? Para poder hacer digerible, incluso sagrado, a la Hembra, al
Matrimonio, al Amor idílico, exaltar la ilusoria felicidad terrena, la Vida y la Belleza de la Creación.
Sin embargo, es de justicia decir que Schopenhauer nunca conoció otro tipo distinto de amor, uno
“espiritual”, lo que significó su desbocada misoginia, justa pero no certera. Pero ya nos
ocuparemos de esto luego.

Cardinalmente, el amor animal-humano es la máxima arma con la que cuentan las potencias de la
Materia para asegurar su Plan, desde el desarrollo hasta la seguridad; pues el amor (y todo lo que
supone y contiene) entre los opuestos sexuales DESARROLLA AL MÁXIMO LA CAPACIDAD
“AMOROSA” DE ANHATA, es decir, que el sentimiento energético y la idea mental “amorosa”
(también energética), que sea dicho de paso, además de constituir el “bien” mismo en la Creación,
son el alimento MÁS CARO Y SUCULENTO DE LOS ARCONTES Y ÁNGELES, es el mecanismo
destacado para el progreso del alma del pasú en su tarea de alcanzar los tan trillados y huecos
conceptos de “Conciencia y el Amor Universal”. Como seguridad, pues el pasú NUNCA PODRÁ
SOBREPASAR EL SENTIMIENTO DEL AMOR, cuando éste esté bien fagocitado y el Anhata
desarrollado; así, el pasú, o virya, que ha dejado de lado su voluntad egóica espiritual y graciosa-
luciférica por la égida de Eros y Pax, defenderá a ultranza la bondad y hermosura de la Creación, e
incluso la Razón no tendrá mucha relevancia, convirtiendo al sujeto en cuestión en el más triste y
perfecto sonámbulo o robot que tiene por señor al corazón de barro.

Este proceso de “cocción” es el que se utiliza, el que se ha especializado hasta la perfección


diabólica, en la esfera humana material. El pasú que ha empezado “amando” a la mujer de carne o
hembra, ha puesto, pues, su mente y corazón al servicio de la Gran Madre cósmica, ella, oculta en
todas las formas, en especial detrás del rostro de la hembra, necesita que el amor y el deseo por la
creación material anide y evolucione en el alma del pasú, para loa eterna al Demiurgo. Esta
nefasta y grotesca Señora es Binah, la Sabiduría de YHVH o la segunda séfira o aspecto del Uno, “la
Madre Tierra”, la Pachamama shambálica, María judía, Quan Yin o Avalokiteshvara. Esta potestad
es la madre del pasú, pues es en la quien éste se desarrolló y evolucionó desde que fue una mota
de polvo, en su vientre, en el “Magma Mater”, la gravedad que concentra y tempera la materia
“desde el futuro”. Su piedad y amor por las criaturas del Padre no tiene mácula, pero el Hombre
terrestre se ha revelado, es necesario pues encarrilarlo mediante una triquiñuela abominable e
insulsa: la hembra y el amor y deseo por ella. Es aquí donde la Madre se sirve del “Corazón de
YHVH”, del terrible e imbatible Tipheret, la Belleza y el amor caliente, que se encuentra
reproducido microcósmicamente en el Anhata del pasú. Así Binah-Tipheret utilizan todo su poder
(amor, belleza, piedad, bondad, DOLOR POR LO EXTERNO, naturaleza, CARNE, ETC.) para arrear al
pasú y engañar al virya: ¡la mujer de carne! Lo más bello, hermoso y suave de la Creación dirá el
hombre perdido. Su vientre obnubilante y sus senos exquisitos y nutricios nos llaman –dirá el
hombre más perdido aun- ,¡oh, cómo nos llaman! Su amor cálido, incluso misteriosamente
primordial –dirá el hombre perdidísimo, alucinado y bullente de semen y voluntad que entregar en
holocausto - ,¡de ahí hemos venido y es ahí donde debemos volver! El Hombre Perdido que piensa,
habla y obra así, pasará la vida de aquí para allá, poniendo sentido a los entes y produciendo
cultura, cultivando su alma solitaria que ruega por una “compañera”, llegando inclusive al culmen
de la PERDICIÓN que es pretender encontrar su alma en la mujer de carne, y terminará
indefectiblemente, encontrando la verdad de su destino (designio monádico) y reconociendo
finalmente la belleza y perfección de la Creación y el Creador como el animal que es, pensando
que ha RESUELTO SU PROFUNDIDAD, en el caso del virya, su espíritu oscuro y liberto, que habrá
quedado perdido y disuelto para siempre. Esta es la “Obra Rosa”, el opus sinarca, presente y
propuesto en TODAS LAS RAMAS Y DOCTRINAS DE LA SINARQUÍA (lamentablemente, incluido
Jung), que se encarga de resumar y utilizar la voluntad sublimada del Espíritu para la consecución
entelequial.

Sólo resta decir que este mecanismo es utilitario y controlado en suma medida, pues a las
potestades de la Materia y a los seres celestiales no les interesa en lo más mínimo este amor
ilusorio y artificial entre un hombre y mujer (recordad que son sanctos sodomitas) y que tal
sistema SÓLO está permitido en la Tierra, pues es un zoológico que, dada su asquerosidad, retraso
y putrefacción abyecta, está totalmente controlado. Una vez el alma progresa lo suficiente
(adquiere conciencia) y puede salir de la Kalachakra terrestre se le desconectan esas “pústulas
amatorias”, todos los recuerdos de amor y pasión serán desechados como un supositorio usado.
En realidad, el amor entre hombre y mujer es una realidad NECESARIAMENTE PELIGROSA para las
potencias de la Materia, como lo es el mismísimo encadenamiento espiritual, ya veremos porqué;
y ellos pugnan por, una vez llevado a cabo el plan, desechar dicha realidad que no merece entrar
por las puertas del Cielo.

Hasta aquí una breve reseña de CÓMO nace y funciona teóricamente el “Amor sentimental” humano (animal-
humano), es decir del virya, pero aun debemos continuar lanzado algunas consideraciones, pero sin entrar,
como advertimos, plenamente en realidades gnósticas y noológicas del “Misterio del Amor Helado” o Amort,
que no deben prostituirse por estos medios.
El Amor humano espiritual

Hemos dejado suficientemente en claro la naturaleza servil, falsa y funcional del Amor y del Sexo, es decir,
como construcciones del Orden Material destinadas para el amoldamiento y evolución del alma en su misión
óntica o finalidad (macro-micro). Pero inmediatamente surgen incómodas preguntas, como estas siguientes:
¿esta explicación anímica y sexual del Amor, como función biológica de la reproducción, integración de
opuestos y utilización subliminal de la voluntad espiritual, es suficiente para explicar toda la Historia del amor
ario, en los Mitos y en los hombres? ¿No son más que fruslerías arquetípicas la adoración y veneración de
grandes figuras femeninas, diosas, reinas, sacerdotisas, guerreras, kamaradas, etc.? ¿Es un engaño religioso o
teocrático por la Sinarquía golen la conformación misma de los Dúos Místicos hiperbóreos de la Mitología y
aquellos folclóricos de las parejas legendarias arias, como Tristan e Isolda, Siegfried y Brunhilda o muchos
otros, conocidos u olvidados? En fin, ¿toda la mística de la antigüedad fue una fábula engañosa, de Orfeo y
Eurídice en el Infierno hasta el mismo rector de éste, con Hades y Perséfone? ¿No hay, acaso, un amor puro y
espiritual destinado a los Caballeros y Doncellas del Graal, que no sea pues animal ni simplemente humano?

El amor occidental (o indoario en sus inicios) que supone la idea de amar solamente a una mujer, y en su
exaltación y fagocitación, a ésta SOBRE TODAS LAS DEMÁS COSAS, inclusive sobre Dios, este amor humano
que, si bien lo engaña en la sublimidad y emergencia, pues lejos de revelarle su esencia u origen (el
Encadenamiento) y lo funde más en su papel de pasú postor de sentido; ES UN RASGO PROPIO DEL VIRYA. Es
decir, este amor que se aboca irrefrenable y absolutamente a la mujer elegida (estamos hablando del amor
anterior a 1945 claro está, el moderno ni siquiera merece llamarse amor animal ni bestial) puede incluso llegar
a sobrepasar, mejor aún, DESLIGARSE del amor universal y/o panteísta, llegando muchas veces al crimen y a
la perdición del Paraíso… Pues el virya SOLAMENTE PUEDE AMAR TOTALMENTE A AQUELLO QUE PUEDE
CONTENER LA VERDAD DE SU ESPÍRITU, aunque no suceda así en la realidad física, este amor es muestra
palpitante que en realidad existe un Yo, cosa que jamás hará el pasú puro (negros, rojos, orientales, semitas,
etc.).

La Verdad de esta importante cuestión radica precisamente en LA NATURALEZA PROPICIA DEL AMOR COMO
CONTRAPOSICIÓN DE SEXOS. Si la diferenciación sexual y el Amor sirven para los fines bajos y despreciables
de los Traidores y el demiurgo, esto mismo PUEDE UTILIZARSE COMO ESTRATEGIA DE LIBREACIÓN. Sí, tanto
como el virya, al ver en la mujer al Placer (que oculta al instinto reproductivo) a su alma (Ánima, que produce
al amor humano y metafísico, es decir, almico), PUEDE LLEGAR A OBSERVAR O INTUIR ALGO INESPERADO,
ALGO PROHIBIDO, UN ASPECTO DENEGADO POR LAS POTENCIAS DE LA MATERIA, ALGO MALDITO, LA
MISMÍSIMA MANZANA DEL EDÉN. Toda la anterior descripción que dimos antes versa sobre el amor en tanto
que proceso animal y sistema de aprovechamiento anímico de la voluntad del Yo y que se sirve para ello de la
mujer de carne o Hembra o Eva, este proceso para funcionar con éxito requiere por parte del virya el total
estado de desorientación (ignorancia de su esencial espiritual y eterna y de los pormenores de su búsqueda
(ciega por cierto) y su fagocitación por el embrutecimiento animal que supone el sexo y por la enervación
egóica y anímica (escurrimiento del Símbolo del Origen) que supone el amor caliente; pues entonces el virya,
inconsciente y esencialmente (espiritualmente) no podrá ver otra cosa que no sea lo que dijimos en la mujer
de carne, que por su arte, al ser tal, no contiene otra cosa en su naturaleza y plexo que no suponga una
creación demiúrgica. Pero el estado de cosas cambia radicalmente CUANDO EN LA MUJER CARNE EXISTE O
COHABITA UN ELEMENTE AJENO AL ORDEN MATERIAL, UNA CHISPA INCREADA DE NATURALEZA ESPIRITUAL.
Es en este caso entonces, que el virya previamente orientado, logrará ver en el espejo del opuesto, no
solamente todos aquellos elementos ónticos puestos por el Demiurgo, sinó un reflejo, ambiguo sí pero
potente, de su propio espíritu, SI Y SÓLO SI ES LO SUFICIENTEMENTE PURO Y ESTÁ LO SUFICIENTEMENTE
PREPARADO; sólo así podrá atisbar ese elemento increado, luciférico, en la mujer de carne, elemento que
trasciende todo efecto o forma anímica energética de relación (amor o deseo sexual) en su comprensión. Pero
estamos yendo demasiado lejos por el momento, lo que tratamos de hacer comprensible es la realidad del
amor DENTRO DE LA NATURALEZA HIPERBÓREA DE LOS VIRYAS SOMETIDOS EN LA MATERIA TERRESTRE.

Resulta pues, que dentro de la mujer de carne (la mujer material, de carne y hueso, creada, como el mismo
cuerpo y alma del virya), además de arquetipos y designios demiúgicos, pueda llegar a presentarse, por la
realidad sexual de los espíritus hiperbóreos anteriormente esbozada, la presencia de un elemento espiritual.
Esta situación merecerá un tratamiento especial más adelante, mas, lo que nos interesa por el momento es
SU PAPEL DENTRO DE LA REALIDAD DEL VIRYA. El amor que pueda a llegar a desarrollarse por parte de un
virya hacia una hembra es de hecho nefasta e inconveniente, mas, cuando aquél amor llega a gestarse hacia
una mujer que contiene ese elemento increado engastado en ella, la situación se torna totalmente diferente.
Si la puesta de sentido anímica y la referencia sexual animal rescatan a la hembra toda en su complexión, y
rescatan todo aquello que es necesario para completar la evolución del microcosmos, LA ORIENTACIÓN O
PUEREZA DE LA SANGRE DEL VIRYA RESCATARÁ DENTRO DE LA MUJER DE CARNE AQUELLO QUE HACE A UNA
FAZ DE LA VERDAD ESENCIAL DEL ESPÍRITU. Es así que el virya, “MUY HUMANO TODAVÍA”, se enamorará de
aquella realidad, que, si bien no supone aun la liberación espiritual ni la revelación plena y prístina del Símbolo
del Origen, de su verdad esencial, puede llegar a elevar al virya del contexto decadente y animal que supone
el Mundo y su consubstancial proceso temporal de decadencia.

Es cierto que este tema es harto complicado, por su extensión analítica socio-cultural. Podemos tomar
solamente opiniones fundamentadas en interpretaciones, puesto que la Verdad del asunto atañe
EMINENTEMENTE A LA ESTRATEGIA HIPERBÓREA. ¿Podemos decir que el papel y condición de la mujer
hiperbórea es la misma que el virya masculino? ¿Cuál es su misión determinada, su alcance, su deontología
metafísica y su destino como Ser? Primero hablemos de la mujer aria. Es de conocimiento más o menos
comprendido por los gnósticos que el Mal se encuentra, dentro de la esfera humana, en la encarnación de los
espíritus (otro tema neurálgico que no podrá ser ahondado), como se entiende de al sexo recién, en la
multiplicación o generación como manda YVHV a las naciones hacer. Entonces, ¿cómo se comprende el papel
gastador de los pueblos arios, aquellas virtudes y valores (familia, educación, herencia, linaje, etc.), y de la
misma mujer aria, en todo esto? No existe otra respuesta que no sea POR ESTRATEGIA; esto es, de manera
muy resumida: los espíritus hiperbóreos encadenados SÓLO PODRAN HALLAR LA LIBERACIÓN ESPIRITUAL EN
VIDA, DESDE EL MUNDO HUMANO, DESPERTANDO DE LA ILUSIÓN DESDE LA ESFERA MÁS DENSA DE LA
MATERIA, ES POR ELLO QUE LA RAZA DEBE MANTENERSE PURA Y LA DECENDENCIA SANA Y FUERTE, PARA
FACILITAR DE FORMA GENÉTICA (MINNE) LA LIBERACIÓN. Entonces, el axioma gnóstico de la perversidad de
la generación, como método de multiplicación de los esclavos de YHVH, se trastoca como METODO
ESTRATEÉGICO NECESARIO. No en otro sentido debe comprenderse también la existencia o valor de la mujer
aria en general. Las esferas antitéticas NUNCA deben ser mezcladas, la espiritual y la material; no por
constituirse en miembro de la Raza, el sujeto es un sujeto, valga la redundancia, de la Sabiduría Hiperbórea,
NO EL AMOR ENTRE ARIOS, POR SER ARIO, ES TRASCENDENTAL O ESPIRITUAL, ni en lo más mínimo, sino a lo
sumo ESTRATÉGICO. Sólo así debe entenderse TODA FORMA DE AYUNTAMIENTO Y RELACIÓN SEXUAL O DE
PAREJA, sea de la índole que sea, esto ya lo aclararemos en su momento. No es esta realidad, pues, la que
estamos buscando, es decir lo exterior, lo material, para fundamentar, como el acápite sugiere, la posibilidad
de un “Amor humano espiritual”.

El amor que llega a sentir un virya puro por una mujer de carne que presenta un elemento espiritual, tiene la
bondad de transformarle en Caballero, es decir, en Señor del Caballo; es el mismo concepto que el Domini
Canis, pero con una connotación eminentemente sexual de la dominación del cuerpo. Sin disgregar demasiado
podemos decir que el virya que logra tener la suerte y el hado de encontrar a una mujer espiritual (desde
ahora Dama, pero esto necesitará de varias aclaraciones), encontrará una mirada “arquetípica” de la
Aristocracia de la Sangre, que le llevará, en primer lugar, a rescatar las virtudes, nuevamente “arquetípicas”,
arias, y, posteriormente, desactivar el imperio de Eros y Ánima que embargar su ser como virya humano.
Debemos explicar ahora esto.

Si la reproducción y la pureza, aun en el ario, es necesaria para fines estratégicos, y así debemos entender el
“matrimonio ario”, el amor ario y a la misma mujer aria (que no se olvide nunca esto: sigue siendo una mujer
de carne), por otra parte, la Estrategia también requiere de LA EXISTENCIA DE MUJERES DE CARNE, ARIAS O
NO TAN PURAS, QUE CUMPLAN CON UNA DIFERENTE MISIÓN, que esta vez supone una directa inmiscuida en
la Liberación espiritual, no ya como estrategia colectiva ni racial. Repetimos nuevamente, este tema es
complejo y misterioso, puesto que conviene a la Estrategia de los Siddhas, AQUELLA QUE SÓLO ELLOS
CONOCEN A CABALIDAD, así que solo podemos estudiar aspectos externos e históricos en tanto que
culturales. Existe pues, un efecto que se gesta, que nace y crece, CUANDO UN DETERMINADO VIRYA PURO
ALCANZA AL CONECTAR, AL “MIRAR”, AQUELLA “PISTA” ESPIRITUAL QUE CONTIENEN LAS MUJERES
ESPIRITUALES, esto es, cuando el virya no ha alcanzado todavía la Iniciación, el “enamoramiento espiritual”,
que sea consciente o no, responde a un aspecto determinado de la Estrategia Hiperbórea.

Desde el principio de los Tiempos han existidos estrategias que utilizaron la potencia o poder, la “magia” de
las mujeres espirituales. Desde las iniciaciones mágicas de las “Sacerdotisas atlantes”, las hijas de Venus, las
doncellas de la Luna, hasta la “Pasión” luminosa que despertaron ciertas figuras femeninas en la vida de
determinados prohombres hiperbóreos, como Hitler (la pequeña Stephanie de su niñez) y Nietzsche (Cósima
Wagner), sin contar los miles de nombres no tan legendarios. Se dice que, en los tiempos más difíciles y finales,
cuando los últimos Cátaros se encontraban asediados en Montsegur, a vísperas de una muerte horrorosa,
bastaba con que la Dama del Castilla, la guardiana del Grial, Esclarmonde de Foix, saliera por un momento al
balcón de la torre, para que las fuerzas y el Honor de los hombres se renovara y restableciese por completo,
lo mismo con Helena de Troya, cuya visión alcanzaba para calmar la desesperación animalesca de la
soldadesca en ascuas de la guerra y anidar en su corazón el más profundo Valor: tan impactante y
sobrecogedora era la Belleza de la aquellas Damas, que, ciertamente, no era “sexual”, ni “de senos ni de las
caderas”. ¿Qué es entonces, este amor “espiritual”, si dijimos que todo amor es ilusión y trampa? Yo lo explico
de la siguiente manera: NI SIQUIERA EL ALMA MÁS ABYECTA, NI EL ESPÍRITU MÁS PERDIDO, NI EL ANIMAL
MÁS EMBRUTECIDO, PUEDEN RESISTIR Y NEGAR LA SUPERIORIDAD Y DIVINIDAD DE LA MUJER ESPIRITUAL,
COSA QUE SE TRADUCE INDEFECTIBLEMENTE EN “AMOR ESPIRITUAL”. No es demasiado difícil colegir que este
amor NADA TIENE QUE VER CON AQUELLOS ASPECTOS SEXUALES NI “SENTIMENTALES”, PEOR PSICOLÓGICOS,
resulta pues, que es un amor totalmente trascendental, irrepresentable “que no cabe en el pecho”, infinito,
que no pide nada, QUE REDIME. Como dijimos, supone la dilucidación, si bien, no del Símbolo mismo, de
aspectos esenciales del Espíritu que tienen la bondad de modificar la estructura psíquica del virya y purificar
su sangre, para dar un ejemplo, recuérdese el caso de Gimli el enano de la Comunidad del Anillo de Tolkien,
un perfecto ejemplo de virya embrutecido, y su “prendimiento espiritual” de Lady Galadriel, la Dama
Hiperbórea, todo esto en la versión extendida.
Claramente la potencia de esta realidad debe variar, como TODAS LAS COSAS Y MISTERIOS VARÍAN EN
ASPECTO Y NATURALEZA POR EL PASO DE LOS YUGAS. Así la potencia y “Belleza espiritual”, la Magia, la Lux
de una Dama espiritual de la Segunda Hiperbórea no ha de ser, ciertamente, la misma que una de este siglo,
ni el contexto ni el proceso. Nada de esto apunta al amor propiamente dicho, a la RELKACIÓN SEXUAL O DE
PAREJA, a la vida cálida, sino a UNA REVELACIÓN DE ORDEN TRASCENDENTAL. Es por esto mismo que dijimos
que las potencias de la Materia TEMEN EN SUMO GRADO la potencia activa y espiritual de DETERMINADAS
MUJERES, DE LAS TAN PERSEGUIDAS “BRUJAS”, ORÁCULOS, VIRGENES VESTALES O DAMAS DEL BOSQUE,
todas figuras perseguidas por la inquisición sodomita de la Sinarquía ocultista e histórica. El “Amor espiritual”
es un arma que destruye de cuajo la potencia animal del Eros orgánico y anímico y es una de las cosas que
más odian y aborrecen aquellos asquerosos y patéticos esbirros. En este escenario, el virya, a contrario sensu
de lo que pasaría con el amor animal y sentimental, su consiguiente “ablandamiento”, su integración pacífica
y dramática al Mundo, su “apertura sentimental”, su acomodamiento o rendición para con el corazón y con
el Calor de la Naturaleza y de la sociedad, en suma, su ANIMIZACIÓN; EL VIRYA QUE HA “VISTO” A UNA DAMA
DEL ESPÍRTU HA DE VOLVERSE, POR FUERZA, VALIENTE, SOLITARIO, NOSTALGICO, INMATERIALISTA,
NOCTÁMBULO, CABALLERO (en el sentido austero y guerrero de la palabra), DE HONOR. Y el efecto más
convenientemente estratégico será que desterrará al Sexo como señor de su Voluntad, LE HABRÁ HECHO
ANHELAR LA ETERNIDAD HACIÉNDOLE COMPRENDER LA INTRÍNSECA INUTILIDAD Y FALSEDAD DEL MUNDO
DE LAS FORMAS.

Hablando prosaicamente, podemos decir que el concepto más cercano, ideológicamente, a este tipo de
“amor”, se encuentra en el concepto de “amor platónico”, no la versión degrada y viciosa que circula hoy en
día, sino como se entendida antiguamente, el “Ágape último”, aquel amor puramente ideal, CASTO, PURO,
TRASCENDENTAL, de naturaleza divina, un principio que trasciende el mundo fenoménico y material. Para
terminar, veremos cómo dos de los psicólogos y autores consultados anteriormente (Weininger y Jung)
realizan una crítica cómoda a éste tipo de amor, sabiendo que esgrimieron fundamentalmente la Razón, su
mente psicoanalítica y doctrinal, y si tal vez el corazón… no lo sabemos, no PUEDEN DILUSIDAR ALGUNA VETA
DE “MINERAL ESPIRITUAL” dentro de los siguientes versos:

Sobre el amor platónico Weininger dice:

-Éste es el problema de « Tannhauser ». De una parte Tannhau-

ser, de otra Wolfram; de una parte Venus, de otra María. El hecho de que una pareja de amantes
— Tristán e Isolda —, que se han encontrado para siempre, mueran en lugar de llegar al lecho

conyugal, es también una absoluta demostración de que en el ser

humano hay algo más elevado, que quizá por ello sea metafísico,

como en el martirio de un Giordano Bruno.

«Oh, tú, elevado amor, vibra,

exalta mi canción.

Que la hermosura de los ángeles

penetre profundamente en el alma.


Tú te acercas como enviado de Dios,

yo te sigo desde la lejanía.

Y así me conducirás al país

donde tu estrella brilla eternamente.»

¿Quién es el objeto de ese amor? ¿La misma mujer que hemos

descrito aquí, la mujer carente de aquellas cualidades que pueden

conceder valor a un ser, la mujer sin la voluntad de poseer un

valor propio (se habla aquí de la Hembra, la mujer de carne)? En modo alguno; la mujer
soberanamente bella, la mujer angelicalmente pura, es la amada con tal amor. La cuestión es
saber ahora cómo una mujer llega a esa hermosura y a esa pureza.” (O.p. Pag. 224)

Es necesario, lamentablemente, interpretar correctamente las palabras que Giordano utiliza.


Sabemos que ningún Pontífice hiperbóreo del talante de Nimrod vivió por los años en los que
Giordano existió y compuso su obra sobre este mundo, así que deberá entenderse que conceptos
gnósticos como la diferencia antitética de espíritu-alma o Dios Incognoscible-YHVH Satanás, no
estuvieron a disposición de tan entrañable virya. Sólo nótese que el tenor cómo habla de este
amor, puede encasillarse perfectamente al provocado por una Dama del Vril. Continuemos. Ahora
veamos una interpretación que Jung posa sobre Holderlin, en relación al efecto que tiene el Ánima
y el inconsciente dentro de la psique consciente, con relación a la yuxtaposición arquetípica de
contenidos y representaciones entre vigilia y sueño, cuando una “idea colectiva” presente o no, en
su respectivo caso, referencia afectiva subjetiva:

“…

El problema tiene un aspecto práctico, por cuanto puede fácilmente suceder que una idea
colectiva, importante en sí, aparezca representada en el sueño, por falta de acentuación afectiva
subjetiva, sólo por un atributo subordinado, por ejemplo, un dios representado por su atributo
teriomorfo; o, a la inversa, que la idea esté privada en la conciencia de la acentuación afectiva que
propiamente le corresponde, de manera que deba ser restituida a su contexto arquetípico:
operación de que se ocupan por lo regular poetas y profetas. Así, por ejemplo, Holderlin, en su
”Himno a la Libertad”, restituye este concepto, superficializado por el uso y el abuso, a su
esplendor originario:

“Desde que con su brazo me rescató del polvo

Late por ella el corazón con denuedo y beatitud;

Encendida por divinos besos,

Aún siento arder la cálida mejilla.


Hace el mágico acento de su boca

aun más noble el sentido que inaugura.

Oíd, ¡oh, espíritus!, las nuevas de mi diosa,

Oíd a la Soberana y rendidle homenaje.”

Se comprende sin dificultad que aquí la idea está restituida a su estado originario de figura
dramática; la clara figura del ánima que, arrancada al peso de la tierra y a la tiranía de los sentidos,
muestra, en función de psicopompo, el camino hacia los Campos Elíseos.” (O.p. Pag. 42).

Es de imperio hacer comprender que Jung, al no tener idea objetiva y clara de la Sabiduría Hiperbórea
tampoco, no tenga las armas y conocimientos (de orden gnóstico por supuesto) necesarios para diferenciar
netamente el contenido anímico de los arquetipos, especialmente el Ánima-Ánimus, de la conexión increada
y metafísica trascendente que puede llegar a gestarse entre dos espíritus, masculino y femenino, inclusive en
el ámbito “artístico”, su efecto. Notándose esto en su crítica a Holderlin, donde en su verso a la Dama él
solamente atina a ver, como muchos seguramente, al Ánima “reconstituido” como Símbolo Sagrado; y no así
al ARQUETIPO DAMA, un aspecto DIFERENCIADO al Ánima. Sí. Puesto que éste es un arquetipo “creado” por
la facción hiperbórea leal en su inicio, un “prendimiento” existencial que sucede a menudo en los grandes
hombres por una mujer hiperbórea, a la que, sin embargo, puede igualarla a dicho arquetipo incorrectamente.
Todo esto dista mucho de coincidir con la realidad meramente anímica de Eros. Resulta, entonces, necesario
entrar a ver secularmente algunos aspectos de tal arquetipo y sus implicancias y desarrollar algunas
consideraciones.

El Arquetipo Dama

Lo interesante de esta parte tiene como sustrato REVELAR LAS DIFERENCIAS INNATAS ENTRE LAS MUJERES
(HEMBRAS, ARIAS Y VIRYAS) Y HACER ENTREVER LA VERDADERA NATURALEZA Y ORIGEN DE LO FEMENINO
ESPIRITUAL. Debo hacer notar ahora mismo que el entendimiento pleno del contexto y naturaleza del
arquetipo Dama es vital para el entendimiento del concepto anteriormente esbozado de “amor humano
espiritual”, que claramente dijimos no es propiamente A-mort, pero que tampoco supone el amor animal,
sentimental ni psicológico del pasú (Eros y la relación metafísica Ánima-Ánimus). Lo cierto es que, de la
comprensión integral y lógica de esto depende el posterior entendimiento, cabal y serio, de diversas
cuestiones que Nimrod de Rosario expone en su Obra, como, por ejemplo, la tan incomprendida e infantilizada
declaración “la Poesía es un arma cultural del enemigo puesto que embellece y maquilla la malignidad y
perversidad intrínseca del Mundo”; esta aseveración hecha por el Pontífice ha sido tan mal comprendida que
causa en verdad risa, no porque deslumbre por su complejidad, sino porque el estudiante es simplemente un
autómata ocioso que no tiene la capacidad de mover el cerebro un poco para realizar un esfuerzo de
pensamiento e interpretación, es decir, estudia la Sabiduría Hiperbórea como materia de Universidad, sin
propinarle la indiscutible seriedad y dificultad de su estudio. Veamos: es en verdad cierto, obvio, que la Poesía
enmascara y romatiza la naturaleza, sustancialmente perversa, y al Amor, naturalmente animal y perverso,
pero no es difícil entender que esta aclaración tiene como objetivo a TAL CALIDAD DE POESÍA; puesto que NO
TODA POESÍA FUNGE DE TAL MANERA, E INCLUSO SEA UTILIZADA PARA LA ESTRATEGIA DE LOS SIDDHAS. Esto,
en realidad, es una aclaración muy innecesaria y burda, pero que debió hacerse dada la estupidez rampante
y simplista de la que adolecen muchos viryas y quisiera detenerme más sobre el tema, pero esto no será
posible pues debemos continuar.

El Amor como la Poesía, son pues armas del Enemigo, pero no todo amor ni toda poesía como veremos. En
primera instancia, debemos saber diferenciar al arquetipo Dama del arquetipo “Mujer” creado por el
Demiurgo, que como vimos, se traduce semiótica y psicológicamente en el aspecto cuádruple de Madre-
Hermana-Hija-Esposa. El arquetipo Dama NO ES UN ARQUETIPO PSICOIDEO, O ÉGREGOR, COMÚN Y
CORRIENTE, SINO QUE SE DISTINGUE POR HABER SIDO “CONSTRUIDO” POR LOS SIDDHAS LEALES. Es decir, es
un arquetipo “artificial”, que respondía a una determina estrategia hiperbórea. A continuación, mostraremos
sendos párrafos de los Fundamentos para la exposición de la historia breve del arquetipo, y una vez realizado
esto, enumeraremos las significancias que nos interesan específicamente para estos comentarios.

840-843

Entonces:

1.- El arquetipo Dama CORRESPONDE A LA “IMAGEN” DE LA MUJER LUCIFÉRICA, ESTO ES, DE LILLITH.

2.- Tal arquetipo “plasmado por el mismísimo Lúcifer”, corresponde A UN ESPÍRITU HIPERBÓREO, FEMENINO,
CUYO SEXO NO SE ENCUENTRA ASOCIADO A LA PROCREACIÓN BIOLÓGICA.

3.- La Canción de Amor de los Siddhas habla de tal Mujer, es decir del espíritu femenino.

4.- Habrá pues, desde la activación del arquetipo, una “tendencia a la idealización de la mujer” que no tenía
precedente en Occidente.

5.- Para que el arquetipo se precipite, se manifieste en la esfera terrestre, se “concientice”, era necesario su
descripción, trabajo este el de los Trovadores.

6.- Esta misión consistía en hacer recordar, la “Nostalgia” o Minne, el ROSTRO DE LA MUJER HIPERBÓREA QUE
ES REPRESENTADA, JUSTAMENTE, POR “LA DAMA”.

7.- El arquetipo Dama funciona SUBLIMANDO LIBIDINISAMENTE EL DESEO SEXUAL, ENMASCARANDO A LA


MUJER DE CARNE CON DICHA MÁSCARA, logrando en el virya la certidumbre de que la mujer que sea tomada
o alcanzada NO ES LA MUJER IDEAL.

8.- Las “imágenes de la Mujer hiperbórea” evitaban amar a la mujer de carne o Eva.

9.- La idealización exagerada que ha provocado el arquetipo Dama desbocado ha producido en la psique del
virya la asociación automática entre sexo y amor.

10.- Desde entonces el virya occidental NO SABRÁ YA DIFERENCIAR A LA MUJER DE CARNE DEL ARQUETIPO,
QUE REPRESENTABA EN SU INICIO A LA MUJER HIPERBÓREA.

11.- Se ha terminado confundiendo a Kaly con Shakti la hembra, la mujer terrestre, de carne, y con la Gran
Madre, Binah, la Mater-ia.

Resulta claro, pues, que el arquetipo Dama estaba fundado SOBRE LA FIGURA DEL ESPÍRITU FEMENINO, en
este caso como se nos dice, SOBRE LILLITH. Debemos ser claros nuevamente: para el virya perdido LA ÚNICA
FIGURA A LA QUE DEBE CONCEDER UN SENTIDO DE “AMOR” ES A LA MUJER HIPERBÓREA, ES DECIR A LA QUE
NO HA ENCARNADO; ni a la hembra pasú, ni a la mujer aria, ni siquiera a la virya se la debe amar, esso NO ES
ESTRATÉGICO. El arquetipo Dama tenía, como se vio, además de sus objetivos estratégicos (A2), un interés
INDIVIDUAL Y PSICOLÓGICO, se buscaba, entre ello, la seguridad fehaciente y revelada de que la Mujer Ideal,
la Compañera espiritual, E-LLA, NO PODÍA SER LA MUJER DE CARNE, y con ello, que el Sexo y el Amor anímico
(es decir, no sublime, divino, ideal) NO ERAN CORRECTOS, en el sentido estratégico-mágico-trascendental.
¿Cómo funcionaba ello? El arquetipo Dama, en primera instancia, activaba en la psique del virya la imagen de
“LILLTH”, o la Mujer Luciférica, en suma, “La Dama”, es entonces, cuando el virya siente deseo sexual, que el
arquetipo se “proyecta” sobre una determinada mujer de carne, que como vimos DEBE ser “inalcanzable,
lejana o ajena”, así las cosas, el arquetipo proveerá sobre dicha mujer, un aura de sacralidad y divinidad, un
manto de pureza y dignidad suprema, de superioridad trascendental, todas características de la Mujer
Hiperbórea. Una vez sucedido esto, el virya, que ahora se ha vuelto “caballero”, SUBLIMA A EROS, SE LO
APORTA AL DESARROLLO ENERGÉTICO DEL ARQUETIPO, le entrega “el semen” que “va hacia adentro y no
afuera”, se contiene, produciendo así en una cantidad cada vez más potente, caliente y efervescente líbido
sexual no utilizado. El virya, que HA IDEALIZADO A LA MUJER DE CARNE, no tendrá, entonces, como fin el sexo,
gastar dicha sublimación Y SERÁ ESTA BATALLA INTERNA TREMEBUNDA E INSOPORTABLE, LO QUE LE
PERMITIRÁ VENCER SU PARTE ANIMAL, es decir, a Eros, el instinto sexual y al Amor anímico de pareja, todo
esto independientemente de lo que suceda con el arquetipo psicoideo y la energía sublimada. Es por esto
mismo que los “Puros” fueron castos, más, abocaban toda su puesta de sentido del Mundo en el
ensalzamiento y glorificación apoteósica de la Dama en la que ellos habían proyectado el arquetipo, dicha
batalla se traduce así: el arquetipo PONE la máscara de la Mujer hiperbórea, o Dama, sobre una mujer de
carne, el virya que se ha “enamorado” divinamente de esta Dama, tendrá por prueba “serle leal y fiel hasta la
muerte” y nunca tocar a otra mujer de carne, juramentando en el acto una promesa de “eterno amor”, así, el
caballero, saldrá de expedición, RETANDO Y LUCHANDO EN TODA CLASE LANCES Y AVENTURAS PARA VENCER
Y CONQUISTAR AL MUNDO (creado por el Demiurgo) PARA GLORIA Y NOMBRE DE SU DAMA. Veamos
enseguida un ejemplo perfecto de un “trovar clus”, en donde podremos distinguir prístinamente tal
REVELACIÓN TRASCENDENTAL DE LA DAMA, Y DETÁS DE ESTA, DE LA MUJER HIPERBÓREA:

PONER EL TROVAR.

¿Se entiende la magnificencia y significado de esto? Aquí tenemos una distinta interpretación del “cuento del
caballero andante” que se hace en la descripción analógica de la “Canción de los Siddhas y el Hombre”
encarcelado presente en la Novela, aquella que se circunscribe en lo que hace a la vía de liberación de la
Oposición Estratégica, mas, aquí se ha revelado DESDE UNA DIFERENTE PERSPECTIVA, DESDE UNA DIFERENTE
VÍA: EL SENDERO DE LA MANO DERECHA O VÍA SECA.

Lamentablemente, como ya se ha hecho vicio en estos comentarios, no podremos dar pormenores de esto,
pero aun así diremos unas cuantas palabras. La Vía Seca es aquella que se sirve, como lo hace también otras
vías (principalmente la alquimista y la húmeda) de la mujer de carne, pero no cualquier mujer de carne, sino
una a la que, como se ha visto, se le ha proyectado la IMAGEN DE LA MUJER HIPERBÓREA, O SEA,
DIRECTAMENTE, ELLA MISMA, UNA MUJER HIPERBÓREA DE MAGNITUD, QUIÉN REVELE AL ESPÍRITU
MEDIANTE LA “MIRADA”. Esto último será aclarado con posterioridad. Esta específica vía no se encuentra
detallada, ni siquiera referida someramente en la Sabiduría Hiperbórea de Nimrod, por lo que todo intento
intelectivo de aproximación deberá hacerse desde otras fuentes menos confiables y puras. En realidad,
podemos servirnos expresamente del mismo movimiento Cátaro antes referenciado, de los distintos
Trovadores occitanos, Minnesangers germanos y Fedele d´ Amore toscanos. Igualmente podemos encontrar
indicios de la Iniciación por la Vía Seca en diversos personajes famosos del Medioevo y de épocas más
modernas y “románticas”; en cierto sentido, toda la Europa artística y de letras, culta y civilizada, desde el
siglo XIV estuvo influenciada por la labor del arquetipo Dama. Todas las grandes figuras tuvieron su “Dama”
idealizada, espiritual, platónica, mágica, desde el inmortal trovador y su Beatriz hasta Petrarca, Giordano,
Bocaccio, pasando por incontables figuras de las ciencias y filosofías (se verá que esto es ambiguo) hasta el
gran Wagner. De éste debemos, por lo menos, detenernos a decir algunas cosas.

Sin duda alguna, la mayor gloria de Wagner, aquella herencia inconmensurable que ha aportado a la lucha
hiperbórea, fue aquella parte de su Obra en la que plasmó los mitos y leyendas de la historia de la Sangreal
germana. Dejando de lado aquellas soberbias epopeyas como el Oro del Rin o el Anillo de los Nibelungos,
queremos resaltar aquellas que contienen, en su particularidad, a este tema que estamos comentando, es
decir, el amor caballeresco COMO ASPECTO O ATRIBUTO DE LA INICIACIÓN, Y PORQUÉ NO, DEL MITO
GRÁALICO EN SÍ MISMO. Es bien sabido que el Parzifal de Wagner fue una adaptación a aquella esotérica e
iniciática obra escrita por el honorable Von Esenbach, iniciado hiperbóreo y trovador del Graal. En aquella
historia se encuentran TODOS LOS ARGUMENTOS Y SIMBOLOS METAFÍSICOS, MITOS, QUE HICIERON A LA
PROEZA CÁTARA, de manera “novelada”, Esembach cuenta todo sobre lo que sucedió, sucedía e iba a
acontecer en el país del Langedoc. Además, recordemos que el Mito de Parzifal, el “loco puro”, revela
esotéricamente el Drama Humano, esto es, el encadenamiento espiritual; desde Anfortas el rey herido, que
representa al antepasado hiperbóreo, caído, “herido” por una lanza” (que no vendría a ser como
ridículamente los conspiradores de la Historia han hecho suponer sobre que se trataba de la “Lanza de
Longivus”, sino que representa a la Llave Kalachakra); la figura reveladora de la Madre, a la que el Héroe
abandona por seguir a una escolta de caballeros y “tomar las armas”, es decir, el abandono del alma y del
arquetipo Familia; luego tenemos a Kundry, la representante de la mujer de carne que SIEMPRE pugna por
conducir al Héroe hacia la bestialidad del sexo, el amor-eros y la Materia, haciéndole olvidar su DEBER; a
Klinggsor, el mago negro, de significación multiple, pudiendo asemejarse al Traidor Blanco como al Judío.
Cierto es que sabemos cómo se desarrolla la historia y concluye, con un Anfortas restaurado por la “pureza”
de Parzifal y a este instituido como nuevo rey del Graal que nuevamente oficia el Rito de la Sangre Pura,
inmaculada, pura, sin mezcla. Lo que aquí podemos observar claramente es además de una mitificación
exotérica del rito de la Vía de la Mano Derecha, una alegoría hermosa al Misterio de la Caída o mezcla, el
pecado racial.

Después tenemos al Tanhausser. Tanhausser fue también un trovador del Graal del Medievo, del que Wagner
saca elementos para componer susodicha obra maestra. Esta vez, la dicotomía entre la mujer de carne, el
instinto sexual, Eros, contra la Dama del Graal, sagrada, pura, casta, se hace más que evidente en lo esotérico
y trascendente de la Iniciación. Sin embargo, debemos hacer notar que se encuentran muchas inexactitudes
desde la mirada perfecta de la Sabiduría Hiperbórea: es de saber que, en la época cátara, como en la que vivió
y compuso Wagner, la sociedad europea ya había claudicado en espíritu, su mitología y raíces ancestrales,
erigiéndose la tan conocida, rica y enmarañada sociedad cristiana (no es aquí el momento de hacer una crítica
al Cristianismo), donde la todos los aspectos de la Virtud y la Gracia (Parakletos) se supeditaban a las figuras
del aquella fe o dogma. Resulta así que la “Dama” se veía equiparada a la “doncella católica y casta que
representaba toda la pureza y blancura de María”, y, por el contrario, todos los contenidos de connotación
perversa, depravada, erótica, concupiscente, etc., se endilgaban al ámbito “pagano”. Es Venus, la Estrella de
la Mañana y la Medianoche, la Luz Invicta, la Dama de los Hiperbóreos, Lucibel, quien “representaría”,
ERRÓNEAMENTE, a Eros en el mito. Esto es entendible ya que toda la labor historiográfica y antropológica de
la Sinarquía (Iglesia judeocristiana y católica incluidas) han pugnado siempre por obscurecer la verdadera
HERENCIA KRÍSTICA DE EUROPA, ESTO ES, EL PAGANISMO INDOARIO. Pareciera que la figura de la Venus aria
se ha equiparado risiblemente a la Afrodita helena, como “Diosa del amor, la sensualidad y la fertilidad”, cosa
totalmente contraria a la verdadera naturaleza de Fósforo, la Verde Estrella, Veneris, que como nosotros
sabemos, representa al poder VIRGINAL DE KRISTOS LÚCIFER, entre otras cosas. A esto también han
contribuido los diversos mercenarios “artísticos” que fueron pagados, material y subliminalmente, del
Renacimiento (revolución del Humanismo) para pintar a Venus como una maja desnuda y cárnica. Sea como
fuere, el Tanhausser representa toda la idea de la Prueba de la Dama cátara. No entramos siquiera a tocar el
Lohengrin, puesto que el Símbolo del Cisne corroe toda la obra, símbolo que a los hiperbóreos no causa
rechazo por saber su significado; mas, aun así, se recomienda consultar aquella obra.

En estos últimos tiempos, ha sido Miguel Serrano, el gran autor y kamarada chileno, quién a “vivificado”,
representado y trasuntado la Vía del Amor caballeresco como ninguno anteriormente hiciera (tal vez Orfeo o
Parménides), el Mito Cátaro (pero no limitándose solamente a ello como todo verdadero iniciado), donde nos
cuenta en uno de sus siempre hermosos libros la famosa y sublime prueba del Asag, el último y final desafío
de la Iniciación de Amor de los Trovadores, análogo al Maithuna de la Vía Seca. Leamos ahora una parte sacada
de su testamento iniciático de Amort, es decir, de “Nos, Libro de la Resurrección”, en cuyas páginas ya no
solamente se podrán observar cuestiones “académicas”, ni “metafísicas” ni “literarias”, sino indicios
trascendentales del Misterio de Amort, pero ESO PARA LOS QUE TENGAN “OJOS Y OIDOS PARA VER Y OIR”:

Pegar la parte de la prueba de Nos

Lamentablemente Miguel Serrano utiliza, por carecer de otros MÁS PERFECTOS Y ACERTADOS, los conceptos,
y, sobre todo, el sentido de los mismo, del ÁNIMA-ÁNIMUS de Jung, para designar psíquicamente, o más bien,
metafísicamente, a ÉL Y ELLA. Luego, cuando hayamos llenado ciertos requisitos de comprensión, nosotros
daremos cómo debe entenderse esta relación.

Sólo queda discurrir sobre la ulterior exacerbación e infausto final del arquetipo Dama. Como se nos asegura,
el arquetipo dama no pudo ser desactivado a tiempo y desde entonces ha sido capitalizado por la estrategia
enemiga de Shamballá, fagocitando totalmente la psique de los viryas y causando, como se nos dijo, la mayor
parte de las afecciones psíquicas y patológicas del sexo. ¿Cómo debe entenderse este desastre? Debe siempre
tenerse presente tres cosas sobre la constitución inicial del arquetipo Dama: que representa a Lillith, la Gran
Señora de los espíritus hiperbóreos, que se proyectaba sobre una verdadera Dama de carne, es decir una
doncella cortesana o una MUJER KALYBUR, y que apuntaba, fundamentalmente, A LIBRAR AL VIRYA DE LA
ILUSIÓN DEL SEXO Y DE EROS que “despiden” las mujeres de carne y es esto, precisamente lo que obnubila la
búsqueda ya ciega del Yo perdido. Al quedar libre a la evolución degenerativa del Kaliyuga, el arquetipo ha
tomado posesión de la totalidad de la estructura psíquica del hombre occidental en tanto se refiere a su visión
de las hembras, el virya YA NO ES CAPAZ DE DISTINGUIR ENTRE LA MUJER HIPERBÓREA (TRASCENDENTE,
ESPIRITUAL, NO ENCARNADA) Y MUJER DE CARNE, INCONCIENTEMENTE, EL VIRYA AUTOMÁTICAMENTE
PROYECTA EL ARQUETIPO A TODA MUJER, REPETIMOS, A TODA MUJER DE CARNE CUANDO ES PRESA DEL
INSTINTO SEXUAL O DE ALGÚN ENGAÑO ANÍMICO. Lo peor de todo que solamente ha quedado el
comportamiento, la forma, el corpus, y no así la gnosis: el virya verá y tratará a la mujer de carne como a una
Dama, pero PARA ADUEÑARSE DE ELLA Y COMPLETAR EL ACTO SEXUAL, INCLUSIVE PARA FORMAR UNA
FAMILIA, O LO QUE ES LO MISMO, COMPLETAR SU DESIGNIO NO INTEGRADO Y ACTUALIZAR EL ARQUETIPO
FAMILIAR. Ya se ha visto el efecto nefasto de esto, el virya, o el pasú en su defecto, al desear acto sexual no
podrán, simplemente ya, como se hiciere hasta bien entrada la Edad Media, “agarrar de los cabellos” y
arrastrar a la hembra al lecho nupcial, no, ahora deberá “enamorarla como a una Dama”, cortejarla,
inmiscuirse sentimentalmente; esto último si ya estaba presente con la relación anímica propia del virya
perdido, o amor, crecerá a un ámbito más aciago, el ROMANTICISMO, LO CURSI, EL DRAMA ROMÁNTICO típico
de una novela francesa, que se emulará en cualquier escenario amoroso, por más banal y menesterosa que
sea. Esto será tan así que se convertirá en elemento a priori de toda relación entre hombre y mujer en
occidente, es más, EN TODO ÁMBITO QUE RESPECTA AL ELEMENTO FEMENINO, desde el arte, la literatura, la
“new filosofía”, la política, etc., TODAS SERÁN AHORA DAMAS, siendo siempre blanco de un amor romántico
que las espera para la redención y para la eterna satisfacción y felicidad del caballero azul, sea mujer de
alcurnia o meretriz de puerto: “Y VIVIERON FELICES PARA SIEMPRE”. Va, junto al matrimonio religioso, este
amor de cuento de hadas es uno de los bufos más funestos en la psique del virya moderno. Nuevamente
leamos sabias y graciosas palabras del gran pesimista:

“Es el aliento vital de la especie

El anhelo amoroso, el himeros, que los poetas

de todos los tiempos siempre se afanaron por

expresar de los modos más diversos, sin por ello

agotar su temática o incluso hacerle justicia; ese

anhelo, que asocia la posesión de una mujer a la

representación de una dicha infinita, y vincula

el no llegar a alcanzarla con la idea de un dolor

indescriptible; ese anhelo y sufrimiento amoro-

sos, en suma, mal pueden proceder de las nece-

sidades de un efímero individuo; son el clamor

que emite el espíritu de la especie, el cual ve en

ellos un medio insustituible de alcanzar sus ob-

jetivos o fracasar; y que por eso suspira tan pro-

fundamente. Sólo la especie tiene vida infinita,

y en consecuencia sólo ella es capaz de abrigar

deseos, satisfacciones y sufrimientos infinitos.

Pero como éstos se encuentran encerrados, en

este caso, dentro del angosto pecho de un mor-


tal, no es de extrañar que este último dé a veces

la impresión de que fuera a estallar y no en-

cuentre palabras para describir el presenti-

miento de infinito placer o de infinita pena que

lo embarga.”

Es tan grueso el hastió del filósofo que en su iracundia justificada de su análisis del tiempo moderno
tan afectado por la cursilería del arquetipo Dama, que su crítica sobrepasa inclusive el momento de
su fundación, es decir, el siglo XIII. Luego, sobre la mujer de carne, objeto de este infortunio y que
se ha puesto (le han puesto) una purpura de sanitad, sigue:

“Cuando la naturaleza dividió en dos al género hu-

mano, no trazó el corte precisamente por la mitad.

A. pesar de toda su polaridad, la diferencia entre el

polo positivo y el negativo no es sólo cualitativa,

sino también cuantitativa. Así concibieron a las fé-

minas nuestros ancestros y los pueblos orientales,

y comprendieron qué posición les corresponde

mucho mejor que nosotros, que en cambio estamos influenciados por la galantería francesa de

viejo cuño y nuestra insulsa veneración hacia las

mujeres, punto culminante de la estulticia cristia-

no-germánica cuyo único resultado ha sido hacer-

las tan arrogantes y desconsideradas que a veces le

recuerdan a uno los monos sagrados de Benarés, los cuales, conscientes de su santidad e
intangibili-

dad, se sienten con derecho a todo.”

Lo cierto es que el arquetipo Dama rige absolutamente el comportamiento sexual de Occidente,


para gran satisfacción de la Sinarquía judía, puesto que además de engordar a un arquetipo servil,
ha tenido efectos increíbles sobre la psique y la conducta del virya: la estrogenización paulatina del
hombre y la matriarcalización de la Sociedad, o lo que es lo mismo, el materialismo judío. En el
primer caso, el hombre, al idealizar “arquetípicamente” a la hembra, la despoja de su animalidad
intrínseca y adosándole una calidad cuasi espiritual, sacra (ya no sólo “evidenciando” el designio
femenino o el arquetipo Mujer, sino proyectando erróneamente el arquetipo Dama, que digámoslo
es sólo eso, un arquetipo, si bien artificial, no es más que la REPRESENTACIÓN de Lillith, la Mujer
Hiperbórea); resultará así que, en los casos más extremos, la figura de la hembra se habrá
sacralizado tanto que el sexo perderá toda connotación particular, incluso su función sexual y
contenido de placer, sobrevendrá entonces la INSATISFACCIÓN SEXUAL; esto habrá de
profundizarse, llegando inclusive a un “aprendizaje” socio-cultural del arquetipo desde la infancia,
que se verá sustentado en la adoración arquetípico-sentimental hacia la madre o hermanas,
sobrevendrá entonces la HOMOSEXUALIDAD, donde el varón es ya simplemente incapaz de ver a la
hembra como tal, mujer de carne del sexo opuesto que permite el cumplimiento la función
especializada de la reproducción sexual. Claramente, esta no es la única variable para tal patología,
pero sí una principal en cuanto a la psique profunda se refiere. Por el otro extremo también el
camino nos llevará a afecciones de la conducta socio-sexual o de la psique. El virya, cansado ya del
imperio funesto del arquetipo no encontrará más salida, consciente o inconscientemente, que
decantarse por prácticas DBSM, como actividad psicoinstructiva en orden de despojar de una vez a
la mujer de carne de su “sacralidad”, es decir desvincularla de la proyección, interna y externa, del
arquetipo. Claramente que tal situación degenerará inconteniblemente en algunos sujetos hasta
arribar a los rasgos más bestializados, donde, en el estado de patología psicótica, intentará
transpolar la trama de otros arquetipos a la esfera sexual para su “independización” de ellos, que
suponen varias vertientes inconscientes (en este sentido tomaremos a la esfera de sombra y a los
contenidos mnémicos del cuerpo sutil) que constituyen traumas; el resultado será entonces las
conductas parafílicas más abigarradas y monstruosas que la posibilidad humana pueda idear y
practicar. Nuevamente, lo anterior no supone la totalidad de la fundamentación analítica de la
Patología, asunto muy interesante por dilucidar y, para que su completitud psicológica sea evidente
y cierta, deberá contar con un estudio alimentado con los teoremas de la Sabiduría Hiperbórea.
Estos son algunos aspectos que evidencian cómo el arquetipo Dama, como confirma Nimrod, se
erige como la causa fundamental en la afección psicopatológica del virya, de su inestabilidad en el
ámbito sexual, el principal en la esfera socio-cultural decimos nosotros. De ahí que el Judío no haya
perdido esta oportunidad de oro y, CONJUGÁNDOLA CON LA INGENIERÍA SOCIAL CRISTIANA Y LA
PRECIPICTACIÓN DEL “DRAGÓN DE SODOMA”, HAYA DOMINADO HOY EN DÍA TODAS LAS
VARIANTES PSICOLÓGICAS Y SEXUALES, TANTO INTERNAS COMO EXTERNAS (pornografía, trata de
personas, proxenetismo institucional, la sexualización mediática y la pedofilia, etc.), enfermando
atal grado la psique del virya que este ha sido reducido al estado más animal como no se viera en
milenios (Atlántida, Sodoma y Gomorra, etc.), reproduciendo la cadena del Eterno Retorno de la
degeneración, controlando finalmente el punto débil del virya: la hembra y la virilidad.

Para terminar, debemos resolver aquella variante que quedó pendiente, cuando dijimos que
“…IMAGEN DE LA MUJER HIPERBÓREA, O SEA, DIRECTAMENTE, ELLA MISMA, UNA MUJER HIPERBÓREA DE
MAGNITUD, QUIÉN REVELE AL ESPÍRITU MEDIANTE LA “MIRADA”. Como el lector agudo se habrá dado cuenta,
con mucha irritación cierto es, que, hasta el momento, en lo que concierne a la sexualidad en tanto que
ESPIRITUAL, nos hemos estado refiriendo exclusivamente DESDE Y PARA EL ELEMENTO MASCULINO. Posando
nuestra mirada desde la perspectiva aquende el sexo masculino, dando al otro la connotación peyorativa de
Hembra, mujer de carne, animal que no merece consideración espiritual, etc., etc., Esto Se ha hecho así por
un motivo poderoso: PORQUE LA SITUACIÓN ESTRATÉGICA DEL VIRYA NO ES LA MISMA QUE LA SITUACIÓN
DE LA VIRYA FEMENINA. A la pregunta ¿quién es un virya?, la respuesta no puede ser más simple, puesto que
conocemos suficientemente su complexión y naturaleza: es el pasú con linaje hiperbóreo y con un Yo perdido
engastado en su esfera de conciencia. Con la mujer virya no pasa del mismo modo, es más complicada la
cuestión, ya veremos por qué. En todo caso, nos preguntaremos qué es una virya, luego quién es una virya, y
luego, porque ello procederá, SU CLASIFICACIÓN. Por ejemplo, respecto al tema que acabamos de agotar, es
decir, el arquetipo Dama; dijimos que una mujer, hiperbórea o no (en este caso será simplemente una hembra
o mujer aria sin espíritu, esto será debidamente aclarado), que funja como Dama para la estrategia del
Sendereo de la Mano Derecha o Vía Húmeda, NO PUEDE SER UNA MUJER DE FÁCIL ACCESO, por motivos
suficientemente entendidos, por ello, NO PUEDE SER UNA MUJER KALY, este tipo de mujer que
INCONTENIBLEMENTE SE DIRECCIONA POR Y HACIA EL SEXO como “aptitud única de su naturaleza espiritual”.
¿Entonces, la mujer Kaly no es una virya propiamente dicha, no es una mujer hiperbórea? ¿Entonces, cuál es
su diferencia con la Dama, etc…? De esto y de la mujer Kaly nos ocuparemos luego. Como adelanto leamos
unas palabras sobre la tipología y naturaleza especial de una Dama hiperbórea, aquella en la que se puede
proyectar el arquetipo Dama, O QUE ELLA MISMA SEA EL ARQUETIPO. ¿Cómo es esto? Que esta mujer sea
una ELLA, UNA MUJER HIPERBÓREA, QUE CONTIENE A LILLITH DENTRO, Y QUE NO NECESITA, PUES, UNA
PROYECCIÓN DESDE AFUERA: ELLA YA CONTIENE EL SECRETO EN SU “MIRADA”, que además de esto, que
también se presenta en la mujer Kaly, ésta es UNA GUARDIANA DEL GRAAL, UNA INICIADA, UNA GUERRERA
Y SAERDOTIZA EL AMORT (y ya no solamente del amor cortesano de la Dama de carne). COMO BELISENA LA
GORGONA, ésta es pues, la Mujer Kalybur, hija de Lillith y de AMA, la contraparte del Guerrero Sabio u Hombre
de Piedra, leamos en silencio:

“Pero el Gral, al comunicar la próxima venida del Emperador Universal,

anunciaba también la Guerra, el inevitable conflicto que su Presencia plantearía a

las Potencias de la Materia, quizá la Batalla Final si los tiempos estaban maduros

para ello. El “momento histórico” de la aparición del Gral exigía, pues, una

especial predisposición del pueblo para afrontar la crisis que fatalmente

sucedería: era tiempo del despertamiento espiritual y del renunciamiento material,

de discriminar claramente entre el Todo del Espíritu y la Nada de la Materia.

Ahora entenderá Ud., Dr. Siegnagel, por qué los Cátaros se organizaron como

Iglesia y se dedicaron a predicar públicamente la Sabiduría Hiperbórea: estaban

preparando al pueblo para el momento histórico, estaban fortaleciendo su

Voluntad y procurando que adquiriese el “Estado de Gracia” que los tiempos

exigían. Si advenía el Emperador Universal, Kristos Lúcifer estaría más cerca que

nunca del Espíritu cautivo en el Hombre, favoreciendo su liberación: por eso los
Cátaros anunciaban la inminente llegada de Lucibel, y alentaban al pueblo a

olvidar el Mundo de la Materia y clavar los ojos interiores sólo en El. Si advenía el

Emperador Universal, se requerirían hombres profundamente espirituales, que

poseyesen la Sabiduría Hiperbórea y se trasmutasen por el Recuerdo del Origen,

por la revelación de la Verdad Desnuda de Sí Mismo, es decir, se necesitarían

Hombres de Piedra: por eso los Cátaros formaron y lanzaron miles de trovadores

iniciados en el Culto del Fuego Frío de la Casa de Tharsis; ellos tenían la misión

de recorrer el país y encender en los Nobles de la Sangre, Nobles o plebeyos,

ricos o pobres, la Flama del Fuego Frío, el A-mort de la Diosa Pyrena, a quien

nombraban simplemente como “la Dama”, o “la Sabiduría”; y los Nobles de la

Sangre, si comprendían el Trovar Clus, se convertían en Caballeros desposados

con su Espada, una Vruna de Navután, que en ocasiones consagraban a una

Dama de carne y hueso, a una Mujer Kâlibur que era capaz de inmortalizarlos

Más Allá de la Negrura Infinita de Su Señal de Muerte.

Pensativo, mirando aún hacia la Cruz del Sur, rememoré la Carta de

Belicena Villca, la parte donde el Rabino Benjamín refería a Bera el Misterio de la

debilidad del Pueblo Elegido: “Advirtió Jehová al Pueblo de Israel sobre cuatro

clases de males, frente a los cuales serían débiles : Cuidaos de la Espada,

porque Ella os puede matar; Cuidaos de los Perros, porque Ellos os pueden

despedazar; Cuidaos de las Aves del Cielo, porque Ellas os pueden devorar;

Cuidaos de las Fieras de la Tierra, porque Ellas os aniquilarán (Jer. 15)”. Allí, en

el suelo de la Chacra, yacían los cuerpos humanos sin vida de Bera y Birsa:

habían sido débiles, estratégicamente débiles. Y en su caso, los símbolos

advertidos por Jehová habían intervenido, los cuatro, a la vez:

Espada : la Espada Sabia de la Casa de Tharsis.

Perros : los perros daivas.

Aves : la Virgen de Agartha, y toda Dama Kâlibur, cuya Negrura Infinta

devore la luz de las Almas.


Fieras : los Berserkr y los Ulfhednar, es decir, los Hombres-Oso y los

Hombres-Lobo, de Piedra Frya.

Y de nada les valieron en esta ocasión, los “remedios” propuestos por

Bera: la Paz del Oro; la Ilusión de la Rabia; la Ilusión de la Tierra; y la Ilusión del

Cielo.”

Para finalizar diré una apreciación de lo más personal, y sólo corresponde a mi criterio y experiencia esotérica:
el Camino de la Dama, puede que sea el más cercano al Misterio de Amort, aquél Amor Helado, Frío, el Amor
sin amor, la No-Muerte; de entre las otras seis vías de liberación. Y, ¡hay!, ¿quién, por ventura, podrá
restaurarla, hacerla resucitar nuevamente en este mundo moderno y putrefacto donde reina la prostitución
y la sodomía? ¿Quién será capaz nuevamente de ENCONTRAR a la verdadera Dama hiperbórea en este mundo
apocalíptico y degradado, restituyéndole su DIGNIDAD Y REGENCIA ESPIRITUAL?

La Mujer Hiperbórea o Espiritual

Antes que nada, debemos recordar que la Sabiduría Hiperbórea, dentro de su “Metafísica” o gnosis
arquetípica, al referirse a la figura femenina, SIEMPRO LO HACE APUNTANDO AL ÁMBITO INCREADO, o, en su
defecto, no materializado. Esto significa, que la figura femenina hiperbórea, ante todo, ES LA MUJER NO
ENCARNADA, EL ESPÍRITU FEMENINO NO DEVENIDO EN LA ESCLAVITUD DE LA MATERIA Y DE LA EVOLUCIÓN
DEL PASÚ. En lo que atañe a la simbología y a la mitología hiperbórea (por llamar a esto de alguna forma), la
figura femenina esencial o espiritual se revela ante el virya desde dos vertientes: 1.- desde el recuerdo
nostálgico y primordial de su E-LLA perdida, figura esta que se traslucirá en diversos elementos, desde la
hembra humana como sabemos, hasta el reflejo psíquico de la “Dama” arquetípica, o en el mejor de los casos,
se hará patente mediante la existencia de la Mujer kalybur u otra virya semejante, 2.- lo femenino espiritual
se desprende también desde la figura trascendente e increada de la “DIOSA”, en un ámbito más general, desde
la figura Mítica de lo “femenino absoluto”, divino; es decir, desde la imagen mnémica, metafísica y mística de
Lillth, AMA, o cualquier otro aspecto feminizado de las potencias increadas de Agartha, y que han degenerado,
en el paso de los Yugas, en diversas mitificaciones panteónicas, cuando no, confundiéndose con aspectos
“femeninos” del Demiurgo:

Pegar el extracto de la pag 831

Este segundo elemento no nos incumbe en este momento, pero el primero, sí, y deberá ser desarrollado
livianamente a continuación. Lo que tratamos de resolver, y que se expuso claramente en el inicio, es
determinar cuál es ese elemento constitutivo DENTRO de los humanos (de los viryas en específico) que hace
a la verdadera esencia de sus naturalezas como “MASCULINO” y “FEMENINO”. Después, respondimos aquella
pregunta diciendo que lo verdaderamente “masculino” o “femenino” dentro del virya era el espíritu
hiperbóreo encadenado en el pasú, completando esta idea poniendo en claro que lo “espiritual” del virya es
el Yo Perdido, mirada gnóstica proyectada al infinito por efecto de la Reversión, que se encuentra atrapado
en la esfera psíquica del pasú, más específicamente, en la esfera de conciencia. Luego, hace poco, dijimos que
la situación estratégica de las viryas NO ES EL MISMO CON RELACIÓN A LOS VIRYAS MASCULINOS. Ahora toca
aclarar la situación.

Como bien se ha debido entender ya, el espíritu encadenado en la triste evolución arquetípica del pasú, hace
referencia NO AL COTENIDO MNÉMICO HIPERBÓREO, O MINNE, O SIMBOLO DEL ORIGEN PLASMADO EN LA
SANGRE (GENÉTICA Y SANGRE ASTRAL), YA QUE ESTO ES SIMPLEMENTE UNA “MEMORIA ALIENÍGENA
PASIVA”, HERENCIA MERAMENTE GENÉTICA; SINO QUE EL VERDAERO ESPÍRITU RESULTA DEL YO
ENCADENADO QUE, RESULTA ENCADENADO, valga la redundancia, POR EFECTO DE ESA HERENCIA
EXTRATERRESTRE HIPERBÓREA HEREDADA AL PASÚ. De ahí que muchos confunden la herencia hiperbórea de
la sangre, la Minne, y a la estructura del virya mismo con el espíritu hiperbóreo, nada más equivocado. Por
eso dijimos que si bien la raza aria es la raza de la “Minne”, esto no quiere decir, necesariamente, que CADA
UNO, O TODOS, sean viryas con un espíritu encadenado adentro. Es cierto, por otro lado, que la memoria de
la sangre, o Símbolo del Origen, es una herencia divina y poderosísima para el pasú, que se ha vuelto virya, es
decir posible contenedor o cápsula de un espíritu encadenado, produciendo así, COLECTIVAMENTE, una
mutación, además de orgánica y metafísica, de tintes socio-culturales. Nuevamente no es el momento de
ahondar en todo esto, sólo dejar en claro que ES EL YO ENCADENADO, EL MIEMBRO DE ESA RAZA DEL ORIGEN,
LA MIRADA GNÓSTICA PROYECTADA Y POSTERIORMENTE REFLEJADA CON EL SÍMBOLO DEL ORIGEN, Y
CONFUNDIDA AHORA CON EL SUJETO CONCIENTE, LO VERDADERAMENTE ESPIRITUAL EN EL VIRYA, Y NO ASÍ
LA HERECNIA GENÉTICA, SEA DE LA MINNE O LA RAZA MISMA. Queda claro que esto no hace a una apología
de un “multiculturalismo” espiritual, a modo de “el ejército multirracial de Hitler”, muy por el contrario, debe
quedar aclarado que, si NO TODO VIRYA TIENE ESPÍRITU, O YO, TODO ESPÍRITU O YO, PARA ENCARNAR,
NECESITA PREVIAMANTE, COMO CONDICIÓN SINE QUANOM, LA PARTICIPACIÓN DE UN VIRYA, O VEHÍCULO
CON EL SÍMBOLO DEL ORIGEN, O MINNE. Y la Minne como sabemos, “no es cosa de africanos”.

Continuemos. A pesar de la aleccionante exposición previa, surgirá inmediatamente la siguiente y justísima


pregunta: ¿y esto qué tiene que ver con la diferencia entre espíritus masculinos y femeninos? La tan ansiada,
pues, respuesta, la encontraremos en la página 833 de los Fundamentos:

Pegar la cuata definición.

Ahora bien, tres cosas son las que debemos rescatar: 1.- EL ENCADENAMIENTO ESPIRITUAL FUE,
ABRUMADORAMENTE MÁS MASIVO POR PARTE DE ESPÍRITUS MASCULINOS QUE FEMENINOS, 2.- Que
aquellos espíritus femeninos, “Mujeres Hiperbóreas”, que no “cayeron”, se encuentran “intactas y siempre
exuberantes” en el Walhalla, son pues las Valquirias, y, 3.- Se da a sobreentender que la Mujeres Kaly son,
pues, mujeres de carne, viryas, con un espíritu hiperbóreo femenino encarnado en ellas, PERO NO ES LA
TIPOLOGÍA COMPLETA. Encontramos ya lo que buscábamos. Si, como dijimos, no es necesariamente dable
que todo virya o ario sea espiritual, en tanto que presente un Yo Perdido, consideremos ahora esta segunda
situación respecto a las mujeres, el resultado queda a la vista: LA EXISTENCIA DE MUJERES HIPERBÓREAS
ENCARNADAS, ES SIMPLEMENTE, MÍNIMA: no todo macho humano es un virya, además no todo virya tiene
un Yo, y ahora, el número de viryas femeninas con un Yo encarnado, atrapado, es mucho menor. ¿Qué es,
entonces, una mujer hiperbórea? Respuesta: UNA MUJER CON UN YO; ES DECIR; ESPIRITUAL. De esto
podemos colegir diversas consecuencias y análisis, de todo orden, veamos algunas, en especial, avocándonos
a la mujer de carne simple, pasú o hembra y virya femenina o aria sin un Yo.
Algunos aspectos socio-culturales de La Mujer de Carne o Hembra

La anterior situación ya enumerada, explica muchas realidades indiscutibles en la historia del Ser Humano,
que nunca tuvieron explicación satisfactoria, ya sea desde la Filosofía hasta las ciencias modernas, como en la
biología, antropología, fisiología y psicología. Aspecto socio-culturales que signaron la eventual evolución de
la especie, específicamente, EN LA RELACIÓN PANORÁMICA DE LOS SEXOS A TRAVÉS DE LA HISTÓRIA. Más
claramente, me refiero a la tan mentada creencia, de la “superioridad, multifacética o total, del hombre sobre
la mujer”. Sea dicho que tal consideración no es pues, una “creencia”, sino una flagrante y evidente realidad;
claro, nítida para toda aquella persona sensata y sincera que, desde una posición, sea académica, metafísica,
como espiritual, ha sabido buscar la verdad de las cosas desde el estudio y reflexión intelectual y espiritual.
Como argumentaremos, quedará claro que, si no todos los hombres son iguales, es decir, son más divinos,
espirituales, etc., inclusive entre aquellos pertenecientes a la misma raza, lo son aún menos con relación al
sexo opuesto, por lo menos a nivel colectivo o cuantitativamente.

Todo esto no necesita mayor demostración, cosa que no debería ser necesaria aquí, más que con revisar,
como se dijo, la Historia Universal. “La historia de la humanidad es la historia de los grandes hombres”,
este famoso dicho expresa exactamente lo que queremos demostrar, históricamente, la civilización
del hombre, para bien o para mal, siempre estuvo en manos de los hombres. Históricamente, se ha
considerado a la mujer como un ser humano de segunda categoría, como a los representantes de
otras razas sean machos o hembras, y en algunos casos, como carentes de alma o espíritu. Ahora
podemos ver que tales proposiciones de corte histórico-cultural, están correctamente fundados y
que no representan juicios barbáricos ni misóginos de bestia bruta, puesto acabamos de desvelar la
situación metafísica de la colectividad femenina. Además de carecer cuantitativamente de espíritu,
la mujer tampoco tendería a un desarrollo y cultivación eminentes de la potencialidad cultural o
civilizatoria aun si fuese al contrario, YA QUE EL ESPÍRITU FEMENINO SE CARACTERIZA POR MUY
DIFERENTES ASPECTOS QUE LOS QUE HACEN AL ESPÍRITU MASCULINO GUERRERO SABIO, FILÓSOFO
Y ARTISITA, creador y genio. Esto lo explicaremos después.

Históricamente, la mujer nunca ha destacado, formal o substancialmente, en aquellas categorías


que podríamos tildar de producciones del alma (mente, razón y arte) o del espíritu. Tampoco ha
devenido en representante de aquellas actividades del bien pensar y del bien sentir, peor aún en
las actividades sociales. La mujer no tiene la menor capacidad para la política o el estado, a
no ser que sea la democracia moderna como laburo burocrático de la corrupción y la
podredumbre estatal, no tiene poder para la Gran Política. Para las Ciencias, apenas
destaca como instrumento del materialismo técnico, pero nunca como Innovadora o
creadora. De igual guisa sucede en las artes. A lo sumo podrá ser crítica o apreciadora
de tales virtudes, nunca creadora auténtica. Nómbrese a las mejores representantes de
todas estas ramas del alma humana, desde las ciencias a las artes y a las actividades
sociales y apenas podrán ser comparadas con el más mediocre activista de los hombres.
A la mujer en realidad, por su falta de ideología, de conceptualización, etc, no es capaz
de manejar ni fundar sus actos y pensamientos en un continente ético o intelectual, si es
moral es porque así de lo dicta su corazón sentimental, no porque PIENSE en un
concepto de la moral ideal. Si es marxista no es porque crea en la idea del marxismo
teórico, sino porque se siente bien y a gusto, purgando sus traumas y miserias
psicológicas, en tal continente ideológico, o bien, porque así encuentra un rincón más
propicio para el sentido de su vida. Si entra a tratar una corriente ideológica o filosófica
de terminadas, se quedará solo en lo evidente, en los anatemas, sin relacionar, sin
impregnación inteligente, ve formas no contenidos, discurso, no motivación, efectos
externos, no esencia. Pero donde más se evidencia esta diferencia o menoscabo es en la
filosofía. Como sucede así también con los negros, no existió una sola mujer
verdaderamente filósofa en la historia, ni que hiciese música filosófica, es decir, mal
llamada clásica, ni que fuere alquimista o sabia.

Desde que hay recuerdo de civilización, la mujer y la filosofía nunca han sido amigos, es más, casi
siempre la mujer ha sido la más fiera enemiga del quehacer filosófico y mental. Leamos algunas
frases de Franco Volpi en su Introducción del “Arte de tratar con Mujeres”, antología de los
escritos de Schopenhauer sobre el amor y la figura femenina, más precisamente, sobre esta reñida
relación:

“1. Filósofos y mujeres: estampas de una alianza rota

Desde la antigüedad, filósofos y mujeres no se han avenido bien. Al repasar la historia de este
conflicto en la historia de la filosofía, podría tenerse la impresión de que la filosofía siempre ha
sido eminentemente cosa de hombres. Una mirada más atenta, sin embargo, permite pronto
constatar que la época antigua no careció en manera alguna de filósofas. Ya en el siglo i a.C. el
filósofo estoico Apolonio halló suficiente material como para escribir una historia del pensamiento
femenino, y Filócoro dedica todo un libro a las filósofas pitagóricas, que fueron, en efecto, legión.
Pero especial gratitud debemos a Gilles Ménage, escritor, erudito y asiduo asistente de la tertulia
literaria de Rambouillet, amén de personaje admirado por Madame La Fayette y Madame de
Sévigné; la posteridad, empero, lo conoce sobre todo por la caricatura que de él esbozara Molière
con la figura de Vadius en su comedia Las mujeres sabias. Ménage, paciente escrutador de los
siglos, escribió en 1690 una Historia mulierum philosopharum, que todavía hoy se puede leer con;
provecho.

Por supuesto, cabe la pregunta: ¿Cómo es que no ha sobrevivido un solo pensamiento de todas las
encantadoras filósofas citadas en la mencionada obra? ¿Por qué la Furia destructora no ha
perdonado ni un solo fragmento? ¿Es sólo una casualidad, o deberíamos pensar, junto con Hegel,
que la Historia del Mundo ha fungido una vez más como tribunal de éste? En otras palabras: ¿No
será que tales ideas no merecían realmente ser conservadas? Comoquiera que haya que zanjar la
cuestión, la historia de la filosofía occidental, con independencia de las posiciones, sistemas y
escuelas que haya podido adoptar, ha contribuido no poco a este olvido. En cuanto a mantener a
raya a las mujeres, sea por principio o de hecho, escatimándoles un papel activo en la filosofía, ha
hecho gala de una impresionante uniformidad. Si no fuera porque la comparación es algo cómica y
nada original, cabría aventurar la tesis siguiente: así como Heidegger ha afirmado que la filosofía
occidental adolece de «un olvido del Ser», así también se puede decir que está aquejada por algo
mucho más insólito, a saber, «un olvido de la mujer». Desde Tales, blanco de las burlas de una
joven tracia, pasando por Wittgenstein, involucrado en los enredos de Marguerite, los filósofos
han contribuido de manera sistemática, tanto de palabra como de obra, al mencionado
ostracismo. Una prueba -no por indirecta menos palpable- de la fractura de esta relación es, por
ejemplo, que ninguno de los filósofos más remotos, los denominados presocráticos, contrajo
matrimonio. El primero en dar ese paso habría sido Sócrates, que desposó a Jantipa... y ya
sabemos cuáles fueron los resultados.

Incluso Platón, que tomó a Sócrates como modelo en casi todas las cuestiones filosóficas, se cuidó
mucho de seguir sus pasos a este respecto. Es cierto que en la República reclama para las mujeres
igualdad de derechos y les franquea el acceso a los estudios de filosofía; pero en esta obra
bosqueja sólo una utopía. En cambio, cuando expone en el Timeo su doctrina de la transmigración,
da por sentado que las almas fueron originariamente masculinas. Y aquellas que luego vivieran
deshonestamente estaban forzadas a encarnarse en un cuerpo femenino, e incluso, si reincidían
en su mal comportamiento, en el cuerpo de un animal irracional. Otro discípulo de Sócrates, el
cínico Antístenes, afirmó que el amor es un pecado de la naturaleza, y que si Afrodita se hubiera
puesto al alcance de su arco, no habría dudado en atravesarla con una flecha (según Clemente de
Alejandría, Stromata II, 20, 107, 2). Y su alumno Diógenes de Sinope recomendaba salir del paso
practicando la masturbación (Diógenes Laercio, Vidas de los filósofos ilustres, VI, 2). Para
encontrar a un gran filósofo capaz de tener un matrimonio normal hay que esperar a Aristóteles,
quien efectivamente supo armonizar vida contemplativa y vida conyugal. Desposó a Pitia y tuvo
una hija con ella. Y no sólo eso: tras enviudar, acogió en su casa a una segunda mujer, Herpilis, que
le dio un segundo hijo, Nicómaco. Dada la ternura con que evoca a las dos en su testamento, cabe
suponer que se trató de relaciones felices: el Estagirita dispuso que los restos mortales de su
esposa fueran enterrados junto a los suyos, y legó a Herpilis parte de su herencia. Y, sin embargo,
para corroborar cuán arraigada estaba la idea de la incompatibilidad entre el ejercicio de la
filosofía y la relación con las mujeres, basta con observar la calumnia que los siglos venideros le
achacaron al intachable «Maestro de los que saben» (como lo denominara Dante), en la que el
filósofo sale bastante mal parado en sus relaciones con el otro género. Se trata del tema de
Aristóteles y Filis, el sabio y la hermosa cortesana, llegado a nosotros desde Oriente (Pañcatantra)
por mediación árabe, y que se vio reflejado en abundantes narraciones y representaciones
artísticas medievales, entre las que se cuenta una célebre xilografía de Hans Baldung (apodado
Grien). Filis conoce al joven Alejandro -cuya educación había sido confiada por su padre, Filipo, rey
de Macedonia, a Aristóteles- y con sus encantos lo distrae de sus estudios. Aristóteles se queja
ante el rey, que en consecuencia le prohíbe al apasionado joven sus encuentros con la dama. Esta
última se desquita del filósofo prometiéndole sus favores a cambio de que acepte caminar a gatas
paseándola sobre su espalda. Seducido por la curvilínea beldad, Aristóteles da su consentimiento,
ignorante de que ésta ha advertido al rey del insólito espectáculo. El gran pensador se ve luego
convertido en el hazmerreír de la corte macedónica. Avergonzado, se retira a una isla y escribe un
tratado sobre las artimañas femeninas.

Los siglos que siguieron no mostraron un mejoramiento sensible de las relaciones entre
filósofos y mujeres. Ni siquiera la época moderna supuso un cambio al respecto. El
propio Kant, adalid del iluminismo, quien elevó a principio la audacia de valerse del
entendimiento propio para enfrentar cualquier prejuicio o autoridad, parecía quedarse a
oscuras cuando de mujeres se trata. Es cierto que el gran filósofo emancipa a la mujer de
su primitiva y brutal sumisión al hombre y le reconoce el derecho a la «galantería», es
decir, a la «libertad de tener públicamente otros hombres como amantes». Pero, por otro
lado, le niega la facultad de votar y se hace eco de toda una serie de prejuicios,
observaciones irónicas e impertinencias sobre el género femenino, a los que presenta
además como resultados científicos de una «antropología de cuño pragmático». ¿Un
botón de muestra? «Mujeres son flaquezas.» O: «Un hombre es fácil de entender, pero la
mujer no revela su íntimo secreto, aunque (por su locuacidad) sea mala guardiana de los
ajenos».
Y prosigue: «La mujer adquiere su libertad con el matrimonio; en cambio, el hombre la
pierde».
«Éste anhela la paz del hogar, y se somete de buena gana al imperio de la mujer con tal
de que no lo distraigan de sus ocupaciones. Aquélla, en cambio, no se arredra ante la
guerra doméstica, que libra con su lengua, ya que la naturaleza le otorgó la afición a
hablar y una elocuencia afectuosa capaz de desarmar al marido.» Y sobre la cultura
femenina: «Las mujeres ilustradas se valen de sus libros como de su reloj, el cual poseen
para que se vea que tienen uno; pero éste, por lo general, está parado o no ha sido
alineado con el sol». Todo ello hace suponer que no sería extraño que Kant -un Kant a
primera vista intachable- hubiera servido de modelo, en lo que se refiere al juicio sobre
las mujeres, para las mordacidades de un Schopenhauer o de un Nietzsche.
Sea como fuere, lo cierto es que, en líneas generales, los grandes filósofos parecen tener
problemas para relacionarse con las mujeres y el amor. Y cuando por fin lo intentan,
aparecen las desgracias, y el único resultado son las catástrofes y el caos: así sucedió en
la relación de Abelardo con Eloísa, de Nietzsche con Lou, de Weber con Marianne, la
joven pianista Mina y Else, de Scheler con sus numerosas amantes, de Heidegger con
Hannah o de Wittgenstein con Marguerite. Ello para no proseguir la embarazosa
enumeración de casos adicionales, a la que sólo cabría oponer contadas excepciones: el
amor de Schelling hacia Caroline, el de Comte hacia Clotilde, hasta cierto punto la vida
conyugal de Simmel y Gertrud (autora de importantes obras escritas bajo seudónimo) o
el avasallador encuentro entre Bataille y Laura.”

Además, sería conveniente leer el ya mencionado libro del doctor Weininger para
profundizar en una visión más analítica sobre el tema de la inferioridad innata de la
mujer. Yo por mi parte, he de disentir con la opinión de Volpi y sus devaneos por quedar
ínclito ante el público mixto, y he de posicionarme del lado de los grandes filósofos,
puesto que, como se colige hasta aquí, he dado ya una argumentación DESDE la SH
para explicar, y aun más, finiquitar este tema que tanto ha preocupado a los sabios e
investigadores. Porque, justamente, la mujer nunca ha podido llevarse bien con la
filosofía, en tanto que por verdadera filosofía se entienda la Gnosis, puesto que ella es la
antítesis de la liberación espiritual. Es decir, la mujer de carne, y todo lo que en ella se
conserva y actúa, es lo contrario a la espiritualidad femenina o masculina.
Resta decir que, si bien, la mujer no tiene capacidad para entender y desarrollar las
potencias del espíritu, por otro lado, las producciones del alma animal le son totalmente
de su naturaleza y agrado. Por ejemplo, la erótica o la danza. Pero como dijimos,
estructuras o doctrinas que proceden del espíritu, suponen para ellas, en última ratio,
solamente fenómenos colectivos en cuanto de anímico y psicosocial esté presente en estos
fenómenos. Entrando “secular” o profanamente en estos respectos, es decir, del Aurea
Catena, por ejemplo, si procede, apoya el NS no por convicción, social o espiritual, por
creer y saber lo que significa, sino porque intuye que detrás de todo el potencial marcial
y numinoso de todos aquellos superhombres vestidos de negro y calavera, se encuentra
un algo trascendental, no puede saber ni determinar qué es, pero le calienta la mente y el
corazón, porque “la vida se ve más bella en esta corriente económico-política”. No existe
mujer alguna, a no ser una virya DESPIERTA, como Savitri Devi por ejemplo, que
entienda, comprenda, trascienda a cabalidad lo que es el NS, que llegue a su médula, que
se sumerja en sus misterios sumos. Nunca encontrará más que misterios sorprendentes a
los que, en última, defenderá como dogma, mas no por convicción. Si sucediese que una
virya “comprenda” lo que se esconde detrás del NS exotérico, lo hará pero sin
posibilidad de lograrlo intelectual ni conscientemente. La calidad trans-colectiva y
creadora del NS, es decir, su esencia de lanza increada, no podrá ser lograda por
trascendencia a partir de la mente de la virya, como si sucede en la mayoría de las veces
en los viryas masculinos. Esto quedará explicado en otro escrito cuando se traten las
diferencias e implicaciones entre la estrategia individual y colectiva y la visión hiper-
histórica de la civilización hiperbórea como Imperium. La mujer que trascienda el NS y
sus misterios, mas que doctrinarios, indispensablemente no lo hará mediante la psique
sino por la sangre, es decir, mediante la Aristocracia, como también sucede con la SH de
Nimrod, sabiduría que está mayormente dirigida a la psique del virya masculino, y de
ahí, a su Yo dormido. Ese mensaje que debe llegar a su Yo, si lo hay, en la virya
femenina, no debería pasar, convenientemente, como contenidos mentales, sino como
vivencias trascendentales. Ya lo dijimos, explicaremos que el espíritu femenino, a pesar
de ser de la misma substancia increada que el espíritu masculino, en el mundo creado
difiere de características y esencia, donde el mensaje gnóstico no puede comenzar a ser
interiorizado de manera intelectual ni filosofal, menos racional.

Ahora bien, no pretendo que estas consideraciones schopenhauerianas sean sometidas a


un debate al estilo sinarca como viene gestándose a lo largo de la época moderna, es decir,
en las tinieblas del kaliyuga, donde los sentimientos y sinrazones priman sobre la lógica y
la verdad natural. Poco me importa que se me tome como “fascista” y cavernícola, aun
dentro de los “kamaradas”, dentro los cuales, con seguridad, abundan los progresistas,
eclécticos o simplemente bobos.
Continuando, tenemos entonces que, la única explicación sobre la inferioridad de la
mujer se encuentra, pues, en el entendido de que no tienen espíritu, es decir que
solamente , los hombres, en su mayoría, (que es minoría en verdad dentro de los negro,
etc) detentan dentro un espíritu alumbrando su conciencia. Asi no es que la hemra sea
estructural y cualitativamente diferente e inferior, porque como aclaramos solo diverge
del macho por especialización biológica, y la calidad anímica puede variar tanto en
hombres animales como en henbras animales según su propia evolución monadica; sino
que como ASEGURA LA SH, no hay una cantidad grande de espiritus femeninos que se
encuentren abitando microcosmos de hembras.

Deberemos ser justoas en esta cuestión, si bien hablamos de inexistencia de la mujer genial,
también en el hombre este fenómeno es mucho mas reducido de lo que se cree, pues un Einstein
o un Picasso no son genios en suma medida, peor espirituales, no se debe confundir grandeza de
espíritu con chichis.

Rechazar la superioridad del hombre es como rechazar la superioridad del hombre blanco. O de
cuanto el espíritu ario eleva desde lo metizo y tihuaniku

. Ningún sabio, que se precie de tal, antiguo o más nuevo, ha dado en verdad importancia
trascendental al bello sexo, y describían a este como bajeza, animalidad, flaqueza, etc., porque
vislumbraban efectiva y acertadamente la disparidad de ontologías, fruto causal del
encadenamiento, mas siempre hubo una QUE ROMPIO ELLO, Y FUE EL PRINCIPAL DOLOR DE
AQUELLOS HOMBRES LUZ Y SAPIENTISIMOS, QUE DESTROZO SU CEREBRO Y SU GENIO. Ella
CIERTAMENTE NO ERA UNA HEMBRA, SINO LA Mujer, la verdadera compañera, una en 100
millones, la mujer hiperborea. Quien le devela por sus ojos la pequeñes e inutilidad de su
razonamiento, y lo hunde en la oscuridad de la gnosis, o como se llame, locura misticae.

que trasciende y destruye mundos por palidescencia, una mujer que también ansie la
idea de ser una diosa.
La idea de una metafísica en la mujer es muestra de yo, pero no como religión , sino como puslsion
trascendental del ser, de su ser.

Las viryas mujeres son las que cayeron? O son las mujeres kaly? Son enviadas por
lealtad a oficiar de ayudantes? Como sería un maituna femenino, como se plasma con
lucife? El huevo de ella?¿que es una dama kalybur? Etc.

La figura de la Diosa, en la que no podremos detenernos mucho, debe ser vista en este sentido,
donde ella era tal cuando era la reina del inframundo, la reinda del Walhalla, la diosa que
acompaña al héroe en sua ventura, atenea, etc. Nunca la virgen maria o pachamama”. La diosa
indoaria: kaly y pavarti
Matrimonio como anclaje

Por eso no se puede romper la matrix, si primero no se rompe con el demonio del sexo y el amor

La diferenciación biológica sexual humana reproduce dramaticamente la dialéctica o


dualidad de la naturaleza como mezcla y crisol de las formas creadas. Si existe concepto
o idea de amor humano , de pareja, de opuestos, sublime , solo es posible como
dependiente del proceso del encdenamiento espiritual. Sobre el sexo.

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Jung ya reconoce que la mujer no debe ser inteligente, usar la razón, logos paterno:

“La mujer, como el hombre, está envuelta en las redes de su avieso demonio familiar, que la trasnporta, como
a la hija que sólo ella comprende a su padre (es decir, que siempre tiene razón), a la tierra de las ovejas, donde
deja que su pastor anímico, o sea el animus, la apaciente.”

Todos los sabios saben que una mujer que se las da por cultivarse, algo anda mal en su vida sexual, esto esta
correcto como nietzche y Jung, pero solo en el caso de la mujer pasu, la la virya, la ilustración nace de su
espíritu y no debiera pues, abocarse a lo racional ni intelectual , sino a la gnosis.

Relación karmica del amor vibracional, sexo

Preferencia siempre por el amor arquetípico romántico rosa, sobre el sexual meramente animal ahora
enfermedad pornográfica moderna, pues así se saca total redito al encadenamiento.}

Dar una inerpretacion hiperoborea de la reintegración anima anius, no como comtemido aquetpico, sino
como contenido del secreto de la sangre.

Maria magdalena y el papel iniciático de la mujer

4-Lo gay y hermafrodita y conspiración

3-el sexo animal de la mujer de carne y el sexo mágico y la castidad

2-la mujer hiperborea y la mujer de carne


4-aspectos psicologucos de la masculinidad como grandeza y genialidad espiritual y femenidad es.

1-el amor almico, potencialización del instinto sexual, potencialización de la evolución material del alma y
tapasignos, misterio de utilización del amort.

1-alma y sexualidad

2hermafroditismo y Sodoma

3 la caída, lo verdaderamente mas y fem en el pasu

4 el amor y el sexo como utilización

6 spectos psicológicos del

5la mujer hiperborea y la mujer de carne

4.5 la magia sexual y la iniciación sexual y l destrucción del amor

6 caracterologia psicquica del yo

Etc

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