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A 30 años de la visita histórica que marcó el

principio del fin de la dictadura militar


Autor: cels
Este mes de septiembre se cumplen 30 años de la visita que la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) realizó a la Argentina en plena
dictadura militar. Se celebran también 50 años de la creación de este organismo
internacional que en un contexto regional afortunadamente mejor, sigue siendo
esencial para la protección de los derechos humanos en nuestros países.
En aquellos años de desapariciones y ejecuciones sistemáticas, la CIDH fue un
apoyo trascendental para las víctimas, familiares y organismos de derechos
humanos argentinos en su reclamo por la vigencia de los derechos fundamentales.
En momentos de cerrazón política, acogió las denuncias y presionó sobre los
Estados para que cesaran las violaciones.
La visita a la Argentina en 1979 respaldó las denuncias que la CIDH recibió desde el
año 1975 —y que se agravaron a partir del golpe del 24 de marzo de 1976—, y
acreditó que el gobierno militar, en forma sistemática y planificada, ejecutaba un
plan en el que el secuestro, la tortura y la desaparición de personas fueron el
método privilegiado de represión.
Esta visita produjo una intensa discusión pública y la mayoría de los actores
políticos, institucionales y sociales debieron expedirse sobre la situación de los
derechos humanos. Constituyó además, un paso fundamental en la consolidación
del rechazo de la comunidad internacional a lo que sucedía en nuestro país.
Con la recuperación de las democracias en cada uno de los países de la región, las
resoluciones de la Comisión y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos
fueron decisivas en la lucha contra la impunidad, al rechazar las amnistías y otros
obstáculos para el juzgamiento de los máximos responsables de los crímenes.
Desde entonces, el sistema interamericano de protección de derechos humanos ha
ocupado un lugar central en la agenda política de las democracias de la región,
promoviendo y acompañando reformas institucionales para prevenir futuras
violaciones a los derechos fundamentales y fortalecer el Estado de Derecho en cada
uno de nuestros países.
Así como hace 30 años el sistema interamericano cumplió un rol fundamental en la
denuncia internacional de las violaciones sistemáticas de derechos fundamentales y
el debilitamiento de las dictaduras que gobernaban la región, hoy resulta una pieza
clave en la protección efectiva de los derechos humanos por parte de los estados y
en el fortalecimiento de las democracias.

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