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Eduardo De Gortari
Para Valentina,
este paseo por el silencio
Red de los poetas salvajes
LAS TEORÍAS DEL SILENCIO, Krishna Avendaño
Diseño: Yaxkin Melchy
Esta obra está bajo una licencia Atribución-No comercial-No Derivadas 2.5 México de
Creative Commons.
Vi mis manos y no encontré más cuentos
OBSERVACIÓN - en el olvido conocí mi devenir -
se ensombrecieron los parques más irreales
los poemas más lacerantes
Autobiografía amanecieron las musas más frías.
Me abracé al silencio,
1 concluí el primer verso.
Amanecí bajo la niebla, 2
mi fe fue un barco varado
como el infinito enclaustrado en la memoria. Escribamos un gran poema,
empecemos por trazar una obra de teatro
Mi piel fue una página constante,
cicatrices como poemas en las aceras, Yo: cambiaré de nombre como de luz, tantas veces como las sombras me
como novelas en páginas blancas. tomen. Entonces llámame fantasma y viviré en cada noche, para todos
los espejos, a través de todos los ocasos, hasta que otro se vista con mis
Hubo abismos en mis manos palabras y pretenda mi nombre en su juego.
cuando arañaban las nubes de metal,
hasta ser óxido en las alas de un ángel. Después tomaremos una metáfora,
buscaremos cuevas y gritos en la Tierra
Comencé a escribir sobre un alma en la pira, que con nuestros lamentos dialoguen.
esperé que en el ocaso sus cenizas me dieran mi nombre,
y gritó y fue infinito Yo: pues ya se me caen las sombras, se me agotan las dicotomías. A qué se
cuando se suicidaba mi sangre en los lagos, refiere mi vida si ésta ya agotó todos sus acordes.
allá donde las balsas encallaban en mi cansancio.
La vida es un tapiz de soledad,
Me quemé en un fuego índigo, un halo de madrugada,
esclavicé mis notas secretas guitarra llorando en el blues
y al alma de la hoguera la enmascaré con ingenuidad, y relojes retrocediendo.
tuvieron que derretirse los espejos para que mis puños aplastaran a las
musas Yo: cambiemos de tiempo
para que sólo me quedara un futuro con destino desgarrado. Un olvido sin definición: descendíamos al cielo desde los telescopios, a veces
También incendié lunas, extraviábamos los bordes de las nubes y tendíamos sobre el vapor las
en los edificios se escondió una valkiria, saetas de luz.
busqué en corredores sin lógica los péndulos
sobre los que vertí un veneno de ámbar. 3
Las letras a veces merecen una ventana 5
y una esfera blanca en la penumbra
para los que añoran un sol. Alguien me mostró el silencio,
soy el portavoz del vacío
Quisieran los poetas dibujar ciudades infinitas, y la nada me incitó a versar mi biografía:
o tener en la sangre un universo.
Algunos ofertan las entrañas a los ángeles, devine siempre en hojas grises y astros improbables,
pues sólo así habrá estómagos vacíos recordaba canciones como lagos púrpura,
para llenarlos de la rapsodia a ella la llamé luz y devoró tanto sonido
articulada en las hojas fugaces. que enmudecí, y mi voz se tornó en arena,
cristales tímidos sobre las rutas,
Ahora todos se quedan sin poesía, desviaciones indescifrables en cada muro
en los abismos duermen los días
y en ellos quedaron manuscritos que mi nombre sea silencio fue pleonasmo de una vida
para las tragedias, fue estruendo para ratos insomnes
mundos donde se ausentan los poemas, en los que fragüé ciudades que vi irreales
vidas a las que se les arrebató el silencio, que supe transgénicas
y ya sin vientos silbantes que me adivinaron compañero de alma en colonias enfermas
aguarda una letra tensa en la sombra.
ofrecí mis alas de ceniza en cada mañana diminuta
4 y seguí tu rastro en los bloques de hielo
se quedó fría mi voz
Desde mi irrealidad te puedo dictar novelas en el silencio la inocencia escapó como el polvo de los días
hundir las olas y sepultar las estrellas
quedarán sarcófagos en mis entrañas guardé silencio en frascos invisibles
licores traslúcidos en mi sangre con cada letra que huía de mi demencia
ocasos en mis pasos por el acantilado y en esos espacios sin voz el aire me llegaba a los hombros
azules en la monotonía de la grama
paréntesis, llaves y corchetes en las gargantas coloqué puntos finales para justificarme
una pausa a las campanas que doblan por un fuego oceánico cuando ella me regalaba sonatas oscuras
Y la aurora ya nada sabrá de mí años luz de los poemas escalando cada montaña de cada cordillera
dirá que le presté mi sombra para cantarle a la bruma besando la fragilidad de nuevos nombres
y en mi cuerpo transparente extrañaré los cuentos del invierno
los que no dicté los lagos se derrumbaron al bautizarme.
Estaba vivo en cada río, en toda orilla
donde esperaré que lluevan siluetas de nuevo Oraste junto a la memoria que habías inventado,
y esperaré con cada página gris veo ojos de aura azul cazándome
desde otro mundo te esperaré. y desconozco los sonidos que me envuelven,
cuando me asfixio con los paréntesis dudo tiene más creencia que un poema El mundo en que vivo no es ni real ni
si soy silencioso o le escribo poemas al silencio. de poetas ni sé si es mundo El mundo de los poetas lo defino como este
poema y los que siguen y los que nunca escribiré
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Mis ojos, túneles verdes cuya dimensión es tu tiempo II
Arriba todo es un ayer constante que se graba en la superficie de las
estrellas más frías. Aquí en la Tierra los acordes del verano son granizo,
Y ésta, la historia que encontró mi mirada: el horizonte en forma de madera
es todo el mundo que tengo,
Y el sol es todo un beso anticipado detallaría las batallas que perdió mi quietud,
atardecer que desafía a las leyes, las caminataas que da la noche
la sinfonía que las cenizas dejan en los pasos: todos y cada uno de los diluvios que convivieron con un eclipse
a veces un hielo azul es la piel de mis manos,
como todo lo que pasó es la inocencia del que espía a través de un Tengo mi mundo
telescopio breve. y es una pregunta que nunca te hice:
Sabíamos que pronto en el cielo no quedarían más que rocas por las ¿Romperías la frontera de nieve que tienen los truenos?
que andaríamos descalzos y sin temor a olvidarnos del futuro
Porque antes en los fuegos de nuestros hogares veíamos el ocaso de Ya he elaborado hasta el cansancio la teoría del ciclo de mi soledad y lo que
un faro interestelar, la derrota de los viajeros sin órbita veo es el silencio como peregrino de mis metáforas Ya los teoremas de los
Antes creía que el centro gravitatorio de la melancolía eran las dos recuerdos dicen que después de todo la mirada cansada de los poetas es la
habitaciones que habitábamos, voz de un niño tendido en el páramo que queda debajo del universo
una por cada hemisferio de la estrella: La tristeza así como la entiendo es esa felicidad eterna que ha censurado
antes no se diseñaba ni el miedo de la aurora los inviernos para que en ellos busque toda la lógica detrás del porqué del
¿Qué podría saberse del nombre de nuestra soledad? color de tus ojos
He trazado el plano por el que debe fluir el tiempo que en algún punto
El sol nos contiene
como carruaje a tus ojos en el pasado quizá en otros soles
Las galaxias en otras memorias amargas.
como carretera para los que se extrañan
El vacío Mi mundo es un árbol atormentado
como esa ruta que teníamos que seguir en el hoy. sobre el que dejo fragmentos de novelas que te son ajenas,
canciones que se escuchan tras la ventana que ya no es mundo
En ese hoy podrá estar tatuado mi suspiro, sino nieve
acaso también lo olvidado en casa, y tú entiendes el significado de la nieve.
como las sombras o la alegría de un par de ingenuos que ven la noche
como quien lee una novela apenas concebida. Quise elaborar las conjeturas más perfectas:
a) La química de tu mirada es mi silencio.
Esa estrella congelada b) En algún otro sol extinto llegas en forma de huracán.
es el poema que te voy escribir. c) Las noches de mi mundo son vapor de deseo.
d) Llegado el momento, lo trivial de mi soledad quedará como el
mito poético que alguien escarbará en el amanecer.
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e) Algún día dejaré de encontrar metáforas en las noches más así tú en la tundra y yo en el desierto
dementes y las tardes con menos cordura para decirte que te
extraño. De niño inventé la noche:
Las cambiantes arenas de un espejo me hablaron de la ciudad que
III sería mi anhelo inocente si de pronto le cerraba los ojos a todas
las estrellas y dejara ciegas a las galaxias.
Así puedes verme:
el niño con la frente empapada mirando a los jinetes traer la IV
noche
la tragedia de un vacío milenario Emigré en algún momento
la tranquilidad de un poema para el invierno quizá hacia el día
el niño que es granizo constelando la noche - lo ignoro
y sólo sé que conozco las peñas y el aire
Entonces como el niño de la profundidad que le reza al azul los prismas y el agua –
tendría toda la ternura de mis siglos en unas manos ardientes como rodando por las dunas que sostienen el cielo,
siempre ante el abismo frente al que dejé de ser extrañando,
por por qué negarlo,
las que la ausencia me encontrara en mi habitación
palabras la soledad es o tan esquivo
los mi l o a veces demente,
mares e bajo el techo de estrellas de plástico que se apagaron con mi inocencia.
las i
rutas c Y mis manos son cuadernos
los o pilares que soportan lo lejos que puede quedarse
días un parpadeo tuyo
Soy el niño en el abismo una explicación a mis desiertos
Mis dedos son sal,
Somos también los niños que van caminando por el infierno un mineral que no entiende de silencios o despedidas
porque la muerte dejó de ser amarga ni de este largo paréntesis en las conversaciones.
no es que seamos ceniza, sino un juego a distancia
tampoco nos escondemos de la sonrisa del silencio Si acabé alguna vez de relatar el gris,
porque si imaginas una cascada sin voz y sin estruendo creo que debo ser el cronista de la melancolía azul
ésa es la cuna que nos cuidó y el odio que siento por un páramo sin ciudades
los lagos los conocemos como semillas ardientes del sueño lejano como olvidada la tormenta que dibuja poemas en mi ventana
y todas esas voces que descansan varadas en la orilla - la de la otra estrella que habito -
los dos cansados de correr por la bruma
así lejanos como somos Pequeño,
así enclaustrados en nuestros hemisferios me gustaría ser humo
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y perderme en la polución de unos cuantos siglos
y llover de pronto sobre la que fue tu casa
y sembrar noches en tu jardín de asfalto
hasta que las flores se vuelvan universos alternos
o esclavos de mi tiempo
y que las estrellas sean los ojos azules de lo que pasó
para verte en la lluvia que preparé durante mis años grises,
enfocar con un telescopio el poema que me atreví a escribir cuando
recordaba el presente
Pequeño,
entiendo que podría ser un cosmos
y volver a ser pequeño como la noche que dibujaba cuando te extrañaba.
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HIPÓTESIS
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MÉTODO En realidad el misterio del infinito es un conjunto de parvadas
y un conjunto de granizo
y un conjunto inconcluso
e infinitas trasnseternidades
La soledad y mi silencio
No hay nada más solitario
que la conjetura de mi silencio.
Al bajar la mano nadie había respondido cómo resolver la ecuación de mi
silencio o descifrar lo que hay detrás de la función que habla de toda mi
Un solo ojo escrutó todo el universo
soledad.
y contuvo en su mirada los teoremas
las refutaciones
Aquí unos cuantos modelos:
las tristezas que apenas intuí.
La medida del infinito
Yo sólo sé que entre ese cardinal |A| que dedujo Cantor
Sometimes forever hay escrito un poema
means just longer than a day y mi silencio son los versos.
Oliver Philipps
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Si mi soledad fuera normal, La melancolía se dibuja en la estela que deja ese Sputnik que atraviesa la
entonces quedaría hallar la dispersión de mi pasado. tormenta de asteroides.
Me han dicho que a más menos tres desviaciones
mis poemas serían una oda a las tragedias. 4)
2)
3)
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LAS TEORÍAS DEL SILENCIO tanta mirada
para dos pantallas expectantes.
Contigo
supe que tenía una deuda de soles
Panorama actual de mis versos
hoy que toda la poesía está ideada
Pero a ti quiero mirarte hasta que tu rostro para ser un alfabeto cirílico.
se aleje de mi miedo como un pájaro del
borde filoso de la noche
Alejandra Pizarnik
Teoría del hoy y del abismo
Recientemente toda mi poesía
es una conversación eslava.
La aurora es un abismo,
A veces transito entre los versos más silenciosos mi mente es el color blanco
y toda la vida es como una estrella marchita, mi sombra duerme donde se esconde el invierno de mañana
los recuerdos se vuelven pájaros que viajan a Saturno, y la eternidad es un conjunto
cada luz del norte se pierde en los relojes de arena. conjunto de matices
cajones con vidas añejas
Todos los poemas son una prosa llena de vergüenza, todas las sombras son también algunos ocasos celosos
estanques donde encontré nombres en las rocas verdes, todas las auroras conjunto de nadas
escriben en mis venas el cuento de cada uno de los inviernos paréntesis abruptos
Todas mis palabras constantes solsticios no predichos
son la cumbre de las estrellas. la eternidad es una niebla que se derrite.
Mi voz es un torbellino acompañando el vendaval del amanecer Mi garganta es hoy una sonata anulada,
tan solo, tan agotado, tan tu nombre. acaso la fotografía que la demencia me arrebató
o el susurro de una sombra que aconseja
A la media noche relatar la historia de un letargo
sueño con quedarme sin vocales, abrir los brazos para que las leyes de la muerte me arropen:
podría acompañarte en la cualidad más absurda de la voz.
mírame, ya mis manos son un abismo
Apenas he descifrado un capítulo mis manos se llaman aurora,
de esta novela de ojos que se multiplican lo constante
como los otoños en mi país lo equivalente
o las jornadas anacrónicas de tu frío. lo efímero
Apenas sé por qué gasté tanta euforia son las palabras que en el sol adivina la quiromancia
tanta repetición de noches
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mírame, todos los senderos terminan en mis brazos que aquí me llegan las glaciaciones de los amores que se van
soy lo que la galaxia llama tiempo – Entiendo que soy un teorema sin develar
espacio acaso de las sombras
para los versos en tangencia con los meteoros. acaso del misterio de un valle desconocido
El alba, el cielo, las aves, el azul Y es que antes todo se iba en charlas
descansan en una copa que es todo un mar lejano de por qué no llueven las luces del norte sobre mi habitación
y vacío
mis suspiros también se llaman nada. de eso se trataba la vida,
no de llegar a casa y hacer la tarea en vez de escribir poesía
Un hoy se cae a pedazos entre mis dedos que dibujan los círculos de o de esperar a que dieran por la televisión un documental de las
todas las ciudades manecillas del reloj de mis días
la razón
un número irracional en mi cordura Ahora que nada comprendo
un límite que se detiene en el número cuatro puedo decir que cruzo la existencia como los satélites sortean los
la razón, olvidé la razón que descifra mi poesía planetas
toda mi mente es el hoy que le reza a los abismos. sin ver, sin preguntarse si al oeste del universo hay un quasar enamorado
de sus estelas.
La vida hoy
Teoría de los pasos
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tomando los escombros del horizonte también las fotografías que se suceden como las eras
seduciendo a la idea de perder la última noche; y los crisantemos
o que en dualidad ahoguemos a los pies del tiempo Pero yo qué sé de los libros y el futuro
y dejar atrás el desfile de los ruidos, si tengo sólo la sal derretida de los volcanes
los truenos para llevarnos a la infancia formando canicas que se hunden en la marea,
donde sin habernos conocido corríamos a la sombra porque en ellas va todo el cosmos
rezando por el sonido mudo. y son los ojos de los niños que se pierden en los atavismos de la canción
de un pájaro.
En realidad no hay nada que no sea como desvestir a la tormenta
e ir en la calma de nuestros pasos
a la eventual ansiedad de extrañarnos.
Teorías de la melancolía
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Diario para una semana ni salí a correr al iceberg que se topa con la costa de esta soledad
Pensé en fumar todo el enojo de mis padres, Entonces podrían venir nuestras horas a la intemperie
aguantar que los edificios se queden sin luz para dictar la canción de un minuto
y yo sin oportunidades para la poesía que quizá volverá a decir que somos solitarios
Mi profesor preguntó cuál era nuestra identidad o que la armonía del tiempo se nos escurre por los dedos
y alguien dijo que la alegría
otros se burlaron de una india y dijeron que la belleza y si éstos no fueran una ventisca en tu ciudad
algunos ni sabían y se volvieron filósofos tal vez toda tu piel acabaría como invierno
yo me escondí con el silencio de mis vidas pasadas - una síntesis de los colores más ciegos.
- la poesía,
y él también lo dijo porque yo me veía oculto en mis ciudades de invierno –
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como las luces de la ciudad en la noche
Ahí nos vemos, vueltas huracán en cada tormento
quizá en la muerte o en el descanso de la rueda del samsara, allá donde cada quien puede dibujar las fronteras
en cualquier lado porque talvez habíamos muerto por falta de novelas de la vida
o por olvidar las parvadas que en el vuelo escribían y los fantasmas
con nubes y aleteos los otoños
los nombres que alguna vez tuvimos y aquellos sentimientos.
Pero hoy sería difícil determinar si nos llamamos de algún modo
y si no todo en el hoy cabe en la teoría de esta muerte liminar He llevado en la espalda tanta brisa
que este hombre que soy
Puede ser que en el mañana viajemos a los salones de clase dejó de ser un pretexto para el abandono.
para entender que en algún lado estuvimos
para constatar que siempre nos hemos balanceado en el péndulo del Es, finalmente, como estar en la recepción de las horas
silencio con las nimiedades en un hotel extranjero
de tantas estrellas como una galaxia en el vacío.
En el futuro podríamos ser niños gemelos
a la deriva de las órbitas Quién sabe,
y cambiaríamos nuestras voces, mi cara pudo ser el eco de lo que olvidé
cantaríamos con un aire electrónico, en la oscuridad
nos moveríamos trazando elipses en torno al amor, en los juegos
conquistaríamos los témpanos y las glaciaciones de un niño enterrado en la arena dictando el epitafio de su primera vida:
Y ése podría ser el futuro si jugáramos con el karma me volví silencio tantas eternidades atrás.
así como nuestros compañeros de clase se pierden en el entramado de
todas esas veces en que montamos nuestras parvadas
Hoy tenemos tres años de distancia aún si es el mismo el tiempo donde Un destino
nos vemos,
ideamos las estrategias para conquistar la distancia
porque ya las escuelas cambiaron de idioma Podemos caminar por las rutas de mi literatura
y quizá sólo coincidimos en hablar del silencio porque somos como los niños solitarios abrazados por la sombra de un
Hoy la vida son los afluentes que desembocan en el vacío. libro.
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miedos,
tenemos que escribir nuestra historia distante con el sonido de las olas
y pensar que algún día el sol nos perdonará por hablar sólo durante el
ocaso
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CONCLUSIONES una expedición al valle del sol,
palabras incontables que aún necesito respirar
y los matices de lo que realmente soy.
A veces escribir es un trabajo: trazar oblicuamente el
camino de ciertas ideas que nos parece indispensable
poner en la mesa. Pero otras es conceder lo que
queda, aceptar el museo y contemplar el saldo en
espera de la muerte, pedirle perdón al mar por lo que
Sin palabras
se jodió. Poner en la mesa nuestras cajitas y saber
que lo que se acabó era también todo el universo.
Álvaro Enrigue Los poetas se quedan sin palabras
toman un paréntesis
Así será la poesía silenciosa beben el aire
lo acompañan de un verso
se bifurcan en los silencios
Y, como una orden irrefutable,
mi sombra, mis abismos, quienes ostentamos una gota de muerte
la ternura de mis canciones, el sabor de mis batallas, tenemos que explorar las honduras
todos esos espejos y sueños para momentos de locura, habitar en nuevas casas
me dijeron que mi poesía, peregrinar las habitaciones de cada planeta
como este futuro literario, ver los soles pasar
serán tuyos darnos cuenta de que los suspiros se esfuman en nuestras letras
como tuya es la soledad de una luna y las ansias de los espejismos, y no viajan a nuestros pulmones
como mío es el peso de la melancolía del corazón ni contemplan a los poetas
o la aventura del silencio más allá de un llano y un cielo. que ya callan
que ya escriben
Ésta, la referencia poética de cada ocaso en mi pasado, que ya se definen
es la sima de tu distancia porque se ahogó nuestro viento:
y también una manera para darle un nombre a esta demencia fue tornado de tramas
a la que llamo la urgencia de tener estrofas en tu vida fluyendo por mis versos que narraban
argumentos,
en algún lado, sin aliento
de la nada y de la noche, bautizamos las gotas
el insomnio del vacío que tengo en mis crónicas, pues los poetas se quedan sin palabras
dentro de la necesidad de amar una frontera
o sólo la lógica detrás de la desesperación que siento acerca de lo que (se quedan en las palabras)
puedes ser:
todas las mareas sin tiempo de múltiples océanos,
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Manifiesto de un poeta y su silencio Hoy hace frío, hace silencio
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me da miedo que un día me llegue de nuevo el verano: Consideraciones finales
los mares dormirían en mi literatura
y qué sería yo sino el retoño de un alga temerosa
Lo sé, lo enfrento: acaso no soy un hombre, sino toda una teoría de lo que
Porque sé que del amor de los páramos nada queda puede contener la mirada del que ve las estrellas congelarse, la modelación
pero también entiendo que mis amigos de silencio se durmieron en la idónea para recordar el futuro en la ceniza de las eras. Si entonces ésta es
nieve donde yo quise esconder la semilla de todas las refriegas de esta la gran teoría del silencio que soy, es claro que toda la poesía puede ser el
espera que aún cargo resumen de una madrugada en que me rescataron de los escombros de
Y te pregunto qué ha sido del amor salvaje y los besos amargos de la una ciudad transgénica hecha pedazos como el destino demente de las
soledad sucesivas tragedias inscritas en el cristal de la literatura. Es como esperar
porque hoy desperté con las ganas de dibujarle líneas al horizonte, que la tormenta susurre: Krishna, tus párpados ocultan la noche que
viajar de improviso al mito de la inspiración, debiste protagonizar el día en que se planificó el ocaso. Debiste ser las
poner sobre la mesa todo mi paso por la vida venas de una ciudad, el poeta de esas avenidas que nos han bautizado con
y esperar a que los abismos emerjan de las simas de la nada el nombre de tus escritores favoritos y la voz de tus amigos.
De ser así, la teoría dice que con silencio puedo llegar a levantar
Sé que ahí duerme el poema primigenio que habla de nosotros, un cielo de plata y en él trazar el mapa del mundo literario que mi
al filo del silencio y del frío, soledad puede ver: Avenida Vargas Llosa y esquina Carlos Fuentes para
en los vicios de los países más distintos. la configuración de mis huesos y mis células. Bulevar Bolaño si quiero
entender que no soy de donde debo ser, y que si soy diferente a veces lo
Aquí tengo el frío de todas nuestras vidas salvaje se adentra en mi cerebro. El puente Enrigue para ser un cóndor
(las que no existieron también): cuando se me acabe el romance y se agoten los poemas en la hipotermia
hace silencio y podemos ser las hojas de la libreta en las que escribí este de los días. Parque Brontë por la venganza que todas mis generaciones
poema. tomarán contra las páginas que han dejado en blanco las miserias de un
amor sombrío. Fraccionamiento Bayly porque me vale madre si toda mi
literatura es una franquicia del huracán de las grandes ideas. Y entonces
esos diminutos callejones, las aceras por donde sólo caminan los amigos y
los inviernos se podrían llamar como todo lo que yo escriba de aquí a que
el tiempo vuelva a tomarme en una estación calmada como un niño que
sólo ha visto los ojos azules de la tranquilidad.
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ÍNDICE
OBSERVACIÓN
Autobiografía 6
Mundo Poema 10
Estrellas 11
Nuestra casa, una estrella de hielo 11
CONCLUSIONES
Así será la poesía silenciosa 36
Sin palabras 37
Manifiesto de un poeta y su silencio 38
Hoy hace frío, hace silencio 39
Consideraciones finales 41
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Esta obra se terminó de imprimir
en el año 2009, en México.
Se utilizó tipografía
Garamond 16, 13, 11, 10
CIUDAD DE MÉXICO
http://reddelospoetassalvajes.blogspot.com