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Cuarta semana:
Primer esbozo de aparato respiratorio en forma de evaginación de la pared ventral del intestino
anterior.
1. Origen endodérmico:
El epitelio de la laringe.
La tráquea.
Los bronquios
Los alveolos pulmonares.
2. Origen mesodérmico:
Estructuras cartilaginosas.
Musculares.
Sistema vascular.
Sucesivas ramificaciones bronquiales prosiguen hasta el sexto mes del desarrollo embrionario.
Los pulmones se cubren de una hoja visceral (pleura visceral) que deriva de la hoja esplácnica
del mesodermo.
La parte interna de la caja torácica está tapizada por otra pleura parietal derivada de la hoja
somática mesodérmica.
En el séptimo mes de vida intrauterina aparecen los alvéolos, que completarán su desarrollo
después del nacimiento.
Células epiteliales alveolares tipo I: se adelgazan y se adaptan para el intercambio gaseoso.
En este estadio se forma la «unidad respiratoria» o «acino». Los componentes de dicha unidad
son: un bronquiolo terminal con 2 a 4 formaciones tubulares y un conjunto de 6 a 7 sáculos.
Los acinos se ven progresivamente invadidos por capilares. Las células epiteliales se van
diferenciando.
3) Durante los años siguientes al nacimiento se van produciendo cambios pulmonares hasta
aproximadamente los 7 años.
La diferenciación se da por el gen TBX4 esta se expresa a nivel del tubo digestivo y el aumento
localizado del ácido retinoico que lo activa gradualmente
Clasificación de Floyd
Tipo I: agenesia de tráquea proximal, con segmento distal de tráquea y bronquios principales
normales, acompañándose de fístula traqueoesofágica. Aparece en el 10-15 % de los casos.
Tipo II: agenesia traqueal completa. Bronquios y carina normales, pudiendo existir o no fístula
traqueoesofágica. Es el más frecuente (49-59 %).
Tipo III: los bronquios principales nacen independientemente del esófago (30 %).
Los cuadros de estenosis y atresia se deben posiblemente a una partición irregular del intestino
primitivo anterior esófago tráquea.
En ocasiones hay una membrana de tejido que obstruye el flujo de aire (atresia traqueal
incompleta). La atresia o agenesia (ausencia) de la tráquea es un problema mortal.
Atresia laríngea:
La atresia (obstrucción) laríngea es una malformación congénita infrecuente que se debe a la falta
de recanalización de la laringe con obstrucción de las vías respiratorias altas fetales, en lo que
constituye el síndrome de obstrucción congénita de las vías respiratorias altas. Distalmente a la
zona de la atresia o estenosis (estrechamiento), las vías respiratorias muestran dilatación y los
pulmones están aumentados de tamaño y rellenos de líquido; el diafragma está aplanado o
invertido, y se observan ascitis fetal (acumulación de líquido seroso en la cavidad peritoneal),
hidropesía (acumulación de líquido en los espacios intracelulares, con edema grave) o ambos.
La atresia incompleta (membrana laríngea) es un defecto en que el tejido conjuntivo entre los
pliegues vocales queda cubierto por una membrana mucosa; esto provoca obstrucción de las vías
respiratorias y un llanto ronco en el recién nacido. Este defecto se debe a la recanalización
incompleta de la laringe durante la semana 10. El tratamiento consiste en la dilatación
endoscópica de la membrana laríngea.
Atresia Bronquial:
Fistula gastroesofágica:
En 1 de cada 3.000-4.500 recién nacidos vivos se observa una fistula (una conexión anómala) entre
la tráquea y el esófago; es mayor en los lactantes de sexo masculino.
La FTE se debe a la división incompleta de la parte craneal del intestino primitivo anterior en las
porciones respiratoria y esofágica durante la cuarta semana. La fusión incompleta de los pliegues
traqueoesofágicos origina la aparición de un tabique traqueoesofágico anómalo y una fistula
entre la tráquea y el esófago. La FTE es la malformación congénita más frecuente del sistema
respiratorio inferior. Hay cuatro variantes principales. En la variante más habitual, la parte
superior esófago finaliza de forma ciega (atresia esofágica) y su parte inferior se une a la tráquea
en la proximidad de su bifurcación
3. MALFORMACIONES PULMONARES
Las malformaciones pulmonares congénitas tienen una incidencia de un 2,2 %, y son mucho
menos frecuentes que las enfermedades pulmonares adquiridas.
Los quistes broncogénicos son lesiones congénitas que derivan de los primordios anormales del
tubo tráqueobronquial primitivo entre la semana 3 y 7 de vida fetal.
Cuando ésta formación de primordios bronquiales anormales ocurre a nivel de la carina o de los
bronquios de primer orden el quiste adopta una localización mediastínica. Cuando el origen de
ésta anomalía es el árbol tráqueobronquial distal se produce un quiste broncogénico
intraparenquimatoso.
Los quistes pueden estar rellenos de aire, moco o de fluido seroso. En general suelen ser únicos,
de forma esférica, con un tamaño que oscila entre los 2 y 10 cm de diámetro y con una mayor
incidencia en el lado derecho. Los Quistes Broncogénicos mediastínicos son los más comunes, su
localización típica incluye la región carinal, paratraqueal, hiliar o paraesofágica. La mayoría están
localizados entre la tráquea y el esófago, y estos se producen en la fase temprana del desarrollo
intraútero1, 2.
La agenesia pulmonar es poco común; consiste en la ausencia de los pulmones debido a la falta
de desarrollo de la yema respiratoria. Fue descrita por primera vez en 1673 por De Pozze, quién
la observó de manera incidental durante la autopsia de una joven.
En 1955 Boyden6 la clasificó en 3 grupos: I) pulmón y arteria ausentes; II) pulmón y arteria
ausentes con un bronquio rudimentario emergiendo de la tráquea; y III) pulmón hipoplásico con
un bronquio completamente formado.
Existe otra clasificación propuesta por Spencer también con tres grupos: I) agenesia bilateral
congénita completa; II) agenesia unilateral: a) con ausencia completa de bronquio; b) con
bronquio rudimentario pero sin tejido pulmonar; c) pobre desarrollo del bronquio principal con
poco parénquima pulmonar; III) agenesia lobar.
La agenesia pulmonar unilateral es más frecuente que la bilateral , pero ambos transtornos son
atípicos. La agenesia unilateral es compatible con la vida, mientras que la bilateral es
incompatible con la vida.
6. Consanguinidad paterna.
7. Infecciones virales.
8. Factores nutricionales (deficiencia de vitamina A y ácido fólico).
Incidencia
Los investigadores no saben exactamente cuántos bebés al año se ven afectados por la hernia
diafragmática. Sin embargo, un estudio estimó que todos los años cerca de 1 de 4000 bebés
nace con una hernia diafragmática1. Cerca de la mitad de todos los recién nacidos que tienen
hernia diafragmática también tienen otras afecciones, incluidos defectos de nacimiento del
cerebro, el corazón y los intestinos2.
Aunque las causas de la hernia diafragmática en la mayoría de los bebés se desconocen, los
investigadores creen que algunos casos de esta afección podrían ser causados por anomalías en
los genes del bebé.
FIGURA 1: Hernia de Morgani
Síntomas y diagnóstico
En los recién nacidos afectados,
los pulmones están rígidos y los
sacos de aire tienden a
colapsarse completamente,
vaciando los pulmones de aire.
En algunos recién nacidos muy
prematuros, los pulmones
pueden estar tan rígidos que los
recién nacidos son incapaces de
empezar a respirar en el
momento de nacer. Más
frecuentemente, los recién
nacidos intentan respirar, pero
dado que los pulmones están tan
rígidos, se produce una dificultad
respiratoria grave (distrés
respiratorio grave), que se
manifiesta con un aumento
visible de la dificultad
respiratoria, incluyendo
retracción del pecho debajo de la
parrilla costal, aleteo de los orificios nasales durante la inspiración y gruñidos
durante la espiración. Dado que una buena parte del pulmón no tiene aire, los
recién nacidos presentan bajos niveles de oxígeno en sangre, lo que ocasiona una
anómala coloración azulada de la piel (cianosis). En un lapso de horas, la dificultad
respiratoria (distrés respiratorio) tiende a agravarse, ya que se cansan los
músculos utilizados para respirar, se agota la poca cantidad de surfactante
existente en los pulmones y aumenta el número de alvéolos colapsados.
Finalmente, sin tratamiento, los recién nacidos sufren lesiones en el cerebro y
otros órganos por la falta de oxígeno o mueren.
Después del parto, los recién nacidos con síndrome de dificultad respiratoria leve
(síndrome de distrés respiratorio leve) solo necesitan oxígeno adicional. El
oxígeno se les administra mediante una cánula nasal o a través de una pequeña
máscara de plástico (máscara de oxígeno) rellena de oxígeno, que se les coloca
en la cabeza. Los recién nacidos con síndrome de dificultad respiratoria grave
(síndrome de distrés respiratorio grave) necesitan administración de oxígeno
mediante una presión positiva constante en la vía aérea (presión positiva continua
en la vía aérea, una técnica que permite a los recién nacidos respirar de forma
espontánea mientras se les administra oxígeno ligeramente presurizado o aire a
través de una cánula nasal). En los recién nacidos con síndrome de dificultad
respiratoria grave (síndrome de distrés respiratorio grave), suele ser necesaria la
intubación con una sonda endotraqueal y es posible que el recién nacido requiera
asistencia respiratoria mediante un respirador mecánico.
Los tratamientos con surfactante pueden repetirse varias veces los primeros días
hasta que se resuelva el síndrome de dificultad respiratoria (síndrome de distrés
respiratorio).